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Espafioles hacia América La emigracién en masa, 1880-1930 Compilacién de Nicolés Séacher-Albo SAREE VORLONgIG ingaunye “H NVAP Alianza Editorial Am Ys 2 Préiogo evilar, Hay que destacar, sin embargo, que el libro observa-por primera, vez desce opuestas orillas del ozéano las dos caras de 1a emigracisi La biésqueda iniciadn es de esperar que prosiga. A la continuidad del esfucrzo tal yer vontribuyan sobs: todo las nuevas comunidades autino- ‘mas. Adin lamentando los desgatramicntos humanos que Ia emigeacién Jes produjo, parecen mejor dispuestas a evocer squellos hechos, en parte por sentirse orgullosas de la ejecttoria de sus hijos y de sus descendien- tes en Ulttamar. La présima conmemoracién del V Centenario del primer desembarco de espaiioles en América ofrece sin embargo una excelente ccasién para que los organismos nacionales presten a su vez. apoyo, a fin de sacar ampliamente a la luz una de las contribuciones de Espand més sélide, duradera y desinteresada a la vida americana, : Una generacién de historiadores jévenes despuata en fin con mente mas abierta y més habituada a Ja interrelacién. Esta mayor soltura resul- ta fundamental af tratar de un tema que necesita juntar y compatar in: formecién dispersa en dos ‘continentes. Esta generacién dispone ademés de un arsenal electrdnico que les generaciones anteriores no tenian y que le permite efectuar con rapicez aadlisis refinados de la ingente masa de datos conservados. Inieléctual y materialmente se encuentra, pues, dotada para, a poco que le acompaiie el nino, ganar el reteaso que dejaron erecer sus mayores, Cumplo para concluir con el deseo de los participantes de agradecer 2 las instituciones gue patrocinaron tas conferencias mencionadas, las fa- cilidades que ofrecieron para su realizacion. Pot mi parte aitado mi re- conocimisnto a todos los coluboradores de este volumen, En particular me complazco en esaltar la geuercsidad de Raluel Ancs y Moisés Lordén al poner a mi disposicién los trabajos presentadas en Gijén N. SoA. 1. Medio siglo de emigracién masiva de Espaiia hacia América Nicolés Sdaciuz-Anonnoz Espa, encrucijada de pueblos, De las capas profundas de su suelo, Jos arqueélogos han extrafdo la memoria de oleadas sucesivas que, desde el-riegdaleniense a los iberos, pasando por argtricos o celtas, vinieron a poblar su tierra, Griegos, ptinicos y roranos acudteron luego y, tras ellos, vsigodos, judios y bereberes, seyiin atestiguan esta vez los testimo- aios esetitos, Més nombres quedaa adrede en el tintero para abroviar Ih lista, Unos pueblos se establecicron y diluyeron entie los naturales, como seurrid con fos euevos: ottcs blo estevicron de paso, con Mie ciston los véndelos. La Espafta receptéculo de pucblos también se vole a menudo hacia afuera, De aqui arrancaron en la prebistotia los portadores dsl aso cainpaniforme para propagar sus teaicas y sangres por todo Occidente, Las grandes migraciones, en una diecciéa w otra, cuentan, pues, con largo historial ex la Peninsula. De una migraciéa reciente discurren las paginas que siguen, Su ciclo se abrié cien afios ateés y se cerr6 hace medio siglo; abarca, pues, media centuria entre las postrimerias del siglo x1x y los comienzos de éste, Mik tiones de espaitoles atravesaron en aquella ocasién el Ailéntico, cumbo a vatias naciones americanas. Enire"I880 ¥°1930, aproximadamente "hon bios. y mujeres: de todos los rincones de Buropa, ‘no: sélo-de: Bspatia,-se « trasladaron at Nuevo Mundo en michedumbse sunca vista antes, 6 uw Nicolas Sdnehez-Albornor i, Precedentes Acpartin-cle~fines~del-siglo-2¥,-Los-espafioles-han-estado~eruzando.et oe6ano"por-elios-surendo por-primere’yez"y~-poblando-les.tierras-conquis. ‘tadas."Alprineipio;-los*colonizadores-procedieronen ste mayor-parte. de Andolusiay-xtremadura.yambas Gastillas..Salvo-loa-portugueses, que. 2. Jinstalaron..en.sus-posesiones~rle-Brasil.y.supieron-adentrarse, algunos, en. ls.cdominios..vecinos;rlos-ciems, euzopeos- fueron.-contados.. Sis=paso- &- inclias-estuy. prohibido En-tos-dominios-tspafioles-s6lo:sevinstalaran: al szat-do-lamarineriay-el-disimulowo-el-favor. Se ha estimado que un cuario de millén de personas emigrd de Espa- fia en el primer siglo. Aunque hubieran sido més —un0s 3.500 ai afio—, equivaldrian a un 0,f por 1,000 de Ia poblacién de in época. El quebran- to para el pais resulta en suma infimo si ce Jo compata con las pérdidas que ocasionaba ta mortatidad ordinaria. Ms que en el orden demogréfico, el efecto debis sentirse en el cualitativo por cuanto la emigracidn solla capzar 8 los individuos menos convencionales. De este cuarto de millén unos regresaton, mientras qué ctros fueron y volvieron varias veces. La mayor parte se asentd en Ultramar dejando'teas de ei larga descendencia yun sedimento indeleble en ef habla y en Ix cultura del nuevo con- tioente En el sltimo siglo de domisacién colonial, Ja prosedencia regional de Ios migrantes vit6, @uienes-en-cb-siglo.xviuentraygsaronmel Atlintico fueron-més~ios-gallegoslos-moataiteses-y-los-oriundos-ceu!as- Canarias, Jslas_pobladas~iressiglos~antesvar-partirmtambién-ederla”Petiinsula, La afluencia no debi6 scr clevada, « pesar del apoyo piblico —cotonizacién Subsidiada o retwerzos millitares— 0 el mayor tamao y volumen entonces de los buques y del comercio. Aun cuzndo el éxodo hubiera sido supe- Nior a lo acteditado y Io sumdearros a los montantee anteriores, tres siglos de supremacia en el Nuevo Mundo sportaron, cuanto més, tres cuartos de miilin de espariales La Independencia de fa Amésica continental acarneé luego un replio~ gue. Los espafioles fueron expuleados de varias de las nuevas neciones; por ejemplo, hubieron de dejar México a raiz del decteto de 1829. Otros marchaton por su propia cuenta y pie al verse privados de las yentajas de que gozaban en Ia administracién y en el negocio. Quienes més aban- donaron las antiguas colonias fueron naturalmente funcionarios y comer cites sin larga permancncia en América; muchas otros optaron en cam- bio por quedarse y lo consiguieron. A Espafia regresaron en verdad pocos. Los més prefiricron pasar a fas colonias fieles de] Caribe, 0 se instalaron con sus fortunas en el extranjero, tal como hicieron algunos en el sur de los Estados Unidos o incluso Eu-opa, La interrupeién de las comunica menudo Ia reticencia ini Medio siglo de emipracién masiva de Eapaiin hacia Améeica 8 ciones maritimas diffcutt6 ef prorte seemplazo de Jos salidos por emigran- tes sin atadutas con el pasado. Las trégicas turbulencias de las nucvas Aaciones \ampoco érearon un clima attayente. Ni siquiere Espatin, en expansién econsinien y demogeatica intetiot, conté enionces con sobran- fes; mas bien retuve brazos en cl campo. Sélo una minorfa mantuve vive Ja visiculacién con Amérien durante el reflujo. Los exilados liberates del régimen feenandino fueron en general bien acogidos en las nuevas rep blicas, Los comercisntes, saltcéncose las prohibiciones, no Aesaprovet ton tampoco las ocasiones para enviar sus representantes y sus mereac fas, aunque fuera por Ia via indirecia de Gibraltar 0 Pucrto Rico. Una expatriacién de cierta entidad tardé en reanudarse. £] caudal niayor partis en ese'tiempo de Canarias, como nos recuerda Macias en’el capitulo que dedica plas islas, be-politica-anigratetia~deslar€poen-alteras entre"larprohibici6t y "el Tomiento de" 1s" Galpeigitn “haciaclasecalonise el Garibe:Ea~interdioéién-malamente--acatada;-Tue por-finlevantadeen= 1893:-Arpartir-de-entoncesel-paso-claadestinerealig-telarhizeyrel-trasicgo recreti6, Llordén, Fernéndez de Pinedo y Yéiiez Gallardo rednen testi- rmonios de estos primeras pinos -Gonitciones;-provedeucias~yestinoy~fusron-una~yenomésdistintose Salvo-en-Cuba-y-Puerto-Ricoy-ada-bajotutelay-los-espaiieles-n0.gozaz0n. yade-proteccin-o-privilepiosr En'st-continente‘w-veces-tropenerominchsom con-recelos-o-fasron} ngredides=-Ehmel-trato-inlligido-wscolonor-espesioles| sirvi6-por- ejemplo; te pretexto- para’ istervencicer Haval-espafiolarem el Pacifico;-que-darielugar’# la gerts’contrasPertixy-Ghile, En este etapa, dems de las gentes de Canarias y del litoral cantabrico, marcharon ha. cia América catalanes y baleares, una presencia en aquella cantidad rnue- va. Cuba y Puerto Rico, escasamente buscados en el siglo anterior, se convieticron’ gracias al azcar en un lugar de opottunidades y receptées lo de hombres. En cuanto a ocupaciones, hubo entonces menos funciona los y ms asalariados. La diseontinuidad entre una etapa y otra es eviden. te, Una familiaridad de vieja data con América, la lengua comin y espa. riidicos lazos de pagentesco sirvisron de engarce con el pasado. A’ la Uegada, ta tfpica ambigiiedad de szntimientos hacia 1o espafiol invertin « y favcrecfa al emigeante espaitol frente a los de otras nacionalidades. A principios y mediados det siglo xvx, los capaioles no contribuyeron sin embargo 2 poblar las Américas tanto como otros europeos: britdnicos, alemanes, italianos septentrionales y ms tarde escandinavos. Oportunida. des-no les faltaron. "Ahs estén los capitulos de Llordén, Fernénder de Pinedo y Yatex Gallardo, que prueban e6mo solamente pocos las apro- vecharon. Los espafioles no se hicieron presentes en particular en los Estados Unidos, ampliamente abiertos entonces a los europecs, 6 Nicolis Sinches-Albornoz La emigracién espafiola Gnicamente cobré envergadura a fines de si- go, cuando una nueva oleada arrastraba fuera de Europa a gentes del Meditetréneo y de la Europa oviental, 2. Fuentes £Cusntos espafioles partieron hacia América entre 1830 y 1880? Afios Tucton éstos —recordemos— de zeflujo y lente reanudacién de la emi graciéa. De aquel periodo quedar. pocos datos. Recopilaciones oficiales mal puede baber si la salida solla cstar vedada. Levantada Ia inteidicei6n, antes de que Ia administracién compilara informacién para todo el pais pasaria cierto tiempo. Para la época cabe emperg recustit a noticias par- tioulares, sucltas y sin sistematizar Liordén ba cpnsultado los protocolos notarisles y Femindez de Pinedo os despachos gonsulares franceses. De tales informes se desprende claramente, por ejemplo, que los eipafioles se embarcaron a veces en el extranjero. Muchos vascos, segiin Pinedo, salieron por puertos del Sudoeste ‘rancés. Puntos alternatives de. embar que debieron ser, para otras regiones, Gibraltar o el norte de Portugal. Juntadas las piezas del mosaico, no todas disponibles ahora, es de.esperar que algin dia aquella fase de la emigraciin se aclare y precise. A partir de 1882; el Instituto Gcogréfica y Bptadistico llevé ya euen- te detallada del movimiento anua! de salidas y entradas de pasajeros, puerto por puerto. Desde entonces hay a mano ‘una serie continua. No por ello los problemas se acaban para el historiador. Las definiciones ni Son siempze satisfactorias, ni consistentes. El.punto.rlz,¢mbarqueemal-re- fieja,-pomattaxparte,la.veeindad-del-migrante,-Siniados-los-destines’de- clazades.tampoes-coincidea-conr lox datos-americanos-de-entradarpormna- danalidad, Nuevo rompecabezas! En su detalle, la informacidn del Instituto, o la de tas entidades que bajo otro nombre cumplicron luego las mismas funciones, permite carac- terizar mal que bien al emigrante y al éxodo, Més adelante recogeremos estos rasgos, Para ottos aspects relacionados cou la emigracién, no hay emporo datos directos, Cabe af infsrieles por contraste con lo tstal en grupos estables que no han experinrentado exodo,'Ciertas muescas 0 irte- gularidades en Ia distribucién de los atributos denotan en efecto la im- pronta de migraciones, Rupturas de tendencia o conformaciones andmalas ponen también de manifesto su incidencia. Los recursos disponibles son de indole muy variada, y hay avin més. La emigracién, en tanto que experiencia humana, presenta una di- mensin subjetiva fundamental. Lac vivencias han quedade recogidas en varieded de documentos de la époce, desde Ias caftas privadas que alum- Medio siglo de emigraciin massive de Espaita hacia América 1” bran intimidadgs hasta Jos testimonios més distantes de terceros, como son, por ejemplo, {a prensa o las pezas literatias, En stt capitulo sobre Asturias, Anes recurre a menudo a los testimonios literstios. Morales Sero estudia por su parte Ja documentacién de las fundaciones que emigrantes prominentes crearon en favor de sus pueblos, prueba material de su éxito personal y también de sus ersofiaciones. De la actuacién de los * emigrantes queda por otra parte mucha informacién en Ultramar, Los ar- chivos de las colectividades constituyen, por ejemplo, una fueate abu dante, todavia sin explotar Para periodes sesienles es posible todevia provocar el testimonio per sonal. De-lo-emigracin-de-los-atios'1920-zobrevivenr quicitspatttelpaton exvella;-capaces-dereveribimo-de-nattit”Sa8 Recuerdos-ante~un-magietOrs ‘np.—Las~miodemes~téenicay"de' Ta” histSnia” aorabs-esemare-preoTAmioMe™ cémo-sonsacat-el-recuetdovantes-de-que"el"paso“de los"ancslo-apague. ‘A medida que tanscurts el tiempo, crge més este relevamiento y debiera planearse el rescate de este memoria popular. Lavemigracin-pede~en-fin-definirse-como~tina. gigantesca-ciapresin Abaren-sin-vasto-vistema”de informasién-y-transporteincurte“eh Costes, Hinde-beneficios y-genera” papeles?"L¥'documentacién ‘sobie“este soporte mterial-de-lavemigraci6n “es” bésiearsente"deindole” privada-y-se~haila disperses Las fuentes citadas y otras omitidas abren numerosas oportunidades & la investigaciOn. Que entre ellas alguna no retina los requisites exigibles tno debe desalentar, sino al contrario, mover a su depuracién critica 0 a su reemplazo. En Marifdn, criticadas lac fuentes. los asistentes al simposio adoplaron precisamente tina postara activa. Entse las recomendaciones que se formularon para mejorar los instrumentos de trabajo se propuso en especial gue se constituya en Espaiia un centro de documentacién y lun musco, asi cama que se confeccione un Atlas de la emigracién, 3. La emigracién espafiola La emigeacion en masa do los siglos x1x y comicnzos del xx es en pri- mer lugar un proceso atlantico, en el que Espafia participa junto con otros paises de la Europa septentrional, inediterrénea y occidental. El éxodo no lees, pues, exclusivo; su eronologia, orientacién y efectos revisten, en cam- bio, trazos propios. Cabe, pues, hablar de una emigracién espaiiola con caracterfsticas distintas de las de otres zonas de Europa. La siluacién seogrética de ésta, en el extremo occidental de la cuenca mediterrénea, no hace tanto a Ia diferencia como el tiempo y modo como Ilegaron al 1" Nicotés Sénchiz-Albornox Bale yt difundieon por dentro lov cambios que por toda Buropn venfan 2 instaurar uni sistema econémico industrial y capitalista En primera instancia, el-anélisie-de-tnwemigracida.debe_hacerse a es. -cala.necional-Unelistado-devesta-dinensiGn-es-ef-quievenodefinitiva.pro- rmulge-las-leyos-que-regulan-el-movimiento-de~entradas-y.salidas,-Segiin« Jas-épocasy-el-gobierno-prohibe"laremigtecién-o- procure -encnuzatla-haciay determinados-destinosrEn-otrasylosalidaresslibre-o,-incluso,.se ayala.a-ses « fomentas-Bl-Estada..dispone-ademés.de.Grganos-de.fiscalizacion. que {0 man-notende-ellar-begisiadores-¥”furtionsridyse-ocapamde-darle-forma,. “llevare-fa-cuenta-y-aplicarslas noms fijatlas“El representante.elegidosin- (erviene.s2Rn,1os.criterios.querimperan-en-st~-mente.onceacuerdo. cot, Jes "intoreses-entre-los-que-sermueve:*Lis furcionarios- desde"fos iuane- ~103-hasla-los-diplométicos ejevitan Ix politica; pero-tambiém inciden sobre ellay-Xin-cuerpo,el-Bjército;sno-dejeenvespecial-de°reclemar-y-conseguir que-la-ley-ponga-cortapisas-a-la pertidarde tos jévenesedad.ehiola-que se-cuania_la_mayoria de, los, emigrantes,, La Lamada.a_fijas,.pendiente ~coarté-la-tibertad-de. mgvgnient0SnbdcmnigraciGn.s¢..desanvuelve..pues ~dentro de-oferto-4mbito-nacionalr-Autr'cuando*éste-sca jgnorado-o'vislado - a yeas 8d oder e-exige-como “un-obstculo-quove! transgresor debe. as redio largos fueron afioles que, sumadas fuen- es superior a la que arrojan las escaftolas. Sénchez Alonso calcula més espafioles, segtin se ha dicho tamb:én ya. Es posible, ademés, que las See ee a eas Se al afic, veinte veces por encima del término medio del siglo xvi, 0 unas Medio siglo de eimizracién masiva de Espais hacta Américe 19 diez veces mds si se ealitira el mayor tamafio de 1a poblacién en nuestro siglo. B] éxodo transocesitica de 1880 2 1930 no tiene evidentemente px rang6n, por més ajustes que se hagan, con tas inigraciones del perfodo colonial Hecho el balance de tas entradas y salidas de los puertos ta cuenta se simplifica. Idas y venidas se compersan y s6lo queda Ia resta. El cua. dro nnn. 1.1 recoge el seldo neto de ls emigracién espaiiola a Ultramay entre 1882 y 1950. Segtin él, ta mengua efectiva de poblacidn fue tan sélo de poco més de un millén en med siglo. Esta pérdida se prorratea 4 unos 20.000 por afio, es decir, que equivale a un 4 por 100 de las de- funciones snuales y un 1 por 1.000 de la poblacisn de la époce (cifras redondeadss para facilitat el argumento). Este milésimo es incluso dos veces y media superior a las salidas anuales hacia América en el siglo xv1. De eualuier forma, queda cortoborada la mayor envergedura de la trans. migracién contemporiinea Este millén viene 2 ser menos de una tercera parte de los ingresos en América, segtn fa cuenta referida. £Es, pues, el saldo neto una medida caso més escrupulesa? El procedimiento anula los viajes ocasionales, como también varias de Jes duplicaciones sefialadas. Fl rigor se poga en cambio con una definicién mefiique del éxodo. El indiano que regresa a pasar sus“tltimos dies en su tierra, ve esfumarse en el soldo su fecunda experiencia en otto continente, Todo regreso anula ademds en el orden demogeético Jos afios aptbs a In reproduccién ‘que el emigrante ast fuera del: pats, Medica mas eccuets, of aldo anwol otorga quizé mayor uilides la linea de tendencia, y, dentro do ella, a las oscilaciones. En el cundro aii- mero 1.1 se-observa, en effcto, emo la emigracién espafiola arranea tet. de si se Ia compara con la de otros paises, incluso los de Ia cuenca me- diteindnea, Apenas cobra Yuielo en ef dacenio de 1887 a 1896, cuando alia habia inundado ya de emigrantes Brasil, Argentina o los Estados Unidos, hecho al que se alude en varios capitulos, En él trieno 1897-1899, el saldo se convierte en negativo. Son més los espaticles que regresan qué 48 que parten. En esos aftos se produce uno repatriacién masiva o rata de ta guetra de Cuba, no tanto de residentes, como de las tropas destacedas fen las antiguas eofonies, A partir de 1904, repunta de nuevo hasta cul. miour'en 1912, cuando eitradas y salidas se saldan con una pérdida neta de poblacién de 134.000 personas. Desde entonces hasta 1030 se suceden altibajos con brevés culminaciores en 1920 y 1923. Es ste un periodo de grandes movimientos de poblacién, La crisis econdmica mun. dial y Ia posterfor Guerra Civil espatiola los interrumpen. Los retornos protiferan en of agitado devenio siguiente En 1930 conctuye la Jarga 2 NicoldeSdnéhts Aborooe Cuno 1 ESPARA: 1692930, MOVIMIENTO NETO DE PASAJEROS POR SHAR ‘aa | i307 tees soot | 1308 lent : 4838 | (909 : tess 56 | [910 iets Son 5s |e tae? salsa | doi fom saat | 36 1889 2tos | i314 ti0 co GSE | 313 131 3380 | isie tise ass | 1317 iis 15658 | Hosa 2 ta3t ‘west | 1919 {fos chaz | ioaa 1s Sabet | tsar 2 2D {037 <5is0 | ae fi ess | 1383 38 Teties | 35a 00 4800 Seat | 1sts {801 3545 | tse tae gino | teas ios a5 | (eae foun soitd | (S38 1805: ease | 1930 1905 52353 10277 Tora Fore: J. Nadal, La poblacidn espeRola, Ariel, Bargelona, 1984, ar lino, Ties dso ps Te signs haa tesa “in ape morta td a ns de een bac América por pocos lustros. Lo harfan a un exilio forzado al acabar la Gusta Chilo on busa de majors horeones conclude la Guca Me dial Nien volamen, al en dracon, ai en su eomposiién, este fu co titogo al sateron. 4. La emigracién regional Mirada a distancia, Ia migrccién trasatlintics involucra dos conti- nentes enteros; desde més eerea, vineula éreat: Gran Beta Bseand navia con Norteamérica, Espana cow Iberoamésica...: a fa corta, en rea lidad conceta entre of regiones: Cenatias con Cuba o Galicia con Buenos Aires: a Ta lupa, la migracién enlaza comarcas, pueblos o incluso barrios. Cualquicr dptica es vilida, Depende del problema y del argumento. i (Medio siglo de emigrocion masiva de Espaia hacia América a Zelativaments honiogénee, Las.motivaciones-declos-que-soravseataeeeeg Se ietttons el ectorde-emigrasrlon'medios-l-aleance'y las conseona cig, dee pacide-distaronemperade eer paRvaidos'en odo=elcterntineee Senet Hubo por-lo- pronto” zonas tenis? vetidas"baelarernionae Soime.ccurtié con cl- interior del pits" Dééthasyman6renreamblonenn, Fei tntat gmlstecioa Las mas propensasfusrons por ldgiearlentoeeree= fehitioral yas las, Ente elas uo algunas on Espana’ come ieee feraatina, de las que més personas salieron hacia el norte de Atri gue fsit Amétis. Andalucia aparece a este proposito biases In eran] oe ‘mienieas que 1a occidental més hacia Amética. Sq mo a veces el marco regional resulta incluso demasin. 12, fscila regional es casi procepliva en el caso expafiol. La nacign se fallabe # puneipio'de siglo, mal inegrada todaviny lw inodersionigs vo itbia legado a todas partes. Esta, al tornar reduadante Ie ween sn bre rural, era la que en buena medida empujaba a etnigear Et He pre exe por l6piea consecuencia encarar la cussion por ropiones, Cuinect craanat Ne fueron cspafotss cualquiera, sino ante todo fos galeeoe PeebnGs ¥ Sanarios. Vizquez, Anes y Macias estudian los casos tapeat seat Oy demas Fincones del pais partié eaionces menos gente, De ecee estietros meniores, el libro slo se ocupa del de Andulache ‘as tendencies yIos-ticmpos-de~lremigecidntegional-vaviarona La fanaria fue persistente, aunque spretara més en ciertos momen he *s frreciaron durante Tay balas cicitcas que padecié la agricsituny ao (basin de las isias, mientras que durante las bonanzas los ilesee Cask? f Permanecer en su tctra © a regresar a ella. Por otra pare Palit, ln primera tegion en realizar ia teanscién demogedticn fue tee bién Ia. primera en liberar brazos. E. crecimiento de ua pean any E2ugreial ¢ industrial como Barcelona en el noreste de la Peninadn ne basié paca impedir el éxodo de las comarcas rurales-y costeres e Ultee aie A Js larga, la diteceiGn se invertvfa: al empezar este siglo, Gatslens atrajo cottiontes diversas procedentes del resto de Espatio operando y fueron aprovechadas, en mayor fants, eusndo sobrevino, Los vizcaincs y asturianos, de los gue Fone fez le Pinedo © Llorciéa se ccupan, con Jos pioneros, papas Tesiones expulsoras, el grueso del éxodo se sitéa claramente Snire 1880 y 1950: Dentro de esos fechas, cada regiGn hizo aporiee on enn 2 Nicolse Ssnchex-Albornoz Lidades y tiempos desiguales, Comparando con el de Asturias, el saldo del archipitlago fue, entre 1921 y 1930, positivo, es decit, que registrd més ado signo negativo, es decir, de emigraciOn intensa, El total nacional re sulta por consiguiante de emisiones regionales combinadas y cambiantes. 5. Los medios El paso de una localidad en Bepatia a otra en América, de un pueblo vasco a Ja compaia def Uruguay, por ejemplo, requsi6 un apaye inter medio, Los puettos lo proveyeron. Cabeceras de Iineas 0 escalas de las rlas internacionales, donds se agolpabon los emigrantes a la espera de ‘ocasién de embarcar, no hubo tantas en Espaiia al empezar nuestro sig. De Ix media docena de esta clase, dos de los mas importantes —Barcelona y Cédiz— se erigieron por cierto en costas de escasa emigracién propia, ‘Ambos puertos sirvieron a las ders regions. f F ro pterlor fueron enlancee-lor eet centos-deeeleciGn-y rei tribuciémede-i-poblecicndspnnible Pare-mehor migrantetel-puorto de embarqus-orde-llegada-ue-ademas-ou.primera-o-impreseindible-experien- cia-ucbana, Qué signified ella y e6sio les afecté es un estudio por hacer. De Ios puertos sélo trata el libro en referencie al embarque. De los pro- tocolos notariales, Llordén ha pocido extraer la procedencia de cusntos abordaron los buques en Gijén entre 1858 y 1870. Vézquez menciona por lado la proporcién de salidas d= puertos gallegos. ee train ee sueism some heme Yao, de plone eto de tomas de decisién personal, pero es a le vez. una gigantesce empres Zina cat note eonreten tuo toes Mult de inidos ¥ de endades patcipon en ella recltando y trnsportnd emigrants, Se rican actividad reguiere grands inversions 3 al opera, rueve sumas Cyaan Vinguee os ho planteado para Gales adoro capital seam ron intermediatios y trunsportistas. Una fuerte demands impulsa en suma al negocio, aunque tambidn evced al reves, una mayor oferta init la demands. Porque hay plazas en bs barcos, éstas terminan por lenazse tondén Vézguer han examinedo las condiciones de tcasportey el coste del pase, cvestiones demas do a menudo descuidadas; el primero Jp hace para los viajes iniciales desde Asturias y el segundo, con mayoi detenimiento, para la emigracién gallega. Ysfiez Gallardo nos tiene, por cits parte, prometido para pronto tn estudio de la Transatléntica, la mayor naviera espafola dedieada al transporte de emigrantes. Tengu proenie ‘que éstn es época de proguesiva sustitucién de la navegncién a Medio siglo de emigracion masiva de Espa hacia América 25 |i de vapor. Rapidez, régularidad y capacidad en ef transporte de emi- Brantes se incrementaron| entonces notablemente Con respecto a as madalidades det reclutamionto s6lo podrén Jeerse Alusiones a las contratas.en ef capitulo de Macias y al papel de cierios agentes reclutadores en ef de Fernénd=r de Pinedo, Los demés trabajos suponen une pattida Iibee a expensas def emigrante, su familia 0 amigos, © también a erédito, 6. Perfil de los emigrantes nets personales. Asi necesnriamente Ia uni- dad natural de anélisis, Hay quienes sostienen que tampoco el individ esl soporte exclusivo de Ja experiencia migratoria. En vex de eso, propo. nen que se estudie la familia 0 Io comenidad Encel-Brasil-paulistslos-migrantesfucroteh~efecto-contratadoa-en* sran-parte-por”tnlddes dotsticas:-Para-cosechar.cals,-el-trabnjo-por tencdas-familiares-reportaba-ventajas, Sowza-Martins lo schala en su ca Pitulo, De Canarias, también salieron familias en bloque a prineipios del Siglo x1 En otras ocasiomes, un miembto 62 adelant6 y Ilasné lego a fos pavientes, de segundo 0 tereer grado inclusive, Las amistades tambien tiraron ‘hacia América, En todo aluvisn siempre hay un efecto de familia y amigos que en- cauza el éxodo y le impriine cierta inercia, Sin esa Hacién, librado a una coyuntura econdmice volatil, cl flujo oscllasfa més nerviosd, Por ese efor to, Ia gente sigue eigrando cumnda Ine mejores razenes haw dewpun cido. No se.parte.entonced para abrir caninos, sino para redondear fami Tins o nitleos de sfinidad.' Un movimien:o en cadena lleva por otra parts 8 los de un mismo puebloi a instalarse en wna misina localidad o barrio fn Ultentar, # veces a lo largo de generaciones. Por costumbre, eiertos tmigeantes se asentaron a] pobijo de los raisanos que los precedicton, Las sociedades do residentes del parroguias gallegas en Buenos Aires, pot elem plo, deben conservat aburidantes testimonics de este xénoto. De ure tra manera se teficton enionces sélidas sedes por encima del Atlantico Por mas que se estudie la familia 0 Ia comunidad, el individuo no dess, parece. No puede hacerlo, sin ir mas lejos, porque es él el insctito en los dlocsmentes. Viajara © no jen grupo, la administracién tomé nota de los individuos: nombre, filiacin y demés sefias, Tales datos permiten hoy econstruir el perfil tipicordet migeante, Keto fue ante toda un hombre joven soltero de extraccién social baja y agricultor de ocupacién, tan jo. ven que apenes era més que un adolescen'e, Iglesias conficmna el estereoth po por lo que hace « Cuba, En menor escala, lo reitera también Sonesson Py Nicos Sanchee-Afbornoz para Puerto Rico. Vézquez observa el hecho entre los gallegos y hace luna referencia especial a Ja enigraciOn femenina, Los rasgos varian de tanto en tanto, Lae proporciones por edad, sexo, alfabetisno, etsy, cam- bian, Results en fin intcresente notar ia elevada proporeién de artesenos e industriales que salicron de Vizcaya entre {901 y 1911, segin Fernén- dex de Pinedo. 7. Motivos 2Qus movid a los espatiolss a desterrarse? A nivel personal, las posi- bles agrapasiones y combinaciones de motives no patecen tener més 1 te que el nGmero de emigrantes. Lo que en Ja conciencia —o en el sub- consciente— aparece siempre unido, necesit empero separarse snalitica. mente, Las causas que se aducen son finalmente limitadas. Los autores distinguen entre expulsign y atraccidn, el push y pull de Ja literatura anglosajona, La mente del emigrante concilie, en cambio, las razones que se le oftecen para dejar cl pais y las que fe llevan a elegir destino. Nusea vienen solas, aunque en ocasiones pessa més unas que eres, Una Hamada a filas 0 ane hambruna pueden eonvertirse, en deter inado momento, en factor desencadenante de 1a ausencia; una oferta fentadora puede, por el contrcrio, decidir una partida no anhelada, Los motivos mis citados suelen ser los econémicos. Dentro de ellos Ja miseria, pero bion han hecto algunos en recalear que cuando entra en juego el costo del transporte mal cabe referitse a una carencia absolute. Por lo deinés, la privacién, como bien aduce, Anes, fue por desgracia un estada endémico. {Qué sucedis, pues, para que les pobies se moviliza- sau? ¢La condleién econdimica s¢ detetior6 atin mis 0 fue, acaso, la infor maci6n 0 el transporte los que abrieron nuevos horizontes e hicieron me- nos Hlevadera su condicién? Los capftulos sobre Galicis y Andalucia ebordan ia relacién que hu- bo entze migeacién y crisis azraria finisccular. No fue una coyuntura adversa —una de fas inveteracas crisis de subsistencias— la que suscité Ja tiada, sino una trausformacin de las estructuras agratias-tradicionales, que privé de su ccupacién a mecha gente en Galicia o Asturias, En el Sur, donde la gran propiedad mosis mayor capacidad de sjuste, la agricultura Sigui6 sin embargo absorbienco por un tiempo mano de obra, En las ‘Canarias, os cislos exportadores no dieron lughr a una crisis general, sino 4 varias reconversiones, Las is'as no prosentan una onda de emigeacién masiva, sino varias. Crisis agreria y emigracién no tienen una expresién Gniea en Espatia. Los capituios mencionados apuntan por lo menos tres. Al debate econémico, Corés Conde introduce en este. libro varias cuestiones interesantes. 2La diferencia entre los salatios, més altos en Ia i Medio siglo We emigracion masiva de Espasa hacia. Ame a a 1 expulsién de Espaila, ¢acaso la proteccién arancelaria no hebia cow Lwibaido hasta entonces a retener la gente en el campo? Por Jéyice, al ‘ivalorizarss la peseta & principio de siglo, el efecto protector que ejevcia

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