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Joan Garriga El buen amor en la pareja Cuando uno y uno suman més de dos Eliiones Destino Colcsén Imago Mund! Volumen 239 Eerie dpa ener ein Joan Gaon acs, 2013 inns Deng $8, 2013, ‘Sagem ease N08 aeons ‘jen di ar de 2013 Biss foc epee 2014 eee Iperf Epa Ped Sa inp deco cn por cen Epp and ning da eledaw yee Introducci6n L 2. 3 4 5. ‘ m 8. 10. 1 2, 13, 4. 15. 16, 17, INDICE, Vivie en el amor. ‘La buena noticia: nadie puede hacerte infeliz. Ls mala noticia: nadie puede hacerte feliz Para qué, entonces, Ia pareja? Enamoramiento, eleccién, compromiso, entrega Sexualidad e igualdad ‘Un espacio para el erecimiento, as cinco condiciones para el bienestar dela pareja El equilibri en el dary el tomar La venganza amorosa I poder que invita al poder... Hombres y mujeres aman por igual Una pareja, dos sistemas Las Constelaciones Familiares son la oportunidad de escuchar tu eancin. “ijos de mama e hijas de paps. La buena culpa BI movimiento amoroso interrumpido. B 19 2 7 2 37 a 45 9 7 6s m Bt 8 7 103 18 19. 20, a. 2. 28, 24, 2s. 26. 27, 28, 29, 30. 31. 32. ‘Tomar # los padres , La pareja de tres: sexualidad, infideidades y adicciones Cuando el amor no es suficente (proezas existenciales en la pareja), Bl corazén tiembla. + co La felicidad poquetiay Ia felicidad grande Candidatos al dotor. Puede vivir sin ti {a buena ropeure (Cerrar bien las relaciones. Nuevas familias, nuevas dindmicas Los padtes no se separen Una nueva oportunidad: El amor en la madurez EL buen amor [Ni brujas ni caballeros: hombres y mujeres cen busca del buen amor Epilogo: Un espacio pars el misterio Postrarse us 1a 129 135 139 143 447 155 161 165 169 173 179 1s 195 203 A Beatriz, en su memoria «Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vidas el ansia de amor, Ja bésqueda de conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento humano. He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un 6x- tasis tan grande que a menudo hubiera sactifica- do el resto de mi existencia por unas horas de este 020. Lo he buscado, en segundo lugas, porque alivia la soledad, esa terrible soledad que en una conciencia trémula se asoma al horde del mundo para otear el frio ¢ insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unién del amor he visto, en una miniatura mistica, a visién anticipada del cielo que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que ~al fin— he hallado.» BeRTRAND RUSSELL, Autobiografia INTRODUCCION Como sucede a menudo en los asuntos cardinales de la Vida y del amos, todo comenzé con un hecho azaroso y un tanto inesperado. Corria el afio 2000 cuando me in- vitaron a impartiren Buenos Aires, mano a mano con la directora del Centro Bert Hellinger de Argentina, un ta- ller de parejas basado en las Constelaciones Familiaces. A pesar de llevar muchos afios teabajando como tera- peuta y formador de terapeutas, no era un gran experto en parejas, Ast que al principio opuse resistencia pero debi6 de ser demasiado tenue porque acabé dando el taller. Fue una experiencia interesante, profunda y con- ‘movedora para las personas que asistieron, y también de gran valor para mi A parti de ese momento empez6 a correrse la vor de que yo entendia de parejas, y desde entonces he ido por distintos lugares del mundo impartiendo tallees en los que utiizo la técnica de las Constelaciones Familiares para ayudar a solucionar todo tipo de problemas, pero muy éspecialmente los amorosos, tratando tanto con parejas como con personas individuales, casadas,solte- 2s 0 en cualquier otra situacién. . ‘No me considero un gurti ni un modelo en este cam- po, De hecho, desde el primer taller he vivido este tiempo como un camino de aprendizaje personal, como un acto de entrega a otros pero a la vez de erecimiento en mi propio camino afectivo. Como la mayoria, he amado y % EL BUEN AMOR EN LA PAREJA ‘amo, me he casado, me he separado, he sufrido, he vi- sitado la alegra y el dolos, he cometido errores y proba- blemente logrado algin acierto, He tenido varias parejas. de larga duracién, dos hijos, dos divorcios y otras rela- ciones que han dejado en mi su huela con diferente in- tensidad. En realidad, a veces sospecho con humor que la Gran Sabidurfa me ha puesto a dar talleres de parejas, para ver si aprendo lo necesario... Yes que seguramente sea cierto que uno ensefa con gusto sobre aquello que atin necesita procesar y aprender y convengamos que el tema de la pareja y sus misterios es infnito. En cualquier caso, no se trata de contar mi historia, sino de compartic To que he aprendido en los talleres que imparto, pues este libro se sustenta en la experiencia dela década larga aque llevo trabajando con personas ¥ con parejas acerca de sus asuntos de pareja y sus Constelaciones. ‘Aunque éste no ¢s un libro de Constelaciones, quiz convenga explicar brevemente en qvé consisten. Es dif- cil hacerlo de forma resumida, pero diré que se trata de tun trabajo terapéutico desarrollado por el psicoterapeu- ta aleman Bert Hellinger que aborda los problemas de relacin —o de cualquier otro tipo— con un enfogue sistémico, es decis, teniendo en cueata todo el sistema familiar de la persona y toda su red de vinculos (o los de cada miembro de Ix pareja, cuando el trabajo es de a dos). Es una experiencia que remuzve, que agita inte- riormente y nos hace contactar coa las sutilezas y los movimientos profundos del alma. Y que asimismo reve- Ia Jos vinculos, las dindmicas y realidades que estén ac tuando sobre la persona desde la somibra. Es una técnica ‘que permite ver de forma répida e6mo cada uno estruc tura sus vineulos, y cémo estos vinculos nos permiten caminar con fuerza hacia la vida o nos lo impiden, c6mo ‘nos abren puertas 0 nos las ierran, 26mo nos conducen wrropuccion 1 hhacia la dicha o hacia la desdicha, c6mo nos sanan 0 nos enferman, c6mo nos crean problemas o 108 los re- suelven. Y cémo nuestros vinculos amorosos con nuestros anteriores, especialmente con nuestros padres, sostienen nuestro vineulos amorosos con nuestros posteriores, en tuna suerte de geometeia precisa de las relaciones humanas. ‘Mas adelante mostraré algunos ejemplos ilustrativos de stuaciones que he vivido en mis talleres,y estoy segu- ro de que con ello se entender mejor qué son las Cons- telaciones y c6mo pueden ayudar a comprender y mejo- rarla relacién de pareja, Pero para quien no conozca el fancionamiento de las Constelaciones Familiares, convie~ ne sefialar que son una representacin de nuestra familia, © de los otros sistemas relevantes a los que pertenecemos, ya sea la empresa, las relaciones de amistad u otras. Para cllo se eligen, de entre los participantes, a varias personas due representaran al padre, la madre, la pareja o a expa- ‘ja, los hijos nacidos, los que no legaron a naces, los abuelos,el jefe... Segtin cual sea el problema que se plan- tee o los objetivos que se quieran lograr. A continvacién, las personas escogidas se posicionan en el espacio, dando expresin a nuestra imagen interior del sistema, a cémo fanciona y las relaciones entre sus miembros. Una vez hhecho esto, se desarrolla la Constelacién de manera tal due se logran clarficar las dindmicas probleméticas del entorno en cuestién, y cémo hacerlas funcionales y sol- ventes. El cliente intrioriza asf imagenes y movimientos emocionales que, a modo de solucién, acaba trasladando ala realidad de su propia vida. Aunque habitualmente son més poderosas yefectivas en grupo, las Constelacio- nes tambin e pueden hacer deforma individual a través de instrumentos de representacién que permiten com- prender Ia estructura de nuestros vineulos y sus conse- ‘cuencias, haciendo cambios cuando es necesario. 16 [BL BUEN AMON EN LA PARBIA Este libro no habla de lo que hay que hacer 0 de lo que no hay que hacer. No habla de modelos ideales de relacin, sino de selaciones diversas, con sus propias pautas y estilos de navegacién. Pero, para que resulte Util, también habla de aquellascuestones que habitual- ‘mente hacen que las cosas fancionen o se estropeen en una relaci6n de pareja, y de los ingredients que facil- tan o difcultan consteuir una buena relacin de pareja y smantenerla. En est sentido, da pistas para que cada tno encuentre su propia férmula, su mocelo y su manera. Vivimos un momento de apertura, a la vez que de dlesconciero, sobre e6mo pueden o deben ser las rla- ciones de pateas ys en este sentido, lo que plantco, como se rd viendo a lo largo del libro, se szia en una perspec- tiva de libertad y de respeto, de hacer y dejar hacer. Las personas no tenemos por qué comulgar con dogmatis- mos de ningén tipo, ni debemos sentiznos culpables por no hacerlo, Hay demasiada gente que sufte por no enca- jar en un esquema de supuesta normalidad “Hace tnos aio esrib: «lmaginemos un mundo don- de, por ejemplo, a vejer, la enfermedad, la timidez, la muerte, el sufrimiento inevitable, estuvieran bien vistos y formaran parte respetable del vivir en la misma medi- da que sus contrarios, a uventud, la salud, la expresivi- dad, lavitalidad y el gozo inevitable. Demasiadas perso- nas sufren ain la presién de no encajar con Io que convenimos en valorar como bueno, pero zquién es cx- paz de aficmae que una cosa es mejor que otra, que una vida, por ejemplo, es mejor que otras. La vida es, afor- tunadamente, muy amplia y variads, y cada uno tiene sus predisposiciones y su singulaidad. Hay personas aque estén hechas para vivir con la misma pareja toda la vide; otas, para tenet diez amantes al mismo tiempo, y otras, para ser monjes o monjas. Unas se orientan hacia rnrroDucci6N ” personas del mismo sexo, y otras hacia personas de dis- tinto sexo. Cada uno debe respetar su original forma de ser, incluso su propia neurosis o tendencia condiciona da, aunque trabaje para modificarla, y no tratar por to- dos los medios de encajar en un modelo ideal de rela- cién de pareja. Lo importante es a aceptacién amorosa de uno mismo y de la propia singularidad. Y cada cual puede encontrar regocijo en respetar su propia natura- leza y ser feliz siguigndola. En cieta ocasi6n conoct a un monje benedictino que me cont6 que habia sentido la vocacién religiosa desde muy joven. Durante afios, vsi- £6 a varios psicdlogos para encontrar el trauma que ha- cfa que quisiera ser monje. Pero, después de cierto tiem o y numerosas visitas al divén, seguia desedndolo, asi «que ingres6 en un monasteio. Y ali sigue, viviendo com- placido su vida monacal y comunitaria, Hoy, ya no hay un tnico modelo, sino libertad para inventar el propio modelo. No hay modelos, sino anhe- los: todos tenemos el anhelo (y la necesidad) de amar y ser amados, de gozar de una estabilidad afectiva, de sen- timos vinculados, de pertenecer y, a ser posible, de dar vida o de servrla © euidarla de alguna manera, Pero este anhelo se puede desarrollar tanto a través de un matri- monio para toda la vida como de un living apart to- ‘gether (estar juntos pero vivir cada uno en su casa). En realidad, después de sighos con un modelo claro basado encl binomio hombre/mujer como unidad sentimental y socioeconémica, estamos reinventando la relacién de pareja. Hoy, lo més habitual es que una persona sea smonégama secuencial», es decir, que a lo largo de su vida tenga varias parejas estables, de la misma forma que también es frecuente pasar varias temporadas sin pareja estable. Todo ello conlleva tanta libertad como estrés¢incertidumbre en los vinculos. 8 EL BUEN AMOR EN La PanJA La cultura, que establece cauces y formas para la ‘uniéa amorosa a los que tratamos de amoldarnos, coexis- te con la natura, y no debemos olvidar que venimos de hordas némadas de cazadores-recclectores de mis 0 ‘menos ciento cincuenta miembros, en las que los lazos sexuales y familiares gozaban de una gran libertad de formas que contrastan vivamente con los actuales mo- delos del amor, tan individual, patriarcal, posesivo y pa- trimonialista. No ¢s mi objetivo ahondar en wna visi6n, antropologica de la pareja, sino tan slo seialar el con- flicto que en muchas personas se produce entre mente € instinto, civiizacién y predisposiciéa, cultura y natura, y las consiguientes acrobacias mentales y sociales que ‘ratamos de realizar para complacer los requerimientos de ambos. ‘Mi experiencia me dice que en las relaciones de pa- ‘eja.no hay buenos y malos, culpables e inocentes, justos y pecadores, Lo que hay son buenas y malas relaciones: relaciones que nos enriquecen y relaciones que nos em pobrecen. Hay dicha y desdicha. Hey buen amor y mal amor. ¥ es que el amor no basta para asegurar el bienes- tars hace falta el buen amor. El buen amor se reconoce porque en él somos exactamente como somos ¥ dejamos aque el otro sea exactamente como es, porque se orienta hacia el presente y hacia lo que esté por venir en lugar de atamos al pasado, y sobre todo porque produce bien estar y realizacion, No quisiera terminar sin decir que éste es un libro sencillo que trata asuntos complejosy hondos, invisibles 2 veces a los ojos de la mente y solemente intuidos por los ojos del corazén, cuya pretensin es aportar un poco de luz para que muchas personas —con o sin pareja— ‘encuentren, si cabe, una mayor dosis de bienestar en sus asuntos afectivos. Ojalé logre algo de lo que pretende. 1 VIVIR EN EL AMOR Alo largo de nuestra vida, las cuerdas que més intensa- ‘mente vibran en el interior de las personas son, sin duda, las del amor y el desamor, las del apego y la pérdida, las de los movimientos expansivos del corazén y sus contra rios de retraccién. Bailando al son de sus compases ex: perimentamos plenitud o vacio, enorme dicha o el hielo de la desazén y la destemplanza, As{ somos: mamiferos, esto es, necesitados y gregarios. Un anhelo no siempre completamente satisfecho y persistente en los seres humanos es vivir en el amor con tun otro significativo, 0, mejot, con muchos otros signifi- cativos. De nifios, nuestros padces, hermanos, tos, abue- los y demés parientes; de adultos, nuestra pareja y nues- ‘10s hijos, sobre todo. También, por supuesto, otros familiares, amigos, socios, maestros, alumnos, amantes, compafieros en ciervos tramos del camino... Es imposi- ble imaginar un castigo mayor para un ser humano que el de Ia soledad y el desamor. Schopenhauer aficmaba aque la mayor crueldad y el mayor castigo concebibles para el hombre seria ser invisible e inmortal al mismo tiempo. Suena terrible e inkumano. ‘Necesitamos ahuyentar «la trémula soledad» y vivir en comunidades significativas, asi que estamos siempre dispuestos a inverrienos en el milageo del encuentro real 2 EL BUEN AMOR EN LA PAREJA con otro ser humano, en ese chispazo de vida en el que lotro se ilumina y nosotros con él, en el que por mo- ‘mentos lo tenemos plenamente y de este modo también rnos tenemos plenamente a nosotros, en el que el inter cambio verdadero entre dar y tomar se fogra,en el que, por fin y con suerte, nuestro corazén se abre y sentimos la experiencia de ser uno, de la genuina intimidad y de convertirnos en destino el uno para el otro. Asi acontece a veces en la pacea,y se experiments como felicidad, Buscamos la unidad, perdida en algin lugar de nues- tra mente cuando, siendo todavia nifios, empezamos & troceat la realidad en pedazos de pensamicnto y le im- pusimos nombres, apartindonos del ser puro y esencial aque fuimos y al que Seguimos aforando. Y la buscamos, con acierto o desacierto, en el otro. Anhelamos reencon- trar el silencio interior al reposar sin mas en nuestra presencia real yen la del otro, Miramos constantemente ls ojos del hermano eterno para arir la plenitud de la vida, como explica el relao de Stefan Zweig de! mismo nombre, lo que significa que en el encuentro verdadero y amoroso con el otro logramos reconocernos profun- ‘damente a nosotros mismos: si yo te miro a tiy veo que también eres yo, algo en lo esencial se calma, Asi que un ingrediente de la felicidad terenal que seguramente po- demos experimentar en esta vida viene a través de sen- timos unidos y de lograr unas relaciones rica, fértles, hermanadas, cooperativas y amorosas. Seamos sinceros: seguramente, ringtin émbito de la vida esté tan lleno de expectativas y promesas como el mbito del amor en fa pareja (si exceptuamos, quizd, ‘otros grandes falsos griales como son la riqueza, el po- der o el afin de notoriedad),y es probable que sea por que le atribuimos la potencialidad de hacernos regresar al paraiso perdido de la unidad original con los padres, © de llevarnos a la tierra prometida, llena de abundan- cia, en la que nuestros temores se dil ledad existencial se tomaré menos frfa_y abismal, o in- Este nuevo sistema que hemos creado tiene ahora prio- ridad. Y entonces Ia pareja empieza a hacer las cosas de una manera propia, diferente de la manera de la fala de cada uno, y crea una realidad propia que tiene mas peso que las familias de origen. En el compromiso, dos personas, unidas por la sexualidad, por el amor, por el zeconocimiento como igualmente adultos y vidos, por ° EL BUEN AMOR BN LA PARESA la decisi6n de compartir su intimidad, consolidan su ca- rmino comén, fruto de haber integrado y tomado su pa- sado tal como fue,y logran que la energia dela relacién. fluya hacia el futuro. Sueltan sus lealtades y ataduras con los anteriores y se abren a un movimiento propio y creativo en su pareja, ‘Algunas parejas son visitadas por una fuerza superio, atin mis grande que el compromiso: la entrega, El amor con entrega es un amor trascendente porque es el més generoso posible, porque en él se ama la vida y los he- chos tal como son, despojéndolos de pasiones egoistas. El sentimiento que preside es: «Te sigo amando a ti ya lo que a tte dtige, con independencia de adénde te lleve tu ‘propio camino, y también con independencia de adénde me lleve mi propio camino». Fs un amor que esté en sin- tonia con el movimiento de la vida y que veremos en de- talle mas adelante, cuando hablemos de la pareja como proyecto y vivencia espiritual, Hay personas que se pasan la vida enamorindose y desenamoréndose, personas que exploran relaciones y n0 cligen ninguna, personas que eligen y se vinculan, pero no logran el compromiso profundo y real necesario para aque su relacin tenga mis peso y fuerza que lo anterior, y personas que alcanzan las cumbres del amor generoso a través de una entrega mayor a la fuerza misteriosa que ‘mueve los engeanajes de las cosas. 6 SEXUALIDAD E IGUALDAD Suelo decir que la pareja se fundamenta en dos cosas muy simples, modo de griesos pilares: por un lado la sexualidad, ue mueveincansable las gigantescasruedas dela vida e impulsa alos amantes, y, por otro la estrc- ta igualdad de rango entre sus miembros. Lo que funda In pareja es la sexualidad, que ademis de aportar intimidad y goce ¢s el vehiculo de entrada de la vida. Ane la fuerza dela sexualidad experimentamos el asombro y la grandera de la creacin, ya que la pare- ja no deja de ser una vibracén erativa,y su unin algo spiritual, ya que el esprit acta en ella para que la via siga so curso. ‘A través del encuentro amoroso y de lacelacin de pareja permitimos que la sexvaldad actae y se realice én nosotros, y también nos exponemos a todas sus cone Secuencias: a vida, el cuidado de la vida y la potencal- dad de la maere. Este es un gran abismo y a la ver un gran honor pars a paris. ‘Hay parejas que renuncian a la sexualidad o no lq viven durante un tiempo (la vida seal puede atravesar distnta fasesen func de los cel vitales que alcan- za), pero siguen en relacién porque se mantienen juntos ¥ comprometido, porque quieren, ssguen eligiendo y se acompatian, pues tambien la compa ” EL RUEN AMOR EN LA PAKEA ternura y la amistad son importantes. No obstante, la sexualidad funda en un inicio la para y es a gran fuer- za de entrada ala vida. Una fuerza arrolladora. De he- cho, me atrevo a lanzar la idea lidica de que los hijos permanecerian con sus padres sno ssintieran empuja- dos pot la sexualidad hacia una vide adult ‘Como fuerza la sexualidad es idéntica tanto en pa~ rejas homosexuales como heterosexuals, y es movida por el mismo propésivo y por el mismo espirita. Aunque las personas del mismo sexo no pueden concebir hijos, si pueden cvida de ellos y hacer crecer la vida Conviene decie de paso que la sexualidad es una fuerza mayor que el amor y crea vinculos inevitabes, incluso algunos que no se eigen voluntariamente. Por ejemplo, hay personas que engendran hijos por haberse expuesto ala sexualidad, aunque ne sientan amor, in cluso sintiendo desamor y repulsa, como en el caso de Jas mujezesvioladas. Si, ademas de la sexualidad, la relaci6n se rllena y ‘erfuina con amos, terra, respet, alegria, fragilidad, Amistad, humor y algunos ingredientes mas, la pareja se sicnte regal otro ingzedienteen que se fandamenta la pareja es Ia igualdad. La igualdad de sango, que quiere decir que ambos tienen el mismo nivel, la misma altura, idéntico valor y dignidad. La pareja, por deinicién, es un lugar donde nos encontramos como iguales, como pares. Sino hay igualdad, en verdad no hay pareja, sino otra cosa, ‘otro convenio, por lo general poco fiz De algin modo, Ia cizaia en una rlacin empieza cuando uno de los dos piensa: «yo soy mejor que &6» 0 «30 soy peor que ti. ‘Ambas posiciones, ponerse por encima o por debajo, aprandarse o empequedecerse,tensan las cuerdas dela al- ‘quimia emocional de la pareja y consttuyen la semilla del SEXUALIDAD 8 JGuALDAD “6 ialtrato, que cuando erece y erece se transforma en jue- £05 psicol6gicos fatales y en violencia (de cualquier tipo). En realidad, la mayoria de los problemas, si miramos cesta cuestn desde una atalaya panorémica mayor, par- ten de que alguien se empefia en definir una porcién de la realidad como mejor que otra, de que alguien insiste en decidir qué es bueno y qué.es malo, y se arroga el de- recho a imponerlo y a enjuciag, en nombre de éticas y falacias que suelen tener un trasfondo emocional impe- ‘tuosoe infantil. Yen la pareja, cuando uno de los dos se siente mejor que el otro, o que la familia del otro, en lo profundo, en el alma, surgen las fisuras, porque la pare- jasa pesar de lo diferentes que puedan ser sus miembros, debe apoyarse en la igualdad sentida y reconocida de ‘Una de las grandes proezas a que nos invita la pareja consiste en el progresivo desarrollo de la experiencia de ‘gualdad real entre ambos. Ya sé que muchas personas se consideran a si mismas en igualdad de rango con su pareja, pero aqui no estoy hablando de ideologta sino de experiencia real, profunda y verdadera. Estoy hablando de nuestra verdad interior Ya sabemos que si las buenas intenciones dieran buenos resultados, el mundo seria un lugar mas agradable. Y que si los buenos pensamientos dirigicran el mundo, habria menos sufrimiento, Sin em- bargo, lo que toma la delantera y domina nuestra vida sla verdad real acerca de nosotros mismos y de nuestros sentimientos y vivencias intimas, no nuestra ideologia. @Cuntos airman ideol6gicamente que se sicnten iguales 48 ou pareja ¥ a continuacién descalifican, por ejemplo, ‘sus origenes o su entorno o su comportamiento? ;Cu tos, en el sentido opuesto, se morderén y critcarén a si ‘mismos en un alarde indigno de posici6n down, de auto- rrebajamiento? 4s 1 BUEN AMOR EN LA PAREJA ‘Una gran proeza interior para toos consisteen com prender que «mejor» y «peor» son conceptos de la men- te, no de la realidad; compeender que el pleno respeto del otro y hacia el otro se plasma cuando sentimos que lotro, cualquier otto, es estrictamente idéntico a noso- tos para la vidas comprender que Io calienta el mistao sol lo sefresca la misma lluvia, con independencia de justos y pecadores, como reza el Evangelio. reeNtd dean veremos co wc na igualdad a través del equilibrio en el intercambio entre el dar y el tomar, y en los zespectivos posicionamientos en la rela~ ci6n. No es un equilibrio fécil, A veces, por amor a la ‘Pareja, uno da un poco més que el ctro,con lo cual éste corre el riesgo de quedar mas pequeio. Pero también puede ser aconsejable que, por gensino amor, dé un ‘poco menos, en funcién de lo que elotro puede recibir y devolver dentro de sus posibilidades. Conviene cuidar bien de este asunto y evitar lo que podefamos llamar «los males del dar», que iremos viendo. Si uno da mu- cho y el otro puede recibir 0 devolver poco (aunque tal vez exija mucho), se crea frustraciSn y desigualdad, y entonces en un sentido profundo puede que ya no haya areja, que fatc la paridad. «No camines por delante de imi, puede que no te siga. No eamines detris de ms, pue- de que no te guie. Camina junto a mi y sé mi amigo», escribié Albert Camus. A lo que se podria afiadir: «No caimines por encima de mi, puede que te pierda de vista, y tampoco por debajo de mi, pues podeia pisarte; cami= nemos juntos, lado a lado». Esto es igualdad. 7 UN ESPACIO PARA EL CRECIMIENTO La pareja, como hemos visto, no nos va a dara felicidad, pero nos puede ayudar a crecer. De hecho, creo que la pareja es un espacio ideal para el crecimicato de las per- sonas, pues con ella nos despedimos del nif o la nia gue faimos e ingresamos en el mundo de los adultos. En este sentido, si la tomamos con la atencién y el euidado debidos, si como adultos estamos dispuestos a la travesia de la intimidad y el amor de una manera real y respetuo- sa com Io que va sucediendo en cada momento, puede ssuponer un reto para nuestro crecimiento como perso- nas. Porque es seguro que tendremos que revisar algunos de nuestros modos de funciona, algunas costumbres y pautas de relacién, algunos habitos y creencias, algunos ftemores y exigencias, La relacién de pareja no es una relacién de ayuda, pero es una relacién que ayuda. Ayuda al desarrollo per- sonal, a veces a través de la alegria, pero otras a través del sufrimiento y la desazén conscientemente aceptadas. Probablemente, nada ayuda més al propio crecimienta que asumir de manera consciente el dolor y hacerle es- pacio en nosotros, como nos ensefia el maestro espiri- tual Gurdjieff, en lugar de defendernos de él a toda cos- ta y todo el tiempo, edificando barreras de protecci6n que acaban por alejarnos de nuestro corazéa. Mas que “6 1 BUEN AMOR EN LA PARA Jo expansivo (las ganancias) es lo retroactivo (las pérdi= das) lo que moldea las curvas de nuestro ser al limar las asperezas de nuestra identidad cristalizada. Habria que aclarar a qué me refiero cuando hablo de crecimiento, Pata mi, crecimiento no sgnifica més yo, sino sma ti, Crecimiento apunta a la expansion hacia Yo extra- fio, la inclusign como propio de lo ano, al amor alo di- ferente, Yen la pate, el otro es lo difeente,el otro es siem- pre el misterio a reconocer y respeta. «Quien para sf crece, del crecimiento abusa», reza un verso de Shakespeare. [Los setes htsmanos nos reconocemos mejor en el did logo que en el monélogo. El monélogo adolece de con~ taste, nos aleja del mundo; cuando nuestro dilogo in- temno sé vuelve un torbellino y nuestios pensamientos no encuentran teposo podemos enloquecer y resbalar hacia el abismo por exceso de inmersi6n en nuestras fantasias ¥ déficit de contacto con el otro real. Desde nifios descu- brimos quiénes somos cuando somos atestiguados por Jas personas que nos quieren, cuando nos descubrimos en su mirada, en la interacci6n y en el didlogo con ellos. Con la pareja como vinculo crucial seguimos descu- bbriéndonos, encontedndonos a nosotros mismos. Slo po- demos encontrarnos a través de la intimidad, através del otro, dispuestos a ser confrontados y desnudados en oca- siones, No es posible el viaje en soitario. No se avanza en. soledad, o en todo caso no se llega muy lejos. Y aunque ‘muchas de las teadiciones de la sabiduria promueven el camino de la retirada del mundo, es muy probable que se estén refisiendo metafGricamente al mundo del yo, con. sus vehementes deseos y sus irracionales temores, y no tanto al mundo de las relaciones y delas tareas cotidianas, y-sencillas. ‘Ocurre a menudo, en el campo de la pareja, que los perros salvajes que, segiin Nietzsche, debiamos escuchar para volvernos sabios, siguen ladrando en el sétano de cada uno: miedos, penas, tristzas, descos vehementes, enojos, envidias, celos,etcétera, todos derivados de las dificultades vividas en los vinculos amorosos primeros, que ya reflejan la temprana falta de confianza en el Set yenel genuino amor. Inevitablemente,el encuentro de la pareja se organiza también en torno ala sintonia con los perros salvajes que ladran en el interior del otro, con las respectivas grietas e imperfecciones. Esto quiere decie que muchas veces en la pareja nos encontramos y engar- zamos con el otro por sintonia con las respectivas dif cultades. Como he apuntado, es muy comiin que se es- tablezca un pacto implicito de cuidar el uno del otz0 en quello que lees dificil, que puede situarlo en una posi- ci degli, Por cerpl: eyo me osuparé de los sentimientos y ti de las acciones», 0 «yo soy fuerte y ti débil, asf que yo me ocupo de que no tengas que afron- tar tu propia fuerza ni yo mi propia debilidad», y mil etoéteras y combinatorias creativas. En ese caso, los miembros de la pareja se protegen, pero al mismo tiem- ‘po da lugar a una paradoja extrafia: mientras se prote- ‘gen, se impiden mutuamente el desarrollo. Podemos erecer mientras nos protegemos, pero nos desarrollamos especialmente cuando dejamos de hacer- lo, porque el verdadero crecimiento ocurre cuando cada ‘cual se enfrenta a aquello que teme o a aquello de lo que cree adolecer. Asi, un dia, uno de los dos incumple el ppacto nunca explicitado y estalla el conflicto. Sobrevie- ne la crisis y hay dolor, pero también la oportunidad de reorganizar, crecer, ampliar; la oportunidad de aprender Y¥ ensayar nuevos espacios internos, identidades, senti= mientos y nuevas conductas. Nuestras sombras, al fn, alumbran nuestra humanidad. 8 LAS CINCO CONDICIONES PARA EL BIENESTAR DE LA PAREJA He visto a muchos hombres y mujeres sufi porque pre= tendian formar una pareja que iba en contra de su pro- pia naturaleza, de su propio estilo de vida, de sus propias necesidades, deseose inclinaciones; por querer adaptarse al modelo de los padres y dela familia en general, a lo que «debe ser» 0 determinados modelos sociales impe- rantes. O por querer satisfacer los mensajes que vienen de las frustraciones y penalidades de sus anteriores: «no te cases y mantén tu autonomia», «no te fies y mantéa a salvo tu corazén, «en la pareja hay que imponerse ycon- ttolarlo todo», «adéptate al otro y todo ira bien», y mil ctoéteras. He visto a demasiadas personas sufrir gran- des turblencias emocionales y dolorosos desencuentros amorosos al empecinarse en imposibles,o en vanas espe- ranzas con sus parejas. Quizé la mas tremenda de todas las esperanzas vanas sea la de que el otro cambiaré y por fin se ajustaré a lo que deseamos. En la pareja sctivamos esquemas afectivos y pautas de relaci6n que se imbrican y engrasan creando un cam- po compartido de bienestar cuando va bien. Y todo lo contrario cuando va'mal: un campo de batalla, con su reguero de destruccién y pena. En verdad, resulta triste que haya tanto dolor en las parejas y no se materiaice J amor que sienten 0 sintieron en su momento, por tra- tar de ajustarse aun eaquema o pauta ajenos. A mi jui- cio, no hay modelos ideales que debamos seguis sino relaciones reales, y cada pareja debe encontrar su propia ‘manera afilando su sensbilidad y evitando traicionar la inteligencia de su coraz6n. 'No hay esquemas preestablecides, por tanto, pero si condiciones que failtan o dfculten la relacién de pa- teja. Hay criterios que nos permiten reconocer si not estamos juntando con la persona adecuada 0 no, si es tamos més cerca o mas lejos de que el amor se logre. ‘Amaud Desjardins, dscipulo del sabio hinds Swami Prajnanpad, explica en su libro Uns vida feliz, un amor felis los cinco criterios que sa maestro le ensefé para reconocer el valor profundo de una pareja. Cuando és- tos se cumplen la pareja vive en armonia,y sus asuntos son aleges y serenos ‘La primera condicién es que se2 ficl, que laya sin demasiado esfuer2o. Que las cosas sean cSmodas, que no tengamos que malgastar grandes cantidades de ener- fa en emociones ni se nos obligue a luchar contra éstas. Cuando esta condicién se da existe una comanin real, una comodidad que no es rutinara, en la que no hay dramas ni tragedis, slo bienestar. Todo se desenvuelve con natualidad, y las cosas rsultan files y grils. "A veces tos juntamas con personas con las que, inex plicablemente, todo chiera, todo es complicado y se fvanza con pesadez y esfuerzo. No necesariamente se tra- ta de pareias: pueden ser socios, amigos, vecnios, conoci- dos, eostera; a veces son personas cn las que no sabe mos por qué y a pesar de nuestros deseos, la relacién no fluye con naturalidad. Con otras, sin embargo, todo re- sultasencilloy se deliza con provecho. Ayuda, sin duda, el tener estlosafectivos parecidos o que engarcen bien. 1LAS CINGO CONDICIONES PAKA BL BIENESTAR 5 Fs cierto que podemos modificar un poco las pautas afectivas y de relacién que hemos aprendido, resolver ‘asuntos emocionales pendientes que nos han construido en nuestra nifiex y que forman parte de nuestra identi- ddad, pero no debemos hacerlo radical o completamente, ¥ tampoco es siempre necesario. Podemos cambiar un poco el estilo afectivo, pero vale la pena juntarnos con personas cuyo estilo afectivo encaja bien con el nuestro, Es fécil saber cuéndo los estilos afectivos y las pautas favoritas de relacién de cada uno son compatibles: cuando apenas hay discusiones, cuando las emociones fluyen sin grandes altibajos y cuando la relaci6n es nu- tritiva para ambos. Cuando uno més uno suman mucko més que dos, y no menos que dos. Sila relacién no es nutrtiva, se produce un desgaste en las personas y el cuerpo siente tensi6n y se desvitaliza, lo cual es una se- ial de alarma o preludia una enfermedad, Algunas personas llevan cincuenta afios viviendo en pareja y se tratan muy mal y se insultan constantemente, y la gente a su alrededor se pregunta: zqué sentido ne?, gpor qué siguen juntos? Pues porque también el in- tercambio negativo, el intercambio desde el malestar y el maltrato, crea vinculos muy profundos entre las pet- sonas, y aunque éstas son infelices y desearian separarse, el vinculo es muy fuerte y por desgracia no pueden en- frentarse al terror de la soledad. Estas parejas a veces desean que el otro muera, 0 se lo dicen abiertamente en su penosa lucha de amores lastimados, reconvertidos en miedos y reproches, pero cuando el otro muere, en- tran en una grave crisis, se deprimen durante mucho tiempo y afloran la presencia del compaiero que han perdido, Esto significa que el vinculo no erece con fuer- 2a tinicamente en el intercambio positivo y facil, sino también en el negativo y dificil. Algunas personas se ven 2 EL BUEN AMOR EN LA PAREIA Incapaces tanto de cambiar como de separarse, pues eso lasenirenta aun gran abismo,y eligen seguir en el inter- cambio negativo, yes respetable aquello que een, pues ‘quien seria capaz de decir cud es la forma correcta de Yiviry eudl ese camino bueno pare cada uno? Sin em- bargo, el precio es enorme. Y uno no puede dejar de aconstjar relaciones en las que queramos y nos sinta- mos quetidos, que ademés estemos a gusto y exentos de tremendas y desgastantes pasiones y sentimientos turbulentos que consumen y dilapidan nuestea energia. [a segunda condicién de Prajnanpad es que se trate de dos naturaleras no demasiado incompatible, no de- masiado diferentes. Que la comprensién del otro no esté mds alld de nuestras capacidades. A menudo, la fascina- cidn amorosa ignora con soberbia la incompatibilidad dde dos naturalezas,y las personas ereen amarse de bue- na fe pero carecen de la posiilidad de una comprensién verdadera, La compatbilidad del hombre y la mujer, de cualquier pareia descansa sobre la diferencia, pero también sobre la posibilidad de asociaci6n, imbricacién y complicidad. sto es facil de entender: sa ella le gusta mucho su- bir a pie alas montaias ycomerse un bocadillo sentada en ona roca y a le gustan mucho los coches glamuro- 0s y los restaurantes de lujo de la ciudad, se trata de naturalezascieramente diferentes; si ella es judta y él ‘musulmn o cat6lico, se trata de naturalezas incompati- bles, y esta diferencia debers ser encarada,integrada y gestionada en la rlacin, De igual modo, si viene de tm familia muy rica y ella de une familia muy pobre, esto generaré wn diferencal en la dignidad, el respeto y 1a igualdad que deberétratase. No siempre es imposi- ble salvar las diferencias, peco si es imprescindible con- cienciaras y afronearlas para gestionarls ben. LAS CINCO CONDICIONES PAKA BL BIENESTAR 53 En cierta ocasién trabajé con una pareja en que el hombre, perteneciente a una familia inmensamente ria, se enamoré de una mujer que limpiaba en una de las casas de la familia. Se casaron, no sin la oposicién de la familia de él, y tuvieron hijos. Para ambos fue muy di cil asentar la pareja, confiar y sentrse en igualdad, pues en lo profundo mantenfan la lealtad a los cédigos de las familias de origen y de su procedencia social. Y es que tuna pareja se ogra como tal cuando, de alguna manera, sus miembros son eapaces de unirse més en el reconoci- miento claro de lo que los separa y llegan a amarlo; cuando para ellos la pareja se hace més importante que sus familias de origen; en soma, cuando el sistema crea do gana més imporrancia que las familias de proceden- cia 0 que las parejas Se pueden encontrar naturalezas diferentes, o con dic ferencias capaces de generar complicaciones, en los esti- los afectivos, en las expectativas, en los proyectos, en la realidad vital y cultural de cada uno, etegtera, También se dan, por ejemplo, cuando se juntan personas de dis- tintos paises 0 continentes, con costumbres y valores distintos, 0 muy especialmente cuando una de las dos deja su familia, sus amigos, su cultura y su trabajo para ir al pais del otro. Cada pais tiene modos distintos de entender la relacién entre un hombre y una mujer 0 en- ‘re personas del mismo sexo, ¢ incluso normas més 0 ‘menos explicitas al respecto, y esto puede crear conflc- tos a pesar del amor. También las diferencias de edad, 0 de proyecto en funcién del cilo vital de eada uno, pu: den difcultar las cosas. ‘Aunque hay que saber que ninguna relacin fo com- pleta todo, sin duda genera unos espacios de vida, al tiempo que le son vedados otros: quiz podamos com- partir nuestras aficiones literaras, pero no quepan nues- 4 EL BUEN AMOR EN LA SAREJA tras aficiones culinarias; © podamos vivir una gran ter nara mientras nos es escatimado €. desenfreno sensual (0 viceversa), Aungue la pareja esté en constante meta rmorfosis, no todo cabe siempre en a casa de la pareja, pero sila seguimoseligiendo es porque sigue sendo una ‘asa bonita y rca, Y, sobre todo, porque somos capaces de comprender y respetar el mundo del otro tanto como al propio. La tercera condicin esque los miembros de la pare- ja sean verdaderos compaiieros, que se sientan como ta- les, acompafiados, ya que el otro es también un amigo y la amistad no se desgasta con el. curso de los afios. Que puedan compart sus peculiardades, gustos, intereses, diferencias, complicidades. Que tergan a alguien al que entienden y que los entiende. Esto pone el acento en que la relacin de pareja tam bign es tna relacién de acompafiamiento en un camino comin, Ambos se acompaiian en los asuntos y vicsitu- des del viv, porque tienen prop6sitos comunes, porque juntos pueden mirar a lugares comunes, porque juntos rmiran todo aquello que es importante para él y todo quello que es importante para ele, y todo aguello que ‘es importante para los dos en los recovecos de sus alas. La cuarta condicién es tener fey confianza plena en el otro, Que no sea necesaro teme desconfiar 0 prote- geree para poder reencontrar un corazén inocente. Que lotro nos inspire una completa cenfianza sobre la cual se pueda cimentar un amor duradeso, susceptible de cre- cimiento. Que tengamos la convieién de que el otro n0 nos va a daar. ‘Ahora bien, ou significa confiaaza? Cuando decimos confianza plena no se trata de una actitud infantil con- troladora hacia ew pareja, ala que eclamas sinceridad © infalibilidad absoluta. Seria eds bien algo asi como la LAS CINCO CONDICIONES PARA EL BIENRSTAR 95 confianza inocente que un nifio pequefio siente hacia su madre, pero en el coraz6n y el cuerpo dé un adulto. Con- fianza, por tanto, es tener la certeza de que el otro quiere nuestro bien y no nos vaa dafat. Esto es importante, por- ue si vivimos con alguien y no estamos seguros de que ella estaba llena de 1M BQUILIBRIO HN HL DAR Y Et OMAR 6 belleza, de pasin y de vida. fl tenia a sus espaldas va- ios matrimonios y unos euantos hijos,y se mostraba un poco solemne y taciturno. ¥ ella lo miraba con un can- dor y un amor muy hermosos. Entonces le dije a él —Mirala, por favos, y dile: «Gracias por darme tu juventud>. Y &l respondié: No quiero. Ojala este hombre hubiera podido tomar con grati- tud y alegria lo mucho que ella fe daba —su juventud, su belleza, su vitalidad, su amor—, pero en el fondo es probable que sintiera que era un regalo dela vida dema~ siado especial y que le costara asumitlo. Es cierto que él también le daba mucho a ella: experiencia, seguridad, estatus econémico... Pero en el fondo seguramente se sentia en deuda con ella y aquello lo irritaba. Si este hhombre hubiera podido agradecer y tomar eon alegria, habria compensado el desequilibrio reconociendo que su mujer le estaba dando algo muy especial. El hombre ‘no quiso hacerlo: no pudo tomar aquel regalo de la vida. Hay casos en que un homabre o una mujer con hijos vuelve a casarse 0 emparejarse, Ahi el miembro de la pa reja que no tiene hijos da mas, ya que toma al otro con sus hijos de parejas anteriores. No es que haya una in- compatibilidad por ello, en absoluto, pero es mejor que ambos tengan clara conciencia dl tema y que sepan ma- nejarlo, pues puede generar fricién, dudas y deudas, no sélo por el lugar de la nueva pareja respecto a esos hijos anteriores, sino también porla gratitud yel reconocimien- to que merece por fo que da y por el luger que asume. “También hay parejas en las que, como ya he explica- do, uno gana mucho dinero y el otro poco, de manera que uno de ellos puede dar mucho y el otro puede sen- tirse en deuda si no logea aportar algo valioso, Por eso 6 [EL BUEN AMOR BN LA PARKA es importante no tomar més de lo que, de una manera ‘otra, podemos devolver. Es maravilloso que dos adultos se encuentren, intercambien y luego sean libres para se ‘gui juntos o para separarse, pero quien se siente en deu- da no esta libre, y quien se siente con derechos sobre tro tampoco esta libre. Para quedamnos en un lugar y enuna relacién es mejor que sintamos la libertad de po- der ios, es decir, que sepamos que lo elegimos, que n0 estamos coartados. Y el desequilibrio entre el dar y el recibir puede generar juegos de poder que dan lugar a dependencias y sufrimiento en nuestras relaciones de in- timidad, y desenlaces en los que uno de los dos se va impetuosamente, Una vez trabajé con un hombre que no sabia si se- sir con su mujer 0 separarse. La historia es que la mi- jer habfa tenido un primer hijo de una relaci6n ocasio- nal con otro hombre. Mi cliente se hizo cargo de ese hijo y le dio sus apellidos, y luego tuvicron dos hijos mas en omiin, El quiso quitar importancia a la existencia de quel otro hombre, arrogindose lx paternidad a todos Ios efectos, de manera que el mensaje que recibié la mu- jer fue: «Yo me hago cargo como padre y lo hago pot tin. Asi la mujer sini6 que estaba recibiendo algo exce- sivo, mientras que el hombee sen‘a que dando aquello quedaba por encima de la mujer y tenfa control sobre ella, La relacién se fue estructurando cada vez més de esta manera: él tenia control sobre ella y ella cada vez se sentia unis en deuda. Y cuanto més en deuda se sen- tia, mds se alejaba. Y él decia, Ilene de frustracién y ren- cor: «Con lo miicho que he hecho por esta mujer y se aleja cada vez mas». Pues quiza fuera precisamente ésa Ja raz6n: que por haber dado tanto a la mujer, contraria- mente alo esperado, éta se alejara. Convendria tomar conciencia de que, pare algunas personas, resulta mas EL EQUILIDRIO EN EL DAR ¥ EL TOMAR 6 ‘comodo intentar manejar al oto con aparente generosi- dad en lugar de confiar y abrir al amor real. Asi que, si queremos amar bien y cuidar de aquellos que ama- mos, no debemos darles més de lo que puedan tomar y estén en condiciones de devolver manteniendo su digni- dad, ni debemos tomar de ellos mas de lo que podemos , como dijo Rilke: en el en- euentro de la pareja van muchos. ¥, como decia en el capitulo anterios, en cada hombre de hoy viven cientos de hombres anteriores, padres, abuelos, bisabuelos y tantos otros. Yen cada mujer, madres, abuelas, bisabue- las y tantas tras. Sucede que algunas madres y abuelas sulrieron el yugo explotador,desconsiderado y machista de sus maridos y no pudieronejercer la libertad de vivir su enoj y reorientarse o separarse, Sucede que algunos hhombees anteriores dominaron y explotaron a sus mu: jeres. Son ecos del pasado que atin nos impregnan. Y Sucede que hoy en dia, algunas majeresestin enfadadas fen nombre de sus anteriores y algmnos hombres se sien- ten culpables y asustados en nombre de sus anceriores. Algunas mujeres vegan a sus abeelas enfadéndose con HOMBRES Y MUJERES AMAN POR I ” sus parejas actuales y algunos hombres expian las cul pas de sus anteriores debilitandose y empequeiieciéndo- se, escondiendo su hombria o incluso feminizéndose, hasta estallar con sus parejas actuals. ¥ la guerra entre sexos y sus luchas de poder se perpetian. Con el resul- tado de violencia, fatalidad y desdicha que todos cono- ‘cemos, desgraciadamente. En cierta ocasin trabajé en wn taller con una mujer de treinta y cuatro aios que presentaba dificultades para tener una pareja estable. Hacia més de ocho afios, que no tenfa ninguna, y en ese tiempo se habla quedado embarazada cuatro veces de hombres distintos, abortan- do en todas las ocasiones. Pero el asunto relevante, al trabajar en su constelacin, se maniess6 cuando salié a la luz el caso de su abuela, que tuvo que lidiar con que 1 marido tuviera otra mujer y ota familia, y no pudo vivir su enojo, su libertad y su anhelo de separarse, sino ue se vio obligada a someterse por requerimientos eco- némicos. La rabia que no habia podido vivir la abuela parecia que habia ido a parar a la nieta o habia sido to- mada fntegramente por ella. Y éta, aun deseando el amor y la establidad en la pareja, despreciaba a los hombres y se vengaba de ellos de muchas maneras, entre otras abortando sin que ellos supieran nada, El mensaje ue esta mujer recibi6 de su abuela cuando era nia fue: EI mejor hombre, ahorcado», Para ella, la solucion & este conflicto consists en generar respeto hacia el desi- no de su abuela, pero también de su abuelo, y de lo que les tocé vivir a ambos, sin entrometers, ni sacrifcarse tl vengarse de los hombres en nombre de su antepasada. ‘Aunque parezca extraiio, en los sistemas familiares hay sentimientos que siguen flotando en su atmésfera porque no pudieron ser encauzados y resueltos en su ‘momento por las personas a las que correspond hacer lo, y siguen operando como asuntos pendientes enquis- tados, En ocasiones, algunas personas posteriores adop- tan y activan sentimientos de personas anteriores, sin conciencia clata de ello y de una forma ciega e impera- tiva. Como si fueran posefdos por estos sentimientos, {que son inconscientes, intensos y no suelen adecuarse a ninguna realidad actual que los justifique, con lo cual sufren por ellos y necesitan liberarlos. Lo que ayuda, por tanto, es que el pasado pueda que- dar como pasado, dignifcado con muestra buena mirada y-con nuestro pleno respeto hacia aquello que fue vivi- do y hacia los que lo vivieron. Y mirar el presente con alegria y gratitud. Nada hay més irresistible para un hombre que el genuino respeto y la sincera sontisa de tuna mujer, y nada més irresistible para una mujer que sex respetada como mujer y amada tal como es, inclu- yendo su misterio. De hecho, el regalo més bello que al- Buien nos puede hacer consiste en amarnos como somos, y el mejor regalo que podemos dara alguien consiste en amarlo tal como es. Si somos capaces de hacerlo, estare- ‘mos més cerca de lograr un poco mas de felicidad. 13 UNA PAREJA, DOS SISTEMAS Como se va poniendo de manifiesto, cuando se une una pareja no s6lo se juntan dos personas sino que se unen dos sistemas. Cuando dos se casan son muchos, en rea- lidad, los que se casan. Como dijo Miguel Hernandez: «Seguiremos besindonos en el hijo profundo. Bessindo- nos tily yo, se besan nuestros muertos. Se besaa los pri- rmeros pobladores del mando». ‘Todos crecemos en un escenario familiar con reglas ¥ modos afectivos propios, nos desarrollamos en el seno de una saga con sus historias, mitos, narrativas, alegrias y tristezas. Como nifios, nos insertamos,inocentes, en la familia a la que pertenecemos y ahi, sin darnos cuenta, realizamos los aprendizajes principales sobre los vincu- los as relaciones. Nucstra exposicién a los goces y las sombras de las personas y de las parejas anteriores, a sus logros y a su dolor, a sus modelos de vida, asf como la forma como intentamos manejar y evitar las incle- mencias y el dolor que experimentamos en nuestra ctianza con ellos, van conformando un estilo afective que nos guiard en nuestras eleccionesy relaciones afec- tivas adultas. Certamente,el dolor y las heridas forman parte inevi~ table de cualquier vinculo y de cualquier relaciOn de inti- midad, y ante nuestra insolvencia para soportarlo sin més nos comportamos como marionetas gobernadas por el dolor y tratamos de protegernos tomando una posicién. Nos apartamos del amor espontineo y edifca- ‘mos un punto de vista, una estrategia defensiva para que nos vaya mejor: «Sélo en lo perfecto, oen lo placentero, oo intenso, o lo justo, o lo combativo, o lo sacrificado, ceteétera, reconozco el amor». Una fareja es una segunda ‘9, mejoz, una nueva oportunidad para aprender a amar, ‘para atriesgarse de nuevo a confiaren el amos, para va- ciacse de prejuicios defensivos. Cuando dos se encuen- tran, a veces sus estlos afectivos se complementan y la pareja avanza. Otras veces sucede lo contrario: los esti- los colisionan con tanta vehemencia que no es posible tun minimo de bienestar y cada uno tiene que tomar su propio camino. ‘Como sefiala Boris Cyrulnik en su teoria sobre la re- siliencia, cada nueva pareja es una oportunidad para re- hacer un vinculo seguro e integro, un vineulo satisfacto- rio. Después de una separacién, por ejemplo, el trabajo consiste en hacer una inmersi6n en el estilo afectivo que no resuleé funcional y disponerse a realizar cambios: en las expectativas, anhelos, temores, ewencias sobre el amor, modos de dar o de recibir, costumbres, etoétera. Hay que asumir también rupturas emociomales y derrotas, ren- dirse amorosamence y observar qué fall6, qué pieza del sistema se encall6, qué modelos y Ialtades conviene de- safiar, Puede que él no consiguiera dejar de ser el hijo de sus padres para ser el marido de su mujer; 0 que ella si- juiera tan ocupada con el destino de un hermano enfer- ‘mo que no diera prioridad a su marido y @ su aueya fa- milia, Son s6lo dos ejemplos para ilustrar que, cuando dos personas forman una pareja y se unen, en realidad se unen dos familias con su historia particular, cimenta- dda en hechos y vicisitudes particulares, y que cada uno LUNA panaya, DOS SIsTEMAS 83 conserva unas lealtades més o menos camulladas a sus orfgene Nadie esté solo, Si observamos con atencién a una persona, veremos a muchas otras: a sus hermanos hijos, padres, abuelos, parejas... ¥ también veremos, proba blemente, muchos hechos significativos de esa inmensa ted de sintonfas y resonancias de la que forma parte y que impactan einfluyen en ella inevitablemente y sn ha- berlo decidido. Un nifio al nacer no es una tabula rasa, como decia Arstoteles: nace con mucha historia y viene a caer einsertarse en el campo de vida de su familia, y es capaz de percibie y sentir en él, sin ninguna conciencia de ello, toda la red de energias que estén a su alrededor en esa atmésfera, en ese espacio que podriamos llamas el «alma familiar» © la «mente sistémica» o el «campo de resonancias afectivas», Y de esa alma, de esa red, toma influencias y vivencias, tanto aspectos positivos que le dan fuerza y lo impulsan a prosperar, como aspectos ne- gativos,vivencias que no fueron resuelta en su dia y que lo debiltan o lo menoscaban. Por eso digo que, cuando ddos se unen, se unen muchos mis: todos los miembros de los sistemas de ambos, a modo de una gran asamblea El logro més profundo se da cuando cada miembro de la pareja puede aceptarse asf mismo, con toda su his- toriay su sistema de procedencia, y también al ot70,con todo su sistema, asintiendo al todo de ambos con respe- to. ¥ cuando digo todo, incluyo lo dotoroso, lo cruel, lo tui, lo diffi, lo miserable, lo secreto, Io desajustado, todo aquello que dolié, 0 que daf6, porque todo ello, forma parte y es nutriente necesario para haber llegado donde estamos y para haber llevado a nuestro lado a nuestra parcia Hay demasiadas personas que compiten con su pare- ja para demostrar que su familia, o su historia, fue peor & [BL BUEN AMOR EN TA PARI co mejor que la del otro, lo que sin dvda provoca conflic tos, porque suele acentuar la lealtad al propio sistema. ‘Son demasiadas también las personas que compiten ‘con los padtes de su pareja,a los que ven como oposito- res, por el amor y la influencia en relacién con su pareja. Sin embargo, cuando una esposa compite con su suegra por el esposo, éste se debilita entre dos fuerzas y dif ‘mente resulta de todo ello un hombre entero y verdade- +0, que le mujer pueda tener como igual. Le corresponde al hijo crecer, logear independencia y tomar su pleno lugar al lado de su esposa. Si no lo hace, no hay nada aque hacer. O, al revés, cuando un marido lucha contra su suegto por la prevalencia en la 2ija,diffcilmente re- sulta de todo ello una mujer entera, a la que se pueda respetat. Una idea por lo general recomendable es acep- tar el lugar del que viene nuestra pareja, incluyendo sus problemas y ataduras, respetarlo y gestionarlo de mane~ ta inteligente y constructiva, al me2os mientras nos re- sulte posible, De este modo, la tendremos més plena- mente, ya que pretender con insstencia que cambie puede intensificar sus resistencias al cambio. Sobre el vinculo con los padres, y sobre la vivencia specifica con ellos, algunas personas dicen: «Como me dai, no tomo nada», y asi permanecen huérfanas y desarraigadas. Otras dicen: «También con aquello que sme da estoy de acuerdo», y lo toman todo. Fl que dice sia su linaje y a st historia y es capaz de elaboray, inte ‘grary traducir sus tormentos al lenguaje de la vida, sue- le panae fuerza, y esté en mejores condiciones de tomar su lugar al lado de su pareja. Para cllo se necesitan a ‘menudo procesos emocionales profundos y cambios de Hay sagas familiares sobre las que plantean creencias ‘que arrastran a todos sus miembres, como por ejemplo: LUNA PAREJA, DOS SISTEMAS 8s «ninguna mujer ser nunca feliz.con un hombre» o «no se puede confiar», etcérera, Es bueno preguntarse sobre ellas, ver si actian como frenos y en qué sentido, desa- fiarlas si es preciso. Es bueno plantearse las ataduras del ‘mal amor, o del amor ciego a nuestros origencs, que nos difcultan el trénsito a la madurez y a la posibilidad de tomar el lugar que queremos al lado de un compafiero 0 compaiers. ‘A veces, como hijos, asumimos problemas, guiones de vida complicados o enfermedades, con la idea mégica, fantasiosa, de que asi ayudamos a nuestros padres 0 8 otros anteriores de nuesto sistema familia. Para un hijo, lo mis dificil de soportares que los padres no estén bien, o suftan, 0 carguen con culpas, penas 0 duclos, o no de seen vivir o no estén bien sujetos ala vida, En general, en lugar de respetar estos hechos, se implican en ellos y los imian, Por lealtad y amor profundo a ellos dicen, por ejemplo: «ya que ti no pudiste se feliz al lado de tu ma- rido, yo tampoco lo seré», 0 «prometo serviros a Voso= tros antes que erecer», 0 «prefero morie yo antes que tn, 0 «te sigo en tu aleoholismon, etoéeera. Este es el tipo de cosas que abordamos en el trabajo de las Cons- telaciones Familias, y lo hacemos porque a veces, para poder orientarnos plenamente hacia nuestra relacién de pareja, es preciso resolver unos cuantos asuntos. Recientemente, en un taller de Constelaciones Fami- liares, trabajé con una mujer que tenia problemas con su pareja. Configuramos a su familia, y ella se mostraba cabizbaja. En su familia de origen habia muerto la pric mera mujer de su padre, asf como algunos hijos tanto de la primera relacién de’su padre como de la segunda. Esta mujer sentia un’profundo amor inconsciente hacia los que murieron, gracias a los cuales (especialmente a la primera esposa de su padre, y a su muerte) ella pudo 86 EL BUEN AMOR EN LA FAREJA nacer y tenet la vida, Ese amor inconsciente la hacia sen tirse atada a los que murieron y en deuda con ellos, y le impedia ver con amor a otra persona. Cuando pudo re- conocer que el destino de los que desaparecieron fue el correcto, que no hay una vida mejor que otra ni una vida larga es necesariamente mejor que una corta, s¢ Tou bendecida por los eins voli hacia a vida y se sintié preparada para la posibilidad de sentrse feliz al lado de un hombre. ‘Todos los miembros de un sistema deben ser integra~ ddos para que ese sistema se equilibre, ya que el alma familiar anhela la completud y la dignidad para todos sus miembros, fuera el que fuese su comportamiento o su destino, Y cada persona debe estar en el lugar que le co- rresponde, Por es0, tenemos que mirar de frente las ata-

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