Sin ser tan ambiciosa nuestra intención si queremos traer unas notas sobre este importante
romero, con su agradable y reconocible aroma, su multitud de usos, extraordinario
combustible, melífero, siempre verde y siempre abundante.
Denominaciones.
La mayoría de las de Linneo como esta tan suya de Rosmarinus officinalis (1753: 23) se
realizaron tras un ingente trabajo de búsqueda y recopilación, seleccionando en la ya por
entonces muy abultada lista de autores que en varios idiomas recogían desde los clásicos
grecolatinos siglos de tradición botánica.
Se pensaba que Linneo la apunto en relación al latín: ros = rocio (similar al sánscrito rasa);
marinus = marino. Pero más modernamente se considera también la posibilidad del griego:
rhōps, rhōpós = matorral, arbusto, y myrínos = aromático, perfumado. Sólo algunos ven
alusión a Mari, la Diosa Madre neolítica de Europa meridional. Officinalis alude a su uso en la
oficina de farmacia por sus reconocidas propiedades medicinales.
Gallego: alecrim, alecrinzeiro, alecrín, romanín, romeiro, romeo, romero, romeu, rosmaniño,
rosmariño.
Inglés: rosemary.
Aleman: rosmarin.
Geografía y ecología.
El romero es un arbusto vivaz, originario de las dos orillas del Mediterráneo occidental,
enrareciéndose notablemente hacia las islas y regiones orientales. También se encuentra
naturalizado y asilvestrado en otras zonas del mundo con ese tipo de clima.
Imagen 2. Mapa global del clima mediterráneo, clasificado como Cs de acuerdo al sistema de
Köppen-Geiger. Periodo 1980-2016. Origen de la imagen Wikimedia Commons.
Este romero que ama las exposiciones soleadas y soporta estoicamente la sequedad y aridez,
al desarrollarse cambia los tallos juveniles cuadrangulares y vellosos en circulares y leñosos,
puede alcanzar fácilmente el cuarto de siglo de edad, llegando cuando viejo a superar los 2mts.
pero aún dura más sin lignificarse del todo si se recolecta regularmente.
Tiene varias abundantes floraciones al año, siempre visitadas por multitud de insectos, junto a
otras notables características que le han permitido estar presente y en ocasiones adueñarse en
exclusiva de considerables extensiones de terreno (romerales).
También coexiste con otras especies formando parte de las etapas de la vegetación que
suceden a las formaciones arbóreas cuando estas desaparecen: carrascales, pinares y
coscojares o maquias, siendo especialista en asentarse en orillas y márgenes.
Como muchas de estas especies protegen el suelo frente a la erosión y por su elevada tasa de
renovación foliar, es un buen productor de humus.
Sus abundantes semillas además de ser alimento sobre todo de aves e insectos según el
ecólogo J. M. Arenas https://www.restauraciondeecosistemas.com/especies-pirofilas-pirofitas-
adaptaciones-fuego/ “aguantan perfectamente el fuego sin perder su capacidad de
germinación”, una adaptación muy positiva frente a los desastrosos incendios frecuentes en
estos ecosistemas a los que por otra parte, puede aportar su elevado poder calorífico y su alta
inflamabilidad.
Botánica.
Pese a que por su abundancia en nuestras regiones pudiera pensarse que es una planta banal,
numerosos autores botánicos le han dedicado su atención produciendo alrededor de cuarenta
denominaciones como especie, de las que actualmente solo tres se reconocen como válidas, el
resto ha pasado a la sinonimia.
Omitimos nombrar híbridos y variedades así como alrededor del centenar de cultivares y
formas ornamentales obtenidas que exceden las pretensiones de estas notas.
Historia.
Robert Tisserand fundador del prestigioso Journal of Aromatherapy afirma: “el romero es una
de las plantas medicinales más famosas y de uso más antiguo”.
Esta conserva de romero se hacía con sus flores y açucar molido, la receta de su preparación
puede encontrarse por ejemplo en el tratado del benedictino Antonio Castell,
http://dioscorides.ucm.es/proyecto_digitalizacion/index.php?doc=b17843388&y=2011&p=47
un docto fraile de Monserrat, que dio a editar su Theoria y practica de boticarios. . . en
Barcelona en 1592, obra a la que alude en su Dioscorides A. Laguna: “. . . comida su flor en
conserva. . . “
En general los humanistas desde el renacimiento recogían una larga tradición terapéutica que
a través de los médicos y boticarios árabes, tenía su origen en los tratadistas clásicos
grecolatinos.
No hay que olvidar que nuestro humanista también era médico, ni tampoco que la terapéutica
no era la única especialidad en que se aprovechaban las virtudes del romero.
La esencia de romero.
Resulta difícil saber si como afirma el Dr. Font y Quer en los albores del s. XIV el físico Arnau
de Vilanova, obtuvo aceite esencial de romero macerándolo en etanol o si destiló
directamente la planta en su alambique. Sea como fuere esta esencia fue de las primeras en
producirse en la Europa cristiana y desde entonces sigue gozando de la estimación general.
En perfumería sin duda debió contribuir a su fama ser ingrediente de algunos de los aromas
más selectos, como la casi alquímica Agua de la reina de Hungría, Isabel Piast (1305 -1380) o el
Acqua di Regina creada en la acreditada botica del convento de Sta. María de Novella de
Florencia, para Catalina de Medicis (1519 -1589) reina de Francia.
La esencia del romero recién destilada es incolora y pronto adquiere una ligera tonalidad
dorada, en la que se percibe un alegre y fresco aroma herbáceo y campestre algo punzante,
con un fondo profundo, amaderado y suavemente balsámico, noble y evocador de lo más
amable del calor y la brillante luz solar del mediterráneo.
Producto del metabolismo vegetal sea para disuadir a los herbívoros o para asegurarse frente
a la deshidratación tejidos especialmente valiosos, se encuentra principalmente en los cálices
de las flores protegiendo la maduración de la semilla y en los renuevos o brotes jóvenes, aquí
el romero dispone microgotas en frágiles estructuras que al rasgarse la vierten al medio aéreo.
Composición.
A los antiguos analistas les llamaba mucho la atención la variabilidad de una de sus
características físicas: el poder rotatorio de la esencia al haz de luz polarizada, que les
imposibilitaba definir en una misma esencia de un año para otro si era levógira o dextrógira.
Igualmente los componentes químicos del aceite esencial del romero pueden presentar
diferencias en función de varios factores, como el tipo y estado vegetativo de la planta
recolectada, su desarrollo y edad, el momento de la recolección, el lugar o procedencia
geográfica y la bondad de la estación, entre otros.
Un aceite tipo de romero del sistema ibérico (Aras de los Olmos) tiene como compuestos
mayoritarios: 1,8 cineol, alcanfor, α-pineno, canfeno y verbenona.
Les siguen, borneol, acetato de bornilo, d-limoneno, β-cariofileno, β-pineno y hasta cerca de
un centenar de productos detectables por cromatografía/espectroscopia que van
disminuyendo en porcentaje hasta convertirse en trazas.
Comercialmente su rendimiento es algo inferior al de las plantas del sureste español, además
una partida de aceite esencial debe estar dentro de unos parámetros olfativos, tras los que
debe superar análisis de constantes físicas, químicas y de componentes recogidos en la norma
UNE 84306:2015.
Aplicaciones.
El aceite esencial se utiliza mucho en perfumería para elaborar aguas de colonia, en parte por
su grato aroma, pero también por lo bien que combina con otros aceites esenciales de bajo
coste.
Otra gran área de aplicaciones se centra en la industria farmacéutica, bien por sus muchas
propiedades tradicionales: es carminativo, digestivo y antiespasmódico, y tiene reconocidas
propiedades coleréticas, colagogas y hepatoprotectoras o por su actividad como diurético,
antiinflamatorio, antiulcerogénico y antioxidante.
Son innumerables las utilidades etnobotánicas, tradicionales y populares del romero. Algunos
absolutamente maravillosos como el cerato de romero, muy eficaz para tratar quemaduras,
aunque algo complicado de hacer.
Hay ejemplos más sencillos: no puede faltar encima del arroz mientras reposa tras la cocción
aún en la paella. Como tampoco en el adobo del aguasal para curar las aceitunas partidas.
En general no deben superarse los 2-3 gramos por 150 ml. de agua para hacer una infusión
pues puede amargar.
La decocción de 30 – 40 gr. por litro de agua para un baño de pies alivia extraordinariamente el
cansancio y mejora la circulación de las piernas.
Para esto mismo hay quien prefiere el alcohol de romero bien preparándolo con la planta
verde, cubriendo los brotes recolectados y puestos en un tarro de cristal con alcohol etílico de
96º, bien cerrado durante una luna o más rápidamente, mezclando este mismo tipo de alcohol
con 25 – 30 grs. de aceite esencial, muy indicado además de para la pesadez de piernas, como
tonificante muscular, para mejorar la circulación, etc.
Interés económico.
Siempre complicado fiar en estos datos actualizados de materias primas por ser de mercados
muy especulativos, para hacernos una idea y reflejar un momento histórico: en el periodo
1961-1973 según el antiguo INIA, la producción media anual española fue de 190.274 kg. de
aceite esencial. Procedente en su totalidad de la vegetación espontánea sujetas a la
consideración de aprovechamientos forestales, principalmente de la mitad meridional de la
provincia de Albacete, el interior de Murcia, Almería, Jaén y Granada. En Valencia aún
funcionaba esos días un alambique en Gestalgar.
En gran parte las cuadrillas de materos que se formaban a por romero eran las mismas que
arrancaban esparto y con nuestra querida aromática empleaban la misma “técnica” de
recolección.
La planta se pesaba y destilaba en alambiques de campo del mismo diseño que los que se
usaban para tomillo, salvia y espliego. Aceites en cuya producción nuestro país era leader
mundial.
En el periodo 1973-1982 en que comienza a hacerse significativa en el mercado la presencia de
aceite esencial de romero marroquí, según el centro internacional de comercio UNCTAD/GATT
su producción se estimaba de promedio anual en 62.000 kg. Y desde entonces tanto esta
como las de Túnez y Argelia no han parado de crecer.
Epílogo.
En aquellos años del último cuarto del s. XX el destino del romero comenzó a cambiar.
Paulatina pero continuadamente siente que los vivientes humanos comienzan a tratarlo mejor.
Si bien aún lo usan ya no lo arrancan, lo siegan para sus industrias.
Para sus hornos de cerámica (fornilla) va dejando de gastarse mientras una nueva economía y
una nueva conciencia van naciendo y nuevos niveles de relación comienzan a hacer que en
adelante el romero y la vegetación de sus romerales se considere de otra forma.
Su facilidad para iniciar la reconstrucción natural de la vegetación leñosa en los montes
heridos, en las parcelas agrícolas que comienzan a abandonarse o en los alrededores de obras
públicas que se acometen por todas partes, su austeridad y ausencia de plagas, sus utilidades
de todo tipo y por qué no decirlo su belleza sobria y elegante, comienzan a ponerlo en las listas
de las especies para medidas correctoras de impacto ambiental.
Con la nueva conciencia sobre el paisaje y el territorio de los últimos años del s. XX comienzan
a sonar con fuerza términos como: resiliencia, paisaje cultural, conservación del suelo,
biodiversidad, sostenibilidad y en todo esto el bueno del romero es un verdadero, amable y
querido maestro.