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Kant.
La virtud vale por sí misma, depende de la voluntad. Y el ojo no te engaña: es la mente la que crea expectativas...
Hume.
No hay causalidad: hay hechos, nosotros los asociamos. "Soy escéptico..., pero no tanto", matiza: cayó en una zanja, para salir pidió ayuda a una señora que pasaba... "¡Retráctese, ateo!", dijo ella. Y Hume se retractó.
Berkeley.
No hay realidad, se trata de una convención. Lo que de verdad hay son sensaciones... "Las distancias... son colores", apuntó.
Spinoza.
S
Kant.
La virtud vale por sí misma, depende de la voluntad. Y el ojo no te engaña: es la mente la que crea expectativas...
Hume.
No hay causalidad: hay hechos, nosotros los asociamos. "Soy escéptico..., pero no tanto", matiza: cayó en una zanja, para salir pidió ayuda a una señora que pasaba... "¡Retráctese, ateo!", dijo ella. Y Hume se retractó.
Berkeley.
No hay realidad, se trata de una convención. Lo que de verdad hay son sensaciones... "Las distancias... son colores", apuntó.
Spinoza.
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Kant.
La virtud vale por sí misma, depende de la voluntad. Y el ojo no te engaña: es la mente la que crea expectativas...
Hume.
No hay causalidad: hay hechos, nosotros los asociamos. "Soy escéptico..., pero no tanto", matiza: cayó en una zanja, para salir pidió ayuda a una señora que pasaba... "¡Retráctese, ateo!", dijo ella. Y Hume se retractó.
Berkeley.
No hay realidad, se trata de una convención. Lo que de verdad hay son sensaciones... "Las distancias... son colores", apuntó.
Spinoza.
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