CON FIRMA
£ puremente descrigtva, recreéndose en su cardcter
‘Arquitectura oblicua
y trazas de montea
Juan Caramuel de Lobkowitz, madrilefio, monje cisterciense, abad de Melrose y
Disemberg, de los benedictinos de Viena y de Nuestra Sefiora de Emaus de Montserrat
en Praga, obispo de Misia, Campagna y Vigevano, arzobispo electo de Otranto, enseiié
Teologia en Alcalé y Lovaina, disputé con Gassendi acerca de los satélites de Jipiter,
defendié Praga de los suecos en la guerra de los Treinta Afios y fortificé Lovaina contra
los holandeses y los franceses en las guerras de Flandes, teoriz6 por primera vez el
sistema binavio de numeracién, anticipé:la légica borrasa, sostuvo los derechos de la
‘monarquia espafola al Reino de Portugal, trabajé en el problema de las longitudes
sgeodésicas en polémica con Mersenne, fue de los primeros en sefialar la heterodoxia
de algunas proposiciones del Agustinus de Jansenio y en consecuencia tuvo el honor de
ser atacado por Pascal en Les provinciales, refit la teoria cartesiana de las
turbulencias, reformé la plaza bramantesca de Vigevand, escribié mas de cincuenta
obras sobre teologia, criptografia, derecho politico, astronomia, légica, matematicas,
combinatoria y diversas ciencias naturales, y atin le quedé tiempo para publicar en sus
prensas episcopales de Vigevano una Arquitectura Civil Recta y Oblicua considerada y
dibujada en el templo de Jerusalén que debié tener apreciable difusién en la Italia de
finales del siglo XVII, a juzgar por los insultos de Guarino Guarini en su Architettura
Civile
José Calvo Lopez
Universidad Politécnica de Cartagena
a Arqutectura Recta ha despertado de ls teolas de Caramuel, como las portadas inle-
en los thimas aos un cierto interés rales dela colegiata setabense.
en nuestro pais, centrado porlogene- En al presente trabajo pretendemos demostrar
ral en su extensiGn del catélogo de que lejos de tratarse de una construccién mental
los Grdenes clasicos con los génet0s caprchosa, al modo de las follies que inundarian los
Jerosolimiteno, ico, poten, mosaico, aléntico ¥ — jerdines de Europa de forme repentine cincuent
feroinn, sands ue se copay de anos ms tad y au cesain de un modo ish
: on general de forma mente tepentino, la Arquitectura oblioua de
Caramel arranca de una soe de traticiones arqu
tecténicas y consiuctvas espaoles y francesas con
insdiito 0 Se centran en las realzaciones concretas
La Arquitectura Recta ha despertado
COM KNOL eto Mel OM MeoUg OMI Cel MM re MTP =t a0) 201)doscientos afios de antigiedad al menos, entre las
(que juega un pape! nuctear el arte de la montea 0 de
la cantera, el antecedente renacentista de lo que
después se denomind estereotomia, y que lejos de
Fogirse por el caprcho, obedece a leyes geomdtricas
mas rigurosas que las que gobleman las ablicuida
{es y transtormaciones de i arquitactura de nuestro
tiempo.
ARCOS OBLICUOS
Uno de los capituins del saxto tratado de la
Arquitectura caramuliana se refiere @ arcos obi
‘cuas, El texto expone tres de ellos 1]; compardndo-
los con textos fundamentales de la canteria rena-
ciente y barroca, como los de Philbert De L'Ormo,
‘Alonso de Vandelvira, Ginés Martinez de Aranda y
Frango's Derand, se comprende que Caramuel se
catd relrondo a tres tipos bésicos del arte de la
‘montea, fos conocides como «Arco abocinadaw 0
‘Ganonniete», «Arco vial contra viaje por cara» 0
«Biais passé» y Arco viajo contra cuadrado por
lado», En los tres casos se trata de abrir arcos en un
muro de paramentos planos,voricales y paraleos,
con jambas oblouas. En el wArco abocinado» as dos
jambas son oblicuas a los parementos, pero simelr-
cas al eje del hueco; en el wArco viaje contra viaje
or cara las dos jambas son objiuas al muro pera
paralelas entre si; mientras que en el «Aco viaje
Ccotra cuadrado por lado» una jamia es perpenclcu-
lara los paramentos pero la ora es oblcua a tos y
a le primera jamba,
Aunque Caramuel stlo decique un capitulo ala
materia, parece claro que juega un papel seminal en
la Arquitectura oblicua; el autor nos confesa que
Empece a escribir y delinear estas Ideas [sobre
‘Arquitectura Obiicua) alla en Espafa, slendo mozo,
ao de 1624 con ocasion de una hermosa capita,
que en nuestro Monasterio se erigia: y ahora me
hallo aro viejo, y siempre las voy perfcionando
En la iglesia monastica no hay belaustres Incinados
no columnas alipticas, peta el Monesterio de La
Espina 8s uno de los ediicos espafioles de ods las
épocas més ricos en piezas singulares a8 cant
La capile mayor luce wna espléndde Gomposiccn
triple, formada por un Arco abocitato» co nia en
lz clave, coma el de la Arquitecture daremveliana,
flanqueado por dos «Arcos viaje contra cuadtado por
lado»; el cruoero se cubre con una boveda sobre
trompas de realizacion bien cuidada; a la capila de
La Santa Espina se llega a través de una pareja de
‘atcos viaje contra viajen; en otra de las capillas
latercles aparece una verdadera pieza de bravura,
lun #Argo avanzado en béveda viale por cara», esto
8, abjerto en una béveda y adamas esviado; la
puerta principal de la cerca exterior del monasterio
[LAMINA tl
‘3 resuelve con una «puerta», esto 8s, una combi ? Arcos obficuos, aan
Caramuel y Lobkovie.
rnacién de dintel y capialzado,
tetura cl recta
‘Se puede comprobar en qué medida Caramue! ! aca, ome M, pare
Pensaba en La Espina cuando hablaba de arcos obll-
cuos observando detenidamente la lina tercera de
la cuarta parte del volumen de estampas que acam-
aia Su obra, grabeda para exooner las stuacionos
aque pueden dar lugar a la eparicin de arcos obi:
cuos. Aunque la planta general, vagamente clasica,
‘8s muy diferente de la deta iglesia mondstica, et sin-
‘ular esquema tiple de la cabecera de La Espina,
‘con un area abocinado flanqueado por dos «viaje por
lado», se repite tMeralmente en la mina; en ros
puntos aparecen arcos «viaje contra viaje», como
también sucede en el monastero
‘Ao largo de los siglos XVI y XVII los tretacistas
de carteria espafoles y franceses se habian esfr
zado en encontrar métodas de labra precisos y eco:
‘nmicos de las dovelas de estos arcos, que se podi-
an agrupara grandes rasgos en dos esiralegias goo-
métricas. La labra «por robos, basada en proyeo:<
=
=
‘Arco abocinado,
Ginés Martinez de
‘Aranda, Cerramientas y
‘wores de monteo, pl.
3
2
£ complejos, pero obligabs a partir de
ciones ortogonales, no exigia trazados
tn sido capaz que en algunas piezas
podia superar en. volumen varias
veces @ la dave final, dando lugar
Ln derroche de trabajo y material. Por
ol contrario, of método directo, «por
balvelso «por plantas al justo», base
do en el empleo de piantilas constr
des mediante abatimientos, requeria
tun trazado geométrico laborioso @
veces pero reducia al minimo e! des:
pilfarro de piesa y labor; en cambio,
no era de aplicacién téci en supert-
ies regladas alabeadas,
El «Arco abocinado» brill por su
ausencia en los tratados de De
LOrme y Vandelvire. quizé por su sen-
cilez, pero toda una escuela espana
formada nor Cristobal de Rojas, Ginés
Martinez de Aranda y el autor del
rmanuscrita que llamamos de Alonso
de Guatdia habia encontrado poco a
poco una solucion (2) basa en la
obtencién de una plantila de Yecho y
una plantila de intradés, que permitian labrar las
dovelas del aco sin desperticio de trabejo ni mate-
ria; dado que el arco es una figura de'revolucion,
basta con emplear una sola plantila de lecho y una
sola plantila de ined,
Los olras dos arcos planteaban problemas mas
protundos. E! wArco viaje contra viaje», e de jambas
blcuas 8 los paramentos pero paralelas entre si
podia resolverse por medio de juntas de intradés
horizontals y paralelas alas jambas. En ese caso,
resultabarelativamente fala obtencin dela plan-
‘Arco viaje contra viaje por lado por robos y por
plantas, Gines Martinez de Aranda. Cerramintas y
frazas de mateo, pl. 15
3
Bais passé. Mathurin Jousse, Le secret d'orchtecture
decourrant félement fs traits géométiques.
récessaires dar les bostinens.
4
SECRET DARCHITECTFRE
Biaiz Paflt.
Sime Fig.
tilas, poo losplanos de lecho no eran perpendicula-
res a la drectia del arco en las cercanias de Ia
clave, lo que de lugar @ un «empuje al vaciow que
(queda sin compensar y del que era bien consclente
Ginés Martinez de Arana, La solucién a este pro-
blema pasaba por disponer los panos de lecho camo
un haz que tiene como recta comin una perpendicu-
lar los paramentos del arco y al plano de la deo:
tia, Ginés Martinez de Aranda os el primero que
Piantea ol problema por separado de otras strazes»
¥ ofrece on! mismo dibujo dos soluciones, una «pOr
robos» con una construccién que le permite obtenerViaje contra cuadrado, Criscabal Rojas. Teéica y
pracica de forfcacén, £98 ¥
ff angulo que forma la junta de intradds con la de
testa 0 esallarregian; y otra por plantillas, de elecu-
Cin dificil porque el intradés es una superficie regla-
a elabeada. [3] Los maestros franceses del siglo
XVI), como Jousse 0 Darand solo resuelven el pro:
blema por robos» con una técnica muy depurada
que les permite obtener la «saltarregla» con un
estuerzo de trazado minim. [4]
El «Arco viaje contra cvadrado por lado» presen
ta iffoutades similares, pero aqui el «empuje al
vaciow es menos acusado y Alonso de Vandelvira
obtiene un intradés cénico repartiendo en partes
EN
‘
NIN FT|
<
‘Arco en cuadrade y visi. Alonso de
Vandelvira. Lira de razes y cortes de
pleas, £26 ¥
Orden oblicuo. Jan Caramuel y
Loblowir,Argutectura ei recta y
‘Bleue, coma tl, parte I, lam OK
7
WINTE LA
Deyruditn et Obiguiras
Avohins hu vt dey Arcam HELA,
OLVANARVMCON FIRMA
Caracol de
emperadores, Alonso
Vandeven. Libro de
trazos y coves de
led, 1.55
8
igueles los arcas de las dos testas, lo que permite
labrar las dovelas «por plantas» sin ninguna dificul-
tad [5]; sin embargo, la solucibn no encontié mucho
00, y Cristébal de Rojas resuele el problema «por
robos» con ayuda de una wsaltaregla», exactem
te igial que en el arco anterior. [6]
Cramuel haoe tabla rasa de estos métodos arte-
sans y pretend hallat una solucién general ysis-
temética al problema de os arcos asvlados. En rea-
lidad, lo que hace es apicar a los tres casos la solu-
‘ign ya conecida pare labrar el «Vie contra viaje
or cara», pero prescinde de la wsaltrregia» tradi-
cional. La solucién pone al dascublero el desconaci
mmiento de Caramuel, monje y na canta, de los pro-
‘cedimientos de labra, y por tanto, no ya de las solu-
Clones, sino incluso de los problemas que plantea ol
‘arte de la monte.
Ferinciar a fs plantas de intact on el «roo
abocinado», de intrados cénica y por tanto desarra-
lable, no ofrece otro resuitado que el desperdiio de
la cura de material que hay que «robar por debsjo
de la superficie de intradés; no parece que el objet-
vo de Caramel sea evitar el gasto y al trabajo que
‘casiona la realizacién de plantilas de madera, por
‘que precisamente en este arco se puede labrar con
una sola plantila de intradés y una sola plantila de
lecho, dado su cardcter de superticie de ravolucin
Por ota pate, la solucién que aporta para of Arco
vile contra viaje por carae y e} «Arco vie contra
cuatrado por lado» es basicamente la misma de De
Orme, Vandelvira y Aranda; eliminar el trazado de
la ssaltarregian, 01 Angulo que forman la junta de
Intradis y la de testa, slo puede ocasionar una pet-
dida de precisiin; tampoco se puede pensar aqui
que se ahorra estuerzo, pues al trazada de la wsaltar
rtegla» es muy sencilla el instumento que la trans
porta desde ol trazado a la pieza a la labrar era reu-
tiizable y de uso muy comdn entre los canters.
Por tanto, a pesar de su escase utldad practca,
capitulo que Caramual dedica a fs arcos obiicvos
tiene interés por varias razones: incluye el wate de
la monieg» entre los temas de fa Arquitectura ob
cua, nos indica que desempefia un papel generador
en la construccion de éstay también defa bien claro
(que fue en su elapa de juventud en e! Monasterio de
La Espina donde empezé a conocer el arte de los
canteros y a interesarse por la arquitetura oblicwa,
En los apartados que siquen veremos cémo la rea-
cin entre al arte de la montaa y la arquitactura obl-
cua también 86 manifesta de manera indirect, pero
inequivoca, en otros temas.
ORDENES RAMPANTES
Nada més comenzar el sextotratado, Caramuel
critica duramente sla escelera principal del
Vaticano», es deci, ta Scala Regia berninizna, por
precisar dados sobre los capteles de las columnas
‘que (a flanquean para adaptarse al entablamento
cblicuo que las corona; més adelante propondeé
coma solucin raza todo el orden, includes basas y
capiteles, sin emplearlineas horizontales, sino Uni-
‘camente lineas con la inclinaciin de la escalera, [7]
‘Aunque la propuesta pueda parecarnos sorpren-
dente, no era en absoluto nueva. Un siglo antes,
Philibert De L’Orme habia diigido un ataque idéntico
a otra escalera vaticana, la construida por Bramante
en el palacio del Belvedere:
He vista un escalera parecia |] on o ugar
llamado Belvedere junto al palacic del Papa en
oma ..J ura escalera redonda baslane grande
‘on hueeo en el cento, por el que ecie la uz.
8 ua obra bella y bien fecha, Paro si ol
Arquitscfo quo la diig6 nubiera conocido los tae
zados de Georetia [la hubiere hecho a
penie en todas sus parte, incluso las bases y
Capilees, que los ha hecho todos cuadrados,
como si fueran para un pio que fuera derecho
12 vol porancima do los capitals y por debajo
(eas basas |. ha puesto cuties de siedra pars
‘ganar la alura de [a ramp. Eslo nvesta que el
obrera que la ha hecho no sabia to. que ol
‘Arquitectotene que saber. Porque en lugar de
hacer la bavada de acl, Ia haria hecho de pie
a labrada,y de una columna a ota ars ram-
panies [..] Asi hubiers damostrado conocer bien
0 arte de Arqutectura, Es un buen tema para
hacer una béveda,[.] compafada de compart
manios y molduras todss rampantes y hubira
sido cosa sin par
De L'Orme no incluye dibujos de su propuesta en
«1 Premiar Tome, pero a solucién aparece en el Libroa NAME
KDI Z
rieanvac con
i ic Serta
"sah aon Cen
isi
de trazas de cortes de piedras de Alonso de
Vandolvire, en el «Caracol de Emperadorese, que
consta de dos escaleras helcoideles, una dentro da
cra. Como propone De Orme, las basas y cagite-
les se trazan sigulendo lineas inclinadas, en este
caso las hélioes de la escalera [8]; sobre los capite-
les apoyan, no el entablamento helicoidal ce
Bramante, sino arcos por tranguil y la béveda que
cubre la escalera exterior no es de lado, sino de
Piedra labrada, y no de cualquier traza, sino resuelta
precisamente con el mas dificil de los ecortes de la
p00, la cima del saber cantar; la mitca «Vis de
Saint-Giles» 0 «Via de San Gils,
Merece la pena observar en el dibujo de
Vandre que las ties decisiones son independlen-
tes; e8 decir, que se podrian haber trazado las basas
Y capiteles obicuos sin cerar la boveda en piedra, 0
apoyar la »Via de San Gils sobre un entablamonto y
ste sobre los capiteles, sin madiacién de los arcos,
Si De LOrme relaciona las basas y capitles. obl-
Couns os arco, y la bévada pétrea, no es porque sin-
técticamente sea neoesario, sino porque para trazar
Y ejecutar unos y oras es necesaro a los ojos de Oe
LOrme un conosimiento espectico, el de los strats
de Geometries, es decir, el conaciiento tradicional
e los canteros tardomedievales, el wart du trait,
potenciado en el siglo XVI por la geometria de
Euclides, que por primera vez so iraduce on esa
69008 a la lengua vulgar y se expone de una mane-
18 asequible
fl
a
jj
Sy
LL mes
LU
Pero a su vez la propuesta de De Orme sélo
era nueva en parte; su aportacién consiste en exten:
dora drdenes completos lo que ye se hacia con los
balausties ce las escaleras, al menos desde la
Spoca de la célabre escalora del castila de Blois,
hacia 1515-1818. La idea llega a Espana muy pron:
to; s los balaustres de la escalera del castillo de La
CCapiceles semiractos.
jusn Caramual y
obkovite, Argutectura
5 chil eciay obfeua,
§ tomo il parve 1 kim
E xD
9
Balaustres de
$ escalera del
‘Obradotro de la
catedral de Sanciago
de Compostela. Ginés
Marsinen de Aranda
1608-1608, Dibujo del
10CON FIRMA
VIRGO] MARIA Pal LIPE
ct Pets poet
Sen oe?
Retulo de letras
‘concurrent. Jean
Caramuel y Lobkovit
‘Argitecur ci recta y
tbleva, tor Il parce
ten
Clahorra, impartados de Génova en 1510, se trazan
{on horizontales, los de la escalera capitular de la
catedral de Leén, ontre 1810 y 1523, la del Colegio
Mayor del Arzobispo Fonseca en Selamanca hacia
1830, la de! Hospital de Santa Cruz de Toledo, de
‘Alonso de Covarrublas, hacia 1885, 0 la de Soto en
‘San Esteban de la misma ciudad, hacia 1553 - 1557,
ele otras muchas, se resualven con lineas inca
das. Especial iniorés tone la escalera que baja do!
Pértioa de la Gloria compostelano a la Plaza del
Obradoiro, construida 0 al menos reformada casi
‘compiatamenta por Ginés Martinez de Aranda en
1806, pues incluye unas pilastras singulares, mitad
rectas, mitad oblicuas, [10] que reaparecen como
capiteles en el tratado de Caramel. [9]
Ineluso podriamos remontarnos mas atrés, pues
sta forma de trazar balaustres corresponde a una
transiormacion alin; es decir, los puntos originales y
sus transformados estan unios por rectas paralelas,
mientras que las rectas originales y sus transtorma-
as se cortan en un eje de atinidad, que puede
cortesponder alee de la columna, Desde este punto
de vista, tal transformacién se puede relacionar con
los nervios revrados 0 con sbuleaw de le traicién
otica espafiola 0 las claves esviadas del clausto
de la catedral de Ledn o del atrio dela catedral de
Oviedo,
De esta manera, lo que hace Ceramuel es teor-
zar, sistematizar y dibujar con excuisita precisin lo
que s9 construa y dibujaba on Francia y en Espafia
desde hacia ciento cincuenta aos al menos. Los
balausies de las léminas primera, sexta y décimo
dquinta de le cuarta parte del volurmen de grabados
(ue acomparia su obra son derivados de os de Blois
y Santa Cruz, Jos arcos de la decimosexta y Ia vigé
simma y los capitales de la novena, d&cima, duodéci
‘ma, dcimocuarta, décimoquinta y d&cimo octava de
Jos de De L'Orme y Vandetvira, las plastras ycapite-
les hibridos de la primera y décimonavena recuerdn
«Jos del Obradair e incluso algunas figuras como el
Lo que hace Caramuel es teorizar, sistematizar y dibujar con} Transformaciones
sgeomearicas en
fmolduras. Ginés
Martinez de Arana
Cerramientos y wrazas
cde montea, pl 222
12
Balastesobicuos,
Amédte-Fanccs
Fraser ia ar eto
rate de acne
jes pres odes bs
ou tat de
irda. |
tim 13. 148
rétulo radial del segundo grabado de la segunda
pert [1] y la balaustrada curva de a vigésimo qui:
‘ade la cuarta parte, propuesta como alterativa a la
‘escalora berriniana que baja a la Confesitn de San
Pedho, pocrian relacionarse con una construecion
expuesia por Martinez de Aranda en los
Cerramientos y trazas de monte [12]
‘Aunque estas cuestiones no pueden encuadrar-
se dent de lo que hoy conocemos por estereoto-
mia, han estado siempre lgadas a los trtados de
anlati-en foie da Tacaiale ‘Abraham Bosse, 8 US Parties, que en realidad es una recoplacién
4e temas muy diversos sin mas objeto aparente que
Aue ates hla publicago Lett a prewves de M. soner a digposiclin da los canes los halazgos d6
Desargues por la coupe des pieres, incluye fos: Columnas on un
balaustes oblewns on el Trait des Mantres de; siide crcua un
Gesinner las Ordres de l'Architecture antique en tous: Arguitectura ch recta y
‘bfev, come Il parte
i ty 37
14
exquisista precision lo que ya se hacia 150 ahos antesro
apart Feri
radars ate,
Gelurnas en un ug,
‘Spica, han Caratuel
1 lobiome,Aqutectire
rey ob,
tomo pare iy
15
Desatgues acerca del at du trait; més adelante la
seguirin recogiendo obras dedicadas a la tala de la
piedra como el manuscrto de Juan de Portor y
Casto, el tomo V del Compendio matrematico del
Padre Vicente Tasea, dedicado a la arqutectura civil,
la montea y la canteria, oe Tralté de stéréotomie de
Amedeé-Frangois Frézie, [13] La insistencia de los
tratados de canteria en este detalle no puede expli
2 argumentando que los canteros labraban esas
balaustes; también labraban los érdenes rectos y
apenas hay resto de ollos en VandeWta 0 Portor,
| Por el contrat, hay que entender que la azn ti
ma de la relacion entre ol aria
de la montea y el tema de los
balaustes y Grdenos oblicuos
os le que apunta De LOrme
una y ols requieren del arqui
tecto el dominio de los trazados
geométricos: no s6la el conoci-
rmiento teérco de la geometria,
sino también la sotura en el
cempleo de las instumentos de
trazado,
COLUMINAS ELITICAS
Mas original parece el tema
plenteado por Caramel en los
anticulos Vi, VU y Vill det sexta
tratado. Las columnas que cie-
tran un teatro de planta redonda
nny deben ser precisamnente cir
Culares, pues no se inscriben en
cuadrados con Jas de une
columnata reste, sino en trape-
ios mixtineos, que circunsor-
ban elipses. [14] Por otra pa
sila columnata circular consta
de varias files de colurmnas, las
secciones de las columnas de
cada fla serdn diferentes, pues
Jos lados racales, rectos, de los
trapecios mixtlineos, se van
saparando conforme se alejan
del conto y por tanto los ledos
‘curves son mayores en las fas
‘exteriores, Sila columinata no es
tculat, sno eliptica, Caramuel
Ptopone ademas jugar con la
dlimensidn de estos lados curvos
pera dar une impresién de regu:
laridad, razando un circulo con
centro en el contra de la ipsa,
marcando sobre este circulo
anchos iguales y proyectinda-
los sobre la elise; como resul-
tado, vistas desda el centro
‘ovas les columnas parecerén
iguales. (15)
Se ha sefialado que todo esto es un nuevo ate
ue, escasamente solapado, contra la plaza ber-
niana de San Pedro, Si al exponer el problema
CCaramuol habla de un teatro, cuando se refiero alos
ceticos de Roma madama no pierde ocasion de dr
ir sus dardos contra Bernini. Pero 2s dudoso que la
solucion de Caramuel sea preferible a la ejecutads,
‘Como 28 Sabido, la plaza no esté trazada como una
alipse, sino coma un Gval, y por tanto los brez0s
latorales son sendos arcos de circu; el observadorcolocado en el centro de estos arcos de ciculo per-
vibe las columns como iguales, y ademds cistruta
del conocido efecto por el cual fa priiera fila de
columnas oculta las otras tres. En Suma, fa solucion
de Garamuel, como ios magniicos. ampantojos
romanos de aquellos aos, slo produce la impresién
deseada desde un dnico punto de vista, mientras
que la de Beinini consigue este efecto desde das
puntos, sin construcciones artfciosas.
‘Aunque las columnas de seccién elipea de
Caramue! puedan parecer insbites, de nuevo encon-
tramos precedentes en la tradicién espatola dol siglo
anterior, Aparecen por lo mons an tres edicios
Aiferentas: el palacio Pimentel de Valladolid, anterior
al nacimiento de Felipe il en 1527; la Sacra Capilla
del Hospital de El Salvador de Ubeda, cuya sacristia
contrata Andrés de Vandolira en 1540; y la esquina
surotiental del palacio de los Guzmanes de Leén,
[16] inciada en 1568, con iniervencién de Rodrigo
Gil de Hontafin y Juan del libero Rada, aunque en
la segundo obra se vean reducidas a podestales y
cestilos bajo y sobre dos caridtides. En los tres
‘casos enconttamos una pareja de columnas 0 escul-
turas que flanquean una ventana de angulo,resuelta
siemore con latraza de montea que Aranda denomi-
nna Arco por esquina y rincéne, para Alonso de
Vandelvira una puerta, [17] aunque en Valladolid se
femplea una varlante poligonal que prefigura la cono-
ida volutajonica de Caramuel. Si sa examinan bien
los tres ejemplos, tanto el arco 0 puerta propiamente
dicho como las columns oliptcaso las cornsas wen
punta de flecha de Ubeda, al decir de Marias, que
también aparecen en Valladolid y Ledn, forman parte
de una misma composicién geométrica, que parte de
la contradicoria geomeria de este tipo de arco.
En efecto, el problema estereotdmico de la pieza
‘e puede resoher trezando las juntas de inrados
parelelas a las jambas, como asta hecho en nuestro
siglo en le llamada Casa de Colén de Valladolid.
Pero esta solucién es estucturalmente muy ineficaz,
puesto que si los dos muros en cuyo encuentro se
abre el arco forman angulo rect, sobre la clave acti
4an dos reaociones en los planos de los muros, que
10 Se compensan ni siuiera parcialmente, Para
logtar que los empujes se compensen, la solucién
adoptada en muchos casos es la de disponer las jun-
tas de intradés paralelas al plano bisector de los
Paramentos de los dos muros; esto obliga a hacer
Paralelas a dicho plano las jambas, pues de lo con
‘ratio aparecen complicaciones innecesarias en la
resoluciin del salmer. De esta manera, la geomettia,
de la pieza se apoya no s6lo en los dos muros que
s@ encuentran, sino en el plano bisector de ambos.
Las arstas de los trentes de las comisas son parale-
las al piano dal muro en que apoyan, mientras que
Vera goon
al plac de ts
Saumanes de Ln,
Dis cl Sor
16
Puerta en esquina
fincén. Alonso
Mandela bro de
tras y cores de
Diedon £20
\7CON FIRMA
Frisos y capiceles
oblicuos. Guarino
Guarini Arcitertre
Gl, trata I,
mina XV
18
sus remates se trazan petpendicularmente sl plano
bisactor de ambos muros; de ai las spuntas de fle
chan que sealaba Matias.
La misma geometria contradictoria genera las
‘columnas, padastales 0 cestilos de seccién eliptca,
‘que Se inscriten en rombas con ds lads paralelos
al muro al que se adosan y dos lados paralelos al
plano bisector de los dos muros. Por tanto, el princi+
pio generador de estas columnas es comparable al
que da lugar a las de Caramuel; tanto unas coma
otras surgen al inscribir una figura en una envolven-
te obtenida por deformacién de un cuadrado, De
‘nuevo la relaciin entre trazas de montea y arquitec:
ture oblicua viene dada por la destreza geométrica
necesaria para resolver unas y otra,
ARQUITECTURA OBLICUA
Y GEOMETRIA
Es esta apicaciin dela geometria 2 la arqutec
tural que suminstra el hilo conductor del bro que
Ceraruel dedica ala arquitectura oblicua,incluyen
do otros temas heterdalits como la larga discusién
sobre el €nasis de las columnas, resuelto por medio
de (a linea corals ola curiosa referencia al amaes-
tramiento de llaves del articulo XVII, Que la arqui-
‘ectura emplea la geometria es hoy una proposicion
banal; no Io ara tanto en el siglo XVI. En Esperia fa
‘eometria wsté todavia presante en los trazados en
Planta, como demuestra el manuserito de Rodtigo
Gil, copiado con diigencia por Simén Garcia por
aquellos afos; en a tradicién canter espaol, viva
Y pujante todavia al menos hasta Is época del
manusorito de Portar y Casio, fechado en 1703; en
la. no menos pujante carpinterla hispénica, recogida
or eswrito por Lopez de Arenas en 1633; en sofist-
cados disefos de elementos de deiale como los
balaustres obliouns o las molduras y pasamanos de
Vandeivie y Aranda: y, aunque parezca extraio a
ruestios ojos, en formulas geométricas para el
sdimensionado de elementos estructurales como las
de Roctigo Gil y sobre todo la regla de calcula de
estitos de Ginés Martinez de Aranda, que adoptan
Detend, Blondel o Tosca ya muy avanzada el siglo
{XVIlo entrado el XYill
No es de extrahar que este papel central de la
geometria se rellelo en Ia estructura de la obra de
Caramuel, matemétioo antes que arquiteto, Como
Juan de Torja, que colocaba a ta Arqutectura,
sdama hermosa cientfca», bajo la proteccién de la
Arimética y la Geomatia, Caramuel considera cion
cias nevesarias para el arcuitecto la arimétic, la
logaritmica y la goometria, que incuye al principio de
Su obra, mientras que considera utiles, pera n0
imprescindibies 1a Pintura, la Estatuaria, ta
Fisonomia, la Perspectiva, la Misica, la Astronamia
yla Arquitectura Milita, que aparecen al final.
Enoontramos planteamientos muy similares en ta
‘bra del gran adversario de Caremuel, la Architettura
Chile de Guerino Guarini, Con ser muy diferente, y
muy superioy, la estereotomia de Guarini se aseme-
Jp.ala de Caramuel, y también a la de Desargues, en
un punto: fas tres son creaciones abstractas de tres
maleméticas, poco titles para el trabajo diario de
Fabra de un cantero. Quiza por eso Guerini dra, con
frase casi impensable on la tala central:
sLartitettura, sabbene dipende della matemmatica
[> . Esta gradacién de valores contrasta vivemen-
te con la concida proposicién, que aranca al menos
dela época de Cenino Cennin, segin a cual as tes
artes mayores darivan de un tronco comin materali-
ado por el disegno, dibujo e idea al misma tiempo,
ero obviamente no el diaujo geomeético sino el
Aibujo a mano alzada, y@ pert da la segunda mitad
dal siglo XVI, especialmente el dibujo de anatomia
del natural,‘Aqui puede estar en parte la razén de la acogida
hosti de la obra de Carammuel en ttalia, Los temas
principales de la arquitectura oblicua son desprecia
dos en alia el primer tratado de esterentomia italia-
fo €$ precisamante ol de Guarini, escito algo das-
puds de la Arquitecura Civil Recta y Obiicue
influenciada a su pesar por ella; os balaustres obi
ceuos son difciles de encontrar en Italia, salvo en el
hispanizado roino de Napoles; las ventanas de éngu-
‘o y las colurnas eliptioas brillan por su ausencia,
salvo las ventanas venecianas de fa época de
‘Jacopo Belni y Filaree, completamente diferentes
‘dels espafolas como ya demostré Paloma Hoyo de
Blas. La obra, eserita en castellano pero salida de lz
imprenta episcopal de Vigevano, representaba une
inoportuna intrusién espafiola en los debates acerca
de la plaza de San Podro y 0 palaco dol Vaticano
(De ahi el aparente desprecia de Guarini por «un
carta, che ha sorito nella Favella Spagnucla de
Architetturay.
DDespreci sblo aparente, porque Guarin toma de
CCaramvel, oa] menos de la tradcién hispano-france-
sa, mucho més de la que reconoce, Nikolaus
Pevsner se preguntaba por el origen de los arcos t=
dimensionales de la iglesia de Vierzehnheligen; de
Neumann sataba @ Guarini sin difeultad, pero no
encontraba mas antecedente da los arcos de San
Lorenzo ¥ la Sanfssima Sindone de Turin que la
capila dal casio de Anet, de Phiivert de LOrme, y
no acertaba a encontrar el nexo entre Guarini y De
LOrme, Hoy se puede rastrar este exo con més
Caridad; como ya sospechaben Werner Miller y
‘Wittkower, en los afos que Guarini paso en Paris:
‘debié conocer la rica ieratura canteril francesa,
desde al tratado de De Orme, que s¢ roedité en
‘605 ovasiones a Jo largo del siglo XVI, a las obras
mas recientes de Jousse, Derand y Desargues. Por
‘tra parte, son bien conocidas las especuiaciones,
hoy por hoy imposibles de confinmar 0 desmenti,
seain las cuales Guarini habla tonido conociminta
de a arqutectura arabe al oruzar la peninsula Ibérica
para trabajar en Santa Maria de la Divina
Providencia de Lisboa, 0 al construir en Messina, al
fin y al cabo bajo dominacién espafola, Santa Maria
Annuneiata. El mismo rezonamiento se puede api
cara la centeriaesparola, que Guarini pudo conocer
directamente en su hipottco viaje a Lisboa o indi- ?
rectamente en Massing; pero todo esto seguia per-
teneciendo al terreno de las especulaciones,
Lo que si parece claro son los préstamos. dt
Caranmue! en la Arcitettura Civile, Werner Ooschlin.
ha sefatado cémo la apreciacién del Gético por
Guarini deriva de Caramuel, y que los pérafos que
Guarini le dedics son idénticos a los de la
‘Aquitectura chil recta y obiova. También en otros
capitulos de la obra la influencia de Caramuel es
indiscutble: Guarini ataca el empleo de la arquitec-
‘ura oblicua en! capitulo octavo de su segundo tra-
tado y el vigésima quinto de! teroertratado, pero lo
aprveba en el capitulo vigésimo tercero dol mismo
tercer tratado; algunas léminas dela edicin pdstu-
ima de 1797 son caloas de las de Caramel, particu
larmente las de fa d&cimoquinta Kina del terertra-
tado, [18] que toman casi fterelmente ideas de la
Architettre vie,
ratade Il limina XV
19mmsdcima y décimo octave
de la cuarta parte
el tercer tomo de
Caramuel, aunque en
esto no es féc saber
cuénta responsabilidad
‘orresponde @ Guerini y
cuanta a sus ediores,
Bernardo Vitione y los
teatinos de Turin.
Sin embargo, Guat
ro acepta le patemidad
ée Caramuol sobre la
arquitecturaobliua y se
emonta a Serio. [19,
20) Esto es una verdad
‘a madias que ignora los
progresos de més de
cient cincuenta.afos,
Pro aporta una indica
ion muy. reveladara,
Camo ha seriado Rebasa,
los manuscitos espafo-
tes de cantria recogen
el stransporte» sorliano
y lo corvierten en of
stransierenten, pera
cambian por completo
Su sentido; si el «trans
portes serliano era Unk
‘camente un método de
cambio de escaa, Hemén
Ruiz, y_posterionmente
Martinez de Aranda lo
templean apiicando fac
toras de escaladiferen-
tes en dos ejes, lo que
da como resultado una
transtormacién geomé:
trca reaizada con toda
rigor. (20, 24, 22, 12]
La deformacién,
obtenida muchas veces
mediante un instrumen:
to setiana adaptado a Jos fines de los tretadstas
espafoles, ocupe un luger central en la literatura
espariole de la canteria, En les primeras paginas de
‘9 manuserito, Martinez de Arands cite que wtraza
toda cualquiera figura que en su cistribucion cau-
sare altaracién de robos y extendimiento de inias y
cingunforancias». La transformacion geométrica es
el nileo de las trazas de monte, coma lo 9s de la
arquitectura oblcua de Caramel y Guarin.
De esta manera a delormacién barroca, asocia-
dda primoro a la nocn de capricho y después a la
tot, alo informe, ala yuxtaposicionpulsante oa la
sincopa musical, puede ser vista bajo la uz bien cife-
rents dol rigor geométrice, ue aporiaria a la argu
tectura de os siglos decsitey deciocho una cen
cia precisa de le transiormacion formel. No es posi
ble, claro est, explorer esia tematica en toda su
ampltud dentro de os mites de este trabajo: baste
‘ton sefialar la relacién de algunos temas dela teoria
seiscontista de a arquitectura conta canis espa
olay fencesa del Renacimiento, +
Rutz, lire de
quitectira, £40 ¥