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DISCURSO HUMORÍSTICO

Como todos los lenguajes, el humor consiste en la relación de un “ locutor” y de un “ interlocutor” . Ahora
bien, esta relación sólo existirá plenamente si el destinatario del mensaje no solamente lo capta, sino si
también lo descodifica. Por estar el lenguaje del humor doblemente codificado, para comprenderlo se debe
proceder a un doble descifrado. Operada, natural y como inconscientemente, la primera descodificación —
que debe efectuarse una segunda; en resumen, que el lenguaje recibido encierra una trampa. Allí reside
todo el problema de la transparencia del humor.
El humorismo es una manera de enjuiciar las situaciones con cierto distanciamiento ingenioso, burlón o, en
apariencia, ligero y, aunque muy próximo a la comicidad, no es exactamente lo mismo. Son muchos los
autores que distinguen entre humorismo y comicidad
El humorista, partiendo de su realidad social y los problemas que en ésta se generan, intenta llevarlos más
allá en un deseo de perfección que evite el anquilosamiento social. Va más lejos de los simples intereses que
cada sociedad estima intangibles en épocas dadas y concretas al señalar los peligros que esos intereses
suponen para el individuo cuando están deformados por el fanatismo y la ambición. Cuando las estructuras
sociales no se encuentran en equilibrio con las libertades individuales, el hombre, mediante el humor, le
marca límites a la sociedad. El humor surge del pueblo con carácter de crítica, con ansias de reforma y de
denuncia de injusticias, es por ello, corrosivo con la sociedad.
Lo cómico, expresa por tanto, según Bergson, cierta imperfección individual o colectiva que exige una
corrección inmediata y esta corrección es la risa, que encierra, además, un deseo de humillar al sujeto cómico
con la intención de modificar su conducta.
Para generar un efecto cómico o humorístico se utilizan determinados recursos tales como la ironía, la
exageración, la sátira, el sarcasmo. Todos estos elementos constituyen el extrañamiento y rompimiento de
la regla lo cual provoca el efecto humorístico.

DISCURSO PUBLICITARIO
El discurso publicitario utiliza un lenguaje altamente connotativo para poder vender un producto o servicio.
Para ello utiliza herramientas de la seducción y persuasión para convencer al destinatario que es la mejor
opción.
En relación con las características fundamentales que ha de cumplir el discurso publicitario son: ser atractivo
(seducir al lector, aunque sea a base de mentiras); sorprender (El lector sólo leerá lo que llame su atención,
por lo que el discurso publicitario tiene que ofrecer siempre algo nuevo, algo único); encubrir determinados
datos, ser breve, entre otras.
El publicista crea una nueva necesidad en el destinatario lo cual este está convencido de su efecto inmediato.
El sujeto que dice el discurso se representa como productor o usuario con experiencia en un producto o
servicio que puede recomendar.
Su fuente de autoridad más frecuente es una marca registrada, esto quiere decir que tiene una cierta
trayectoria en el mercado y por tanto, un determinado “status social”. De esta manera todo discurso
publicitario al dirigirse a “compradores” (no a estudiosos como en el discurso académico ni a creyentes como
en el religioso) privilegia los deseos y necesidades de los interlocutores.

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