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2 La Historia del pueblo de Israel. El pueblo elegido por Dios.

DIOS GUÍA A SU PUEBLO


¿Cómo interviene Dios en la historia?
Dios ama a las personas, ama a la humanidad y quiere que esta viva en paz y armonía.
La Biblia relata en los primeros capítulos del Génesis cómo quiere Dios que sea su relación con las
personas. Dios hace a la persona libre para elegir el bien o el mal y siempre está dispuesto a
comenzar de nuevo su camino junto al hombre, su más preciada creación.
Dios interviene en la historia del pueblo de Israel por medio de unos personajes que lo guían. Se
inicia la narración de la Historia del pueblo de Israel con los relatos de la vida de los patriarcas. Nos
cuenta como Abrahám es el primer creyente y padre de todos los creyentes. O como Moisés, cuya
fidelidad a la llamada de Dios es recompensada con la liberación del pueblo de la esclavitud de
Egipto y con la alianza con Dios, por la cual Él será su único Dios y ellos cumplirán sus
mandamientos.
La lectura creyente de los distintos acontecimientos que narra el Antiguo Testamento revela quién es Dios
y cómo actúa con el pueblo de Israel.

1 LOS PATRIARCAS INICIAN EL CAMINO DE LA FE EN DIOS


Abraham
Dios se da a conocer a Abraham, le pide que confíe en Él y le promete que será el “padre de un gran
pueblo de una gran descendencia, tan numerosa como las estrellas que hay en el cielo”. Le promete
también darle una tierra en posesión; la tierra prometida: Canaán. Abraham con su pueblo, a cambio,
promete creer en Dios y serle siempre fiel.
Isaac, Jacob y José siguen los pasos de Abraham. Serán protagonistas de la historia de su pueblo.

El sacrificio de Isaac
Cuando Abraham tenía 99 años de edad, Dios le prometió a él y a su esposa Sarah de 89 años que tendrían
un hijo. Años después cuando Sarah tenía 99 años de edad dio a luz a su hijo, Isaac.

Dios puso a prueba la obediencia de Abraham cuando le dijo que ofreciera a su hijo Isaac, ya adolescente,
en sacrificio. Lleno de dolor, Abraham obedeció a Dios y por la mañana preparó las cosas para subir al
monte junto con su hijo. Después de tantos años esperando tener un hijo, ahora Dios le estaba pidiendo a
Abraham que se lo devolviera. Abraham tenia completa fe en Dios con lo que se dispuso a hacer lo que le
había pedido.

Se fue con Isaac. Llegado a un monte le ató y le puso en un altar que había hecho con rocas. En ese
momento y ante los sollozos de su hijo, cuando Abraham levantó el cuchillo, se le apareció un ángel del
Señor que le dijo: “Para, detente, no claves el cuchillo a tu hijo, no le hagas nada. Dios no quiere eso.
Solo ha sido una prueba de fe”.

De este modo Dios confirmó que Abraham le sería fiel hasta el final y de este modo Dios cumplió la
promesa que le había hecho. Esa promesa era la de hacer que Abraham fuera “el padre de su
pueblo”. El pueblo elegido por Dios; Israel.

1. ¿Qué enseñanza nos transmite este relato? ¿Por qué Dios le pide a Abraham que sacrifique a su
hijo?

Jacob
Esaú y Jacob son hermanos gemelos, hijos de Isaac. Esaú es el sucesor de Isaac pues nació el primero.
Pero vende por un plato de lentejas ese derecho a su hermano Jacob, un día que estaba hambriento.
Jacob engaña a su padre, que ya es muy anciano y se ha quedado ciego, y este le da la bendición creyendo
que es el primogénito. Al darse cuenta del engaño, Esaú persigue a Jacob para reclamar sus derechos y
que reconozca su estafa, y por eso Jacob debe huir.
Pasado un tiempo, Jacob reconoce ante Dios que su forma de ser y de actuar no es correcta y decide pedir
perdón.
Primero se reconcilia con su hermano y después puede reconciliarse con Dios, quien le da un nuevo
nombre: Israel. Jacob se casa con Lía y con Raquel y será el padre de doce hijos.

José
José era un niño y el menor de todos sus hermanos. José fue el hijo más amado por su padre, el cual se
llamaba Jacob, quien le dio una túnica especial hecha de muchos colores, lo cual le produjo muchos celos
a sus hermanos. Estos empezaron a cogerle mucha envidia porque pensaban que era el preferido de su
padre. Días después, sus hermanos planearon vender a José a unos vendedores de exclavos. Regresaron a
su casa y engañaron a su padre diciéndole que, su hijo José, había sido devorado por lobos.
Los mercaderes de esclavos se fueron en una caravana hasta la tierra de Egipto. En Egipto le vendieron
como esclavo a un hombre llamado Potifar, que era el capitán de la guardia del faraón.     
Estando como sirviente en la casa de Potifar, la mujer de éste se enamora de José. Engaña a su marido
diciéndole que es José quien está enamorado de ella y Potifar, creyendo a su mujer, le envía a la cárcel.
Dios había concedido a José el don de interpretar los sueños. De este modo, ya en la cárcel, José
interpreta el sueño de dos prisioneros prediciendo que uno de ellos sería liberado pero el otro sería
ahorcado.
Tiempo después, el faraón empieza a tener “pesadillas” que nadie le puede explicar. Muy preocupado
manda traer a José para que le interprete esos sueños. José le dice que sus sueños quieren decir que habrá
siete años de extremada abundancia en Egipto, seguidos por siete años
de extrema hambruna por toda la tierra. El faraón reconoce el don de José y le nombra el máximo
responsable de administrar todos los alimentos de Egipto.
Después de los siete años de prosperidad, la hambruna llegó hasta la tierra de Canaán, la tierra de José y
su familia. En esta situación, Jacob, el padre de José, mandó a sus hijos a comprar grano a los egipcios.
José reconoce a lo lejos a sus hermanos que venían para comprar grano, pero como habían pasado muchos
años, ellos no le reconocieron. Siente mucha ira y quiere vengarse de ellos. Pero tras pasar un tiempo,
José se da cuenta que sus hermanos han cambiado y se pone a llorar con ellos, quienes tras reconocerle y
ver que es su hermano José, le cuentan entre lágrimas lo arrepentidos que se sienten por lo que hicieron.
José les perdona y les pide a sus hermanos que fueran a su casa y regresaran con su padre. Les dijo que
trajeran todas sus pertenencias para que vinieran a vivir a Egipto con él, puesto que todavía faltaban cinco
años para que terminara la hambruna. Los hermanos le hicieron caso y tras recoger todas sus cosas
regresaron a Egipto. Al llegar Jacob, entre , se fundió en un abrazo con su querido hijo José.

 2. ¿Qué le regaló Jacob a su hijo José?


3. Este regalo ¿que produjo en sus hermanos?
4. ¿Qué hicieron los hermanos con José?
5. ¿ En qué país vendieron a José?
6. ¿Qué don le otorgó Dios a José?
7. ¿Qué significaban los sueños del faraón?
8. ¿José al final perdona a sus hermanos y se reconcilia con ellos? ¿Qué les dice que hagan para
que no pasen hambre?
9. ¿Cómo fue el encuentro entre Jacob y su hijo José?

Moisés
Su nacimiento tuvo lugar cuando un faraón egipcio ordenó que se asesinara a todos los niños hebreos
nacidos, pero no todo el mundo hizo caso a las órdenes del faraón.
La madre de Moisés le colocó en una cesta y lo llevó al río Nilo.
La cesta fue encontrada por la faraona quíén le crió como su hijo junto a su hermano Ramsés, el futuro
sucesor del faraón.
La vida de Moisés fue tranquila hasta que vio el trabajo de los esclavos hebreos, en ese momento mató a
un capataz egipcio al ver la brutalidad con la que trataba a los esclavos hebreos, tras esto Moisés
abandonó Egipto durante años.
Caminando por el desierto Moisés llegó hasta Madián donde, tras proteger a un grupo de pastoras, fue
acogido por el padre de estas. Moisés se volvió pastor, siendo el principal responsable de vigilar los
rebaños de la zona. Moisés vivió en Madián durante cuarenta años, casándose con Séfora, una de las
pastoras.
Fue durante esta etapa cuando Moisés se encontró con Dios por primera vez. Dios se le manifestó
en una zarza que ardía sin consumirse. Dios le encomendó una misión a Moisés, la cual consistía en
volver a Egipto y liberar al pueblo hebreo de la esclavitud.
Moises regresó a Egipto. La mayor dificultad fue convencer al faraón de que dejara marchar a los
esclavos, debido a lo cual Dión envió a través de Moisés 10 plagas para que les dejaran marchar.
Estas plagas convencieron al faraón de que debía liberar a los esclavos hebreos. Pero el faraón cambió de
opinión cuando Moisés y el pueblo hebreo ya había huido, partiendo con un gran ejército para recuperar a
los esclavos.
El ejército egipcio alcanzó a los esclavos cerca del mar Rojo, pero Moisés gracias a la ayuda de Dios,
separó el mar Rojo en dos, los hebreos pasaron andando fácilmente, pero al intentar pasar los egipcios
fueron masacrados por la vuelta del mar a su cauce.
Ya en el desierto, Moisés subió al Monte Sinaí, dónde Dios le dio los 10 mandamientos.
El pueblo hebreo anduvo 40 años por el desierto hasta entrar en la Tierra Prometida llamada Canaán.

10. ¿Qué ordenó el faraón egipcio?


11 ¿Dónde puso la madre a Moisés cuando le echó al río Nilo?
12. ¿A quién mató Moisés?
13. ¿Dónde se le manifestó Dios a Moisés?
14. ¿Cual fue la misión que Dios le encomendó a Moisés?
15. ¿Cuantas plagas envió Dios a Egipto?
16. ¿Cómo se llama al mar que los hebreos cruzaron?
17. ¿Qué le dio Dios a Moisés en el Monte Sinaí?
18. ¿Cual es el nombre de la Tierra Prometida?

2 LOS JUECES
Cuando el pueblo de Israel se instala en la Tierra Prometida, se distribuye todo el territorio de Canaán
ente las doce tribus. Estas quedan asi, más expuestas no solo a los ataques de los pueblos vecinos sino
también a acoger las creencias de estos pueblos en diferentes dioses.
Entonces surgen los jueces, hombres y mujeres justos que siguen la voluntad de Dios, carismáticos
y con gran capacidad de liderazgo. El pueblo de Israel ve en ellos la ayuda de Dios para mantenerse fiel
a la Alianza que habiía sellado por medio de Moisés. Los jueces recuerdan a los israelitas que, aunque los
demás pueblos adoren a distintos ídolos, ellos deben tener fe en Yahvé, el único Dios.
Los jueces son en quienes el pueblo ve la fuerza de Dios que los protege. Es el caso de Josué, Sansón,
Débora, Gedeón...Samuel será el último juez.

LOS REYES
Israel se organiza como una nación, a imagen de las demás naciones, con gobierno monárquico. Pero el
rey en Israel tiene un significado más profundo; es el signo visible de la presencia de Yahvéh (Dios)
en medio del pueblo y a la vez imagen y tipo de Mesías que habrá de venir. La unidad del pueblo se
consolida durante los reinados de Saúl, David y Salomón. Muerto Salomón el pueblo se divide en dos
reinos: al norte el reino de Israel, con su capital Samaria; y al sur, el reino de Judá, con su capital
Jerusalén.

EL REY David
David es el personaje preferido por Dios para ser rey. David siendo muy joven vence a Goliat y es
proclamado Rey.
David recuperó territorios y fijó sus fronteras. Consolidó un país fuerte. Conquistó Jerusalén y la hizo
capital del reino.
Sin embargo, en la vida de David no todo es limpio. Es un hombre como los demás y va a cometer dos
serios errores: Se enamoró de Betsabé, mujer casada. Ésta se quedó embarazada de su hijo, Salomón.
Ante esta situación, David urdió un plan para que Urías, soldado de la guardia real y marido de Betsabé,
muriera en combate y así poder casarse con Betsabé.
Hecho todo esto, su consejero y gran amigo Natán, le hizo ver sus tremendos errores ante lo que David se
arrepintió inmediatamente y le pidió perdón a Dios. En ese mismo momento, Dios le perdonó y le hizo la
promesa mesiánica. A través de esta promesa Dios le prometía que de su descendencia nacería el
Mesías, es decir, ese enviado de Dios que los judíos estaban esperando y que instauraría el Reino de
paz y justicia en el mundo.

EL REY Salomón
El hijo de David, Salomón, es su sucesor y quien lleva la monarquía a la plenitud. Se convierte en un gran
rey, con fama de ser muy justo y muy sabio. De todos es conocido el famoso “Juicio de Salomón” a través
del cual adivinó quién de dos mujeres era la verdadera madre de un niño.
Durante su reinado se construye el gran Templo de Jerusalén, un edificio cargado de significado para los
israelitas hasta la actualidad. En él se guardaba el Arca de la Alianza que contenía los Diez
Mandamientos.

3 LOS PROFETAS HABLAN EN NOMBRE DE DIOS


La prosperidad de la monarquía tiene su precio. Los impuestos y los trabajos agobian al pueblo. El
descontento va en aumento. La división del reino en dos es una consecuencia de este malestar.

LOS PROFETAS
El desgobierno lleva al descontento del pueblo. Junto a esto y fruto del descontento, se meclan prácticas
de culto pagano entre los israelitas. Los reinos divididos quedan debilitados y expuestos a las invasiones
externas.
Los asirios invaden Israel, mientras que Judá resiste hasta que son destruidos la capital, Jerusalén,
y el Templo a manos del imperio babilonio.
En estas circunstancias tan desoladoras surgen los profetas. Este nombre sigifica “el que habla en
nombre de Dios”. Los profetas denuncian que la decadencia de ambos reinos se debe a su infidelidad a
la Alianza y a su mala conducta. Éllos llaman a todo el pueblo a convertirse, a ser fieles al pacto de
amistad sellado con Dios y a modificar su comportamiento. Ellos serán quién recuerden al pueblo el
amor que Dios les tiene y que nunca les abandonará. Dirán al pueblo que Dios es fiel a sus promesas
y que les enviará un Mesías que traerá el reinado de paz y prosperidad para Israel.
Algunos de los profetas más famosos son Daniel, Jeremías, Isaías...

3. LOS CREYENTES SE COMUNICAN CON DIOS


El libro de los Salmos contiene 150 oraciones de alabanza a Dios, compuestas para ser cantadas.

3.1 LOS SALMOS


Según la tradicion, el autor de los salmos fue el rey David, pero en realidad los salmos tienen diversos
autores de diferentes épocas.
Los salmos son oraciones, palabras dichas por personas religiosas que se quieren comunicar con
Dios. Las gentes del pueblo de Israel son personas que saben rezar.
Jesús creció rezando los salmos en casa, en la sinagoga o en el Templo. Por medio de la oración, el
hombre se relaciona de forma personal con Dios.

3.2 LA ORACIÓN CRISTIANA; EL PADRENUESTRO


Jesús habla con Dios, dirigiéndose a Él como Padre. Por eso Jesús invita a sus seguidores a
relacionarse con Dios como un hijo con su padre. Les enseña a rezar la oración del Padrenuestro.
En el Padrenuestro, Jesús mantiene la forma y el lenguaje propios de la oración judía pero introduciendo
una novedad: la de la invocación inicial a Dios como “Padre”, “Abbá” en arameo, la lengua en la que
hablaba Jesús.
La oración cristiana es una plegaria de petición sin dejar de ser una acción de gracias y una alabanza a
Dios.

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