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ENSAYOS ASTROLOGICOS

ABRIENDO NUEVOS CAMINOS


INVESTIGACION, APLICACION, DIVULGACION

JERONIMO BRIGNONE

PRIMERA EDICION

FUNDACION
CENTRO ASTROLOGICO DE BUENOS AIRES
Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorización escrita del
autor, queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier medio –mecánico, electrónico y/u otro– y su alquiler
mediante préstamo público u otro.

Jerónimo Brignone
Ensayos astrológicos abriendo nuevos caminos. 1º ed.
Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires
Buenos Aires : 2012. 410 p. ; 21x14 cm.

ISBN 978-987-28503-0-2

1. Astrología. I. Título

CDD 133.5

Diagramación de tapa
Jerónimo Brignone

LIBRO DE EDICION ARGENTINA


Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
© 2012 by Jerónimo Brignone
Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires
Tte. General Juan Domingo Perón 1751 2º D (1039) Buenos Aires
Tel./Fax: (0054-11) 4371-9978
http://www.astrolcaba.com.ar  e-mail: fundacioncaba@gmail.com
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina

2 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


INDICE 3

PROLOGO 5

PRIMERA PARTE
Capítulo 1. Clarín: apuntes introductorios a la Astrología 13
Capítulo 2. La Nación: breves análisis de seis Cartas Natales 41
Capítulo 3. La actualidad de la antigua Astrología griega 61
Capítulo 4. El Ritmo del Silencio: Astrología y arte contemporáneo 71
Capítulo 5. Ordenamientos: Astrología por ausencia en el Planetario 85

SEGUNDA PARTE
Capítulo 6. La Sombra ataca: la Carta opuesta 89
Capítulo 7. Sinastría: un universo maravilloso 105
Capítulo 8. La predicción sin hora natal 141
Capítulo 9. Entrelazando almas: las Cartas Nodales en Sinastría 163
Capítulo 10. Astrología Dracónica y profesión 179
Capítulo 11. La base del Quadrivium y las técnicas Dracónicas 191

TERCERA PARTE
Capítulo 12. Una sola vez en la vida: un lento transita la Carta 205
Capítulo 13. Historia astrológica del terror en la Argentina 227
Capítulo 14. Aspectando la Carta Natal 249
Capítulo 15. Las semicúspides topocéntricas 275
Capítulo 16. Armónicas: la clave oculta de la Astrología 313
Capítulo 17. Acercándonos a la Astrología hindú 335

CUARTA PARTE
Capítulo 18. Tras la Astrología mapuche 359
Capítulo 19. Entrevista biográfica 373
Capítulo 20. Grados y Destino 381
Capítulo 21. Libros recomendados - Índice de las 71 Cartas utilizadas 391

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a Norberto Griffa,
quien me enseñó el verdadero sentido
de las palabras amistad, bondad y calidad

PROLOGO

Continuación del “Manual de Síntesis Astrológica: El Camino


en el Mapa Natal”, un texto de 382 páginas orientado a la máxima
comprensión de la Carta Natal editado por Kier en 2005, este libro
compendia diversas investigaciones y reflexiones, muchas de ellas
comenzadas apenas iniciado mi contacto con la Astrología en 1985,
así como algunos ejemplos de una aplicación más básica y dis-
tendida de la misma para lograr su difusión en los medios sin perder
la seriedad que merece. Todas fueron expuestas en congresos
astrológicos internacionales, ámbitos académicos no astrológicos,
publicaciones especializadas o diarios matutinos de tirada masiva.
Ensayos Astrologicos es precisamente eso: ensayar, obrar,
resultado del proceso de prueba y error. Trabajo de años de obser-
vación y ponderación de diversos factores y posibilidades pensados
en su mayoría desde la aplicación práctica para enriquecer el trabajo
del estudioso y difundir la Astrología tanto en sus niveles más sofís-
ticados como para el gran público lego, algo necesario en ambas
esferas como forma de abrir nuevos caminos para el saber astro-
lógico, tal como reza el título de este libro.
La Primera Parte explora la posibilidad de abrir esos cami-
nos en el seno de la sociedad a través de los medios masivos y del
mundo académico. Comienza con una serie de doce breves
columnas semanales introductorias al universo astrológico publica-
das en 2012 en el matutino Clarín, para luego realizar en el capítulo
siguiente una breve interpretación de Cartas Natales de figuras pú-
blicas publicadas mensualmente en 2010 en el matutino La Nación.
Estas experiencias son parte orgánica de otras formas encaradas de
difusión pública, como el programa de trece capítulos que desde
2003 se emitió durante años en el canal de cable Infinito, u otros en
esa misma emisora y Canal 7 ATC, entrevistas o artículos en los
diarios La Nación, Clarín, Caras y Caretas o las revistas Noticias, Ñ
y Uno Mismo, participaciones radiales en Radio Nacional, Municipal,
Continental, Splendid, Radio10, República, Libre, LU2, La Primera
del Dial y el entrañable programa del Caba Astrología Hoy durante

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2007 en FM Station. Confío en que la liviana lectura de temas tan
conocidos igualmente deparará nuevos vislumbres al lector.
Ya en ámbitos académicos, sigue una introducción a las
bases helenísticas de nuestra Astrología occidental presentado en
2011 en una disertación en la Universidad de Buenos Aires (versión
abreviada de la del Centro Cultural San Martín en 2007 y presentada
en Atenas en 2011 en la Casa de la Cultura de Latinoamérica),
mientras que el capítulo siguiente analiza la relación entre las Cartas
Natales de tres artistas plásticos y sus obras en una muestra de arte
contemporáneo realizada en 2005 en la Universidad de Bolonia en
Buenos Aires (en 2012 reiteraría una experiencia similar con otra
artista en la Bolsa de Comercio). Del mismo modo, el siguiente
capítulo “Ordenamientos”, originariamente acompañaba desde la
perspectiva astrológica la obra de un artista en el Planetario de la
Ciudad de Buenos Aires en 2012 y debió sufrir un curioso aunque
previsible proceso de transformación.
Los capítulos que incian la Segunda Parte ya proponen de
lleno a los practicantes de la Astrología nuevas formas de abordaje
complementario a la Carta Natal y técnicas predictivas. “La Sombra
ataca: la Carta opuesta” fue presentado en diversos encuentros
astrológicos como la 2º Jornada del Caba en Buenos Aires en 2008,
el XXVI Congreso Ibérico en Madrid en 2009, el III Simpósio
Internacional de SINARJ en Río de Janeiro en 2009 y en el IV
Congreso Mundial de Cosmobiología de Arequipa en Perú en 2011,
y versa sobre cómo posiciones clave de la Carta Natal parecen
funcionar en su punto opuesto cuando nos hallamos bajo presión.
“Sinastría: un universo maravilloso”, publicado por la revista GeA en
2007 y luego por el sitio web de SINARJ en Río de Janeiro en 2011,
compendia en forma de manual y con una secuencia detallada paso
a paso una inmensa cantidad de técnicas de Sinastría, el estudio de
la relación entre las personas a partir de sus Cartas Natales,
contándose entre las mismas varios hallazgos originales de mi
cosecha, incluida la estructura de dicha secuencia.
El capítulo que le sigue, “La predicción sin hora natal”, pre-
sentado en el 5º encuentro organizado por la revista GeA e inme-
diatamente en el XVIII Congreso Ibérico en Madrid en 2001 (luego
publicado por La Revista del CABA en 2004), ofrece diversos
criterios para interpretar un cielo natal y aplicar las técnicas
predictivas más usuales cuando no contamos con la hora de
nacimiento, entre las cuales se halla la poderosísima Carta Nodal,

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surgida del momento en que el Nodo Norte lunar hace conjunción al
Ascendente para ese día y lugar. Por supuesto que estas técnicas
son igualmente fructíferas como complemento cuando de hecho sí
contamos con la hora natal. “Entrelazando almas: las Cartas Noda-
les en Sinastría”, un trabajo expuesto en el XXIV Congreso Ibérico
en Alicante en 2007 y en inglés en UAC 2008, United Astrology
Congress, el congreso internacional de Astrología más importante
del mundo que se celebra periódicamente en Estados Unidos (ese
año en Denver, Colorado), muestra cómo esas Cartas Nodales ad-
quieren un valor cardinal en el mundo de las relaciones, desarro-
llando algunas de las propuestas antes presentadas en el capítulo
de Sinastría.
Los dos capítulos siguientes versan sobre la Astrología
Dracónica, tema que me fascinó apenas lo contacté en 1987 y sobre
el cual comencé a disertar con frecuencia en 1990. El Zodíaco
Dracónico, cuyo punto de origen (0º de Aries) es el Nodo Norte de la
Luna, está siendo cada vez más conocido por los astrólogos,
asociándolo correctamente con una dimensión anímica profunda y
hasta quizás espiritual. Sin embargo, aquí se les agregan otros
alcances: en el capítulo “Astrología Dracónica y profesión”, presen-
tado en la 5º Jornada del Caba en celebración de sus 50 años y
luego ese mismo año en el XXVIII Congreso Ibérico en Barcelona,
se ve cuán relevante es a la hora de indicar la vocación de un
individuo, y en el capítulo que le sigue “La base del Quadrivium y las
Técnicas Dracónicas”, presentado en la 3º Jornada del Caba en
Buenos Aires en 2009 y en el II Simposio Virtual de Bogotá en 2011,
las inmensas posibilidades que ofrece para la aplicación de las
cuatro técnicas predictivas más usuales: Progresiones Secundarias,
Direcciones Simbólicas, Tránsitos y Revoluciones Solares, desarro-
llando sugerencias concretas sobre cómo abordarlas no sólo en el
ámbito dracónico, sino también en general.
La Tercera Parte continúa con una óptica más técnica. En
“Una vez en la vida: el tránsito de un lento en nuestra Natal”,
presentado en el II Simpósio de SINARJ en Río de Janeiro en 2008
y en inglés en el congreso virtual Forum on Astrology Congress de
Nueva York en 2010, mediante once casos de estudio ya ocurridos
en siglos anteriores, se analiza cómo afectó la entrada de Plutón en
Capricornio a esos individuos desde el mismo momento que entró
en ese signo. El enfoque no está orientado a la Astrología Mundana
sino a la individual, ofreciendo algunas propuestas inusuales que,

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usando como modelo el ejemplo desarrollado, pueden ser aplicadas
a la comprensión de lo que podemos esperar en una Carta de un
tránsito por signo de Saturno o cualquier planeta transpersonal.
Quizás por las dimensiones oscuras de los símbolos arriba mencio-
nados, le sigue “Historia astrológica del Terror en Argentina”, pre-
sentado con gran despliegue teatral y multimediático en el ciclo de
conferencias de la Fundación Caba en 2012 y en donde, ahora sí en
clave de Astrología Mundana, se relevan dos fenómenos paralelos
de profunda resonancia mutua: el terror expresado como género
artístico en la televisión argentina y el terrorismo en sus diversas
formas en las agitadas décadas del ’60 al ’80 en ese país.
El siguiente capítulo “Aspectando la Carta Natal” es un ma-
terial preparado hace años para las clases de la Fundación Caba
que, entreviendo el vínculo de los aspectos con las armónicas,
propone una guía práctica para el principiante y una reflexión para el
estudiante avanzado sobre cómo abordar el eterno problema de los
orbes y el trazado de un modo coherente, razonado y razonable, sin
pretender por ello constituirse de ningún modo en la última palabra
al respecto.
El capítulo “Las Semicúspides Topocéntricas” es una investi-
gación presentada en Buenos Aires en el 7º encuentro de la revista
GeA en 2003, donde recibió el Primer Premio a la Excelencia
Astrológica. Publicado en la revista española Mercurio 3, desarrolla
de un modo muy pormenorizado el centro de las Casas topocén-
tricas como punto sensible con características muy especiales,
ampliamente utilizado luego en trabajos de otros astrólogos. En la
misma veta más cientificista, el capítulo “Armónicas: la clave oculta
de la Astrología”, presentado en el V Simpósio de SINARJ en Río de
Janeiro en 2011 y en el Centro Astrológico de Santiago de Chile en
2012, brinda una introducción exhaustiva al mundo de las Armóni-
cas, comparando la línea anglosajona con la española y mostrando
aplicaciones de ambas de un modo práctico, muy difícilmente ase-
quible en la poca bibliografía disponible sobre el tema.
Tangente al mundo de las Armónicas, le sigue “Acercándo-
nos a la Astrología Hindú”, con la cual tomé intenso contacto en
1995 en EEUU y luego en la India. Comencé su difusión con una
conferencia en la Fundación Caba que tomó forma en este trabajo,
presentado en el 1º encuentro de GeA de 1997. Sin pretender in-
novar, sigue abriendo caminos para quien no la conoce, dado que
todavía hay pocos textos en español que introduzcan de manera

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cabal al tema. Aprender Astrología Hindú es además al mismo tiem-
po aprender en gran medida esa Astrología Helenística desplegada
de un modo no técnico en la Primera Parte.
La Cuarta tiene un sesgo más asumidamente personal. Así
como los hindúes representan cierta alteridad respecto de nuestra
cultura occidental, tenemos mucho más cerca a nuestros pueblos
aborígenes, de los cuales quizás el más idealizado es el mapuche.
El capítulo “Tras la Astrología Mapuche” es el texto más antiguo de
este libro: escrito en 1989, fue sucesivamente rechazado por los
únicos editores de revistas astrológicas de esas épocas durante
años, hasta ser finalmente publicado por GeA en 2003. Los argu-
mentos “vas a dañar tu imagen” y “eso no es Astrología” convivían
graciosamente con el deleite de aquellos que no la practicaban y
comprendían cuánto se hablaba de ésta. Dejo el juicio final al lector:
le tengo un gran cariño a esas páginas que plantean interrogantes
que creo pertinentes para ir cerrando el libro.
Dicho cierre lo realiza a guisa de reflexiones personales ge-
nerales una pequeña entrevista hecha en 2008 por un sitio web
español muy popular en ese momento, elloroestepario.com y, en la
misma veta aunque por su utilidad sin duda más interesante para el
lector, un capítulo donde señalo cómo los grados de los planetas
natales se asocian con momentos claves de nuestra vida usando, el
mío como caso testigo. Finalmente, en “Libros recomendados”, com-
pilación de la sección final de los primeros ocho números de La
Revista del CABA publicados entre 2003 y 2008 en donde reseñaba
cuatro o más textos en cada uno, dado que hay tanto libro dando
vueltas que confunde con naderías, plagia o no vale mucho, quise
compartir aquí también y para concluir el libro a guisa de referencia
estos textos superlativos que en muchos casos conmovieron radi-
calmente mi comprensión de la Astrología.
En suma y como podrá apreciarse, la lectura del texto puede
abordarse desde cualquier capítulo y en cualquier orden, constitu-
yéndose en una típica obra de múltiple entrada. Y aunque los temas
son muy variados, los une el hilo común de la voluntad de abrir
nuevos caminos y proponer aplicaciones astrológicas prácticas que
inspiren el espíritu de experimentación y acción del lector.
Los trabajos que constituyen este libro fueron presentados
en conferencias y clases en la Fundación Centro Astrológico de
Buenos Aires, institución sin par en el mundo a la cual debo la

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mayor de las gratitudes por todo lo que me brindó en mi primera
etapa formativa y en los años posteriores, en los que propició mi
crecimiento astrológico y personal. Agradezco por ello tanto a
quienes me precedieron en ese ámbito como a mis maestros, mis
compañeros de camino y muy particularmente a los miles de estu-
diantes que con su entusiasmo y sus agudas inquietudes continúan
contagiando siempre sus ansias de saber.
También debo un muy sentido agradecimiento a todos los
organizadores de congresos, encuentros y editores de publicaciones
arriba mencionados que me permitieron dar a conocer en un primer
momento este material que hoy comparto con el lector, con un muy
especial reconocimiento a mi colega Claudia Herrera, gracias a cuya
iniciativa cristalizó la idea de plasmar este libro, así como mi más
profunda gratitud por la bendición de su magnífica amistad a Inés
Chaves y Massimo Scaringella, sin cuyo constante apoyo nada de
esto hubiera sido posible.

Jerónimo Brignone

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PRIMERA PARTE

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CAPITULO 1

CLARIN: COLUMNAS ASTROLOGICAS

1. La Astrología y sus orígenes


Hay quienes piensan que la Astrología es lo que ofrecen los medios
masivos: los “horóscopos” o predicciones para los nacidos de tal día
a tal otro del año (los signos zodiacales) sea para cada día, una se-
mana o inclusive un año. Además, que esos signos se corresponden
con el carácter de uno y que existe algo detrás de ello llamado la
Carta Natal.
Para muchos es un absurdo o una tontería, otros creen ciega-mente.
La mayoría, quizás por prudencia, deja en suspenso su escep-
ticismo: ¿y si los astros nos influyeran? ¿La Luna no produce las
mareas y nuestro cuerpo tiene una gran cantidad de agua? Y así se
asoma por si acaso, como entretenimiento, a la lectura de esas
predicciones.
¿Tiene esto alguna relación con lo que hacen los astrólogos que se
reconocen entre sí como tales continuando una tradición milenaria?
Muy poca, sino ninguna. Los horóscopos diarios comenzaron en
1928 con la cultura de masas usando un solo elemento de esa com-
pleja tradición: la posición por signo del Sol al nacer, lo único que los
lectores podía determinar según su fecha de cumpleaños, y sobre
eso construyeron un discurso sin relación con esa tradición ni con el
cielo sobre el que dice basarse para sus predicciones tan generales
como triviales.

La “otra” astrología
Los astrólogos que no se involucran en esa práctica mediática usan
el mapa del cielo del momento y lugar exactos en que nació una
persona, incluyendo la Luna y los planetas del Sistema Solar, para
hacer elaborados diagnósticos sobre su carácter y destino. Este
mapa, la Carta Natal, es la base para otros cálculos que definen con
mayor precisión los procesos o eventos a ser experimentados a lo
largo de la vida.

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Este protagonismo de la Carta Natal no existía, sin embargo, en los
orígenes astrológicos. Si bien toda civilización organizada como
imperio tuvo su propia forma de estudiar las correspondencias entre
lo que ocurre en el Cielo y lo que ocurre en la Tierra, la Mesopota-
mia, entre los ríos Éufrates y Tigris, y en menor medida Egipto,
Persia, India y los primeros filósofos griegos fueron quienes desde
hace más de 3.000 años desarrollaron diversas visiones y prácticas
que confluirían en lo que conocemos como Astrología, pero sin
predecir la vida de un individuo según el momento de su nacimiento.
Las conquistas de Alejandro Magno en el siglo IV a. C. permitieron
que esas culturas, ahora unificadas por un mismo imperio y una
lengua común -el griego- pudieran intercambiar sus tradiciones. En
este contexto nace, a principios de nuestra era y con foco en
Alejandría, la noción de Carta Natal: quizás el modelo democrático
era un recuerdo ideal en ese imperio romano de habla griega que
promovía un mayor individualismo.

Una historia accidentada


Con el cristianismo la Astrología decayó por siglos en Occidente,
mientras continuaba en la India y en Persia, de donde la tomaron los
árabes y la llevaron nuevamente a Europa a través de España. El fin
de la Edad Media y el Renacimiento albergaron así una nueva
irrupción de la Astrología europea, para desaparecer de nuevo
cuando se impusieron sucesivamente los modelos de pensamiento
racionalista, positivista, materialista y cientificista: cada uno y
combinados no propiciaban esta forma de ver la realidad. Los
movimientos neorománticos y ocultistas de fines del siglo XIX le
ofrecieron un contexto propicio para su reaparición, y desde
entonces, en las modalidades más variadas, no ha dejado de crecer
en difusión y propuestas. Gran parte de ellas sigue basándose en la
Carta Natal, por lo que vale la pena dedicarle próximamente algunas
palabras. 31-05-2012

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2. La Carta Natal
Una Carta Natal es un mapa del cielo del momento y lugar en que
nació un ser. Mapa cartográfico: por ello carta, que se presta a
veces a confusión respecto de las barajas utilizadas en la car-
tomancia o adivinación por los naipes, el Tarot, y con el que no
guarda ninguna relación directa.
Como todo mapa, es una representación convencional de una
selección de elementos de la realidad que desde hace 2.000 años
es utilizada para comprender las características y destino de un ser
por la Astrología, la rama del saber que estudia las correlaciones
entre determinados fenómenos celestes (“del cielo”, “ahí arriba”,
más allá de la atmósfera) y determinados fenómenos terrestres
(“aquí en la Tierra”), y que variará según los elementos que tome del
cielo y los que considere aquí en la Tierra.

Las distintas astrologías


Existe así el estudio de los fenómenos meteorológicos y geológicos
que afectan a poblaciones o los hechos vividos por éstas: la Astro-
logía Política o Mundana (y su variante económica, la Financiera) o
una Astrología puramente mántica, como el Tarot o el I Ching: la
Astrología Horaria. Pero la más conocida es la que estudia a través
de la Carta Natal y otras derivadas el carácter y destino de un ser
humano, sea en sus aspectos psicológicos y su evolución espiritual
(Astrología Psicológica, Esotérica, Humanística), en su cuerpo físico
(Astrología Médica, Fisiognómica), en su mundo laboral (Astrología
Vocacional), en sus relaciones interpersonales (Sinastría), en las
conexiones de sus experiencias con supuestas vidas pasadas
(Kármica) o en los posibles eventos internos y externos a ser vividos
en el futuro (Predictiva).

Los contenidos del mapa natal


Los elementos celestes que suele incluir una Carta Natal son el Sol,
la Luna y los planetas del Sistema Solar, considerando su relación
con ciertas zonas del cielo (los doce Signos del Zodíaco, transitados
mes a mes por el Sol), los ángulos que entablan entre ellos
(llamados aspectos, que se representan con líneas de diver-sos
colores), y las posiciones que ocupan alrededor del individuo al

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nacer, en una división del espacio circundante en doce sectores
llamados Casas y que comienzan con el punto del Zodíaco que en
ese momento está ascendiendo por el Este, llamado por ello
Ascendente, así como al que culmina se lo llama Mediocielo, ambos
muy tomados en cuenta. Estos son los elementos más habituales,
que no excluyen estrellas fijas, asteroides, intersec-ciones de las
órbitas de ciertos cuerpos celestes (nodos) u otras relaciones entre
los elementos considerados.
Los símbolos astrológicos han sido asociados desde la antigüedad
con plantas, colores, animales, gemas, dioses, modos de ser,
características físicas, psíquicas, profesiones, eventos, zonas geo-
gráficas, órganos y funciones corporales, principios filosóficos,
evolutivos, edades, objetos, cualidades, etc. La compleja trama de
relaciones que entablan entre sí es leída por el astrólogo para de-
velar su significado oculto y aportar alguna claridad a sus inquie-
tudes o a las de la persona que nació bajo ese cielo.
El astrólogo pondrá entonces el acento en el mundo interior o psico-
lógico, sus aspiraciones, motivaciones, potenciales, habilidades,
contenidos cargados de conflicto, debilidades de carácter, etc. por
un lado, así como en la posible ocurrencia de determinados eventos
concretos en el marco de su vida exterior, intentando así encontrar
un sentido a las propias crisis, hechos y deseos, con el fin de
conocer su Destino y poder colaborar conscientemente en su plena
realización.

La Carta Natal: el mapa de ruta a la trascendencia


La Astrología toma en su práctica fenómenos colectivos (el cielo y
su simbolización) y los lee en términos del individuo. Entabla así una
re-ligación del mismo con su medio que, afín a su origen sagrado, se
parece tanto a la Religión como al concepto de lo Ecológico. Ha sido
el “primer” conocimiento y por ello se la llama Madre de todas las
Ciencias: en sus especulaciones ancestrales se halla la fuente de la
Astronomía, la Matemática, la Medicina y la Psicología, entre otras
disciplinas. Pero su práctica, más allá de su apariencia científica y
su sustrato sagrado, es un Arte, dado que recorre los caminos del
símbolo y de la metáfora, que tanto develan como ocultan, y que
necesitan, para ser traducidos, de la experiencia del artesano y la
intuición del poeta.

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La interpretación de la Carta Natal nos ayuda a conocernos y por
ello a aceptarnos mejor, así como a quienes nos rodean, mejorando
nuestra calidad de vida. Nos permite reconocer y aprovechar poten-
ciales y oportunidades en el área social-ocupacional y encontrar el
sentido de las experiencias más difíciles o traumáticas para
convertirlas en oportunidad de crecimiento. Nos invita además a
reencontrar una unión con el medio y con el Todo que nos aporta la
gracia de una vivencia de participación y mayor comprensión del
significado del misterio de nuestra vida. En suma, promueve nuestra
consciencia y nos aporta, por ello, nuevos y riquísimos elementos en
el arte de vivir. 11-06-2012

3. Una primicia recurrente: signos vs constelaciones


Cada cuatro o cinco años sectores de la comunidad astronómica
anglosajona lanzan a los medios la “primicia” de que deberían ser
trece los signos zodiacales y que éstos deberían correrse hacia
atrás (los nacidos en Aries deberían considerarse realmente de
Piscis, etc.).
Este gran malentendido originado por científicos que desconocerían
las premisas de la práctica astrológica en Occidente de siglos gene-
ra por unos días un alboroto mediático que deja a muchos en la
duda sobre cuál es su signo zodiacal y si los astrólogos están tan
equivocados como suelen afirmar aquellos sectores.
Dado que parte de la comunidad astronómica tiene una conocida
aversión hacia la Astrología y gusta de confundir al público en este
tema, sea para desprestigiarla, sea para socavar su popularidad, no
es claro si la noticia que sospechosamente se emite cada tantos
años como primicia es fruto de la ignorancia o de la mala fe.

Los albores del Zodíaco


Las constelaciones, grupos de estrellas identificables con una figura
generalmente mitológica, tomaron su forma actual hace casi 2000
años, aunque algunas son muy anteriores. Los antiguos babilonios
consideraron hace 2500 años solo doce de éstas: las que tocaban la
Eclíptica, es decir, el recorrido del Sol a través del año y cerca del
cual también se desplazan, vistos desde la Tierra, los planetas del

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 17


Sistema Solar y la Luna, elementos que usaban para interpretar el
futuro.
¿Pero por qué doce? Desde los albores de la observación del cielo,
se fue tomando nota de que a largo del año se daban casi siempre
doce Lunas Llenas y que cada una tenía como telón de fondo una u
otra de esas doce constelaciones. Se dividió por ello la Eclíptica en
doce porciones iguales nombradas como esos grupos de estrellas,
pero que nunca coincidieron exactamente con los mismos, ya que
éstos tienen diferentes extensiones y se superponen. Además el 12,
parte del sistema sexagesimal creado por ellos, es un producto de
números básicos (2x2x3) que permite la agrupación de esas divisio-
nes según criterios geométricos: triángulos, cuadrados, oposicio-
nes…
Así nacieron los signos del Zodíaco. El punto de inicio para el primer
signo (Aries) es el punto Vernal, el lugar por donde el Sol cruza el
Ecuador al iniciarse la primavera en el Hemisferio Norte. La
Astrología occidental siempre usó esta división de doce signos a
partir de la intersección de los planos de nada menos que los dos
movimientos más importantes de la Tierra: rotación (Ecuador) y
traslación (Eclíptica). Coincide con las estaciones del año y no tiene
ninguna correspondencia física con las constelaciones desiguales
que rodean a la Eclíptica.

Zapatero a tus zapatos


El desfasaje entre signos y constelaciones, que con los siglos se va
acentuando por una pequeña y lentísima rotación del eje de la Tierra
en su tercer movimiento, llamado Precesión de los Equinoccios, es
conocido por los astrólogos occidentales desde hace casi 2000
años. Y pese a ello mantienen la mencionada práctica, dado que no
les interesa una referencia directa al ámbito estelar: la Astrología les
funciona de ese modo y la alusión a las constelaciones no es física
sino simbólica, tal como fue desde un principio.
Son los astrólogos y no los astrónomos quienes deciden cuántos
signos usan y dónde se hallan emplazados, a partir de la tradición,
su larga experiencia personal y la eficacia de estos criterios. Por
ello, no hay trece signos y los signos Zodiacales no están corridos.
Si los astrónomos comenzaran a practicar seriamente la Astro-logía
según los criterios que periódicamente se ocupan de anun-ciar como

18 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


novedad, sería interesante ver cuál es su aporte en tér-minos de
interpretación y predicción. Aunque es improbable que ése sea su
objetivo. 19-06-2012

4. Qué representa el Ascendente


Desde hace tiempo estamos acostumbrados por los medios masivos
a identificarnos astrológicamente con el signo del día en que
nacimos y que se corresponde con la posición del Sol en el Zodíaco.
Asociamos a él algunos rasgos de nuestra personalidad y quizás
también nuestro destino (si creemos en los horóscopos de los
medios, no muy creíbles por cierto).
Pero desde que comenzó a usarse hace unos 2000 años el mapa
celeste para el momento del nacimiento llamado Carta Natal, el
factor más importante tenido en cuenta como mejor reflejo de
nuestra personalidad y destino fue y sigue siendo el Ascendente: el
signo zodiacal que asciende por el Este en el horizonte más o
menos cada dos horas y que “nace” a la percepción de lo social-
mente visible al igual que nosotros cuando nacíamos. Se lo llamaba
horoskopos, “mirar la hora”, pues ésta es necesaria para calcularlo,
y por su importancia más tarde se llamó así a la Carta Natal toda y
luego a la práctica astrológica misma.

El cuerpo físico y la imagen concreta


Allí donde se une el cielo zodiacal con el horizonte, el plano concreto
que representa a la Tierra que pisamos y del cual somos una ínfima
prolongación apenas independiente, el Ascendente simboliza la
materialidad que nos constituye y permite el fluir de la energía vital.
Por eso representa nuestro cuerpo físico en cuanto conductor de la
vida y, como ese suelo tan visible, nuestra imagen y por ende la
identidad.
Por su referencia a la materia, es la imagen que concretamente se
ve de nosotros cuando operamos en el mundo y nuestros movimien-
tos en un sentido espontáneo y no reflexivo: allí nuestro contacto
con el cielo zodiacal es directo y no está mediado por otros astros,
dándose a través de él una fusión pura y espontánea con la
existencia más allá del entendimiento que le otorga una colora-ción
particular a toda la vida del individuo. Lo reconocemos en una foto

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 19


sacada cuando estábamos distraídos o en la imagen inesperada que
nos sorprende durante un segundo desde algún espejo o vidriera y
que será internalizada gradualmente con la repetición de esos reco-
nocimientos, sobre todo en el espejo que nos suponen los otros y
nuestro medioambiente.

La fuerza del Destino


El Ascendente no tiene tanto que ver con motivaciones o aspiracio-
nes como con personalidad y circunstancias. Es el inicio de la Casa
I, que tradicionalmente describe el carácter de una persona, su
cuerpo físico y su destino, y se expresa a través del planeta que lo
rige, que nos mostrará rasgos reconocibles como centrales en la
existencia del sujeto y, según su situación en la Carta, cuán fácil o
difícil le será la vida en general.
Como un gran embudo por el cual se filtra toda la Carta Natal, es la
puerta obligada por la cual el Cielo y sus intenciones se expresan en
la Tierra, con sus posibilidades y limitaciones, el único camino que
se le ofrece al individuo: si queremos algo, debemos necesaria-
mente salir a buscarlo con nuestro cuerpo y el conjunto de
elementos concretos que la realidad ofrece a nuestra disposición.
Por ello el signo Ascendente también está indicando situaciones
destinales que se le van a aparecer desde temprano y constantemente
al individuo, muchas veces fuera de su voluntad, como un aprendizaje
de autorreconocimiento en circunstancias que se corresponden con la
Casa astrológica análoga al signo zodiacal (Aries = Casa I, Tauro =
Casa II, etc.), indicando una mayor futuri-dad: contenidos a ser
paulatinamente introyectados mediante la autopercepción a medida
que se los recorre.

El Sol y el Ascendente
Por ejemplo, una persona nacida la última semana de junio o las
tres primeras de julio, identificada con el signo de Cáncer porque allí
se halla el Sol, tendrá algunos rasgos de carácter vinculados a la
búsqueda de protección y cuidado de otros en general y, muy
especialmente, de los vínculos primarios: la familia y particular-
mente la madre. Pero lo que en el Sol es propósito, en el Ascenden-
te es actos no necesariamente conscientes: con Ascendente Cáncer
cuidará de hecho a los demás sin quizás darse cuenta, y de no

20 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


hacerlo, la vida la pondrá en situaciones en donde estará obligada a
vivir las realidades y obligaciones de dicho cuidado, a experimentar
por obligación, por exceso o por pérdida la experiencia de lo familiar,
y la madre será una figura mucho más compleja y presente en su
vida que en la del común de los mortales. Sobre todo cuando no
coinciden el signo solar y el del Ascendente, el Sol es el propósito
de vida que el individuo intentará cumplir “a través de” el camino que
le ofrece su Ascendente.

Ascendente y mito
En el Ascendente se realiza el casamiento primordial entre Gea y
Ouranos que según Hesíodo generó la vida, la unión directa entre el
Cielo y la Tierra, es decir entre el orden de los signos (motivaciones) y
el de las Casas astrológicas (circunstancias), ofreciéndose como el
agente mediador que los sintetiza y facilita su integración. Simboliza el
puente entre ambos, permitiendo que dialoguen mediante las
actitudes, situaciones y contenidos simbolizados por el signo que
asciende en una dialéctica pulsante como el latido mismo de la vida.
26-06-2012

5. La Luna y Nosotros
La Luna, fuente perenne de inspiración de los poetas, lumbrera de
los míticos lobizones y aquelarres medievales, reguladora de las
mareas… ¿Qué relación guarda con la Astrología?
Muchísima. Los primeros testimonios arqueológicos existentes de la
humanidad son el registro de sus fases, y los orígenes de la Astro-
logía son lunares, inclusive en la definición del Zodíaco. Durante
siglos fue el indicador primordial del temperamento de una persona,
tal como sigue siéndolo hoy en la Astrología de la India.

¿Un caso de misoginia?


Sin embargo fue desterrada no solo por el auge de la “Astrología
Solar” del siglo XX en los medios masivos, sino por la tendencia de
las escuelas esotéricas que albergaron su renacimiento en el siglo
anterior a sobrevalorar al Sol como símbolo soberano del espíritu, la

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 21


voluntad y la consciencia (y del varón, en una veta inconfundible-
mente machista).
Actitud proveniente de Platón y los poderosos mitos solares egip-
cios, persas y griegos que luego asumirían los emperadores roma-
nos y su sucesora, la iglesia cristiana, el modelo heliocéntrico de
Copérnico y Las Luces del racionalismo renacentista continuaron
con esa misma línea que veía en las oscuridades comandadas por
la Reina de la Noche valores puramente negativos que tendrían su
culminación en el inconsciente freudiano.

La mala de la película
Por ello, si bien casi toda corriente astrológica considera a la Luna
como un indicador importante del carácter a la par del Sol y el
Ascendente, a veces se la percibe como una parte primitiva de
nuestra personalidad marcada por condicionamientos infantiles que
se repiten luego reactivamente en forma descontextualizada,
estados de humor irracionales o necesidades inmaduras inconscien-
tes que nos llevan a manipular subliminalmente a los demás o a
nuestra propia voluntad para satisfacerlas. Definitivamente, algo que
debiéramos “superar”.

La fuente de la felicidad
En esta sobrevaloración maniqueísta del Sol en desmedro de la
Luna se pierde de vista que su connotación “nocturna” nos permite
tomar contacto con nuestra parte instintiva y nuestra emocionalidad
profunda, haciéndonos seres más completos, y que ese automa-
tismo que se le asocia puede también ser leído como espontaneidad
y facilidad con lo vinculado al signo en que se halla, claramente
reflejado en capacidades o talentos no siempre explotados.
No podemos “superar” nada de nuestro cielo natal, ya que seguirá
estando ahí, sino que podemos reconocerlo y, aceptándolo, poten-
ciar sus costados más constructivos y creativos. Se suele asociar a
la Luna con lo infantil y por ello también simboliza al Niño Interior,
que porta consigo la sabiduría de la inteligencia emocional. Sólo
cuando cuidamos de nosotros mismos satisfaciendo las necesida-
des de ese Niño juguetón y creativo aunque caprichoso, podemos

22 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


acceder a ese espacio legítimo que todos merecemos y que se
llama Felicidad.

Luna, Sol, Ascendente


Supongamos el signo de Escorpio, al que entre otras cosas asocia-
mos con el conflicto casi insoluble que surge de intentar fusionarse
dos entidades diferentes, sea una persona con otra (física o
emocionalmente), con un grupo o con otra instancia. Esta conflic-
tividad da un sello característico de intensidad y de gran plenitud en
el caso de lograr esa compleja fusión.
Sol en Escorpio puede buscar deliberada y conscientemente esa
unión, asumiendo plenamente la noción de conflicto. Un Ascendente
quizás también, pero de un modo menos consciente o reflexivo, de
modo que mucha veces tendrá actitudes conflictivas que no
reconocerá en sí mismo y se verá envuelto en situaciones de
gravedad, conflictos que a veces la vida le impondrá de un modo
particularmente dramático, sorpresivo y no buscado.
La Luna en Escorpio ya siente desde siempre esa intensidad y
quizás tienda de un modo tan inconsciente como el Ascendente a
involucrarse en situaciones de compleja amalgama con los otros. La
diferencia es que aquí surge de una necesidad emocional: en la
medida en que la Luna se asocia con la nutrición, esta Luna se nutre
del conflicto y de la intensidad emocional. Puede reaccionar de un
modo sumamente defensivo y desconfiado, ya que percibe poten-
cialmente peligro, pero esas reacciones a veces ser completamente
inadecuadas a la situación.
Más allá de estos rasgos incómodos, hay un talento potencial para
amalgamar a otras personas y a sí misma con ellas en proyectos
poderosamente movilizadores, con facilidad para poder sobrellevar
los conflictos que naturalmente esto suele conllevar y gran
espontaneidad para responder a ellos creativamente. Si la necesi-
dad profunda de este Niño Interior es lograr fusiones potentes,
incluyendo y superando los obstáculos, en ese tipo de vínculos y
actividades encontrará su felicidad y su paz interior.
Palabras clave de la Luna: necesidades, emoción, humor, deman-
das afectivas, reacciones, deseos inconscientes, autocuidado,
inteligencia emocional, facilidad, comodidad, espontaneidad, talento,
niño interior, satisfacción, felicidad. 02-07-2012

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 23


6. Un mundo de Fuego, Aire, Agua y Tierra
¿Cómo está constituido nuestro mundo? ¿Proviene de alguna causa
o sustancia primordial que lo generó?
Éstas son preguntas que se han hecho desde hace milenios multitud
de culturas, obteniendo distintas respuestas, incluida la actual
Teoría del Big Bang.

De nuevo los griegos


Según Aristóteles, los primeros filósofos que lo precedieron propu-
sieron como principio de todas las cosas diversas sustancias del
mundo que los rodeaba: Tales el agua, Anaxímenes el aire, Herácli-
to el fuego y Jenófanes en cierto modo la tierra.
Su predecesor Empédocles, antes de arrojarse al volcán en donde
pondría fin a su vida, sostuvo que los cuatro mencionados eran,
combinados, la raíz de la experiencia física. Platón reafirmó con
vehemencia esa idea y explicó cómo cada uno estaba conformado
por diminutas figuras geométricas sólidas, diferentes en cada caso.
Su discípulo Aristóteles los llamó “elementos” y organizó más clara-
mente su constitución.
Había una cualidad primitiva que era la calidez, cuya ausencia gene-
raba la contraria: la frialdad. El exceso de una u otra generaba la
sequedad y su mezcla armónica, la humedad. Estas cuatro cuali-
dades explicaban así que el fuego era cálido y seco, el aire cálido y
húmedo, el agua fría y húmeda y la tierra fría y seca.

El imperio del Cuatro


En su búsqueda de ordenar y comprender la constitución de la
Naturaleza y la vida, otras culturas habían llegado a otros resul-
tados. Los indios y los japoneses consideraban cinco elementos: los
cuatro mencionados más el éter (sustancia sutil que ya desde
Pitágoras hasta Aristóteles fue adjudicada al mundo celeste, pero no
al terrenal). Los cinco elementos de los chinos, en cambio, no consi-
deraban el aire pero sí la madera y el metal.
Pero la tradición griega dio mucha importancia a este número 4,
coincidente con los puntos cardinales y que luego repercutiría en la

24 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


elección y temprana representación astrológica de los cuatro
evangelistas.
El médico Galeno decía que su predecesor Hipócrates basaba sus
diagnósticos y terapias en la teoría de los cuatro humores (bilis-
fuego, sangre-aire, flema-agua, bilis negra-tierra), que daría lugar a
la psicología medieval de los cuatro temperamentos: colérico,
sanguíneo, flemático y melancólico, retomada en el siglo XX por el
pensador Gastón Bachelard, reconocido por sus aportes a la
filosofía de la ciencia, quien dedicó de 1938 a 1948 cuatro libros a la
relación de la psicología de los cuatro elementos con la literatura.

Los cuatro elementos en el Zodíaco


A principios de nuestra era los griegos adjudicaron los elementos a
los 12 signos del Zodíaco: Aries, Leo y Sagitario eran de fuego,
Géminis, Libra y Acuario de aire, Cáncer, Escorpio y Piscis de agua
y Tauro, Virgo y Capricornio de tierra. Durante el Medioevo y el
Renacimiento interpretaban esos elementos de un modo bastante
literal, haciéndolos extensivos a los planetas: el rojizo Marte era de
fuego, ni qué decir el Sol, mientras la Luna, vinculada a las mareas,
era de agua.
Pero los alquimistas ya concebían a los cuatro elementos no en su
sentido literal, sino como cuatro estados de la materia: radiante,
gaseoso, fluido y sólido, y la Astrología moderna retoma esa visión
metafórica insistiendo en su aspecto psicológico, tal como lo hizo la
tradición de los temperamentos o Bachelard, donde un elemento
muy presente en la Carta Natal mostrará tendencias generales del
sujeto y cómo tiende a percibir el mundo.

El Fuego astrológico. Los signos de fuego se muestran cálidos,


vitales, activos, entusiastas, extravertidos, expresivos, seguros de sí,
impacientes, con iniciativa y voluntad, directos, francos e impul-
sivos. Buscan modificar el mundo e imponer la fuerza de su ser.
El Aire astrológico. Los signos de aire se muestran mentales y
sociables, objetivos, racionales, reflexivos, desapegados, curiosos,
atentos a la individualidad de los otros y al mundo del pensamiento
abstracto, los conceptos, la percepción, la expresión y las interac-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 25


ciones. Buscan dar cuenta de todo lo relacional, sea en el ámbito
intelectual como en el vincular.
El Agua astrológica. Los signos de agua se muestran emocionales,
sensibles, empáticos, protectores, pasionales, intuitivos, reservados,
reflexivos, temerosos, tendientes a la intimidad y la fuerte valoración
de a experiencia del amor. Buscan dar cuenta del mundo de los
sentimientos como canal que permite ser afectado por el mundo y,
particularmente, por los demás.
La Tierra astrológica. Los signos de tierra se muestran prácticos,
empíricos, pacientes, tenaces, disciplinados, cautos, precavidos,
más bien convencionales, tendientes a la seguridad y a valorar los
estímulos de los sentidos. Buscan dar cuenta del mundo material y
mejorarlo. 10-07-2012

7. Las casas astrológicas: nuestra Rueda de la Vida


Hasta quienes no están muy vinculados a la Astrología han escu-
chado más de una vez palabras típicas como “Ascendente”,
“Revolución Solar” o “Aspecto”. Las “Casas” son una de aquellas
que también resuenan y causan cierta curiosidad: ¿qué serán?

El mundo que nos circunda


Así como el círculo zodiacal contiene doce signos, las casas son
una división de ese círculo en doce partes que representan comprar-
timientos del espacio circundante del sujeto al nacer, en el caso de
la Carta Natal.
Con la creación de ésta hace 2000 años en el Egipto helenístico
comenzaron a utilizarse las casas, cuyo conteo comienza en el
Ascendente, el lugar en donde el horizonte hace contacto por el Este
con el Zodíaco. La primera casa o Casa I se extenderá entonces
aproximadamente una doceava parte del círculo zodiacal después
del grado que esté ascendiendo de un signo determinado, para
luego comenzar la Casa II y así sucesivamente. A los límites entre
una y otra casa se los llama “cúspides”.
Se han propuesto diversos sistemas para efectuar esa división de la
Carta en doce casas. No habiendo consenso general al respecto, las

26 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


diferencias son más de detalle que sustanciales. Uno muy usado,
llamado Topocéntrico, nació hace décadas en Buenos Aires.

Situaciones, el entorno y nuestros vínculos


Las casas representan experiencias tan concretas como la materia del
suelo que habitamos y que tiene como símbolo al Ascendente, el inicio
de la Rueda de la Vida. División del espacio que nos rodea, remiten
por ello a nuestro medioambiente, a ese entorno que nos afecta y en el
cual actuamos, incluidos los diversos vínculos de todo tipo.
Los planetas y el Zodíaco encuentran en ellas su máxima posibilidad
de expresión aquí en la Tierra y en nuestras vidas, según las circuns-
tancias y experiencias que cada casa representa y que tienen que ver
en gran medida con la relación natural que cada una guarda con cada
signo: la casa I con Aries, el primer signo; la casa II con Tauro, el
segundo, etc.
Si Tauro cumple la función de dar cuenta de la experiencia sensorial y
sensual de la materia y con la valoración y productividad de la misma,
la casa II tendrá que ver con el dinero, la autovaloración y otros valores
personales. Los signos y planetas que se le asocien en una Carta
mostrarán el estilo de oportunidades, actitudes, obstáculos, situaciones
y actos que el individuo tenderá a experimentar con esos temas a lo
largo de la vida a medida que va tomando consciencia de esas
posibilidades particulares que le son propias.

Expansión y limitación
Los significados de cada una de las doce casas son fácilmente ase-
quibles en la web, de modo que veremos algunas posibilidades con-
siderando los dos planetas más grandes del sistema solar, Júpiter y
Saturno.
El primero fue llamado desde la antigüedad “el gran benéfico”, y el
segundo “el gran maléfico”. Y si bien nunca se ve a ningún factor
astrológico como exclusivamente positivo o negativo, la noción de
expansión, buena suerte y oportunidades facilitadas es prioritaria en
Júpiter, así como la de limitación, mala suerte y arduos esfuerzos en
Saturno. Ambos simbolizan también muchas otras cosas que dejare-
mos para otro momento.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 27


¿Te acordás, hermano, qué tiempos aquellos?
Tomando una casa al azar, la III tiene analogía con el tercer signo:
Géminis. Los gemelos remiten a vínculos entre pares,
especialmente hermanos. Y ese arquetipo de relación se extiende a
las relaciones que hacemos en nuestra mente cuando asociamos
conceptos o inclusive en el aprendizaje primario. Si bien el simbolis-
mo es más amplio, podemos tomar estas tres ideas: hermanos,
mente concreta y aprendizaje básico.
Quien nazca con Júpiter en la tercera casa quizás tenga muchos
hermanos o una muy buena relación con ellos y le ofrezcan
oportunidades u otorguen favores en la vida. Con Saturno más bien
puede haber una experiencia de aislamiento, una imagen dura de
hermano mayor, situaciones amargas y un vínculo a ser fuertemente
elaborado en términos psicológicos y de relación concreta.

Dos caminos para sacarse un 10


Júpiter tenderá a pensar en forma optimista, con visión amplia, en
los exámenes siempre le preguntarán por el único capítulo que estu-
dió y recibirá becas. Saturno verá con un enfoque estrecho el peor
costado de las cosas y siempre le preguntarán por el único capítulo
que no había estudiado, por lo que con el tiempo sabrá que deberá
estudiar todo y quizás por ello mismo podría lograr la nota más alta
del curso y ser un experto en el tema.

La Rueda del Destino


Lo dicho de Júpiter y Saturno en III puede aplicarse a los signifi-
cados básicos de otra casa en la que se encuentren. Tradicio-
nalmente se tienen en cuenta para cada casa tanto los planetas que
estuvieren ocupando ese compartimiento como el planeta que rige el
signo en la cúspide.
Así como vemos en las relaciones entre casas y planetas las
demandas del medioambiente y escenas recurrentes de nuestras
vidas, quizás de un modo condicionante que parece limitarnos y
exigirnos tareas con esas mismas personas y roles que represen-
tan, son el canal para lograr nuestras máximas posibilidades y, de
un modo u otro, realizar nuestro Destino. 16-07-2012

28 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


8. Los planetas, nuestros dioses interiores
Cuando contemplamos la magia sobrecogedora del límpido cielo
estrellado, notamos que alguna estrella tiene un brillo particular que
nos llama la atención. En el atardecer o el amanecer, pareciera ser
el único astro que flota suspendido en la bóveda celeste, como
ocurre casi a diario con el Lucero vespertino o matutino.
Mirando día a día el firmamento, también notaremos que va cam-
biando su distancia a las estrellas que lo rodean. Los antiguos
llamaron a éstas “fijas”, ya que mantienen invariables sus posiciones
relativas, como sucede en las constelaciones. Mientras que a ese
otro, en su notable e irregular movimiento errante, lo llamaron
planeta, que significa “el que deambula”.

Y seréis como dioses


Casi toda cultura arcaica adoró al Sol y a la Luna, dadores de luz y
de vida que aparecían naturalmente como dioses. También adora-
ron a algunos de esos planetas, cuando no a todos, como ocurrió en
la Mesopotamia, en el Asia Menor, principal cuna de la Astrología.
A diferencia de los signos y sus constelaciones de origen, entes
ideales a los que sólo podemos ver si previamente los imaginamos,
los planetas tienen una presencia física y material, así como energía
cinética y lumínica refleja del Sol, y se encuentran y desencuentran,
aparecen y se ocultan a nuestra percepción terrestre de un modo
errático y caprichoso como si fueran seres vivos dotados de una
voluntad propia.
Quizás sean seres individuados no sólo inmensamente más gran-
des, sino también mucho más inteligentes y evolucionados que
nosotros. Pero aunque no creyéramos en tales hipótesis, no hay
duda de que parecen dioses, tal como fueron considerados desde la
antigüedad: seres vivos autónomos con una presencia física sólida y
que accionan, expresando la energía mencionada.

Planetas y mitos
En la Mesopotamia cada planeta era el asiento de un dios de su
panteón que indicaba los eventos por venir. La época helenística
enriqueció los atributos de cada deidad con la fértil y abundante

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 29


mitología de los dioses griegos que se les asemejaban y que hoy
nos llegan con sus nombres romanos.
Los mitos son expresión de arquetipos profundos de una cultura.
Los planetas, intermediarios entre el cielo zodiacal y la tierra,
encarnan esos arquetipos actuando los contenidos del signo en que
se hallan a través del mundo representado por las Casas,
estableciendo además entre ellos relaciones de colaboración o
conflicto según los ángulos que los separan. Se escenifican así en el
cielo dramas cósmicos que tienen su expresión en la vida y en
nuestra interioridad.

Nada se pierde, todo se transforma


Como los planetas simbolizan energías, éstas se expresan en
impulsos y acciones que también se condensan en agentes y
materias afines. Por ejemplo, el rojo Marte, dios de la guerra,
personifica el impulso a obrar, a iniciar, a abrirse paso y, si es
necesario, a combatir para ello, tal como lo indica su regencia sobre
Aries, el signo que inicia el Zodíaco.
Además del impulso a realizar esos actos, suele personificarse en el
guerrero: militares o agresores que pueden ser tanto la persona
misma como terceros que aparecen en su vida. O inclusive
materializarse en objetos vinculados a esa acción: armas cortantes,
de fuego, metales, sangre. Los principales significados de los
planetas son fácilmente asequibles en la web.

Los planetas y el drama interior


Esas energías tienen en nuestro interior una dimensión psicológica.
Marte simbolizará entonces nuestra urgencia de obrar en el mundo,
de salir a conquistar objetivos, el deseo, nuestra capacidad de
autoafirmarnos y expresar nuestro enojo.
Según en qué signo y casa se halle en la Carta, así como los ángu-
los más exactos que haga con otros, comprenderemos el estilo
particular de esos aspectos de nuestra personalidad, la mayor o
menor dificultad de asumirlas como propias y, por lo tanto, la
posibilidad de que, de no ser así, se materialicen afuera en persona-
jes o situaciones recurrentes hasta que podamos reconocerlas y
apropiárnoslas en sus mejores expresiones.

30 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Así como en una obra de teatro o cinematográfica hay roles princi-
pales, es frecuente que algunos planetas tiendan a protagonizar la
Carta según su lugar en la estructura de ésta. Serán por lo tanto un
índice significativo de los roles y personajes que tiende a asumir el
individuo, quien cuanto más consciente sea de ello, mejor podrá
actuar su papel en la vida. 24-07-2012

9. Ángulos, números y alquimia: los aspectos astrológicos


Los aspectos entre los planetas simbolizan un diálogo dinámico
entre sus energías. En términos psicológicos, reflejan capacidades y
tensiones en nuestra personalidad. Son una de las facetas más
visibles de la expresión del simbolismo astrológico, y, al mismo
tiempo, su carácter activo y dialéctico los hace muy cambiantes a lo
largo de la vida a medida que el sujeto crece y puede dar cuenta de
las diversas facetas de esa interrelación.

Dios geometriza
La hermosa frase de Platón los explica: si insertamos un triángulo
dentro de un círculo, lo estaremos dividiendo en 3 partes. Cada arco
que va de un vértice al otro en el círculo con sus 360º medirá por lo
tanto un tercio: 120º. Si el círculo fuera el zodiacal y hubiera un
planeta en dos de los vértices, estarían separados (o más bien
unidos) por el ángulo mencionado y que los astrólogos llamamos
“aspecto” (del griego: uno ve al otro).
Desde hace dos milenios se divide el círculo por 2 (oposición: los
planetas enfrentados), 3 (trígono), 4 (cuadratura) y 6 (sextil). Es
decir el producto de los números básicos 1, 2 y 3, sin olvidar el
aspecto más poderoso: la conjunción, donde los planetas están
juntos. Cada aspecto está teñido de la cualidad del número del que
surge según la tradición numerológica de Pitágoras.
Aunque algunas ya en uso en la Edad Media, el gran astrónomo
Johannes Kepler sistematizó en el siglo XVII otras divisiones del
círculo (por 8, 12, 5 y 10) que poco a poco fueron siendo adop-tados
por los astrólogos, pero los antiguos son los más usados y por eso
se llaman “mayores”.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 31


La insoportable complejidad del aspecto
El dinamismo pulsante de un aspecto entre planetas se manifiesta
en intensos procesos interiores y en situaciones externas que pue-
den condensarse en personajes, objetos o asuntos concretos que
dependerán de qué planetas están involucrados, el tipo de aspecto,
en qué signos y Casas se hallan y cuáles rigen, así como del
conjunto de la Carta y cómo la está viviendo la persona. Cuanto
mayor sea un aspecto, el protagonismo de los planetas en la Carta y
sobre todo más exacto el ángulo que forman, mayor será su
importancia en la vida del individuo, quien se verá obligado a
procesar de un modo cada vez más maduro los distintos contenidos
de los símbolos involucrados.

Superando el complejo de castración


El candente, cortante y aguerrido Marte, símbolo de nuestros dese-
os y autoafirmación, podría estar por ejemplo en cuadratura con
Saturno, el frío símbolo del Tiempo y la dura realidad que se erige
como límite, responsabilidades y la autoridad que otorgan los logros.
La cuadratura es un aspecto tradicionalmente inarmónico y difícil al
que los medievales llamarían “maléfico”, así como a los dos planetas
aquí involucrados.
Es frecuente que a edad temprana se exprese como situaciones o
sensaciones de que el Padre inhibe la identidad e iniciativa del
sujeto (Saturno en la mitología castró al suyo), generando una
vivencia de peligro, rabia y sobre todo impotencia. La inseguridad
consecuente puede luego tomar la forma de conflictos con figuras de
autoridad y dificultad para plasmar los propios deseos.
Aunque tenso y paralizante, el 4 también es dinámico y materiali-
zador: cuando la persona va comprendiendo que debe con esfuerzo
hacerse cargo de su propia autoridad y dar forma a sus impulsos, va
encontrando con trabajo su propia manifestación en la acción que
concretiza, la asunción de roles activos de comando, si es necesario
destruyendo para construir. La alquimia de los planetas en su
diálogo probablemente lo convierta -bien o mal- en un hacedor
incansable con logros y conquistas cada vez más audaces,
relegando así al pasado los fantasmas de la impotencia.
El cuadro es incompleto porque falta el resto de la Carta, pero en el
posible camino narrado aparecerán nuevos retos: otros desafiarán

32 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


su autoridad y atacarán sus realizaciones, debiendo entonces
encontrar nuevas formas de integración que le impliquen un rol más
agresivo y proactivo, defendiendo su lugar obtenido como nuevo giro
ascendente en la espiral de su alquimia individual. 09-08-2012

10. El Zodíaco, una completa sinfonía de significados


Algunas pinceladas sobre los signos del Zodíaco, despliegue
colorido de símbolos que da sentido a nuestra existencia.

Aries. El Primero. El carnero en el fuego impulsivo rojo vivo de


Marte, el dios de la guerra. El ser emerge del océano del Todo y
dice “Yo soy”. El impulso original, la chispa inicial del deseo, la ener-
gía y el coraje del conquistador. El brote. La voluntad y la acción.
Tauro. El toro en la tierra fija verde y marrón de Venus, la diosa de
la sensualidad. El ser se identifica con la sustancia y concreta en el
suelo fértil: la planta. La inercia: posesión, conservación, producción
y practicidad. El apego y la constancia del colono.
Géminis. Los gemelos en el aire mutable amarillo y polícromo de
Mercurio, el dios comunicador. Pensar: relaciono una cosa y la otra.
Dualidad, inquietud e intercambio: asociaciones, signos y sistemas.
Las flores: dispersión de la mente y el aprendizaje en la información.
Cáncer. El cangrejo en la plateada y nocturna impulsiva agua de la
Luna, la diosa de los partos. Yo siento y necesito: nutrición. Base y
centro de integración. El hogar, la familia, la maternidad. Fruta y
matriz. Reflejo y receptividad. Crecimiento y seguridad, sensibilidad
e imaginación.
Leo. El león en el fuego fijo dorado del Sol, dios de la claridad. Yo
quiero: irradiación. El yo se expresa y refleja en su creación. Brillo
del héroe que exhibe placer y autoridad. Concentración en el grano
de oro. Autoconsciencia.
Virgo. La virgen en la ocre tierra mutable de Mercurio, el dios del
comercio. La cosecha de la espiga. Trabajo, técnicas y ajustes:
introspección. Análisis, crítica y discriminación para el detalle, la
pureza y la perfección. El servicio en la espera y la preparación.
Libra. La balanza en el aire impulsivo celeste y rosa de Venus, la
diosa del amor. Relación, encuentro, vinculación. Contemplación y

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 33


evaluación de lo cosechado. Arte, belleza y armonía. El equilibrio y
la participación en el símbolo, en el conjunto. Idealismo. Imagen.
Levedad.
Escorpio. El escorpión en el agua fija rojo oscuro de Plutón, el dios
del submundo. Yo deseo. Trascendencia en la unión. La fusión y el
control. El conflicto del compromiso. Sexo, poder, muerte y
resurrección. Veneno oculto. Fiebre, anhelo. Intensidad.
Sagitario. El centauro con su arco en el fuego mutable púrpura de
Júpiter, el dios de las leyes. Yo comprendo, busco un sentido. Ley,
filosofía, religión: abstracción, síntesis y universo. El viaje y la
expansión de la consciencia. El guía, la cultura y la flecha.
Inspiración. Verdad.
Capricornio. La cabra en la negra tierra impulsiva de Saturno, el
dios de la severidad. Yo ambiciono: metas. Mandato y esfuerzo: la
montaña escalada. Logro, estructura y estabilidad. El estado y la
sociedad. Límites y cumplimiento. Deber, responsabilidad y
profesión. El esqueleto.
Acuario. El aguador en el aire gris eléctrico de Urano, el dios del
cielo estrellado. Yo sé y lo derramo a lo colectivo, el grupo. Distri-
bución y humanidad. Ideal, vanguardia y revolución. Diferenciación,
genio y ciencia. El progreso, la cooperación. Esperanza y
anticipación. El rayo: visión.
Piscis. El Último. Los peces en el agua mutable violácea
tornasolada de Neptuno, el dios de los mares. Yo creo: ensueños,
mentiras. Inconsciencia, mística y devoción. Disolución, sacrificio y
reintegración. Fatalidad. Totalidad y compasión. Fantasía y reden-
ción. Océano. 30-07-2012

11. El camino de autorrealización en el Mapa Natal


El ser humano al nacer es una unidad orgánica que forma parte de
una trama de relaciones materiales, biológicas, vinculares, culturales
y universales que conforman también ellas una compleja unidad.

Puntos y círculos
El punto ha sido siempre considerado la expresión más lógica de la
unidad. Mirando muy de cerca su encarnación gráfica, su materiali-

34 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


dad adquiere la forma del círculo, el otro símbolo preferido por
Pitágoras, Platón y otros para representar la unidad y por extensión,
de un modo trascendente, lo Uno o el espíritu.
En un círculo expandido los puntos de la circunferencia se hallan
alejados entre sí pero equidistantes al punto central. Es la figura con
la que se alude en Astrología al Sol, centro del Sistema Solar y
símbolo de la consciencia: el uno reconociéndose en el Uno.

Un círculo muy especial


El Sol recorre durante el año las constelaciones y la esfera celeste
definiendo el círculo cargado de significación al cual los astrólogos
refieren todo para darle sentido: las doce divisiones en los conocidos
signos del Zodíaco simbolizan el desarrollo de la unidad del Ser en
el tiempo y en el espacio de un modo profundamente coherente.
Señalan por ello un plano arquetípico del sentido en una dimensión
cósmica y por ende mágicamente espiritual.
Los planetas que orbitan alrededor del centro solar reflejando su luz
se hallan, ante nuestra percepción, entre medio de ese círculo
zodiacal henchido de simbolismo y nosotros: son sus emisarios.
Reflejan a ese Ser alrededor del cual danzan de un modo
armónicamente cambiante pero recurrente según las distintas
relaciones angulares que van entablando entre ellos (aspectos) y su
posición en el círculo que lo representa (Zodíaco).
Esa red de relaciones significativas será expresada en la Tierra en el
marco de la otra división en doce compartimientos que llama-mos
Casas y que simbolizan diversificados escenarios de experiencias
posibles.

El nacimiento: un viaje por la periferia


La unidad que somos al nacer está, cartográficamente, en el punto
central del Mapa Natal. El mundo que nos envuelve se enmarca en
una cruz, símbolo tradicional de la materia, formada por el horizonte
y el meridiano del lugar, mientras el círculo zodiacal refleja el
espíritu. Apenas encarnado, en su adquisición gradual de
consciencia el sujeto se escinde del objeto y el adentro del afuera:
ya no nos reconocemos en el punto que refleja y contiene la periferia

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 35


de ese mundo que nos rodea, sea el de nuestras experiencias coti-
dianas como el de la dimensión más vasta del Cosmos.
Vamos recorriendo así cada parte del contorno de nuestra Carta a
través de las experiencias tan variadas de todo tipo que vivimos,
encontrándonos cada vez con un símbolo diferente y al que vemos
descontextualizado, sin saber (o recordar) que es parte de una
unidad: la nuestra y la del Todo.

¡Cielos: estamos en problemas!


Olvidar esa unidad propicia que vivamos la expresión más superfi-
cial, diferenciada o problemática de los símbolos involucrados y que
en nuestra existencia haya mucho más sufrimiento del necesario. El
proceso ideal y relativamente habitual es que, a medida que reite-
radamente vamos reconociendo esos contenidos en el afuera,
vamos dándonos cuenta de que son una parte nuestra que podemos
identificar como propia y en consecuencia actuarla.
Los factores más difíciles en nuestro Mapa, sea porque tienen
aspectos inarmónicos, están en lugares incómodos o son muy
diferentes a la mayoría del conjunto, solemos experimentarlos una y
otra vez como problemas interiores o exteriores hasta que, poco a
poco, el horno alquímico del sufrimiento y la concientización van
conformando una espiral ascendente de reconocimiento de nuestra
esencia que acerca cada vez más la diversidad de la periferia hacia
la unidad superior.

La espiral ascendente
Al integrar lo diverso, que parecía tal porque estaba alejado del
centro de la estructura, vamos dándonos cuenta gradualmente de
que es parte de una unidad de una lógica superior, tal como la
expresada por el Zodíaco en la unidad de nuestra Carta. El
reconocimiento de esos elementos implica asimismo reconocer que
son colectivos (cuando nacimos nuestro cielo era cosa pública,
como entonces y ahora el mundo) y podemos entonces realizarnos
mejor socialmente o a través de lo ocupacional y hacer cada vez
menos absurda la diferencia, por otro lado inexistente, entre el
adentro y el afuera.

36 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Los reconocimientos paulatinos de los símbolos que nos rodeaban
cuando nacimos garantizan que nuestros supuestos defectos se
conviertan en capacidades y virtudes, así como los problemas en
logros y crecimiento personal por el autoconocimiento que nos
brinda su misma resolución.
Cuestión de tiempo y de vivir la vida con los ojos muy abiertos,
dispuestos a asumir riesgos y el posible sufrimiento como ense-
ñanza: cuando se diluye la separación entre lo Uno y lo Otro
también comprendemos mejor la situación de los demás y se enri-
quece nuestra convivencia.
La (re)unión con el Cosmos como realización personal se da cono-
ciendo y siendo nuestro Mapa. Somos así cada vez más lo que
somos: en nuestro interior, nuestros vínculos, la sociedad y, por la
dimensión a la que alude, el Universo, camino de trascendencia y
autorrealización. 15-08-2012

12. ¿Por qué diablos funciona la Astrología?


Desde sus orígenes y hasta hoy, nadie se pone de acuerdo respecto
de por qué funciona la Astrología: ni quienes la practican ni quienes
la critican.

Edmund Halley (el del cometa): “Che, Isaac, vos que tanto sabés
de astronomía y descubriste la ley de la gravedad, ¿cómo diablos
podés creer en una cosa tan absurda como la astrología?”. Isaac
Newton: “Porque yo la estudié, mi amor, vos no”. Mario Bunge: “De
todos modos, amigos, es una pseudociencia: no se puede
comprobar si lo que dice es verdadero o es falso”. Michel
Gauquelin: “Falso, mi querido Mario: yo demostré ampliamente que
funciona con la estadística de cientos de miles de casos”. John
Nelson: “Yo también: si no fuera por las que hice, en este momento
no funcionarían bien las radios y la tele”. John Addey: “¡Yo también!
¡Yo también! ¡Y no saben cuántos más!”. Científico de incógnito,
en un susurro: “Es verdad. ¿Por qué -¡diablos!- funciona la astro-
logía?”. Karl Popper: “Me gustaría ver mejor esas estadísticas, pero
lleva tiempo y no voy a perderlo en este disparate. Por más que
‘funcione’ como ustedes dicen, no es ciencia porque no pueden
explicar por qué funciona”. Claudio Ptolomeo: “Estimado Karl,
funciona porque los astros son, como dice Aristóteles, causa

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 37


eficiente. Nos influyen al nacer”. Madame Blavatsky: “Sí, lanzan
rayos sutiles enviados por los seres angélicos”. Carl Gustav Jung:
“Pardon, madame, eso es una forma sutil de materialismo. Si
funciona es porque coincide con nuestros procesos psíquicos a
través de la sincronicidad y lo que proyectamos en ellos: los signos
son el test de Rorschach de la humanidad”. Bunge: “Lo siento pero
el psicoanálisis también es una pseudociencia. ¿Y qué es esa
sincronicidad?”. Jung: “Coincidencias significativas”. Popper: “¡Pero
coincidencia no es causa ni explicación de nada!”. Jung: “Bueno,
pero suena bien”. Galileo Galilei: “Si me permiten: Eppur si
muove!”. Lector: “¿Y la explicación de perchè si muove? ¡Me pro-
metieron un explicación!”. Santo Tomás de Aquino: “Paz, hermano.
Como decía Claudio, los astros nos empujan a través de alguna
fuerza o energía, pero en nosotros está seguir o no esa inclinación”.
Plotino: “Pero gente, ¿no me leyeron? No hay causación física: son
sólo signos, como letras que se mueven en el cielo e indican.”
Stephen Hawking: “Ejem, seguimos sin explicar cómo se da la
coincidencia entre ellos y lo que indican, a través de qué medio
se…”. San Agustín: “Yo te lo canto en dos palabras, dear Stephen,
porque para mi vergüenza fui por años astrólogo en mi juventud. ¡La
astrología claro que funciona! ¿Y querés saber por qué diablos
funciona? Por eso mismo: ¡por el Diablo! ¡Él hace que funcione!”.
Sócrates: “Agus, ¿por el diablo te referís al daemon? ¿El genio o
espíritu que nos acompaña?”. Beroso: “Como sacerdote caldeo
puedo asegurar que de eso se trata: los planetas son dioses y nos
señalan su voluntad”. Plotino: “Pará, no sé dioses, pero sí símbolos,
manifestaciones superiores en la inmensa unidad del alma universal
que son tan parte de ella como nosotros, por eso la coincidencia.
Como si yo me llevara las dos manos a la boca para bostezar:
ambas se movieron al mismo tiempo, pero ninguna causó que la
otra se moviera, sino su pertenencia común a una voluntad que las
trasciende”. Halley: “¡Basta, basta! ¡¡¡Baaastaaa!!! ¡La astrología es
una estupidez y es ridículo perder el tiempo debatiendo por qué
funciona!”. Horangel: “Chicos, funciona porque tanta gente compra
mis libros. ¡Si no funcionara, no los comprarían!”. Theodor Adorno:
“Bueno, ahora no hay duda de que la astrología es el opio del
pueblo”. Bunge: “Bah, marxismo, otra pseudociencia. Denme una
causa y un cómo, así se los puedo falsear”. Werner Heisenberg:
“Mario, si hubiera que explicar a través de qué medio o cómo ocurre
cada fenómeno, se vendría abajo toda nuestra física cuántica y no
podríamos hacer más bombas atómicas. ¿Qué sería de nosotros?

38 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Hay muchos casos de relaciones probadas entre situaciones extra-
terrestres y terrestres que todavía no pudimos medir o justificar, em-
pezando por la gravedad de Isaac, ¡y no por eso son menos cien-
cia!”. Dane Rudhyar: “Es que la astrología no es una ciencia en ese
sentido, es la ciencia del significado: toda la existencia es conscien-
cia pura, todo es símbolo y un símbolo refleja e ilumina al otro. Yo
voto por Plotino”. Lector: “Suerte que leí al principio que no están de
acuerdo en nada, ¡sino ya mismo los mandaba yo al diablo!”.

(Este agitada plática virtual ocurrida en los verdes prados del


Planetario de Buenos Aires tuvo como protagonistas, según orden
de nacimiento, a: Siglo –V Sócrates, filósofo; –II Beroso, astrólogo; II
Claudio Ptolomeo, astrónomo y astrólogo; III Plotino, filósofo; IV San
Agustín, teólogo; XIII Santo Tomás de Aquino, teólogo; XVI/XVII
Galileo Galilei, astrónomo y astrólogo; XVII/XVIII Isaac Newton,
astrónomo y astrólogo; Edmund Halley astrónomo; XIX Madame
Blavatsky, ocultista; XX Dane Rudyhar, astrólogo; Werner
Heisenberg, físico; Karl Popper, filósofo de la ciencia; Theodor
Adorno, filósofo; John H. Nelson, ingeniero; Mario Bunge, filósofo de
la ciencia; John Addey, astrólogo; Michel Gauquelin, astrólogo;
Horangel, escritor; Stephen Hawking, físico; y un lector). 21-08-2012

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40 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 2

LA NACION: BREVE ANALISIS DE SEIS CARTAS NATALES

1. La revolución en el cielo: Ernesto “Che” Guevara


Desde hace siglos la Astrología estudia el destino de los individuos
analizando su Carta Natal, es decir, el mapa del cielo en el momento
y lugar de su nacimiento. La versión que conocemos en los medios
masivos hace mención a un solo factor, la posición del Sol vista
desde la Tierra, diciendo que esa persona “es” de ese signo.

Partida adulterada
Ernesto “Che” Guevara “era” de Géminis según la fotocopia de la
partida de nacimiento que tuve hace años en mis manos, pero el
resto de la Carta Natal no concordaba con lo que sabíamos de él.
Luego fue de conocimiento público que el certificado había sido
adulterado: había nacido exactamente un mes antes. Así lo
admitieron ante los medios tanto su padre como una astróloga
amiga de su madre cuando le pidió a ésta los datos para hacerle la
Carta Natal. El casamiento había sido “de apuro”, y viajaron a
Rosario para disfrazar el nacimiento anticipado, cambiando en el
certificado un mes exacto, pero dejando la hora y día intactos (su
madre confesó 30 años después del nacimiento a su amiga la
astróloga Julia Constenla de Giusani sobre la adulteración a fin de
poder confeccionar adecuadamente la Carta Natal, sitio oficial
www.echeguevara.com.ar; la misma anécdota está reflejada en el
libro de Pacho O’Donnell Che, la vida por un mundo mejor, Ed.
Sudamericana, 2003, pág. 21). Con la Carta que surge de esos
datos nos encontramos con el prototipo de la Carta de un verdadero
revolucionario (figura 1).

La Carta del Che: Urano y la revolución


El Ascendente, el signo zodiacal que ascendía por el Este en el
horizonte al nacer, es decir que “nacía” al mismo tiempo que el Che,
es el belicoso y militante Aries, y se encuentra en exacta conjunción

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 41


a Urano, individualista, disruptivo y libertario, el planeta descubierto
contemporáneamente a las revoluciones francesa y norteamericana.

Marte, dios de la Guerra


El regente del Ascendente es el planeta Marte, señor de la guerra,
aquí en el signo de Piscis, el signo de la compasión y de lo marginal
y subterráneo, y en el sector XII de la Carta, un lugar que dedicamos
a “los otros”: aparecen indicadas la lucha por los des-poseídos y los
indigentes, así como su carrera de médico. Estos sectores o Casas
(tal como los denominamos los astrólogos) son divisiones del cielo
que representan áreas de vida en donde se expresan los planetas
en nuestras vidas.

La Luna en Piscis, protectora universal


La Luna, astro importante en toda Carta Natal y que habla de
nuestras emociones, lo acompaña también en el oceánico Piscis y
en Casa XII, mostrando su extrema sensibilidad al sufrimiento ajeno
y su asma (la Luna también tiene que ver con la madre, y el primer
ataque se dio cuando lo dejó de bebé a la intemperie bajo la lluvia
mientras nadaba en una piscina).

El Sol en Tauro
De modo que Ernesto Che Guevara era de Tauro, signo conocido
por su tozudez, el respeto de valores esenciales, el amor a la
naturaleza (al igual que Piscis) y la actividad económica. Además
del impulso que dio al agro y la valoración de lo vivo y el bienestar
que caracteriza a ese signo, recordemos que fue Ministro de
Economía del régimen cubano y que los billetes emitidos iban con
su firma manuscrita. El Sol en Tauro aparece acompañado aquí en
la misma Casa por su regente Venus, también en el signo de Tauro,
al que rige.

Venus, imagen del amor


Este planeta se asocia a la dulzura, y durante su mandato se duplicó
en Cuba la producción del azúcar. También a la belleza: además de

42 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 1. Carta Natal de Ernesto Che Guevara

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 43


ser un hombre atractivo, su imagen quedó plasmada para siempre
como un ícono. Venus se vincula asimismo con el amor, y se exalta
en el signo de Piscis. El mundo ilimitado Piscis se relaciona con los
mitos atemporales, y aquí vemos cómo el Ascendente, que la
Astrología vincula al rostro y el cuerpo físico, con los revolucionarios
Urano y Aries ocupándolo, convirtió su imagen en un arquetipo de la
lucha revolucionaria por el bienestar (Tauro).
La mejor síntesis de su Carta se encuentra en sus propias palabras:
“Un revolucionario lo es por amor y no por odio. Si actuara influen-
ciado por el odio, sería solo un mercenario”. 18-02-2010

2. La Máquina del Destino: Los Tránsitos astrológicos de Sandro

Los Tránsitos
Entre las muchas técnicas predictivas que cuenta el astrólogo para
comprender mejor un momento determinado del tiempo de la vida
de un individuo se hallan los tránsitos, que consisten en el movi-
miento de los planetas en el cielo sobre las posiciones de los fac-
tores de la Carta Natal, como si éstas hubieran quedado impresas
para siempre de algún modo misterioso en el cielo.
Los aspectos (ángulos formados entre dos posiciones del Zodíaco)
que los planetas en su tránsito hacen a los factores de la Carta Natal
son interpretados según lo que prometen en la misma y según el
simbolismo de los elementos involucrados. Los tránsitos que acom-
pañaron el reciente deceso del reconocido cantante Roberto
Sánchez, más conocido como Sandro, son realmente impresionan-
tes.

La Carta Natal de Sandro


En el transcurso de un unipersonal televisivo en el que revisaba su
carrera, Sandro mostró en pantalla gigante una copia de su partida
de nacimiento, la que indicaba que había nacido a las 3 horas 20
minutos del 19 de agosto de 1945 en Buenos Aires. El mapa astral
resultante es una Carta que muestra una gran expresión muy
personal (figura 2).

44 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 2. Carta Natal de Sandro

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 45


En exacta conjunción al Ascendente, el factor de la Carta que mejor
denota aquello que se ve de nosotros, se halla Marte, el planeta que
se asocia en Astrología arquetípicamente con la masculinidad, y se
halla junto a Urano, planeta de la transgresión, la originalidad y lo
mediático, en Géminis, el signo de la comunicación.
Mercurio es el planeta que rige a Géminis, y aquí se encuentra so-
bre la cúspide de la Casa III, la Casa que también se vincula a la
comunicación. Se halla en el cálido signo de Leo, el signo del prota-
gonismo, el dramatismo y la autoexpresión que surge desde el
corazón. En el mismo signo se halla el Sol, regente de Leo,
exacerbando estas características y en la Casa II, que representa en
Astrología aquellos valores materiales que supo lograr con su
actuación, así como también con la emisión vocal.
Mención aparte merece la Luna, presente en la Casa VII, la que sig-
nifica tanto al mundo vincular más íntimo como al público en
general, y que se halla en un aspecto de cuadratura con el planeta
Neptuno, un ángulo inarmónico de unos 90º zodiacales. Neptuno
también tiene que ver con los arquetipos mediáticos y el mundo de
la imagen, y la tensión del aspecto exacerba la popularidad que
ambos factores simbolizan, sobre todo dado que Neptuno se halla
en la Casa IV, aspectando por oposición al Mediocielo, elemento de
la Carta que simboliza la proyección pública.
La Luna se halla en el signo de Capricornio, que representa edades
maduras, y éste era el rasgo característico del público que hizo de él
un verdadero clásico. Neptuno también se relaciona con lo secreto y
otro matiz de su aspecto con la Luna es el alto grado de reserva que
siempre rodeó su vida privada, dado que la Casa IV en la que se
encuentra representa el hogar, y Capricornio también es austero al
respecto.
Pero otro matiz menos agradable aunque clásico de esa inarmonía
entre Luna y Neptuno es el estar sujeto a algún tipo de adicción, que
en este caso sabemos que fue al tabaco.

Los Tránsitos a la Carta de Sandro


Los planetas más alejados del Sol en el sistema solar tienen un
movimiento muy lento en el Zodíaco. Por lo tanto, los aspectos que
van haciendo a la Carta Natal son de mayor importancia y suelen
ocurrir una sola vez en la vida. Los más poderosos son la conjunción

46 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


(unión o superposición a un factor de la Carta) y la oposición (exac-
tamente enfrentados).
En las semanas previas al fallecimiento de Sandro el 4 de enero de
2010 y contemporáneamente a las intervenciones quirúrgicas, Plu-
tón, planeta asociado con la muerte y el más lento de los con-
siderados por los astrólogos, hacía conjunción sobre la Luna natal,
mientras Saturno, el otro planeta clásico de la muerte y las limi-
taciones en Astrología, hacía lo mismo sobre el Neptuno, poniendo a
prueba los problemas que prometían esos dos planetas en su
aspecto natal (también relacionado con infecciones).
Neptuno, otro planeta disolvente en Astrología, hacía oposición a los
muy personales Sol y Mercurio natales, que son los símbolos astro-
lógicos del corazón y los pulmones, respectivamente, justamente los
órganos que habían sido transplantados en noviembre de 2009. Al
tiempo se le unió otro planeta lento, Júpiter, para enfatizar esa
oposición. Todos los ángulos se dieron a lo largo de esas semanas
en forma exacta.
Tal conflagración de aspectos de conjunción y oposición en tránsito
de cuatro de los cinco planetas más lentos del sistema solar al
mismo tiempo es una situación sumamente inusual, y representa
una prueba difícil de superar que indica cambios radicales en la vida
del individuo, cuando no algún tipo de peligro, si incluye elementos
de la Carta Natal que estaban ya difícilmente comprometidos, como
era aquí el caso. Y fue así que los astros acompañaron en su partida
a ese otro gran astro que fue Sandro, el Ídolo de América. 30-03-
2010

3. La teoría de Simgund Freud en su Carta Natal


En estos días se cumple un nuevo aniversario del nacimiento del
médico austríaco Sigmund Freud, reconocido por la creación del
psicoanálisis como método terapéutico y por sus teorías sobre la
constitución de la psique humana. Ya en vida su pensamiento fue
objeto de fuertes controversias, y todavía hoy en día muchas co-
rrientes psicológicas y científicas desestiman el valor de su modelo
teórico, pero es indudable su aporte al pensamiento y la cultura de
este siglo, independientemente de que se acepte o no su visión
como un modelo válido de explicación y cura del malestar psíquico.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 47


La Carta Natal suele reflejar situaciones fundamentales del carácter
y destino de un individuo. Lo que quizás sea más sorprendente es
que, cuando éste hace un aporte por el cual es reconocido por la
comunidad, en la carta astral se ven con mayor claridad o interés
todavía los contenidos de dicho aporte, al punto de aparecer más
claramente reflejados que los detalles de su vida personal. Quizás
porque el cielo natal es un ente colectivo y en ella por lo tanto se
vean mejor reflejados los elementos colectivos que hacen a nuestra
vida.
Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg. Existe una
fotografía del diario de su padre en el cual éste había inscripto en
hebreo y en alemán la hora de nacimiento del recién nacido, a
saber, las 18.30 horas de hora local. La carta astral de ese momento
se corresponde en forma notable con los principales temas por los
que Freud fue conocido (figura 3).

Eros y Tánatos
Para comenzar, se advierte una concentración del Sol y tres plane-
tas en el signo de Tauro, signo asociado con la afirmación de la vida
orgánica, mientras ascendía por el Este el signo de Escorpio, ligado
en Astrología a la idea de muerte, conflicto, represión y sexualidad.
Se dibuja así no solo al médico, sino la dialéctica entre Eros y
Tánatos que formó parte de su teoría en su estado avanzado.
El Ascendente Escorpio tiene como regentes a dos planetas: Marte
y Plutón. Plutón, dios del submundo invisible (lo inconsciente), se
halla en una situación de relieve por estar cerca del horizonte, en el
Occidente, mientras que Marte se halla también destacado por con-
frontarse al conjunto del resto de los planetas desde el signo de
Libra. Éste es un signo de refinamiento y sublimación de los instin-
tos, y el planeta se halla retrógrado, es decir, retrocediendo en vez
de avanzando (desde la percepción geocéntrica con la que trabaja la
Astrología). Marte es el dios de la guerra y de las pulsiones en gene-
ral, y en este signo y situación aparece así dibujada su sublimación
en las diferentes etapas que Freud describió. Libra está regido por
Venus, y éste planeta, dios del amor y la sensualidad, se halla en el
signo de Aries, a su vez regido por Marte. En suma, el conjunto de
los planetas termina siendo regido por esta interacción de los dos
planetas que pone énfasis en la sexualidad (Marte y Venus, los
eternos amantes de la mitología clásica…), el factor que Freud des-

48 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 3. Carta Natal de Sigmund Freud

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 49


tacó como base etiológica de constitución de la psique y por el que
fuera tan combatido en la era victoriana que le tocó vivir.

El complejo de Edipo
El signo de Escorpio es el octavo del Zodíaco, y tiene por ello una
analogía natural con la Casa VIII. Esta Casa tiene que ver con la
muerte, la represión y la sexualidad, y allí dentro se encuentran la
Luna y Saturno, dos planetas que en Astrología representan a los
padres, pilares de la conocida interpretación que hiciera Freud del
mito de Edipo como prototipo de la historia psicológica del individuo.
Asimismo la Luna representa nuestra parte más inconsciente,
nocturna e infantil, que bien podría asignarse al Ello freudiano,
mientras Saturno simboliza los implacables mandatos y restricciones
de la sociedad internalizados que bien pueden asociarse al Súper
Yo. Ambos astros se hallan en el signo de Géminis, arquetipo de la
comunicación verbal, y no en vano su teoría, en presencia de estos
planetas reprimidos en la Casa VIII, fue llamada “la cura por la
palabra”.

Sueños y Transferencia
La Luna se halla con el planeta Neptuno asimismo en un ángulo de
cerca de 90º llamado cuadratura, presente en Piscis en la Casa IV,
factores astrológicos que se asocian con la plena inconsciencia del
dormir y la ensoñación, siendo el análisis de los sueños uno de los
principales canales de elaboración de su teoría y su terapia. Al
terapeuta le toca traer algo de luz a todos estos elementos
personales contenidos por la represión, y el planeta Urano, portador
de la luz del esclarecimiento intelectual, se halla en conjunción con
el Sol en la Casa VII, la zona “del otro”. De hecho, un pilar de la
terapia freudiana es el fenómeno de la transferencia, en donde el
paciente traslada hacia la figura del psicoanalista vivencias y
contenidos de su historia personal, lo que se halla muy bien
reflejado en la Carta por el hecho de que la mayoría de los planetas
se hallan en la zona occidental de la misma, que simboliza a los
otros en general, mostrando por lo tanto la importancia fundamental
del terapeuta en el proceso de toma de consciencia del individuo de
aquellos contenidos de su psique que se hallaran todavía
inconscientes. 18-05-2010

50 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


4. Con los ojos abiertos: la Carta Natal de Marguerite Yourcenar
En el mes de junio se cumple un nuevo aniversario del nacimiento
de la gran escritora Marguerite Yourcenar, autora de Memorias de
Adriano, una de las novelas fundamentales del siglo XX.

Creatividad e intelecto
Su nacimiento tuvo lugar en Bruselas un 8 de junio de 1903, según
la partida de nacimiento a las 8 de la mañana, luego de un proceso
de parto muy dificultado que significó la pérdida de su madre apenas
diez días después de nacida. Con estos datos tenemos una Carta
Natal (figura 4) en donde ascendía para ese momento y lugar Leo,
signo regio asociado con la creatividad y una gran fuerza de
carácter. El Sol, regente de este Ascendente Leo, se halla en
Géminis, signo intelectual y muy prolífico desde el punto de vista
mental, en donde también se halla su regente, el planeta Mercurio,
muy fuerte en su propio signo. La pequeña Marguerite leía a los
grandes clásicos ya a la edad de ocho años, y su padre, un
aristócrata francés, le enseñó latín a los diez años y griego clásico a
los doce.

El trígono de Mercurio a Saturno


El padre está representado en Astrología por el Sol y por el planeta
Saturno, quien en esta Carta también se halla fuerte en su propio
signo (Acuario) y en oposición a su Ascendente, en la zona del
mapa que asociamos con el Otro, al inicio de la Casa VII (pareja,
socios, figuras de gran importancia). Saturno tiene un muy cerrado
trígono (ángulo armónico de 120º) con el ágil Mercurio en Géminis,
simbolizando la profundidad de pensamiento que caracterizarían a
sus escritos, el gusto por la novela y el cuento históricos y la
educación clásica recibida, dado que Saturno se identifica en
Astrología con el tiempo, lo arcaico y la seriedad. De este modo, no
solo Saturno aspecta armónicamente al Ascendente, sino que
Mercurio también lo hace por un ángulo también armónico de sextil
(60º), permitiendo que estas características se plasmen en su
personalidad como algo fundamental.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 51


Adriano
Además de haber sido su padre un compañero de viajes y un
camarada durante su juventud, el propio emperador Adriano, prota-
gonista de la famosa obra, era del signo de Acuario, en donde se
halla ese Saturno, símbolo astrológico de autoridad. Acuario se
distingue en Astrología por salirse de las normas y por su amistosa
anticonvencionalidad, y estas normas también pueden incluir el
comportamiento sexual. De hecho, el gran amor de Adriano re-
tratado en la novela (exquisitamente traducida al castellano por Julio
Cortázar) es un joven muchacho, Antinoo, y Urano, el otro regente
de la Casa VII, se halla en la Casa V, la Casa de los amoríos. La
misma Marguerite tuvo una vida afectiva muy apasionada, reflejada
también por la Luna (representante del mundo emocional) en el
intenso signo de Escorpio.

Los amores de Marguerite


Abiertamente bisexual, su juventud estuvo marcada por un par de
relaciones tempestuosas con hombres inaccesibles u homo-
sexuales, y luego mantuvo una larga relación con la norteamericana
Grace Frick que duraría 42 años, de los cuales 20 estuvieron
marcados por un largo cáncer de su pareja: Saturno, además de
simbolizar duración en el tiempo, puede significar problemas en la
vitalidad. Al poco tiempo de morir Grace, Marguerite comenzó una
relación con un joven homosexual, Jerry Wilson, casi cincuenta años
menor que ella, a quien identificaba con Antinoo, mientras ella
misma se hacía llamar Adriano, y tal como el joven de la novela,
éste murió antes que su mentor, en este caso de Sida.

La Academia Francesa
Viajera incansable, característica de Géminis aquí acentuada por
estar el Sol en aspecto de cuadratura (90º) a Júpiter, el planeta de
los viajes en la Casa IX de los viajes, este último planeta también
representa al mundo académico (junto a Saturno) y la cultura
superior. Yourcenar (anagrama de su apellido Crayencour) fue la
primera mujer aceptada como miembro de la Academia Francesa.

52 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 4. Carta Natal de Marguerite Yourcenar

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 53


El dolor inicial
De este modo, esta Carta fuertemente intelectual muestra al mismo
tiempo una vida amorosa muy intensa, marcada en muchos casos
por el dolor. Dolor que comenzara con la pérdida de su madre,
reflejada en el planeta Venus, símbolo de la mujer, en el signo de la
maternidad (Cáncer) en la Casa XII, Casa de pérdidas, y por la Luna
(astro que simboliza a la madre) en Escorpio, el signo de la muerte,
en la Casa IV, Casa de los progenitores, además de la oposición de
Saturno al Ascendente. Las dificultades del parto hacen sospechar
que la hora no haya sido registrada con exactitud, y un proceso
normal en Astrología de corrección de la hora natal a partir de
hechos vividos aplicando técnicas predictivas a posteriori (llamado
“rectificación”) mostrarían un probable nacimiento 43 minutos antes,
los cuales no cambiarían significativamente el breve análisis desa-
rrollado, dado que el fundamental trígono entre Mercurio y Saturno
seguiría expresándose a través de sextiles al Mediocielo, el punto de
la Carta que indica nuestro grado de mayor inserción social,
reputación y eventualmente la profesión. 22-06-2010

5. Más que 15 minutos de fama: la Carta Natal de Andy Warhol


El famoso y controvertido artista Andy Warhol nació el 6 de agosto
de 1928 en Pittsburg, según sus biógrafos y él mismo, a las 6.30
horas de la mañana. La carta astral para ese momento y lugar
(figura 5) nos muestra en forma espectacular el arquetipo del signo
de Leo, dado que no sólo es quien asciende por el Este y contiene a
cuatro planetas, sino que el Sol, su regente, se halla en ese signo en
exacta conjunción al Ascendente, la cúspide de la Casa I, el sector
más personal del sistema astrológico.
Es decir que Warhol aparece como extremadamente leonino y
extremadamente solar. ¿Qué significados tiene esto en Astrología?
El Sol es el centro del sistema solar, a su alrededor danzan todos
los planetas, de día su brillo no nos permite ver el resto del cielo
estrellado… Es brillante, omnipresente, símbolo tradicional de autori-
dad, realeza, notoriedad, protagonismo y de visibilidad. Caracte-
rísticas similares se asocian al símbolo de Leo, al que también se le
adjudica una relación tradicional con la creatividad, el juego y el arte.
Venus y Neptuno, los dos planetas que más afinidad tienen con el
arte en el sistema astrológico, están presentes en la siempre impor-

54 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 5. Carta Natal de Andy Warhol

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 55


tante Casa I, y no es de extrañar que la persona nacida con esta
Carta no fuera solo artista plástico, sino también director y productor
de cine, productor musical, editor, y en líneas generales, personalí-
simo líder del movimiento de vanguardia que se denominó “pop art”.

El personalismo como mercado


Todas las producciones y actitudes de Warhol tenían una marca
totalmente original, cuando no personalista, y explotó en vida muy
conscientemente un verdadero culto a su personalidad, muy propio
de ese Sol en Leo ascendiendo. Él acuñó la famosa frase: “En el
futuro, todos tendremos quince minutos de fama”. La Luna se
encuentra en Aries, también un signo característicamente yoico e
individualista, y forma con Saturno en la Casa V, la Casa de las
creaciones y de la autoexpresión, análoga al signo de Leo, un
cerrado triángulo (Gran Trígono) que exacerba a ese Yo como un
armazón estable, dinámico y productivo. Saturno se vincula en
Astrología con el Ego individualista como estructura, pero también
con la materia y los objetos desde su perspectiva formal: entre la
fuerza de la imagen propia de Leo, afín a las superficies, y la
materialidad de Saturno, pueden comprenderse las producciones en
serie de Warhol, su fetichización de productos banales y su notoria
habilidad para dictar nuevas leyes de mercado, sensibilizándose a
las nuevas corrientes del consumismo, al punto de desdibujarse los
límites entre el artista, el ególatra y el empresario. Júpiter, planeta
también vinculado a los negocios (y la fama), elevado en su Carta
en la Casa X de la profesión y en el también material y lucrativo
signo de Tauro, seguramente aporta a ese mismo fin.

El día del atentado


En la Carta Natal de Andy Warhol se halla una cerrada cuadratura
(ángulo inarmónico de 90º) de Marte, planeta de la agresión y
eventualmente de las armas de fuego, con Neptuno, el planeta en
Casa I que le alimentaba su extrema sensibilidad (e hipocondría) y
que también tiene que ver con la vulnerabilidad. El 3 de junio de
1968, Valerie Solanas, una ex-miembro de su séquito, le disparó a
rajatabla, con graves consecuencias médicas para Warhol. Júpiter
en el cielo, el día del atentado, estaba exactamente arriba de su
Neptuno, activando de este modo el peligro potencial de ese

56 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


aspecto natal. Júpiter no es un planeta maléfico, de modo que logró
salvarse desde el punto de vista médico, pero quedó para siempre
afectado en cuanto a sentirse perseguido e indefenso (Neptuno).

Un hombre religioso
Quizás sea menos conocido el hecho de que Andy Warhol, educado
en el rito católico bizantino, era una persona sumamente religiosa,
que hizo en forma privada trabajo de voluntariado y asistía
diariamente a misa, datos que no se compadecen a primera vista
con la frivolidad, superficialidad y vanidad con que le gustaba
aparecer ante los demás. Pero el Gran Triángulo de astros antes
mencionado que caracteriza a su personalidad está conformado por
una Luna en Casa IX, el sector astrológico de la religión, y Saturno,
que se halla en Sagitario, el noveno signo zodiacal, también
asociado al culto religioso, ambos astros conservadores (fue su
religión de infancia) que aspectan al Sol. Júpiter, planeta vinculado a
la religión, está también prominente en el conservador signo de
Tauro y la Luna está a su vez en conjunción al planeta Urano, que
se relaciona a lo inusual y novedoso, caracterizando así a un culto
poco común en su medio, el lugar marginal que ocupaba dentro de
su propia vida, y, nuevamente y en general, los rasgos innovadores
de su producción artística y su apariencia personal. 24-08-2010

6. El Gran Teatro: la Carta Natal de Manuel Mujica Lainez


Se cumplen este mes cien años del nacimiento de uno de los más
grandes escritores argentinos, Manuel Mujica Lainez, ocurrido en
Buenos Aires el 11 de septiembre de 1910, mientras el país todavía
festejaba con gran pompa el centenario de los sucesos de Mayo.
Según los datos del archivo del pintor y astrólogo Xul Solar,
Manucho (como llamaban sus conocidos a Mujica Lainez) había
nacido poco después de las 10 de la mañana. La Carta Natal
correspondiente a ese momento y lugar refleja muchos aspectos de
este gran creador (figura 6).

Sol en Virgo en Casa X


El Sol, al igual que en los casos de Borges, Cortázar y Bioy
Casares, se halla en el signo de Virgo, y su regente Mercurio, en el

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 57


estetizante signo de Libra. Virgo se caracteriza por la expresión crí-
tica, cuando no irónica o mordaz, el trabajo filigranado, la elabora-
ción más que cuidada y laboriosa de aquello que aborda. Se halla
aquí ocupando la Casa X, el sector de la Carta vinculado a la
profesión. Su labor de escritor, particularmente de cuentos y nove-
las, se vio acompañada desde temprano por su carrera periodística
como redactor en La Nación.

La Luna en Sagitario
Pero más notable aún es la exacta conjunción la Luna al Ascen-
dente, el punto más personal de la Carta Natal, ambos en el signo
de Sagitario. La Luna, como cualquier otro factor en Astrología, tiene
muchas asociaciones simbólicas. Una de ellas es el la de los
orígenes, las propias raíces, y aquí se halla en un aspecto armónico
a su regente, el planeta Júpiter, también en el signo de Libra, que
como ya señaláramos se relaciona con la estética. Mujica Lainez
tenía un importante abolengo vinculado a las letras, tanto por el lado
materno como por el paterno, y ambos Sagitario y Libra se asocian a
la cultura en general. Se le agrega a estos elementos el planeta del
arte, Venus, en Leo, el signo de la creación, muy prominente en la
Carta y también ubicado en la Casa X, con su asociación a la
imagen pública y profesional.
La Luna guarda relación con el cuidado maternal y las mujeres,
quienes jugaron un papel muy importante en la infancia y durante
toda su vida, alimentando sus vastos gustos culturales: su abuela,
sus cuatro tías, su madre y, luego, su esposa Ana de Alvear. Vivió
rodeado de ellas, y las llevó consigo a su estancia “El Paraíso” en
las sierras de Córdoba, un adecuado símbolo de la Luna, vinculada
a refugios, y a Sagitario, la naturaleza, aquí idealizada.
También tiene relación la Luna con los primeros años formativos, y
Sagitario con el extranjero, en donde Mujica Lainez realizó sus
estudios cuando viajara con su familia, primero en Francia, y luego
en Inglaterra. Y la relación de Sagitario con el extranjero también se
advierte en su pasión por el coleccionismo, propio de la Luna, que lo
movió toda su vida.

58 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 6. Carta Natal de Manuel Mujica Lainez

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 59


El glamour de un personaje
A Manucho se lo conocía por su gran humor (típico de la Luna en
Sagitario), su pose aristocrática y de dandy (propios de Sagitario,
Libra y Leo), incluido el famoso monóculo con el que a veces le
gustaba mostrarse, los famosos festejos de su cumpleaños, grandes
fiestas que eran luego comentadas durante semanas y que de algún
modo rememoraban el jolgorio del centenario durante el cual nació
(Sagitario y Leo tienen que ver con las fiestas y celebraciones), y
además de llevar adelante una intensa vida social, a una edad
avanzada se convirtió en una figura muy popular desde la pers-
pectiva mediática (la Luna es uno de los índices astrológicos de
popularidad).

Perfil de un escritor
Los significadores de su Carta son más bien conservadores, y como
escritor no pretendió innovar, sino recrear mundos imaginarios o que
tenían que ver con la historia de su patria (ambos ámbitos simboli-
zados por la Luna), retratando como pocos el declive de la aristo-
cracia porteña. Pero también se ocupó del extranjero (Sagitario),
llegando el caso de crearse una genealogía fantástica en el caso de
“Bomarzo”, su novela más famosa y extensa, convertida luego en la
ópera de Alberto Ginastera con libreto del propio Mujica Lainez que
sería prohibida en 1967 por el gobierno del general Onganía.
Genealogía fantástica, dado que afirmaba, quizás convencido,
quizás como una pose, que era la reencarnación del Duque italiano
renacentista que protagonizaba dicha novela.
Los dos planetas femeninos del sistema astrológico, Luna y Venus,
tan prominentes en su Carta Natal, nos muestran así una gran
sensibilidad llena de fuego aristocrático que le permitió recrear,
dentro y fuera de la ficción, un mundo teatral y fascinante lleno de
matices y esplendor. 21-09-2010

60 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


CAPITULO 3

LA ACTUALIDAD DE LA ANTIGUA ASTROLOGIA GRIEGA

Es posible que estemos todos de acuerdo, y no sólo por


estar hoy aquí en la Universidad de Buenos Aires, en que esa
supuesta Astrología que vemos en los medios masivos de
comunicación es una tontería, un discurso recreativo de los diarios y
demás para sus propios fines comerciales y de desinformación que
bastardea a la disciplina que dice ser y en la que se inspira. Pero
paradójicamente ella también es un ejemplo de la actualidad de la
antigua Astrología griega, aunque sólo sea por los términos que usa
y el mínimo referente astronómico al que alude, que es el Zodíaco.
Fuera de ello, no guarda relación por cierto con la aplicación
milenaria de este conocimiento, que se ocupaba, por definición, de
la búsqueda seria de correlaciones entre ciertos fenómenos celestes
y ciertos fenómenos terrestres que ha sido una actividad
fundamental para muchas culturas de la antigüedad y constituyó la
base de mucho conocimiento científico en el sentido moderno de la
palabra, sea en la astronomía, la matemática, los calendarios, e
inclusive la medicina. No hay casi en todo el mundo culturas o
imperios importantes desde el punto de vista de su organización
social que no hayan practicado una forma u otra de Astrología. Y por
supuesto también figuras esenciales de la historia del pensamiento y
la ciencia como Platón, Aristóteles, Plotino, Paracelso, Copérnico,
Galileo, Kepler o Newton, por mencionar algunos. Por supuesto que
pudieron estar todos ellos equivocados al pensar o dar por sentado
que existían dichas correlaciones y que merecían ser estudiadas: el
conocimiento en general tiende a evolucionar. Sin embargo, eran
demasiado inteligentes como para que descartemos sin más el
asunto y sin al menos dedicarle algo de nuestra atención.
¿Qué queremos decir cuando hablamos de antigua
Astrología griega? ¿Cuál es el aporte de los griegos a la Astrología,
por ejemplo como la conocemos hoy día, en su variante por
supuesto más seria? El aporte es fundamental: podemos decir que
el 90% de la Astrología que se practica hoy es Astrología griega
antigua, y de ahí uno de los alcances del concepto de “actualidad”
de la misma. Pero cabe aclarar que la cultura griega antigua que

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 61


más conocemos, tal como la del siglo de Pericles, del Partenón, las
tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides o los escritos filosóficos,
no tuvo una relación directa con nuestro tema, o en todo caso no es
de ningún modo la creadora de esta Astrología. Cuando
modernamente decimos “antigua Astrología griega” nos referimos a
Astrología escrita en griego durante la época helenística, es decir,
desde la gesta imperialista de Alejandro Magno en el siglo IV A. de
C. y hasta aproximadamente el siglo IV. D. de C.
¿Pero si no la inventaron ellos, por qué griega? Desde hacía
ya varios siglos (sino milenios) en Medio Oriente, en el valle de la
Mesopotamia, entre los ríos Éufrates y Tigris, había habido un
gradual desarrollo de la observación diaria celeste, cada vez más
precisa, con fines tanto religiosos como prácticos, que fueron
llevando adelante sumerios, asirios, caldeos y otras de las muchas
culturas que fueron conquistando esa zona. En la ciudad de
Babilonia los sacerdotes y astrónomos caldeos, en una cultura cuya
religión estaba fuertemente basada en los planetas y la práctica
oracular, buscaban señales divinas en el cielo y para ello fueron
perfeccionando cada vez más sus cálculos, a partir de la
acumulación de miles de observaciones registradas en tablillas de
barro con su escritura cuneiforme. Ellos definieron en rasgos
generales el Zodíaco, la zona del cielo por la que se desplaza el Sol,
la Luna y los planetas, divido en doce partes basadas en las
constelaciones que servían de fondo a las doce lunas llenas que
ocurren en cada año.
Paralelamente los egipcios también habían definido esa
zona del cielo (no se descartan de ninguna manera influencias
mutuas), dividiéndola en 36 partes y dándole una importancia capital
a los grupos de estrellas que las conformaban y a las que relaciona-
ban con distintas partes del cuerpo para su práctica médica.
Asimismo, los persas, un imperio vastísimo, a partir de sus esporádi-
cas conquistas tanto en Egipto como en la Mesopotamia, había de-
sarrollado una Astrología propia con rasgos locales. Lo mismo
podemos decir de los hindúes, que tenían una tradición de Astro-
logía lunar (al igual que los persas) compartida con fuentes más al
Este todavía.
Cuando Alejandro Magno, siguiendo el impulso unificador e
imperialista de su padre Filipo de Macedonia e influenciado por la
idea de su tutor –nada menos que Aristóteles– de transmitir a los
pueblos bárbaros (es decir, no griegos) aquellos valores helénicos

62 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


que interpretaban como superiores, comenzó la guerra y conquista
de Persia, su enemigo histórico, continuó su expansión militar y
cultural hacia todos los pueblos que se hallaban sometidos en ese
momento por los persas, y de hecho fue mucho más allá, llegando
hasta la India como límite oriental.
En el camino, fundó en 331 a. C. en Egipto la ciudad que
todavía lleva su nombre, Alejandría, y en donde no mucho más tarde
uno de sus generales fundaría la famosa y mítica Biblioteca. Mítica
porque, además de la magnificencia del edificio en sí y la innumera-
ble cantidad de volúmenes que albergaba, era un centro universita-
rio en donde se daban cita todos los sabios que provenían de las di-
versas zonas conquistadas, trayendo sus conocimientos y pudiendo
por primera vez todos comunicarse en una misma lengua, el griego,
intercambiando de este modo sus conocimientos y construyendo
poco a poco este milagro cultural de sincretismo que es la Astrología
horoscópica que hoy conocemos y que marcó tanto a la India como
a Occidente. Es decir que, durante la época helenística, tomó forma
un tipo de conocimiento o abordaje de la realidad que fue una fusión
de saberes y tradiciones de babilonios, egipcios, persas, indios y,
por supuesto, griegos, todo ello elucubrado y luego volcado por
escrito en idioma griego en una zona fuertemente helenizada.
El aporte propiamente griego, además del fundamental de
haber sido el facilitador de este intercambio desde todo punto de
vista, no fue nada menor: la teoría de los cuatro elementos que ya
venía gestándose desde los presocráticos, la matematización del
espacio estudiado según parámetros no sólo propiamente matemáti-
cos sino también estéticos, tales como la idealización del círculo y
sus divisiones proporcionales y armónicas según la numerología
neopitagórica, con la aplicación de las importantes elucubraciones
astronómicas y matemáticas que habían venido desarrollando últi-
mamente. En fin, el ordenamiento del sistema en un todo coherente,
tan típicamente griego en su belleza y racionalidad, caracteriza este
extraño resultado.
Otro rasgo también propio de esta antigua Astrología griega
es el de la “democratización” que hizo de aquello que tomó de los
imperios mencionados, agregándole así una dimensión propiamente
humanista. En estos imperios, los sacerdotes hacían sus observa-
ciones, interpretaciones y predicciones pensando en el bien común,
en el devenir del Estado, y a tal fin también analizaban qué augura-
ba el nacimiento del primogénito del emperador: de este modo nace

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 63


una primera forma de horoscopía o estudio de la Carta Natal, la
práctica astrológica más difundida en la actualidad. Si bien esta
práctica luego también fue llevada adelante con los primogénitos de
los sacerdotes o de algún amigo, no fue una práctica sistemática. Le
tocó al contacto con la cultura griega, la creadora de nuestra noción
actual de democracia, la tarea de pensar toda esta maquinaria sim-
bólica y de interrelaciones del mundo celeste ahí arriba, con el
mundo terrestre de aquí abajo, como algo aplicable a cualquier ser
humano que habitara el imperio. La gran escritora Marguerite
Yourcenar, en un comentario a su novela “Memorias de Adriano”, cuyo
protagonista, el emperador Adriano, también fue astrólogo, dice que en
parte fue inspirada para retratar la época de este gran emperador a
partir de una frase que leyó de Flaubert: “Los dioses ya no estaban, y
Cristo todavía no estaba, y desde Cicerón (-II) a Marco Aurelio (II)
hubo un momento único en que el hombre estuvo solo.” Esta es
exactamente la época en que nace la Astrología moderna.
Al respecto, cabe aclarar que Alejandría no era el único cen-
tro intelectual helenístico en donde tuvieron lugar estas elaboracio-
nes: también estaban sobre todo Antioquía, así como Pérgamo,
Rodas y tantos más. El movimiento expansionista de Alejandro da
comienzo en el -334. Ya en el -330, o quizás después, un astrólogo
caldeo, Beroso, instala en la isla de Quios la primera escuela de
Astrología de Occidente, comenzando así la corriente sincretista en
el seno mismo del mundo griego. Por supuesto también continuaron
los desarrollos en Babilonia y Persia luego de la conquista de
Alejandro, dado que él era sorprendentemente respetuoso de la cul-
tura de cada pueblo, y estos desarrollos iban siendo intercambiados
con los centros de saber más importantes antes mencionados, tales
como Alejandría. De modo que de los dos siglos siguientes hay más
testimonios en esas zonas (particularmente Babilonia) que en el res-
to del imperio. Y luego lamentablemente hay algo así como una es-
pecie de gran zona oscura, desde el punto de vista de nuestro
conocimiento arqueológico: durante dos o tres siglos sabemos muy
poco, y súbitamente, como en una súbita explosión cultural parecida
a la de ciertos momentos contados de nuestra historia, a fines del
siglo I d. C., durante el todo el siglo II y parte del III surge (sobre
todo en Alejandría) todo lo más relevante de la literatura astrológica.
Si bien el imperio y su administración ya eran romanos, la lengua de
cultura y de ciencia era la griega, así como el clima cultural, imbuído
por supuesto de fuertes componentes orientales.

64 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Uno de sus exponentes más importantes es Claudio
Ptolomeo, importante teórico autor del Almagesto, el tratado de
astronomía que sería la versión oficial del ordenamiento terrestre y
celeste occidentales durante mil quinientos años y autor del
Tetrabiblos, el texto astrológico más influyente de la historia, dado
que fue el principal referente en la materia, comentado hasta el
cansancio por los árabes (importantes continuadores de la
Astrología con la caída del imperio romano y la hegemonía de la
Iglesia) y por los autores medievales y del renacimiento astrológico
de fines del siglo XIX. También Vettius Valens, nacido en Antioquía
y cuya vasta obra es quizás más representativa de la práctica astro-
lógica de la época, ya que incluye cientos de Cartas Natales (cosa
que no encontramos en Ptolomeo) y está siendo muy estudiada en
la actualidad, así como la de Doroteo de Sidón, entre otros.
La antigua Astrología griega es actual en la medida en que
es básicamente la Astrología que practican los astrólogos occidenta-
les e hindúes en su quehacer cotidiano: el concepto de Carta Natal
personal, la definición concreta de la Eclíptica y del Zodíaco, así
como su división en doce partes iguales, las clasificaciones de los
signos según distintos criterios, así como la de los planetas, el uso
de los aspectos o ángulos entre planetas (sea entre sí o con otros
factores de la Carta), la importancia fundamental del Ascendente
(llamado horoscópos, que por su peso fundamental tiñe luego por
metonimia la Carta Natal toda y luego la práctica de la Astrología
misma), aquellas divisiones del espacio local que llamamos Casas y
ciertos otros elementos tales como los Partes, los Decanatos, etc.
También es actual en la medida que, como dijimos, la
Astrología de los medios masivos de comunicación toma uno o dos
de estos elementos (sobre todo desde lo terminológico) y construye
un discurso fútil aunque inmensamente popular, razón por la cual
hasta los medios más serios, conservadores y e inclusive católicos,
se creen obligados a incluir ese tipo de entretenimiento.
Pero al hablar de la actualidad de la antigua Astrología
griega, hay también otra dimensión muy importante de esta actuali-
dad que quisiera subrayar y es la del renacimiento, o mejor dicho
renovado interés, que la misma está suscitando tanto en el medio
astrológico como en el medio académico propiamente dicho. Y
podemos preguntarnos, ¿por qué está ocurriendo esto?

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 65


Confluyen dos corrientes: por un lado, la de la recuperación,
con fines antropológicos o de la historia de la ciencia, de textos de
una etapa importante de la humanidad que por un lado o no fueron
traducidos o fueron traducidos mal (ahora veremos en qué sentido).
Por otro, la de la validación sistemática a través de metodologías
estadísticas de varios elementos del saber astrológico y que por su
naturaleza pueden ser mejor aplicados en la Astrología antigua.
Comenzaremos por esto último.
En 1666, a raíz de un decreto del ministro francés Colbert
que reflejaba el espíritu de la época, la Astrología comenzó a ser
excluida de las universidades, en donde se hallaba presente hasta
ese momento. Si bien fue una época de astrólogos actualmente muy
reconocidos y que estaban íntimamente vinculados al poder,
comenzaba un movimiento filosófico, cultural y científico que incluyó
sucesivamente al racionalismo, el iluminismo, el maquinismo y el
positivismo, todos ellos incompatibles con la forma en que se
concebía a la Astrología. Esto llegó al punto de que desde fines del
siglo XVIII ya fuera casi inexistente en Europa, y que el manifestar
alguna simpatía por ella implicara el escarnio y la ruina profesional
para cualquier miembro de la comunidad intelectual. Isaac Newton,
quien descubriera la ley de gravedad, es una excepción que confir-
ma la regla: al ingresar a la universidad manifestó por escrito que
quería estudiar matemáticas para comprobar la ciencia astrológica, y
ya famoso, en una supuesta discusión con su colega Edmond
Halley, quien, fiel al sentir de entonces, le reprochaba cómo podía
dar crédito a tales tonterías, Newton le contestó: “Evidentemente,
usted no la estudió; yo sí”. Más acá en el tiempo y para dar una idea
del estado de las cosas, en 1975 la revista The Humanist publicó
una encuesta sumamente desfavorable hacia la Astrología firmada
por 176 científicos eminentes, de los cuales 19 eran premios Nobel.
Allí se la descalificaba rápidamente como un saber falso y
anticuado. Cuando un periodista de la BBC de Londres quiso entre-
vistar a algunos de los firmantes, se encontró con que evitaban
reportajes, declarando como motivo que no conocían nada sobre el
tema. Este periodista contactó eventualmente a todos, encontrán-
dose con la misma respuesta, lo que produjo un pequeño escándalo
en los medios intelectuales y filosóficos, que señalaron cómo este
inmenso grupo de eminencias, en nombre de la ciencia y de la ver-
dad, habían afirmado, por puro prejuicio, algo de lo que no tenían la
menor idea.

66 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


La reinserción gradual de la Astrología a la sociedad se dio
fines del siglo XIX en el seno de organizaciones ocultistas, con la
carga de oscurantismo o irracionalidad que podía implicar. Y en la
medida en que continuó difundiéndose, algunos practicantes del
siglo XX sintieron la necesidad de legitimarla incluyéndola en los
paradigmas científicos de la época. Para ello comenzaron a aplicar
análisis estadísticos, tal como en el caso de Karl Krafft, uno de los
tantos astrólogos que perdieron su vida en los campos de concen-
tración nazis. Pero recién a mediados de siglo surgieron estadísticas
convincentes desde la perspectiva metodológica y que probaban las
correspondencias entre los planetas y la vida en la tierra que postula
la Astrología: la incidencia de las posiciones planetarias en la
recepción de ondas de radio durante el ’50 encargadas a John
Nelson por la RCA, las posiciones de los planetas en relación al
horizonte o el meridiano del lugar vinculadas a profesionales de éxi-
to llevadas adelante con cientos de miles de casos por Michel
Gauquelin, el análisis armónico de posiciones planetarias vinculadas
a rasgos objetivos de cientos de miles de sujetos realizado por John
Addey, la incidencia de las posiciones planetarias en los resultados
de miles de casos de aleaciones de metales tradicionalmente vincu-
lados a esos planetas comparando el momento en que ese punto de
la tierra lograba su menor aproximación a dichos planetas con otros
momentos llevada adelante por Nick Köllestrom y tantas más.
El gradual descubrimiento de la antigua Astrología griega
llevó a algunos investigadores a testear desde esta perspectiva
estadística algunos de sus postulados, que tenían la ventaja,
respecto de buena parte del discurso astrológico moderno, de que
no referían a variables no mensurables, como pueden ser las de los
procesos interiores y que son el principal foco de atención de la
Astrología actualmente más difundida, sino a cuestiones concretas,
tales como tener o no hijos, cuántos u otros hechos comprobables
por terceros. Esta Astrología incluía además algunas variables técni-
cas para dictaminar sobre estos hechos que se habían perdido y
que comenzaron a responder muy bien al análisis estadístico, cada
vez más sofisticado y facilitado por las herramientas computacio-
nales, tal como en las pruebas que llevaron adelante Mark Urban
Lurain y Mark Pottenger, entre otros. De ahí entonces, también, la
actualidad de la antigua Astrología griega, y el hecho del interés
tanto astrológico como académico renovado en su estudio.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 67


Este estudio se remonta a fines del siglo XIX, en que sobre
todo en el ámbito francés y alemán, por razones básicamente
filológicas, antropológicas y, eventualmente, vinculadas a la historia
de la ciencia, comenzaron a recopilar y estudiar testimonios de esa
antigua Astrología escrita en griego: tanto textos como horóscopos o
Cartas propiamente dichas. El historiador helenista Auguste Bouché-
Leclercq, publica en 1899 el libro La astrología griega, Franz
Cumont en 1921 Astrología y religión entre los griegos y los roma-
nos. El asiriólogo Otto Neugebauer, interesado en la matemática
mesopotámica, escribió varios libros sobre el tema que nos interesa,
entre el que se destaca su obra tardía Horóscopos Griegos de 1959,
una compilación sin precedentes desde el punto de vista de la
cantidad de casos.
Cabe notar que en estos textos, entre los cuales sólo
mencioné a los tres más importantes, hay un pronunciamiento
categórico contra el objeto de estudio, con comentarios del estilo de
“qué vergüenza que la humanidad haya creído estas tonterías
durante tanto tiempo”, etc. Sin duda responde al espíritu del
momento, a su formación y a apreciaciones subjetivas sobre las
cuales no tenemos derecho a emitir un juicio crítico. Pero,
lamentablemente, la hostilidad manifiesta al objeto de estudio
permite sospechar –correctamente– que hay un desconocimiento de
muchas de sus características, cuestiones técnicas y sobre todo
terminológicas. Lo que lleva con todo derecho a dudar si están bien
traducidos los textos griegos que nos presentan. Pueden imaginar
los desastres que haría un traductor del castellano a cualquier otro
idioma de un texto médico muy específico, si además de no tener
idea de qué significa la mayoría de los términos y el tema en sí,
tuviera por añadidura una postura descalificadora.
De todos modos, estos textos permitieron un contacto con
esa antigua Astrología griega que no hubiera sido posible de otra
manera. Durante las décadas del ’50 y el ’60, un astrólogo irlandés,
Cyril Fagan, convencido de que la Astrología había nacido en el
Egipto de los faraones y que era básicamente estelar, gracias a una
importante herencia recibida, siguió desempolvando mucho material
antiguo, tanto mesopotámico como egipcio, mucho de ello por
supuesto en griego. Y de este modo siguió generándose una mayor
consciencia de la comunidad astrológica de los valores potenciales
de sus antepasados, dignos de ser estudiados. En esa misma línea
se halla un español conocedor de diversos idiomas antiguos,

68 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Demetrio Santos Santos, así como el norteamericano James Holden
y el renombrado académico David Pingree, todos ellos traductores
de muchos textos fundamentales de la historia de la Astrología
antigua.
En los casos recién mencionados ya encontramos un
conocimiento concreto de la materia que se está abordando en la
traducción, dado que había también un saber astrológico. Y esto
aparece coronado en 1993 por un emprendimiento titánico, que es el
llamado Proyecto Hindsight (“mirar atrás”), llevado adelante por los
que conocemos como los tres Robertos: el famoso astrólogo e
historiador Robert Hand, Robert Zoller y el helenista Robert Schmidt,
quienes con buenos financiamientos decidieron retraducir todo lo
que había sido mal traducido por los primeros autores mencionados,
a la luz de los mejores conocimientos lingüísticos, arqueológicos,
terminológicos y, por supuesto, de su conocimiento de la Astrología
de la cual se estaba hablando, dada su empatía con el tema. Pero
no sólo retraducir los textos principales que pudieron haber sido mal
traducidos, sino también a todos los textos que no habían jamás
traducidos y que suman centenas, si no más. Y como dijéramos
antes, ello no sólo surge de un interés histórico legítimo de conocer
mejor una parte importante del pasado de la humanidad, sino de las
posibles aplicaciones que hoy podemos darle, una vez que hayamos
entendido mejor el conjunto, incluidas sus eventuales validaciones
estadísticas.
De ahí la actualidad de la antigua Astrología griega, un co-
nocimiento que fue fundamental para la mayoría de los intelectuales
de una larga y rica etapa de la historia de la humanidad, que no sólo
regresa hoy a través de este reciente rescate académico, sino que
pervive, como dijéramos al principio, en la práctica moderna de la
Astrología en general, tanto en su vertiente más seria como en la
más popular.

Palabras finales del Director del Hospital de Clínicas de la


Universidad de Buenos Aires, Dr. Roberto Iérmoli: Agradecemos al
Lic. Brignone por su brillante exposición, transmitida con la exce-
lencia a la que nos tiene acostumbrados, y por darnos la oportuni-
dad de comprender mejor e interesarnos en un tema que, como
señaló, nos suele llegar tan distorsionado. 25-08-2011

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 69


70 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 4

EL RITMO DEL SILENCIO:


ASTROLOGIA Y ARTE CONTEMPORANEO

Quiero agradecer a los asistentes por su presencia, a la


representación en Buenos Aires de la Università di Bologna, a los
organizadores de esta hermosa muestra y, muy especialmente, a los
artistas por permitir esta mirada inusual que vamos a depositar hoy
sobre sus obras, dado que no es habitual hacer una aproximación
astrológica al arte contemporáneo.
La Astrología es una actividad que acompaña al hombre
desde sus primeras producciones culturales, y los primeros testi-
monios de la actividad del ser humano a través de residuos fósiles,
arqueológicos y luego arquitectónicos, ya muestran la presencia de
la Astrología, que lo ha acompañado a lo largo de su desarrollo
durante miles de años. Es el origen de las ciencias actuales y en sus
principios era una actividad que tenía un carácter social, tanto desde
el punto de vista político, como científico y religioso, aspectos que
estaban íntimamente aunados en las culturas sedentarias y urbanas
que encontramos en los imperios que mejor conocemos, sobre todo
el del Nilo y la Mesopotamia. Esta práctica social devino, desde la
época helenística, en la actividad prioritariamente individual que
actualmente reconocemos, inclusive en el caso de quienes no cono-
cen a la Astrología, en la práctica de la Carta Natal, el estudio del
mapa del cielo del momento en que nace un individuo a fin de inferir
características de su destino y, sobre todo más modernamente, de
su carácter o su psicología, sin perder por ello sus connotaciones
predictivas.
Por más individual que pueda ser esta práctica, no se
pierden de vista sin embargo los referentes colectivos, porque son
colectivos tanto los componentes celestes de la Carta Natal propia-
mente dicha como la interpretación de éstos que la tradición ha ido
desarrollando a través de los milenios. Ésta es la tradición astroló-
gica a la que podemos llamar con todo derecho “seria”, a años luz
de la reciente difusión masiva en los medios de comunicación que la
distorsiona a través de una práctica que se llama a sí misma

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 71


“Astrología” y usa algunos de sus términos (Aries, Tauro, etc.), pero
realmente no es tal. Es apenas un entretenimiento -para mí no diver-
tido, aunque para algunos lo sea-, y quizás nos hace el favor de
difundir su léxico pero seguramente no el de difundir su esencia y su
credibilidad. La verdadera tarea astrológica, tanto en Occidente
como en el cercano Oriente, es ininterrumpida desde hace milenios
y esta tradición seria está siendo validada constantemente en las
últimas décadas, en particular desde la del ´60, mediante pruebas
de índole estadística absolutamente creíbles que no han podido
todavía ser refutadas con contraejemplos. Se están acumulando así
cada vez mayor cantidad de elementos como para realmente pensar
que esta credibilidad de la que gozó la Astrología durante tantos
siglos no obedeció solamente a la necesidad de creer en algo que
quizás no era verdadero, sino que había algo tangible y valioso que
podía ser de utilidad para la sociedad, como sin lugar a dudas se
pensaba en la antigüedad.
Más allá de que la Astrología es muy conocida por su
connotación predictiva, desde siempre y sobre todo en los primeros
momentos, cuando el astrólogo tenía un contacto directo con el
cielo, lo que caracterizó su actividad es la contemplación. Los astró-
logos de las culturas imperiales, científicos-políticos-sacerdotes todo
en uno, contemplaban constantemente el cielo intentando compren-
der qué relaciones podía haber entre aquél y nosotros, y esta actitud
contemplativa, en donde somos percepción pura, apertura sensible
a un algo que está ahí y que nos habla, también es propia del arte.
De hecho, a la práctica concreta de la Astrología también se la
considera un arte, y esta apertura a algo que no conocemos y a lo
que nos estamos sensibilizando que comparte la Astrología con la
actividad artística se sintetiza en la actitud estética ante la vida.
Si bien la producción artística tal como lo concebimos en los
últimos siglos es fuertemente individual, es un lugar común que el
individuo, aunque produciendo su obra desde su esencia personal,
está al mismo tiempo atravesado por la sumatoria de una serie de
contenidos colectivos culturales, políticos, genéticos y la propia
historia personal compartida con otros. Por ello, a las miradas posi-
bles de las obras de algunos de los artistas de esta muestra, vamos
a agregarles la de cuál es el componente astrológico (al que no me
atrevo a llamar “influencia”) que las acompaña. Del mismo modo en
que cada individuo al crear una obra expresa una serie de conteni-
dos sociales, políticos, etc., quizás ésta sea también una expresión

72 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


de un orden cósmico o trascendente que todavía no conocemos (los
astrólogos tampoco, les aseguro, pero sí estamos alertas a tratar de
comprenderlo). Verlo desde la Carta Natal de los artistas se justifica-
ría en cuanto que la obra de arte, dada su circulación en el colectivo,
es un ente prioritariamente social; y mientras la propia vida del suje-
to, habitualmente reflejada por la Astrología, le compete sobre todo
a él, más allá de sus interacciones grupales, la obra permanece y se
significa en el ámbito social y, como dije, los elementos que constitu-
yen la Carta Natal, tanto los astronómicos tomados en cuenta por el
astrólogo como la tradición de su lectura, son colectivos.
En la mirada que depositaremos sobre estas obras el acento
no va a estar puesto de ningún modo en la personalidad y el destino
o futuro del sujeto: vamos a hablar solamente de la obra y sin entrar,
como se suele hacer en Astrología, en consideraciones de índole
caracterológica. Esta práctica de ver lo artístico desde lo astrológico
está desarrollándose en las últimas épocas a partir sobre todo de la
literatura y el cine, y no tiene tantos antecedentes que yo conozca
dentro de las artes plásticas. Confiamos en que este tipo de
actividades interdisciplinarias pueden ser iluminadoras para cada
una de las disciplinas que están interactuando en el intercambio. E
independientemente de cuánto iluminen o no, es siempre hermoso
poder deslumbrarse por estas coincidencias mágicas y misteriosas
de elementos aparentemente tan inconexos como pueden ser el cie-
lo en que nace una persona y, por ejemplo, su producción artística.
Veamos entonces el primer cielo natal de uno de los artistas,
Hannu Palosuo (figura 7). Este gráfico que aquí vemos es aquello
que los astrólogos llamamos una Carta Natal, un mapa (“carta” en el
sentido cartográfico) del cielo del momento en que nace esta perso-
na en particular, el 29 de septiembre de 1966 en Helsinki, Finlandia,
a las 3 horas 35 minutos de la tarde. Si alguien le preguntara a
Hannu por su signo astrológico, seguramente respondería que es
“de Libra”, dado que ésta es la información a la que nos tienen
acostumbrados los medios y las publicaciones astrológicas de divul-
gación y refiere solamente al signo en que se halla el Sol. Los
astrólogos, en cambio, históricamente miramos el conjunto del cielo
natal, tratando de inferir determinados contenidos en función de la
tradición y otras innovaciones. El círculo que aquí vemos alrededor
es el famoso Zodíaco de los doce signos (Aries, Tauro, Géminis,
etc.), el central sería una especie de símbolo de la Tierra, con doce
divisiones espaciales que nos rodean llamadas “casas”, y los simbo-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 73


litos que se encuentran adentro representan a los planetas del siste-
ma solar, incluidos el Sol y la Luna, que son los elementos que los
astrólogos tomamos en cuenta, relacionándolos con los signos y las
casas.
Respecto de este conjunto, quizás ya les haya llamado la
atención desde un punto de vista puramente perceptual como dibujo
que hay dos planetas que están confrontados contra el resto de los
planetas que están agrupados arriba, y que por estas líneas que los
astrólogos modernos solemos dibujar y que representan relaciones
angulares entre los planetas, llamadas “aspectos”, parecieran formar
un dibujo geométrico al cual llamamos “abanico”. Y en esta distri-
bución, si bien el conjunto mayoritario de planetas cobra fuerza por
estar juntos, ninguno se llega a individualizar, pero en cambio sí se
individualizan los dos restantes, que están perceptualmente contras-
tados respecto de los demás en una especie de fondo y figura, en el
sentido gestáltico. Por ello estos planetas cobrarían para un astrólo-
go moderno un fuerte protagonismo en la personalidad, el destino y,
en este caso, la producción artística del sujeto. Ellos son Saturno y
Luna, que en Astrología tienen que ver con la construcción de la
forma. Saturno es el planeta visible más lejano del sistema solar, por
lo que simboliza los límites y como límite de la vida fue asociado con
la muerte y con la vida en su sentido más despojado, de reducción,
oscuridad y monocromía. Los planetas y signos astrológicos también
tienen correspondencias cromáticas, colores que la tradición ha ido
asignándoles y que en estos tres artistas en particular es llamativo
cómo se expresan a través su obra.
Saturno cumple con una larga serie de roles de importancia
en la Carta: entre otros tecnicismos, es el regente del signo ascen-
dente, Capricornio, preponderante en este mapa en particular, y es
protagónico por las funciones que cumple en esta estructura, por lo
que muchos astrólogos centrarían en él su comprensión de este
cielo natal y por ende del ser a quien refleja, sin excluir al resto, pero
seguramente priorizándolo. Saturno tiene que ver no sólo con la
ausencia, de vida, sino con la ausencia en general y la privación. La
Luna, al igual que Saturno, tiene que ver con el pasado. Así como
éste remite en el cuerpo a la piel y a los huesos, es decir, aquello
que se ofrece como límite interno y externo, y por lo tanto como
estructura acumulada, la Luna es el pasado no tanto material que
queda y más allá de lo afectivo, sino que, todo lo contrario, es el
astro que más tiene que ver con la afectividad, sobre todo en el

74 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 7. Carta Natal de Hannu Palosuo

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 75


sentido más primario, por ejemplo en nuestra infancia, cuando ésta
está plenamente y quizás como nunca a flor de piel. Por ello es
nuestro pasado en cuanto memoria infantil, nuestro álbum personal
de fotografías y se asocia con el color blanco con matices nocturnos.
Saturno se halla en el signo de Piscis, y la Luna en el signo de Aries.
Aries es el primer signo del Zodíaco, por lo que representa el inicio
del ser, la emergencia de la individualidad, mientras que Piscis es el
último, simbolizando así la disolución de lo dado para poder dar
paso nuevamente al ser en un nuevo ciclo ariano. Luna y Saturno
están no sólo allí perceptualmente juntos, sino en un exactísimo
aspecto de unión que llamamos contrantiscio (equidistancia al grado
cero de Aries), mezclándose así la idea de ausencia y despojo satur-
ninos con la hiperpresencia ariana de la memoria afectiva.
Saturno está, además, en una muy exacta oposición a
Venus, el planeta del arte y del amor, incómodo en el signo en que
se halla, y que junto al Sol y otro planeta en Libra, signo también
relacionado con nuestros vínculos y con el arte, en la Casa VIII,
zona de la Carta que se asocia a la pérdida y la muerte. Hannu
Palosuo vivió la separación de su lugar natal por la ocupación rusa y
ha trabajado mucho la elaboración gráfica de su álbum familiar en
blanco, negro y sepia. Quedan entonces los protagónicos en esta
Carta Luna y Saturno en la Casa II (opuesta a la VIII), que remite
fuertemente a los objetos materiales. Y llegamos de este modo a las
sillas, tan omnipresentes en toda la obra de Palosuo y que vienen a
representar sus diversos vínculos afectivos, sintetizando la dolorosa
ausencia de las personas con la presencia viva de la memoria que lo
constituye como identidad. Estos símbolos interactúan con otros
fuertemente intelectuales (Mercurio y Urano), y la racionalización re-
sulta así en escenarios vacíos, en los cuales el presente se disuelve
en estas estructuras familiares, patrimonios culturales e históricos
que nos sostienen, retratados en colores monocromos, “oxidados”,
de donde se deducen historias personales de separación, en un
clima de severidad y opacidad que también reflejarían aquel paisaje
de fiordos arquetípicamente evocado, por ejemplo, en la música de
Sibelius.
Así como podemos ver tendencias generales en una Carta
Natal, también podemos comprender instancias que se correspon-
den con un momento del tiempo determinado. En la producción de
Hannu de esta muestra aparece casi como una sorpresa en su obra
la presencia del color, si bien en un registro típicamente monocromo,

76 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


tal como vemos en algunos cuadros con sus sillas icónicas pero
todo verde uno, todo rojo otro, etc. Y es que en este momento,
según una de las técnicas que los astrólogos usamos para ver el
movimiento de una Carta en el tiempo y por la cual cada día
transcurrido desde el nacimiento equivale a un año de vida, está
teniendo al Sol, progresado de este modo, en conjunción al planeta
Venus, que tienen que ver con el mundo del color. Así que, en este
momento, en el marco del contexto del estilo y temática antes
expuestos que surge de los símbolos dominantes de la Carta, está
recuperando y potenciando algo que ya se hallaba en la misma y
que es la expresión de la luminosa variedad de la vida y de las
apariencias a través de la irrupción del color, tal como simbolizan su
Sol en Libra y su Venus, regente de ese signo y muy importante en
este mapa.
En la Carta Natal de Stefania Fabrizi (figura 8) encontramos
resaltado un simbolismo muy diferente. Nació en Roma el 10 de julio
de 1958 a las 6 de la mañana y en el momento de su nacimiento
había una fuerte presencia del elemento fuego (los astrólogos
tenemos muy en cuenta la división en los cuatro elementos propia
de la tradición occidental ya desde los griegos). Tanto el signo que
asciende, Leo, como el que culmina, Aries, son de fuego, y cuatro
de los diez planetas están en signos de fuego, tres de ellos cerca del
horizonte y del meridiano del lugar, lo que les otorga un protago-
nismo ya tradicional desde los babilónicos. Uno de ellos llama par-
ticularmente la atención desde lo perceptual porque está muy
elevado, después del hueco más grande en la distribución y junto a
la Luna. De hecho es Marte, regente del Aries, el signo en el que se
halla presente, lo que le agrega también particular fuerza. El planeta
Marte es rojo y fue considerado desde siempre el dios de la guerra,
de las batallas, del movimiento, la sangre y la pasión. Recordemos
que en los cuadros de Stefania aparecen muchas veces de un modo
muy dinámico pugilistas, boxeadores, así como armas cortantes,
propias de la contienda y la agresión.
El signo de Aires es el que inicia el Zodíaco, y como tal,
tiene que ver con la irrupción, eventualmente agresiva, del ser en su
medio. Los egipcios hicieron una correspondencia de los signos con
cada parte del cuerpo, llamada “melothesia”, que comienza con
Aries en la cabeza y sigue hasta llegar a Piscis en los pies. Del
mismo modo, la primera Casa astrológica, la que le sigue al Ascen-
dente, también remite al cuerpo físico todo y, particularmente, a la

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 77


cara que emerge al nacer y que nos identifica ante los demás. En
este Ascendente encontramos el signo de Leo, regido por el lumino-
so Sol, y todos estos símbolos, comenzando por el fuego mismo,
remiten en Astrología a la idea de identidad. Identidad pulsante y
emergente que se abre paso y se significa característicamente en
nuestro cuerpo y nuestro rostro. Los cuadros de Fabrizi tienen todos
ellos el protagonismo del cuerpo como tal y sobre todo del rostro,
presentado como una entidad luminosa y en donde predominan los
colores rojo, naranja y amarillo, todos ellos tradicionalmente asocia-
dos con el fuego y especialmente con Leo y Aries.
Pero también aparece subrayado en esta Carta otro de los
cuatro elementos: el Sol, regente del ascendente, está en el signo
de Cáncer (si alguien le preguntara de qué signo es, respondería “de
Cáncer”) y como foco de una figura geométrica muy dinámica que
incluye al Marte ya mencionado y la Luna, regente de Cáncer, que
está elevada y fuerte en el signo en el que se halla, en cerrado
aspecto al Ascendente y opuesta a Neptuno. Todos estos símbolos
tienen que ver con el agua como elemento puro, incluso en su
sentido oceánico, marino. Algunos comentaristas de la obra de
Stefania Fabrizi han señalado la cualidad casi intrauterina que
caracteriza a estos seres que en cierto modo emergen de entre las
brumas, un poco luminosas, tal como nos hace ver el fuego ya
mencionado y también presente en esta Carta. Lo marino y lo
intrauterino están simbolizados en Astrología por Luna y Neptuno,
que, de nuevo, cumplen roles estructurales importantes dentro de la
misma que les dan mucha prominencia y se emparientan con el Sol
en Cáncer, regido por la Luna, que tiene que ver con lo blando y la
gestación, y que está en una zona de la Carta (Casa XII) que se
asocia con la vida intrauterina y la formación de la vida desde lo
blando y lo oceánico, como los niñitos y su humanidad tan
vulnerable: todos sus seres son calvos, sin cabello, casi fetoides (se
suele aludir en ellos a una cualidad androide). En suma, se combina
en este contexto astrológico acuático, casi intrauterino, simbiótico y
disolvente, en cierto modo galáctico, si pensamos en la sensación
de estar flotando en esa totalidad cargada de vida potencial, con la
luminosidad de seres que surgen con ímpetu simbolizando una
individualidad y mostrando al ser humano que se está formando. Un
ser que con toda su fuerza está intentando emerger, buscando
encontrarse a sí mismo y a otros, desde el medio de una nube

78 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 8. Carta Natal de Stefania Fabrizi

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 79


difusa de sensibilidad, como si hubiera una placa de agua borrando
los contornos e interponiéndose a nuestra mirada.
En algunas de las obras de esta muestra en particular
comenzó a aparecer mucho más el color negro, minimizando esta
presencia muy fuerte y reiterada del naranja, del rojo y de lo lumino-
so que caracterizaba a las obras de Stefania. Y justamente en este
momento en el cielo, el planeta Saturno, que como ya comentamos
tiene que ver con el negro y con lo monocromo, está pasando arriba
de su Sol natal, así como hay otro planeta, Plutón, el más lento del
sistema solar y que tarda doscientos cincuenta años en dar toda la
vuelta al Zodíaco, que en este momento está arriba de su Saturno.
Por su parte el Sol progresado está también yendo a juntarse con
Plutón, en aquel sistema particular que usamos los astrólogos para
comprender los ciclos en las Cartas Natales y según el cual cada día
de vida desde el momento de nacimiento equivale a un año. Plutón,
el Hades griego, tiene que ver con las profundidades del submundo
y por ello se lo asocia también con colores oscuros. Y del mismo
modo, su Luna progresada está en el signo de Capricornio, regido
por Saturno. Es decir que este giro que está tomando la obra de ella
en este tiempo (varias de las obras enviadas por ella fueron com-
puestas hace un mes o dos), tiene que ver con este proceso que
está pasando y que de alguna manera le permite incorporar mejor
ciertos elementos que también son importantes por razones de índo-
le estructural en su Carta Natal, tales como su Saturno y su Plutón.
Respecto de nuestro tercer artista seremos muchos más
breves, dado que no tenemos la hora de nacimiento. Los artistas es-
tuvieron encantados cuando se les comentó esta idea de ver sus
obras desde la Astrología y mencionaron un interés personal en el
tema. Pero Franco De Courten nos dijo “nací hace tanto tiempo que
nadie se acuerda a qué hora nací”, así que sencillamente veremos
cómo estaban los planetas ese día, independientemente de la hora,
ya que no la conocemos: no podremos hablar de planetas arriba del
horizonte o de Casas, puesto que durante el día el cielo y los
planetas dan una vuelta completa a nuestro alrededor. Calculando
por comodidad gráfica el mediodía como momento promedio (figura
9), podemos ver que había planetas en el signo de Tauro y que la
Luna estuvo durante todo el día con seguridad en el signo opuesto
de Escorpio.

80 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 9. Cielo Natal de Franco De Courten

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 81


Está muy acentuada por diversos motivos estructurales la
presencia de Escorpio y, sobre todo, de Tauro. Éste es el segundo
signo del Zodíaco, el lugar en donde se sustancia el ser emergente
de Aries y se condensa y toma forma el sujeto, ahora devenido en
objeto. Por ello es un signo de tierra que tiene que ver con el mundo
concreto en su expresión más vital. Así como Saturno tenía que ver
con el mundo real, material, pero despojado de vida, Tauro tiene
más que ver con la vida fértil, el humus y la naturaleza en todo su
esplendor como expresión material de la vida. Es tradicional cómo
pone este signo el acento en el contacto táctil con la materia, en la
valoración y gozo de la misma, sobre todo a partir del roce con las
texturas, con presencia de colores térreos, pero no del modo triste,
despojado y oscuro de Saturno, sino de aquellos que encontramos
en la naturaleza viva. Tauro es el signo de lo material, de lo tangible
y del valor de las texturas, como podemos apreciar en las obras de
Franco, que tienen que ver con el collage y las tramas y granulados
tan particulares de una materia orgánica como la del papel rústico.
Al mismo tiempo en esta Carta, dada la confrontación simbolizada
por la Luna Llena en la que nació, se da una dialéctica con el signo
opuesto de Escorpio, que tiene que ver con la muerte en su sentido
dinámico, como parte del proceso de transformación, propio de la
vida, y que los seres humanos significamos antes que nada con la
idea de muerte o pérdida pero que tienen que ver sencillamente con
los cambios dramáticos que acompañan el devenir.
Hay por lo tanto una presencia de lo material (Tauro), pero al
mismo tiempo de descomposición de lo material (Escorpio). En
estos dos signos no hay una presencia del ser humano en cuanto
persona, como por ejemplo sí encontramos en los símbolos
astrológicos más característicos del cielo natal de Stefania Fabrizi,
con sus cuerpos y caras. Aquí el protagonista es la valoración de la
materia viva y sus procesos, y acompañando esta idea más imper-
sonal, los planetas Mercurio y Marte hacen desde Tauro una oposi-
ción cerrada con la Luna en Escorpio y un juego muy dinámico con
otro planeta que es Saturno, que por su asociación con lo inerte y la
no vida, despersonaliza mucho más el conjunto de estos símbolos
recién mencionados. La presencia no humana, lo no figurativo, pero
al mismo tiempo la voluntad de querer dar cuenta de la vida natural,
de esos paisajes o esa materia tan propio de Tauro se mezcla,
combinándose además con otros símbolos astrológicos (Neptuno en
Virgo y el signo de Acuario, donde se halla Saturno) que apuntan

82 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


todos a la descomposición, la disolución y, al mismo tiempo, la re-
composición.
Más allá de si esta perspectiva ha logrado iluminado nada, la
intención principal era la de compartir el entusiasmo que nos provo-
ca a la mayoría de los astrólogos el hecho de ver cómo la realidad
va acompañando al cielo, o éste a la realidad, según se lo quiera
ver, y cómo la Astrología puede aludir a tantas esferas posibles de
esa realidad. Un reconocido sociólogo de la década del setenta,
Philipe Defrance, dijo una vez: “la Astrología es el estructuralismo
más abierto”. Estas estructuras de índole general luego se pueden
aplicar a cualquier dimensión de la existencia, sobre todo humana
(política, médica, etc.), y hemos visto cómo la estructura del cielo
natal de tres de los artistas de la muestra aparece, para la mirada de
quien esté acostumbrado a aplicar la perspectiva astrológica, fuerte
y bellamente expresado en sus obras.

Palabras finales de Vicente Donato, Vicerrector de la Univer-


sidad de Bolonia: “La verdad que mientras escuchaba la presenta-
ción de Brignone, pensaba que nadie podrá decir que Bolonia no es
una universidad ecléctica y heterodoxa. De modo que seguimos
cumpliendo con nuestra tradición y nuestra trayectoria, cumpliendo
con nuestro objetivo: fundar una representación de la Universidad de
Bolonia fuera de Italia fue una ardua tarea de los juristas, ya que la
de ellos es la tradición más antigua de la Universidad, y hubo que
cambiar los estatutos para poder abrir una sede en el exterior. Los
astros fueron propicios –algún día le pediremos a Brignone que
haga una Carta Natal de la elección de ese día–, fue una tarea
innovadora para la Universidad porque cambiar los estatutos, que
tenían nada menos que novecientos años, de una Universidad que
fue la cuna de los juristas, podrán imaginar los debates. Ajenos a
sus discusiones, creo que estamos cumpliendo con el objetivo de
tender un puente cultural, científico y humanitario, de modo que éste
es un nuevo evento por el que estamos realmente contentos: segui-
mos entonces con la heterodoxia y el eclecticismo en los abordajes.
Muchas gracias”. 22-04-2005

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 83


84 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 5

ORDENAMIENTOS:
ASTROLOGIA POR AUSENCIA EN EL PLANETARIO

Desde el origen de los tiempos el arte transitó lo que la


escuela rusa denominó ostranenie, el “extrañamiento” de la
percepción, buscando dar cuenta de la sacralidad del entorno y una
re-ligazón con el mismo desde la investigación perceptual. En el
último siglo y medio dicho extrañamiento se ha acentuado,
generando fuertes tensiones entre figuración y abstracción.
También en el origen de los tiempos otras ciencias
investigaron esa sacralidad y su re-ligazón, del mismo modo que la
obra del artista de esta muestra, de una dimensión cósmica que nos
sugiere el Big Bang, la irrupción primigenia de la luz, la línea, la
forma y el color en los ordenamientos de la manifestación y su
cristalización. La codificación de la experiencia es así construida a
través de la tecnología con fotografías digitales de toma directa y sin
retoque en trípticos que realzan la cualidad prístina de la
aprehensión.
En su obra, Urano (Ουρανός, el cielo estrellado) resuena en
los destellos fugaces que surcan las placas epifánicas de las
partículas subatómicas, simbolizando esta dimensión trascendente a
la que alude su mirada, cargada de la búsqueda de los orígenes,
tanto del acto perceptual como de lo percibido, un arte aparente-
mente abstracto pero profundamente figurativo en su evocación de
aquello que está más allá de nuestros hábitos cognitivos.

(Nota: este escrito, encuadrado en el género “texto curato-


rial”, acompañaba la excelente muestra de un fotógrafo y astrólogo
inaugurada el 29 de marzo de 2012 en el Planetario de la Ciudad de
Buenos Aires. Lo pertinente del caso es que su versión original con-
tenía un párrafo que desarrollaba algunos contenidos su cielo natal
vinculándolos con su obra, pero que por su característica astrológica
debió ser eliminado pocos días antes de la inauguración, ya que, de
lo contrario, debía ser retirado de la muestra. Según los responsa-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 85


bles del lugar, “no era por ellos, sino porque el público que concurre
asiduamente al Planetario viene, en su mayoría, de la astronomía
[sic]” y podía herir su sensibilidad. Así, para justificar esta contun-
dente y cortés –aunque previsible– censura debieron apelar a la
falacia: todo visitante al planetario sabe que el público es mayori-
tariamente lego, sin conocimientos de astronomía, puesto que la
función del lugar es la de difusión. Y de hecho, casi toda visita
guiada, independientemente del tema que trate, contiene siempre un
pequeño momento de arenga contra la Astrologia. A diferencia de la
preclara apertura mental que caracteriza –como debiera ser– a
ciertas Universidades, algunos ámbitos disciplinares sostienen
todavía un empecinado oscurantismo medieval que, sólo por su
calidad de tal, perjudica a la sociedad a la que debiera servir).

86 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


SEGUNDA PARTE

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 87


88 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 6

LA SOMBRA ATACA: EL MAPA OPUESTO


Los procesos de inversión de la Carta Natal

Parece ser que cuando estamos bajo presión, la Carta fun-


ciona exactamente al revés...
Basándonos en observaciones cotidianas y en antecedentes
históricos tanto lejanos como cercanos en el tiempo respecto de la
posibilidad de que un signo zodiacal manifieste ciertas caracterís-
ticas de su opuesto, podemos focalizar entonces nuestra mirada en
los puntos opuestos al Sol, al dispositor de dicho punto, a la Luna, al
Ascendente y a su “nuevo” regente para, considerados en su
conjunto, comprender una serie de comportamientos exasperados,
compulsivos y reactivos característicos de los seres humanos y que
de otro modo no serían tan evidentes en la interpretación de sus
Cartas Natales.
Esta perspectiva fue tomando forma durante estos años a
partir de ciertas situaciones muy dramáticas vividas en relación a
personas de mi entorno más cercano y que me dejaban muy
perplejo respecto de cómo la Astrología las reflejaba. Enriquece y
complementa los elementos que ya conocemos y manejamos en
nuestra interpretación de la Carta, revelándonos la probabilidad de
algunas conductas que, de otra manera, no aparecerían quizás tan
claramente expresadas como muchas veces lo están con esta
aproximación. Cuenta además con la ventaja añadida de que es
extraordinariamente simple desde el punto de vista técnico y que
puede por ello ser rápida y fácilmente testeada para poner a prueba
su validez con las Cartas de los seres que nos rodean, la propia
Carta, y si vamos al caso, cualquiera en general. En mi caso parti-
cular ya ha pasado a ser una parte constitutiva de mi visión de un
mapa natal cualesquiera.
Consiste sencillamente en considerar la posibilidad de que
algunos puntos zodiacales opuestos a elementos fundamentales de
la misma, tomados en su conjunto, muestren actitudes, comporta-
mientos y eventualmente situaciones y destinos muy significativos y
característicos en las vidas de los individuos que se les corres-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 89


ponden, sobre todo cuando están sometidos a situaciones de gran
presión personal.
Ya hace unos 2.500 años, cuando tomó su forma definitiva
el Mandala Zodiacal que usamos desde hace siglos como marco de
comprensión de nuestra experiencia, la percepción de la compleme-
ntaridad de los signos opuestos que en él se hallan inscriptos pasó a
ser una piedra fundamental de la interpretación astrológica. En la
Astrología Médica se vio desde temprano la acción y síntomas
“reflejos” del signo opuesto a otro y en el siglo XVII, J. B. Morin de
Villefranche, paradigma del racionalismo astrológico, nos habla del
ricochet (rebote), es decir, la acción refleja de los planetas en la
Casa opuesta.
El renacimiento de la Astrología moderna en el seno de la
Sociedad Teosófica propició visiones holísticas e integradoras del
simbolismo astrológico donde a las percepciones fundantes de Alan
Leo se le sumaron las de Marc Edmund Jones y Dane Rudhyar, los
padres de la corriente autodenominada “Astrología Humanística”.
Ambos astrólogos enfatizaron la dialéctica de los signos opuestos y
el concepto general de “compensación”, asumidamente influencia-
dos por C. G. Jung, quien había puesto un fuerte énfasis en el
señalamiento de los procesos que él denominó de enantiodromía, es
decir, la conversión por exceso de un contenido en su contrario,
central a su comprensión del desarrollo del ser y del Sí Mismo en el
intercambio de la consciencia y la inconsciencia, intrínseca al
pensamiento oriental en general y particularmente el Taoísta
(piénsese en la inversión de las líneas fuertes del I Ching o la
conocida imagen del Taijitu), con el que el psiquiatra suizo tomara
profundo contacto.
Lo vemos brillantemente desarrollado en la operatividad de
las interpretaciones que Joanne Wickenburg propone para compren-
der la dinámica de los signos interceptados, así como en las que
tradicionalmente rodean a las de las Eras Astrológicas y, de hecho,
en un sinnúmero de reflexiones y aplicaciones no sólo astrológicas,
sino filosóficas diversas: en los gunas hindúes y, más cerca
geográficamente, en las reflexiones cosmológicas neoplatónicas
surgidas del “Timeo”, donde Platón explica cómo el demiurgo cons-
truye el Zodíaco a partir de los opuestos, luego sistematizados por
Aristóteles en las cualidades primitivas, así como en el neopitago-
rismo y la numerología moderna que se le deriva, en la Kabalah (por
ejemplo, tal como lo expone Papus en su “Tarot de los Bohemios”

90 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


partiendo del Tetragrammaton, el sagrado nombre de Dios): todos
ellos explican la construcción del mundo a partir del diálogo de los
opuestos.
La misma línea transita la filosofía de Hegel con su dialéctica
inicial del ser y el no ser en cuanto su antítesis, la síntesis resultan-
te, etc., hasta llegar a un sistema y estructura filosóficos que preten-
den resolver el devenir de la historia de Occidente y, siguiéndolo, en
un enfoque que se pretende menos idealista todavía, Marx, con su
materialismo dialéctico basado en la economía como fundante de
los procesos históricos, sociales y culturales. El sistema astrológico
y del Zodíaco así llamado racional de los griegos está constituido
por un juego dialéctico y estructural de oposiciones que son, entre
otras, las tan conocidas de los seis ejes de los doce signos y Casas
zodiacales, y esta dialéctica esencial ya es hoy un lugar común de la
literatura astrológica moderna, llegando casi al punto de la satura-
ción y el tedio, si bien tiene todavía quizás algunas sorpresas para
depararnos.
Cuando participé en 1990 en Río de Janeiro de mi primer
congreso fuera de mi país, el astrólogo brasilero Zeferino Pina
Costa, bastante mayor que yo y de larga experiencia, enterado de
que dictaba clases de Astrología en el Centro Astrológico de Buenos
Aires, me dijo que, dado mi Sol, Mercurio y Ascendente en Géminis,
yo tenía los defectos de Sagitario: “enseñas sin todavía saber”. Y
agregó: “todo signo manifiesta los defectos de su opuesto”. Me lo
tomé con humor, pero el concepto de base me interesó. A mi regre-
so, conversando con Eloy Dumón, Rubí Leza y Roberto Martori,
astrólogos muy experimentados decisivos en mi formación, me
confirmaron esa noción como si fuera lo más natural del mundo, así
como aquella otra de que “las virtudes de un signo son una
respuesta a los defectos (excesos) del anterior”.
No le presté demasiada importancia a este matiz tan
esencial del Zodíaco en sus manifestaciones concretas porque la
idea de hablar de “virtudes” y “defectos” de un signo me resultaba
entonces antipática, dados los juicios de valor y prejuicios que impli-
caban: sentía que eventualmente producían una distancia respecto
de la realidad de la Carta y la persona que se intentaba entender, en
vez de fomentar la comprensión de las motivaciones que podían
resultar en ese comportamiento social y convencionalmente desca-
lificado. Hasta que, como comenté arriba, una serie de eventos
dramáticos personales de los últimos años me llevó a percibir en

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 91


algunos casos puntuales cómo algunas personas parecían estar
reaccionando a situaciones del modo exactamente opuesto espe-
rable por sus posiciones natales y que sus Cartas, en situaciones de
tensión, parecían literalmente “invertirse” desagradablemente a sus
posiciones opuestas, lo que me llevó a mirarlo sistemáticamente en
las Cartas de todas las personas que conozco, focalizando en prin-
cipio la observación en el Sol, su “nuevo” dispositor, la Luna y el
Ascendente, con su “nuevo” regente.
Varios astrólogos de formación tradicional no humanística
aunque esotéricos que continuaban tradiciones herméticas europeas
proponían considerar el punto opuesto al Sol como la Tierra
propiamente dicha. Si bien es astronómicamente correcto, no veía
claramente su utilidad práctica en la interpretación, aunque de hecho
en el dibujo de la Carta, cuando nosotros consideramos la ubicación
del Sol, la Tierra está de hecho posicionada en el punto zodiacal
opuesto, desde donde lo miramos. Y si miramos efectivamente el
Sol durante el día, detrás de nosotros se proyecta nuestra sombra, a
la que en ese momento no percibimos, lo que nos remite muy grá-
ficamente al concepto junguiano de la Sombra personal y que
coincide con dicho punto zodiacal. Usando esta imagen como metá-
fora, se la puede hacer extensiva a todo momento en que “encara-
mos” desde el centro de la Carta a cualquier posición de la misma.
El proceso de “inversión” de la Carta Natal puede entonces
pensarse aplicado a todo su conjunto, pero, como dije antes, me re-
sultó particularmente operativo pensarlo en el corazón del mapa, es
decir, el Sol, la Luna y el Ascendente, factores lógica y probadamen-
te nucleares de la estructura natal, con los “nuevos” regentes o
dispositores que este reposicionamiento determinaría. Pareciera
reflejar un mecanismo reactivo, defensivo o compensatorio al estilo
de Mr. Hyde que “explota” en forma de un acting out exagerado y
compulsivo, casi enfermizo, mostrando así los clásicos “defectos” de
los signos en cuestión, en un proceso de enantiodromía que surgiría
como reacción exasperada a aspectos difíciles en tránsito, progre-
sión o en momentos críticos de la vida en general.
Cualquier planeta, identificado con el punto zodiacal en el
que se halla, necesita llevar adelante, cada uno a su modo, aquellas
funciones, objetivos y motivaciones simbolizadas por esa fase del
proceso que significativamente despliega el Zodíaco. Como cual-
quier cosa en la vida, esas necesidades no se satisfacen inmediata-
mente; entre otras cosas, porque nuestra Carta está constituida por

92 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


una variedad de elementos que tienen, al menos en la periferia de la
misma, necesidades diferentes y eventualmente contradictorias o
que entran en conflicto entre sí, sobre todo en los aspectos inarmó-
nicos. Esto explica por qué no se dan tan inmediatamente las cosas
que queremos para nosotros, más allá del factor tiempo inevitable y
necesario para que a lo largo de la vida cada una de esas búsque-
das profundas sea satisfecha. En la medida en que siguen sin-
tiéndose frustrados nuestros objetivos internos básicos, la esforzada
insistencia en querer perseguirlos pareciera que llegara finalmente a
un punto de quiebre, de hastío y eventualmente “rebote” al punto
opuesto: el exceso de algo produce su contrario. En ese punto de la
Carta no hay nada, y si lo hubiere de todos modos no es aquello que
rebotó. Lo llamativo de este “efecto ricochet” (podemos llamarlo así
en honor a nuestro antecesor) es que, por esa misma ausencia,
tiene algo de fuertemente inauténtico, y por ello mismo quizás tan
compulsivo. Incluso hay veces en que uno llega a anquilosarse
existencialmente en esa línea reactiva surgida como respuesta
opuesta y vindicativa ante la frustración generada por el esfuerzo de
ser aquello que la Carta reclama desde sus posiciones presentes.
Entramos de este modo en una zona incómoda de la inter-
pretación astrológica y que trato de evitar para mí mismo y sobre
todo en los intercambios comunitarios astrológicos o como docente,
que es aquella de asociar un fenómeno astrológico con un fenóme-
no moral: los “defectos” de los signos o aspectos que tanto me
incomodaba que mencionaran con tanta naturalidad astrólogos más
experimentados. Pero que los hay los hay, y el efecto es muy visible.
Lo miré detenidamente en la Carta de quienes me rodean,
comenzando por supuesto por la mía, tratando de ver con cierta
distancia aquellos momentos en que estoy particularmente “sacado”,
fuera de mí o compulsivo y ví que también a veces había una
resultante positiva o productiva de ese accionar inverso u opuesto
de la Carta Natal, que se comenzó a ordenar claramente en mi
percepción cuando miraba los factores más importantes de la
misma. Al pensarlos en sus puntos opuestos con, como ya
comentara, sus nuevos regentes o dispositores, también imaginados
éstos en sus puntos opuestos, en el caso de estas situaciones
interpersonales dramáticas que había percibido en los últimos años,
me decía: “¡Ah, era esto!”. Por supuesto que también era explicable
con algunas otras técnicas y factores convencionales de la misma

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 93


Carta, los que hacían una obvia complicidad con la posibilidad de
pensarla de este otro modo.
El “exceso” de la Carta que comúnmente conocemos en la
búsqueda de sus objetivos naturales, puestos en crisis, o cuando el
sujeto siente que fue de algún modo defraudado, genera como brote
la respuesta compensatoria, vindicativa, del signo opuesto, a fin de
lograr sus objetivos frustrados. Es algo así como el efecto rebote
(resuena el ricochet de Morin) que se da cuando tensamos exce-
sivamente una banda elástica hacia un extremo y, al soltarla, sale
disparada hacia el extremo opuesto. Inmanejable e inconsciente
para uno aunque extremadamente evidente para los demás, acarrea
un matiz de Máscara, refugio o falsa autoimagen poco consciente
pero con mucho de arteramente estratégico y falaz pues, como
señalara, las posiciones son virtuales y, como tales, inauténticas.
En rigor, podría hablarse en términos junguianos de una
inflación del Yo inundado por los contenidos inconscientes en su
identificación con aspectos “sombríos” (los defectos) del Arquetipo
del signo y Casa opuestos. No es de extrañar, ya que este mismo
Yo está en cierto modo agotado y por ende debilitado por el exceso
de tensión y esfuerzo puestos en la consecución de aquella identi-
dad simbolizada por los puntos en los que se hallan los elementos
protagónicos del mapa. Aunque no sólo en situaciones de crisis,
porque a menudo se lo puede notar como una imagen constante-
mente sobreimpresa a la Carta Natal en general o estar llamativa-
mente proyectado en Cartas Natales de figuras cercanas de
importancia muy similares a ese reposicionamiento reactivo. Ade-
más de su carácter en cierto modo antisocial (dado que el meca-
nismo es muy claro cuando alguien está fuera de sí y produce daño
en su entorno), su connotación compulsiva, por activa, también
puede ser productiva y materializadora, por lo que suele por ello
también mostrar la posibilidad de algunas formas concretas de
aporte comunitario, sobre las cuales me detendré en mayor medida
en la última parte de este capítulo.
El Sol y su herramienta, el Ascendente y su gobernante,
tienen en sí un aspecto agresivo, en todo caso activo (con fuertes
matices estilísticos y motivacionales mostrados por el dispositor del
primero), que en el punto opuesto está exacerbado. En el caso del
Sol, se le agrega una “pose” existencial hacia los demás que se
muestra de un modo activamente defensivo, mientras que la Luna
opuesta simboliza un encapsulamiento también lastimeramente

94 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


defensivo, un escudo ideológico que se puede argüir como
motivación para las propias acciones, generalmente como discurso
justificatorio para sustentar las necesidades más primarias de la
Luna en su posición real, sobre todo cuando las necesidades de las
luminarias originales no han sido satisfechas.
Dado que naturalmente no viene al caso traer a colación las
Cartas que me suscitaron estas percepciones y que sigo sintiendo el
prurito del discurso de los “defectos” como políticamente incorrecto
(si bien el discurso políticamente correcto es también otra forma
velada y falaz de autoritarismo, sobre todo en ciertos excesos actua-
les irónicamente grotescos de quienes administran el poder y que
nublan nuestra percepción de la realidad al punto de no permitirnos
ver los fenómenos), comenzaré abordando el mapa natal de una
figura casi unánimemente mal vista por nuestra sociedad: Adolf
Hitler (figura 10).
La de Hitler es el típico caso de Carta que, leída desde una
perspectiva ingenua moderna humanística, no funciona demasiado
bien: si la pasamos por algún servicio de lectura automático compu-
tarizado, al estilo del de Liz Greene, pueden aparecer frases tales
como “Eres suave y dulce, te gusta el arte y te importan mucho los
otros, aunque eres un poco posesivo”, etc., lo que no necesaria-
mente está lejos de alguna verdad, dado que él en su juventud fue
algo así como un artista frustrado y descalificado. La perspectiva
cambia completamente cuando vemos la Carta desde el sistema de
puntos medios o focalizamos según una Astrología más antigua la
mirada en la cuadratura de un Marte diurno con Saturno en Casa X
exiliados, o si la miramos desde el marco del Zodíaco sidéreo con la
Astrología Hindú, donde allí sí aparece un militar agresivo y destruc-
tivo. Pero no quiero detenerme ahora sobre esos abordajes, sino en
el mencionado efecto básico de inversión.
A un Sol en Tauro en VII le pueden importar muchas cosas,
tales como la relación con otro, su posesión, o el construir con éste,
y eso lo buscará a través del Ascendente Libra: probablemente vaya
efectivamente a su encuentro, ya que su regente Venus se ubica en
Tauro en la Casa VII, lo que coincide con algunos elementos que
conocemos de su biografía. Buscó la colaboración de otros y esa
búsqueda, que también puede incluir el dominio o posesión en un
sentido muy material (que hoy llamaríamos imperialista), se cimenta
en las necesidades de una Luna en Capricornio en Casa III, que
también muestra una búsqueda de seguridad en el medioambiente.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 95


Pero al empujar mucho hacia esa dirección y no lograr quizás el
efecto buscado, puede aparecer, por exceso, lo contrario.
En la medida en que no puede lograr construir algo juntos,
irrumpe entonces la Sombra del Sol en Escorpio en I, con su lectura
convencionalmente compleja, conflictiva o negativa, con el dispositor
de ese punto opuesto, que en este caso sería tanto Marte como
Plutón. Marte es aquí muy fuerte por estar en el mismo signo del
Sol, y al pensarlo en su lugar opuesto en Escorpio en la Casa I,
reflejaría las actitudes que luego lo hicieron pasar a la historia y le
dieron su fama póstuma y la valoración negativa sellada por buena
parte de la sociedad. La autoafirmación agresiva, eventualmente
destructiva, que puede apelar a los peores recursos desde el punto
de vista estratégico, puede también apoyarse en valores de tipo
ideológicos o los grandes negocios que financiaron históricamente al
nazismo, reflejados por Plutón, el otro dispositor, en su punto
opuesto en Sagitario en Casa II.
¿Qué rol cumple la Luna? Pensada en el punto opuesto,
reactivo, disparada y quizás fijada allí (sea por un rato o toda la vida,
dado que éste parece el típico caso de alguien instalado en esa
zona forzadamente inauténtica), su posición en Cáncer en Casa IX
al lado de Júpiter, no desde esas lecturas humanísticas que a
menudo sólo parecieran hacernos bellos cumplidos, sino desde una
más tradicionalista que alterna entre lecturas constructivas con otras
más convencionalmente negativas, nos permite perfectamente pen-
sar en una ideologización de la propia raza y de la propia nación, el
Nacionalsocialismo como ideología, eventualmente como religión o
valor supremo, así como el ideario imperialista de la conquista de
tierras lejanas, ya que inicialmente había una búsqueda (Sol en
Tauro en VII) de poseer al otro.
Con el tiempo encontré en la Luna una connotación
ideológica (en el sentido marxista de lo inauténtico) en la cual uno se
escuda de un modo autojustificatorio: así como hay una intencionali-
dad muy clara, aunque compulsiva, en el nuevo Sol, y una estrategia
también muy clara en el Ascendente, la Luna, en cuanto necesidad
inconsciente, aquí de índole reactiva, se enuncia como ideología.
Puesto que no puede lograr como quisiera esta seguridad o dominio
inmediatos en el medioambiente (Capricornio III), acude a una de
otra índole, que tiene que ver con lo racial, con lo nación, con las
raíces y el afuera más lejano. La posición natal real de la Luna suele
reflejar necesidades; su posición opuesta, necesidades profundas

96 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 10. Carta Natal de Adolf Hitler

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 97


por la saturación y por lo tanto inversión inconsciente de los
objetivos lunares básicos, que se enmascaran con la excusa
ideológica.
Al igual que a Napoleón, el lejano frío siberiano fue el punto
de inflexión de su derrota, lo que muestra también cómo la inversión
de la Carta refleja a menudo procesos autodestructivos, lo que es
lógico por su clara inautenticidad y que proyectarse al punto opuesto
tiene un cierto rasgo antisocial, puesto que no es el punto en el que
uno está clara y cómodamente instalado diciendo: “esto es lo mío,
en lo que creo y construyo” y en cambio se hace tanta fuerza que se
dispara al opuesto con una especie de vuelta carnero o cabriola. La
historia dice que Hitler se suicidó, y más allá de los mitos que
aluden a otras posibilidades, es claro que al menos su acción
pública final fue un proceso autodestructivo gestado por él mismo. El
nuevo Ascendente Aries con su regente Marte en Escorpio en Casa
I, tan destructivo como eventualmente autodestructivo, en cuanto
estrategia para lograr el objetivo solar invertido y a partir de esta
ideología de la Luna (dicho sea de paso, es también notorio cómo
ideologizamos las carencias de zodiacales de nuestra Carta Natal,
porque como su ausencia denota una necesidad, hacemos construc-
ciones intelectuales sublimadas de tipo justificatorias). En suma, los
principales factores relevados en la Carta de Hitler (Sol en Escorpio
en Casa I a disposición de Marte en Escorpio en Casa I y Plutón en
Sagitario en Casa II, Ascendente Aries con su regente Marte en
Escorpio en I y la Luna en Cáncer en IX), vistos desde esta perspec-
tiva, nos retratan de un modo bastante simple y esencial lo más
característico que conocemos de este individuo.
Las Cartas en donde asciende Libra o fines de Virgo, como
en el caso relevado, propician naturalmente este efecto rebote y
también ocurre cuando el nodo lunar está cerca del 0º de Libra, pues
las posiciones dracónicas están más o menos en el punto opuesto a
las trópicas. Algo análogo ocurre cuando hay planetas opuestos a
los factores considerados y en mayor medida si éstos mismos están
opuestos entre sí.
Los dos primeros ejemplos son de políticos no porque me
haga carne de la opinión negativa mayoritaria sobre esta profesión,
dado que le presiento un sesgo antidemocrático o golpista, sino que,
como señala Osho en Sacerdotes y políticos: la mafia del alma,
aquél que detenta mucho poder y genera intensas reacciones en el

98 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 11. Carta Natal de Juan Domingo Perón

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 99


medioambiente parte de inseguridades (las posiciones opuestas “va-
cías”). Es probable que aplique una fuerza de voluntad superlativa
con los elementos con los que está identificado, que astrológica-
mente son los presentes en su Carta Natal, y por tanta tensión y
crisis concentradas en esos puntos, no es de extrañar acudia a los
opuestos como alternativa o estrategia forzada, forzosa, compulsiva,
reflejado por las actitudes que podemos leer en ellos. Por otro lado,
aclaro que esta consideración se hace manteniendo la estructura
natal de las Casas, que es el marco desde donde operamos habi-
tualmente, puesto que el mecanismo descripto, tanto técnicamente
como en nuestras vidas, es una ficción virtual.
El tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón
(figura 11) por supuesto no es Hitler, aunque algunos intelectuales lo
hayan equiparado tanto con éste como con otros líderes fascistas de
su época, pero es un hecho que si bien los neonazis asumidos en
Alemania y en el resto del mundo son una minoría, en cambio, entre
los argentinos las posiciones siguen hoy muy divididas y su partido
gobierna desde hace décadas. Entre otras posibilidades, su Sol en
Libra en Casa XI puede identificarse con la búsqueda de la justicia
social y con un Ascendente Sagitario irá por ello, a través de su
regente en Leo en Casa IX, de un modo e ideología muy personales.
La Luna en Géminis clavada en la cúspide de la Casa VII es “cha-
mullera”, “tiene mucha labia” (argentinismos que aluden a la capaci-
dad oratoria persuasiva) y de hecho hablaba muy bien, escribía muy
bien, necesitando una fuerte sintonía con el pensar y el sentir del
otro, de los otros y de las mujeres en particular. ¿Pero qué pasa
cuando no se logra dicha justicia social?
Sol rebotado en Aries en V con su dispositor Marte en con-
junción en Aries en V muestran una postura existencial particular,
dado que el punto opuesto al Sol alude a poses tensas que mostra-
mos a los demás (“¿Ah, sí? ¡Ahora mírenme!”). Su icónica imagen
en el balcón de la casa presidencial permite que esta virtualidad
antinatural se haga cómplice de los elementos mencionados de la
Carta y con los que dialoga: la autoafirmación a través del mostrarse
y hacer lo que se le venga en ganas. La ideología para justificar esta
postura, pensada en términos defensivos, será, con la Luna ahora
en Sagitario clavada en la cúspide de Casa I, el “yoismo”: el
Peronismo, el Justicialismo (“Yo tengo la Verdad”). Recordemos que
la ideología no sólo se plantea entre políticos, sino también en
cualquier discusión de pareja o amigos y en todas nuestras accio-

100 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


nes, siendo generalmente una pura ficción que disfraza otra cosa, tal
como lo viera Marx. Dicho sea de paso, la cúspide de la Casa I
enfatizada resuena con el Sol y Marte en Aries con un matiz
personalista, militar, agresivo y revolucionario que la Carta Natal no
parece subrayar a primera vista en su estructura convencional: ésta
apunta más bien al carisma –que lo tenía– pero no al personalismo,
que aquí sería una postura reactiva para lograr los objetivos de esa
misma Carta convencional.
El Ascendente opuesto en Géminis, que buscará instrumen-
tar ese objetivo solar de autoafirmación personal apoyándose en la
ideología lunar, con su regente Mercurio ahora en Tauro en Casa VI,
muy cerca de Saturno y hasta de Urano, hablará a y negociará con
los trabajadores y las fuerzas productivas subordinadas. Una vez
más, tomando por un momento exclusivamente estos pocos elemen-
tos, mucho de lo que sabemos y asociamos para bien o para mal
con el movimiento político encarnado en su persona aparece así ca-
si mejor reflejado que por la Carta original, aunque como rasgo sub-
sidiario y siempre para lograr los objetivos más vitales de aquella.
A diferencia de los casos anteriores, el Dr. René Favaloro
es percibido en líneas generales tanto dentro como fuera de su país
de un modo más unánimemente positivo. El famoso médico cirujano
argentino que desarrolló la técnica del By-Pass Aorto-Coronario fue
un personaje muy querido que recibió innumerables distinciones
internacionales por su labor, denunció muchos problemas sociales y,
trabajador incansable, generó muchos emprendimientos en pos del
desarrollo, la formación y la asistencia médica, tales como la Funda-
ción Favaloro, por cuyos problemas económicos en parte y falta de
apoyo del resto de la sociedad decidió suicidarse de un disparo al
corazón a los 77 años de edad.
Su Carta Natal (figura 12) refleja por supuesto todos los
rasgos mencionados, pero en esa empecinada consecución de
honrar la vida que simbolizan sus planetas en Cáncer, el Ascenden-
te Tauro y la Luna en la Casa I conjuntando a la II, puede llegar a
ensayar por exasperación la postura opuesta: el Sol en Capricornio
en Casa VIII con su dispositor Saturno en Aries en Casa XI pueden
expresar la búsqueda de financiamientos y apoyos económicos
tenazmente perseguidos entre amigos o grupos supuestamente pro-
gresistas de la sociedad. El nuevo Ascendente Escorpio avala esta
estrategia, sobre todo porque sus dos regentes, Marte y Plutón,
rebotan ambos también en Capricornio en la Casa VIII, apoyándose

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 101


en la ideología de ayuda al otro que la Luna, ahora en Sagitario en
Casa VII, puede argüir. Pero la conjunción de esa Luna a la cúspide
de VIII, además de presentar en el conjunto de todo lo hasta aquí
enumerado una excelente pintura del aspecto más constructivo por
el que fue justamente reconocido, a saber, el cirujano, el By-Pass,
su Fundación y los demás emprendimientos de apoyo económico
comunitario, también se sintetizan peligrosamente en la palabra
“deudas” como respuesta exagerada y compulsiva a las necesida-
des de su Carta. Y en el extremo de la insatisfacción de las mismas,
muerte violenta deliberada (Ascendente en Escorpio con Sol, Marte
y Plutón en Capricornio en Casa VIII) para darle una lección a la
sociedad como testamento (Luna en Sagitario en Casa VII en con-
junción a la cúspide de la Casa VIII).
Las posiciones invertidas hacen necesariamente complici-
dad otros elementos estructurales de la Carta tal como se nos
aparece, dentro de la pluralidad de técnicas o miradas combinadas
que se nutren y dialogan entre sí para permitirnos comprender mejor
un mapa y el destino de la persona que la acompaña (lecturas de
corte humanístico, moriniano, medieval, helenístico, modelos
planetarios, puntos medios, cadenas de disposición, preponderan-
cias y carencias zodiacales, domales y planetarias, configuraciones,
armónicas, etc.) e inclusive de distintos marcos zodiacales (perso-
nalmente, aunque utilizo básicamente el Zodíaco trópico, también
uso el dracónico, el sidéreo desde la perspectiva de la Astrología
Hindú, las posiciones heliocéntricas para la dimensión socio-
espiritual, o el domal-ascencional para aquellos elementos más pasi-
bles de manifestarse en la vida física del indiviuo, considerando a tal
efecto también el plano ecuatorial).
Recapitulando, mirando los puntos opuestos al Sol y la
Luna, el Descendente como el “otro” Ascendente y prestando aten-
ción a su regente, también considerado en su punto opuesto, así
como el dispositor de la nueva posición del Sol, el conjunto nos
indicaría entonces comportamientos típicos de cualquier sujeto en
situaciones de crisis o anquilosado en una actitud existencial
resentida, conviertiéndose así en una excelente herramienta de
autoconocimiento si comienza a considerarse su análisis sincero,
aunque fuera a guisa de hipótesis, con la propia Carta Natal.

102 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 12. Carta Natal de René Favaloro

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 103


Datos Natales:

Hitler, Adolf: 20-4-1889, 17:30:16 GMT, Braunau am Inn, 48º15’N 13º03’E.


Fuente: partida de nacimiento. Rectificada por Alexander Marr, Análisis y
Predicción, Ed. Sirio
Perón, Juan Domingo: 08-10-1895, 12:04:22 GMT, Lobos, 35º11’S 59º05’W .
Fuente: él mismo a varios astrólogos. Rectificada por Alexander Marr,
Prediction III, Ed. Sirio
Favaloro, René: 12-07-1923, 07:19:16 GMT, La Plata, 34º55’S 57º57’ W.
Fuente: él mismo a amiga de la astróloga Eloisa Abelló. Biblioteca Caba.
Rectificada por Silvia Poceiro (profesora de la Fundación Caba)

104 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


CAPITULO 7

SINASTRIA: UN UNIVERSO MARAVILLOSO

Como bien lo señalara Freud en El Malestar de la Cultura, la


experiencia del amor constituye para el hombre contemporáneo el
sucedáneo de tantas otras experiencias de trascendencia y
sublimación energética que en otros momentos volcaba en mayor
medida en otras instancias culturales, tales como la de la religión.
Pero no es sólo el amor erótico o de pareja aquello que tanto nos
preocupa a todos, sino el vasto y complejo mundo de las relaciones
en general (familiares, de amistad, laborales, etc.), sobre todo en un
momento de la humanidad en que, reducida nuestra capacidad de
sensación de acción plena y efectiva sobre la sociedad, cuya res-
ponsabilidad pareciera quedar librada a poderosas y omnipresentes
multinacionales, redes informáticas, mediáticas, económicas y esta-
tales, nos vemos más librados a nosotros mismos, al cultivo de
nuestra interioridad, particularmente a través de nuestras relaciones
más cercanas.
La Astrología ha abordado desde los orígenes de su práctica
genetlíaca el aspecto vincular y la relación entre las Cartas Natales
de los involucrados mediante la rama específica desarrollada a tal
efecto: la Sinastría. Este nombre compone los términos syn (el “con”
latino) y aster (“astro”) en algo así como “poniendo juntos los astros”.
Desde sus comienzos, en la selección de la mejor pareja (y por
consiguiente su sucesión) para los gobernantes y aristócratas
romanos, medievales y renacentistas, hasta la práctica -común
todavía hoy día- en la India de planear los padres los matrimonios
de sus hijos teniendo en cuenta el referente astrológico desde
pequeños, esta rama ha tenido presencia plena en nuestra labor.
Más popular y moderna todavía es la noción, popularizada por los
medios masivos y su Astrología Solar, de que cada signo tiene
mayor o menor compatibilidad con otros. Pero la usanza más
difundida entre los practicantes modernos de esta disciplina es la de
simplemente verificar los aspectos entre los planetas de las dos
Cartas consideradas (sobre todo las conjunciones), realizando
literalmente el syn+aster. Y con suerte, aunque menos popular, una
posible mirada a las así llamadas “Cartas de relación”.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 105


Sin embargo las posibilidades de esta vertiente astrológica
son infinitamente más numerosas, y las múltiples propuestas di-
ferentes y eficaces que el siglo XX ha ido produciendo son quizás
poco conocidas por buena parte de los amantes de la Astrología.
Mis primeros cursos de Sinastría los tomé en la década del ’80 en el
Centro Astrológico de Buenos Aires, en aquel momento dictados por
Rubí Leza, y continué luego una labor intensiva de aplicación y
verificación de la técnicas aprendidas, comparando rigurosamente
las mismas en la búsqueda de separar la paja del trigo, o mejor di-
cho, de entender cuáles reflejaban mejor qué cosas en una relación
(y cuáles eran a mi entender inútiles, quizás mera especulación).
También fui tomando por supuesto contacto con nuevas propuestas
así como ensayando otras propias que terminaron resultando muy
eficaces. Dado que desde hace años estoy al frente de dicho
seminario en el Caba, me fue imperioso organizar para su transmi-
sión una secuencia coherente de las muchas alternativas posibles,
especificando el nivel de operatividad o qué aspecto de la relación
aparecía mejor reflejado en cada una de ellas, así como cuál era un
posible orden de abordaje ideal.
Esta secuencia completamente original combina puro senti-
do común con algunas propias apreciaciones de mi parte sobre
algún matiz de las técnicas conocidas, incluye varias otras, cuyas
hipótesis, interpretación y resultados son de mi exclusiva responsa-
bilidad. Lo comparto con la intención que el lector pueda ir aplicán-
dolos ya mismo a casos concretos, tal como lo hacen los estu-
diantes de la Fundación Caba durante dicho seminario, y dejo para
el capítulo 9 el relevar unas pocas de ellas a través de una relación.
Enumeraré dicha secuencia para luego detenerme en cada
técnica de un modo más pormenorizado:
1) El análisis exhaustivo y por separado de la identidad de
cada Carta Natal a ser considerada de los miembros de esa rela-
ción, sin detenerse todavía en sus costados vinculares.
2) El análisis profundo de los aspectos emocionales y vincu-
lares en general de cada una de dichas Cartas Natales.
3) El análisis de los significadores específicos de ese tipo de
relación en cada Carta y de los correspondientes al rol que repre-
senta en la misma la figura del otro.

106 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


4) El análisis de las preponderancias y carencias zodiacales,
domales y planetarias conjuntas, es decir, de las dos Cartas juntas,
tomadas como si fueran una sola.
5) El análisis de todas aquellas combinaciones de factores
astrológicos repetidas (idénticas) en las dos Cartas.
6) El estudio de las complementaciones o compensaciones
entre ambas Cartas, sobre todo en lo que refiere a las preponde-
rancias y carencias zodiacales, domales y planetarias, hemisféricas,
de tipos de aspecto, etc.
7) La determinación del contraste entre los aspectos armóni-
cos de una Carta que en la otra son inarmónicos, y viceversa.
8) El estudio de las Progresiones Secundarias y Arcos
Solares de cada Carta, calculadas para el momento del nacimiento
del otro.
9) El estudio de las técnicas predictivas (sobre todo
Progresiones Secundarias, Arcos Solares y Tránsitos) de cada Carta
para el momento del comienzo de esa relación.
10) La determinación y el estudio de las conjunciones entre
ambas Cartas, según el siguiente detalle:
a) conjunciones de planetas de cada Carta con el área de
las Casas de la otra Carta;
b) conjunciones entre los Ejes (horizontal, meridiano, ver-
tical y nodal) de las dos Cartas;
c) conjunciones entre los planetas de cada Carta con los
ejes de la otra;
d) conjunciones entre los planetas de cada Carta y las
cúspides intermedias de la otra;
e) conjunciones entre los planetas de ambas Cartas
(calculadas en el Zodíaco Trópico);
f) conjunciones y oposiciones entre las posiciones
Dracónicas (planetarias y de los ejes) de ambas Cartas, sea
entre sí, como con sus posiciones trópicas;
g) conjunciones de las posiciones en el Zodíaco Domal
de los planetas de una Carta con la otra;

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 107


h) conjunciones entre las posiciones de los elementos
progresados por progresión secundaria de ambas Cartas
correspondientes al momento del inicio de la relación, sea
entre sí, como con las posiciones natales del otro.
11) La determinación y estudio de otros tipos de aspectos
cruzados entre ambas Cartas (sobre todo la oposición) y con orbe
muy pequeño:
a) entre planetas trópicos entre sí;
b) domales entre sí;
c) progresados entre sí (y con los natales del otro);
d) los calculados en el Zodíaco de Venus.
12) El cálculo y estudio de las siguientes Cartas de Relación:
a) la Compuesta (de puntos medios, popularizada por
Robert Hand);
b) la de Relación de Ronald Davison (equidistancias en el
tiempo y el espacio);
c) las de Relación de Alexander Marr (tránsito comple-
mentario), directa y conversa;
d) la del momento del inicio de la relación (si es cono-
cido).
13) El estudio del devenir de la relación, considerando:
a) los indicadores de duración de ese vínculo en cada
Carta Natal;
b) las técnicas predictivas aplicadas a cada Carta Natal
por separado;
c) las técnicas predictivas aplicadas a las Cartas de
Relación;
d) los arcos de fase, es decir los ángulos entre cada
factor de cada Carta con los de la otra, considerados desde
la perspectiva de las direcciones simbólicas (1º = un año).
14) Elaborar durante cada paso una síntesis de aquello más
relevante e ir integrándola con lo visto previamente, para determinar

108 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


finalmente un bosquejo de los principales elementos recurrentes, a
guisa de síntesis abierta.

Quizás parezca mucho, pero cada una de estas técnicas


sugeridas realmente funciona y muestra costados esenciales de la
relación a estudiar. Cabría también aclarar que la Sinastría es lógi-
camente una de las ramas más complejas de la Astrología, puesto
que a la multiplicidad de opciones simbólicas a las que deberíamos
estar abiertos y que normalmente vamos percibiendo (si trabajamos
a conciencia) en una Carta Natal individual cualesquiera, así como
en el devenir del destino que la acompaña, en este caso se ve
elevada al cuadrado (o más bien a la enésima potencia), dado que
ya no tenemos un solo sistema altamente complejo, inestable y con
el factor “conciencia” –no precisamente menor– incluido (es decir, un
individuo), sino las infinitas posibilidades de su interrelación a lo
largo del tiempo con otro sistema de idéntica complejidad.
Pero es tan rica la descripción que permite cada uno de
estos enfoques, y sobre todo su combinación según la secuencia
propuesta, que es una verdadera lástima perderse una información
tan valiosa, en cuanto nos abre nuevas perspectivas de compren-
sión más profunda, panorámica y vivencial de algo tan importante
como es el vínculo entre dos seres humanos y las invalorables opor-
tunidades de crecimiento que éste les permite desde la perspectiva
astrológica.
Es previsible que el principiante promedio, abrumado por la
cantidad de información astrológica que emerge de dicha secuencia,
en el caso de haberla determinado correctamente, generalmente,
maravillado por lo que va revelando su desarrollo, se ahogue en la
mera mención de los detalles, haga quizás una breve y cerrada
interpretación de cada cosa vista, y sobre todo, se olvide de hacer
una integración coherente y satisfactoria de todo.
Huelga decir que lo que se necesita es precisamente todo lo
contrario a lo recién mencionado: como decíamos en el punto 14, ir
apuntando lo verdaderamente más relevante de lo percibido en cada
mirada o punto de la secuencia, apenas esbozar hipótesis interpre-
tativas muy abiertas durante dicho proceso, e ir hilando, mediante
síntesis e integración progresiva, el conjunto de la información, de
modo que al final, una vez realizado todo el camino, pueda volver a
contemplar dicho conjunto desde cierta perspectiva y aislar las

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 109


variables que considere más características, sea por intensidad, por
reiteración, por analogía o por complementaridad. Una vez recupe-
rada la unidad y coherencia simbólica de ese todo, allí sí conviene
elaborar hipótesis interpretativas más fuertes y volver –desde este
nuevo panorama– sobre la información previa para encontrar
nuevas dimensiones confirmatorias o, si se quiere, mayor lujo de
detalles.
Como anticipara más arriba, haré una referencia un poco
más pormenorizada de cada ítem mencionado en esa secuencia.

1. El análisis de cada Carta Natal


Obviamente debemos empezar por el principio (si bien no es
lo que suele suceder en estos temas, engolosinados por las fáciles
promesas de nuestras técnicas favoritas de comparación), e intentar
comprender astrológicamente quiénes son, profundamente, aquellas
personas que se están relacionando. El análisis exhaustivo y por
separado de la identidad de cada Carta Natal a ser considerada de
los miembros de esa relación, sin detenerse todavía en sus
costados vinculares, es entonces este primer paso indispensable
según los caminos y métodos que a cada uno de nosotros mejor nos
cuadren. Podríamos dar vuelta el conocido “Díme con quien andas,
y te diré quién eres”, y comenzar con: “Díme quién eres, y te diré...”,
pues cada identidad proyecta naturalmente cierto horizonte y destino
vinculares, sea arquetípicamente, sea proyectivamente. Para ello
también pueden venir a nuestro auxilio, luego, los desarrollos tipo-
lógicos de algunas tradiciones psicológicas. A tal efecto, recomiendo
particularmente la tipología junguiana, la freudiana, la reichiana, la
transaccional, y la desarrollada por Jean Shinoda Bollen en su
estudio de las diosas y dioses griegos en la cultura indoeuropea.

2. El mundo emocional y vincular general de los participantes


Una vez relevado aunque sea con carácter abierto e
hipotético quién es quién en esa relación, conviene detenerse a pro-
fundizar en cada Carta su mundo emocional, esencial a nuestros
vínculos (sean éstos cuales sean), sobre todo simbolizado por la
Luna (el signo en el cual se halla presente, los planetas que hacen
los aspectos más importantes y la Casa en la que se halla presente),
el conjunto y situación de los planetas presentes en signos de Agua

110 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


(así como también en el Triángulo del Alma, las Casas IV, VIII y XII,
que reflejarán mejor las experiencias en ese plano, mientras los
signos simbolizarán predisposiciones interiores apriorísticas), las
carencias por elemento y ritmo zodiacales (frecuentemente asocia-
das a nuestro inconsciente), y aquello más característico emergente
del trasfondo de la relación de la Carta con sus posiciones en el
Zodíaco Dracónico (también llamada la Carta del Alma). Es
deseable asimismo percibir ahora el conjunto de la Carta desde una
actitud particularmente empática, sensibilizándose a sus factores
más destacados pero ahora desde la perspectiva emocional, y enfa-
tizando para ello a los planetas que Bruno y Louise Huber llaman
“de contacto”: además de la Luna, Venus, Marte y Neptuno.
El mundo propiamente vincular en general estará especial-
mente representado por la Casa VII (planetas presentes, signo en la
cúspide y planeta regente) en cuanto complemento natural, las
Casas III y XI solidarias a ella en ese Triángulo y los aspectos al Eje
Horizontal (Asc/Desc). Asimismo los aspectos planetarios de orbe
pequeño al Eje Nodal de la Luna, simbolizando las figuras (o
vivencias) más características que se le asociarán en su crecimiento
emocional mediante sus relaciones, así como al Eje Vertical (Vér-
tex/Antivértex), representante de vínculos más obligados, no depen-
dientes de su voluntad. El Eje Meridiano (Mc/Ic) también suministra
información relevante, dado que refleja las relaciones verticales (de
no paridad), cuya memoria infantil –la relación temprana con
nuestros padres– impregna todos nuestros vínculos, como también
ocurre con la Luna. Los aspectos inarmónicos, cuya difícil resolución
está en proceso continuo de elaboración, también reflejan nuestras
relaciones, en la medida en que la conciencia va tomando parte por
uno u otro polo simbólico (de un modo más o menos rígido), y
naturalmente proyecta el otro en figuras características de nuestras
vidas. A tal efecto, son especialmente elocuentes las oposiciones
(por su naturaleza naturalmente complementaria y opositiva, tal co-
mo lo señala la tradición), y en muchas ocasiones, los quincuncios
(como señalara Richard Idemon), cuando tienen un orbe pequeño y
son estructuralmente importantes en la Carta o en una etapa dada
de nuestras vidas.
Asimismo los planetas contrasexuales (Sol y Marte en Carta
femenina, Luna y Venus en Carta masculina), sea cual sea la índole
de la relación, tienden a ser naturalmente en parte proyectados a
nuestros vínculos por motivos biológicos y culturales: en el caso de

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 111


las luminarias, más en términos psicológicos y de identidad (e indu-
dablemente con su referente arquetípico de Padre-Madre, básicos
para cualquier psicología), en el caso de Marte y Venus, como sím-
bolos de la materialidad física (o erótica) del otro. De todos modos,
la dimensión específicamente sexual del análisis es lo suficiente-
mente vasta y compleja como para exceder el marco de este
capítulo y amerita todo un tratamiento aparte.
Venus y Mercurio, planetas también básicamente vinculados
con nuestra forma de relacionarnos, merecen durante un momento
nuestra consideración, así como los planetas presentes en signos
de Aire también revelarán predisposiciones vinculares. Y, más
específicamente, la Casa dentro de la cual se hallaran los 0º de
Libra, así como la posición por Casa del regente de la Casa VII, sue-
len ser indicadores de los marcos o situaciones más características
en los cuales suelen comenzar nuestros vínculos más importantes.

3. Los significadores específicos de esa relación


Ya comprendido en mayor medida el mundo emocional y
vincular en general de cada miembro de la relación, veremos en la
Carta de cada uno cómo está reflejado ese “otro” particular en
términos arquetípicos y apriorísticos (y más allá de la Carta del otro
propiamente dicha). Si son hermanos, cuáles y cómo están los
significadores de hermanos en ambas Cartas. Si son madre e hijo,
cómo están los significadores de hijo en la Carta de la madre y los
de madre en la Carta del hijo, etc.
No es el sentido de este capítulo relevar todos lo significado-
res posibles de diversos roles vinculares (para ello hay dispersa muy
buena información en diversos manuales clásicos; yo mismo con-
centré alguna al respecto en el capítulo 11 de mi libro Manual de
Técnicas de Síntesis Astrológica: el Camino en el Mapa Natal), sino
recordar que durante un momento debemos naturalmente detener-
nos en los mismos. Mencionemos, sencillamente, que hay una Casa
tradicionalmente privilegiada, así como a veces otras asociadas en
forma secundaria; del mismo modo, un planeta principal (no necesa-
riamente coincidente con esa Casa desde la perspectiva de las
correspondencias del Zodíaco de Doce Letras humanístico basado
en el Zodíaco en reposo: I-Aries-Marte, II-Tauro-Venus, etc.) y otros
posibles también referidos por la tradición, aunque en grado menor.
A veces ciertos signos (y por lo tanto sus planetas presentes)

112 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


también se asocian naturalmente a ese rol, en unos pocos casos
también cierto tipo de aspectos (ej: armónicos: amigos; inarmónicos:
enemigos; oposiciones en general, así como también el planeta del
primer aspecto realizado o recibido por la luminaria contrasexual:
pareja) y, aunque usados en menor medida todavía, pero muy elo-
cuentes, el o los partes arábigos relacionados con ese rol (a tal efec-
to hacemos una recomendación bibliográfica en el capítulo 20), en
donde, más allá de su posición por signo y Casa, tradicionalmente
se observa la situación del dispositor (planeta regente del signo en
el cual se halla el parte) y su relación con el Parte en cuestión.
Como siempre sucede con estas cosas, aparecerán factores
comunes o reiterados, en términos de interpretación, que serán los
más importantes. En cuanto a las diferencias más notorias, remito
tanto a la experiencia del intérprete como a los lineamientos pro-
puestos en el capítulo arriba mencionado de mi libro. Todos estos
contenidos son los que cada individuo naturalmente proyecta a priori
(actitudinal y destinalmente) en la otra figura correspondiente a ese
vínculo, independientemente de quién sea aquél en la vida real.

4. Las preponderancias y carencias conjuntas


Es sumamente útil –y hoy ya muy usual– considerar en una
Carta Natal aquello que prepondera, así como aquello que “falta”
notoriamente en términos de una mirada inicial, sea por presencia
planetaria en un Elemento o Ritmo zodiacal, tipos de Casas, plane-
tas más importantes (Almuten), hemisferios, tipos de aspecto, etc.
En un trabajo en el que compartiera abiertamente por primera vez
con la comunidad astrológica el fruto de mis experiencias sobre el
tema en 1999 y que fuera luego desarrollado en los capítulos 4, 5 y
10 del Manual antes mencionado publicado por Kier, expuse porme-
norizadamente muchas posibilidades, con muchas propuestas espe-
cíficas y detalladas, por lo que no tiene sentido explayarme aquí.
Valga entonces subrayar que, en la medida que una relación es, pri-
mero, la “sumatoria” de los dos miembros involucrados, el tomar las
preponderancias y carencias de las dos Cartas juntas, en su conjun-
to y como una unidad, es profundamente revelador de la identidad
de ese vínculo, tanto entre ellos mismos como ante el resto de los
seres humanos, así como los principales temas que se pondrán en
juego al reforzarse componentes generales básicos de las estructu-
ras de ambas Cartas.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 113


Si usamos algún sistema cualesquiera de puntajes (tal como
el que se propone en dicho Manual), sencillamente sumamos los
totales de ambas Cartas en cada nivel, y el resultado conseguido
sintetizará de un modo impresionante el clima y esencia de esa rela-
ción, recordando, a tal efecto, que las carencias tienen un contenido
no sólo de problema y proyección, sino también de sobrecompensa-
ción positiva (en este caso más subrayado todavía que en una Carta
Natal individual) generalmente como respuesta dialéctica a los
rasgos de aquello que prepondera. Este abordaje tan básico y de
sentido común no lo he visto desarrollado en otros ámbitos, pese a
que es inmensamente revelador y a mi entender fundamental en
términos de una caracterización inicial del vínculo.

5. Las combinaciones astrológicas repetidas


Del mismo modo que la mera coexistencia de las dos Cartas
refuerza lo básico a nivel estructural, las combinaciones de factores
particulares que aparezcan repetidas en ambas serán también un
rasgo característico de la relación pensada como conjunto (de nuevo
puro sentido común, pero clásicamente desatendido). Sea la
posición por signo o Casa de un planeta determinado, un aspecto
específico entre dos planetas, un mismo hemisferio sobreocupado,
la preponderancia o carencia de un tipo de aspecto, el excelente o
pésimo estado cósmico de un planeta en particular, etc. (ej: ambas
Lunas en Libra, ambos Martes en signo mercurial, ambas Cartas
con una T cuadrada con Júpiter focal, ambas cartas con sextil
Urano-Sol, ambas Cartas sin oposiciones, ambos Saturnos en un
particularmente buen estado cósmico, etc.). La lista de todos estos
factores que esta relación en particular potencia por el refuerzo de la
duplicación, es también entonces una marca inicial muy importante
de su identidad, de extraordinaria utilidad para el intérprete y gene-
ralmente no muy tenida en cuenta.

6. Compensaciones mutuas
De modo inverso aunque similar al punto 4, ha sido muy
observado por la tradición más reciente (sobre todo humanística:
Hamaker Zondag, Liz Greene, Idemon, etc.) y seguramente la
experiencia de todo astrólogo, cómo es tan frecuente que las
relaciones más significativas de nuestra vida, particularmente de

114 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


pareja, muestren que aquello que parece faltar por presencia plane-
taria (por ejemplo, un Elemento) en la Carta de uno, es aquello que
precisamente prepondera en la Carta del otro, y viceversa, y en
donde la noción de complementación y el mito platónico de la Media
Naranja pareciera manifestarse del modo más prosaico imaginable,
aunque no por ello menos impresionante.
A efectos del análisis de la relación particular entre manos,
es muy interesante apuntar qué preponderancias específicas (a todo
nivel: zodiacal, domal, de protagonismo planetario, hemisférico, tipo
de aspecto, etc.) de una Carta son carencia en la otra, y viceversa.
Aquí se superponen dos fenómenos: a un determinado nivel,
verdaderamente uno proyecta su carencia en el otro, aquí espejo
privilegiado. Es decir, el otro es el que “oficialmente” aporta dicho
contenido, en términos de identidad, dentro de la relación, el que
ocupa el rol que se le asocia. Pero a otro nivel, y teniendo en cuenta
lo antes mencionado de las sobrecompensaciones de lo carente (así
como el exceso a secas de lo preponderante), los componentes
repetidos por contraste serán en general, de un modo casi idéntico
al punto 4, también marca de identidad de la relación toda, sólo que
aquí que cargados con la pulsión más profunda y relativamente
irracional que caracteriza todo aquello vinculado a lo inconsciente.

7. Complementación de aspectos inarmónicos y armónicos


Es interesante anotar en dos columnas (sujeto A y sujeto B)
los pares de planetas que en una Carta están en relación de aspecto
inarmónico en uno y que repiten su relación en la del otro, pero
mediante un aspecto armónico. En este caso, de un modo similar al
punto 6, pero más específico, se ven qué contenidos existenciales o
caracterológicos que en uno significan tensión y cierto nivel de
conflicto, el otro tiene naturalmente resueltos. De este modo, se
genera una cierta dependencia respecto del otro vinculada a esos
contenidos por parte de quien aporta el aspecto inarmónico, quien
pareciera recibir así una panacea o calma natural al respecto (cuan-
do no “lecciones” de vida o actitudinales específicas). Complemen-
tariamente, quien aporta los aspectos armónicos también se ve mo-
vilizado a darles una mayor expresión en su vida gracias a la dinami-
zación que la inarmonía del otro le aporta, instándolo a aprovechar
esas cualidades quizás no tan atendidas hasta el inicio del vínculo.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 115


Además de ver cuáles planetas repiten su combinación de
uno y otro modo, es muy interesante ver cuál de los dos partici-
pantes suma en su columna una cantidad notoriamente mayor de
armónicos o inarmónicos en el total de estas resonancias, dado que
la lectura apuntada en el párrafo anterior se hace así extensiva ya
no sólo a los temas simbolizados por las combinaciones planetarias
específicas, sino también al vínculo en general.

8. Las Progresiones y Direcciones para los nacimientos mutuos


El cálculo en una Carta de las Progresiones Secundarias
(directas y conversas -regresiones-), así como de su derivación
natural, las Direcciones Simbólicas por Arco Solar (Verdadero
Eclíptico; es decir, el más usual) para el día del nacimiento del otro,
y la interpretación de los elementos más relevantes que surgieren de
estas posiciones, es una herramienta de una poderosísima capaci-
dad de simbolización que fui descubriendo hace años en el proceso
de rectificación de Cartas Natales, cuando comencé a considerar en
forma exploratoria el momento del nacimiento de los padres, la
pareja, etc. como una fecha más para esa rectificación, por más que
el sujeto mismo no hubiere nacido todavía ni tuviera contacto directo
con el evento mismo del nacimiento.
Lo que observé, azorado, es cómo el simbolismo emergente
refleja con toda claridad nada menos que qué significa ese otro para
uno, es decir, para aquél de quien se calcularon las Progresiones y
Direcciones. Huelga decir que se deben calcular para ambas Cartas,
y que en esta mirada no hay diferencias sustanciales entre la
información de las posiciones directas y conversas (prenatales).
Sugiero privilegiar solamente las conjunciones (progresado a
progresado, o progresado a natal) y los aspectos de orbes diminutos
(bastante menos de un grado para los planetas más rápidos, y unos
pocos minutos de arco para Júpiter en adelante).
Reitero: esta técnica tan fundamental refleja qué (o quién) es
ese otro para mí, qué me significa, cómo lo veo.

9. Las técnicas predictivas para el momento en que se conocen


Complementaria a la anterior pero con un grado menor de
arquetipicidad: dado que las Progresiones Secundarias simbolizan

116 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


sobre todo procesos graduales interiores, gánicos y actitudinales del
individuo para una etapa de su vida y que luego irá plasmando con
mayores o menores grados de intención voluntaria y consciente,
como estos contenidos –por su gradualidad e interioridad– todavía
no son necesariamente conscientes en un ciento por ciento, la
irrupción del otro individuo en su campo existencial en ese momento
determinado cargará sobre este nuevo agente y para siempre todo
aquello que esos símbolos signifiquen. El otro en cierto modo encar-
na estas nuevas posibilidades de la propia identidad y ayuda a cata-
lizarlas mediante la proyección inicial, que luego devendrá gradual-
mente en introyección por la mera coexistencia en la interrelación.
Más dramáticos todavía al respecto son los Tránsitos: dado
que éstos suelen simbolizar mejor estímulos exteriores que nos
incitan a conscientizar activamente y de nuevos modos algunos
componentes de nuestra propia identidad, la aparición de ese Otro
novedoso en el momento en que se conocen, generalmente es casi
sinónimo del proceso que dicho Tránsito está provocando. No sólo
la proyección está a la orden del día, sino que es escalofriantemente
frecuente ver cómo el otro tiene en su propia Carta Natal, como
posición de por vida, combinados de exactamente el mismo modo
aquellos dos planetas (transitante y transitado) que forman parte de
nuestro propio Tránsito.
Es decir, la información más relevante que surge de las
técnicas predictivas aplicadas en cada Carta para el momento en
que se conocen (huelga señalar que este punto se torna obsoleto en
el caso de las relaciones de padres con hijos o entre hermanos, ya
que allí es idéntica al punto 8), en gran medida simboliza qué viene
a enseñarme el otro de mí mismo en mi propio proceso de creci-
miento personal, por más que al principio tenga una connotación
prioritariamente proyectiva. Aunque cabe destacar que lo recién
dicho se extiende naturalmente, a distintos niveles, a todo el
conjunto de las técnicas de Sinastría, por más que esta mirada lo
refleje de un modo particularmente singular.

10. Superponiendo Cartas: las conjunciones


Syn+aster: al considerar las dos Cartas en su conjunto, es
en las conjunciones o superposiciones de sus elementos, es en
donde vemos simbolizarse de un modo poderoso los contenidos de
la relación que las une, pues allí es donde se da en el modo más

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 117


material posible la unión, los temas que “se mezclan” al estar juntos.
Símbolos que anudan una y otra Carta, las conjunciones entre am-
bas son entonces el principal factor a tener en cuenta en la com-
paración. Luego, en algunos casos que más adelante especificare-
mos, podremos detenernos en otro tipo de aspectos, pero la
información que surge de esta combinación particular es esencial y
decisiva en lo que al vínculo refiere.

10.a. Planetas y Casas


Las conjunciones de los planetas de cada Carta con el área
de las Casas de la otra Carta o, en otras palabras, en qué Casas de
uno caen los planetas del otro, y viceversa, indicarán principalmente
dos cosas: por un lado, para aquél que pone el planeta, la Casa del
otro le muestra una nueva área de experiencias mediante las cuales
puede desarrollar las capacidades personales simbolizadas por el
planeta, dado que en su propia Carta éste está circunscripto de por
vida a un área específica privilegiada. Es legible por ello en términos
de oportunidad, de ensanchamiento de sus horizontes de acción
gracias a ese vínculo.
Por el otro, para el que pone la Casa, muestra qué área de
su vida está impactada o influenciada por determinadas caracterís-
ticas personales del otro, para bien o para mal (según la naturaleza
y estado cósmico del planeta).
Dado que los diez planetas de cada Carta totalizarán veinte
combinaciones posibles, debemos priorizar aquellas referentes al
Sol, la Luna, el o los planetas que más se asociarían con el tipo de
relación (Marte y Venus si es amorosa, Mercurio y Júpiter si es
pedagógica, etc.), y si se quiere, los benéficos de la antigüedad
tomados en conjunto en cuanto reflejo de la positividad, así como a
los maléficos de la negatividad.

10.b. Conjunciones de Ejes


Elementos fundamentales de una Carta en términos estruc-
turales, los Ejes ya son de por sí el producto del anudamiento o
intersección de dos planos astronómicos diferentes, uno de los
motivos por los cuales son metafóricamente tan importantes en
nuestro mundo de relación, como señaláramos en el punto 2. Las

118 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


superposiciones de Ejes de una y otra Carta son frecuentes en
nuestras relaciones de mayor importancia y la cantidad de contactos
que se acumulara realzará la trascendencia de esa relación. Como
dos superficies acanaladas cuyos canales encastran, ligándolas,
estas superposiciones muestran hasta qué grado están ligados los
destinos de ambos sujetos.
Mencionamos antes (punto 2) los Ejes Horizontal, Meridiano,
Vertical y Nodal. Podemos trabajar con un orbe de hasta 3º, aunque
cuanto menor el orbe, más intensa su significación. El Eje Horizontal
(Asc/Desc) se caracteriza, como dijéramos, por la libertad y paridad
de las relaciones cara a cara entre iguales. El Meridiano (Mc/Ic), por
las relaciones verticales de desigualdad, autoridad, con su memoria
de las propias relaciones parentales y la posible carga de admira-
ción, miedo o dependencia consecuentes. El Vertical (Vértex/Anti-
vértex), por un matiz importante no volitivo, vivido como “destinal”,
en donde la libertad y la participación automotivada consciente
parecieran quedar reducidas a su mínima expresión. El Nodal (No-
dos Norte/Sur de la Luna), por una connotación emocional, también
vivenciada como predestinada, en donde se juega, a través de la
relación, una experiencia tangible de crecimiento personal.
Es importante notar, más allá de la posible cantidad de
contactos en sí (primer factor a tener en cuenta), qué ángulo de
quién se relaciona con qué ángulo del otro, porque cada uno viven-
ciará su parte según los matices apuntados en el párrafo anterior.
Inclusive podemos ver, en segundo lugar, si alguno de dichos Ejes
se superpone con un Eje formado por un par de cúspides
intermedias del otro, sobre todo si es relevante al tipo de relación
planteada, porque también va a teñir al vínculo, aunque sea de un
modo menor.

10.c. Planetas y Ejes


La “angularización” de planetas de una Carta por parte de
los Ejes de la otra es también una información muy importante a te-
ner en cuenta. Hasta 5º de orbe que, cuanto menor sea, se revelará
como más relevante. Se mantienen tanto las significaciones de los
Ejes recién apuntadas en 10.b, aplicándoles la interpretación hecha
sobre las conjunciones entre Planetas y las áreas de las Casas en
10.a, sólo que aquí se extiende al conjunto de la personalidad,
según el matiz propio del Eje en cuestión y, por supuesto, del pla-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 119


neta. En el caso de los Nodos, se agrega la connotación prioritaria-
mente asociativa del Nodo Norte y la disociativa del Nodo Sur.

10.d. Planetas y cúspides intermedias


Con el mismo nivel (aunque no grado) de significación de
10.c., pero más acotado al simbolismo de la Casa involucrada y no
más de 2º de orbe.

10.e. Planetas con planetas


“Mi Saturno sobre tu Venus”, “mi Sol sobre tu Urano”, etc.: la
experiencia más básica y habitual de la práctica informal de la
Sinastría. Cabe agregar que estoy refiriéndome aquí a las posicio-
nes zodiacales “normales” de una Carta Natal, es decir, medidas en
el Zodíaco trópico y que se cuentan, merecidamente, entre los
símbolos que mejor significan la relación de esas dos personas en
particular. De nuevo, hasta 5º de orbe (pero si es 2º, mejor, etc.).
Clásicas y especialmente significativas son las conjunciones
de los pares planetarios polares, sobre todo si son relevantes al tipo
de relación estudiada: Sol de una Carta y Luna de la otra (sobre
todo en intercambios heterosexuales, o los amorosos en general y
que estudiara Jung en forma estadística), Venus y Marte en las
relaciones eróticas, Mercurio y Júpiter en las pedagógicas y comer-
ciales, etc. También son importantes aquellos contactos que incluye-
ran (como suele ocurrir) a los regentes del Ascendente o a los
planetas dominantes (Almuten) de cada Carta.
Pero debo aclarar que coexisten dos fenómenos aparente-
mente contradictorios pero con los cuales los astrólogos (y los
sujetos estudiados...) debemos aprender a convivir: por un lado, se
admite y percibe la lectura más inmediata, donde cada uno
representa ante el otro el simbolismo del planeta que le toca en esa
conjunción. Dicho de otro modo, un rasgo particular de uno
(simbolizado por el planeta que él “pone” de su parte en la con-
junción) suscita, convoca o modifica un rasgo particular del otro
(simbolizado por el planeta que el otro “pone”), para bien o para mal,
según la naturaleza de los planetas, su compatibilidad intrínseca,
sus estados cósmicos y el grado de elaboración que cada sujeto
tenga de los mismos hasta la fecha (por ello es tan importante no

120 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


sólo verificar el contacto en sí, si no qué red de significaciones
natales se activan para cada uno a través del mismo).
Pero por el otro, en todo lo que sea conjunción, interrelación
de símbolos y quizás en la Sinastría toda –pero sobre todo en este
apartado en particular–, se verifica por experiencia aquel proceso
que Jung denominó de enantiodromía, es decir, la mutación al
opuesto y la alternancia de los opuestos a las que hiciéramos
referencia en el capítulo 6. Es decir, si bien cada uno puede asumir
característicamente un rol ante un aspecto del otro, hacerle sentir
más claramente una de sus caras (y más precisamente ante una de
las caras que el otro puede mostrarle), es muy frecuente ver la
inversión de roles, muchas veces dotada de una carga libidinal de
dimensiones arquetípicas, como si hubiera un trasvasamiento mutuo
de energías e identidades. Así, en momentos de distracción o
automatismo, el inconsciente toma las riendas y cada uno asume
dramáticamente las proyecciones del otro, verificándose entonces la
lectura opuesta (en cuanto a “quién es quién” en esa conjunción) a
la que hubiéramos hecho a primera vista.

10.f. Los contactos dracónicos


La Carta Dracónica es aquella que dibujamos –nosotros o la
computadora– con las posiciones de los planetas y demás factores
en el marco del Zodíaco Dracónico. Éste tiene su comienzo (0º de
Aries) en el Nodo Norte de la Luna (se sugiere calurosamente el
Nodo Medio), y si bien la estructura general de la Carta no cambia,
nos encontramos con nuevas posiciones zodiacales por signo y
grados. Este Zodíaco se inscribe también en la Eclíptica, contando
desde el Nodo Norte como punto de origen los habituales doce
signos zodiacales iguales de 30º, y es usado con frecuencia cada
vez mayor desde la década del ’50 y, sobre todo, del ’70. Dada la
dimensión lunar que se suele aplicar a esta faceta de la Astrología
(ya que las posiciones dracónicas se miden desde el Nodo Norte de
la Luna), las interpretaciones normalmente hacen hincapié en
aspectos emocionales, anímicos, interiores e inclusive espirituales,
posiblemente de una mayor profundidad que las indicadas por el
Zodíaco Trópico.
Como dije en el punto 2, se la llama “La Carta del Alma”, en
sugestiva alusión a la dimensión a la cual nos remite su simbolismo,
sobre cuyos alcances me explayé en el capítulo 9 del Manual de

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 121


Técnicas de Síntesis Astrológica en varias páginas, puesto que
vengo conferenciando sobre este tema –que me apasiona– desde
1990. Una de las primeras menciones sobre el uso de este Zodíaco
se dio en un libro de Sinastría (Davison, 1959), nada casual, puesto
que lo dracónico se basa en un Eje vincular como lo es el de los
Nodos (puntos 2 y 10.b) y está naturalmente asociado a la Luna,
otro factor básico de nuestra vida emocional y nuestras relaciones.
En la medida en que sus contenidos más bien profundos y
relativamente penumbrosos, como la luz nocturna y el inconsciente
que ésta simboliza, no son de tan fácil acceso como las posiciones
trópicas (las de nuestro Zodíaco de siempre que inicia en el Punto
Vernal y es por ello más solar), las posiciones dracónicas asumen
mayor relevancia cuando las comparamos con las propias
posiciones trópicas: en este caso, las conjunciones y oposiciones
(sugerimos desestimar todo otro tipo de aspecto para este enfoque,
ya que bastante información se acumula sólo de este modo y es el
consejo que han ahondado en el tema) mostrarán “ventanas del
alma”, es decir, funciones personales más conscientes (planetas y
ángulos de la Carta Natal trópica) a través de las cuales se toma
contacto con partes más profundas de nuestra personalidad (las
posiciones dracónicas conjuntadas) y, en cierto modo, gracias a este
contacto, con el Alma toda.
Sin embargo en la interrelación de la estructura trópica y
dracónica de una Carta Natal las ventanas serán siempre las mis-
mas y algunas zonas de la Carta Dracónica quedan naturalmente
relegadas a una mayor oscuridad. Cada vez que entablemos
contacto más íntimo –de alma a alma– con un ser humano, algunos
de sus planetas (o ángulos) trópicos contactarán por conjunción u
oposición algunas de esas posiciones dracónicas en penumbra,
permitiéndonos reconocer así zonas de nuestra propia Alma a través
de rasgos de la identidad espontánea del otro y entablar con
nosotros mismos un vínculo más profundo. Cuanto más importante y
profunda la relación, más de estos contactos cruzados dracónico/tró-
pico y trópico/dracónico solemos encontrar. Usamos 5º de orbe, que
cuanto más pequeño etc.
El primer nivel de lectura es la de la combinación de los
factores involucrados a secas, todavía sin considerar quién pone
qué y ni distinguir el plano dracónico del trópico. Luego, distinguimos
quién pone qué planeta dracónico y quién pone cuál planeta trópico.
Por ser planos diferentes, aquí no es tan patente la enantiodromía:

122 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


como en el caso de las clásicas conjunciones Sol/Luna en Sinastría,
quien pone al planeta dracónico, más lunar, siente un deslumbra-
miento -cuando no dependencia- ante la función representada por el
planeta trópico, más solar, del otro. Pero también quien pone en
juego su planeta trópico siente cierta fascinación, no sólo narcisista-
mente surgida de la actitud del otro, sino también del contacto a
través suyo con ese mundo mágico y nocturno que lo dracónico
naturalmente evoca.
Tal como observáramos en el punto 7, también conviene
observar si la proporción de interaspectos es pareja o si alguno de
ambos participa con muchos más planetas dracónicos que el otro (y
viceversa), pues en este caso, la interpretación antes propuesta, allí
circunscripta al simbolismo involucrado, se hace entonces general a
toda la relación.
Los contactos de una Carta Dracónica a la otra también son
importantes pero son vividos con menor claridad por parte de
ambos. La mutua dimensión inconsciente los hace particularmente
vinculantes, pero con un contenido por ello de difícil manejo por
parte de los participantes. Es frecuente ver cómo una interaspecta-
ción armónica e intensa a nivel dracónico es acompañada por una
mucho más tensa y desagradable a nivel trópico y cómo las
personas involucradas sienten que no pueden separarse, pese a los
evidentes conflictos cotidianos, dado que existe una vivencia, a un
nivel más profundo, de inmensa comunión y complementación de
sus almas.

10.g. Las conjunciones domales


Por posiciones domales de los planetas nos referimos a
aquellas vinculadas a las Casas. Del mismo modo que la moderni-
dad (y en algún momento, los babilonios) ha dado comienzo a un
Zodíaco en el Nodo Norte de la Luna, nuestro conocido juego de
doce Casas es una especie de Zodíaco que tiene su punto de origen
en el Ascendente. Expresa más bien cuestiones asociadas a nuestra
relación con el medio ambiente tanto desde la interpretación pura-
mente simbólica como desde los elementos materiales (matemáti-
cos) que tome en cuenta para realizar su división en doce partes,
dando origen así a los diversos sistemas de Casas que la historia de
la Astrología fue proponiendo a lo largo de los siglos. Fuere cual
fuere nuestra opción al respecto (como la mayoría de los astrólogos

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 123


argentinos, la nuestra es la del Sistema Topocéntrico), es un hecho
que durante esa misma historia las Casas fueron cargándose cada
vez más de los contenidos de los signos zodiacales que se les
asocian.
Se puede entonces tomar el toro por las astas y llevar el
concepto hasta sus últimas consecuencias, calculando “en qué gra-
do de una Casa” se halla un planeta. Como las Casas, cuando las
llevamos a la Eclíptica, son desiguales en la mayoría de los siste-
mas, nos quedan entonces dos opciones: una es calcular las posi-
ciones planetarias en el Zodíaco Domal desde los datos zodiacales
(eclípticos) de los que se dispone, haciendo una regla de tres simple
escolar para cada planeta. Por ejemplo, si ambas Cartas tuvieren un
planeta en conjunción exacta a la cúspide de Casa V, éstos están en
una cerrada conjunción domal a 0º de Leo Domal. Si ambos tuvieren
un planeta exactamente en la mitad de una Casa (“semicúspide”,
capítulo 15), supongamos la IV, estarán en una cerrada conjunción
en 15º de Cáncer Domal. O si un planeta en una Carta está a
exactamente siete grados de distancia de la cúspide de la Casa en
la que se hallara presente –supongamos, la VI– y que en esa Carta
en particular tiene una extensión exacta de 21º, estará en 10º de
“Virgo Domal”, si pensamos los signos como de 30º grados iguales;
y si otro planeta de la otra Carta estuviera a 12º exactos de la
cúspide de su Casa VI y también dentro de ésta, pero teniendo en
este caso una extensión de 36º, también estará en 10º de “Virgo
Domal”, por lo que los dos planetas estarán en una poderosa con-
junción domal. Dejo en manos del lector la deducción de la lógica de
la regla de tres simple implicada en el último ejemplo dado y la
fórmula elemental que la expresaría.
Si esta operación resultara tediosa (aunque ciertas posicio-
nes pueden deducirse prácticamente a ojo al mirar ambas Cartas, y
podemos en esos casos solamente hacer los cálculos confirmato-
rios), se puede acudir a la otra opción, que es la de ir más allá
todavía en la lógica de las posiciones domales y prescindir del
marco inicial eclíptico, usando en el caso del Sistema Topocéntrico
las posiciones ascensionales, las cuales tienen detrás de sí una
tradición con una brillante culminación en los dos creadores del
Sistema, Vendel Polich y Anthony Nelson Page. Su cálculo es
complejo en términos matemáticos, dado que incluye elementos de
cosmografía y trigonometría esférica, pero hay al menos tres
programas de computación que las facilitan: el Special 1 de

124 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Alexander Marr (o cualquier otro que calcule el Speculum para las
Direcciones Primarias), a partir del cual se pueden lograr las posicio-
nes ascensionales restando a las Ascensiones Oblicuas de los
planetas la Ascensión Oblicua del Ascendente (ARMC + 90º). Más
fácil todavía y apretando sólo una teclita de la computadora, median-
te la rutina K “Cambiar Casas por signos y signos por Casas” del
programa de descarga gratuita Kepler de Miguel García y que éste
incluyera en el mismo por sugerencia de Ernesto Cordero, o el pro-
grama argentino Meridian de Juan Saba. Propongo un máximo de 3º
de orbe.
¿Qué simbolizan estos contactos de conjunción domal?
Dado que las posiciones domales (sea en su versión proporcional
eclíptica o en su versión ascensional) refieren a cuestiones concre-
tas de nuestra relación con el medioambiente, más bien despojadas
de matices psicológicos, los interaspectos –aquí, conjunciones–
simbolizarán contenidos igualmente concretos que unen a ambos
sujetos, situaciones específicas que los vinculan no sólo a ellos sino
en fuerte relación con el medio que los rodea.

10.h. Entrecruzamiento de posiciones natales y progresadas


Se combina aquí en gran medida lo dicho en el punto 9 y el
punto 10 en general (más precisamente, el 10.g): el planeta trópico
natal (“quieto”) del otro, es decir, un aspecto de su ser, coincide (es
decir, tanto refleja como activa, convoca o desafía) con “algo que
estoy siendo” (mi planeta progresado) y viceversa. En este caso
conviene reducir los orbes a 1º (eventualmente 2º, y por supuesto
sólo con los rápidos). Las Progresiones se calculan para el momento
en que se conocen, es decir, para el inicio de la relación, pero
también la técnica es repensable para otros momentos de la misma,
tal como sugeriré en el punto 13. De todos modos, el impacto
simbólico del primer momento mantiene siempre su fuerte carga
germinal.
Vale la pena agregar aquí que, si en una relación dada son
más (sea por mayor cantidad, o más intensos o significativos) los
contactos cruzados progresados y natales de ambas Cartas que los
interaspectos natales propiamente dichos, es indicio probable de
que la relación dure lo que el orbe de vigencia de dichos contactos
(costado que relevaremos con más detalle en 13.b). Por otro lado,
los contactos que ocurrieren entre las posiciones progresadas de

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 125


ambas Cartas entre sí, además de tener su duración relativizada a la
velocidad real y dirección (directa o retrógrada) de los factores en
juego, suelen tener una carga destinal, en el sentido de algo que
ninguno de los dos miembros de la relación siente que maneja
totalmente a voluntad.

11. Otros interaspectos


Dijimos que la conjunción es el aspecto privilegiado por
antonomasia en Sinastría. Le sigue en importancia la oposición, a la
que a mi juicio conviene no darle demasiada carga negativa cuando
leemos los símbolos involucrados, puesto que, si bien confrontativa,
la frontalidad de la dialéctica generalmente permite una interacción
bastante clara y por ende menos conflictiva de sus componentes (en
ese sentido, aunque sea más fuerte, quizás es más compleja la
conjunción, por ser más inconsciente). Luego, como apuntáramos al
apuntar la secuencia toda, podemos considerar otros tipos de
aspectos pero cuidando de reducir inmensamente nuestros orbes
habituales natales, porque de lo contrario el exceso de información
no nos permitirá operar cabalmente (si de árboles y bosques se
trata, ya hemos acumulado bastante vegetación solamente hasta
aquí). Sugiero 2º para los aspectos mayores y sólo tomar en cuenta
los aspectos menores clásicos con medio grado de orbe
(aumentándolo a un grado entero sólo cuando el simbolismo es
realmente pertinente al asunto).
Si bien se privilegia antes que nada el mero contacto entre
los símbolos intervinientes, la cualidad de armónico e inarmónico
también tiene su papel, aunque sea secundario. Quizás éste es más
notable por acumulación: si hay una significativa mayoría de
aspectos inarmónicos en detrimento de los armónicos o viceversa,
este dato solo ya es legible como característico del vínculo. Es
sumamente importante, asimismo, verificar si hay interaspectos
reforzados por su duplicación (ej: Júpiter de uno en aspecto al Urano
del otro, y Urano de aquél en aspecto al Júpiter de éste), porque se
tornan de este modo en inmensamente relevantes.
Sin descartar los matices enantiodrómicos, hay bastante
bibliografía de consulta en el estilo de “libro de recetas” (Ronald
Davison y James Neville entre la mejor literatura, mientras Linda
Goodman y Martin Schulman –aunque en su caso, restringidos a las
relaciones “él/ella” – pueden encontrarse entre la más difundida en

126 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


español). Por ser la práctica más habitual en la comparación de
Cartas, no me detendré demasiado en ella.

11.a. Interaspectación de planetas trópicos entre sí


Nada que agregar a lo recién dicho, ya que es el caso
arquetípico y más usualmente observado por la mayoría de los
practicantes.

11.b. Interaspectación de planetas domales entre sí


Nos referimos, por supuesto, a las posiciones de los
planetas en el Zodíaco Domal, al cual hiciéramos referencia en el
punto 10.g. El mismo plano de lectura allí apuntado, sólo que ahora
incluyendo los interaspectos, con los orbes (si es posible, más
reducidos todavía) y criterios recién mencionados al comenzar el
punto 11. Cabe agregar que, tal como concluyeron los creadores del
Sistema Topocéntrico y sus antecesores en el tema y tal como
ocurre en el caso de un aspecto ecuatorial -paralelo o
contraparalelo- reforzando a un mismo contacto angular sobre la
Eclíptica, si un aspecto eclíptico estuviera reforzado por un aspecto
domal o ascencional, sea éste último cual fuera (es decir, no tiene
que ser necesariamente el mismo ángulo, aunque cuando esto
ocurre es doblemente potente), la interaspectación es particular-
mente fuerte, significativa y materializadora y, como tal, muy digna
de tener en cuenta en la interpretación.

11.c. Interaspectación de posiciones progresadas cruzadas


Continuación de lo ya señalado en 10.h, pero reduciendo
más todavía los orbes (para no tornar la información en
inconducente): medio grado para los aspectos mayores, extensible
al grado completo si el simbolismo es particularmente relevante,
cuarto de grado o nada, si vamos al caso, para los menores, de
considerarlos pertinentes y siempre en el caso de los planetas
rápidos. Se toman en cuenta también los cruces de los planetas
progresados de uno con los natales del otro.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 127


11.d. El Zodíaco de Venus
Me gusta llamarlas posiciones venéreas, pero el término no
suele ser muy bienvenido por el prójimo dadas las obvias resonan-
cias que evoca la palabra. Como sea, cercano a la idea del Zodíaco
Dracónico, el prolífico Ronald Davison alguna vez propuso que
“cada planeta tiene su propio Zodíaco”, es decir, podemos pensar a
un planeta cualesquiera de nuestra Carta como punto de origen (“0º
de Aries” del Zodíaco así generado) de una resignificación de todas
las otras posiciones de la Carta según el simbolismo del planeta en
cuestión. Yo he trabajado en lo personal bastante con el tema, pero
la propuesta, si bien fascinante, por la inmensa cantidad de informa-
ción superpuesta que produce, no me llevó todavía a ningún lugar
que yo sintiera de demasiada utilidad.
Una excepción al respecto es el Zodíaco de Venus en Sinas-
tría. Dado el simbolismo inherentemente vincular de este planeta,
los intersapectos entre todas las posiciones de ambas Cartas recal-
culadas en el marco de este Zodíaco, obviamente tomando para
cada una el signo, grado y minuto de su propio Venus como 0º de
Aries, son muy significativos en cualquier relación, por más que ésta
no sea estrictamente “amorosa”, aunque en dicho caso se tornen
particularmente reveladores. A Venus se lo mantiene en su posición
zodiacal original (sino todos tendríamos Venus en 0º de Aries).
Privilegiamos las conjunciones (3º de orbe) y a los otros aspectos
(sólo los mayores) les damos sólo 1º de orbe. La información
resultante es legible en términos generales como característica de la
relación en general, siempre encuadrada en todo aquello más impor-
tante que haya sido visto hasta aquí con las otras técnicas.

12. Las Cartas de Relación


Las Cartas de Relación simbolizan a la relación en cuanto tal
como una entidad autónoma. La información que surge de las
mismas cobra verdadera relevancia cuando ésta tiene cierta
duración o impacto en sus participantes. Es decir, podemos ver muy
bien reflejados los contenidos que caracterizaron y caracterizarán a
futuro al vínculo si ya está proyectado en el tiempo o si les
“sucedieron” eventos importantes a causa del mismo, pero no
funcionan a la inversa: una Carta de relación “fuerte” (después
veremos qué puede significar esto) no garantiza que la relación sea

128 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


análogamente “fuerte”, si no hay algún anclaje real en la vida de sus
participantes, cosa que otras técnicas se ocuparán de indicarnos.
Mencionaré las tres más populares, así como una cuarta
también usada en Buenos Aires a causa de la fuerte influencia que
tuviera allí su autor, Alexander Marr. Hace años hice esfuerzos
denodados para descartar alguna con la expectativa de que su infor-
mación pudiera ser demasiado débil o difusa, o a la inversa, de que
una debería expresar la relación demasiado mejor que las demás.
Luego de testearlas en decenas y decenas de casos, no logré privi-
legiar ni desembarazarme de ninguna en particular: en este sentido,
como tantas otras buenas cosas en Astrología, uno termina usando
aquellas que más cómodas le resultan con los medios materiales
con los que cuenta (programas de computación, etc.), o las que
mejor vio funcionar en las relaciones que más lo impactaron. Por ello
menciono a las cuatro (aunque sí estoy dejando de incluir otras
existentes y de las cuales no logré comprender su utilidad), dado
que las creo a todas útiles para mostrar diversas caras pertinentes
de ese tan polifacético mundo que es una relación humana.

12.a. La Carta Compuesta


Popularizada por Robert Hand, quien escribiera un excelente
texto (Planets in Composite) sobre su interpretación en el estilo de
libro de recetas aunque muy funcional, no se sabe con exactitud
quién la propuso por primera vez: EEUU y Alemania se disputan su
origen, aunque probablemente sea de procedencia alemana (y su
autora o descubridora la gran Edith Wangemman), dado que se ba-
sa en la técnica de Puntos Medios allí desarrollada por la escuela de
Hamburgo en la primera mitad del siglo.
Consiste en el Punto Medio entre cada par de factores
análogos de las dos Cartas a ser consideradas (también admite ser
fácilmente calculada para relaciones de más de dos participantes:
familias, sociedades, grupos de trabajo, etc., aunque saltearemos en
esta exposición los detalles del cálculo para esos casos; varios
programas de computación lo hacen). Así, el Sol Compuesto es el
Punto Medio (interior, es decir, la equidistancia en el arco menor) del
Sol de uno con el Sol del otro: (Sol A + Sol B)/2 (cuidando de sumar
180º si se interpone entre ambos el 0º Aries). La Luna Compuesta,
el Punto Medio entre ambas Lunas, y así sucesivamente. Respecto
de la domificación, se suele tomar el Mediocielo Compuesto y deri-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 129


var del mismo las cúspides de Casas correspondientes a la latitud
geográfica donde nació la relación (aunque es interesante recalcu-
larla también para otros lugares que sean significativos para la
misma), en cuyo caso se le incorpora también el Punto Medio entre
ambos Ascendentes natales como otro punto sensible de la Carta
Compuesta.
Si bien su construcción suena artificial y la Carta resultante
no se corresponde con un cielo que haya tenido alguna vez
existencia astronómica real, hay una fuerte lógica que la sustenta: el
Punto Medio de cada par planetario es el lugar exacto en el que
dichos factores se encuentran, como cuando dos personas se citan
para encontrarse en algún punto geográfico equidistante. Para su
interpretación se sugiere no tener en cuenta al principio las
posiciones zodiacales, sino más bien las interrelaciones más fuertes
por aspecto y por presencia en Casas. Conviene entonces registrar
si hay planetas angulares, cuáles son y cómo están, si hay aspectos
(sobre todo mayores) con orbe pequeño, y particularmente si
participan de configuraciones. Además de las posiciones por Casa
del Sol, la Luna y el regente del Ascendente, observamos las de
aquellos factores que se han realzado según los criterios recién
mencionados, las de los planetas que naturalmente tienen analogía
con ese tipo de vínculo y la de algún stellium, si lo hubiere. Luego
podemos incluir en segunda instancia la información zodiacal (es
decir, por signo) de aquellos mismos elementos.
La Casa I es la Casa I de la relación en sí, la VII es la Casa
VII de la relación (cómo ésta es vista por los demás, o cómo impacta
al medioambiente, además del universo propiamente vincular “den-
tro” de la relación, es decir, entre sus participantes), y así sucesiva-
mente. De esto modo, cada Casa mantiene sus contenidos clásicos
tanto hacia fuera como hacia dentro del vínculo.
Es notable, cuando se angularizan benéficos, o, a la inversa,
maléficos, cómo esto se ve reflejado en el tono de la relación. Del
mismo modo, como señalara Alexander Marr, cuando se angularizan
las luminarias, cúan importante es esta relación, tanto para sus
participantes como para los demás.
Stephen Arroyo, en Astrología, Karma y transformación,
menciona que estas Cartas comenzaron a cobrar sentido para él
solamente cuando, a instancias del comentario de una colega, co-
menzara a considerarlas como símbolo del sentido de esa relación

130 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


en particular, la motivación u objetivo profundo que la sostiene en el
tiempo. Lo que justifica la noción, señalada al principio del punto 12,
de que para que cobren significado deben tener algún tipo de
anclaje (criterio seguido consecuentemente por el autor argentino
Carlos de la Puente en Astrología del Matrimonio, si bien allí
circunscripto a las relaciones amorosas formales heterosexuales).
Por mi parte, además de coincidir con este enfoque, debo a Adriana
Poch Kade el señalamiento de la utilidad de la idea propuesta por el
autor norteamericano Steven Forrest: la de ver en estas Cartas si
una relación es “tiranía, democracia o shock”.
La “tiranía” se da cuando la Carta Compuesta es en sus
posiciones principales demasiado más similar a la Carta Natal de un
miembro de esa relación que a la del otro, en cuyo caso en principio
aquél toma las riendas del vínculo, el cual girará sobre todo
alrededor de su identidad y necesidades. Si bien dicho miembro
llevará la parte cantante, a veces también puede (y suele) quedarse
con las riendas “vacías”, es decir, el otro miembro desaparece por
no verse reflejado en el intercambio y sentirse en cierto modo
obsoleto. En cambio, en la “democracia”, la Carta Compuesta
retoma de alguna manera en forma pareja contenidos importantes
de una y otra Carta: el intercambio es así más equilibrado, y es
notable ver qué aspectos de la relación en la Carta Compuesta
coinciden con elementos de una y otra Carta. El “shock” ocurre
cuando la Carta Compuesta no semeja casi en nada a ambas
Cartas Natales, y por ende la experiencia de la relación es para sus
participantes intensamente extrañante y por ello dramáticamente
movilizadora.
Otra mirada posible y muy productiva es aquella que
considera qué factores de las Cartas Natales de ambas personas
son “tomados” por conjunción a los de la Carta Compuesta. De este
modo, vemos qué aspectos de la personalidad y destino de cada
uno son afectadas por el vínculo en sí. Además de observar el ca-
rácter básicamente benéfico o maléfico de dichos contactos, es in-
teresante computar la mera cantidad de conjunciones de una y otra
Carta para ver, en el caso de que haya una desproporción impor-
tante, cuál de los dos es más afectado por la relación en general.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 131


12.b. La Carta de Relación de Davison
Ronald Davison propuso en su libro Synastry (1959) tomar
ya no las equidistancias planetarias y meridianas (como en la Carta
Compuesta), sino la Carta levantada para el momento y lugar
exactos equidistantes en el tiempo y espacio entre ambos nacimien-
tos. El cálculo es muy fácil si usamos para ello el sistema de Días
Julianos y fracción (GMT/24), que no desarrollaremos aquí por razo-
nes de espacio: confiamos en que posiblemente el lector lo tiene ya
dado en sus programas de cálculo o que sabrá deducirlo por su
cuenta al comprender el concepto que lo sustenta. Valga para ello
como ejemplo un caso muy simple: si alguien nació en Buenos Aires
un día 10 de cierto mes y año a las 14 horas, y otra persona, dos
días después, a las 16 horas y a 200 kilómetros hacia el oeste, la
Carta de Relación correspondiente se levantaría para el día 11 a las
15 horas y a 100 kilómetros al oeste de esa ciudad.
Esta Carta tiene la ventaja conceptual sobre la anterior de
que se corresponde con un cielo astrológico y astronómico real: el
momento que se halla justo en el medio de ambos nacimientos, por
más que todavía no hubiera nacido el más joven de ambos, y el
lugar que se hallaría también exactamente en el medio de ambos
puntos natales, si trazáramos una recta que los uniera y por más
que cayera en el medio del océano. Pareciera mostrar quizás de un
modo más eficaz todavía las experiencias a ser vividas por los
participantes de la relación, aunque de todos modos es frecuente
que muchas de sus posiciones sean en gran medida similares a las
de la Carta Compuesta, lo que implica un refuerzo de las mismas.
Aquello en lo que difirieran, muchas veces vinculado a signos
opuestos, donde se pone de realce el simbolismo de la dialéctica de
ese eje, es aconsejable tenerlo en cuenta como una información
adicional.

12.c. La Carta de Relación de Marr


El alemán Alexander Marr venía trabajando intensivamente
la noción de Tránsito Converso (prenatal) desarrollada por la escue-
la siderealista norteamericana y algunos astrólogos británicos en las
décadas del ´50 y ´60 (incluido Davison), que postula que tanto las
Progresiones Secundarias como los Tránsitos pueden ser calcula-
dos en su forma habitual, directa (históricamente contemporánea a
la época que estemos estudiando en el caso de los Tránsitos, y

132 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


simbólicamente en el caso de las Secundarias), como en su forma
conversa, es decir, tomando ese mismo lapso de tiempo transcurrido
(días, en el caso de las Progresiones –aquí denominadas Regresio-
nes– o años, meses y días en el caso de los Tránsitos) pero yendo
hacia atrás en el tiempo desde el momento del nacimiento del
sujeto. Al trabajar los Tránsitos Ascensionales (muy investigados por
los creadores del Sistema Topocéntrico), que se calculan para un
instante exacto, comprobó que los mismos también eran eficaces en
su versión conversa o prenatal a la hora de reflejar eventos
puntuales ya vividos.
Por ello propuso en Prediction III y algunos artículos de la
revista Astrología del Caba una nueva Carta de Relación que
consiste en tomar el Tránsito Converso exacto correspondiente al
nacimiento del miembro más joven de la relación, considerado
respecto del momento del nacimiento del miembro más viejo. Esta
Carta, que sugiere levantar para el lugar en que se inició el vínculo
(de nuevo, para su cálculo podemos usar manualmente Días
Julianos y fracción o acudir a la rutina de Tránsitos Ascensionales
de su programa Special 1 o al Meridian), se corresponde con un
momento del tiempo que es único para esas dos personas y que por
lo tanto caracterizaría a la relación que las une. Volviendo al ejemplo
hipotético dado en 12.b, la Carta de Relación de Marr se levantaría
para el día 8 de ese mes y ese año a las 12 horas y para donde se
hayan conocido esas personas.
Esta propuesta plantea sin embargo la objeción lógica de
por qué no calcular entonces también el otro punto simétrico en el
tiempo pero “hacia delante” (en nuestro ejemplo, el 14 de ese mes y
año a las 18 horas), también igualmente personal para ambos. Marr
mismo lo propone como posibilidad en los textos antes mencionados
y el argentino Omar González presentó como idea propia esta se-
gunda opción, a la que bautizó (vaya a saber por qué) “Ciclo Madre”.
Es decir que, si seguimos la lógica del asunto planteado, nos
encontramos en verdad con dos Cartas más de Relación distintas
entre sí, lo que seguramente fastidiará al lector si es que su
paciencia le permitió llegar a estos renglones (al menos así lo viví yo
en su momento). Pero esto deja de ser un problema si tenemos en
cuenta lo señalado en el punto 8, donde comenté que las Progre-
siones Secundarias y Arcos Solares levantados en cada Carta para
el momento del nacimiento del otro reflejaban cómo era vivido ese
otro por cada miembro de la relación. Aquí nos encontramos exacta-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 133


mente con lo mismo, sólo que en una versión más específica y
correspondiente al sistema de Tránsitos.
En suma, la Carta anterior al nacimiento de ambos mostrará
cómo percibe al otro aquél que nació primero y la posterior al
nacimiento de ambos mostrará cómo percibe al otro el que nació
después. Los criterios para interpretar estas Cartas son similares a
los lineamientos dados al principio de 14.a, con la salvedad de que
se circunscriben a la perspectiva de cada uno de los miembros de la
relación.

12.d. La Carta del Inicio


Una Carta de Evento se levanta para el momento en que
algo ocurre. Refleja tradicionalmente tanto al evento en sí como todo
aquello que devendrá por él desde entonces, según la noción de la
Astrología como “ciencia de los orígenes” patente en la práctica de
la Astrología natal. Está así a medio camino entre la Astrología
Horaria, la Mundana y la Genetlíaca y, en el caso de que el momen-
to del evento hubiere sido elegido por motivos astrológicos, también
de la Astrología Electiva o Eleccional.
Es indudable que una relación comienza materialmente
cuando sus dos miembros se conocen (en el caso de las relaciones
parentales o de hermanos, el momento es el nacimiento mismo del
más joven, por lo que no tiene mayor relevancia para esta técnica),
pero también es un problema habitual el no recordar cuál fue el
momento exacto en que las personas se conocieron, por lo que en
esos casos es también pertinente tomar el momento conocido en
que comenzó alguna nueva instancia trascendente de esa relación
(tal como el del matrimonio, el “Sí, quiero”, en una pareja, o cuando
deciden de una vez convivir, o cuando comienza efectivamente
dicha convivencia), teniendo en cuenta sin embargo que aquello que
la Carta en cuestión mostrará entonces es el destino del ciclo parti-
cular en ese momento iniciado (por ejemplo en la del matrimonio, no
la relación en general, sino el matrimonio propiamente dicho). Todos
estas consideraciones se problematizan y relativizan con los nuevos
canales de encuentro humano disponibles (por ejemplo, Internet), en
donde el primer conocimiento físico cara a cara está a veces
mediatizado por otras formas previas de contacto. Queda librado al
sentido común del intérprete el decidir qué instante (o instantes)
considerar para este tipo de análisis, lo que muchas veces depende-

134 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


rá sencillamente de cuáles puede recuperar en su memoria con
cierta precisión, recordando que cuanto más anterior sea en el
tiempo, mejor simbolizará al vínculo en general.
La Carta de Evento del inicio de la relación o de alguna nue-
va instancia relevante de la misma se lee combinando laxamente
aquellos criterios de las ramas de la Astrología arriba mencionadas
que uno pudiera manejar, así como los de las Cartas de Relación
antes desarrollados en 12.a. Las angularizaciones, estados cósmi-
cos y aspectos aplicativos de la Luna, del regente del Ascendente y
de los factores más destacados de la misma reflejarán con un sabor
particularmente destinal el potencial y devenir de la relación en ese
momento nacida.

13. El devenir de la relación: las Técnicas Predictivas


El devenir concreto de la relación entendido como el
desarrollo en el tiempo del rico y complejo potencial caracterizado
por todas las técnicas hasta aquí vistas puede también ser abordado
por nuestra mirada para comprender, con la mayor profundidad
posible, los diversos momentos (sobre todo, contemporáneos) por
los que el vínculo transita.

13.a. Significadores de duración


Es conveniente relevar en primera instancia los indicadores
más clásicos de duración de la relación, del mismo modo que en el
pasado nuestros antecesores no estudiaban los principales eventos
futuros de una vida hasta no haber determinado su posible duración,
es decir el momento de la muerte, práctica gradualmente abandona-
da por la modernidad por considerársela incierta y por ello
“políticamente incorrecta” desde el punto de vista ético, amén de
tabúes culturales más cuestionables, resultando así hoy en una
virtual incompetencia general al respecto.
Es evidente que cuanto más “agradables” (e “importantes”)
fueren la mayoría de los significadores hasta aquí surgidos como
más relevantes en el conjunto de las técnicas vistas, mayores
probabilidades de continuidad tendrá una relación. De todos modos
cierto nivel de desafío o conflicto también es necesario para que sea
estimulante y se sostenga en el tiempo a partir de la incitación al

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 135


crecimiento de sus participantes; de lo contrario, puede diluirse por
vivírsela como demasiado estática o aburrida. Sin embargo dema-
siada tensión o inarmonía cósmica hace intolerable la situación
desde un punto de vista realista. Metafóricamente, usando como
ejemplo los interaspectos cruzados entre ambas Cartas, sería ideal
una proporción de “dos a uno”, es decir, por cada aspecto inarmó-
nico, dos armónicos.
Al respecto, tampoco es nada desdeñable la participación de
nuestro tan temido Saturno. Más bien al contrario, es necesaria, si
de duración se trata. Exaltado en Libra, su simbolización de los fac-
tores “tiempo”, “construcción” y “estabilidad” hacen deseable su
presencia a distintos niveles, idealmente con aspectos armónicos.
Cuanto más complementaciones planetarias arquetípicas
aferentes al tipo de relación (Sol-Luna en general, Marte-Venus en
relaciones eróticas, Mercurios en todo aquello donde la comunica-
ción sea esencial, Marte-Saturno en lo laboral, etc.), mayor probabili-
dad de sostenimiento en el tiempo. Otra complementación arquetípi-
ca y vinculante es la de las preponderancias y carencias mutuas
(punto 6), que también tienden a la larga duración aunque con el
peligro de algún eventual cortocicuito mayúsculo que tronque la
continuidad, dados los fuertes contenidos inconscientes mutuos
puestos en juego, según la observación realizada por Jung de que,
en el proceso de introyección, cuando ésta ya ha logrado cierta
masa crítica, el otro deja de ser pantalla privilegiada de proyección
y, si no hubo un crecimiento parejo de ambos, el intercambio quizás
ya no sea sostenible.
Las superposiciones de Ejes mencionadas en el punto 10.b
también aportan a la duración, y muy particularmente las del Eje
Horizontal. Éste es esencial al tema, dado que representa nuestros
automatismos físicos cotidianos y espontáneos (Asc) en interacción
con el Otro (Desc). Que uno tenga presente en Casa I el planeta que
el otro tiene en Casa VII, que tenga en regencia (en su propio
domicilio) o en Casa I al planeta regente de la Casa VII del otro o
que angularice mediante su eje Asc/Desc algún planeta (idealmente,
luminaria o benéfico) presente en las Casas I o VII del otro, etc.,
promueve la duración, sobre todo si ocurre a más de un nivel en
forma cruzada (mutua). Lo mismo puede decirse de la relación (si la
hubiere, ojalá armónica) entre los regentes de sus Ascendentes (y
eventualmente Descendentes), así como, por extensión, de sus
planetas preponderantes (Almuten).

136 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


En todo lo aquí dicho, a veces la mera coincidencia de
signos zodiacales o la pertenencia al mismo elemento, clásicamente
abordada en forma simplista y por ello inconducente por los medios
masivos y los almanaques anuales, por más que no hubiera ángulos
exactos de conjunción o trígono, también favorecen la continuidad
aunque en menor medida (en esa línea podemos considerar asimis-
mo como vinculantes a los signos en quincuncio, si bien indican más
intensidad y transformación que necesariamente continuidad).

13.b. Las Técnicas Predictivas en cada Carta


Más allá de lo que agreguemos en los puntos siguientes, a
la hora de evaluar momentos específicos de una relación, la expe-
riencia y el sentido común prescriben observar primero qué proce-
sos personales están viviendo ambos participantes desde la óptica
de su propia Carta Natal y las Técnicas Predictivas que se le
asocian, en la misma veta de lo sugerido en el punto 1. Mirar
entonces en cada Carta por separado lo que más intensamente
surja de nuestras Técnicas Predictivas favoritas para esos
momentos, aunque ahora desde la óptica de los procesos que más
puedan incidir en el vínculo, es no sólo lógicamente necesario sino,
según mi experiencia, donde mejor se pueden ver las instancias de
su desarrollo.

13.c. Las técnicas predictivas en las Cartas de Relación


Las cuatro Cartas de Relación mencionadas en el punto 12
admiten que se les apliquen las Técnicas Predictivas más clásicas,
con algunas aclaraciones que más abajo haremos, pero con una
salvedad básica: la maraña de información de allí resultante puede
sólo agregar confusión al intérprete si no tiene muy basamentadas
sus síntesis previas de todo lo visto y peor todavía si le da
demasiado lugar a los detalles. Conviene entonces sólo ver qué es
lo más groseramente notorio que surgiere de aplicar estas técnicas y
pensar entonces que ello reflejará procesos a vivir por la relación
misma en el marco de lo hasta aquí recorrido y particularmente en el
de los procesos personales simbolizados por el punto anterior
(13.b).
La Carta Compuesta (12.a) admite Tránsitos (como siempre,
son más notables los de los planetas lentos), sobre todo de con-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 137


junción: en ese caso, el planeta transitante está en esa época exac-
tamente en el medio de los dos planetas de cada Carta que generan
la posición compuesta. Lo mismo puede decirse de la Revolución
Solar (y eventualmente, Lunares), para lo cual debemos tener
calculada la posición exacta de cada Sol al segundo de arco para
que tenga la misma exactitud la posición Compuesta y generar una
Solar con cúspides fiables (hoy ya puede hacerse con programas
computación). En cuanto a las Progresiones, lo que se suele hacer
(y funciona muy bien) es tomar los Puntos Medios de las posiciones
progresadas de ambas Cartas para ese momento (los programas de
computación también lo hacen con mucha facilidad). Recordemos
que sólo consideraremos la activación de puntos neurálgicos de las
Cartas originales (sobre todo Compuesta) mediante aspectos con
orbes muy pequeños (idealmente, conjunción y oposición), así como
dentro de las Progresiones mismas. De lo contrario, es muy fácil irse
por las ramas y perderse.
A la Carta de Davison (12.b), dado que se corresponde con
un momento real del tiempo y el espacio, se le pueden aplicar
Progresiones, Direcciones, Tránsitos, Solares trópicas, Lunares
precesionales, etc. Reflejan muy bien los hitos de una relación y a
mi entender es la única Carta de Relación que muestra claramente
el momento más importante de todos, que es el del inicio de la
misma (por más que en términos predictivos esto sea de poca
utilidad, ya que si la estamos estudiando es porque, a algún nivel
fundamental, ya existe): generalmente aparecen para entonces
conjunciones (o eventualmente oposiciones) por Progresión
Secundaria o Arco Solar de los regentes de Casa I y Casa VII de la
Carta de Relación o de los dos regentes de Casa VII (de haber dos
signos presentes, o en los casos de doble regencia) o del Eje
Horizontal progresado con los planetas presentes o regentes de
esas Casas. Cabe recordar que la Carta original no se corresponde
con el nacimiento de ninguno de los dos miembros de la relación,
por lo que las Progresiones se calculan para la cantidad de días (=
años) transcurridos desde la fecha que le corresponde a esa Carta
hasta aquella que queramos evaluar.
Sobre las dos Cartas de Marr (12.c) y la del inicio de la
relación (12.d) no nos extenderemos, señalando sencillamente que
admiten ambas el uso de las técnicas mencionadas en el párrafo
anterior considerando, como ya advirtiéramos, sólo aquello que se
destaque con particular fuerza.

138 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


13.d. Los arcos de fase
Probablemente todos conozcan la técnica de las Direcciones
Simbólicas de 1º = 1 año. Así como desde el momento del nacimien-
to nuestra Carta Natal comienza a girar lentamente, convirtiendo en
exactos aspectos natales con orbe y generando otros nuevos según
dicho criterio, en cierto modo, cada vez que iniciamos algo, comien-
za a moverse nuevamente desde cero nuestra Carta según este cri-
terio, repitiendo ciertas etapas y ciclos que nos son característicos.
Por ello existe otro modo tradicional de comprender el deve-
nir de una relación en Astrología, que es el de considerar la distan-
cia angular que separa a cada factor de una Carta con cada uno de
los factores de la otra; es decir, sus arcos de fase. Podemos orga-
nizar esta información en una grilla del estilo de las que usamos
para los aspectarios, y muchos programas de computación astrológi-
cos nos lo facilitan de ese modo. Entonces, si consideramos el
momento en que dos personas se conocen como momento de inicio
germinal del movimiento de Dirección Simbólica a razón de un grado
por año, los aspectos mayores exactos o dentro del grado de orbe
que se vayan verificando entre ambas Cartas reflejarán instancias
importantes que irán viviendo dentro del vínculo a través del tiempo.
Desde el punto de vista técnico alcanza con mirar las
Direcciones calculadas en una sola Carta para un momento dado y
ver qué aspectos se dan con la otra Carta Natal. De nuevo sugiero
darle importancia sólo a lo muy fuerte (conjunciones o interacciones
de los planetas vistos como más relevantes en el análisis) y, dado
que la progresión de la secuencia de técnicas desarrolladas dentro
de este punto 13 va de lo más eficaz -a mis ojos- hasta lo menos
elocuente, cabe aclarar que tienen sólo un matiz confirmatorio de
aquello que se hubiere visto anteriormente.

14. La Síntesis
Aunque dediqué un libro entero (el citado Manual) a pro-
puestas de síntesis astrológica, es un hecho que ese proceso debe
ser hecho en forma personal por cada uno siguiendo sus propias
intuiciones. Lo que sí quisiera es enfatizar la vital necesidad de que
ésta sea realizada por el intérprete mientras aplica la secuencia
propuesta e instarlo a que le dé un momento de su tiempo en cada
caso a cada punto de la secuencia y luego en la mirada final.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 139


Conviene ir apuntando lo verdaderamente más relevante de
lo percibido en cada mirada o punto de la secuencia, apenas
esbozar hipótesis interpretativas muy abiertas durante dicho proceso
e ir hilando el conjunto de la información mediante síntesis e
integración progresiva, de modo que al final, una vez realizado todo
el camino, pueda volver a contemplar dicho conjunto desde cierta
perspectiva y así aislar las variables que considere más
características, sea por intensidad, por reiteración, por analogía o
por complementaridad. Ya recuperada la unidad y coherencia sim-
bólica de ese todo, se pueden elaborar entonces hipótesis
interpretativas más fuertes y volver –desde este nuevo panorama–
sobre la información previa para encontrar nuevas dimensiones
confirmatorias o con un detalle mucho mayor. Por ello, entonces,
recomiendo sobre todo evitar la tentación de meramente mencionar
extensamente los detalles de la información técnica surgida o de
realizar breves y cerradas interpretaciones de cada cosa vista sin
haberla encuadrado en un marco mayor y, sobre todo, de olvidarse
de hacer una integración final coherente y satisfactoria de todo.

Vivimos en un mundo maravilloso donde nuestras relaciones


son quizás el regalo más hermoso que nos hace y la Astrología,
para aquellos que la amamos, probablemente se cuenta entre las
cosas más importantes, bellas y valiosas que nos han ocurrido en
nuestras vidas. La combinación de todo ello en un mismo sendero
es una aventura mágica a través de un universo polícromo,
polifacético y lleno de sentido que nos invita, amable y festivamente,
al desarrollo de nuestra consciencia y nuestra comprensión.

140 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


CAPITULO 8

LA PREDICCION SIN HORA NATAL

La falta de ese dato imprescindible que es la hora de naci-


miento de un sujeto –ojalá exacta, al menos aproximada y de hecho
por regla redondeada–, es una de las situaciones más exasperantes
con las que nos encontramos los practicantes de la Astrología,
acostumbrados a las maravillas de tan diversa índole que nos ofrece
una Carta Natal. Y cuanto más oficialmente imposible es de conocer
ese dato por falta de documentos o testigos memoriosos del magno
evento, más nos desarticula y llena de impotencia el no poder brindarle
a esa persona la oportunidad de vivir en carne propia la experiencia de
todo lo que la Astrología tiene guardado para el resto de los mortales.
Las opciones que tenemos son en general bastante dudosas:
trabajar con la posición de los planetas por signo, algo de todos modos
no muy aplicable a la Luna en casi la mitad de los casos, o con algu-
nos aspectos mayores y empezar a arriesgar ascendentes hipotéticos
mediante intuición o péndulo. Si somos muy audaces, hipertécnicos,
con algún rasgo de omnipotencia y sobre todo de iluso podremos
intentar con alguno de esos signos ascendentes y a través del proceso
de rectificación llegar a una hora exacta que finalmente nos satisfaga.
Cuál es ese "finalmente" dependerá con toda seguridad del
carácter de cada astrólogo. Pero es innumerable la cantidad de escán-
dalos cósmicos y cómicos que he visto pasar en muy diversos ámbitos
y situaciones dentro y fuera del país, o dentro y fuera de mi lugar
habitual de trabajo, con personas que sostenían pomposamente que
tal "era" la hora de nacimiento de un determinado sujeto para luego
tener que afrontar no solamente y por supuesto a aquellos que
tuvieran otra versión del tema sino la eventual revelación incontestable
de documentos natales, partidas, afirmaciones de progenitores o testi-
gos del nacimiento en biografías que mostraban una hora radicalmente
diferente a la hora afirmada (la disposición a aceptar como válida esta
bofetada de la realidad también depende por supuesto del carácter de
cada astrólogo). Tales situaciones me hacen ser muy precavido y poco
entusiasta respecto del valor general de las Cartas que son rectificadas
desde horas hipotéticas a partir de una hora totalmente desconocida.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 141


La rectificación de la hora natal es al fin y al cabo un problema
tanto técnico como moral ineludible que el astrólogo no puede sosla-
yar. Técnico, porque comprende una gama muy amplia de variables
matemáticas y de abordajes atendibles acumulados a lo largo de siglos
de tradición que implican una seria capacitación del practicante en esa
área (recomiendo los libros de Laurie Effrein y Alexander Marr que
reseño en el capítulo 20 y las técnicas desarrolladas por Rubí Leza en
el Caba), sin por ello la menor garantía de credibilidad de sus resulta-
dos. El pincipiante cree que existe una serie de cálculos que "determi-
na" que la persona haya nacido en tal o cual momento, pero los practi-
cantes sabemos bien que no es así, sino meramente un caso más de
interpretación donde los resultados de cada uno de esos pequeños
innúmeros cálculos comporta una decisión a nivel interpretativo y que
sobre cada combinación astrológica hay casi tantas interpretaciones
como astrólogos y escuelas.
Y problema moral por varios motivos. El dato de la hora natal
es a priori siempre hipotético, por más que provenga de una partida de
nacimiento o una afirmación muy segura del progenitor, por lo que es
casi ineludible verificar, aunque más no sea por curiosidad o mera
decencia, si la Carta emergente está funcionando, no sólo con los
"Ahá" del sujeto ante una descripción psicológica (la primera vez que
me leyeron una Carta en mi vida, la astróloga –de orientación
psicológica y esotérica– había equivocado en una hora sus cálculos y,
con otro signo ascendiendo, me dio igualmente la experiencia de una
excelente lectura, muy ajustada a mi persona y a mis necesidades de
ese momento: los “Ahá” no significan una Carta bien calculada e inter-
pretada, como la vanidad del astrólogo promedio da por sentado), sino
con el chequeo de cómo funcionaron esas cúspides en hechos ya
acontecidos con técnicas predictivas aplicadas a esas fechas.
Pero hay un aspecto moral mucho más inquietante y de nuevo
ineludible respecto de la rectificación que es el de la virtual manipula-
ción del destino e identidad del otro: yo "decido" que has nacido a tal o
cual hora o minuto a partir de determinados prejuicios. A veces objeti-
vos, según teoría y experiencia astrológica adquiridas, y muchas,
prejuicio en el sentido mas usual y desagradable de la palabra, sensa-
ciones sumamente subjetivas y proyección de contenidos personales
no resueltos, cuando no intencionalidades oscuras, paralelas al juego
de la omnipotencia de decir, ya no solamente "qué te va a ocurrir", sino
"a qué hora exacta naciste, y por ello yo soy el único que podrá decirte

142 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


entonces quién realmente eres y qué te va a ocurrir", todas cosas que
se presume que el astrólogo sabe y el consultante no.
Dicha decisión es disfrazada en su carácter de tal por la su-
puesta objetividad y apariencia de ciencia matemático-determinista con
que se presenta el fenómeno de la rectificación, en la cual la subjetivi-
dad del astrólogo (por supuesto no su supuesto talento) quedan
habitualmente fuera de la cuestión. Muchas de las cosas más desagra-
dables que he visto ocurrir en mi vida dentro de la práctica astrológica
tuvieron que ver con este delicado asunto de la rectificación, asunto
sobre el cual no quisiera extenderme más pero sobre el cual quise
evidenciar mínimamente, pese a su necesidad y utilidad en nuestro
trabajo, algunos costados sumamente débiles que la hacen poco reco-
mendable en aquellos casos de personas que no cuentan con ningún
dato de hora de nacimiento.
Por lo dicho, y sin buscar reemplazar el fascinante problema
de la búsqueda de la hora natal "verdadera", quiero proponer algunos
modos de acercamiento paralelo a dichos casos, para los cuales pode-
mos mirar igualmente una cantidad muy importante de contenidos
usando técnicas astrológicas habituales. Y desde ya los enfoques que
voy a delinear son igualmente aplicables a personas con hora y Carta
Natal conocidas, reforzando de este modo las indicaciones que en
dichas Cartas aparecieran según los métodos usuales.
Para ello, voy a dividir el tema de la predicción en dos situacio-
nes diferentes:
1) La lectura caracterológica, psicológica y destinal de las
posiciones "quietas" de un momento determinado del día de nacimien-
to, es decir, aquello que se acerca a lo que solemos llamar "Carta
Natal".
2) La lectura, sea psicológica u orientada a eventos y con una
mayor o menor carga determinista según el intérprete, de las así
llamadas "Técnicas Predictivas", tales como tránsitos, progresiones
secundarias, revoluciones solares y lunares, etc., consistentes tanto en
movimientos que se den sobre o dentro de dichas cartas quietas así
como otras emergentes de la misma.
En el primer rubro propongo cinco enfoques básicos para
cuando carecemos de hora natal:
A) La lectura de las posiciones, colocando al Ascendente para
el lugar de nacimiento en conjunción con el Nodo Norte de la Luna

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 143


(personalmente, y siguiendo la tradición, privilegio el Nodo Medio). Las
posiciones por Casa así calculadas son en general casi idénticas a las
posiciones dracónicas pero más ajustadas a una referencia destinal y
permiten la utilización del concepto de regencia de una Casa. La
posición de la Luna por signo, Casa y aspectos para dicho momento
del tiempo suele ser muy relevante respecto del carácter y destino
conocidos del sujeto.
B) La lectura de los aspectos con orbes no muy amplios
(mayores hasta 5º, menores hasta 2º) y sobre todo las configuraciones
que se armaren al combinar dichos aspectos, privilegiando en la
lectura aquellas de orbes más pequeños y las que incluyan a factores
más personalizados (Sol, Luna, Nodo) y mayor cantidad de aspectos
mayores.
C) Eventuales configuraciones de quintiles, septiles y noniles,
evidenciadas en conjunciones de tres o más factores en las armónicas
5, 7 y 9, respectivamente.
D) Conjunciones, oposiciones (y eventualmente cuadraturas)
de planetas o Nodo a puntos medios interplanetarios con orbes reduci-
dos (máximo grado y medio, pero privilegiando los de orbe mínimo).
E) La relectura de dicha Carta según el sistema hindú, con el
Zodíaco sidéreo (mi preferencia es el ayanamsa de Lahiri) y usando el
método del signo sidéreo lunar como Casa Uno (capítulo 17).
En el segundo rubro de las Técnicas Predictivas propongo:
F) Tránsitos mayores, es decir aspectos mayores de planetas
lentos a los planetas natales, con orbes relativamente pequeños (2º) y
sobre todo estacionamientos a la Carta Nodal.
G) Tránsitos dracónicos: conjunciones u oposiciones de plane-
tas lentos según su posición dracónica (tomando al Nodo del momento
como 0 de Aries) a las posiciones natales trópicas y dracónicas.
H) Progresiones secundarias anuales, direcciones simbólicas
y cartas diarias en tránsito calculadas con la GMT o TU de la Luna
Nueva inmediatamente anterior al nacimiento.
I) Revoluciones Solares trópicas de la Carta levantada para el
momento en el día de nacimiento en que el Sol hace exacta conjunción
al meridiano superior del lugar (Mediocielo), es decir, el momento en
que el Sol allí culminaba.

144 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


J) Revoluciones Lunares Precesionales, Solares Trópicas y
Progresiones Secundarias Diarias de la Carta levantada para el mo-
mento del día de nacimiento en que la Luna ascendiendo hace su con-
junción eclíptica con el horizonte oriental (Ascendente) de ese lugar.
Probé en forma intensiva otras técnicas usuales, todo de un
modo hipotético y exploratorio, y en general me dieron poco y nada, a
excepción de las mencionadas, las cuales en casi todas las personas
que conozco y sus eventos mayores, así como en muchas figuras
famosas de biografía conocida, me resultaron sumamente satisfacto-
rias y me interesó compartir los resultados. Por ello daré algunas am-
pliaciones sobre por qué quizás funciona cada una de los abordajes
apuntados, para luego ver los cómo y finalmente un caso de ejemplo.
En el caso de 1A referiría primero la abundante casuística de
prueba en la que me preguntaba: "¿Qué interpretaría de esta Carta si
estuviera el Sol en conjunción Ascendente (la conocida Carta Solar)?".
La misma pregunta para la Carta del Sol culminando, la Luna conjun-
ción Ascendente o el Nodo ascendiendo. En casi todos los casos, el
mapa que me parecía más satisfactorio para explicar la vida del sujeto
usando las técnicas más tradicionales de lectura era la del Nodo
ascendente, pese a la popularidad de la así llamada Carta Solar. Y la
justificación podría estar dada en la casi exacta concurrencia por Casa
con las posiciones dracónicas por signo, cosa que no me extraña.
Desde un principio estuve cada vez más convencido de los
valores del Zodíaco Dracónico (capítulo 7) y de su referencia a un
plano no solamente interno o emocional del ser, sino muy perceptible y
referido a su destino más externo. Y esta mirada de los signos dracóni-
cos como Casas, con sus respectivos regentes, etc., se me apareció
hace unos años con derivaciones muy fructíferas. Quizás sea explica-
ble con el hecho de que algo tan importante como el eje dado por la
intersección de la órbita de traslación de la Tierra con el plano de la
órbita de la Luna (Nodo) coincidiendo con la intersección de esa órbita
de traslación de la Tierra con el plano local que representa nuestra
percepción de su materialidad (Horizonte) debería ser un momento del
día lo suficientemente fuerte como para considerarlo personal, más
allá de la hora en que uno haya nacido. Aconsejaría hacer de esta
Carta una lectura convencional, relativizando un poco, por prudencia y
sentido común, las posiciones por Casa de los planetas y el grado de
la Luna.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 145


Sobre 1B no me extenderé puesto que es obvio el valor de los
aspectos y sobre todo las configuraciones en el perfil caracterológico y
destinal derivable de un mapa astral. Lo mismo con 1C, que es un
caso particular de lo anterior y que según mi experiencia y la rauda
popularización de las Armónicas en las últimas décadas, aparecen de
un modo muy visible cuando la configuración se da con orbe pequeño
e incluyendo factores personales como las luminarias y los ángulos
(capítulos 14 y 16). Y con 1D tampoco hay mucho que decir fuera de
sugerir, como para los otros casos, que no le demos demasiada impor-
tancia a los orbes diminutos, dado que no sabemos la hora exacta de
nacimiento, sobre todo con aquello que involucre a la Luna. El sistema
de Ebertin aplicado como tal da resultados maravillosos en una Carta
con hora segura (doy lineamientos precisos y sistemáticos en el
capítulo 9 de mi Manual de Técnicas de Síntesis Astrológica), pero con
este cielo de imagen borrosa es prudente excluir las semicuadraturas y
demás exigencias puntillistas y más bien privilegiar las conjunciones o
puntos medios directos que involucren factores personales.
El enfoque de 1E no es reductible a un párrafo, por lo cual
remito al capítulo 17 o cualquier otro texto introductorio sobre el tema.
Me limitaré a delinear una interpretación en el caso de ejemplo.
En cuanto a 2F, ¿quién negaría el valor de un tránsito sobre
un planeta natal? En este caso, a falta de una posición por Casa feha-
ciente y de una exactitud de posición sugeriría usar, con valor de
lectura de Casa, los signos en que ocurren los fenómenos (derivable
de observación, lo hace también Antares en su excelente Tránsitos
planetarios y Destino) y ser sencillamente flexible con los orbes peque-
ños. A falta de fecha o época "del partil", tendremos las otras técnicas
y tránsitos de planetas más rápidos activando los factores sensibiliza-
dos. Los tránsitos dracónicos (2G) son otro caso particular y dinámico
de lo mismo donde no importa tanto la exactitud del minuto de orbe
porque son rápidos, siendo más poderosos o claros aplicados a la
Carta trópica ("la normal").
En la detección de 2H partí hace años de, en mi opinión, el
mejor libro de Rudhyar, El Ciclo de las Lunaciones, y el valor colectivo
"individuado" de un sujeto respecto de la lunación prenatal. No en vano
ha sobrevivido durante siglos en la práctica occidental el uso en
Astrología médica y predictiva del punto zodiacal correspondiente a
esa conjunción. No sólo estudio del ciclo solilunar en Progresión
Secundaria me fue muy iluminador, sino luego el partir de la hora de
esa lunación prenatal para "individuar" a los sujetos nacidos ese día. Si

146 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


bien no es una Carta rica para técnicas predictivas de tránsito ni tiene
por qué serlo, es muy grande su valor como hora suplementaria para
el sujeto en Progresiones Secundarias, Direcciones Simbólicas de un
grado un año e inclusive la así llamada Carta Diaria (la Carta que día a
día podemos levantar con la TU o GMT natal).
Para las tres técnicas mencionadas sugeriría aplicar el enfo-
que que cada uno viene aplicando en su práctica con una Natal. En mi
caso privilegio en las Progresiones Secundarias la situación del Sol
progresado, los cambios de signo, Casa y dirección (estacionamientos)
de los rápidos, los aspectos que van realizando dentro del grado de
orbe, el momento en que se hace exacto un aspecto natal involucran-
do a planetas lentos, la posición por signo de la Luna progresada y su
ciclo con el Sol. Las cúspides debieran ser relativizadas por ser
relativamente simbólicas, aunque no dejan de llamar la atención los
cambios de signo y las conjunciones a planetas progresados y natales.
En las Simbólicas miro los aspectos mayores que se van
dando dentro del grado de orbe de los factores dirigidos a planetas y
cúspides natales, dándole en este caso mayor importancia de la
habitual a los contenidos por signo, ya que no contamos con Casas
potentes. Y en las Cartas Diarias, lo más claro es cuando un ángulo o
cúspide intermedia hace conjunción a un factor natal o en tránsito que
esté el mismo tiempo interactuando con otros factores, siempre dentro
del marco del simbolismo de los participantes de la situación.
Pasé a la 2I después de muchos intentos infructuosos de vali-
dar la Carta Solar (Sol conjunción Ascendente) como herramienta no
sólo descriptiva de carácter, sino como Carta madre para el cálculo de
Revoluciones Solares. Las Solares Trópicas que surgen, en cambio,
de la Carta de Sol conjunción Mediocielo son muy elocuentes. ¿Será
porque tradicionalmente al Mediocielo se lo consideró un lugar particu-
larmente solar y que allí brilla el astro en su máximo esplendor? ¿O a
que ése es el momento en que entabla una relación más intensa con
ese lugar geográfico, ya que es el instante en que, mientras la Tierra
rota, el lugar en cuestión “pasa” por delante del Sol? Es productivo
leerlas con los lineamientos desarrollados por Rubí Leza en el Caba a
partir de las investigaciones de Marr, Fagan, Polich y Page, es decir,
privilegiando angularidad de planetas solares y natales, conjunciones a
cúspides intermedias topocéntricas, así como otros aspectos, sobre
todo mayores, dentro del grado de orbe, agrupaciones por Casa y
configuraciones, sobre todo si aspectan a factores natales, signo
ascendente, etc.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 147


Pero más rica dentro de esa misma línea es 2J, la Carta del
momento en que la Luna asciende en el día del nacimiento, usando
coordenadas eclípticas. Esta Carta, además de ser quizás más potente
que la anterior en cuanto a las Revoluciones Solares, produce unas
Revoluciones Lunares sumamente ajustadas a los eventos, especial-
mente cuando usamos las Lunares Sidéreas (más correctamente
llamadas Precesionales), es decir incluyendo el corrimiento de prece-
sión de los equinoccios ocurrido desde el nacimiento hasta el momento
de la revolución. El modo de lectura es más o menos el mencionado
de las Solares, a diferencia de que aquí hay que recordar que son un
ciclo menor que se les subordina y que por lo tanto a veces "activa",
sobre todo por conjunción de los ángulos, contenidos puestos en
relieve ya por dicha Revolución Solar. En cuanto a las Progresiones
Secundarias Diarias y sus cúspides correspondientes partiendo de
esta Carta funcionan muy bien, quizás por la connotación cotidiana
que porta la Luna.
Puede ser que la eficacia de esta Carta Lunar se explique por
dos referentes muy claros en la tradición astrológica: uno, la fuerza que
desde siempre y hasta el Renacimiento se le dio a esta luminaria y al
Ascendente para denotar la personalidad del individuo,de modo que
qué Carta más personal para un individuo nacido en un determinado
día y lugar, a falta de la hora de nacimiento, que aquella del momento
en que se unen estos dos factores tan propios y análogos en lo que
refiere a Vida, Madre Tierra y temperamento. Por otro lado, la Carta del
signo lunar tomado como Casa Uno es la segunda en popularidad en
la Astrología Hindú (capítulo 17), siguiendo una tradición occidental ya
referida por Ptolomeo y Manilius. También viene a la mente la famosa
Trutina de Hermes o Carta de Época o Concepción, uno de los más
arcaicos métodos de rectificación y que postula una relación mágica y
forzosa entre el Ascendente y la Luna natales y de concepción que de-
rivó en la actualidad en la Carta del Ascendente Lunar (Revolución
Precesional de la Luna sobre el punto eclíptico del Ascendente), herra-
mienta de rectificación y predicción desarrollada por Alexander Marr.
Aunque puede sonar agraviante a nuestros hábitos mentales
el tomar tantas Cartas de origen al mismo tiempo para comprender la
vida de un individuo, es instructivo saber que esto es algo muy habitual
en otras tradiciones astrológicas, tales como la Hindú. Por otro lado, lo
individual e indefinido del momento de nacimiento es algo ya relativiza-
do por el ex-astrólogo San Agustín a la hora de descalificar a nuestra
Ciencia, exponiendo como argumento el problema de los mellizos (así

148 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


como el de los mellizos astrológicos). En todo caso y en parte influido
por la práctica cotidiana de la Astrología Horaria, siempre me ha cho-
cado la personalización mecánica y narcisista que la gente y particular-
mente los astrólogos hacen de su Carta, hablando de "Mi Venus", "Mi
cuadratura Marte Saturno", etc., como si fuera una propiedad privada
surgida de un esfuerzo personal y cayendo en uno de los ejemplos
más grotescos de lo que los budistas llaman "materialismo espiritual".
Olvidamos que la Carta Natal es nada más que eso, una carta
o mapa de los astros del momento en que nacimos, momento relativa-
mente arbitrario, ya que estábamos por entonces totalmente formados
y condicionados genéticamente, lo que ha llevado desde antiguo,
incluyendo a Ptolomeo en su Tetrabiblos, a suspirar por la Carta del
momento de Concepción aunque sin resultados convincentes hasta la
fecha. Más allá del suceso de nuestro nacimiento, fundamental pero no
único ni primero en nuestro camino en esta encarnación, las posicio-
nes celestes son universales y efímeras, y así como la tradición
occidental y por ello nosotros mismos nos identificamos con alguna o
algunas de ellas (la Carta Natal), puede haber más de un fenómeno
celeste o Carta astral que refleje en parte nuestro destino, rol o paisaje
interior, aunque fuere participando de una trama más colectiva, tales
como los importantes momentos astronómicos que mencioné arriba y
que ocurren en el día y lugar de nacimiento.
Un último detalle técnico: si la Carta del Nodo Ascendente o la
de la Luna Ascendente ocurren demasiado cerca de la medianoche,
queda entonces la duda sobre cuál es la que corresponde a este
individuo en particular. La duda se desvanece fácilmente eligiendo la
que mejor cuadre a lo que ya conocemos de su carácter y destino,
sobre todo cuando la confrontamos con los eventos ya conocidos con
las técnicas predictivas antes mencionadas.
A continuación ejemplifico esta propuesta con un caso particu-
lar. Aunque probé y definí estos lineamientos con multitud de casos
con hora conocida, para hacer justicia al tema veremos el de una
persona de renombre de quien es sumamente improbable que alguna
vez tengamos datos fehacientes sobre su hora natal a través de
partidas de nacimiento o afirmaciones de progenitores y cuya obra
además admiro profundamente. Se trata del poeta alejandrino
Konstantino Kavafis, de quien a continuación transcribo la traducción
del párrafo que le dedica la Enciclopaedia Britannica ed. 1971:

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 149


“KAVAFIS, KONSTANTINO. (1863-1933) Poeta griego que
desarrolló un estilo individual que pulsó una nueva cuerda lírica no sólo
en Grecia, sino para toda Europa. Se mantuvo ajeno a las influencias
de las principales corrientes de la literatura griega contemporánea. En
sus evocaciones del pasado Griego y, sobre todo, helenístico, mezcló
reflexión, sensualidad e ironía, y les dio la solidez y la variedad que
encontró en su propio entorno cosmopolita, ya que había nacido en
Alejandría el 17 de Abril de 1863 (calendario juliano), y pasó la mayor
parte de su vida allí. Escribió mucho, pero publicó poco, un total de
unos 200 poemas. Su producción más importante es posterior a 1910,
por lo cual dijo alguna vez: "I am a poet of old age" (expresión ambiva-
lente que une "Soy un poeta viejo" y "Soy un poeta de la antiguedad").
Su lengua fue una extraña mezcla del refinado y pomposo griego
heredado de los bizantinos, el kazarévusa, y el demótico o lengua
hablada. Su estilo relajado, casi conversacional, es realista y evita la
imaginería exagerada. Para honrar el coraje y el carácter toma sus
ejemplos de la historia, la religión y la política. Su manejo dramático del
material le permite entrar en extraños recesos del alma, pero su
escepticismo no es mórbido y su poesía no pregona la futilidad de la
vida. Murió en Alejandría el 29 de Abril de 1933.”
Del prólogo a la edición española de la exhaustiva biografía
crítica de Robert Liddell: “Puede parecer, en muchos aspectos, como
la antítesis del poeta, aunque en el fondo de su soledad y angustia, de
su compleja relación familiar, de su erudición y de sus vínculos socia-
les y intelectuales, así como de su homosexualidad, supo hallar una
afinidad con la ciudad misteriosa que engendraría tantos mitos de sí
mismo. Nacido en Alejandría de Egipto en 1863, Konstantinos Kaváfis
vivió en esta ciudad, donde murió en 1933, un exilio interior conforman-
do y redefiniendo una forma de expresión artística de atormentados
deseos pasajeros que halla su base en la sinceridad del recuerdo, su
eficacia en la distancia, que lucha contra la emoción y sigue el
entusiasmo de lo vivido recordado. Kavafis constituye una de las voces
poéticas más admiradas del siglo. Poeta en una lengua minoritaria,
parte de esta admiración se debe al interés con que ha sido acogido
por la crítica anglosajona. Cantor de la fragmentación de la antigua
cultura helenística, fiel pensador de la insólita e hierática experiencia
bizantina, sus viejos temas aciertan a encontrar una receptividad, en la
posteridad, muy superior a la que hallan poéticas más basadas en el
presente y en temas aparentemente más nuevos.”

150 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 13. Carta Nodal de Konstantino Kavafis, Luna Ascendente
y versión sidérea hindú

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 151


Finalmente una breve reseña biográfica tomada de dos compi-
laciones (José María Alvarez y Carmen Chuaqui): "La niñez y la ado-
lescencia de Kavafis se vieron marcadas por la inestabilidad económi-
ca, pues su padre murió cuando él tenía siete años y sus hermanos
mayores, carentes de las habilidades de ese próspero comerciante
oriundo de Constantinopla (Istanbul), acabaron por arruinar los negó-
cios paternos establecidos en Egipto e Inglaterra. La madre y sus siete
hijos varones (Kavafis fue el menor y claramente reemplazó a la difun-
ta hermana Heleni, única mujer) se instalan en Londres, donde entre
los 9 y los 16 años el poeta recibió su educación formal y desarrolló su
gusto por la poesía inglesa. En 1879 la familia decide volver a Alejan-
dría, pero se ve obligada luego a refugiarse en Constantinopla en
1882, cuando la flota inglesa bombardea la ciudad. Regresan tres años
después para instalarse en su ciudad natal, Alejandría, de la que sólo
habrá de salir para hacer dos breves viajes a Atenas (1901 y 1905) y a
París y Londres (1897), y donde habría de morir a los 70 años. Treinta
de los cuales –de los 29 a los 59– dedicó a una gris labor burocrática
como oficinista en el Servicio de Irrigación, labor que si bien debió ser
poco grata, le dejaba las tardes libres para hacer las investigaciones
históricas a las que era tan afecto y sobre todo para escribir poesía.
Durante cierto tiempo repartió sus días entre ese empleo, algunas ho-
ras como corredor de comercio y la noche de bares y burdeles de Ale-
jandría. Su contexto vital (la Alejandría finisecular imponía la clandesti-
nidad a las relaciones homosexuales) hizo que la obra de Kavafis se
haya desarrollado bajo el signo de la ambiguedad, y sólo su genio poé-
tico permite que el mundo idealizado que construyó haya adquirido una
intensidad y una fascinación que difícilmente se dan en el mundo real."
Para el día 29 de Abril de 1863 del Calendario Gregoriano (17
del Juliano), el Sol culminaba en Alejandría (3112' N y 2954' E) a las
8 hs 57 min 45 seg de GMT, la Luna hacía su conjunción eclíptica al
Ascendente a las 12 hs 31 min 15 seg (figura 13), y el Nodo Norte
medio de la Luna a las 18 hs 54 min 20 seg (figura 13), mientras la
Luna Nueva anterior se había realizado a las 3 hs 6 min de GMT. Las
coordenadas de Liverpool (en donde vivió de muchacho) son 5325' N
y 0255' W, y las de Constantinopla, 4101' N y 2858' E.
¿Qué vemos de Kavafis en la Carta Nodal (1A), sus aspectos
y configuraciones (1B) y sus puntos medios (1C)? Los principales
elementos distintivos quizás sean la Luna en Virgo en conjunción al
Mediocielo junto a Saturno retrógrado en grado de pérdida y en la
Casa que le es natural. Un Venus en Géminis angularizado en la VII,

152 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


su Casa natural, con otros dos planetas en dicha Casa y rigiendo el
signo de Tauro, en el cual el Sol en Casa V (su Casa natural) conjunta
a Plutón. Completaría esta primera simple visión Sagitario ascendien-
do con su regente Júpiter en Libra en conjunción a la cúspide de Casa
XI, en el contexto de una Carta con la mitad de los planetas (incluidas
las luminarias) y el Mediocielo en signos de tierra así como la mitad de
los planetas y los ángulos en signos mutables, imprimiendo a todo un
fuerte sello virginiano.
Aparece con mucha claridad el artista en el Sol en Tauro en
Casa V, Luna elevada y angularizada, regente del ascendente en
Libra, el Parte de la Fortuna conjunción cúspide de Casa V, Venus an-
gularizado y particularmente bien: trígono a Júpiter en Libra, en trigo-
nocracia, recepción mutua y en la Casa angular que le es afín. Su
carácter historicista, realista, filigranado e hiperartesanal se ve en Luna
y Saturno en Virgo dominantes, la importancia aquí de dicho signo y la
voluntad conservadora de Tauro, desde donde Mercurio hace un trígo-
no en Casa VI. También el amante profuso, promiscuo y célibe, deno-
tado por el Sol en Tauro en V conjunción Plutón, el Venus en Géminis
angularizado en Casa VII y conjunción a Urano, el cual hace trígono al
exhuberante Júpiter, regente del ascendente en Libra y sobre la cúspi-
de de Casa XI, el sexual Marte en la Casa de las relaciones en cuadra-
tura a Neptuno en Aries, todo en el contexto de desapego propio del
aire, de los mutables, de Urano y sobre todo del fuerte Virgo.
Aparecen también dibujados el oficinista burócrata en Virgo,
Tauro, la Luna trígono al Mercurio en VI, en cerrado paralelo de decli-
nación de 8' a Saturno regente de II y tan presente en X: ¡entró a los
29 años y dejó a los 59! También la fuerza de la imagen de su madre
en su destino con la Luna conjunción Mediocielo en una importante
Casa X y una Carta muy receptiva “del otro” por la VII y el hemisferio
occidental muy ocupados, incluida su temprana feminización en la bús-
queda de reemplazo de su hermana muerta, donde Venus en Géminis
(hermanos) oposición Ascendente y conjunción a Urano regente de
Casa III, cuadrado éste a la femenina Luna madre en X rigiendo la Ca-
sa VIII (muerte) en trígono a Mercurio (hermanos). Y por supuesto,
también su carácter de extraña mezcla de, por un lado, identidad de
extranjero casi extraterrestre al que le importaban un bledo los eventos
históricos y políticos contemporáneos, con, por el otro lado, su apasio-
nada valoración del propio pasado helénico, simbolizados por Sagitario
ascendiendo con Júpiter en Libra conjunto a la cúspide de XI en trígo-
no a Urano para lo uno y lo visto de Luna, Saturno y Tauro para lo otro.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 153


El aspecto obviamente más llamativo es el del Sol en conjun-
ción Plutón en Tauro en Casa V, ya mencionado. Y las configuraciones
más características que se forman son dos: la T cuadrada de Saturno
en X en oposición a Neptuno en IV y cuadratura ambos a Marte en
Cáncer en VII, y la figura armada por los dos trígonos de la Carta: el de
la Luna conjunción Mediocielo con Mercurio en VI, y el de Júpiter con-
junción cúspide de XI con Urano en VII, unidos entre sí por cuadratura
(Luna-Urano), quincuncio (Júpiter-Mercurio) y dos semisextiles.
A la T cuadrada se la asocia con dinamismo y compulsión
(aquí doblemente por ser cardinal) expresada sobre todo en el planeta
focal, que en este caso es Marte, el planeta de los deseos y los actos,
imbuido de necesidades elementales y muy personales denotadas por
el signo de Cáncer y volcadas al mundo de relación (Casa VII). En la
medida en que los tres planetas de la T son maléficos y dos están en
caída y el otro en grado de pérdida, las experiencias pueden interpre-
tarse como poco felices, sobre todo en el área vital y afectiva,
expresadas en una búsqueda erótica privada y relativamente solitaria
(Cáncer, Aries, Virgo) desarrollada en forma compulsiva, con una vi-
vencia de “placer prohibido” y vergonzoso en términos sociales y fami-
liares (Saturno en X y Neptuno en IV), y posibles pérdidas tempranas
de figuras masculinas de autoridad. En general, su orientación se
centró en muchachos muy viriles, trabajadores explotados de muy baja
condición social muy bien retratados por el simbolismo. Luego Saturno
y Neptuno sencillamente llevaron a la renuncia de esta actividad y su
instalación en el mundo de la memoria y la poesía, esfera no biológica
en donde la combinación de los maléficos dio sus mejores frutos. El
elemento del pasado histórico tanto personal como social está denota-
do por Cáncer, por Casa IV y por Saturno, siendo una síntesis de
buena parte de su obra el título de su poema emblemático "Recuerda
Cuerpo" (¡Aries, Virgo, Cáncer, Marte, Saturno! Sin olvidar la omnipre-
sente Luna en Virgo angular). Todo lo dicho de la T está, por motivos
simbólicos diferentes, reforzado y también retratado por la mencionada
conjunción de Sol con Plutón en Tauro en Casa V.
La configuración formada por Luna, Urano, Mercurio y Júpiter
no tiene un nombre que yo conozca en la tradición astrológica ni inter-
pretación específica, no estando tampoco incluida en la genial am-
pliación que sobre el tema hicieran Maciá y García. Señalaría el carác-
ter mental de los cuatro planetas, reforzando esa capacidad en el
sujeto por la cerrada interrelación denotada por orbes pequeños y con-
junciones a cúspides intermedias. Las capacidades y facilidades

154 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


poéticas denotadas por el trígono de la Luna con Mercurio dialogan
tensamente con el espíritu visionario y libertad interior del trígono de
Júpiter, aquí regente del Ascendente, con Urano, regente de la Casa
III, resultando en una gran inquietud mental, genialidad literaria y de
nuevo el extraterrestre.
En cuanto a los puntos medios, el que seguramente más atrae
la mirada del intérprete por involucrar centralmente al Sol en conjun-
ción y dentro del grado de orbe, es el de éste con el punto medio de
Venus con Neptuno. Una vez más y ahora por otros símbolos, clara-
mente el artista y el amante. Por otro lado, la equidistancia (punto
medio) casi exacta de la Luna respecto de Marte y el Nodo Ascen-
dente refuerzan el carácter pasional y la determinación que tuvo su
madre sobre su vida de relación y sexual.
Y respecto de la versión hindú usando la Carta del signo lunar
en Casa uno (1E) llamada Chandra Chakra (figura 13), a quien no co-
nozca y no le interese este tema le sugiero saltear los tres párrafos
siguientes, ya que voy a esbozar sólo unos pocos lineamientos sobre
este mapa y sin dar reglas de carácter general, cosa que sí hago en el
capítulo 17. Dicho mapa tiene a la Luna en Leo en I, Saturno y Júpiter
en Virgo en II, Rahu en Escorpio en IV, Sol y Mercurio en Aries en IX,
Venus y Kehtu en Tauro en X y Marte en Géminis en XI.
Otra ve el artista y al amante aparecen retratados por el regen-
te de XII (los hindúes lo llaman "los placeres de la cama") en Leo
ascendiendo y su regente Sol exaltado en Casa trikona (haciendo uno
de los más potentes Yogas benéficos), unido a Mercurio, significador
de la palabra y los escritos, y por otro lado al artístico y erótico Venus
elevado y en regencia en Tauro conjunto a Khetu (éste siempre se dig-
nifica con y dignifica a factores en regencia), denotando su actividad e
imagen social. Júpiter, el Atmakaraka o cosignificador más fundamen-
tal del sujeto por ser el planeta de más grados, está fuerte por Var-
gottama (coincidencia de su posición por signo con el de la Navamsa o
armónica novena) y por estar aspectando por oposición a su lugar de
regencia, haciendo su aspecto especial de trígono al mencionado
Venus y a Kehtu, también en Vargottama, y rigiendo la quinta (creativi-
dad e inteligencia). Su presencia con Saturno en Casa II (rigiendo éste
último la maléfica y burocrática VI y la VII, y cuadrado por Marte en XI
en Géminis, los tres significadores de hermanos varones mayores,
muestra también la ambivalencia económica con sus prósperos inicios,
la decadencia posterior y la estabilidad que le diera luego su rutinario
trabajo estatal.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 155


Los significadores de madre son intensos y ambivalentes, más
positivos que negativos. Por otro lado, si tomamos la posición de la
Luna en el Zodíaco lunar, está en el Nakshatra Uttara Palguini, regido
otra vez por el Sol y duplicando la importancia y excelente posición de
éste en la Carta, Nakshatra asociado con alguien intelectual, orgulloso,
dependiente y tendiente a la disipación. El haber nacido el quinto día
del segundo hemiciclo solilunar lo asocia con un carácter vital, activo,
nervioso, amante de la filosofía y de cuerpo delgado. En la Navamsa,
si tomamos al signo del Atmakaraka como Casa uno, hay una fuerte
Casa IV y Sagitario, denotando potentemente (mucho fuego en plane-
tas y signos en Casas angulares) la importancia de la madre, el pasa-
do, de lo extranjero y lo cultural.
En cuando a la pareja, aparece su carácter de no realización
en Saturno, regente de VII y planeta con menos grados (otro significa-
dor de relación en Hindú), en Virgo y recibiendo y haciendo cuadratura
con Marte. Venus, aunque bien por signo, está mal por su unión con
Kehtu, lo que favorece lo caracterológico y no biológico (por ejemplo,
poesía), pero no aquello que denote "con vida", y que se expresó
favorablemente más en su relación con sus hermanos (rige Casa III),
especialmente Pavlos, con quien conviviera por años compartiendo
correrías, aunque más tarde lo perdiera de modo desafortunado así
como, uno a uno y dolorosamente, a todo el resto de sus hermanos.
Finalmente y volviendo a la Carta Nodal trópica, una somera
aplicación de los lineamientos desarrollados por mí en el Tercer en-
cuentro GeA 1999 en Buenos Aires con el título de "Dominantes, Pre-
ponderancias y Carencias" y luego en los capítulos IV, V y X del
Manual de Síntesis Astrológica: El Camino en el Mapa Natal, nos
muestra a alguien con una acusada preponderancia de Luna y Venus
con fuerte apoyo de Júpiter y Mercurio, denotando de nuevo al poeta,
al amante que satisface sus necesidades de contacto en la multiplici-
dad de relaciones (Mercurio y Júpiter como función auxiliar), al artista
mediante la palabra y la cultura en el sentido más amplio, dados en el
contexto del signo de Virgo, desmesuradamente preponderante, que
refleja aquí la voluntad de perfección, pureza y refinamiento detallista y
filigranado que caracterizó su obra –recordemos, realista– y su replie-
gue en sí mismo en el celibato. Con una Casa X también claramente
dominante por preponderancia, podemos comprender que su vida
haya pasado obsesivamente por conseguir que este quehacer literario
se hiciera público, logrando el debido reconocimiento social y hasta
mostrando de un modo muy expuesto para la época sus experiencias

156 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


eróticas. También vemos el “casto amor a mamá” (Luna y Venus en
Virgo en X), y en el comodismo de los planetas y los laboriosos signo y
Casa, de nuevo su particular apoltronamiento en la burocracia estatal.
Las dominantes por carencia son los planetas Marte, Plutón,
Sol y Urano, el signo de Cáncer y la Casa VIII, que se manifiestan co-
mo es habitual con los contenidos fuertemente inconscientes y reac-
tivos, según el caso, mediante proyección (sus viriles y descastados
amantes, en ámbitos recluidos, privados y con dosis importantes de
peligro), sobrecompensación (lo mismo, introyectado en sí mismo y
exagerado en una hipersexuación que más tarde querrá mostrarle a la
sociedad), sublimación (el contenido fuertemente sexual, así como he-
roico, tanático, bizarro y siempre evocativo de su poesía y sus objetos
temáticos, fundados en una obsesiva e intensa investigación del pasa-
do), destino (las contundentes pérdidas económicas de la familia y la
temprana del propio padre), represión (hubo siempre una lucha inte-
rior, avergonzada, respecto de su actividad sexual, a la que a no muy
avanzada edad parece haberle dado un cierre definitivo) y somatiza-
ción (falleció por cáncer, con intervenciones quirúrgicas previas). En
casi todos los casos mencionados es muy elocuente el eje de apoyo
que ofrece la función superior simbolizada por las preponderancias
como contrapuesto y dialéctico respecto de las carencias.
Si bien el espacio impone sus limitaciones, espero que lo ex-
puesto haya permitido ver cuánto se puede extraer de esta Carta del
Nodo Ascendente y que el perfil del carácter y destino de Kavafis son
claramente inferibles de la misma. Invito al lector a hacer lo mismo con
su propia Carta y la de sus conocidos y verá como se dibuja una cierta
base del propio ser y su pertenencia a una trama colectiva, la que
luego será por supuesto enriquecida por las particularizaciones y espe-
cializaciones individuales que suponen la hora del propio nacimiento y
su correspondiente Carta Natal.
Para las así llamadas técnicas predictivas aplicadas a eventos
y que enuncié al principio, de nuevo por razones de espacio y claridad
me voy a circunscribir a un sólo episodio de la vida de Kavafis, con el
cual confío en que quedará ejemplificada tanto la utilidad de estas
propuestas como su metodología. Es la muerte de Petros, padre de
Konstantino Kavafis, ocurrida en Alejandría cuando éste tenía siete a-
ños, el 22 de Agosto de 1870 (10 de Agosto en el calendario juliano, el
cual se mantuvo allí en vigencia hasta la ocupación inglesa en 1882).

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 157


En Cartas Natales con hora dada y luego rectificada me inte-
resa siempre comenzar con las Progresiones Secundarias porque de-
notan el movimiento interno apriorístico desde el cual el individuo sale
hacia y recibe las diversas corrientes de experiencias medioam-
bientales. Eso haré aquí y, como dije antes, voy a privilegiar para ello
la Carta (2H) levantada para el día de nacimiento con la GMT o TU de
la Luna Nueva inmediatamente anterior al nacimiento (recuerdo al
lector que los datos de fechas y horas de estas Cartas fueron dados
más arriba). Al cumplir Kavafis los siete años, el Ascendente progre-
sado (clásicamente, es decir por hora sidérea o arco solar medio
ecuatorial) está todavía dentro del grado de orbe de conjunción a
Plutón, el planeta de la muerte y que en esta Carta está en conjunción
natal con el Sol (padre). La angularidad natal ya anuncia una manifes-
tación temprana de ese contenido, así como el grado de pérdida de
Saturno (el otro símbolo de padre), el cual se manifiesta a través del
Mediocielo (padre) por trígono y dentro del grado de orbe en la época
del suceso. Por otro lado, se dan dos maduraciones (llegadas por
progresión al partil de aspectos natales con orbe) de aspectos de pla-
netas personales y afectivos con transaturninos (pérdidas): la conjun-
ción de Venus con Urano (separación de un afecto) y la cuadratura de
Marte en Cáncer con Neptuno progresados (desaparición de la figura
parental masculina).
En esta misma Carta Natal, la progresión por Arco Solar (el
clásico, es decir Verdadero Eclíptico) hace más cerrada la conjunción
del Ascendente con Plutón (en rigor, exactísima conjunción al punto
medio de Sol con Plutón), así como la de Venus con Urano (orbe 3').
Plutón conjunta a Mercurio (orbe 3') y la Luna madura (30') su cuadra-
tura con Urano, todos posibles indicadores de muertes o separaciones
en temprana edad. La Carta Diaria en tránsito con esta misma GMT o
TU de la Luna Nueva prenatal, muestra a Plutón en exacta conjunción
al Mediocielo (orbe 10'), actualizando el contenido latente por progre-
sión, y a Saturno en cerrada conjunción con la cúspide de Casa V y
desde allí recibiendo la exacta oposición de Júpiter desde cúspide de
Casa XI (el eje V/XI se asocia con muerte de padres por Casas
derivadas: la VIII de la X/IV). Asimismo Urano en Cáncer hace conjun-
ción dentro del grado de orbe con la cúspide de Casa XII de esta Carta
Diaria, otra unión de símbolos que sintetiza pérdida parental.
Dije que la otra Carta que funciona muy bien en progresiones
secundarias (pero diarias) es la de la Luna Ascendente, la Carta (2J)
que refiriera como también excelente para revoluciones. En cuanto a

158 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


las cúspides diarias progresadas para la fecha, ponen al Ascendente
en cerradísima conjunción a la Luna progresada, la cual está en exacta
cuadratura al Saturno natal y al progresado, ambos en el ya menciona-
do grado de pérdida. La pertinente conjunción Sol/Plutón natal se
actualiza nuevamente con la conjunción de la cúspide de V (derivada
VIII de X) progresada, la cúspide de Casa XII (pérdidas) conjunta al
Nodo Ascendente natal y la de Casa VIII (muerte) se coloca en el
mismo grado de la maduración de la cuadratura de Marte con Neptuno
progresados.
La Revolución Solar trópica directa para los siete años de
edad en esta Carta no es tan elocuente, aunque hay elementos sufí-
cientes: el Ascendente en 145' de Géminis conjunta con 2º al Medio-
cielo y, dentro de 1º, actualiza en el punto medio la conjunción Ve-
nus/Urano que lo encuadra (al potencial denotado por la Progresión
Secundaria y la de Arco Solar, aquí la superposición de ángulo de
revolución con ángulo natal y planetas lo cataliza). Urano en Cáncer de
revolución en conjunción a la cúspide de XI remite nuevamente por
derivadas pérdida parental (está en X natal). Y el Sol está lo suficiente-
mente cerca de la Casa XII (2º y medio) para acercarnos simbólica-
mente al evento, así como la V respecto del Saturno natal que además
aquí cuadra al Saturno de la revolución. Pero es mucho más represen-
tativa la revolución solar conversa: en la misma, Marte en exilio se
angulariza a poco más de 2º del Mediocielo en una muy cerrada (18')
oposición al Neptuno natal (a la maduración por secundaria, el tránsito
planetario converso angularizado en la solar aquí lo actualiza). Saturno
en 2643' de Géminis hace cuadratura a Júpiter en 2756 de Piscis y
éste se opone así a la cúspide de Casa V de la solar directa, la que
cuadraba al Saturno de la misma solar y se hallaba tan cerca del
Saturno natal. Para completar el cuadro, Plutón se planta al lado (1º y
medio) de la cúspide de Casa V, poniendo una vez más a ésta en con-
junción dentro del grado de orbe con el punto medio de la conjunción
Sol/Plutón.
La Revolución Lunar Precesional de la Carta de Luna Ascen-
dente ocurrida inmediatamente después del evento (cuatro días) no
podía ser más reveladora, así como clásica en sus contenidos: el recu-
rrente Plutón se angulariza a 2º del Ascendente, estando éste en exac-
to quincuncio con Saturno en Casa VIII. Una vez más el Sol conjunta a
la cúspide de Casa V (1º de orbe) y dentro de esta misma Casa el
pequeño Mercurio toma contacto por conjunción con los contenidos del
Saturno natal en grado de pérdida. Mientras, la cúspide de Casa VIII

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 159


con su simbolismo de muerte hace oposición dentro de 1º de orbe con
el Urano natal conjunto a la Casa X natal que había previamente
angularizado la revolución solar trópica. Plutón hace conjunción al
Mercurio natal, actualizando la misma conjunción que se daba por arco
solar, tránsito que dentro de la revolución lunar reedita su connotación
mortuoria haciendo un quincuncio a la cúspide de Casa VIII de dicha
revolución. Neptuno, por otro lado, dentro de la revolución hace una
cuadratura a Marte, ambos en los mismos signos natales y actualizan-
do una vez más y de un modo impresionante la maduración por pro-
gresión de la misma cuadratura natal, la que vimos que se había vuelto
a evidenciar también para esta época en la angularización de la solar
conversa.
La Carta del Sol en el Mediocielo (2I), para la cual recomendé
también calcular las revoluciones solares trópicas directas, genera
para los siete años de Kavafis una solar con Urano en conjunción partil
a la cúspide de Casa IV (separación de figura parental), el maléfico
Marte (recordemos que en la Natal está en un estado cósmico bastan-
te malo y potencialmente vinculado a la experiencia de pérdida de pa-
dre) en conjunción al Ascendente de la revolución y la Luna en cerrada
conjunción con Neptuno dentro de la Casa XII denota vivencias oceá-
nicas de pérdida familiar. Justamente Neptuno natal (que está dentro
de la VIII en la Carta de Sol-Mediocielo) es quien conjunta al Ascen-
dente de la Revolución Lunar Precesional correspondiente. En la Solar
Trópica Conversa, vuelve a ser Urano el protagonista (recordemos que
se opone al Mediocielo de la directa), oponiéndose al Ascendente de
dicha revolución conversa y con la cúspide de Casa VIII de la Carta
conjuntando al Urano natal, todo siempre dentro de 1º de orbe. Mien-
tras, Saturno en Casa VIII hace otra vez su cuadratura al eje de las Ca-
sas V/XI, el cual se halla a apenas 2º de la conjunción con el Saturno
natal.
Respecto de tránsitos, no hay mucho que ver que no fuera ya
mostrado en la Revolución Lunar y la Carta Diaria, ya que son tránsitos
realzados en su significación por el marco de cúspides de Casas y
angularizaciones. Quisiera solamente volver a llamar la atención sobre
el importante paso de Plutón sobre el personal y jovencito Mercurio,
también regente de Casa X, arrastrando así su contenido natal de
conjunción con el Sol en la Casa que por derivadas denota muerte de
padre (estoy usando para los tránsitos, como propuse en 2F, la Carta
de Nodo Ascendente), así como el triple tránsito de Saturno en
cuadratura a la Luna y al Mediocielo natales desde Casa I, con su

160 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


contenido natal de grado de pérdida y en Casa X. Por otro lado,
Neptuno en tránsito, que viene de Casa IV natal, se estaba oponiendo
en esa época y de un modo muy exacto desde la cúspide de Casa V y
su contenido por derivadas de muerte de padres mencionado hasta el
cansancio, al regente del Ascendente, evento que en otras circunstan-
cias podría haber tenido una lectura más feliz pero que con esta edad
y el marco de los otros factores operantes nos devuelve al mismo
suceso.
Los tránsitos dracónicos en este caso son un poco decepcio-
nantes, aunque es frecuente que algunas técnicas nos funcionen mejor
que otras en diversos eventos: si funcionaran todas siempre con toda
su potencia, la Astrología se quedaría con un par de técnicas y no ha-
ríamos tanto embrollo, pero sabemos que no es así. Sigo recomendán-
doselo de corazón, y aquí mencionaría, sobre todo para ejemplificar al
lector que todavía quizás no haya entendido qué es exactamente un
tránsito dracónico, que Saturno dracónico en tránsito (es decir Saturno
en tránsito medido desde el Nodo de la Luna en tránsito) está en
conjunción con 2º y medio de orbe al Plutón dracónico natal, y que ese
día el Sol dracónico pasaba también por conjunción a Plutón natal,
esta vez trópico. Otra vez, aunque con cierto orbe, los tres factores
que, combinados, remitían a muerte del padre, tanto por simbolismo
puro como por su situación en la Carta Natal.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 161


162 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 9

ENTRELAZANDO ALMAS:
LAS CARTAS NODALES EN SINASTRIA

Las Cartas Nodales nos brindan una rica descripción del


carácter y destino de los seres humanos, sobre todo en sus relacio-
nes. Se levantan para el preciso momento en que el Nodo Norte de
la Luna conjunta al Ascendente en un lugar y día particulares. Las
técnicas de Sinastría aplicadas a estas Cartas son sorprendente-
mente poderosas a la hora de mostrar la compatibilidad y el destino
de una relación. Además, pueden ser utilizadas cuando se descono-
ce la hora natal.

Primera Parte
Los Nodos de la Luna son importantes para los astrólogos
desde la antigüedad hasta la India contemporánea y especialmente
para los occidentales modernos gracias a la interpretación demiúrgi-
ca de Rudhyar en La Astrología de la Personalidad. Dada la asocia-
ción tradicional de la Luna con el alma, los Nodos pueden mostrar
asuntos particularmente significativos en nuestro crecimiento perso-
nal e individual. Y este crecimiento habitualmente sucede en el
marco de nuestras relaciones más relevantes e íntimas. Reinhold
Ebertin, en su Combinación de las Influencias Estelares, le da a la
Cabeza de Dragón no sólo la correspondencia biológica del cuerpo
astral, el cuerpo vital y la memoria subconsciente, sino el principio
general de asociaciones y alianzas. Esto quizás se deba a que los
Nodos lunares entrelazan desde el punto de vista de la Tierra la
órbita de la Luna y la del Sol: Luna y Sol, Yin y Yang, los símbolos
del arquetipo femenino y masculino.
Por otro lado, la Astrología Dracónica es una dimensión po-
derosa y significativa de nuestra ciencia a la cual referí en el capítulo
7 y cuyo Zodíaco inicia tomando como 0º de Aries al Nodo Norte de
la Luna. Fue señalado en los ’50 por las investigaciones arqueológi-
cas de Cyril Fagan y luego desarrollado en forma independiente por
Maurice Froger en Francia y Ronald Davison en Inglaterra, nada ca-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 163


sualmente en su libro Sinastría. Dennis Elwell llamó públicamente la
atención sobre el tema en una conferencia en 1978 y, tal como
Pamela Crane observó en 1986 en su excelente libro Astrología Dra-
cónica, éste es el Zodíaco que Edgard Cayce canalizó en sus
famosas percepciones clarividentes. Revela profundos significados
de la experiencia humana en cualquier área imaginable, pero espe-
cialmente en nuestras relaciones.
Habiendo trabajado con el Zodíaco Dracónico y con técnicas
de Sinastría desde hace décadas, gradualmente me fui dando
cuenta de cuán elocuentes se vuelven la Carta compuesta popula-
rizada por Robert Hand y la de relación de Ronald Davison cuando
se las calcula en ese Zodíaco, en cuanto a mostrar temas importan-
tes y características de una relación en particular. El lector recordará
la Carta Compuesta que desarrollé en el capítulo 7, asi como su
contraparte, la de Davison. Ambas describen la relación como tal:
pueden ser consideradas la Carta de la relación en sí y su versión
dracónica ilumina características de la relación tan básicas como
profundas.
Sin embargo hace unos años me llamó la atención que las
posiciones dracónicas no mostraban solamente motivaciones inter-
nas y profundas o los anhelos del alma sino que mostraban correla-
ciones estadísticas muy fuertes con hechos “exteriores” tal como la
profesión. Y una vez por casualidad, tal como comenté en el capítulo
8, consideré el Nodo no tanto como un 0º de Aries sino como un
Ascendente, y las cúspides de Casas iguales que se derivaban de
ese Ascendente eran muy expresivas, considerando no sólo las
posiciones de los planetas por Casa (lo que equivaldría a su signo
dracónico, pero desde una perspectiva más exterior), sino también
las regencias sobre esas cúspides. Luego encontré que otros siste-
mas, tal como el Topocéntrico, parecían más elocuentes todavía.
En esa época estaba muy preocupado por lo que los
astrólogos podemos hacer cuando no tenemos la hora natal de una
persona e hice innumerables pruebas con diferentes técnicas y ca-
minos vinculados a posibles Cartas astrales, tanto para la descrip-
ción caracterológica como para la predicción de eventos según
métodos tradicionales, cuyos resultados expongo en el capítulo 8.
Además de la relevancia de cada una de esas Cartas para tal o cual
técnica predictiva específica, encontré que la mejor “Carta Natal
alternativa” para describir la personalidad y destino del nativo era la
que se calcula para el momento en que el Nodo Norte de la Luna

164 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


conjuntaba el Ascendente en ese día y lugar en particular, tal como
comenté en ese capítulo. Vamos a llamarla la Carta Nodal.
Yo no conocía en ese momento las experiencias previas con
el mismo tema: básicamente, la Carta Nodal de Robert Jansky, en la
que el Nodo Sur se ubica en el Ascendente aunque manteniendo la
hora natal conocida, y la Carta Nodal de Bruno y Louise Huber en la
que de nuevo manteniendo la hora natal se ubica ahora el Nodo
Norte en el Ascendente numerando las Casas en el sentido contrario
al habitual a causa del movimiento retrógrado del Nodo. Ambas
propuestas usan Casas iguales. Mi experiencia fue llevada adelante
independientemente de estos precedentes y, si bien no comparto la
mayor parte de sus visiones, las menciono para subrayar la probable
importancia de esta Carta.
Aunque la Carta Nodal es adecuada a toda persona nacida
en ese día y en ese lugar, hay fuertes razones para considerarla
particularmente trascendente. En ese preciso momento coinciden
tres planos fundamentales de la experiencia del género humano: la
órbita de la Luna, la órbita de la tierra, o si se prefiere, la órbita del
Sol vista desde la perspectiva terrestre (es decir la Eclíptica) y el
plano asociado con nuestra percepción concreta de la Tierra, es
decir el horizonte local. Este momento es tan significativo para los
seres humanos que creo que debiera ser considerado por más que
tuviéramos una hora natal registrada. Pero más allá de estas refle-
xiones teóricas, la experiencia fáctica es quien valida la expresividad
de esta Carta.
Muestra características importantes de nuestra vida, tanto
como Carta en sí como cuando le aplicamos herramientas predic-
tivas (Progresiones, Tránsitos, etc.) y refleja notablemente nuestras
relaciones. Reinhold Ebertin afirma con claridad que el punto medio
(aquí la coincidencia) de la Cabeza del Dragón con el Ascendente
significa simplemente relaciones personales. De modo que según mi
experiencia la interacción de estas Cartas Nodales usando técnicas
de Sinastría retrata de un modo sorprendentemente poderoso el
crecimiento de la personalidad a través del camino del espíritu en la
vida mediante nuestras relaciones más significativas y el entrelaza-
miento de nuestras almas.
Voy a intentar mostrar la fuerza de este abordaje desplegán-
dolo con cierto detalle en la pareja de Evita Perón y su esposo, el
presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 165


Segunda Parte
Evita Perón es conocida no sólo por la ópera rock de
Andrew Lloyd Weber o la versión fílmica de Alan Parker protagoniza-
da por Madonna: una de las mujeres más famosas del mundo en su
época, fue una joven actriz argentina de origen relativamente humil-
de que se casó con un político militar, Juan Domingo Perón, justo
cuando él estaba llegando a la cumbre en su carrera. Él obtuvo po-
der trabajando para las clases trabajadoras humildes, y la personali-
dad fuerte, agresiva y carismática de Evita fueron fundamentales
para su relación con el pueblo y su lucha contra la clase alta conser-
vadora. Fue elegido tres veces presidente y ella fue quizás la prime-
ra mujer política famosa del siglo. Su fuerte relación, que duró hasta
la muerte temprana de ella, cambió para siempre la historia del país
y todavía hoy, décadas después, suscitan intensos sentimientos de
amor o de odio en la mayoría de los argentinos.
Ambos tienen horas de nacimiento bastante precisas que
producen Cartas Natales realmente impresionantes. Sin embargo a
fin de mostrar la efectividad del método las voy a dejar completa-
mente de lado, poniendo el foco solamente en sus Cartas Nodales.
Perón nació el 10 de octubre de 1895 en una ciudad llamada
Lobos, latitud 35º10´ Sur, longitud 59º05´ Oeste). Evita nació el 7 de
mayo de 1919 en Los Toldos, 35º10´ Sur, 61º02´ Oeste). Voy a usar
el Nodo medio, validado no sólo por la tradición sino por el análisis
estadístico exhaustivo personal y de muchos colegas.
El día y lugar en el que nació Perón el Nodo Norte de la
Luna ascendió exactamente a las 19 horas, 16 minutos y 25 según-
dos de GMT o Tiempo Universal. En el caso de Evita esto sucedió
justo antes de la medianoche, a las 22 horas, 18 minutos y 45 se-
gundos de la noche anterior, es decir del 6 de mayo.
En un primer vistazo a esa Carta (figura 14), nuestra mirada
es atrapada por la conjunción de la Luna de ella con el Mediocielo,
simbolizando su fama, carisma y autoridad, también reflejadas por
su Saturno en Casa X. A algunos quizás les recuerde la posición
similar de Saturno en la Carta Natal de Hitler o la conjunción de
Margaret Tatcher de Luna en Leo con el Mediocielo. Todos los otros
planetas en la mitad occidental muestran cuán importantes fueron
sus relaciones personales para el cumplimiento del destino de su
alma. Especialmente Venus en la Casa VII, sextil a Mercurio, regen-
te de VII y sextil a esa Luna. La cerrada cuadratura fija de la Luna a
166 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
Figura 14. Carta Nodal de María Eva Duarte de Perón

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 167


la conjunción del Sol con Marte en Tauro en la Casa VI refleja su
fuerza de voluntad, su relación con las clases trabajadoras y su
increíble capacidad de trabajo, inclusive cuando el cáncer le estaba
destruyendo gradualmente el cuerpo. Esto último también quizás
pueda estar simbolizado por Júpiter, regente del Ascendente, en su
exaltación en Cáncer en la Casa VIII. Urano en Piscis, focal en la
Casa IV y encabezando el modelo planetario Taza o Cuenco, tam-
bién puede reflejar su actitud revolucionaria y sus inquietudes eman-
cipatorias por la clase baja oprimida.
En la Carta de Perón (figura 15), la Luna (mujeres, el pueblo,
popularidad) también conjunta el meridiano y Neptuno, el regente
del Ascendente Piscis, liderando su propia Taza o Cuenco (los dos
son clásicas Tazas cabeza dura). Aquí encontramos de nuevo a
Venus en la Casa VII, que subraya la importancia de las relaciones y
de las mujeres en el camino de su vida: durante su primer mandato
como presidente les dio a las mujeres argentinas el derecho al voto
por primera vez en la historia, una fuerte garantía para su siguiente
reelección. Su tercera presidencia comenzó con su última esposa
Isabelita como Vicepresidente, quien continuó como Presidente
cuando él murió. Todo esto puede estar quizás reflejado por el
cerrado trígono de la Luna a la conjunción del Sol y Marte en Libra
(relaciones). La Luna conjunta a Neptuno y a Plutón, mientras Venus
tiene un cerrado cuadrado a Neptuno y un sextil a Urano: los arque-
tipos femeninos están de este modo íntimamente relacionados con
contenidos sociales y transpersonales y, agregándole el hecho de
que la conjunción en Libra está en la Casa VIII y que Mercurio, el re-
gente de VII, está en Escorpio conjuntando a Saturno, podemos ver
quizás por qué enviudó dos veces, una experiencia inusual y bastan-
te fuerte para el alma. De todos modos Júpiter, corregente del As-
cendente Piscis, en Leo y la feliz Casa V, hace trígono al Mediocielo,
al que también rige, mostrándonos su innegable éxito personal.
La Luna de Perón también cuadra a su Ascendente/Nodo
con un orbe de 14’ (de más está decir que una de las ventajas de las
Cartas Nodales es que podemos usar orbes muy pequeños, porque
no hay necesidad de rectificar: ¡no hay dudas sobre a qué hora el
Nodo estaba ascendiendo!). Pero con un orbe de sólo 1’ (aspecto
bastante exacto...) cuadra al punto medio entre Plutón y el Medio-
cielo. Veamos qué tiene para decirnos Ebertin sobre esto: “La habili-
dad para ejercer una gran influencia sobre otros a partir de las
propias y genuinas cualidades interiores. Una mujer con personali-

168 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 15. Carta Nodal de Juan Domingo Perón

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 169


dad. La habilidad para liderar.” Bastante exacto. También el Nodo
Ascendente aspecta a este punto medio con 14’: “El deseo de
obtener liderazgo por la fuerza en una comunidad o grupo. El poder
de influenciar a otra gente. La procura de una posición importante y
el reconocimiento bajo cualquier condición. Una persona famosa.”
También se opone al punto medio Sol Júpiter con 33’: “Dedicar la
vida a aspiraciones sociales. Éxitos compartidos, un encuentro o
acuerdo con otros.” El cuadrado de 7’ de la Luna con el punto medio
Marte-Júpiter es interpretado por Ebertin como: “Una esposa éxito-
sa” y la oposición del Nodo Ascendente a este mismo punto medio
Marte-Júpiter, como: “Abordaje exitoso del medioambiente, organi-
zación, la habilidad para trabajar felizmente con otros. Buena coope-
ración con otra gente. Ventajas a través de otros. Una unión feliz.”
¡Bravo por Perón, y bravo también Ebertin y las Cartas Nodales!
Evita tiene una semicuadratura con 2’ de orbe de su Sol con
el punto medio Luna-Marte, estando los tres relacionados por una
cerrada cuadratura. Ebertin: “Un fuerte sentimiento de solidaridad
entre el marido y la mujer, particularmente sentido por ésta. Las
cualidades de un ama de casa, el poder de afirmarse en el mundo,
la lucha por la independencia. La unión entre marido y mujer.
Prosperidad mediante la cooperación armoniosa.” No elijo capcio-
samente, el lector mismo puede corroborarlo en Ebertin. De paso,
recordemos que se volvieron extremadamente ricos durante su go-
bierno. Júpiter también hace una semicuadratura de 6’ de orbe al
punto medio de Mercurio-Plutón: “El arte de la persuasión. Recono-
cimiento de las masas o del público, gran éxito.” Es parte de la me-
moria colectiva la imagen de Evita con sus discursos tan intensos al
pueblo en el balcón de la Casa de Gobierno (“No llores por mí
Argentina...”). Y con 25’ de orbe, el Nodo Ascendente se opone al
punto medio Venus-Marte: “Una personalidad extremadamente mag-
nética respecto de la atracción sexual. Uniones sexuales.” La gente
que la odiaba la llamaba “La Rea”, “La Perra”, “La Puta” (political
incorrection detected). Con un orbe más grande de 46’ también se
opone al punto medio Sol-Venus, al que Ebertin relaciona, además
de con contactos amorosos, con el mundo del espectáculo y ella era
actriz. Finalmente con 38’ de orbe, la Luna conjunta el punto medio
Saturno-Neptuno: “Enfermedad a través del sufrimiento del alma,
enfermedades femeninas, tanto crónicas como agudas”: su cáncer
antes mencionado comenzó en el útero. Me gustaría enfatizar que
no elegí las combinaciones que se adaptaran mejor al tema, sino

170 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 16. Carta Compuesta de Perón y Evita Nodales

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 171


meramente aquellas con los orbes más pequeños, como suelo y
aconsejo hacer con esta técnica.

Tercera Parte
Al mirar los aspectos cruzados entre las dos Cartas inmedia-
tamente encontramos una curiosa coincidencia: el Júpiter de ella
hace trígono exacto al Ascendente de él y el Júpiter de él hace lo
mismo con el Ascendente de ella. Un aspecto muy bonito que
muestra crecimiento muto, abundancia, felicidad y éxito gracias el
uno al otro: Júpiter trígono Ascendente mutuos. Además el Sol de él
hace sextil a la conjunción Luna-Mediocielo de ella, aspecto clásico
de éxito y armonía en la pareja y una relación importante. Pero
también la cerrada conjunción del Júpiter de él con el Neptuno de
ella, otro aspecto que habitualmente implica crecimiento, felicidad y
abundancia, aquí es especialmente significativo dado que Júpiter es
el regente del Ascendente nodal de ella, y Neptuno el regente del
Ascendente nodal de él. ¡Bingo, Nodales! Una relación sumamente
fuerte y positiva, y un fuerte argumento a favor de nuestra tesis.
Las cúspides de las Casas de la Carta compuesta (figura 16)
se calculan habitualmente desde el Mediocielo compuesto para la
latitud geográfica del lugar en el que se inició la relación. Perón y
Evita se conocieron en Buenos Aires. De este modo Júpiter
compuesto está exactamente opuesto al Ascendente compuesto y
Robert Hand señala que esto debería ser leído como la conjunción
de Júpiter al Descendente, “un aspecto muy positivo y facilitador en
una Carta compuesta”, dice. “Ustedes han venido a formar un equi-
po para el crecimiento mutuo. Van a nutrir y apoyarse el uno al otro
a través de todo tipo de adversidades y van a compartir también los
mejores momentos de la vida del otro. Es probable que su relación
sea bastante próspera. La actitud positiva y el optimismo generados
por este aspecto atraen todo aquello que necesiten del mundo mate-
rial. Y van a conseguir en grado sumo lo que sienten que necesitan.”
Este Júpiter en su signo de exaltación también muestra la
relación intensa y positiva con los demás en general y con su tierra
natal y su pueblo (Cáncer) en particular. También tenemos al Sol en
su propio signo conjuntando a Marte, lo que no es ninguna sorpresa
porque ambos habían nacido con una conjunción Marte-Sol. Pero
aquí está en el brillante signo de Leo y muy cerca de Venus, el pla-
neta del amor y las relaciones que ambos tenían en la Casa VII y

172 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


está en 5º36´, exactamente arriba de la conjunción ya mencionada
de Júpiter, regente del Ascendente de él, con Neptuno, el regente
del Ascendente de ella. La otra luminaria también está en su propio
signo y en cerrada conjunción a Neptuno. Una Carta fuerte, positiva
y poderosa que muestra una relación fuerte, positiva y poderosa.
Siete planetas en menos de treinta grados concentrados alrededor
del Descendente (relaciones) indicando en forma notable mucha
energía tanto dentro de la relación como de la relación como un todo
con los demás.
Saturno compuesto, regente del Ascendente Capricornio
compuesto, está muy elevado en la Carta y en trígono al Ascenden-
te y sextil a la conjunción Sol Marte: otro aspecto que denota
ascenso social, trabajo duro y quizás la clase trabajadora. Ésta está
seguramente simbolizada por la conjunción de la Luna con Neptuno
en Cáncer en la Casa VI (“los pobres trabajadores, los descamisa-
dos”), de hecho exactamente arriba del regente del Ascendente de
la Carta Natal de Argentina. Además Plutón también está exacta-
mente en la cúspide de la Casa VI: el poder de los sindicatos que
ellos crearon y nutrieron; en la Carta de Argentina, Plutón también
está en la Casa VI.
En suma, una relación exitosa (Júpiter), fuertemente amoro-
sa y laboriosa, orientada hacia los demás y para el beneficio mutuo.
Con el brillante militar (Sol y Marte en Leo) y la mujer, si bien fuerte
y popular, sacrificada (Luna en Cáncer con Neptuno), en cierto mo-
do una víctima de la relación, vista por su pueblo con el aura de un
verdadero mártir: la llamaban “Santa Evita”, tanto entonces como
ahora. El Plutón de la Carta compuesta encima de su Venus natal
también puede que refleje algo de ese victimazgo.
La Carta de relación de Davison tuvo lugar el 23 de julio de
1907 a las 20:47:33 de GMT en 58º45’ W y 34º53’ S. Como suele
suceder, tiene una cantidad de elementos similares a la Carta com-
puesta: de nuevo Ascendente Capricornio con su regente Saturno
en sextil al mismo y ahora en un trígono más cerrado a Júpiter en
Cáncer de nuevo opuesto al Ascendente, lo que muestra el carácter
positivamente social del vínculo. Plutón de nuevo en la cúspide de la
Casa VI y el Mediocielo de relación ahora más cerca de la conjun-
ción Sol-Marte natal de Perón. Pero la gran novedad es Luna y
Marte, ambos en Capricornio en la Casa XII conjuntos a Urano, los
tres en oposición a Neptuno. Una relación intensa que ahora enfati-
za su aspecto revolucionario, dejándonos ver de nuevo una actitud

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 173


intensamente laboral, la clase trabajadora oprimida, la mujer trans-
gresora de esta relación que en cierto modo deviene en víctima y,
por qué no, el final triste y prematuro de la relación con su muerte.

Cuarta parte
Perón y Evita se encontraron por primera vez en un acto de
beneficencia el 22 de enero de 1944. Vamos a mirar las Cartas
Nodales progresadas para ese momento, la Carta compuesta pro-
gresada que se deriva de ellas, y las progresiones, las direcciones
de arco Solar, los tránsitos y las revoluciones Solares de la Carta de
Davison. Es sorprendente ver cómo las cosas aparecen tan clara-
mente reflejadas usando solamente como base las Cartas calcula-
das para el momento exacto en que el Nodo Norte medio de la Luna
está ascendiendo para un día y lugar en particular y sin considerar la
hora natal real.
Si miramos la Carta Nodal de Evita progresada por Secun-
darias para entonces, veremos que Mercurio progresado, regente de
la VII natal, hace una semicuadatura a Júpiter natal, regente del
Ascendente nodal, con medio grado de orbe y en sus progresiones
por Arco Solar vuelven a vincularse por sextil, dentro de 1º de orbe,
los regentes de Casas I y VII. También Júpiter, regente del Ascen-
dente nodal y siempre dentro de 1º de orbe, hace sextil con este
sistema predictivo a la cúspide de Casa VII y Venus, el planeta que
allí se encontraba presente, al Marte natal (figura masculina; militar).
Saturno en trígono al Sol natal también denota su contacto con una
figura masculina (y parental: le llevaba veinticinco años) de poder y
el inicio de su notorio ascenso social. Pero es particularmente intere-
sante cómo Júpiter, regente del Ascendente nodal de ella, conjunta
a Neptuno, el planeta que en la Carta Nodal de Perón rige su Ascen-
dente, actualizando la conjunción natal entre ambas Cartas que se
mostraba como particularmente vinculante.
Pero este mismísimo aspecto aparece en la progresión por
Arco Solar de la Carta Nodal de Perón propiamente dicha: ¡Neptuno
progresado conjunción Júpiter natal! En su Carta progresada por se-
cundarias también se vinculan fuertemente sus regentes de Casas I
y VII: Júpiter se halla ahora estacionario en cerrado trígono de 14’ al
Mediocielo natal y en cuadratura de 21’ a Mercurio natal, regente de
VII. El Venus progresado de Perón, que en la natal también se halla-
ba en Casa VII, ahora hace conjunción a Marte natal y sextil a Marte

174 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


progresado en un contacto amoroso sexual, así como un trígono al
amoroso Neptuno natal con 7’ de orbe. Su regente de VII natal,
Mercurio, ahora conjunta dentro de 1º de orbe a Urano progresado,
mostrando cambios dramáticos y revolucionarios en ese rubro
(además de ser el planeta más elevado de su Carta Nodal, con
todas sus asociaciones sociales).
Hay un par de aspectos cruzados notables: el Sol progresa-
do de Eva para ese momento hace oposición al Mediocielo de la
Carta Nodal natal de Perón, el Nodo progresado al Sol natal de él,
así como el Mediocielo progresado se opone nada menos que a su
Ascendente. Por su lado, el Sol progresado de Perón está empezan-
do a conjuntar con poco más de 1º el Ascendente nodal natal de Evi-
ta: impresionante indicación del valor del uso de estas técnicas.
Paralelamente en la Progresión Secundaria Diaria de una y
otra Carta Nodal es muy llamativa la conjunción del Ascendente de
ella a su propia Luna y Mediocielo en Leo natales, simbolizando el
brillo y popularidad que comenzarían ese día, y la del meridiano
progresado de él a su propio Mercurio, regente natal de Casa VII.
La Carta compuesta que surge de sus Progresiones Secun-
darias muestra a la Luna exaltada en Tauro oponiéndose al Medio-
cielo progresado compuesto y el Ascendente progresado diario nada
menos que conjuntando exactamente al importante Sol compuesto
natal.
Las técnicas predictivas aplicadas a la Carta de relación de
Davison son igualmente elocuentes: el Ascendente progresado hace
exacta oposición a Mercurio (aspecto que se mantendría durante un
buen tiempo por esa época, y recordemos que Mercurio es el regen-
te de la Casa VII de ambas Cartas Nodales), el cual está en cerrado
sextil con el Plutón en Géminis que en la Carta de relación conjun-
taba la cúspide de Casa VI, pero que ahora está conjuntando exac-
tamente la cúspide de la Casa V de los romances. Venus hace
sextil al Sol natal dentro de 1º de orbe y Marte, que en la Carta de
relación estaba retrógrado, ha vuelto a su posición natal, acercándo-
se con poco más de 1º a la conjunción con la Luna de la Carta de
relación, en donde regía la Casa VII. El mismo Plutón por su lado,
ahora progresado por Arco Solar, está conjuntando nada menos que
al Sol de la Carta de relación dentro de 1º de orbe. Pero más elo-
cuente todavía se torna la Progresión Secundaria Diaria de esta
Carta de relación para el día del encuentro: el Ascendente conjunta

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 175


al Sol natal de la misma y angulariza asimismo la conjunción que
Júpiter progresado está haciendo al Mercurio de la Carta de relación
con apenas 14’ de orbe, ambos regentes de Casas I y VII en las dos
Cartas Nodales natales. E igualmente impactante, la Luna progresa-
da en Tauro hace una exacta conjunción al Mediocielo progresado
diario para ese día.
Respecto de la importante conjunción vinculante ya mencio-
nada de los regentes de sus Ascendentes nodales, Júpiter (de él) y
Neptuno (de ella), ésta estaba siendo activada en ese momento por
la conjunción de dos tránsitos muy poderosos: Plutón y el Nodo
Norte. La Revolución Solar de la Carta de relación que encuadra al
encuentro reactualiza dicho contacto, dado que Mercurio, regente
del Ascendente de la revolución, está en conjunción a Júpiter, am-
bos regentes de I y VII natales y aquí nada menos que arriba de la
conjunción recién mencionada de Júpiter y Neptuno natales, activa-
da para el momento del encuentro por los fuertes tránsitos señala-
dos. La Revolución Lunar precesional correspondiente se verificó
apenas veinticuatro horas después del encuentro y en ella, además
de la séxtuple conjunción apuntada (Júpiter natal de Perón, Neptuno
natal de Evita, Mercurio y Júpiter, regentes de las Casas I y VII de
la revolución solar, y Plutón y el Nodo Norte en Tránsito), vemos al
Mediocielo, a exactísimos 2’ de orbe de oposición de la Luna de la
Carta de relación (regente de la Casa VII de la misma), oponiéndose
también a Mercurio, el cual activa por cerrada conjunción el regreso
de Marte progresado a su lugar original y a la Luna arriba apunta-
dos. Es notable, asimismo, la conjunción de Marte y Urano, que en
la Carta de relación estaban en conjunción a esa Luna, regente de
VII, ahora reunidos en el signo de Géminis y en exacta oposición al
Ascendente nodal de Evita.
La Carta diaria del día del encuentro (repetición de la GMT o
TU natal para esa fecha), usando como base la hora de la Carta de
relación, muestra una cerrada conjunción de los amorosos Luna y
Venus con 2’ de orbe en Sagitario en oposición al Plutón de la Carta
de relación y por lo tanto en conjunción a la cúspide de Casa XII de
esa misma Carta, indicando tanto la intensidad amorosa y social del
vínculo que comenzaba ese día, como anticipando ya el triste y tem-
prano final de la vida de la mujer que formaba parte de esa relación.
He ilustrado con estos ejemplos la relevancia del uso de
este particular momento celeste que es el momento de la conjunción
del Nodo Norte medio de la Luna con el Ascendente para el día y

176 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


lugar del nacimiento de un ser humano, especialmente en lo que
refiere a su destino vincular. Enfatizo nuevamente su inmensa
utilidad en el caso de que no conozcamos las horas natales de los
sujetos involucrados (o de uno de ellos: valga la aclaración de que
en ese caso conviene trabajar con las Cartas Nodales de ambos sin
tener en cuenta la hora natal de aquél de quien sí contamos con ese
dato). Pero la misma fuerza y exactitud del simbolismo relevado me
llevan a también sugerir calurosamente su uso en forma paralela en
aquellos casos habituales en los cuales de hecho contamos con las
horas natales, dada la gran cantidad de información trascendente
que esta técnica nos brinda.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 177


178 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 10

ASTROLOGIA DRACONICA Y PROFESION

Aunque no estemos acostumbrados a pensarlo de ese


modo, la Carta Natal es un ente colectivo: los planetas no son
“nuestros”, pese a que los astrólogos hablamos cotidianamente de
“mi Venus” o “su Ascendente”. Este ente colectivo es significado por
una tradición milenaria también colectiva y sus componentes en el
momento de nuestro nacimiento estaban “allí afuera” para todos, y
quizás ése sea entonces el plano en donde expresa sus potencia-
lidades y significados más genuinos. De hecho es mucho más inte-
resante desde el punto de vista simbólico el modo en que la Carta
Natal de Sigmund Freud expresa la teoría freudiana, que los diver-
sos avatares de su vida personal o lo que sabemos de su mundo
interior. Lo mismo puede decirse de la de Karl Marx y la de tantas
otras personas que han hecho alguna contribución de relevancia a la
comunidad. Aquello que hacemos laboralmente, le demos o no una
óptica trascendente en nuestras vidas tan problematizadas de hoy
en día, es aquello que estamos contribuyendo al medio del cual
emergemos y dicha contribución, además de nuestra descendencia
o los frutos de nuestras acciones personales cotidianas, es una
herencia concreta que estamos dejando a la posteridad en nuestro
paso por esta vida. Así algo aparentemente tan prosaico o material
como nuestro trabajo quizás sea la expresión más real de la posible
“misión” que podría reflejar la Carta Natal en cuanto símbolo
trascendente e incluyendo las connotaciones espirituales de esa
palabra.
Por ello una de las aplicaciones en donde la Astrología pue-
de prestar servicios prácticos más eficaces a los seres humanos es
el de la orientación vocacional. La mayoría de nosotros debe ocu-
parse de su propia supervivencia y de la de los suyos desempeñán-
dose en alguna actividad y ocupa en ello una gran parte de las horas
que estamos despiertos. La Carta Natal sigue vigente durante todo
ese tiempo y, en el caso de no estar cumpliendo con una tarea afín
a las propias potencialidades, capacidades y tendencias, la sensa-
ción de inadecuación y empobrecimiento existencial es muy grande.
Esto se aplica igualmente a aquellas personas que no están obliga-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 179


das a hacerlo por presiones económicas, dado que el impulso a con-
tactarse con los demás y a realizar actividades productivas para uno
y para la sociedad es una tendencia natural en el ser humano.
Generalmente las personas que expresan una gran plenitud perso-
nal y alegría de autorrealización están realizando actividades que
están plenamente reflejadas por el simbolismo de sus significadores
vocacionales en su Carta Natal. De hecho, los cambios de vida más
espectaculares y positivos que ví realizar a personas a partir del
asesoramiento astrológico son aquellos vinculados al señalamiento
de posibilidades laborales que no habían sido imaginadas o
consideradas seriamente y que, en el momento que fueron tomadas
en cuenta, dieron un nuevo giro dramático a su potencia personal,
su autopercepción y su calidad de vida toda.
Los principales significadores de vocación, profesión y ocu-
pación (por un momento tomaré los tres términos como sinónimos)
son tradicionalmente el Sol (su posición por signo y Casa, sus
aspectos principales, la situación de su dispositor y del planeta
explorador, es decir, el que antecede inmediatamente al Sol en el
orden zodiacal), el Mediocielo (y por extensión la Casa X y sus
ocupantes, así como las otras dos Casas del así llamado Triángulo
de Tierra: la II y la VI, considerando en los tres casos el signo en la
cúspide, sus regentes, los planetas aspectando a las cúspides con
orbes pequeños, y sobre todo, muy especialmente, los planetas
ocupantes). También se suelen tener en cuenta el planeta más ele-
vado, el Parte de la Profesión (Mc + Luna – Sol), el Ascendente y
todo lo que se le asocie (particularmente planetas presentes en el
segundo signo de la Casa I), la Luna Nueva prenatal, planetas
ferales o inaspectados, planetas en excelente estado celeste, Marte
como significador de actividad y la Casa XI como derivada (II de X),
todo por supuesto en el contexto de la Carta Natal como conjunto.
Una vez considerados todos estos significadores, algunos se reitera-
rán por demás y serán indicadores laborales privilegiados de esa
Carta en particular.
Sin embargo según nuestra experiencia existe otra
dimensión de la Carta Natal menos atendida en cuanto a esta pers-
pectiva y que muestra de un modo también contundente la participa-
ción del individuo en el ámbito colectivo a través de sus actividades,
y es la de la consideración de las posiciones dracónicas, sobre cuyo
valor ya me extendí en los capítulos 7 y 9, comentando la dimensión
anímica profunda a la que alude por su base lunar. Pero hace un par

180 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


de décadas, cuando me hallaba enfrascado en la aplicación de esta-
dísticas a la Astrología, a la hora de ver reflejados grupos profesio-
nales en el simbolismo clásico de los signos zodiacales, más que las
posiciones trópicas habituales o inclusive las del Zodíaco Sidéreo
con el ayanamsa de Fagan o Lahiri, las posiciones en los signos
dracónicos eran por lejos las que mejor funcionaban, sobre todo en
el caso del Sol.
Quizás la respuesta a este enigma de por qué lo que al pa-
recer reflejaba en principio una dimensión más bien interior reflejaba
tan acabadamente una manifestación tan exterior en el mundo como
es lo profesional, se halle en la interpretación que milenariamente
han dado los hindúes al Nodo Norte, al que llaman Rahu. Lejos de
los rasgos suavemente benignos que la tradición occidental ha
asignado a este punto y sobre todo desde que Dane Rudhyar le
otorgara una naturaleza kármica positiva en cuanto un aspecto de
nuestra personalidad a desarrollar para propiciar el crecimiento del
alma, la Astrología hindú le asigna una oscura dimensión trans-
personal y colectiva, similar a la que en Occidente hemos dado a los
transaturninos. Entre otras significaciones, se lo asocia con la
inmersión en el campo anímico de las masas, la popularidad, la
fama, el prestigio, el poder, el éxito material y hasta inclusive la tec-
nología. Estos significados no son necesariamente positivos, dado
que al reflejar las aspiraciones del ego en el medio ambiente, puede
haber una intoxicación del individuo al sumergirse en estas dimen-
siones tan poderosas. Los hindúes suelen interpretar que con un
Nodo Norte posicionado en Casas elevadas, en el momento de su
activación (generalmente por la técnica más popular usada por ellos,
los períodos planetarios), el sujeto tiende a vivir una importante ele-
vación social.
Por otro lado, el astrólogo alemán Reinhold Ebertin, en su
clásica Combinación de las Influencias Estelares, le asigna la signifi-
cación de vínculos y asociaciones, y las asociaciones más podero-
sas que podemos establecer son aquellas que entablamos con el
medio ambiente a través de nuestra actividad ocupacional. Inclusive
si pensamos al Nodo Norte desde la visión más difundida en las últi-
mas décadas en Occidente, es decir, como un contenido a desarro-
llar para nuestro crecimiento individual, el ejercicio en el ámbito
colectivo o social de aquello que se le derive (tal como las posicio-
nes dracónicas) puede ser un canal privilegiado para lograr dicho
crecimiento y es probable que el individuo lo busque naturalmente.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 181


Siguiendo las prácticas de los primeros cultores del enfoque
dracónico (Ronald Davison, Dennis Elwell, Marc Penfield y Pamela
Crane), consideramos en su interpretación fuertes preponderancias
por elemento, ritmo o signo (stellium) dracónicos; Ascendente, Sol y
Luna dracónicos, con sus reposicionamientos trópicos por Casa, la
función particular del regente del Ascendente dracónico mediado por
su versión trópica; y conjunciones y oposiciones con hasta 5° de
orbe entre planetas dracónicos y trópicos, así como entre planetas y
cúspides, sobre todo angulares. Podremos interpretar todos los sím-
bolos mencionados como fundamentales en la perspectiva vocacio-
nal de la persona.
En este capítulo utilizaremos las posiciones dracónicas sur-
gidas del Nodo Medio de la Luna, el cual ha sido utilizado milenaria-
mente tanto en Occidente como en la India. Nuestra experiencia
personal nos ha llevado a descartar como menos expresivas las
posiciones surgidas del Nodo Verdadero (más correctamente
llamado Nodo Instantáneo), el cual dada la dificultad de su cálculo
comenzó a incluirse en algunas efemérides astrológicas (Michelsen)
recién en la década del ’80, encontrándose ahora disponible como
opción en casi todo programa de computación. Si bien algunos
astrólogos lo prefieren, quizás por reflejar la intersección exacta en
un momento dado de la órbita de la Luna con la Eclíptica o por la
seducción semántica de la palabra “Verdadero”, el chequeo sistema-
tico de ambas posiciones en cientos de Cartas, que a menudo
difieren en poco más de un grado cuando no menos, sobre todo al
confrontar las Revoluciones Solares Dracónicas que suceden cada
once meses cuando el Sol y el Nodo repiten su ángulo natal y que
muestran diferencias radicales, hasta a veces con un día entero de
diferencia, nos ha llevado a convencernos de la conveniencia de
utilizar el tradicional Nodo Medio.
Ilustro lo hasta aquí referido con un primer ejemplo, la popu-
lar cantante norteamericana Madonna, nacida a las 7:05 horas del
16 de agosto de 1958 en Bay City, Michigan (83w54, 43n46; GMT
12:05; fuente: partida de nacimiento, Astrodatabank. Figura 17). La
fuerza de Virgo en su Carta Natal trópica puede expresar el gran
puntillismo y laboriosidad por la cual es famosa, así como el
seudónimo con el cual se la conoce desde pequeña (“Madonna”: la
Virgen). A esto último puede aportar también el arquetipo de la Luna
ascendiendo, así como a su fama. Pero no parece expresar a prime-
ra vista su elección ocupacional, así como tampoco su Mediocielo

182 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 17. Cartas Natales trópica y dracónica de Madonna y Albert Einstein

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 183


en Géminis, con Mercurio, regente tanto del mismo como del Ascen-
dente, en Virgo y en Casa XII. El signo solar de Leo por supuesto
refleja su creatividad, protagonismo e inclinación a las tablas, pero
su posición en Casa XII, si bien puede dar cuenta de la faceta acto-
ral, no da una idea de su gran proyección, su carácter transgresor y
el canto y la danza de los cuales se ocupó principalmente.
Cuando miramos la versión dracónica de esta misma Carta
las cosas ya toman otro cariz: el núcleo que rodea al Ascendente se
halla ahora en Acuario, mucho más afín con la figura transgresora,
cambiante y fuertemente apoyada en la tecnología que conocemos,
además del mundo del rock en general. Sin embargo las mayores
revelaciones se dan a la hora de combinar superponiéndolas las dos
cartas, trópica y dracónica: el Sol en Capricornio, que denota a la
dura empresaria que supo ascender socialmente y superar todos los
obstáculos, se reposiciona en la Casa V trópica, la de la creatividad,
la autoexpresión y la autoexposición (de hecho hay cuatro planetas
dracónicos ahí dentro, con, además el artístico Venus cerca de la
cúspide). Por otro lado, el Ascendente dracónico en Acuario angula-
riza con suma exactitud al Urano en Leo natal, reforzando el indivi-
dualismo, la creatividad, la inventiva y el show-business. Asimismo
el Mediocielo en Escorpio también subraya el carácter transgresor
de Urano y Acuario por el cual fue tan reconocida, así como los
matices fuertemente eróticos que tuvieron muchos de sus temas y
espectáculos. Pero más importante es que ese Mediocielo angulari-
za a Neptuno, vinculado a la música, los cambios camaleónicos, el
espectáculo, los mass-media e inclusive la perversión sexual con la
que jugó deliberadamente en algunos de los espectáculos que la
hicieron famosa.
Sin duda una Carta no invalida a la otra sino que la comple-
menta, uniéndose sus significados tanto al superponerlas como al
tomarlas cada una por su lado. En el caso de Albert Einstein,
nacido a las 11:30 horas del 14 de marzo de 1879 en Ulm, Alemania
(10e00, 48n24; GMT 10:50; fuente: partida de nacimiento,
Astrodatabank. Figura 7), la posición del Sol en Piscis y la de la
Luna en Sagitario como regente de un Ascendente en Cáncer pare-
cen reflejar el alcance cósmico de su teoría de la Relatividad, así
como su misticismo, sus inclinaciones musicales y algunos rasgos
de un carácter en general bondadoso y distraído, aunque haya
registro de arranques temperamentales de los que no dan cuenta
estas posiciones. ¿Pero dónde está el científico, que al fin y al cabo

184 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


fue su profesión? Podemos asociarlo quizás con su conjunción Mer-
curio-Saturno en Aries en Casa X, aunque Saturno está en caída,
quizás con el Marte exaltado en trígono a Plutón, pero nada de ello
parece vincularse cabalmente a los ángulos o al regente del Ascen-
dente de un modo de que esté debidamente personalizado.
Cuando miramos su Carta Dracónica, encontramos al ana-
lítico signo de Virgo en el Ascendente, con su regente Mercurio en
domicilio en Géminis, signo del Mediocielo, y conjunto al Saturno
antes mencionado, también en Géminis. Aquí ya hay un contenido
intelectual y actuante con la materia más acusado, incluida la rela-
ción del Sol, ahora en Tauro, con lo material, y la Luna en Acuario,
signo científico por excelencia. Pero al superponer las posiciones
dracónicas con las trópicas encontramos una mayor definición del
hombre de ciencia: el Marte dracónico conjunta al Sol trópico y el
Sol dracónico conjunta a Plutón trópico: los dos regentes de Escor-
pio, signo también vinculado a la investigación científica, se le unen,
mostrando no sólo la relación contundente y agresiva con la realidad
de ambos planetas y que acompaña la investigación física, sino a-
quella lamentable que tuvo con la creación de la bomba atómica que
causaría matanzas masivas de las cuales nunca pudo recuperarse,
en términos de culpa. De hecho se convirtió luego en un decidido
pacifista, también reflejado por la conjunción del Mediocielo dracó-
nico a Neptuno, que evoca asimismo las dimensiones cósmicas de
la teoría de la Relatividad.
Wolfgang Amadeus Mozart nació a las 20 horas del 27 de
enero de 1756 en Salzburgo, Austria (13e01, 47n48; GMT 19:07:56;
fuente: registrado por su padre, American Book of Charts. Figura 8).
Hay elementos que indudablemente muestran al genio creativo: el
Sol y Mercurio, regente del Ascendente y del Mediocielo, en Acuario
y en Casa V junto al regente antiguo del signo (Saturno), mientras el
regente moderno Urano hace oposición al Ascendente. ¿Pero dónde
aparece el artista, y más específicamente, el músico? Es cierto que
el Sol está opuesto a Neptuno, pero no parece suficiente, quizás en
la Carta Dracónica haya más claves: el Sol ahora se encuentra tam-
bién en la Casa V pero en regencia en Leo junto a Mercurio y el ya
mencionado Saturno. La Luna en Cáncer también aporta mayor sen-
sibilidad, así como el Ascendente Piscis, sin duda vinculado a la
música: la oposición Neptuno-Sol ahora está mucho más personali-
zada por regir aquél el Ascendente. Al superponer las dos Cartas,
vemos entrar a Venus en escena: Neptuno dracónico lo conjunta

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 185


(música), mientras Venus dracónico está en conjunción con el
Ascendente. Venus, Leo, Neptuno, Piscis, Casa V, Cáncer… ahora
sí parece haber más elementos para comprender por qué tenemos
entre manos la Carta de un músico y no sólo la de un genio creativo
(que podría sino haberlo sido en cualquier otro ámbito).
Por supuesto que si analizamos cada una de las Cartas
trópicas mencionadas con mayor detenimiento y otras herramientas,
habría elementos para comprender también el por qué de esa orien-
tación vocacional en particular que hizo aportes tan importantes a la
sociedad: los puntos medios, las armónicas, un análisis más fino de
las interacciones planetarias y las regencias por Casa, etc. Pero el
objetivo aquí es el de una mirada somera a los principales elemen-
tos de la Carta y cómo pueden las posiciones dracónicas aportarnos
otra información complementaria en muchos casos más esclarece-
dora.
Vimos las Cartas de un científico y de dos artistas de orien-
tación muy diferente. Le toca ahora a un político: George W. Bush
Jr., nacido a las 7:26 horas del 6 de julio de 1946 en New Haven,
Connecticut (72w55, 41n18; GMT 11:26; fuente: partida de naci-
miento, Astrodatabank. Figura 8) y cuya Carta Natal en parte explica
lo que conocemos de él aunque no completamente. Durante años
fue quizás la persona que tuvo mayor poder en el mundo, con una
política exterior agresiva y un alto grado de apoyo de su pueblo
expresado en su reelección tanto como gobernador de Texas como
en el cargo de presidente de los Estados Unidos. Su Carta Natal
trópica muestra en parte este poder con un Mediocielo en Aries y un
Ascendente Leo y Plutón en Leo presente en la Casa I junto a otro
planeta personal, Mercurio. Pero el regente del Ascendente va a la
Casa XII y en Cáncer, lo que parecería debilitarlo. Tampoco la Luna
en conjunción a Júpiter en Libra muestran la actitud despótica con la
que lo percibió buena parte del mundo, aunque sí su relativa popu-
laridad, el costado social de lo político y su eterna sonrisa.
Las posiciones dracónicas muestran otro panorama: el Sol
se halla ahora exaltado en el belicoso Aries y la Luna, en regencia
en Cáncer, conjunta a un Júpiter exaltado (popularidad). Las lumina-
rias y el gran benéfico así dignificados dan una mayor idea de poder
personal, así como el regente del Ascendente (Venus) en la Casa I.
De nuevo al superponer ambas posiciones, dracónicas y trópicas, es
cuando termina de aparecer el accionar social característico: el Sol
dracónico en Aries está en una exactísima conjunción al Mediocielo

186 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 18. Cartas Natales trópica y dracónica de W. A. Mozart y G. W. Bush

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 187


trópico y la conjunción de Luna y Júpiter en Cáncer dracónico se
une al Saturno trópico otorgándole matices emocionales y persona-
les mucho más duros y en todo caso completamente asociables a la
política (Júpiter y Saturno como planetas sociales, la Luna masas y
el Sol en Aries conjunción Mediocielo, liderazgo y poder ejercidos en
forma muy personalista).
La Carta Natal de Christian Dior, nacido a las 1:21 horas
del 21 de enero de 1905 en Granville, Francia (1w36, 48n50; GMT
1:21; fuente: partida de nacimiento, Astrodatabank. Figura 9), tiene
algunos elementos no muy típicos de la actividad a la que se dedicó:
sobre todo el Ascendente Escorpio, al que conjunta Marte desde la
Casa XII, no dan una idea del diseñador de moda. El Sol en Acuario
en Casa III tampoco, a menos que lo pensemos desde la con-
notación innovadora del signo, pero es poco convincente. La Luna
en regencia en Cáncer elevada y Venus exaltado en Piscis en la
Casa V por supuesto refieren a la estética y el mundo de la moda y
lo femenino, pero no se relacionan con nada muy personal de la
Carta, sea por posición (la Luna está en Casa IX) o aspectos a los
ángulos o regencias de Casas.
La Carta Dracónica nos muestra una dimensión complemen-
taria más convincente con el Ascendente Tauro, de por sí más vin-
culado a lo artístico y disminuyendo el carácter belicoso del Marte
que lo conjunta, y el Venus de la Casa V devieniendo en regente del
Ascendente y hallándose en domiciio en el elegante y esteticista
signo de Libra. Por otra parte el Sol en Leo ofrece un mejor retrato
del artista creativo y sigue por supuesto opuesto a la Luna elevada,
ahora en Acuario, que también puede asociarse a la moda y la inno-
vación. Esa Luna adquiere protagonismo al superponer las dos
Cartas, dado que está en exactísima conjunción al Fondo del Cielo,
es decir muy angular y en aspecto mayor al Mediocielo: el mundo
femenino y el de la moda en general con matices renovadores.
Para finalizar, el caso de Bill Gates es igualmente ilustrati-
vo. Nació a las 22 horas del 28 de octubre de 1955 en Seattle,
Washington (122w19, 47n36; GMT 6:00 del día 29; fuente: autobio-
grafía, Astrodatabank. Figura 9) con una Carta Natal trópica que
explica su contacto con la informática al contener a Urano en la Ca-
sa I y la Luna, regente del Ascendente, ir a posicionarse relativa-
mente angular en la Casa X, denotando su impacto masivo y su
carácter pionero por estar en Aries. El Sol en Escorpio podría vincu-

188 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 19. Cartas Natales trópica y dracónica de Christian Dior y Bill Gates

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 189


larse al aspecto financiero de su emprendimiento, pero las computa-
doras y la informática parecen necesitar mayor expresión astrológi-
ca, y ello es provisto por las posiciones dracónicas. El Sol dracónico
está en Acuario adquieriendo así mayor relevancia su cuadratura al
Urano en Casa I, que ahora está en Escorpio, signo en donde mu-
chos astrólogos lo han exaltado y que en todo caso tiene un matiz
más científico que en su posición trópica. La Luna elevada no pierde
su connotación de popularidad y proyección masiva: al contrario,
ahora está en regencia en Cáncer, dueña del Mediocielo. Nueva-
mente al combinar las posiciones trópicas con las dracónicas todo
termina de tener un sentido: Mercurio dracónico está en una muy
exacta conjunción al Descendente, es decir muy angular y en aspec-
to mayor al Ascendente: el planeta de la comunicación y el comercio
combinado con el Acuario del Sol y el Urano exaltado en Casa I ya
nos simbolizan el mundo de la informática, y que Urano dracónico
haga exacta conjunción a la cúspide de la Casa V trópica y el
Ascendente dracónico conjunte al Sol trópico natal en Escorpio nos
dan también la noción de la creatividad y el impacto personal del
sujeto, con los matices científicos y financieros apuntados, ayudado
por la Luna en regencia conjunta al Mediocielo.
Ya dijimos que estas observaciones no pretenden desechar
o minimizar el valor de los significadores vocacionales y laborales
tradicionales de una Carta Natal sino agregar otro enfoque comple-
mentario que creemos que en la mayoría de los casos se revela
como muy sugestivo y una herramienta ideal para optimizar nuestra
consejo a las personas necesitadas de una orientación en lo referido
a lo ocupacional, dado que es un área trascendente de realización
personal dentro del ámbito colectivo y las posiciones dracónicas
parecerían reflejarlo de un modo muy productivo.

190 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


CAPITULO 11

LA BASE DEL QUADRIVIUM Y LAS TECNICAS DRACONICAS

Desde la Antigüedad clásica hasta el Renacimiento la edu-


cación de las clases ilustradas estaba basada en las así llamadas
“siete artes liberales”, divididas en forma progresiva en una tríada
preparatoria, llamada Trivium y que tenía que ver con el pensa-
miento verbal correcto y el discurso eficaz y su consumación, y el
Quadrivium, vinculado a la adecuada comprensión del mundo me-
diante la matemática. Fueron el eje de la educación medieval hasta
el siglo XIII y sucesivos, siendo consideradas indispensables para la
formación de todo hombre culto.
El Trivium era la trilogía preparatoria basada en la palabra y
consistía en la gramática (lingua, “la lengua”), la ciencia del uso co-
rrecto de la lengua y que nos ayuda a hablar; la dialéctica (ratio, “la
razón”), el pensamiento correcto que nos ayuda a buscar la verdad;
y la retórica (tropus, “las figuras”), la expresión, que nos ayuda a ha-
cer eficaz el discurso.
El Quadrivium era la tetralogía final basada en la matemática
y consistía en la aritmética (númerus, “los números”) que enseña a
hacer números (el número en estado puro); la geometría (angulus,
“los ángulos”) que enseña a medir (el espacio en estado puro); la
astronomía (astra), “los astros”) que enseña el estudio de los astros
(el número en movimiento); y la música (tonus, “los cantos”) que
enseña a producir notas (el espacio en movimiento). Proveniente de
la secta de los pitagóricos, ya tenía esta forma en el siglo IV a. C.
Pitágoras creía que el estudio del número era fundamental en la
educación pues promovía lograr la moderación y el dominio de uno
mismo imitando la armonía del Universo.
Podemos considerar el Trivium y el Quadrivium aplicados a
la práctica astrológica: el Trivium tendría que ver con la Carta Natal:
la gramática (el uso correcto de la lengua) estaría reflejada en el cál-
culo de la Carta astral y el conocimiento de sus símbolos; la dialécti-
ca (el pensamiento correcto), en el análisis adecuado de los elemen-
tos que conforman dicha Carta; y la retórica (la expresión), en la sín-
tesis de los elementos analizados en un todo coherente.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 191


El Quadrivium estaría ligado a las así llamadas Técnicas
Predictivas, en donde la aritmética (los números) tendrían que ver
con las Progresiones Secundarias (contamos: “un día igual a un a-
ño”); la geometría (los ángulos), con las Direcciones Simbólicas y los
aspectos (ángulos) que van haciendo a la Carta Natal; la astronomía
(los astros), con los Tránsitos de los planetas sobre dicha Carta; y la
música (las notas), con las Revoluciones, el estudio de los Ciclos
periódicos de retorno, tal como se da en los períodos de las ondas
musicales.
El Quadrivium astrológico: Progresiones, Direcciones, Trán-
sitos y Revoluciones es la base de la predicción astrológica cuyo
análisis progresivo se recomienda en ese orden; descartar cualquie-
ra de ellos hace incompleto el estudio de una época determinada.
Luego se expresará en un uso más sofisticado todavía del Trivium:
conocer el ahora astrológico de una persona nos hace comprender
mucho mejor cómo está viviendo su Carta Natal.
Tomaremos como caso de ejemplo al presidente argentino
Juan Domingo Perón (cuyos datos natales figuran en el capítulo 6.
Figura 11) y el 17 de Octubre de 1945, día convulsionado en que se
afirmó en el poder ante las masas y nació simbólicamente el movi-
miento político casi hegemónico que lleva su nombre y duraría más
de medio siglo hasta la fecha, viendo antes con algún detalle cada
uno de los elementos del Quadrivium.
Las Progresiones Secundarias se basan en una analogía de
ciclos: un día (una vuelta del Sol a nuestro alrededor por las doce
Casas) es igual a un año (un vuelta del Sol a nuestro alrededor por
los doce signos del Zodíaco). Así cada día que pasa después del
nacimiento se corresponde con un año de vida sucesivo del sujeto y,
al ir difiriendo gradualmente del cielo natal, puede ir refiriéndolas co-
mo algo propio. Por ello se vivencian “de adentro hacia afuera” y alu-
den sobre todo al autoconocimiento, las motivaciones y el deseo de
accionar sobre el mundo. Su lenta y progresiva gradualidad (un pla-
neta puede estar décadas en una Casa) las hacen un óptimo marco
al cual referir los procesos que simbolizan las otras técnicas, dando
una perspectiva desde la cual se los significan. En las Progresiones
Secundarias se privilegia la visión del Sol progresado (que es quien
genera el ciclo) y del mismo modo, los planetas rápidos y las cúspi-
des, que avanzan aproximadamente un grado por año. Se observan
los cambios de signo, de casa y de dirección (retrógrado/directo), así
como los aspectos dentro de un grado de orbe con factores natales

192 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


y progresados. En cambio, con los planetas lentos se observa el
momento en que se verifica su aspecto exacto. De la Luna progresa-
da, por su mayor velocidad, se observan sólo sus cambios por sig-
no, casa, conjunciones y el ciclo que realiza con sus fases respecto
del Sol progresado.
La Carta Natal de Perón fue analizada en forma pormenori-
zada en el Manual de Técnicas de Síntesis Astrológica: El Camino
en el Mapa Natal, de modo que veremos directamente sus Progre-
siones Secundarias para sus 50 años de edad, cumplidos unos
pocos días antes del evento mencionado (esa pequeña diferencia de
días no afecta en esta técnica nuestra interpretación). Vemos que,
según las pautas arriba señaladas, el Sol progresado está en con-
junción al Ascendente natal y por lo tanto oposición a la Luna natal y
trígono al Júpiter natal, regente del Ascendente, ya que los tres es-
tán íntimamente ligados por aspectos muy favorables. La Luna pro-
gresada se angulariza nuevamente haciendo oposición al Mediocielo
progresado y Júpiter progresado cuadra a Mercurio natal y hace
sextil al Mediocielo progresado, mientras Mercurio progresado hace
sextil al Ascendente progresado. El conjunto es formidablemente
positivo y potente: conjunciones y aspectos armónicos de las lumi-
narias y de Júpiter, el gran benéfico y aquí regente del Ascendente,
con el Ascendente y el Mediocielo. Los aspectos de Mercurio los po-
demos pensar no sólo como la gran comunicación que comenzaría
en forma definitiva con las masas sino también, por su regencia
sobre Casa VII, como la acción definitiva que tuvo en esa fecha y en
adelante su pareja Evita, con quien se casaría a los pocos días.
Las direcciones por Arco Solar son movimientos virtuales
simbólicos basados en que si en “un día = un año” el Sol recorre
alrededor de un grado, “un año = un grado” (aproximadamente: se
toma en cuenta el arco de Eclíptica recorrido efectivamente por el
Sol desde el momento del nacimiento). Como las posiciones así diri-
gidas mantienen entre sí la misma estructura, se miran sus aspectos
mayores a las posiciones natales dentro de 1º de orbe. Duran así
unos dos años, con mayor extensión en las conjunciones, que tienen
un orbe mayor, por lo que son un buen marco de unos años para los
procesos más concretos que simbolizan las otras técnicas a anali-
zar. Para interpretarlas, se estudia el simbolismo combinado de los
factores que se relacionan por aspecto.
Calculadas para la fecha que nos ocupa, vemos que, como
ocurre siempre con estas dos técnicas, el Sol repite sus aspectos

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 193


por Progresión secundaria, particularmente su trígono a Júpiter na-
tal. Su compañero Marte, al cual está conjunto en la Natal, también
hace dentro de 1º conjunción al Ascendente natal, trígono a Júpiter y
oposición a la Luna natales, mientras que el Mediocielo dirigido por
Arco Solar hace trígono a la Luna y sextil a Júpiter natales. Nueva-
mente un simbolismo triunfalista similar a las progresiones pero con
el agregado agitado, combativo y victorioso de Marte (en ese mo-
mento Perón era militar y el conflicto felizmente resuelto fue con sus
camaradas de armas).
Los Tránsitos consisten en el paso contemporáneo de los
planetas por la Carta Natal y los aspectos que realizan a sus posi-
ciones. Por ser un cielo muy diverso al natal y por ello algo muy dife-
rente a uno, se viven sobre todo “de afuera hacia adentro”. Los
Tránsitos por casa duran años y son otro marco de utilidad para
encuadrar los aspectos que vayan dándose en ese lapso. Cuanto
más exactos los aspectos a los factores de la Carta Natal, mayor
relevancia de los procesos que simbolizan.
Para esa fecha Plutón en Tránsito hacía contrantiscio a
Urano natal (revolución), Neptuno trígono a la Luna y sextil al Ascen-
dente (masas), Urano en tránsito sextil al Mediocielo y trígono al Sol
y a Marte (revolución y cambios exitosos en lo referente a conduc-
ción y autoridad), mientras que Júpiter, portador de fortuna, estaba
en camino a conjuntar a esos dos mismos planetas.
Las cartas cíclicas o Revoluciones se basan en el cálculo del
momento del retorno exacto de un astro importante a su posición
natal. Como se genera una Carta completa, muestra circunstancias
y situaciones concretos correspondientes a ese año, si de la Revolu-
ción Solar se trata. En la interpretación se privilegian la angularidad
de planetas, signos en los ángulos, la situación del regente del
Ascendente de la Revolución y la repetición de relaciones natales.
También son importantes los aspectos dentro de un grado de orbe
dentro de la Revolución y en relación a la Carta Natal, tanto entre
planetas como a los Nodos y las cúspides. También puede ser
calculada en forma conversa (para la misma cantidad de años pero
antes de nacer), mostrando información complementaria más interior
que refiere a cómo impactan en uno las circunstancias.
La Revolución Solar cumplida por Perón días antes del
evento tiene al Ascendente en Capricornio en oposición a Marte en
Cáncer. El Mediocielo está en un aspecto de 15º al Sol y al Marte

194 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 20. Carta Natal trópica y dracónica de Juan Domingo Perón
y Progresiones Secundarias para el 17-10-1945

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 195


natal, mientras Sol, Mercurio, Júpiter y Neptuno están en la Casa X
solar y la Luna en Escorpio en XI conjunta al Mercurio natal. El
Ascendente de la Revolución Solar conversa está en conjunción al
Sol y Marte natal, mientras la Luna de esta Carta conjunta al Ascen-
dente en Capricornio de la Revolución Solar directa y Mercurio al
Mediocielo de esa misma solar. Como podemos apreciar hay mucho
Capricornio y casa X, angularización y aspectos de Sol y Marte, así
como de la Luna y Mercurio, indicando un año de ascenso, autori-
dad, popularidad y comunicación.
Habiendo hecho esta introducción al Quadrivium, podemos
ver ahora cómo se expresa en el mundo de la Astrología dracónica
(capítulos 7, 9 y 10), que en principio tiene que ver con procesos
vinculados a las experiencias del Alma donde cobran relevancia los
factores que hacen conjunción u oposición con 5º de orbe a las
posiciones natales trópicas (las ya conocidas). Para ello, se suelen
reposicionar los planetas y cúspides dracónicos alrededor de la
Carta Natal trópica.
Observando la Carta de Perón desde esta perspectiva (figu-
ra 20), se destacan el Sol, Marte, Saturno y Mercurio en Escorpio, el
Ascendente en Sagitario con su regente Júpiter en Leo en Casa X,
Urano en conjunción al Ascendente en Sagitario trópico y por lo tan-
to en oposición a la Luna. Además el Sol y Marte en Escorpio hacen
conjunción a Saturno trópico en Casa XII. Esta visión realza mucho
más el aspecto poderoso, marciano y de autoridad de Perón, así
como su papel revolucionario dentro de la política argentina.
Entrando ahora al Quadrivium, en las Progresiones Secun-
darias dracónicas (figura 10) observamos qué conjunciones hay en-
tre las posiciones progresadas dracónicas y las posiciones progresa-
das trópicas, así como cambios de signo por parte de un planeta.
Por ejemplo, aquí el Sol dracónico progresado hace conjunción al
Ascendente dracónico natal de un modo mucho más exacto que el
contacto análogo trópico. Saturno dracónico progresado hace ahora
exacta su conjunción al Sol trópico natal, mientras el Mediocielo dra-
cónico progresado entra en el signo de Escorpio, aspectado exacta-
mente en oposición por la Luna dracónica angular que acaba de en-
trar a su signo de exaltación. Completa el panorama un Venus dra-
cónico progresado conjuntando a su Mercurio natal trópico, mostran-
do probablemente el matrimonio con su joven esposa Evita (Mercu-
rio rige la Casa VII natal). El resto de las combinaciones vuelve a

196 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


indicar la autoridad, poder y popularidad que se pusieron de mani-
fiesto en ese momento.
En las Direcciones dracónicas se observa qué conjunciones
realizan los planetas trópicos dirigidos por Arco Solar con los plane-
tas dracónicos natales. En este caso el Mediocielo dirigido por Arco
Solar conjunta al Venus en Libra dracónico mostrando nuevamente
el matrimonio, Saturno conjunta al Ascendente dracónico (algo qui-
zás desfavorable en condiciones menos propicias, pero en este con-
texto cabal símbolo de autoridad y poder que no excluye los días
inmediatamente previos que estuvo en la cárcel, dado que Saturno
natal está en Casa XII) y Marte por Arco Solar conjunta al Urano
dracónico (revolución con características agitadas).
Para los Tránsitos dracónicos se consideran las posiciones
dracónicas de los planetas en el cielo para un momento dado, es
decir, la posición que surge de su relación con el Nodo en tránsito
en ese momento, observándose las conjunciones y oposiciones con
las posiciones natales trópicas y dracónicas. Su lectura sigue los
mismos criterios que los Tránsitos usuales, sólo que son más rápi-
dos, exceptuando a Saturno, que retrograda a la misma velocidad
del Nodo y puede quedarse alrededor de un grado durante meses.
Para ese momento Plutón en Tránsito dracónico hacía opo-
sición a Saturno y Mercurio natales trópicos, Neptuno hacía conjun-
ción a Neptuno y Plutón natales dracónicos, Júpiter hacía conjunción
a Neptuno natal dracónico y Marte hacía oposición al Marte trópico
natal. Otro realce de la connotación combativa de Marte en función
de fuertes contenidos sociales (planetas transpersonales) con un a-
cento en las masas (Neptuno) y el poder (Plutón, Saturno y Júpiter).
La Revolución Solar dracónica se basa en el retorno del Sol
dracónico en tránsito a su posición dracónica natal. Es decir el ins-
tante en que el Sol en el cielo repite con el Nodo en el cielo el ángu-
lo que forman el Sol y el Nodo natales. Por ello no coincide con el
cumpleaños y se verifica aproximadamente cada once meses. La
mayoría de los programas de computación lo calculan usando las
rutinas de repetición de arcos de fase entre dos factores (en este
caso el del Sol y el Nodo). Una vez calculada, se recalculan sus
posiciones dracónicas y se observan las conjunciones de los plane-
tas y ángulos entre una y otra Carta (la revolución solar dracónica en
su versión trópica y su versión dracónica). Luego, asimismo verifica-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 197


mos las conjunciones de estas Cartas con las posiciones natales
trópicas y dracónicas natales.
La Revolución previa al evento (figura 21) tiene a Júpiter y al
Fondo del Cielo dracónicos en conjunción al Urano trópico de la Re-
volución Solar dracónica, angulares tanto en la Revolución como en
la Carta Natal y opuestos al Urano dracónico natal. Júpiter trópico de
la Revolución está angular a la Casa IV y en conjunción a la Luna
dracónica de la Revolución. Urano dracónico de la Revolución está
en oposición al Júpiter natal dracónico, mientras que el Sol trópico
de la Solar dracónica hace conjunción a la cúspide de Casa IX en
Acuario en conjunción al Urano dracónico. En suma, mucho Urano
(revolución) “exitoso” (Júpiter, Sol y Luna) puesto en juego no en su
interioridad sino en el medio ambiente (conjunciones a los ángulos
de las Cartas involucradas).
Dado que esta técnica sea quizás la más desconocida y
compleja, la aplicaremos a otros dos eventos de un carácter y clima
marcadamente opuestos: su derrocamiento el 16 de septiembre de
1955 y su fallecimiento el 1º de julio de 1974. En el primero (figura
22) vemos que el Ascendente dracónico de la Revolución Solar dra-
cónica conjunta al Plutón trópico de la misma, el cual está opuesto al
Mediocielo. En este marco la conjunción en Escorpio de Saturno
trópico de la Revolución a Marte y Júpiter dracónicos de la Revolu-
ción, parecieran una sumatoria de símbolos que, más que éxito o
poder, pueden mostrar el sufrir abuso de poder o desgracias a se-
cas. La Carta en sí tiene al Sol en conjunción con Urano, típico
aspecto de “rey destituído” que en un contexto más propicio podría
tener una lectura revolucionaria triunfalista, pero aquí se acompaña
del Ascendente trópico de la Solar dracónica oponiéndose a su
Urano trópico natal en Escorpio en Casa XII, mientras la conjunción
de Ascendente y Plutón antes mencionada cae sobre el Júpiter
dracónico natal, regente del Ascendente dracónicio, y Marte trópico
de la Revolución cae agresivamente sobre el regente del Ascen-
dente natal trópico, Júpiter. Símbolos negativos y agresivos confabu-
lados sobre el planeta que representa al sujeto y reflejando adecua-
damente su derrocamiento.
En la Revolución Solar dracónica que ocurrió once meses
antes de su muerte (figura 23), lo más digno de mención es la impre-
sionante presencia de tres (sic) conjunciones de Plutón al Ascen-
dente (!!!): Ascendente trópico de la Revolución conjunción Plutón
dracónico natal, Ascendente dracónico natal conjunción Plutón dra-

198 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 21. Carta Natal y Revolución Solar Dracónica (trópico-draco)
para 1945

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 199


Figura 22. Carta Natal y Revolución Solar Dracónica (trópico-draco)
para 1955

200 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 23. Carta Natal y Revolución Solar Dracónica (trópico-draco)
para 1973/74

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 201


cónico de la Revolución y Ascendente dracónico de la Revolución
conjunción Plutón trópico de la misma. Pero como hubo otra Revolu-
ción dracónica posterior muy cercana a su fallecimiento, no es ocio-
so echarle una mirada: Ascendente trópico de la Revolución nueva-
mente conjunción Plutón dracónico natal (…), Saturno dracónico de
la Revolución conjunto al Urano trópico de la revolución y opuestos
ambos al Mediocielo trópico de la misma, con Neptuno trópico de la
Revolución conjuntando al Ascendente trópico y al Urano dracónico
natales.
Vemos de este modo cómo el plano dracónico, además de
reflejar nuestra interioridad, tiene la capacidad expresar de un modo
convincente los eventos que vamos experimentando a lo largo de la
vida cuando usamos las técnicas predictivas tradicionales con los
lineamientos arriba expuestos.

202 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


TERCERA PARTE

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 203


204 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 12

UNA SOLA VEZ EN LA VIDA:


EL TRANSITO DE UN LENTO EN NUESTRO MAPA
Tránsito por signo de planetas generacionales en nuestra Natal

Ejemplificaremos el tema que intitula a este capítulo relev-


ando cómo se manifestó el paso de Plutón en Capricornio hace
siglos en la Carta Natal de varias personas reconocidas de modo
que podamos hacer inferencias en nuestras propias Cartas o la de
personas que conozcamos no sólo respecto de este tránsito actual
en particular sino de cualquier otro transaturnino en su paso por
signo y cómo se expresa en nuestras vidas a partir de la información
que nos brinda la Carta Natal transitada. Procesos importantes y
dignos de ser previstos pues, para bien o para mal, ocurren una sola
vez en la vida.
Si bien solemos considerar los tránsitos de los planetas ge-
neracionales respecto de nuestra Carta Natal según sus aspectos a
planetas natales o su paso por las Casas, el tránsito por el signo
propiamente dicho, al involucrar a toda la humanidad, suele conside-
rarse casi exclusivamente desde la perspectiva de la Astrología
Mundana o Mundial. Sin embargo nuestra experiencia personal nos
dice que el tránsito por el signo propiamente dicho tiene muchas po-
sibilidades importantes de lectura en todo lo que respecta al proceso
a ser vivido durante esos años según dónde está ese signo en nues-
tra Carta Natal así como la situación en la misma de su regente y la
del planeta transitante.
Comencemos con algunas hipótesis generales sobre los
tránsitos: el planeta que transita representa un proceso, general-
mente proveniente del exterior, que a través de las experiencias y
vivencias simbolizadas por el planeta o cúspide natal transitado,
obliga a profundizar e integrar más madura y personalmente los con-
tenidos del signo en el que éste se halla. Aportan al respecto signifi-
cado los aspectos, la posición por signo y Casa natales y las Casas
que rige del planeta que transita, así como los aspectos y posición
por signo y Casa natales del regente del signo que recibe el tránsito.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 205


La importancia esencial del signo obedece a que éste forma
parte de la estructura esencial que sustenta en forma arquetípica al
sistema astrológico todo: los signos simbolizan el despliegue man-
dálico del Uno en el tiempo y el espacio y son experimentados como
las motivaciones y sentidos más profundos que nos constituyen. Si
Capricornio es, en el caso de este tránsito, el signo a ser más madu-
ra y personalmente profundizado e integrado, ¿qué significados bá-
sicos podemos asociar con él? Entre otros, construcción de una
identidad social personal, lograr estructura en y para el mundo,
asunción de responsabilidad personal y trabajo para la sociedad.
Plutón, en este caso el planeta transitante, movilizará a Ca-
pricornio del modo y con los contenidos que le son característicos.
Entre otros ellos pueden ser acción social trascendente (octava
superior de Marte), transformación (Escorpio, VIII), crisis (VIII), ocul-
tamiento (el rapto de Perséfone, la invisibilidad de Hades), revela-
ción explosiva (“el volcán”) y legado. Vivencialmente los tránsitos de
Plutón se experimentan “en el cuerpo” (visceralmente, como un te-
ma “intestino”) con gran intensidad y sensación de peligro que tiene
matices “de vida o muerte” y donde hay un antes y un después defi-
nitivo “sin retorno”: muerte y resurrección.
Considerando que Plutón arrastra en su tránsito personal so-
bre la Carta Natal no sólo aquellos contenidos de su posición por ca-
sa, signo y aspectos natales, sino también las Casas que rige, ¿qué
signos y, por lo tanto, Casas natales rige? Dado que la regencia de
Plutón es puesta en tela de juicio desde su descubrimiento, ¿qué
signo/s rige Plutón?
Los autores más tradicionalistas ocupados de la recupera-
ción del pasado helenístico y medieval prefieren no asignar regen-
cias a los planetas transaturninos. Por su lado el argentino Spicasc
(Carlos Raitzing) decía que según sus observaciones Plutón tenía
alguna forma de regencia sobre Capricornio así como Saturno
también sobre Escorpio. Pero podemos pensar también en una
posible co-regencia de Plutón sobre Aries siguiendo el esquema
astronómico de las distancias planetarias (figura 24).
En el sistema clásico donde todo planeta rige un signo
diurno (masculino) y otro nocturno (femenino), autores como Joanne
Wickenburg (Kepler College) postulan la doble regencia de Urano,
Neptuno y Plutón, lógica desde lo astronómico, la simetría y el sim-

206 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 24. Regencias zodiacales y aspectos

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 207


bolismo. Las regencias originales más populares fueron asignadas
por la coincidencia de las polaridades así como por el simbolismo
propio de los signos: Urano recibió la de Acuario porque es clara-
mente diurno y Neptuno y Plutón, nocturnos, la de Piscis y Escorpio.
Plutón es tradicionalmente considerado la “octava superior” de
Marte, lo cual refuerza la posibilidad de la co-regencia diurna sobre
el signo de Aries. Lo apoyan simbólicamente la idea de resurrección
y re-inicio del ciclo Zodiacal desde Piscis así como su individualismo
extremista. Oskar Adler, el autor de La Astrología como Ciencia
Oculta, en material no editado en castellano dice que Urano es el
“reflejo” de Saturno (la española Pepa Sanchís lo llama su “alter
ego”), Neptuno el de Júpiter y Plutón el de Marte. Por ello, usaremos
aquí como hipótesis la co-regencia de Plutón sobre Aries.
“La ubicación natal de Plutón indica el papel más significa-
tivo que un individuo puede representar dentro de su sociedad, y la
de Saturno los mecanismos apropiados y la manera idónea de
conseguir y realizar aquel papel social indicado por Plutón, puesto
que ambos son ‘amigos’” (Jeff Green, Plutón). Debemos recordar
que los dos son el límite, invisible y visible, de nuestro sistema solar
y dado que ambos planetas son el límite tradicional y visible (Satur-
no) y el moderno a simple vista invisible (Plutón) de dicho sistema,
los dos se asocian particularmente con la Sociedad como estructura
de la cual formamos parte, la Muerte en cuanto límite existencial del
ser humano y los legados como aporte de nuestro nuestro efímero
paso por este plano. Ambos tienen que ver con la constitución del
Yo en la Sociedad, y por ser exteriores (límite), reflejan lo que más
se ve de uno hacia los demás (Saturno y su analogía con la piel y
casa X; Plutón y la irrupción del interior del volcán o lo expulsado por
el intestino grueso escorpiano que será el “abono” que nutrirá la vida
colectiva futura, como ocurre en la Naturaleza). Al mismo tiempo y
paradójicamente, por el simbolismo tan tradicionalmente oscuro de
Plutón en el Hades y Saturno expulsado del Olimpo, ambos tienen
que ver con procesos de introversión y ocultamiento.
Jeff Green nos dice en su libro Plutón al analizar el tránsito
de ese planeta por la Casa X que el proceso comienza con autorre-
flexión, donde se examinan las dinámicas internas que han venido
creando las estructuras externas y la realidad de la propia vida. Esto
puede llevar luego a la eliminación de lo que se evaluó como inútil
con la eventual aceptación de la propia responsabilidad y culpa.
Irrumpen nuevos deseos y esquemas evolutivos en el marco de las

208 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


responsabilidades y obligaciones ya existentes antes de iniciar este
proceso, acompañadas de cansancio, sentimientos de vacuidad e
insignificancia personal. Se revisa entonces la capacidad de creci-
miento que provee la actual ocupación (provocando por ello conflic-
tos con superiores o subordinados: “el Padre” y “Satanás vs.
Jehová”, con la tentación de minar el poder o autoridad amenazante
de otros), habiendo una posibilidad de promoción, mayor responsa-
bilidad y poder.
Reinhold Ebertin, en su Combinación de las Influencias Es-
telares, asocia al punto medio Plutón/Saturno con trabajo duro y
pesado, actividad silenciosa, realización exitosa de nuevos planes,
ideas e invenciones, personas que le impiden a uno cosechar el
éxito merecido por las propias obras y una energía autodestructiva,
con posible pérdida de la propia fortuna o posesiones.
Aportan entonces significado en la comprensión del tránsito
los aspectos y posición por signo y Casa natales del planeta que
transita (Plutón), incluidas las Casas que rige (cúspides en Escorpio
y Aries), así como también la posición por signo, casa y aspectos
natales del planeta regente (Saturno) del signo (Capricornio) que
recibe el tránsito y el conjunto de los planetas y cúspides natales
que serán aspectados por el planeta transitante, sobre todo por
conjunción.
Es pertinente considerar al respecto también los tránsitos de
Saturno, dado que el paso de Plutón por Capricornio toma de 16 a
17 años. Es notable lo que surge paralelamente en ese período de
los tránsitos de su regente Saturno cuando pasa por Escorpio
(donde se potenciarán por estar en recepción mutua), Plutón, Casa
VIII, Casas angulares, Saturno natal y puntos afines sensibles.
Como ambos planetas son catalogados como maléficos, el
proceso suele ser crítico. La asociación de Saturno con Capricornio
y casa X incluye la problemática de elaborar la función “Padre”, pro-
pia o proyectada en otros. La asociación de Escorpio con la trans-
gresión y el odio (¿edípico? “Matar al Padre”: la horda primitiva de
Freud) incluye la probabilidad de conflictos en esa área. La combina-
ción evoca el arquetipo judeocristiano de Satanás con-frontándose
con Jehová, el “Padre Terrible”. El tránsito de Plutón por Capricornio
es particularmente importante para todo ser humano porque ambos
regentes son afines y tiene importantes consecuencias en el Destino

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 209


del individuo dado que Plutón, al ingresar, está cruzando uno de los
ejes solsticiales, la “Cruz Arquetípica” del Zodíaco.
Por otro lado según la observación de muchos astrólogos los
efectos del ciclo completo de un tránsito por un signo (16 a 17 años
en este caso) ya se dejan ver apenas el planeta (Plutón) entra en el
signo, como si anticipara todos los aspectos que hará, así como de
un modo diferente y como si fuera una conclusión del proceso en el
momento en que está abandonando el signo. Los casos que releva-
remos ilustrarán esta observación empírica según las características
de cada Carta Natal, el simbolismo involucrado y la vida que la
acompaña.
Los últimos tres pasos de Plutón por Capricornio se dieron
en el siglo XVI del 02-01-1516 al 20-12-1532 (15º 25-02-1523), en el
siglo XVIII del 07-01-1762 al 30-11-1778 (15º 14-01-1769) y en el
siglo XXI del 26-01-2008 al 19-11-2024 (15º 01-03-2015), con su
ingreso definitivo el 27-11-2008.
Abordaremos desde su Carta Natal casos de personas reco-
nocidas que vivieron el tránsito de Plutón por el signo de Capricornio
en los siglos XVI y XVIII aplicando las ideas antes mencionadas a
efectos de ver su relevancia y de este modo poder anticipar las prin-
cipales características del actual paso de Plutón por Capricornio en
nuestras Cartas Natales y en las de nuestros consultantes y las per-
sonas que nos rodean. Para ello los analizaremos según el orden de
la edad que tenían cuando comenzó el tránsito en sus Cartas.
En enero de 1516 o de 1762 tenían: Wolfgang Amadeus
Mozart 6 años, Johan Wolfgang Von Goethe 13 años, Benvenuto
Cellini 15 años, Enrique VIII 24 años, Martín Lutero 32 años, Rafaele
Sanzio 32 años, Immanuel Kant 37 años, Miguel Ángel Buonarroti
40 años, Nicolás Copérnico 42 años, Nicolás Maquiavelo 46 años y
Leonardo Da Vinci 63 años.
Wolfgang Amadeus Mozart (27/1/1756 - 12/1/1791. Figura
25) tiene a Plutón en Sagitario en Casa IV en conjunción a la Luna,
sextil a Júpiter en Libra en Casa II y cuadratura a Urano en Piscis en
Casa VII. Es regente de III (y de VIII, considerando a Aries). Capri-
cornio está en Casa V (y IV). Saturno se halla en Acuario en Casa V
en conjunción a Sol y Mercurio, regente de Casas I y X. Plutón en
tránsito va a hacer oposición a Marte en Cáncer en Casa X, sextil a
Urano en Piscis en Casa VII muy angular y cuadratura a Júpiter en
Libra en II. Bien. ¿Qué ocurrió?

210 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 25. Cartas Natales de Wolfgang Amadeus Mozart, Johann
W. von Goethe y Benvenuto Cellini

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 211


Mozart tenía apenas 6 años y ya era un niño prodigio. 10
días después del ingreso de Plutón en Capricornio inició su primer
gran viaje en familia decidido por el padre para hacer internacional-
mente conocido su talento precoz (oposición a Marte en Cáncer en
X): ven al Emperador José II de Habsburgo en Munich, luego a
María Teresa de Viena y van a Versalles, Londres y Holanda. A los
14 años (!) es nombrado Maestro de Conciertos en la corte de Salz-
burgo y se da el famoso episodio del Miserere de Allegri en el Vati-
cano como revelación al Papa con la entrada de Plutón en Casa V.
Pese a todo, los biógrafos lo llaman “los años de lucha”: difi-
cultades, limitaciones, mala paga, pues el cargo que tenía era ad
honorem, problemas con su jefe el Cardenal de Salzburgo quien,
finalmente a pedido de Mozart, lo echa de una patada en el trasero.
Nace así el primer músico independiente del futuro Romanticismo
exactamente cuando Plutón abandona Capricornio y entra a la con-
junción a Saturno natal en Acuario.
En suma, Plutón arrastra contenidos muy personales que
hacen a la libertad interior y de movilidad: regente de Escorpio en
casa III, conjunción Luna en Sagitario en IV, sextil Júpiter en Libra y
cuadratura Urano en VII. Capricornio está particularmente determi-
nado a la cúspide de la Casa V y la IV con Saturno dentro de esa
misma casa junto al Sol y Mercurio en Acuario, regente del Ascen-
dente y del Mediocielo: la autoafirmación de un yo creativo diferen-
ciado.
El tránsito coincide con el primer viaje “en familia” con Plutón
conjunción Luna en Sagitario en IV y el tránsito inicial de oposición a
Marte en Cáncer en X, decidido por su Padre para revelar su talento
al mundo. Luego la revelación mayor y el nombramiento coinciden
con la conjunción de Plutón a la cúspide de Casa V y el tránsito de
Saturno por Casa X. Pero vendrán años de dificultades con la figura
de autoridad del Cardenal de Salzburgo, en donde Mozart elaborará
su necesidad de reconfigurar su rol social y propia autoridad. Con la
salida de Plutón de Capricornio mientras Saturno estaba en Escor-
pio logra ser echado y comienza así su carrera “independiente” sim-
bolizada por Acuario e inaugurando una nueva identidad que legará
como característica a los músicos del porvenir.
Johann W. von Goethe (28/8/1749 - 22/3/1832. Figura 25)
tiene a Plutón en Escorpio en Casa I en Gran Trígono con Júpiter en
Piscis en Casa IV y Neptuno en Cáncer en Casa IX, sextil a Venus

212 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


en Virgo en Casa X (configuración de Cometa), cuadratura Mercurio
en Leo en Casa IX y, disociada, con el Sol en Virgo en Casa X. Es
regente de I (y V). Capricornio está en III (y II), con Marte y el Nodo
en Casa II. Saturno se halla en Escorpio en Casa XII en conjunción
al Ascendente en cuadratura a Urano en Acuario en Casa III y trígo-
no a la Luna en Piscis en Casa IV. Plutón en tránsito hará conjun-
ción a Marte en Capricornio en Casa II, trígono al Sol en Virgo en
Casa X, sextil a la Luna en Piscis en Casa IV, a Saturno en Escorpio
en Casas XII/I, conjunción al Nodo en Capricornio en Casa II, sextil
a Júpiter en Piscis en Casa IV, oposición a Neptuno en Cáncer en
Casa IX, trígono a Venus en Virgo en Casa X y sextil a Plutón en Es-
corpio en Casa I en 29º. ¿Qué ocurrió?
Goethe tenía 13 años cuando Plutón entró a Capricornio.
Tres años después empieza a estudiar Derecho por presión paterna.
A los 23 años se hace amigo del filósofo Herder, forjador del Ro-
manticismo Alemán, y escribe su primera novela (Plutón transita
entonces la cúspide de Casa III, activando la Cometa). Comienza a
escribir Fausto, con el demoníaco personaje de Mefistófeles, afin a
los dos símbolos. Con Werther inicia luego el movimiento literario
romántico llamado Sturm und Drang (“Tempestad e ímpetu”).
Pero inmediatamente asume el ofrecimiento que le hacen
desde la República de Weimar para ocupar un cargo público, que
acepta para “huir de la abogacía”. Allí la política administrativa
asumida lo obliga a abandonar la literatura por diez años, con Plutón
en sextil a sí mismo en grado 29º, que luego hará su tránsito por
Acuario interceptado en la Casa III.
Como con Mozart, el tránsito alberga tanto la asunción de
estudios en un área que tenía que ver con la presión paterna como
la revelación de Goethe como escritor emblemático del Romanticis-
mo alemán, sintetizados en el Barrilete o Cometa que conforman el
Gran Trígono de Plutón natal, vinculable a la ola de suicidios que
causó Werther: Plutón regente del Ascendente en 29° Escorpio en I,
Neptuno en Cáncer en Casa IX y Júpiter en Piscis en Casa IV o-
puesto a Venus en Virgo en Casa X. Lo más significativo del período
es el abandono de la primera carrera asumida con el tránsito de Plu-
tón por la cúspide de Casa III y Saturno por la Casa X. Pero también
el abandono transitorio o autosecuestro de esa identidad literaria
revelada en este mismo tránsito al mismo tiempo que materializaba
el otro abandono, asumiendo pesadas responsabilidades administra-
tivas en la búsqueda dentro suyo de sí mismo y de su identidad

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 213


creativa: Plutón en Casa I regente de Casas I y V con Saturno re-
gente de Casa III en Casa XII conjunción Ascendente.
Benvenuto Cellini (12/11/1500 - 15/2/1571. Figura 25) tiene
a Plutón en Escorpio en Casa V más Venus, Marte, Sol y Mercurio
en ese signo, conjunción Sol en Escorpio en Casa V trígono a Júpi-
ter en Piscis en Casa IX y sesquicuadratura a la Luna en Aries en
Casa X. Es regente de la Casa V (y la X). Capricornio está en las
Casas VII/VI, con Neptuno dentro en Casa VI. Saturno se halla en
Géminis en Casa XI sin aspectos mayores (quincuncio Mercurio y
Venus en Escorpio en Casa IV y muy abierta cuadratura disociada
con Urano en Acuario en Casa VIII). Plutón en tránsito hizo sextil a
Mercurio, Venus y Marte en Escorpio en Casa IV, cuadratura a la
Luna en Aries en Casa X, conjunción a Neptuno en Capricornio en
Casa VI, sextil a Júpiter en Piscis en Casa IX y a Sol y Plutón en Es-
corpio en Casa V. ¿Qué ocurrió?
Cellini tenía 15 años cuando Plutón entró a Capricornio,
exactamente cuando comenzaba con la orfebrería, activando el
quincuncio de Mercurio, Venus y Marte a Saturno en Géminis, pero
debió escapar a Siena por sus eternas pendencias. Tal como escri-
be ya muy mayor en su fantasiosa autobiografía, tuvo una agitadísi-
ma e intensa vida amorosa llena de crímenes pasionales. Pese a
ello, durante el período en cuestión se revela su talento, siendo en
1519 discípulo en Roma de Miguel Ángel. Al final del mismo, bajo la
protección papal de Clemente VII, en 1529 recibe un muy importante
nombramiento con el tránsito de Plutón en sextil al trígono de Júpiter
en Piscis en Casa IX con el Sol y Plutón en Escorpio en Casa V.
Como con Mozart, el tránsito coincide exactamente con la
revelación de su talento, en este caso como orfebre, y dados sus
buenos aspectos y que varios planetas personales están a su dispo-
sición, en líneas generales hay éxito, reconocimiento y patronazgos
profesionales: Plutón en Escorpio conjunción al Sol en Casa V rige
las Casas V y X, mientras Saturno en Géminis (manos) en Casa XI
tiene a su disposición a Neptuno en Casa VI. Pero también estuvo
marcado por exilios obligados por sus pendencias amorosas y crí-
menes pasionales, reflejados por Plutón en Casa V con Venus, Mar-
te y Mercurio en Escorpio y la cúspide de Casa VII en Capricornio.
Enrique VIII (7/7/1491 - 28/1/1547. Figura 26) tiene a Plutón
en 29º Libra en Casa II en trígono a Júpiter en Géminis en Casas
IX/X y cuadratura a Urano en Capricornio en Casa IV; semisextil al

214 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 26. Cartas Natales de Enrique VIII, Martín Lutero y Rafaele Sanzio

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 215


Nodo en Escorpio que está opuesto a Venus en Géminis conjunción
Nodo Sur en Casa IX y es un abierto foco de T Cuadrada con
Mercurio en Leo en Casa XI opuesto a Saturno en Acuario en Casa
V. Regente de Casa III (y VII/VIII), tiene a Capricornio interceptado
en la Casa IV, con Urano dentro en oposición al Sol en Cáncer en
Casa X también interceptado. Saturno se halla en Acuario en Casa
V oposición a Mercurio en Leo en Casa XI, trígono a Venus en
Géminis en Casa IX y sextil a la Luna en Aries en Casa VII. Plutón
en tránsito hará una cuadratura a la Luna en Aries en Casa VII, opo-
sición al Sol en Cáncer en Casa X, conjunción a Urano en Capri-
cornio en Casa IV y cuadratura a Plutón en Libra en Casa II. ¿Qué
ocurrió?
Enrique VIII tenía ya 24 años cuando Plutón entró a Capri-
cornio y su tránsito coincidió con el inicio del tema de la sucesión y
sus consecuencias político-religiosas mundiales. Coronado en 1509,
el inicio del tránsito en 1516 acompaña el nacimiento de su hija
María. Pero como necesitaba un hijo varón para una sucesión que
garantizara la pacificación política a largo plazo, comenzó a cortejar
a Ana Bolena, dado que parecía que su esposa no le iba a dar el
deseado sucesor. Comenzaron así delicadas y conflictivas tratativas
con el Vaticano para lograr el divorcio y ante la negativa de la Igle-
sia, decidió casarse igualmente: Plutón en tránsito haría cuadratura
a la Luna en Aries en Casa VII, oposición al Sol en Cáncer en Casa
X, conjunción a Urano en Capricornio en Casa IV y cuadratura a
Plutón en 29º de Libra. Apenas salido Plutón de Capricornio fue
excomulgado el 23/1/1533 y se casó inmediatamente con Ana,
iniciando el primer cisma europeo con la Iglesia romana, que debili-
taría definitivamente el poderío de esa institución y fortalecería
económicamente a Inglaterra con su nueva Iglesia Anglicana.
Fueron puestos así de relieve los contenidos de patria y fa-
milia que se asocian a Capricornio interceptado en Casa IV, inclu-
yendo una necesidad de independencia al respecto (Urano, opuesto
al Sol en Cáncer en Casa X también interceptado), rebelándose con-
flictivamente contra el “Padre” (el Papa) e intentando asumir su
propia paternidad, biológica y simbólica (Jefe de la Iglesia). Ello a
través de contenidos complejos matrimoniales de su Plutón (en 29°
Libra, signo vinculado a parejas, regente asimismo de Aries en las
Casas VII y VIII, quincuncio a Venus en conjunción con el Nodo Ne-
gativo en Géminis: la variedad, “las hermanas”), que tuvieron como
escenario el conflicto vinculado a los hijos propios o ajenos (“de la

216 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


esposa”) como materializadores de la esperada sucesión: Saturno
en Casa V en oposición a Mercurio (niños) en Leo en Casa XI, Ura-
no en Capricornio regente de Casa V.
Martín Lutero (19/11/1483 - 18/2/1546. Figura 26) tiene a
Plutón en Libra en conjunción a la cúspide de la Casa III y oposición
a la Luna en Aries en Casas IX/VIII. Es regente de la Casa IV (y IX).
Capricornio está en las Casas V (y VI), vacío. Saturno se halla en
Escorpio en la Casa III conjuntando a Venus y quincuncio a la Luna
en Aries en Casas IX/VIII. Plutón en tránsito hizo sextil a Marte en
Escorpio en la Casa III, cuadratura a la Luna en Aries en las Casas
IX/VIII, sextil a Saturno y a Venus en Escorpio en la Casa III, cuadra-
tura a Plutón y a Júpiter en Libra en Casa III y sextil al Sol en Escor-
pio en Casa IV. ¿Qué ocurrió?
Lutero tenía 32 años cuando Plutón entró a Capricornio y su
tránsito coincidió exactamente con el inicio y apogeo de la produc-
ción de las ideas que generaron la gran reforma religiosa europea
protestante del siglo XVI. Hacía poco nombrado Vicario de su
Orden, el inicio del tránsito en 1516 acompaña sus primeros sermo-
nes públicos contra la Iglesia Católica Romana, la corrupción econó-
mica de sus “indulgencias”, sus abusos políticos y la falacia del
celibato eclesiástico que fueron rápidamente difundidos gracias a la
imprenta con Plutón en tránsito sextil a Marte en Escorpio en Casa
III. En 1518 es declarado hereje con Saturno en tránsito conjunción
a Plutón en tránsito y luego en 1521 es excomulgado mientras cul-
mina la redacción de la primera traducción del Nuevo Testamento a
una lengua distinta al latín. En 1525 se casa y tiene algunos hijos
hasta poco después de salido Plutón de Capricornio y su casa V. Si
bien hubo exilios, también hubo apoyo político y personal de monar-
cas poderosos, tal como Federico III en la búsqueda del afianza-
miento del poder político nacional contra el poder hegemónico de la
Iglesia Romana, visible en la oposición de Plutón natal a la Luna en
Aries en Casas IX/VIII y el Sol en Escorpio en Casa IV.
Como en los dos primeros casos vistos, justo al iniciar el
tránsito se revela lo que Lutero legará a la humanidad. El tránsito
coincide, como con Enrique VIII, con su rebelión contra la autoridad
religiosa “paterna” del Papa en defensa de los intereses nacionales
regionales mediante discursos y escritos: Plutón en Casa III regente
de Casas IV y IX oposición a la Luna en Casas IX/VIII y Saturno en
Escorpio en Casa III. Es declarado hereje cuando Saturno y Plutón
en tránsito hacen conjunción entre sí sobre su Parte Fortuna y as-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 217


pectando por sextil y cuadratura a su Saturno y Plutón natales. Al
mismo tiempo, asumiendo la responsabilidad de su propia paterni-
dad biológica, tanto al atacar el celibato como casándose y convir-
tiéndose en padre de familia con casi todo Capricornio en Casa V,
Saturno natal conjunción Venus en Escorpio y quincuncio a la Luna
y Plutón regente de Casa IV en oposición a la Luna.
Rafael Sanzio (5/4/1483 - 6/4/1520. Figura 26) tiene a Plu-
tón en Libra en Casa XI, oposición a Venus y al Sol en Aries en Ca-
sa V, sextil a Neptuno en Sagitario en Casa I y trígono a Marte en
Géminis en Casa VII. Es regente de Casas I y XII (y V). Capricornio
está en las Casas II/III, vacío. Saturno se halla en Escorpio en Casa
XII, sin aspectos mayores, en semicuadratura a Neptuno en Sagita-
rio en Casa I y quincuncio a Marte en Géminis en Casa VII. Plutón
en tránsito le hizo en vida cuadratura a Júpiter en Libra en Casa X,
sextil a Saturno en Escorpio en Casa XII y cuadratura a Plutón en
Libra en Casa XI. ¿Qué ocurrió?
Rafael tenía 32 años cuando Plutón entró a Capricornio y su
tránsito coincidió con sus últimos cuatro años de vida. Tanto él como
sus conocidos decían que su muerte fue debida a sus notorios y
constantes excesos sexuales. Aquí el tránsito coincidió con su muer-
te a temprana edad provocada según sus conocidos por los actos
del mismo Rafael (Plutón rige las Casas I y XII y Saturno está en
Escorpio en Casa XII), específicamente ligados a excesos sexuales
vinculados a Plutón, regente de Casas I, XII y V en Libra en opo-
sición a Venus y Sol en Aries en Casa V, sextil a Neptuno en
Sagitario en I y trígono a Marte en Géminis en VII, con Saturno en
Escorpio en Casa XII y casi todo Capricornio en Casa II –también el
cuerpo físico y sexualidad–, sin aspectos mayores pero quincuncio a
ese Marte y semicuadratura a ese Neptuno. En este caso su revela-
ción como artista ya se había dado previamente, y la activación de
Plutón y Saturno natales, tan “sexuales” como negativos (casas y
aspectos maléficos), llevó a que viviera hasta las últimas consecuen-
cias de un modo autodestructivo el simbolismo que manifiestan en
su Carta.
Immanuel Kant (22/4/1724 - 12/2/1804. Figura 27) tiene a
Plutón en Virgo interceptado en Casa VII, en trígono a Neptuno en
Tauro en Casa III (regente de Piscis interceptado en I). Es regente
de Casas IX/VIII (y I/II). Capricornio está en Casa XI, con Saturno
dentro. Saturno en Capricornio en XI se halla en cuadratura a la Lu-
na en Aries en Casa I y semicuadratura a Neptuno en Tauro en Ca-

218 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 27. Cartas Natales de Immanuel Kant, Miguel Ángel
Buonarroti y Nicolás Copérnico

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 219


sa III. Plutón en tránsito hizo sextil a Urano en Escorpio en Casa
VIII, trígono al Sol en Tauro en Casa II, cuadratura a la Luna en
Aries en Casa I, conjunción a Saturno en Capricornio en Casa XI,
oposición a Marte en Cáncer en Casa V, cuadratura a Mercurio en
Aries en Casa I, trígono a Plutón en Virgo en Casa VII y a Neptuno
en Tauro en Casa III. ¿Qué ocurrió?
Kant tenía 37 años cuando Plutón entró a Capricornio y co-
menzó a publicar libros de Lógica y Filosofía. En 1770 comienza co-
mo profesor de Lógica y Metafísica: es cuando dice “despertar de su
sueño dogmático” gracias a Hume, justo luego del cuadrado de
Plutón en tránsito a Saturno y a la Luna natales. Luego inicia un si-
lencio de once años durante los cuales se gestará la obra que ci-
mentará su fama póstuma: la Crítica de la Razón Pura, con el gran
trígono en tránsito de Plutón al trígono natal de Plutón en Virgo a
Neptuno en Tauro en Casa III.
Miguel Ángel Buonarroti (15/3/1475 - 18/2/1564. Figura
27) tiene a Plutón en Virgo en la Casa IX en sextil a Neptuno en Es-
corpio en Casa XI y a Saturno interceptado en Cáncer en Casa VII
opuesto a Marte y al Sol en Piscis en Casa III (Configuración de Co-
meta). Es regente de la Casa XI (y IV). Capricornio está interceptado
en Casa I, vacío, mientras Saturno se halla en Cáncer en la Casa
VII, también interceptado, en trígono a Marte en Piscis en Casa III y
a Neptuno en Escorpio en Casa XI y sextil a Plutón en Virgo en
Casa IX. Plutón en tránsito va a hacer sextil a la Luna en Piscis en
Casa II, oposición a Saturno en Cáncer en la Casa VII, sextil a Marte
en Piscis en la Casa III, trígono a Plutón en Virgo en Casa IX, sextil
a Neptuno en Escorpio en Casa XI y al Sol en Piscis en Casa III y
cuadratura a Venus Aries IV. ¿Qué ocurrió?
Miguel Ángel tenía 40 años cuando Plutón entró a Capricor-
nio. Durante su paso por el signo hubo proyectos fallidos de arqui-
tectura de iglesias, problemas políticos, pequeños exilios y es pos-
terior (y anterior) a sus grandes obras del Vaticano. El período está
más bien marcado por amores homosexuales turbulentos: en 1522
uno (Gerardo Perini) le roba, en 1532 Febbo di Poggio le pide plata
en respuesta a sus poemas de amor y ese mismo año, a los 57
años, conoce a su gran amor hasta la muerte, Tommaso Dei Cava-
lieri, de 16 años de edad, a quien escribe su primera carta de amor
el 1/1/1533, once días después de la salida definitiva de Plutón de
Capricornio.

220 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


El tránsito en un signo interceptado en Casa I pone al des-
cubierto el mayor aspecto a su dispositor, también interceptado:
Saturno en Cáncer en Casa VII, con todos sus aspectos. Con mucha
mala suerte y oscuridad en lo profesional, hay gran producción lite-
raria (Marte y Sol en Casa III, Plutón en Casa IX, Neptuno en Escor-
pio regente de Casa III) a raíz de sus amores homosexuales que re-
velan a la posteridad su verdadero yo (Capricornio en Casa I inter-
ceptado) vincular (Saturno interceptado en Casa VII). El último
aspecto de Plutón en tránsito a Venus muestra la característica más
amorosa de la conclusión de ese período.
Nicolás Copérnico (28/2/1473 - 24/5/1543. Figura 27) tiene
a Plutón en Virgo en Casa I en sextil a Neptuno en Escorpio en Ca-
sa III, cuadratura a Saturno en Géminis en casa X y oposición Sol en
Piscis en Casa VII. Es el regente de Casa IV (y IX) y de planetas en
Casa III. Capricornio está en Casa V, vacío. Saturno se halla en Gé-
minis en Casa X en cuadratura a Plutón en Virgo en Casa I. Plutón
en tránsito hizo sextil al Sol en Piscis en Casa VII, a Urano en Escor-
pio en Casa III, cuadratura a Venus en Aries en Casa VIII, sextil a
Neptuno en Escorpio en Casa III, trígono a Plutón en Virgo en Casa
I y finalmente sextil a Mercurio en 26º de Piscis en Casa VIII, dispo-
sitor de ese Saturno. ¿Qué ocurrió?
Copérnico tenía 42 años cuando Plutón entró a Capricornio.
Durante el tránsito en ese signo vuelve a su país, Prusia, en 1523
con Saturno en tránsito oposición Ascendente, portando doctorados
previos en Derecho, Medicina en Bologna, Canónigo en Frauenburg
y Ciencias y Economía en Francia. Una vez reinstalado en Prusia se
dedicó a la administración de la diócesis de Warmia con Saturno en
tránsito oposición Plutón, ejerció la Medicina, ocupó otros cargos
administrativos y llevó a cabo su inmenso y primordial trabajo en la
Astronomía. Escribe al respecto la obra fundamental que revolucio-
nó la cosmovisión astronómica europea De Revolutionibus Orbium
Coelestium entre 1507 y 1532, cuyo tramo final coincide con el trán-
sito de Plutón en Capricornio en sextil a Mercurio en Piscis en Casa
VIII. En 1533 Clemente VII escuchó en Roma con gran interés su
teoría pero, pese a ello, mantuvo el trabajo escrito “oculto”, es decir
autosecuestrado, por prudencia y dudas sobre sus detalles, hasta
que se dio su publicación póstuma en 1543. Se repitió de este mo-
do, como en otros casos antes relevados, la secuencia de
revelación, asunción de responsabilidades, “gestación” silenciosa y

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 221


una combinación de revelación y ocultamiento por propia mano de
su legado para la posteridad.
Nicolás Maquiavelo (11/5/1469 - 21/6/1527. Figura 28) tie-
ne a Plutón en Virgo en la Casa VIII en sextil a Neptuno en Escorpio
conjunción Mediocielo, trígono a Saturno en Tauro en Casa III, cua-
dratura a Mercurio en Géminis en Casa V, oposición a Marte en
Piscis en Casa II y quincuncio al Nodo Norte en Casa I. Es el regen-
te de la Casa X (y III). Capricornio está en las Casas I/XII, vacío ex-
cepto por el Ascendente. Saturno se halla en Tauro en la Casa III en
conjunción a la IV, oposición a Neptuno en Escorpio en Casas IX/X,
trígono a Plutón en Virgo en Casa VIII y cuadratura a Luna y Nodo
Norte en Casa I. Plutón en tránsito hizo trígono a Saturno en Tauro
en Casa III, sextil a Neptuno en Escorpio en Casas IX/X, trígono a
Plutón en Virgo en VIII, conjunción Ascendente, sextil a Marte en
Piscis en II, trígono al Sol en Tauro en IV y cuadratura a Venus en
Aries III. ¿Qué ocurrió?
Maquiavelo tenía 46 años cuando Plutón entró a Capricornio
y murió (Plutón en VIII) en la desgracia durante su tránsito por el sig-
no, aunque llegó a hacer todos sus aspectos en vida. Ya transitaba
antes su casa XII: había estado en la cárcel, torturado y exiliado a
causa de las mismas intrigas políticas que describe magistralmente
en su propio libro El Príncipe, escrito antes (1513). El período se ini-
cia con la escritura en la cárcel de sus comedias más famosas,
incluida La Mandrágora. Recibió la amnistía en 1521 cuando Plutón
conjuntó al Ascendente. Pese a ello es nuevamente encarcelado,
torturado y exiliado por difamaciones. Liberado, gana luego la lotería
y comienza estudios de griego y traduce a Polibio. El Papa le
encomienda entonces escribir una Historia de Florencia, su patria, la
ciudad en donde morirá, pero este texto le trae tantas difamacio-
nes y problemas que muere en la desgracia y el oprobio.
Leonardo Da Vinci (23/4/1452 - 2/5/1519. Figura 28) tiene a
Plutón en Leo en Casa VIII en cuadratura Sol en Tauro en Casa V,
trígono a Mercurio en Aries en Casa IV, sextil a Saturno en Libra en
Casa X y quincuncio al Nodo Norte en Capricornio en Casa I. Es el
regente de Casa XII (y V). Capricornio está en Casas II/I e incluye al
Nodo. Saturno se halla en Libra en la Casa X en trígono a Marte en
Acuario en Casa II y oposición a Mercurio en Aries en Casa IV. Plu-
tón en tránsito hizo en vida sextil a Júpiter y Luna en Piscis en Casa
III, trígono al Sol en Tauro en Casa V y conjunción al Nodo en Capri-
cornio en Casa I con quincuncio Plutón en Casa VIII. ¿Qué ocurrió?

222 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 28. Cartas Natales de Nicolás Maquiavelo y Leonardo Da Vinci.
Ingreso de Plutón en Capricornio calculado para Buenos Aires

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 223


Da Vinci tenía 63 años cuando Plutón entró a Capricornio y
el tránsito ocupó los últimos tres años de su vida (Plutón en VIII).
Cuando Plutón entra definitivamente al signo en 1517 debe huir de
Italia por acusaciones de brujería. El rey de Francia Francisco I lo in-
vita a su corte y vive allí exiliado, protegido por el rey. Así a través
de un proceso difícil (Plutón en Casa VIII regente de XII cuadratura
al Sol, su dispositor), hubo una afirmación de la propia valía, autori-
dad y de la autoridad ajena. Pero hubo también “autosecuestro”,
conflicto, descalificación de todo lo hecho previamente y un volver a
empezar. “Gracias” a lo sucedido, Louvre mediante, hubo mejores
garantías de fama póstuma y preservación de su legado para la
humanidad, ya que Plutón en tránsito hacía trígono al Sol en Tauro
en Casa V.
A raíz de lo relevado en estos once casos, creemos que es
posible y por ello recomendable aventurar los posibles efectos del
actual tránsito de Plutón por el signo de Capricornio en las Cartas
Natales de modo de poder tomar la mayor y mejor consciencia
posible de los contenidos, desafíos, oportunidades y procesos tan
significativos a ser vividos en ese período. Cada uno de nosotros
quizás ya haya tenido un preanuncio de parte de aquello que vendrá
en la breve entrada y salida de Plutón en Capricornio del 26 de ene-
ro (figura 28) al 14 de junio de 2008, de modo que ya cuenta con
algunos datos de su realidad concreta que, leídos en relación a los
significadores de la Carta Natal aquí recomendados y con intuición,
pueden dar una pista de a qué prestar mayor atención en nuestras
vidas cuando entró definitivamente el 27 de noviembre de 2008. Al
respecto, conviene repasar los momentos clave del actual paso de
Plutón por Capricornio, que tiene lugar del 26 de enero de 2008 al
10 de noviembre de 2024. El primer preanuncio fue del 26 de enero
al 14 de junio de 2008, mientras la entrada definitiva la hizo el 27 de
noviembre de 2008. Toca por primera vez el grado 15º el 1º de
marzo de 2015 y su salida definitiva es el 19 de noviembre de 2024.
Una vez más, recordamos que los procedimientos usados
para analizar los efectos en una Carta Natal del tránsito de este pla-
neta lento por signo pueden ser aplicados a cualquier otro tránsito,
siguiendo los criterios indicados en la primera parte de este capítulo.

224 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Datos natales (fuente: American Book of Charts, Lois Rodden)

Buonarroti, Miguel Ángel. 06-03-1475, GMT 00:57:54, 11º59’ E, 43º45’ N.


Cellini, Benvenuto. 02-11-1500, GMT 20:07:56, 11º16’ E, 43º46’ N.
Copérnico, Nicolás. 19-02-1473, GMT 16:48, 18º35’ E, 53º02’ N.
Da Vinci, Leonardo. 14-04-1452, GMT 20:56:16, 10º56’ E, 43º45’ N.
Enrique VIII. 28-06-1491, GMT 10:40, 0º0’ W, 51º20’ N.
Goethe, J. Wolfgang. 28-08-1749, GMT 11:25:26, 08º41’ E, 50º07’ N.
Kant, Immanuel. 22-04-1724, GMT 01:37:56, 02º31’ E, 54º42’ N.
Lutero, Martín. 10-11-1483, GMT 22:13:52, 11º32’ E, 51º32’ N.
Maquiavelo, Nicolás. 02-05-1469, GMT 22:22, 11º15’ E, 43º47’ N.
Mozart, Wolfgang Amadeus. 27-01-1756, GMT 19:07:56, 13º01’ E, 47º48’ N.
Sanzio, Rafaele. 27-03-‘1483, GMT 20:39:28, 12º38’ E, 43º44’ N.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 225


226 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 13

HISTORIA ASTROLOGICA DEL TERROR EN LA ARGENTINA

El terror, difícil de definir aunque sin duda una emoción que


incluye una sensación paroxística de miedo al peligro de los aspec-
tos más oscuros de la vida como la muerte, la noche, la violencia o
la fealdad. Experiencia arquetípica de la humanidad, ejerce una
extraña y seductora atracción. ¿Cómo se explicaría sino la fascina-
ción que provoca su presencia en el arte, desde la tragedia griega
hasta el género de las novelas y las películas de terror de hoy?
En el sistema astrológico podemos asociar a varios planetas
con la vivencia del terror. Los astrólogos modernos sin duda enun-
ciaríamos como primera opción a Plutón, dios invisible del oscuro
submundo que rige a Escorpio, el signo del temible escorpión aso-
ciado con los procesos de descomposición, los excrementos del
intestino grueso y la Casa VIII de la muerte, los conflictos y oscurida-
des, arrastrando también un contenido de peligro, destrucción y
crueldad.
Antes del descubrimiento de ese planeta la opción más
popular era Saturno, el oscuro dios asociado también con la muerte
y el temor, limitaciones y desgracias. Su vinculación al sistema óseo
se expresa en la Parca, el esqueleto con su guadaña, y es inevitable
asociarlo al mito en el que perpetra una mutilación genital contra su
padre y se come luego vivos a sus hijos recién nacidos, tan espan-
tosamente retratado por Goya.
El terrible Poseidón que agita enfurecido las aguas y el
peligrosísimo Dionisio griego se subsumen en el Neptuno astroló-
gico, cuya regencia sobre Piscis y la analogía de éste con Casa XII
lo remiten también al sufrimiento, las desgracias y una desvalidez e
indefensión que provocan pánico a lo desconocido e invisible y a lo
que proviene de los mundos más sutiles.
En la misma veta de la indefensión y el miedo podemos
encontrar la Luna, vinculada a lo blando y vulnerable que debe ser
protegido. Clásicamente asociada a las emociones, incluyendo por
ello al terror, está naturalmente relacionada con la noche, al igual
que de diversos modos los oscuros tres planetas antes mencio-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 227


nados. Recordemos que también es el astro que despierta su
naturaleza al hombre lobo o lobizón y, amiga de los vampiros,
iluminaba arquetípicamente los aquelarres de las brujas, entre las
cuales se destaca la oscura Hécate, una de sus facetas.
Por último, aunque de modo mucho menos representativo
que los cuatro antecedentes, debemos incluir a Marte, el dios de la
guerra y sus entrañas segadas de donde brota la roja sangre y a la
cual iba acompañado de sus dos hijos, Fobos y Deimos: Pánico y
Terror. Emociones que provocó a Asaph Hall el descubrimiento de
sus dos satélites, a los que bautizó con esos nombres, dado que
eran demasiado similares a los que había descrito pormenorizada-
mente 150 años antes Jonathan Swift en sus Viajes de Gulliver.
Para ver cómo se expresa el terror en un ámbito colectivo
como el de un país, podemos mirar estos planetas en la Carta Natal
del mismo. En la Argentina (figura 29), los primeros cuatro mencio-
nados están curiosamente emplazados uno en cada signo sucesivo
desde Sagitario hasta Piscis y en grados más o menos cercanos
entre sí: Neptuno en 20º02’ de Sagitario en Casa III, la Luna en
19º14’ de Capricornio en Casa IV, Saturno en 23º04’ de Acuario en
Casa V y Plutón en 24º08’ de Piscis en Casa VI. Forman así una
pequeña configuración de semisextiles enmarcada por una
cuadratura, unidos de un modo significativo en la Carta resonando
con la armónica 12, vinculable a la Casa XII (capítulo 16). Otro
detalle significativo es que ocupan cada uno los últimos cuatro
signos del Zodíaco, las experiencias más complejas y sofisticadas
de cuño colectivo, ámbito en el que podemos suponer entonces que
el terror va a ser de algún modo una experiencia importante o
significativa a ser experimentada en ese país.
Decir “terror” en la segunda mitad del siglo XX y las primeras
décadas del XXI es decir “cine”: es el género artístico que represen-
ta por antonomasia esa palabra. Más que la pintura, que la música,
que la escritura o la producción original para televisión, las imágenes
del cine han dado forma a los principales arquetipos del género
moderno del terror, por lo que se constituye en una verdadera
industria inmensamente productiva y fructífera.
¿Cuál es el cine de terror en Argentina? ¿Qué películas de
terror han impactado fuertemente en la sociedad o trascendido fron-
teras y sido vistas en las salas de otros países (descartemos los

228 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 29. Carta Natal de Argentina

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 229


festivales, ya que no representan tanto el imaginario del colectivo
como las cintas que efectivamente se sostienen en cartel)?
Ninguna. No hay industria nacional del cine de terror. Llama-
tivo, porque hubo y hay, aunque con fluctuaciones, una importantísi-
ma industria cinematográfica desde hace muchas décadas y
Saturno, uno de los planetas del terror, ocupa la Casa V de la crea-
ción y que por lo tanto en la Carta de un país podríamos vincular con
su producción cinematográfica, teatral, operística o musical.
La respuesta quizás esté en las cúspides y sus aspectos: los
planetas del terror no aspectan a la cúspide de Casa V, que se halla
en 13º25’ de Acuario (signo que explicaría la importancia que tuvo la
industria del cine como tal). En cambio los dos planetas “más
terroríficos”, Saturno en 23º04’ de Acuario y Plutón en 24º08’ de
Piscis, aspectan ambos con medio grado de orbe la cúspide de la
Casa III, que se halla en 23º32’ de Sagitario. La primera asociación
que podemos hacer con esa Casa es la de la escritura.
Muchos estudios tienden a coincidir en marcar el inicio de
una literatura argentina de rasgos propiamente nacionales o autócto-
nos en El Matadero de Esteban Echeverría (publicado en 1871 más
de treinta años después de haber sido escrito), el cual si bien no es
precisamente del género de terror, está recorrido por situaciones
escabrosas y sangrientas, cuando no repugnantes, que pretenden
en su conjunto denunciar el régimen de terror político que el autor
asociaba con el gobierno de Juan Manuel de Rosas.
Luego, ya iniciado el siglo XX, fueron emblemáticos en la
literatura nacional los cuentos de Horacio Quiroga, el uruguayo
admirador de Edgar Allan Poe con una vida plagada de tragedias
personales que impactó a la sociedad con algunos relatos todavía
hoy verdaderamente espeluznantes, tales como La gallina degollada
o El almohadón de plumas. Muchos cuentos de Jorge Luis Borges
producen también una desazón que los acerca a lo macabro o al
miedo, no sólo en el caso de ciertos cuentos fantásticos, sino
también en otros realistas como el terrible El Evangelio según San
Marcos. Asimismo Manuel Mujica Lainez en algunos de sus cuentos
tales como El Hambre en Misteriosa Buenos Aires provoca espanto,
al igual que desazón Julio Cortázar en varios de sus cuentos fantás-
ticos o Adolfo Bioy Casares en su Diario de la Guerra del Cerdo.
Pero dijimos que para el siglo XX el terror está expresado en
la imagen cinematográfica. A falta de una imagen cinematográfica,

230 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


¿cómo podemos proyectar una imagen a través de la Casa III, dado
que se haya tan vinculada a los dos planetas más importantes del
terror? La respuesta la podemos encontrar en la asociación que
tiene con los medios de comunicación. Éstos no sólo se refieren a
los medios de transporte o a los diarios, sino también a la radio y la
televisión. Y es en esta última en donde la población encontró el
modo de conmoverse ante el espanto y gracias a un artista español
emblemático: Narciso Ibáñez Menta.
No contando con la hora de nacimiento de Ibáñez Menta,
apelamos al recurso de la Carta Nodal desarrollada en los capítulos
8 y 9, posicionando los planetas del día en que nació en una estruc-
tura que, además de lo zodiacal, puede incluir el orden de las Ca-
sas. Nació el 25 de agosto de 1912 en Sama de Langreo, Asturias,
5º41’ W, 43º17’ N. El Nodo Norte en 14º de Aries ascendía ese día a
las 20:39:30 horas de GMT (figura 30).
Ibáñez Menta tenía el Sol en el signo de Virgo. Por supuesto
que de ningún modo asociaríamos a Virgo en sí con el terror, pero
vale la pena señalar que, de los escritores arriba mencionados,
Echeverría, Borges, Mujica Lainez, Cortázar y Bioy Casares nacie-
ron todos con el Sol en ese signo, acompañados sugestivamente
por Stephen King y la joven autora de Frankenstein Mary Shelley,
más la ciencia ficción de Hugh G. Wells que rozó a menudo el terror,
muchas novelas policiales de Agatha Christie que también se
adentraron en el territorio de lo macabro e inclusive Johann W. von
Goethe con el siniestro Mefistófeles de su Fausto, todos ellos con
Sol en Virgo.
Mercurio en tierra mutable ayuda a la labor del escritor que
plasma con sus manos la palabra en la materia del libro, pero el
planeta juguetón también tiene que ver con una forma de humor: los
autores mencionados, además de un uso refinado de la palabra, son
maestros en el recurso de la ironía, la que a menudo se traduce
puramente en comicidad.
El género literario humorístico en Occidente se origina en la
sátira, el lugar en donde se ridiculizaba y criticaba a segmentos o
modismos de la sociedad, y la crítica es uno de los rasgos caracte-
rísticos de Virgo. En Argentina hay míticos humoristas nacidos con
el Sol en Virgo, tales como Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Pepe
Biondi, Fidel Pintos, el Pato Carret, Enrique Almada, Hugo Varela y
Peter Capusotto. Y por supuesto que no en sus orígenes románti-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 231


cos, pero sí durante el siglo XX, el género literario del terror hace
una constante apelación al humor y el sarcasmo como constitutivos
de lo macabro, habiendo hecho también el cine un idéntico proceso:
hoy casi todo film de terror le hace guiños y burlas al género, cuando
no a sí mismo, ya que hay una consciencia de que lo terrorífico a
menudo bordea en lo ridículo y de que es un golpe de efecto muy
eficaz el paso de la risa al sobresalto. Narciso Ibáñez Menta,
conocido en Argentina como “El Maestro del Terror”, tampoco era
ajeno a este rasgo, al punto de que su última película argentina fue
una comedia de humor negro.
El humor virginiano de su Sol hace el día de su nacimiento
un cuadrado a uno de los planetas del terror, Saturno, mientras otros
dos de ellos, Neptuno y Marte, están en un muy cerrado aspecto de
sextil que tiene en su punto medio, formando una pequeña configu-
ración y haciendo semisextil a ambos, al juguetón Mercurio, planeta
explorador, es decir, inmediatamente anterior a ese Sol cuyo signo
rige. Dicho Marte, dispositor del Nodo Norte (y eventualmente del
Ascendente, si consideramos la Carta Nodal), está exactamente
opuesto al Plutón de la Carta Natal de Argentina, el país en donde
desarrollaría de un modo más contundente su carrera y en donde,
casi a su pesar, se convertiría en el emblema del miedo para una
población que con devoción dejaba aparte una vez por semana toda
actividad para instalarse frente al televisor y estremecerse con sus
programas. El Plutón de Argentina se reconoció a sí mismo gracias
a la iniciativa y acción (Marte) de Ibáñez Menta.
Dijimos que esto ocurrió a su pesar: Narciso Ibáñez Menta
detestaba ser asociado con el terror, puesto que se consideraba a sí
mismo un artista completo (que lo era) pese a que tanto demanda-
ban de él ese aspecto de su arte. De hecho nació prácticamente en
el escenario y de pequeño trabajaba en la compañía de zarzuelas
de padres. Vaya como ejemplo de la imagen que proyectaba siendo
pequeño el texto del siguiente afiche callejero:
Teatro - Circo. El jueves 11 de Septiembre, Inauguración de
la temporada con el DEBUT de NARCISIN, ¿Conoce usted
a NARCISIN? ¿Ha visto usted a NARCISIN? ¿Quién es
NARCISIN? NARCISIN es el actor más grande conocido,
encerrado en el cuerpo más pequeño. Ése es NARCISIN.
NARCISIN es el primerísimo actor y alma de la Gran
Compañía de Zarzuela que lleva su nombre y que debutará
en este Teatro el Jueves 11 de Septiembre de 1924. ¡Vea
usted a NARCISIN!

232 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 30. Carta Nodal de Narciso Ibáñez Menta

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 233


Sintiéndose con capacidades más abarcativas, abandona de
adolescente la zarzuela y se dedica a la actuación y dirección
teatral, abordando obras tan ambiciosas tales como el Fausto de
Goethe, La muerte de un viajante de Miller y Las manos sucias de
Sartre (las dos últimas en estreno absoluto para el país). En 1933
pone en escena y protagoniza una adaptación teatral de El extraño
caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Stevenson, cuyo éxito lo lleva a
encarar luego el Fantasma de la Ópera de Leroux. La identificación
con el género del terror al que indudablemente pertenecen estas
obras hizo que fuera convocado a protagonizar en 1942, junto a
Juan Carlos Thorry e Irma Córdoba Una luz en la ventana, consi-
derada como la primera película de terror argentina. La siguiente,
que también protagonizaría en 1952, sería La bestia debe morir e
incluía en un elenco de grandes figuras a Nathán Pinzón, Milagros
de la Vega, Guillermo Battaglia, Ernesto Bianco, Beba Bidart y Laura
Hidalgo.
La irrupción de la televisión en el seno de los hogares argen-
tinos llevó a que trasladara a ese medio los papeles que le habían
traído tanto éxito. Y la repercusión de estos programas llevó natural-
mente a la realización en 1960 de una nueva película, las Obras
maestras del terror, dirigida por Enrique Carreras (aunque hubo de
hecho un importante rol en la dirección por parte de Narciso Ibáñez
Menta y de su hijo Narciso Ibánez Serrador, autor del guión),
actuando tanto él como su hijo con Carlos Estrada, Osvaldo
Pacheco, Mercedes Carreras y Silvia Montanari. Pasarían décadas
hasta que fuera convocado nuevamente para actuar en una película
argentina, la comedia negra Los muchachos de antes no usaban
arsénico, dirigida en 1976 por José Martínez Suárez y donde actuó
junto a las glorias del cine nacional Mecha Ortiz, Arturo García Buhr,
Mario Soffici y Bárbara Mujica. Narciso Ibáñez Menta, que hizo
también una buena parte de su carrera en España, falleció en
Madrid luego de una larga convalecencia el 15 de mayo de 2004 a
los 91 años de edad.
No es de extrañar que en la Carta Natal de Argentina se
movilicen con el nacimiento de quien fuera para ésta el Maestro del
Miedo los planetas que asociamos con el terror: el 28 de agosto de
1912 Neptuno de Argentina dirigido por Arco Solar está en 23º08’ de
Piscis, en conjunción con Plutón natal. La conjunción indica tanto
conclusión como inicio de lo que pudiera indicar la cuadratura natal
entre ambos que encuadraba la pequeña configuración de los cuatro

234 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


planetas del terror. Por otro lado, Neptuno en tránsito hacía un trígo-
no a ese Plutón de la Carta Natal del país mientras Marte le hace
oposición. Tres aspectos mayores al Plutón argentino, el principal
significador del terror en ese territorio, realizado por planetas vincu-
lados al espanto.
Cuando se hacen en 1933 las primeras obras de teatro de
terror en el país el Ascendente progresado hace conjunción a la
Luna natal, Plutón en tránsito hace desde 23º de Cáncer un trígono
a Plutón natal y Saturno por tránsito vuelve a su propia posición.
Mientras que para el estreno de la primera película de terror
argentino el 12 de mayo de 1942, Plutón por Arco Solar en 26º59’ de
Cáncer hace cuadratura al Ascendente natal de Argentina, Saturno
por Arco Solar en 26º54’ de Géminis cuadratura al Plutón natal y el
Mediocielo de la progresión secundaria diaria oposición a Plutón
natal: las cúspides diarias se van moviendo aproximadamente un
grado por día, de modo que este fuerte aspecto le corresponde a
ese día en particular. La siguiente película de terror previa a la apari-
ción de la televisión se estrenó el 8 de mayo de 1952 con Neptuno
en tránsito en 19º36’ de Libra en cuadratura a la Luna natal y Plutón
en tránsito en 19º06’ de Leo en semisextil a esa misma Luna.
Hacer una alusión a la radical importancia y trascendencia
que tuvo para la sociedad la irrupción de la televisión y su ingreso
definitivo en los hogares sería un lugar común tan ocioso y fatuo
como hacerlo respecto de Internet. Señalemos solamente que en
Argentina nació durante la década del ’50 y ya durante ésta Ibáñez
Menta fue convocado, con su joven hijo como director y guionista,
para un ciclo que se denominó Obras Maestras del Terror, consis-
tente en unitarios sobre cuentos de Stevenson, Poe y otros que
comenzó a televisarse en agosto de 1959. Más que en la Carta
Natal de Argentina, se advierten aspectos afines en la del cielo natal
de él, pues Plutón en tránsito estaba en conjunción a su Sol, mien-
tras Saturno en tránsito estaba en oposición a su Plutón: con este
paso daba inicio a su identificación definitiva ante las masas con el
género al que luego diría que despreciaba. El éxito rotundo de este
ciclo llevó a la inmediata realización de la película del mismo nombre
que más arriba refiriéramos y que se estrenó al año siguiente. Pero
había cosas mucho más importantes aguardando a todos los
involucrados.
En 1960 comenzaron a aparecer los canales privados y por
lo tanto la carrera de la competencia por el rating y la persuasión a

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 235


los anunciantes. El 9 de junio el canal donde habían realizado el
ciclo se privatizó y pasó a llamarse Canal 9 (tres años después lo
compraría Alejandro Romay), por lo que necesitaban con urgencia
sacar en horario central nocturno un producto de gran impacto y
convocatoria. Se decidieron por el dúo de los Narciso Ibáñez padre
e hijo al frente de El Fantasma de la Ópera, una gran producción
multiestelar con muchas secuencias filmadas en directo dentro del
Teatro Colón. La primera emisión fue el 2 de julio de 1960 a las 22
horas y toda la población que tenía televisores en sus casas la
siguió con fruición como si se tratara de un evento nacional de
fundamental importancia. La Carta del momento de inicio del progra-
ma tiene a su Ascendente en oposición a Plutón con 1º12’ de orbe
(el mismo Plutón que estaba todavía arriba del Sol natal de Narciso
Ibáñez Menta), mientras que la conjunción Sol-Luna inmediatamente
anterior, sucedida el 24 de junio a las 3:26:46 horas de GMT, tenía a
su Ascendente en 26º de Piscis en conjunción al Plutón de la Carta
Natal de Argentina: se inauguraba como correspondía la verdadera
era del terror nacional.
Aludimos a la lunación anterior por considerar que fue un
evento de alcances colectivos que también puede verse en la Carta
Natal de Argentina, cuyo Sol y Mediocielo progresados hacían con-
junción al Urano natal. Más que el terror, la combinación reflejaba el
importante viraje que tomaba la televisión (Urano en Sagitario rige la
recreativa Casa V de la Carta), adquiriendo un protagonismo definiti-
vo. Aunque como terror había, de todos modos Plutón dirigido por
arco solar estaba haciendo conjunción a Marte natal, aspecto
también operativos para el estreno de la película Obras Maestras del
Terror, que tuvo lugar el 28 de junio, apenas cuatro días antes del
inicio del Fantasma, una inteligente efecto para potenciar la
promoción de ambos productos.
No hay rastros filmados o fotográficos de tamaña saga: la
desidia de la industria hizo que esté literalmente desaparecida y que
perviva apenas en la memoria de quienes tuvieron la ocasión de
verla hace más de sesenta años, cuyas anécdotas de boca en boca
o escritas le otorgan una mayor dimensión mítica. Como excepción,
una foto de una escena del fantasma con la protagonista que un
televidente sacó a la pantalla queda hoy como único testimonio
directo, acompañando en la memoria colectiva juguetonamente la
siniestra frase del sereno que recorría el teatro preguntando en cada
programa: “¿Queda alguien en los camarines?”, ya parte del acervo

236 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


popular. El éxito de esta serie hizo que luego vinieran otras igual-
mente exitosas: El muñeco maldito en 1962, Un pacto con los brujos
en 1969, Sátiro en 1969, Otra vez Drácula en 1970 y El monstruo no
ha muerto en 1970, delirante ficción en la que Adolf Hitler, personifi-
cado magníficamente por Narciso Ibáñez Menta (merecidamente
famoso por su habilidad para caracterizaciones no sólo actorales
sino de maquillaje casero muy ingeniosas e impresionantes –no en
vano era un gran admirador de Lon Chaney–), en vez de morir en
Berlín se había trasladado a Argentina con algunos acólitos y desde
aquí pergeñaba conspiraciones, incluido el exitoso asesinato de
Kennedy. Pero no fueron estas las obras por las que fueron más
recordados: otra producción de largo aliento habría de aterrorizar
durante meses a los argentinos y quedar grabada en su memoria
hasta el día de hoy.
El hombre que volvió de la muerte salió al aire por primera
vez el 3 de abril de 1969 a las 22.10 horas por Canal 9. El Ascen-
dente de la Carta levantada para ese momento estaba en conjun-
ción al Neptuno de la Argentina, Saturno en 26º31’ de Aries hacía
oposición al Ascendente argentino y nuestro ubicuo Plutón nada
menos que oposición al Plutón de la Argentina desde 23º 15’ de
Virgo, mostrando un momento definitivo en la presencia del terror en
el ámbito colectivo. El Ascendente progresado del país en 19º de
Piscis angularizaba por conjunción a Plutón progresado en 22º de
Piscis, mientras que el dirigido por arco solar en 25º51’ de Piscis
también hacía por su parte lo mismo. Para ajustar el simbolismo
hacia lo ocurrido ese mismo día, el Ascendente de la Progresión
Secundaria diaria estaba en cuadratura al mismo Plutón natal que
Ibáñez Menta había activado con su Marte el día que nació.
En esta producción muy eficazmente promocionada y de un
gran éxito e impacto en la teleaudiencia volvió a participar, una vez
más, su hijo Narciso Ibáñez Serrador, apodado desde pequeño
“Chicho”. Nacido en Montevideo el 4 de julio de 1935, en su
nacimiento Mercurio se había estacionado en 25º15’ de Géminis,
cuadrando al Plutón de la Argentina. Asimismo el Plutón de su cielo
natal hacía trígono a ese Plutón y sesquicuadratura en el cielo a su
propio Saturno en 10º05’ de Piscis. Como apuntáramos, director de
la serie televisiva sobre el género Obras Maestras del Terror y
guionista (con seudónimo Luis Peñafiel) y actor de la película del
mismo nombre, Chicho Ibáñez Serrador iniciaría el 4 de febrero de
1966 en España la mítica saga de las Historias para no dormir, uno

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 237


de los programas más exitosos de la televisión española inspirado
en el programa similar de Alfred Hitchcock y que hoy es un objeto de
culto cuyos capítulos afortunadamente se encuentran disponibles en
la web. Este director ha sido una figura altamente mediática que
creó y condujo programas de entretenimiento en España siempre
signados por el humor negro y con largos años de continuidad.
Aunque la serie comenzó en España, es digno de mencionar
el simbolismo en la Carta de Argentina para el momento de su inicio:
Saturno de Argentina dirigido por arco solar en 19º55’ de Cáncer
hacía oposición a la Luna en Capricornio natal y Saturno en tránsito
hacía una oposición exacta con cero minutos de orbe a la cúspide
de la Casa XII de la Carta del país, ambos símbolos muy adecuados
al título de la serie, Historias para no dormir. La mención no es
ociosa, dado que luego los creadores ensayaron una versión argen-
tina que se emitió del 1º al 24 de octubre de 1974 y que incluyó
algunos episodios realmente terroríficos (a nuestro juicio superiores
a sus versiones originales españolas) tales como El Regreso y La
Zarpa, ambas con Olga Zubarry y Alberto Argibay o la horripilante
Los Bulbos, con Víctor Laplace, Miguel Ligero y Tina Helba, en to-
dos los casos con el protagonismo de Narciso Ibáñez Menta. En ese
momento el Ascendente progresado de la Carta Natal de Argentina
hacía conjunción ahora exacta al Plutón natal, la Luna progresada
conjunción al Ascendente natal, el Sol progresado conjunción a
Neptuno progresado y Saturno en tránsito conjunción al Sol y el
Mediocielo natales.
Chicho Ibáñez Serrador filmó en Europa en 1969 La
Residencia, una película con Lili Palmer que ocurría en un internado
de señoritas en donde tenían lugar situaciones escabrosas. Su se-
gunda y última película fue realizada en 1976 y llevaba como título
¿Quién puede matar a un niño? Título de por sí inquietante, la
película, hoy cine de culto, desarrolla una acción escalofriante de la
cual no arruinaremos su impacto contando su argumento, pero que
pocos minutos antes del terrible final tiene una escena emblemática
en la que el protagonista, un hombre joven sensible y bondadoso, al
encontrar a un enorme grupo de niños y bebés de sonrisas seráficas
reunidos en la plaza del pueblo, los acribilla a balazos con su
ametralladora. Filmada en 1976. ¿Quién puede matar a un niño?
El 16 de septiembre de 1976 diez muchachos, estudiantes
en su mayoría menores de edad, fueron secuestrados en la ciudad
de La Plata, Argentina, por haber participado de una campaña pací-

238 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


fica en reclamo del descuento en el boleto estudiantil de autobús.
Fueron en su mayoría encarcelados, violados, torturados y asesina-
dos. Durante y luego de su secuestro no se conocía su paradero,
pasando a formar parte de las filas de los miles de desaparecidos
que dieron triste fama al país en el extranjero hasta la fecha. Por la
juventud y el contexto escolar de las víctimas, esa noche fue
bautizada La Noche de los Lápices (sobre la cual se hizo más
adelante una película) y cuando vemos fotos de archivo en el
colegio realmente parecen niños, por lo que resuena nuevamente la
pregunta: ¿quién puede matar a un niño?
El 24 de marzo de 1976, medio año antes del hecho, los
comandantes de las tres fuerzas armadas destituyeron a la presi-
dente constitucional “Isabelita” María Estela Martínez de Perón y se
inició así un gobierno militar de siete largos años de represión
violenta, censura, desaparición de personas y corrupción económi-
ca, entre tantas otras atrocidades. El gobierno de la Junta, integrado
inicialmente por Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando
Agosti, se dedicó a la detención y asesinato sistemático de supues-
tos opositores políticos, sumando decenas de miles de víctimas,
entre las cuales la mayoría eran muy jóvenes. En el momento en
que la sociedad iniciaba ese ciclo, el Mercurio progresado de la Car-
ta de Argentina hacía conjunción al Neptuno progresado y cuadratu-
ra al Plutón progresado de la misma. Mercurio tiene una asociación
directa con los jóvenes y los niños (hubo también infinidad de
secuestros de niños nacidos en cautiverio), y Neptuno y Plutón con
la desaparición, así como este último también con la tortura y el
asesinato. El Sol (gobierno) progresado estaba en cuadratura al Plu-
tón natal en Casa VI, tradicionalmente asociada a las fuerzas arma-
das, mientras que otro planeta vinculado a la autoridad, Saturno,
hacía en tránsito cuadratura al Ascendente natal (el país). Con esa
combinación de símbolos no hay duda sobre quién podía matar a
esos niños.
Aparecen nuevamente involucrados los planetas de un terror
que en este caso deviene en terrorismo y de Estado (Sol, Saturno).
La Progresión Secundaria diaria para el momento del inicio del
régimen de la Junta el 24 de marzo tiene al Ascendente progresado
diario en conjunción a la mencionada conjunción de Mercurio pro-
gresado a Neptuno progresado y cuadratura a Plutón progresado:
además de los jóvenes, Mercurio también tiene que ver con el
comercio, y tanto la corrupción como los desaparecidos fueron el

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 239


legado más notorio que dejó ese ciclo político. Es notable que no
sólo contemporáneamente Chicho hacía matar niños en la última
película que filmara, sino que en la también última película que filmó
su padre Narciso Ibáñez Menta también en 1976, Los muchachos de
antes no usaban arsénico, los tres viejos (sic) amigos protagonistas,
luego de haberlas asesinado, literalmente desaparecían a sus
esposas usando cemento, tal como en los incontables casos de los
“vuelos de la muerte” del régimen militar. La película se estrenó
unos pocos días antes del golpe de Estado, de modo que después
de un par de semanas en cartel quedó en el olvido y devino simbóli-
camente en un desaparecido más.
Pero también mataron a otros niños. El 2 de abril de 1982
los argentinos se despertaron con la noticia de que las míticas islas
Malvinas del Atlántico Sur, que siempre se les había dicho desde
chicos durante generaciones que eran argentinas, habían sido
ocupadas por las fuerzas armadas, iniciando un conflicto con Gran
Bretaña, país con el que hasta entonces la Argentina siempre había
mantenido más que buenas relaciones. En el pequeño grupo
comando que ocupó las islas se hallaba significativamente el capitán
Alfredo Astiz, “el ángel rubio”, conocido responsable directo del
secuestro, tortura y muerte de multitud de personas, incluidas dos
monjas y una joven de 17 años. El régimen militar todavía se hallaba
en el poder y el presidente de facto de ese momento, Leopoldo
Fortunato Galtieri, conocido por su gran afición a las bebidas
blancas, envió a luchar a las Malvinas a miles de jóvenes argentinos
sin el debido adiestramiento ni equipamiento ni armas. Cientos de
ellos murieron, no sólo en batalla, sino de frío, gangrenas, infeccio-
nes y, años más tarde, suicidio. Se los conoce como Los Chicos de
la Guerra (título de un conocido film posterior) y realmente eran
niños, más que por su edad (18 a 20 años), por su inexperiencia.
Respecto de quién podía matarlos, el día del inicio de este proceso
el Meciocielo progresado diario de la Carta de Argentina hacía opo-
sición al terrorífico Plutón progresado, Marte en tránsito en 17º18’ de
Libra hacía cuadratura al Sol natal en 17º14’ de Cáncer y Plutón y
Saturno en tránsito en 26º55’ y 22º15’ de Libra abrazaban al Ascen-
dente natal del país en 25º47’ de Libra. ¿Quién podía matar a estos
niños? Mediocielo, Sol, Saturno (gobierno), el Plutón que en la Natal
está en Casa VI (fuerzas armadas) y Marte (militares).
Sin embargo el terrorismo de Estado tiene antecedentes en
Argentina previos a la dictadura militar del ’76. Desde 1945 el

240 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


destino político del país estuvo regido de un modo u otro y hasta la
fecha por la imponente figura de Juan Domingo Perón. No analizare-
mos los hechos que se le adjudican en su primera y, sobre todo,
segunda presidencia, dado que están fuera del rango temporal que
estamos abordando. Recordemos solamente que cuando estuvo en
el exilio y contrajo matrimonio con Isabelita, ambos fueron gradual-
mente y cada vez más fuertemente subyugados por una oscura
figura que poco a poco parecía ir apoderándose por completo de la
voluntad de ambos: el astrólogo (sic) José López Rega, apodado “El
Brujo”. Aunque circulan versiones, no hay certezas sobre su hora
natal, pero vemos que el día de su nacimiento, el 17 de octubre de
1916, no sólo Saturno conjuntaba a Neptuno, sino que la Luna
conjuntaba a Plutón en el momento en que ascendía el Nodo: los
cuatro principales planetas del terror. Cuando el gobierno militar de
Pedro Agustín Lanusse decidió llamar nuevamente a elecciones y
permitir el retorno de Perón al país, ante la victoria del candidato por
el peronismo Héctor Cámpora, el viejo caudillo envió en mayo de
1973 a López Rega a ocupar la cartera de Ministro de Bienestar
Social (por lo que luego sucedería, una de las denominaciones
políticas más irónicas de toda la historia argentina y que remite
jocosamente a la novela 1984 de Orwell).
En ese momento el Ascendente progresado de la Carta de
Argentina hacía conjunción al Plutón natal, mientras el Sol progresa-
do hacía conjunción a Neptuno progresado y cuadratura a Plutón
natal: el terror instalándose en el país desde el seno del gobierno.
Aprovechando su lugar en el poder, López Rega comenzó a
organizar un grupo paramilitar de ultraderecha, la Alianza
Anticomunista Argentina, más conocida como la Triple A, cuyo fin
inicial era eliminar del peronismo los componentes más revoluciona-
rios o de izquierda que habían ido cobrando fuerza los últimos años.
Cuando por fin llegó el momento del tan esperado retorno de Perón
para asumir la presidencia en lugar de Cámpora, su proyectado
arribo al aeropuerto de Ezeiza el 20 de junio de 1973 se malogró por
un súbito enfrentamiento armado en el palco de recepción entre las
facciones radicalizadas de derecha e izquierda del peronismo, en el
medio de la aglomeración de más de dos millones de devotos que
habían ido a recibir a su líder. El avión, avisado de los gritos,
corridas y el caos general suscitado por la balacera que ocurría en el
medio de la gente, aterrizó en otro aeropuerto. La característica
multitudinaria y organizada de los hechos llevó a que el episodio
fuera bautizado la Masacre de Ezeiza. Por supuesto seguían los

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 241


difíciles aspectos arriba mencionados, agregándose adecuadamente
la cuadratura de Urano en tránsito desde 18º56’ de Libra al Sol y
Mediocielo de la Carta natal del país, con Marte y Plutón en tránsito
opuestos entre sí en el cielo.
Los sangrientos enfrentamientos entre la izquierda y la
derecha peronista están retratados con un humor negro cáustico y
doloroso en la novela No habrá más pena ni olvido de Osvaldo
Soriano. Escrita en 1974 con los oscuros aspectos que viéramos
para las Historias para no dormir, su autor debió exiliarse en 1976
(año clave ya desarrollado) y la editó en 1978 en Europa y luego en
1983 en Argentina, mientras Héctor Olivera filmaba una excelente
película bajo ese título con un elenco multiestelar y guión de Olivera
y del gran autor teatral Roberto Cossa, otro maestro del humor ne-
gro (La Nona). El estreno de la película el 22 de septiembre de 1983
ocurrió con el regreso de Urano de Argentina a su posición sagitaria-
na natal junto a Júpiter en su propio signo mientras el Ascendente
de la Progresión Secundaria diaria de la Carta de la Argentina para
ese momento se oponía a esa conjunción, un símbolo adecuado del
proceso democrático que se avecinaba y ponía fin al reinado de los
planetas del terror.
La masacre de Ezeiza precipitó deliberadamente la caída de
Cámpora, permitiendo que López Rega colocara en el poder con
maniobras fraudulentas a su yerno Raúl Lastiri para convocar a las
elecciones que materializarían la tercera presidencia a Juan Domin-
go Perón, mientras seguía organizando más sólidamente a la Triple
A, que comenzó a aterrorizar a la población asesinando a figuras
políticas o militantes. Más tarde publicaban listas de personalidades
que debían abandonar inmediatamente el país, incluyendo a mu-
chos actores e intelectuales quienes, ante la ola de atentados y
ajusticiamientos, debieron exiliarse. Este operativo liderado por El
Brujo cobró nuevas ínfulas cuando falleció Perón el 1º de julio de
1974 y la Argentina, bajo la presidencia de su viuda ex-vicepresi-
dente de la fórmula, pasó a estar definitivamente gobernada por él.
Como señaláramos en la presentación televisiva contemporánea de
la terrorífica versión argentina de las Historias para no dormir, el
Ascendente progresado de la Carta de Argentina estaba en conjun-
ción a Plutón natal, la Luna progresada en conjunción al Ascendente
natal, el Sol progresado en conjunción al Neptuno progresado,
Saturno en tránsito en conjunción al Sol y Mediocielo natal del país y
Urano en tránsito en conjunción al Ascendente natal. Comenzaba el

242 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


reinado del espanto y el pueblo no podía dormir. ¿Pero empezó
verdaderamente aquí esta historia de terror?
A principios de 1969, paralelamente a la emisión de El hom-
bre que volvió de la muerte y por lo tanto con los mismos aspectos
múltiples al Plutón de la Carta Natal de Argentina que indicáramos
arriba, realiza su primer operativo de asalto a un banco en la zona
de Escobar en la provincia de Buenos Aires el Ejército Revolucio-
nario del Pueblo, conocido como el ERP, un grupo guerrillero
identificado con ideologías de izquierda liderado por Mario Roberto
Santucho y Enrique Gorriarán Merlo, entre otros. En junio de 1970
hace público su programa y comienza a convocar a simpatizantes
dispuestos a la lucha armada para la toma del poder con el fin de
plasmar la revolución socialista. Independientemente de la simpatía
que se pudiera sentir o no hacia dichos ideales y su accionar, se
instaló marcadamente en la sociedad el nombre que le daba el
oficialismo: “subversivos” y, luego, “terroristas”, tal como en otros
escenarios similares que estaban teniendo lugar en Europa y el
resto del mundo. La palabra “terrorista” nos remite desde luego al
terror y es llamativa la forma en que se activan los planetas del
terror por entonces (recordemos El hombre que volvió de la muerte).
El aspecto más notorio es la oposición de Plutón en tránsito al
Plutón de la Carta Natal de Argentina, dado que es una parte clave
de un ciclo muy lento de 250 años.
Habíamos asociado al Plutón en VI de Argentina con las
fuerzas armadas por la Casa y a la noción de muerte, represión y
terrorismo por el simbolismo natural del planeta, en este caso de
Estado. La Casa XII, desde donde ocurre la oposición, puede aso-
ciarse con la subversión y también nuevamente el planeta con la
muerte y el terrorismo. Así, el planeta transitante estaría mostrando
un tenso estado de cosas transitorio enfrentado a los que simboliza
en la Carta Natal el planeta transitado. En 1970 comenzaron algu-
nos operativos y secuestros que incluyeron varias muertes, que
hicieron eclosión en 1973, con numerosas acciones que incluyeron
el secuestro y muerte del empresario Sallustro el 10 de abril, el
sangriento asalto al Comando de Seguridad del Ejército del 6 de
septiembre de 1973 y los inicios de la guerrilla en la selva de la
provincia de Tucumán. Estas fechas rondan al simbolismo astroló-
gico que ya releváramos con la venida de López Rega y la masacre
de Ezeiza. Pero nos aguardan otros hechos que se ubican en la

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 243


misma línea dentro del marco de temporal y los símbolos recién
mencionados.
El 1º de julio de 1970 un grupo embanderado en el
peronismo y autodenominado “Montoneros” anuncia el fusilamiento
del General Pedro Eugenio Aramburu, el presidente de facto que
encabezó la Revolución Libertadora que derrocó a Perón y al que
habían secuestrado unos días antes. Con Mario Firmenich como
uno de los líderes del grupo, el movimiento armado de izquierda que
protagonizó luego en clave de víctima la masacre de Ezeiza,
también llevó adelante muchas acciones “terroristas”, sobre todo
cuando fueron expulsados del partido por el mismo Perón el 1º de
mayo de 1974, poco antes de morir. Tanto ellos como sobre todo los
militantes del ERP se contaron luego entre las principales víctimas
de la represión de Estado y la desaparición de personas. Y si bien
es indudable que muchos albergaban sinceros ideales de mejora
social, en los orígenes de ambos grupos había también una cantidad
importante de miembros del violento grupo de ultraderecha
“Tacuara” (1955-1965), el del famoso slogan “Haga patria, mate a un
judío”. Es decir que en algunos casos fue más la necesidad de
ejercer violencia y la identificación con el terror(ismo) lo que los llevó
a obrar, coincidiendo con el simbolismo de esa oposición de Plutón
en tránsito desde la Casa XII. Si todo esto se corresponde con
Plutón transitando la Casa XII, deberíamos inquirir sobre qué ocurrió
cuando entró a la misma.
La cúspide de la Casa XII de la Carta Natal de Argentina se
halla en 15º46’ de Virgo. Plutón en tránsito tocó por primera vez ese
punto el 31 de junio de 1965, pero luego se estacionó encima por
conjunción con un orbe de nada menos que dos minutos de arco el
27 de mayo de 1966. Un estacionamiento sin duda muy potente y
del cual se pueden esperar muchas cosas. No hubo que esperar
mucho: dos días después, con Plutón todavía ahí plantado, el
general Juan Carlos Onganía derroca a través de un golpe de
estado al presidente constitucional de turno Arturo Illia y se constitu-
ye en presidente de facto por cuatro años con una dictadura militar
durísima, caracterizada por la represión armada, la censura y el ata-
que a la comunidad trabajadora y estudiantil, tal como en la infausta
Noche de los Bastones Largos en la Universidad de Buenos Aires,
llamada así por los bastones con que los militares golpeaban a los
estudiantes para sacarlos de sus claustros y encarcelarlos. Cuando

244 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


buscamos actos subversivos o terroristas en el sentido arriba recién
desarrollado, ¿qué encontramos?
Nada. Literalmente no hay terrorismo surgido de la población
misma durante esos años. El Plutón que transita la Casa XII viene
de la Casa VI, como dijimos vinculada a las fuerzas armadas, y
cuando empieza el tránsito por la XII lo único que podemos identifi-
car con claridad es el terrorismo de Estado iniciado por los militares
y la gente que los apoyó. Muy poco tiempo después comenzarían
naturalmente las respuestas populares a este proceso así iniciado,
reacciones que hemos desarrollado arriba con detalle y que apuntan
a intentar comprender cuáles son las dimensiones y alcances de los
planetas del terror, sobre todo cuando escarbamos en los orígenes.
Quizás podamos comprenderlo mejor todavía asomándonos
a otros lugares o momentos distintos a los mencionados. Por
ejemplo el 11 de septiembre de 2001, cuando ocurrió en los Estados
Unidos el atentado a las Torres Gemelas que cambiaría radicalmen-
te los mecanismos de la política internacional, la sorpresa nacional
aparecía reflejada en el Urano en tránsito conjuntando al Mediocielo
de la Carta Natal de Estados Unidos rectificada por el reconocido
astrólogo Alexander Marr (4-7-1776 GMT 7:43:40 39º57’ N 75º10’
W). Pero de un modo más impresionante, los dos planetas más
vinculados al terror se oponían exactamente sobre el horizonte de
esa Carta: Saturno (Torres) en Géminis (Gemelas) conjuntaba al
Ascendente (USA) en oposición (conflicto) a Plutón (terrorismo) en
Sagitario (fundamentalismo islámico) en conjunción a la cúspide de
Casa VII (enemigos declarados). Esa misma oposición se ubicaba
en noviembre de 2001 en el punto medio de Urano y Neptuno de la
Carta Natal de Argentina, los dos planetas que habitan la Casa II,
con el famoso “corralito” que tanto conmocionó a la clase media y lo
tachó de terrorismo económico de Estado.
Ya que la oposición de Plutón en tránsito al Plutón natal de
Argentina fue tan significativa en los procesos del terror televisivo y
el terrorismo arriba relevados, se impone echar una mirada a los
otros dos momentos clave en el ciclo de Plutón en tránsito respecto
de sí mismo. Uno es la primera cuadratura, que tuvo lugar en 1908.
Además de inaugurarse el Teatro Colón, en donde tendría lugar
buena parte del Fantasma de la Ópera de Ibáñez Menta, el entonces
presidente José Figueroa Alcorta sufrió atentados por parte de los
anarquistas, a los cuales también él mismo replicó duramente, y
luego perpetró un virtual golpe de Estado contra el Congreso de la

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 245


Nación, al que detuvo en su totalidad y luego clausuró, quedando
como único Poder actuante, por lo que no es de extrañar que luego
se atentara contra la vida de este siniestro presidente. Llamativa-
mente, la segunda cuadratura de 2006 no tiene hechos tan
dramáticos, pero es de notar que a pocos días del estacionamiento
de Plutón en cuadratura con 8’ de orbe a su posición natal en la
Carta de Argentina, ocurrió la desaparición de Julio López, el
anciano ex-desaparecido que iba a en camino a testimoniar en el
juicio contra su torturador, el comisario genocida Miguel Etchecolatz,
mensaje también siniestro a la sociedad recordándole que la
desaparición de personas que parecía haber quedado en el pasado
podía volver a aparecer como una amenaza presente.
¿Qué subyace en el terror que se asocia con Plutón?
Sigmund Freud en su ensayo de 1919 intitulado “Lo Ominoso” lo
refiere a la fuerza de lo reprimido que retorna. El filósofo contempo-
ráneo lacaniano-marxista Slavoj Žižek esbozó algunas teorías acer-
ca del terror en esa misma línea analizando el éxito de las películas
de los muertos vivos iniciado por George Romero y las películas de
Hitchcock Psicosis y Los pájaros. Vampiros, fantasmas y muertos
vivos son todos ellos de algún modo muertos mal enterrados y en
todas las culturas arcaicas o rurales, ajenas al fragor de nuestra
urbana modernidad, se insiste en la exigencia de los rituales
necesarios para enterrar “correctamente” a los muertos. Ya desde la
primera obra literaria de Occidente, La Ilíada, en donde en el canto
XXIV Príamo ruega a Aquiles de un modo atrozmente conmovedor
la devolución del cadáver de su hijo Héctor para realizar las debidas
exequias, hasta la Antígona de Sófocles, tragedia en donde la
protagonista es ajusticiada por el Estado encarnado en su tío y
suegro Creón por querer darle adecuada sepultura a su hermano,
muerto en batalla. Este alegato al “buen entierro” tuvo su estreno
aparentemente entre el 421 y el 420 a. C., mientras en el cielo
Saturno en Cáncer hacía oposición a Plutón en Capricornio.
Aristóteles en su Poética dedicada básicamente a la tragedia dice
que el objetivo de la misma es lograr la catarsis, es decir la
depuración o purga del alma a través del terror y la compasión
(phobos y eleos). Esto es retomado por Freud con su “método
catárquico”, en el cual una expresión o remembranza durante el
tratamiento de una emoción o recuerdo reprimido generaría un
desbloqueo de dicha emoción o recuerdo.

246 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


“Todo lo reprimido retorna”, decía el viejo astuto creador del
psicoanálisis. Al igual que los muertos vivos, los fantasmas y los
vampiros. Quizás debamos aprender cultural e individualmente a
enterrar correctamente a nuestros muertos, tanto a los de nuestra
propia biografía personal como a todo aquello que efectivamente ha
muerto dentro de nosotros en nuestras vidas.
Porque, sino, de noche, en la oscuridad, alguien nos espera-
rá en los camarines y…

(agudo grito desgarrado de película de terror)

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 247


248 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 14

ASPECTANDO LA CARTA NATAL

I
Cada astrólogo y escuela astrológica manejan desde hace
siglos diversos criterios de aspectos (tipos de aspectos, orbes y
trazado), los cuales varían sustancialmente inclusive en la práctica
de un mismo astrólogo a la hora de aplicar miradas diferentes en
distintas técnicas o situaciones astrológicas.
No voy a indicar aquí cuál es el mejor criterio desde una
perspectiva estadística o reflexiva considerando variables más cien-
tíficas, relevadas exhaustivamente de un modo crítico en el excelen-
te texto académico Recent Advances in Natal Astrology (Geoffrey
Dean et al, Southampton, The Camelot Press, 1977). La sección de-
dicada al tema en dicho libro demuestra que lo menos que encontra-
mos al respecto en la comunidad astrológica es unidad de criterios.
Por ello relevaremos los costados más prácticos que hacen
a la detección y trazado de aspectos mayores y menores en una
Carta Natal de modo de poder tener un juicio crítico personal frente
a las opciones que nos ofrecen los programas de computación por
default o lo que haya programado su usuario más reciente. El méto-
do o protocolo que expondremos responde a un promedio virtual de
lo que hacen la mayoría de los astrólogos en el mundo de las distin-
tas escuelas y según prácticas experimentadas de sentido común
que responden por lo tanto a una casuística global que generalmen-
te un practicante adquiere a duras penas luego de un largo camino
personal y que aquí pretendemos abreviar con un abordaje sistemá-
tico tan lógico como factible.
Usaremos como base los orbes indicados por Eloy Dumón
en su Manual de Astrología Moderna (1983, Editorial Kier) para as-
pectos mayores y menores. Es decir para los mayores conjunción,
oposición, trígono y cuadratura, 8°; para el aspecto mayor más débil
de sextil, 6°; y para los otros aspectos menores, 2°; excepto un tipo
de aspectos más infrecuentes sobre los cuales luego nos detendre-
mos. Recordemos que por orbe nos referimos al margen de toleran-
cia, antes o después del aspecto o ángulo exacto, llamado partil,

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 249


que lógicamente se modificará según algunos factores contextuales
al aspecto: a veces los orbes se ampliarán, como en el conocido ca-
so de las luminarias entre sí, o deberán reducirse. Por eso los llama-
mos orbes de base. Estos orbes dados por Dumón son un buen
promedio de la práctica usual de la mayoría de los astrólogos,
puesto que algunos usan orbes más pequeños y otros, orbes mayo-
res. Nosotros, como ya dije, los ampliaremos o reduciremos según
diversas circunstancias que relevaremos.
Al respecto, es obvio que los orbes no son algo rígido y de-
bieran tener una cierta gradualidad: en los módulos iniciales del Plan
de Estudios de la Fundación Caba damos un orbe estricto de 5°
para los aspectos mayores a fin de que los principiantes tengan un
primer patrón de referencia en el reconocimiento y trazado de dichos
aspectos. La cifra no es casual pues de hecho es muy operativa,
pero se admite que la rigidez del criterio (“menos de 5° se marca,
más de esa cifra no se marca”) es artificial, un mero dispositivo di-
dáctico útil para esa etapa inicial. Sin embargo, los casos que
“rodean” el orbe dado, sea cual sea, son los que plantean mayores
dudas al practicante principiante (“¿Lo marco o no lo marco?”) y a
ello dedicaremos buena parte de este capítulo.
Trazar los aspectos mediante líneas es una innovación del
siglo XX, donde algunos comenzaron a marcar mediante línea llena
los así llamados aspectos benéficos, armónicos o blandos (los térmi-
nos cada vez más eufemísticos varían según la época y escuela,
pero son terminológicamente sinónimos) y los maléficos, inarmóni-
cos o duros con línea punteada (aunque otros practican esta modali-
dad exactamente al revés). Algunos agregan al lado o en el centro
de la línea el símbolo del aspecto pero, si bien es útil para el princi-
piante, convierte en un caos jeroglífico el centro de la Carta astral.
Vale aclarar que por ejemplo en Astrología Horaria los aspectos no
suelen marcarse, exceptuando aquellos que sirven a la respuesta a
la pregunta realizada. En el mundo posterior de la tinta a color los
aspectos inarmónicos suelen representarse con color rojo y los
armónicos con verde o azul.

II
Relevaremos los aspectos mayores y menores deteniéndo-
nos en los primeros según el orden lógico de la división del círculo
del cual surgen. Empezamos por la conjunción, relacionada con el

250 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


número 1, dado que los planetas conforman una unidad espacial y
360º dividido 1 es igual a 360º, que en el universo del círculo es
igual a 0º, que es el ángulo (o “no ángulo”) de la conjunción. Su sím-
bolo es un pequeño redondel con una línea saliente superior en
diagonal, el orbe de base (Dumón) es 8º y desde la perspectiva
binaria de benéfico/maléfico es un aspecto neutro, aunque el más
poderoso. En un enfoque rigurosamente psicológico es problemá-
tico, dado que la persona considera como una unidad dos principios
diferentes, como si fueran sinónimos, y deberá a lo largo de la vida
aprender a diferenciarlos. Pero desde la perspectiva técnica del
trazado (en el caso de que quisiéramos trazarla, de los cual nos
ocuparemos en el párrafo siguiente), si quisiéramos definir si es más
bien armónica o más bien inarmónica, conviven tres criterios diferen-
tes y no coincidentes a tener en cuenta en forma simultánea: 1) si
los factores que la conforman son en sí planetas benéficos o maléfi-
cos (Venus conjunción Júpiter será una conjunción en principio
armónica, Saturno conjunción Plutón, inarmónica); 2) si los factores
que la conforman son más o menos compatibles, donde a mayor
compatibilidad, más armónica: Sol y Júpiter formarán una conjunción
básicamente armónica, Marte y Neptuno, inarmónica; 3) situaciones
contextuales, tales como estado cósmico por signo, Casa y aspec-
tos; por ejemplo una conjunción de Luna y Venus en Casa V en
Libra trígono Júpiter será armónica, pero esa misma conjunción en
Casa XII en Escorpio cuadratura Saturno, más bien inarmónica).
Dada la importancia de la conjunción hay quienes prefieren
graficarla dibujando un círculo alrededor de los planetas involucra-
dos, pero esto sigue llenando la Carta de rayas que pueden confun-
dir; otros prefieren no hacerlo para evitar esa confusión pero corren
el riesgo de no tomar nota, al evaluar aspectos de esos planetas, del
aspecto más importante en el que está participando. Una solución
de compromiso recomendable es marcar con el color que nos
parezca adecuado un círculo o raya que incluya los grados de los
planetas involucrados, dado que de esa misma marca del grado es
que solemos hacer partir las líneas de los aspectos para una mayor
claridad en su dibujo en el círculo interior de la Carta.
La oposición surge de dividir el círculo por el número 2,
con la carga simbólica que porta, resultando un aspecto tradicional-
mente inarmónico (cabe aclarar que ésta es pura nomenclatura
clasificatoria: nuestros sabios predecesores de la antigüedad y la
Astrología humanística moderna consideran que todo símbolo y sus

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 251


combinaciones, sea cual fuera su situación, acompañan a lo largo
del tiempo manifestaciones tanto agradables como desagradables
con la especificidad que le corresponda a cada caso). Se suele
trazar con línea roja llena y el ángulo resultante es de 180º, con un
orbe de base de 8º y el símbolo que lo representa es un par de cir-
culitos unidos por una diagonal. Así como detectamos la conjunción
porque los planetas están juntos generalmente en el mismo signo,
los planetas opuestos están confrontados generalmente en signos
opuestos que conforman un mismo eje (Aries-Libra, Tauro-Escor-
pio, etc.).
El trígono es producido por la división del círculo por el
número 3, armónico en las tradiciones religiosas y numerológicas,
resultando un ángulo de 120º que se marca con línea llena de color
armónico (verde o azul) en un orbe de 8º y simbolizado por un
triangulito. Se lo detecta generalmente cuando los planetas están en
signos del mismo elemento (decimos “generalmente” porque estas
indicaciones se relativizan cuando un planeta está al principio de un
signo y el otro al final de otro, por lo cual el aspecto puede estar
“corrido” o disociado, pero dentro del orbe considerado).
De la división del círculo por 2 x 2 (= 4) surge la cuadratura,
ángulo de 90º que por duplicar el 2 es claramente inarmónico, por
lo cual se la traza con línea llena del color rojo correspondiente con
un orbe de 8º y un pequeño cuadrado simbolizándolo. Se la
reconoce cuando los planetas se hallan en signos del mismo ritmo
o modalidad (Cardinal-Cardinal, Fijo-Fijo, Mutable-Mutable).
De la división por 2 x 3 (= 6) surge el sextil, ángulo de 60º
que por la presencia del 3 es un aspecto prioritariamente armónico
y se marca por ello con línea llena azul o verde. Pero por la natura-
leza combinada del número divisor y ser un ángulo más pequeño
que los anteriores es un poco más débil, por lo que precisa mayor
exactitud y por ello su orbe es algo menor: 6º (Dumón). El símbolo
que la grafica es un asterisco compuesto por tres pequeñas líneas
que forman un esquema de 6 puntas (hay que cuidar de no hacer un
asterisco común de cuatro líneas, que es la tendencia del principian-
te y no hace justicia al simbolismo). Se lo reconoce porque los pla-
netas están en el signo más cercano de la misma polaridad (Aire-
Fuego, Agua-Tierra) o sencillamente salteando un signo de por
medio.

252 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Hasta aquí estos son los aspectos así llamados mayores.
Durante unos mil años eran los únicos aspectos y no había otros
(“menores”): los únicos que se usaban en la Antigüedad desde la
época helenística y durante casi toda la Edad Media. En dicha
época helenística y buena parte de la Edad Media no se aspectaba
por grado, sino por signo, tal como todavía hoy hace la Astrología
Hindú o los horóscopos de los anuarios astrológicos de difusión
masiva. De este modo dos planetas estaban en trígono por hallarse
en signos en trígono, es decir del mismo elemento, independiente-
mente del grado en que se emplazaran; por supuesto por ello no se
hablaba de orbes.
Sin embargo, esto no es tan claro en el Tetrabiblos de
Claudio Ptolomeo, el libro que marcó la tradición astrológica occi-
dental, fuertemente sesgada por la idea de verdad como referencia
a una autoridad y la alusión a un libro único o principal: la Biblia en
lo teológico, el Almagesto de Ptolomeo en lo astronómico, etc.
(recordemos qué le pasó a Galileo cuando osó contradecir al “divino”
Ptolomeo, al que así llamaban entonces). No sabemos si su autor
fue astrólogo practicante, pero fue sin duda un genial compendiador
y teorizador que seguía los lineamientos cosmológicos de Aristóte-
les, así como los principales herederos de la Astrología helenística:
los persas, luego a través de éstos los árabes y luego, promediando
la Edad Media, a partir de las traducciones al castellano de la Es-
cuela de Toledo y luego al latín, el resto del mundo occidental.
En algunos segmentos del Tetrabiblos parece que Ptolomeo
aspecta por signo, como era la usanza de su época, pero en otros
parece en su explicación que está tomando en cuenta el ángulo pre-
ciso que separa a los planetas considerados. Como los persas y los
árabes hicieron progresos notables en la Astronomía en su constan-
te contemplación de su límpido cielo, dando nombre a muchas estre-
llas y perfeccionando instrumentos de observación y medición, ten-
dieron a tener en cuenta la posible interpretación que aspecta consi-
derando los grados de los planetas y los ángulos que forman entre
sí. Este hábito fue el que se deslizó al ser introducido nuevamente el
libro a Occidente mediante sus traducciones y, para fines de la Edad
Media, ya estaba plenamente instalada la costumbre de aspectar
por grado y no por signo.
Ptolomeo explica en la sección en que claramente justifica
los aspectos por signo que éstos son posibles porque comparten o
tienen “en conjunto” algunas cualidades primitivas. En la conjunción,

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 253


dos planetas tienen en conjunto el mismo signo, elemento, ritmo y
polaridad. En la oposición, tienen en conjunto dos cosas: ritmo y po-
laridad; en el trígono, elemento y polaridad; en la cuadratura, tienen
en conjunto el ritmo y en el sextil, la polaridad (por ello oposición y
trígono son “mayores”, dado que son dos cosas la que comparten, y
cuadratura y sextil, ángulos más pequeños, comparten sólo una
cosa, por lo que fueron llamados durante un tiempo “menores”).
Pero los signos adyacentes o contiguos y aquellos adyacentes o
contiguos al opuesto no tienen nada en conjunto, de modo que “es-
tán inconjuntos”. Se colige que no están en aspecto ni pueden pro-
ducir uno cuando dos planetas los habitan, pero no entra en mayo-
res ampliaciones.
Ya instalada la costumbre de aspectar por grado, los
astrólogos practicantes observaban que dos planetas que estuvieran
prácticamente en el mismo grado en signos adyacentes o, más
todavía, en el contiguo al opuesto, parecían tener algún tipo de
manifestación parecida a lo que asociaban con un aspecto. Habla-
mos entonces de ángulos de 30º y 150º. ¿Qué hacer entonces?
Porque regía el principio de autoridad y Ptolomeo no los había
mencionado como aspectos. Pero más allá del problema de contra-
decir a Ptolomeo había uno quizás mayor, y es que el sistema astro-
lógico que rigió durante siglos era un sistema simbólico cerrado de
una coherencia, lógica, belleza y simetría internas que era muy difícil
de modificar. Para dar una idea del mismo, conviene que describa-
mos algunas de sus características principales.
En el sistema que aparece básicamente descripto por Ptolo-
meo y algunos sucesores (figura 24, cap. 12, p. 207), si pensamos
los doce signos zodiacales como una alternancia de signos
masculinos y femeninos (también llamados diurnos y nocturnos,
además de otros sinónimos terminológicos: positivos y negativos,
calientes y fríos) y ubicamos en la base a los dos signos en donde
hace eclosión la vida en pleno verano en el hemisferio Norte donde
nació el sistema, tendremos a Cáncer y Leo, a quienes se asigna la
regencia por domicilio de la Luna, la luminaria nocturna para el signo
nocturno y el Sol, la diurna para el signo diurno. Quedan diez signos
restantes y cinco planetas visibles en ese tiempo para asignárseles
una regencia por domicilio diurna y una nocturna a cada uno. Desde
las luminarias se van alejando del centro del sistema, comenzando
por Mercurio a ambos lados (Géminis y Virgo), luego Venus (Tauro y
Libra), luego Marte (Aries y Escorpio), Júpiter (Piscis y Sagitario) y,

254 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


en último lugar y con pleno invierno en el hemisferio Norte, el frío
Saturno (Acuario y Capricornio). De este modo, partiendo de la
luminaria correspondiente, se puede seguir un circuito de regencias
diurnas (Leo, Géminis, Libra, Aries, Sagitario y Acuario) y nocturnas
(Cáncer, Virgo, Tauro, Escorpio, Piscis y Capricornio) que, si unimos
con una línea a cada una de ellas, hacen dos sinusoides entrelaza-
das en una figura helicoidal que remite por un lado al caduceo de
Hermes, típico de Esculapio, pero también a la espiral del ADN: al
fin y al cabo estamos relevando la generación de las regencias
desde los principios arquetípicos masculino y femeninos dadores de
vida: Sol y Luna, donde algún astrólogo intuitivo vio en el glifo de las
pinzas de los cangrejos de Cáncer la representación de los ovarios
femeninos y en el del león con su melena de Leo la de un
espermatozoide, los factores biológicos de la generación.
En este sistema tan coherente desde la simetría, lo climáti-
co, lo astronómico (las distancias sucesivas al Sol) y el simbolismo
puro, puesto que se advertían en las regencias afinidades indiscuti-
bles entre signo regido y planeta regente, se agrega el conjunto de
los aspectos y la explicación de lo benéfico y lo maléfico en Astrolo-
gía: partiendo de que a Saturno y Júpiter se los llamaba el maléfico
mayor y el benéfico mayor, respectivamente (además, ese tamaño
tienen en el sistema solar tal como hoy lo conocemos), y a Marte y
Venus el maléfico y benéfico menores, podemos observar que
Saturno, el maléfico mayor, hace desde sus signos de regencia opo-
sición, el aspecto maléfico mayor, a las luminarias que generan el
sistema; Júpiter, el benéfico mayor, les hace trígonos (Piscis-Cán-
cer, Sagitario-Leo), el aspecto benéfico mayor; Marte, el maléfico
menor, les hace cuadraturas (Aries-Cáncer, Escorpio-Leo), el aspec-
to maléfico menor; Venus, el benéfico menor, les hace sextiles
(Tauro-Cáncer, Libra-Leo), el aspecto benéfico menor; y Mercurio a
los costados no hace nada y por ello es neutro. A un sistema tal
usado por al menos 1.500 años, tan simple y exquisitamente orde-
nado y equilibrado (dos mayores, dos menores, un neutro, tanto en
aspectos como en regentes, dentro de un marco de regencias
convincente desde lo astronómico y lo funcional), ¿cómo modificarlo
introduciendo nuevos aspectos?
Dado que veían funcionar los aspectos de 30º y 150º con
orbes pequeños, decidieron no contradecir el principio de autoridad
y los llamaron aspectos inconjuntos, como Ptolomeo más de mil
años antes. Como él no los desarrolla, los llamaron “menores”, como

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 255


si no hubieran merecido su atención o no hubieran sido vistos por
ser tales y decidieron que, para mantener la simetría inherente al
sistema, el de 30º, que parecía molestar menos, lo considerarían
“ligeramente benéfico” y el de 150º que parecía acompañar cierto
nivel de dificultades, “ligeramente maléfico”. Kepler puso las cosas
en orden llamándolos semisextil (la mitad de un sextil, ángulo
benéfico) al primero y quincuncio (la evolución fonética a la fecha
de inconiuntio, la versión latina de “inconjunto”) al segundo. Los
símbolos que los designan son por lo tanto la mitad superior del
símbolo del sextil el primero y la mitad inferior el segundo. Dumón
asigna a los aspectos menores un orbe de 2º. Como surgen de
dividir el círculo por 12, es decir por 2 x 2 x 3, su naturaleza mixta
invita a trazarlos con líneas punteadas de color armónico e inarmó-
nico alternados, y se los detecta mirando más o menos el mismo
grado en los signos de al lado, o en los de al lado del opuesto. Los
consideramos juntos, pues se consideran “familias” de aspectos a
los pares que forman ángulos suplementarios, es decir que suman
entre sí 180º. Así trígono y sextil forman la familia de los benéficos,
semisextil y quincuncio la de los inconjuntos, cuadratura hace familia
consigo misma (90º + 90º), así como la oposición con la conjunción.
Kepler también halló que era necesario dividir el círculo por
otros números igualmente básicos que fueron atendidos por los
antiguos pero aparentemente no para formar aspectos. El que más
predicamento tuvo en la comunidad astrológica fue la división por 2
x 2 x 2, es decir por 8, produciendo así lo que denominó la familia
de los octiles. Hay una tradición con este número que, como dice
Carl G. Jung, después de la división por el número 4 es la división
más natural del espacio y que desarrollamos con cierto detenimiento
en el capítulo 15.II.1.
Ya que era la mitad de una cuadratura, Kepler propuso lla-
mar semicuadratura al ángulo de 45º resultante de dividir el círculo
por 8 y propuso un angulito de 45º como símbolo para indicarla,
mientras que al ángulo suplementario de la familia de los octiles,
135º, lo llamó sesquicuadratura (sesqui es un prefijo latino que se
usa para hablar de “algo más su mitad”, tal como en el
sesquicentenario, que significa 150 años) y propuso indicarlo con el
símbolo de cuadratura con un pequeño símbolo de semicuadratura
cruzándolo abajo (135º = 90º + 45º), resultando una especie de letra
Q cuadrada. Hay que sacarse el sombrero con este señor: más allá
de las impresionantes contribuciones que hizo a la astronomía y la

256 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


interpretación astrológica, los nueve simbolitos de aspectos hasta
aquí mencionados fueron creados por él y se siguen usando normal-
mente hoy día en toda la comunidad. Como sólo el número de base
2 compone como factor al 8, son claramente inarmónicos, quebran-
do así de una vez por todas la simetría del sistema helenístico
heredado y que luego sería definitivamente quebrantado por el des-
cubrimiento de Urano y los otros transaturninos, por lo que debería
ser marcado con el color rojo que representa la inarmonía, pero
con línea quebrada (punteada) para diferenciarla de los otros aspec-
tos inarmónicos mayores y no confundirse. Como con los inconjun-
tos, usamos 2º de orbe para estos otros aspectos menores. El
problema de estos aspectos es su difícil determinación visual, dado
que ya no estamos manejando grados similares (múltiplos de 30º en
el sistema de grados Zodiacales), motivo por el cual todavía algunos
astrólogos poco amigos de los números no los usaban hasta que las
computadoras comenzaron a facilitárselos.
En la culminación de la Astrología Occidental del siglo XVII
figuras tan representativas y relevantes como Morín de Villafrance y
William Lilly ya estaban usando normalmente todos los aspectos
mencionados. Por ello cuando se dio el renacimiento de la Astrolo-
gía a fines del siglo XIX luego de su triste virtual desaparición en el
siglo anterior, todos estos aspectos fueron usados como un conjunto
y por ello los llamamos “clásicos” (así como a todos los múltiplos de
30º los llamamos “ptolemaicos” o “tolomeicos”, ya que de un modo u
otro él los mencionó), en contraste con todos los otros aspectos
menores “sutiles” que se irían agregando, considerándose que todo
astrólogo serio debía saber verlos y usarlos. Algunos investigadores
brillantes de principios de siglo XX se preguntaron: si todo el edifico
irregular clásico (cinco aspectos mayores y cuatro menores) funcio-
na, ¿hay algún factor común al mismo y que pueda considerarse en
sí mismo productivo, así como otros múltiplos menos conocidos? O
en otras palabras, ¿cuál es su máximo común denominador? La
respuesta es 15º, el “ladrillo” fundamental del edificio. Su ángulo
suplementario es 165º (muy usado por el creador del Vértex Edward
Johndro, por lo que algunos lo llaman “el aspecto Johndro”), y otros
dos ángulos suplementarios, 75º y 105º, terminan de completar el
abanico de posibilidades de múltiplos de 15º.
Estos cuatro aspectos son utilizados en algunas contadas
escuelas que se especializaron en la rectificación y las técnicas
predictivas, incluido el Caba, y no tienen un nombre en particular; allí

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 257


los llamamos genéricamente “aspectos de quince” nombrando a
cada uno por la cifra del ángulo. Aprendiendo a verlos se pueden ver
con facilidad también los otros dos aspectos clásicos múltiplos de
15º pero no de 30º, es decir, la semi y sesquicuadratura.
Para ello sencillamente se suma 15º al valor que queremos
cotejar si tiene aspectos múltiplos de 15º y no de 30º y chequeamos
si hay valores cercanos al número resultante en el resto de la Carta.
De encontrar cosas, medimos la distancia contando signos enteros
más la mitad (por ejemplo, la semicuadratura es un signo y medio, y
la sesquicuadratura un trígono + 15º). Usamos un orbe pequeño de
sólo un grado, dado lo elevado del número divisor (2 x 2 x 2 x 3 =
24), que también determina que no los marquemos con ningún color
en particular sino que más bien los anotemos en el aspectario o al
margen de la Carta.

III
Los otros aspectos menores llamados por algunos astrólo-
gos “sutiles” y de uso más moderno son el quintil, biquintil, septil,
nonil, etc. Su desarrollo está ligado a la teoría de los Armónicos o
Armónicas, liderada por John Addey en Inglaterra y por Tito Maciá y
Miguel García en España siguiendo las investigaciones de Demetrio
Santos Santos y que en este siglo XX retoma de la Astrología Hindú
aspectos que ellos trabajan desde hace milenios y que incluyen los
propuestos por Kepler hace siglos.
El quintil de Kepler surge de dividir 360° por 5: 72° es el
ángulo y se lo grafica con una Q mayúscula. Aquí el concepto de
ángulo suplementario para determinar las familias ya no funciona: se
toma la figura geométrica resultante de un pentágono que en su
interior estará conformado por un pentáculo con un punto de origen
0º, a ambos lados tendremos un quintil, y en los otros dos extremos
144° (el doble del quintil), llamado biquintil y se grafica con BQ.
Algunos denominan aspectos sutiles a todos los aspectos menores
desde el semisextil en adelante. El orbe es de 2°.
Para interpretarlos la modernidad les ha dado básicamente
una connotación numerológica, donde el trígono se considera armó-
nico porque subyace el principio del 3, el 2 representa al mal, la ten-
sión de los opuestos, etc. Al número 5 se lo asocia con la mente y
con los cinco sentidos, se le dio una connotación Mercurial porque

258 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


los 72° caen en el signo de Géminis, por lo que se lo considera un
aspecto mental. Addey notó que estos aspectos tenían que ver con
los sentidos y con los procesos mentales y aclara que las personas
que nuestra cultura catalogaba como genios tenían muchos quintiles
y biquintiles, por lo que se lo asoció a la palabra clave “genio” con un
agregado por lo tanto de connotación uraniana. Produjo un gran re-
vuelo y la cómica costumbre de astrólogos y estudiantes contando la
cantidad de quintiles y biquintiles en su Carta con orbes muy
generosos… hasta que se encontró que había proliferación de los
mismos aspectos en la cúpula del nazismo alemán. Los orbes en
nuestras Cartas se redujeron automáticamente y se le agregó la pa-
labra clave “poder” y un matiz plutoniano.
Rudhyar comenta en su libro “Un Mandala Astrológico” que
en el mundo inorgánico de la naturaleza no existe él numero 5, ya
que todas las estructuras se ordenan en múltiplos de 2 y de 3 (sobre
todo de 2, aunque si observamos en el microscopio la estructura de
un copo de nieve veremos bellísimas estrellas de seis puntas). En
cambio el 5 irrumpe en la naturaleza orgánica en sus esquemas más
elementales: los protozoarios ya tienen momentos pentádicos y la
estrella de mar es un buen ejemplo de invertebrado plenamente
organizado según el número 5: de allí a los cinco dedos de cada
mano o pie, o el gran tentáculo radiado que hace el hombre con sus
extremidades (la conocida figura de Da Vinci) son un ejemplo más
elaborado. Es decir, el símbolo de la vida estaría asociado al núme-
ro 5 y la Casa V en Astrología tiene que ver con la creación y los
hijos. En la tradición occidental a este número se lo asocia con la
quintaesencia: el 4 simboliza la materia y el 5 es como un 1 (espíritu,
vida) que reingresa en ésta. Por todo esto se puede tomar como
palabra clave para la familia de los quintiles la palabra “talento” para
combinar a dos símbolos unidos por esos ángulos. El problema de
estos aspectos menores es que a veces por la estructura de la
Carta, no se manifiesten abiertamente pues son “cubiertos” por los
aspectos más fuertes manifiestos en los múltiplos del 2 y el 3. Una
persona que tenía un quintil muy cerrado entre Mercurio y Luna pero
que no interactuaba con el resto de la Carta hacía con sus manos
figuras con papel maravillosas mientras hablaba en un bar, etc.,
pero esto no era relevante en su vida. En cambio es distinto cuando
hay una configuración quintílica que divide potencialmente la Carta
por el número 5, por lo que toda ella comienza a ser resonar con
este número (uno de los conceptos que subyace en la teoría de las
Armónicas, capítulo 16).

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 259


Reconocemos los quintiles calculando la armónica quinta de
la Carta (multiplicamos los valores aritméticos en grados absolutos
de todos sus componentes, y las conjunciones relevan los quintiles y
biquintiles de la misma), pero otra forma de pensarlos es apoyándo-
nos en los aspectos más conocidos: el quintil es igual a sextil + 12º,
y el biquintil a quincuncio menos 6º. En el caso de trazarlos se suele
usar una línea delgada muy clara amarilla o celeste.
En los septiles, por primera vez la división de 360° por 7 no
da un número entero: el resultado es 51°26’ y segundos, por lo que
tardó más tiempo en ser incluido en la práctica astrológica. El orbe
es de 2° y se lo simboliza con una S o con un 7 rodeado por un cír-
culo. Si trazamos el heptágono, encontraremos otros vértices: el bi-
septil, que se simboliza con BS y equivale a un poco menos de 103°
y el triseptil, TS, que equivale a 154° y medio. En su interpretación
son similares y como aspecto es muy posterior a los otros aspectos
menores, incluso a los quintiles propuestos por Kepler: se incorpo-
raron en el siglo XX y se los relacionó con lo esotérico del número,
sea por los colores del arco iris, los chacras, la escala diatónica
musical, los días de la semana, etc. Por todo lo cual se lo asoció con
la espiritualidad en el mundo (el 3 combinado con el 4), pero luego
se vio que las personas que tenían muchos septiles en su Carta
tenían una cierta marca de fatalidad, por esto las palabras clave
“espiritualidad” y “fatalidad” se asocian con estos aspectos, por lo
que se dice que tienen un matiz o analogía con los planetas Saturno
y Neptuno, habiéndoselos visto mucho en Cartas de artistas innova-
dores del siglo XIX.
El español Tito Maciá asoció a los aspectos menores con las
glándulas: a la familia de los octiles o sea semicuadratura y sesqui-
cuadratura, con la secreción de adrenalina; en el caso de los
septiles, con la baja de serotonina, que está asociada con la dispo-
sición psicológica que lleva a la depresión o que tiene relación con
los estados alterados de conciencia en un sentido positivo o
relacionado con lo esotérico, que a veces llega mediante el ayuno o
por ingesta de químicos o drogas. Cuando hay símbolos de la Carta
fuertemente asociados con septiles, mi observación personal es que
se manifiestan en temprana edad en algo bueno o malo que llega
desde afuera y que ocurre mas allá de nuestra voluntad (de ahí la
indicación de fatalidad), y estos contenidos, a lo largo de la vida, se
procesan de un modo personal cada vez más sutil o sofisticado: se

260 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


van sublimando, denotando luego el mundo del espíritu en un senti-
do no estrictamente religioso.
Los noniles o noviles (ambas denominaciones son usuales
y etimológicamente correctas) resultan de dividir los 360° sobre 9 (3
x 3), resultando 40° con un orbe de 2°. Se grafica con N o con un 9
dentro de un círculo. El binonil de 80° se simboliza BN, luego está el
trígono que tiene 120° y pertenece a esta familia de los armónicos
del 9, y el tetranonil de 160° que se grafica con TN. El 9 es potencia
u octava superior del 3, por lo que también se lo asoció con la
“espiritualidad”, Sagitario, Casa IX y los planetas Júpier y Neptuno.
Es considerado benéfico (podríamos decir que el equilibrio del
sistema helenístico se recobró al incorporar los quintiles, básicamen-
te benéficos, como contrapeso a la inarmonía instaurada por los
octiles; del mismo modo, se podría ver al septil –considerando los
planetas maléficos que se la asocian– como más bien maléfico, y el
nonil como claramente benéfico, pero estas clasificaciones dicotómi-
cas hoy ya no son muy populares).
La division de la Carta por 9 es y fue desde hace siglos muy
importante en la India, habiendo también un estudio de los siderea-
listas anglosajones sobre las nueve Revoluciones Solares durante el
año cada 40º exactos desde el Sol natal. Tito Maciá asoció a esta
familia de aspectos con la secreción de endorfinas que transmite el
cuerpo cuando está en estado de bienestar o plenitud. Los pitagóri-
cos veían al 9 como el último de la década (parecido al XXI del
Tarot, “El Mundo”), por lo que se lo asoció a la palabra clave “fructifi-
cación”. Observé que los planetas vinculados por noniles y su familia
están idealizados en una etapa inicial de la vida de un modo positivo
o negativo pero no materializado. A lo largo del tiempo, solos y sin
esfuerzo, se materializan como maná que cae del cielo en nosotros
y en el afuera, como producto orgánico del universo en respuesta a
una visualización positiva. Para reconocer al nonil tenemos un signo
(o sea 30°) + 10° = 40°; el binonil es una cuadratura (90°) – 10° =
80°; el tetranonil, quincuncio (150°) + 10° = 160°.
Estos aspectos sutiles pueden ser muy importantes y
contundentes en la vida, con manifestaciones muy materiales, pese
a su “sutileza” y tal como aludimos en los capítulos 3 y 16. Pero aquí
apuntamos que podían ser “tapados” o “aplastados” por los aspectos
mayores cuando son prominentes en la Carta. ¿Cómo consideramos
entonces si el aspecto es valioso o no para la interpretación? Es
decir si es lo suficientemente fuerte en la Carta para hacerse oír en

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 261


el medio de los otros aspectos mayores y menores clásicos. Ocurre
cuando hay una configuración de estos aspectos con orbes peque-
ños e incluyendo a factores centrales de la Carta (Sol, Luna, Ascen-
dente, Mediocielo). Dos quintiles y un biquintil hacen una
configuración quintílica que va definiendo algunos nódulos de la
figura geométrica que hace resonar la Carta toda por ese número
según la teoría de las armónicas (capítulo 16). Las configuraciones
deben formarse dentro de un mismo rango, o sea que no podemos
unir un septil con un quintil y una semicuadratura, siempre deben ser
dentro de la misma familia. El resultado estará dado según el
simbolismo de los factores involucrados y las palabras clave e inter-
pretaciones arriba apuntadas. Si están reunidas las tres condiciones
ideales (configuración, orbe pequeño y factores importantes) enton-
ces es fundamental observarlo e incluirlo en la interpretación.
Al levantar en la computadora una Carta armónica del 5, 7 o
9 (o cualquier otro armónico menor o mayor: hay deciles, undeciles,
etc., pero hemos decidido detener aquí la exposición de aspectos
menores para no marear al lector), lo que aparezca en conjunción
estará en ese mismo aspecto en natal: cuando en la Carta armónica
aparece un aspecto de conjunción puedo sospechar que estos pla-
netas están o en conjunción o en un aspecto de esta familia. Por
ejemplo, si en una Carta Natal hay una configuración de T cuadrada
(dos planetas opuestos en cuadratura a un tercero), en la armónica
4 aparecerán los tres planetas en conjunción. En suma, si en la Car-
ta armónica aparece un stellium quiere decir que en esa familia hay
una configuración de aspectos digna de ser leída. El orbe es 2° para
el Sol y Luna o una configuración, sino conviene mantenerlo en 1°.

IV
Recapitulando, el orbe de base de los aspectos dado por
Eloy Ricardo Dumón en su Manual de Astrología Moderna y que
aquí seguiremos es el siguiente: 8° para los aspectos mayores, ex-
ceptuando el sextil, que es de 6°, y 2° para el resto de los aspectos
llamados menores, exceptuando los múltiples de 15° no clásicos,
que es de sólo 1°. Pero como dijéramos, hay aspectos en los que
hay que aumentar el orbe y otros en que hay que disminuirlo según
factores contextuales concurrentes, por lo que podemos encontrar
una cuadratura de 5° que no sea válida, o una oposición de 11° que

262 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


sea válida. A continuación veremos a qué variables pueden obede-
cer estas modificaciones del orbe de base.
Comenzaremos con los motivos para disminuir el orbe de
base dado de los aspectos, ya que son sólo tres y por prudencia
conviene siempre chequearlos primero porque a priori tendemos a
querer ampliar orbes porque sí. Por otro lado, estos tres no depen-
den de factores contextuales sino de su constitución intrínseca.
Cabe aclarar que no daremos cifras de “cuánto” exactamen-
te disminuir o aumentar en cada caso, porque dependerá de la
diferencia proporcional que estamos teniendo entre el orbe concreto
de un aspecto dado y el orbe de base que se le corresponde, así
como de cuántos motivos confluyen para aumentar, disminuir, etc. y
de qué es lo que necesitamos concretamente para ese caso:
aumentar o disminuir. Dar valores definidos sería artificial y matema-
tizaría mecánicamente este enfoque, restando lo que queremos
incentivar con el mismo, que es el juicio crítico y ponderativo. Lo que
sí usaremos es un tope máximo para arriba y para abajo: en ningún
caso disminuiremos el orbe a menos del 50% de su valor de base,
por más motivos que hubiere, ni lo aumentaremos en un 50% más
de su valor de base (es decir a su 150%), por más motivos que se
acumularen. Por ello jamás dejaremos de marcar una cuadratura de
3º y jamás marcaremos una de 13º, pero debemos analizar todo lo
que esté entre medio. Para esta disminución o aumento al valor lími-
te necesitamos varios argumentos, no bastando con uno solo de los
que relevaremos.
El primer motivo para disminuir el orbe es cuando uno de
los planetas es transaturnino (Urano, Neptuno y Plutón). El tran-
saturnino es invisible al ojo descubierto, muy lejano, de movimiento
muy lento, por lo que su posición es generacional más que individual
y además los contenidos que se le asocian son en gran medida de
difícil asimilación individual. Por ello lleva naturalmente menos orbe,
que es lo mismo que decir que para tener garantías de que el aspec-
to se da, debe ser más exacto. Esto es mucho más evidente cuando
ambos planetas son transaturninos o uno es transaturnino y el otro
es social (Júpiter y Saturno), dado que el aspecto mismo es genera-
cional, es decir, lo comparten los millones de nacidos durante esos
años, por lo que una interpretación individualizada es casi ridícula si
el aspecto no está personalizado por otros motivos estructurales. En
el caso que nos ocupa, al menos le pediremos ser más exacto, es
decir tener menos orbe. Un caso paradigmático es del sextil entre

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 263


Neptuno y Plutón que se da en el cielo desde hace setenta años
(debido a la excentricidad de la órbita de Plutón, que atraviesa a la
poco excéntrica órbita de Neptuno y durante décadas tienen veloci-
dades similares por tener distancias similares al Sol, manteniendo
así un aspecto en el cielo en el caso de haberlo): con el orbe dado,
lo tiene casi todo el mundo, por lo que debemos tratarlo con particu-
lar exigencia de orbe reducido.
Otro motivo para reducir orbe es cuando el aspecto es
disociado, que habíamos dicho que significa que no ocurre entre los
signos entre los cuales debería ocurrir en el esquema ptolemaico. Si
realmente funcionan por igual tanto los aspectos por signo de los
antiguos helenísticos como los aspectos por ángulo de los moder-
nos, el aspecto disociado está naturalmente debilitado porque no se
da por signo: un trígono entre dos planetas que no se encuentren en
el mismo elemento porque uno está al final de un signo y el otro al
principio de otro ya no tendrá la fluidez que le asociamos, así que
debemos ser más exigentes con la exactitud del ángulo que los
separa, que es lo único que define a ese aspecto en particular y es-
to significa disminuir el orbe.
El tercer y último motivo para disminuir el orbe es que el
aspecto sea separativo. Separativo es el término opuesto comple-
mentario al de aplicativo, que son conceptos que asociamos a si el
aspecto está por realizarse en el cielo o ya ocurrió antes de nacer,
por más que se halle en orbe. El momento del aspecto exacto se
denomina partil, palabra que tiene dos acepciones: una más
rigurosa (el aspecto exacto en grados y minutos) y otra más laxa,
muy usada coloquialmente por los astrólogos cuando nos comunica-
mos y que refiere a un orbe pequeño, generalmente dentro de 1º.
Pese a las dos acepciones, al dialogar generalmente nos entende-
mos perfectamente, tal como en el siguiente intercambio: – “¡Uf,
tengo a Saturno en tránsito partil sobre mi So!”; – “¿Qué, partil
partil?”; – “No, el partil ya pasó, pero todavía lo tengo muy partil”.
Usando la primera acepción más rigurosa decimos que el
aspecto es aplicativo cuando el planeta más rápido va al partil y
separativo cuando el planeta más rápido ya hizo el partil. En otras
palabras, es aplicativo cuando el aspecto está por hacerse y separa-
tivo cuando ya se hizo pero está en orbe.
Desde la Antigüedad se consideró que el aspecto separativo
es más débil que el aplicativo, dado que la Astrología siempre está

264 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


mirando al futuro: la Carta natal muestra cómo “será” ese bebé
recién nacido y eventualmente qué le pasará. El aspecto partil, “que
va a ocurrir”, refleja mejor los hechos que el separativo. Desde una
perspectiva psicológica, son rasgos que adquiriremos a través de
ciertas experiencias, mientras que el separativo muestra rasgos en
cierto modo innatos. En las Revoluciones Solares se privilegia por
eso la mirada sobre los aspectos partiles para ver qué ocurrirá ese
año, mientras los separativos muestran condiciones y vivencias que
son resultantes de situaciones ocurridas el año anterior o previos.
Esta dicotomía generó una de las primeras estadísticas
contundentes de la historia astrológica del siglo XX. John Addey, el
gran astrólogo inglés que acuñó el concepto moderno de Armónicas
y que, como matemático, era tanto neopitagórico como investigador
estadístico, trabajaba en un geriátrico, disponiendo así de cientos de
datos de nonagenarios (fechas de nacimiento y muerte). Decidió
buscar qué había en común como tendencia en ese grupo humano
no mayoritario (todavía hoy una minoría supera la barrera de los 90
años). Dado que la Astrología clásica se pronunciaba sobre la posi-
bilidad de longevidad, comenzó mirando las posiciones por signo de
Saturno, el planeta de la vejez que supuestamente alarga la vida
porque no gasta energía, pero no había ningún índice significativo
de ocurrencia en sus signos de regencia o exaltación ni, si vamos al
caso, en sus opuestos. Lo mismo con Marte, el planeta que se con-
sume rápidamente como un fósforo y no suele asociarse a una larga
vida: no estaba particularmente presente ni en sus signos de digni-
dad ni en sus signos de debilidad. Entonces se le ocurrió que estas
personas podían tener más aspectos separativos que aplicativos,
dado que significan un menor gasto de energía y son más disten-
didos, con su longevidad concomitante, y esta hipótesis arrojó un
altísimo nivel de significación estadística.
Para chequear sus resultados con un caso opuesto no le
servía el concepto de “corta vida”, porque ésta puede darse por
motivos demasiado diferentes entre sí desde una perspectiva sim-
bólica (enfermedad, accidente, muerte natural, violenta, etc.). Pero
otra circunstancia de su vida vino en su ayuda: de chico había tenido
poliomielitis y tenía por ello acceso a muchos datos natales de
personas aquejadas de ese problema. Asoció el polio con una
tensión física y eventualmente psíquica parangonable a la tensa
expectativa propia del aspecto aplicativo. Nuevamente obtuvo un
altísimo índice de significación estadística y, combinando ambas
estadísticas entre sí, había una posibilidad entre un millón de que

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 265


los resultados se hubieran dado por casualidad. Valga este ejemplo
para comprender la importancia de la diferencia entre aplicación y
separación y que por ser el aspecto separativo más débil, debería-
mos disminuirle el orbe.
Existe separación simple y separación doble. La simple se
da cuando ambos planetas tienen la misma dirección (directo o
retrógrado) y el más rápido solamente va o se separa del partil; en
cambio, la doble se da cuando uno de ambos se halla retrógrado y
el otro directo, en cuyo caso ambos planetas van hacia o se separan
del partil. Algunos ejemplos terminarán de aclararlo: 1) Mercurio en
8° de Cáncer y Saturno a 15° de Escorpio es un trígono aplicativo
simple porque Mercurio va a encontrar a Saturno para hacer su
aspecto; 2) Mercurio en 8° de Cáncer y Saturno a 5° de Escorpio:
Mercurio, el planeta más rápido, ya hizo su trígono partil a Saturno,
por lo que el aspecto es separativo; 3) con el mismo Mercurio pero
ahora retrógrado en 8° de Cáncer y Saturno en 5° de Escorpio, el
aspecto es doblemente aplicativo porque Mercurio va hacia atrás y
Saturno avanza hacia el grado de aquél; 4) Mercurio retrógrado en
8° de Cáncer y Saturno a 5° de Escorpio también retrógrado: el
aspecto es aplicativo simple, porque los dos van hacia atrás y Mer-
curio va hacia 5°, pero Saturno se aleja de ese grado; 5) Mercurio en
8° de Cáncer y Saturno a 5° de Escorpio retrógrado es doblemente
separativo (ambos se alejan del partil). Conviene para todo esto
pensar al planeta lento como congelado y mover al más rápido,
recordando que cuando uno de los dos planetas esta retrógrado
siempre indica “doble”: doble separativo, en donde su debilidad es
aún mayor, o doble aplicativo, que es un aspecto muy fuerte. La
disminución de orbe cuando hay un aspecto separativo también se
da cuando hay separación Lunar, porque ésta es muy veloz y el
aspecto está disolviéndose en el cielo con bastante rapidez. A la
inversa, la separación es menos dramática cuando los dos planetas
tienen velocidades similares por órbitas contiguas.
Pasamos ahora a los varios motivos para aumentar un orbe
dado de base. El primero a considerar es que uno de los planetas
sea una luminaria, es decir Sol o Luna, dado el ancho de su disco
visible, la importancia que tienen para la vida en la Tierra y los
movimientos de ésta y que literalmente iluminan el día y la noche.
Aumentan entonces naturalmente su orbe y mucho más todavía
entre sí, es decir si el aspecto es entre ambas luminarias, arquetipos
naturales complementarios de Yin-Yang.

266 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Otro motivo para aumentar el orbe es que un planeta sea
dispositor del otro. Un planeta es dipositor de otro cuando éste últi-
mo está posicionado en un signo regido por aquél. Antiguamente se
decía que el planeta recibía al otro en su domicilio y que por lo tanto
éste último estaba a su disposición: por ello el regente disposita a su
inquilino, quien está dispositado por aquél, su dispositor. Estos dos
planetas tienen ya de este modo alguna forma de vínculo y, conti-
nuando con la metáfora de la relación del dueño de casas con el
inquilino o el visitante, ambos estarán muy interesados en vincular-
se, por lo que si hay que aumentar un poco el orbe para definir un
aspecto, es probable que lo adecuado sea hacerlo. Si cada uno
recibe al otro en su domicilio (es decir si cada uno está en el signo
regido por el otro, intercambiando domiciliios), se dice que están en
recepción mutua y la tendencia a vincularse y por lo tanto a aumen-
tar el orbe será mayor aún.
También aumentamos el orbe cuando hay aplicación doble
por los motivos antes apuntados de que el aspecto es más fuerte
(en la aplicación simple, por ser el caso neutro, no aumentamos a
priori orbe), lo que también sucede en el caso de la aplicación de la
Luna, dado que por su velocidad el aspecto está yendo rápidamente
a realizarse en el cielo.
Otro motivo para aumentar el orbe se da cuando al marcar el
aspecto se logra formar así una configuración. Las configuraciones
son figuras geométricas conformadas por tres o más aspectos de las
cuales algunas fueron bautizadas temprano en el siglo XX por la
Astrología anglosajona con nombres hoy muy populares (T Cuadra-
da, Gran Trígono, Dedo de Dios, etc.), otras fueron estudiadas por
diversas escuelas (los esposos Huber y especialmente los españo-
les Tito Maciá y Miguel García, quienes en la década del ’90 expu-
sieron en un Congreso Ibérico una investigación estadística con
intuiciones brillantes sobre combinaciones de aspectos antes poco
estudiadas y que aparecen resumidas en el capítulo 9 del Manual de
Técnicas de Síntesis Astrológica) y son muy importantes para la
Astrología moderna, dado que salimos del ámbito unidimensional del
aspecto, una línea en donde hay apenas un ida y vuelta energético
entre dos puntos y pasamos al ámbito bidimensional del plano,
ocupando con la figura geométrica de la configuración un área
superficie importante del círculo y, por extensión, área de vida del
sujeto reflejado por la Carta Natal, con una metafórica circulación de

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 267


energía por los bordes de la figura en cuestión en un circuito cerrado
en constante realimentación.
La configuración es muy fuerte porque es más potente como
conjunto que la suma de sus partes y a veces puede llegar a
imponer su significado sobre otros factores igualmente importantes
básicos de una Carta Natal. Por ejemplo, por motivos probabilísticos
la T cuadrada es la más frecuente y es la más potente de todas las
configuraciones por el tenso dinamismo de los ángulos que la
conforman. Si tenemos por ejemplo una persona con Sol en Libra,
Tauro en el Ascendente y la Luna en Piscis, podremos creer que es
tierno y pacífico, pero si ese Sol en Libra está en cuadratura a Satur-
no en Cáncer y a Marte en Capricornio formando una T cuadrada,
seguramente esta persona se presentará dura y tensa, porque Sol-
Saturno-Marte tapan toda esa dulzura mencionada, motivos que
explican por qué debemos aumentar el orbe. De este modo, para
dar un ejemplo, con un planeta en 7º de Piscis en trígono de 5º de
orbe a otro en 12º de Cáncer y éste en trígono con 5º de orbe a otro
en 17º de Escorpio, naturalmente aumentamos el orbe de trígono
entre los planetas de 7º a 17º, pese a que exceden el orbe de base,
puesto que probablemente el sujeto conforme el dibujo de ese gran
triángulo dentro suyo, del mismo modo que al astrólogo se le confi-
gura ante sus ojos el conjunto de la gestalt del dibujo potencial de la
figura geométrica.
Otro motivo para aumentar el orbe es que uno de los
planetas se halle feral, es decir, no tenga aspectos. “Feral” viene de
fiera y se llama así a varias cosas en Astrología (hay signos ferales
tales como Leo, Aries, Tauro, Escorpio, etc.), pero sobre todo desde
Morin de Villefrance llamamos feral al planeta inaspectado. La ferali-
dad se da en forma gradual: un planeta sin aspectos mayores dentro
de los 5º ya se halla algo feral (como descubrió Geoffrey Dean en
sus famosas estadísticas sobre profesiones), mientras que si no
tiene aspectos mayores dentro de los orbes de base que estamos
usando, está ya propiamente feral y en el caso de que tampoco
tuviere aspectos menores clásicos con los orbes de base está
extremadamente feral.
Decimos que el planeta está feral porque se comporta como
una fiera en el sentido de que no está “domesticado” por la socializa-
ción que implican las interacciones por aspecto con los otros plane-
tas. Se manifestará de un modo exorbitado, sin las modificaciones
que pueden suponer dichos intercambios, en cierto modo no integra-

268 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


do al resto de la Carta y a veces por ello mismo no se manifestará
(si bien la tendencia es a una expresión excesiva pura, autónoma,
de su simbolismo, en cierto modo ariana en cuanto a hacer lo que le
venga en gana). Como la tendencia natural es integrar todos los
elementos de la Carta y una de las formas de integrarlas es la rela-
ción de aspecto, el planeta feral es algo así como un lobo solitario
hambriento de relaciones que, como un prisionero encerrado en una
celda de aislamiento, cualquier pequeña comunicación de otro com-
pañero del exterior le será vital de un modo que quizás no hubiera
atendido de no estar en esa situación de soledad. Entonces
expande su orbe para tener tal relación y sin por ello dejar de ser
feral. Para usar una metáfora, si alguien es un lobo solitario urbano
sin amigos íntimos ni familiares pero todos los días al comprar el
diario intercambia algunas palabras amables sobre el tiempo o la
política con el diariero cuando va a comprar el diario, este débil
“sextil con orbe expandido” será un aspecto que se define en el con-
junto del silencio vincular del horizonte de este sujeto, pero seguirá
siendo de todos modos un lobo solitario. Cuanto más feral se halle
un planeta más pertinente será la ampliación del orbe.
El caso opuesto y que es otro motivo para ampliar el orbe es
el caso de un planeta multiaspectado. Un planeta que concentra mu-
chas rayitas graficadas de aspecto, entre 6 y 7 como mínimo, natu-
ralmente focaliza nuestra atención porque parece que toda la Carta
va a concentrarse a ese punto. En cierto modo ese planeta funciona
como un multiconector del resto de los planetas: en contraste con el
feral, está hipersocializado y, como un yuppie estresado al que le
suenan sin cesar sus celulares en los bolsillos, tiene el músculo de
la vincularidad muy trabajado, de modo que no le cuesta nada abrir
un poco el ya grande abanico de vínculos de su nutrida agenda para
incluir a algún otro planeta con el cual sólo hay que aumentar un
poco el orbe, cosa que sabe hacer porque está muy entrenado en
los menesteres de la relación, y así cumplir más acabadamente su
función de conector general dentro de la Carta.
Otro caso de ampliación de orbe se da cuando nos hallamos
ante un planeta dominante en la Carta, al cual la tradición llamó
Almuten, y máxime cuando ocurre entre dos planetas que tienen en
la Carta esa característica. Un planeta se configura como Almuten
cuando concentra varios roles funcionales dentro de la Carta y logra
así un gran protagonismo, por otro lado desde tiempos inmemoriales
muy útil en la interpretación (desarrollo un capítulo entero sobre el

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 269


tema en el Manual). En una Carta con Ascendente Aries conjunto a
Marte en Aries en domicilio y angular, ubicado justo antes del Sol
(planeta explorador) conjuntándolo y dispositándolo, nadie dudaría
en decir que esa persona es muy “marciana” o que tiene en su Carta
un Marte protagónico. Pero si esta misma persona tuviera a la Luna
en Tauro en cerrada conjunción aplicativa con un Venus en regencia
en Tauro que está en trígono partil al Mediocielo y la Carta tiene
cinco planetas en Libra, ¿no dudaríamos en decir que la persona es
muy “venusina” o que Venus es un planeta protagónico de su Carta?
Para este sujeto, a riesgo de estar dividido en una doble personali-
dad esquizofrénica, le será vital integrar o interrelacionar estas dos
mitades. Una forma de hacerlo es a través de un aspecto entre los
dos planetas mencionados, sea armónico o inarmónico, mayor o
menor: lo importante es que su protagonismo a priori sobredimensio-
na cualquier diálogo posible, lo que justifica ampliar el orbe entre
ambos ya que, en cierto modo, es como si fueran otras luminarias
dentro de la Carta.
Un último caso de ampliación de orbe se da cuando ambos
planetas en posible aspecto hacen el mismo aspecto a un tercer
planeta, el cual aspecta en forma mucho más exacta al punto medio
entre ambos. Un ejemplo aclarará lo dicho: un planeta en 13° grados
de Tauro, otro planeta en 8° de Acuario esta en cuadratura a aquél
pero también está en cuadratura a otro en 18° de Acuario. El cua-
drado a ambos planetas hace sospechar que éstos están en conjun-
ción, pero el orbe de 10º parece excesivo; sin embargo, el punto
medio de los dos planetas de Acuario se halla en 13°, en cerrada
cuadratura al planeta en 13° de Tauro, de manera que éste reactiva
la conjunción potencial que no tomábamos porque lo amplio del
orbe: en cierto modo es como si los estuviera re-uniendo.
Cabe consignar que todas las consideraciones hasta aquí
desarrolladas son inter-planetarias, es decir, entre planetas. Tradi-
cionalmente se consideran desde el vamos también los aspectos al
Ascendente, al Mediocielo y al Nodo Norte de la Luna, en cuyo caso
se reducen automáticamente los orbes de base a la mitad. El motivo
de esta reducción radica en que los planetas pueden ser metafórica-
mente considerados seres vivos (los antiguos los adoraban como
dioses), dotados de energía lumínica, cinética y cuerpos físico con
movimiento aparentemente voluntario (se apuran, retroceden, unen
o separan unos con otros, etc.). De este modo, el “orbe” coincidiría
con el cuerpo astral que lo rodea (hay algo de esto en la etimología

270 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


del término), por lo que en una conjunción de 8º de verdad tenemos
dos planetas con cada uno un orbe de 4º, uno al lado del otro: del
mismo modo que dos personas a medio metro tienen probablemente
sus “cuerpos astrales” en contacto, para que esto se de con una
pared, que no tiene cuerpo astral, hay que estar mucho más cerca.
Otra metáfora útil es la de pensar en todas las interrelaciones que se
pueden dar entre dos seres vivos: las posibilidades son muy ricas y
casi infinitas. En cambio una persona, con un objeto inerte como una
mesa, tiene posibilidades muy limitadas: usarla como tal, moverla,
sentarse, romperla, quemarla, darla vuelta, no muchas más. A esa
pobreza de posibilidades de relación se le asocia la mencionada
reducción de orbe de un aspecto entre un planeta y un punto virtual.
En rigor, como en el ejemplo dado de la mesa, los planetas aspec-
tando al Ascendente u otro ángulo sencillamente expresan o canali-
zan su energía o simbolismo a través del mismo.
Existe una excepción para la regla arriba dada y es la de la
conjunción: según lo dicho su reducción sería a 4º, pero de hecho
cualquier conjunción a ángulo con 5º ya es operativa desde tiempos
inmemoriales o, para ser más precisos, al menos desde Ptolomeo,
de modo que mantenemos ese mínimo como operativo para el caso
de cualquier conjunción.
En el caso de que quisiéramos considerar los aspectos a las
cúspides intermedias, el orbe seguro y operativo es de 1º, para cuyo
caso la Carta debe tener una hora muy segura. Del mismo modo y
más allá de cualquier motivo para reducir más todavía el orbe,
consideraremos como vigente todo aspecto que se dé en la Carta
dentro de 1º de orbe.
A la hora de aspectar una Carta aconsejamos seguir una
cierta rutina sistemática que permite no dejar escapar ningún aspec-
to por distracción: consideramos el primer planeta después del
Ascendente, por nombrar un punto fijo cualesquiera y, siguiendo la
secuencia de signos y Casas, vamos viendo qué posible aspecto
tiene con el siguiente planeta según esa secuencia, mirando primero
el criterio ptolemaico (por signo), y luego viendo si el orbe lo
contiene. Recordemos que para ello debemos mirar hasta un 150%
del orbe, por si se diera el caso de que hubiera motivos suficientes
para aumentar hasta ese límite y que cualquier aspecto de menos
del 50% del orbe de base se marca automáticamente (especialmen-
te en el caso de tener menos de 1º) sin mayores consideraciones.
Una vez agotado el análisis de ese planeta se pasa a tomar el

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 271


mismo primer planeta del que partimos pero con el que le sigue en
la secuencia y así sucesivamente hasta agotar todos los restantes:
el planeta quedó completamente aspectado (conviene antes pregun-
tarse si tiene aspectos de 15º no múltiplos de 30º, para lo cual hay
que realizar la operación mencionada de sumar o restar 15º a su
valor en grados), lo que nos habilita a pasar al siguiente planeta en
la secuencia zodiacal y comenzar el mismo proceso en sentido
contrario a las agujas del reloj, pero ya sin tener que mirar “hacia
atrás”, hacia el planeta ya aspectado. Agotado el análisis exhaustivo
de este segundo planeta, pasamos al siguiente y cada vez serán
menos los planetas a estudiar, pues los anteriores ya fueron consi-
derados. Llegados al último, tendremos completamente analizados
los aspectos interplanetarios. Luego pasamos a mirar los posibles
aspectos al Ascendente, Mediocielo y Nodo Norte, que por tener
otros orbes conviene dejar para el final y que algunos astrólogos
prefieren no trazar con líneas dado que tienen otra calidad (como ya
dijéramos, no hay interacción) y pueden confundir en el medio de la
proliferación de líneas: una opción es trazar la línea hacia el borde
exterior del Zodíaco en vez de al punto correspondiente al planeta
que determinamos en el círculo interior, otros (es mi caso) prefieren
directamente consignar el aspecto con los simbolitos pertinentes al
lado del factor aspectado.
Resumimos en forma de guía práctica los lineamientos hasta
aquí desarrollados:

ASPECTOS Y ORBES

Orbes de base (Manual de Astrología Moderna, E. R. Dumón):


Aspectos mayores:
conjunción, oposición, trígono y cuadratura: 8º ; sextil: 6º
Aspectos menores clásicos:
semisextil, quincuncio, semicuadratura y sesquicuadratura: 2º
Aspectos múltiplos de 15º no clásicos: 15º, 75º, 105º y 165º: 1º
(todos los aspectos arriba mencionados son de determinación necesaria)
Aspectos menores modernos: quintil, biquintil, septil, biseptil, triseptil, nonil,
binonil, tetranonil (de determinación optativa): 2º

272 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Criterios para aumentar o disminuir el orbe de base, según los casos:
(en ningún caso se disminuye menos del 50% del orbe de base, ni se
aumenta más del 150%)

Motivos para disminuir el orbe:


 que uno sea transaturnino (más si lo son ambos);
 que el aspecto sea disociado;
 que el aspecto sea separativo (más si es separación doble o en
separación lunar).

Motivos para aumentar el orbe:


 que uno sea luminaria (más si lo son ambos);
 que uno sea dispositor del otro (más todavía si hay recepción
mutua);
 que haya doble aplicación o aplicación lunar;
 que al marcar el aspecto se cierre una configuración mayor, o,
eventualmente, una menor del mismo armónico;
 que uno de los planetas se halle feral (inaspectado);
 que uno de los planetas sea multiaspectado;
 que ambos planetas tengan fuertes roles de importancia en la
Carta (Almuten);
 que ambos planetas hagan el mismo aspecto a un tercer planeta,
el cual aspecta en forma mucho más exacta al punto medio entre
ambos

Los criterios mencionados son interplanetarios. En el caso de aspectos al


Ascendente, Mediocielo y Nodo Norte, se reducen los orbes de base
automáticamente un 50% (exceptuando la conjunción, que tiene 5º). Los
aspectos a las cúspides intermedias (normalmente no exigidos) son en
general de 1º.

Cualquier aspecto dentro de 1º de orbe en la Carta se considera como


vigente.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 273


274 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 15

LAS SEMICUSPIDES TOPOCENTRICAS

I. INTRODUCCION
II. ANTECEDENTES
III. INTERPRETACION
IV. FORMULAS
V. REFERENCIAS
VI. DATOS NATALES

I. INTRODUCCION
Este capítulo tiene como objetivo exponer algunas reflexiones
y hallazgos vinculados a la mitad (centro) de las Casas astrológicas,
tomada como un punto eclíptico sensible. A dicho punto lo he denomi-
nado "semicúspide" para diferenciarlo de las cúspides propiamente
dichas, considerando para el caso las del sistema topocéntrico de
Casas desarrollado en Buenos Aires durante las décadas del sesenta
y setenta por Vendel Polich y Anthony Nelson Page.

II. ANTECEDENTES
La idea de dividir las Casas por la mitad y el tomar el punto de
división como un punto significativo tiene antecedentes tanto lejanos
como, sobre todo, recientes. Esta división está emparentada con el
uso gradual y cada vez mayor (históricamente documentado) de
divisiones análogas de la eclíptica en la forma de aspectos primero
múltiplos de 30, luego de 45, y luego de su máximo común denomi-
nador, 15. La combinación de ambas nociones con aquella de
considerar a las cúspides intermedias como puntos sensibles pasibles
de ser aspectados, deviene en la posibilidad lógica de tomar también a
la mitad de las Casas a tal efecto. Presentaré aquí los antecedentes
conocidos, en la medida que sean pertinentes, así como algunas de
las interpretaciones dadas por diferentes astrólogos a fin de contrastar-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 275


las entre sí y con mis hipótesis finales, surgidas de mi experiencia
personal y reflejada en los ejemplos expuestos.

II.1. Las divisiones por ocho de la eclíptica


La división en cuatro partes del espacio circundante (y de su
representación, el círculo) pareciera ser una tendencia natural del ser
humano en todas las culturas, tal como lo ha señalado Carl Gustav
Jung a lo largo de su obra. A las primeras divisiones binarias (arriba-
abajo, izquierda/-derecha, adelante-atrás, aquí-allí) se les agrega su
consecuencia lógica, el cuadrado o potencia del dos (que en este caso
es también la suma), y así lo desarrolla Platón en su Timeo cuando
combina lo uno y lo otro ("lo idéntico y lo diferente") y luego Aristóteles
al sistematizar las así llamadas cualidades primitivas, en donde a la
primera división de frío y caliente, agrega la posibilidad de su posibili-
dad extrema (seco) o templada (húmedo), generando en sus combina-
ciones los cuatro elementos anterioremente definidos por Empédocles
y que serán fundamentales para la cultura occidental (los cuatro tem-
peramentos de la medicina y la psicología, la cruz cristiana, los cuatro
evangelistas, etc.).
Pero sobre todo la estructura espacial de los cuatro puntos
cardinales, coincidente con la secuencia temporal de las cuatro esta-
ciones (sintetizadas ambas en el Zodíaco), será la expresión más
recurrente en diversas culturas del mundo, inclusive entre los pueblos
aborígenes australes más alejados de la cuna conocida de nuestra
Astrología occidental (capítulo 19), constituyéndose en base del orde-
namiento urbano, arquitectónico y sagrado (tanto ritual como cosmoló-
gico). Dicha división fundamental del espacio en cuatro puntos lleva
naturalmente y siguiendo la lógica del 2 a la consideración de la otra
cruz intermedia equidistante a los mismos y que en la Rosa de los
Vientos corresponde a las direcciones NE, NO, SO y SE. Llegamos así
a una división arquetípica en ocho partes iguales y según Dane
Rudhyar, "el ritmo de las liberaciones básicas de la energía, por lo
menos en lo que se refiere a la vida (de actividad biopsíquica y orgá-
nica), debería simbolizarse y medirse esencialmente utilizando el nú-
mero 8. Esto se realizaba así en el simbolismo chino, hindú y gnóstico
cristiano;” (Rudhyar, 1987 p.64). Demetrio Santos (Santos Santos,
1978 p.145) lo refiere asimismo explícitamente al Pa Kuá u ocho
trigramas chinos, mientras que, del mismo modo, en la doctrina occi-
dental de los cuatro elementos, éstos solían ser posicionados en una

276 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


cruz intermedia a la de las cuatro cualidades primitivas, generando de
nuevo un esquema óctuple.
Que la equidistancia a los tan importantes puntos cardinales
tuviera su expresión zodiacal no es de extrañar, y según el astrólogo
siderealista Cyril Fagan, cuando al igual que los hindúes intentaba
determinar el 0º de Aries sidéreo (puesto que el trópico es de
determinación inmediata por los movimientos del Sol y la Esfera
Celeste) y no era transparente qué estrella puntual era el inicio de la
constelación del Carnero, a partir de estudios de inscripciones en
tablillas, bajorrelieves e investigación estadística metereológicos con
ingresos de la Luna determinó con Donald Bradley que la estrella de
la Espiga de la Virgen, Spica, era el 0º de Libra, y por ende su
opuesto el 0º de Aries. Lo interesante es que posicionando así el
Zodíaco estelar, dos estrellas rojas muy brillantes exactamente
opuestas entre sí quedaban con toda precisión ubicadas en la mitad
(15º) de Tauro Aldebarán, el ojo enfurecido del Toro, y en 15º de
Escorpio Antares, el corazón sangrante del Escorpión (Fagan, 1988).
Asimismo, la Esfinge de Gizeh y sus antecedentes mesopotámicos y
luego griegos (el mito de Edipo) reúnen a los cuatro signos fijos (el
cuerpo del Toro, las patas del León, las alas del Águila –Escorpio–, y la
cara del Hombre –Acuario–) en la "Cruz de Poder", llamada así por su
asociación con la concentración centrípeta de energía (contrapuesta a
la liberación centrífuga asociada con los ejes cardinales) muy tenida en
cuenta por la Magia Ritual de los esoteristas renacentistas y del siglo
XIX y presente a lo largo de toda la Edad Media en los rosetones de
las catedrales y otros íconos religiosos que representaban a los cuatro
evangelistas con las figuras animales mencionadas rodeando a Jesu-
cristo con sus respectivos signos zodiacales.
No hay elementos suficientes para asociar esta presencia del
centro de los signos fijos a un uso arcaico de su aspecto astrológico
correspondiente de 45 y 135°, más bien lo contrario. A partir de las
investigaciones realizadas por Robert Schmidt y Robert Hand al frente
del Proyecto Hindsight, aquel titánico emprendimiento de recuperación
del pasado astrológico de Occidente, ya no queda casi lugar a dudas
de que durante todo el período helenístico los astrólogos contaban sus
aspectos astrológicos "por signo" (o mejor dicho, "por Casa", que en
ese entonces era lo mismo), e inclusive el Tetrabiblos de Ptolomeo
permite ser leido de ese modo. Gradualmente durante la Edad Media y
al principio por influencia árabe se fue pasando, de contar por signos, a

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 277


medir el ángulo entre los planetas, interpretándose luego los textos
antiguos según esa práctica.
Recién podremos asociar oficialmente los ángulos de 45 y
135 con aspectos astrológicos desde la fértil propuesta de Johannes
Kepler (1571-1630), quien, dentro de una época ya instalada en el
conteo de grados en vez de signos enteros, y a partir de sus propias
búsquedas astronómicas, matemáticas y místicas, propuso en 1619 en
el capítulo VI de su Harmonica Mundi Libri V las divisiones del círculo
por 12, 8 y 5, generando así el semisextil, el quincuncio, la semicua-
dratura, la sesquicuadratura, el quintil y el biquintil. Estos aspectos
tardaron un tiempo en imponerse dentro del pensamiento astrológico,
si bien ya Nicholas Culpeper (1616-1654) los tuvo en cuenta al hablar
de las ocho fases críticas de la Luna en su tratado sobre el
Decumbiture (la Carta horaria levantada para el momento que se cae
enfermo), puntualmente retomado en 1647 por William Lilly en su libro
canónico sobre Astrología horaria en el capítulo correspondiente a
preguntas sobre salud: "En cuanto a las crisis o a los días críticos: Si
no se trata de una enfermedad crónica, podrá notar cómo el paciente
sufre grandes alteraciones en aquellos momentos en los que la Luna
se sitúe a una distancia de 45, 90, 135 y 180 grados de la Figura."
(Lilly, 1989 p.171).
Estos aspectos (exceptuando la serie de los quintiles, que tar-
dó más tiempo en popularizarse) fueron definitivamente incorporados
por los astrólogos del resurgimiento astrológico del siglo XIX, tal como
lo evidencia la edición de 1852 de Zadkiel del libro de Lilly recién
mencionado, en su listado inicial de los aspectos (Lilly, 1989 p.31).
Unas décadas después, las ocho fases lunares se instalan en la
Astrología Humanística a partir de la doctrina de los ciclos desarrollada
por Rudhyar y sus consecuentes "ocho tipos de lunaciones de person-
alidad" (Rudhyar, 1987, Cap. III). Paralelamente, en Alemania, Alfred
Witte y su brillante discípulo Reinhold Ebertin desarrollarán un sistema
astrológico completo que funda sus bases en las relaciones angulares
entre los planetas y sus puntos medios, tomando en cuenta divisiones
del círculo por 2 (180), por 2x2 (90) y 2x2x2 (45), llegando eventual-
mente a la división por 16, con el aspecto de 2230', la semisemi-
cuadratura, usada por algunos de los practicantes de esta escuela.
La justificación para utilizar exclusivamente múltiplos del 2 es
intrínseca a la técnica de las equidistancias o puntos medios, en donde
se divide por ese número, y al hecho de que la escuela fundada por
Ebertin, llamada "Cosmobiología", buscaba, como su nombre lo indica,
278 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
describir y predecir fenómenos perceptibles en la realidad material
tales como las enfermedades y los comportamientos observables, y las
crisis físicas y eventos físicos en general han sido más bien asociados
tanto antes como ahora con los aspectos así llamados "inarmónicos".
Pero Ebertin lo deriva de su experiencia y es la base de un sistema
practicado en exclusiva desde hace décadas por miles de astrólogos.
Más cerca en el tiempo, las famosas estadísticas de John H.
Nelson en su trabajo comisionado en 1950 por la RCA demostraron sin
lugar a dudas y de un modo impresionante (Dean, 1977 p.309) que la
recepción de ondas de radio se ve mucho más perturbada cuando los
planetas del sistema solar guardan entre sí relaciones angulares de
45 y sus múltiplos (los tradicionales aspectos inarmónicos, aquí medi-
dos heliocéntricamente). Al mismo tiempo, la teoría de las Armónicas
desarrollada por John Addey en Londres amplificó y fue acostumbran-
do a los practicantes modernos de la Astrología a la división del círculo
en números distintos al 12 y sus submúltiplos. De este modo, hay ya
una rica bibliografía interpretativa rodeando los aspectos de semicua-
dratura y sesquicuadratura sobre la cual haré una breve referencia.
Bil Tierney, autor contemporáneo representativo no tanto por
su originalidad como por la popularidad surgida de su claridad de
expresión al transmitir contenidos convencionales, escribe que la semi-
cuadratura nos hace "inadaptables y resistentes a aceptar los cambios
necesarios en nuestro medio ambiente", así como "susceptibles,
críticos", y la asocia con "persistencia y propósito", "respuesta tempe-
ramental", "irritabilidad, cansancio y una tensión friccional importante."
(Tierney, 1990 p.28). Por otro lado, la sesquicuadratura hace "reaccio-
nar irracionalmente o comportarse sin moderación a expensas de los
demás" y sentirnos "fácilmente incomodados, emocionalmente inesta-
bles" (Tierney, 1990 p.47).
El español Demetrio Santos también sigue la tradición cuando
asigna a la semicuadratura la palabra clave "fricción", y a la sesquicua-
dratura, "agitación, inquietud" (Santos, 1978 p.133). Tito Maciá, quien
junto a Miguel García ha llevado adelante una formidable investigación
sobre los armónicos, afirma que el octavo, generador de los aspectos
mencionados, "se relaciona con sucesos que provocan miedo, inquie-
tud, desasosiego, nerviosismo, excitación sexual e hiperactividad,"
(Maciá, 2001), así como con "momentos de bloqueos, detenciones o
sobreesfuerzos, pérdida de libertad, ataduras severas o excesiva
dependencia de otros." Respecto de su investigación vinculando los
armónicos con las glándulas, afirma que "este armónico tiene relación

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 279


con la adrenalina", y que "representa la fuerza de los deseos", es decir,
"situaciones en las que el mundo circundante pone delante del indivi-
duo a los objetos de sus deseos", provocando así una "neurosis de an-
gustia", "fricciones", "estrés". "Se encuentra uno a sí mismo en un am-
biente desalentador y se siente incapaz de cambiarlo" y, por consi-
guiente, "depresivo". En suma, "tiene una cierta similitud con el planeta
Plutón".
Es interesante preguntarse qué relación guardan estas inter-
pretaciones, bastante congruentes entre sí y empíricamente verifica-
bles, con los puntos análogos del círculo de Casas que veremos a
continuación, así como con la división del Zodíaco en tramos de 15.

II.2. Las divisiones por ocho del círculo de Casas


El astrólogo francés Patrice Guinard, quien se ha destacado
en los últimos años por su intensa promoción del acercamiento entre el
mundo astrológico y el académico, ha desempolvado de una supuesta
antigua tradición la división del círculo de Casas en ocho partes
(Guinard, 1999). Si bien sus referencias son fundamentadas, el trabajo
no es concluyente. Robert Schmidt dice que en el siglo II D.C., en su
"Antología", Vetius Valens "menciona un sistema de ocho divisiones
aparentemente usado por Nechepso/Petosiris", autores legendarios
que parecen haber escrito en el II A.C. (Schmidt, 1996). Pero también
fueron ellos quienes supuestamente legaron de Hermes el Dodeca-
topos (doce lugares), a diferencia del Octotopos (ocho lugares), al que
se pretende anterior. Cyril Fagan señala que la división en ocho era
temporal, más que estrictamente espacial (Fagan, 1988, Cap. 19) y
que, como tal, seguía el orden del movimiento diurno de los astros en
el cielo, es decir en el sentido de las agujas del reloj (contrario al orden
zodiacal). Estaba emparentado con las horas romanas, el sistema óc-
tuple de división de tiempo que luego sobreviviría en las horas canóni-
cas de la orden benedictina.
El sistema, según Fagan, está copiosamente ilustrado en los
horóscopos más antiguos de que nos queda registro, pero Geoffrey
Dean y otros (Dean, 1977 p.168) han sido bastante reacios a dar por
ciertos sus asertos, dado que en el estudio detallado de horóscopos
griegos antiguos de Neugebauer y Van Hoesen, no se menciona nin-
gún sistema de 8 Casas, sólo 12 Casas contadas en la misma direc-
ción que los signos y por otro lado "un estudio similar de Bouché-
Leclerq cita un sistema de 8 Casas dado por Manilius alrededor del 10

280 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


DC (150 años antes de Ptolomeo), pero el Asc y el Mc definen
cúspides, el orden del conteo es oscuro y los significados de las Casas
son diferentes a los de Fagan", opinión con la que coincido plenamente
luego de varias lecturas de la traducción de Santos de Manilius
(Manilius, 1982) y el trabajo mismo de Guinard. De todos modos, hay
suficientes referencias como para suponer que hubo alguna vez
alguna división del cielo local en ocho partes.
Por su parte, Reinhold Ebertin, quien en su sistema descartó a
todos los sistemas de Casas por considerarlos contradictorios y poco
fiables, utilizó mucho el punto medio entre el Ascendente y el Medio-
cielo, así como su oposición y cuadraturas, es decir, las equidistancias
a los ejes de la Carta. No como sistema de división de Casas, sino
como puntos sumamente sensibles de la Carta, generando de nuevo
una doble cruz local. Sin dar mayores especificaciones interpretativas,
considera que "cuando son activadas por progresiones o tránsitos,
indican importantes períodos de la vida" (Ebertin, 1960 p.214), y que
representan "la relación entre el Ego y la Personalidad", "el tipo
fenoménico (la representación pictórica de la propia apariencia)". En
escritos de Astrología médica los vincula a áreas sensibles en términos
orgánicos, de fácil somatización, interpretación que podemos asociar
con la acumulación de toxinas propia de estas zonas centrípetas, a
diferencia de la posibilidad de acción y extroversión vinculada a los
planetas angulares. Como sea, este importante punto medio es ya tan
popular que aparece consignado directamente en las Cartas (junto con
el PM Sol/Luna) en muchas opciones de programas de computación
no específicamente ligadas a esta técnica (ej.: Winstar).
Otro astrólogo alemán, Alexander Marr, trabajó también la
equidistancia a los ejes pero en términos estrictamente domales. En el
sistema topocéntrico de Casas (al que abrazó desde su creación), los
polos de las cúspides se logran con fracciones proporcionales de la
tangente de la latitud geográfica. Así como en el Mediocielo es 0, y en
el Ascendente es la tangente de dicha latitud, en el punto medio, será
media tangente. Aplicando dicho polo a la mitad de las Casas suce-
dentes, logró dos ejes sensibles a los que llamó H1 y H2. Según la
reconocida astróloga británica Dra. Margaret Millard, "Alexander Marr
descubrió la importancia de los “ángulos medios” cuyos puntos de
AO/DO se encuentran sumando o restando 45 de la ARMC." (Millard,
1975 p.26) y el mismo Marr comenta que "tanto el H1 como el H2 se
los ha encontrado efectivos en relación con las Direcciones Primarias"
(Marr, 1986 p.12). Los incluyó en su segundo libro Análisis y Predic-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 281


ción (Marr, 1986) en todos los dibujos de los mapas natales así como
en unas pocas direcciones primarias, aunque luego ya no son mencio-
nados en sus tres libros siguientes.
Las legendarias estadísticas de Michel Gauquelin también
invitan a pensar en una estructura óctuple, si consideramos no sola-
mente las crestas o picos de la curva de distribución, sino también las
depresiones. Los esposos Huber lo hicieron al hablar de zonas
"expansivas" que rodean a los ángulos, es decir, las Casas angulares
y cadentes, y zonas "contractivas" en su equidistancia, es decir, las
Casas sucedentes. Según ellos en las zonas expansivas se destacan
los "procesos" (Huber, 1994 p.84), vinculables a las luminarias (las
Casas angulares con Sol y las mutables con Luna), mientras que en
las zonas contractivas, es decir las Casas sucedentes, "no hay proce-
sos dinámicos, no hay eventos sino estados, estados fijos y estables"
(p.101). A dichas zonas contractivas "las comparamos mas bien con el
principio saturnino: estabilizando, afirmando, delimitando" (p.85).
En rigor las Casas sucedentes eran el Locus Piger (lugar pere-
zoso) de la Astrología clásica y en esa línea insistieron los siderealistas
Cyril Fagan y Ronald Bradley (quien también escribió con su
seudónimo Garth Allen) cuando dividían las tres cruces de Casas en
tres niveles graduales de intensidad de expresión de los planetas
presentes: "primer plano" (foreground) en las angulares, "medio plano"
(midground) en las sucedentes y "trasfondo" (background) en las
cadentes (Fagan, 1988), muy acorde con la tradición occidental. Pero,
más que tripartito, el sistema pareciera acercarse a una inmensa
armónica 4 con sus depresiones en las Casas sucedentes, dado que
es "en las cúspides de" dichas Casas que hay "acción lenta", y en las
de las cadentes, una "nota sorda", un "futuro distante", "horizontes
remotos" (Fagan, 1988 p.184). Por consiguiente, el espacio perezoso
se da gradualmente entre las cúspides de las sucedentes y las caden-
tes, es decir, en la superficie toda de las sucedentes; y esto más aún si
consideramos que tanto los siderealistas como la tradición occidental
toman la angularidad y el comienzo de las Casas unos cinco grados
antes, siguiendo la indicación ptolemaica. Son, como señala Robert
Schmidt, las Casas que se dan "después del ascenso" (epanaphora),
el nombre que les daba la Astrología helenística (Schmidt, 1999/2000),
sugiriendo de nuevo la idea de una depresión física, frente a las
crestas o picos estadísticos de Gauquelin justo antes de los ángulos.
Como decía Manilius, "No debes contentarte con haber deter-
minado los círculos cardinales. Hay que tener en cuenta el espacio

282 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


situado entre ellos, en estos grandes espacios también se muestra su
energía." (Manilius, 1982 p.72). El asunto es determinar qué tipo de
energía. ¿Tendrá que ver con la interpretación antes referida (II.1) res-
pecto de los aspectos múltiplos de 45, es decir, el centro de los signos
fijos?
En su sistema de ocho fases lunares, Rudhyar asocia a los
puntos correspondientes a éstas con contenidos que parecieran suge-
rir los signos y Casas relacionados. En la primera semicuadratura "em-
pieza a aparecer un estado de tensión más o menos agudo" (Rudhyar,
1987 p.57), y "se puede decir que en la fase de 45 grados del ciclo Sol-
lunar, el mundo exterior ataca al organismo en expansión, mientras
que en la fase de 135 grados, es el individuo quien deliberadamente
quiere aplastar a cualquier obstáculo en su camino" (p.58), remitiendo
al simbolismo leonino y de Casa V. La siguiente sesquicuadratura,
"con respecto a las finalidades básicamente sociales, produce un senti-
do creciente de responsabilidad; pero por otra parte, si la configuración
opera negativamente, ocasiona un sentimiento de derrota o de ´¿de
qué sirve?´" (p.61), como en Escorpio y Casa VIII, y en la última
semicuadratura, "entramos en el terreno... del sacrificio personal. El
personaje simbólico que concentra sobre el drama social y el mártir"
(p.62), como en Acuario y Casa XI. Allí "entramos en el territorio de la
siembra de la semilla."
Respecto de las perezosas semillas, fundamentales al pensa-
miento de Rudhyar, y acercándonos al tema que nos ocupa, nos acla-
ra que éstas "poseen una superficie muy resistente, y su principal atri-
buto es que no se pueden modificar. Se crean sobre la fuerza de la ne-
cesidad extrema y de la fuerza intransigente e inflexible que se perpe-
túa a sí misma."

II.3. Los aspectos múltiplos de quince grados


La astróloga Kay Cavender en la página web del siderealista
Magee (www.magee.demon.co.uk) sostiene que "admitir que los arcos
de 45 y 135 son funcionales es admitir el arco de 15 como un todo",
opinión que suscribo. La profusa utilización en este último siglo de
todos los aspectos múltiplos de 30 y 45 (los mayores y menores "clá-
sicos"), lleva a considerar naturalmente el máximo común denomina-
dor de todos ellos, es decir, el ángulo de 15. Sus antecedentes
posibles en la Astrología hindú serán tratados en el próximo apartado

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 283


(II.4), mientras que en éste desarrollaremos algunas de sus expresio-
nes en la Astrología occidental contemporánea.
Es difícil precisar con total certeza quién comenzó exactamen-
te a estudiar este aspecto y sus múltiplos menos conocidos (75, 105
y 165). Casi todos los astrólogos que fueron proponiéndolo tenían en
común la práctica intensiva de la rectificación como una forma de
investigación astrológica. Quizás el hecho se deba a que los aspectos
múltiplos de 30 (es decir, los aspectos mayores más el semisextil y el
quincuncio) son fáciles de ver de un simple vistazo para cualquier
practicante, sobre todo cuando se usan orbes pequeños, como
generalmente hacen los astrólogos al rectificar, dado que los factores
tienen aproximadamente el mismo gado. Y por otro lado, la forma de
ver asimismo fácilmente los aspectos múltiplos de 45 es sumarle 15
al valor a aspectar, y luego buscar con los mismos criterios que en los
múltiplos de 30, es decir, la repetición de aproximadamente el mismo
grado y minuto en otros signos. La mirada entrenada para localizar los
aspectos de la familia del octil (armónico 8: semicuadraturas y sesqui-
cuadraturas) llevó naturalmente a percibir también otras relaciones
exactas antes no vistas entre factores pertinentes a un evento con los
ángulos múltiplos de 15 hasta entonces no estudiados.
Ya vimos (II.1) que Ebertin y sus seguidores observaban y
difundían la posibilidad del uso de la semisemicuadratura (2230'). El
mínimo común denominador de 15 y 2230' es 730', y al respecto,
dos astrólogos de la talla de John Addey y Theodore Landscheit lo han
bautizado, en forma independiente, con el término "microaspecto"
(Dean, 1977 p.278). La reconocida astróloga Edith Wangemann, que
junto a decenas de discípulos realizó un importante trabajo sobre
rectificación de miles de casos, afirma que dichos microaspectos
tienen un matiz mercurial (Wangemann, 1975). Por su parte, John H.
Nelson los estudió en las estadísticas antes mencionadas referidas a
la recepción de ondas de radio (II.1), observando que "ángulos más
pequeños (7,30 grados y sus múltiplos) no tenían efectos por sí
mismos pero empeoraban la recepción ... cuando se relacionaban con
un aspecto duro." (Dean, 1977 p.309). Es decir, se potenciaban o
revelaban como más intensos o significativos cuando eran parte de un
síndrome armónico, o en otras palabras, de una configuración formada
por múltiplos de dicho valor, confirmando así la observación común a
todos los estudiosos de las armónicas y los aspectos sutiles en
general.

284 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


En la década del '20 el genial Edward Johndro, creador del
Vértex y de los Equivalentes Geodésicos, había propuesto un fárrago
un poco demasiado variado e inconexo de palabras clave para los as-
pectos múltiplos de 15 (Johndro, 1929), y a tal punto es probable
pionero en la observación de estos ángulos, que el aspecto de 165 es
llamado por Zane B. Stein "the Johndro aspect" (el aspecto Johndro).
Edith Wangemann dice que el de 15 "es un aspecto muy importante"
(Wangemann, 1975) y los astrólogos creadores del sistema topocén-
trico, Vendel Polich y Anthony Nelson Page, también validan a dicho
ángulo y sus múltiplos menos conocidos (Polich & Page, 1970 p.120),
del mismo modo que la norteamericana Laurie Efrein en su excelente
libro sobe rectificación (Efrein, 1988 p.200).
La anteriormente citada siderealista Kay Cavender comenta
que quien la introdujo a estos aspectos fue el libro de Edward R.
Dewey Cycles, the mysterious forces that trigger events, publicado a
mediados del '70 a partir de las investigaciones de John H. Nelson.
Este útimo había observado que "dos planetas separados por 45
grados o por otro múltiplo de 15 grados, y con otro tercer planeta con-
junto, cuadrado u opuesto al punto medio, usualmente no tenía mucho
efecto por sí mismo, pero empeoraba la recepción ... cuando cualquie-
ra de los tres planetas estaba ligado a otro aspecto duro" (Dean 1977,
309). Pocos años después del trabajo de Nelson, John Addey, en una
estadística sobre obesidad, encuentra aspectos de Luna/Neptuno y de
Venus/Saturno sin excepción: "Los aspectos eran mayores y menores
más los de 75/105/165 grados; los últimos tres sumaban un 25% del
total" (Addey, 1957).
La astróloga María Vicenta (Rubí) Leza, Presidente y Directora
de la Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires (Caba) durante la
década del '90, trabajó exhaustivamente con estos aspectos. Al res-
pecto, opinaba que el ángulo de 15 era la mínima unidad perceptible
por el hombre, ya que resulta de la división del círculo por 2x2x2x3, los
números presentes en los aspectos mayores y menores "clásicos",
algo así como un ladrillo básico en la interacción aspectual de dos
símbolos astrológicos. Compone todos los aspectos mayormente
usados, así como otros menos conocidos, múltiplos de 15 pero no de
30 y 45. Leza especializó su mirada sobre cada uno de estos ángu-
los sobre todo al rectificar, observando en eventos dados su interac-
ción entre cúspides y planetas (II.5).

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 285


El aspecto de 15 propiamente dicho, al estar todavía "dentro"
del signo de Aries (si comparamos ángulos de aspecto con la secuen-
cia zodiacal correspondiente expresada en grados), dada la analogía
natural de Aries con la Casa I que propone la modernidad, tendrá una
manifestación primitiva, primaria y, sobre todo, física del simbolismo
involucrado, dado que todavía no pudo acceder al primer paso en la
evolución natural de la consciencia en los doce pasos arquetípicos del
Zodíaco. Análogamente, su ángulo suplementario, el aspecto de 165,
al ser un aspecto de 15 "al lado del Descendente", refleja una mani-
festación física y primaria del simbolismo pero con una importante
presencia "del otro" (Libra y Casa VII) o somatizaciones (Virgo y Casa
VI), revelándose por ello más difícil. Las interpretaciones de otros
astrólogos no están tan lejos de las interpretaciones de Leza, también
confirmadas por mi experiencia personal.
Vendel Polich y Anthony Nelson Page afirman, por su parte,
que "los aspectos de 15, 75, 105 y 165; [son] todos aspectos que
zodiacalmente tienen valor y cuya cualidad es permitir más o menos el
retorno a la normalidad; o sea que el significado de los aspectos de 15,
75 y 105 es llegar a un estado normal, sin trabas. El aspecto de 165,
en cambio, incluye ya en sí algunos trastornos." (Polich & Page, 1970
p.120). Selma Polich, hija de Vendel Polich y gran investigadora en el
área de estadísticas, confirmaba en sus cursos de Direcciones
Primarias dictados en el Caba el costado desagradable del aspecto de
165, vinculándolo a Saturno, mientras veía en el de 15 un aspecto
más débil, vinculado a Mercurio y a la posibilidad de obra, de hacer
cosas (Rodríguez Vázquez, 2003). Y si bien Edith Wangemann tiene
miradas más suaves sobre estos ángulos, vinculando el de 15 a
Venus y la armonía, especialmente corporal (es decir, la salud), y el de
165 con un "talento especial por el cual uno puede diferenciarse"
(Wangemann, 1975), por su parte Laurie Efrein, quien llama "especia-
les" a los aspectos de 75, 105 y 165, afirma que "acompañan a
estados de inquietud. El aspecto de 165 parece ser más agresivo y
agobiante que los otros dos. En la delineación natal, este aspecto
significa persistencia eterna (como lo clarificaron W. Kenneth Brown y
Al H. Morrison)... parece mostrar los efectos que permanecerán mucho
después de haber ocurrido un suceso." (Efrein, 1988, p.201).
Efrein relaciona los aspectos de 75 y 105 con "estados cróni-
cos o insidiosos de los asuntos, con ramificaciones poco claras, ansie-
dad, motivaciones ambivalentes, efectos que se prolongan." (Efrein,
1988 p.201), y agrega que son "puntos de ´no puedo tomar una deci-
286 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
sión´", y que "donde ocurren abundantemente, las nubes en la vida del
nativo tardan en desaparecer." Wangemann también opina que "tienen
que ver con el decidir" (Wangemann, 1975). Selma Polich vinculó a
75 con un costado irritativo, relacionado a Marte, y el 105 con un
matiz realizador y benéfico, más placentero, relacionado con Venus
(Rodríguez Vázquez, 2003). Análogamente, Leza vió en el primero un
matiz de libertad, mientras que en el segundo, suplementario, un claro
componente de no libertad, de sujeción a las iniciativas ajenas. Existen
además otros trabajos positivos de investigación sobre estos aspectos
realizados por estudiosos latinoamericanos del Sistema Topocéntrico
cuyos detalles desconozco.
Indudablemente hay discrepancias en la interpretación puntual
de cada aspecto y no tienen todavía un nombre consensual: Kay
Cavender propone los de "cuartisextil" (15), "postsextil" (75), "pretrígo-
no" (105), "postquincuncio" (165), y junto al investigador argentino
Roberto Martori fallecido en 1992 habíamos propuesto para los 75 y
105 el de "semiquincuncio", pero dada la falta de un uso generalizado
preferí mencionarlos aquí a todos por su número de grados, como es
la usanza. Más allá de las discrepancias, han sido muchos los
astrólogos de renombre que postularon en el siglo XX una efectividad
de todos los aspectos múltiplos de 15, tal como se vio en este aparta-
do (II.3), sobre todo cuando operan en configuraciones armónicas de
sus múltiplos, por lo cual algún valor seguramente deben tener. Y
como dijo Wangemann, "quince grados es la mitad de un signo, y
existe una teoría de que las dos mitades del signo representan los
lados elemental e intelectual del ser." (Wangemann, 1975). Sobre esta
división de signos y Casas en dos mitades es que posaremos ahora
nuestra mirada.

II.4. Las divisiones de las Casas en mitades


Está ampliamente atestiguado que durante siglos los astrólo-
gos occidentales (y todavía hoy los hindúes, quienes mantuvieron la
herencia helenística recibida) contaban los aspectos astrológicos por
signo y no con la medición del ángulo correspondiente, por lo cual se
trabajó con los aspectos múltiplos de 30. Si luego, ya instalada tras un
proceso gradual la práctica de medir el arco, se pudo dividir a los
signos fijos en mitades con las semi y sesquicuadraturas, el partir al
resto de los signos en dos fue una consecuencia inevitable. Pero no

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 287


necesariamente moderna, ya que hay sólidos antecedentes en la As-
trología india.
Dentro de la ancestral técnica de las Amsas, a la que moder-
namente se llama "Cartas armónicas" por su similitud parcial con las
técnicas desarrolladas hace unas décadas por John Addey, existe la
Carta Hora, "el armónico 2", que, sin ser idéntico matemáticamente a
éste, divide a todos los signos en dos mitades, marcando con su línea
divisoria 24 tramos de 15 grados en el Zodíaco. En ella, la primera
mitad de los masculinos es solar y la segunda, lunar, ocurriendo lo
inverso con los signos femeninos. La asocian con cuestiones
generales y, más específicamente, de Casa dos. También tienen una
Carta "armónica 24", en este caso de hecho más cercano a nuestro
concepto de armónicas, llamada Siddhamsha, a la cual asocian con el
desarrollo espiritual, las capacidades parapsíquicas y los estudios
superiores. No hay rastros de uso difundido de una "armónica 8", y
esto es característico de la cultura india, que da en general más
importancia al número 3 y sus múltiplos, y nos muestra además que
esta división zodiacal en 8 no estaba todavía instalada en el período
helenístico, que es cuando los hindúes asimilan el grueso de la teoría.
Lo más interesante aquí, sin embargo, es el término Hora,
dado a la segunda Amsa. Remite, por supuesto, al concepto de "hora"
en el sentido temporal, creado por los babilonios y con probables
antecedentes sumerios, es decir, la división todavía hoy operativa del
día en veinticuatro partes, que naturalmente implica que a cada uno de
los doce signos zodiacales le correspondan aproximadamente dos
horas (también deriva de dicha palabra nuestro conocido "horóscopo").
La práctica de la antigüedad, previa a la sistematización de los relojes
mecánicos, consistía en dividir tanto a la noche como al día en 12
partes iguales, acorde a la extrema importancia que tenía dicho núme-
ro en la cultura babilónica. A cada hora le fue asignada uno de los siete
miembros visibles del sistema solar y así se constituyó, de paso, el or-
den del nombre de los días de la semana hoy vigente. Demetrio San-
tos opina (Santos, 1978) que la importancia de las horas planetarias,
así como de toda división armónica del círculo (espacial o temporal),
radica en los momentos de cambio, es decir, el "punto" crítico en el
espacio o en el tiempo en el que se pasa de un "bloque" al otro (la
intersección de la sinusoide con la circunferencia propiamente dicha).
Yo he confirmado esa opinión, sobre todo en las divisiones en
7 del año usadas por los Rosacruces (fuente de la tan difundida idea
de que los últimos 52 días previos al cumpleaños son saturninos), en

288 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


donde el día del año personal en que se daba el paso de un planeta al
otro marcó en muchos casos acontecimientos fundamentales de la
vida del sujeto acordes al simbolismo combinado de los dos planetas.
También de hecho los astrólogos usamos dicho concepto cuando
consideramos el grado zodiacal 29 como crítico, los aspectos en
general o la división en Casas, dando valor al área de la cúspide como
zona sensible. Desde este punto de vista el sistema de Casas de
Plácidus, llamado "temporal", es el que verdaderamente refleja esta
división, así como, desde otra perspectiva, el topocéntrico. Dicha divi-
sión en 12 y luego en 24 es la que mejor se ajusta a las 24 horas
planetarias de un día (no uniformes si tomamos al reloj como paráme-
tro). En suma y con otras palabras, podemos considerar las tradiciona-
les horas planetarias como divisiones en mitades de las doce Casas
de Plácidus o las topocéntricas. El reconocido investigador norteameri-
cano Charles Jayne propuso también por su lado una división del
círculo de Casas de Plácidus en veinticuatro partes (Jayne, 1975).
Sin embargo los hindúes, más allá de la significativa relación
entre el segundo Amsa y las veinticuatro horas, tenían y usan todavía
otra división por la mitad de las Casas astrológicas. El sistema de
Casas más popular es el sistema de "signos iguales", históricamente
previo al de Casas iguales y usado por la gran mayoría de los astrólo-
gos del mundo durante todo el período helenístico (siglos IV A.C. a IV
D.C.), partiendo como Casa uno del signo ascendente completo, el
Rasi (signo) Lagna (ascendente) Chakra (rueda), o del signo de la
Luna, el Rasi Chandra (Luna) Chakra. Pero también existe, entre las
múltiples Cartas anexas propias de su Astrología, un sistema de Casas
más incluyente del espacio local tal como nuestra tradición lo ha ido
desarrollando y que es el que nosotros conocemos como de Porfirio (si
bien es anterior al de dicho astrólogo; Schmidt, 1996), y que consiste
en la trisección (división en tres partes iguales) del arco de eclíptica
comprendido entre el Mediocielo y el Ascendente. La presencia de
este sistema atestigua los últimos contactos de la Astrología hindú
clásica con el Occidente y "está descripto en libros Paddhati en
sánscrito y muy utilizados en la India" (Ojha, 1972 p.93). Sin embargo,
tanto el erudito védico norteamericano David Frawley como muchos
otros autores hindúes prefieren el sistema de Casas iguales (el que to-
ma el Ascendente como cúspide de Casa uno y luego prosigue con di-
visiones de 30 iguales) por considerarlo anterior y, por ello, más fiable,
acorde a la actitud tradicionalista característica de esta cultura (Ojha,
1972 p.94; Kapoor, 1976, p.73). De todos modos, ambos sistemas no

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 289


arrojan demasiadas diferencias en las latitudes geográficas bajas
propias de la India.
Estos sistemas de Casas, sean el de Porfirio o el de Casas
Iguales, son considerados de un modo muy diferente al modo occiden-
tal actual: "En la Astrología Hindú la cúspide es el punto medio o centro
de la Casa y ésta se extiende 15 a cada lado." (Ojha, 1972 p.94). Es
decir que la Casa propiamente dicha comienza en la mitad de la Casa
anterior y "la cúspide es el punto medio de la Casa" (Kapoor, 1972,
p.75). Las posiciones por presencia de los planetas se hacen tomando
en cuenta este criterio, mediante el Bhava (morada) Chalit (íd.) Chakra
(rueda) y en cambio las regencias de los planetas para cada Casa se
toman en cuenta considerando las cúspides propiamente dichas, me-
diante el Bhava Madya (cúspide) Chakra. A la cúspide se la toma
como un lugar de posibilidad de máxima expresión de un planeta, y en
el método de evaluación de las fuerzas relativas llamado de "fuerza
residencial", estará más fuerte cuanto más cerca esté de ella siguiendo
una simple regla de tres, y más débil cuanto más alejada, es decir,
más cercana a los puntos de inicio de cada Casa, llamados Sandhi, y
que son, sencillamente, el punto medio entre cada par de cúspides.
Según palabras del legendario B. V. Raman, "si un planeta está en
Bhaba Sandhi está totalmente impotente y los resultados que produce
son prácticamente nulos" (Raman, 1992 p.5).
Robert Schmidt, en su investigación realizada sobre la Astrolo-
gía helenística (como dijimos, mantenida todavía hoy por los hindúes),
encontró que también allí al hablar de las Casas se diferenciaba el
concepto de topos (lugar) del de oikos (domicilio), tomando al primero
para la presencia, y al segundo para las regencias (de ahí viene
nuestra terminología familiar de "planeta en domicilio" para hablar de
regencia). Asimismo, las cúspides eran consideradas "un lugar de
actividad" (Schmidt, 1996) privilegiado de los planetas cercanos a ella.
En nuestro siglo, los astrólogos Bruno y Louise Huber también
estudiaron las posibilidades de expresión general de un planeta según
su posición dentro de una Casa.
Los Huber no dividieron exactamente las Casas en dos
mitades, sino que tomaron la así llamada "división áurea", la conocida
proporción atesorada por el mundo clásico y renacentista (y en
muchas ocasiones por el ocultismo), consistente en la relación
(a/b)=(b/(a+b)), hallable en muchas formas de la naturaleza. Dicha
proporción divide la unidad (0.382 + 0.618) en un punto análogo al de
las intersecciones internas del pentáculo o estrella de cinco puntas.

290 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Según ellos, la división de cada Casa según esa proporción "ha sido
encontrada pragmáticamente, luego de arduas investigaciones"
(Huber, 1994 p.133). Aplicando dicha división hacia uno y otro lado del
arco eclíptico de una Casa, definieron dos puntos, a los que llamaron
"puntos de reposo", considerados como "puntos muertos" (al primero
lo llamaron también "punto de inversión).
Según ellos, "en las cúspides de las Casas, las fuerzas se
dirigen hacia afuera (centrífuga) y en los puntos de reposo caen sobre
ellas mismas (fuerza centrípeta)" (p.135). "La región de las cúspides de
las Casas son zonas muy activas de rendimiento. Las fuerzas se acu-
mulan y son dirigidas intensamente hacia el exterior, potencializadas al
máximo. ... Las capacidades correspondientes indicadas por los
planetas pueden ser utilizadas plena y eficazmente en la vida. ... Reac-
cionan intensamente a estímulos exteriores y encuentran confirmación
por el entorno" (p.137). En cambio, en los puntos de reposo, "las fuer-
zas estimulantes que dan los impulsos llegan a pararse. La actividad
vital está frenada y dirigida hacia los sectores interiores de la vida"
(p.143). Los planetas allí "son eficaces en el interior y no pueden ser
utilizados plenamente en la vida exterior. Necesitan impulsos estimu-
lantes especiales y, con frecuencia, un largo tiempo de desarrollo"
(p.138) y "hay una falta de confirmación por el entorno en la medida
deseada" (p.146).
De modo que en la "curva de intensidad" que ellos proponen,
"en cada una de las cúspides de las Casas están las fuerzas más
vitales e impulsadoras de la Casa, y en los valles, los llamados ´puntos
de reposo´, las fuerzas reposan, se unen, se asimilan y maduran para
ser utilizadas en nuevos hechos" (p.135). Pero si bien toman en cuenta
los dos lugares surgidos de aplicar la división áurea hacia uno y otro
lado en la Casa, también analizan los tramos previos y posteriores a
los tres puntos críticos (la cúspide, el punto de inversión y el punto de
reposo): "un planeta antes del ´punto de reposo´ estará sometido
fuertemente a las fuerzas de persistencia y de estancamiento" (p.147).
Lo interesante para el tema que nos ocupa es que, si realmente la
zona central de la Casa que se extiende entre los dos puntos
"muertos" (el punto de inversión y el de reposo) y a la cual ellos
asociaron con los signos fijos (dado que la primera parte sería cardinal,
y la última, mutable) tiene una dimensión aproximada de 7 en una
Casa promedio de unos 30, se extendería entonces a unos 330' de
cada lado del punto medio de la Casa, un orbe bastante aceptable de

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 291


conjunción si consideramos a dicho punto medio como un punto
sensible, aunque fuera en un sentido negativo.

II.5. Los aspectos a las cúspides intermedias


Los primeros aspectos mencionados en la literatura astrológi-
ca son interplanetarios, pero ya desde la época helenística tenemos
referencias de que se tomaba el aspecto de un planeta al Ascendente,
aunque se computara considerando el aspecto que tenían naturalmen-
te los signos correspondientes entre sí. Ya señalamos que durante la
Edad Media se fue pasando de aspectar por signos a considerar el
ángulo concreto entre los dos factores, fueran dos planetas o, más
adelante, un planeta y el Ascendente o el Mediocielo. A partir de esta
práctica, encontramos plenamente instalada en el siglo XVII, con su
hermosa culminación de la Astrología (lamentablemente en los dos
sentidos de la palabra), la práctica de aspectar también los planetas a
las cúspides intermedias, ejemplificada en dos insignes astrólogos: el
inglés William Lilly (1602-1681) y el francés Jean Baptiste Morin de
Villafrance (1583-1656), quienes usaron para ello en muchas ocasio-
nes el sistema de división de Casas de Regiomontanus.
En la habitual versión del libro de Astrología horaria de Lilly
que Zadkiel publicara en 1852, hay algunas menciones sobre el uso de
aspectos a cúspides intermedias: "Considere el signo situado en la
Casa dos, a su regente y a los planetas allí ubicados o en aspecto con
la cúspide, con su regente o con la Rueda de la Fortuna" (Lilly, 1989
p.121), "el regente del Ascendente arroja un buen aspecto a la cúspide
de Casa tres" (p.130); "Las cuadraturas formadas entre los Infortunios
y la cúspide de la Casa cinco indican que no habrá concepción"
(p.153). Y más importante, porque es un caso del mismo Lilly del 29 de
agosto de 1646 en el que hay menos dudas sobre una posible
tergiversación de Zadkiel: "Como Mercurio... formaba un aspecto de
Trígono con la cúspide de la Casa seis, deduje que el perro no se
hallaba demasiado alejado del lugar" (p.234).
El astrólogo argentino Spicasc, en una publicación dedicada
a revisar la obra de J. B. Morin, citaba los siguientes aforismos de
éste: "4) Son eficaces para un nativo dado los tránsitos sobre los
lugares radicales de las doce cúspides, los planetas y la Parte de la
Fortuna, como también sobre sus aspectos y antiscios" (Spicasc,
1977 p.45). Asimismo, determina el estado celeste de una astro
según "II - Los aspectos que recibe y emite a astros y cúspides"

292 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


(p.21) y a "XIII - La posición cercana o lejana de la cúspide de la
Casa que ocupa" (p.22). Alexander Marr, en un artículo también
dedicado a Morin, en el apartado "afirmaciones del autor basadas en
su propia experiencia y en aquellas reglas de Morin que son
viables:", comenta que "6. La experiencia muestra que todos los as-
pectos mutuos de planetas, como también los aspectos a las
cúspides de las Casas, tienen que ser muy exactos para realizar una
sólida interpretación de cualquier asunto." (Marr, 1987 p.5), y que "5.
(...) La influencia de planetas en ciertas Casas del mapa pueden pa-
sar inadvertidas a través de toda la vida a menos que ellos no estén
en conjunciones mundanas cerradas o aspectos zodiacales con cús-
pides de Casas o asociados con otros cerrados aspectos planeta-
rios." (íd).
En Buenos Aires, la tradición astrológica traida por los
inmigrantes europeos valoró en grado sumo la teoría de Morin,
popularizada sobre todo por la Astrología Racional de Adolf Weiss
(1946). En esa línea, la utilización de los aspectos a las cúspides
intermedias de Casas está ejemplificada en el libro de José Garaña
Astrología Magistral, también muy tenido en cuenta a durante la
década del '60: "Todo ocupante en fuerte aspecto (cuadratura, trígono,
oposición) exacto a la cúspide de un sector combina de un modo
íntimo su naturaleza y estado con los que presente el regente de éste"
(Garaña, 1961 p.323), "prevalecen el estado y disposición del aspecto
formado entre el regente y el radio que rija" (íd), "los principales
indicadores de (...) cambio próximo [dependen] del III sector (regente,
ocupantes y aspectantes al radio y dispositor del regente)" (p.349),
"Indices de pobreza: 1 Regente o radiolinde de II hostilizado por
Saturno, Neptuno, Plutón o Marte disonantes" (p.343). En su texto
llama a las cúspides indistintamente “radiolinde”, “radio” y “cúspide”
propiamente dicha.
A los referentes mencionados se suman los estudios
intensivos basados en las Direcciones Primarias desarrollados por
Erich Karl Küher, Friederich y Gustav Schwickert, Vendel Polich,
Nelson Page y Alexander Marr, entre otros, que hicieron un hábito el
considerar las relaciones de aspecto entre planetas y cúspides
intermedias en los sistemas predictivos. Finalmente, a partir de estos
referentes y sus investigaciones, Rubí Leza popularizó en Buenos
Aires la mirada sistemática de los aspectos de los planetas a las
cúspides en la Carta natal misma, tal como lo ejemplifica su artículo "El

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 293


Caso María Soledad" (Leza, 1996), así como en las técnicas predicti-
vas y en la rectificación.
El sistema de Casas utilizado prioritariamente fue el topocéntri-
co, nacido en la Argentina en la década del sesenta y setenta y que
arroja valores muy cercanos a los del sistema de Plácidus (en general
dentro de 1º), todavía el más popular en Occidente. Respecto de este
fenómeno comenta Dean: "Margaret Hone y otros han señalado que la
popularidad de Placidus se debe no a su mérito, sino al hecho de que,
entre 1700 y principios del 1900, eran las únicas tablas de Casas
disponibles" (Dean, 1977 p.168), y lo mismo podría imputársele a las
cúspides del sistema topocéntrico, dado que por la difusión iniciada por
Eloy R. Dumón de tablas de Casas calculadas para el hemisferio Sur,
resultó siendo el más utilizado en América del Sur y Central, así como
muy popular en el importante movimiento australiano y neozelandés.
Pero la experta rectificadora Laurie Efrein acota que, de todos modos
y, más allá de los supuestos motivos editoriales que justificaron su
popularidad, "el sistema de Casas de Placidus es el que cronometra
los acontecimientos externos de la vida con mayor precisión. No es
posible sustituirlo por el sistema de Casas de Koch o cualquier otro y
obtener los mismos resultados en la rectificación de Cartas" (Efrein,
1988 p.139). Las cúspides topocéntricas, como ya dijimos, no se hallan
lejos de las mismas.
No me extenderé en la apología que merece el sistema
topocéntrico de Casas, pero al ser el que tomo en cuenta para esta
propuesta, creo que se justifican algunas consideraciones. Por lo que
afirman sus autores Polich y Page (Polich y Page, 1984/5), surgió de
búsquedas experimentales y no de presupuestos teóricos, como todos
los otros. Por otro lado sintetiza con inmensa elegancia matemática
(léase, simplicidad: tercios de tangente de la latitud geográfica para los
polos de las cúspides) los tres sistemas previos de mayor basamento
lógico: Campanus y su correcta división del espacio local (trisección
del Primer Vertical), Regiomontanus y su correcta división de los
círculos de movimiento diurno de los planetas (trisección del Ecuador
y, por lo tanto, de los semiarcos) y Placidus y su correcta división del
tiempo (trisección de los tiempos de ascensión). Todo ello mediante el
proceso de pasar de fórmulas calculadas sobre la esfera a aquellas
aplicadas al llamado "cono de ascención", que modeliza el movimiento
real del cielo tal como es percibido por el observador, quien no está en
el centro de la Tierra sino en su superficie y consituye así su lugar
(topos) como centro del espacio vivido. Este sistema ha sido estudiado

294 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


y defendido internacionalmente por muchos astrólogos reconocidos
tales como Charles Harvey, Geoffrey Cornelius, Alexander Marr,
Margaret Millard, Chester Kemp, David Bennett, Dymock Brose y los
argentinos Gerhard Houwing (ingeniero residente en Dallas y experto
en Astrología antigua y estadísticas), Eloy Dumón, Roberto Martori y
Rubí Leza.

III. INTERPRETACION

III.1. La metodología aplicada


Guiado por algunas esporádicas pero intensas percepciones
personales, con el tiempo mi interés se fue centrando en estos posi-
bles puntos sensibles pensables en la mitad de las Casas topocéntri-
cas y a las que denomino "semicúspides". Cuando decidí sentarme a
verificar si había algún sustento real para la postulación de dichas
semicúspides, paralelamente a la búsqueda más organizada de los
referentes concretos que me habían llevado a este interés (II), decidí
por supuesto mirar sistemáticamente en toda Carta que se me cruzara
el posible funcionamiento de estos puntos sensibles. Comencé con mi
base de datos personal, es decir las cientos de cartas de amigos, pa-
rientes, conocidos y clientes, posando mi mirada en los planetas que
parecían estar en el centro de alguna Casa y consignándolos (el cálcu-
lo mental aproximado de la semicúspide de una Casa se logra sencilla-
mente promediando el valor de las dos cúspides adyacentes; es decir,
su semisuma o punto medio) y luego apliqué el mismo proceso a la
enorme cantidad de cartas dibujadas en las diversas fuentes de la Bi-
blioteca de la Fundación Caba.
De los muchos ejemplos que me quedaron, además de ver
qué elementos comunes podía vivencial o intuitivamente derivar de los
casos que yo conocía personalmente, hablé con muchos de ellos so-
bre sus vivencias y experiencias al respecto. En el caso de los perso-
najes públicos descarté aquellos de quienes no conociera algún dato
biográfico o cuya fuente de la hora natal me fuera desconocida o de-
masiado dudosa. De este modo me quedaron un par de cientos de ca-
sos puntuales, a partir de los cuales y, teniendo en cuenta los antece-
dentes antes desarrollados, pude postularme satisfactoriamente algu-
nas hipótesis interpretativas que intentaré ejemplificar mediante los ca-
sos de figuras públicas que considero más ilustrativos.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 295


Las semicúspides fueron calculadas usando la fórmula del
Ascendente y las correspondientes acumulaciones de 15 en la ascen-
sión oblicua y de sextos de tangente para los polos (ver sección "Fór-
mulas", IV). En algunos casos que detallaré también consideré la rela-
ción entre la ascensión oblicua de la cúspide y la del planeta.

III.2. Hipótesis intepretativas


Partiendo de las interpretaciones mencionadas de los antece-
dentes expuestos (II) de división del círculo en doce y ocho partes, así
como sobre todo en su mínimo común múltiplo, veinticuatro, sea tanto
en la forma de la división del Zodíaco mediante los aspectos como en
la de la división del círculo de Casas y los aspectos a las cúspides
intermedias, pude organizar la percepción y comprensión de los ejem-
plos que fui encontrando según las siguientes posibilidades, a mi pare-
cer bastante coherentes entre sí.
Si un planeta posicionado en la cúspide se halla literalmente
en una cresta o pico (“cúspide”) de su potencia y posibilidades de
expresión individual, el caso contrario de la semicúspide es el del valle
o depresión en la que se hunde con una ineficacia inicial respecto de
su exteriorización medioambiental que puede luego provocar diversas
reacciones. En principio y por supuesto, dificultades, esfuerzos reitera-
dos sin falta de concreción y la eventual depresión e impotencia. Ante
los sentimientos de estancamiento del planeta que ha caído en ese
pozo, acumulación de tensión y de preocupaciones respecto de ese
tema que se siente que involucran una toma de decisiones y resulta
finalmente en reacciones desmesuradas y explosivas no muy bien
manejadas por el sujeto. Las cosas "le suceden" (muy acorde con la
palabra "sucedente"), "le ocurren", sea desde exabruptos, síntomas
físicos involuntarios o la proyección a secas en terceros. En muchas
ocasiones se objetivará no solamente en esas figuras persistentemen-
te proyectadas sino en objetos u obras por las que será reconocido. Es
decir que la sobrecompensación redundará en una demanda del
medio a una respuesta no tanto activa como cosificada del planeta, el
encasillamiento en una suerte de imagen o identidad social o rol
arquetipal no necesariamente buscado, a veces inmanejable y al cual
estará sólidamente asociado.
Estos procesos y comportamientos remiten de algún modo a
aquellos muy estudiados de otros elementos “no integrados” a priori de
la Carta Natal, tales como los de los signos interceptados tan brillante-

296 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


mente expuestos por Joanne Wickenburg, o los de los planetas inas-
pectados o ferales, antiguamente muy estudiados y excelentemente
compendiados por Bil Tierney (Tierney, 1990) y Geoffrey Dean (Dean,
1977 pp.356 a 366) a partir de su verificación estadística, así como los
retrógrados o los presentes en Casa XII o en aspecto a Saturno o a
Plutón.
Voy a tomar de un modo deliberadamente fragmentario los
conceptos volcados por los autores citados en la sección "Anteceden-
tes" (II) respecto de los diversos factores que fui refiriendo, y con
ánimo de un espíritu sobre todo evocativo, tendiente más a abrir
posibilidades que a cerrar conclusiones, sugerir algunas palabras clave
para los planetas en semicúspide: impotencia, anulación (Raman),
estados crónicos, indecisión, persistencia, ansiedad, inquietud (Efrein),
tener que decidir (Wangemann), tensión, obstáculo, derrota, resisten-
cia, persistencia, inflexibilidad (Rudhyar), pereza, lentitud, futuro
distante, horizontes remotos, nota sorda (Fagan), somatización
(Ebertin), inquietud, desasosiego, bloqueos, detenciones, sobreesfuer-
zos, ataduras, dependencia, miedo, adrenalina, deseos, angustia, fric-
ción, estrés, depresión, hiperexcitación, plutoniano (Maciá), inquietud,
fricción, agitación (Santos), estancamiento, persistencia, maduración,
necesidad de estímulos especiales, contracción, detención, estados,
centrípeto, estabilización, saturnino, delimitación (Huber), reacción,
inmoderación, inestabilidad emocional, incomodidad, persistencia,
fricción, tensión, irritabilidad, cansancio, inadaptación, susceptibilidad
(Tierney).
Creo que con ello ha sido sugerida una cierto tendencia con
muchas variaciones semánticas. Comenzando con los ejemplos con-
cretos, la conjunción del Sol de Enrique VIII de Inglaterra, en 1439' de
Cáncer, con la semicúspide (centro) de la Casa X en 13°51´, simboliza
sus esfuerzos infructuosos para lograr una sucesión que lo llevaron a
pasar por seis esposas, así como su reacción al poderío papal por el
mismo problema mediante la afirmación imperial nacionalista que
marcó el primer gran cisma religioso europeo y, en cierto sentido, el
principio político de la modernidad. El Plutón del presidente norteameri-
cano Richard Nixon, en 2839' de Géminis, conjunto a la semicúspide
de Casa X en 2705', simboliza adecuadamente la manipulación de
información desmesurada y eventualmente infructuosa al punto de
llevarlo a la caída en el resonado caso Watergate. Otro Plutón en se-
micúspide de X es el de Isabel la Católica, en una cerrada conjunción
de 335' a 346' de Leo, combinación de símbolos que refleja la

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 297


inmensa fuerza de voluntad que a la larga y a toda costa puso en
juego para la imposición del poder monárquico sobre toda España,
incluyendo la expulsión de los judíos y los moros.
Los exabruptos y explosiones a los que puede llegar el planeta
en semicúspide cuando se siente frustrado son elocuentemente refleja-
dos por la Carta del temperamental tenista John Mac Enroe, con
Urano en 1349' de Leo conjunto a la semicúspide de X en 1252' y
Marte en 249' de Géminis sobre la semicúspide de VIII (19'). Que son
los mismos dos planetas que el presidente norteamericano George W.
Bush Jr. tiene también en semicúspide: Marte en 919' de Virgo junto
a la semicúspide de II en 924', reflejando sus sostenidos esfuerzos
por comenzar la guerra con Irak para apoderarse de su patrimonio y
desarrollar la propia industria armamentista y Urano en 1900' de Gé-
minis conjunto a la semicúspide de XI en 1907', su ruptura de los tra-
tados y convenciones grupales (Naciones Unidas). Desde la perspec-
tiva de lo proyectado en otros, ese Urano también es amigos "que se
rebelan", como su antiguo socio comercial Bin Laden, y el hecho de
que le tocó ser presidente durante el primer ataque (Marte) sorpresivo
(Urano) recibido en el propio suelo de los Estados Unidos en su
historia.
Siguiendo con los exabruptos, Fabián Tablado, el resonado
caso de un adolescente skinhead argentino que en 1996 apuñaló 113
veces a su novia Carolina en un acceso de celos, tiene a Plutón en
1059' del vincular Libra en la semicúspide de VIII en 1033'. La exas-
perada vivencia de víctima amorosa que luego proyectó en su pareja
se puede ver con más orbe en la conjunción de Venus, en 1749' de
Acuario, a la semicúspide de XII en 1918' y de Neptuno en 1357' de
Sagitario con la semicúspide de X en 158'. En otro orden de eventos,
Neptuno en 112' de Sagitario sobre la semicúspide de VIII en 123'
también refleja el agua y el ahogo en la tragedia del accidente aéreo
de la década del setenta en el que los mejores bailarines del Teatro
Colón de Buenos Aires perdieron la vida hundiéndose en las aguas del
Río de la Plata. Y si de excesos se trata, el tortuoso simbolismo escor-
piano aparece vinculado a semicúspide de los jerarcas nazis Himmler
(Plutón en 1732' de Géminis sobre la semicúspide de IV en 1632'),
Goebbels (Marte en 1335' de Escorpio sobre la semicúspide de IV en
1316') y Goering (Luna en 1552' de Escorpio en una muy abierta
conjunción a la semicúspide de XII en 1925'). Completa el triángulo de
Casas de agua, más cerca en el tiempo y en el espacio, el almirante

298 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


argentino Emilio Massera (también Luna en Escorpio a 2227'
conjunta a la semicúspide de VIII en 2344'), uno de los líderes del
sangriento golpe militar de 1976 que se ocupó de que mucha gente
también terminara sus días en el fondo del Río de la Plata.
Pier Paolo Pasolini fue un artista e intelectual reconocido por
su exasperada lucha por sus principios ideológicos, sus numerosos
ataques a la Iglesia y al Parlamento italiano, así como decenas de
juicios absurdos que le entablaron por inmoralidad y que siempre ga-
nó. Su lucha, más bien infructuosa como tal, fue detenida por su muer-
te violenta, todo lo cual podría sintetizarse en su Marte en 706' de
Sagitario sobre la semicúspide de IX en 648'. El presidente argentino
Carlos Menem tiene a Mercurio en 2513' de Géminis en semicúspide
de XII en 2358' y a Neptuno en 129' de Virgo junto a su semicúspide
de II en 2927' de Leo, reflejando ambos elocuentemente las innume-
rables denuncias y sospechas de malversación excesiva, corrupción y
negocios ocultos que marcaron su mandato. Ese mismo Mercurio
también simboliza la misteriosa muerte de su hijo (Mercurio, hijos; XII
pérdidas y, como derivada, VIII de V, muerte de hijo), según muchos a
causa de dichos negocios (Géminis). Y hablando de negocios y de
Argentina, la Carta Natal del país tiene a Mercurio en 633' de Cáncer
(conjunto al Ascendente de Menem), presente y regente de Casa IX,
exactamente sobre la semicúspide de IX en 720'. El comercio exterior
para el beneficio de Francia e Inglaterra fue el motivo primordial de la
declaración de la independencia respecto de la corona española que
generó esta Carta y marcó el destino del país; comercio exterior que lo
enriqueció inmensamente durante décadas, y el mismo que luego,
organismos internacionales mediante, ayudó a su ruina.
El hacer síntoma físico de los planetas en semicúspide puede
estar reflejado en el compulsivo engrosamiento del ex-galán norteame-
ricano Marlon Brando con Júpiter en 1954' de Sagitario sobre la
semicúspide de Casa I (cuerpo) en 195', y en tres muy obesos y
famosos cómicos argentinos: Enrique Pinti con, otra vez Júpiter,
ahora en 227' de Aries (cuerpo) sobre la semicúspide de II (ingesta)
en 035', Jorge Porcel con su Luna en 2033' de Géminis sobre la
semicúspide de la voraz VIII en 2044' y Angel Bergara Leuman con
la oposición de Saturno en 2842' de Capricornio a Venus en 2643' de
Cáncer sobre las semicúspides de V/XI en 292', remitiendo a los as-
pectos encontrados por Addey en su estadística sobre exceso de peso
mencionada anteriormente (II.3).

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 299


También son bastante evidentes los casos de proyección. El
presidente argentino Juan Domingo Perón tenía a Neptuno en 1759'
de Géminis sobre la semicúspide de VII en 1918', simbolizando a sus
esposas, la actriz Eva Duarte, quien mediante su carismática comuni-
cación con el público llegaría a ser considerada una Santa y a la
"bailarina" Isabel Martínez, que se convertiría, con su muerte, en la
confundida presidente del país. La joven heredera norteamericana
Patty Hearst, secuestrada en los setenta por un grupo de jóvenes
guerrilleros idealistas al que luego se unió, inclusive en pareja, tiene a
Mercurio en 165' de Piscis sobre la semicúspide de VII en 1547' y
cuando fueron apresados, luego se casó con su guardiacárcel (Piscis).
El popular cantante argentino Sandro, con Luna en 233' de Capricor-
nio sobre la semicúspide de VII en 224' ha convivido siempre recluido
con su madre y desde hace décadas cosecha la admiración de millo-
nes de fans, característicamente y sobre todo señoras mayores, mien-
tras su exasperado sex-appeal estaría también simbolizado por Plutón
en 1021' de Leo conjunto a la semicúspide de X en 86'. El polémico
gurú hindú Osho (Rajneesh) que atacaba a los pilares según él co-
rruptos de la sociedad, tenía a Saturno en 2128' de Capricornio
opuesto a Plutón en 2142' de Cáncer sobre las semicúspides de II/VIII
en 2037', y la cúpula del poder de esa sociedad atacada se volvió en
su contra cuando el gobierno de los Estados Unidos y la CIA lo se-
cuestraron, envenenaron y deportaron ilegalmente en 1985 llevándolo
a la muerte.
Otro caso de proyección del contenido plutoniano en una
virulenta reacción pública fue la del gran filósofo, pacifista y defensor
de los derechos Bertrand Russell, cuyo Plutón en 1933' de Tauro
conjunto a la semicúspide de VII en 2033' simboliza su violento
enfrentamiento con la pacatería anglosajona de su tiempo, sobre todo
sexual. El filósofo tan conocido por su estudios sobre la sexualidad y el
poder, Michel Foucault, tenía a Plutón en 1557' de Cáncer en semi-
cúspide de II en 1423' y una de las causas de su muerta fueron sus
excesos sadomasoquistas. Pero quizás el ejemplo más impresionante
de proyección sea el de Anna Freud, cuya profesión e identidad social
estuvieron fuertemente determinadas por la obra y personalidad de su
padre, el pensador Sigmund Freud, y tiene a Plutón (psicología) en
1146' de Géminis en oposición al Sol (padre) en 1113' de Sagitario
(Dios), exactamente sobre las semicúspides de I y de VII en 1104'.

300 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Pese a los casos más difíciles y a la sensación de agobio del
conjunto de palabras claves referidas al principio (III.2), afortunada-
mente es más frecuente encontrar en las Cartas de figuras públicas a
planetas en semicúspides que simbolizan aquel rol o producto que las
ha caracterizado en su proyección social, sobre todo en términos de
una elaboración más teórica o artificial de los mismos. Obviamente, la
manifestación aquí es más agradable y constructiva, remitiendo a la
resultante final del proceso postulado al principio de este segmento
respecto de la interpretación de los planetas en semicúspides. Famo-
sos diseñadores tienen la Luna en semicúspide en algún signo femeni-
no o estético: Christian Dior, Luna en 275' Cáncer sobre la semicús-
pide de IX en 277', Cocó Chanel, Luna en 1130' de Piscis en trígono
a la semicúspide de X en 1217' de Escorpio y en conjunción mundana
con la semicúspide de II: la ascensión oblicua de ésta es 34235', y la
de la Luna, 34316', Pierre Cardin, Luna en 1733' de Libra sobre
semicúspide de XII en 1735' y Herbert de Givenchy, Luna en 1221'
Libra sobre semicúspide de V en 1304'. Si de Lunas en Libra se trata,
Walt Disney, quien hasta la fecha “diseñó” las fantasías de generacio-
nes enteras de infantes occidentales, tiene dicha luminaria en 910' de
Libra en conjunción a la semicúspide de I en 747'.
Es asimismo interesante asociar la conjunción de Saturno en
251' de Piscis a la semicúspide de IV en 31' del filósofo Jean Paul
Sartre con su concepto central de náusea, el vacío interior y la angus-
tia existencial, complementario al Plutón en 2125' de Géminis sobre la
semicúspide de VIII en 1915', o el Mercurio en 338' de Géminis sobre
la semicúspide de III en 340' del pensador Karl Marx, que fundó en la
actividad económica y la dialéctica su comprensión del fenómeno
humano, explayada en vastos escritos, mientras Júpiter en 1257' de
Capricornio sobre la semicúspide de XI en 1151' también refleja sus
ideas de mejora de la estructura social. El Urano en 117' de Virgo jun-
to a la semicúspide de III en 2914' de Leo de Albert Einstein muestra
al arquetipo del genio del siglo XX. Hugh Hefner, el magnate fundador
de la revista Playboy, tenía a Plutón (sexo) en 1238' de Cáncer (¡co-
nejos!) sobre la semicúspide de X en 1219' y William Hearst (abuelo
de la antes mencionada Patty Hearst), pionero consciente del poder de
la prensa norteamericana como formadora de opinión y constructora
del poderío económico personal y nacional, tenía a Marte en 10' de
Cáncer y, como Bush, sobre la semicúspide de II en 16'. Por su lado
el filántropo Albert Schweitzer tenía a Júpiter en 009' de Escorpio so-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 301


bre la semicúspide de I en 010' opuesto al otro regente de Piscis,
Neptuno, en 281' de Aries en VII (¿los aborígenes africanos?).
En el caso de los actores, que trabajan una construcción social
de la autoimagen que no guarda necesariamente relación con su per-
sonalidad, encontramos al modelo escocés Sean Connery encasillado
en James Bond, arquetipo del agente secreto, con Marte en 2816' de
Géminis conjunto a la semicúspide de VI en 293' y Mercurio en 291'
de Virgo no muy lejos de la semicúspide de VIII en 24' de Libra, a la
luminosa y seductora belleza de Grace Kelly, simbolizada por el Sol
en 1934' de Escorpio sobre la semicúspide de I en 1831' y convertida
en Princesa (Sol) de Mónaco, estado basado en movimientos financie-
ros millonarios (Escorpio). También a la actriz fijada desde hace déca-
das en la conducción del programa televisivo argentino "Almorzando
con Mirtha Legrand", que tiene su conjunción de Urano (televisión) en
280' de Piscis (glamour) y Venus (belleza, ingesta) en 2654' abrazan-
do a la semicúspide de VI (hábitos) en 2712' o la vedette argentina
Moria Casán, quien con Neptuno en 1515' de Libra cerca de su semi-
cúspide de I en 1727' y sobre todo su Urano en 759' de Cáncer en
conjunción a la semicúspide de X en 833', ha sido identificada por sus
diversas actividades, sobre todo sus pioneros talk-shows de la tarde,
como la revolucionadora de los prejuicios del ama de casa promedio.
Y ya que de Urano hablamos, María Soledad Morales, la
adolescente argentina que fue violada y asesinada por elementos de la
cúpula política de la provincia argentina de Catamarca, lo tenía en
2146 de Libra sobre su semicúspide de VIII en 2154, simbolizando a
nivel personal su búsqueda de liberarse de las convenciones sociales
provincianas en lo que respecta a los vínculos (Libra) sexuales (VIII),
mientras que a nivel social su muerte (VIII) despertó (Urano) dramáti-
camente en todo el país la consciencia de las fallas en la justicia
(Libra). Y mi ejemplo favorito, el caso del genial Orson Welles, cuyo
Urano en 1534' de Acuario en conjunción sin orbe con la semicúspide
de IX en 1534' simboliza tanto a la invasión extraterrestre como la mí-
tica transmisión radial con ese tema que lo inmortalizó.
No quisiera dejar de mencionar otros aspectos de un planeta a
las semicúspides, dado que hasta aquí privilegié casi en exclusiva la
conjunción. Tal como el caso del líder espiritual indio Mahatma
Gandhi, cuyo Júpiter en 1124' de Libra se halla cerca de la semicús-
pide de XII (1311') y desde allí aspecta dentro del grado de orbe a las
semicúspides de I/VII (118' de Escorpio/Tauro), II/VIII (1050' de Sagi-

302 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 31. Carta Natal de Eduardo VIII

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 303


tario/Géminis), III/IX (1116' de Capricornio/Cáncer) y X/IV (1233' de
Leo/Acuario). Ejemplo sumamente elocuente de su condición de líder
espiritual y sobre todo su persistente resistencia pacífica al poder
británico que logró a la larga la independencia de la India, tal como la
red de aspectos a tantas semicúspides (medioambiente) permite ver.
El caso opuesto es el de un individuo con tres o más planetas
propios emplazados en semicúspides. Lo vi en varios conocidos míos
y puedo asociarlo con una sensación de estancamiento, destinos difíci-
les, oscuros o demasiado enredados en condicionamientos medioam-
bientales. No es de extrañar que no haya tantas Cartas públicas para
ejemplificarlo. Ya comenté el caso de Fabián Tablado. Otro buen
ejemplo es el de Eduardo VIII (figura 31), el soberano inglés que abdi-
có para poder casarse con una norteamericana divorciada, Wallis
Simpson. Tiene al Sol en 221 de Cáncer sobre la semicúspide de V
en 136', Venus en 2318' de Tauro sobre la semicúspide de III en
2359', Neptuno en 140' de Géminis sobre la semicúspide de IV en
1356' y la Luna en 337' de Piscis, muy cerca de la semicúspide de I
en 546'. Todos ellos son planetas "románticos" (incluidos los tres fe-
meninos) situados debajo del horizonte en Casas o signos de esas
mismas características, por lo que no sorprende que el joven príncipe
de Gales se sintiera incómodo con las pesadas cargas del protocolo
real y que se atrincherara en su casa de campo a cuidar flores, profun-
dizar en su vida interior y mantener un círculo de íntimos. La muerte de
su padre y el ascenso al trono no fueron buenas nuevas para él, y
cuando el amor y las presiones políticas de su nuevo cargo (a Churchill
no le hacían ninguna gracia sus simpatías germanófilas) se volvieron
incompatibles, acudió a Urano, el único planeta sobre una cúspide pro-
piamente dicha (en conjunción exactísima a la IX) y de hecho el más
elevado, cortando mediante su abdicación con el rol que se le había
impuesto (Urano ha sido el enemigo arquetípico –oposición de Acuario
a Leo– de las monarquías) y llevando empecinadamente hasta sus
últimas consecuencias las connotaciones amorosas del simbolismo de
sus planetas emplazados en las semicúspides para hacerse de un
lugar muy particular en la historia del siglo XX.

III.3. Las semicúspides en los sistemas de predicción


El concepto de semicúspide es también por supuesto aplicable
a las técnicas predictivas, aunque de un modo no tan evidente como
en el caso de las cúspides propiamente dichas, ya que éstas favorecen

304 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


la expresión del simbolismo planetario mediante eventos concretos,
mientras aquellas tienen más que ver con estados, detenciones,
interiorizaciones, etc. Pero valga como primer ejemplo mi propio caso
(figura 28), en el que las dos pérdidas más importantes que he tenido
han sido acompañadas, en el caso de la muerte de mi hermano
(8/11/78), por Mercurio (hermanos) en Géminis (hermanos) regente de
mi Casa III natal (hermanos) estacionado por progresión secundaria
sobre mi semicúspide de Casa XII (pérdidas; además, él era de
Géminis con Mercurio en XII) con 8' de orbe, y en el de la muerte de mi
padre (28/6/87) por el Sol (padre) progresado en Cáncer (progenitor)
arriba de la semicúspide de Casa I (a la que había conjuntado con 1'
de orbe seis meses antes la Luna nueva progresada, cuando se decla-
ró su enfermedad), rigiendo por exaltación mi Mediocielo (progenitor)
natal en Aries (además él era Aries con Ascendente Aries y Sol en I).
A la hora de elegir un caso público, creo adecuado el de
Eduardo VIII de Inglaterra, dado el rol protagónico de las semicúspides
en su Carta Natal, tal como viéramos al finalizar el apartado anterior
(III.2). Cuando su abuelo falleció el 6/5/10 y su padre accedió a la
corona actualizando las posibilidades de su propia futura regencia, el
Ascendente progresado conjuntaba a esa Luna natal sobre la semicús-
pide de I (mientras el Mediocielo progresado conjuntaba, por supuesto,
a Júpiter). Un mes antes de la muerte de su propio padre que lo llevó
irremediablemente al trono (20/1/36) ocurrió un eclipse de Sol en 31'
de Capricornio, opuesto al Sol natal (padre, monarquía) sobre la semi-
cúspide de V (siete meses antes había ocurrido un eclipse total de Sol
a apenas 5' de orbe de antiscio a dicho Sol natal). Abdicó antes de
transcurrido un año, el 11/12/36, dos días antes de que un nuevo eclip-
se de Sol (Rey) conjuntara ahora a una cúspide propiamente dicha (el
eclipse en 2149' de Sagitario sobre la cúspide de XI en 2249') para
casarse dos días antes de un eclipse de Sol, otra vez total, en 1736'
de Géminis, cerca de su Neptuno natal sobre la semicúspide de IV.
Respecto de los tránsitos y las Revoluciones Solares, la Solar
correspondiente al fallecimiento del abuelo activó a planetas que en la
Carta Natal conjuntaban a semicúspides (detalle interesante, dada la
vivencia de estar atrapado en el propio destino que dimos a estos
puntos), poniendo en un primer plano mediante la conjunción al Medio-
cielo de la Revolución Solar a Venus y Neptuno, así como a la Luna,
en conjunción ahora a la cúspide de XII. Dos meses antes de la muerte
de su padre Saturno se había estacionado en 335' de Piscis, a minu-
tos de su Luna natal en semicúspide, mientras Júpiter transitaba en X

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 305


una exacta oposición a su Neptuno natal en semicúspide. Este tránsito
se repetiría dos veces durante los difíciles meses de su corto reinado,
hasta oponerse al Sol natal en semicúspide el día de su abdicación
con medio grado de orbe. Durante toda esta época, coincidente con su
relación con Wallis, la amorosa Venus, que en la Natal estaba en semi-
cúspide, progresada ahora por Arco Solar pasaba arriba de su Sol
natal en semicúspide de V y en la revolución solar lo conjuntaría en
tránsito junto al Nodo negativo (separación por amor del monárquico
Sol natal).
Es interesante contrastarlo con la acción de Urano, el único
planeta natal en exactísima conjunción a una cúspide propiamente
dicha, como ya señaláramos. Estacionado durante su breve reinado en
935' de Tauro, se oponía así en tránsito con un cierto orbe a su Urano
natal, marcando el clásico momento de reorientaciones en la vida y
desafíos a las pautas exteriores ya transitadas. Este planeta, quizás el
único posibilitado de accionar con verdadera eficacia por su presencia
sobre cúspide intermedia y a diferencia de tantos otros planetas suyos
sobre semicúspide, hizo luego el partil definitivo (oposición con 0º0’ de
orbe al Urano natal, y por lo tanto a la cúspide intermedia) exactamen-
te el día de su casamiento, es decir su liberación definitiva para vivir
plenamente sus planetas en semicúspide.

III.4 Epílogo
No estoy seguro sobre si este aporte, aunque fundamentado,
será una pieza esencial del arsenal astrológico, la investigación de ter-
ceros en la misma línea lo dirá con el tiempo. Las últimas décadas han
visto una proliferación de puntos sensibles que, en su acumulación,
amén de en muchas ocasiones su carácter francamente especulativo,
es más lo que confunden y, de ese modo, empobrecen, que lo que de
hecho enriquecen al quehacer cotidiano del astrólogo. Pero como
estas semicúspides pueden ser muy útiles para comprender la
problemática, vivencias y potenciales positivos de algún planeta
puntualmente allí emplazado o aspectante a muchas de ellas y quizás
dichos contenidos no hubieran sido de otro modo vistos con claridad,
confío justificado haberlas compartido en este capítulo.

306 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


IV. FORMULAS
El cálculo de las cúspides y semicúspides topocéntricas se logra con la
llamada Fórmula del Ascendente, es decir:
TAN(LONG) = (SEN(E) x TG(FI) - COS(E) x COS(AO) ) / SEN(AO)
en donde LONG es la longitud eclíptica (expresable luego en grados
zodiacales);
E es la oblicuidad de la Eclíptica (el ángulo entre ésta y el Ecuador), es
decir, unos 2327';
FI es el polo de la cúspide: la latitud geográfica en el caso del
Ascendente, 1/3 de dicha latitud en las cúspides de las Casas XI y III y
2/3 en las cúspides de las Casas II y XII. En el caso de las
semicúspides, 1/6 para las Casas sX y sIII, 1/2 para las Casas sXI y
sII, y 5/6 para las Casas sI y sXII (la “s” previa al número romano es de
“semicúspide”);
AO es la Ascensión Oblicua de la cúspide: Casa XI, ARMC + 30;
Casa XII, ARMC + 60; Ascendente, ARMC + 90; Casa II, ARMC +
120; Casa III, ARMC + 150. Para las semicúspides, Casa sX, ARMC
+ 15; Casa sXI, ARMC + 45; Casa sXII, ARMC + 75; Casa sI,
ARMC + 105; Casa sII, ARMC + 135; Casa sIII, ARMC + 165;
ARMC es la Ascensión recta del Mediocielo, es decir, la Hora Sidérea
del evento (lograda después de los cálculos habituales para determinar
la domificación) multiplicada por 15, o, de otro modo, la posición
eclíptica del MC traducida a su equivalente ecuatorial, la Ascención
Recta Eclíptica (ARe), según la fórmula TAN(ARe) = COS(E) x
SEN(LONG) / COS(LONG), en donde si la longitud eclíptica es mayor
que 90 y menor que 270, hay que sumarle 180 al resultado.
Si la AO es menor que 180, sumar 90 al resultado finalde la
semicúspide; si es mayor que 180, sumarle a dicho resultado 270.
También podemos lograr visual o mentalmente un primer cálculo
aproximado de las semicúspides (el grado de aproximación será
mayor cuanto menor sea la latitud geográfica) determinando el punto
medio (semisuma) de la longitud eclíptica de las dos cúspides
(topocéntricas o de Placidus) adyacentes: (cúspide A + cúspide B) / 2.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 307


V. REFERENCIAS

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N3, 1957
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Astrología N24, 2003
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Camelot Press, 1977
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Verlag, 1960
EFREIN, LAURIE, Cómo rectificar la carta natal, Madrid, Editorial EDAF, 1988
FAGAN, CYRIL, Los orígenes astrológicos, Barcelona, Revista Mercurio-3
N13 (número especial), 1988
GARAÑA, JOSE P., Astrología Magistral, Buenos Aires, Editorial Kier, 1961
GUINARD, PATRICE, El Dominion, capítulos 15, 28, 30, 30 y 31 de su tesis de
doctorado, 1993, http://cura.free.fr, Biblioteca Fundación C.A.B.A.
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Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 309


VI. DATOS NATALES

ABREVIATURAS:
N.: el nativo
P.N.: partida de nacimiento, registro de bautismo o similares

FUENTES:
A.I: "Astrodata I, Profiles of Women", Lois M. Rodden, American Federation of
Astrologers
A.II: "Astrodata II, The American Book of Charts", Lois M. Rodden, A.F.A.
A.III: "Astrodata III, The Ocult Collection", Lois M. Rodden, A.F.A.
A.IV: "Astrodata IV, The Culture Collection", Lois M. Rodden, A.F.A.
A.V: "Astrodata V, The Crime Collection", Lois M. Rodden, A.F.A.
AJ: Revista Astrological Journal, Londres
AKP: "Astrologers, Kings, Politicians and others", Alexander Marr, Ediciones
Sirio
Caba: Base de Datos de la Biblioteca de la Fundación Centro Astrológico de
Buenos Aires
F: Fowler's Compendium of nativities, M. Harrison
P.A.: "Political Astrology", Alexander Marr, Ediciones Sirio
P.III: "Prediction III", Alexander Marr, Ediciones Sirio

CARTAS:
La hora natal está en todos los casos expresada en G.M.T. o T.U. (Tiempo
Universal) y la fecha en Calendario Gregoriano.

ACCIDENTE BAILARINES, 22:05, 10/10/1971, 34s36 58w26, Caba (registros


periodísticos)
ARGENTINA, 16:26:08, 9/7/1816, 26s50 65w12, A.P., rectificada por
Alexander Marr, Eloy R. Dumón y Roberto Martori sobre datos del
historiador y astrólogo Juan José Cresto
BERGARA LEUMAN, ANGEL, 21:30, 5/9/1932, 34s36 58w26, Caba
BRANDO, MARLON, 5:00, 4/4/1924, 41n17 96w01, A.II (citado por Doris
Chase Doane)

310 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


BRIGNONE, JERONIMO, 8:31, 7/6/1962, 34s36 58w26, P.N. (8:30), rectificada
por N. y Rubí Leza
BUSH, GEORGE W. (JR.), 11:26, 6/7/1946, 41n18 72w55, Caba, AJ Sep/Oct
1999
CARDIN, PIERRE, 13:00, 2/7/1922, 45n41 12e22, A.IV, P.N. en mano (a
Steinbrecker)
CASAN, MORIA, 12:05, 16/8/1950, 34s36 58w26, Caba, rectificada por Rubí
Leza (P.N. 11:50)
CONNERY, SEAN, 17:05, 25/8/1930, 55n57 3w11, A.II, P.N.
CHANEL, COCO, 16:0:20, 19/8/1883, 47n17 0w05, A.I, P.N. (en mano, Dana
Holliday)
DIOR, CHRISTIAN, 1:20:40, 21/1/1905, 48n50 1w36, A.IV, P.N. (en Cahiers
Astrologiques N73)
DISNEY, WALT, 6:35, 5/12/1901, 41n49 87w37, A.IV (de Disney Studios,
según Marion March)
EDUARDO VIII, 22:03, 23/6/1894, 51n26 0w16, AKP, rectificada por Alexander
Marr, Registro Anual de la Corona (22:00)
EINSTEIN, ALBERT, 10:49:45, 14/3/1879, 48n24 10e0, AKP, rectificada por
Alexander Marr; A.II, P.N. en mano (a Ebertin, 10:50)
ENRIQUE VIII, 10:40, 7/7/1491, 51n29 0w0, F., registros contemporáneos
citados por Martin Harvey
FREUD, ANNA, 14:15, 3/12/1895, 48n13 16e20, A.I., carta de Simund Freud
citada por Grazia Bordoni
GANDHI, MAHATMA, 2:48, 2/10/1869, 21n38 69e36, F. (dato tradicional
unánime)
GIVENCHY, HERBERT, 11:30, 20/2/1927, 49n26 2e05, A.IV, P.N. (en mano a
Steinbrecker)
GOEBBELS, PAUL JOSEPH, 22:30, 29/10/1897, 51n10 6e27, P.II. P.N.
(Gauquelin)
GOERING, HERMANN, 3:00, 12/1/1893, 47n51 12e6, P.II, P.N. (Gauquelin)
HEARST, PATTY, 2:01, 21/2/1954, 37n47 122w25, F., P.N.
HEARST, WILLIAM RANDOLPH, 14:47:40, 29/4/1863, 37n47 122w26, A.IV
(mostrada por N. a dos de sus asociados)
HEFNER, HUGH, 22:20, 9/4/1926, 41n49 87w37, A.IV, P.N. (en mano a Smyth
& Wilson)

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 311


HIMMLER, HEINRICH, 14:30, 7/10/1900, 48n08 11e35, P.II, P.N. (Gauquelin)
ISABEL LA CATOLICA, 16:57, 1/5/1451, 51n05 5w0, A.I (obstreta, citado en
las Crónicas de Valladolid)
KELLY, GRACE, 10:31, 12/11/1929, 39n57 75w11, AKP, rectificada por
Alexander Marr, AJ Primavera 82/83, PN (5:31 +5)
LEGRAND, MIRTHA, 0:47, 24/2/1927, 34s01 61w36, Caba, rectificada por
Rubí Leza según dato "de una conocida" de N.
MAC ENROE, JOHN, 21:30, 16/2/1959, 50n05 8e14, A.III (carta de la madre
de N. a Marc Penfield)
MARX, KARL, 1:35:36, 5/5/1818, 49n45 6e06, A.II, P.N. (según Wemyss)
MASSERA, EMILIO, 21:00, 19/10/1925, 34s36 58w26, Caba
MENEM, CARLOS SAUL, 11:08, 2/7/1930, 28s49 66w57, Caba, rectificada por
Rubí Leza
MORALES, MARIA SOLEDAD, 20:59, 19/9/1973, 28s28 65w47, Caba,
rectificada por Rubí Leza según dato "de una conocida" de N.
NIXON, RICHARD, 5:10:51, 10/1/1913, 33n50 117w46, AKP, rectificada por
Alexander Marr, F. (P.N. 21:30, enfermera 21:44)
OSHO (SHREE BAGHWAN RAJNEESH), 11:43, 11/12/1931, 23n15 77e23,
A.V, dato proporcionado por la madre
PASOLINI, PIER PAOLO, 5:31, 5/3/1922, 44n29 11e20, A.III, P.N. en mano
(Steinbrecher)
PINTI, ENRIQUE, 17:55, 7/10/1939, 34s36 58w26, Caba, dado por N.
PORCEL, JORGE, 12:30, 8/9/1936, 34s36 58w26, Caba
RUSSELL, BERTRAND, 17:55:52, 18/5/1872, 51n45 2w43, P.II (biografía)
SANDRO, 6:13, 19/8/1945, 34s36 58w26, Caba, rectificada por Rubí Leza
sobre P.N. mostrada en televisión por N. (6:20)
SARTRE, JEAN PAUL, 15:05:40, 21/6/1905, 49n50 2e20, P.II, P.N.
(Gauquelin)
SCHWEITZER, ALBERT, 23:20:56, 14/1/1875, 48n09 7e16, P.II, P.N. (según
Huber)
TABLADO, FABIAN, 8:42, 6/5/1976, 34s27 58w34, Caba (rectificada por Rubí
Leza, quien recibió los datos de una vecina del N.)
WELLES, ORSON, 13:00, 6/5/1915, 42n35 87w49, A.II, P.N. (Steinbrecher)

312 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


CAPITULO 16

ARMONICAS: LA CLAVE OCULTA DE LA ASTROLOGIA

La de las armónicas es quizás la técnica más novedosa que


se incorporó a la Astrología en las últimas décadas. En la forma en
que las conocemos, si bien hay antecedentes en 1930 por parte de
Karl Krafft, fue desarrollada durante la década del ‘50 al ’70 por el
gran astrólogo inglés John Addey hasta su fallecimiento en marzo de
1982, luego del cual algunos astrólogos ingleses y norteamericanos
continuaron explorando sus propuestas. Los más destacados fueron
Robert Hand, Theodore Landscheit, David Hamblin con su libro
“Harmonic Charts” y Michael Harding y Charles Harvey con su libro
“Working with Astrology”. En ese momento, las armónicas parecían
la promesa de una clave para comprender el funcionamiento de toda
la Astrología, reducirla a una serie de principios básicos y que po-
dían brindarle una teoría explicativa unificada y simplificada. Sin
embargo actualmente en el mundo anglosajón parecería haber un
punto muerto, con pocos avances en el tema.
En cambio, un pequeño grupo de astrólogos españoles lle-
varon más allá las nociones de Addey e investigaron nuevas
posibilidades, incorporando nuevas variables y programas de
computación especialmente diseñados para ello que permitían darle
un nuevo enfoque y nuevas aplicaciones. El trabajo pionero de
Demetrio Santos Santos, quien ya venía desarrollando por su cuenta
y en forma contemporánea ideas similares a las de Addey, fue luego
continuado por el matemático Miguel García, quien combinó las
propuestas de Santos y de Addey en un nuevo modelo que, junto a
su colega Tito Maciá, permitió abrir una dimensión casi ilimitada de
usos impresionantemente eficaces y prácticos.
Si bien la labor de los investigadores españoles está más
cerca en el tiempo, también pareciera haber a la fecha una especie
de estancamiento de los progresos en este campo. Quizás porque el
panorama que nos abren las armónicas es tan amplio y tan vasto,
que la mayoría de los practicantes comunes se sienten abrumados
por esas posibilidades infinitas y les cuesta darles una primera
aplicación simple y concreta. O quizás se deba también a que hay
un componente matemático en su base que debe ser comprendido

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 313


para su uso y no todos los astrólogos están familiarizados con esa
dimensión.
Por eso en este capítulo trataremos de dar una idea de qué
son las armónicas y algunas de sus principales aplicaciones tenien-
do en cuenta tanto las ideas desarrolladas por la escuela inglesa co-
mo por la española, aunque apenas podremos mostrar la punta del
iceberg, dado que el tema es insondablemente vasto: ni en las 32
horas del curso que dictamos en el Centro Astrológico de Buenos
Aires llegamos a cubrir todos los alcances de este enfoque.
La primera forma de comprender las armónicas tiene que
ver con la teoría de los aspectos. Un trígono surge de dividir los 360º
del círculo por el número 3, resultando el ángulo de 120º y lo mismo
vale para todos los otros aspectos mayores respecto de los números
1, 2, 4 y 6. Pero al considerar un aspecto, normalmente pensamos
en el ángulo propiamente dicho y la interpretación que se le asocia,
para luego comprender el aspecto. Pero no solemos tener tan en
cuenta el valor del número 3 en cuanto tal como posible causa o ra-
zón de esa interpretación. En el siglo XVII Johannes Kepler comen-
zó a experimentar la división del círculo por números distintos a los
de la tradición clásica y le debemos la sistematización de la división
por 12, el semisextil y el quincuncio, por 8, la semicuadratura y la
sesquicuadratura, y la propuesta de dividir por el 5 en los quintiles,
todo en su libro llamado, sugestivamente, Harmonicus Mundi.
De hecho muchos siglos antes se venían usando en la As-
trología hindú las llamadas “Cartas divisionales”, “Amsas” o “Var-
gas”, que tienen que ver con la división de los signos del círculo
zodiacal por distintos números y en la cual cada una tenía un signifi-
cado distinto, según el número utilizado como divisor. Sin embargo
no es un invento de los hindúes: en la Astrología helenística
(probablemente tomado de los persas) ya teníamos las dodecatemo-
ria (división en doce partes de un signo), así como los decanatos de
origen egipcio. De hecho, Claudio Ptolomeo, nuestro autor del
Tetrabiblos, tiene un extenso tratado que se llama, literalmente,
Armónicas, y en el cual desarrolla las relaciones entre los números,
las notas musicales, los intervalos de las relaciones planetarias y las
estructuras zodiacales.
Esta noción de Ptolomeo es una continuación de las ideas
de los pitagóricos, desarrolladas luego por Platón (en el Timeo y en
La República) y los neopitagóricos. La relación entre el número y la

314 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 32. Ondas armónicas

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 315


música fascinaba a los griegos, y ya Pitágoras habla de una Música
de las Esferas, es decir de los astros del cielo, que surgía de una
relación matemática armónica y que le correspondía al hombre com-
prenderla y cultivar en sí mismo esa misma armonía.
No es de extrañar que John Addey, además de un gran as-
trólogo, de hecho fundador y Presidente de la Sociedad Astrológica
de Gran Bretaña, fuera neoplatónico. A menudo citaba la frase del
Timeo de Platón: “El tiempo es una imagen de la eternidad fluyendo
de acuerdo al número”. Porque en la vida todo es energía, la ener-
gía se explaya en vibraciones de diversos tipos que tienen la forma
de ondas y la Astrología estudia diversos tipos de ciclos que son
expresables en forma de ondas (figura 32). La música misma es
vibración ondulatoria y cuando uno pulsa una cuerda, ésta vibra
produciendo una nota específica según su longitud, tensión y
constitución. Pero al mismo tiempo su timbre tiene que ver con las
pequeñas notas más tenues que produce y a las que llamamos
“armónicos”: según cuáles estén acentuados por la textura del mate-
rial, reconoceremos un instrumento de tal o cual tipo. En una Carta
Natal, además de sus notas fundamentales dadas por los aspectos
mayores y su división por los números básicos 2 y 3, también hay
otras posibles resonancias dadas por números más complejos y por
eso Addey llamó a su teoría “Armónicas” o “Armónicos” (en inglés
son la misma palabra). De esta manera, el Zodíaco todo con sus
360º se toma como la nota “1” o “Do”, la Carta dividida en dos
nuevos Zodíacos completos pero de 180º y como resultante de
dividirla por el número 2 sería su “segundo armónico” y así
sucesivamente. Desde esa perspectiva, el Zodíaco en sí es una
armónica 12 de la Eclíptica, generada desde el nodo de su intersec-
ción con el Ecuador, y lo mismo se puede decir del sistema de
Casas respecto del Ascendente.
Si en una Carta hay un Gran Trígono, los tres planetas están
creando en el círculo tres nódos, como si fueran tres lugares en
donde una apoya el dedo en la cuerda de la guitarra, que divide a
éste y a la Carta toda por el número 3, y de ese modo podríamos
pensar que hacen que la Carta “vibre” por el número 3. Sería una
carta “muy número 3”, con todo lo que pueda asociarse con ese
número. Del mismo modo, si en una Carta hubiera cinco planetas
repartidos en forma equidistante aproximadamente cada 72º, esa
Carta estaría fuertemente impregnada de las cualidades de lo que
asociamos con el número 5.

316 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Siguiendo las convicciones de Pitágoras y Platón (y contra
Aristóteles), cada número tendría una esencia, una identidad y una
cualidad, tal como lo afirma la numerología. Éstas se derivan de la
tradición, junto a la observación empírica y las analogías filosóficas
posibles.
Addey observó en numerosas estadísticas llevadas adelante
de un modo riguroso que cada grupo de profesiones tenía un
número armónico distinto en la distribución de las posiciones de sus
soles. Asimismo, había números nunca estudiados que parecían
tener un significado, aunque siempre asociado a su número de base
(si eran un múltiplo de otro). Por ejemplo, el 5 tendría que ver en
parte con lo mental y perceptual, pero la armónica 25 (5x5), y,
mucho más, la 125 y la 625 mostraban manifestaciones cada vez
más concretas y especializadas de ese principio, tal como en el caso
de enfermedades físicas vinculadas a los órganos de percepción: en
estadísticas de ceguera esos números tan altos mostraban de un
modo más contundente el problema en cuestión que cualquier otro
aspecto astrológico. La enfermedad del polio respondía al número
120, la longevidad al 36, etc. Esto nos recuerda a la homeopatía,
donde cuanto mayor es el número de dilución (es decir, más sutil el
principio actuante), mayor es el efecto en el cuerpo físico. Como po-
demos ver, nos referimos a temas muy concretos y de una manifes-
tación material y no vagamente psicológica, como nos tiene acos-
tumbrado el discurso astrológico más difundido.
Para comprender la estructura de las armónicas como
sistema de trabajo, podemos eempezar calculando aquello que se
conoce como “Carta armónica”, por ejemplo, la armónica 3. La Carta
resultante no es de ninguna manera una nueva Carta Natal, del
mismo modo que tampoco lo es la Carta dracónica o los diales en la
técnica de los Puntos Medios: es solamente un cambio de perspec-
tiva para comprender mejor la Carta, en este caso, la del número 3.
Aritméticamente se consigue multiplicando por el número 3 cada
valor de la Carta considerado en grados absolutos (por ejemplo, 5º
de Géminis sería 65º) y luego se conforma un nuevo dibujo con los
resultados obtenidos. En el caso del Gran Trígono que mencionára-
mos, los tres planetas terminarían estando en conjunción y el orbe
de ésta sería el que tenían los trígonos pero multiplicado por 3. De
hecho uno de los valores de las Cartas armónicas de números más
complejos es que permite detectar en un vistazo, de haber conjun-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 317


ciones en dichas Cartas, qué planetas tienen en la Carta Natal una
relación angular que surge de dividir el círculo por dicho número.
Desde la perspectiva de las Cartas divisionales hindúes, que
en su mayoría son idénticas a lo recién expuesto, lo que ellos hacen
es dividir cada signo por el número en cuestión, dividiendo así por lo
tanto también al Zodíaco, y luego nombrar las divisiones según la
secuencia zodiacal de Aries, Tauro y así sucesivamente. De esta
manera en cierto modo se introduce la “onda” correspondiente a ese
número en el círculo, donde cada cresta u onda de la sinusoide es
un Zodíaco completo y luego se condensan esas ondas en una sola,
superponiéndolas. De esta manera, lo que aparece en la Carta ar-
mónica como conjunciones, oposiciones, etc. son expresiones de las
posiciones de los factores individuales dentro esas ondas. Es decir
que al dividir por 5, por ejemplo, el Zodíaco, estamos creando cinco
pequeños Zodíacos sucesivos en su interior, que luego resonarán
entre sí por identidad y por ello podemos permitirnos superponerlos.
Es interesante observar que buena parte de la teoría de
Addey surgió del análisis no sólo de sus propios datos sino de las
impresionantes estadísticas de Michel Gauquelin. Los picos o abul-
tamientos típicos de sus conocidas estadísticas son susceptibles de
análisis armónico, y lo que Addey observó es que en general eran el
resultado de una onda 4 combinada con una onda 3: recordemos
que el Zodíaco surge de una división de 3x4. Pero además cada
grupo profesional parecía tener armónicos propios, una vez aplicado
el análisis armónico de Fourier, utilizado para descomponer una
onda cualquiera en sus elementos básicos constitutivos. Ésta es
quizás otra virtud del sistema impulsado por Addey: todas las ondas
son susceptibles de análisis matemático.
La línea británica se ocupó de estudiar los números básicos
y sus combinaciones, analizando las Cartas armónicas correspon-
dientes a cada número según criterios que luego veremos y que
facilitaba el programa británico de computación Astrocalc. Hubo
poca investigación respecto de tránsitos, pero se destaca al respec-
to la famosa llevada adelante en los ’80 por Nick Kollestrom sobre el
“Efecto Eureka”, en donde se advertía una proliferación mayor de la
habitual de quintiles y septiles en el cielo cada vez que se había
dado un descubrimiento científico importante en la historia de la
humanidad.

318 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 33. Suma de vectores

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 319


¿Cuál es el aporte de la línea española? A fines de los ’80,
continuando las investigaciones de Santos Santos, Miguel García
abordó el tema de las armónicas considerando la posibilidad de
expresarlas en términos de suma de vectores. En ese mismo mo-
mento un estudiante del Centro Astrológico del cual lamentablemen-
te no recuerdo el nombre y un profesor, el ingeniero Enzo Robles,
en forma completamente independiente, siguieron los tres cada uno
caminos muy similares, si bien sin duda a la larga el más productivo
y que más impactó en la comunidad fue el de García, aunque la
sincronicidad no deja de ser asombrosa.
Un vector orientado (figura 33) es una entidad matemática
que normalmente representa una fuerza localizada y que tiene un
origen, un extremo, una dirección y una longitud que expresa su
intensidad. Cuando tenemos más de un vector, podemos hacer una
suma de sus fuerzas, obteniendo un vector que expresaría ese re-
sultado y que gráficamente se logra construyendo un paralelogramo
con los vectores primarios. Si consideramos la posibilidad de
representar cada planeta de una Carta con un vector orientado,
podemos luego hacer entonces la suma de los diez vectores (o la
cantidad de planetas que estemos considerando) y obtener una
representación de una especie de línea de fuerza de la Carta toda.
En la suma, obtenemos la intensidad con la fórmula: √ (sen A + sen
B)² + (cos A + cos B)², y la orientación con: inv. tan ((sen A + sen B)
/ (cos A + cos B)).
Una de las primeras operaciones de García fue la de cal-
cular la suma de todos los planetas de cada Carta armónica hasta el
número 12 y ver en qué grado y minuto se posicionaba dicho vector.
Pero lo más importante era la longitud (intensidad) del mismo, pues
mostraría desde esa perspectiva cuáles eran entonces los armó-
nicos más fuertes operativos o característicos en la Carta de un
individuo. No había así en principio un análisis interno de cada
armónico en sí, como hacían los ingleses, sino una detección de las
fuerzas relativas de cada armónico en la Carta tomadas en su con-
junto. Cabe aclarar que en los armónicos superiores al 1, el vector
era consecuentemente repetido según el número: el 2 tendría su
expresión también a 180º, el 3 en dos otros vectores a 120º del
resultado de la suma vectorial, y así sucesivamente. Más adelante,
idearon con Maciá darle un color a cada armónico y expresar los
vectores con una forma ligeramente redondeada que sería más lar-
ga según más largo o intenso fuera el vector, y de este modo se

320 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


podrían ver las doce armónicas y sus distribuciones y fuerzas relati-
vas de un vistazo en un gráfico muy creativo al que llamaron la Flor
Armónica.
Este mismo criterio de suma vectorial fue aplicado también a
Sinastrías, Tránsitos, Progresiones, Direcciones Primarias, Revolu-
ciones Solares y otras técnicas en un programa de computación
muy flexible aunque de uso complejo llamado Armón que permite
modificar las variables (agregar o quitar factores intervinientes, etc.)
y de ese modo diversificar y especializar fuertemente la investiga-
ción y la interpretación del usuario.
Mi intención es explicar los enfoques que hacen en la prácti-
ca sobre una Carta Natal cada una de las líneas mencionadas.
Veremos algo de ello en el caso de ejemplo, que es la Carta de la
primera dama argentina, María Eva Duarte de Perón, esposa del
presidente Juan Domingo Perón, más conocida como Evita y cuya
Carta hemos ya visto desde otras perspectivas en capítulos anterio-
res.
Hay un análisis pormenorizado de su Carta Natal (figura 34)
en el Manual de Síntesis Astrológica: El Camino en el Mapa Natal,
de modo que miraremos directamente una primera Carta armónica,
la del número 2, aunque antes quisiera señalar la importante cuadra-
tura del Sol y Marte, regente del Ascendente, ambos en Casa I, con
la Luna y Saturno en Casa IV, que indudablemente es uno de los
elementos más característicos de su Carta.
La armónica 2 suele asociarse con la relación y la comple-
mentaridad, surgidas de una carencia o incompletud, y de ahí una
dependencia, con tanto alianzas como luchas y opositores. La Carta
armónica debiera reflejar algo de esta dimensión en esta persona.
¿Pero cómo miramos la Carta en sí? En primer lugar como una
totalidad para ver qué nos llama la atención. Aunque es imperioso
olvidarnos completamente de las Casas que allí vemos: no tienen
una realidad astrológica y son un puro resultado de las rutinas de los
programas más difundidos de computación (exceptuando, por su-
puesto, el Armón y el Medirian) para ofrecer al astrólogo alguna
rueda de Casas, una tara mental que les quedó de un principio y
que no han modificado, dado que poca gente se ocupa seriamente
de estos temas. En cambio, sí son importantes las posiciones del
Ascendente y el Mediocielo (no lo que figura como Casa X de la
Carta de Casas iguales de esos gráficos). En esa primera mirada

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 321


observaremos si hay conjunciones, stelliums, configuraciones o al-
gún otro aspecto muy exacto de planetas entre sí. También los esta-
dos celestes por signo: cuántos y cuáles planetas se hallan en
dignidad y cuáles en debilidad. Podemos ver asimismo si hay alguna
superposición significativa con la Carta Natal original (a la que ahora
podemos llamar “armónica 1”), pues mostrará un efecto de una
faceta puntual de lo que esa armónica en particular simbolice afec-
tando a una parte concreta de la persona.
Si la armónica 2 tiene que ver con relaciones, es interesante
observar (figura 34) cómo la cuadratura antes mencionada de las
luminarias y los maléficos ahora se convierte en una oposición (90º x
2 = 180º) en la que Saturno, exiliado en Leo en la armónica 1, ahora
está en regencia en Capricornio. La Luna y Marte están en su signo
de caída (repitiendo Marte su mal estado celeste original) y com-
parten el simbolismo de lo instintivo, mientras Saturno, todo lo
contrario, se vincula a la autoridad, el ascenso social y a alguien ma-
yor (su marido el general Perón era 25 años mayor que ella). Pero la
oposición está en doble cuadratura a Plutón en Libra, formando una
T Cuadrada (la Luna tenía originalmente una semicuadratura a Plu-
tón, y 45º x 2 = 90º). Libra es signo de relaciones y matrimonio, así
como la oposición en general, y Plutón se alía a Saturno y a Marte y
al Sol para mostrar que las asociaciones surgidas de una carencia
en esta Carta armónica 2 van a tener un fuerte matiz de autoridad y
mando, con alianzas que dan mucho poder y opositores feroces o
ferocidad contra los mismos. Por otro lado, Júpiter en Libra hace
conjunción a la cúspide de la Casa VII de su Carta Natal, mostrando
la positividad y crecimiento social que le dio su principal relación,
mientras que la conjunción de Sol y Marte (el General) está arriba
del Plutón de la Carta Natal y la conjunción de Saturno y Luna en
oposición al Júpiter de la misma Carta. La conjunción de Plutón y
Júpiter en Cáncer en su Casa III natal así activada reflejaría cómo
sus asociaciones, reflejadas por la armónica 2, le permitirían desple-
gar un gran poder social mediante la comunicación a las masas, tal
como recordamos en las arquetípicas imágenes de sus discursos en
el balcón de la Casa Presidencial.
Veamos cómo enfoca esto mismo una herramienta elabora-
da dentro de la línea británica. El análisis armónico que lleva
adelante de esta misma armónica 2 consiste en un recuento de los
aspectos y sobre todo configuraciones de orbe más pequeño, otor-
gándoles un puntaje que será mayor cuanto más exactos sean y

322 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 34. Carta Natal de Eva Perón y armónicas 2 y 8

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 323


sumando un resultado final. En este caso el valor final de 56 puntos
no es muy importante, y al parecer la Luna es la que claramente
acumula más aspectos exactos, constituyéndose en el planeta que
suma más puntos en forma individual (38). Si recordamos su posi-
ción en Leo en Casa IV de la Carta Natal, allí obtendremos la infor-
mación sobre las principales motivaciones, entendidas como caren-
cias, que la llevan a relacionarse como esposa (“Eva”) y que se
relacionan con situaciones desafortunadas que vivió en su infancia
respecto de su padre que le produjeron un fuerte resentimiento
hacia las diferencias sociales.
Por supuesto que no analizaremos ahora cada armónica de
este modo. Veamos sencillamente el cuadro de los totales del análi-
sis armónico de las doce primeras armónicas tal como lo muestra el
programa Astrocalc: lo encabeza la 8, con 160 puntos y luego le
siguen de lejos la 7 con 97 puntos, la 6 con 95, la 4 con 94, la 12
con 92, la 10 con 90, la 9 y la 5 con 86, la 1 con 85, la 11 con 62 y
finalmente la 2 con 56. Dados los resultados, vale la pena echar un
vistazo a la armónica número 8 (figura 24).
El 8 tiene que ver con tensión, fricciones, deseos que produ-
cen gran inquietud, preocupación y una sensación de amenaza que
provoca miedo, defensividad, odios y adrenalina, resultando en una
hiperactividad compulsiva. Rasgos que bien pueden caracterizar una
parte importante de la personalidad de Evita, pensándolo aquí desde
el punto de vista del carácter y no de sus importantes logros y con-
quistas sociales, dado que el enfoque británico pareciera describir
mejor esa esfera de la existencia.
Estos rasgos parecen resaltarse con la exaltación del Sol en
Aries junto a Marte en regencia, mientras que Plutón está angulari-
zado por su oposición al Mediocielo en Escorpio. La Luna, ahora
exaltada al igual que Júpiter, en conjunción éste al Plutón de la
Carta Natal y en cuadratura al Sol de la armónica muestran una exa-
cerbación de los símbolos de poder y popularidad masiva en donde
se desplegará toda esa tensión del armónico 8. La escuela británica
y eventualmente la española también comprenden los números
complejos como resultado de la combinación de los significados de
los números del cual son producto: por ejemplo, 8 es igual a 4x2. Si
el 4 es, entre otras cosas, esfuerzo, acción, trabajo, resistencia y
sufrimiento, esto será entonces en relación con o por los otros, que
es lo que simboliza el número 2. Y esta acción, trabajo y esfuerzo

324 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 35. Flor Armónica de Eva Perón

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 325


con y por los otros estarán también teñidos del significado exhube-
rante, dinámico, dominante y hasta agresivo de los planetas mencio-
nados.
La línea española parte para su análisis de lo que hemos
llamado la Flor Armónica, es decir la expresión gráfica de la intensi-
dad relativa de las doce primeras armónicas y qué áreas de la Carta
afectan. Según la experiencia de sus creadores es más elocuente
aquello que se ve trabajando solamente los planetas hasta Saturno.
En el caso de Evita (figura 25), el armónico predominante es el 12
con 5.10 puntos y que el programa Armón grafica de color verde
claro (aquí tenemos sólo gamas de grises, pero son los doce pétalos
más largos), aunque le sigue muy de cerca el 1, con 5.05 puntos,
que es ese gran globo (amarillo en el programa). Ya de por sí la
combinación de 12 y 1 es muy interesante por ser armónicas tan
diferentes: la 12 simboliza la acción en, con y para lo colectivo, una
capacidad de integración y de síntesis y, eventualmente, karma y
pérdida de libertad. En cambio la 1 se asocia con la individualidad, la
voluntad, la independencia, la autonomía y la exteriorización, así
como los inicios. La contigüidad de ambas en términos de intensidad
describe de cuerpo entero a Evita: la fuerte individualidad llena de
fuerza de voluntad que se integra a lo colectivo y acciona para él
hasta el punto de perderse en el mismo. Nótese cómo la rica inter-
pretación caracterológica de la línea británica se complementa aquí
con una descripción que va más allá de la personalidad y retrata a
las actitudes de la persona accionando en relación a su medio.
El centro de gravedad del círculo grande, es decir el vector
de la armónica 1, cae sobre el Venus en Géminis en conjunto a la
cúspide de Casa III, recordándonos nuevamente la capacidad orato-
ria en la que expresaba la gran fuerza de voluntad de esta intensa
armónica 1, así como su encarnación de un arquetipo femenino na-
cional y su iniciativa para lograr que las mujeres de Argentina
pudieran votar (casa III) por primera vez. Mientras que los pétalos
más largos de la Flor, es decir los vectores de la armónica 12, ponen
de realce la cuadratura de las luminarias y los maléficos en las
Casas angulares, así como a Mercurio en Aries: su integración a lo
colectivo (12) tuvo que ver con ese mismo discurso (Mercurio), así
como con una acción combativa (Sol y Marte en I) a favor del pueblo
y contra las clases superiores (Luna y Saturno en IV). Las lecturas
menos felices de la armónica 12 también pueden asociarse al des-
gaste que tuvo de su corta vida, pues Marte en exilio rige el Ascen-

326 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


dente y está en I junto al Sol, mientras la Luna, principio vital para
toda mujer, está junto a Saturno en exilio en IV, símbolo de fin de
vida.
Así como un instrumento o una voz se reconocen por su
timbre y este timbre está conformado por una onda resultante de los
armónicos más resaltados que lo constituyen, rastreables por análi-
sis armónico y que en cada caso serán diferentes, lo mismo ocurre
con una persona y las armónicas en Astrología: son importantes las
dominantes, pero también aportan matices definidos las que les
siguen en intensidad. En este caso, la 11 con 4.35 puntos (represen-
tada en el programa por pétalos color violeta), la 8 con 3.82 puntos
(pétalos color rojo oscuro). La 11 tiene que ver con la transgresión,
la rebeldía, el inconformismo, el individualismo, los excesos, las
rupturas y los cambios. La 8, como ya dijimos, tensión, fricciones,
sensación de amenaza, defensividad, adrenalina, odio e hiperactivi-
dad. Todos estos rasgos fueron característicos de Evita y puestos
en juego para lograr sus fines más imperiosos de hacer ella misma
algo por la sociedad, propios de las armónicas 12 y 1. El carácter
transgresor de la 11 orienta sus vectores a la poderosa cuadratura
de la cual ya hemos hablado y al Venus inicialmente mencionado.
También la tensión y adrenalina desgastante de la 8 señala en sus
vectores a esa misma cuadratura, añadiéndole la intensidad, poder y
eventualmente odio de Plutón.
Hemos dicho que los investigadores que dieron forma a este
enfoque prefieren calcular los vectores utilizando a los planetas
hasta Saturno, pero de hecho podemos hacerlo con los planetas que
queramos. Calculando la Flor con los planetas personales hasta
Marte inclusive, vemos de un modo más rotundo según mi experien-
cia la personalidad y la imagen que tiene el sujeto de sí mismo, de
un modo similar a lo que nos muestra el abordaje de John Addey.
En cambio la versión hasta Saturno de Miguel García muestra tanto
carácter como destino, el yo operando en sociedad con sus accio-
nes y medios. Si incluimos a todos los planetas hasta Plutón, se nos
muestra un destino más exterior, en cierto modo social: lo que uno
significa para el mundo desde una perspectiva inclusive histórica,
así como los objetivos personales más trascendentes.
Esta última Flor Armónica nos muestra a Evita desde una
óptica ligeramente diferente aunque igualmente interesante. La
armónica 1 continúa predominando pero ahora de un modo más in-
tenso, con 6.38 puntos, y le siguen la 9, con 4.82 puntos (represen-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 327


tada por pétalos azules en el programa) y la 8, con 4.52. La
armónica 9 se asocia a la prosperidad, la plenitud, la idealización, el
alivio, el descanso y eventualmente la filosofía y la cultura. La acción
individual altamente protagónica de la armónica 1 se combina con el
bienestar, la prosperidad, el alivio de los males y los altos ideales de
la 9. Todavía hoy se la llama Santa Evita por la imagen que irradió y
por su acción social: casualmente los vectores de la armónica 9
apuntan a Urano en XI, Plutón en Cáncer y Neptuno en IV, los tres
transpersonales orientados a la transformación colectiva y que se
incluyeron en esta suma vectorial. Las características más luchado-
ras y adrenalínicas de la armónica 8 se asociarían a sus desgas-
tantes confrontaciones e hiperactividad para lograr dicho bienestar y
por lo cual es también igualmente recordada.
Otra aplicación posible de las armónicas común a ambas
escuelas es la de ver cómo un mismo planeta se halla en mejores o
peores condiciones en cada armónica según su estado celeste por
signo y aspectos, de modo que podamos comprender mejor su
estado general y cómo opera en el nivel simbolizado por cada
armónica. Para ello hay varias formas de proceder, tal como el uso
del diseño del “Mandala Armónico” del Armón o sencillamente calcu-
lar las doce Cartas armónicas. Marte en la armónica 1 está en Tauro
(mal), en la 2 en Cáncer (mal), en la 3 en Leo, en la 4 en Libra (mal),
en la 5 en Escorpio (bien), en la 6 en Capricornio (bien), en la 7 en
Acuario, en la 8 en Aries (bien), en la 9 en Tauro (mal), en la 10 en
Cáncer (mal), en la 11 en Leo y en la 12 en Libra (mal). Que esté
mayoritariamente mal que explica su desgastante y corta vida, ya
que es el regente del Ascendente. Las armónicas en las que se halla
bien son la 8, la 6 y la 5: se halla vital y a sí misma entonces en la
lucha y la hiperactividad de la armónica 8, la comunicación, inter-
cambios y aprovechamiento que se asocian a la 6 y el talento, la
creatividad, la compulsión y obsesión eventualmente destructivas
que simboliza la 5.
También podemos usar la Flor Armónica en sinastría:
sencillamente se calculan los vectores de las dos Cartas superpues-
tas. En la Flor combinada de Evita con Perón se realzan el armónico
1 y 12, tal como ocurría en su Carta Natal, por lo que esta relación
potencia sus tendencias a una acción personalista en un marco
colectivo.
Con la herramienta diseñada por Miguel García con la
colaboración de Tito Maciá también se pueden ver cómo los pétalos

328 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


de las diversas flores más importantes van siendo tocadas por la
progresión del Ascendente siguiendo ciertas claves simbólicas, tales
como 6º = un año (el C-60 de Demetrio Santos), o, más interesante
todavía, la de 5º = un año. O en una Revolución Solar, qué armóni-
cos están más fuertes y qué planetas y Casas son tocados por sus
pétalos, pudiendo visualizar fechas concretas de activación de éstos
progresando el Ascendente 1º por día o el tránsito del Sol. Los
Tránsitos, las Direcciones Primarias y las Progresiones Secundarias
también pueden ser analizadas desde esta perspectiva completa-
mente nueva mediante unos gráficos a los que han llamado Harmo-
gramas.
En éstos se consideran para un lapso determinado los
vectores de los planetas natales combinados con los de los planetas
transitantes, o en el caso de las Secundarias, de los planetas pro-
gresados, pudiendo también observar solamente los vectores de los
progresados, sin considerar la Natal. El programa permite además
elegir los tipos de armónicas y de factores transitados y transitantes.
En el caso de Evita podemos señalar dos eventos funda-
mentales de su vida: por un lado el 17 de octubre de 1945, un año y
medio después de conocer a Perón y comenzar la relación, en que
encabezó la revolución para liberarlo de la cárcel y que se considera
el nacimiento del movimiento peronista, y por el otro su muerte,
ocurrida el 26 de julio de 1952.
Al observar todo el arco de vida simbolizado por las Direc-
ciones Primarias desde el momento de su nacimiento, podemos ver
la Flor Armónica extendida en el tiempo en forma de ondas (figura
36). Allí advertiremos que el primer pico más elevado de su vida se
dio justamente en 1945, el año de la revolución. La armónica de esa
cresta es la 5, la de la creatividad y la compulsión, con un apoyo de
base de la 11, la de los excesos, la rebeldía, la ruptura y los cam-
bios, junto con la 10 del éxito social y la creación de nuevas normas.
El siguiente pico elevado de su vida coincide con el año de su
muerte y lo forma una armónica 12, la de los hospitales y pérdidas,
contra una fuerte cresta descendente de la armónica 6 de la movili-
dad, marcando un déficit de esta capacidad. Los otros picos ya son
posteriores a su muerte y podrían corresponderse con la complicada
y siniestra historia de todo lo ocurrido con su cadáver, pero es prefe-
rible seguir analizando lo vinculado a su vida.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 329


Las Direcciones Secundarias (figura 36) nos ofrecen una óp-
tica complementaria para estos sucesos. En 1945 hay un fuerte cru-
ce de la onda del armónico 2 con la onda del 4, y los cruces son tan
importantes como las crestas, combinándose los simbolismos de los
armónicos que se encuentran. La 2 está asociada a asociaciones y
pareja, y la 4 a acción, esfuerzo, logros y mando. En cambio en su
muerte se cruzan la 8 con la 16, con toda la fricción y adrenalina que
se asocian con el primero y el extremo agotamiento de energía que
supone la 16, que es resultado de 4x4. Acompaña a esta combina-
ción de un modo característico una cresta descendente de la 9, el
armónico del bienestar y la plenitud, llevado ahora a su mínima
expresión.
Realmente es un mundo inagotable y lleno de posibilidades.
Para mencionar sólo algunas de ellas y de nuevo dentro de la línea
británica, tenemos las armónicas planetarias propuestas en 1980
por John Greig, donde se dividen los 360º del círculo por el valor en
grados absolutos en que se halla un planeta y luego el resultado se
toma como el número armónico por el cual haremos vibrar la Carta.
El planeta se posicionará en los 0º de Aries y las otras posiciones
mostrarían cómo ve el individuo a esos símbolos desde la pers-
pectiva de la función psicológica representada por ese planeta.
Asimismo, pueden ser considerados como facetas del planeta que
origina la armónica: el Marte de la armónica de Venus mostrará có-
mo salimos a conquistar aquello que nos gusta o nos atrae, el Urano
de Venus nuestra necesidad de libertad en el amor y así sucesiva-
mente. La técnica se vuelve mucho más reveladora al superponer
las posiciones sobre las de la Carta Natal, a las que les impone una
significación: si el Urano de Venus cae sobre la Luna natal, las nece-
sidades de libertad en el amor pueden afectar seriamente las ne-
cesidades de seguridad y continuidad emocional.
Existe también la llamada Armónica de Edad, que sencilla-
mente consiste en calcular la armónica correspondiente a la edad
que se cumple en un momento dado y se lee más o menos del mis-
mo modo que una Revolución Solar (aunque hubo agitados debates
públicos entre Alexander Marr, Dymock Brose y el australiano Ross
Harvey sobre qué número debe ser considerado: el número de años
cumplido o el número de año en curso, sin llegar a acuerdos conclu-
yentes al respecto). Esto se puede especializar mucho más con el
uso de la llamada Armónica Diaria, que toma en cuenta el año de la
edad y la fracción decimal con tres dígitos correspondiente a un día

330 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 36. Harmogramas de Direcciones Primarias y Progresiones
Secundarias Evita

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 331


cualquiera y reflejaría las situaciones que vamos viviendo día a día,
herramienta muy usada para la rectificación en una etapa determina-
da del Caba. En la misma línea de comprender qué pasa en el curso
del tiempo pero sin acudir a los Harmogramas, calcular la armónica
planetaria antes mencionada para el Sol progresado permite ir vien-
do cómo se despliegan ciertos procesos en el tiempo.
Por otro lado, la Armónica de Arco de Fase estudia qué pasa
con un aspecto en particular dividiendo los 360º del círculo zodiacal
por el ángulo exacto que separa a esos dos planetas. En la armó-
nica resultante los mismos van a estar en conjunción y los aspectos
a la misma así como los factores más destacados de la Carta van a
mostrar matices y contenidos más profundos de aquello que rodea a
ese aspecto en relación a la Carta. Asimismo es interesante obser-
var en qué signo y Casa cae esa conjunción porque estaría mostran-
do posibles vías de solución del aspecto, sobre todo si es problemá-
tico, ya que ahí es donde estarían si estuvieran en conjunción. En el
caso de ser armónico, también indica en qué área de vida incide
positivamente esa combinación de símbolos. Lo mismo vale para los
inarmónicos, aunque con una lectura más negativa.
Como puede advertirse, la teoría de las Armónicas nos abre
un vasto mundo de posibilidades. En el universo todo vibra, la vibra-
ción se da en forma de ondas que tienen una forma cíclica y los ci-
clos son el tema básico del cual se ha ocupado la Astrología: tal vez
ésta dé un salto cuántico cuando podamos explorar mejor y per-
feccionar estas nociones, por lo que quizás merezca ser llamada la
Astrología del futuro.

332 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


APENDICE
Significados de las armónicas
1. Voluntad. Individualidad. Independencia. Autonomía. Exteriori-
zación. Inicios.
2. Relación. Incompletud. Carencia. Complementaridad. Depen-
dencia. Lucha. Alianzas. Opositores.
3. Facilidad. Desarrollo. Integración. Cooperación. Propagación.
Oportunidades. Liberación. Impunidad. Recuperación.
4. Trabajo. Acción. Esfuerzo. Logros. Materializaciones. Resistencia.
Sufrimiento. Cansancio. Dolor. Decisiones. Impopularidad. Mando.
5. Creatividad. Talento. Mente. Estilo. Compulsión. Obsesión.
Destrucción.
6. Movimiento. Comunicación. Intercambios. Artimaña. Aprovecha-
miento.
7. Intuición. Fantasía. Inspiración. Canal. Espiritualidad. Depresión.
Fatalidad. Opresión.
8. Inquietud. Preocupación. Tensión. Fricciones. Odio. Miedo.
Deseos. Amenaza. Defensividad. Adrenalina. Hiperactividad.
9. Tranquilidad. Descanso. Alivio. Prosperidad. Euforia. Plenitud.
Filosofía. Cultura. Idealización.
10. Preceptos. Reglas. Responsabilidades. Éxito social. Creación de
nuevas normas.
11. Transgresión. Excesos. Individualismo. Rebeldía. Inconformismo.
Rupturas. Cambios.
12. Acción en, con y para lo colectivo. Integración. Síntesis. Karma.
Pérdida de libertad.

Bibliografía
Addey John M., Harmonics in Astrology, Fowler & Co 1975.
Dean, Geoffrey et al, Recent Advances in Natal Astrology, The Camelot
Press 1977.
Hamblin David, Harmonic Charts, Aquarian Press 1987.
Harding Michael y Charles Harvey, Working with Astrology, Arkana 1990.
Maciá Tito, La Astrología del siglo XXI: las armónicas, Antares 2004.
Santos Santos Demetrio, Investigaciones sobre Astrología, 1978.
---------------- Astrología Física, 1988.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 333


334 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 17

ACERCANDONOS A LA ASTROLOGIA HINDU

Este capítulo desarrolla una reflexión sobre los lineamientos


básicos que miles y miles de astrólogos en la India vienen usando
desde hace cientos y hasta miles de años, dado que todavía hay un
gran desconocimiento en el mundo hispanoparlante sobre esta valio-
sísima Astrología.
Mi primer contacto con la Astrología Hindú se dio en California,
a principios de 1995, en UAC, el congreso astrológico de mayor rele-
vancia y participatividad que cada tres años los americanos organizan
nucleando a las diversas entidades nacionales y astrólogos u
organismos representativos de otros países. La Astrología Hindú no
había estado en el congreso anterior y más bien me encontré con que
todo estaba "igual que hace tres años", exceptuando la inclusión de
esta nueva invitada. Mi inmediato enamoramiento, como el de muchos
asistentes, me llevó a profundizarla mucho en los meses siguientes,
encontrándome ya en la India antes de finalizar el año, en parte por
otras búsquedas personales y en parte para seguir avanzando en la
comprensión de la práctica y estructura de esta disciplina.
Está habiendo estos últimos años en Occidente y en los Esta-
dos Unidos en particular una especie de boom o moda con grandes
avances en su difusión y congresos occidentales de Astrología Hindú,
pese a que siempre "estuvo a mano" y a que tiene una presencia y una
tradición ininterrumpida durante los últimos tres mil años (los hindúes
dicen que muchos más). Situación diferente a la de nuestra Astrología
occidental, que ha sufrido tantos accidentes históricos e inclusive
virtuales desapariciones. Quizás se ha enriquecido en muchos
sentidos al haber pasado por tantas culturas, ideologías y visiones,
pero en los últimos años no ha hecho importantes avances en sus
contenidos técnicos y es quizás por ello la atención, fascinación e
investigación que están empezando a rodear a su vieja hermana de la
India. A tal punto se ha desarrollado este interés, que ya es parte de
todo congreso internacional y por ende está empezando lisa y llana-
mente a incluirse en la tradición occidental aunque no sea necesaria-
mente compartida por toda la comunidad astrológica, del mismo modo
que, por ejemplo, la Cosmobiología y los puntos medios de Ebertin, la

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 335


Astrología Dracónica o la línea siderealista iniciada por Fagan, Fire-
brace y Bradley no son consensuales pero sí parte importante y creíble
de la práctica de muchos miles y por lo tanto de nuestra tradición.
También está habiendo en el hemisferio norte un movimiento
muy importante de revalorización de las fuentes de nuestra propia
Astrología y su pasado histórico para tratar de entender cómo nació
nuestro Arte, qué técnicas quedaron perdidas en el tiempo y cómo se
las puede recuperar. Ya hemos señalado que muchos trabajos esta-
dísticos modernos de validación científica positivista de los dichos
astrológicos están confirmando más elementos de la Astrología de
hace 500 o hasta 2000 años que contenidos más recientes, lo que en
parte se debe a que la Astrología moderna y su discurso humanístico
más popular es muy difícil de validar en términos estadísticos, puesto
que sus enunciados apuntan a un paisaje interior que no puede ser
verificado empíricamente (el epistemólogo Karl Popper diría que "no es
falsable", es decir, aquello que afirma no puedo decir que es falso o
no; a lo sumo me impacta emocionalmente o no y desde vivencias
personales me convence o no, pero no se lo puedo "demostrar" a un
tercero, con todo derecho escéptico). En cambio las afirmaciones de la
Astrología tradicional son muy categóricas ("los padres mueren a corta
edad, reside fuera de su país natal, muerte por armas de fuego,
hereda propiedades, etc."), y es totalmente posible verificar si ocurren
o no. Por esto mismo hoy está se están financiando por primera vez en
forma importante investigaciones astrológicas y éstas se refieren a
nuestro pasado occidental.
¡Y la Astrología Hindú es en gran medida Astrología occidental
antigua! Quizás éste sea otro probable motivo de su reciente gran difu-
sión: un alto porcentaje es Astrología helenística (capítulo 3) y la pre-
sencia ininterrumpida de dicha Astrología en la India nos la convierte
actualmente en una especie de eslabón perdido respecto de la com-
prensión de nuestro pasado para, desde ahí, poder hacer en el futuro
un mejor progreso en el desarrollo de nuestra propia Astrología.
Señalaré algunas de las diferencias principales entre la teoría
y práctica usuales de la Astrología Hindú (también llamada Astrología
Védica o Jyotish, que quiere decir literalmente "Ciencia de la Luz") por
un lado, y las de la que nosotros más estamos habituados, sobre todo
la tan difundida corriente humanística. Para comenzar, hay mucho
menos discurso atinente al mundo interior y a los propios procesos
evolutivos pensados en términos psicológicos o filosóficos, lo que fue
quizás el principal motivo por el que, pese estar "a mano", fue

336 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


considerada poco interesante por los astrólogos de las últimas déca-
das, tan fascinados por el enriquecimiento que les supuso la mirada
humanística, es decir espiritualista, psicológica y dirigida a las "causas
interiores" y no a los "efectos exteriores".
Paradójicamente la Astrología Humanística es una conse-
cuencia del resurgimiento de la Astrología de fines del siglo pasado en
el seno de la Teosofía, corriente que nace de un encuentro de
Occidente con Oriente y sobre todo con la India. Pero a la Astrología
de ese país se la veía poco científica, dado el total desinterés en
justificar y organizar coherentemente sus enunciados (pecado capital
para el pensador occidental de principios y mediados de este siglo y
para el astrólogo que quería legitimar ante dichos pensadores su
actividad) y por otro lado poco espiritual o psicológica, dado que tendía
a hacer afirmaciones categóricas sobre fecha de fallecimiento, estado
conyugal, cantidad de hijos, ocupación y enfermedades específicas,
éxito o no profesional, etc. parecidas a las de nuestros textos de fines
de siglo o anteriores, demasiado deterministas o "prosaicas" para el
astrólogo orientado ahora a la sobrevaloración de lo interior al punto de
casi menospreciar el concepto de "qué va a (o debe) pasar en la vida ,
en gran parte por no saber cómo determinarlo, reemplazado ahora por,
más bien, "cómo debo mirar la vida para enriquecer mi consciencia".
Tenía, en suma, el mal gusto de parecer "poco espiritual", co-
sa paradójica por el prejuicio del occidental moderno New Age que ve
en la India una especie de paradigma o ideal de cultura espiritual,
sorprendiéndole que no haya allí una Astrología “espiritual” en el
sentido que le damos hoy a dicho término. Pero para esta cultura, que
en Astrología Mundana vinculamos al signo de Capricornio, el cumpli-
miento del propio destino (Dharma) es signo de la máxima realización,
más allá de prácticas espirituales más conocidas, tales como la medi-
tación. Es decir que no les es mundano hablar de "cuándo me caso, o
tengo hijos", sino totalmente relevante en términos espirituales: no hay
la división dicotómica a la que estamos tan acostumbrados desde hace
unos siglos en Occidente entre espíritu y materia, lo mundano y lo
elevado, o lo interior y lo exterior, como si fueran áreas distintas que se
desarrollan por caminos diversos.
Las diferencias técnicas son muchas. La Astrología Hindú usa
el Zodíaco sidéreo, es decir aquél que también está en la Eclíptica
pero que para su división en doce partes iguales no tiene su punto de
partida en el punto Vernal (la intersección del Ecuador con la Eclíptica
en el extremo por donde pasa el Sol al inciar la primavera en el

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 337


hemisferio norte y que inicia el Zodíaco trópico que usamos desde
hace cientos de años en Occidente), sino en algún punto a determinar
en el principio de la constelación de Aries, el grupo de estrellas que
llamamos El Carnero.
"A determinar" porque no hay total acuerdo entre los astrólo-
gos de la India respecto del emplazamiento exacto de dicho punto.
Aunque hasta hace poco había muchos más astrólogos solamente en
la India que en el resto del mundo, ya que allí la Astrología ocupa en la
sociedad un lugar de mucha mayor importancia en cuanto a respeto y
participación, y todos la consultan para regular cualquier decisión tras-
cendente de su vida, no hay un acuerdo respecto de este elemento tan
fundamental como es el del emplazamiento exacto del marco de refe-
rencia que usan para su trabajo cotidiano: el Zodíaco. A tal punto
cumple la Astrología otro rol en la sociedad hindú, que en la década
del cincuenta el gobierno convocó a cientos de astrólogos representati-
vos para acordar y definir en una convención y de una vez por todas el
Ayanamsa (distancia angular entre el principio del Zodíaco sidéreo y el
del trópico) y que tuviera validez general, lo que también se debía a
temas calendarios y celebración de festividades. No hubo tal acuerdo,
pero sí se decretó como ayanamsa oficial y más recomendable el de
Lahiri, hoy ya el de mayor uso y que convive con otras decenas. Todos
tienen entre sí una diferencia no mayor de 5º (lo que es mucho decir),
pero los más populares difieren en unos 2º.
Entre ellos se encuentran, además del de Lahiri (incorporado a
los programas de computación), el que usa Raman, el prolífico y
respetado autor hindú que tiene un excelente texto traducido al cas-
tellano (Cómo interpretar un horóscopo, Editorial Mercurio 3) y el de
Krishnamurti, un astrólogo de principios de siglo muy reconocido y al
cual no hay que confundir con el popular místico y filósofo surgido del
movimiento teosófico. Dicho sea de paso, vale la pena mencionar que
el Zodíaco sidéreo que más se tiende a usar en occidente desde la
aparición de la corriente siderealista tiene su ayanamsa ubicado tam-
bién a una pequeña distancia de los mencionados y se lo conoce por
el SVP (Synetic Vernal Point) definido por Donald Bradley y Cyril
Fagan a través de investigaciones arqueológicas y por experiencias
estadísticas y cuya posición encontramos consignada mes a mes en
las efemérides de Michelsen. La comunidad astrológica tendió a
reconocerlo tanto por respeto a la autoridad intelectual de sus autores
como, sobre todo, por su olímpico desinterés en el tema.

338 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Lahiri me ha dado hasta ahora resultados increíblemente
precisos en la interpretación y sobre todo para definir fechas exactas
en la predicción. Si quisiéramos imputarles a los hindúes desorden en
términos de objetividad científica por la coexistencia de varios inicios
de Zodíaco, corre parejo con la coexistencia de todavía decenas de
sistemas de división de Casas sobre los cuales la comunidad astroló-
gica occidental toda no llega a ningún acuerdo y que ha sido desde
principio del siglo XX motivo de burla de los científicos.
También usan mucho otra división de la Eclíptica en, ya no
doce, sino veintisiete signos iguales de 1320' a los que llaman
Nakshatras, asterismos o constelaciones y que nosotros conocíamos
generalmente a través del libro de Volguine Astrología Lunar en donde
se los llama “Mansiones Lunares”. Alguna vez fueron veintiocho y son
de probable origen chino, pese a que los hindúes siempre se adjudican
el origen de todo lo imaginable y existente en la tierra y desde hace
decenas de miles de años y “kalpas”. Son sin duda el elemento más
antiguo de su Astrología y era ya muy utilizado previamente a la impor-
tación de la Astrología griega desde la conquista de Alejandro.
Quizás les toque a estos Nakshatras ser el elemento más
psicológico en el estilo de nuestra moderna Astrología Humanística,
sobre todo en las posiciones de la Luna, el Ascendente y otros factores
personales. En ciertas escuelas se los usa además para determinar
estados cósmicos y regencias sobre Casas y para definir gobernantes
en el sistema de predicción más popular, que es el denominado de
“Períodos Planetarios” (también usan tránsitos, pero de un modo muy
distinto a como los usamos nosotros, por ejemplo dándole mucha im-
portancia al signo de la Luna).
Otro aspecto distintivo de la Astrología Védica es su forma de
definir las Casas. El sistema más usado fue el primero en utilizarse en
la Astrología occidental, es decir el denominado de “Signos Iguales”. A
no ser confundido con el de “Casas Iguales”, que pone el punto ascen-
dente como principio de la Casa Uno (aunque la primera enunciación
que nos llega de dicho sistema por Ptolmeo en su Tetrabiblos dice que
empieza 5º antes del Ascendente), y tal como se interpretó en los últi-
mos siglos, desde ahí se cuenta de a 30 de Eclíptica para ir determi-
nando cada Casa siguiente. En cambio en el sistema de Signos
Iguales se superpone en forma completa el signo con la Casa, y la
Casa Uno tiene su inicio en el primer grado del signo ascendente. Es
decir que, si están en un momento determinado ascendiendo los 20
de Tauro, la Casa I empieza en los 0 de Tauro, la Casa II en los 0 de
Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 339
Géminis y así sucesivamente. El extraño nombre se refiere a la identi-
dad espacial de signos y Casas ("Signos Iguales… a Casas").
Asimismo se usa como una Casa Uno alternativa y secundaria
pero de mucha importancia el principio del signo en el que se halla la
Luna. Si se quisiera profundizar interpretaciones respecto de un área
de vida en particular, se usa Casas derivadas partiendo de la Casa
correspondiente a ésa área, como en el sistema de Casas derivadas
de la tradición occidental, pero también usando como Casa Uno el
principio del signo en el que se halle el significador planetario corres-
pondiente. Porque como en nuestra Astrología, pero de un modo más
riguroso, los planetas son también significadores de áreas de vida o
vínculos no siempre coincidentes con nuestras asignaciones tradicio-
nales: el Sol representa al padre y la Luna a la madre, lo que nos
suena conocido; pero Marte representa a los hermanos y Júpiter a los
hijos, por mencionar algunas diferencias más acusadas con nuestros
hábitos asociativos.
Tienen otro sistema muy interesante y eficaz de significadores
que depende del número de grados dentro de un signo de cada plane-
ta. Por ejemplo, el planeta con más grados (del 0 al 30) es el
Atmakaraka o significador del yo, sobre todo en un sentido espiritual; el
planeta con menos grados, el de la pareja y la vida de relación; el
cuarto empezando por el más alto, el de la madre y los hijos, etc. Por
lo tanto, si queremos saber sobre los hijos, además de tomar el signo
quinto desde el Ascendente como una Casa Uno y usar el resto como
derivadas, también podemos usar el signo en el que se halla Júpiter
como una Casa Uno y desde allí observar lo que nos interesa, o
también usar como Casa Uno el signo en el que se halle el planeta que
ocupe por grados el cuarto lugar de mayor a menor.
Utilizan también un sistema de Casas más cercano a lo que
nosotros entendemos como tal, en cuanto a una mayor participación
de elementos del espacio local, que es el de Porfirio: la división en tres
partes iguales del arco de Eclíptica que hay entre el Ascendente y el
Mediocielo, Mediocielo y Descendente, etc. Se ha popularizado duran-
te este siglo por influencia de los ingleses el uso de Placidus en el
lugar de Porfirio (apostaría que usarían el Topocéntrico si les interesa-
ra profundizar el tema). Pero como la Carta de Casas, sea Porfirio o
Plácidus, no es tan importante en su uso y en latitudes como las de la
India cercanas al Ecuador no arrojan diferencias muy acusadas, no les
ha interesado avanzar en el asunto.

340 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Lo que hay que mencionar como radicalmente diferente a
nosotros en el uso de las Casas es su concepción del inicio de éstas.
Lo que nosotros llamamos "cúspide" y consideramos el principio de
una Casa, ellos lo consideran como la mitad de la misma: las Casas
empiezan "media Casa" antes, acercándonos inquietantemente al
concepto de Casas iguales enunciado por Ptolomeo ("cinco grados
antes") y a los resultados impresionantes de las estadísticas de Michel
Gauquelin, que ponen los picos de intensidad no en los ejes mismos
de una Carta sino también unos cuantos grados antes. Todo esto da
lugar para la reflexión del astrólogo occidental, quien de todos modos
comúnmente considera a un planeta que estuviere en los últimos gra-
dos de una Casa como si estuviera en la Casa siguiente. De un modo
similar, cuando el astrólogo hindú usa la Carta de Casas, toma las
presencias según la estructura mencionada (media Casa antes) y las
regencias según el signo en la cúspide. Cabe mencionar que también
consideran a la cúspide, al igual que nosotros y los helenísticos, como
el punto de mayor potencia o sensibilidad respecto de los asuntos de
dicha Casa.
Otra diferencia la encontramos en su consideración de los
aspectos. No cuentan los grados: emplazan el planeta en el signo y
luego consideran si los signos en sí están o no en aspecto (algo así
como si el planeta ocupara todo el signo). A dos planetas a 28 de
distancia entre sí pero en el mismo signo se los considera en
conjunción, y si estuvieren a 3 de distancia entre sí pero en distintos
signos no están en conjunción. Además no hay aspectos benéficos o
maléficos según el ángulo, como en la tradición occidental del Renaci-
miento en adelante, sino que para determinar lo positivo o no de un
aspecto se considera a los factores que lo forman (si son o no planetas
maléficos, su estado cósmico, amistad natural, etc.). De alguna mane-
ra a esto estamos acercándonos en las últimas décadas en la Astrolo-
gía occidental, sobre todo en la línea siderealista. De todos modos no
todo planeta puede hacer trígonos o cuadraturas: los únicos aspectos
que todos comparten son el de conjunción y el de oposición, es decir
estar en el mismo signo o en el opuesto. Trígonos sólo pueden hacer
Júpiter y los Nodos de la Luna, Saturno hace cuadratura hacia atrás y
sextil hacia adelante y Marte cuadratura hacia adelante y quincuncio
hacia atrás. Por ejemplo: con Sol en Aries, Saturno en Libra y Júpiter
en Sagitario, encontramos que Sol y Saturno están en aspecto entre sí
por estar en signos opuestos, que el Sol "recibe" el aspecto de Júpiter
por estar en signo en trígono al mismo y que Júpiter "recibe" el aspecto
que Saturno le hace, ya que éste hace sextiles hacia adelante. Esta

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 341


idea de aspectos hacia atrás o hacia adelante remite a nuestra aban-
donada tradición medieval de aspectos diestros y siniestros.
Hicimos mención a los Nodos, a los que la Astrología Védica
trata de un modo muy diferente a nosotros. Se los considera dos
planetas más, llamados Rahu el Nodo Norte y Kethu el Sur. Planetas
"sombríos" que por supuesto se sabe que no son tales en el sentido
físico pero así se los incluye y considera en la interpretación. Por ello
dicen tener nueve planetas en la Carta y descartan a los transatur-
ninos, que no se dibujan ni entran en el plan de interpretación de la
mayoría de los astrólogos hindúes contemporáneos. Rahu y Kethu, a
los cuales acompaña un pintoresco mito respecto de su origen, en
cierto modo toman características de los transaturninos y son priorita-
riamente maléficos. De hecho muy maléficos, sobre todo Rahu como
simbolo de la maldad materialista exacerbada: aquí encontramos otra
importante diferencia con el discurso occidental, que a menudo lo
llama "Nodo Positivo", no por el valor matemático cartesiano (origen
del término), sino por su interpretación benéfica y que en la actualidad
adoptó un popularísimo enfoque kármico que no guarda ninguna rela-
ción con la tradición hindú, inventora y usuaria del término “karma”. Por
el contrario, son muy conscientes del fenómeno sociológico y editorial
que subyace en esta moda occidental y les causa mucha gracia, sobre
todo cuando se la justifica con pretendidos discursos de espiritualismo
hinduísta.
Respecto de la ausencia mencionada de los transaturninos, es
preciso señalar que la Astrología Hindú se caracteriza, a diferencia de
la nuestra y como toda esa cultura, por poner un énfasis muy importan-
te en el criterio de "verdad por autoridad". Es decir, el saber que se
basa sobre todo en la tradición, y los criterios de verdad parten más
bien de si un enunciado figura en tales o cuales escrituras o si fue o no
dicho por alguna eminencia, y el "conocimiento" se basa, antes que
nada, en la virtual memorización de las múltiples reglas (muchas de las
cuales se contradicen o modifican mutuamente) que parecen de por sí
arbitrarias en su mayoría, no tienen ninguna hilación lógica entre sí y ni
la más mínima pretensión de justificación racional o científica en el
sentido occidental de la palabra. El aprendizaje y práctica del astrólogo
hindú pasa entonces por la asimilación de dichas innúmeras reglas, y
después le tocará ver cómo las entendió, cuáles privilegiará en su
práctica al contrastarlas con la realidad de los casos particulares, cuá-
les descartará, etc. Como cuando estas reglas se organizaron, Urano,

342 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Neptuno y Plutón no estaban en el cielo, y su Astrología les funciona
de perillas sin ellos, así están las cosas.
Otro rasgo distintivo es que en general le dan mucha más
importancia a las regencias que la que le estamos dando en Occidente
en las últimas décadas. Aquí el fenómeno fue en gran medida
propulsado por la escuela siderealista, que literalmente calificaba a las
regencias de superstición irracional no científica (Fagan la llamaba
“caldero de brujas”) y sigue chocando con la inercia del facilismo de la
Astrología norteamericana y con el importante y reciente rebrote de la
Astrología Horaria, las que sí ponen un importante acento en este
factor técnico. En el caso de los indios, es un elemento central y
sencillamente siguen con esta tradición alejandrina (y medieval) que
tan impecablemente supieron preservar.
Encontramos también a las Amsas, mal llamadas Cartas ar-
mónicas puesto que remiten (si bien no son siempre idénticas) a la teo-
ría de las Armónicas de John Addey (capítulos 14 y 16). Al respecto y
antes de explicarlas brevemente quisiera también señalar que el uso
de estas Cartas también es simbólico de otro costado distintivo de la
Astrología Hindú totalmente diferente al nuestro: cuando el astrólogo
mira una Carta Natal, no mira una sola sino, generalmente y por lo
menos, tres o cuatro y, eventualmente, hasta más de veinte Cartas,
todo respecto de una misma Carta y momento del tiempo. Nosotros en
cambio tenemos siempre un sólo mapa, al cual quizás le agreguemos
la Carta Dracónica o alguna por el estilo pero nada más (no incluyo las
Revoluciones Solares, Cartas Progresadas, etc., porque ya se refieren
a técnicas predictivas aplicadas para un momento particular del tiempo
distinto al momento del nacimiento). Ellos ven la Carta de Signos Igua-
les desde el Ascendente, desde la Luna, la Carta de Casas, la Navam-
sa, casi tan importante como la misma Carta original, y a menudo las
otras Amsas. Es muy representativo de la sociedad hindú, una cultura
que no es exclusivamente monoteísta y en la cual conviven histórica-
mente varias religiones al mismo tiempo y sin la pretensión de que su
mirada invalida a la de las otras. La costumbre de tolerancia y relativi-
dad de las verdades absolutas hace que puedan fluir plásticamente por
distintos aspectos o enfoques de un mismo fenómeno para tratar de
comprender y asimilar su esencia.
Ilustrativo de ello fue un panel que presencié en el Congreso
mencionado al principio del capítulo que se llamaba “El Zodíaco Verda-
dero, por favor, párese” y donde había un representante de cada Zodí-
aco: el trópico, el constelacional, el sidéreo en la línea occidental y el

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 343


hindú (faltaba el dracónico, quizás todavía no tan popular). Me llamó la
atención que quien debía dar la cara por el hindú, él mismo de ese ori-
gen, tenía una actitud absolutamente respetuosa y conocedora de los
otros y hasta sugirió cautamente que quizás el Zodíaco trópico refleja
tan bien nuestra psicología, aquello de lo que somos conscientes aquí
y ahora en cuanto Zodíaco generado por la percepción de nuestros
movimientos terrestres referidos al Sol (símbolo de consciencia), y que
el Zodíaco sidéreo estaría reflejando más bien las situaciones a ser
vividas en relación al medioambiente más allá de lo psicológico y que
llamamos Destino. Yo agregaría al respecto que las técnicas que en el
Caba más nos funcionan a nivel predictivo casualmente no ponen el
énfasis en el signo sino más bien en las relaciones que los planetas y
las cúspides de Casas van entablando entre sí. Es decir que para los
eventos parecen más importantes planetas y Casas, independiente-
mente del signo y por lo tanto de qué Zodíaco usemos, mientras los
signos trópicos que solemos manejar tienden a mostrar el significado,
es decir los contenidos que vamos a asignar a esa experiencia.
Las Amsas parten de la idea de que cada signo se subdivide
en otros signos generando subzodíacos y por lo tanto nuevas posicio-
nes por signo y, así, nuevas Cartas (cosa que encontramos en la
Astrología griega del siglo I en las “dodecatemoria” de Manilius, así
como en su alusión a empezar un juego de Casas desde el signo lunar
o desde el signo del parte fortuna). Nosotros lo podemos referenciar a
la práctica más difundida hoy de los decanatos (pese a que no sigue a
nuestra propia tradición occidental al respecto), a los cuales considera-
mos como tres subsignos iguales del mismo elemento contenidos en
cada signo zodiacal. Esto es idéntico a la Drekana o división en 3. Hay
una división similar en 4 y que usa los ritmos o modalidades, en vez de
los elementos.
Un criterio diferente sigue la Navamsa o división en 9, donde
se dividen los signos en nueve partes iguales de 320' cada una y
desde el principio de Aries se los identifica siguiendo el orden zodiacal
y sin parar: ésta sí es idéntica a la armónica 9 y por ello para calcularla
se puede también multiplicar por dicha cifra los grados absolutos
sidéreos de cada planeta y Ascendente o usar las rutinas de armóni-
cas de los programas de computación. En total hay unas seis o siete
Cartas Amsas más populares en su uso, pero existen y a menudo se
usan hasta veinte. Cada una remite a un nivel de existencia diferente:
la Navamsa a la vida de relación y a la realización espiritual, la Sap-
tamsa (división en 7 con el mismo método de la Navamsa) a los hijos,

344 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


etc. No todas tienen el mismo criterio técnico de elaboración pero, en
última instancia, más allá de que cada una refleje costados específicos
de la vida, todas en conjunto tienden a mostrar también el mejoramien-
to o empeoramiento del estado cósmico o determinaciones generales
de cada planeta.
Los Yogas (palabra que significa “unión”), parte importantísima
y también característica de esta Astrología, son antiquísimas y exten-
sas listas de combinaciones entre regente de ésto y de lo otro, tal o
cual factor en ángulo con la Luna y otros casos particulares reglamen-
tados con su debida interpretación. Se organizan en grupos, tales
como Yogas de fama, Yogas de desgracia, de dinero, de viajes, etc.
Entonces, para profundizar un área de vida en particular, además de
ver a qué tiende la Carta en general y de analizar los significadores por
Planetas, Grados, Casas, Amsas, etc. correspondientes a esa área
que queremos investigar, debemos también asomarnos a los Yogas
para ver si en la Carta se están cumpliendo al respecto condiciones
favorables o desfavorables según esa línea en uno de los apartados
menos justificados racionalmente y que depende exclusivamente de la
tradición escrita.
Así como encontramos los Nakshatras como una de las
muchas formas de caracterización de la personalidad y el destino, tam-
bién encontramos los Días Lunares, que refieren al día particular en
que se encuentra el ciclo Sol-Luna y se parecen a las ocho fases
lunares de Rudhyar pero aquí son trece, partiendo indistintamente de
la Luna Nueva o la Luna Llena. Cada día se corresponde con un tipo
muy breve y contundentemente caracterizado que hasta ahora me ha
impresionado sumamente por su descriptiva elocuencia.
Antes de pasar a describir el sistema de Períodos Planetarios,
la técnica predictiva hindú más popular y característica, echaremos
una breve mirada a una Carta Natal específica, en este caso la de la
cantante María Callas. Aclaro que las mismas Cartas que me funciona-
ban en la Astrología trópica me funcionan perfectamente en la Hindú
por más que muchas veces cambian totalmente de aspecto, lo que
reafirma la posibilidad de convivencia de distintas miradas sin invalidar
una a la otra. Recuerdo haber oído a un astrólogo hindú diciendo que
si la Astrología pudiera anunciarle a un ser humano correctamente tres
de los diez eventos más importantes de su vida ya se justificaría
plenamente su práctica. Si a las excelentes técnicas con que ya
contamos los astrólogos occidentales agregamos otras complementa-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 345


rias en su diversidad seguramente ampliaremos mucho más nuestro
porcentaje de eficacia.
María Callas le dijo a André Barbault que nació el 2 de diciem-
bre de 1923 en Nueva York exactamente a las 6 de la mañana, tal
como le dijera su padrino, un médico que asistió el parto y que era un
pariente lejano al que consideró su mejor amigo durante toda su vida.
Yo trabajé esta Carta hace años con unos cincuenta eventos con fecha
importantes de su vida y me impresionó lo exacto de su funcionamien-
to. A lo sumo se podía pensar que había nacido unos segundos
después, hoy creo que apenas medio minuto. Dejo al lector el cálculo
de la Carta trópica, de la cual, restándole el Ayanamsa correspondien-
te, se consiguen sus posiciones sidéreas (esto hoy lo hacen la mayoría
de los programas en circulación, pero no tanto cuando contacté a esta
Astrología en 1995). Usando Lahiri (en enero de 1900, su valor era de
2228', en 1950 2311' y en el 2000 2352') y considerando su moción
anual de 00'50" hasta la fecha, el mismo es de 2348'. Para convertir
mentalmente Cartas del siglo XX, podemos a grosso modo agregarles
7 a las posiciones natales y restarles un signo. Nos enteramos enton-
ces de que el Ascendente está en Escorpio, así como Júpiter, el Sol y
Mercurio. Venus está en Sagitario, el Nodo Sur (Khetu) en Acuario, el
Norte (Rahu) en Leo, así como la Luna (en 29º) y, finalmente, Saturno
y Marte en Libra (Figura 37).
Se puede por supuesto posicionar estos planetas en un gráfico
como los que normalmente usamos. En la India se usan tradicional-
mente dos gráficos. A título informativo, el de la India del Norte, es un
cuadrado inserto en otro al cual se le trazaron las dos diagonales, tiene
posiciones fijas para las Casas (la de arriba es siempre la Uno) y los
signos se indican con números (Aries 1; Tauro 2, etc.), siguiendo
como nosotros el orden directo, es decir contrario a las agujas del reloj.
El de la India del Sur es el que encontramos en los libros de Raman y
el de Finn Wandahl (Astrología India) y consiste en un cuadrado al cual
mediante cuatro trazos mayores y otros cuatro trazos menores se lo
divide en sus bordes en doce signos, siempre ubicados en el mismo
lugar y en el orden de las agujas del reloj (el primer cuadradito de al
lado del de la esquina izquierda superior es Aries), marcando al Ascen-
dente lo con un asterisco o una raya diagonal. Cada gráfico tiene sus
ventajas y nos recuerda que en Occidente hemos usado hasta hace
poco más de un siglo casi exclusivamente gráficos cuadrados en vez
de los actuales redondos, otro elemento que hermana nuestro pasado
con el presente hindú.

346 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 37. Carta Natal de María Callas (zodíaco sidéreo: astrología hindú)

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 347


¿Qué sabemos de María Callas? Fue una de las mujeres más
famosas de la década del '60, una cantante norteamericana de origen
griego que por su intensidad dramática y perfeccionismo artístico
revolucionó el mundo de la ópera (hoy se habla de a.C. y d.C., antes y
después de Callas), se destacó por vivir varios escándalos y conflictos
con teatros, colegas y la prensa, así como un romance muy publicitado
con el magnate Aristóteles Onassis. También fue tema para los medios
que en un momento dado de su carrera operó un cambio físico impre-
sionante: adelgazó de la noche a la mañana cincuenta kilos (se había
impuesto como modelo la imagen de la actriz Audrey Hepburn y lo lo-
gró, cosa que habla también de su determinación) y que tenía una ma-
dre terrible que por un lado fue la que marcó el rumbo de sus ambicio-
nes pero por otro lado la hostigó siempre y llegó a escribir contra ella
en el pico de su fama el libro difamatorio Mi hija, María Callas.
Si miramos sus planetas y Ascendente desde la óptica hindú,
lo primero que puede llamar nuestra atención es la presencia del Sol,
junto a otros dos planetas, en el signo ascendente, es decir, la primera
Casa en la Carta de Casas iguales. Esto pone énfasis antes que nada
en el signo en el que se hallan y en segundo lugar en la Casa I en sí.
El signo de Escorpio se caracteriza por su intensidad, la idea de
renovación y transformación, de batalla y conflicto y, también entre
otras cosas, con el concepto de sexo y poder. La Casa I tiene que ver
con la presencia en el mundo, con el accionar y el destino en general y
con el cuerpo, entre otras cosas. Si combinamos estos significados,
encontraremos ya expresado en gran medida mucho de lo antes
referido sobre María. Y si miramos al regente del Ascendente, otra
práctica común a ambas Astrologías pero, más todavía a la Hindú, ve-
remos que va al artístico signo de Libra y que se une en la Casa XII
con Saturno, regente de las Casas III y IV, es decir la madre y herma-
nos, entre otras cosas.
La madre, hija de un cantante diletante, tenía grandes preten-
siones artísticas y de figuración social y se casó con un farmacéutico
con quien desde muy temprano comenzó a tener fuertes desavenen-
cias (finalmente se separaron). Tuvieron primero una nena, Jackie,
hermana de María, y luego nació y falleció al tiempo un varón, cosa
particularmente amarga para la patriarcal cultura griega. Cuando que-
dó embarazada de María, el marido le dijo súbitamente que se
embarcarían para EEUU a probar suerte e hicieron todo el viaje
gestando a María con un odio y resentimiento cada vez mayor. En el
momento en que nació la niña, al ver que no era varón, la madre giró

348 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


la cabeza y pidió que se la llevaran y no la miró ni tocó por tres días.
Finalmente la aceptó y crió con el mismo ambicioso empecinamiento
con que crió a su hermana, con el objetivo de que fueran modelos en
cultura y que se destacaran en el arte, si no en el matrimonio (sobre
todo María, que aparecía como particularmente fea y tímida).
La unión de Marte y Saturno en la Casa XII (desgracias, ene-
migos ocultos, gestación) se da dentro de 1º de orbe, generándose un
curioso tecnicismo de la Astrología Hindú llamado Guerra Planetaria.
Ocurre en toda conjunción dentro de ese orbe y en la misma el planeta
con menos grados le gana una guerra al de más grados. Saturno rige
la IV (madre) y Marte la I (el nativo) en una guerra poderosa, dado que
Saturno está exaltado y Marte en el signo opuesto a su regencia. Vale
mencionar que a la exaltación se la tiene mucho más en cuenta que
por estos lares y es el mejor estado celeste posible para un planeta.
Luego le sigue regencia y luego aspecto a sus lugares de regencia.
Por ello lo que conocemos como detrimento tiene un funcionamiento
poderosamente ambivalente: mal por estar en el signo opuesto a su
regencia, bien por estar aspectando por oposición a su signo, aparece
en distintos momentos de vida reflejando alternativamente situaciones
intensamente positivas y otras intensamente negativas (nunca es
tibio). Es el caso de este Marte, que además rige la Casa VI, otra Casa
de enemigos en la Astrología Hindú y esta potencia ambivalente se
reafirma al estar en su propio signo de Escorpio en la Carta Navamsa.
La problemática con la madre no sólo se refleja con el regente
de IV poderoso yendo a XII y ganándole al regente del Ascendente
una guerra planetaria, sino también con la presencia del maléfico
Kethu en Casa IV en aspecto a los mencionados (dijimos que los No-
dos hacen trígonos) y con el significador natural de madre, la Luna, en
el mismo signo del maléfico Rahu (tradicionalmente una pésima unión
para la Luna y marcando posibles indicios de inestabilidad mental y
emocional) y en grado crítico (29), muy tenido en cuenta en esta
Astrología. La presencia en Leo y en X y aspectando a la IV por oposi-
ción muestra cuán poderosa es esta figura y cuánto incide en su vida
profesional. Mirando la Carta desde el signo de la Luna como casa I, el
Sol regente de la I en Leo va a la Casa IV desde la Luna y en un signo
maléfico (así llaman a los signos negativos regidos por planetas
maléficos), desde donde aspecta por oposición a Tauro, la X desde la
Luna. Esta Luna en Leo en X, por ser el planeta con más grados (de 0
a 30) es el Atmakaraka, es decir que también represen-ta fuertemente
a María y a su destino de brillo, dramatismo y notoriedad.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 349


Los significadores de madre también se refieren a la paz
interior, que en gran medida faltaba a María (tenía que tomar e
inyectarse cada vez más tranquilizantes para paliar la tensión de la
expectativa y bataholas que rodeaban a sus presentaciones) y a la
patria, en la cual cuando regresó por primera vez luego de hacerse
famosa en Europa, el Times la recibió con una extensa nota de tapa
terriblemente destructiva y donde vivió sus peores juicios y escándalos.
Las Casas angulares (Kendra) son consideradas como luga-
res benéficos por facilitar la potente interacción con el medio ambiente.
También son importantes dentro de esa misma línea las Casas de
trígono (Trikona), es decir la V y IX. Es llamativo que den tal considera-
ción a estas Casas, ya que justamente lo que permitió a las estadísti-
cas de Gaucquelin, fundamentales para la modernidad, generar a
través de Addey la teoría de las Armónicas, fue la descomposición de
las curvas de su distribución según análisis armónico, determinándose
una fuerte y constante presencia y combinación de las armónicas 4 y
3, las cuales se corresponden exactamente con las Casas menciona-
das. Los yogas más importantes de fama, éxito y poder (Rajayogas)
son los que combinan regentes y presentes de Kendras y Trikonas.
María tiene por supuesto algunos de ellos: regente de IX en X, unión
del regente de X con el de V en I y unión de los regentes de IX y VII
desde la Luna. También se da el Gayakeshari Yoga, de lectura similar,
que es el cuadrado entre Luna y Júpiter en Casas angulares.
La Casa V, además de la inteligencia creativa y la expresión,
rige en la India particularmente el talento musical. Júpiter, regente de V
desde el Ascendente y desde la Luna, conjunta al Sol, regente de X,
en orbe de combustión. Este es otro factor también tenido en cuenta y
que se refiere negativamente sobre todo a lo que simbolice cosas
orgánicas. La Casa V también tiene que ver con hijos, así como natu-
ralmente Júpiter (que aquí es también cuarto en la secuencia de gra-
dos). Cuando María quedó embarazada de Onassis se suscitaron si-
tuaciones muy conflictivas. La V está solamente aspectada por este
Júpiter combusto en el signo maléfico de Escorpio, pero es mucho más
fuerte en la Carta la situación de las ya mencionadas XII y IV que son,
derivando, la VIII y XII de la V, con tres maléficos presentes. Si agrega-
mos a la Luna (maternidad) en grado de pérdida, podemos imaginar
qué pasó con ese embarazo y la culpa religiosa y soledad que sobre-
vino sobre todo cuando terminó la relación con él.
Pero las pérdidas no son sólo negativas, si involucran estados
cósmicos más afortunados. La famosa pérdida de peso de María no

350 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


sólo está significada por la transformación que simboliza un fuerte
Escorpio en I o el Atmakaraka en grado de pérdida, sino que el regente
del Ascendente pierda en XII (pérdidas) una guerra planetaria con un
significador de limitación, como es Saturno, afectando por su aspecto
especial de sextil a Venus, el regente de XII presente en la II (ingesta).
El combusto Júpiter en I también se asocia a esta idea por regir la II.
La fama de María ya fue en alguna medida explicada según la
visión Jyotish. La pérdida de la misma, ya que los últimos años de su
vida fueron pasados en reclusión con una pérdida degradante de su
voz, amigos y dinero después de la experiencia Onassis, es significa-
ble con muchos de los elementos ya mencionados. María sería para
un astrólogo hindú sobre todo una figura solar: Sol, significador natural
de la Casa I, en I (por ende, exacerbado); por haber tres planetas en
esa Casa solar, mayor fuerza del simbolismo de ese planeta; Sol dis-
positor de la Luna por signo y, sobre todo, por Nakshatra (factor muy
tenido en cuenta por los hindúes al determinar en general regentes
personales), fuerte por hallarse en Vargottama, es decir, en el mismo
signo que en la Navamsa y además regir el Ascendente Navamsa,
dispositor del Atmakaraka y de Rahu en la X (posición ésta tradicional-
mente significadora de ascenso social). No en vano fue la Diva Absolu-
ta, la Reina del Bel Canto. El destino del Sol es el brillo, la renovación
(la Astrología Hindú, a falta de Urano, le da al Sol este matiz) y final-
mente el ocaso.
Terminaremos la referencia a esta Astrología con un comen-
tario sobre el sistema predictivo de Períodos Planetarios. Pese a ser
totalmente irracional en su estructura y a que nadie puede explicar por
qué es como es, viene siendo usado desde siempre y con mucho éxito
por la mayoría de los practicantes de la Astrología Hindú y es el costa-
do que más me impactó y convenció desde un primer momento. En él
se parte de la ubicación por Nakshatra de algún punto importante de la
Carta, preferentemente la Luna (también se pueden usar, en ciertos
casos, el Sol, el Ascendente u otro planeta). Se mide cuánto recorrió
ya de dicho Nakshatra y a lo que resta por recorrer se le adjudica un
valor en tiempo. Las correspondencias son como siguen: los Naksha-
tras que van de 0 a 1320' de los signos de fuego están regidos por
Khetu, y éste vale 7 años; 1320' a 2640' de fuego está regido por
Venus, que vale 20 años; 2640' de fuego a 10 de tierra, Sol, 6 años;
10 a 2320' de tierra, Luna, 10 años; 2320' de tierra a 640' de aire,
Marte, 7 años; 640' a 20 de aire, Rahu, 18 años; 20 de aire a 320'

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 351


de agua, Júpiter, 16 años; 320' a 1640' de agua, Saturno, 19 años; y
1640' a 30 de agua, Mercurio, 17 años.
Los años suman 120 en total y se corresponden como
conjunto con el concepto occidental de un grado igual a un año. Pero
el por qué de la de la secuencia en particular y las duraciones específi-
cas asignadas es un misterio no explicado cuyo valor radica en la fuer-
za de su funcionamiento. En el caso de María, la Luna se encuentra en
los 2927' de un signo de fuego. Es decir que le faltan recorrer 1033'
de un Nakshatra del Sol, que dura 6 años. Expresándolo en términos
de proporción decimal, 1033' dividido 1320' (la extensión de un Nak-
shatra) da 0.79125, que multiplicado por los 6 años de este Nakshatra
da 4.7475 años. Es decir que, desde que nace, los primeros 4 y tres
cuartos años de su vida serán solares (con todo lo que este planeta
signifique en sí, más su posición por signo, Casa, Casas regidas, pla-
netas a los que aspecte o por los cuales se halle aspectado, estado
cósmico, etc.). Los siguientes 10, siguiendo la secuencia arriba
referida, lunares y así sucesivamente. De este modo se va desplegan-
do en el tiempo la Carta Natal y los planetas van expresando sus
contenidos a lo largo de la vida según el marco del sistema de
períodos planetarios o Dashas.
Cada período “mayor” o Mahadasha se subdivide asimismo en
otros nueve subperíodos (Bukhtis) proporcionales. En el período de
Rahu, que en este caso comienza el 31 de agosto de 1945, el primer
subperíodo también es de Rahu, y vale 18/120 partes del total de 18
años, es decir, 986 días y fracción. Luego le sigue el subperíodo
Rahu/Júpiter (18 años dividido 16/120), etc. Los superíodos se dividen
con el mismo criterio en subsubperíodos (Antardashas) y éstos en
subsubsubperíodos (Shukmadashas), afinando con mucha precisión
en el tiempo las posibilidades predictivas. La tradición dice que cuando
Rahu estuviere determinado a fama o poder social esto se da en forma
súbita e intensa durante su período, cosa que ocurrió precisamente en
este caso (como en otros que me vienen a la mente tales como Hitler o
Kennedy). Rahu está en X en Leo, con su dispositor en Casa I conjun-
ción Júpiter y se asocia a la Luna y aspecta por trígono a Venus, signi-
ficador de arte y canto y regente de X desde la Luna, el ascendente
Navamsa y el propio Rahu. Precisamente poco después de terminado
este período de 18 años se dio su retiro de las tablas.
En el nivel de los subperíodos es interesante ver que apenas
comenzado Rahu/Venus se dio su relación con Onassis: Venus regen-
te de VII (pareja) y recibiendo aspecto de Rahu es significador natural
352 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
de romances y su presencia en II, aspectada por Saturno desde XII, da
una idea del fuerte componente económico en sus relaciones (II), va-
rios años mayores que ella (Saturno) y el eventual perjuicio que le su-
pusieron (XII). Su primer marido fue un acaudalado aristócrata italiano
que le llevaba casi treinta años y le hizo de manager y mentor pero
alimentando su tendencia a la paranoia y a desconfiar de todo el mun-
do tomándolo como su enemigo.
A días de comenzado el período mayor de Júpiter, Onassis
conoció a Jacqueline Kennedy, dando inicio a la publicitada historia de
abandonos y humillaciones que sufrió María. Vimos que Júpiter, si bien
rige Casas auspiciosas (V y II), estaba combusto y en signo maléfico.
En el subperíodo Júpiter/Saturno se dio la pérdida de su hijo (Júpiter
en I posibilitó la experiencia de concepción pero los otros aspectos ya
antes referidos, así como la clara determinación también explicada del
fuerte Saturno a pérdida de hijos, hicieron el resto) y compró la casa en
la que habría de morir, de hecho la primera casa de la que era
auténticamente dueña (Saturno rige IV y Júpiter II). También durante
este período mayor de Júpiter se dio la pérdida en seguidilla de
muchos hombres queridos (tanto su padre, como Onassis, tres días
después Visconti, el director de quien estuvo alguna vez enamorada y
fue en su vida un gran amigo, y luego Pasolini, otro director con quien
también había trabado una profunda amistad). En Astrología Hindú
Júpiter representa, en Carta femenina, a la pareja.
Los hindúes no tienen ningún empacho en determinar fechas
de muerte y, siguiendo la costumbre del astrólogo occidental de hace
siglos, lo primero que miran en una Carta es la probable duración de
vida para así poder encuadrar la interpretación en un marco realista.
Es un hecho que en esa cultura la relación con el concepto de muerte
es mucho más fluida y desapegada que en la nuestra: hablar aquí del
asunto en una consulta astrológica suele ser considerado pecado de
mal gusto o cosas peores. Además de reglar extensamente las
posibilidades de longevidad en general, se considera que, si uno está
más o menos en edad según dichas reglas, hay que considerar, dentro
del sistema de Períodos Planetarios, si están operando los períodos de
los Marakas o significadores de muerte. Y éstos son, básicamente, los
regentes de II y VII.
¿Sorpresivo, no? Son de las reglas más antiguas y la racionali-
zación técnica es la siguiente: siguiendo el principio de Casas deriva-
das, existe la práctica de "duplicación" de Casas, en la cual, si por
ejemplo vamos a hablar de hermanos, además de mirar todos los

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 353


significadores ya mencionados, incluida la Casa III, podemos mirar la
III de la III, es decir, la V. O para éxito social, la X de la X, es decir la
VII. El principio es lógico y consecuente con la idea de derivación. Por
lo tanto, se parte de la VIII como significadora de asunto de la muerte,
pero no la propia muerte en sí pues, al contrario, se la significa con la
idea de longevidad (contenido que también tuvo en la tradición occi-
dental, pero que cada vez resuena menos a nuestros oídos). Siguien-
do con el principio de duplicación, la VIII de la VIII es la III, la cual, por
lo tanto, también significaría longevidad. Y como siempre que quere-
mos ver la pérdida de algo, podemos ver la XII de la Casa correspon-
diente, la XII de la VIII es la VII y la XII de la III es la II. VII y II, Pérdida
de la longevidad, es decir, la muerte.
Aunque parece traído de los pelos, quizás sea una racionaliza-
ción a posteriori de una observación empírica: de hecho para los
antiguos helenísticos la VII, donde se daba el ocaso, era la casa de la
muerte (“la puerta del Hades”) y la II era una casa maléfica (valor que
fue perdiendo a lo largo de los siglos). Lo importante es si funciona o
no: a ellos les funciona y yo lo he visto operar la suficiente cantidad de
veces como para creer que vale la pena mencionarlo aquí. En rigor se
tiene en cuenta primero a los regentes de VII y II, luego también a los
presentes y luego a maléficos naturales (Saturno, Marte, Rahu, Khetu,
Sol) o accidentales (presentes en las Casas VIII, XII o VI, feas Casas
para tener algo en Astrología Hindú, si de pasarla bien se trata, o
regentes de VI, III, XI y eventualmente VIII o XII) asociados por aspec-
to a los antes mencionados. La lista puede parecer extensa, pero en
los hechos y con sólo nueve planetas se acorta. Cuando están operan-
do entonces períodos y subperíodos de Marakas (significadores de
muerte) en edades aproximadas de muerte (es decir las inferibles por
ciertos rasgos tradicionales de la Carta Natal que indican vida breve,
media o larga), sobreviene el evento.
María Callas murió el 16 de Septiembre de 1977 durante el pe-
ríodo mayor de Júpiter (regente de II combusto en signo maléfico),
subperíodo de Rahu (maléfico natural aspectante a Venus, el regente
de VII presente en II), subsubperíodo de Júpiter, subsubsubperíodo de
Saturno (maléfico natural presente en XII regente de III y aspectante al
mencionado Venus), Esto usando a la Luna en el sistema de Períodos
Planetarios explicado y que se denomina Vimshottari, el más usado. Si
acudimos en cambio al otro alternativo más popular, denominado
Ashtottari, o si partimos con el primero del Ascendente o de la Luna
Navamsa, en todos vamos a encontrar que estuvieron siempre funcio-

354 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


nando períodos y subperíodos de los Marakas de esta Carta, los men-
cionados Júpiter, Venus, Rahu y Saturno.
Muchos occidentales modernos (como apuntáramos, especial-
mente los siderealistas) tildan de idiotas a los que dicen que los
benéficos en ciertas condiciones matan. Quizás a estas décadas les
toque ir recobrando y limpiando nuestra historia y hacer de nuevo
observaciones muy rigurosas para ir viendo qué reglas y criterios son
coherentes con ciertas miradas o sistemas y cuáles con otros sin que,
de nuevo, un sistema invalide al otro.
Podría seguir extensamente a riesgo de desbordar los límites
naturales de un capítulo y la atención del lector. Es obviamente imposi-
ble resumir algo tan complejo y extenso como una Astrología entera en
una sentada, pero espero haber compartido lineamientos suficientes
como para que pueda interesarse en este tema y empezar a hacer
experimentos, aunque más no sea a guisa de curiosidad y gusto por el
juego. Como referencia bibliográfica, si tuviera que recomendar alguno
de entre las decenas de libros que leí hasta la fecha, sería The
Astrology of the Seers, de David Frawley (un gran erudito
norteamericano muy respetado en la India y que de ningún modo debe
ser confundido con un cierto John Frawley). Confío entonces en que la
comprensión de los pocos textos castellanos que podemos encontrar
hoy en librerías o, en inglés, multitudinariamente en la web, será más
fácil después de haber transitado juntos esta introducción.

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CUARTA PARTE

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358 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 18

TRAS LA ASTROLOGIA MAPUCHE

Buenos Aires, 21 de Enero de 1989. Dispuesto a escribir bajo


el amparo de los sones implacables del Arte de la Fuga, ahora
detenidos por el corte de luz. Arquitectura perfecta del espíritu, me
remite a un aforismo caro al medio astrológico: “Dios geometriza”.
Sí. Pero para ello debió primero hacerlo a Bach.

I
Desde hacía rato me debatía torturado por lo que vivía como
ciertas inconsistencias en la práctica y justificación del asunto
astrológico. ¿Saber deducido, construido, revelado? ¿Máquina, len-
guaje, aspirina? Etcétera. Entre los asuntos más inquietantes, figuraba
la insidiosa sospecha y acusación (Gramsci, Adorno) que pesaba
sobre la astrología como herramienta de dominio político. Por ejemplo,
si uno de los fundamentos simbólicos históricamente insoslayables de
la secuencia zodiacal es el ciclo estacional en el hemisferio norte, ¿por
qué funciona acá (abajo)? La respuesta de Rudhyar es hábil, en
cuanto a categorizarla como lenguaje (pensemos, por ejemplo, en el
castellano). Pero entramos así en el orden del constructo, haciendo
temblar tanto las estructuras de la ontología teosófica como a las
pretensiones cientificistas ejemplificadas en las ya míticas estadísticas
de Gauquelin o Addey.
Al respecto, una tarde me había enfrascado en una discusión
con un estudiante herido en su amor propio nacional que prefería
desautorizar la noción estacional alegando que los rayos que nos
mandan los seres angélicos desde las esferas trascendían esos
localismos (Jung opinó alguna vez que un mecánico materialismo sub-
yace en la concepción teosófica cuando se la vulgariza. ¡Pobrecito, no
sabía lo que iban a hacer con su propia obra, di-vulgarizada!).
Aludiendo a la noción de lenguaje, a la relativa eficacia de lo que nos
llega como astrología china y a los experimentos realizados con la
astrología maya, balbuceaba yo como respuesta que si los indios
argentinos hubieran tenido una astrología elaborada con sus inevita-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 359


bles componentes localistas, sería con seguridad igualmente aplicable
a nosotros o a cualquier europeo.
Y justamente esa misma noche, en una reunión de amigos, un
ser bastante peculiar atrajo la atención de todos sobre sí por sus
fuertes vínculos con la cultura mapuche. El tal personaje, de aspecto
algo mefistofélico, decía haber vivido con los mapuche desde los tres
años de edad, ser actualmente maestro rural, y respondía a nuestras
ávidas preguntas pintando el cuadro de una civilización bajo todo
punto de vista ideal sumergida por la desidia y el autoritarismo
civilizados.
Por supuesto, había un astrología. Al parecer, no eclíptica,
cuyos signos eran, quizás, las constelaciones circumpolares. Pero
reconocía no saber mucho del tema.

II
A orillas del lago Moquehue, la cordillera a nuestras espaldas.
Antv, el disco solar, se retira (conuhueantv), bañando oblicuamente de
oro el contorno andino. Se perfila, clara, la silueta de la Bella Durmien-
te, atracción turística, prodigio de la erosión. ¿Quién habrá visto por
primera vez ese rostro –tan claro–, esos senos virginales cincelados
en las formas rocosas? ¿Es concebible que alguna vez hubieran sido
sólo rocas, que su calidad de significante fuera necesariamente
posterior a su antropomorfización?
Cuando de chico mi madre me devolvía la taza de té, me
parecía imposible que antes no pudiera yo haber visto, que no hubiera
adivinado lo que tan claramente se ordenaba en la imagen indicada
por ella, tan potente y eficaz, como luego se encargaría de confirmar el
tiempo. Maggie Hyde insiste en que la astrología está más cerca de la
lectura (sic) de las hojas de té que lo que nos gustaría pensar. Pero
para leer, ¿no tuvo alguien que escribir? Barbault, tras Jung, sugiere
que las constelaciones fueron los primeros tests de Rorschach de la
humanidad.
A mi derredor todo parece tan bellamente ordenado, salido de
la mano de un paisajista romántico (huelga advertir que mi percepción
no es “pura” –esa audaz ingenuidad fenomenológica–). Es una
necesidad tan vital, tan, diría, biológica, unir esos puntos que van
brotando en el espejo lacustre. ¡Si pareciera que ellos mismos se
agrupan!

360 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Reflejadas en la límpida superficie del lago se ven muchas
más estrellas que al levantar la mirada en Buenos Aires: miserable
destino de astrólogo urbano. Orión (Huechupal) brilla en este reino del
revés, y su cinturón cristiano, las Tres Marías, se engalana de
“barbarismos”: Culapal, Huelurito, Punon Choique. Namun Choique, el
Triángulo Austral, fulgura equilátero. Me divierte pensar en lo que
hubiera hecho con él Platón, de vivir en estas latitudes. Pero desde
algún punto de la galaxia serán, ya no Triángulo, sino Tres Marías.
¿Habrá allí algún Platón para trazar la recta correspondiente, la
senda? La de los mapuche es la Vía Láctea, Huenulevu o Rupuepu, y
para referirse a la muerte dicen: “Caminar por las estrellas”.
El reflejo fantasmal ondula y serpea, ya que acaba de saltar
una trucha. Cualquier movimiento es inquietante, pues los lugareños
hablan por lo bajo del monstruo del lago. Para mi sorpresa, no sólo los
chicos o los araucanos (o paisanos, como los llaman acá), sino que
todos hablan del monstruo con respeto. Hasta un erudito nos explicaba
su atestiguada apariencia antidiluviana con complicadas teorías que
convierten a los lagos en surgientes oceánicas. Mientras, una chiquita
nos aseguraba, ansiosamente tranquilizadora, que su papá decía que
eran supersticiones, un anzuelo turístico.
Como sea, a unos metros de la orilla el suelo se hunde en
profundidades literalmente insondadas, en un vasto azul infranqueable,
y la gente, cuando se anima a bañarse, es sumamente cauta. La incre-
íble acústica natural (parece ser el agua) nos trae las risas y voces de
otros acampantes, desde la orilla opuesta, a kilómetros de distancia.
Sobre el agua, las estrellas imprimen su iridiscencia. Bajo el agua,
quizás esté nadando, inercial, una figura oscura y pretérita. ¿Coincidirá
en algún momento su silueta con esas chispas heladas? ¿A cuáles les
tocará? Es decir, ¿a quiénes constelaría, bautizaría? ¿No sería pru-
dente con-siderar a esa figura, creación de-mente o naturaleza (qué
importa), cuando la tierra tiembla y a escasos kilómetros estalla desde
hace días el volcán Lonquimai, cubriéndonos con su continua lluvia de
cenizas de sabor picante, mediatizando a las mismas estrellas?
Un rugido anuncia la furia de Pillán, deidad mayor mapuche,
señor del trueno y los volcanes. Esto ya escapa demasiado a mi
ordenada vida porteña. Por suerte reconozco, prístina y reconfortante,
a la Cruz del Sur, Melipal o Melirito. Pienso en mi padre, quien, como
marino y meteorólogo, se valía del firmamento para guiarse y predecir.
En estas ansias mías geminianas...

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 361


Una lectora de hojas de té y un meteorólogo. ¿Qué diría Lacan
si yo dijera que “soy” astrólogo?

III
Museo etnográfico, instituto de antropología, biblioteca
nacional, centro indígena, frenético intento de agotar la información
bibliográfica previa. ¿El proyecto? El dueño de casa de aquella reu-
nión, íntimo amigo mío, va ir al sur con el mencionado maestro rural a
interiorizarse de la situación mapuche en calidad de sociólogo y
periodista. Hacía años que quería yo volver a esas mágicas y queridas
tierras, y el rescate de esa hipotética astrología local se me ofrecía
como óptima excusa. No sólo por curiosidad o avidez técnica, sino
sobre todo por sus consecuencias epistemológicas.
El tema de una epistemología astrológica se me aparecía
harto descuidado, teniendo en cuenta que debía ser un piedra de base
y de toque infaltable y que, curiosamente, parecía faltar. No me bas-
taba con esa línea que había decidido trazar desde Oscar Adler (con
su sínodo genial entre esoterismo y filosofías occidentales) a Rudhyar
(y su bella noción de la astrología como “álgebra de la vida” y “técnica
de comprensión”, así como su demiúrgica inserción del mundo jun-
guiano en el discurso astrológico), de ahí a Barbault (y su lúcido paso
psicoanalítico por Jung a la semiología francesa moderna), pasando
por Feyerabend, el realismo fantástico y otros filósofos críticos de la
ciencia moderna, por algunos abiertos y bienintencionados sociólogos
franceses (sobre todo Philippe Defrance y Edgar Morin, quienes posa-
ron sobre la astrología una de las tantas miradas contemporáneas de
las que está tan necesitada), hasta llegar, tentativamente, al movimien-
to inglés contemporáneo (especialmente Dean con su crítica sistemáti-
ca y su contraparte, Cornelius y Hyde, con su asunción del problema
horario en una astrología hermenéutica, más heurística que epigrá-
fica).
Pero, ¿cómo reprocharle a la astrología no estar a la altura de
estos tiempos, si no se sabe cuál es esa altura? El derrumbe del
edificio positivista (y del muro) es demasiado reciente, y todavía el
neopositivismo se puede dar el lujo de sacarnos la lengua y decir,
como Galileo: “Eppur si muove!”. Absurdo espejo, desde la alcantarilla
a la que pretende recluirla junto al psicoanálisis y al marxismo (extraña
bolsa de gatos de Mario Bunge), la astrología le replica, y con todo
derecho: “Eppur si muove!”. Y es que el tema de la eficacia operativa

362 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


no ha sido todavía medularmente resuelto por la epistemología revisio-
nista, y el tiempo sigue acumulando desafiantes prodigios -–milagros–
técnicos, debidos a la labor artesanal e incansable de innumerables
investigadores, tanto en el campo tecnológico en general, como en el
específicamente astrológico.
Lamentablemente, la justificación o cosmovisión que alienta el
trabajo centenario de estos benditos saturninos suele estar demasiado
librada a la ecuación personal, dejando brumosamente acéfalo el
cuerpo así logrado. Y es en esas brumas que prefiero que dibujen sus
imágenes maravillosas los dioses de mi panteón personal: los
cineastas, magos contemporáneos. Anárquica elección nacida de un
horizonte incierto, porque mientras, grandes intereses monopólicos
editoriales y vaya a saber si ideológicos, unidos al esnobismo de nues-
tra burguesía local y a la angustia y cada vez mayor desilustración de
nuestra pequeña burguesía, parecieran querer llenar ese vacío con
una inmensa cabeza de plástico, sólidamente moldeada por epígonos
de epígonos: el triste espectáculo de la astrología yanqui (y sus copias
hispanas), con el videojuego del karma y su hedor de dólar y coca-
cola.
¿Pero no llena esto supuestamente una necesidad? Y aquí se
infiltra un eterno problema axiológico: la necesidad, ¿crea valor? ¿Y
qué de las necesidades creadas “artificialmente”, deliberadamente?
Astrología urbana como ninguna, astrología de salón, con su, de tan
trillada, cobarde referencia a la autoridad del difunto suizo y su
invocación a una supuesta psicología profunda que, de hecho y con
suerte, es psicología de revista femenina, pábulo de masas.
“Eppur si muove!”. En un arrebato de cólera e impaciencia me
brota el epíteto “La Astrología Estúpida”, y con esto sé, claramente,
que estoy hablando de mi propia esfera celeste, de mi propio orbe
sublunar. De mí. Agotado e intoxicado por mi inexperiencia, mi
ignorancia, mi arrogancia, me distrae una última reflexión: Astrología
Estúpida... entonces, ¿no será, como el Caballero del Santo Grial, por
eso mismo (perdón, Nietzsche), santa?

IV
El kultrún es el instrumento que percute la machi, médica y
chamán, en sus ritos curativos y en el Nguillatún, la rogativa anual que
las comunidades mapuche elevan pidiendo abundancia al venerable

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 363


Gnechén. La decoración del parche del instrumento, el trelke, nos
remite vertiginosamente a una conocida figura.
El círculo, que se pinta durante el ritual, es el límite del mundo
y simboliza el universo. Un trazo divisorio horizontal (siempre parten,
como el sol y los astros, del Este), representando a la cordillera de los
Andes, divide al círculo en Rañín Kume (mitad benéfica, la que está al
frente) y Rañín Wekapu (mitad nefasta, diabólica, la que está de
espaldas). El recorrido diario del sol traza la perpendicular, generando
la cruz y los cuatro puntos cardinales: Puel, salida del sol, fuente de
vida y salud (y según tradición oral, de llegada del pueblo mapuche);
Mullu o Lafken, el ocaso, reducto de las almas de los muertos y los
maremotos; Willi, Sur, origen de la sabiduría; y Pikun, Norte, de donde
proviene el infitum, daño o enfermedad e, históricamente, las invasio-
nes incaica y española. Se delimitan así los cuadro cuadrantes (el
cuatro es el número sagrado, protagonista absoluto), meli witran mapu,
los “cuatro lugares de la tierra”. SE, beneficioso; NO, malo; NE, mode-
radamente bueno; y SO, moderadamente maléfico.
El punto central es el eje existencial, el centro del espacio
vivido, materializado tridimensionalmente por el rewe, el árbol sagrado,
nexo presente entre el cielo, la tierra y el infierno, entre las siete
plataformas cósmicas cuadradas. Es el centro del Nguillatún y hogar
ritual de la machi, la cual lo trepa por siete escalones para entrar en
extático diálogo con Gnechén, rodeada por su gente y por Mariepuantv
(doce soles). Me cuenta un lugareño que sobre el rewe había disertado
hacía tiempo un entendido, señalando puntos de contacto con el
calendario azteca y babilónico. Lamentablemente, mi informante no
recordaba el apellido del sujeto en cuestión.
Los dibujos de pentáculos y medialunas en los cuadrantes del
kultrún nos devuelven a su referencia cósmica. Asimismo, hay un
complejo simbolismo cromático inherente. Horizontalmente, los
cuadrantes boreales, negros (kurru) como el mar y la noche (pun); el
SE, blanco (liku, ayon) como la claridad del día y la luz de las estrellas
(huangulen); el SO, azul (kallfu) como el cielo calmo; y en el centro, el
verde (karu) de la Naturaleza. Verticalmente, la tierra de arriba (Wenu
Mapu), el reino del bien o cuatro lugares de arriba (meli ñan wenu), con
las cuatro gamas del nevado azul andino: blanco, azul, violeta y
celeste; los reinos del mal, inmediatos a la horizontalidad, anka wenu
(medio arriba) y miche mapu (tierra de abajo) alternan el negro con el
rojo (kollu), color de la lucha, la sangre, el fuego, el cielo pre-ventoso y
el sol abrasador, prudentemente prohibido en el Nguillatún; y en la

364 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


plataforma existencial horizontal, alrededor del verde central, los ya
mencionados negro, blanco y azul con su dialéctica bien-mal.
La machi construye su propio kultrún, y antes de sellar el
trelke, le insufla su propio aliento, hermanándose con él y repitiendo
así el acto cosmogónico de Gnemapún. Se nos insiste obsesivamente
en que los poderes de la machi (rol otrora asignado a los varones
homosexuales pasivos, los weyes) no son innatos, sino transferidos y
adquiridos. Por supuesto, hay indicios previos, como los sueños
premonitorios, pero una vez decidido el destino de la futura machi
(Wuñelfe, lucero del alba, participa de algún modo en esta decisión),
empieza un intenso proceso de torturas físicas y esotéricas transferen-
cias de la machi mayor hacia la menor en oscuras cuevas tapiadas o la
misma ruka (casa) de la mayor, resguardada por guardias mapuche,
finalizando con la incisión o punción lingual de la novicia, a la que, en
el caso ideal, se la clava por la lengua al tronco de su futura ruka y
rewe durante unos días.
Los poderes y sabiduría así adquiridos son proverbiales. El
paleontólogo Garate Zubillaga nos contaba de la ya mítica y extinta
Doña Carmen de Antigual (de Caichihuil), a quien acudían devotamen-
te enfermos desde todo el globo, sobre todo desde Europa. O el caso,
ya habitual en estos lugares, que nos expone la dueña de la hostería
mientras prepara el queso. Su madre –Doña Angela, viuda de Garro,
quien hace treinta y cinco años construyó la hostería, y nos sonríe
detrás del mostrador–, desahuciada y sentenciada por los médicos,
había acudido a desgano a una machi, con la infaltable y esencial
muestra de orina. Le había bastado a ésta una mirada a la muestra
para repetir el diagnóstico conocido por la buena señora, pero sin
eufemismos. Los remedios especialmente preparados por la machi
para el caso están logrando lo que años de medicina civilizada no
pudieron.
Doña Angela asiente, quedamente, con la cabeza. Su hija (“De
Leo”, había declarado, dramática) hace un alto en su labor, y comenta:
“Y que no me digan que esto se ve, así. Que se puede ver.” Y luego de
una pausa, concluye: “Hay otra mirada”.
Un rato más tarde, mi amigo me confesaría: “Qué terrible,
tantos años de sociología, antropología estructural y epistemología,
para llegar a esa misma frase”.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 365


V
¡Alerta! ¡Alerta! Ya nos lo había advertido el padre Valerio,
recio y admirable espíritu itálico, desde hace veintitrés años apóstol de
Ruckachoroi: ¡Cuidado con las versiones de segunda mano, mucha-
chos, sólo tomen en cuenta las directas! Ya vinieron tantos que con
dos o tres frases que escucharon, se armaron toda una historia, la que
querían escuchar, y escribieron y editaron tanta pavada por ahí! (“Mea
culpa”, susurrábamos, pecadores horrorizados). De hecho, la misma
advertencia que nos hiciera el director del museo de Zapala y que dicta
el sentido común. ¿Pero cómo lograr en tan poco tiempo la tan
ansiada transmisión directa, sin dinero ni locomoción propia, abando-
nados por el tal mefistófeles? Y sobre todo, ¿dónde? Porque de eso se
trataba la pesquisa: acumulando versiones, tratar de orientarnos, de
lograr una topografía de utilidad.
¡Pero alerta! ¡A no fiarse de Géminis! ¿A quién podría refutarle
que lo referido más arriba sobre el orden cósmico mapuche es una
mentira de pe a pa? O para ser mas suaves, una construcción perso-
nal de astrólogo trasnochado, una nada arbitraria selección de datos
escogidos y reordenados capciosamente... ¡para colmo, datos segura-
mente de por sí ya reos del mismo delito (¿la mala fe sartreana?)!
Pero, ¿de qué objetividad se puede hablar, si ni siquiera se puede
apelar a una intersubjetividad en esta tierra de nadie, de bárbaros
conquistadores? Rubén Pérez Bargallo, María Esther Grebe, Dick
Ibarra Grasso y tantos más que no registré, todos advirtiendo sobre
sus informes parciales, la propia constelación de opiniones
fragmentadas, intuiciones y sueños... Las diferentes grafías que
pretenden expresar la fonética mapuche (mapudungu) bien pueden
simbolizar las inmensas contradicciones que se suscitan al comparar
distintas versiones de un mismo tema. La matriz ideológica, la
intención ordenadora de tal o cual visión, es a veces conmovedora-
mente perspicua. Aquí una alemana germaniza las fábulas mapuche
para luego decir que se advierten sorprendentes vínculos con fábulas
germanas, allá un católico se maravilla de la identidad entre Gnechén
y la figura homóloga cristiana (¿será un arquetipo del inconsciente
colectivo?), luego de siglos de genocidio procatequizante, acullá un
estructuralista de izquierda ensalza a la pareja Unkushé y Unfuchá
(“madre y padre eternos”) y a Pillán (“antepasado”), contraponiéndolos
a la figura posterior de Gnechén (“dominar-gente”), para que te quede
bien clarito el efecto del imperialismo capitalista y vaticano.

366 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Pero más álgido se pone el asunto a la hora de determinar el
origen del pueblo mapuche: vinieron por el estrecho de Behring hace
40.000 años (Garate Zubillaga nos dice, entre mate y mate, que ningún
antropólogo norteamericano acepta la tesis del istmo, porque ¡sería
reconocer que pasaron por Rusia!), están desde hace 20.000, 8.000
años, 5.000 años, escasos 1.000 años, vinieron del Amazonas, del
Norte, de Australia, los trajeron los extraterrestres, son sobrevivientes
de Gondwana, o mejor, de la Atlántida, provienen del indiscutible tron-
co común africano, pero ¡cuidado!, avisan los antropólogos suspica-
ces, la visión de un origen único es un residuo de la antigua miopía
etnocéntrica, útil instrumento del poder establecido... Etc., etc., etc.
Con una situación exactamente análoga me había encontrado
al querer esbozar una historia de nuestra astrología euroasiática. Por
lo viso, la historia está lejos de constituirse en un saber positivo y se
ofrece a gusto del consumidor. ¿Qué opción se presta mejor a mi
tesis? O intentando el infrecuente juego de la honestidad, ¿cuál es la
verdad “objetiva”?
Dada la composición orgánica del kultrún, dicen que no hay
pruebas arqueológicas de que sea anterior al período hispánico (mas
bien lo contrario), pese a la tradición oral. Entonces, ¿quién garantiza
que, más que una expresión local de una cosmovisión particular, no
sean las cenizas de la afición astrológica de algún encubierto astrólogo
saleciano o franciscano de la conquista? Por más que fuera expresión
de una astrología todavía por verificar, ¿qué más da ya entonces, si es
la astrología ya conocida, importada desde su cuna en algún milenio
indeterminado e indeterminable?
Sonia afirma que en la zona no hay Nguillatún, José Belmar
(hospitalario erudito español) nos dice que hay Nguillatún y cacique,
pero que no hay machi. El padre Valerio que machis no, bueno, habría
que cruzar la frontera... Garate Zubillaga afirma que hay machis ejer-
ciendo en tal y cual lugar. En lo que todos están de acuerdo es en no
haber oído nunca hablar de una astrología mapuche, situación apoya-
da por la tesis del filósofo croata Juan Benigar, quien después de
cuarenta años de convivencia con los indígenas, sostiene que no
tienen una noción abstracta de tiempo, espacio o causalidad, ni hablar
entonces de un orden astrológico, aunque más no fuera intuitivo.
Cómo conjugar entonces estas declaraciones con el sencillo
discurso del anciano Marinau, que me habla tranquilamente de que los
nacidos en Mayo tienen suerte, que un triste destino acompaña a los

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 367


nacidos en Marzo, Agosto y Octubre, que los nacidos en luna nueva
(chomcuyen o huecuyen) salen flacos y de corta vida, que los de luna
creciente (purncuyen) o llena (aponcuyen) son grandes, de mucha
suerte y vitalidad, y los de luna menguante (nagmencuyen), de poca.
Que así como un recién nacido lleva el nombre de aquello que estaba
cerca (en una maravillosa connivencia y aceptación de lo dado, el
sentido por contigüidad), la madre mapuche, que siempre va a parir
mirando al Este, observa el astro que también nace en ese momento,
ya que será la guía perpetua del recién nacido, quien lo podrá
consultar en momentos de necesidad. Cuyen (la luna), Wuñelfe (el
lucero) y Melihuanlen (“las cuatro estrellas”) determinan el sexo,
desarrollo y duración vitales, denotan la calidad de la salud, fertilidad,
luz, animales, pasto y espíritu. Todo esto, dice Marinau, lo saben las
machi.
El cacique Vicente Puel, desde siglos de ultraje y depredación,
con su mirada altiva y acusadora, nos pregunta: “¿De qué nos sirve
contestarles? ¿En qué nos van a ayudar?”. Nuestra respuesta, por
obvia, es balbuceada. Un abismo cultural nos separa, pero sobre todo,
un abismo de intereses. Invocar el amor al conocimiento sería
engañapichanga. Tan o más salvaje que Roca o Sarmiento en esta
micro-conquista del desierto, excursión a los indios mapuche, me
vienen las imágenes del pillaje, los violadores de cementerios
indígenas, mercenarios que se hacen la América en los anticuarios de
San Telmo. El cacique, desafiante, nos informa que ya hacía tiempo
sabían de la sequía y la erupción del Lonquimai. Por las estrellas. ¿Las
machi? No, otros hombres se dedican a eso. Stop.
¿A qué estamos jugando? ¿Sabrá qué quiero que me
conteste? El director del museo nos había prevenido que el paisano ya
era muy ladino en esto de adivinar qué quería que le dijera el huinca,
para así ligarse un tintillo (pieza indispensable de la dinámica política
austral, cuya mágica accesibilidad está financiada por los estancieros
patagónicos). ¿Son entonces las nieblas del alcohol, la injusticia y el
sojuzgamiento o hay, como sostiene Ibarra Grasso, sociedades
secretas masculinas resguardando herméticamente un saber preciso?
¿Hasta qué punto mis preguntas no condenan a las respuestas?
Quizás estén inventando ahora para mí, en mi honor, quizás estén
haciendo astrología.
Oswald Wirth dijo alguna vez que adivinar es imaginar con
justeza y papá Jung, que lo desconocido se nos presenta como campo
óptimo para la proyección inconsciente, para la expresión de nuestra

368 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


esencialidad. Sin ir a algo tan lejano como las constelaciones, la nigre-
do o los mapuche, la cacofonía que rodeó a la aparición del SIDA se
nos enrostra como un ejemplo fascinante. ¡Interpretaciones para todos
los gustos! O como diría Foucault, para todos los deseos.
Géminis-Géminis en XII (¡oh, astrología de salón!), preso en
los laberintos de mi mente, tratando con estas líneas de dibujarlos, de
ordenarlos, para así quizás encontrar un sentido. La salida.

VI
La cordillera, imponente, con su maravilloso equilibrio entre el
gótico y el románico. Por entre el verde tapiz de los bosques, eleván-
dose, las araucarias, enormes dinosaurios orantes. Connubio del color
y el pastel, armonía originaria del sereno agreste, todo resume intensa
y quieta completud. La teluria se me conjuga con mi barrio natal
europeizante: sobreborda saber que no hay nada que envidiarle al
Olimpo o al Walhalla. Las rectas que trazan los rayos del sol ordenan
la policromía del entorno, y su quedo murmullo evoca una letanía. ¡El
mundo deviene ecclesia y re-ligere! Tentando la fuga de Dédalo,
intento beber las aguas del Leteo, busco rastrear la experiencia
primigenia de los caldeos y los griegos. Del mapuche. O para ser más
correctos, invento la mía.
Acá, donde los elementos se mezclan en perfecta proporción,
en un fértil diálogo de mutua aceptación, todo es posible, ya que así
como ellos se funden, yo, que soy uno más, soy ellos y me hablan a
mí. ¿Cómo no comulgar con esta luna, este sol y estas estrellas, con
sus ritmos, sus movimientos y su charla, de la que soy locutario abso-
luto? Esta agua, este có, que baja desde las blancas alturas entre ár-
boles y peñascos escondidos para alimentarme, para limpiarme, para
reflejarme y para sosegarme, me dice que todo, entonces, es uno.
Se define al mapuche como esencialmente poeta y su lengua
así lo atestigua. ¡Imposible no serlo con este entorno! Hay culturas en
las que todavía no está el acto diferenciado del habla, en las que nom-
brar es hacer. En el cansado high-kitsch de mi posmodernidad, mitolo-
gizo al mapuche y lo supongo en la misma situación del gnóstico
premedieval. ¡Tantas imágenes y conceptos, tanta bullente indetermi-
nación, tanto para elegir y ordenar! En ese maravilloso caldo de cultivo
cristalizó ese prodigio de sincretismo que es nuestra bella Astrología.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 369


Cuando traza los cuadrantes, el mapuche ordena y re-crea.
Define una melodía de entre el entorno polifónico y luego la usa como
mapa y ladrillo: hasta antes de tomar el mate, salpica a los cuatro
puntos cardinales, siempre desde el Este y en el orden riguroso de la
marcha solar. Hoy, el hombre de ciudad busca orientarse entre tanto
ladrillo y tanto mapa acumulado a través de los siglos, y a la inversa,
se vale de una flor o una estrella. A alguno no le alcanza, y necesita de
una estrella mapuche. El hombre como dador de sentido, ángel -
máquina - animal significante y significado, puro estar ahí, encadenado
irremediablemente en la lábil y ubicua barra divisoria del algoritmo de
Saussure (“signo = significante / significado”).
Todavía hoy se polemiza sobre si se corresponde mejor
Saturno, Urano o Neptuno con el oficio del astrólogo. ¿Pero qué pasa
con Plutón? A más de medio siglo de su descubrimiento, se nos
devela, inquietante, la imagen sugerida por Maggie Hyde, el astrólogo
instalado en el centro de la telaraña del destino.
A la hora de rectificar una Carta, asumido el inmenso e inevi-
table desafío moral y metafísico que supone ya no sólo la responsabili-
dad de leer, sino también de escribir, elegir el instante físico, re-crear la
aleación micro-macrocósmica, es inútil que apele obsesivamente a
todo mi rigor politécnico, que rece humildemente o que invoque la
mística del azar: llega un momento en el que hay que pronunciarse. El
momento de decisión. Y decido. Confiando, como decía el místico, en
que Él “me” vive.
El astrólogo como Demiurgo: la Astrología del Hades.

VII
Mefistófeles se nos escurrió de entre las manos como el
mercurio de los alquimistas. Pocas horas antes de salir, nos encon-
tramos sin dinero y en la perspectiva de un campo ignoto y sin guía.
Sé que todo esto me quiere decir algo, pero todavía no oigo
con claridad. Sí puedo percibir claramente la límpida matemática del
clave bachiano. ¿Sería ésta la música que buscaba Kepler cuando en-
contró sus tres leyes del movimiento planetario? ¡A tanta cosmovisión
podría estar expresando, según como se la considere! La ronda de
Platón, Aristóteles, Leibniz, Spinoza, Hegel, Schopenhauer, Heidegger,
Popper, Baudrillard... “La astrología es el estructuralismo más abierto”,
dijo un semiólogo francés. Al remanido rótulo “pseudociencia”, yo

370 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


replicaba “metaciencia”. Pero, indudablemente, es metafilosofía. Y
praxis.
El tema de una astrología mapuche no ha sido tratado con
rigor académico por nadie, que yo sepa, y obviamente mucho menos
por mí. Es más que probable que algún investigador chileno hace rato
tenga todas esas piezas "objetivas" que nos faltan. De ser así, ruego
por su solidaridad. Pese a todo, creo haber hecho con estas líneas, de
algún modo oscuro y extraño, astrología.
Entonces, qué decir de esta tan, tan querida ciencia, arte, etc.
(sobre todo etc.). A fuerza de ser honesto y a riesgo de ser hereje, sólo
me queda confesar, parafraseando a nuestro genial urdidor de
laberintos, ciego especular: "No nos une el amor, sino el espanto. Será
por eso que la quiero tanto".

EPILOGO
Este texto, subtitulado “Atisbo epistemológico y topología de
un signo”, fue escrito en 1989 para la única revista de Astrología que
teníamos por aquel entonces, y rechazado por su editor. Años más
tarde, tuvo la misma suerte con la otra única revista astrológica en
papel. Desde su escritura ha corrido mucha agua bajo el puente. No
recuerdo bien quién dijo: “Si mi amigo es tuerto, lo miro de perfil”. Entre
otras cosas, mi relación con la Astrología pasó de la pasión y el
espanto a un amor mucho más tranquilo, gracias a innumerables
confirmaciones cotidianas, tanto vivenciales como científicas, progre-
sos colectivos en cuanto a su historia y, por otro lado, a la posibilidad
de haber hecho realidad una interacción más eficaz y plena con el
medio.
Sin embargo, habiéndome topado de nuevo con él, quise
compartirlo pese a ya no comulgar con algunas de sus conclusiones.
Amén de que cada una de las anécdotas narradas en esta crónica
ocurrieron “en la vida real”, creo que a pocos puede habérseles
escapado que esta humorada, con la excusa de hablar sobre la
astrología mapuche, es una pequeña pieza literaria que se complace
en describir autobiográficamente un tramo del camino de un signo
zodiacal (en este caso, Géminis), y al mismo tiempo, proponer algu-
nos temas de reflexión sobre nuestra propia Astrología occidental.
Buenos Aires, enero de 2003.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 371


372 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 19

ENTREVISTA BIOGRAFICA
Realizada por Mayte Gual para la revista online Elloroestepario

Como somos astrólogos la primera pregunta es acerca de tus datos


astrológicos: fecha, hora y lugar de nacimiento.
Según mi partida de nacimiento nací el 7 de junio de 1962 a
las 8.30 horas (confirmado por mi madre) en la ciudad de Buenos
Aires, Argentina. Hace unos veinte años rectificamos con Rubí Leza
la hora a exactamente un minuto más tarde, 8.31 horas, y esa Carta
sigue funcionando a la perfección. Al nacer, el Ascendente, el Sol y
Mercurio estaban en Géminis, estos dos últimos en una conjunción
muy exacta dentro de la Casa XII, con la Luna haciéndoles un
cerrado sextil aplicativo desde Leo.
¿Podrías comentarnos algunos datos tuyos no astrológicos para
conocerte mejor? Por ejemplo sobre tu vida familiar o social, tus
aficiones aparte de la Astrología u otras dedicaciones.
Mi padre fue un marino argentino descendiente de italianos
que se doctoró como meteorólogo en Estados Unidos, donde
conoció a mi madre, una norteamericana con aficiones literarias que
luego dedicó mucho de su tiempo a la beneficencia; algunos de mis
hermanos nacieron allí, los siguientes en Argentina. Yo soy el menor
de seis. Desde chico tocaba música y pasaba muchas horas
leyendo. Cuando de adolescente decidí que quería ocuparme de la
dirección escénica de ópera y entré en el mundo del teatro, que me
tuvo luego muy activo por muchos años como director, actor y autor.
Luego tomé un intenso contacto con mis raíces griegas (abuelo
materno) y me convertí en un apasionado filoheleno, con una
profusa actividad comunitaria al respecto. Esa fue una de las
razones que me llevaron a abordar y completar la licenciatura en
lingüística en la Universidad de Buenos Aires, en donde desde hace
un tiempo dicto clases de griego moderno.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 373


¿Cómo entraste en contacto con la Astrología, cuándo? Háblanos
un poco sobre esas circunstancias.
Mi contacto con la Astrología se dio desde muy temprano en
el ámbito familiar: como a mi madre le gustaba la Astrología de
divulgación, en casa había libros sobre signos solares y de Astrolo-
gía china muy previos a su difusión en traducciones castellanas. Por
otro lado, además de los frecuentes señalamientos que mi padre
nos hacía de las constelaciones del cielo nocturno, dos de mis
hermanos mayores tenían inclinaciones hacia la literatura filosófica,
ocultismo incluido. La casa estaba literalmente poblada de fantas-
mas y la convivencia con fenómenos paranormales de todo tipo era
vivida como algo natural. Mi gusto muy temprano por la literatura
macabra y de terror me fue acercando a “lo oculto”, y más precisa-
mente, al Tarot. A la Astrología le temía sus costados deterministas
y recién la contacté como consultante a raíz de una crisis personal al
cumplir los veintitrés años. Inmediatamente comencé a estudiarla
con pasión, y pronto fui a dar con mi ex-profesora de física en la
escuela, Rubí Leza, la pareja de Eloy Dumón, quienes en ese
momento dirigían el Centro Astrológico de Buenos Aires (Caba).
Una vez que comencé mis estudios en ese espacio ya fue un viaje
sin retorno: no pasó mucho tiempo antes de que me convocaran
para dictar clases y me dedicara por completo a la consultoría.
¿Qué crees que la Astrología aporta al ser humano?
La certeza de la existencia de un sentido trascendente y de
que la realidad no es aquello que nos enseñan en la escuela o lo
que nos muestran los diarios y la televisión, sino algo infinitamente
más mágico y bello, lleno de conexiones sutiles que nos permiten
reconocer la presencia de una inteligencia superior en el seno
mismo de nuestras vidas. De allí y como una consecuencia natural,
la posibilidad de un mayor autoconocimiento y de una mejor
comprensión de las motivaciones y de los aparentes defectos de las
personas que nos rodean. También nos prueba nuestra íntima
interconexión y las responsabilidades morales que supone, vividas
no como carga sino como un gran juego cósmico. Y por supuesto
nos brinda algunas aplicaciones utilitarias nada desdeñables, como
el mejor aprovechamiento de determinados procesos que vemos
aproximarse, o poder hacer lo justo en el momento adecuado,
siempre en pos de la facilitación de los niveles más elevados de
consciencia que entiendo que la Astrología naturalmente propicia.

374 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


¿Consideras a alguien sea vivo o de épocas pasadas como tu o tus
maestros?
Quizás por la fuerza de Géminis, “el aprendiz”, en el
momento de mi nacimiento, o porque en ese momento también
estaba Júpiter en la Casa IX muy bien dispuesto, considero en
varios sentidos a muchísima gente mi maestro, incluido el ámbito
astrológico, y vivo agradeciéndole a la vida por ello. Esto hace a la
lista realmente muy larga, pero para circunscribirla a los astrólogos
argentinos con los que he tenido contacto personal y que más han
influido en mi percepción personal, podría mencionar a Rubí Leza,
Eloy Dumón, Roberto Martori, Eugenio Carutti y Gerhard Houwing.
Dentro de la Astrología existen diferentes escuelas astrológicas y
también diferentes tipos de Astrología, ¿te identificas con alguna en
concreto?
Como tomé un contacto intensivo con casi cada una de las
muchas ramas y enfoques de la Astrología existentes, podría decir
que mi mayor identificación es justamente con la pluralidad y el
eclecticismo, es decir, el uso deliberado en todo momento de lo
mejor de cada una de esas perspectivas al mismo tiempo en forma
combinada. Una vez leí una frase de Thomas Mann con la que me
sentí muy identificado: “Lo significativo es lo lleno de relaciones”. Por
ello transito siempre con toda Carta Natal en forma contemporánea
la perspectiva psicológica y humanística, la más específicamente
jungiana, los mitos de distintas culturas, las reglas propuestas por
Morin, los puntos medios de Ebertin, el Zodíaco dracónico, el
enfoque hindú como un todo (que pude estudiar intensivamente en
Estados Unidos y en la India), aquello que mejor entiendo y veo
funcionar de lo surgido en las últimas décadas de recuperación del
pasado astrológico más remoto, tanto helenístico como medieval,
así como las armónicas (sea el enfoque anglosajón o las geniales
propuestas de Tito y Miguel), los distintos tipos de configuraciones,
modelos planetarios, partes arábigos, criterios ecuatoriales, etc., y
muy especialmente el enfoque vivencial y técnicas de Astrodrama,
cuyo desarrollo fue una de las tantas cosas en las que me tocó un
cierto papel pionero en Argentina.
A la misma pluralidad de técnicas que aplico en contempo-
ráneo a la Carta Natal se le corresponde la de la multiplicidad de
técnicas predictivas que veo funcionar tan bien combinadas (sea
para orientación psicológica como para la previsión de eventos

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 375


puntuales) y la Astrología Horaria, con las que convivo cotidiana-
mente. Hace años me ocupé también mucho de la Astrología
Mundial, si bien ahora casi no le dedico tiempo, y, en mayor grado
todavía, a la investigación estadística rigurosa, de donde pude
derivar observaciones muy interesantes que modificaron en gran
medida mi mirada, que por supuesto permanece como un sistema
siempre abierto. Lo importante en todas estas combinaciones, para
evitar una dispersión que confunda en vez de aclarar, es la
comprensión profunda de la naturaleza de la especificidad de cada
una de los enfoques mencionados y de las reglas internas que en
consecuencia se le derivan, tanto desde la tradición como por
experiencia personal. Encuentro que este abordaje multidimensional
permite que las técnicas y perspectivas se iluminen las unas a los
otras, propiciando la aparición de contenidos, vislumbres y certezas
que de otro modo no habrían estado presentes.
¿Eres partidario de que la Astrología se estudie en la Universidad?
No sólo soy partidario de que la Astrología se estudie en la
Universidad, sino que hace años trabajo para ello. Ese fue el otro
motivo por el cual inicié mis estudios universitarios y me inserté en el
ámbito académico como docente. Siempre he sostenido que los
propios astrólogos somos los principales responsables de la imagen
distorsionada que la sociedad actual tiene de la mejor Astrología,
sea por nuestra propia desidia al respecto como colectivo, como por
nuestro silencio cómplice ante colegas oportunistas que aprovechan
las motivaciones o mecanismos oscuros de los medios masivos o de
la psique individual de sus consultantes o alumnos: hay un gran
facilismo que damos por sentado como algo natural. Por supuesto
que en un determinado nivel el encuentro con la Astrología tiene
todo el derecho a ser “fácil” e inclusive un sano entretenimiento,
pero la búsqueda y la transmisión del conocimiento de la verdad en
cualquier área siempre ha implicado históricamente la necesidad de
un cierto nivel de esfuerzo y la existencia de instituciones que lo
favorezcan del mejor modo posible. Partiendo del lugar común de
que la Astrología tiene algo de Ciencia, Arte y Religión, no en vano
los miembros de la sociedad que sintieron una particular afinidad y
responsabilidad hacia cada una de esas prácticas constituyeron
Universidades, Conservatorios e Iglesias. Esto no desmerece a
quienes no quieran participar de los mismos: hay algunos
pensadores, artistas y místicos geniales que no pasaron por esas
instancias, pero la mayoría de hecho sí lo han hecho. Siempre me

376 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


ha preocupado mucho el tema de cómo atesorar lo mejor de lo que
hubo y hay en la Astrología según mi propio entendimiento, así
como el de la promoción de su desarrollo, y siento que la
responsabilidad social que tenemos hacia el futuro es inmensa,
puramente nuestra, y que la interacción con el mundo académico es
una de las vías posibles. Yo mismo crecí mucho en todo sentido en
ese espacio, y creo que ello me permitió mejores aportes a la
Astrología. Por esto aproveché cada oportunidad que tuve de dar
conferencias con temática astrológica en ámbitos por el estilo (la
representación en Buenos Aires de la Universidad de Bolonia, la
Biblioteca Nacional, el Centro Cultural General San Martín de la
Municipalidad de Buenos Aires, entre otros), y admiro mucho lo
logrado por Jesús Navarro en España, así como cualquier paso que
se vaya dando en esa dirección en el resto del mundo.
Paralelamente a una serie de proyectos personales que
estoy emprendiendo al respecto, hace dos años comenzó en la
Fundación Caba (en donde dicto clases desde 1988 y participo de
su dirección desde 1991 como Vicedirector y desde 2000 como
Director de Estudios) un Posgrado para los egresados de nuestra
carrera formativa, quienes pasaron por muchísimas examinaciones y
horas de arduo estudio para lograr su Diploma de Técnico en
Astrología. Este Posgrado está orientado a la capacitación en la
consulta y quienes lo completan obtienen un Diploma de Consultor
Astrológico, para lo que deben contar con un título terciario o
universitario paralelo debidamente acreditado, además de presentar
una tesis final de investigación astrológica que cumpla en su forma y
contenidos con exigencias académicas bastante ambiciosas. El
objetivo es crear una red de colegas creíbles tanto ante sí mismos
como ante el ámbito universitario, y hasta ahora está funcionando a
las mil maravillas, particularmente con los más jóvenes. Al mismo
tiempo estoy muy atento a las otras propuestas académicas que
están tomando forma en otros países e intercambiando experiencias
y opiniones con sus principales responsables. Hay un largo camino
todavía por ser transitado y a veces es cansador, pero por otro lado
es terriblemente entusiasmante.
¿De qué realizaciones como astrólogo estás más satisfecho? Por
ejemplo puede ser haber escrito artículos, libros u otras
publicaciones sobre astrología, haber dado conferencias, asistido a
Congresos, apariciones en los medios u otras afines.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 377


Aparte del Posgrado y todo lo logrado hasta ahora en la
Fundación Caba, entre las realizaciones recientes que más
satisfacciones me han traído, se encuentra el libro de mi autoría
editado por Editorial Kier en 2005, “Manual de Técnicas de Síntesis
Astrológica: El Camino en el Mapa Natal”, 382 páginas de
información muy apretada que, desde diversos puntos de vista,
resumen mucho de lo que encontré hasta entonces más útil para
abordar la Carta Natal. Una gran cantidad de gente me ha
transmitido muy cálidamente lo útil que le fue en su proceso
personal, lo que era precisamente el objetivo: más allá de todo lo
dicho de las instituciones formativas, siento un gran respeto y afecto
por el autodidacta, porque en cierto sentido quizás siempre lo fui y
creo que todo buen astrólogo en el fondo lo es.
En un rubro completamente diverso, el año pasado dirigí un
largometraje de dos horas y media, “Bomarzo 2007”, un video
documental-experimental que consiste en una puesta en imágenes
bastante bizarra de una ópera del compositor Alberto Ginastera muy
significativa para la historia del arte argentino, puesto que sufrió
censura y otras desgracias de parte del gobierno militar de turno. Lo
pertinente del caso es que el contenido de la ópera, así como el de
la exitosa novela de Manuel Mujica Lainez en la que se basa, es
fuerte y explícitamente astrológico: el coprotagonista es un astrólogo
y la interpretación de la Carta Natal (presente en buena parte de la
ópera) del protagonista determina en gran medida toda la acción
dramática y su destino. Se me ocurrió filmar todo en los escenarios
originales (el Parque de los Monstruos y el Castillo de Bomarzo, en
Italia) en apenas cuatro días con las autoridades y los habitantes del
pueblo haciendo los papeles principales junto a dos actrices
argentinas, todo sin ningún tipo de ensayo previo ni fondos. Luego
editamos en seis días y lo presentamos inmediatamente en un acto
público a los mismos pobladores. Lo acelerado del proceso le dio
una cualidad muy particular y creo que está muy lograda desde el
punto de vista artístico, habiendo provocado hasta ahora un buen
impacto: ya se ha presentado en festivales y embajadas con muy
buena repercusión, y hay muchas presentaciones programadas para
el futuro en embajadas, centros culturales y universidades de varios
países. El fenómeno ha sido a tal punto inusual, que la Universidad
Nacional 3 de Febrero realizó un documental sobre la realización del
film y me acaba de contactar un investigador de la Universidad de
Salamanca para hacer un trabajo sobre el mismo para presentarlo
en un congreso en esa misma Universidad.

378 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Otra satisfacción personal fue el año pasado la conducción
durante meses junto a otros dos colegas del Caba, el Dr. Franco
Rossomando y Silvia Poceiro, de un programa de radio astrológico
semanal que significó la materialización de un sueño muy acariciado
y una gran alegría para muchos oyentes. De momento está en
suspenso por cuestiones puramente técnicas de la emisora, a la que
elegimos esperar, pero ya pronto volverá. Se llama “Astrología Hoy:
un encuentro con el Cosmos y la Música de las Esferas, el programa
de la Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires”, donde la
música de las esferas que pasábamos era griega. Aparte de este
programa, participé varias veces en otros como invitado (en una
ocasión tuve un agitado intercambio con el titular de la cátedra de
Epistemología en un programa de la Universidad de Buenos Aires
en Radio Nacional), así como en televisión. Además de un debate
reciente sobre “Astrología y Adivinación” con representantes de
distintas religiones y un filósofo agnóstico y en donde me tocaba dar
la cara por la Astrología, me tocó un papel importante en la
organización de un programa de divulgación de trece capítulos de
media hora que el canal de cable Infinito filmó en 2003 con la
participación de varios astrólogos argentinos, algunos de ellos
realmente de entre los profesionales que más admiro. Tuve no sólo
la suerte de tener un espacio en varios capítulos y de ocuparme de
la escritura y locución de la sección final de cada uno con tema
“Historia de la Astrología”, sino que fue tal la repercusión que no
deja de presentarse desde entonces: ya van cinco años de
emisiones semanales ininterrumpidas.
Tuve el honor de prologar o presentar libros de colegas que
admiro y de participar varias veces con artículos en distintas
publicaciones (“Astrología”, “Medium Coeli”, “Mercurio-3”, “GeA”, “La
Revista del Caba”) y como ponente en congresos nacionales e
internacionales de Astrología desde 1990, y siempre he intentado
apoyar como fuere los emprendimientos que me parecían llevados
adelante adecuadamente. Desde el año pasado me encargo
además de la organización de una Jornada Intensiva de diez horas
de duración que la Fundación Caba propone como abierta a toda la
comunidad astrológica y en la cual varios profesores presentamos
ponencias con un eje temático. En ambas ocasiones tuvimos más
de doscientos asistentes que nos devolvieron una respuesta
realmente muy cálida. La experiencia quizás más contundente en
este rubro hasta ahora fue la reciente en Denver, Colorado (USA).
Me refiero a UAC 2008 (United Astrology Congress), un encuentro

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 379


de 1.500 astrólogos de 48 países en donde, además de participar
como disertante invitado, pude reencontrarme y dialogar con
colegas por los que siento una gran admiración y a los que no veía
desde mis visitas anteriores de 1992 y 1995, así como haber tenido
la experiencia de poder finalmente conversar extensamente con
otros autores por los que siento un gran interés y con quienes no
había tenido todavía ocasión de tener un encuentro personal. Estos
eventos me parecen muy importantes para la constitución de
nuestro colectivo mediante el diálogo y el encuentro de personas,
instituciones e ideas.
Por último, ¿cuáles son tus próximos proyectos astrológicos?
Intentar continuar mi desarrollo personal y académico, y
sostener con la mayor energía y responsabilidad posibles aquellos
emprendimientos compartidos que inicié en distintos momentos. Por
supuesto, es una prioridad el crecimiento del Caba y, muy particu-
larmente, de su Posgrado, así como aportar al fortalecimiento de la
red astrológica mundial en sus puntos más valiosos.
Junio de 2008

380 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


CAPITULO 20

GRADOS Y DESTINO
El valor predictivo de los grados de la Carta Natal

Este breve capítulo ocupa esta sección del libro por dos
motivos: pese a que vengo observando el fenómeno desde mis
inicios en la Astrología, la idea de escribirlo surgió apenas unos días
antes de entrar en prensa, dado que la intención era compartirla en
la próxima Jornada Intensiva abierta a toda la comunidad astrológica
que anualmente realiza la Fundación Centro Astrológico de Buenos
Aires, este año con título “La nueva Astrología del 2012”. Por otro
lado, como refiero en él a varios momentos de mi propia vida, me
pareció adecuado que estuviera presente en esta Cuarta Parte, que
tiene un cariz más personal.
Muy temprano me llamó la atención cómo algunos eventos
claves de mi existencia coincidían con un planeta que los represen-
taba con su simbolismo en una la edad idéntica al número de grados
en que se hallaba ese planeta en mi Carta. Por ejemplo, como ya
mencioné en el capítulo 15 (en donde figuran los datos de la misma.
Figura 38), un evento que me marcó mucho en la vida fue la pérdida
de mi hermano Tomás. Aunque tengo varios hermanos, con él era
con quien me llevaba mejor, era de Géminis como yo y coincidíamos
en muchas cosas. Se reían de nuestro par de nombres: a él lo
llamaron desde que nació Tommy y Jerry a mí, de modo que los
gemelitos de nuestro signo zodiacal se encarnaban en la conocida
dupla del dibujo animado. Mercurio en mi Carta es el regente de la
Casa III de los hermanos y se halla en el mencionado Géminis
compartido en la Casa XII de las pérdidas y el suicidio. Mi Mercurio
está a 16º y minutos del signo y mi hermano falleció cuando yo tenía
16 años y unos meses (esto funciona normalmente con unos meses
de orbe). Dado que Mercurio también rige mi Ascendente, fue un
suceso no sólo muy importante, sino que supuso un giro en mi
historia.
Venus en mi Carta está a 18º y pico de Cáncer y a esa edad
por primera vez me enamoré en el sentido convencional y de
verdad, de hecho perdidamente. Quizás sea una edad normal para

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 381


enamorarse (aunque suele ocurrir de hecho más temprano), pero a
mí me ocurrió precisamente cuando coincidía con los grados del
planeta del amor, que en esta Carta se une exclusivamente por
aspecto mayor armónico con el regente de Casa VII y el presente en
Casa V, conformando un sentimental Gran Trígono de agua. Ade-
más a esa edad con minutos exactos puse en escena mis dos pri-
meras obras de teatro de mayor envergadura, con el artístico Venus
unido a Neptuno en la Casa V y Júpiter en Piscis. Pero también
ocurrió el segundo fallecimiento importante de mi vida, un amigo
muy pero muy querido que era extranjero y murió lejos en un
accidente trágico en el mar, con Venus rigiendo la Casa XI de los
amigos y los aspectos antes mencionados siendo también al regente
y al presente en la Casa IX, la del extranjero, con Piscis y Neptuno
involucrados. Por otro lado, el mismo día que cumplía 27 años me
separé de mi esposa en una decisión súbita y definitiva, aunque
desde luego las cosas no estaban bien desde hacía tiempo. El
Urano de mi Carta está en 26º54’ de Leo, es decir a un mes de orbe
del evento (si 1º = un año, 5’ = un mes). Para mí fue un aconteci-
miento feliz y el comienzo de una etapa de vida más placentera y
positva, bien reflejada en el signo de Leo, y ni qué decir en Urano, el
clásico planeta de las separaciones.
El Ascendente se halla en grado 23º casi exacto (23º03’) de
Géminis. Yo me topé de lleno con la Astrología exactamente a esa
edad: alrededor de mi cumpleaños número 23 tuve mi primera
consulta astrológica y, por mi naturaleza curiosa y desconfiada, unos
días antes me compré un manual (había pocos entonces, éste era el
excelente de Alpherat) y lo estudié previamente día y noche en
forma frenética para poder cerciorarme de que la astróloga me
estuviera hablando cosas coherentes. Apenas terminada su lectura
de la Carta Natal, le pedí entusiasmado que me recomendara
bibliografía y me orientó hacia los dos mejores libros de Kier que
había entonces, cuyo estudio empecé inmediatamente. Al poco
tiempo ya estaba haciéndolo en contextos grupales y tomé contacto
con el Caba, todavía en el marco de esa edad. Al momento de la
escritura de este texto más de la mitad de mi vida, de hecho los
últimos 27 años, se halla fuertemente vinculada a la Astrología, que
ocupa muchas horas de mis días y es mi principal fuente de
ingresos desde hace más de dos décadas. Por ello siempre que
rectifico o inclusive miro una Carta, trato de informarme sobre qué le
ocurrió a la persona a la edad del grado del Ascendente o con otras
sumas sobre la cual me extenderé, porque es un factor que por su

382 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Figura 38. Carta Natal del autor (trópica y sidérea)

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 383


importancia suele tener que ver con contenidos que marcan signifi-
cativamente toda una vida.
Pero teniendo tres planetas en 11º, Neptuno, Júpiter y
Saturno, no puedo asociar nada importante con esa edad, excepto
ciertos procesos de súbita maduración intelectual (Júpiter y Neptuno
están determinados a la Casa IX por presencia y regencia), pero
verdaderamente habían comenzado uno o dos años antes. Y aquí
entra en juego una cuestión de sentido común: ¿esto sólo opera
hasta los treinta años que correspondientes a un signo? Obviamente
no, por lo que es el momento para hacer una pequeña reflexión
teórica: ¿cómo explicamos el funcionamiento de este fenómeno?
Mi conclusión es muy simple: por la dirección simbólica del
0º de Aries. En las direcciones simbólicas movemos un planeta
desde su lugar haciéndolo avanzar una cantidad de grados equiva-
lentes a cierta cantidad de años y según lo que los astrólogos
llamamos una “clave”, para ver luego qué aspectos hace a otros
planetas natales. La dirección más clásica y popular es la de la
“clave Ptolomeo”, según la cual 1º = un año (por ejemplo el Plutón
de mi Carta en 7º35’ de Virgo en la cúspide de Casa III, al sumarle
los 16º24’ correspondientes a la edad que yo tenía cuando falleció
mi hermano, hace cuadratura a mi Ascendente natal con 1º de orbe,
que es el que se suele usar para esta técnica predictiva). Hay
muchas otras claves, algunas muy populares y eficaces, entre las
que se hallan 2º30’ igual a un año y 5º igual a un año, mis dos
preferidas a la hora de ver reflejados eventos ya ocurridos o también
en la consulta para comprender los procesos a ser vividos en tramos
más acotados de un año. La clave Ptolomeo (1º = un año) surge del
valor mágico del grado inventado por los babilónicos que, partiendo
de lo que se mueve el Sol en un día en el Zodíaco a lo largo de todo
el año, lo redondea en un arco de circunferencia que responde a la
división armónica del círculo por los tres primeros números primos
(1x2x2x2x3x3x5).
En la antigua Grecia y todavía hoy al grado se lo llama
moira, y Moira quería decir también “destino”. Es decir que, jugando
con las palabras y a efectos de lo que estamos relevando aquí,
“Grado es Destino”. Como todo nuestro sistema astrológico basa su
significación refiriéndolo a ese punto de inicio, el 0º de Aries o Punto
Vernal, intersección de los dos planos fundamentales de movimiento
de la Tierra (traslación para la Eclíptica y rotación para el Ecuador),

384 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


no es descabellado pensar que el punto más importante de la
Astrología se mueve desde que nacemos 1º por año y por ello va
activando por aspecto a las posiciones natales “por grado”.
Con esta concepto de base, podemos postular que algo que
está a 11º también va a activarse a los 41 (11º + 30º, es decir un
signo completo), pues el Punto Aries también va a estar haciéndole
aspecto por dirección simbólica. A los 41 años conocí a la pareja
más importante de mi vida en términos de la calidad del amor,
compromiso y la (duración hasta la fecha): Júpiter rige mi Casa VII,
Neptuno está en la Casa V y Saturno presente y regente de Casa
VIII puede connotar el aspecto sexual y de compromiso profundo.
En la Carta hay también un cerrado trígono de Marte y Plutón en 7º
que coincide con dos hechos significativos: por un lado, a los 37
años (30º + 7º) asumí la dirección de estudios de la Fundación con
la que estoy tan involucrado desde hace décadas años, y Marte rige
y está presente en la Casa X de la autoridad, mientras Plutón rige la
Casa V de la enseñanza y está presente en la Casa III de los
estudios; por el otro, por esa época yo estaba dirigiendo tres obras
de teatro para adolescentes escritas por una psicóloga con un fuerte
contenido terapéutico y vinculadas a temas sociales de salud: una
era para la prevención del SIDA, la otra de la anorexia y la bulimia, y
la otra del alcoholismo y la drogadicción. Las obras fueron vistas con
el auspicio de la OMS por miles de jóvenes escolares a quienes en
muchos casos me consta que les causó una impresión determinan-
te. Las dimensiones sociales del hecho hacen lógico que aparezca
simbolizado en la Carta: en ese trígono Plutón en Virgo, signo de la
salud, rige la Casa V del teatro y los jóvenes, mientras Marte marca
probablemente mi rol de director y la gran cantidad de energía diaria
que debía volcar en el tema.
Otros planetas también funcionaron con el mismo criterio de
sumar 30º, es decir un signo entero. Puedo asociar a mi Luna en 15º
y medio con un evento importante a esa edad: tenía 15 añosy medio
cuando se casó mi primer hermano, y en el curso de los doce meses
siguientes se casaron dos hermanas más, amén de fallecer el ya
mencionado, todo ello afectando mucho a mi madre y la estructura
del grupo familiar, estando también el matrimonio vinculado con lo
lunar), pero treinta años después ocurrió algo que tuvo relación con
esa época: a los 13 años me había vuelto un fanático de la ópera y
al año siguiente tuve mi primera experiencia en el Teatro Colón,
decidiendo ahí mismo que iba a ser un reggiseur (director escénico

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 385


de ópera) internacionalmente famoso. Cosas de la adolescencia, ya
que por supuesto no lo fui, aunque ese sueño se sostuvo por más
de una década. Tres años después comencé a dirigir teatro por
largo tiempo, y si bien hubo una pausa importante cuando comencé
mis estudios universitarios, a los 45 años (30º + 15º) se dio la
ocasión de dirigir en el extranjero una película (siempre fui cinéfilo,
pero pensaba que el cine era algo fuera de mi alcance) basada en
una ópera argentina con ribetes míticos. Algunas de mis puestas
teatrales previas habían tenido elementos operísticos pero eran
teatro, no ópera. En cambio aquí debutaba en un mismo acto como
reggiseur y director cinematográfico en un emprendimiento de largo
aliento que se correspondía perfectamente con la posición en Leo
de la Luna natal, cumpliendo un anhelo de pubertad nacido poco
más de 30 años antes.
Respecto de esos estudios universitarios, los completé y ob-
tuve mis dos títulos con honores a la edad de 46 años, coincidiendo
con el Mercurio en Géminis antes aludido (16º + 30º = 46), regente
de Casa III, el cual está en el mismo grado del Sol, con su con-
notación de logro y brillo, en trígono a un Saturno en regencia y en
aspecto a Júpiter en Casa IX también en regencia. Pero si de aspec-
tos del Punto Vernal por dirección se trata, la cosa no termina ahí.
En los capítulos 14 y 15 hablé de los aspectos múltiplos de
15º y no de 30º que incluyen las conocidas semicuadratura y sesqui-
cuadratura. El Punto Vernal también puede hacer estos aspectos,
coincidiendo con momentos de la vida afines al simbolismo de los
planetas. Por ejemplo, mi padre tenía el Sol en Aries, el Ascendente
Aries y un Marte muy prominente, y mi Mediocielo en 10º de Aries se
le corresponde bastante bien, sobre todo considerando que Marte
en mi Carta también se halla en la Casa X (era ingeniero, militar,
violento, etc.). Murió cuando yo tenía 25 años: si yo sumo 15º a los
10º del Mediocielo, arribo a la edad que yo tenía en ese momento
clave de mi experiencia existencial vinculada a él. Del mismo modo
el Venus arriba mencionado, si bien en principio nunca lo asociaría-
mos con viajes, en esta Carta rige por exaltación la Casa IX en
Piscis, y como ya señalara, hace sus únicos aspectos a Júpiter en
Piscis en Casa IX y a Neptuno en Casa V regente de Casa IX,
formando un Gran Trígono. Se halla a 18º de Cáncer y si le suma-
mos 15º, nos da 33º, la edad que yo tenía cuando hice el viaje más
largo de mi vida hasta la fecha (también podemos decir que en ese
momento el Punto Aries llegó por dirección a 3º de Tauro, haciendo

386 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


75º a Venus). Dicho viaje incluyó unos meses en la India y luego un
mes en Grecia, país que visitaría luego con frecuencia pero que
selló también una nueva etapa personal vinculada a su cultura
realizando hasta el momento muchas y diversas actividades comuni-
tarias que tienen que ver con lo helénico. Está en el signo de Cáncer
y rige la Casa IV: además de que allí me encontré con una parentela
a la que ahora estoy muy unido, apenas pisé el lugar tuve la
sensación de que por fin había encontrado mi hogar.
Como puede apreciarse, no quedó títere con cabeza: todos
los planetas de la Carta (algunos más de una vez), Ascendente y
Mediocielo. Lo he visto funcionar muchísimo en la Carta de mis
padres, mis hermanos, amigos, consultantes, la del Caba y figuras
públicas. Aunque sería deseable ceñirse sólo a los planetas que
están allí disponibles en nuestra vieja y querida Carta Natal, no
puedo evitar la tentación de compartir con el lector la manera
igualmente eficaz en que se comporta esta técnica posicionándose
en la perspectiva del Zodíaco sidéreo que, por los motivos que ya
comenté en el capítulo 17, calculo con el ayanamsa de Lahiri.
El Ascendente sidéreo con dicho ayanamsa está en 29º44’
de Tauro, edad en la que asumí el rol de Secretario, Vicedirector de
Estudios y miembro fundador de la Fundación Caba. El regente
Venus también rige la Casa XII sidérea, relacionada con asociacio-
nes sin fines de lucro, y la V, con la enseñanza: significativamente,
había tomado contacto con la Astrología cuando se dio la edad del
Ascendente trópico. Hice también mi primer viaje largo de placer al
extranjero: un mes en EEUU, con el regente Venus, también rigien-
do la Casa V de los placeres, en gran Trígono con Júpiter en IX y
Neptuno en V. A los 14 años (29º - 15º) decidí que iba a dedicarme
de lleno profesionalmente al aspecto teatral de la ópera, con la que,
como dije antes, había contactado fanáticamente a los 13, coinci-
diendo con los 13º44’ de Marte en X. Sellé así, como ocurrió con el
Ascendente trópico, una relación activa y concreta de décadas con
un tema central en mi vida, en este caso el arte teatral. Decisión
también simbolizada por el signo de Plutón en 14º17’ de Leo y cuyos
primeros pasos como director hice a los 17 años, como lo refleja el
artístico Neptuno en Casa V en 17º54’ de Libra y regente del Medio-
cielo en 17º14’ de Piscis, con el dirigente Saturno en 17º51’ de
Capricornio en la Casa VIII (sí, a esa edad tuve mis primeras expe-
riencias sexuales: empecé tan tarde gracias al simpático Saturno).

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 387


La Luna en 22º13’ de Cáncer y el Sol y Mercurio en 22º54’ y
22º42’ de Tauro coinciden con la compra de mi primera casa a los
22 años (Luna en Cáncer rige y ocupa la Casa II, mientras Mercurio
rige la IV; también es el grado de mi Parte Fortuna trópico en la II).
Si le resto 15º, me encuentro con las situaciones arriba consignadas
para los 37 años, que involucraron asuntos de autoridad asociables
al Sol y la Casa XII en la que se encuentra (fundaciones; teatro
como servicio social de prevención sobre adicciones). Ya aludí a los
18º23’ de Júpiter al hablar de los grados de mi Venus trópico: mi
primer enamoramiento, con Júpiter rigiendo el Sagitario sidéreo
interceptado en la Casa VII y en Gran Trígono a Venus y a Neptuno
en Libra en Casa V, así como el largo viaje de los 33 años (18º +
15º), vinculado a su simbolismo natural y a su posición en la Casa
IX, cuyo regente sidéreo Urano se halla también a 3º35’ de Leo
(aventura), recalcando el contenido de la experiencia de esa edad
(3º + 30º).
Venus en 25º05’ de Géminis es el regente del Ascendente y
de la Casas XII y V. La impresionante exactitud en grados y minutos
respecto de la edad que yo tenía cuando murió mi padre no se
corresponde claramente con el simbolismo, a menos que considere
la XII, que contiene al Sol patriarcal, como pérdidas y la V como una
Casa derivada: la VIII de la X, por otro lado, clásica para muerte del
padre, aunque de todos modos no fue una circunstancia traumática,
sino vivida con mucha paz y dulzura. Pero su posición en Géminis
también me hace pensar que en ese mismísimo momento estaba
haciendo en paralelo dos obras de teatro para mí muy importantes:
una en el Teatro Nacional Cervantes con artistas consagrados y otra
vinculada a la compleja dualidad de dos culturas y de un ser huma-
no, de la que un reconocido crítico comentó en su reseña elogiosa
en el diario Clarín: “¿Cómo separar a los gemelos irreconciliables?”.
Finalmente haré un breve pasaje por otra idea expuesta por
Elwelll en la conferencia que mencioné en el capítulo 9 y practicada
por la también mencionada Pamela Crane, hoy muy aplicada entre
muchos colegas europeos (fue mi sorpresa astrológica más entu-
siasmante al encontrarme el año pasado con mis pares griegos), y
es la de aplicar los mismos criterios de lectura por superposición que
usamos con la Carta dracónica pero combinando ahora la Carta
Natal trópica con la sidérea (aplicable a revoluciones solares, etc.).
Aquí no tiene lugar la dimensión interior del mundo dracónico,
eventualmente exteriorizable en vocación y otros acontecimientos,

388 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


sino que lo sidéreo, como le escuché decir al astrólogo hindú que
cité en el capítulo 17, simboliza de lleno lo exterior, material y social.
Es decir no un mundo de vivencias, sino de experiencias del sujeto
que, en el caso de las combinaciones por conjunción u oposición
con hasta 5º de orbe, reflejarían los hitos más característicos que
marcan su camino existencial.
Volviendo a mi Carta y como cierre, la Luna en Leo trópica
está en conjunción al Plutón en Leo sidéreo, Venus en Cáncer trópi-
co y regente de Casa IV está en conjunción a la Luna en Cáncer si-
déreo, el Mediocielo en Aries trópico conjunta a Marte en Aries sidé-
reo y el Ascendente Géminis trópico está en conjunción al Venus en
Géminis sidéreo. Si fueran los únicos elementos a interpretar de
esta persona, ¿qué podría decirse de la misma?
Las dos primeras conjunciones podrían indicar una relación
muy intensa y simbiótica con la madre, que es lo que precisamente
determinó los primeros años de mi vida y por lo tanto mi personali-
dad y afectividad. Ya hablé de las características arianas de mi
padre, muy visibles en la tercera conjunción y que también sellaron
largos años de vivencias en mi infancia y adolescencia, así como
una orientación a mi existencia. En gran cantidad de esferas me
tocó un rol pionero, proactivo y dirigencial, como bien muestra Marte
por su posición. Finalmente Venus, además de simbolizar una
relación de toda la vida con el arte (antes de la cuestión operística,
teatral y cinematográfica, me dediqué desde chiquito y hasta el
momento a la música y ahora a la gestión en artes plásticas), denota
una actitud general estetizante e intelectual (Géminis). Pero lo que
quizás todos los planetas relevados tienen en común como conjunto
es la experiencia erótica y amatoria, que queda así enfatizada como
eje en la vida. En rigor, aunque no se desprenda de este libro, todo
lo vinculado al mismo es apenas una distracción intelectual respecto
de aquello a lo que dedico el noventa por ciento de mi energía y que
es el mundo del encuentro íntimo afectivo: si alguien le sacara una
radiografía a mi vida, lo vería como mi principal actividad.
Para ejemplificar la técnica podría haber elegido otras Car-
tas, quizás de famosos, pero me pareció pertinente hacerlo de este
modo por el hecho de conocer al dedillo los eventos que rodeaban
cada momento. Antes de despedirme por ahora del lector y en la
esperanza de que pudieran serle de utilidad, quisiera mencionar
algunas lecturas que me parecieron particularmente iluminadoras en
mi tránsito por este mágico mundo de la Astrología.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 389


390 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone
CAPITULO 21

LIBROS RECOMENDADOS

Sección de la Revista del CABA de la Fundación Centro Astrológico


de Buenos Aires, prologada en cada edición por el siguiente párrafo:
“En esta sección hacemos mención, en cada número, a algunos libros
o publicaciones de alta calidad en sus contenidos que por diversas
razones creemos recomendables para el estudioso de la Astrología.
Como se verá, el énfasis no está de ningún modo puesto en la
novedad, aquella pasión enfermiza de la cultura moderna que tanto ha
dañado el nivel actual de este conocimiento, sobre todo a partir de
intereses prioritariamente comerciales. Nuestra intención es, al contra-
rio, la valoración y difusión de los trabajos de riqueza infrecuente y
perenne no siempre necesariamente conocidos por todo astrólogo
hispanoparlante y, por otro lado, el estímulo a una construcción progre-
siva de una bibliografía de referencia creíble. Intentaremos en cada nú-
mero abordar representantes de diversos enfoques y contenidos,
mencionando inclusive escritos en otras lenguas o publicaciones
agotadas pero sumamente valiosas, hallables todas en la Biblioteca
Pública de la Fundación Caba.”
Jerónimo Brignone
Director de Estudios
Fundación Caba

La Astrología como Ciencia Oculta, Oscar Adler (1939). Buenos


Aires, Editorial Kier, 1956. El autor, reconocido médico, músico y
filósofo conferenciante, se revela en este libro como un esoterista de
una capacidad de penetración y comunicación admirables. En esta
serie de conferencias dictadas entre 1930 y 1939 y publicadas en in-
glés en 1949, nos brinda una mirada comprensiva de la Astrología tan
profunda y abarcadora como integradora, llena de intuiciones geniales
de inspiración Teosófica y Antroposófica. Sus revelaciones sobre los
fundamentos básicos del simbolismo y fenómeno astrológicos son de
una originalidad que, pese a lo novedoso, tienen todo el sabor de lo
real; particularmente sus apreciaciones sobre los cuatro elementos, los
ritmos y sus combinaciones particulares en cada signo zodiacal. A

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 391


muchos nos ha ocurrido que, a lo largo de los años y según vamos
creciendo en la vida, cada relectura nos brinda nuevos y riquísimos
tesoros. Las obras capaces de producir dicha experiencia son aquellas
que luego son llamadas “clásicos”, es decir, creaciones verdadera-
mente grandes del espíritu.
Astrología de las Relaciones, Richard Idemon (1992). Barcelona,
Ediciones Urano S.A., 1996. El autor, actor y terapeuta, fue un estu-
dioso de la Astrología que aportó miradas sumamente trascendentes.
Hemos tenido la experiencia de escuchar personalmente a diversos y
reconocidos astrólogos de habla inglesa admitir que tal o cual idea
fundamental que sustentaba una investigación personal o hasta una
nueva corriente había surgido de una conversación casual con este
fértil buscador. Conocido como el primer socio de Liz Greene, su
muerte prematura en 1987 tomó ribetes casi trágicos, dado que no
tenía ningún escrito. Un equipo de amigos formaron una Fundación
encargada de recopilar grabaciones y apuntes de sus cursos y
conferencias para su eventual edición, resultando en este primer libro
aparecido en 1992 que se concentra en la eterna temática, tan elusiva
como central, de los afectos y las relaciones humanas, con contribu-
ciones brillantes acerca del rol que tienen en dicha área la Luna, Marte
y los signos fijos, entre otros significadores, y su relación con nuestra
mitología personal y las experiencias amorosas. El abordaje es moder-
no, dinámico y se cuenta entre las producciones más interesantes de
la orientación característicamente psicológica de la Editorial Urano.
Las Partes Arábigas, Carlos Rodríguez, Marta Cisneros y Naomí
Gusukuma. Buenos Aires, edición de los autores, 1999. Esta
monografía es el resultado de una propuesta de grupos de investiga-
ción surgida del 2º encuentro entre Astrólogos organizado por la revis-
ta Cosmovisión (actualmente GeA, Gente de Astrología) en junio de
1998. El coordinador Carlos Rodríguez la expuso en el encuentro del
año siguiente y dos meses después en la Fundación Caba. Ese día
donó un ejemplar a la Biblioteca para que fuera accesible a cualquier
consultante, dado que él mismo realizaba para todo interesado una
copia a precio de costo. Tal generosidad y calidez hicieron doblemente
dolorosa su muerte, ocurrida pocas semanas después y afectando a
decenas de discípulos y amigos. El trabajo compila exhaustivamente
todo el material hallable al momento alrededor de este arcaico y
descuidado recurso de la Astrología, dando además una serie de reco-
mendaciones para su interpretación en forma de Manual. Los Partes
se están volviendo a abrir paso con las investigaciones revalorizadoras

392 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


de las técnicas antiguas que tan interesantemente protagonizan la
escena astrológica de las últimas dos décadas, reflejadas en el área
angloparlante por el laureado Proyect Hindsight, Robert Hand, Robert
Schmidt, Robert Zoller y Olivia Barclay, entre tantos, y en el área his-
pana y continuando con la labor pionera de Demetrio Santos Santos,
los astrólogos Tito Maciá y Pepa Sanchís, entre otros.
Recent Advances in Natal Astrology, comp. Geoffrey Dean.
Southampton, The Camlot Press, 1977. Hacer una referencia a este
libro histórico debería llevar varios párrafos. Baste sólo con decir que
es probablemente el libro de Astrología más importante y completo
escrito en los últimos siglos (sic). A lo largo de más de 600 páginas, el
compilador Geoffrey Dean y una larga lista de colaboradores y
consultados, entre quienes se encuentran los astrólogos más reconoci-
dos del mundo de la década del ’70, se dedican a hacer un análisis
crítico y exhaustivo de todo (!) lo escrito hasta ese momento sobre
Astrología Natal en occidente (quedan afuera las técnicas predictivas y
mánticas –horaria–, así como ramas muy específicas, tales como
Sinastría, Médica o Mundana). El resultado es impresionante, y si bien
el conjunto está teñido de una mirada excesivamente cientificista y
positivista centrada en el análisis estadístico y con resultados más bien
negativos o desconcertantes, éstos han generado respuestas muy
lúcidas e interesantes la década siguiente. El mero trabajo –titánico–
de compilación, síntesis, enumeración y referencia bibliográfico de
riguroso estilo académico sobre cada tema lo convierten en un material
imperdible para todo estudioso de cualquier detalle puntual de los
elementos técnicos que conforman la Astrología.
La Astrología de la Personalidad, Dane Rudyar (1936). Buenos
Aires, Editorial Kier, 1989. Si debiéramos caracterizar el rasgo princi-
pal de la Astrología del siglo XX en su forma y contenidos, sería el de
su amplia difusión pero, sobre todo, el enfoque psicológico-espiritua-
lista proporcionado por la línea llamada Humanística. Si bien producto
de una época y de muchos individuos, tuvieron un rol destacado en su
gestación a principios de siglo tanto Alan Leo como Marc Edmund
Jones. Pero su verdadero creador es el autor de este magnífico libro,
publicado en 1936 y, por ello, literalmente fundando ese año –según
los historiadores de la Astrología– esta nueva importante visión. Dane
Rudhyar, nacido en Francia en 1895, compositor, filósofo y esoterista,
concibe una integración demiúrgica entre la tradición ocultista occiden-
tal (hermetismo, misterios cristianos y el diálogo propio de las escuelas
Teosófica y Rosacruz con la tradición espiritualista oriental, sobre todo

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 393


hindú) con los aportes intelectuales de la primera mitad del siglo más
cercanos al lenguaje astrológico: la psicología profunda de Carl Gustav
Jung y la filosofía holística. El resultado es basamental y todavía fuente
de inspiración para cualquier lector contemporáneo. Rudhyar releva en
461 páginas todo el conjunto de la Astrología en esta mirada compren-
siva de esta disciplina, que incluye, entre tantas cosas, la primera ex-
posición de la interpretación actual de los nodos lunares, tan popular-
zada desde la reedición norteamericana del libro en 1970. Su lectura
reposada es un hito imperdible para todo amante de la Astrología.
Cómo rectificar la carta natal, Laurie Effrein. Madrid, Editorial
EDAF, 1988. La inseguridad en la exactitud de la hora de nacimiento
es uno de los grandes fantasmas que agobian a todo practicante de la
Astrología. La mayoría literalmente lo desecha olímpicamente, general-
mente por comodidad o desidia, muy habitualmente por el aura hiper-
técnica que suele rodear a las pocas presentaciones serias del tema
(tales como el excelente Análisis y Predicción de Alexander Marr, Ed.
Júpiter). Muchos se abocan en cambio de un modo apasionado –cuan-
do no fanático– a la búsqueda de esa certeza, entendiendo que es un
hecho de consecuencias más morales que técnicas el que no poda-
mos estar plenamente seguros del funcionamiento de un mapa natal
en cuanto reflejo de los muchos y profundos matices de la vida de un
individuo hasta que no estudiamos cómo estuvo expresada dicha vida
en la Carta durante los eventos puntuales ya ocurridos. El valor cardi-
nal de este libro reside en lo simple y didáctico de su exhaustiva
exposición y la inmensa experiencia, realismo y sentido común de su
autora, quien ayuda, sobre todo al principiante y a aquél que todavía
no vislumbró el aprendizaje inconmensurable que le depara contem-
plar la Astrología funcionando en toda su dimensión, a revelar los
muchos y valiosos tesoros que depara una Carta Natal exacta.
Figuras de Aspectos, Miguel García y Tito Maciá. Valencia,
Ediciones Gracentro, 1994. Este trabajo fue presentado en el XI
Congreso Ibérico realizado en Valencia en 1994 y reeditado ese mis-
mo año en Madrid en el Nº 1 de la revista Eudemón. Sus dos autores
tienen una laga trayectoria de investigación y producción astrológica a
nuestro entender literalmente geniales e inigualadas en el área hispa-
noparlante contemporánea. La adecuada ponderación de las configu-
raciones interplanetarias y la teoría de las armónicas (iniciada
paralelamente por John Addey en Inglaterra y Demetrio Santos Santos
en España) son dos aportes importantísimos de este siglo al saber as-
trológico y son los dos elementos que precisamente investigan exhaus-

394 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


tivamente García (autor de los programas Kepler y Armón) y Maciá
partiendo de metodologías estadísticas aplicadas a miles de datos y,
sobre todo, una profunda intuición. El resultado es una relectura ilumi-
nadora de las configuraciones más conocidas (Gran Trígono, T Cua-
drada, etc.) y sobre todo, la presentación y “bautismo” de otras quince
posibilidades relevadas, de una operatividad en la labor cotidiana del
astrólogo que hacen de este trabajo no sólo un producto fascinante,
sino, sobre todo, inmensamente práctico.
Mundane Astrology, Michael Baigent, Nicholas Campion &
Charles Harvey. Northamptonshire, The Aquarian Press, 1984. La
Astrología Mundana es aquella que se ocupa del destino colectivo del
ser humano. Anterior a la hegemónica astrología individual o genetlía-
ca, ha sido objeto de estudio por parte de grandes investigadores a
través de toda la historia. Este libro, a cargo de tres eminentes espe-
cialistas ingleses, resume de una forma sumamente detallada todas
las técnicas y enfoques tradicionales y modernos, convirtiéndose sin
lugar a dudas en el mejor Manual escrito hasta la fecha. Prácticamente
todo el discurso de Mundana que podemos oír hoy es una reproduc-
ción de sus páginas. Para los interesados en el tema, su referencia
debiera ser inevitable, y para aquellos que no han salido de un enfo-
que exclusivamente individual de la Astrología, una puerta de acceso
de lujo para un tema muy tratado pero con todavía pocas publicacio-
nes en idioma español.
Análisis dinámico de los aspectos astrológicos, Bil Tierney
(1983). Buenos Aires, Editorial Kier, 1998. Los aspectos
astrológicos, Sue Tompkins (1989). Barcelona, Obelisco, 1996.
Sin duda los dos mejores libros sobre aspectos editados en castellano
hasta la fecha. Todo practicante conoce la incertidumbre que produce
cualquier aspecto o conjunto de ellos a la hora de decidir su posible
manifestación: los excelentes manuales que suelen relevar aspectos
armónicos e inarmónicos entre planetas en forma aislada (Dumón,
Garaña, Alpherat, Weiss, etc.) no nos dan la pista para decidir cuál de
las muchas posibilidades ofrecidas será más probable en ese caso
particular. Tierney y Tompkins, sin dar tampoco soluciones finales, cu-
bren una variada gama de posibilidades que rodean, sea en términos
técnicos (sobre todo Tierney) o de contenidos simbólicos (sobre todo
Tompkins), a la relación angular entre dos elementos de la Carta Natal.
Son tantas las cosas a considerar cabalmente que el estudiante puede
sentirse abrumado: el principal valor de estos dos textos es paliar esa
sensación, tanto por su exhaustividad como por su claridad didáctica y,

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 395


sobre todo, sentido común. En Tierney encontramos, además, interpre-
taciones clásicas, prácticas y detalladas de las principales combinacio-
nes de aspectos llamadas configuraciones, planetas inaspectados, etc.
Investigaciones astrológicas (2 tomos), Demetrio Santos Santos.
Madrid, Editorial Nacional, 1978. El autor es un investigador español
todavía productivo (hoy nonagenario) en el cual confluyen una inmen-
sa capacidad de trabajo y pesquisa científica con una notable erudición
y conocimientos lingüísticos. A él le debemos las primeras traduccio-
nes directas al español de los originales del Tetrabiblos de Ptolomeo,
del Astronomicón de Manilius y de numerosos textos árabes medieva-
les. Su ejemplo ha sido la base del actual emprendimiento de la Es-
cuela de Traductores de Sirventa, que busca recuperar la antigua sabi-
duría astrológica encerrada en los escritos producidos hace siglos en
la península ibérica. Pero en este libro, que se nutre de esa experien-
cia, encontramos también –como en otros de Santos Santos– mucha
novedad: su mirada a los Armónicos como teoría unitaria, cronológica-
mente paralela y complementaria de la de Addey y que inspiró fructuo-
sísimas investigaciones en España (García, Maciá), su novedosa y
ahora popular técnica predictiva del C-60 y, entre otras muchas pro-
puestas y reflexiones de interés, un emocionante análisis pormenoriza-
do de textos bíblicos (tomados directamente del griego y del arameo)
confrontado con las situaciones astronómicas e históricas que llevarían
a una probable Carta Natal de Jesucristo brillantemente expuesta por
el autor.
El Sistema Topocéntrico, Vendel Polich. Buenos Aires, Editorial
Régulus, 1976. Escritos complementarios a “El Sistema
Topocéntrico”, compilación Biblioteca Fundación Caba. El
sistema de Casas creado o descubierto por el húngaro Vendel Polich y
el inglés Anthony Nelson Page en Argentina durante las décadas del
’60 y ’70 y corroborado por notables astrólogos europeos y australia-
nos es, dada la difusión de sus tablas en la Argentina y a la labor
editorial infatigable de Eloy Ricardo Dumón, el sistema de Casas más
popular en este país, con variados e intensos grados de aceptación,
rechazo y desconocimiento en el resto del mundo. Surgió de las largas
investigaciones, evidencias empíricas y geniales intuiciones de sus dos
autores, hace ratos extintos. El Topocentrismo, movimiento importan-
tísimo en el resto de Latinoamérica, no sólo contempla el sistema de
Casas en sí mismo, sino también una serie de reconfiguraciones del
espacio-tiempo que nos rodea con importantes consecuencias técni-
cas, de hecho muy abigarradas, tales como las posiciones ascencio-

396 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


nales, los tránsitos ascencionales y, sobre todo, sus particulares direc-
ciones primarias. Los Escritos complementarios al libro de Polich
(fundamental en la exposición del Sistema) son una compilación de
283 páginas de diversos artículos vinculados al tema, muchos de ellos
de Polich y Page, así como algunas miradas críticas de otros investiga-
dores, todos ellos tratando diversos aspectos –a veces de un modo
polémico– que rodean a los principales sistemas de Casas y a esta
cosmovisión en particular. El material reunido, consultable en la Biblio-
teca de la Fundación Caba, es una pieza de investigación infaltable
para aquellos curiosos entusiastas que quieran seguir ampliando las
fronteras del conocimiento dentro de la línea de trabajo abierta por
estos dos formidables astrólogos.
Cosmic Loom, Dennis Elwell. Londres, Unwin Hyman, 1987.
“Telar/Vislumbre Cósmico”, subtitulado “La Nueva Ciencia de la Astro-
logía”, contiene interesantísimas propuestas del astrólogo y periodista
inglés que promovió la difusión del Zodíaco Dracónico e intenta, me-
diante una reflexión iluminadora sobre múltiples situaciones puntuales
(grados astrológicos, estudio de los eclipses y otras situaciones mun-
danas, el descubrimiento de los transaturninos, Cartas Natales de indi-
viduos, etc.), sentar las bases de una nueva epistemología astrológica
que le de a esta disciplina un forma propia, coherente y razonada de
abordar su propio lenguaje simbólico. Con audaces teorías que se
sienten íntimamente cercanas a nuestra práctica cotidiana y según el
paradigma de la red o entramado de consciencia (“telar cósmico”) que
sigue modernamente el camino abierto por Rudhyar de considerar a la
Astrología una “ciencia del significado”, sus ejemplos, preguntas
básicas que todos nos hacemos o deberíamos hacernos respecto del
funcionamiento astrológico, así como algunas sugerencias, propuestas
e hipótesis de sumo interés, logran el objetivo de brindar al lector nue-
vas perspectivas que, como dice el autor, permiten al astrólogo enfocar
su trabajo desde ángulos completamente diferentes y probablemente
más auténticos y eficaces que los usuales.
Astrología Magistral, José P. Garaña (1946). Buenos Aires,
Editorial Kier, 1983. En 1961 comenzó a editarse hasta la fecha la
sección astrológica del libro Clave de caracteres y destinos (1946) de
José P. Garaña, el cual incluía además a la quirología y a la grafología
para abordar el tema prometido por ese título. El autor representa
mucho de lo mejor de la Astrología argentina de esas décadas, la cual
había surgido básicamente de la inquietudes traídas desde Europa por
inmigrantes ya formados allí, sobre todo dentro de la tradición hermé-

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 397


tica. Esta filiación le otorga al texto una dimensión trascendente toda-
vía no influida por la tan interesante corriente humanística anglosajona
posterior, y al mismo tiempo su descriptividad da cuenta del costado
predictivo históricamente intrínseco a este saber, con juicios sintéticos,
despojados y contundentes que, si se sabe matizarlos, revelan dimen-
siones inusuales al lector moderno acostumbrado al estilo discursivo
más vago de aquella corriente. El libro, un manual general muy detalla-
do, fue elogiosamente reseñado en 1946 por los diarios locales La
Nación, La Prensa, La Razón, Crítica y Noticias Gráficas, fenómeno
infrecuente en este rubro y, en este caso, altamente merecido.
Astrología para principiantes, Geoffrey Cornelius y Maggie Hyde
(1995). Buenos Aires, Era Naciente, 2000. Éste es un texto que
probablemente sea descartado en una primera mirada por aquél que
quiera estudiar seriamente la Astrología, particularmente por el formato
e ilustraciones que lo emparentan con las historietas y los textos infan-
tiles. Sin embargo, sus autores, fundadores de La Pequeña Compañía
de Astrólogos, son dos de los exponentes más interesantes de la
Astrología británica actual, de tan larga y fértil tradición, y tiene la virtud
de exponer de un modo ameno tanto la historia y los componentes
simbólicos concretos de la Astrología, como sus distintas ramas y
prácticas en el seno de la sociedad actual, sin esquivar por ellos sus
aspectos más complejos. La serie denominada Para Principiantes de
Era Naciente tiene decenas de libros pensados con este mismo criterio
gráfico de exposición, de los cuales varios son excelentes compendios
del personaje o tema tratado, entre ellos, particularmente, la versión de
Jung para principiantes que nos propone Maggie Hyde, co-autora del
libro que estamos reseñando. A la ideoneidad del mismo para introdu-
cir al curioso se le agrega el mérito de ser una muy buena oportunidad
para reflexionar sobre costados globales de nuestra práctica astroló-
gica cotidiana.
El libro conplido en los iudizios de las estrellas, Alí Ben Ragel
(siglo XI), Barcelona, Ediciones Índigo, 1997. Libro de los Juicios
de las Estrellas, Abraham Ben Ezra (1148). Alicante, Editorial de
Sirventa, 2001. La Escuela de Traductores de Sirventa es una enti-
dad que reúne a buena parte de los mejores astrólogos hispano-
parlantes, muchos de ellos con profundos conocimientos de astrología
antigua, filología e historia, que tiene como objetivo la recuperación de
textos astrológicos tradicionales hallables en bibliotecas españolas y
cuya distancia idiomática y en el tiempo los hace de difícil acceso al
estudioso moderno. Los dos libros aquí mencionados nos ponen en

398 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


contacto con lo más representativo del saber astrológico ibérico de los
siglos XI y XII, el cual se basa fuertemente en fuentes árabes y hele-
nísticas. El libro de Alí Ben Ragel, elogiosamente prologado por Deme-
trio Santos, pionero en estos emprendimientos, fue traducido del
castellano antiguo y versa principalmente sobre Astrología Horaria, o el
arte de las interrogaciones, con mucho material harto tradicional pero
no hallable en William Lilly, el inglés que en el siglo XVII diera nuevos
ímpetus a esa rama de la Astrología hasta la actualidad. El del
astrólogo y judío errante Ben Ezra, traducido del catalán arcaico, rele-
va diversos aspectos de la Astrología genetlíaca, horaria, electiva,
médica y meteorológica con apartados muy iluminadores sobre partes
arábigos y direcciones y un excelente glosario final. Las lujosísimas
ediciones donadas a la Fundación por el astrólogo Tito Maciá son de
lectura imprescindible para quienes quieran profundizar en las raíces y
la continuidad de nuestro bello sistema astrológico contemporáneo.
Planets in composite, Robert Hand. Massachussetts, Para
Research, 1975. El autor es uno de los astrólogos actuales más
respetados en Estados Unidos, tanto por sus conocimientos como por
su generosidad y su compromiso y en la organización internacional de
la Astrología. Aquí realiza un relevamiento pormenorizado de las
diversas posibilidades de la Carta compuesta, la técnica de Sinastría
nacida en Alemania en la década del ’20 y que se aplica para com-
prender con mayor profundidad la identidad y funcionamiento de una
relación humana de dos o más participantes estudiando el mapa surgi-
do de los puntos medios entre los factores idénticos de las Cartas de
los involucrados en dicha relación. Así, el Sol compuesto es el punto
medio entre los Soles de ambos, la Luna compuesta el punto medio
entre las Lunas de ambos, etc. El texto sigue la clásica estructura de
un “libro de recetas”, pero surge evidentemente de una larga observa-
ción de multitud de casos y no de la mera reflexión teórica o los juegos
de palabras clave. Como tal, su reflejo del complejo mundo de las
relaciones humanas es estremecedoramente ajustado y, por ello, de
suma practicidad.
Las Lunas, Eugenio Carutti (1997). Buenos Aires, Editorial Kier,
2003. Los historiadores de la ciencia acuerdan que las primeras mani-
festaciones astrológicas de que tenemos noticias, incluidos los prime-
ros Zodíacos, son de base lunar. El Zodíaco solar propio de los impe-
rios agrarios mesopotámico y egipcio sirvió de marco para el desarrollo
de la Astrología occidental, y, si bien la Luna siguió manteniendo un
lugar protagónico durante la Edad Media y el Renacimiento, los medios

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 399


masivos de comunicación determinaron que los signos solares y, por
extensión, el Sol, ocuparan luego el centro del modelo. Pese a la
importancia que le otorga la Astrología Humanística a la Luna, no hay
casi libros que profundicen en su contenido de un modo original y
revelador. Este libro lo logra sobradamente, mostrando facetas de su
manifestación que son tan iluminadoras como prácticas en su aplica-
ción y en la posibilidad de comprensión de nuestros semejantes y de
una parte importante de su comportamiento. El autor desarrolla espe-
cialmente los mecanismos defensivos asociados a la identificación con
el pasado propia de la función lunar y su rol en nuestro desarrollo
psíquico de un modo sumamente claro e ilustrativo.
Astrología Contemporánea, Norbert Pákula y Alberto Bellsolá.
Ediciones Continente, Buenos Aires, 2000. El 19 de diciembre de
1961 Norbert Pákula, junto al ingeniero Víctor Algasovsky y un grupo
de astrólogos entusiastas, fundó el Centro Astrológico de Buenos
Aires, del cual fue su primer presidente. Si bien nacido en Alemania,
había tenido su formación astrológica en Francia, y hacía años que
dictaba cursos a grupos de particulares en Argentina. Su larga expe-
riencia en la profundización del simbolismo astrológico y la didáctica
aparecen reflejadas en este texto, escrito en colaboración con el
químico Alberto Bellsolá. Con el énfasis puesto en este primer tomo
en los signos y los planetas, el mismo provee gran cantidad de
palabras clave, metodología inventada por Margaret Hone (cofunda-
dora de la Facultad de Londres), por motivos sobre todo pedagógi-
cos, para facilitar y enriquecer la capacidad combinatoria del intér-
prete astrológico. Como dicen sus autores, el método de estudio
busca “disminuir en cuanto sea posible la utilización de la memoria,
por poco práctica en esta disciplina debido a las infinitas combina-
ciones astrológicas posibles”. Lo que no impide la presencia de
“recetas”, siempre útiles en la medida en que son eficaces. En esa
línea, la sencillez de sus afirmaciones contribuye a convertirlo en un
excelente texto introductorio para el principiante.
El Retorno de los Astrólogos, Edgar Morin, Lena Petrossian,
Claude Fischler y Philippe Defrance (1971), Editorial
Extemporáneos, México, 1972. Hasta hace poco tiempo era infre-
cuente que miembros de la comunidad científica se acercaran a la
Astrología, y las pocas veces que lo hacían era para descalificarla
desde el prejuicio y la más olímpica ignorancia sobre el tema. Al
contrario, el caso del renombrado sociólogo Edgar Morin y su equipo
es a todas luces excepcional. No confunde a la Astrología con la

400 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


parodia que ofrecen los medios a través de las predicciones para los
signos solares, brillantemente analizada por otro gran pensador de
este siglo, Theodor Adorno, quien, desde una perspectiva freudiano
marxista (Bajo el Signo de los Astros, 1975, Editorial Laia, Barcelona,
1986) puso en evidencia cómo la misma “se limita a ser una correa
transmisora de los valores dominantes de la sociedad”. Edgar Morin,
desde la corriente estructuralista en boga entonces en Francia, intenta
desde distintas miradas comprender la función del renacimiento astro-
lógico en la sociedad y dentro del movimiento New Age que en su país
estuvo simbolizado por el éxito del libro cuyo título evoca (El Retorno
de los Brujos, Louis Pawells y Jacques Bergier, 1960, Plaza y Janés,
Barcelona, 1974). Las diversas dimensiones retratadas y las preguntas
planteadas, más allá del acuerdo o no del lector simpatizante de la
Astrología, abren un muy fértil campo de reflexión inteligente e inusual
en la práctica de esta disciplina, siempre bienvenida en la medida que
enriquece nuestra comprensión de aquello que hacemos.

The Combination of Stellar Influences, Reinhold Ebertin (1940).


Ebertin-Verlag, Äalen, 1960. Reinhold Ebertin, hijo de la extraordi-
naria astróloga Elsbeth Ebertin (1880-1944), es el creador de la técnica
de los Puntos Medios, adaptada de las investigaciones y especulacio-
nes de su maestro Alfred Witte, y que toma en cuenta los aspectos que
los planetas u otros factores importantes de una Carta hacen a la
exacta equidistancia (punto medio) entre otros dos. Usada hoy por
miles de astrólogos en todo el mundo, no goza, sin embargo, de la
popularidad que realmente merece, si tenemos en cuenta su enorme
capacidad descriptiva y de predicción. Quizás se deba a que la presen-
tación tradicional de la misma no usaba los gráficos habituales y que
parecía involucrar muchos cálculos (si bien simples). Hoy todas estas
dificultades están más que superadas gracias a los programas de com-
putación, por lo cual su uso sistemático está muy faciltado. Para su
interpretación es de rigor la consulta a este manual, publicado en 1940,
y considerado “la Biblia” del sistema. La excelente traducción al inglés
realizada en 1960 por Alfred Roosedale ayudó a su difusión y fue más
de una vez objeto de traducciones informales al castellano, cuando no
de algún lamentable plagio (situación muy frecuente en nuestra Astro-
logía, pese a su dimensión espiritual). Luego de una breve introduc-
ción, Ebertin provee de breves y poderosas interpretaciones de cada
una de las combinaciones posibles, mostrando asimismo sus posibili-
dades en el área médica, sobre la cual poseía vastos conocimientos, al

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 401


punto de denominar “Cosmobiología” a la línea que fundó. Como dijera
Charles Harvey, COSI (las siglas del libro) es “una de las obras de in-
terpretación astrológica más importantes que se hayan jamás escrito”.
Astrología, Karma y transformación, Stephen Arroyo (1978).
Buenos Aires, Editorial Kier, 1986. El libro, subtitulado Las dimen-
siones interiores del Mapa Natal, es un muy buen exponente de la
Astrología Humanística, corriente cuya paternidad reconocida (si
bien no exclusiva) corresponde a Dane Rudhyar, quien se inspirara
en gran medida en la primera mitad del siglo XX en el modelo
psicológico de Carl Gustav Jung. Ambos pensadores son reconoci-
dos como sus principales referentes por el autor de este libro y,
previamente, del popular Astrología, Psicología y los Cuatro Elemen-
tos, el cual incluía parte de sus tesis de licenciatura en Psicología
para la Universidad de California. El estilo de Arroyo es notablemen-
te claro y llano, uno de los motivos por los que durante las décadas
del ´80 y ´90 fuera considerado un referente icónico de la corriente
mencionada. A lo largo del libro da sugerencias claramente basadas
en una larga experiencia personal, y si bien no hay ningún desarrollo
del Karma al que alude el título ni de la Astrología que se le
asociaría, esto está favorablemente compensado por su útil trata-
miento de los principales elementos usados en la práctica astrológi-
ca: Progresiones, Tránsitos, Sinastría, las luminarias, Saturno, los
transaturninos y sus aspectos, abordados todos ellos desde la pers-
pectiva del autonocimiento y la transformación personal.
Tetrabiblos, Claudio Ptolomeo (siglo II) y Astronomicón,
Manilius (siglo I). Barath, Madrid, 1980 y 1981. Con el anteceden-
te de las exhaustivas e iluminadoras investigaciones de Bouché
Leclerq y Franz Cumont y, más tarde, de Cyril Fagan, a principios y
mediados del siglo XX, respectivamente, el fin del mismo presenció
un interés renovado en los orígenes de la Astrología occidental y
representado principalmente por el proyecto Hindsight en el área
anglosajona y la Escuela de Traductores de Sirventa en la hispana,
productores ambos de gran cantidad de material de altísimo valor,
recuperado del olvido de nuestros antecesores. Un pionero en esta
tarea es el español Demetrio Santos Santos, traductor de los dos
volúmenes recomendados, quien aúna amplios conocimientos filoló-
gicos con un saber astrológico sumamente erudito, y nos acerca así,
años antes del auge de los movimientos mencionados, un material
de inmenso interés para el estudioso de la Astrología. Interés que no
se cierra en lo estrictamente histórico o enciclopédico, sino en el

402 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


reconocimiento de pautas interpretativas o de elementos sueltos
aquí y allá que nos permiten repensar nuestra práctica actual en de-
talles esenciales de diversa índole. Recordemos que el Tetrabiblos
fue la “Biblia” de la Astrologia occidental y árabe durante casi dos mil
años, mientras que el Astronomicón, por su lado, si bien no tan po-
pular o representativo, es de un alto nivel de lirismo en su exposi-
ción, menos seca que el estilo aristotélico de Ptolomeo, e incluyente
de muchos elementos de la época que éste deja de lado. Es real-
mente emocionante leer directamente y de primera mano a nuestros
antecesores más lejanos y preclaros, los que se nos ofrecen como
una fuente constante de estímulo y reflexión sobre nuestra Astrolo-
gía actual.
El Sistema Universal de Tránsitos; Análisis y Predicción;
Prediction III; Political Astrology; Astrologers, Kings & Others,
Alexander Marr. Editorial Júpiter, Buenos Aires, 1984-1991. El
astrólogo alemán Alexander Marr, fallecido en 2001, fue un
investigador incansable y de gran penetración que mantuvo una rica
correspondencia crítica con algunos de los principales astrólogos del
siglo, incluidos Cyril Fagan, Vendel Polich y Anthony Page. Estudioso
de la Teoría de las Determinaciones de Morin de Villefrance, llevó el
desarrollo del Sistema Topocéntrico y de las técnicas de los Siderealis-
tas a dimensiones más simples y eficaces todavía, y cuenta en su
haber el haber pronosticado durante décadas con un acierto infalible el
resultado de las elecciones presidenciales en los EEUU. Visitó el Caba
en 1980, con el cual mantenía una intensa relación y que se le ofreció
como marco para la publicación de sus obras (dos de ellas traducidas
al castellano), a cargo de su Director, Eloy Ricardo Dumón. El recuer-
do de su persona ha sido imborrable y su visión ha sido muy tenida en
cuenta entre los estudiosos de dicho Centro. La misma, expuesta en
los cinco libros arriba mencionados, incluye un tratamiento detallado de
la rectificación y predicción mediante las Direcciones Primarias
Topocéntricas, las Revoluciones Solares Trópicas y Sidéreas (Prece-
sionales) y sus progresiones, las Revoluciones Lunares Sidéreas, los
Tránsitos Ascencionales, las Progresiones Secundarias, la Carta de
Relación Prenatal, el Ascendente Lunar, la Carta Natal Cotidiana y la
Carta de Fase Angular, entre otras. Los libros incluyen todas las fórmu-
las trigonométricas correspondientes (no siempre hallables en los
programas habituales de computación) y decenas de casos rectifica-
dos al segundo de figuras públicas y países.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 403


Enciclopaedia of Medical Astrology, H. L. Cornell (1933). Samuel
Weiser, Maine, 1992. La Astrología se ha ocupado del aspecto médi-
co de la existencia desde sus orígenes, teniendo como hitos en su
historia a los egipcios, Paracelso y los grandes astrólogos ingleses del
siglo XVII. Howard Leslie Cornell (1872-1938) fue médico naturista
practicante tanto en los EEUU como en la India. Profesor honorario de
la Universidad de New Jersey, su extenso tratado de Astrología
Médica (1000 páginas de letra diminuta a doble columna) recorre
exhaustivamente los significadores astrológicos de todas las dolencias
conocidas a principios de siglo, con un altísimo nivel de descriptividad,
síntesis y, sobre todo, eficacia en su aplicación a casos prácticos.
Herramienta de diagnóstico irremplazable, su monumental Enciclope-
dia ha sido justamente admirada desde su publicación y hasta la fecha,
siendo su consulta ineludible para aquellos interesados en los
aspectos biológicos y terapéuticos de la Astrología.
Manual de Astrología Moderna (1983), Astrología Predictiva
(1989), Eloy R. Dumón. Buenos Aires, Editorial Kier, 2004.
Puede parecer ociosa la recomendación de estos dos libros tan
conocidos por el público en general, pero su omisión también sería
una falta imperdonable hacia quien fuera durante 25 años Director
del Centro Astrológico de Buenos Aires y Editor de su revista
Astrología hasta su fallecimiento en septiembre de 1991. La falta,
más que con motivos institucionales, obedecería a la indudable cali-
dad de ambos volúmenes y la importantísima tarea que cumplieron y
siguen cumpliendo en términos formativos desde la aparición del
primero en 1983, cuando había muy poco material que tratara el
extenso repertorio temático allí abordado. Sería muy largo hacer la
referencia a dichos contenidos, tanto de uno como del otro libro.
Sencillamente comentaremos al lector que no los tenga en su biblio-
teca por los motivos que fueren, que son legión no sólo los astrólo-
gos que comenzaron sus estudios con este material, sino los que
constantemente vuelven a sus páginas como referencia y aclara-
ción. Su autor, Eloy R. Dumón, no pretende destacarse por la origi-
nalidad de su abordaje, pero la exhaustividad del tratamiento de
tantos temas fundamentales en la práctica astrológica, así como el
alto contenido didáctico de su estilo, evidencian sus años de ense-
ñanza en el Caba, así como la vastedad de lecturas de una extensa
bibliografía en diversos idiomas que todavía hoy no ha sido traduci-
do en su totalidad al castellano. En suma, dos libros imprescindibles.

404 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


Astrología Horaria, William Lilly (1647; versión Zadkiel, 1852).
Barcelona, Ediciones Obelisco, 1989. Subtitulado Manual de Astro-
logía Adivinatoria, el texto es el libro más importante publicado hasta
la fecha sobre el tema. Su antigüedad no le resta ningún valor, y la
constante referencia que siguen haciendo todos los astrólogos que
se ocupan del asunto lo confirma. La Astrología Horaria es una
antigua rama de la Astrología que aborda frontalmente sus aspectos
mánticos y oraculares. Con tratados a lo largo de todo el período
helenístico y medieval que atestiguan su práctica sostenida, se
destaca en pleno renacimiento inglés William Lilly, un astrólogo que
estudió profundamente a sus predecesores y desarrolló una formida-
ble experiencia personal, regada de aciertos impresionantes que le
supusieron jugosas anécdotas con el gobierno, y que afortunada-
mente condensó en su libro Christian Astrology de 1647. El mismo
fue reimpreso en 1852 por un astrólogo de seudónimo Zadkiel en
una versión bastante mutilada y con demasiadas interpolaciones
personales que tiene el mérito de haber mantenido viva la obra de
Lilly, quien todavía hoy es autoridad indiscutida en una actividad que
ha conocido un importante auge en las últimas décadas. Si bien la
traducción al castellano es la de esta versión Zadkiel, el lector puede
de todos modos beneficiarse al máximo con las profusas instruccio-
nes que el libro brinda sobre el Arte de contestar preguntas teniendo
en cuenta la Carta astral del momento en que son formuladas.
A Handbook for the Humanistic Astrologer, Michael Meyer. New
York, Anchor Press, 1974. Dane Rudhyar fue un astrólogo brillante
que fundó junto con Marc Edmond Jones la corriente Humanística
moderna, es decir, nada menos que la parte más importante de
nuestro enfoque actual de la Astrología. De una vasta formación filo-
sófica, psicológica y artística que sirvió como fértil marco a su
demiúrgica reconceptualización de la misma, sus escritos son muy
abundantes y a veces un poco farragosos en su exposición. Su de-
voto discípulo Michael Meyer tuvo la feliz idea de sintetizar toda la
producción de su maestro (quien prologa el libro) en un manual de
154 páginas lleno de palabras clave y frases que realmente cumplen
el cometido de resumir, y sin casi perder contenidos, toda la obra del
prolífico autor. Un comentarista malévolo escribió en ocasión de su
primera edición: “¡Por fin Rudhyar en inglés!” (Rudhyar escribía en
inglés). Para quien capte la ironía del asunto y se sienta identificado
con la vivencia que subyace a ese comentario, éste es el libro ideal
que le permite acceder al conjunto de la producción de un autor tan
fundante como inagotable.

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 405


Correlation y Culture and Cosmos, Londres. Estas dos revistas
inglesas se hallan entre las mejores publicaciones astrológicas pe-
riódicas de la actualidad. Ambas tienen dos números por año, con
un equipo de editores y modalidades propias de las mejores revistas
de papers académicos. La primera, Correlations, Journal of research
in Astrology (Correlaciones: periódico de investigación astrológica)
comenzó en 1981 como continuación del ciclópeo relevamiento cien-
tífico Recent Advances in Natal Astrology de Geoffrey Dean. Culture
& Cosmos se ocupa en cambio desde 1997 a publicar trabajos aca-
démicos sobre distintos aspectos de la relación entre algún aspecto
de la Astrología y de la cultura y cosmovisión de un momento
particular (generalmente pretérito: helenístico, medieval o renacen-
tista), entre los cuales se destaca, entre otros, un número de 176
páginas dedicadas a la astrología practicada por Galileo Galilei.
Junto al C.U.R.A. (Centro Universitario de Investigación en Astrolo-
gía) francés, es uno de los espacios gráficos más interesantes en
cuanto a la tarea de tender puentes entre el mundo académico y el
mundo astrológico de la actualidad, ojalá cada vez más cercanos.
Astrología: una historia desde sus inicios hasta nuestros días,
Kocku von Stuckrad (2003). Editorial Herder, 2005. Desde hace
tiempo se hacía desear una historia de la Astrología occidental ac-
tualizada en cuanto a los últimos importantes adelantos académicos
en la comprensión del pasado de esta disciplina. El autor, profesor
en la Universidad de Ámsterdam en la cátedra de Historia de la
Filosofìa Hermética, en 485 páginas escritas en un lenguaje fluido y
ameno, atrapa al lector no sólo con la enumeración de datos crono-
lógicos o anécdotas, sino también con el encuadramiento de los
mismos en apreciaciones de perspectivas culturales e históricas glo-
bales progresivas de gran poder de penetración que llega hasta
nuestros mismos días. El texto sigue estilos y usanzas de presenta-
ciones académicas serias, incluidos anexos tales como bibliografía
especializada de actualidad, glosarios, tablas cronológicas e índices
onomásticos y temáticos. De lectura imprescindible para el verdade-
ro amante de la Astrología.
Cosmos y Psique, Richard Tarnas (2006). Editorial Atalanta,
2008. Un libro que marca un hito en las publicaciones astrológicas
modernas, dado que su autor es no sólo un astrólogo muy recono-
cido en el medio, sino un Doctor en Filosofía y Psicología por la
Universidad de Harvard que en 1991 publicó La pasión de la mente
occidental (Editorial Atalanta, 2008, 701 páginas), un ameno estudio

406 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


de los cambios progresivos de la cosmovisión en Occidente a medio
camino entre historia de la filosofía y la reflexión antropológica que
devino en best seller y lectura obligatoria en muchas universidades
de habla inglesa. A partir de esa repercusión, en el libro que nos
ocupa hace una abierta y valiente defensa de la Astrología como
única solución epistemológica al dilema existencial de la moderni-
dad. De un modo tan inteligente como abrumadoramente pormenori-
zado, sus 824 páginas despliegan su experiencia con el simbolismo
astrológico y los tránsitos, tanto natales como colectivos, y la mane-
ra en que los grandes ciclos planetarios fueron acompañando de
modo escalofriantemente inequívoco los procesos que estudiara en
su exitoso libro anterior. De una exhaustividad, claridad y erudición
realmente notables, su lectura es un placer para el estudioso de la
Astrología y un verdadero desafío para el escéptico.
Astrology and the Academy, Cinnabar Books, 2004. Compilación
de las ponencias presentadas en 2003 en la conferencia inaugural
del Sophia Centre, departamento del Bath Spa University College en
Inglaterra que dicta un Master en “Astronomía y Astrología Cultural”,
ahora en el marco de la Universidad de Gales. Las dieciséis
ponencias, en honor al evento, tienen todas como tema la compleja
relación de la Astrología y la Universidad, y son tan pertinentemente
variadas como inquietantes en sus enfoques (de ningún modo
plañideros, triunfalistas o autocomplacientes), compartiendo como
factor común su formato y nivel académicos. Entre otros, conferen-
ciaron Liz Greene, Geoffrey Cornelius, Nicholas Campion, Mike
Harding, Angela Voss y Jesús Navarro (él mismo también pionero
en España en la apertura de una cátedra libre de estudios astroló-
gicos en la Universidad de Zaragoza). Dice Patrick Curry en su pró-
logo: “Por una vez el cliché es apto: esta publicación es histórica”.
Astrology in the Year Zero, Garry Phillipson. Flare Editions,
Londres, 2000. Siguiendo rigurosamente la modalidad del registro
etnográfico, el autor (Licenciado en Filosofía con Cuadro de Honor
por la Universidad de East Anglia) entrevistó de 1996 a 2000 (de allí
el título del libro) a 33 de los astrólogos más famosos del mundo,
incluidos reconocidos críticos de la Astrología dentro de la comuni-
dad desde perspectivas neopositivistas hasta, en el otro extremo,
figuras de los medios masivos características por sus horóscopos de
signo solar. Todos hablaron acerca de cómo contactaron a la Astro-
logía, sus prejuicios previos, sus dificultades al integrarla a sus vi-
das, la calidad y alcance de los cambios que produjo, cómo la

Jerónimo Brignone - Ensayos astrológicos| 407


ejercen, sus creencias y cosmovisión, sus dudas, la variable econó-
mica y profesional, las fuertes y más que atendibles críticas desde el
área académica y la compleja relación con la misma y con la
sociedad en general, los problemas éticos de la predicción y la
consulta, la fuerte aunque delicada relación con la psicoterapia y la
adivinación, etc. Poniendo el acento tanto en los puntos de contacto
como en las diferencias el libro estructura por temas estos
contenidos tan vitales y a menudo sorprendentes para el astrólogo
moderno a partir de la experiencia viva de los entrevistados, sin
intentar de ningún modo forzar al lector a “creer” en esta disciplina,
sino a invitarlo a escuchar las voces de experimentados practicantes
que le permiten una reflexión sobre el complejo estado de la
cuestión en la actualidad.
Under One Sky, Raffael Nasser et al. Seven Paws, USA, 2004.
Un experimento único, instructivo y necesario: doce reconocidos
astrólogos, representativos cada uno de los muchos diferentes
enfoques o técnicas astrológicas que conviven en la actualidad, se
prestaron a hacer controladamente un análisis “a ciegas” de la Carta
Natal de una misma mujer (“Bajo un Solo Cielo”), cuya extensa y
detallada autobiografía de 46 páginas permite al lector contrastar la
pertinencia de las tan diferentes interpretaciones y sus numerosos
crasos desaciertos. Cada astrólogo explica también su historial
personal, su modalidad de trabajo, las características técnicas de los
elementos que incluye, sus creencias e hipótesis sobre cómo y por
qué funciona la Astrología, el libre albedrío, etc. Incluyendo nombres
tan conocidos como Robert Hand, Robert Schmidt, Steven Forrest,
Demetra George y Ronnie Gale Dryer, los doce enfoques relevados
son el helenístico, el medieval, el védico, el mitológico, el psicológi-
co, el occidental moderno, el arquetipal, el sidéreo occidental, el
evolucionario, la escuela Uraniana, el enfoque centrado en los aste-
roides y hasta el asumidamente “light” (sic). Además de aprender
mucho sobre cada uno de ellos y sus alcances y limitaciones, el
texto nos lleva a cuestionarnos si no es conveniente aplicar en forma
combinada las perspectivas que nos resultan más creíbles a la hora
de querer retratar adecuadamente el complejo mundo del carácter y
destino de un ser humano mediante la Astrología.

408 | Ensayos astrológicos - Jerónimo Brignone


INDICE DE CARTAS NATALES Y CAPITULO DE SU APARICION

Accidente bailarines T. Colón. 15 Himmler, Heinrich. 15


Argentina, independencia. 13, 15 Hitler, Adolf. 6
Bergara Leuman, Ángel. 15 Ibáñez Menta, Narciso. 13
Brando, Marlon. 15 Ibáñez Serrador, Narciso. 13
Brignone, Jerónimo Jerry. 15, 20 Isabel La Católica. 15
Buonarroti, Miguel Ángel. 12 Kant, Immanuel. 12
Bush, George W. Jr. 10, 15 Kavafis, Konstantino. 8
Callas, María. 16 Kelly, Grace. 15
Cardin, Pierre. 15 Legrand, Mirtha. 15
Casán, Moria. 15 Lutero, Martín. 12
Cellini, Benvenuto. 12 Mac Enroe, John. 15
Chanel, Cocó. 15 Madonna. 10, 15
Connery, Sean. 15 Maquiavelo, Nicolás. 12
Copérnico, Nicolás. 12 Marx, Karl. 15
Da Vinci, Leonardo. 12 Massera, Emilio. 15
De Courten, Franco. 4 Menem, Carlos Saúl. 15
Dior, Christian. 10, 15 Morales, María Soledad. 15
Disney, Walt. 15 Mozart, W. Amadeus. 10, 12
Duarte, María Eva “Evita”. 9, 16 Mujica Lainez, Manuel. 2
Eduardo VIII. 15 Nixon, Richard. 15
Einstein, Albert. 10, 15 Osho, Baghwan Rajneesh. 15
Enrique VIII. 12, 15 Palosuo, Hannu. 4
Fabrizi, Stefania. 4 Pasolini, Pier Paolo. 15
Favaloro, René. 6 Perón, J. Domingo. 6, 9, 11, 15
Freud, Anna. 15 Pinti, Enrique. 15
Freud, Sigmund. 2 Porcel, Jorge. 15
Gandhi, Mahatma. 15 Russell, Bertrand. 15
Gates, Bill. 10 Sánchez, Roberto “Sandro”. 2,15
Givenchy, Herbert. 15 Sanzio, Rafaele. 12
Goebbels, Paul Joseph. 15 Sartre, Jean Paul. 15
Goering, Hermann. 15 Schweitzer, Albert. 15
Goethe, J. Wolfgang. 12 Tablado, Fabián. 15
Guevara, Ernesto “Che”. 2 Warhol, Andy. 2
Hearst, Patty. 15 Welles, Orson. 15
Hearst, William Randolph. 15 Yourcenar, Marguerite. 2
Hefner, Hugh. 15

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Este libro se terminó de imprimir
en septiembre de 2012 en
Buenos Aires, Argentina
Tirada 1000 ejemplares

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