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1. Susana, maestra de escuela primaria, comentaba con sus compañeros de trabajo que
Pablo, alumno de segundo grado, le había dicho que odiaba comer frutas y verduras, y
que cuando su mamá se las mandaba de almuerzo, las regalaba a sus amigos o las
tiraba a la basura. Con base en la información revisada sobre los nutrimentos, analice
qué deficiencias podría sufrir Pablo por no incluir frutas y verduras en su dieta.
Como parte de los esfuerzos que se han hecho por promover la salud, en relación con la
alimentación y la nutrición, hemos escuchado de estrategias para incrementar el consumo
de frutas y verduras, tal como el “5 al día” que hace alusión a un movimiento de alcance
mundial que establece que mínimamente debemos de consumir 5 porciones de vegetales
y frutas, correspondiendo 3 porciones a vegetales y 2 a frutas.
Pero, ¿cuáles son los beneficios de las frutas y vegetales y por qué es tan importante que
Pablo las consuma? Aunque el aporte de macronutrientes no suele ser muy alto (con
algunas excepciones) sí aportan vitaminas (o precursoras de estas) así como minerales.
Ambos micronutrientes son vitales en el mantenimiento correcto del funcionamiento del
cuerpo humano, y la deficiencia de estos nutrientes que provendría de una deficiente
ingesta de frutas y verduras, conduciría a lo que se denomina enfermedades carenciales.
Estas enfermedades son específicas para diferentes tipos de vitaminas y minerales, y
algunas de ellas incluyen:
A. Deficiencia de hierro
B. Deficiencia de vitamina A
C. Deficiencia de vitamina B1 (tiamina)
D. Deficiencia de vitamina B9 o ácido fólico
E. Deficiencia de riboflavina o vitamina B2.
F. Deficiencia de vitamina C.
De acuerdo con la información dada, Diego solamente necesita 2180 calorías, por lo que,
si hacemos una resta, podemos reconocer que hay una diferencia de 220 calorías, es
decir, él consume 220 calorías más de las que en realidad lo que necesita, por lo que tiene
un balance energético positivo. Si estuviéramos en una situación donde el paciente está
creciendo o está pasando por un proceso de enfermedad, el exceso de nutrientes se
aprovecharía adecuadamente, pero como no es el caso, lo que sucederá es que, si se
continúa con el balance positivo, ese excedente de energía se metabolizará de manera que
se almacenará como grasa. Si ese almacén de grasa se va haciendo cada vez más grande,
eso nos conducirá a un síndrome metabólico, el cual es un grupo de factores de riesgo
que aumentarán el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovascular y
diabetes tipo 2. Además de ello, un aumento en los depósitos de energía podría
manifestarse como un incremento en los niveles de azúcar, triglicéridos y colesterol,
además de hipertensión.