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Brignone - Ensayos Astrologicos
Brignone - Ensayos Astrologicos
JERONIMO BRIGNONE
PRIMERA EDICION
FUNDACION
CENTRO ASTROLOGICO DE BUENOS AIRES
Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorización escrita del
autor, queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier medio –mecánico, electrónico y/u otro– y su alquiler
mediante préstamo público u otro.
Jerónimo Brignone
Ensayos astrológicos abriendo nuevos caminos. 1º ed.
Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires
Buenos Aires : 2012. 410 p. ; 21x14 cm.
ISBN 978-987-28503-0-2
1. Astrología. I. Título
CDD 133.5
Diagramación de tapa
Jerónimo Brignone
PROLOGO 5
PRIMERA PARTE
Capítulo 1. Clarín: apuntes introductorios a la Astrología 13
Capítulo 2. La Nación: breves análisis de seis Cartas Natales 41
Capítulo 3. La actualidad de la antigua Astrología griega 61
Capítulo 4. El Ritmo del Silencio: Astrología y arte contemporáneo 71
Capítulo 5. Ordenamientos: Astrología por ausencia en el Planetario 85
SEGUNDA PARTE
Capítulo 6. La Sombra ataca: la Carta opuesta 89
Capítulo 7. Sinastría: un universo maravilloso 105
Capítulo 8. La predicción sin hora natal 141
Capítulo 9. Entrelazando almas: las Cartas Nodales en Sinastría 163
Capítulo 10. Astrología Dracónica y profesión 179
Capítulo 11. La base del Quadrivium y las técnicas Dracónicas 191
TERCERA PARTE
Capítulo 12. Una sola vez en la vida: un lento transita la Carta 205
Capítulo 13. Historia astrológica del terror en la Argentina 227
Capítulo 14. Aspectando la Carta Natal 249
Capítulo 15. Las semicúspides topocéntricas 275
Capítulo 16. Armónicas: la clave oculta de la Astrología 313
Capítulo 17. Acercándonos a la Astrología hindú 335
CUARTA PARTE
Capítulo 18. Tras la Astrología mapuche 359
Capítulo 19. Entrevista biográfica 373
Capítulo 20. Grados y Destino 381
Capítulo 21. Libros recomendados - Índice de las 71 Cartas utilizadas 391
PROLOGO
Jerónimo Brignone
La “otra” astrología
Los astrólogos que no se involucran en esa práctica mediática usan
el mapa del cielo del momento y lugar exactos en que nació una
persona, incluyendo la Luna y los planetas del Sistema Solar, para
hacer elaborados diagnósticos sobre su carácter y destino. Este
mapa, la Carta Natal, es la base para otros cálculos que definen con
mayor precisión los procesos o eventos a ser experimentados a lo
largo de la vida.
El Sol y el Ascendente
Por ejemplo, una persona nacida la última semana de junio o las
tres primeras de julio, identificada con el signo de Cáncer porque allí
se halla el Sol, tendrá algunos rasgos de carácter vinculados a la
búsqueda de protección y cuidado de otros en general y, muy
especialmente, de los vínculos primarios: la familia y particular-
mente la madre. Pero lo que en el Sol es propósito, en el Ascenden-
te es actos no necesariamente conscientes: con Ascendente Cáncer
cuidará de hecho a los demás sin quizás darse cuenta, y de no
Ascendente y mito
En el Ascendente se realiza el casamiento primordial entre Gea y
Ouranos que según Hesíodo generó la vida, la unión directa entre el
Cielo y la Tierra, es decir entre el orden de los signos (motivaciones) y
el de las Casas astrológicas (circunstancias), ofreciéndose como el
agente mediador que los sintetiza y facilita su integración. Simboliza el
puente entre ambos, permitiendo que dialoguen mediante las
actitudes, situaciones y contenidos simbolizados por el signo que
asciende en una dialéctica pulsante como el latido mismo de la vida.
26-06-2012
5. La Luna y Nosotros
La Luna, fuente perenne de inspiración de los poetas, lumbrera de
los míticos lobizones y aquelarres medievales, reguladora de las
mareas… ¿Qué relación guarda con la Astrología?
Muchísima. Los primeros testimonios arqueológicos existentes de la
humanidad son el registro de sus fases, y los orígenes de la Astro-
logía son lunares, inclusive en la definición del Zodíaco. Durante
siglos fue el indicador primordial del temperamento de una persona,
tal como sigue siéndolo hoy en la Astrología de la India.
La mala de la película
Por ello, si bien casi toda corriente astrológica considera a la Luna
como un indicador importante del carácter a la par del Sol y el
Ascendente, a veces se la percibe como una parte primitiva de
nuestra personalidad marcada por condicionamientos infantiles que
se repiten luego reactivamente en forma descontextualizada,
estados de humor irracionales o necesidades inmaduras inconscien-
tes que nos llevan a manipular subliminalmente a los demás o a
nuestra propia voluntad para satisfacerlas. Definitivamente, algo que
debiéramos “superar”.
La fuente de la felicidad
En esta sobrevaloración maniqueísta del Sol en desmedro de la
Luna se pierde de vista que su connotación “nocturna” nos permite
tomar contacto con nuestra parte instintiva y nuestra emocionalidad
profunda, haciéndonos seres más completos, y que ese automa-
tismo que se le asocia puede también ser leído como espontaneidad
y facilidad con lo vinculado al signo en que se halla, claramente
reflejado en capacidades o talentos no siempre explotados.
No podemos “superar” nada de nuestro cielo natal, ya que seguirá
estando ahí, sino que podemos reconocerlo y, aceptándolo, poten-
ciar sus costados más constructivos y creativos. Se suele asociar a
la Luna con lo infantil y por ello también simboliza al Niño Interior,
que porta consigo la sabiduría de la inteligencia emocional. Sólo
cuando cuidamos de nosotros mismos satisfaciendo las necesida-
des de ese Niño juguetón y creativo aunque caprichoso, podemos
Expansión y limitación
Los significados de cada una de las doce casas son fácilmente ase-
quibles en la web, de modo que veremos algunas posibilidades con-
siderando los dos planetas más grandes del sistema solar, Júpiter y
Saturno.
El primero fue llamado desde la antigüedad “el gran benéfico”, y el
segundo “el gran maléfico”. Y si bien nunca se ve a ningún factor
astrológico como exclusivamente positivo o negativo, la noción de
expansión, buena suerte y oportunidades facilitadas es prioritaria en
Júpiter, así como la de limitación, mala suerte y arduos esfuerzos en
Saturno. Ambos simbolizan también muchas otras cosas que dejare-
mos para otro momento.
Planetas y mitos
En la Mesopotamia cada planeta era el asiento de un dios de su
panteón que indicaba los eventos por venir. La época helenística
enriqueció los atributos de cada deidad con la fértil y abundante
Dios geometriza
La hermosa frase de Platón los explica: si insertamos un triángulo
dentro de un círculo, lo estaremos dividiendo en 3 partes. Cada arco
que va de un vértice al otro en el círculo con sus 360º medirá por lo
tanto un tercio: 120º. Si el círculo fuera el zodiacal y hubiera un
planeta en dos de los vértices, estarían separados (o más bien
unidos) por el ángulo mencionado y que los astrólogos llamamos
“aspecto” (del griego: uno ve al otro).
Desde hace dos milenios se divide el círculo por 2 (oposición: los
planetas enfrentados), 3 (trígono), 4 (cuadratura) y 6 (sextil). Es
decir el producto de los números básicos 1, 2 y 3, sin olvidar el
aspecto más poderoso: la conjunción, donde los planetas están
juntos. Cada aspecto está teñido de la cualidad del número del que
surge según la tradición numerológica de Pitágoras.
Aunque algunas ya en uso en la Edad Media, el gran astrónomo
Johannes Kepler sistematizó en el siglo XVII otras divisiones del
círculo (por 8, 12, 5 y 10) que poco a poco fueron siendo adop-tados
por los astrólogos, pero los antiguos son los más usados y por eso
se llaman “mayores”.
Puntos y círculos
El punto ha sido siempre considerado la expresión más lógica de la
unidad. Mirando muy de cerca su encarnación gráfica, su materiali-
La espiral ascendente
Al integrar lo diverso, que parecía tal porque estaba alejado del
centro de la estructura, vamos dándonos cuenta gradualmente de
que es parte de una unidad de una lógica superior, tal como la
expresada por el Zodíaco en la unidad de nuestra Carta. El
reconocimiento de esos elementos implica asimismo reconocer que
son colectivos (cuando nacimos nuestro cielo era cosa pública,
como entonces y ahora el mundo) y podemos entonces realizarnos
mejor socialmente o a través de lo ocupacional y hacer cada vez
menos absurda la diferencia, por otro lado inexistente, entre el
adentro y el afuera.
Edmund Halley (el del cometa): “Che, Isaac, vos que tanto sabés
de astronomía y descubriste la ley de la gravedad, ¿cómo diablos
podés creer en una cosa tan absurda como la astrología?”. Isaac
Newton: “Porque yo la estudié, mi amor, vos no”. Mario Bunge: “De
todos modos, amigos, es una pseudociencia: no se puede
comprobar si lo que dice es verdadero o es falso”. Michel
Gauquelin: “Falso, mi querido Mario: yo demostré ampliamente que
funciona con la estadística de cientos de miles de casos”. John
Nelson: “Yo también: si no fuera por las que hice, en este momento
no funcionarían bien las radios y la tele”. John Addey: “¡Yo también!
¡Yo también! ¡Y no saben cuántos más!”. Científico de incógnito,
en un susurro: “Es verdad. ¿Por qué -¡diablos!- funciona la astro-
logía?”. Karl Popper: “Me gustaría ver mejor esas estadísticas, pero
lleva tiempo y no voy a perderlo en este disparate. Por más que
‘funcione’ como ustedes dicen, no es ciencia porque no pueden
explicar por qué funciona”. Claudio Ptolomeo: “Estimado Karl,
funciona porque los astros son, como dice Aristóteles, causa
Partida adulterada
Ernesto “Che” Guevara “era” de Géminis según la fotocopia de la
partida de nacimiento que tuve hace años en mis manos, pero el
resto de la Carta Natal no concordaba con lo que sabíamos de él.
Luego fue de conocimiento público que el certificado había sido
adulterado: había nacido exactamente un mes antes. Así lo
admitieron ante los medios tanto su padre como una astróloga
amiga de su madre cuando le pidió a ésta los datos para hacerle la
Carta Natal. El casamiento había sido “de apuro”, y viajaron a
Rosario para disfrazar el nacimiento anticipado, cambiando en el
certificado un mes exacto, pero dejando la hora y día intactos (su
madre confesó 30 años después del nacimiento a su amiga la
astróloga Julia Constenla de Giusani sobre la adulteración a fin de
poder confeccionar adecuadamente la Carta Natal, sitio oficial
www.echeguevara.com.ar; la misma anécdota está reflejada en el
libro de Pacho O’Donnell Che, la vida por un mundo mejor, Ed.
Sudamericana, 2003, pág. 21). Con la Carta que surge de esos
datos nos encontramos con el prototipo de la Carta de un verdadero
revolucionario (figura 1).
El Sol en Tauro
De modo que Ernesto Che Guevara era de Tauro, signo conocido
por su tozudez, el respeto de valores esenciales, el amor a la
naturaleza (al igual que Piscis) y la actividad económica. Además
del impulso que dio al agro y la valoración de lo vivo y el bienestar
que caracteriza a ese signo, recordemos que fue Ministro de
Economía del régimen cubano y que los billetes emitidos iban con
su firma manuscrita. El Sol en Tauro aparece acompañado aquí en
la misma Casa por su regente Venus, también en el signo de Tauro,
al que rige.
Los Tránsitos
Entre las muchas técnicas predictivas que cuenta el astrólogo para
comprender mejor un momento determinado del tiempo de la vida
de un individuo se hallan los tránsitos, que consisten en el movi-
miento de los planetas en el cielo sobre las posiciones de los fac-
tores de la Carta Natal, como si éstas hubieran quedado impresas
para siempre de algún modo misterioso en el cielo.
Los aspectos (ángulos formados entre dos posiciones del Zodíaco)
que los planetas en su tránsito hacen a los factores de la Carta Natal
son interpretados según lo que prometen en la misma y según el
simbolismo de los elementos involucrados. Los tránsitos que acom-
pañaron el reciente deceso del reconocido cantante Roberto
Sánchez, más conocido como Sandro, son realmente impresionan-
tes.
Eros y Tánatos
Para comenzar, se advierte una concentración del Sol y tres plane-
tas en el signo de Tauro, signo asociado con la afirmación de la vida
orgánica, mientras ascendía por el Este el signo de Escorpio, ligado
en Astrología a la idea de muerte, conflicto, represión y sexualidad.
Se dibuja así no solo al médico, sino la dialéctica entre Eros y
Tánatos que formó parte de su teoría en su estado avanzado.
El Ascendente Escorpio tiene como regentes a dos planetas: Marte
y Plutón. Plutón, dios del submundo invisible (lo inconsciente), se
halla en una situación de relieve por estar cerca del horizonte, en el
Occidente, mientras que Marte se halla también destacado por con-
frontarse al conjunto del resto de los planetas desde el signo de
Libra. Éste es un signo de refinamiento y sublimación de los instin-
tos, y el planeta se halla retrógrado, es decir, retrocediendo en vez
de avanzando (desde la percepción geocéntrica con la que trabaja la
Astrología). Marte es el dios de la guerra y de las pulsiones en gene-
ral, y en este signo y situación aparece así dibujada su sublimación
en las diferentes etapas que Freud describió. Libra está regido por
Venus, y éste planeta, dios del amor y la sensualidad, se halla en el
signo de Aries, a su vez regido por Marte. En suma, el conjunto de
los planetas termina siendo regido por esta interacción de los dos
planetas que pone énfasis en la sexualidad (Marte y Venus, los
eternos amantes de la mitología clásica…), el factor que Freud des-
El complejo de Edipo
El signo de Escorpio es el octavo del Zodíaco, y tiene por ello una
analogía natural con la Casa VIII. Esta Casa tiene que ver con la
muerte, la represión y la sexualidad, y allí dentro se encuentran la
Luna y Saturno, dos planetas que en Astrología representan a los
padres, pilares de la conocida interpretación que hiciera Freud del
mito de Edipo como prototipo de la historia psicológica del individuo.
Asimismo la Luna representa nuestra parte más inconsciente,
nocturna e infantil, que bien podría asignarse al Ello freudiano,
mientras Saturno simboliza los implacables mandatos y restricciones
de la sociedad internalizados que bien pueden asociarse al Súper
Yo. Ambos astros se hallan en el signo de Géminis, arquetipo de la
comunicación verbal, y no en vano su teoría, en presencia de estos
planetas reprimidos en la Casa VIII, fue llamada “la cura por la
palabra”.
Sueños y Transferencia
La Luna se halla con el planeta Neptuno asimismo en un ángulo de
cerca de 90º llamado cuadratura, presente en Piscis en la Casa IV,
factores astrológicos que se asocian con la plena inconsciencia del
dormir y la ensoñación, siendo el análisis de los sueños uno de los
principales canales de elaboración de su teoría y su terapia. Al
terapeuta le toca traer algo de luz a todos estos elementos
personales contenidos por la represión, y el planeta Urano, portador
de la luz del esclarecimiento intelectual, se halla en conjunción con
el Sol en la Casa VII, la zona “del otro”. De hecho, un pilar de la
terapia freudiana es el fenómeno de la transferencia, en donde el
paciente traslada hacia la figura del psicoanalista vivencias y
contenidos de su historia personal, lo que se halla muy bien
reflejado en la Carta por el hecho de que la mayoría de los planetas
se hallan en la zona occidental de la misma, que simboliza a los
otros en general, mostrando por lo tanto la importancia fundamental
del terapeuta en el proceso de toma de consciencia del individuo de
aquellos contenidos de su psique que se hallaran todavía
inconscientes. 18-05-2010
Creatividad e intelecto
Su nacimiento tuvo lugar en Bruselas un 8 de junio de 1903, según
la partida de nacimiento a las 8 de la mañana, luego de un proceso
de parto muy dificultado que significó la pérdida de su madre apenas
diez días después de nacida. Con estos datos tenemos una Carta
Natal (figura 4) en donde ascendía para ese momento y lugar Leo,
signo regio asociado con la creatividad y una gran fuerza de
carácter. El Sol, regente de este Ascendente Leo, se halla en
Géminis, signo intelectual y muy prolífico desde el punto de vista
mental, en donde también se halla su regente, el planeta Mercurio,
muy fuerte en su propio signo. La pequeña Marguerite leía a los
grandes clásicos ya a la edad de ocho años, y su padre, un
aristócrata francés, le enseñó latín a los diez años y griego clásico a
los doce.
La Academia Francesa
Viajera incansable, característica de Géminis aquí acentuada por
estar el Sol en aspecto de cuadratura (90º) a Júpiter, el planeta de
los viajes en la Casa IX de los viajes, este último planeta también
representa al mundo académico (junto a Saturno) y la cultura
superior. Yourcenar (anagrama de su apellido Crayencour) fue la
primera mujer aceptada como miembro de la Academia Francesa.
Un hombre religioso
Quizás sea menos conocido el hecho de que Andy Warhol, educado
en el rito católico bizantino, era una persona sumamente religiosa,
que hizo en forma privada trabajo de voluntariado y asistía
diariamente a misa, datos que no se compadecen a primera vista
con la frivolidad, superficialidad y vanidad con que le gustaba
aparecer ante los demás. Pero el Gran Triángulo de astros antes
mencionado que caracteriza a su personalidad está conformado por
una Luna en Casa IX, el sector astrológico de la religión, y Saturno,
que se halla en Sagitario, el noveno signo zodiacal, también
asociado al culto religioso, ambos astros conservadores (fue su
religión de infancia) que aspectan al Sol. Júpiter, planeta vinculado a
la religión, está también prominente en el conservador signo de
Tauro y la Luna está a su vez en conjunción al planeta Urano, que
se relaciona a lo inusual y novedoso, caracterizando así a un culto
poco común en su medio, el lugar marginal que ocupaba dentro de
su propia vida, y, nuevamente y en general, los rasgos innovadores
de su producción artística y su apariencia personal. 24-08-2010
La Luna en Sagitario
Pero más notable aún es la exacta conjunción la Luna al Ascen-
dente, el punto más personal de la Carta Natal, ambos en el signo
de Sagitario. La Luna, como cualquier otro factor en Astrología, tiene
muchas asociaciones simbólicas. Una de ellas es el la de los
orígenes, las propias raíces, y aquí se halla en un aspecto armónico
a su regente, el planeta Júpiter, también en el signo de Libra, que
como ya señaláramos se relaciona con la estética. Mujica Lainez
tenía un importante abolengo vinculado a las letras, tanto por el lado
materno como por el paterno, y ambos Sagitario y Libra se asocian a
la cultura en general. Se le agrega a estos elementos el planeta del
arte, Venus, en Leo, el signo de la creación, muy prominente en la
Carta y también ubicado en la Casa X, con su asociación a la
imagen pública y profesional.
La Luna guarda relación con el cuidado maternal y las mujeres,
quienes jugaron un papel muy importante en la infancia y durante
toda su vida, alimentando sus vastos gustos culturales: su abuela,
sus cuatro tías, su madre y, luego, su esposa Ana de Alvear. Vivió
rodeado de ellas, y las llevó consigo a su estancia “El Paraíso” en
las sierras de Córdoba, un adecuado símbolo de la Luna, vinculada
a refugios, y a Sagitario, la naturaleza, aquí idealizada.
También tiene relación la Luna con los primeros años formativos, y
Sagitario con el extranjero, en donde Mujica Lainez realizó sus
estudios cuando viajara con su familia, primero en Francia, y luego
en Inglaterra. Y la relación de Sagitario con el extranjero también se
advierte en su pasión por el coleccionismo, propio de la Luna, que lo
movió toda su vida.
Perfil de un escritor
Los significadores de su Carta son más bien conservadores, y como
escritor no pretendió innovar, sino recrear mundos imaginarios o que
tenían que ver con la historia de su patria (ambos ámbitos simboli-
zados por la Luna), retratando como pocos el declive de la aristo-
cracia porteña. Pero también se ocupó del extranjero (Sagitario),
llegando el caso de crearse una genealogía fantástica en el caso de
“Bomarzo”, su novela más famosa y extensa, convertida luego en la
ópera de Alberto Ginastera con libreto del propio Mujica Lainez que
sería prohibida en 1967 por el gobierno del general Onganía.
Genealogía fantástica, dado que afirmaba, quizás convencido,
quizás como una pose, que era la reencarnación del Duque italiano
renacentista que protagonizaba dicha novela.
Los dos planetas femeninos del sistema astrológico, Luna y Venus,
tan prominentes en su Carta Natal, nos muestran así una gran
sensibilidad llena de fuego aristocrático que le permitió recrear,
dentro y fuera de la ficción, un mundo teatral y fascinante lleno de
matices y esplendor. 21-09-2010
ORDENAMIENTOS:
ASTROLOGIA POR AUSENCIA EN EL PLANETARIO
6. Compensaciones mutuas
De modo inverso aunque similar al punto 4, ha sido muy
observado por la tradición más reciente (sobre todo humanística:
Hamaker Zondag, Liz Greene, Idemon, etc.) y seguramente la
experiencia de todo astrólogo, cómo es tan frecuente que las
relaciones más significativas de nuestra vida, particularmente de
14. La Síntesis
Aunque dediqué un libro entero (el citado Manual) a pro-
puestas de síntesis astrológica, es un hecho que ese proceso debe
ser hecho en forma personal por cada uno siguiendo sus propias
intuiciones. Lo que sí quisiera es enfatizar la vital necesidad de que
ésta sea realizada por el intérprete mientras aplica la secuencia
propuesta e instarlo a que le dé un momento de su tiempo en cada
caso a cada punto de la secuencia y luego en la mirada final.
ENTRELAZANDO ALMAS:
LAS CARTAS NODALES EN SINASTRIA
Primera Parte
Los Nodos de la Luna son importantes para los astrólogos
desde la antigüedad hasta la India contemporánea y especialmente
para los occidentales modernos gracias a la interpretación demiúrgi-
ca de Rudhyar en La Astrología de la Personalidad. Dada la asocia-
ción tradicional de la Luna con el alma, los Nodos pueden mostrar
asuntos particularmente significativos en nuestro crecimiento perso-
nal e individual. Y este crecimiento habitualmente sucede en el
marco de nuestras relaciones más relevantes e íntimas. Reinhold
Ebertin, en su Combinación de las Influencias Estelares, le da a la
Cabeza de Dragón no sólo la correspondencia biológica del cuerpo
astral, el cuerpo vital y la memoria subconsciente, sino el principio
general de asociaciones y alianzas. Esto quizás se deba a que los
Nodos lunares entrelazan desde el punto de vista de la Tierra la
órbita de la Luna y la del Sol: Luna y Sol, Yin y Yang, los símbolos
del arquetipo femenino y masculino.
Por otro lado, la Astrología Dracónica es una dimensión po-
derosa y significativa de nuestra ciencia a la cual referí en el capítulo
7 y cuyo Zodíaco inicia tomando como 0º de Aries al Nodo Norte de
la Luna. Fue señalado en los ’50 por las investigaciones arqueológi-
cas de Cyril Fagan y luego desarrollado en forma independiente por
Maurice Froger en Francia y Ronald Davison en Inglaterra, nada ca-
Tercera Parte
Al mirar los aspectos cruzados entre las dos Cartas inmedia-
tamente encontramos una curiosa coincidencia: el Júpiter de ella
hace trígono exacto al Ascendente de él y el Júpiter de él hace lo
mismo con el Ascendente de ella. Un aspecto muy bonito que
muestra crecimiento muto, abundancia, felicidad y éxito gracias el
uno al otro: Júpiter trígono Ascendente mutuos. Además el Sol de él
hace sextil a la conjunción Luna-Mediocielo de ella, aspecto clásico
de éxito y armonía en la pareja y una relación importante. Pero
también la cerrada conjunción del Júpiter de él con el Neptuno de
ella, otro aspecto que habitualmente implica crecimiento, felicidad y
abundancia, aquí es especialmente significativo dado que Júpiter es
el regente del Ascendente nodal de ella, y Neptuno el regente del
Ascendente nodal de él. ¡Bingo, Nodales! Una relación sumamente
fuerte y positiva, y un fuerte argumento a favor de nuestra tesis.
Las cúspides de las Casas de la Carta compuesta (figura 16)
se calculan habitualmente desde el Mediocielo compuesto para la
latitud geográfica del lugar en el que se inició la relación. Perón y
Evita se conocieron en Buenos Aires. De este modo Júpiter
compuesto está exactamente opuesto al Ascendente compuesto y
Robert Hand señala que esto debería ser leído como la conjunción
de Júpiter al Descendente, “un aspecto muy positivo y facilitador en
una Carta compuesta”, dice. “Ustedes han venido a formar un equi-
po para el crecimiento mutuo. Van a nutrir y apoyarse el uno al otro
a través de todo tipo de adversidades y van a compartir también los
mejores momentos de la vida del otro. Es probable que su relación
sea bastante próspera. La actitud positiva y el optimismo generados
por este aspecto atraen todo aquello que necesiten del mundo mate-
rial. Y van a conseguir en grado sumo lo que sienten que necesitan.”
Este Júpiter en su signo de exaltación también muestra la
relación intensa y positiva con los demás en general y con su tierra
natal y su pueblo (Cáncer) en particular. También tenemos al Sol en
su propio signo conjuntando a Marte, lo que no es ninguna sorpresa
porque ambos habían nacido con una conjunción Marte-Sol. Pero
aquí está en el brillante signo de Leo y muy cerca de Venus, el pla-
neta del amor y las relaciones que ambos tenían en la Casa VII y
Cuarta parte
Perón y Evita se encontraron por primera vez en un acto de
beneficencia el 22 de enero de 1944. Vamos a mirar las Cartas
Nodales progresadas para ese momento, la Carta compuesta pro-
gresada que se deriva de ellas, y las progresiones, las direcciones
de arco Solar, los tránsitos y las revoluciones Solares de la Carta de
Davison. Es sorprendente ver cómo las cosas aparecen tan clara-
mente reflejadas usando solamente como base las Cartas calcula-
das para el momento exacto en que el Nodo Norte medio de la Luna
está ascendiendo para un día y lugar en particular y sin considerar la
hora natal real.
Si miramos la Carta Nodal de Evita progresada por Secun-
darias para entonces, veremos que Mercurio progresado, regente de
la VII natal, hace una semicuadatura a Júpiter natal, regente del
Ascendente nodal, con medio grado de orbe y en sus progresiones
por Arco Solar vuelven a vincularse por sextil, dentro de 1º de orbe,
los regentes de Casas I y VII. También Júpiter, regente del Ascen-
dente nodal y siempre dentro de 1º de orbe, hace sextil con este
sistema predictivo a la cúspide de Casa VII y Venus, el planeta que
allí se encontraba presente, al Marte natal (figura masculina; militar).
Saturno en trígono al Sol natal también denota su contacto con una
figura masculina (y parental: le llevaba veinticinco años) de poder y
el inicio de su notorio ascenso social. Pero es particularmente intere-
sante cómo Júpiter, regente del Ascendente nodal de ella, conjunta
a Neptuno, el planeta que en la Carta Nodal de Perón rige su Ascen-
dente, actualizando la conjunción natal entre ambas Cartas que se
mostraba como particularmente vinculante.
Pero este mismísimo aspecto aparece en la progresión por
Arco Solar de la Carta Nodal de Perón propiamente dicha: ¡Neptuno
progresado conjunción Júpiter natal! En su Carta progresada por se-
cundarias también se vinculan fuertemente sus regentes de Casas I
y VII: Júpiter se halla ahora estacionario en cerrado trígono de 14’ al
Mediocielo natal y en cuadratura de 21’ a Mercurio natal, regente de
VII. El Venus progresado de Perón, que en la natal también se halla-
ba en Casa VII, ahora hace conjunción a Marte natal y sextil a Marte
I
Cada astrólogo y escuela astrológica manejan desde hace
siglos diversos criterios de aspectos (tipos de aspectos, orbes y
trazado), los cuales varían sustancialmente inclusive en la práctica
de un mismo astrólogo a la hora de aplicar miradas diferentes en
distintas técnicas o situaciones astrológicas.
No voy a indicar aquí cuál es el mejor criterio desde una
perspectiva estadística o reflexiva considerando variables más cien-
tíficas, relevadas exhaustivamente de un modo crítico en el excelen-
te texto académico Recent Advances in Natal Astrology (Geoffrey
Dean et al, Southampton, The Camelot Press, 1977). La sección de-
dicada al tema en dicho libro demuestra que lo menos que encontra-
mos al respecto en la comunidad astrológica es unidad de criterios.
Por ello relevaremos los costados más prácticos que hacen
a la detección y trazado de aspectos mayores y menores en una
Carta Natal de modo de poder tener un juicio crítico personal frente
a las opciones que nos ofrecen los programas de computación por
default o lo que haya programado su usuario más reciente. El méto-
do o protocolo que expondremos responde a un promedio virtual de
lo que hacen la mayoría de los astrólogos en el mundo de las distin-
tas escuelas y según prácticas experimentadas de sentido común
que responden por lo tanto a una casuística global que generalmen-
te un practicante adquiere a duras penas luego de un largo camino
personal y que aquí pretendemos abreviar con un abordaje sistemá-
tico tan lógico como factible.
Usaremos como base los orbes indicados por Eloy Dumón
en su Manual de Astrología Moderna (1983, Editorial Kier) para as-
pectos mayores y menores. Es decir para los mayores conjunción,
oposición, trígono y cuadratura, 8°; para el aspecto mayor más débil
de sextil, 6°; y para los otros aspectos menores, 2°; excepto un tipo
de aspectos más infrecuentes sobre los cuales luego nos detendre-
mos. Recordemos que por orbe nos referimos al margen de toleran-
cia, antes o después del aspecto o ángulo exacto, llamado partil,
II
Relevaremos los aspectos mayores y menores deteniéndo-
nos en los primeros según el orden lógico de la división del círculo
del cual surgen. Empezamos por la conjunción, relacionada con el
III
Los otros aspectos menores llamados por algunos astrólo-
gos “sutiles” y de uso más moderno son el quintil, biquintil, septil,
nonil, etc. Su desarrollo está ligado a la teoría de los Armónicos o
Armónicas, liderada por John Addey en Inglaterra y por Tito Maciá y
Miguel García en España siguiendo las investigaciones de Demetrio
Santos Santos y que en este siglo XX retoma de la Astrología Hindú
aspectos que ellos trabajan desde hace milenios y que incluyen los
propuestos por Kepler hace siglos.
El quintil de Kepler surge de dividir 360° por 5: 72° es el
ángulo y se lo grafica con una Q mayúscula. Aquí el concepto de
ángulo suplementario para determinar las familias ya no funciona: se
toma la figura geométrica resultante de un pentágono que en su
interior estará conformado por un pentáculo con un punto de origen
0º, a ambos lados tendremos un quintil, y en los otros dos extremos
144° (el doble del quintil), llamado biquintil y se grafica con BQ.
Algunos denominan aspectos sutiles a todos los aspectos menores
desde el semisextil en adelante. El orbe es de 2°.
Para interpretarlos la modernidad les ha dado básicamente
una connotación numerológica, donde el trígono se considera armó-
nico porque subyace el principio del 3, el 2 representa al mal, la ten-
sión de los opuestos, etc. Al número 5 se lo asocia con la mente y
con los cinco sentidos, se le dio una connotación Mercurial porque
IV
Recapitulando, el orbe de base de los aspectos dado por
Eloy Ricardo Dumón en su Manual de Astrología Moderna y que
aquí seguiremos es el siguiente: 8° para los aspectos mayores, ex-
ceptuando el sextil, que es de 6°, y 2° para el resto de los aspectos
llamados menores, exceptuando los múltiples de 15° no clásicos,
que es de sólo 1°. Pero como dijéramos, hay aspectos en los que
hay que aumentar el orbe y otros en que hay que disminuirlo según
factores contextuales concurrentes, por lo que podemos encontrar
una cuadratura de 5° que no sea válida, o una oposición de 11° que
ASPECTOS Y ORBES
I. INTRODUCCION
II. ANTECEDENTES
III. INTERPRETACION
IV. FORMULAS
V. REFERENCIAS
VI. DATOS NATALES
I. INTRODUCCION
Este capítulo tiene como objetivo exponer algunas reflexiones
y hallazgos vinculados a la mitad (centro) de las Casas astrológicas,
tomada como un punto eclíptico sensible. A dicho punto lo he denomi-
nado "semicúspide" para diferenciarlo de las cúspides propiamente
dichas, considerando para el caso las del sistema topocéntrico de
Casas desarrollado en Buenos Aires durante las décadas del sesenta
y setenta por Vendel Polich y Anthony Nelson Page.
II. ANTECEDENTES
La idea de dividir las Casas por la mitad y el tomar el punto de
división como un punto significativo tiene antecedentes tanto lejanos
como, sobre todo, recientes. Esta división está emparentada con el
uso gradual y cada vez mayor (históricamente documentado) de
divisiones análogas de la eclíptica en la forma de aspectos primero
múltiplos de 30, luego de 45, y luego de su máximo común denomi-
nador, 15. La combinación de ambas nociones con aquella de
considerar a las cúspides intermedias como puntos sensibles pasibles
de ser aspectados, deviene en la posibilidad lógica de tomar también a
la mitad de las Casas a tal efecto. Presentaré aquí los antecedentes
conocidos, en la medida que sean pertinentes, así como algunas de
las interpretaciones dadas por diferentes astrólogos a fin de contrastar-
III. INTERPRETACION
III.4 Epílogo
No estoy seguro sobre si este aporte, aunque fundamentado,
será una pieza esencial del arsenal astrológico, la investigación de ter-
ceros en la misma línea lo dirá con el tiempo. Las últimas décadas han
visto una proliferación de puntos sensibles que, en su acumulación,
amén de en muchas ocasiones su carácter francamente especulativo,
es más lo que confunden y, de ese modo, empobrecen, que lo que de
hecho enriquecen al quehacer cotidiano del astrólogo. Pero como
estas semicúspides pueden ser muy útiles para comprender la
problemática, vivencias y potenciales positivos de algún planeta
puntualmente allí emplazado o aspectante a muchas de ellas y quizás
dichos contenidos no hubieran sido de otro modo vistos con claridad,
confío justificado haberlas compartido en este capítulo.
ABREVIATURAS:
N.: el nativo
P.N.: partida de nacimiento, registro de bautismo o similares
FUENTES:
A.I: "Astrodata I, Profiles of Women", Lois M. Rodden, American Federation of
Astrologers
A.II: "Astrodata II, The American Book of Charts", Lois M. Rodden, A.F.A.
A.III: "Astrodata III, The Ocult Collection", Lois M. Rodden, A.F.A.
A.IV: "Astrodata IV, The Culture Collection", Lois M. Rodden, A.F.A.
A.V: "Astrodata V, The Crime Collection", Lois M. Rodden, A.F.A.
AJ: Revista Astrological Journal, Londres
AKP: "Astrologers, Kings, Politicians and others", Alexander Marr, Ediciones
Sirio
Caba: Base de Datos de la Biblioteca de la Fundación Centro Astrológico de
Buenos Aires
F: Fowler's Compendium of nativities, M. Harrison
P.A.: "Political Astrology", Alexander Marr, Ediciones Sirio
P.III: "Prediction III", Alexander Marr, Ediciones Sirio
CARTAS:
La hora natal está en todos los casos expresada en G.M.T. o T.U. (Tiempo
Universal) y la fecha en Calendario Gregoriano.
Bibliografía
Addey John M., Harmonics in Astrology, Fowler & Co 1975.
Dean, Geoffrey et al, Recent Advances in Natal Astrology, The Camelot
Press 1977.
Hamblin David, Harmonic Charts, Aquarian Press 1987.
Harding Michael y Charles Harvey, Working with Astrology, Arkana 1990.
Maciá Tito, La Astrología del siglo XXI: las armónicas, Antares 2004.
Santos Santos Demetrio, Investigaciones sobre Astrología, 1978.
---------------- Astrología Física, 1988.
I
Desde hacía rato me debatía torturado por lo que vivía como
ciertas inconsistencias en la práctica y justificación del asunto
astrológico. ¿Saber deducido, construido, revelado? ¿Máquina, len-
guaje, aspirina? Etcétera. Entre los asuntos más inquietantes, figuraba
la insidiosa sospecha y acusación (Gramsci, Adorno) que pesaba
sobre la astrología como herramienta de dominio político. Por ejemplo,
si uno de los fundamentos simbólicos históricamente insoslayables de
la secuencia zodiacal es el ciclo estacional en el hemisferio norte, ¿por
qué funciona acá (abajo)? La respuesta de Rudhyar es hábil, en
cuanto a categorizarla como lenguaje (pensemos, por ejemplo, en el
castellano). Pero entramos así en el orden del constructo, haciendo
temblar tanto las estructuras de la ontología teosófica como a las
pretensiones cientificistas ejemplificadas en las ya míticas estadísticas
de Gauquelin o Addey.
Al respecto, una tarde me había enfrascado en una discusión
con un estudiante herido en su amor propio nacional que prefería
desautorizar la noción estacional alegando que los rayos que nos
mandan los seres angélicos desde las esferas trascendían esos
localismos (Jung opinó alguna vez que un mecánico materialismo sub-
yace en la concepción teosófica cuando se la vulgariza. ¡Pobrecito, no
sabía lo que iban a hacer con su propia obra, di-vulgarizada!).
Aludiendo a la noción de lenguaje, a la relativa eficacia de lo que nos
llega como astrología china y a los experimentos realizados con la
astrología maya, balbuceaba yo como respuesta que si los indios
argentinos hubieran tenido una astrología elaborada con sus inevita-
II
A orillas del lago Moquehue, la cordillera a nuestras espaldas.
Antv, el disco solar, se retira (conuhueantv), bañando oblicuamente de
oro el contorno andino. Se perfila, clara, la silueta de la Bella Durmien-
te, atracción turística, prodigio de la erosión. ¿Quién habrá visto por
primera vez ese rostro –tan claro–, esos senos virginales cincelados
en las formas rocosas? ¿Es concebible que alguna vez hubieran sido
sólo rocas, que su calidad de significante fuera necesariamente
posterior a su antropomorfización?
Cuando de chico mi madre me devolvía la taza de té, me
parecía imposible que antes no pudiera yo haber visto, que no hubiera
adivinado lo que tan claramente se ordenaba en la imagen indicada
por ella, tan potente y eficaz, como luego se encargaría de confirmar el
tiempo. Maggie Hyde insiste en que la astrología está más cerca de la
lectura (sic) de las hojas de té que lo que nos gustaría pensar. Pero
para leer, ¿no tuvo alguien que escribir? Barbault, tras Jung, sugiere
que las constelaciones fueron los primeros tests de Rorschach de la
humanidad.
A mi derredor todo parece tan bellamente ordenado, salido de
la mano de un paisajista romántico (huelga advertir que mi percepción
no es “pura” –esa audaz ingenuidad fenomenológica–). Es una
necesidad tan vital, tan, diría, biológica, unir esos puntos que van
brotando en el espejo lacustre. ¡Si pareciera que ellos mismos se
agrupan!
III
Museo etnográfico, instituto de antropología, biblioteca
nacional, centro indígena, frenético intento de agotar la información
bibliográfica previa. ¿El proyecto? El dueño de casa de aquella reu-
nión, íntimo amigo mío, va ir al sur con el mencionado maestro rural a
interiorizarse de la situación mapuche en calidad de sociólogo y
periodista. Hacía años que quería yo volver a esas mágicas y queridas
tierras, y el rescate de esa hipotética astrología local se me ofrecía
como óptima excusa. No sólo por curiosidad o avidez técnica, sino
sobre todo por sus consecuencias epistemológicas.
El tema de una epistemología astrológica se me aparecía
harto descuidado, teniendo en cuenta que debía ser un piedra de base
y de toque infaltable y que, curiosamente, parecía faltar. No me bas-
taba con esa línea que había decidido trazar desde Oscar Adler (con
su sínodo genial entre esoterismo y filosofías occidentales) a Rudhyar
(y su bella noción de la astrología como “álgebra de la vida” y “técnica
de comprensión”, así como su demiúrgica inserción del mundo jun-
guiano en el discurso astrológico), de ahí a Barbault (y su lúcido paso
psicoanalítico por Jung a la semiología francesa moderna), pasando
por Feyerabend, el realismo fantástico y otros filósofos críticos de la
ciencia moderna, por algunos abiertos y bienintencionados sociólogos
franceses (sobre todo Philippe Defrance y Edgar Morin, quienes posa-
ron sobre la astrología una de las tantas miradas contemporáneas de
las que está tan necesitada), hasta llegar, tentativamente, al movimien-
to inglés contemporáneo (especialmente Dean con su crítica sistemáti-
ca y su contraparte, Cornelius y Hyde, con su asunción del problema
horario en una astrología hermenéutica, más heurística que epigrá-
fica).
Pero, ¿cómo reprocharle a la astrología no estar a la altura de
estos tiempos, si no se sabe cuál es esa altura? El derrumbe del
edificio positivista (y del muro) es demasiado reciente, y todavía el
neopositivismo se puede dar el lujo de sacarnos la lengua y decir,
como Galileo: “Eppur si muove!”. Absurdo espejo, desde la alcantarilla
a la que pretende recluirla junto al psicoanálisis y al marxismo (extraña
bolsa de gatos de Mario Bunge), la astrología le replica, y con todo
derecho: “Eppur si muove!”. Y es que el tema de la eficacia operativa
IV
El kultrún es el instrumento que percute la machi, médica y
chamán, en sus ritos curativos y en el Nguillatún, la rogativa anual que
las comunidades mapuche elevan pidiendo abundancia al venerable
VI
La cordillera, imponente, con su maravilloso equilibrio entre el
gótico y el románico. Por entre el verde tapiz de los bosques, eleván-
dose, las araucarias, enormes dinosaurios orantes. Connubio del color
y el pastel, armonía originaria del sereno agreste, todo resume intensa
y quieta completud. La teluria se me conjuga con mi barrio natal
europeizante: sobreborda saber que no hay nada que envidiarle al
Olimpo o al Walhalla. Las rectas que trazan los rayos del sol ordenan
la policromía del entorno, y su quedo murmullo evoca una letanía. ¡El
mundo deviene ecclesia y re-ligere! Tentando la fuga de Dédalo,
intento beber las aguas del Leteo, busco rastrear la experiencia
primigenia de los caldeos y los griegos. Del mapuche. O para ser más
correctos, invento la mía.
Acá, donde los elementos se mezclan en perfecta proporción,
en un fértil diálogo de mutua aceptación, todo es posible, ya que así
como ellos se funden, yo, que soy uno más, soy ellos y me hablan a
mí. ¿Cómo no comulgar con esta luna, este sol y estas estrellas, con
sus ritmos, sus movimientos y su charla, de la que soy locutario abso-
luto? Esta agua, este có, que baja desde las blancas alturas entre ár-
boles y peñascos escondidos para alimentarme, para limpiarme, para
reflejarme y para sosegarme, me dice que todo, entonces, es uno.
Se define al mapuche como esencialmente poeta y su lengua
así lo atestigua. ¡Imposible no serlo con este entorno! Hay culturas en
las que todavía no está el acto diferenciado del habla, en las que nom-
brar es hacer. En el cansado high-kitsch de mi posmodernidad, mitolo-
gizo al mapuche y lo supongo en la misma situación del gnóstico
premedieval. ¡Tantas imágenes y conceptos, tanta bullente indetermi-
nación, tanto para elegir y ordenar! En ese maravilloso caldo de cultivo
cristalizó ese prodigio de sincretismo que es nuestra bella Astrología.
VII
Mefistófeles se nos escurrió de entre las manos como el
mercurio de los alquimistas. Pocas horas antes de salir, nos encon-
tramos sin dinero y en la perspectiva de un campo ignoto y sin guía.
Sé que todo esto me quiere decir algo, pero todavía no oigo
con claridad. Sí puedo percibir claramente la límpida matemática del
clave bachiano. ¿Sería ésta la música que buscaba Kepler cuando en-
contró sus tres leyes del movimiento planetario? ¡A tanta cosmovisión
podría estar expresando, según como se la considere! La ronda de
Platón, Aristóteles, Leibniz, Spinoza, Hegel, Schopenhauer, Heidegger,
Popper, Baudrillard... “La astrología es el estructuralismo más abierto”,
dijo un semiólogo francés. Al remanido rótulo “pseudociencia”, yo
EPILOGO
Este texto, subtitulado “Atisbo epistemológico y topología de
un signo”, fue escrito en 1989 para la única revista de Astrología que
teníamos por aquel entonces, y rechazado por su editor. Años más
tarde, tuvo la misma suerte con la otra única revista astrológica en
papel. Desde su escritura ha corrido mucha agua bajo el puente. No
recuerdo bien quién dijo: “Si mi amigo es tuerto, lo miro de perfil”. Entre
otras cosas, mi relación con la Astrología pasó de la pasión y el
espanto a un amor mucho más tranquilo, gracias a innumerables
confirmaciones cotidianas, tanto vivenciales como científicas, progre-
sos colectivos en cuanto a su historia y, por otro lado, a la posibilidad
de haber hecho realidad una interacción más eficaz y plena con el
medio.
Sin embargo, habiéndome topado de nuevo con él, quise
compartirlo pese a ya no comulgar con algunas de sus conclusiones.
Amén de que cada una de las anécdotas narradas en esta crónica
ocurrieron “en la vida real”, creo que a pocos puede habérseles
escapado que esta humorada, con la excusa de hablar sobre la
astrología mapuche, es una pequeña pieza literaria que se complace
en describir autobiográficamente un tramo del camino de un signo
zodiacal (en este caso, Géminis), y al mismo tiempo, proponer algu-
nos temas de reflexión sobre nuestra propia Astrología occidental.
Buenos Aires, enero de 2003.
ENTREVISTA BIOGRAFICA
Realizada por Mayte Gual para la revista online Elloroestepario
GRADOS Y DESTINO
El valor predictivo de los grados de la Carta Natal
Este breve capítulo ocupa esta sección del libro por dos
motivos: pese a que vengo observando el fenómeno desde mis
inicios en la Astrología, la idea de escribirlo surgió apenas unos días
antes de entrar en prensa, dado que la intención era compartirla en
la próxima Jornada Intensiva abierta a toda la comunidad astrológica
que anualmente realiza la Fundación Centro Astrológico de Buenos
Aires, este año con título “La nueva Astrología del 2012”. Por otro
lado, como refiero en él a varios momentos de mi propia vida, me
pareció adecuado que estuviera presente en esta Cuarta Parte, que
tiene un cariz más personal.
Muy temprano me llamó la atención cómo algunos eventos
claves de mi existencia coincidían con un planeta que los represen-
taba con su simbolismo en una la edad idéntica al número de grados
en que se hallaba ese planeta en mi Carta. Por ejemplo, como ya
mencioné en el capítulo 15 (en donde figuran los datos de la misma.
Figura 38), un evento que me marcó mucho en la vida fue la pérdida
de mi hermano Tomás. Aunque tengo varios hermanos, con él era
con quien me llevaba mejor, era de Géminis como yo y coincidíamos
en muchas cosas. Se reían de nuestro par de nombres: a él lo
llamaron desde que nació Tommy y Jerry a mí, de modo que los
gemelitos de nuestro signo zodiacal se encarnaban en la conocida
dupla del dibujo animado. Mercurio en mi Carta es el regente de la
Casa III de los hermanos y se halla en el mencionado Géminis
compartido en la Casa XII de las pérdidas y el suicidio. Mi Mercurio
está a 16º y minutos del signo y mi hermano falleció cuando yo tenía
16 años y unos meses (esto funciona normalmente con unos meses
de orbe). Dado que Mercurio también rige mi Ascendente, fue un
suceso no sólo muy importante, sino que supuso un giro en mi
historia.
Venus en mi Carta está a 18º y pico de Cáncer y a esa edad
por primera vez me enamoré en el sentido convencional y de
verdad, de hecho perdidamente. Quizás sea una edad normal para
LIBROS RECOMENDADOS