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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui
Barcelona, 01 de diciembre de 2016
206° y 157°

ASUNTO PRINCIPAL: BP01-P-2016-007308


ASUNTO: BP01-R-2016-000151
PONENTE: DRA. ELOINA RAMOS BRITO.

Se recibió recurso de apelación interpuesto por los abogados MARÍA


GABRIELA MARTÍNEZ y JOSÉ ANGEL FARIÑAS, en sus carácter de Fiscal
Provisorio y Auxiliar Interino de la Fiscalía Novena con Competencia en
Materia de Drogas, en contra de la decisión dictada por el Tribunal de Control
Nº 07 del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui, en fecha 28 de Julio
del año 2016, donde se dejo sin efecto la Orden de Aprehensión dictada en
contra de los ciudadanos PEDRO LUIS GARCÍA RAMOS, titular de la cédula
de identidad Nº 8.340.672 y ELÍAS JOSÉ ZAN TAWIL, titular de la cédula de
identidad Nº 17.900.058, respectivamente. Fundamentando los recurrentes su
apelación conforme a lo establecido en el artículo 439 ordinal 5º del Código
Orgánico Procesal Penal.

Dándosele entrada en fecha 27 de septiembre de 2016, se le dio cuenta al


Juez Presidente y aceptada la distribución de acuerdo al Sistema
Automatizado Juris 2000, le correspondió la ponencia a la Dra. MAGALY
BRADY URBAEZ, quien con tal carácter de Juez Superior Ponente suscribe
el presente auto.

En esta misma fecha 30 de noviembre de 2016, se Aboca al conocimiento del


presente asunto la Dra. ELOINA RAMOS BRITO, toda vez que la Dra.
MAGALY BRADY URBAEZ, le fueron concedidas sus vacaciones de ley.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Los recurrentes, en su escrito de apelación, entre otras cosas, alegan lo


siguiente:

“…Quienes suscriben, MARÍA GABRIELA MARTÍNEZ y JOSÉ ANGEL


FARIÑAS, en sus carácter de Fiscal Provisorio y Auxiliar Interino de la
Fiscalía Novena con Competencia en Materia de Drogas, a fin de interponer y
fundamentar FORMAL RECURSO DE APELACION, contra la DECISIÓN
dictada en fecha 28 de Julio del año 2016, por el Juzgado Séptimo (7º) de
Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Anzoátegui, mediante la cual DEJA SIN EFECTO la Orden de
Aprehensión dictada en contra de los ciudadanos PEDRO LUIS GARCÍA
RAMOS, titular de la cédula de identidad Nº 8.340.672 y ELÍAS JOSÉ ZAN
TAWIL, titular de la cédula de identidad Nº 17.900.058, por la presunta
comisión de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES
Y PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley
Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE
CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley
Orgánica contra la delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo…”
CAPITULO II
IMPUGNACION OBJETIVA
“…La decisión contra la cual se recurre, es la dictada por el TRIBUNAL
SEPTIMO DE PRIMARA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL EL
CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ANZOÁTEGUI, en fecha 28 de
julio del año 2016, mediante la cual DEJA SIN EFECTO la Orden de
Aprehensión en contra de los ciudadanos PEDRO LUIS GARCÍA RAMOS,
titular de la cédula de identidad Nº 8.340.672 y ELÍAS JOSÉ ZAN TAWIL,
titular de la cédula de identidad Nº 17.900.058, por la presunta comisión de
los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y
PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley
Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE
CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley
Orgánica contra la delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo…”
CAPITULO III
LEGITIMACION ACTIVA

“…La legitimación Activa del MINISTERIO PUBLICO, para ejercer el Recurso


de Apelación que al efecto aquí se interpone, esta consagrado en los
artículos 285 numeral 6 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, 37 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, 111 numeral 14 y
424 ambos del Código Orgánico Procesal Penal…”
CAPITULO IV
DE LOS HECHOS.
“…En fecha 16 de junio de 2016, siendo las 21:50, el funcionario Capitán
Roger José Terán Yánez adscrito al Destacamento de Vigilancia Costera N°
52, Punta de Meta - Estado Anzoátegui, cuando recibe llamada telefónica de
la central del Destacamento de Vigilancia Costera Nro. 52 de la Guardia
Nacional Bolivariana de Venezuela, efectuada por el funcionario Teniente
Luna Chaurtre Ever, oficial de día, quien le informó que había recibido una
llamada telefónica por parte de una persona masculina el cual no quiso
identificarse y la referida llamada fue realizada del número telefónico
0268-2529999, informando que en la Marina Américo Vespucio se encontraba
una lancha de color gris oscuro de nombre OPEN BAR y que la misma
contenía droga en su interior, seguidamente por instrucciones del
Comandante del Destacamento Nro. 52, el Capitán Roger José Terán Yánez
se trasladó al lugar en mención a los fines de corroborar dicha información, ya
que se encontraba de comisión marítima por la franja marítima costera, al
llegar a la marina Américo Vespucio avistó la embarcación atracada en el
puesto 27 del muelle azul de referida marina, por lo que en presencia de
cuatro testigos identificados como; Feliciano Brito, Pedro Jimeno, Edgar Lugo
y Samuel Guzmán, procedieron a realizar inspección a la referida
embarcación, en compañía del PRIMER TENIENTE ALVARO LUIS DE
ABREU GONZALEZ, SARGENTO PRIMERO CALDERON SUAREZ
GUSTAVO y del SEMOVIENTE CANINO NERO, adscritos a UREA 52, la cual
para el momento de la inspección no se encontraba ninguna persona abordo,
e igualmente totalmente desordenada quedando identificada como Yate
casco Pershing de 62 pies, serial IT-ADRP6250F707, eslora 18,60, manga
4,55, puntal 2,10, con un peso bruto de 39,50 de nombre OPEN BAR,
Matricula D-L9517-AF, color gris oscuro, encontrando en el baño del camarote
de los marinos en un compartimiento en la parte trasera de la poceta, la
cantidad de dos (02) panelas con revestimiento plástico de color negro sin
ningún tipo de señas particulares, por lo que posteriormente en presencia de
los testigos los efectivos del Comando Antidrogas, procedieron a efectuar
prueba de orientación con reactivo scoott arrojando una coloración turquesa
positivo para cocaína, igualmente procedieron al pesaje de la cocaína,
arrojando un peso de un (01) kilo cada una, para un total de dos (02)
kilogramos aproximadamente, posteriormente la sustancia incautada fue
trasladada hasta el Laboratorio Criminalístico N° 52 de la Guardia Nacional
Bolivariana en el cual le practicaron la peritación la cual arrojó un peso Neto
de 1.950 gramos y en el ensayo de coloración POSITIVO para COCAINA…”
CAPITULO V
DE LOS ELEMENTOS DE CONVICCION

1.- ACTA POLICIAL, de fecha 17-06-2016, suscrita por el funcionario capitán


Roger Terán adscrito al comando de Vigilancia Costera- Estado Anzoátegui,
“En el día de hoy Viernes 17 de junio de 2016, siendo las 03:10 horas de la
mañana, se deja constancia de que se presento en la sede de esta unidad
militar, el CAP. ROGER JOSE TERAN YANEZ, titular de la cedula de
identidad V-12.304.979, en compañía del S/1. LICET LOBATON RICARDO
JOSE, titular de la cedula de identidad V-20.993.685, S/1. CARLOS PINTO
HERNANDEZ, titular de la cedula de identidad V-18.279.533, y S/2. FONTEN
JIMENEZ ALEXIS EDUARDO, titular de la cedula de identidad V-22.843.280,
efectivos de Tropa Profesional de la Guardia nacional Bolivariana adscritos al
Destacamento de Vigilancia Costera nro. 52 de la Guardia nacional
Bolivariana, quienes se encontraban de comisión maritima en conformidad
con los artículos 328 y 329 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, artículos 113,115,153,266,285 del Código Orgánico Procesal
Penal, articulo 24 y 50 de la Ley Orgánica del Servicio de Policía de
Investigaciones Científicas Penales y Criminalista y el Servicio de Medicina y
Ciencias Forense, dejamos constancia de las siguientes diligencias
necesarias y urgentes efectuadas en la presente averiguación: “dejo
constancia de la siguiente actuación policial, Día Jueves 16 de Junio del
2016, siendo las 21:50 , se recibió llamada telefónica en la central del
Destacamento de Vigilancia Costera Nro. 52, de la Guardia Nacional
Bolivariana, por parte del TENIENTE LUNA CHAURTRE EVER, Oficial de
Dia, quien informo que se trataba de una persona masculina quien no quiso
identificarse, y referida llamada fue realizada del número telefónico
0268-2529999, informando que en la Marina Américo Vespucio se encontraba
una lancha de color gris oscuro de nombre Open Bar que tenía droga en su
interior, seguidamente por instrucciones del Ciudadano Comandante del
Destacamento Nro. 52, se me informo de dicha llamada y me ordenaron
constatar la información ya que me encontraba de comisión marítima por la
franja marítima costera, al llegar a la marina Américo Vespucio aviste a la
embarcación atracada en el puesto 27 del muelle azul de referida marina, por
lo que en presencia de cuatro testigos identificados como; Feliciano Jose
Brito, titular de la Cédula de Identidad Nro. V: 16.315.493, de 41 Años de
edad, Pedro José Jimeno Pueyo, titular de la Cédula de Identidad Nro. V:
12.474.201, de 55 Años de edad, Edgar Jose Lugo Sánchez, , titular de la
Cédula de Identidad Nro. V: 13.797.669, de 39 Años de edad y Samuel Saúl
Guzmán Mejías, titular de la Cédula de Identidad Nro. VI: 19.675.473, de 28
Años de edad, se procedió a realizar inspección a referida embarcación, en
compañía del PRIMER TENIENTE ALVARO LUIS DE ABREU GONZALEZ,
SARGENTO PRIMERO CALDERON SUAREZ GUSTAVO, y del
SEMOVIENTE CANINO NERO, adscritos a UREA 52, la cual para el
momento de la inspección no se encontraba ninguna persona abordo, e
igualmente totalmente desordenada quedando identificada como Yate casco
Pershing de 62 pies, serial IT-ADRP6250F707, eslora 18,60, manga 4,55,
puntal 2,10, con un peso bruto de 39,50 de nombre OPEN BAR, Matricula
D-L9517-AF, color gris oscuro, encontrando en el baño del camarote de los
marinos en un compartimiento en la parte trasera de la poceta, dos (02)
panelas con revestimiento plástico de color negro sin ningún tipo de señas
particulares, por lo que se procedió en presencia de los testigos a efectuar
prueba de orientación con reactivo scoott arrojando una coloración turquesa
positivo para cocaína, igualmente se procedió al pesaje de la cocaína,
arrojando un peso de un (1) kilo cada una, para un total de dos (2) kilogramos
aproximadamente. Seguidamente se procedió a notificar a la ciudadana
Fiscal Auxiliar noveno (9) en Materia de drogas José Ángel Fariñas, quien
ordeno efectuar las diligencias urgentes y necesarias del caso”. 2.-
ENTREVISTA de fecha 17 de junio de 2016, rendida por el ciudadano
FELICIANO JOSE BRITO, quien manifestó lo siguiente: “El día de ayer a eso
de Las 10 a 10:25 de la noche, estaba realizando un recorrido por el muelle y
eso me llamaron los señores de la comisión y los acompañe al barco a revisar
y conseguimos lo que conseguimos los dos paqueticos, seguimos registrando
y no conseguimos mas nada y para mi finalizo la revisión de la embarcación.
Es todo. 3.- ENTREVISTA de fecha 17 de junio de 2016, rendida por el
ciudadano PEDRO JIMENO, quien manifestó lo siguiente: “…El día de ayer a
eso de Las 10 a 10:30 de la noche me encontraba en mi embarcación que
esta a unos 30 metros de la embarcación OPEN BAR, llego en ese momento
una comisión de la Guardia Nacional Bolivariana y me pidió que sirviera de
testigo a ua inspección que iban a realizarle a dicha embarcación al cual
accedí y procedieron a inspeccionar el barco, después de revisar la parte de
la popa consiguieron en el camarote de la tripulación dicen que consiguieron
unas panelas las cuales sacaron de ese sitio después procedieron a registrar
todo el barco pero no consiguieron mas nada…” 4.- ENTREVISTA de fecha
17 de junio de 2016, rendida por el ciudadano EDGAR LUGO, quien
manifestó lo siguiente: “…El día de ayer a eso de las 10 o 10:30 estábamos
en la Marina los funcionarios pidieron la colaboración de servir como testigos
acudimos a la embarcación sin problema y en la revisión vi que sacaron dos
panelas de un camarote de servicio el cual no pude entrar porque el espacio
era muy reducido lo cual si entro el otro testigo que era el vigilante y observe
que de allí sacaron las panelas y siguieron la revisión y no encontraron mas
nada y allí estuve como tres horas. ...” 5- ENTREVISTA de fecha 17 de junio
de 2016, rendida por el ciudadano ANDRES BELLO, quien manifestó lo
siguiente: “…Estoy aquí en calidad de testigo por el procedimiento echo por la
Guardia Nacional a la embarcación OPEN BAR la cual se encuentra
estacionado al lado de la embarcación donde yo trabajo..”. 6.- ENTREVISTA
de fecha 17 de junio de 2016, rendida por el ciudadano JORGE RONDON,
quien manifestó lo siguiente: “…El día de hoy llego el fiscal de ministerio a mi
oficina y me pidió venir a realizar una declaración en referencia a la
embarcación OPEN BAR...” 7.- ENTREVISTA de fecha 17 de junio de 2016,
rendida por el ciudadano ORANGEL RAFAEL NUÑEZ ORTIZ 8.-
ENTREVISTA de fecha 17 de junio de 2016, rendida por el ciudadano
SAMUEL GUZMAN, quien manifestó lo siguiente: “…El día 16 de junio como
a las 09.30 de la noche, me encontraba en mi embarcación llego la lancha de
guardia a la embarcación OPEN BAR y me pidieron una linterna y también
que fuera testigo de una inspección que le iban a realizar al yate OPEN
BAR…” 9.- ENTREVISTA de fecha 17 de junio de 2016, rendida por el
ciudadano JESUS GONZALEZ, quien manifestó lo siguiente: “…Yo entregue
ese barco hace 20 días aproximadamente, tuve hace una semana allí para
achicarlo pero no entre porque no tengo la llave, estuve afuera este fin de
semana y al prender el teléfono veo unas llamadas del señor Andrés
informándome que se habían llevado el barco retenido converso con el y me
dice que me andaban buscando y le dije que me presentaría en el Comando
de la Guardia a rendir mi declaración ya que no tengo nada que ver con la
situación del barco actualmente, recibí una llamada de un abogado que no
me dijo su nombre que me presentara en el Comando de la Guardia o me
buscaban y yo le dije que yo me presentaba por mis propios medios, y así lo
hice…” 10.- ACTA DE PERITACION de fecha 17-06-2016, practicada por el
funcionario HERNANDEZ ONIMEL, adscrito al Laboratorio Criminalístico Nº
52 de la Guardia Nacional, Puerto la Cruz-Estado Anzoátegui, practicada a la
cantidad de Dos (02) ENVOLTORIOS TIPO PANELAS, ELABORADAS EN
VARIAS CAPAS, DONDE SE PUEDE OBSERVAR MATERIAL DE CINTA
ADHESIVA TRANSPARENTE , MATERIAL SINTÉTICO TRANSPARENTE
NEGRO, LÁTEX NEGRO Y MATERIAL SINTÉTICO TRANSPARENTE;
CONTENTIVAS TODAS DE UNA SUSTANCIA COMPACTADA DE COLOR
BLANCO DE OLOR FUERTE Y PENETRANTE, DE LAS CUALES SE
OBSERVO UNA FIGURA DE BAJO RELIEVE ALUSIVA A UN “LOBO”. CON
UN PESO BRUTO DE 2.100GR Y UN PESO NETO DE 1.950GR. ENSAYO
DE COLORACION SCTT (COCAINA/TIPO) POSITIVO…”11.- ACTA DE
INVESTIGACION PENAL de fecha 17-06-2016, suscrita por los funcionarios,
CAPITAN TERAN YANEZ ROGER JOSE, S/1 CARLOS PINTO
HERNANDEZ, S/2 FONTEN JIMENEZ ALEXIS, todos adscritos al Comando
de Vigilancia Costera N° 52 de la Guardia Nacional Bolivariana, donde dejan
constancias de los siguiente: En fecha 17-06-2016 el ciudadano José Ángel
Fariñas, Fiscal Auxiliar con competencia en materia de Drogas, se trasladó
hasta la oficina de Marina Bahía Redonda, a los fines de solicitar
documentación e información relacionada con la embarcación OPEN BAR,
siendo atendido por el comodoro FREDDY ALBERTO GARCIA FIGUERA
quien manifestó que las personas que siempre realizaban gestiones sobre
esa embarcación en la Marina, eran los ciudadanos PEDRO GARCIAS titular
de la cedula de identidad N° V 8.340.672 y el ciudadano JOSE GUERRA
quien era el Capitán y que la ciudadana NABETSE titular de la cedula de
Identidad N° V- 12.225.628 realizó el pago por concepto de estadía de la
embarcación OPENBAR en dicha marina, por la cantidad de 141.053,47
bolívares a través del cheque N° 17698288 de la entidad financiera del banco
Banesco girado contra la cuenta corriente N° 0134-0890-43-8903-0187-95 y
que posteriormente esta misma ciudadana en fecha 20-03-2014, realizó una
transferencia por la misma cantidad y concepto a la Marina Bahía
Redonda…” 12.- COPIA FOTOSTATICA DE LA FACTURA N° N° 5955 de la
Marina Bahía Redonda Marina Internacional, por la embarcación Open Bar a
nombre del ciudadano PEDRO GARCIA y un cheque de la cuenta bancaria
perteneciente a la ciudadana NABETSE DEL VALLE VASQUEZ GOMEZ,
cheque N° 17698288 de fecha 05-03-2014 del banco Banesco, por un monto
de 141.053,47 bolívares. 13.- RECIBO DE PAGO POR TRANSFERENCIA
BANCARIA DEL BANCO BANESCO de fecha 20-03-2014 de la cuenta
bancaria de la ciudadana NABETSE DEL VALLE VASQUEZ GOMEZ, signada
con el N° 267927226 por un monto de 141.053,47 bolívares…” 14.-
ENTREVISTA de fecha 19-06-2016, rendida por el ciudadano FREDDY
ALBERTO GARCIA FIGUERA ante el Destacamento de vigilancia Costera…”
PEPITORIO
Por las razones y consideraciones anteriormente expuestas de hecho y de
derechos solicitamos con el debido respeto a se digno Tribunal que declare
CON LUGAR, el Recurso de Apelación interpuesto contra la DECISION
dictada por el Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Control Penal Nº
7 de esta Circunscripción Judicial en fecha 28 de Julio de 2016, mediante la
cual decidió DEJAR SIN EFECTO, la ORDEN DE APREHENSION decretada
en fecha 19-06-2016, en contra de los ciudadanos PEDRO LUIS GARCÍA
RAMOS, titular de la cédula de identidad Nº 8.340.672 y ELÍAS JOSÉ ZAN
TAWIL, titular de la cédula de identidad Nº 17.900.058,y en consecuencia
restituya la ORDEN DE APREHENSION en contra de los ciudadanos antes
señalados.
DE LA DECISION APELADA

La decisión impugnada entre otras cosas, expresa lo siguiente:

“…administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de


Venezuela y por autoridad de la Ley, resuelve: Con vista de las
consideraciones precedentes, y lo asentado por el Tribunal Supremo de
Justicia, en ejercicio del CONTROL JURISDICCIONAL, se deja SIN EFECTO
LA ORDEN DE APREHENSIÓN dictada en contra de los investigados ELIAS
JOSE ZAN TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, titular de la Cedula de
Identidad N° 17.900.058 y 8.340.672, en su orden, por la presunta comisión
de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y
PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley
Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE
CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley
Orgánica contra la delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo,
cometido en perjuicio de la COLECTIVIDAD, con fundamento legal en los
Artículos 2, 26, 27, 44.1, 49, 51, 253 y 257 de la Constitución de la Republica
Bolivariana de Venezuela, Artículos 2, 4, 5, 6, 7, 12, 19, 127, 132, 133, 287,
264 y 236 todos del Código Orgánico Procesal Penal. Regístrese. Notifíquese
a las partes. Cúmplase…”

DE LAS ACTUACIONES PREVIAS DE ESTA CORTE

En fecha 27 de septiembre de 2016, se le dio cuenta a la Jueza Presidenta y


efectuada la distribución legal, de acuerdo al sistema automatizado JURIS
2000, correspondió la ponencia a la Dra. MAGALY BRADY URBAEZ, quien
con tal carácter suscribe el presente fallo.
Por auto de fecha 28 de septiembre de 2016, se acordó remitir el presente
recurso de apelación a su tribunal de origen a los fines que realizaran una
nueva certificación de días de audiencias así como consignaran copia
certificada de la decisión hoy recurrida.

En fecha 31 de octubre de 2016, reingresa el presente asunto una vez dado


cumplimiento a la comisión encomendada por esta Alzada.

Posteriormente en fecha 04 de noviembre de 2016, fue admitido el Recurso


de Apelación, conforme al artículo 442 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza
de Ley del Código Orgánico Procesal Penal.

En fecha 30 de noviembre de 2016, se Aboca al conocimiento del presente


asunto la Dra. ELOINA RAMOS BRITO, toda vez que la Dra. MAGALY
BRADY URBAEZ, le fueron concedidas sus vacaciones de ley, asimismo se
recibe la causa principal, constante de tres (03) piezas.

DE LA DECISIÓN DE ESTE TRIBUNAL COLEGIADO

Realizado como ha sido el análisis exhaustivo del fallo apelado, esta Corte de
Apelaciones, para decidir observa:

Se somete al conocimiento de esta Alzada, recurso de apelación interpuesto


por los abogados MARÍA GABRIELA MARTÍNEZ y JOSÉ ANGEL FARIÑAS,
en sus carácter de Fiscal Provisorio y Auxiliar Interino de la Fiscalía Novena
con Competencia en Materia de Drogas, en contra de la decisión dictada por
el Tribunal de Control Nº 07 del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui,
en fecha 28 de Julio del año 2016, donde se Dejo Sin Efecto la Orden de
Aprehensión dictada en contra de los ciudadanos PEDRO LUIS GARCÍA
RAMOS, titular de la cédula de identidad Nº 8.340.672 y ELÍAS JOSÉ ZAN
TAWIL, titular de la cédula de identidad Nº 17.900.058, respectivamente.

Alegan los impugnantes que la recurrida es GENERADORA DE UN


GRAVAMEN IRREPARABLE, toda vez que basan su apelación conforme a lo
establecido en el artículo 439 ordinal 5º. Alegan los recurrentes.

Continúan denunciando los quejosos que al momento de solicitar la Orden de


Aprehensión en contra de los ut supra ciudadanos, esos elementos fueron
analizados y valorados por el Juez del Tribunal A quo y en ese momento
fueron considerados como suficientes para acordar la orden de aprehensión,
por estimar que con esos elementos se presumía fundadamente la
participación de los ciudadanos PEDRO LUIS GARCÍA RAMOS y ELÍAS
JOSÉ ZAN TAWIL, en los hechos investigados es decir, fue en ese momento
que el juez ejerció de manera oportuna el CONTROL JUDICIAL, con el cual
hoy el juez de Control se pretende sustentar una revisión de su propia
decisión, pero esta vez con un criterio en contrario pero con los mismos
elementos antes valorados, ya que vale decir, que desde la fecha en que fue
acordada la orden de aprehensión hasta la actualidad, no han variado las
circunstancias con la cual se pueda desvirtuar la presunta participación de los
ciudadanos antes mencionados…”

Esgrimidos los fundamentos de la apelación fiscal, esta Corte de Apelaciones


procede al análisis de la decisión instruida ante el Tribunal Penal de Primera
Instancia Estadal y Municipal en Función de Control Nº 07 de este Circuito
Judicial Penal, a los fines de verificar lo alegado y lo hace en los siguientes
términos:

En fecha 20 de junio de 2016, previa solicitud presentada por la Dra. MARIA


GABRIELA MARTINEZ VEGA, actuando en su carácter de Fiscal Provisorio
de la Fiscalía Novena del Ministerio Público fue decretado por el Tribunal de
Control Nº 07 del Circuito Judicial Penal de este Estado ORDEN DE
APREHENSIÓN en contra de los ciudadanos PEDRO LUIS GARCÍA
RAMOS, titular de la cédula de identidad Nº 8.340.672 Y ELÍAS JOSÉ ZAN
TAWIL, titular de la cédula de identidad Nº 17.900.058, respectivamente por la
presunta comisión de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS
ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el
Articulo 149 de la Ley Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR
y LEGITIMACION DE CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos
37 y 35 de la Ley Orgánica contra la delincuencia Organizada y
Financiamiento al Terrorismo, cometido en perjuicio de la COLECTIVIDAD, de
conformidad con los Artículos 236 Ordinales 1°, 2° y 3°, 237 y 238 del Código
Orgánico Procesal Penal.

Posteriormente en fecha 28 de julio de 2016, el Tribunal Penal de Primera


Instancia de Control Nº 07, dictó decisión mediante la cual ejercicio el
CONTROL JURISDICCIONAL, y dejo SIN EFECTO LA ORDEN DE
APREHENSIÓN dictada en contra de los ciudadanos ELIAS JOSE ZAN
TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, y en consecuencia emitió el
siguiente pronunciamiento:
“ DISPOSITIVA

Por todo lo expuesto, este Tribunal Séptimo de Primera Instancia en lo Penal


en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui ,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y
por autoridad de la Ley, resuelve: Con vista de las consideraciones
precedentes, y lo asentado por el Tribunal Supremo de Justicia, en ejercicio
del CONTROL JURISDICCIONAL, se deja SIN EFECTO LA ORDEN DE
APREHENSIÓN dictada en contra de los investigados ELIAS JOSE ZAN
TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, titular de la Cedula de Identidad N°
17.900.058 y 8.340.672, en su orden, por la presunta comisión de los delitos
de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS,
previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley Orgánica de Drogas,
ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE CAPITALES,
previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley Orgánica contra la
delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, cometido en
perjuicio de la COLECTIVIDAD, con fundamento legal en los Artículos 2, 26,
27, 44.1, 49, 51, 253 y 257 de la Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela, Artículos 2, 4, 5, 6, 7, 12, 19, 127, 132, 133, 287, 264 y 236 todos
del Código Orgánico Procesal Penal...”

Es oportuno destacar el criterio establecido por la Sala de Casación Penal en


fecha 18 de agosto de 2009, sentencia N° 421, con ponencia de la
Magistrada MIRIAM MORANDY, que expreso, entre otras cosas lo siguiente:

“Entre las garantías fundamentales que ofrece el debido proceso está el


derecho a la defensa y el derecho a ser oído, y por disposición constitucional
y legal, estos derechos individuales, deben garantizarse en todas las etapas
del proceso, no pudiendo ningún órgano del Estado coartarlo bajo cualquier
excusa”

Por otra parte esta Alzada destaca que en nuestro proceso el principio de la
tutela judicial efectiva consagrado en el artículo 26 de la Carta Magna,
además de garantizar el derecho a obtener de los Órganos jurisdiccionales
una sentencia o resolución, es que también tales decisiones se encuentren
garantizadas por una motivación suficientemente razonada que se
corresponda con su parte dispositiva.

Así las cosas, se colige que tanto la doctrina, como la jurisprudencia patria
coinciden en que las decisiones emanadas de los juzgados deben ser
cónsonas con el resultado que esperan todos los intervinientes del proceso,
vale decir, que no puede emitirse un fallo que vulnere la confianza del
justiciable en cuanto a la resolución que se espera, pues si así fuera, ello
contravendría la tutela judicial efectiva.

Este principio, no sólo garantiza obtener de los tribunales una sentencia o


resolución y el acceso al procedimiento, a la utilización de recursos y la
posibilidad de remediar irregularidades procesales determinantes de
indefensión sino también debe garantizar una motivación suficiente, una
decisión judicial razonada sobre las pretensiones deducidas, que exterioricen
el proceso mental conducente a su parte dispositiva.

En base a lo anterior, debe resaltarse que la tutela judicial efectiva, según


opinión doctrinaria: “(...) no garantiza sólo el libre acceso a los Juzgados y
Tribunales sino también que éstos resuelvan sobre el fondo de las
pretensiones que ante ellos se formulan. En términos gráficos escribe
Díez-Picazo Jiménez que el derecho a la tutela judicial efectiva no es sólo el
derecho a traspasar el umbral de la puerta de un tribunal, sino el derecho a
que, una vez dentro, éste cumpla la función para la que está instituido” [Cfr.
Fernando Garrido Falla, Comentarios a la Constitución 3º edición, Madrid,
Civitas, Edit., 2001, pág. 538].

En virtud de lo antes expuesto, es necesario señalar que la motivación


constituye una obligación para el juez a realizar una exhaustiva descripción
del proceso intelectual que lo lleva a decidir de determinada manera,
resultando suficiente la exposición clara de las razones jurídicas en que se
apoya para adoptar su decisión, permitiendo así el control de la actividad
jurisdiccional.

La función de motivar es evitar o erradicar la arbitrariedad en las resoluciones


judiciales, por lo que debe hacerse la exposición lógica y racional de los
argumentos que las forman, constituye una consecuencia esencial de la
función que desempeñan los jueces y de la vinculación de éstos a la ley,
siendo también que este requisito constituye para el justiciable un mecanismo
esencial para contrastar la razonabilidad de la decisión, que posibilite el
control externo de sus fundamentos.

Si bien existen ciertas actuaciones que no requieren una motivación extensa


de los fallos, es decir, que excedan de lo razonable, deben los órganos
jurisdiccionales establecer de manera precisa y detallada las razones de
hecho y derecho que fundamentaron su decisión, por cuanto lo contrario
imposibilita a los accionantes el ejercicio de su derecho a la defensa, en virtud
del desconocimiento de los motivos de hecho y de derecho que determinaron
la adopción de una determinada decisión.

De lo anterior se infiere que la motivación de un fallo, es la causa o razón en


la que se fundamenta el Juez, para que de acuerdo a la norma aplicable
dictar su criterio en un acto procesal que ponga fin al asunto o litigio sometido
a su conocimiento jurisdiccional.

El artículo 157 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código
Orgánico Procesal Penal, establece lo siguiente:
“Artículo 157. Las decisiones del tribunal serán emitidas mediante sentencia o
auto fundados, bajo pena de nulidad, salvo los autos de mera sustanciación.
Se dictará sentencia para absolver, condenar o sobreseer.
Se dictarán autos para resolver sobre cualquier incidente.”

Como se ha expresado anteriormente, motivar una sentencia implica expresar


las razones por las cuales, el juzgador toma una determinada decisión, de tal
manera que con la simple lectura de la misma, se entienda qué es lo que se
está decidiendo.

Verificándose que el juez de Instancia resolvió motivadamente y conforme a


la ley adjetiva penal, al considerar que de los elementos habidos en las actas
que conforman el presente expediente no arrojaba según su criterio, elemento
alguno constitutivo de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS
ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, ASOCIACION PARA DELINQUIR
y LEGITIMACION DE CAPITALES. En este sentido, es preciso señalar, que la
precalificación dada por el Ministerio Público, constituye, en este momento de
la investigación, un resultado inicial de los hechos acontecidos y así lo ha
establecido reiteradamente, la Sala Constitucional de nuestro Máximo
Tribunal, en Sentencia Nº 52 de fecha 22 de febrero de 2005, la cual expresa
lo siguiente:

“…tanto la calificación del Ministerio Público como la que da el juez de la


causa, en la oportunidad de la celebración de la audiencia de presentación de
imputados, es una calificación provisional que luego, mediante la
presentación del acto conclusivo por parte del Ministerio Público y su
admisión posterior por parte del juez durante la celebración de la audiencia
preliminar, adquirirá carácter definitivo”. (Sic)
Dicho lo anterior, destaca esta Alzada que el juez de control en la fase
primigenia aunque la investigación se encuentre en manos del Ministerio
Público, como titular de la acción penal, el legislador le concede al juez de
control plena supervisión de la investigación y en general de toda la fase
preparatoria, por lo tanto se deduce que los poderes del Ministerio Público, no
son ilimitados, por lo que al juez de control se le impone la vigilancia y control
de los principios y garantías establecidos en el Código Orgánico Procesal
Penal, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tratados,
convenios y acuerdos internacionales, siendo ineludible tener presente que
en la fase de investigación lo que el Ministerio Público realiza es una actividad
instructora de carácter no jurisdiccional.

Aunado a lo anteriormente expuesto, en el presente caso nos ubicamos en la


etapa inicial del presente asunto, encontrándose el Ministerio Publico en la
fase preparatoria y una vez finalizada la investigación, la Fiscalía podrá
realizar los cambios que considere necesarios en la precalificación jurídica
atribuida a los hechos y en caso de resultar necesario, podría incluso hacer
una nueva imputación por otros delitos; es decir, el a quo determinó en el
presente caso la inexistencia de suficientes elementos de convicción que
soportaran sostenibilidad en el tiempo de la orden de aprehensión y que
aparecen en la causa sobrevenidamente, una vez que se produce la
presentación de uno de los imputados de marras NABETSE DEL VALLE
VASQUEZ GOMEZ en fecha 21 de junio 2016, argumento suficientemente
cimentado durante el momento procesal recurrido, reiteramos pues del
acerbo probatorio aportado en la audiencia de presentación de la mentada
justiciable, determino el juzgador de instancia que resultó contrapuesto a los
presupuesto exhibidos prima facie por el representación fiscal al momento de
solicitar la orden de aprehensión anulada. En tal sentido, no le asiste la razón
a los quejosos en cuanto al presente punto Y ASI SE DECIDE.

Es oportuno destacar la sentencia de la misma Sala, con ponencia de la


Magistrada Dra. MIRIAM MORANDY MIJARES, de fecha 11/08/2009, Nº 443,
la cual establece lo siguiente:

“…Por su parte, el encabezado del artículo 256 del Código Orgánico Procesal
Penal manda:
“…Siempre que los supuestos que motivan la privación judicial preventiva de
libertad puedan ser razonablemente satisfechos con la aplicación de otra
medida menos gravosa para el imputado, el tribunal competente, de oficio o a
solicitud del Ministerio Público o del imputado, deberá imponerle en su lugar,
mediante resolución motivada, algunas de las medidas siguientes:…”.
(Subrayado de la Sala Penal).
Cónsono con la disposición transcrita “supra” ha sido jurisprudencia pacífica
de la Sala Penal la que afirma lo siguiente:
“…En efecto, se reitera que los juzgadores están obligados a expresar
suficiente y razonadamente los motivos por los cuales concurren los extremos
que justifican dictar una medida cautelar sustitutiva y un auto de privación
judicial preventiva de libertad, porque de lo contrario, resultaría una
imposición arbitraria.
A juicio de la Sala Penal, las partes tienen el derecho de conocer las razones
que justifican la medida judicial preventiva de libertad, así como también la
medida cautelar sustitutiva de libertad, para así ejercer con eficacia los
recursos que la ley le otorga para su impugnación…”. (Sentencia del 17 de
abril de 2007, ponencia de la Magistrada Deyanira Nieves Bastidas)
Así mismo, la Sala Constitucional en torno al deber de los jueces de motivar
los autos por medio de los cuales dictan una medida privativa o una medida
cautelar sustitutiva de libertad, ha dicho firmemente lo siguiente:
“…Observa esta Juzgadora que los jueces de alzada obviaron el artículo 256
del Código Orgánico Procesal Penal, que preceptúa que siempre que los
supuestos que motivan la privación judicial preventiva de libertad puedan ser
razonablemente satisfechos con la aplicación de otra medida gravosa para el
imputado, el tribunal competente, de oficio o a solicitud del Ministerio Público
o del imputado, deberá imponerle en su lugar, mediante resolución que sea
debidamente motivada, algunas de la medidas cautelares sustitutivas que
establece la referida disposición legal. (Sentencia 1383 del 12 de julio de
2006, ponencia del Magistrado Doctor Pedro Rafael Rondón Haaz)…”
(Resaltado de esta Superioridad)
Igualmente la Sala, estableció en fallo Nº 077, de fecha 03/03/2011, con
Ponencia de la Magistrada DRA. NINOSKA BEATRIZ QUEIPO BRICEÑO, lo
siguiente:
“…Ahora bien, por cuanto como consecuencia del presente Avocamiento, se
ha verificado la nulidad del fallo dictado por el Tribunal Sexto de Primera
Instancia, en funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del estado Bolívar,
extensión Puerto Ordaz, y la reposición de la causa al estado que otro
Juzgado de Primera Instancia en Funciones de Juicio, vuelva a celebrar el
juicio oral y público, y dicte sentencia con prescindencia del vicio que dio
lugar a la avocamiento de la presente causa. Esta Sala en aras de resguardar
el principio de afirmación de libertad y proporcionalidad establecido en los
artículos 9 y 244 del Código Orgánico Procesal Penal; pasa de oficio a revisar
la medida de privación judicial preventiva de libertad que actualmente pesa
sobre el acusado de autos; y en tal sentido observa:
Ciertamente, una de las tantas innovaciones del actual sistema Penal, lo
constituye la institución del principio de afirmación de libertad, en razón del
cual, toda persona a quien se le impute la comisión de un hecho punible,
salvo las excepciones que establece la ley, tiene derecho a ser juzgada en
libertad; de tal manera que la libertad constituye la regla en el juzgamiento
penal y la privación judicial preventiva de libertad, una forma excepcional de
enjuiciamiento. En tal sentido, los artículos 9 y 243 del Código Orgánico
Procesal Penal, establecen que:
Artículo 9. Afirmación de la libertad. Las disposiciones de este Código que
autorizan preventivamente la privación o restricción de la libertad o de otros
derechos del imputado, o su ejercicio, tienen carácter excepcional, sólo
podrán ser interpretadas restrictivamente, y su aplicación debe ser
proporcional a la pena o medida de seguridad que pueda ser impuesta.
Las únicas medidas preventivas en contra del imputado son las que este
Código autoriza conforme a la Constitución.
Artículo 243. Estado de Libertad. Toda persona a quien se le impute
participación en un hecho punible permanecerá en libertad durante el
proceso, salvo las excepciones establecidas en este código.
La privación de libertad es una medida cautelar, que solo procederá cuando
las demás medidas cautelares sean insuficientes para asegurar las
finalidades del proceso”.
Ese juzgamiento en libertad, que como regla, emerge en nuestro proceso
penal, no es más que el desarrollo de un mandato contenido en el numeral 1
del artículo 44 del texto constitucional, el cual al consagrar el derecho a la
libertad personal señala que “…toda persona será juzgada en libertad
excepto por las razones determinadas por la ley y apreciadas por el Juez o
Jueza en cada caso…”; dispositivo constitucional con el cual, además, se
establece una garantía de protección e intervención mínima en la afectación
del derecho a la libertad personal, el cual sólo podrá verse restringido en
casos excepcionales, para asegurar las finalidades del proceso.
En este orden de ideas, la Sala Constitucional de nuestro más alto Tribunal
de Justicia, en sentencia No. 1825, de fecha 4 de julio de 2003, señaló:
“...Al respecto debe recordarse que, de conformidad con el artículo 44 de la
Constitución, las personas serán juzgadas en libertad, excepto por las
razones que determine la ley. Por su parte, el artículo 252 (hoy, 243) del
derogado Código Orgánico Procesal Penal reafirma la garantía del juicio en
libertad, cuando establece que “Toda persona a quien se le impute
participación en un hecho punible permanecerá en libertad durante el
proceso, salvo las excepciones establecidas en este código”; asimismo, que
“la privación de libertad es una medida cautelar, que sólo procederá cuando
las demás medidas cautelares sean insuficientes para asegurar las
finalidades del proceso” (Subrayado de la Sala). Tales excepciones... son las
que autorizan a dictar medidas cautelares privativas de libertad, las cuales sin
embargo y siempre en procura de que, solo en la menor medida posible y
dada la garantía constitucional de presunción de inocencia, resulte afectado
el derecho fundamental que reconoce el artículo el artículo 44 de la
Constitución...” . (Negritas de esta Sala)
Así pues, hoy en día la Privación Judicial Preventiva de Libertad, constituye
un decreto excepcional, que a la luz del nuevo sistema de juzgamiento penal,
sólo puede ser dictado en todos aquellos casos en los cuales, no exista
razonablemente la posibilidad de garantizar las eventuales resultas del
proceso penal, con otra medida de coerción personal menos gravosa y
distinta la Medida de Privación Judicial Preventiva de Libertad.
En tal sentido, debe señalare, que la imposición de cualquier medida de
coerción personal, debe necesariamente obedecer a una serie de criterios y
juicios debidamente razonados y ponderados, que atendiendo a las
circunstancias que rodean cada caso, se encamine a conseguir el debido
equilibrio que exige, tanto el respeto al derecho de los procesados
penalmente a ser juzgados en libertad como al derecho del Estado y la
sociedad de que se resguarden los intereses sociales, mediante el
establecimiento de medios procesales que garanticen las futuras y eventuales
resultas de los juicios.
Por ello, el análisis de todas y cada una de las circunstancias fácticas que
reposan en las actuaciones y acompañan a las respectivas solicitudes de
privación o cautelar sustitutiva de libertad, deben ser ponderadas bajo los
criterios de objetividad, magnitud del daño, cuantía de la pena, peligro de fuga
y de obstaculización en la búsqueda de la verdad, lo cual permitirá luego de
un debido y motivado juicio, determinar con certeza la mayor o menor
severidad de la medida a imponer.
Ahora bien, conforme a lo antes expuesto en el caso sub-exámine, estima
esta Sala de Casación Penal, que las resultas del presente proceso pueden
ser debidamente garantizadas mediante la imposición de una medida de
coerción personal menos gravosas; como son, las medidas cautelares
sustitutivas a la privación judicial previstas en los numerales 3 y 4 del artículo
256 del Código Orgánico Procesal Penal, consistente en la presentación
periódica a la sede judicial cada quince (15) días y la prohibición al ciudadano
RUBÉN DARÍO GONZÁLEZ ROJAS de salir sin previa autorización del País.
Así se decide…” (Sic)
En relación a este punto considera oportuno este Tribunal Colegiado señalar
que la génesis del derecho procesal penal, se sustenta sobre la autonomía e
independencia de lo órganos del Poder Público y gracias a este postulado se
garantiza una justicia expedita, sin dilaciones indebidas que deviene como
consecuencia en una tutela judicial efectiva, donde los jueces solo deben
obediencia a la Ley y al derecho.

Ahora bien, del análisis concatenado de los hechos delatados en relación a


las normas y doctrinas señaladas, estima este Tribunal Colegiado que el Juez
de Instancia dictó una decisión equitativa e idónea completamente motivada,
haciendo uso de la facultad contenida en el articulo 157 del Código Orgánico
Procesal Penal, decisión tomada conforme a los elementos de convicción
presentados y los delitos imputados por el Ministerio Público, mediante la cual
se verificó que efectivamente se cumplieron con los presupuestos facticos
adjetivos, que autorizaban la actuación jurisdiccional de marras, en efecto al
haber motivado el fallo como se evidencia lo hizo, diafanamente se afirma
que actuó dentro de los límites de su competencia siendo el resultado de su
análisis lógico jurídico el siguiente:
“…En la que respecta a la solicitud de la Medida de Coerción Personal que
pesa a nivel personal sobre los ciudadanos ELIAS JOSE ZAN TAWIL y
PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, titular de la Cedula de Identidad N°
17.900.058 y 8.340.672, en su orden, por la presunta comisión de los delitos
de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS,
previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley Orgánica de Drogas,
ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE CAPITALES,
previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley Orgánica contra la
delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, cometido en
perjuicio de la COLECTIVIDAD, y sea dejada sin efecto la Orden de
Aprehensión a los referidos ciudadanos, por cuanto son los mismo elementos
analizados en la Audiencia de Presentación de la ciudadana NABETSE DEL
VALLE VASQUEZ GOMEZ, y dieron sustento al decreto de la precitada
Orden, a estos efectos ulteriores a que alude el planteamiento in comento,
conciernen a la posibilidad dentro de las facultades que tienen los Jueces en
esta fase, conforme al Artículo 264 del Código Orgánico Procesal Penal de
ejercer el Control Judicial en la presente causa, y a tales efectos la norma
procesal establece lo siguiente: “Artículo 264. Control judicial. A los jueces o
juezas de esta fase les corresponde controlar el cumplimiento de los
principios y garantías establecidos en este Código, en la Constitución de la
República, tratados, convenios o acuerdos internacionales suscritos por la
República; y practicar pruebas anticipadas, resolver excepciones, peticiones
de las partes y otorgar autorizaciones”.
Siendo así debo recordar que, de conformidad con lo que dispone el Artículo
4 del Código Orgánico Procesal Penal, los jueces en el ejercicio de sus
funciones son autónomos e independientes de los órganos del Poder Público
y sólo deben obediencia a la ley y al derecho, toda vez que el juez puede,
bajo su discrecionalidad, propia de su autonomía, acordar o rechazar las
solicitudes que le sean presentadas, por auto debidamente motivado de
conformidad con lo que establece el artículo 161 del Código Orgánico
Procesal Penal.
Así las cosas, el Código Orgánico Procesal Penal dispone:
Artículo 6 Obligación de decidir. Los jueces no podrán abstenerse de decidir
so pretexto de silencio, contradicción, deficiencia, oscuridad o ambigüedad en
los términos de las leyes, ni retardar indebidamente alguna decisión. Si lo
hicieren incurrirán en denegación de justicia.
Con respecto al tema que nos ocupa en la presenta causa, establece la Sala
Penal del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia Nro. 181, con ponencia
de la Magistrada Dra. Blanca Rosa Mármol que: “Cualquier evento u omisión
que afecten las solicitudes condiciones o requisitos para la obtención,
promoción o producción de pruebas constituyen vicios de nulidad absoluta
por infracción del derecho al debido proceso y a la intervención dentro del
mismo, en condiciones de igualdad...”
De manera tal, que no en todo caso puede el Tribunal de Control puede
interferir en la etapa investigativa, sino exclusivamente cuando acuda previa
solicitud motivada a resguardar y garantizar el derecho de alguna de las
partes que le esté siendo violentado, ello indica a su vez que debe observar
cuidadosamente que su actuación ni sustituya el accionar propio de los
interesados, ni sea utilizado a fin de subsanar errores procesales de los
mismos por negligentemente no haber ejercido estos derechos en los lapsos
legalmente establecidos para ello. De allí que sea necesario observar, a fin de
resolver sobre lo peticionado, y de establecer si hubo o no vulneración de
derechos.
De acuerdo a lo anterior, y atendiendo así, el control judicial que prevé el
artículo 264 del Código Orgánico Procesal Penal, e intervenir en ese
instrumento fundamental para la realización de la justicia en la búsqueda del
fin único del proceso penal, que es la búsqueda de la verdad, y brindar así a
todas las partes por igual, la oportunidad de sustentar la tesis que mantienen
en dicho proceso.
Al respecto, si bien es cierto que el Ministerio Público es autónomo y
responsable del proceso de investigación y encargado de la misma, el órgano
jurisdiccional controlador de la legalidad. Con respecto al agravio o lesión al
Derecho a la defensa y la Garantía del debido proceso, nuestro Máximo
Tribunal de Justicia, en Sala Constitucional, Sentencia N° 1271 de fecha
07/0/2009 y con Ponencia del Magistrado FRANCISCO CARRASQUERO;
dejo sentado lo siguiente: “…Asimismo, esta Sala Constitucional, en
sentencia N° 38 del 20 de enero de 2006, caso: Salvatore Vitagliano Sarno y
otro, señaló: “...el agravio o lesión al derecho a la defensa y a la garantía del
debido proceso lo causa la evasión en cuanto al pronunciamiento correcto u
omisión de pronunciamiento o ausencia de decisión conforme al recurso
ejercido por la parte, lo que da lugar a una incongruencia entre –lo
peticionado- la actuación requerida del órgano jurisdiccional y la producida
por éste, que originó una conducta lesiva en el sentenciador, quien estando
obligado a decidir de acuerdo con lo solicitado, sin que en ningún caso pueda
absolverse de la instancia…”.
Atendiendo a estas consideraciones, es importante traer a colación lo
establecido en el artículo 49 Numeral 1° de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, el cual dispone: Artículo 49. El debido proceso se
aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas; en consecuencia:
1.- La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado
y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser
notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las
pruebas y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su
defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido
proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo,
con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley.
Al mismo tiempo, el artículo 12 del Código Orgánico Procesal Penal,
establece lo siguiente:
Artículo 12. Defensa e igualdad entre las partes. “La defensa es un derecho
inviolable en todo estado y grado del proceso.
Corresponde a los jueces garantizarlo sin preferencias ni desigualdades.
Los jueces profesionales, escabinos y demás funcionarios judiciales no
podrán mantener, directa o indirectamente, ninguna clase de comunicación
con alguna de las partes o sus abogados, sobre los asuntos sometidos a su
conocimiento, salvo con la presencia de todas ellas.”
Dicho esto esta Instancia Penal, estima necesario señalar, que tanto la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como el Código
Orgánico Procesal Penal y las demás leyes, tratados y convenciones
suscritas por la República, y la jurisprudencia reiterada del Tribunal Supremo
de Justicia, contemplan y garantizan el cumplimiento de los derechos
fundamentales en el proceso penal. Así, en aras de garantizar el debido
proceso y la tutela judicial efectiva, se debe ser garante en el cumplimiento y
apego de las normas contenidas en nuestras leyes, por lo que se desprende
lo siguiente:
La orden de aprehensión se encuentra consagrada en el Artículo 236 del
Código Orgánico Procesal Penal y no es más que la consecuencia de la
orden judicial que ordena la privación judicial preventiva de libertad cuya
procedencia se sujeta al cumplimiento de los requisitos contenidos en el
encabezamiento de dicha disposición cuales son: 1. Un hecho punible que
merezca pena privativa de libertad y cuya acción penal no se encuentre
evidentemente prescrita; 2. Fundados elementos de convicción para estimar
que el imputado ha sido autor o partícipe en la comisión de un hecho punible;
3. Una presunción razonable, por la apreciación de las circunstancias del
caso particular, de peligro de fuga o de obstaculización en la búsqueda de la
verdad respecto de un acto concreto de investigación.
En efecto, la orden de aprehensión, es el resultado de la privación judicial
preventiva de libertad, y ello se infiere del contenido de la norma comentada
cuando señala “…el juez de control resolverá respecto al pedimento
realizado. En caso de estimar que concurren los requisitos previstos en este
artículo para la procedencia de la privación judicial preventiva de libertad,
deberá expedir una orden de aprehensión del imputado contra quien se
solicitó la medida…”, en consecuencia, cuando el Ministerio Público solicita
una orden de aprehensión, está solicitando la privación de libertad de la
persona investigada, por ende y en caso de que el juez acoja la solicitud
Fiscal, debe cumplir previamente con los requisitos antes reseñados dado
que es indispensable resguardar el estado de derecho consagrado en la
Constitución de la República en su Artículo 44 Ordinal 1°, cuando establece
que: “La libertad personal es inviolable, en consecuencia: 1. Ninguna persona
puede ser arrestada o detenida sino en virtud de una orden judicial, a menos
que sea sorprendida in fraganti. En este caso será llevada ante una autoridad
judicial en un tiempo no mayor de cuarenta y ocho horas a partir del momento
de la detención. Será juzgada en libertad, excepto por las razones
determinadas por la ley y apreciadas por el juez o juez o jueza en cada caso”.
De manera que la excepción a la detención con orden judicial es la detención
en flagrancia conforme a los presupuestos del artículo 234 del Código
Orgánica Procesal Penal, y tácitamente se entiende que todo lo que esté
fuera o al margen de tales requisitos –la flagrancia- requiere, como en el caso
concreto, la orden judicial de un juez de control para aprehender a una
persona.
Se colige entonces que la orden de aprehensión es la consecuencia de la
privación judicial preventiva de libertad que ordena el juez previo el
cumplimiento de los requisitos del artículo 236 Eiusdem, medida que puede
ser ratificada o sustituida por una menos gravosa de las contenidas en el
artículo 242 ibídem, una vez que el imputado sea detenido y presentado al
juez de control dentro de las 48 horas siguientes, tal y como lo expresa la
disposición constitucional antes proferida.
En consecuencia, tal medida deberá cumplir con los requisitos del Artículo
236 del Código Orgánico Procesal Penal, y a su vez deberá ser fundada
cumpliendo con el presupuesto fijado en el artículo 240 Eiusdem.
Ahora bien, de la norma antes transcrita se evidencia que si bien es cierto
que el Ministerio Público puede solicitar la medida de privación preventiva de
libertad del investigado, no es menos cierto que dicho despacho antes de
realizar la solicitud de orden de aprehensión debe realizar actos de
investigación y si en el transcurso de la misma logra determinar que
efectivamente el investigado desplegó la conducta antijurídica que aduce,
éste debe ubicarlo y citarlo con el objeto de hacer de su conocimiento de la
investigación que se le sigue.
No pudiendo soslayar este juzgador, que no se puede solamente por las solas
características del tipo penal y la gravedad de la pena, solicitar medida de
privación de libertad, pues se deben valorar las circunstancias del caso y de
la persona, debiéndose circunscribirse los hechos a la conducta desplegada
por el agente que lo vincule con los mismos y que exista realmente elementos
que indiquen que efectivamente accionó la conducta tipificada, pues las
decisiones de imponer una medida de privación no puede ser una expresión
larvada de un automatismo ciego en la imposición de la misma.
Sumado a ello, se hace necesario señalar, que la falta de investigación previa
a la solicitud de la orden de aprehensión, como la falta de citación en
condición de imputado, constituyen francas violaciones del debido proceso,
que dan lugar a su nulidad absoluta al vulnerar la garantía del debido proceso
al solicitar una medida privativa de libertad sin informar al investigado que en
su contra se le adelanta una investigación donde surgen elementos que
comprometen su responsabilidad penal.
Al respecto, la Sala Constitucional, del Tribunal Supremo de Justicia,
sentencia 799, de fecha 27-07-2010, ponente Francisco Antonio Carrasquero,
dejó asentado: “(Omissis) Como puede apreciarse, en los párrafos
precedentes se aludió al tópico referido a la imputación en el contexto de las
audiencias de presentación previstas en los artículos 373 y 250 del Código
Orgánico Procesal Penal (en este último supuesto, suponiendo la
imposibilidad de la imputación previa a la audiencia de presentación, por
cuanto es posible que el sujeto detenido en virtud de una orden de
aprehensión ya haya sido imputado por el fiscal del Ministerio Público en el
curso de la investigación por el hecho que motivó la solicitud de aprehensión).
Pero el mismo también reviste considerable interés en el contexto del
desarrollo común del procedimiento ordinario, en el que el sujeto es citado
para garantizarle su derecho a ser notificado de los cargos por los cuales se
le investiga, es decir, para imputarlo y, con especial importancia, para tutelarle
el derecho a que se le informe de manera específica y clara acerca de los
hechos que le imputan; ámbito en que cobró fuerza la idea de la referida
“imputación formal”, que circunscribió en esencia el “acto de procedimiento de
las autoridades encargadas de la persecución penal” al Fiscal del Ministerio
Público y, especialmente, a la sede física de esa institución donde
desempeña sus funciones, en conexión con los elementos previstos en el
artículo 131 eiusdem. En efecto, ante la inexistencia en el Código Orgánico
Procesal Penal de una regla expresa que dispusiera el momento en el que
ordinariamente debe ocurrir la imputación, aunado a la necesidad de evitar
que a la persona que se le señala –implícitamente- como autora o partícipe
de un hecho punible se le siga investigando sin tener conocimiento de ello y,
en fin, sin permitirle que ejerza el derecho a la defensa, se planteó la idea
difusa de la “imputación formal” en virtud de la cual, según algunos, cuando
existan elementos de convicción que apunten a una persona como
interviniente en un delito, concretamente, el director de la investigación penal,
es decir, el Ministerio Público (artículo 108.1 del Código Orgánico Procesal
Penal), debe citarla para que, en la sede de esa institución, sea impuesta de
los cargos.
Al respecto, desde la perspectiva del derecho constitucional a ser notificado
de los cargos por los cuales se le investiga, esta Sala estima que el mismo
asiste al sujeto desde el instante en que surgen suficientes elementos de
convicción que lo señalen como autor o partícipe de un hecho punible; ello
fundamentado en varios derechos constitucionales, como lo son el derecho a
ser tratado como inocente hasta que no se demuestre lo contrario, el derecho
al respeto de la dignidad humana, el derecho a ser oído dentro de un plazo
razonable y, en general, en los derechos a la defensa y al debido proceso.
Siendo así, a partir de ese momento surge el deber de citar al sujeto a los
efectos de imputarlo, es decir, de comunicarle “detalladamente cuál es el
hecho que se le atribuye, con todas las circunstancias de tiempo, lugar y
modo de comisión, incluyendo aquellas que son de importancia para la
calificación jurídica, las disposiciones legales que resulten aplicables y los
datos que la investigación arroja en su contra”, y, en general, de informarle el
resto de las circunstancias a que se refiere el artículo 131 del Código
Orgánico Procesal Penal.(…)”.
Criterio éste que ha mantenido el Tribunal Supremo de Justicia en sus Salas
de Casación Penal y Constitucional, desde el año 2007, tal como se
desprende de las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia de la Sala
Constitucional, de fecha 08-08-2007, sentencia 365, ponencia Héctor
Coronado; Sala de Casación Penal, de fecha 11-08-2008, sentencia 455,
ponencia Deyanira Nieves; Sala de Casación Penal, de fecha 07-05-2009,
ponencia de Héctor Coronado Flores, entre otras.
Cabe acotar, también lo que ha asentado la Sala de Casación Penal, en
cuanto al debido proceso: “…la naturaleza del proceso penal acusatorio,
dispone como garantía máxima la presunción de inocencia, y en este orden,
el Código Orgánico Procesal Penal dispone una serie de actos de estricto
cumplimiento, necesarios para garantizar el debido proceso, el derecho a la
defensa y la igualdad entre las partes…” (Sentencia N° 568, 18-12-2006).
Efectuada estas consideraciones se evidencia del expediente que el
Representante Fiscal solicita Orden de Aprehensión en contra de los
ciudadanos ELIAS JOSE ZAN TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS,
titular de la Cedula de Identidad N° 17.900.058 y 8.340.672, en su orden, por
la presunta comisión de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS
ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el
Articulo 149 de la Ley Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR
y LEGITIMACION DE CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos
37 y 35 de la Ley Orgánica contra la delincuencia Organizada y
Financiamiento al Terrorismo, cometido en perjuicio de la COLECTIVIDAD,
con los mismos elementos de convicción que este Tribunal Séptimo de
Control, valoro al momento de otorgar la LIBERTAD SIN RESTRICIONES a la
ciudadana NABETZE DEL VALLE VASQUEZ GOMEZ, de conformidad con el
Artículo 44 Ordinal 1° de la Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela, dicha decesión confirmada por la Corte de Apelaciones de este
Estado.
En este sentido y claro está, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, ha reconocido en jurisprudencia reiterada y actual la potestad de que
el Juez de Control, por casos de extrema necesidad y urgencia decrete orden
de aprehensión judicial sin necesidad de imputación previa, pero eso si,
siempre y cuando concurran los elementos del Artículo 236 del Código
Orgánico Procesal Penal, ya que la medida judicial, como se apuntó arriba
requiere obligatoriamente el examen de los presupuesto del comentado
artículo, no siendo esto lo verificado en el caso de marras.
En este sentido es concluyente, acompañado de la Jurisprudencia Patria, que
el acto de imputación es un acto formal y necesario y solamente es permisible
la solicitud de aprehensión judicial sin imputación previa, en aquellos casos
de extrema necesidad y urgencia, por complejidad o gravedad del caso, fuera
de tales casos o supuestos, la imputación es necesaria y es, obviamente,
previo a cualquier tipo de solicitud Fiscal, claro está, salvo las excepciones
previstas en la ley.
Aún cuando la sentencia Nº 1381 de fecha 30 de octubre de 2009, en
ponencia del Magistrado Francisco Antonio Carrasquero López, de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, señala que en la audiencia
del artículo 250 del Código Orgánico Procesal Penal (actualmente artículo
236) se puede efectuar el acto de imputación, en este caso en particular, tal
aprehensión no podía acordarse por cuanto la vindicta pública debía agotar
los medios para notificar a los ciudadanos ELIAS JOSE ZAN TAWIL y
PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, de la investigación iniciada en sus contra y
de no ser positiva su citación, solicitarla por evidente conducta contumaz,
pues se le esta vulnerando sus derechos fundamentales a los mencionados
ciudadanos como el derecho a la defensa, el derecho de que se le informe de
manera específica y clara acerca de los hechos que se le imputan y de ser
asistido o asistida desde los actos iniciales de la investigación, tal como lo
establece el Artículo 127 del Código Orgánico Procesal Penal, el derecho a
ser tratado como inocente, así como la violación al debido proceso.
Sobre este punto, del derecho a ser notificado, es necesario traer a colación
la sentencia Nº 799, de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, expediente Nº 09-1433, de fecha 27 de julio de 2010, en ponencia
del Magistrado Francisco Antonio Carrasquero López, la cual señala
textualmente lo siguiente:
(…) En efecto, ante la inexistencia en el Código Orgánico Procesal Penal de
una regla expresa que dispusiera el momento en el que ordinariamente debe
ocurrir la imputación, aunado a la necesidad de evitar que a la persona que
se le señala –implícitamente- como autora o partícipe de un hecho punible se
le siga investigando sin tener conocimiento de ello y, en fin, sin permitirle que
ejerza el derecho a la defensa, se planteó la idea difusa de la “imputación
formal” en virtud de la cual, según algunos, cuando existan elementos de
convicción que apunten a una persona como interviniente en un delito,
concretamente, el director de la investigación penal, es decir, el Ministerio
Público (artículo 108.1 del Código Orgánico Procesal Penal), debe citarla para
que, en la sede de esa institución, sea impuesta de los cargos.
Al respecto, desde la perspectiva del derecho constitucional a ser notificado
de los cargos por los cuales se le investiga, esta Sala estima que el mismo
asiste al sujeto desde el instante en que surgen suficientes elementos de
convicción que lo señalen como autor o partícipe de un hecho punible; ello
fundamentado en varios derechos constitucionales, como lo son el derecho a
ser tratado como inocente hasta que no se demuestre lo contrario, el derecho
al respeto de la dignidad humana, el derecho a ser oído dentro de un plazo
razonable y, en general, en los derechos a la defensa y al debido proceso.
Siendo así, a partir de ese momento surge el deber de citar al sujeto a los
efectos de imputarlo, es decir, de comunicarle “detalladamente cuál es el
hecho que se le atribuye, con todas las circunstancias de tiempo, lugar y
modo de comisión, incluyendo aquellas que son de importancia para la
calificación jurídica, las disposiciones legales que resulten aplicables y los
datos que la investigación arroja en su contra”, y, en general, de informarle el
resto de las circunstancias a que se refiere el artículo 131 del Código
Orgánico Procesal Penal.
Al respecto, si bien es el Fiscal del Ministerio Público el que ordinariamente
determinará si existen suficientes elementos de convicción que señalen a una
persona como autora o partícipe de un hecho punible, no es menos cierto que
si esa persona advierte la existencia de tales elementos y aún no ha sido
impuesta de los mismos, del hecho en sí y de la calificación jurídica
correspondiente, podrá acudir ante la autoridad encargada de la persecución
penal (artículo 124 del Código Orgánico Procesal Penal) para que le garantice
el derecho a ser notificado de los cargos por los cuales se le investiga y del
resto de derechos que le asisten en el marco de la investigación penal que se
adelanta, incluso, podrá acudir ante el juez de control para que verifique “el
cumplimiento de los principios y garantías establecidos en este Código, en la
Constitución de la República, tratados, convenios o acuerdos internacionales
suscritos por la República” (artículo 282 eiusdem). Todo como razón suprema
de la Constitución y de la ley (ratio summa, ratio legis).
Obviamente, estos razonamientos no aplican en lo que respecta a la
presentación por aprehensión en flagrancia, pues se supone que en ese caso
no existe una investigación previa a la persona por el supuesto delito
flagrante. ...”
Así, de la sentencia trascrita, se puede evidenciar que en el procedimiento
ordinario, el Fiscal tiene el deber de notificar al imputado de los hechos por
los cuales se le está investigando, y una vez agotado los medios para su
citación –de la cual debe constar en las actuaciones- es que puede solicitar la
aprehensión de los mismos, caso éste en el cual no se evidencia ni consta su
citación, lo cual constituye una franca violación al debido proceso al
acordarse la misma, cuestión totalmente distinta si nos encontráramos en un
procedimiento por flagrancia.
Aunado a lo anteriormente expuesto, considera este Tribunal Séptimo de
Control, que aún cuando los hechos por los cuales se solicitó la aprehensión
de los encausados de autos, son relacionados con uno de los delitos
tipificados en las legislaciones venezolana, calificado como delito que atenta
contra la colectividad, no es menos cierto que tal solicitud de aprehensión
debe ser sustentada tomando en cuenta las circunstancias del hecho y la
conducta desplegada por la persona que lo vincule directamente con el
mismo, de la revisión del expediente no consta ni siquiera una referencia de
que la Fiscalía haya citado a los ciudadanos ELIAS JOSE ZAN TAWIL y
PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, luego de la investigación iniciada y de los
demás elementos de convicción que recabó luego de aquella, que denota
obviamente una total inobservancia de dicho presupuesto, aunado a ello la
LIBERTAD SIN RESTRICIONES que se le otorgo a la ciudadana NABETZE
DEL VALLE VASQUEZ GOMEZ, de conformidad con el Artículo 44 Ordinal 1°
de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, razón por la cual
a criterio de este juzgador han variado las circunstancias que motivaron al
Fiscal solicitar dichas medidas de coerción personal, por lo que la solicitud de
aprehensión judicial requerida por la fiscalía del ministerio publico, no cumple
con los requisitos de ley, sin perjuicio a una nueva interposición luego de que
se cumpla con la diligencia señalada ut supra, lo cual sin lugar a dudas debe
ser tomado en cuenta a la hora de dictar una orden de aprehensión, tal como
lo señala el Artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal. De tal manera,
en vista de las consideraciones precedentes, y lo asentado por el Tribunal
Supremo de Justicia, considera quien aquí decide en ejercicio del CONTROL
JURISDICCIONAL, que lo procedente y ajustado a derecho en el presente
caso es dejar Sin Efecto la Orden de Aprehensión dictada por este Tribunal
Séptimo de Control de este Circuito Judicial Penal, en contra de los
investigados ELIAS JOSE ZAN TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS,
titular de la Cedula de Identidad N° 17.900.058 y 8.340.672, en su orden, por
la presunta comisión de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS
ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el
Articulo 149 de la Ley Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR
y LEGITIMACION DE CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos
37 y 35 de la Ley Orgánica contra la delincuencia Organizada y
Financiamiento al Terrorismo, cometido en perjuicio de la COLECTIVIDAD,
con fundamento legal en los Artículos 2, 26, 27, 44.1, 49, 51, 253 y 257 de la
Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, Artículos 2, 4, 5, 6, 7,
12, 19, 127, 132, 133, 287, 264 y 236 todos del Código Orgánico Procesal
Penal. ASÍ SE DECIDE.
DISPOSITIVA

Por todo lo expuesto, este Tribunal Séptimo de Primera Instancia en lo Penal


en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui ,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y
por autoridad de la Ley, resuelve: Con vista de las consideraciones
precedentes, y lo asentado por el Tribunal Supremo de Justicia, en ejercicio
del CONTROL JURISDICCIONAL, se deja SIN EFECTO LA ORDEN DE
APREHENSIÓN dictada en contra de los investigados ELIAS JOSE ZAN
TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, titular de la Cedula de Identidad N°
17.900.058 y 8.340.672, en su orden, por la presunta comisión de los delitos
de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS,
previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley Orgánica de Drogas,
ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE CAPITALES,
previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley Orgánica contra la
delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, cometido en
perjuicio de la COLECTIVIDAD, con fundamento legal en los Artículos 2, 26,
27, 44.1, 49, 51, 253 y 257 de la Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela, Artículos 2, 4, 5, 6, 7, 12, 19, 127, 132, 133, 287, 264 y 236 todos
del Código Orgánico Procesal Penal...”
Queda claro para esta Superioridad, que no existen razones para anular o
revocar la decisión decretada, ya que cuando el a quo, considera procedente
tomar el Control Jurisdiccional establecido en el artículo 264 ejusdem, ha
revisado el caso en concreto previo análisis de los requisitos para otorgar tal
decisión. En atención a lo expuesto, reiteramos que la única manera de poder
desvirtuar el fundamento lógico jurídico del juez, sería que éste violentara el
principio de legalidad, que funge como uno de los pilares fundamentales para
el efectivo mantenimiento del Estado de derecho, ya que este se vincula con
el imperio de la Ley, como presupuesto de la actuación del Estado sobre los
bienes jurídicos de los ciudadanos, verificándose que el Juez de la recurrida
en ejercicio del CONTROL JURISDICCIONAL, acordó dejar SIN EFECTO LA
ORDEN DE APREHENSIÓN, dictada en contra de los investigados ELIAS
JOSE ZAN TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, titulares de las cédulas
de identidad Nrs° 17.900.058 y 8.340.672, en su orden, por la presunta
comisión de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES
Y PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley
Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE
CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley
Orgánica contra la delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo,
cometido en perjuicio de la COLECTIVIDAD, con fundamento legal en los
Artículos 2, 26, 27, 44.1, 49, 51, 253 y 257 de la Constitución de la Republica
Bolivariana de Venezuela, Artículos 2, 4, 5, 6, 7, 12, 19, 127, 132, 133, 287,
264 y 236 todos del Código Orgánico Procesal Penal...”.En consecuencia, los
Jueces integrantes de este Tribunal Colegiado consideramos, que la decisión
del Tribunal Penal de Primera Instancia Estadal y Municipal en Funciones de
Control Nº 07 de este circuito judicial penal, se encuentra debidamente
motivada y ajustada a derecho, siendo garantista ha verificado que no existe
violación de Garantía Constitucional o Legal ninguna que de origen a la
nulidad de algún acto Jurisdiccional por trasgresión de alguna disposición
habida en la Ley, por lo que se DECLARA SIN LUGAR la presente denuncia
Y ASI SE DECIDE.
Así mismo, invocan el contenido del artículo 439 del Código Orgánico
Procesal Penal, que dentro de una lista de decisiones apelables, se refiere a
los fallos judiciales que causen gravamen irreparable, siendo por tanto
necesario determinar si la recurrida causó realmente tal gravamen. La ratio
legis de esa norma jurídica, establece como propósito fundamental, que una
vez verificada la violación, se subsane y se restablezca de inmediato la
situación jurídica quebrantada que está causando el perjuicio grave a los
imputados o acusados a quien la decisión judicial, no solo le ocasione un
gravamen, sino que además éste debe ser irreparable.

En este sentido hacemos referencia a la sentencia emanada del Tribunal


Supremo de Justicia, Sala Constitucional, expediente Número 11-0521, de la
Magistrada DRA. CARMEN ZULETA DE MERCHAN, donde se establece:

“…En definitiva en el área Procesal Penal uno de los requisitos indispensable


para que las decisiones sean apelables, es que las mismas causen un
gravamen irreparable valorado conforme a los parámetros contenidos en el
Proceso Civil, y que pueden ser aplicados al Proceso Penal, por ello, la
reparabilidad o irreparabilidad del gravamen tiene relación directa tanto para
la sentencia definitiva, como para el hecho, donde el supuesto gravamen
puede ser reparado o desaparecer en el desarrollo del proceso penal por
medio de las vías procesales….” (SIC)

Una providencia simple causa gravamen irreparable cuando, una vez


consentida, sus efectos son insusceptible de subsanarse o enmendarse en el
curso ulterior del procedimiento, así lo estableció, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del Magistrado Dr. JESÚS
EDUARDO CABRERA ROMERO, de fecha 21/08/2003, Expediente 03-0038,
Sentencia Nº 2299, dejó sentado lo siguiente:
“… Precisa la Sala, que toda decisión dictada en el proceso puede adoptar
fuerza de interlocutoria, aún cuando no sea fruto de una incidencia
sustanciada, ya que la misma siempre debe ser fundada y por ende puede
causar gravamen irreparable, una vez que sus efectos son insusceptibles de
subsanarse o enmendarse en el curso de éste…”

Dicho lo anterior, se afirma que en el sistema venezolano el Juez es quien


tiene el deber de analizar y verificar si se ha producido el daño alegado y
calificado por el recurrente como “gravamen irreparable”, previa demostración
de tales agravios en su apelación, debiendo igualmente comprobar el porqué
considera en dicho daño la condición de “irreparable”.

Así las cosas, quienes aquí decidimos verificamos que en el presente caso no
puede hablarse bajo ninguna circunstancia de un gravamen irreparable en
base a los fundamentos señalados en líneas que anteceden, pues por una
parte, el proceso apenas esta en fase de investigación, una fase incipiente del
proceso no dándose el supuesto de que en el transcurso del mismo no puede
ser reparado, pues en el asunto que nos ocupa deberá producirse un acto
conclusivo donde apenas, hasta este momento procesal, solo hubo
pronunciamiento acerca de la medida de coerción personal respecto a los
investigados en inicio del proceso.

Aunado a lo anterior, es necesario indicar que el juez de Control igualmente


se encuentra facultado, aunque la investigación se encuentre en manos del
Ministerio Público como titular de la acción penal, a ejercer plena supervisión
de la investigación y en general de toda la fase preparatoria, por lo tanto se
deduce que los poderes del Ministerio Público no son ilimitados, por lo que al
juez de control se le impone la vigilancia y control de los principios y garantías
establecidos en el Código Orgánico Procesal Penal, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, tratados, convenios y acuerdos
internacionales, siendo ineludible tener presente que en la fase de
investigación lo que el Ministerio Público realiza es una actividad instructora
de carácter no jurisdiccional. En el thema decidendum el juez que dictó la
recurrida, actúo ajustado a la Constitución y a las leyes, siendo que la única
manera de poder desvirtuar el fundamento lógico jurídico del juez, sería que
éste violentara el principio de legalidad, que funge como uno de los pilares
fundamentales para el efectivo mantenimiento del Estado de Derecho, ya que
este se vincula con el imperio de la Ley, como presupuesto de la actuación
del Estado sobre los bienes jurídicos de los ciudadanos, verificándose que el
Juez de la recurrida otorgó la LIBERTAD PLENA de conformidad con lo
establecido en el artículos 2, 44 numeral 1 de la Constitución de la Republica
Bolivariana de Venezuela.
Por las consideraciones que anteceden, se concluye con que no le asiste la
razón a los quejosos en cuanto a la presente denuncia al no existir en el
presente caso el gravamen alegado Y ASI SE DECIDE.

En este orden de ideas, y luego del análisis exhaustivo de las actas que
conforman el presente expediente consideran quienes aquí deciden, que el
Juez de instancia en uso y facultades conferidas en el artículo 264 del Código
Orgánico Procesal Penal garantizo el cumplimiento de los principios y
garantías establecidos en la Constitución, con lo cual ello no significa que la
investigación continúe o en su defecto pueda ser reabierta cuando la
representación Fiscal así lo considere, no evidenciando esta Alzada
menoscabo a garantías de rango constitucional, así como tampoco violación
del debido proceso ni de la tutela judicial efectiva, debiéndose en
consecuencia, declarar SIN LUGAR la denuncia interpuesta, por todos los
argumentos antes expuestos. Y ASÍ SE DECIDE.
DISPOSITIVA
Con fuerza en la motivación que antecede, esta Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui Administrando Justicia, en
nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de la Ley
se pronuncia en los siguientes términos: PRIMERO: Se declara SIN LUGAR
el recurso ordinario de impugnación intentado por el ministerio publico en
contra de la decisión del Tribunal Séptimo de Control de este Circuito Judicial
Penal, en fecha 28 de julio de 2016, mediante la cual el Juez de la recurrida
en ejercicio del CONTROL JURISDICCIONAL, acordó dejar SIN EFECTO LA
ORDEN DE APREHENSIÓN dictada en contra de los investigados ELIAS
JOSE ZAN TAWIL y PEDRO LUIS GARCIA RAMOS, titular de la cedula de
identidad N° 17.900.058 y 8.340.672, respectivamente, por la presunta
comisión de los delitos de TRAFICO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES
Y PSICOTROPICAS, previsto y sancionado en el Articulo 149 de la Ley
Orgánica de Drogas, ASOCIACION PARA DELINQUIR y LEGITIMACION DE
CAPITALES, previstos y sancionados en los Artículos 37 y 35 de la Ley
Orgánica contra la delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo,
cometido en perjuicio de la COLECTIVIDAD, con fundamento legal en los
Artículos 2, 26, 27, 44.1, 49, 51, 253 y 257 de la Constitución de la Republica
Bolivariana de Venezuela, Artículos 2, 4, 5, 6, 7, 12, 19, 127, 132, 133, 287,
264 y 236 todos del Código Orgánico Procesal Penal, en virtud de
encontrarse debidamente motivada y ajustada a derecho la decisión
recurrida. SEGUNDO: Consecuencialmente se CONFIRMA el dispositivo de
la decisión apelada.
Dada, firmada y sellada en la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Estado Anzoátegui, al primer (01) día del mes de diciembre de Dos mil
dieciséis (2016). Años: 206° de la Independencia y 157° de la Federación.
Regístrese, déjese copia y remítase la causa al Tribunal de origen.
LOS INTEGRANTES DE ESTA CORTE DE APELACIONES
EL JUEZ PRESIDENTE,

Dr. HERNAN RAMOS ROJAS

LA JUEZA SUPERIOR, LA JUEZA SUPERIOR (T) y PONENTE,

Dra. CARMEN B. GUARATA Dra. ELOINA RAMOS BRITO


LA SECRETARIA,
Abg. ROSMARI BARRIOS

ASUNTO PRINCIPAL: BP01-P-2016-007308


RECURSO: BP01-P-2016-000151
PONENTE: Dra. ELOINA RAMOS BRITO
FECHA: 01 diciembre de 2016

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