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ACUERDO DEL PODER EJUCUTIVO MANDANDO EDITAR ESTA OBRA POR CUENTA DEL ESTADO Tegueigalpa, 28 de diciembre de 1931. Vista !a solicitud, que con fecha nueve del mes en curso, presentd ‘arte el Poder Bjecutivo, el doctor don José Maria Sandoval. pidien- “dv que se imprima por cuenta del Estado la obra que ha escrito bajo of titulo “Explicaciones sobre Practica Forense Hondurefia en Ma- jleria Criminal.” Visto el juicio favorable que el distinguido jurisconsulto Dr. don iAlbeto Uclés ha emitido sobre el libro del sefior Sandoval; y ‘SUNSIDEK \wbo: que el Poder Publico esta en el deber de prote- ger y estimuler la produceién de obras que contribuyan de modo ¢fieaz a la culbura general del pais; : an POR TANTO, ‘el Presidente de la Reptblica be (> ACUERDA: ee ee ee 4 1°. Editar por cuenta del Estado en niimero de mil ejemplares, la obra de que se ha hecho mérito; | 2° autor dejaré a beneficio de la Universidad Central para (Sus eanjes, cien ejemplares de ia obra mencionada, "| Somuniquese, my MEJIA COLINDRES. Fl Secretario de Estado en el Despacho de Instruccién Piblica, 8S. CORLETO. PROLOGO Después de publicar sus “Explicaciones sobre prictica forense ondurefia en materia civil,” que aparecieron hace dos afios con in probacién’ undnime de los amigos de Ja Instruccién Publica en fonduras, el Lic. don José Maria Sandoval, distinguido profesor de ja Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Nacional, y bien onocido como Abogado y como Juez en los Tribunales de la Repii- lica, ha. escrito sus “Explicaciones sobre practica forense hondurena n materia criminal”, las que, a titulo de profesor que fui en esa niversidad, y de ex-Magistrado en la Corte Suprema de Justicia, ‘on particular recomendacién para sus dos citadas obras, en estas los palabras, presento al ptblico la segunda. E] enjuiciamiento civil y el enjuiciamiento criminal forman en londuras, asi en los Cédigos de hoy como en los de ayer y anteayer, ‘igentes y derogados, un solo Cédigo de Procedimientos, primera y egunda parte, y por esto sin duda y a indicacién de un amigo de ‘uera, de cuyo nombre no puedo acordarme, el sefior Sandoval ha ntinuado y completado su primera obra con la segunda, y ha he- io muy bien. Sus ‘Explicaciones sobre practica forense hondurefia materia criminal”, que revelan estudios y trabajos asiduos, tanto mas como sus ““Explicaciones en materia civil”, son sus lecciones en \{ Escuela o Facultad de Jurisprudencia, seguramente, y forman un Ipre tinieo, dividido en ocho Titulos, y éstos a su vez, divididos en rios Capitulos, y también en niimeros o parrafos; todos, unos y con la enunciacién correspondiente. El Titulo I, tanto en el Cédigo de Procedimientos citado, como la “Practica, forense” en cuestidn, es el de los Preliminares, y trata los tribunales de justicia lamados a conocer en las causas crimina- ‘1g, y de las acciones que nacen de los delitos y faltas. El Titulo IT, tel del juicio criminal eserito y del modo de sustanciarlo hasta pro- niinciar sentencia, y trata del juicio criminal en general, del sumario, del modo de sustanciar el juicio criminal por crimenes o simples delitos, y de la sentencia. 5 testigo presta el juramento en el nom- bre de Dios, con arreglo a su religion, como un jurado, para evitar perjurios 0 conjuras: sélo los funcionarios del Estado, ya sean altos 0 bajos, hacen protesta. El Titulo III, es el de los recursos contra 6 PROLOGO . lag providencias 0 sentencias, y trata de Ja reposicién, de la apela- Gon, de la consulta y de lacasacién,. El Titulo IV, es el de la yevi- sion. El Titulo V, es el de los ineidentes del juicio criminal, y trata del sobreseimiento, de las cauciones, y del alianamiento de morada El Titulo VI, es el de los procedimientos especiales, y trata del modo de proceder cuando fuere procesado un alto funcionario del Estado, del antejuicio para exigir la responsabilidad criminal a los Jueces 0 Magistrados, de! procedimiento por los delitos de injuria o calumnia, y del procedimiento contra reos ausentes.. El ‘Titulo VH, es el del juicio sobre faltas; y el Titulo Vill, el de la disposicién comple- jnentaria, que previene, en general, Ja aplieacién de los procedimien- tos civiles a los penales, salvo disposicién especial expresa. El na- mero 164, final, contiene o diee: “otras disposiciones aplicables a los procedimientos en materia criminal’. El método dela “Practica forense hondureia en materia eri: minal”, en que tne ocupo, como el dela “Practica forense hondurefia en materia civil”, es excelente, y su estilo, fanto en una como en la ‘otra obra, eluro, propio y preciso. El sefior Sandoval, eon su nueva obra, y_con la anterior, ba hecho dos manuales interesantes de. prac- tica judicial, 0, si se quiere, de thetien judicial, que ya estaban de menos, con arte, ciencia y conciencia, en todas veces, muy utiles los dos para litigantes y Jueces. ‘Ambas “Practicas” son dos buenas giljas, y nunca estaran de mas. Ta ciencia de Ulpiano, Papiniano y Modestino, que nos ensefa ‘a vivir honestamente, no dahar a otro y dara cada uno lo que es suyo; y la de Grocio y Vattel, a vivir_en paz y en ley entre gentes} ciencia que aprendimos de Cayacio, Cocceyo y Heinceio, principal- mente en la Europa y la America ‘eristianas, alli donde el hombre sea libre, no debe ser un arte pérfida, para acriminar la inocencia ni ra salvar elcrimen. Las Tablas de ja Ley, dictadas en el Sinai, sin ‘acer filosofia 0 historia, valen tanto o mds que las Doce Tablas. El libro del sefior Sandoval, que presento ‘al pablico, especialmente a. Jos legistas 0 juristas, sin temor de equivocarme, es un libro de rh yoluntad, modesto pero recomendable, porque en la administraci de justicia condena justamente la arbitrariedad, y puede ser una gua itil para todos, en la Escuela de Derecho y en el foro. F ‘Ademas de todas las disposiciones legales patrias, que tienen re- Jaeion con el enjuiciamente criminal, como Jas Constituciones politi- cas de la Republica, los e6digos actuales y los anteriores.del pais, las leyes de organizacién y atribuciones de los Tribunales, las _leyes orgdnicas de justicia y las reglamentarias de policia, ete., todas de Ja Republica, el ilustrado autor de la obra que presento. el sefior Sandoval, en que un buen sentido aparece, 0 juridieo, 0 ético, o eritico, ha consultado varias autoridades sobre el particular. Becearia, Mittermaier, Ferri y Carnazza Rametta, entre los no hispanos 0 extrafios; don Joaquin Eseriche, autor del famoso Dic- cionario de Legislacion y Jurisprudencia, que siguié a Merlin y pre- eedio a Dalloz; don Pedro Gémez de la Serna y don Juan Manuel om tN i | Tegucigalpa, 1° de julio de 1981. - A PROLOGO . e Montalvan, que escribieron en sabio asocio, y los seiores i Fabrega y Cortés, don Enrique Aguilera de Paz, Taercee on ean Gutiérrer de Alba, Martinez Campos, don Vieenie Amat, Lépez Mo- reno, Arancibia Rodriguez, Alonso Martinez, don Emilio Reus y don ‘Mariano Herrero, entre los hispatios 0 propios, al sefior Sandoval le son bien conocidos. Don Alberto Membreiio, ilustrado hijo de Hon- duras, que escribid con maestria ejemplar unos “‘Elementos de prac- tiea forense en materia civil”, le es familiar. También algunos otros. . Una deeretal del papa Inocencio 111, no de Isidoro Mercator, Qualiter et guando,” y algunas leyes de Aifonso X, de las Siete Partidas, como las leyes de la conoseencia en juicio y la enmienda por mayor juez, figaran entre las citas. Una ley de la Novisima Recopilacién, de Carlos IV, sobre procedimiento contra reos ausentes, que no ha caido en desuso, se cita en relacién. Igualmente, alguna sentencia de la Corte Suprema de Justicia, y algtin auto acordado, que paeen jurisprudencia 0 diseiplina. ' __ 1a condena condicional, la libertad condicional, y la indemniza- cién al procesado absuelio, cuestién esta tltima o Be ene ae traté en Francia, en tiempos de Luis XVI y de la Revolucién france- sa, segtin Monsieur Duport, cuando se traté alli de wna ley de ins- truceion criminal, estan apuntadas en el wJtimo libro del senor San- doval; asi como Ja cuestién de Psiquiatria, estudio de las enfer- medades mentales, novedosa cuestién. El conoce bien la materia penal, en Ia teorla ¥ en in practiea, y la domina. : ministracién de justicia, como lo hizo Luis 1X, el &: ane tenia de ‘Themis y de Dike Ja lanza y la espada, coat ‘Gane } Vecchio diria, se hace hasta bajo una encina; y Ia ciencia de las leyes, como lo dijo Alfonso X, el Sabio, es cual fuente de justicia, Ia que mas aprovecha al mundo. EI psalmo de la misericordia 0 cle- prone. indulto o amnistia, es una gracia del soberano. a Con Ja informacion del contenido y del sistema, que he hecho ve la “Préetica forense hondurefia en materia criminal,” como mbribucion que es ella en Honduras a la vida practica del derectio ay astante, en mi opinién profesional, para formar juicio de Ia pre, y juicio favorable, en Honduras y aun en Espafia, Entre nos- 708, e] libro del sefior Sandoval, que en estas dos palabras he co- entado, puede servir a ta causa de la justicia y la verdad; y el Poder liblico, que tiene su proteccién mas alta, haria muy bien en otor- arle, como merecido premio ,la impresidn. Alberto Uclés. LIBRO UNICO PROCEDIMIENTOS EN MATERIA CRIMINAL TITULO I PRELIMINARES CAPITULO 1 DB LOS TRIBUNALES DE JUSTICIA LLAMADOS A CONOCER EN LAS CAUSAS CRIMINALS SUMARIO.~1 De la jurisdiceiin y de la competencia. -'e Por quienea se administra la justicia en las causas eriminales —-& Reglas de competencia en lo criminal. Regulacién de la competencia por razin del territorio, 4 Detitos conexos.—4 Competencia para conocer de los detitos comenzados a cometer en. Hondue ras, y consumados o feustrados en paises extranjeros.— 5 Competencia para conocer de les detitos cometidos por un londureno en pais extranjero.—6 Jurisdieeién criminal atri- buida a los Céonsules hondurenos, 7 Reglas fundamentales que deben tener presente las autoridades encargadas de la jus- ticia penal. 8 La infraccién de dickas reglas da lugar a responsabilidad personal, | 1.~durisdiecién es la potestad ptiblien de conocer de los asuntos civiles y riminales, sentenciarlos con arreglo a las leyes y hacer que se cumpla lo fa- jilado. ‘También se toma la palabra jurisdiccién por el distrito o territoria a j que se extiende el poder de un Juez, y por el término de algin ugar, como igualmente por el Tribunal en que se administra justicia. La ley sefiala a cada Juez o Tribunal los asuntos en que debe conecer, por ragén del territorio, por la naturaleza del asunto, de su cantidad o impor- taneia, del grado o instancia en que debe tratar o resolver, y esta designacién io José maria sanpovaL o sefialamiento, limitative de su jarisdiccién, es lo que constituye su eompe- tencia, Definese la palabra competencia diciendo que es Ia facultad que tie nen los Jueces y ‘Tyihunales para conocer de detcrminsdes asuntos. La jurisdiceion y Ia competencia, aun cuando representan ideas intima- mente relacionadas, son cosas, en realidad, distintas, que no deben confundirse; sin embargo de que suelen tomarse como sinénimas. La-competencis swpone siempre la jurisdiceién, pues no puede haber un Juez eompetente sin jurisd: cin, y en cambio, puede un Juez tener jurisdieci6n y no eompetencia, sino para clertos asuntos. Si teclos los Jueces pudieran conocer en todos los asun- tos, 0 si no hubiera mis que un solo Juez par todos ellos, la jurisdicei6n y la competencia se confunditian. Hay enire la jurisdiecién y.la eompetencia sus diferencias: la jarisdicetin es el poder y la competencia !a medida de ese poder; la primera es género y la segunda especie; aquélla la causa y ésta el efecto; y como una y ofa pueden versar sobre asunto civil o criminal, han de dividitse por razin de la materia, ‘y en este sentido, la jurisdiccién penal es la potestad de conocer y decidir en las eusas criminales, y Ja eompeteneia penal la medida en que dicha potestad esti distribuida entre las distintas autoridades que forman la jerarquia judicial. Los tratadistas y aun las diversas legislaciones reconocen dos drdenes de * competencia: el primero competeneia por rav6n de la materia, del valor o del grado, y se le denomina competencia absoluta, porque se instituye directamen- te en el interés pblico por el bien absoluto de la administraci6n de justicia; y e] segundo constituido por la eompetencia por tazén del territorio, se lama competencia relativa, y es determinado por o} interés principal y directo de Jas partes. Ala competencia absoluta se le llama atriduciones; y a la relativa se le designa con el nombre propio y técnieo de competencia. Las disposiciones que rigen la jurisdiceién y la competencia son de orden piblico y no pueden ser alteradas por la. voluntad de las partes: esta regia es invariable en lo que respect a la jurisdiecién, porque nadie“puede atribuir jurisdiceién a wm Juez a quien ta ley no se la ha eonferido; y en‘enanto a la competencia relativa se-admite un solo caso de excepeién, en virtud del cual Jos litigantes pueden someler, expresa o ticitamente, e! conocimiento de ios pleitos y actos a que dé origen of ejercicio de las acciones civiles, aun Juez .o ‘Tribunal, siempre gue esx sumision se haga en quien tenga jurisdieeién para’ conocer de la misma clase de negocios y en el mismo grado. Conforme los artfeulos 144 y 145 de la Ley de Organizacion y Atribucio’ nes de los Tribunales, se entender por sumision expresa la hecha por los in- teresados, renuneiando clara y terminantemente a su domicilio propio y desig- nando con toda precisiéu aquél a quien se sometieren. Y se entenderé hecha Ja sumisién tacita: 19., por el demandante, en el hecho de acudir al Juez in- terponiendo ia demanda; y 2° por el demandado, en ef hecho de hacer, después de personado en juicio, cualquier gestién que no sea la de proponer la decli- natoria. A.este sometimiento se le ilama “‘prérroga de jurisdiceién”, del Juez:o ‘Tribunal; pero hablando con propiedad no hay prérroga de jurisdiceisn, sino prorroga de competencia, porque el Juez, a quien se prorroga, tenfa ya jurisdie- cidn, lo finico que no tenia era competencia para conocer del’ puntosometido y ésta le es dada por la voluntad de los litigantes al usar la permisién de la ley. - PRACTICA ‘FoRENSE HONDURENA i ——___ En materia penal ta jurisdieci at Jurisdiecion eg ji re pane tates pent ta (cs improrrogable, ¥ ha del ato gh RY gee au os dlc wane orden que. Cr leron; primero, r if tis dete el a , BOF sor all il Brucha; suo, Por la menor eantidad de gastos due altar ‘eearo, fa ese quthechor serd mas ejemplificndoe nel lug done te 2 gat don © se tenga apenas, noticias Jinguié que en cuataui 5 ralquiera otro di del delito y de sus autores, “omieno se “ener del que Jo ha cometido » tat a : e i to -¥ convicei6; aaa Hs delito, segin ‘aria penada Por caleulado y dig- ¥ Defraudaciones Fiseales y en ef Cédigo Militar. deiapenteciones Fs Los delitos de calumnia y i s 8 por medio de ta im 7 sino una s 2 prenta, no constiti i i seat uta agravante del datito comén y 0 enutenan ogoeeeah e @ previer “Odi Pp Y Juzgari | (ANB Ley de Impaostee Peveten tos Con Peal ce Prony meen si6n y castigo corresponde a ‘1 "7 tiento del articulo 159 de la C ib °9 comin u ondinari Sien rn isdn articate og mProrvogable ta jurisdieeiénexioxinal tone ao 188 8 as ennsas ertninoles sot omen , Hene es de earéeiar general y | Hitos militares. Por eonsieaia Feeonocido por ke ley como sel ¥ no obstante de referinse Gn, Ia disposieton que eon, nin, Ie weet eatin las causas or de- nie, Ia potestad de dectarar que wat i ono ito 0 falta oats coined bor bs tey como de Lay que la persona peryeruiste d ona merecia alles como igualmonte jae immerse este lime Dados con antorionn ee exclusivamente a los Juwces y Pear ime caso la c dies ect PO" Ia ley, ¥ n0 0 otras autoridaton ees determi - Bs ey, no 0 otras 8, i a comisi Bike porns %i Ro fuori, seria Feil inteingie ‘stitucién, en el cual se presorihe ev it Consituso tal se preseribe que nes especiales o por otros Juaces ue los absolute, que aban % orwanizado éte asi: Corte Su, tras y Jurgados de Pad, demancan. 2 cuyo fin se ha dividido el territori, _ioertamentos y municipios, » de al . isiones lamadas, también, secel tiealeg Bt JosB MARIA SANDOVAL la Corte 28 de Apelaciones de la seccién de Tegucigalpa, en los departamentos de Choluteca, Valle, Olancho y El Paraisa; la Corte de Apelaciones de la Sec- eign de Comayagua, en los departamentos de Comayagua, La Paz y Yoro; la Corte de Apelaciones de la seccién de Santa Barbara, en los departamentos de Santa Bérbara, Copan, Gracias, Ocotepeque e Tntibucd; y la Corte de Apela- ciones de la seccién de San Pedro, en los departamentos de Cortés, Atlan tida, Col6n e Islas de la Bahia. Estas cineo Cortes tienen competencia para conacer de los asontos civiles y criminales, En eada cabecera de departamento o seecién departamenial hay ano 0 més Jueces de Letras establecidos, en la generalidad, para conocer de ambas materias; otros tienen limitada su competencia exclusivamente para los ne- gocios civiles, y otros exclusivamente para las causas criminales. En cada eabecera municipal, cuyo término no exceda de cuatro mil habi- tantes, hay un Juez de Paz propietario y un suplente; y. en las cabeceras de- partamentales y en las poblaciones de mas de cuatro mil habitantes, hay dos Jueces de Paz, propietarios, con sus respectivos suplentes. Generalmente estos Jueces administran justicia en lo civil y en lo criminal; pero en alganos lugares se han dividido los Tuzgados de Paz para lo Civil y para lo Criminal. Esta organizacién, que sefala el grado o clase, constituye la jerarquia del Poder Judicial de la Reptiblica, cuyas atribuciones, partiendo de abajo a arriba, o sea en escala ascendente y con referencia ® la jurisdiccién criminal, por ser de la que tratamos, son las siguientes: Corresponde a ios Jueces de Paz conocer en primera instancia de las cau- sas eriminales por faltas; y a prevencién con los Jueces de Letras, formar de oficio, o a peticién de parte, el sumario por simples delitos o por delitos graves, Los Inspectores de Policia y Hacienda también tienen jurisdiccién pre- ventiva para instruir los sumarios. Corresponde a jos Jueces de Letras conocer en primera instancia de las causas criminales por simple delito o por delito grave. Les: corresponde, también, conocer en primera instancia de las acusaciones contra los Jueces de Paz, para hacar efectiva criminalmente su responsabilidad oficial. Y en segunda instancia les corresponde conacer de las eausas de que conocen en primera instancia los Jueces de Paz. Corresponde a las Cortes de Apelaciones conocer en primera instancia, § de las acusaciones contra los Jueces de Letras para hacer efectiva ¢riminal~ mente su responsabilidad oficial. Y en segunda insatncia, de los asuntos eriminales de gue conocieren en primera los Jueces de Letras. Corresponde a la Corte Suprema: Conocer en finica instancia de los recursos de casacién que se entabla- ren contra las sentencias pronunciadas por las Cortes de Apelaciones; y en segunda instancia, de las causas de que conocieren en primera instancia tas Cortes de Apelaciones, 0 un Magistrado de la misma Corte Suprema, ‘También corresponde a la Corte Suprema el conocimiento: 19 De los delitos oficiales y comunes del Presidente y Vice Presiden- te de la Reptiblica, Diputados, Magistrados de la Corte Suprema, Secre- tarios de Estado y Agentes Diplomfticos, cometidos durante sus funciones; . pero para eso es necesario que el Congreso, y en su receso, la Comision Permanente, previamente, los haya declarado con lugar a formacién de causa; PRACTICA FORENSE HONDURENA 18 20 De las eatsas de pres ic presas, de extradicion y demé anf sere con areglo al Derecho Internacional; y ne eba.Se 'e las acusaciones que se entablaren contra i : ‘uno o més miem tes Cortes de Apelaciones para hacer efectiva sa responstbilided cane Conte eee e8608 eonoert en primera instanla ui Magatad l ra Goenbteme.lecto por ella misma; » en segunda instancia conocer ia ine Contra fas sentencias que dicta la C que dicta Ia Corte Suprema en se i 4 : 8 en segunda instancia, SF seas en que ha conocido en primera un Magistrado dela tvame se arte de Apelaciones, no eabe recurso de exsudn. lonocida Ia organizacién y atribueiones del Poder Judi determinar las reglas de su compotencia relativa, til: Pasaremos a 3.~La competencia en materia i i . , penal, dice la generalidad de Jos. Se determina y regula por los actos y por el tertitoria, pero a man dee vansas hay’ gue aac lade conexided, : = La Ley de Onganizacién y Atribuciones de los Tri j ‘2 ry. 0 Yibunales, al fijar = Blas de competencia en lo criminal, comienza por establecer en el articule 148, wa lean eral con respecta al acto delctuoso eomatido, ¥ eee que inaria conocer en todas Ins cauaas eriminales, con la cols oxeepeisn fe ane Gon sree a las leyes correspondan a ja jurlsdiocds 3 8, @ esta Jurisdiccién militar, dice ef articulo siguiente, Bonde exchisivamente, el condcimiento de las caucas por deliter weirs pggeiier™ ue sean tos personas culpahles. También. os compotonie fy ‘in ordinaria para conocer de las faites, sin i (lia rotaesy las de poi: art. 180. ni Sresosiones eee im embargo, la misma ley, en el arti ulo 161, facult: jurisdiceit ont " A ic » faculta @ la juris ordinaria para prevenir las eausas por delitos militares, tinieamonts onloae ‘we ers a cer Proteccién a los perjudicados, consignar fas praebas del delito Cine puedan deseparecer, resoger y poner en eustodia eunto condugen ea yampro — ¥ a la identificacién del delincuente, Y detener en su caso a < Presuntos; con la advertencia de que debe cesat on la prictie fone eeeees iligéncine tan luego como conste que la especial ompesence usa gobre el mismo delito. En este caso o icha juriedieci i i _ ° cuando dicha jurisdiecién haya pete lg sencionadasdiligncis, deberdinibire a favor de “Fuex Tribunal over de Ta causa con arreglo i Su disposiciGn los detenidas-y los efectos ocupades * °* 88 Poniendo « RR REGULACION DE LA COMPETENCIA POR. RAZON DEL TE- te Apa 10. - Fuera de los casos reservados a Ja Corte Suprema: yalas Cortes Pelaciones, seri couspetentes para Ia mstruccién de las'eansae y envtign ac ig de las faltas, los Juenes de Letras y los Jueces de Paz de le a areaci6n en que se hayan cometide, segtin oy respective compatencia: Art. vn cuanto a las faltas, y segdn el artioule t81, les Ji sl se cesta, zon los “inieos competentes para jucgarlas, dei usar en ane 10 no conste el Ingar 2 que se cometié una falta o ft hs 88 con wn delits, serd ‘neces y Tribunales compotentes para instyuir Y catocer de la canea: ° 1 £] vac aa att 2 de ls demarcacién ex que se hayan descubierto pruebas Materiales ce mane OIE cc JOSE MARIA SANDOVAL 2°—El de la demarcaciéri en que el reo presunto haya sido aprehendido; 3°—Bl de la residencia de! reo presunto; 49 Cualquiera que hubiere tenido noticia del delito. Si se suscitare competencia entre estos Jueces o Tribunales, se decidiré dando. la preferencia por el orden en que estén expresados en el parrafo precedente. Tan Jucgo como conste e! Ingar en que se hubiere cometido el) delito, se remitirin las actuaciones al Iuzgado o Tribunal de aquella demareacién, po- niendo a su disposicién a los detenidos y efectos ocupados: Art. 163. El Juez 0 Tribunal competente para fe instruccién o conocimiento de una eatisa, 1o sera también para conocer de la. complicidad en el delito que se per- siga, de su encubrimiento y de las ineidencias de aquélla: Art. 164. Fn-estos articulos s¢ establecen Jas regias’ generales de: competencia rela- tiva, denominada por algunos comentaristas competencia material, para deter- minar le que es propia de cada uno de los distintos grados de la jurisdiceién ordinaria, pues si bien ésta es siempre wna, las exigencias de su efercicio.y de una buena administracién de justicia requieren que su funcionamiento séa limitado-dentto de determinados: coufines que. cireunacriben y destindan 1a. esfera de accidn ce Jos diversox Jueces'y Tribunales del orden penal, . En primer lugar, el articulo 162 deja a salvo las excepeiones 0 casos reser- vades ala Corte Suprema y alas Cortes.de.sApelaciones: para conocer de dev terminadas cansas-criminales; y on. las demas se: aplicaré el: principio de la territorialidad de fa ley penal, que es universalmente reeonocide, so > En virtud de este mismo principio de territorialidad, les extranjeros que cometieen faltzs o delinquieren en Horiduras, senim juzgados por fos que ten+ gan competencia pura elio (Art. 70); puesto que gozan dé todos los: derechos eiviles que los hhoncluretios, y estén obtigados desde. su legady. al territorio ‘de la Reptiblica, @ respelar las autoridades y a observar ‘las leyes.. Excepizianse de lo ordenado en este articulo, los Jefes-de otros Fetados y Jo sustitubos: de éstos, los Ministros Pleaipalencizvios, lee Minictros Kesidentes, los Bacargados de Negocios, y los extranieros empleacos de planta en las Legaciones, los cua- les, cuando delinquieven, seran puestos disposicién -de sus Gobiernos respec+ tivos: Art. 171: : Sin, embargo, hay casos on que la ley sanciona traspasar los limites de Ja Nacién para atraer a su jurisdiceién el conocimiento y castigo de hechos delic~ twosos comenzados a cometer en Honduras o cometidos en el extranjero, como ‘eremos én seguida. wont + Fin los casos'en.que no conste 0 no pueda ser precisado. por cualquier’ otro motivo el lugur en que ‘hubieva sido cometido amafalta o un delito; se estaré a lo dispuest6 con cardcter supletorio em el articila 168, sicndo obligatorio para los Jueces.que hubieren levantado autos, en easo de suscitarse competencia evs, , perior que dirima laveontienda, dar la preferer- tre éllog, 0 para ¢! Triana’ cia'en'el otden que &e estableces on lod ntimeros 19; 2°, 9° y 49 de dicho'artfeulo. © eometide el deli; 86 ‘Tan luego como conste e] ‘lugar @n ile 6e-bubie tentitirdn las ‘actuaiciones ‘al Jnsgiido’6 ‘LeTbiiizll‘de. aduella “deniatédeion, por adési-"7¥ esto: mist Hpbe-hagerse evando un Judz 9 THibuindl do'inhiba ‘del eoniacinaionto.de ta-caue sain cuanda el Guperine acnerde sn indibieisn * PRACTICA FORFNSE HONDURENA 15 Puede presentarse el caso de que los diversos actos que integran un delito hubieren de ejecutarse en sitios o lugares pertenecientes a distintas demarea- ciones, dando-lugar a la duda de si harfa de estimarse para los efectos de la competencia eomo lugar de Ia comisién aquél en que se comenzaron los actos de Ia ejecueién, o ef en que se pusiers término al mismo. Esta duda ha sido resuelta por la. jurisprudencia espaiiola en el sentido de que debe enienderse por el lugar en que se ha cometido el delito, aquélen que se consuma, y no en el que se inicia; y en cuanto a los delitos de imprenta, cuando se hallan en sitios distintos la redaccién, la administracién y el establecimiento tipogréfico en que se hiciere la. confeccién y tirada, esta asimismo expresamente declarado por la misma jutisprudeneia, que el lugar de la comisién del delito es aquél en que se publica o da ala: publicidad el periédieo 0 escrito punible. . Puedé también surgir otra dificultad, y es cuando en varias demarcaciones 8 la vex se hayan descubierto praehas materiales del hecho punible, .o cuando el presunto culpable hubiera tenido su resideneia en varios puntos. En el primer caso Is eontienda se halla en las mismas condiciones -y .eircunstancias que cuando varios Jueces estuvieren: procediendo -en: virtud de. haber tenido conocimiento de la perpetracién de! delito, sin ninguna otra razén 0 eausa der ferminante'de'la competeneia, y por el mismo fundamento: en. qué -se. inspira !a regia 4* habria que estimar competent en dicho caso a aquél en cuya de. Mareacién se bubiere descubierto alguna praeba material dal hecho perseguido. Y en cuanto al segundo, la citada jurisprudencia parece promunciarse en.,el sentido de estimar competente al Juez de la-titima residencia del. culpable o Presunto reo, cuando éste hubiere tenido diversas residencias . '-Lacompetencia de} Juez o Tribunal se extiende también no stoi descu- brimients y castigo en una miamia causa de los autores, sino también. de. sus cémplices 0 encubridores def mismo delito, Jo mismo que.a.sustanciar y esol: Ver las incidencias que en dicha causa se promnevan. ss, “BL Cédigo de Procedimientos guarda silencio, en lo que respecta a la com- betencia para resolver algunas. cuestiones que pueden presentarse en algunas causas, conocidas con el nombre de cxestiones. prejuticéales. Se trata, por eiemplo, de un caso de bigamia, én que el encausado acuee la nulidad del .pri- imer matrimonio, o de un caso de usurpacién en que el reo se dive propietario del inmueble invadido por ‘l,.0 de un caso de hurto en que el reo alega ser dueno de la cosa hurtada, 0 de wn caso de parricidio on que-e! homicida niega ser hijo de la victima, tos : La nulidad del primer matrimonio, el dominio invocado en los casos. de usurpacion y de burto, y la paternidad negada en el caso de partieidio; son todas euestiones de derecho civil, de cuya'solueién depende la existencia. o no existencia de} delito, o la mayor o metor gravedad del _ntismo, +. vs _, B.Cédigo ‘de: Procedimientos de -1889, extendia 1a eompetencia de los ‘Tribunedes encargados de la justicia-penal,_arceolver, para-el solo elect de ia Tepresion, las :cuestiones civiles prejudiciales: propuestas con mativo..de-los ‘hechos:perseguidos, cuando tales cuestiones aparezcani'tan imtimamente liga. as al hecho punible que sea. racionalmente imposible su separaciom, . -.- « - Nosotros ercemos, quie:a falta. de reglamentacién expresay pueden’ los: ie~ ces y Tribunales de:lo. Criminal. conocer de divhay chesliones, va-qne él artic 10 164.sties.cv0 com nompsteates. para. ceaiocer ale lay Ineidenciag de In canes JOSE MARIA SANDOVAL pero en este caso, en In proposicién y apreciacién de la prueba, s¢ estard a las disposiciones del derecho civil. ; v POELITOS CONEXOS.-- Un solo Juez 0 Tribunal de los que sean compe. tentes, eonocerd de los delitos que tengan conexién entre si: Art. 165 L. O.y A. de los T. ee “al ‘conocimiento de los delitos cotexos, corresponderé a 1a juriadioeién militar, euando alguna de estos delitos esté sujetoa dieha jurisdiceion: Art. M Lay citada. . “ "Te ‘establecido en el articulo anterior se entiende cn el caso de que sea competente la jurisdiecién militar para juzgar de los detitos conexos. Si alguno de éetos fuere por su indole y naturaleza de 1a competencia eX clusiva de la jurisdiccién ordinaria, ésta deberé conocer dela causa que forme ohre:éi, sin perjuieio de que la militar conovea dela que se instruya sobre los demas: Art. 167 Ley citada. Considéranse delitos conexos: a > {o—Los cometidos simulténeamente por dos o més personas reunidas: : “90_.Los cometidos por dos o mas personas en distintos lugares 0 tempos; al huibiese precedido concierto para ello; . . ae _ : ‘30—Lios cometidos como medio para perpetrar otros 0 facilitar su ejecu: cfm: a oo * 49--Los cometidos para ‘procarar Ie impunidad de otros delitos: “Art. 168 Ley zitada. . Son Jueces o Tribunales competentes, por. su orden, para conocer de las causas por delitos conexos: : Tee El del territorio en que se haya cometido el delito a que eaté sefialada, rere yBil qué primero comenzare Ie causa, en el enso de que 8 Jos delitos sefiatada pena igual; . . . aries quel Corte de Apelaciones, atendiendo sélo a ta mejor» mis pronta administraci6n de justicia, designe en sue casos respectivos, euando 188 eausas hubieren empezado al mismo tiempo, 0 no eonste cual eomenz6 prime- yo. al Ios Juzgados 0 Tribunales correspondieren al territori de Ia misma ore que la Corte Suprema, teniendo también en cuenta, sélo la mejor y més pronta administracion de justicia, designe en el caxo del parrafo ante- Mor, si las causas hubieren empezado en Juzgados o Tribunales que correspon- dan a diferentes Cortes de Apelaciones: Art. 169 Ley citada. | | Se entiende por coneaidad la existencia de un vinculo tégico que Higa entre st varios delitos, sea que estos delitos haysn side cometides por una sola per- cona o por varias. Son causas que determinan la eonexidad, la aceién conjan- tay simulténea de los culpables, él previo neuerdo de los mismos para su tealizaci6n, le dependencia iamediata de causa a efecto, el ser cometidas unos tomo medio de perpetrar otros o de facilitar su ejecucién, y también la cir. cunstancié de ejecutarse para ocultar © procurar Ja impunidad de otro ya arti de Organizacion y Atribuciones de los Tribunales declara en su articnls 164, que un solo Juez o Tribunal de los que fueren competentes, cO+ froters do los delites gue tengan conexién entre sfrdisposicién quo 9° fanda =n PRACTICA FORENSE HONDURENA 17 el principio de que e! Juez de lo principal es ala vez el Juez de lo accesorio, Jo cual impone Ja unidad de juieio indispensable si han de: juzgarse.com igual conocimiento y:von ta debida relacién los hechos principales y los aecesorios, Jog primordiales y los secundarios; unidad neceseria, base cardinal, para no dividir Ja contineneir de la causa, Pero este precepto tiene su excepcién, y es que el conocimiento de los de- litos conexos correspondersi.a la jurisdiceién militar, cuando algunos de estos delitos esté sujeto a dicha juvisdiecigu; mas si alguno de los delitos conexos fuere por su indole y naturateza de Ia eompetencia exclusiva de la jurisdiecién ordinaria, ésta‘deeré conocer de le causa que se forme sobre él, sin perjiicio de qne Ia militar conozea ile Ja que se instruye sobre los demas. E] articulo 168 dofine cudles son Jos delitos que deben reputarse conexos, considerando ecmo tales, en el mimero 12 los eometidos simultaneamente por dos 0 mas personas reunidas; siendo conilicién precisa para que se dé esta eau- sa de conexidad, que Jos personas que simuligneamente hubieren cometido los delitos que deben reputarse conevos se hallaren juntas en el lugar de la comi- sidn, no por accidentes © por casuslidad, sino por acuerdo previo, expréso 0 tAcito. : Ninguna difieultad ofvece el -ntimero 2°. Como la causa de estimar eone- xos en este caso los delitos en distintos lugares y tiempos cometidos, es el previo concierto para su realizacién, f4cilmente se comprende- que para su aplicacién es indispensale que de la causa resulten méritos hastantes para estimar dicho concierto, hastz fs! punto que si no constare, faltaré la razén de la Conexidad tal como Ia define dicho ntimero, ‘ Menos difieuliad ofrecen lox nameros 2° y 4°., bastando tniearhente indi- car que ellos tienden a evitar a deplicidad de proceso por hechos que pueden ser juzgados simultancamente, con %o qin reporian beneficio no séto'el proce- sado sino también In’ adininistracion ‘a, pues se shorran procedimien- tos innecesarios, El articulo 189 tiene por objeto'la de nales de Ia juri sue son competentes para instruiry fallar Jas eausas por delitos vone aienga por dar la preferencia’ al Juey del tertitorio en-que se heya cometido el delito a que esta seftalada -pena’ mayor, ‘determinandose ésta seexin ip escala general que trae el artfeulo 24 del Cétigo Penal. . hoon ¥ en ef caso on cue ‘nsiruida causa por dos delitos conexos, se sobréseye- raen euantn a! delite’mnvoer por no existir motivos suficientes. pare .acusar por é a-deterniauda o determinad as, como agtores,, cémpliees 0 en- -cubridores, rosulianda cue ehotro defito de pena metior fué cometido endugar extraiio al territor'e de la domardacisa del Juez aueestaviere eonociendo “del primero, no proceritrivin mbibieisn de éte a favor del Juez que-debiers cono- cer del deliiy menov,-yourjue no es positle.dividir te contineneia dem sproeeso no lerminado defisicivsimeatin. Hs decir, qe In competencia-determinada por Ta conexidn’ sttbsisté, yvortinda, nevobstante, @F sobreseimiento deta! causa + que motive hepréldroprm yy @slo se explica, tomattde en-cuenta que-el: sabre- seimidnto provisional ns jane. teaiainy a boeonipetenciiy propiadel delity maa gravemente penado y gue ef proceso pubde volvera abvirse en virlud, de, aue> ~ vos clementoyséecorprobaciéu.. minactén de tos Jueces y Tribu- bine -ordinarin goss MARIA SANDOVAL Cuando sea igual Ia pena sefielada a los delitos eonexos, entonces debe determinarse la competencia por la importaneia relativa de las penas comes pondientes, segin el grado de ejecueién a que hubieren Hegado, y) 5! 8 Pest Te ello, rosultare idéntica la pena, tendré preferencia para conocer, el primero enzave 2 instruir el respeetivo sumario. a A com alas cause hberen empezado al mismo tiempo, 0 constare eval comenzé primero, y se suscitare competencia entre los jee 7 vesolverd In euestion de competencia la Corte de Apelaciones de quien deper dan, ¥ no teniendo superior comdn, seré resuelta por la Corte Suprema, en forma que, en Jos respectivos casos, determina los wémeros 8? y 49 del sus dicho articulo 169. i i ter en Honduras, y 4.--Fi conocimiento de los delitos comenzados a cometer en Hons eonsumados o frustrados en paises extranjeros, corresponderd a los ‘Tribunales y Jueces bondurefios, en el caso de que los actos perpetrados en Honduras constituyan por si delito, y solo respecto a éstos: Art. 172 Ley de Q.y A. de v. ' - Serdn juzgados por los Jueces y Tvibunales de !a Repitbliea, segin el orden preserito en el artieulo 163, los honduretios o extranjeros que fuera del terri- Porio de la Nacién hubiesen cometido alguno de los delites siguientes: ‘Contra la seguridad exterior 0 interior del Estado. Contra el Presidente de la Repablica. Rebelién. | ; | Falsifieacién de la firma o de la estampilla del Presidente de la Repitiblica. Falsificacién de las firmas de los Ministros. Falsificacién de sellos péblicos. i, Falsificaciones que perjudiquen directamente atte © intereses del Estado, y la introduecién 0 expendicién de los falsificados. . | Falsfieacin Ge moneda o de billetes de bance, cuya emisién esté autori- sada por Ja ley, y la introduceién 0 ‘expendicién de los falsifieados, . ‘ee comotidos en el ejercicio de sus funciones por empleados piiblicos re- Jdentes en territorio extranjero: Art. 173 Ley citada. seeremo se ve, estos attieulos, se refieren a algunos de los casos, en (ue la ley, sin atender al principio de la territorialidad, da comperencra a los Jueces y Tribunales para conocer y castigar hechos delietuosos comenzados a cometer Honduras 0 cometidos en el extranjero. “ Los “comeneados a cometer en Honduras, y consumados o frustrados en paises extranjeros, segdn el articulo 172, no son punibles, salvo que los actos perpetrados en Honduras eonstituyan por si delito, y sélo respecto de éstos. Far eucederia, por ejemplo, en la falsificacién de una firma en Honduras para cometer una estala en cl extranjero, Los Tribunales hondureios slo serfan competentes para conocer de la falsificacién, y no para castigar el delito de estafa consumada o frustrada fuera del pais. . Pero cometides fuera del territorio de la Nacién, por hondurefios o ex- ranjeros, cual‘quiert de las delitos que indiea el artieulo 178, seriin eompoten- ies para conocer cle ellas los Jueces y ‘Tribunales de la Repitblica, en el orden siguiente; 19-.li de la demarvacién en que se hayan descubierto praebus materiales del delito; 20+ Mi de la demareacion en que ef reo presunto haya PRACTICA FORENSE HONDURENA 19 sido aprehendido; 3°—EI de la residencia del reo presunto; y 4°~ Cualquiera que hubiere tenido noticia del delito. Pero si se suscitare competencia entre estos Jueces 0 Tribunales, se deci dando Ia preferencia por el orden en que estan expresados; y tan luego sea ésta decidida, el Juez declarado incompeten- te, remitiré al competente, las actuaciones practicadas, poniendo a su disposi= cién a los detenidos y efectos ocupados. Para proceder por los delitos mencionados en dicho artfculo 178, hay que tomar en cuenta, si los reos han sido absueltos 0 penados en el extranjero y en este tiltimo caso si hubiesen cumplido la pena; entonces, no se abriré de nuevo la causa. Lo mismo sueederd si hubiesen sido indultados, a excepeién de los delitos contra la seguridad exterior del Estado o contra el Presidente de la Reptiblica. Si los reos hubieren cumplido parte de !a pena, se tendr4 en cuen- ta para rehajar proporcionalmente 1 que en otro caso les corresponderia: Art. 174 Ley citada. Lo dispuesto en Jos articulos 173 y 174 es aplicable a tos extranjeros que hubiesen cometido alguno de los delitos comprendidos en ellos, cuando fueren aprehendidos en el territorio hondureho o se obtuviese la extradicién: Art. 175 Ley idem. 5.- El hondurefio que cometiere un delito en pafs extranjero contra otro hondureto, ser juzgado en Honduras por los Juzgadas o Tribunales desig- nados en el articulo 163, y por el mismo orden con que se designan, si concu- rrieren las circunstancias siguientes: 1%--Que se querelle ¢! ofendido o casiqniera de las porsonas que puedan hacerlo con arreglo a las leyes 28—Que el delineuente se halle en territorio hondurefo; 38~Que el delincuente no haya side absuelto, indultado o penado en el extranjero, y en este dltimo caso haya cumplido su condena. Si hubiere cumplide parte de la pena, se observard lo que para igual caso previene el artieulo 174: Art. 176 Ley citada. E} hondureio que cometiere en pais extraniero un delito de Jos que el C6- digo Penal hondurefio ealifica de graves, contra un extranjero, sera juzgado en Honduras, si concurren las tres circunsianeiis sefialadas en eb articulo que precede, y por los mists Jueces que en él se designan: Art, 177 Ley citada, Otro de los casos en que la ley traspasa lox limites del tervitorio de In Re- piblica, es cuando un hondureno cometiere un delito en pais extranjero, con- tra otro hondurefio, o contra un ‘anjero. Estos delitos pueden ser juzgados por las autoridacles hondurenias y su competencia sera determinada, en. ambos casos, por le di culo 183 de la Ley de Organizacion y Atribu- ciones de los Tribune endo tomar en euenta que esos delitos no produ- een en Honduras a puesto que la ley requiere querella de! ofen- nas que pueda hacerlo eon arregio a las leyes. delineuente se halle en territorio de Ia Reptiblica: que no haya sido sbsuelto, induliado o penado en of extranjero, y en este alti- mo caso no haya exmplido su condens. la hubiere eumplido en parte, se tendré en cuenta para rebajar proporcionaimente fa que en otro caso le corres- ponderia, Se requiere, ademas, que JOSE MARIA SANDOVAL Hay la diferencia con respecto al delito cometido por un hondurefio contra un extranjero, que para que pueda ser juzgado en Honduras, se requiere que sea de los que e! Codigo Penal califica de graves, es decir, los erimenes, mien- tras que los cometidos contra otro hondurefio, basta que sea cualquier clase de delito, con exclusi6n de Ia falta. En el easo de delito contra un extranjéro, no podrd procederse criminal- mente, cuando el hecho de que se trata no sea delito en el pais en que se cometié, aunque lo sea segtin las leyes hondurefas: Art. 178 Ley citada, Por un argumento en contrario, podemos deducir, que es punible en Honduras un hecho ealifieado como delito por ef Cédigo Penal, eometido por un hondureno contra otro hondurefio, aunque no lo sea en el pafs en que se cometié; y que, aunque fuere delito, no se podra proceder eriminalmente, si no lo es conforme a nuestras leyes. 6.—Los hondurefios que delinean en pais extranjero y sean entregados a los Cénsules de Honduras, serfn juzgados con sujecién a esta ley, en cuanto lo permitan las circunstancias locales. Instruir el proceso en primera instancia el Cénsul o el que le reemplace, si no fuere letrado, con el auxilio de un Aseaor, y en su defecto con el de dos Adjuntos elegidos entre los cludadanos hondurefios, los cuales serin nombra- dos por é! al principio de eada aio y actuarin en todas las eausas pendientes 0 incoadas durante el mismo. Terminada Ia instruccién de la causa, y ratifieadas a presencia del reo 0 yeos presuntos las diligeneias practicadas, se remitirén los autos al Juzgado 0 ‘Vribunal hondurefio que, atendida la naturaleza del delito, tenga competeneia para conocer de él, y sea. cl mas prézimo al Consulado cn que se haya seguido Ja causa: Art. 179 L. de O. y A. de los T. Probablemente este articulo se refiere a Ia instruccién del sumario para el eselarecimiento de los delifos cometidas en el extranjero por funcionarios hon- durefios que gozan Ge inmunidad, 0 sea el Jefe de la Nacién y su sustituto, los Ministros Plenipotenciarios, los Ministros Residentes, los Eneargados de Negocios y los honduratios de plonia en las Legaciones. Como los elementos de prueba para establecer el delito y la responsabilidad de Jos eulpables se en- cuentran en el extranjero, natural es que la investigacién sea encomendada por Ja ley, al Cénsul hondureno con jurisdiceién en el lugar en_que ha sido come- tido el detito, y en su defecto, al Hamnado a reemplazarlo. Fl Cénsul o el que lo reemplace, si no fueren letrados, deben practicar las diligencias, auxiliados de un Asesor, y en su defect de dos Adjuntos que sean hondurenos: el Asesor debe ser letrado, y tanto éste como los Adjuntos, serén nombrados por el Cén- sul a principio de eada ane y actiaria en todas lus causas pendientes 0 incoa- dag durante el mismo. ‘Terminada la instruccin de la causa, y ratificadas a presencia del reo 0 reos presuntos las diligencias practicadas, e trata de delite cometido por et Presidente o Vico Presidente. de Ja Repttblica o por un Agente Diplomiatico, se remitiran los autos « la Corte Suprema para los efvetos del articulo 1,286 det Cédigo de Procedimientos; y si se bratare de cnalquier otro de diehos funcio- narios, los autos gevin enviados al Juzgado bondureio, con jurisdiccién en lo criminal y sea el mas préximo al Consulado en que se haya seguido Ta causa. PRACTICA PORENSE HONDURENA En las faltas cometidas en pais extranjero, en que sean entregados los que las cometan a Jos Cénsules hondurenos, juzgari en primera instaneia el Viee- cénsul si lo hubiere, y en apelacién el Cénsul con su Asesor, si no fuere letrae do, y a falta de Asesor, con los Adjuntos de que hubia el artieulo 179. $i no hubiere Vicecénsul, hard sus veces un ciudadano hondurefio, elegido del mis- mo modo que los Adjuntos, al principo de cada ano. astos juicios se seguiran en conformidad a s abliea: ng Ph Rion we sei dad a las leyes de la Repabliea: Art. Como se ve, los delitos cometidos por hondareiios en pais extranjero y sean entregados a los COnsules de Honduras son juzgados en la Repiiblica por el Juzgado o Tribunal competente, y los Cénsules sélo tienen competencia para instruir el respective sumario; mientras que las faltas, quizs por su poca im- portancia, se juzgan, en primera instaneia por el Vieceénsal, ¥ en su clefecto, por un ciudadano hondureno, elegido a! principio de eada ano; y en segunda instancia, cuando se interpone apelacién, por el Cénsui con su Asesor, si no fuere letrado, y a falta de Asesor, con los Adjuntos, a que hace referencia el artieulo 179. En 1a instruecién del sumario por delito se aplicard la ley hondurefia, en cuanto lo permitan las eireunstancius locales; y los juicios de faltas se segui- rin en conformidad a las leyes de la Reptibliea, es decir, que se aplicarén tan- to las disposiciones del Cédigo Penal como las del provedimiento, Lo preserito respecto a delitos cometidos en el extranjero, se entender sin perjuicio de los ‘Tratados vigentes. 0 que en adelante se eelebraren con poten- cias extranjeras: Art. 188 Ley citada. - J 7—1as autoridades encargodas de administrar justcia en eausas rims nales dehen tener presente las siguientes reglas fundamentales de derecho pit blico, extensivas a toda clase de personas y de jurisdieei6n: sot les duces Tribunales no puaien prender vi sepavar de wu domi cilio a ninguna persona, ni allanur se casa, sino e s cto angi peri alo t, sino en los casos y en la forma 28—Tampoco pueden rehusar, impedir, ri eoartar a los procesados nin- gunv de los medios legitimos de defensa, ni tmponerles pena alguna sin obrlos ¥ juzgarios antes con arregio a derecho: Art. 1.160 Pr. 3*—Lsidn, asinismo, obligades a seguir las formas que establece este Cidigo, y ano imponer otras ponas que las prescritas por leyes anteriores al delito, sin perjuivio de lo que establece el Codigo Penal en cuanto a ta. retroace tividad de tas leyes favorables al reo: Art. 10} Pe. Estas tres reglas que aparecen como disposiciones de procedimiento estén comprendidas entre los derechos y garantias sancionados por la Constitueién Polftica. Ellas tienden a evitar abusos de las gutoridades judiciales en to referente a la detencién y prisién indebidas de las personas y al allanamiento de sus casas, que no pueden Teyarse a eabo sino en los casos y ep la forma que prescribe la ley; a garsntizar el derecho de defensn, que es inviolable, por medio de las formas que establece el Cédigo de Procedimientos, las cua, les deben observarse en la tramitacién de las eausas, y por fltimo, a no im. poner otras penas que las preseritas por leyes anteriores al delito, excepto cuane 22 JOSE MARIA SANDOVAL do la nueva ley sea favorable al delincuente, en cuyo caso se aplicara ésta, aun cuando hubiere recaido sentencia firme y el condenado estuviere cum- pliendo fa condena, Y3.—La infraceién de las disposiciones que contienen. los tres artteulos ane teriores, constituye al Juez en responsabilidad personal y quedaré, sujeto a las penas que se estublecen en el Libro If del Codigo Penal; Art. 1.162 Pr. El Juez, como cualquiera ctra autoridad o funeionario, tiene el deber de respetar los detechos y garantias individuales que consagra la Constitueién; no puede violar esos derechos y garantias, aun tratandose de la persecuci6n de los delitos, y debe asimismo, aplicar a los responsables de éstos, las penas que establece el Cédigo Penal o demas leyes especiales; pues por Ia infraccién de aquéllos y por la sentencia injusta, ineurriré en la responsabilidad criminal, que para eada easo, determina dicho Cédigo Penal en sus artfeulos 178, 182, 183, 185, 189, 191, 192, 350, 851, 852, 358, 855, 856, 357 y 359. Por consiguiente, les es prohibido a los Jueces y Tribunales: apliear una penalidad distinta dela preserita previamente por la ley; entregar indebida- mente la causa a otra autoridad o funcionario militar o administrative que ilegalmente se la reclame, 0 entregarle al reo; deben poner en libertad 0 decre- tar prisién por auto motivado a la persona detenida dentro de los seis dias al en que aquélla hubiere sido puesta a su disposicién: no deben prolongar por més de veinticuatro horas ta incomunicacién de un detenido o sentenciado. Fue+ 14 de los casos prescritos en los articulos 43, 44 y 45 de la Constitucién, no les ¢s licito entrar en el domicitio de un hondurenio o exfranjero sin su consenti- miento, y sin las formalidades legales; y les es prohibido también registrar en el domicilio de un hondurefo 0 extranjero sus papeles y efectos, a no set con su consentimiento. Y el Juez, debe, también, tener presente, que comete el delito de prevari- cacién, dictando a sabiendas sentencia injusta en contra o en favor del reo; dictando a sabiendas, provideneia inierloculioria injusia, que influya decisiva- mente en el resultado del juicio; 0 que se negare a jurgar, so pretexto de oseu ridad, insufieieneia o silencio de la ley; o que faliando ala obligacién de su cargo, dejare maliciosamente de promover le, persecucién y castigo de los de- lincuentes. brActics FoRENSE HONDURERA 23 CAPITULO IL DE LAS ACCIONES QUE NACEN DE LOS DELITOS Y FALITAS Ja , “ SUMARIO.~9 Accitn civil y avcign penal.—10 “Dijerencia. que presentan ambas acciones.— 11° Hatension de la acccién civil.-12 Perey nas que pueden ejercitar la accidn civil.~48 Personas contra awienes puede dirigirse la accién civil.—it Casos en que la responsabilidad civil gloanza a personas que no son criminal mente responsables.—15 Partieulavidad de la. pena corporal — “16 Personas que pueden ejercitar la accién criminal por deli- tos privados: adulterio yamancebamiento; violacién y abusos deshonestos; escdndalo pitblico; estuproy corrupeién de menores ¥ rapte.—Calumnia e injuria. Desistimiento de te accidn deducida. {17 A quiénés corresponde el ejercicio de la aceién criminal. “18 Personas que x0 son hdbiles para ejereitar ta accidn criminat en tos detites pitbficos. Incapacidades abso- tutas, Incapacidades velativas.—19#Personas contra giienese 9° puede dirigirse las aecines que nacen de los detitos,%20 Ta accibn civil puede promoverse conjunta o separadamente de ta penal.£1 Casos en que'no puede entablarae ni seguirse accion criminal, Muerte del reo: cumplimrento dela condena: am nistia: indulto: perdén del ofendido: prescripcidn det delito: prescripcién de ta pena."22 Caso en que los acusadores dé. ben litigar bajo una sola direceién 28 Cauciin que puede pedir el reo al acusador privade.£24 Disposieién velativa a la acusacién o denuncia falsu.25 Para instruir et sumario no se reconocen dias inhdbiles, £26 El sumario es seereto, J 9,—Todo delito puede producir dos acciones contra las personas gue lo ham cometido, una eivil y otra criminal, Lo. primera. tiene por objeto recla- ‘mar la cosa que por razin del delito ha desaparecido de nuestro patrimonio 0 bien su valor y extimacisn, y pedir el resrcimiento de los danos y perjuicios, La segunda se divige a obtener el castigo del delineuente: Art, 1.163 Pr. Todo hecho punible sea cual fuere su gravedad ¢ importaneia, ocasiona por lo comén, un doble mal; un mal social, mal de alarma, que produce una verdadera perturbacién social, por el temor que foclos sienten de ser a su veu vietima de otro delito igual o semejante; y un mal individual que sufre la vie tima o su familia. El mal social se repara por la pena, y el mal individua Puede ser objeto de una indentnizacién pecuni Aunque el artfeulo 16 del Cédigo Penal diga que “Toda persona responsa ble criminaimente de un delito’ 0 falta, lo es también civilmente”, este pre cepto de cardcter general tiene sus excepciones, pues hay algunos hechos pu nibles que s6lo ocasionan an mal social y no producen un mal individual; por 24 Jos MARIA SANDOVAL ejemplo, Ja tentativa, algunns delitos frustrados y aquellos que no pueden perseguirse sino a instaneia de parte, sulve los de estupro, raplo y violacién, que pueden dar lugar a indemnizacién de perfuivios. Segin lo expuesto, de todo delilo nace una accién penal para el castigo dei culpable, y nace también accién civil, en su caso, para fa restitucién de la cosa, la reparacién del dao y la indemnizacién de perjuicios causados por ei hecho punible; con Io que se da a eniender, que a la aceién penal que nace de un delito o falta, no siempre va acompsnada la aceian civil, sino que ésta nace de cireunstancias especiales que en aquél coneurren. 710,—.Comparadas entre sf las dos seciones mencionadas, presentan nota- bles diferencias, La civil pertenece al lesionado y puede renuneiarla por for- mar parte de su patrimonio; la penal, corvesponde a la socjedad, en primer término, y por lo tanto, es irrenunelable, a menos de tratarse de un delito pri- vado; la acci6n eivil es persecutoria de Ja cost, y la penal es persecutoria de la ‘pena; la civil tiene por limite la importancia del-daio causado, en tanto que en la aecién penal se atiende a laintencion, preeindiendo a veces del dano causado, penndose hechos que, como dejamos dicho, no Megan a ocasionar dato individual, como sucede entre los enumerados y otros que afectan exclu- sivamente el orden social, como los de sedicién euando no Jiegan a las vias de hecho,,pues no ocasionan ningtin daiilo materials y se atiende, ademés, a la intenci6n en el ejercicio de Ia accién pena, porque a veces an hecho de extra- ordinaria importancia, por sus consecuencias tiene: poea gravedad, dada la falta de inteneién de eausar un daao. vor imprudencia temeraria, es en sus efectos, un delito de & cia, aunque importe una pena relativamente esesa, In indemmizacién a la familia de la victima seria la misma que si el homieidio fuese volun Como se ve en ambos casos, la aecitim civil tiene fyaal iiportaneia, mien- tras que la aceién penal varia, porque se atience « [a iulencién y no solamente esto, sino que, existiendo inteneién, pero habiéndols slo de un mal menor, se considera esta menor importancia coro une circunstancis atenuante, VA1.—La extension de Ja acciin civil resulta pesfectamente determinada en elarticulo 101 del Cécigo Penal, puesto que, conforme x él comprende: 12—La restituci6n; 20—La reparacién del dano causado; y : 30—La indemnizacién de perjuicios. La-restitueién tiene por objeto la devolucién oe misma cosa que fué materia de! delilg; y siempre que. fucre posible ha de tener lugar dicha devolucién y entrega, sin que pucda ser sustituida en dicho caso por los demas medios de reparacién auimitidos en derecho. Ha de ser extensi- va, ademés, la restitucién al abono de los deterioras 0 inenoseabos que hubie~ re sufrido la cosa que ha de ser restituida, les cuales serdin regulados -por-el ‘Tribunal sentenciador. No basta, pues, restituir ta cosa objeto de! delite, sino ademas, debe ser materia de indemnizacién los daitos y perjuicies que, por cualquier concepto, se hubjeren causado con motivo del acto punidle.cometido, pues de Jo contra rio, no quedaria restablecido en toda sa inteyridad el ovden social perturbado ni se cumplirfa este fin principalisime de.ln pena. vega su dueto de la PRACTICA FORENSE HONDURENA 25 La restitucién ha de ser hecha aunque haya salido del poder del delin- cnente la cosa que deba ser restituida y la tenga un tercero por haberla adqui- rido en virtud de un medio legal, en rézén de que el delito no puede ser fuente de derecho. Sin embargo, esta regla no es absoluta, pues no puede tener apli- cacién en aquellos casos en que el tercero hubiere adquirido la cosa objeto del Gelito en Ia forma y con Jos requisitos establecidos por las leyes para hacerla irreivindicable: Art. 102 Penal, Cuando no haya lugar a la restitucién por la naturaleza del delito, 0 por- que la cosa hubiere desaparecido, 0 por ser irreivindicable con arreglo a la ley, asf eomo en todos los dems casos en que por evalquier otro concept, no pueda ser devuelia o entregada definitivamente a su duefio, entonees tendra por objeto la accién civil la reparaciin det dano causado, regulandose Ia canti- dad 0 cuantia’ del mismo por el ‘Tribunal que conceiere de lx causa, para lo cual habrii de tener en cuenta, cuando fucre cosa determinada la materia. w objeto det delito, el precio de ia misma y el valor de afeceién que mereciere a ofendido por el hecho punible: Art. 103 Penal. Contiz ta regulacién que el Tribunal hiciere del abono de deterioros 0 mehoscabos y del valor de la reparacién, no eahe reeutso de casacién por tra- tarse de una cuestién de hecho resultante de la apreciacién de las pruebas que hiciere el Tribunal sentenciador, el eual es sobetano en este punto. En los easos en que no pueda Ilevarse a efecto integramente la restitucién sin menoscabo de la cosa objeto del. delito, y lo mismo euando la reparacién total del datio no pueda hacerse en otra forma, proceders Ia indemnizacién de perjuicios, que es el iltimo de los conceptos que integran Ia responsabilidad civil proveniente de un delito o falta. Dicha indernizacién no se limita alos perjuicios que se bubieren causa- do al ofendido por e! delito, sino que debe comprender también los irrogados por razén de éste a su familia o a un tercero, y su importe se regulard por el ‘Tribunal sentenciador en los mismos términos prevenidos para la reparacién del dano, sin que tampoco pueda ser materia de casacién, por la razén ya in- dicada, la evantia de la indemnizacion: art. 104 Penal. 4 12.— La accion puramente civil, no xélo compete al ofendico por ek detito, sino también a sus herederos, 4 no sblo contra el ofensor, sina también contra los heredevos de éste en curmto alcancen los bienes que les hubiere dejado, con- forme a lo dispuesto en el Cédign Cinil? Art. 1164 Pr. La Ley de Mnfuiciamiento Criminal de Espaiia, en su articulo 108 dice, que “la accién civil ha de eniablarse juntamexte con la penal por et Ministerio Fiseal, haya o no en el proceso acusador particular; pero si el ofendido renun- ciare expresamenie su derecho de testiiucién, reparacién o indemnizaci6n, el Ministerio Fiscal se limitaré a pedir el castigo de los eulpahles”. Nuestro Cédigo de Procedimientos limita el ejercicio de dicha aceién al ofendido por el delito y # sus herederos, no obstante de preserihir el articulo 27 del Codigo Penal, que toda sentencia condenatoria en materia criminal Neva envuelta Ja obligacion de pagar las costae, datos y perjuicios. En la gran mayoria de los casos, las causas ctiminales por delitos pibli- cos, se sustancia sin intervencién de querellante particular, haciendo e! papel de acusador el Fiscal en representacién de ia sociedad, y al dictarse en ellas | ' oa SANDOVAL 26 Josii Mari sentencia condenatoria, se condena también a los reos al pago de costas, da- hos y perjuicios. Y por esta razén no vemos ineonveniente para que el ofen- dido por el delito, y en su defecto, sus herederos, aunque no hubieren figurado en ja causa como partes, puedan aprovecharse de los efectos de la condena, pues como muy bien dice don Magin Fabrega y Cortés, “todos venimos obli- gados a soportar las cargas piblieas con muestras personas y fortuna y justo es que el Estado cuide, cuando se comete un delito, de procurar a los ciuda~ danos la reparacién del datio y la indemnizacién de los perjuicios o la restitu- cién de la cosa; obligar al particular a perseguir por su propia cuenta la res- ponsabilidad civil, seria hacerla imposible en la mayor parte de los casos, porque poeas veces tendria cuenta al particular seguir un pleito para conse- guir una reparacién de perjuicios cuya importancia a veces es relativamente eccasa, dados los gastos que todo litigio ocasiona”. La teoria que exponemos tiene su apoyo en elarticulo 27 del Codigo Penal y no est cn pugna con la disposicién del 1.164, que explicamos, pues ste se refiere y con razén, al ejercicio de Ia accién civil cuando se intente y siga con separacin de la criminal, en euyo caso s6lo compete al ofendido por el delito, y a falta de él, a sus herederos. Como la accién civil tiene, dentro del procedimiento criminal, un carécter subsidiario, porque depende de la existencia de un hecho punible, y es la vec independiente de la aceién criminal, si el ofendido por el delito fuese un menor de edad 0 persona sujeta a curadutia, pueden ejercitar dicha aceién civil sus representantes legitimos o los que deban suplir su ineapacidad con arreglo a derecho. ¥43.—E] mismo artfeulo 1.164, dice también que la accién puramente civil se da no sélo contra el ofensor sino también contra los herederos de éste en cuanto aleaneen los bienes que les hubiere dejade, conforme a lo dispuesto en el Codigo Civil. Este precepto, considerado como regla general que rige en materia criminal, no puede ser més justo: el que cooperé al delito y_partieipé en la responsabilidad criminal, ha de soportar todas las consecuencias, y, por tanto, debe satisfacer la responsabilidad civil, la cual pasa a sus herederos en cuanto alcancen los bienes que Jes hubiere dejado, si aceptan la herenela con beneficio de inventario, pues de otro modo, responderdn hasta con sus bienes propios, como sucede en el cumplimiento de las demas obligaciones civiles. 'Y conforme el articulo 105 del Cédigo Penal, en el caso de que la accién civil se dé contra varias personas, por ser todas elias responsables civilmente de un delito o falta, los ‘Tribunales seflalaran la cuantia de que deba responder cada uno; y contra esta determinacién, segtin hemos visto atrés, no se dard recurso de casacién. La responsabilidad civil, como inherente a la criminal, es para todas las personas que cooperan en Ja perpetracién de un hecho punible, solidaria den- tro de cada grado de partieipacién en el mismo, y subsidiaria entre los dife- rentes grados. Sabido es que, por la participacién que en el heedo punible toman las personas criminalmente responsables, pueden ser, segin el Cédigo Penal, autores, c6mplices y encubridores. La participacién de estas perso- nas no ¢s igual, sino que la tienen menor los encubridores que los cémplices y éstos menor que los autores. Pero, al tenor de! artieulo 106 de dicho Codigo Penal, la responsabilidad es solidaria dentra de cada grado de participacién en et hecho punible y es subsidiaria Ia de los enewbridores respecto de los cGmpli- ces y la de éstos respecto de los autores. Aplicando esta regia aleanzard, en primer término, la responsabilidad civil a los autores y éstos solidariamente, por Jo que cada uno vendré obligado por el todo, y sélo cuando los autores no ofrezcan suficiente solvencia, se har& responsables subsidiariamente a los e6mplices, también a todos ellos solidariamente, y s6lo en el caso de que tam- poco los cémplices puedan hacer frente a la responsabilidad civil, se pasaré al tercer grado, o sea a los encubridores, quienes serin también solidariamente responsables. “14.—Hay algunas personas que no son criminalmente responsables, y, sin embargo, lo son eivilmente. Los casos que enumera el Cédigo Penal son los siguientes: En primer lugar hay circunstaneias o motivos eximentes de responsabili- dad criminal que no lo son de responsabilidad civil. De los 15 mimeros que el articulo 7 de dicho Cédigo dedica a precisar las circunstancias eximentes de responsabilidad criminal, hay cinco niimeros 0 motivos que no eximen de responsabilidad civil, y son el 19, 2°, 3°, 8° y 10, cuyo texto es asf: Fastn exentos de responsabilidad criminal: 1°—El imbéeil y el loco, a no ser que éste haya obrado en un intervalo liteido; 2°—E] menor de diez, aftos; 3°—El mayor de diez afos y menor de quinee, a no ser que conste que ha obrado con discernimiento; 8°—El que, para evitar un mal, ejecuta un hecho que produzea dafio en la propiedad ajena, siempre que concurran las cireunstancias siguientes: Pri- ‘mera. Realidad o peligro inminente del mal que se trata de evitar; Segunta. Que el mal sea mayor que el causado para evitarlo; Tercera. Que no haya otro medio practicable y menos perjudicial para impedirlo. 10.—El que obra violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo insuperable. Conforme el articulo 17 del mismo Cédigo Penal, en los casos de los tres ptimeros nimeros, la responsabilidad civil ineumbe # la persona que tiene bajo su potestad 0 guarda legal al menor, imbéeil 0 loca, a no hacer constar que no hubo de su parte culpa o negligencia. No habiendo persona que los tenga bajo su potestad o guarda legal, o siendo aquélla insolvente, responderan con sus bienes los mismos locos, imbéciles 0 menores, salvo el beneficio de compe- tencia en la forma que establece el articulo 1.451 del Codigo Civil, es decir, reservéndoles lo indispensable para una modesta subsistencia, y con cargo de devolucién si mejoran de fortuna. En el caso del niimero 8° es civilmente responsable la persona en cuyo interés se caus6 el dafio a proporcién del beneficio que haya reportado. Los Tribunales deberdn apreciar, segin su prudente arbitrio, la cuota proporeio- nal, si fueren varios Jos favorecidos, con que cada uno deba responder. Y cuando no sea equitativamente asignables ni aun por aproximacién las cuotas respectivas, cuando la responsabilidad se extienda al Estado o a la mayor parte de una poblacién, y en todo caso, siempre que el dafio se hubiere 28 JOSH MARIA SANDOVAL causado con el ascntimiento de la autoridad o de sus agentes, se hard la ine demnizacién en ta forma fue establezcan las leyes o reglamentos especiales. (Bstas leyes y reglamentos no han sido dietados,) En el caso del niéimero 10, es responsable, en primer término, el que hu hiere causado el miedo, y subsidiaviamente y en su defecto, el que ejecuts el hecho, salvo respecto a este tiltimo el beneficio de competencia. Ademés de estos casos, Jos artieulos 18 y 19 del Cédigo Penal estableeen otros de responsabilidad subsidiaria de terceras personas. El primero de dichos articulos dice que responderan subsidiariamente, por falta de la debida vigilancia, los posaderos, taberneros y cualesquiera personas ‘0 empresas, de los delitos que se cometieren en los establecimientos que diri- jan, siempre que por su parte, 0 la de sus dependientes, haya mediado infrac- cién de los reglamentos generales o especiales de policia. También responde- rin subsidiariamente los posaderos de la restitucién o indemnizacién de los efectos robados 0 hurtados dentro de sus casas a los que se hospedaren en ellas, siempre que éstos hubiesen dado anticipadamente conoeimiento al mismo posadero o al que lo sustituya en el cargo, del depésito de aquellos efectos .en la hospederfa, y ademas hubiesen observado Jas prevenciones que diehos posa- deros 0 sus sustitutos les hubiesen hecho sobre euidado y vigilancia de los ef tos. No tendré lugar la responsahilidad en caso de robo con violencia o intimi- dacién en las personas, a no ser ejecutado por los dependientes del posadero. EJ articulo 19 dice que la responsabidad subsidiaria que se establece en el artfeulo anterior, seré también extonsiva a los amos, maestros, personas y empresas dedicados a cualquier género de industria, por los delitos y faltas en que hubiesen ineurrido sus criados, diseipulos, oficiales, aprendices 0 depen- dientes en el desempefio de sus obligaciones o servicios. A algunas otras personas distintas de les mencionadas les puede aleanzar en parte la responsabilidad civil. Toda persona que tenga en su poder los efectos del delito, 1a cosa robada o hurtada, tendré obligacién de devolverla, a no ser que, como se ha dicho, la haya adquirido en ta forma y con los requi- sitos establecidos por las leyes para hacerla irreivindieahte, ‘Ademés, toda persona que por titulo lucrative hubiere participado de los efectos de un delito o falta, estd obligada al resareimiento hasta la cuantia en que hubiere participado (Art. 107 Cédigo Penal}; fo cual no es mas que apli- cacién del principio de que nadie puede enriquecerse en. perjuicio de otro. Y aplicando la disposicién del articulo 105 del mismo Cédigo Penal, Ia responsabilidad civil de las personas 2 quienes nos hemos referido en este nti- mero, se transmite a los herederos o derechohabientes, en cuanto aleancen los bienes que Jes hubieren dejado, conforme a lo dispuesto en el Cédigo Civil. 1 15,—Ninguna pena corporal pasa de la persona a quien se le impuso 0 de- bib imponérsele: Art. 1.165 Pr. Tiene su fundamento este artfculo en el concepto individualista y el ea- réeter personalisimo e intrasmistble de la pena, que impiden el ejercicio de la aecién penal después de ta muerte del culpable y si sta ocurre cuando ha re~ caido sentencia firme, hay que distinguir si la pena es personal o si es pecunia~ ria: si es corporal se extingue Ia pena; y sies pecuniaria, entonees se haci efectiva en los bicnes que kubiere dejado el culpable; lo que deducimos de los PRACTICA FORENSE HONDURERA 29 articulos 45, 81 y 111 del Cédigo Penal, aunque el titimo se encuentra equivo- cado en Ia redaceién de su mimero 19 que es al que nos referimos. Esta ex- coneién, anica que el Cédigo Penal establece- al principio universal de que laaceién penal no debe transmitirse contra Jos herederos, a juicio de don Magin Fabrega y Cortés, no es justa ni disculpable. Avguye, este expositor, que tal ver se dig en contra de esta afirmacién que si el condenado al pago de la mulia la hubiere satisfecho, fos herederos hubiesen etcontrado esto de menos, lo que es una verdad; pero entonces ta mult hubjera afectado directamente al culozble y sdto indireclumente a sugherederos. Esta observacién, continiia, no hace ms que poner de relieve un inconveniente que ofrecen las penas pe- eanioviss, ¥ es que munea son perfectamente personales, como debe serlo toda pons, sino que siempre afectan a una tercera persona, siempre hieven de recha- 20 2. una persona que no tive parte en el delito, sucediendo que si la multa la paga é! multado, of pazo afeeta indirectamente al heredero, si se cobra de éste, |e alveta directamenie. 416. aecién enininal yor delton privados perteneee solamente a los ofendidos, y por su imporibitidud para ejercitarla, a sus representantes, ya las deméa personis que tongin interés en su cveriguacion y castigo, con arr glo a lo dispuesto ea el Cirtign Penal. Lil desistimiento se regird por las dis posiciones del Lido [de este Citiyo: Ait 1.468 Pr. Son delitas pr ivados lox qn ie fine como tules el Cédiga Penal: Art.1.167 Pr, Los detitos #8 divide. en jnislicos y privados. Delitos pxiblicos son aque- Tlos que perjudiean inmertatamente al euerpo social o praducen algtin peligro comin a todos si miembros; y delitas privados son los que ofenden o dafan directamente-a los particubires, sin producir slarma ni peligro comin a los demés individuos de la sociedad El Cédigo Penal no da ana clolinie’dn expresa de los delilos privados; pero €s sus términes ficilmenie se compronide que considera como tales los cometi- dos contra fa honestidad ¥ ios gue afecran ef honor, Los primeros son el adnlterio y amanccbamiento, 1s violaciin y alusos deshonestos, el esedindalo pubblico, el estupro y ces ;y tos segundos son el de ealumnia y el de injurias, En esta clase de de cde menores y el rap lp uno os e! m-jor Jiaez de su propia honra, y all interesado incumbe apreciur si lo es mas conveniente el silencio o el perseguir el delito, pues si! possecuciéa se dofarn a la caciedad podeia agravarse el mal eon una publicidad intempestiva, ane redundaria muchas veces en perjucio de li misma vietima o de su familias y para eviinrlo, la ley deja, por punto gene- ral, el ojereicio de la ae-“6n criminal que nace de estos delilos, al propio inte- resado, es decir, que en primer agar, corresponde al ofendido por el delit ‘pero si éste fuere hijo de familia, menor omaneipudo, 0 mayor bajo interdie- cién, tienen personalidad para la acciém en su nombre, su padre, tu- toro eurador. ‘También podran ejercilar fa accién penal las demas personas qe tengan interés en Ja averiguacién y castigo de los delitos privados, cuando especialmente las autorice-cl Codigo Penal, Para mayor comprensidn ios referimos al ejereicio de Ja aceién criminal, en To que en partiewlar dispone el Cédigo Penal con respecto a cada uno de Hichos delites. 380 JOSH MARIA SANDOVAL Adulterio y amancebumiento.—La accién por el delito de adulterio 0 de amancebamiento corresponde ‘inicamente al enyuge olendido, quien debera acusar a ambos culpables, si uno y otro vivieren, y nunca si hubiere consenti- do el adulterio 0 el amaneebamiento, o perdonado a cualquiera de ellos. El cOnyuge ofendido podra en cualquier tiempo remitir la pena impuesta a sit consorte y en este caso se tendré también por remitida la pena al adGltero oa la manceba. La ejecutoria en causa de divoreio por adulterio o por amanee- bamiento, surtiré sus efectos plenamente en lo penal, cuando fuere absolutoria, es decir, que no no se podra perseguir el delito; pero si fuere condenatoria, sera necesario nuevo juicio para la imposicién de las penas: Arts, 482 al 435 del Cédigo Penal. ReGpecto de la querella por adulterio se ha planteado la cuestién de si puede o no ser adiisible dicha querella entablada por el marido contra la mujer culpable y su amante, ignorando el querellante quien sea éste. El ‘Tri- bunal Supremo de Espafia, en sentencia de 17 de enero de 1889, resolvié la cuestién en sentido afirmativo, fandindose para ello en que, dirigida la que- rella contra la esposa infiel y el que resultare coantor de dicho delito, queda cumplido lo preceptuade en el Cédigo Penal. Violacion y adusos deshonestos, eacéndalo piiblico, estupro y corrupetén de menores y rapto,~ Segin el articulo 445 del Cédigo Penal, en estos delitos sélo podré procederse contra el culpable, por querella o denuneia de la per- sona agraviada; y si ésta, por su edad o estado moral careciere de personalidad para comparecer en juicio, corresponderé aquel derecho a los padres. abuelos, hermanos 0 tutores, en el orden que establezea el Cédigo de Procedimientos. Sila persona agraviada fuere de todo punto desvalida, debers. formalizar la acusaeién el Sindico Municipal o el Fiseal, por fama poblica. El perdén ex- preso de la persona agraviada o de la que en su defecto tenga el derecho de querella o denuneia, extingnira la accién penal ola pena; y también se ex- tinguiré por el matrimonio del ofensor con la ofendida. Acahamos de ver que el adulterio s6lo puede éastigarse en virtud de que- rella del cényuge ofendido, o de su representante legitimo, si careciere de ca- pacidad para comparecer en juleio; no sucede lo mismo respecto a los demas delitos contra la honestidad, los cuales pueden ser perseguidos no solamente por querella sino también por denuneia de la persona agraviada; y si ésta careciere de personalidad para comparecer en juicio por su edad 0 estado mo- Tal, corresponderé aquel derecho de querella o denuneia, a las demés personas «que se indiean en dicho articulo 445. Bl Cédido de Procedimientos no indica el orden en que estas personas hap de hacer uso del derecho de querella © denuncia, como lo prescribe el Cédigo Penal; sin embargo, siguiendo la juris: prudeneia espantola, estimamos que la designacién disyuntiva de las personas a cuya instaneia o por denuneia euya puede procederse por dichos delitos, no signifiea que todas ellas, sin preferencia entre si, tengan derecho igual y en todo caso ejeteitable para promover el proceso con independeneia de la aecién de las otras, sino que lo establece en orden sucesiva, gradualmente excluyente, Wn esta virtnd los padres no tienen derecho de ejereitar ta aecién penal cuando sus hijos ofendidos puedan hacerlo por st mismo, por tener canacidad para ello. Por la misma tazén de priorirlad, hay que reconocer que los abue- Jos no pueden utilizarlo existiendo el padre, y en su defecto In madre, ni los PRACTICA FORENSE NONDURENA BL hermanos ni tampoeo log tutores existiendo alguna de las personas que tengan derecho de prioridad. ‘Tampoco pueden ejercitar el derecho de querella o denuncia los padres, Ios abuelos y ios hermanos si la agraviada es mayor de edad, o esté habilitada de edad, aun cuando ella no to hubiere hecho, porque la falta del ejercieio de Ja aceién criminal por su parte implica el perdén que extingue la responsabili- dad penal de dichos delitos, Si Ja persona agraviada careciere de padres, abuelos, hermanos, tutor o curador, y por su edad o estado moral no tuviere personalidad para compare- cer en juicio, deberd formalizar la aeusacién ef Sindico Municipal o el Fiscal, por fama pibliea. La persona agraviada solamente puede otorgar al culpable el perdén por el delito denunciado o acusado, si esté en el ejercicio de los derechos civiles, pues en caso contrario, solamente pueden otorgar el perdén las personas que hubieren presentado querella o denuncia. Si la ofendida fuese menor de edad, y por esta causa la accién criminal se hubjere intentaco por querella de las personas que tienen derecho a hacerlo, tan pronto como aquélla llegue ala mayor edad, deberan éstas dar conoci- miento de la causa a Ja ofendida por el delito para que se persone en ella ejer- citando la accién o para que desista de la intentada segdn tenga por conve- niente. Para el Sindico Municipal o para el Fiscal es un deber formatizar la acu- sacién cuando la agravinda sea persona desvalida, y la ley no los autoriza para desistir de ella, ni para perdonar la pena que a su insta ria recaigaen la causa. Pero en todo easo, la accién eriminal o la pena se extingue por el matri- monio del ofensor con Ja ofendida; y en tal virtud, si esto sucede, habra de promoverse por el interesado un incidente para que se sobresca la causa 0 se declare extinguida la per Calumnia e infurios, ~Al principio de este mimero, dijimos que son deli- tos privados la ealumnia y la injuria, por lo que pudiera creerse «que es priva- do el ejercicio de las neciones nacidas 0 derivadas de dichos delitos, cualquiera que sea la condicién de ta persona ofendida, pues al consignarlo asi, quisimos referirnos a los delitos de calumnia e injurias vertidas contra los particulares, porque como veremos en seguida, cuando la calumnia o las injurias sean diri- gidas contra la autoridad piblica 9 contra corporaciones o clases determinadas del Estado, la accién que de ellas surge perder. su caréeter_privado, convit~ tiéndose en pablica cual corresponde al interés ofendido en dicho caso. El Cédigo Penal da a entender que la aecién por ealumnia e injuria es puramente privada, puesto que en el pirrafo segunco del artieulo 464 dice que nadie ser& penado por calumnia ¢ injuria sino a querella de la parte ofendida. Esto se entiende de la calumnia e injuria vertidas contra particulares, pues hace exeepci6n de las dirigidas contra la autoridad piiblica, eorporaciones o clases determinadas del Estado; y para este efecto se reputan también como autoridad los Jefes de las naciones amigas o aliadas, los agentes diplomaticos de las mismas y los extranjeros con cardcter piblico que segim los tratados debieren comprensderse en esta disposiciin, JOSH MARIA SANDOVAL La calumnia o injuria vertida contra la autoridad, corporaciones 0 clases determinadas del Fstado, da lugar a la accién piblica, siendo el Fiscal, repre- sentante de la ley y del interés social, quien ejercite la aceién para el castigo del ealumniador o injuriante. Y Io mismo puede decirse cuando Ia calumnia o injuria sea vertida contra los Jefes de las naciones amigas o aliadas, los agentes diplomaticos de las mismas y los extranjeros con cardeter piblico que segin los tratados debieren comprenderse en esta disposicién; pero, para proceder de oficio en estos easos, ha de preceder excitacién especiai del Gobierno. Como el Cédigo Penal no es claro y explicito en cuanto al coneepto de lo que debe entenderse por clases determinaclas del Estado, diremos que son las que se constituyen por un conjunto 0 néimero de personas o individuos del mismo grado, calidad u oficio e identidad en diferentes cosas, atendido su ea- réeter oficial y Jas fanciones especiales que le est’in encomendadas; tal como lo es el Estado Mayor del Hjército, la Policia nacional 0 municipal. Pero para que Ja aecién sen piblica, fa cahumnia o injuria ha de ser ditigida a la colectividad, constituyendo delito privade tinicamente cuando sélo afecta in- dividual y particularmente a un individuo aislado de dichas corporaciones. Dice don Enrique Aguilera de Paz, que todos los autores estén conformes en el precepto legal de que debe precedor exeitativa expresa del Gobierno para proceder de offcio contra los autores de los delitos de calumnia o injuria contra los Jefes de las naciones amigas o aliadas, los agentes diplomiticos de las mis- mas y los extranjeros con ewrdcter piblico, pero que tal precepto debe inter- pretarse racionalmente en un ventido ampli, haciendo extensiva esa facultad a la autoridad superior, civil o politiea que represente al Gobierno en los de- partamentos, porque en otro caso no podria procederse contra los delineuentes cou la prontitud debida, o podria ignorarse la comisi6n del delito, dando lugar con ello a reclamaciones por In impunidad. Esta exeitacién puede hacerse por el Gobierno 0 sus delegadas, empleando cualquier medio de eomunicacién ordinario, inclusive el telézrato, y sin necesidac de emitir acuerdo o decreto espe Dice el artieuto 23 de la Ley de Imprenta que no habré reponsabilidad por injuria o ealamaia inferidas por medio de la. imprenta cuando Ia ofensa constituys cargos heclos a un empleado pablico o. funcionario en su earécter oficial, 0 # sus cémplices o beneficiades. Hala disposicién, a nuestro entender solo puede eximir de responsabilidad euando la ofensa por medio de ta prensa se refiere a un cmpleado piihlieo © funcionario-ho 0; pero no cuando sea dirigida a Jeie de paciones amigas 0 alindas, a los ageates. diplomaticos de las mismas y a los extranjeros con caviivier pibtieo, porque al disponer-la ley. que para proceder criminalmente en sos es preciso que proceda., excitacion especial del Gobierno, obedece 2 motivos poderusos de respeto.y de-clevada Consideracién que merecen las -persoaas citadas y que tienden a evitar com- plieaciones internacionales. Fuera de los casos indieados, es decir, cuando los delitos de calumna 0 injuria se cometan contra particulares, no podvan ser.perseguidos, -ni-nadi sera penado por ellos, sino a viriud de qucvella rle ia parte afendida; pero con forme e artfeulo 462 del Cérligo Penal, podrin ejercitar también diehas ac ciones los aseendiontes, desecrilientes, cémyuye y hermanos del difunto, cuando PRACTICA FORENSE HONDURENA 83 a calumnia o Ja injuria trascendiere a ellos, y en todo caso el heredero. En dichos casos, excepelén hecha del hetedero, se viene a penar, no sélo el de- lito cometido contra el difunto, sino también el datio inferido a esas otras dis- tintas personas, Ias cuales, por lo tanto, intervienen por accién propia y dehen probar, ademés de la calumnia o injuria, su parentesco con el injutiado y el dafio que han recibido; mientras que el heredero puede hacer uso de la ac- cién, aunque no traseiendan a él Ia calumnia o injuria dirigida a su causante. Para ejercitar la neci6n criminal por Ia. calumia o injurias eausadas en jui- cio se requiere la licencia del Juez o Tribunal que estuviere conociendo de los autos en que fueran vertidss, por ser el llamado para apreeiar mejor que nin- guno otro el aleance, Ja trascendencia y los efectos de las mismas y hasta la intencién més 0 menos punible con que fueron proferidas. Y aunque la ofensa sea hecha a personas que no estén. en ef juicio o que no fueren parte en el mis- mo, siempre es necesaria Ia liceneia judicial. Desistiminnto-de la aceién dedueida —Otro punto que contiene el arti- culo 1.166, de que venimos tratando, es et desistimiento de la accién deducida por Jos delitos, privados, el cual se regiré por las disposiciones del Libro I del Cédigo de Procedimientos. Hemos visto, quienes pueden ejercitar la accion criminal por los delitos privados y a semejanza de las acciones civiles, pueden Jos intereeados desistir de ella en cualquier estado dela eausa, y al desisti- miento se le dara el-tramite de los incidentes, conforme la prescripcién de los artienlos 143 y 144; y la sentencia que acepte el desistimiento, producira la excepeién de cosa juzgada. 17.— La aecién criminal por détitos piblicos corresponde no sélo a tos funcionarios a quienes esta confiada nor la ley, sino también a cualquier per sona que no sca inkdbil para eercitarta; Art. 1.168 Pr. Hecha excepcién ce los delitos contra Ja honestidad y contra el honor, de que hemos tratado, los demas se consideran pblicos, La accidn criminal que de ellos nace, corresponde, en primer lugar, al Ministerio Piblico, pues al te- nor de los nitmeros 79 y 8° del articulo 200 de Ia Ley de Organizaeién y Atrie buciones ce los ‘Tribunales, son atribuciones de Jos Fiscales promover la for- macién de causas criminales por delitos y faltas, cuando tengan conocimiento de-su perpetraeién, si no las hubiesen comencado de officio aquellos 4 quienes corresponde; y ejercitar la accién piblica en todas las causas criminales, sin més excepoi6n. que las de aquellas que, segiin Ins leyes, soto pueden ser promo- vidas a instaneio de parte agraviaiia. Fin segundo lugar, eorresponde también con preferencia el ejercicio de la aecién eriminal al lesionade y a sus legitimos representantes y 2 sus. derechohabientes; y en Gltimo lugar, corresponde a cualquiera otra persona, nacional. o extranjera; pero para que una persona particular pueda ejereitar Ja aecién criminal por delitos ptiblicos se requiere que no sea jnhabil para ello, de lo cual se desprende, como regla general, que son hébiles lodas las personas, menos aquellas a quienes Ja ley las declara in habiles. Resulta de 0 expuesto. «ue lo que es un derecho para todos los partieula- res, es un deber para ef Ministerio Pablica, pues este Ministerio tiene la obli- gacién de ejercitar la accién criminal por delitos pablicos, como la tiene igual- mente de ejercitarla en los delitos contra la honestidad en los casos previstos, ee

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