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Era hijo de Geb, dios de la tierra y Nut, diosa del cielo, ambos descendientes
de Ra, el dios creador. Osiris llegó al trono de los dioses y de Egipto cuando
destituyó a Ra y ocupó su lugar.
La religión egipcia estaba muy ligada a los procesos históricos, ya que las
invasiones, períodos de crisis o prosperidad, rebeliones y desórdenes,
etcétera, se interpretaban como parte de las peripecias que vivían los dioses.
En ese sentido, la figura de Osiris cambió adecuándose a la historia egipcia, y
sus características y funciones se modificaron a lo largo del tiempo.
Imagen de Osiris
Osiris con sus atributos, representado de pie en la tumba del faraón
Sennedyem.
Características de Osiris
Entre las características del dios Osiris se pueden mencionar las siguientes:
Fue el primer faraón de Egipto de acuerdo con las narraciones de la historia
mítica de este Estado. Los egipcios consideraban que su civilización se había
iniciado a partir del reinado de Osiris. Era el señor de dioses y mortales, con
los que se comportaba de manera benevolente y justa.
Fue un dios civilizador, sabio y bondadoso. Enseñó a los egipcios la
agricultura, el tejido y la música.
Se consideraba que Osiris había llegado al mundo para instalar el orden.
Durante su reinado, Egipto conoció gran prosperidad ya que organizó la
sociedad con un sistema de leyes justas.
Era un dios asociado a la fertilidad de la tierra, a los ciclos de las estaciones y
al pasaje entre la vida y la muerte.
El antagonista de Osiris era su hermano Seth, que reinaba sobre el desorden,
la infertilidad, el desierto y la violencia.
Estaba casado con su hermana Isis, la diosa madre de los egipcios.
El principal lugar de culto a Osiris, especialmente durante el Imperio Medio,
estaba en la ciudad de Abidos.
Origen de Osiris
Osiris pertenece al grupo de dioses llamados “la enéada heliopolitana”,
integrado por las nueve deidades originarias, según el culto establecido por
los sacerdotes de la ciudad de Heliópolis.
Esta familia divina estaba integrada por Ra y su descendencia: sus hijos Shu
(deidad de la aire y la atmósfera) y Tefnet (diosa de la lluvia y la humedad);
Geb (dios de la Tierra); Nut (diosa del cielo) y los cuatro hijos de estos
últimos, Osiris, Isis, Neftis y Seth.
Osiris en la mitología
Osiris se casó con la diosa Isis y su hermano Seth con la diosa Neftis. Esta
diosa, que había sido obligada a casarse con Seth, amaba a Osiris y tomó la
forma de Isis para procrear con él a su hijo Anubis. Seth, enfurecido, tendió
una trampa a Osiris cuando este regresaba de la guerra: organizó una fiesta
de bienvenida y con la ayuda de varios ayudantes lo encerró en un ataúd de
oro y lo arrojó al río Nilo donde el dios se ahogó.
El hijo de Isis con el espíritu de Osiris fue el dios Horus, que luego de una
lucha de 80 años logró vencer a Seth y ocupar el lugar que le correspondía en
el trono de los dioses y los egipcios.
Como rey del inframundo, llamado Duat por los antiguos egipcios, Osiris
presidía el juicio que, con otros 42 jueces, se realizaba a las almas de los
recién llegados para permitirles o negarles la entrada al paraíso.
Sus imágenes suelen llevar los brazos sobre el pecho con un cetro en una
mano y un látigo de varias puntas en la otra.
El juicio de Osiris es una importante ceremonia en la mitología egipcia que se
lleva a cabo después de la muerte. Según la creencia, el alma del difunto era
juzgada por el dios Osiris, quien determinaba si podía acceder al paraíso o ser
condenado al inframundo.
El juicio se llevaba a cabo en la sala del juicio en el Templo de Osiris en
Abydos. La ceremonia se llevaba a cabo por sacerdotes que representaban a
los dioses del juicio, incluyendo a Osiris, Anubis, y 42 jueces de los muertos.
El difunto era llevado ante ellos en una barca sagrada, y su alma era pesada
en una balanza contra la pluma de Maat, la diosa de la verdad y la justicia.
Si el alma del difunto pesaba lo mismo que la pluma, significaba que había
vivido una vida justa y virtuosa, y se le permitía acceder al paraíso. Si el alma
era más pesada, significaba que había cometido pecados y debía ser
condenado al inframundo.
El juicio de Osiris también incluía una serie de preguntas que el difunto debía
responder correctamente para probar su conocimiento de la religión y la
moralidad. Estas preguntas eran conocidas como «las preguntas de los 42
jueces», y eran grabadas en los Textos de las Pirámides, un conjunto de
textos funerarios que se encuentran en las pirámides de los faraones.