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Cimentaciones semiprofundas 2.1. «Pozos», MANUEL LLORENS ALCON 22. «Cajones hincados», R. MARSAL MoNzON y M. LLORENS ALCON 21. CIMENTACION POR POZOS 2.1.1. Generalidades Bajo el nombre de «fundacién por pozos» se engloban una scric de cimentaciones de tipos y dimensiones variados, que comprenden desde pi- lotes de gran didmetro a simples excavaciones a mano o maquina, relle- nas posteriormente de hormig6n en masa. Asi se utilizaban muy frecuentemente en Chicago cimentaciones pro- fundas a base de pozos circulares excavados a mano, con revestimientos de madera y anillos semicirculares metilicos, con los que se alcanzaban los egtratos resistentes a 20 6 25 metros de profundidad. Lt mayor parte de las veces estas fundaciones ensanchaban su base de apoyo en el terreno firme, consiguiendo aumentar eficazmente su ca- pacidad portante. Esta idea de campana o base ensanchada se aplico posteriormente con gran rendimiento también a cimentaciones sometidas a grandes esfuerzos de traccién. Con Ia legada de los medios mecénicos, la excavacion de los pozos a mano deja de ser competitiva y se introduce el concepto de pilote de gran diametro, con gran variedad de tipos y técnicas de ejecucion. Sin embargo, a nuestros efectos, consideramos que estos grandes po- 208 0 pilotes caen fuera del Ambito de este capitulo y entenderemos como fundacién por pozos aquellos elementos de cimentacion que, con relativa poca profundidad, son capaces de iransmitir al terreno todas las cargas actuantes de Ja estructura, de forma que las deformaciones de flexién que se producen en el cimiento puedan considerarse despreciables. Recogemos, por tanto, con esta definicién todos aquéllos elementos rectangulares, cuadrados 0 circulares, con o sin base ensanchada, que al- canzan normalmente un estrato resistente a poca profundidad. KS GEOTECNIA III 212 Tipos de pozos Adaptandose a las solicitaciones predominantes de la estructura (com- Presion, traccion, fuerzas horizontales y momentos), los pozos se mues- tran como elementos. de variadas caracteristicas, desde simples bloques de hormigon de baja calidad, a estructuras con hormigones de resistencias altas y fuertemente armados. ‘Vamos a describir los tipos principales a la vez que los relacionamos ¢on las construcciones con las que normalmente van asociados: 21.2.1. Los pozos como cimiento en estructuras de edificacién Cuando el estrato elegido para soporte de las cargas de la estructura ge encuentra a unos pocos metros de profundidad, se pueden referir a él Ins cargas a través de dos soluciones principales: bajar a la cota requeri- da una zapata armada y elevar un plinto de gran rigidez, 0 bien conser- var la zapata alta y realizar un relleno de hormigon pobre que transmita las cargas al terreno firme. El estudio econdmico de ambas soluciones determinara normalmente 4 tipo de cimentacidn a disponer, si bien conviene resaltar que conside- taciones de plazo, facilidad de construccién y, muchas veces, una mayor simplicidad del proyecto, sueclen inclinar la balanza del lado del pozo. Si el terreno es adecuado, lo que suele significar que permite mante- iter casi verticales las paredes mientras dura el proceso constructivo, la gombinacion de un medio de excavacién de gran rendimiento y un hor- migonado rapido, puede proporcionar una solucién econémica en mucho menos plazo que la solucion de plintos. Las profundidades normales al- ganzables con retroexcavadoras y bivalvas, que suelen proporcionar sufi- diente precision, oscilan entre los 4 y 5 metros, que podemos considerar un tope normal para esta solucién. No obstante, con alargaderas adecuadas pueden alcanzarse profundi- dades de hasta 9 y 10 metros, lo que se debe tomar como una excepcion y realizar en todo caso un estudio de pilotaje, que suele resultar mas eonémico en este caso. La solucién pozo, sin embargo, se aplica muchas veces de forma poco con6mica, suponiendo que la zapata se cimenta en superficie a una cier- ta presion admisible, disponiendo debajo un pozo con las mismas dimen- sones, que transmite las cargas al estrato firme, no contando por tanto CAP. 2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 165 con fh mejora de resistencia que le confiere su profundidad, ni la colabo- raciOn lateral del terreno. Dados los grandes voliimenes de hormigén que se mancjan con estas soludiones, es preciso realizar también un verdadero proyecto de los po- zos de cimentacién, considerando todos los factores que permitan reducir dimessiones, compatibles con la seguridad adecuada. El anilisis debera contemplar por tanto: @) Carga de hundimiento del pozo estudiado como cimentacién se- miprofunda, empleando el concepto de carga neta si hubiera lu- gat, lo que permitird ajustar Ia presién admisible y reducir las dimensiones. b) Colaboracién lateral del terreno cuando existan esfuerzos horizon- tales y momentos apreciables, o Ia altura del pozo sea importante. ©) Reduccién de las dimensiones de la zapata que apoya en el pozo a las dimensiones minimas compatibles con su estabilidad al vucl- co, aprovechundo, por tanto, la elevada resistencia que ofrece el hormigén, en comparacién con el terreno de apoyo. Para facilitar el estudio del punto a) se resumen en el apartado 2.1.3.4 los canceptos y formulas fundamentales. La comprobacién practica del punto b) ha tratado de ser simplificada por medio de los abacos que se detallan en el apartado 2.1.3.1. En cuanto a la ejecucion de los pozos, dos son las dificultades mas frecuentes, que pueden llegar a hacer inviable la solucién: la presencia de agua y los desprendimientos. En terrenos con poca cohesion es frecuente que el pozo que se comienza con una dimension en superficie determina- da, a¢abe siendo mucho mayor, produciéndose desprendimientos que obligan finalmente a disponer entibaciones que encarecen y retrasan con- siderablemente los trabajos. Si ademas aparece agua, aunque sea en for- ma de pequefias venas por los contactos mas permeables, pueden produ- cirse desprendimientos periddicos que obstaculicen grandemente la lim- pieza del fondo antes de hormigonar, lo que convendra hacer, en todo caso, inmediatamente antes. Si en el fondo del pozo se acumula antes del vertido del hormigon mas de 5 cm de agua, se pueden producir en el fondo lavados del mismo, ya qué en teoria se puede pensar que | litro de agua produce el lavado de 10 litros de hormigén. En la prictica el efecto no es tan dramiitico, ya que parte del agua es desplazada y no mezclada con el material. Cuando no hay garantia de poder hormigonar correctamente en seco es pretiso utilizar hormigon sumergido, empleando un hormigon muy 166 QEOTECNIA II fluidg (Cono de A. 15 a 18) y la técnica de puesta en obra de este proce- dimiento. Bstos tipos de pozos no suelen ir armados, salvo que alguna caracte- ristiaa estructural lo requiera. En particular, y si las cargas de los pilares no spn muy elevadas, es posible suprimir la zapata y disponer las esperas del pilar saliendo directamente del pozo, lo que obligaria a realizar un estudio como macizo con una parrilla superior que absorba las traccio- nes que producen la carga concentrada y utilizar un hormigén de calidad norihal. Esta solucin no se utiliza normalmente, prefiriéndose la de disponer el pozo con hormigon ciclopeo o en masa, con bajas dosificaciones de cemento (180 Kg/m? y fck 60 Kg/em’, p. ¢.), disponiéndose encima una zapata armada gjecutada ya con la técnica normal de! hormigon armado. Es importante destacar que estas bajas dosificaciones sélo son permisibles en terrenos de agresividad despreciable. Cuando el contenido de sulfatos del suelo, expresado en SO;, supera el limite del 0,2%, o el del agua los 0,2 grflitro, es preciso utilizar un hormigén con dosificacion minima de 330 Kg/m?, si se utiliza cemento Portland, y relacion A/C<0,5. Si se uti- liza cemento resistente a los sulfatos pueden rebajarse los limites indica- dot a 300 Kg/m? y A/C<0,55. Cuando las cantidades de SO, rebasan los 0,3 grflitros en el agua fredtica, es preciso usar siempre cemento sulfo- rrepistente, 21.2.2. Aplicacin a las cimentaciones en arcillas expansivas La solucién pozo ha sido empleada con éxito en muchas cimentacio- nés ejecutadas en arcillas expansivas. Las ventajas que se obtienen con su empleo se refieren principalmente al hecho de salvar los primeros metros del terreno, que suelen ser los mas activos por estar sometidos a los cam- bios de humedad estacionales, transmitiendo las cargas a las zonas esta- bles mas profundas, contando ademas con un peso fijo del cimiento, im- Pportante en comparacién con las cargas ligeras de la estructura, si el edi- figio es pequeiio. Empleando este tipo de solucién conviene hormigonar los pozos con la maxima rapidez posible, con objeto de perturbar poco sus condiciones naturales. Mas eficaz que el pozo tipo bloque, suele ser, en el caso de terrenos ekpansivos, el pozo circular perforado mecanicamente, utilizando frecuen- temente cabezas rotativas tipo Cadwell, que permiten profundizar mas la CAP. $. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 167 cimettacion aumentando la presién de contacto y reduciendo el perime- tro an contacto con la arcilla. Este sistema prevé ademas Ia ejecucion mecénica del acampanado de la base, que le confiere su mis alto valor ante los esfuerzos de traccion generados por la arcilla. (Ver Fig. 2.1.) ALAS ABATIBLES DE MANDO HIDRAULICO Figura 21: Construccién del acampanamiento. En el capitulo correspondiente se trata el tema de los tertenos expan- s én general, pudiendo encontrar alli ¢l lector mucha més informa- cién al respecto. 2.1.2.3, Cimentaciones de torres de conduccién eléetrica Quiza las estructuras que mds emplean ¢l pozo como cimentacién, y que han contribuido mas a su desarrollo, son las torres de alta tension de las redes eléctricas. Entre los tipos de pozos que suclen utilizarse en la actualidad pode- mos indicar los siguientes: (ver Fig. 2.2). (). — Cimentacién por bloque. Similar a los descritos en ¢! apartado 2121, (ID. Pozo cilindrico de hormigén, ejecutado «in situn. (II). Pozo cilindrico acampanado. Los primeros acampanamientos se realizaron a mano, ejecutindose en la actualidad a maquina. Suele ser 1a fundacién mas econémica y eficaz para lineas pesa~ das. 168 GBOTECNIA III (IV). Pozo cilindrico prefabricado, con o sin campana, instalado y realizado posteriormente un relleno a mano. (V). Pozo cilindrico de hormigon anclado en roca. ‘Las cargas predominantes en estas estructuras suelen ser las origina- das por el viento y el hielo, para as que el Cédigo de California permite dimessionar las cimentaciones con coeficientes de seguridad de 1,5, no siendd normalmente las acciones del sismo determinantes, \ 4 Zz 4 am i) 1) ay) ) Figura 22: Tipos de pozos. En este mismo Cédigo el desplazamiento maximo horizontal permisi- ble on Ia cabeza del pozo, suele ser de 1” y el asiento diferencial entre dos patas de 1/2” Conviene mencionar también las grandes limitaciones que se imponen al proyectista, en el disefio de la cimentacion de instalaciones de Radar, donde se alcanzan a veces topes admisibles en los asientos diferenciales de patas opuestas del orden de centésimas de pulgada (0,03"), lo que sue- le ser dificil de lograr, incluso con cimentaciones de tipo pozo o pilote, obligando a veces a caras y complicadas soluciones y célculos rigurosos. 21.4 Calculo de los pozos o pilares de fundacion ea un pozo de didmetro D que atraviesa un estrato tipo I de altura Hy se apoya en otro estrato tipo II, estando libre en cabeza y sometido a un esfuerzo axil P, una fuerza horizontal Q y un momento M (ver Fig. 23), a oy H $i se cumple Ja relacion pe y esis a 2, siendo £ la longitud eléstica del sistema suelo-pilote, Broms (1964) supone que las acciones M CAP,2, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 169 y Q son resistidas por ¢l pozo actuando como un pilote corto que solici ta lateralmente al terreno I. El esfuerzo de compresién P lo resiste el estrato II actuando como una fuerza centrada en la base. co) Figura 23 Pozo en dos estratos, H Si be indica Broms que no puede aplicarse la teoria del pilote cor- to pot entender que comienza ya a colaborar el estrato II en la resisten- cia dé My Q. H Parece l6gico pensar que no pueda existir un limite fijo de = que marque el comienzo de colaboracién del estrato II, ya que este comienzo dependlerd, ademas, de Ia relacion entre las caracteristicas de deformacion de los estratos I y II. Vamos, pues, a plantear el problema de forma general tratando de obtener resultados practicos que nos precisen la participacion en la resis- tencia de ambos terrenos y el limite a partir del cual pueda suponerse que n@ interviene practicamente ya el estrato II en el soporte de M y Q. Con este criterio como base, resumimos a continuacién las comproba- ciones a realizar segiin los distintos tipos de cimentacion que pueden pre- sentarse: — Teoria del bloque rigido. Calculo simultineo para los esfuerzos P {de compresion), M y Q, suponiendo dos terrenos I y I con com- portamiento clastico de tipo Winkleriano, es decir, sin rigidez transversal. Aplicacion para pozos rectangulares o circulares en te- rrenos granulares © arcillosos. 170 GEOTECNIA II — Anilisis del pozo rigido por consideracién de la resistencia dltima de rotura del terreno, para los tres esfuerzos P, M y Q actuando simultaneamente. En este caso se considera un solo terreno homogéneo con g y ¢ y se determina la seguridad global por el cociente entre el momento laltimo que agota el terreno y el real que actiia en el cimiento. Aplicacién para pozos cuadrados y circulares, con o sin base cn- sanchada. — Teoria del pilote corto. CAlculo para las acciones de M y Q. Apli- cacién a pozos circulares en terrenos granulares 0 arcillosos. — Comprobacién para la carga P de compresién. Aplicacion para pozos rectangulares o circulares en terrenos granulares arcillo- sos. — Ciileulo del pozo a traccién. Aplicacion a pilotes circulares con 0 sin base ensanchada en terrenos granulares 0 arcillosos. 2141. Teoria del Bloque Rigide: Cilculo para P, My Q 23.1.1. Aplicacién a pozos rectangulares con terreno lateral del tipo granular 0 poco arcilloso En principio, la forma que tiene la cimentacién de resistir los esfuer- zos P, M y Q depende de las dimensiones del pozo y de las caracteristi- cas del terreno. Para bloques muy rigidos como los del caso a) y b) (ver Fig, 2.4) el equilibrio se logra movilizando una E, en el terreno suficien- temente pequefia para que R no sea superior al valor miximo que puede dar el rozamiento de la base con el terreno, en cualquiera de los dos sentidos. En estos casos, puesto que la base del pozo no Iega a desplazarse horizontalmente, el giro del bloque se produce alrededor de un eje per- pentiicular al plano del dibujo y contenido en el plano de la base (dentro o feta de ella), En el caso c) Ia E, movilizada en el terreno para conse- guir equilibrio de momentos, es tal que se supera el valor de Ia fuerza de rozamiento cn la base y s¢ precisa generar un contraempuje E, que sitha el ge de giro por encima de la base del pozo. Los casos a) y b) quedan recogidos en el método de caleulo del blo- qua rigido que se expone a continuaci6n, en el que se debe imponer, puds, esta condicion R Rai, se deberi generar un contracmpuje Bj que equilibre el sistema, situdndo- se el punto de giro por encima de Ia base (ver Fig. 2.4). Si E,=R—Ray es pequelio, el punto de giro estara muy pro- ximo a la base y puede admitirse sin error apreciable que tan- to el punto de giro como E, estan aplicados en la misma base, con Io que el método sigue siendo aplicable. Si el valor de Ey resulta elevado se deberan aumentar las di- mensiones del pozo para rebajar E, a vajores pequefios que cumplan la condicién anterior, aplicar el método del equilibrio Yimite (2.1.3.2) © bien el método del pilote corto (2.1.3.3) des- 172 GEOTECNIA It preciando la colaboracién de la base en la resistencia lateral. Ventura Escario (1964) resolvid un interesante problema de pozo apoyado en terreno firme, después de atravesar un estra- to de resistencia despreciable, existiendo en la superficie una capa resistente de pequeiio espesor que colaboraba en la resis- tencia de M y Q. Para este estudio desprecié el rozamiento en la base del pilote situando el eje de giro fuera de su plano y suponiendo, por tanto, que la base también se desplazaba horizontalmente. 2 Se desprecian las fuerzas verticales de rozamiento que actian en las caras frontales del pozo, asi como las fuerzas y momentos de Sriccién que actian en las laterales, Con vistas a una mayor simplificacion del calculo y a la obtencién de reseltados practicos, se supone que los empujes de tierras se producen en una cuiia prismatica con el anche del pozo, sin contar por tanto con la reserva de resistencia que supondria la consideracion de la verdadera cu- fia de rotura del terreno (ver 2.1.3.2.). 3.° Suponemos en el estrato granular I una ley de crecimiento del coe- ficiente de balasto horizontal lineal con la profundidad. Siendo K,, el valor que toma este coeficiente a la profundidad H tendremos: KK dh (ver fig. 2.5) En el estrato II suponemos un coeficiente de balasto vertical uni- Sorme de valor Kyy= Ky. Determinamos pues la estabilidad del pozo en el campo elasti- co, despreciando la resistencia transversal del suelo, y para que sea vilido deberan mantenerse las presiones tanto laterales co- mo en la base, con un coeficiente de seguridad adecuado con respecto a la rotura, del orden de 2 a 3, segin la combinacién de hipstesis estudiada. Al ser el pozo rigido y girar alrededor de un punto «O» del pla- no de la base, el movimiento puede descomponerse en la cara frontal «m n» en un giro alrededor de «n» y en una traslacién vertical, Por haber despreciado el rozamiento en esta cara, las nicas presiones que aparecen son normales a Ia misma. El valor de la presién en a cara «m n» sera: p= Ky-x Ky-Z-(H—y)-tga, que resulta ser una paribola con fecha CAP, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 173 PRESIONES DEFORMACIONES COEF. DE BALASTO Figura 25; Bloque rectangular: Ky, variable. A mixima en, de valor p,. Este valor se debe mantener suficien- temente alejado de la presién unitaria pasiva para que sea valido el comportamiento clistico adoptado. 5° En la base de la zapata actiia la resultante vertical N=P+W, siendo Wel peso del pozo, y la reaccién horizontal R, a determi« nar. Siempre que el punto «O» se mantenga fuera de la base la fe excentricidad «e» de la resultante sera inferior a 6? el reparto de presiones bajo la zapata de forma trapecial, o triangular cuando el giro se produzca alrededor de «rn, Es decir, suponemos que la DL resultante N cae dentro del micleo central de la base (e< pueden modifcarse las dimensiones del pozo para que ésto no ocutra, o bien aplicar el método que se indica en el apartado 2.1.3.1.1.1. Con las hipatesis establecidas estu con los datos siguientes: Dimensiones del pozo: Lx BxH. Peso del pozo: W Cargas en cabeza: P, M, Q@. Caracteristicas del terreno; K y, valor del modulo de balasto horizontal del terreno a la profundidad H. faremos el equilibrio de fuerzas 1% GEOTECNIA It K,, valor del médulo de balasto vertical uniforme del estrato H. Las incégnitas a determinar son: e=Excentricidad de la resultante en la base (que deberd vert) py *Presion horizontal maxima en el estrato I (que debera ser que nos permiten obtener ee, F de forma inmediata. «F» nos representa también la parte de excentricidad «eq» que resulta absorbida por la base en tanto por uno, mientras que 1—F representa la parte de «eg» absorbi- da por el terreno lateral. Analizando Jas curvas de la figura 2.7 observamos que «l efecto de contenci6n lateral del terreno I ¢s acusado, aun con estratos muy defor- matiles, siempre que la esbeltez del pozo sea apreciable. Asi por ejemplo ‘HH para un pozo de 1x1 my 4 m de altura ( =4) el estrato lateral ab- sorbe un 87% de la excentricidad eo si ¢s 10 veces mas deformable que el terrmo Il de apoyo de Ia base (7=0,1) y un 40% si es 100 veces mis deformable (n=0,01). Por la misma raz6n en este caso el porcentaje de ey» que se absorberia en la base del pozo seria del 13% y 60% respecti- vamente, Para pozos poco esbeltos es preciso que el terreno I sea mas rigido para que colabore eficazmente en la resistencia. S% establecemos por tanto un limite a partir del cual se supone que la partivipacién de la base es ya despreciable (p. e. el 10%) bastard trazar una horizontal por él nivel elegido hasta cortar a Ia curva del 1 corres- pondiente y referir este punto al eje de abscisas donde se leera la esbeltez H H T_ limite. Para valores de 7 mayores que el limite, el pozo se podra cal- cular de forma suficientemente aproximada por el método del pilote cor- to (despreciando la colaboracién de la base para resistir M y Q). Para H valores de TT Menores que el limite, se debe utilizar el método del bloque rigide que tiene en cuenta esta colaboracién. 21.3.L1.1. Consideracién de la resultante fuera del micleo central Cuando el punto de giro 0 queda dentro de la base «nr», las formulas antertores no son aplicables debiendo introducir el verdadero valor del fingulo de giro del bloque (ver fig. 2.6b) 176 GEOTECNIA II Hstableciendo el equilibrio como en el caso anterior, resulta: 2 2,KwH 2N NH 0+R=E,= epespens aeeg TT eB ssto o6*0 sero sito on*0 s9*0 o9"o. me Tan zL9 ceo ver) sito sero uo ar 6L"O oa'o Ta‘ zero far of=2) lat ait ‘ 96°0 je6*0 jas*o is6*0 loo*t tot z0°t cost port sort ort “ort art jso°t lott ligad ler't ett and ist°T ott ete ‘CAP. 2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS. 197 21.3.3. Teoria del pilote corto. Calculo para M y Q a Cuando la esbeltezrdel pozo :p Supera un cierto valor limite, funciou K de la relacion nee se puede considerar que la base no contribuye de firma apreciable a resistir las acciones M y Q que actéan en cabeza, y qhe tienden a producir deformacién lateral del cimiento. Se puede, por tanto, separar el calcul del pozo en dos partes: una cemprobacién por separado del esfuerzo vertical P y por otra parte con- sitlerar que tanto M como Q son resistidos lateralmente por el estrato I, agtuando el pozo como una pieza rigida con deformacién a flexién des- pteciable. El limite inferior a partir del, cual el pozo deja de ser calculado como Bloque y se puede aplicar el método del pilote corto, ha sido estudiado ea el apartado 2.1.3.1. El limite superior, a partir del cual el pozo es tan flexible que convie- ne tratarlo como un pilote de gran longitud, puede ser fijado en funcion de las limitaciones de Broms (1964) de la siguiente forma: En terrenos granulares (terrenos con * de tabla 2.1.1): da Donde (longitud clastica suelo-pozo)=5, Foleo [Fale 0,75 ra a Siendo E, ¢ I, el cosficiente de elasticidad y momento de inercia de EK la seccién del pozo; D el didmetro; H la altura; a y aa las pendientes de las rectas que definen ¢l médulo de deformacién y coeficiente de ba- Tasto horizontal, crecientes con la profundidad. (Es decir, de la tabla E 2.1 Gye el Coeficiente numérico de los terrenos con * expresado en kg/cm’), En terrenos con cohesién, el limite superior sera Bass 198 (GEOTECNIA IIL 4 E, I, 4 E, i i lo-} =4/ pr4/" pop Donde £ (longitud elastica suclo-pozo): O75 E, DKq Siendo D el diémetro del pozo. Para Ia resolucién del problema planteado puede seguirse el camino plistito (Broms 1964), determinando los esfuerzos en cabeza que agotan la capacidad de resistencia del suelo, y un contraempuje concentrado en el pia del pozo, en el dorsal, es decir, un ‘proceso similar al utilizado en las pantallas en voladizo con el, método de Blum. Ea cl campo clistico, diversos autores han resuelto el problema deter- minando las lineas de influencia de un piloto corto, libre en cabeza y sometido a M y Q, separadamente (Lorente de No, 1969), (Oteo, 1972). ‘Siguiendo a Dallas y Chieurzzi (1966), vamos a completar la vision de los métodos de calculo de pilotes cortos considerando un terreno elastico sin rigidez transversal, es decir, en un espacio de Winkler con coeficiente de balasto horizontal Ky 21.3.3.1. Aplicacién a pozos circulares en terrenos granulares 0 poco arcillosos Sea un pozo de altura H, didmetro D (ver fig, 223), libre en cabeza y sometido a un momento M y un csfuerzo horizontal Q. Si suponemos que di terreno tiene un coeficiente de’ balasto horizontal K, linealmente creciente con la profundidad, de valor Ky a la profundidad H, y que el eje se deforma rigidamente girando alrededor del punto «O» (situado por encima de la base del pozo), podemos establecer e! equilibrio de fuerzas actuaates de la forma siguiente: La ley de presiones en la cara frontal del pozo sera, como en el caso del apartado 2.1,3.1.1., una parabola: : p=K x= Ke Fh—y) tga Realizando un cambio de ejes a los X' ¥, la ecuacién de la curva de presiones sera: Ky p= eel) de donde CAW.2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS Ky tga. = Ey Pi 4H Estableciendo el equilibrio de fuerzas: K,Diga,, 2Dh = . p= oT GH 7 Pt i BTR a nel. oXtea[ ty] y= Kar pe Hany D (tw 2 H+] 6H 2 -Die D(H-A] (2 H+hi O20 +83 ey A a _ 7D +D [H-A} [2 H+h] ~———6H[H-h) P2(1) Figura 22% Pilote corte Ky variable. 200 GEOTECNIA IIT Temando momentos con relacién a «o'» y puesto que la ley de pre- siones desde y=-! a y= no da momentos, tendremos: Momento de Ey: Las ecuaciones (1) y (2) tienen como tnicas incdgnitas «py» y «hn, ‘Despejando «i» de (2), sustituyendo en (1) y reduciendo: 60,12M 69 a-patp mpm et» : M a . siendo e=— la excentricidad equivatente de la fuerza horizontal H[4e+3 H] _075Q [4e+3 HP 20¢+28) "DH Tet2h) 129 [3e+2H] DE Ky 6 [4e+3 H] DH Ky tga= Xeu=h tg a= Como en el apartado 2.1.3.1. se debera comprobar que p; y p2 se mantiznen alejadas de los valores de rotura pasivos (Broms supone que Ia presidn de rotura puede aleanzar un valor de 3 veces la presion pasiva de Rankine, por tratarse de un fendmeno espacial y no plano) y que Xpy wo, =z al”. Lés leyes de esfuerzos cortantes y momentos, necesarias para realizar el arthado del pozo, seran: (En los ejes x ¢ y) 1 ¥,=9- aoe ay" (H-y)+F7y (8 y-9 H) AP. 2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 201 M, =0 (e+ 4 28P GBy- 4 ms2e (2y-3H) 33 448 A max M, en pate 8(2 H+3e) OP 55 Maa Qle+ 5140 ¢ A Ep 4H) + “py 25-3) 2.1.3.3.2. Pozos circulares en terrenos arcillosos , De forma similar al apartado anterior si suponemos un terreno con cdeficiente de balasto horizontal constante Ky, tendremos como ccuacio- nés de equilibrio para un pozo de didmetro D y altura H, solicitado en edbeza por M y Q (ver fig. 2.24). Ey=4 Dh p= Di? Kytga; E,=5D (Hh pay D(H? Kutga Q= EE, =} D Kytg a(t! (HW? ]=5 D Ky tg H-[2 h—H] (1) Figura 2.24: Pilote corto Kj, constante. ‘Ecuaciones que nos permiten determinar «h» y «tg ao» Bet2 A] M - . ie H Siendo e= > la excentricidad equivalent = 6 Devt (Be+2 4) 8 °=OP _K,, 2Q Xm DH Ky 2 2 Pimper [3042 HM] ree, Be+H] 21.84. Caleulo de les pazos a compresiéa Bea un pozo de planta rectangular o circular que atraviesa un estrato I de altura H, y se apoya en otro estrato II, mas resistente en principio. Sea H; la profundidad de empotramiento en dicho estrato (ver fig. 2.25). ea nar ence msl on var) Figura 2.2% Teoria de Skempton. CAP.2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 203 Los métodos de comprobacién de la carga de hundimiento y estima- cién de asientos han sido ampliamente desarrollados en el tomo II de Geoteenia y Cimientos (Jiménez Salas, Justo Alpafiés y Serrano). En este capitulo nos limitamos a exponer férmulas practicas para determinacién de la presin admisible por consideraciones de hundimiento en terrenos ton y sin cohesién, para los cimientos semiprofundos que nos ocupan. 21.3.4.1. Pozo apoyado en terreno arcilloso Si del estudio lateral (realizado segin 2.1.3.1) se deduce que la carga Yertical total N llega a la base practicamente centrada, se pueden aplicar ks f6rmulas que se indican a continuaci6n. Si la resultante N actia en la base con excentricidad «e» importante, pueden aplicarse las {rmulas de Brinch Hansen, que tienen en cuenta la inclinacién, profundidad y excen- tricidad de Ia resultante, para cualquier tipo de terreno, o bien de mane- m simplificada determinar ta presin admisible para carga centrada y ermitir luego que Ia presién de punta alcance un valor igual a la pre- sion admisible mayorada por un cierto coeficiente (1,30 pe). Supongamos por tanto que la carga N actiia centrada y apliquemos la teoria de Skempton, considerando el concepto de carga neta. Si el estrato II es arcilloso saturado sera preciso en primer lugar de- t@rminar la carga de hundimiento a corto plazo, en cuyo caso puede su- Ppnerse que la resistencia al esfuerzo cortante no drenada equivale a la mitad de la resistencia a compresion simple 5.=%. La formula general de carga de hundimiento en estado «g ceron (Ng =0 N,=1; a=S, N.+E7H, siendo £7H el peso de una columna de terreno de altura H=H,+H3. (Ver Fig, 225) La carga de hundimiento se compone de dos partes: un término (S, N,) que representa la verdadera resistencia a esfuerzo cortante del ¢s- trato IL y otro (Z7H) que equivale a la carga compensadora de las tic- ras adyacentes. Puesto que el segundo término representa una carga que ha actuado lamgo tiempo sobre la arcilla y producido su consolidacion, no parece ra~ zohable asignarle un coeficiente de seguridad semejante al del primer tér- mino, y en la prictica suele solventarse este punto asignando F al prime- To (que podra variar de 2 a 3 segiin la hipstesis considerada) y 1 al se- guhdo. Siendo «A» el area de la base, la presion total transmitida sera: NSN, EL yH SN, qe a7 F +2 yH 204 GEOTECNIA II N ZZ 7-H se le denomina presin neta y es igual a la presion real transmitida menos la presion que ¢jercian las tierras antes de excavat. Al valor qy= A dectos practicos basta por tanto con trabajar con presiones netas: P4+W-G n= respectivamente. El valor de NV, se puede tomar de Ia tabla de fa figura 2.25 en funcion H, de = 0 >: Si el terreno I es mucho menos resistente que el II, convie- + siendo W y G los pesos del hormigéon y tierras extraidas, H ne tonjar en Ia relacion —* el verdadero. valor de H,. Si hs caracteristicas de ambos estratos no son demasiado diferentes, puede tomarse para H un valor mayor, p. e. descontando dinicamente uuna mentera superficial de 0,5 a 1 m de terreno de resistencia desprecia- ble. P+W-G A Suponiendo F=3 queda por tanto: gees aim= 21.342. Pozo apoyado en terreno granular Si i terreno II es arena, 0 grava, 0 s¢ quiere comprobar la resistencia en un terreno arcilloso a largo plazo, la formula general de la carga de hundinliento es: q4=¢ NI+ (Zp, H) N84By9 NS, N2, NG, NG son los factores de capacidad de carga en funcion de 9, afectadbs por los términos correctores de profundidad, inclinacién y for- ma, La formula mis completa que estudia este caso es, a nuestro juicio, la de Brinch Hansen, de sencilla aplicacin. Nog limitaremos a resaltar la importancia que tiene ¢l término Zy,H, multiplicado ahora por un coeficiente N$ mucho mayor que la unidad, lo que pérmitira elevar las presiones admisibles al tope que establezca cl estudio de asientos, que sera determinante en casi todos los casos. AP. 2, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 205 21.3.5. Caleulo del pozo a traccién. En las estructuras ligeras sometidas a esfuerzos horizontales y de fle- xin importantes, resultan a veces las cimentaciones solicitadas a esfuer- zos de traccién. Al principio, la condicién de equilibrio exigia simplemen- te que el peso del macizo fuera de vez y media a dos veces el esfuerzo de artancamiento. Posteriormente, el andlisis de las cuiias de rotura del t ro, que acompaiiaban al cimiento arrancado en los ensayos, permit contar en los proyectos con una resistencia suplementaria debida a la co- laboracion lateral de las tierras. ’ Vamos a pasar revista a los diversos métodos de calculo existentes, er’ futcién del tipo de cimiento y de las caracteristicas del terreno. 2.3.5.1. Método del cono invertide, Pozo cilindrico acampanado y terreno granular Sea un pozo de didmetro «d» con un ensanchamiento en la base has- ta'«D,» (ver fig. 2.26), solicitado por un esfuerzo de traccién T. Numero- 80% ensayos a escala real y de laboratorio (Elliot y Aviles,.1963; Downs y Cljieurzzi, 1966) permiten asimilar la superficie de rotura del suelo a un tranco de cono que parte del borde inferior de la base, formando sus Beperatrices con la vertical un Angulo «B» que, segin los autores citados, putde asimilarse al angulo «p» de rozamiento interno del suelo. L. Paladino (1975) indica, sin embargo, que dicho ingulo «>» de- pende de «g» pero no es igual a él, pudiendo variar en suelos grax nulares de 10 a 25° en funcion del tipo y caracteristicas del terreno} y de la profundidad del pozo. Figura 2.26: Método del cono invertido. 206 GEOTECNIA III En los numerosos ensayos realizados por L. Paladino, los valores de «f» que se debieron usar en los cilculos para que las cargas teéricas de rotura coincidiesen con las reales de los ensayos oscila- ron de 11° a 18°. A efectos practices proponemos tomar pn con un limite maximo de 30°, La carga final de rotura dependera por tanto del peso W del pozo, mis el peso W, del cono de tierras, mas la resistencia total a esfuerzo coftante de la superficie friccionante. Puesto que la resistencia friccional s6lb actia si existe una fuerza normal, ésta llega a ser sucesivamente mas pequeiia a medida que el levantamiento de la zapata aumenta a lo largo deb ensayo. En el limite, perdido el contacto entre las dos masas de terre- no, la resistencia ultima sera igual a W+Ws Los ensayos de Elliot y Aviles (1963) a escala real en arena densa dieron resultados un 50% menores que los caleulados, suponiendo que se movilizaba la resistencia a cortante del suelo. Mas tarde, Downs y Chieurzzi (1966) comprobaron que si se despreciaba esta resistencia a cortante del suclo, los valores reales oscilaban alrede- dor de +15% de los de calculo. Durante el ensayo, por tanto, en un diagrama Fuerza de traccion- Levantamiento, se aprecia una resistencia de pico, que decrece al valor W +Wg con deformaciones ya importantes, del orden de 2 a 3 cm, al final del ensayo. Admitiendo un coeficiente de seguridad F de 2a 3 (La practica ame- ricana llega a admitir F=1,5 en postes de lineas, con hipétesis muy des- favorables) el valor de la traccién admisible sera: W+ Ws a= El valor de W+W,; puede ser cémodamente calculado suponiendo todo el tranco de cono con la densidad ys del terreno y el volumen de hormigon_ deb pozo con una densidad =yy (det hormigén) —ys (del suelo). El volu- men del troneo de cono es: H > (D3+Ds-Dp+Dpy, sido D, el didmetro del cono en la base y Dg en la superficie. (CAP. 2, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 207 EI método del cono invertido descrito es aproximado, pero de aplica- tion practica sencilla. Las desviaciones encontradas en los ensayos se jus- fifican suficientemente por las consideraciones siguientes: — El suelo es estratificado y no presenta un «p» tinico. — La forma de la superficie de rotura es s6lo aproximada. Balla (1961) encontrd en ensayos de laboratorio que la genera- triz de la superficie de rotura puede asimilarse con mas exacti- tud a una curva de tangente vertical en el borde superior de la base del pozo y tangente de 45—g/2 en el encuentro con la su- perficie (ver fig. 2.27), Figura 2.27. Teoria de Balls. Esta curva puede aproximadamente suponerse como un arco de circunferencia de radio Balla considerd en el valor de la fuerza de arrancamiento altima T la colaboracion a esfuerzo cortante del suelo, resultando, se- gin Downs y Chieurzzi, valores de cileulo un 25% mayores que los reales en los ensayos. Sus desarrollos puede encontrarlos el lector en la referencia del final del libro, en los que llega a una serie de abacos que resuel- ven de forma practica el problema para un terreno con @ y ¢ 0 solo granular. p08 GEOTECNIA II 21.3.5. Pozo cilindrico acampanado en terreno arcilloso En arcillas, con poco o ningiin @, es decir, a corto plazo, no se llega a movilizar el cono invertido. Un método de calculo consiste cn suponer que se moviliza un cilin- dro de didmetro igual al de la base, contando para Ia resistencia con el peso del pozo, el del terreno interior al cilindro y Ia resistencia lateral conferjda por Ia adherencia entre el suelo y el hormigén de! pozo (ver fig. 28) y la resistencia al corte del cilindro de arcilla. Figura 2.28 Pozo en arcilla. Como valor de la adherencia «cy» entre la arcilla y el hormigon pue- den témarse los valores siguientes en funcién de la resistencia a la com- presién simple 1000 “gm OS 10 1S 23° 29 35 41 45 600 1000 Se La traccion admisible seria por tanto, del lado de la seguridad: _W4We+mDy Hc, ‘ Tae F @AP.2, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 209 $i el terreno es arcilla de alta plasticidad conviene despreciar los 3 prime- fos metros del valor de H y, en general, considerar un minimo de 0,50 a 1 metro como terreno que no colabora a efectos de resistencia por el fuste. Elliot y Aviles, en virtud de los resultados de 1963 propusieron cl método de cilculo siguiente: (ver fig. 2.29). Por encima del plano A-A se desarrolla la tensién de adherencia x que los autores suponen igual a la resistencia al esfuerzo cortan- te sin drenaje s,=+", minorada con un coeficiente en funcién del 2 Angulo «a» que forma la fuerza T con la vertical, en grados (ver fig. 2.29), (Recomendamos limitar C,<1 Kg/cm*) -| | DS ae ae Re ae Figura 229. Teoria de Elliot y Avilés. A esta resistencia lateral habré que sumar ¢l peso del pozo de hormigon W. Finalmente, la accin de la campana se asimila a la carga de hundimiento de una superficie anular en un terreno con resistencia 8, (ver apartado 2.1.3.4.1.). ° EI valor de la traccion admisible ser, segiin dichos autores: d(H — m*c, + W+ [is S\Ne+ ermal Fie —4) tn i Tete = debiendo descontar en la practica de (H—m)* los valores comenta- dos anteriormente y afectando a (H — m) del factor 0,5. 210 GEOTECNIA III 2.1:3.5.3, Pozos cilindricos 0 rectangulares, en terrenos arcillosas, hormigonados contra el terreno En este caso Taga Arun Ce, donde Arysre ¢s el area lateral del pogo en contacto con cl terreno, descontando los valores comentados, y los. demés términos semejantes a los del apartado anterior. 2.1.3.5.4. Pozos cilindricos 0 rectangulares en terrenos sin cohesién, hormigonados contra el terreno Siendo despreciable en este caso la adherencia entre los dos materia- les, la resistencia por el fuste est suministrada por el rozamiento lateral, que puede tomarse aproximadamente igual a la presin ejercida por el hotmigén en estado fluido, con un coeficiente de friccién igual a @ wh tgp We Arysre HS? Tse’ —S Siendo yy la densidad del hormig6n, H la altura y Wel peso del po- z0. Siendo, en general, el valor de H pequefio, las presiones 7, H tgp no suden alcanzar los valores topes fijados en funcién de la densidad de la arena (ver Geotecnia y Cimientos II. Capitulo 15). 2.1.3.5.5. Pozos instalados en el terreno con relleno posterior granular ‘A veces se realiza una excavacién mayor que el pozo, se coloca un tubo que actiia de encofrado perdido y después de hormigonado se reali- za un relleno compactado, con o sin vibracién. En este caso la presin lateral normal no depende de la presién ejercida por el hormigén como fluido, sino de la presién lateral del terreno que dependera de las caracte- risticas del relleno, Si se dispone un fuste rugoso, Ia resistencia al arrancamiento puede Hegar a ser superior al caso del hormigonado contra el terreno, siempre que ¢l relleno se compacte suficientemente. CAP.2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS am 2136 Armado del pozo sometido » Ty M No siendo frecuentes las formulas que permiten dimensionar una sec- cibn circular sometida a traccion T y momento M, vamos a dar una re- ge practica debida a D. Avilés que facilita el armado del pozo. Sea un pozo de diametro D con la armadura principal dispuesta en uha circunferencia de diimetro D’ (ver fig. 2.30). ol Figura 230: Armadura con M y T. La cantidad total de acero «4,» a disponer (en un minimo recomen- dado de 8 redondos) sera: T (1-K) AF O5-K) ‘A,=acero total de la seccidn, en cm? T=esfuerzo de traccién real, en ton. J,=tensién de trabajo del acero, que no deberd exceder de 0,54 f,, siendo fy a! limite eldstico del acero en ton/em*. 00593 siendo eaty M el momento real, en mxton 5 212 GEOTECNIA III 2.2. CIMENTACIONES CON CAJONES INDIOS Y DE AIRE COMPRIMIDO Se consideran en este capitulo las estructuras rigidas de cimentacién de fondo abierto que permiten el progreso de la hinca extrayendo el te- rreng que atraviesa las mismas. Una vez alcanzada la profundidad defini- tiva, se cierran en el fondo, rellenindolas parcial o totalmente. Los cajones de fondo cérrado se tratan en el capitulo correspondiente de cajones flotantes. 22.1. Cimentaciones con cajones indios Desde hace mucho tiempo se ha venido utilizando en la India (de dond le viene el nombre) este procedimiento de cimentacién, consistente en la’ hinca en un terreno flojo de un macizo o cajén de bordes cortantes, a ma@dida que progresa la excavacién del terreno a través de su fondo abierto. las paredes de los cajones se han utilizado todo tipo de materiales: obralde fabrica, madera, chapas de palastro y acero, y hormigones. A titulo histérico podemos citar el cajon de cimentacién de una de las pllas de un puente sobre el Hudson, en Poughkeepsie, constituido por nueve tabiques longitudinales y scis transversales, de madera, formados por piezas de madera de 30x30 cm de seccién transversal. (Ver Fig. 231) Doce huecos interiores se reservaron para la excavacién por dragado del fondo, y los 28 huecos restantes se fueron rellenando de hormig6n sumetgido, para contribuir con su peso a la hinea del cajén. Eh Espafia los cajones indios han sido muy utilizados desde la inva- sion de los arabes, para cimentar toda clase de obras. A finales del siglo pasado se utilizaban muchos cajones constituidos por auchillos de palastro de 1 a 1,50 m de altura, rigidizados con ménsu- las trlangulares y chapas horizontales en curva, arriostrando las ménsulas opueftas en cuchillos por medio de tabiques metalicos. Sébre estas chapas se construia la fabrica del cajén, de ladrillo u hor- mig6a, que se iba recreciendo a medida que progresaba la hinca. La colocacién de Ia fabrica en cajones de ladrillo debe hacerse a un nivel tal que el fraguado se haya producido cuando aquélla Ilegue al con- tacto con el terreno, empleando en general un mortero de cemento de fraguado rapido y un enlucido en su cara exterior. CAP:2, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS: 213 PLANTA Gaal SECCION CELDAS DE DRAGADO ‘TABIQUES LONG, PIEZAS DE 30x30” TABIQUES TRANSY. Figura 231: Cajon de madera del puente de Poughkeepsie (E. U). El muro de ladrillo se apoya generalmente en cuchillas metilicas cir- culares, con un espesor de pared aproximado e=0,10+0,1 d, siendo «d» el diametro del cajon. Pero estos tipos de cajones fueron rapidamente sustituidos por los ca- jortes de hormigon armado y de cllos trataremos fundamentalmente en este capitulo. Con cl nacimiento de los pilotes, este tipo de obras perdid parte de su campo de aplicacion, pero volvicron a ser insustituibles en las cimen- tadiones de estructuras pesadas que deben alcanzar grandes profundida- deg, hasta el punto de que la mayoria de los grandes puentes del mundo esthn realizados con cajones de fondo abierto de grandes dimensiones. (Ver capitulo 6.2.) _221.1. Procedimientos y problemas de hinca Para las cimentaciones con cajones indios existen tres procedimientos de trabajo: — Hinca en seco, con o sin agotamiento. — Hinca en un terreno con agua, sin agotamiento. — Hinca en aguas libres. La excavacién en seco puede realizarse a mano © mecanicamente, uti- ma (GEOTECNIA II lizando las.cucharas adecuadas segian el tipo de terreno encontrado (Fig. 2.32), La excavacion debe realizarse homogéneamente desde los lados ha- cia el centto para evitar cualquier tendencia al giro del cajon. Si aparfce agua puede proceder a agotarse con bombas para mante- ner el nivel por debajo de la cota de trabajo (Fig. 233). Al socabar totalmente el terreno por debajo de las cuchillas se obtie- Figura 233 Exeavaciéa con agotamiento. CAP.2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 23 ned unas condiciones muy desfavorables para el equilibrio del suelo, pro- vodando generalmente una fluencia del terreno desde las inmediaciones del borde del cajén hacia el interior del mismo. ‘Si se trabaja con cajones indios alejados de otras construcciones, estos mowimientos del suelo no tienen consecuencias desfavorables, salvo que Meguen a producir alteraciones en el terreno superficial, en cuyo caso de- bem tenerse cn cuenta para la estabilidad de la maquinaria. ‘Si se esta trabajando cerca de otras edificaciones, se provocarian asidntos inadmisibles, debiendo cuidar, por tanto, de que el procedimicn- to de excavacién evite estos problemas. En general se produce siempre un cierto aflojamiento del suelo alrede- , excavindose mas terreno del volumen tedrico ocupado por Una correcta cimentacién con cajones indios seria aquélla que sin ha- ber’ provocado ningin hundimiento considerable en las inmediaciones del cajén, haya conseguido que el volumen de ticrras extraido sea muy pare- cide al teérico del cajén, teniendo en cuenta el esponjamiento. Por los motivos anteriormente mencionados no ¢s conveniente exca- var totalmente el terreno por debajo de las cuchillas, debiendo vencer, por tanto, el peso del cajén la resistencia lateral generada en las paredes del cajén y Ia reaccién producida en las cuchillas. El comienzo de la hinca ¢s siempre delicado y requiere un especial cuidado. Un cajon sc inclina catonces facilmente, especialmente si se trata de terrenos arcillosos blandos. Las inclinaciones y defectos de implanta- cioa deben ser corregidos de inmediato. Una vez el cajon bien empotra- do en el suelo, se encontrar guiado y sera mds facil que pueda progresar verficalmente. Si el cajén se inclina durante Ja hinea es posible enderezarlo. Para ello, se excava en superficie en el lado que ha quedado la pared mas alta, y Sd vierten las tierras en el lado opuesto. Ademis se puede excavar de- bajé de la cuchilla que ha quedado mas alta y se puede apuntalar la baja (ver Fig. 6.31). También se puede lastrar el lado levantado, o tirar del lado caido con graddes grias, 0 si se trata de cajones indios maritimos, sujetar flotado- res en el lado bajo. En los cajones de las pilas del puente de Lisboa (ver Fig. 6.27) se conegian las inclinaciones de hinca poniendo las ciipulas en las celdas predisas ¢ inyectando aire a presién, creando asi un momento endereza- dor. . En terrenos permeables en presencia de agua, se prefiere en general la 216 GEOTECNIA II excavacion por dragado (Fig. 2.34), ain cuando pueda Iegarse a agotar la excavagion, por ser generalmente mis econdmico el sistema del draga- do. Pucden también combinarse sistemas a base de inyeccién de agua a presion y excavacién con chuponas, como el indicado en la Figura 2.35. Para ello’ hay que contar con un suministro de agua mayor de 10 veces el volumen de tierras a excavar. Unicamente al final de la excavacion —y si se trata de terrenos den- f VU Me Py Figura 235: Excavacion con chupona, CAP. b. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 27 08, pues si no se producirta sifonamiento— suele tratarse de agotar para limpiar convenientemente el fondo. Con terrenos flojos en los que se produzca el sifonamiento puede au- mentarse el nivel interior del agua para tratar de evitar el fendmeno. A veces para hacer progresar la excavacion se provoca este sifonamien- to del suelo en el fondo del cajén, a base de rebajar el nivel interior del agua; con el peligro de que se produzcan desvios o inctinaciones dificiles de carregir. Si el terreno es resistente, puede ser preciso el uso del trépano. Si se trata'de terrenos arcillosos 0 margosos se suele agotar para lograr un rendiniento adecuado. Cuando se trate de atravesar un estrato muy resistente y se esté exca- vande bajo el agua, habra que afrontar graves problemas. Aunque se con- ‘siga somper el estrato con el trépano, el terreno duro por debajo de las suchillas impediré el descenso del cajén, Si el peso del cajén no es capaz de romper estos bordes, se precisara agotar la excavacién y destruir los ‘obstatulos, o bien hadra que acudir al uso de explosivos. A veces para prevenir estas operaciones se dejan unas perforaciones de 15 a 20 cm de didmetro, cada 1,50 6 2 m, p. c, a lo largo de las paredes del cajén, con objeto de acceder directamente a la zona dura que impide el descenso del cajén. Pueden surgir también problemas cuando aparecen bolos, troncos o Testos de otras construcciones debajo de algiin borde del cajén, siendo muy dificil en estos casos extraerlos con la cuchara, cuando se trabaja en presericia de agua. La preparacion de la base de apoyo, una vez alcanzado el terreno firme inediante el sistema del dragado, supone también una operacién de- licada y de la maxima trascendencia para la calidad de la cimentacién. Si won gravas o arenas se ha de procurar no remover mucho el terre- no pata que no se deposite en el fondo una capa blanda. Cuindo cl terreno es roca, es dificil asegurar, operando desde Ia su- perficig, el contacto de todo el borde con la misma y que el fondo de la excavdcion queda suficientemente limpio. Si ho se puede agotar puede acudirse temporalmente al uso del aire comprimido, disponiendo, por ejemplo, un pequeiio cajén que sirva para todas las celdas, realizando las operaciones de limpieza una a una, o bien a un ¢ierre provisional mediante una plataforma que se adapte a cada celda (ver Fig. 6.30). Si fsta operacion no es posible puede acudirse al uso de explosivos, lanza de agua, camaras de T. V., ete. 218 GEOTECNIA IIT Cuastdo se trata de hincar un cajon en aguas libres, puede acudirse a uno de estos dos procedimientos: construccién de una plataforma artifi- cial de trabajo (isla, andamiaje), o llevar colgado el cajén y fondearlo en el lecho. La Figura 2.36 corresponde a la construccién del cajén de cimenta- cion de una pila de un puente sobre el Mississipi, en Nueva Orleans, por el primer sistema. Desde un andamio de montaje hincado, se construyé primeramente el recinto de acero y se hincd. Para evitar el efecto de la socavacion por la corriente, se cubrié el fondo con. una estera de fajinas, que fue perforada por la ataguia. Posteriormente, se rellené de arena, creandose asi una isla para la ejecucion del cuerpo del cajon de hormig6n armado. Después de terminada la hinca del cajén y construido el fondo impermeable, y mon- tada Ia pila, se recuperd la ataguia de acero. CAJON DE HORMIGON RELLENO DE ARENA RECINTO METALICO RECUPERABLE Figura 2.36; Hinca con isla a ial en el rio Mississipi Los cajones flotantes pueden construirse con celdas huecas, cerradas opciortalmente por arriba ¢ inyectando aire a presién que desplace el agua hasta el nivel conveniente (ver cajones del Puente de Lisboa, en Fig. 6.27), © emplearse cierres de fondo provisionales para que la totalidad del cafén esté sometido a la fuerza ascensional. El cajén de la Figura 237 corresponde al de la pila de un puente sobre el rio Atchafalaya, en Morgan City. Primeramente se transporté una corona hueca metalica y mediante una flataforma auxiliar se fue ampliando el cajén y procediendo a su hincado en el suelo. CAPL2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 219 RELLENO DE HORMIGON Figura 2.37: Cajon flotante de paredes buecas. 221.2 Formas y elementos fundamentales La seccién horizontal del cajén puede ser circular, cuadrada, rectangu- lar, 0 de forma poligonal 0 cliptica. Sin embargo, debe tratarse en princi- pio de sustituir complicadas formas en planta por uno o varios cajones de formas mas sencillas. La forma de seccién mas favorable es la circular, que presenta el me- nor perimetro, y, por tanto, el menor rozamiento lateral, para la misma supepficie de apoyo. Ademis, presenta la menor longitud de cuchillas y, en gkneral, un menor gasto en materiales de construccion, ya que las pa- redes estin solicitadas a compresion en funcién de los empujes exteriores radiales. Hi recrecimiento de paredes suele hacerse a medida que se excava ¢ hinca. Con dimensiones no muy grandes puede ser econdmico el prefabri- car it pared en anillos. St pueden construir cajones circulares de grandes dimensiones, refor- zandolos, si es preciso, con tabiques transversales. Aunque suele ser mis econdmico hincar pocos cajones grandes que muchos pequefios, hay casos en que es necesario proceder a la hinca de varios cajones proximos entre si, debiendo tener cuidado en este caso de dejar espacio suficiente entre los cajones inmediatos, para evitar Ia in- fluentia reciproca durante la hinea. Debe considerarse en este cao la ten- dencia. que existe a juntarse los cajones, debido a la distribucién asimétri- ca do los empujes de tierra. Cuando hay un nimero elevado de cajones, 20 GEOTECNIA III se hingarén primero los 1, 3, 5, etc, para que quede una cufia grande de tierra entre ellos, y después a continuacién se excavarén los ntimeros 2, 4, 6, etc. Cuando la distancia es igual 0 mayor al didmetro de los mis- mos, puede suponerse que no hay riesgo de influencia reciproca. Log cajones de planta rectangular suclen presentar mayores dificulta- des da hinca por acodalamiento de las esquinas, debiendo decidirse en primer lugar si se construyen de celda unica o subdivididos por tabiques transversales, lo que dependera fundamentalmente de Jas dimensiones del cajén, Para cajones muy grandes resulta prohibitiva la celda Gnica, por los grandes esfuerzos de flexién y consecuentemente las grandes cuantias de armhaduras, que resultan, debiendo de cualquier forma proyectarse las esquinas fuertemente reforzadas. ‘Cuando la rel: entre el lado mayor y el menor excede de 2, los cajones tienen tendencia a «tumbarse» durante la hinca y suelen termi. narsé con importantes desplazamientos en planta respecto a su posicion tedrica. A ser posible, los tabiques interiores deben dividir el cajén en celdas cuadradas de 3.a 8 m de lado, para que no dificulten demasiado la exca- vacioy. Se recomienda redondear con el mayor radio posible los bordes de los rectingulos. Ceando la hinca se realiza en seco, la misin de estos tabiques inte- riores se reduce a disminuir los esfuerzos de las paredes exteriores, por lo que spelen construirse con sus bordes levantados unos 2,5 m por encima del borde inferior de cuchillas. Ex la hinca por debajo del agua se equipa la mayoria de las veces a las paredes transversales con cuchillas situadas de 0,4 a 1,50 m por enci- ma dtl borde inferior de cuchillas exteriores. Esto tiene la ventaja de que cuando comienza el primer movimiento de hinca, se pueden dejar libres las cuchillas interiores por medio de un chorro de agua, sin tener que socavar las exteriores, y temer con ello fluencias del fondo. Al evitar que reciban las cargas las. cuchillas interiores, se aumentan las cargas en las exteriores, cediendo el suelo bajo éstas y el cajén co- mienga a hincarse. Las cuchillas interiores deberén tener forma simétrica y un arranque inclinlado, siendo aconsejable el blindaje de las cubillas exteriores (ver Fig, 2.39-y 240), aunque no se precisen bordes cortantes. Eta disposicion multicelular permite realizar la excavacion en condi- cionep mas favorables. Quando se excava a mano puede socavarse uniformemente el terreno CAP. 2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS mm por debajo de las cuchillas. Cuando se excava mecanicamente se produce ua pozo de extraccién de forma aproximadamente cénica. En la seccion circular se asegura con esto una extraccion de tierras d@bajo de las cuchillas relativamente uniforme. En la seccion cuadrada aparecen en las esquinas profundidades de excavacion menores que en el centro de los lados y en el recténgulo las diferencias son ain mayores. La Figura 2.38 muestra diversas formas posibles de la seccidn vertical, Abtiguamente se construian los cajones con seccién vertical trapecial en la.creencia de disminuir asi el empuje y por consiguiente el rozamiento sobre el cajén. Sin embargo, esta forma trapecial resulta desfavorable pa- ra guiar el cajon durante la hinca, debiendo emplear fuerzas considera- bles para enderezar el cajon indio cuando se inclina. _ La forma rectangular con escalén resulta ser la mas conveniente, HU Wa Figura 2.3% Tipos de secciones verticales. Ba Sm ANILLOS PREFABRICADOS up ste ft Un escalon de $a 15 cm, a una altura aproximada de 3 a 5 m sobre el borde de las cuchillas, es suficiente para rebajar los rozamientos latera- les wl reducir los empujes del terreno del estado de reposo al activo, sin que se produzcan perturbaciones en la contextura del suelo fuera del ca- jon. Ademas se consigue un guiado perfecto y se evitan las inclinaciones y los esfuerzos adicionales que traen consigo. ‘Aun cuando se ladee moderadamente, la pequefia holgura existente entre la parte superior del cajén y el terreno hace que esta se apoye en el 22 ‘GEOTECNIA Ill mismb, sin que por el lado contrario caiga demasiada tierra, que acodale ¢ impida cl enderezamiento del cajon El espesor de las paredes debe ser el suficiente para vencer los esfuer- 203 que se oponen al descenso del cajén, siendo aconsejable no bajar en los grandes cajones multicelulares de 1,20 m en las paredes exteriores y de OBO en las interiores. Sblamente cuando se tomen precauciones especiales para disminuir el rozaihiento pueden reducirse algo los espesores, pero evitando quedarse cortds, ya que sino podrian producirse dificultades extraordinarias du- ranté la hinca, debiendo acudir a veces a lastrados provisionales que complican ta ejecucién. La Figura 2.39 representa diversas formas de cuchillas de un cajén de horrtigon armado. La anchura de la cuchilla «b» depende de las dimen- sionés del cajén y del ingulo «a, oscilando entre 20 y 40 cm. Figura 2.39; Tipos de cuchillas. CAP.2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS, 223 Se recomienda que el angulo de cuchillas no sea mayor de 35°, ya que si no se producen esfuerzos excesivos a causa del efecto cufia al pe- netrar en el terreno. Es corriente blindar los bordes con perfiles metalicos, anclados perfec- targente al hormigén con los esparragos o conectores adecuados (Fig. 2.40). Figura 240: Anctaje de los perfiles. Ante obstacules imprevistos, el borde metalico actua favorablemente cortandolo 0 apartandolo. . Sin embargo, si el peso del cajén es muy grande y el anclaje falla, puede producirse el desprendimiento del perfil, dafiando profundamente el Borde del hormigén. Debe darse, pues, gran importancia al dimensio- namiento y anclaje de estos refuerzos de borde. En la Figura 2.41 se recogen unas disposiciones para cuchillos de ma- dera o chapa. 221.3, Fuerzas actuantes durante la hinea Durante la hinca del cajén actaan: su propio peso, la reaccién del terreno en cuchillas, el rozamiento y adherencia de las tierras con las pa- redes del cajon y en algunos casos la subpresién. Al proyectar el cajan debe procurarse que las dimensiones y armaduras precisas para el proce- 80 de hinca se reduzcan a las minimas estiticamente imprescindibles. 224 GEOTECNIA II Figura 2.41: Cuchillos de madera o chapa. EI peso propio del cajén debe ser el suficiente para vencer en cada fase de hinca la reaccién de cuchillas y la resistencia lateral. Al excavar en seco se puede suprimir la reaccién en cuchillas, soca- vando totalmente el terreno por debajo de las mismas, reduciendo, por tanfo, la parte del peso del cajon que seria necesaria por este concepto. Pero ya se ha tratado en el apartado 2.2.1.1. de las consecuencias des- favprables que pueden presentarse si se producen Muencias del terreno hagia el interior de! cajon, por lo que deberd tenderse a no excavar total- mente el terreno debajo de las cuchillas y que el peso del cajon sca capaz de veneer el rozamiento lateral y de chundir» el terreno en el borde de apeyo. Para mantener moderado el peso del cajén se puede tratar de redu- cir al minimo el rozamiento de las tierras con Ta pared, con las medidas que se comentaran mas adelante. 2.2.1.3.1. Empujes de tierras sobre las paredes 22131, Consideracion det problema tridimensional para el cajén circular Supongamos un cajén circular de radio «» y altura «H», hincado hasta una profundidad «hy en un terreno con angulo de rozamiento in- terho «p» y rozamiento tierras con fibrica «5» (ver Fig. 2.42). 225 e Figura 2.42: Empuje unitario sobre las paredes. Sobre cada punto de la pared se ejercera un empuje unitario «> in- clinado un angulo «3» con relacién a la normal, y oponiéndose al mo miento de éste. Aplicando la teoria de Coulomb para el problema plano, se tendra: h-peza(piryd siendo 7 Ia densidad del terreno y 2 el coeficiente de empuje de Krey, que sera funcién de «p», «5» y de la inclinacién de la pared. El coeficien- te 4 podra variar del valor 4, (activo) al 2, (pasivo), en funcién de las condiciones de hinca. Segin las hipétesis del caso plano, por tanto, los empujes unitarios crecen Jinealmente con la profundidad y, por consi- z guiente, con =. La consideracién de la teoria de Coulomb para el problema plano sera aplicable sin grandes errores cuando el diametro del cajén sea gran- de en relacién con la profundidad de hinca. Pero cuando la relacion diametro-altura disminuya, no debe esperarse una aproximacién aceptable con la férmula anterior. Diversos autores (Westergaard, Steinfeld y Beresantzew) han aplicado las hipétesis de Coulomb al problema tridimensional, suponiendo cuerpos de deslizamiento monoliticos, en forma de sectores de cono truncados y superficies de deslizamiento engendradas por Ia rotacién de las lineas rec- tas de deslizamiento. La expresin de los empujes unitarios segin la teoria tridimensional resulta de la forma: 26 GEOTECNIA II exorns(o, :) Donde io. :), representa una funcion de «g» y i pero no lineal. La Figura 2.43 recoge las leyes de ie es decir, de ie. :) para los ‘empujes unitarios activos horizontales, para diversos valores del angulo de rozamiento interno. Figura 2.43 Empujes activos tridimensionales. para cajén circular. Se aprecia una importante reduccién con la profundidad del empuje, debitio al efecto béveda que se provoca en el terreno. Este fenomeno es equivalente al que produce la estabilidad de los taladros circulares de quedo didmetro, hasta grandes profundidades, en terrenos sin ningiin tipo de cohesion, siendo la reduccién més acusada cuanto mayor es la compa- cidai del suelo. La Figura 2.44 indica las leyes de para los empujes unitarios pa- CAP. 2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS. 27 sivos horizontales, pudiendo apreciar que ahora el efecto de la cufia tridi- mansional aumenta los empujes mis fuertemente con la profundidad que en el caso plano, donde crecian linealmente. Si se realiza la hinca del cajén sin ningin tipo de resalto que favorez- ca la disminucién de los empujes, deberia contarse en los cdlculos empu- jes mayores que los activos. a0 0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 z0C Figura 244, Empujes pasivos iridimensionsles para cajon circular. K, Steinfeld supone que los empujes que se producen durante la hinca pueden llegar a valer: 1 enn 21g(6- (gear a) Siendo ey la proyeocién segin la horizontal del empuje unitario y «@» el Angulo de deslizamiento mis desfavorable, que depende de «p» y de :. El valor de «@» se obtiene de la ecuacién; wossgte[a(5-—tee) |-teef1- aot! Be O thas facilmente la Figura 2.45. 228 GEOTECNIA IIT at, if Oo 5 0 Bw OO Figura 245; Determinacion de «On, Bn Ia figura 2.46 se representa = obtenido segiin la formula de Stein- e feld, para un terreno con p=30°, y el valor de a suponiendo las hipdte- sis dt empuje plano, siendo e, la proyeocién horizontal del empuje unita- rio activo con @=30° y d= 30°. El empuje tridimensional crece mas que linealmente con la profundi- dad, situandose, por tanto, el punto de aplicacién de la resultante algo mis bajo de ; BI resalto dispuesto en el cajon (de 5 a 15 cm) no sucle ser suficiente para provocar un efecto béveda total, rebajando los empujes a los valo- res de la Fig. 2.43. ba reduccion de empujes puede realizarse en funcién de la relacién del gesalto al diametro del cajén, de la forma siguiente: Gi la porosidad del suclo en su estratificacién natural es n y en una ‘estratificacién muy compacta es n,, ¢l movimiento preciso para anular Jos empujes en la pared del cajon es . CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 229 10 430 ie Figura 2.46 Empujes segan Steinfeld para 9=30°. El empuje reducido ¢,» al producirse un movimiento en el terreno ignal al resalto en el cajén S, puede estimarse segin la relacién: Siendo e, el cmpuje deducido con la formula de Steinfeld. De los ejemplos anteriores se deduce que el empuje de tierras, y por tanto el rozamiento, disminuye con el radio de curvatura, pudiendo esti- marse distribuciones del tipo de la Fig. 2.47, para distintas secciones transversales. 221.3.1.2, Secciones rectangulares y reglas pricticas Paproth propone estudiar los empujes independientemente de la for- ma del cajén, aplicando la teoria plana de Coulomb, considerando empu- jes activos con 5=—@, es decir, segin la ley de trazos de la Fig. 2.46. Siendo en este caso 2,=cosy, resulta: z e= (7-1) cos p= 72C08 9 &,=72c08"@ (proyeccién horizontal) Figura 247: Empujes tridimensionales en secciones tipo, Si se mantienen constantes los valores de g y 7 en toda la altura, ‘tendtemos unos empujes totales en cada fase de hinca de: E=U ; yh? cose EyaU-s 7h? cos? (proyeccién horizontal), siendo U el perimetro del cajén. 2,2,1,3.2, Rozamiento lateral en las paredes del cajén En cada punto del cajén, el rozamiento lateral que se opone a su descenso sera igual: ¢,tg5, siendo «e,» el empuje unitario horizontal, su- puesto el cajén de paredes verticales, Como valores de tgé pueden tomarse los de la tabla 2.2.1. J se utiliza la teoria de Paproth y se suponen constantes y y 7, se tendtia una fuerza total R impidiendo la bajada del cajon de: R=} yh? coso-senp (ver Fig. 2.48) Para grandes profundidades la friccion lateral unitaria tiende a man- tenewse constante, sin que crezca indefinidamente con la profundidad, CAP.2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 231 Tabla 2.21 Valores de tg «5», segin Szechy Tipo de terreno 96 Pared lisa con limo . 0,10 Pared rugosa con limo .... 0,20 Pared lisa con arcilla mojada . 0,20 Pared rugosa con arcilla mojada 0,30 Pared lisa con zahorra 0,30 Pared rugosa con zahorra . 0,60 Chapa de acero con zahorra 0,405 Figura 2.48: Rozamiento lateral. Terzaghi, en base a medidas reales de las cargas necesarias para ven- cér el rozamiento en cajones que se habian detenido, establecié que el rozamiento unitario crece hasta una profundidad de 7 a 8 m, y que por debajo de la misma adquiere valores pricticamente constantes. La tabla 2.2.2, segin Terzaghi, proporciona los valores obtenidos con cajones entre 7,50 y 37,50 m de altura, valores no del todo iguales a los medidos en pilotes instalados en los mismos materiales, por cuanto el razamiento unitario depende del diametro y de la forma de la parte infe- ripr del cajén. Podria pues aplicarse un rozamiento unitario dado por la formula r; =87Zcos g sen @ hasta alcanzar los valores maximos estimados como posibles y suponer a partir de aqui un rozamiento constante. Con estos empujes debera dimensionarse y armarse las paredes para que resistan tanto horizontal como vyerticalmente. 232 GEOTECNIA II Tabla 22.2 Rozamiento unitario tope, segiim Terzaghi Friceién Tipo de suelo lateral (hgjcm?) Limo y arcilla blanda 0,075-0,30 Arcilla muy compacta 0,50-2,00. ‘Arena suelta . 0,125-0,35 Arena densa 0,35-0,70 Grava densa 0,50-1,00 2.21.33. Procedimientos para reducir el rozamiento lateral Para disminuir el rozamiento de tierras con fabrica, pudiendo llegar incluso a evitarlo por completo, se dispone de varios medios auxiliares. La lanza de agua: Consiste en dejar una lanza con expulsidn ascendente, colocada en la parte superior del escalén de las cuchillas, de forma que durante la hinca se inyecta agua y se disminuye considerablemente el rozamiento (Fig. 2.49). Figura 2.49; Lanzas de agua. Para grandes profundidades de hinca, suele ser favorable el colocar las salldas en varios pisos superpuestos. Las tuberias se suelen dejar embe- bidas en el hormigén, no debiendo tener un diametro menor de 10 cm. Lag salidas deben desaguar inclinadas hacia arriba, en parte para que ‘no se obstruyan y también porque si desaguan con escasa pendiente no dismiuyen ¢l rozamiento, sino que aflojan el terreno a gran distancia, aumemtando con ello los empujes. CAP. 2, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 233 También suele emplearse la lanza de agua para dejar libres las cuchi- las. En este caso deben desaguar en la pared interior del cajén, cerca de las cuchillas, y mojar el suclo delante de ellas hacia el centro del cajén. Las salidas de estas lanzas, de acuerdo con su fin, deben estar dirigidas hacia abajo, lo que hace inevitable que se obstruyan a menudo. La dis- tancia de las bocas no debe ser mayor de 1,5 m en proyeccion horizon- tal. Pueden conectarse varias lanzas a una sola tuberia, pero debe ser pésible poner en funcionamiento separadamente las distintas lanzas, para conseguir restablecer el equilibrio en caso de inclinacién del cajén. Revestimiento con un liquido tixotrépico: Con el auxilio de una pelicula de lodo bentonitico puede llegar a eli- minarse practicamente el rozamiento lateral. El liquido se echa desde arriba dentro de un anillo de chapas de ace- ro cortas, en cuanto al escalén de las cuchillas ha penetrado por debajo de la superficie del terreno. Cuando se advierte que el nivel del liquido no sigue ¢l proceso de hitca, puede inyectarse el liquido por tuberias hasta lo mas cerca posible dell escalén de tas cuchillas (Fig. 2.50). En este caso no se hormigonan los tubos, sino que se introducen con abrazaderas para que en el caso de que se obstruyan se puedan sacar a Ia superficie y limpiarlos convenien- Surtidor de inyeccién Figura 250: Inyeceién de bentonita. 236 GEOTECNIA IIT teménte, Otra ventaja es que una vez terminada la hinca pueden sacarse y sar usados en otro cajén. El liquido tixotrépico deberd tener una concentracién de 100 a 120 rs He bentonita por litro de agua. Cuando la hinca se realice en invier- no, €s prudente calentar el agua para diluir el lodo, a unos 30° aproxi- madamente, ya que con ello se fluidifica bastante Ia bentonita. Empleando este procedimiento se recomienda disefiar el escalén de 5 a 10 ¢m. 2.21.34, Reaccién en cuchillas Al producirse la hinca del cajon, la cuchilla debe penetrar en el terre- no, «hundiéndolo». La reaccién que s¢ opone a esta penetracién de la cuchilla puede ser evaluada como si se tratara de la carga de hundimien- to de una zapata superficial. Considerando el problema plano, con superficies de deslizamiento ci- lindricas y un plano, y suponiendo que no Ilegan a interferir las cufias de cuchillas opuestas, Lohmeyer ha resuelto el problema simplificadamente de la siguiente forma: (ver Fig. 2.51a). $ea una cuchilla trapecial introducida en el terreno una profundidad «t», con un ancho de base «bo» y un ancho ficticio de apoyo «bn. EI valor de Ja reacci6n total S producida en cuchillas, en ton/m, sera: S=V,+V,=7, tb 1.4726? dp, siendo 7, y yz las densidades del suelo por encima y por debajo del plano de by, respectivamente, 4, y Ay son los cocficientes adimensionales de capacidad de carga defi- nides cn la tabla 2.2.3. ‘Una vez obtenido el valor total 5, puede deducirse cada valor parcial V, y V; considerando el trapecio de presiones de la Figura 2.51b 258 2 bo b- Ss me +b x bo ces 6 El valor de la reaccién horizontal «H» que completa el problema puctle obtenerse ficilmente obligando a que la resultante. «Q» sobre la cara inclinada forme un Angulo «» con la normal a dicha cara. La aplicacion de la formula anterior implica la no interferencia de las cuiias dentro del cajén, debiendo comprobarse que B>b tag 0 e* *°, sien- do B el ancho del cajon y @ cl angulo definido en la Figura 2.45. CAP.2. CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 235 Tabla 223. Reaccién en. cuchillas. Coeficientes 9 4 a 0 1,00 0 5 1,57 0,25 10 247 072 15 3,94 1,64 20 6,40 345 25 8,23 497 25 10,66 716 215 13,94 10,39 30 18,41 15,19 32,8 24,59 22,51 35 33,30 33,88 b=Bg Figura 2.51: Reaceiéa en cuchillas, 2.21.35. Influencia de las corrientes de agua subterrinea AI sacar las tierras del interior del cajén se produce forzosamente, al menos provisionalmente, una reduccion del nivel freatico en el interior, ¥ con ello en los suelos incoherentes una corriente de agua hacia el inte- 236 GEOTECNIA IIT rior, que provoca frecuentemente el hundimiento del fondo y por tanto la hinca del cajon. Sin embargo este sistema no es recomendable porque inevitablemente se producen también hundimientos exteriores del terreno al producirse el arrastre de finos con él movimiento del agua. En algunas ocasiones se ha legado a extracr en materiales incoherentes sueltos, un volumen de terre- no deble que el tedrico del cajon. Es por tanto imprescindible en este tipo de materiales mantener el nivel del agua dentro del cajén por encima del nivel fredtico exterior, produciendo asi una corriente de agua de dentro hacia fuera que evita toda entrada de material por arrastre. 2214. Esfuerzos del cajon durante Ia hines Durante la hinca el cajon esta sometido a esfuerzos de flexidn, trac- cion y torsion. En el caso de cajones rectangulares los empujes de tierras producen flexiones, que determinan el armado segin la seccién transversal del ca- jon, debiendo poner especial atencién en el refuerzo de esquinas. Si fos cajones son circulares, los empujes de tierra producen compre- siones circunferenciales, a no ser que un acodalamiento del cajén provo- que um desequilibrio en los empujes, apareciendo entonces también flexio- nes sepan la seccion transversal del mismo. Los cajones pueden estar sometidos también a flexiones en planos verticales, trabajando como viga pared, por ejemplo cuando aparece un mayor empuje de tierras en el centro de los lados y con ello un mayor rozamiento que en las esquinas y en el centro de los lados estrechos. Por esto el cajon se deforma de manera que en el centro de la pared se curva hacia arriba. Pueden generarse de esta forma tracciones en la parte superior del cajon y en Ia inferior esfuerzos de compresién. Para que no resulten armaduras excesivas suele considerarse una ma- xima zona volada razonable, por ejemplo un tercio del lado. Pueden apa- recer también flexiones que produzcan tracciones en los bordes inferiores del cajén, por ejemplo cuando el cajén queda colgado por los lados mas estrechos y libremente suspendido por el centro, por estar apoyados irre- gularmente las cuchillas, por estar socavadas las del centro o por haber surgido algiin obstaculo que ladee o impida el descenso de ese lado. En taso de inclinacién del cajén hay que prever que pueden movili- CAP.2, CIMENTACIONES SEMIPROFUNDAS 237 zatse en los anillos superiores parte del empuje pasivo, con los consi- guientes incrementos de flexiones en las paredes. La Figura 2.52 (segiin Szechy) muestra el momento producido segin el fuste, de un cajon que se ha inclinado un angulo «a», cuando el dese- quilibrio se resiste en un tramo de altura «h», El valor de H resulta igual a la proyeccién del peso del cajon: G-tg a. Cuando Jas cuchillas atraviesan una capa con bastante rozamiento y enguentran una capa sin apenas frotamiento lateral, puede quedar colga- do el cajén y aparecer los correspondientes esfuerzos de traccién, por lo qut deben ser armadas convenientemente las paredes del cajén. Figura 2.52: Esfuerzos. por acodalamiento. El cajon puede estar sometido a esfuerzos de torsién cuando al hin- cat, tropieza por ejemplo, una esquina con un obstaculo (bloque, erratico, tranco de Arbol, etc.), Debe preverse para estos casos una armadura apropiada contra la torsion, a no ser que en las perforaciones previas se haya podido confirmar que no existen estas clases de obstaculos. 222. Cajones de aire comprimido Cuando los terrenos son muy flojos o muy permeables, puede suceder que no sea posible el agotamiento, 0 se produzcan sifonamientos del fon- da, debiendo acudir al uso del aire comprimido si se precisa realizar Ia extavacién en seco. 238 GEOTECNIA II Como ventajas y caracteristicas del método se pueden citar las si- guigntes: — Permite alcanzar el estrato firme hasta profundidades de unos 35 m bajo el nivel del agua. — No es necesario el agotamiento ya que el agua es expulsada por el aire comprimido. — Se pueden setirar facilmente todos los obstaculos que impiden la hinca del cajén. — El fondo de la excavacién, una vez alcanzado el estrato resistente, puede ser observado y limpiado directamente, lo que garantiza unas condiciones de apoyo de gran calidad. Como materiales utilizados pueden citarse la madera, tubos de fundi- cién, chapas de palastro, cajones perdidos de acero y cajones de hormi- gén armado. La Figura 2.53 muestra el cajon de cimentacion del estribo del puente de Brooklyn, de 52x 32 m en planta, constituido todo él de madera, en el que se consiguié la impermeabilidad con un profundo calafeteo. Figura 2.53: Cajon de aire comprimido de madera. En la Figura 2.54 puede verse la estructura resistente de la camara de trabajo de un cajén metélico y en la 2,55 un gran cajon metalico de 312 x38 para el dique de carena del puerto de El Havre, con un calado de 13,50 m, utilizandose el aire comprimido unicamente en las fases de relle- no de las cdmaras de trabajo.

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