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EL HECHO DE CRISTO Una introducci6n a la teologia del Nuevo Testamento A. M. HUNTER EDITORIAL (Al LA AURORA BUENOS AIRES Titulo original: Inrropucinc NEw TESTAMENT Tie01ocy Editado por SCM Press, -Londres, 1957. Traduccién de Néstor E. Rostdn. Copyright 1967 by editorial y librerfa La Aurora Doblas 1753 - Buenos Aires. Printed in Argentina — Impreso en la Argentina. Hecho el depésito que previene la ley 11723. ~ CONTENIDO Prefacio Prélogo Nota sobre las Fuentes PRIMERA PARTE: EL HECHO DE CRISTO I El Reino de Dios y el Ministerio de Jesus 2 El Evangelio del Reino de Dios 3 La Resurreccién SEGUNDA PARTE: LOS PREDICADORES DEL HECHO 4 Los Primeros Predicadores del Hecho . TERCERA PARTE: LOS INTERPRETES DEL HECHO 5 San Pablo 6 San Pedro 7 El Autor de la Carta a los Hebreos 8 San Juan Epilogo Indices 13 15 17 35 75 89 of 125 127 1638 173 183 223 227 PREFACIO Hace unos doce afios la SCM Press me invité a es- cribir una breve Introduccién al Nuevo Testamen- to. Ese pequefio libro, que fue acogido con bene- volencia, se publica este afio en una edicién muy aumentada. Pero desde su primera aparicién estu- ve acariciando el suefio de acompafiarlo de un vo- lumen que abordara la teologia misma y no sdlo problemas de Introduccién. Mi suefio se cumple ahora en el: presente libro. 2Otro libro mas?, me parece oir decir a alguien. ¢No hemos tenido en las dos ultimas décadas can- tidad de Teologias del Nuevo Testamento? Si; pero en su mayoria, de autores alemanes y tan vo. luminosos que estén fuera del alcance del bolsi- Ho y a veces de la ilustracién del pastor comin y del laico interesado en tales cuestiones. Ademas, como Calimaco lo dijo hace mucho tiempo, mega biblion mega kakon, un gran libro puede ser muy pesado... De modo que he tratado de servir a mis hermanos que estén muy ocupados, proveyén- doles un breve estudio que, espero, pueda poner- los aw fait con las ultimas opiniones y énfasis teo- ldgicos. Que nadie me acuse de no tratar exhaus- 7 8 EL HECHO DE CRISTO tivamente el tema. Esta no era mi intencién, como que es cosa que estA mucho mas alld de mis ca- pacidades. Pero he -procurado tratar los elementos salientes y discutir los tedlogos principales del Nuevo Testamento. (Me interesé particularmente . su unidad, pero también traté de extraer las di- versidades que hay entre ellos), la Primera Parte Ja encabeza “el Hecho de Cristo” y trata del Rei- no de Dios, el Ministerio de Jests, y la Resurrec- cién. La Segunda Parte que se intitula “los Pri- meros Predicadores del Hecho” muestra la forma en que los hombres del “perfodo crepuscular” (A.D. 30-50) proclamaron el Hecho. Luego en la Tercera Parte nos encontramos con los principa- les “Intérpretes del Hecho”: S$. Pablo, $. Pedro, el Autor de Hebreos, y 8. Juan. No espero complacer a los sabios que brindardn a mi pequefio libro una sonrisa de superioridad y se irdn tras un Bultmann o un Stauffer. Pero puede este libro ayudar al pastor que, sobrecarga- do de trabajo, quiera estar al dia con la teologia, y el estudiante de nuestras escuelas de teologia apreciaré una breve y simple Introduccién a un tema muy vasto. {No es ésta una de las cosas para las que estamos los profesores de teologia? Quisiera dejar expresada con gratitud la valiosa ayuda que recibi de dos amigos, el Sr. Ian Howard Marshall, M.A., y el Rev. Robert H. Mounce, B.D., M.Th., en la lectura de la dactilografia y de las pruebas. Abril de 1957 A.M. H. PROLOGO La Biblia es el Libro del Pueblo de Dios; 0, si se prefieren los términos dindmicos, el Libro de los dos éxodos. : EI Antiguo Testamento narra la historia de la eleccién que Dios hizo de Israel para ser su pue- blo; de cédmo rescaté a los israelitas de la esclavi- tud egipcia por medio de Moisés e hizo con ellos un Pacto en el Sinai, por el que Ilegaron a ser el Pueblo de Dios (primer Exodo), y cémo a través de los siglos siguientes los condujo y guié por me- dio de “sus siervos los profetas”, disciplindndolos por medio de bendiciones y de juicio para el alto destino que tenian, e inflamando en sus corazones la esperanza de un Dia en que coronaria su. pro- ceder de gracia para con ellos en la felicidad de la Era Mesidnica. . EL Nuevo Testamento es la historia del cumpli- miento del plan divino de redencién. Relata cémo Dios completé su propdsito de salvacién enviando a su Hijo, el Mesias, e inaugurando su Reino en su ministerio, muerte y resurreccién. Este es el se- gundo éxodo (Cf. Lucas 9:31), y este es el acon- 9 10 EL HECHO DF CRISTO tecimiento que denominamos ‘‘el Hecho de Cristo”. Con esta frase entendemos la totalidad de lo que implicéd la venida de Jesucristo, su persona, obra y palabras, por supuesto,-pero también la resurrec- cién, el advenimiento del Espiritu y la creacién __ del nuevo Israel destinado a ser ia Iglesia universal. Y si se nos preguntara con qué autorizacién consideramos la .Biblia de .esa manera, podriamos responder que con la mejor de todas, la de] mismo Sefior. Jestis vio de ese modo toda la historia de la redencién —como lo atestigua su parabola de los labradores malvados (Mar. 12:1-12). Sdélo si mira- mos la Biblia en esa forma podremos tomar con seriedad las palabras de Jesus: “No penscis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para ‘cumplir.” EI marco histérico del Hecho de Cristo puede sefialarse brevemente. Comienza con un bautismo administrado por Juan el hijo de Zacarias en el rio Jordén, hacia la mitad del reinado del empera- dor romano Tiberio. Entre los receptores de este bautismo hubo un hombre conocido generalmente como Jestis de Nazaret, pero a veces como el hijo de Maria. Nacido en Belén de Judea, alrededor del afto 6 a. de J.C., en el reinado del emperador Augusto, mientras la Pax Romana circundaba el mundo, crecié en Nazaret de Galilea, acompafian do a sus padres a las festividades de Jerusalén y aprendiendo el oficio de carpintero, Sabemos que de joven adquirié nombradia por su capacidad de explicar las Escrituras y suponemos, por sus pala- Prélogo i bras y hdbitos posteriores, que aunque amigo de todos, gustaba retirarse de los lugares muy frecuen- tados a la soledad, para meditar y orar. Cuando el gran Augusto murié en el afio 14, Jesus debia te- ner unos 20 afios de edad. Sin duda las noticias de la muerte del emperador debieron turbar a mu- chos de sus contempordneos temerosos de que eso pudiera significar el fin de la paz augustana y de un imperio de orden. Pero Jess pensaba en otra paz y en otro imperio, y esperaba que llegara su tiempo. Cuando, unos doce o mas aiios mds tarde la voz de la profecia, por largo tiempo silencio. sa, resoné de nuevo en el desierto de Judea en los labios de Juan.el Bautista, Jesus advirtid que su tiempo habia Negado. Bajé de Nazaret al Jordan -para ser bautizado por Juan y para empezar un ministerio en el que proclamaria un Reino mas poderoso que el romano y hablarfa de un mundo salvado no por el hombre hecho dios (como Au- gusto o ‘Tiberio), sino por Dios hecho hombre. Porque él mismo era ese Hombre, y el escenario se estaba montando para el segundo y mas gran- de Exodo... NOTA SOBRE LAS FUENTES El “Hecho de Cristo” reclama un estudio del Rei- no y el Mesias en los Evangelios Sindpticos. gPor qué excluimos el Cuarto Evangelio? No es porque lo consideremos como una interpretacién teoldgica que pierde todo contacto con los hechos de la his- toria. Con frecuencia se piensa que la “interpreta- cidn” significa necesariamente imponer a estos he- chos un significado que les es ajeno, Pero puede igualmente significar sacar las verdaderas implica- ciones. Creemos que esto es lo que San Juan hizo, ast como creemos que su Evangelio contiene mu- cha mds historia de lo que alguna vez se pensd. Sin embargo, hay diferencia entre el Cuarto Evan- gelio y los tres primeros. Podria expresarse asi: Mientras que los Sindpticos colocan la teologia en un marco histdrico, San Juan coloca la historia en un marco teoldgico (como lo testimonia el Prélo- go). Una diferencia solo de grado, tal vez, pero, una verdadera diferencia, que mos. justifica en colocar a Juan entre los intérpretes del Hecho. En cuanto a los Evangelios Sindpticos, los consi- deramos documentos histéricos dignos de confian- 13 14 EL HECHO DE CRISTO za. Esto no significa afirmar que todo lo que estd en ellos (por ejemplo, algunos incidentes que se encuentran solamente en Mateo) sea cierto. Pero si es afirmar (en cantra de la.opinién de algunos cri- ticos radicales) que, cuando se usan de acuerdo con los métodos de una critica sana y moderada, constituyen un sincero registro de lo que Jesus dijo e hizo, De modo que consideramos las obras y las palabras atribuidas a Jesus en los Sindpticos como auténticas, a menos que se encuentren fehacientes argumentos para demostrar que no lo son. PRIMERA PARTE EL HECHO DE CRISTO EL REINO DE DIOS Y EL MINISTERIO DE JESUS Hay una paradoja en el centro de los Evangelios: la de la relacién entre el Reino. de_Dios y el mi- nisterio de Jesus. Y nuestra comprensién de todo el Nuevo Testamento depende de la dilucidacién de esta paradoja. eCual es el tema dominante de los Evangelios sindpticos? Los eruditos concuerdan en que para esta pregunta hay una sola respuesta: el Reino de Dios:+, Con este tema Jestis inicié su predicacién; es el tema de sus pardbolas, el tema que tiene en sus Jabios en la Ultima Cena. Vivid, obré y murié con el pensamiento puesto en el Reino de Dios. Tomemos el evangelio mas antiguo, San Mar- cos, después de relatar la mision del Bautista, pasa a ocuparse de Jesus que viene a Galilea anunciando: “El Reino de Dios se ha acercado.” Pero si seguimos leyendo, lo. que se nos presen- 1 He aqui las estadisticas: en Marcos aparece 14 veces “el Reino de Dios” y en Lucas, 32, En Mateo aparece 4 veces, y “el Reino de los Cielos” (que significa lo mismo}, 33 veces. 17 18 EL HECHO DE CRISTO ta es en realidad la historia de un hombre, Jesus de Nazaret, que se llama a si mismo “el Hijo del Hombre”, con lo que parece dar énfasis a su hu- manidad, Este .Jesus, después de ser bautizado por Juan, comienza a predicar, ensefiar y sanar, pri- mero en las sinagogas y luego por las riberas del lago de Galilea, adquiriendo tal reputacién que, después de una comida al aire libre con sus se- guidores, éstos quieren apoderarse.de él y hacer- lo rey.? A este punto, por alguna razén no muy evidente, Jestis se retira de Galilea hacia los It- mites nor-occidentales de Palestina. Al regresar, por las cercanias de Cesarea de Filipo tiene lugar una conversacién intima que mantiene con sus doce discipulos acerca del .Mesias, el Hijo del Hombre y la muerte, y seis dias después acontece un misterioso incidente en la cima de una monta- fia. Luego, como si hubiese tomado una decisién irrevocable, Jesus se dirige hacia el sur con sus dis- cipulos, hacia Judea y Jerusalén. Alli, en las pro- ximidades de la Pascua, luego de purificar el Tem- plo, es arrestado por sus enemigos, procesado, con- denado y crucificado, habiendo sido uno de los Doce quien lo traicions. Pocos dias después, los ami- gos del hombre crucificado proclaman que éste ha resucitado de entre los muertos... 2 Juan 6:15, Juan dice explicitamente lo que estd impli- cito en la narracién de Marcos. El Reino de Dios y el Ministerio de Jesus 19 Esta es, brevemente, la historia un tanto enig- matica de Marcos. ¢Cémo puede ésta ser 1a histo- yia del Reino de Dios? La frase misma sugiere la idea de que todo el poder y la gloria de Dios se exhiban de tal forma que todos puedan reconocer que él es Dios. En cambio, lo que vemos aparen- temente es un profeta galileo proclamando la ver- dad tal como él Ja entiende y sellando su testimo- nio con su sangre, como mds de un profeta judio Jo habfa hecho antes, ¢Cual es la explicacién de esta paradoja? ¢Puede concebirse que la carrera de este profeta galileo sea el Reino de Dios? . Es evidente que éste nuestro primer sumario es incompleto e inadecuado. Hay cosas en esa histo- ria —sugestiones y sucesos llenos de profundo sig- nificado— que hemos omitido. Y al omitirlas, nos hemos visto jmpedidos de comprender la historia. Intentemos otra vez, buscando ahora poner de re- lieve estas cosas importantes. I Comencemos con el bautismo de Jestis. El rela- to de lo que le acontecié a Jess en el Jordan, como en la tentacién que vino a continuacién, de- be haber Negado a los discipulos por boca de Jesus mismo, ya que, segtin Marcos, nadie mas vio u oyé Jas cosas realmente importantes que alli tuvieron Jugar. ¢Qué cosas eran? Ante todo, una voz del cie- Jo dijo a Jestis cuando salfa del agua: “Iu_eres 20 EL HECHO DE CRISTO mi Hijo amado; en ti tengo _complacencia. ” Pa labras altamente significativas, si tenemos presente de dénde proceden: Sal. 2:7 e Isa. 42:1. Una es la férmula de coronacién. del mesidnico de Israel; la otra es la formula de ordenacién del Siervo del Sefior, Esta notable combinacién no puede ser sex for: 4 - tuita. En el Rey Mesidnico y en el humilde Siervo del Sefior, Jestis veia su propio destino. En el momento desu -bautismo, Jestis adquiere concien- cia de haber sido llamado por Dios para ser el Me- sias Siervo, de “haber nacido para sufrir, de haber nacido rey”. El otro evento extraordinario en el bautismo fue la visién que tuvo Jesus del Espiritu de Dios descendiendo sobre él. Esto también nos recuerda al Siervo de Isaias: “he puesto sobre él mi Espiritu” (Isa. 42:1). ¢Qué significa el ‘descenso del Espiritu? Significa que a partir de ese momento, Jess sabe que es “el ungido del Espiritu” (cf. Lucas 4:18 ci- tando a Isa. 61:1), Tenemos tendencia a imaginar- nos el Espiritu Santo como una luz cordial; la Biblia lo concibe como un poder creativo, todo- poderoso, poder en el cual Dios estA obrando. EI descenso del Espiritu significa, por lo tanto, que Jesus es dotado de poder divino. Aqui podemos encontrar el secreto de esa manifiesta nota de “au- toridad” que informard mds tarde sus palabras y | acciones. Si tuviéramos que incluir el significado de todo el acontecimiento en una sola frase, gyno deberia ser ésta: “La ordenacién del Mesias-Siervo’’>? El Reino de Dios y el Ministerio de Jestis 21 it Pasando. por alto la tentacién, 3 estudiemos aho- ra las palabras con que Jests comenzé su ministe- rio en Galilea: “El tiempo se_ha cumplide, y el reino de Dios se ha en_el evangelio” (Mar. I: 15). Entendidas correcta mente, éstas son palabras que sobrecogen. Se pro- clama que los hombres estan viviendo en un mo- mento realmente unico de la historia y que Dios inicia una nueva era en el: registro de sus relacio- nes con los hombres. Kairos, el término griego que aqui se traduce por ‘tiempo’, significa el ti Sefialado. ¢Cuil es este tiempo determinado en los desig) designios de Dios? Las referencias al Reino de Dios y a las bue- nas nuevas (evangelio) que encontramos en el con- texto, nos conducen a Isa. 52:7 (cf. Isaias 40:9s.) para hallar la respuesta. Quinientos afios antes, el Isaias de Babilonia habia predicho el retorno de los desterrados. Los veia regresar en triunfo a Jeru- salén, Dios en medio de ellos, y un heraldo que 3 Véase T. W. Manson, The Servant Messiah, p. 57. Manson sefiala que en cada una de las tres tentaciones “el Mesias es invitado a ponerse en el centro de la escena en una u otra forma Cada vez, la respuesta de Jests pone a Dios en ese centro; la deduccién es evidente: aun el mismo Mesias es Siervo de Dios — a la verdad, precisamente por ser el Mesias debe ser, ante todo, Siervo de Dios”. 22 EL HECHO DE CRISTO los precedia con las buenas nuevas, Se describe a toda Jerusalén apostada sobre los muros, cuando repentinamente aparece e] heraldo en la cima de la colina: . Cudn hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, _ del que trae nuevas del bien, del que publica salvacién, del que dice a Sién: ;Tu Dios reina? Isaias esperaba que este dia del reinado de Dios irrumpiria pronto. Sin embargo, en la providencia de Dios, Ia corriente de esta gran esperanza de- bia correr durante cinco siglos subterraneamente hasta que Hegara el tiempo’ sefialado. Este Negé durante el reinado del emperador romano Tiberio, cuando Jess aparecié por Galilea diciendo, en efecto, “el tiempo que profetizé Isaias ha Ilegado”. Si el primer incidente decia, “esta es la orde- nacién del Mesias-Siervo”, el segundo dice: “Dios ha empezado a reinar”. Il Consideremos seguidamente el ministerio galileo en si. Nos hemos inclinado a considerarlo como un periodo de apacible ensefianza y predicacién en contraste con la época posterior en Judea cuando El Reino. de Dios y el Ministerio de Jesus 23 Jestis marcha hacia la Cruz —el periodo de su Pasién, que igualmente podriamos Ilamar, su Ac- cién. Pero interpretamos erréneamente este perio- ‘do temprano si lo representamos sdlo como una pacifica escena pastoril en que la serena sabidu- ria del Maestro armoniza muy bien con las flores y los pajaros de Galilea. Tal representacién sélo es posible si prescindimos de los milagros, inter- pretamos las pardbolas como encantadoras historias acerca de lugares comunes de la moral y quitamos a los dichos escatolégicos su misterio y profundi- dad. El ministerio galileo puede tener algo del ‘Descanso sabdtico de Galilea” de Whittier, pero mucho mas de la “Guerra Santa” de Bunyan, la guerra contra los poderes del maligno en la cual, con nosotros luchara de Dios el escogido. 4 Debemos representar el ministerio galileo con caracteres dindmicos y no estdticos, y polémicos mas bien que pastoriles, “Jestis. observa Goguel— no dijo ‘he venido a ensefiar’, sino ‘he venido a yoy meter fuego en la tierra’. Sus palabras lo demuestran. Inicia su ministe- rio anunciando que ha sido enviado a “pregonar libertad a los cautivos” (Luc. 4:18). Compara su misién con la victoria sobre el hombre fuerte (el 4 Lutero. 24 EL HECHO DE CRISTO. maligno) por parte de uno mds fuerte que él (Luc. 11:21s). Al regresar los setenta, les dice: “Yo veta a Satands caer del cielo como un rayo” (Luc. 10: 18). Sus pardbolas -como. Jeremias lo habia di- cho—.son arias de guerra y sus “obras poderosas”, sefiales de victoria sobre los poderes del mal. Y a través de todo su ministerio resuena una nota de terrible urgencia, como si estuviera por sobrevenir una crisis cargada de bendiciones, 0 de juicio, para “esta generacién” (Luc. 12:49-59; 13:1-5). Sdlo percibiendo el ministerio galileo en esta forma lo interpretaremos correctamente. El prota- gonista principal de Ia escena, lejos de aparecer como un maestro de espiritu refinado que pacien- temente instruye a las multitudes con verdades de sabiduria que trasciende el tiempo, es ja fuerte fi- gura del Hijo de Dios, armado con el poder de su Padre, encabezando el ataque contra el malig- no y sus obras, y Ilamando a los hombres a deci- dir de qué lado se ubicardn en esta batalla. “Nin- guno que poniendo su mano en el arado mira ha- cia atrds, es apto para el reino de Dios” (Luc, 9: 62). “Deja que los muertos entierren a sus muer- tos, y ti vé, y anuncia el reino de Dios” (Luc. 9: 60). “El Reino de Dios esta entre vosotros” (Luc. 17:21). “El reino de los cielos sufre violencias” (Mat. 11:12). “Si por el dedo de Dios echo yo fue- ra los demonios, ciertamente el reino de Dios ha Hegado a vosotros” (Luc. 11:20). “He aqui, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mafiana, y al tercer dia termino mi obra” (Luc. 13:32). El Reino de Dios y el Ministerio de Jesus 25 Nuestro tercer estudio, por tanto, nos muestra al Reino de Dios en guerra con el reino del mal, con Jestis actuando como punta de lanza. Afios mds tarde, mirando hacia atrds al ministerio de Jesus, S. Juan lo concebira también en esa forma: “Para esto aparecié el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (I Jn. 3:8). ‘IV Pasemos ahora a Cesarea de Filipo (Mar. 8:27- 33), El ministerio ha Uegado a su climax en la “Santa Cena de Galilea”, en la cual la excitacién popular ha Hegado a un alto grado. Tiempo des- pués, probablemente huyendo del peligroso entu- siasmo de sus amigos, Jestis se retira a las regio- nes del noroeste de Palestina (Mar. 7:24), Pero la batalla librada en Galilea debia concluir en Jeru- salén (Luc. 13:32s), De modo que, antes de diri- girse hacia el sur, Jess quiere asegurarse que sus discipulos comprendan las cuestiones que estén en juego. En la soledad de Cesarea de Filipo pregun- ta: “gQuién dicen los hombres que soy yo?” Ellos replican que la especulacién popular toma varias formas. “Y vosotros —dice, plantedndoles la pre- gunta directamente a los discipulos— ¢quién de- cis que soy?”. Inmediatamente Pedro da expresién al pensamiento que esté en la mente de todos ellos: “Tu eres el Mesias”, 21a respuesta correcta? Si, y Jesus tacitamente lo acepta, pero va mds ade- 26 EL HECHO DE CRISTO jJante: “el Hijo del Hombre debe sufrir y morir antes de triunfar”. Obsérvese que usa el titulo “Hijo del Hombre” y no el de “Mesias”. zEra ésta la primera vez que lo empleaba? “No Yo sabemos con certeza. Pero de lo que si podemos estar seguros es que el Hijo del Hombre no es, como antes lo suponiamos, me- ramente un sinénimo poético de ‘hombre’. Por el contrario, era “casi el mas pretencioso titulo de auto-descripcién que un hombre podria haber usa- do en el antiguo Oriente”.® (Si lo traducimos por ‘hombre’, debemos ponerlo con mayiscula, ‘Hom- bre’). Porque “el Hijo del Hombre”, un titulo que deriva originalmente de Daniel 7:18, es un Hom- bre misterioso que recibe un reino de manos de Dios y esta destinado a reinar como Dios reina. Jestis se identifica a si mismo’ con ese majestuoso personaje; y sin embargo, en ese mismo momento insiste en que le esperan el sufrimiento y la muer- te, porque Dios lo quiere asi. Para Pedro, con su esperanza puesta en un Mesias triunfante, la. idea misma es inconcebible. Reprende a Jesus sdlo para ser a su turno reprendido con terrible severidad. Pedro concibe la mesianidad en términos humanos, no divinos. Lo que Jestis quiere decirle es esto: “qEncuentras que el sélo pensar en un Mesias su- friente te resulta detestable, Pedro? Sin embargo, esa es la forma en que actiia el Reino de Dios, y por 5 Stauffer, New Testament Theology, p. 108. El Reino de Dios y el Ministerio de Jesis 27 cuanto soy el gran vice-gobernador, debo recorrer el camino sefialado para el Siervo sufriente del Sefior. No hay otro camino, y ti debes estar listo a compartir mi destino” (Mar. 8:34). Seis dias después sigue otro incidente (Mar. 9: 2-8), estrechamente relacionado con la confesién de Pedro; tan misterioso, que hasta el dia de hoy no sabemos cémo empezar a explicarlo. En la cima de una colina, mientras ora,® Jestis es transfigu- rado con un esplendor sobrenatural. Procediendo del mundo invisible aparecen Moisés y Elias, ha- blan con é! (dice Lucas) “de su partida (éxodo) que iba Jesis a cumplir en Jerusalén”, y los azorados discipulos oyen una voz divina —la mis- ma que habia hablado a Jesis en el bautismo— gue los tranguiliza: “Este es mi Hijo amado (dos titulos mesidnicos); a él oid.” Por tanto, nuestro cuarto estudio dice: “La ul- tima batalla entre el Reino de Dios y el Reino del mal debe tener lugar, y la misma involucrard Ia muerte del Mesias de Dios.” Vv Pasemos ahora a Jerusalén, a la ultima semana, a la ultima Cena, Jesus ha entrado a la ciudad santa con “humil- 6 Estos detalles de Lucas arrojan luz sobre la narracién de Marcos, 28 EL HECHO DE CRisTO de pompa”. Ha purificado el Templo y pronosti- cado su destruccién. En un hogar de Betania, una mujer anénima, rompiendo un frasco de ungiien- to de gran valor, unge a Jestis en vista de su muer- te, Lléga la “néche ‘del jueves, y en la tranquili- dad de “un gran aposento alto” Jestis se retine con los Doce para. una ultima comida en. comun (Mar. 14:22-25 cf. I Cor. 11:23ss). Para entender lo que sigue, recordemos algunas cosas, Si la ocasién es una cena, recordemos que, Jestis ha presentado el Reino de Dios bajo la ima- gen.de una cena (Luc. 14:16-24). Ademas, esta cena particular tiene lugar en la vispera de Pascua — o tal vez, en Ja Pascua misma. Ahora bien, la Pas- cua conmemoraba el gran acto de Dios que ini- ciara el primer Exodo y condujera a Israel a ser designado como el pueblo ebpecial de Dios me- diante un Pacto en el Sinai sellado con sangre. Pero Jestis, declarando que los judios ya no eran el pueblo de Dios, por medio de palabras y he- chos ha hablado de la creacién de un nuevo Israel. Antes de que esto suceda, sin embargo, el Hijo del Hombre debe morir como Siervo de Dios para redimir a “muchos” (Mar. 10:45), y compara su Pasién con un “vaso” que debe ser bebido, un vaso que sus discipulos de alguna manera podrian compartir (Mar. 10:38). Notese ahora lo que hace. Primero, toma un pan y lo parte, dandoselo a los Doce con estas pa- labras: “Esto es mi cuerpo (que por vosotros es dado)”. Luego les da la copa que contiene el rojo El Reino de Dios y el Ministerio de Jesus 29 y rutilante vino: “Esto (la copa) es mi sangre del nuevo pacto.” Y los convida a comer y beber.. gQué quiere dar a entender? _-Tomando aparte el pan y el vino, Jess estd ofreciendo a sus discfpulos una sefial del Reino de Dios que pronto Ilegar4 “con poder” a través de ‘su sacrificio, Describiendo al pan roto y al vino derramado como su cuerpo y su sangre, no preten- de simplemente materializar en alguna forma a ese Reino, sino que esta representando, en un. espién- dido simbolo, ese sacrificio de su propia vida por “muchos” que pronto ha de cumplir en los he- chos. Invitando a sus discipulos a comer y beber el pan y el vino, interpretados de esa forma, les esta dando (como dice Otto)? una participacién en el poder del Cristo quebrantado, El nuevo Pacto (Jer. 31:31ss) que debe ser rati- ficado por 1a muerte del Siervo (Isa. 42:6, 49:8 y 53), ha sido inaugurado simbdlicamente y en po- cas horas mds serd sellado de hecho y con san- gre. Entonces la obra del Mestfas-Siervo, comen- zada en su bautismo de agua en el Jordan, sera consumada por su bautismo de sangre en el Gélgota, bautismo de cuya virtud muchos parti- ciparan. De modo, pues, que el quinto episodio es esen- cialmente una seffal de cardcter profético por la cual Jestis dice: “Os prometo una participacién 7 The Kingdom of God and the Son of man, p, 308. 50 EL HECHO DE CRISTO en el Reino de Dios que pronto vendra con po- der. mediante la muerte del Mesias-Siervo.” VI Echemos una. Ultima mirada a Jesus. Traiciona- do y arrestado, comparece ante el Sumo Sacerdote: “gEres ti el Mesias?”,. pregunta Caifds. “Yo soy —dice Jests— y veréis al Hijo del Hombre senta- do a la diestra del poder de Dios, y viniendo en” las nubes del cielo” (Mar. 14:61s). Es la ultima e inquebrantable confesién de fe en su misién que Jesus hace, y la reviste con pa- labras de Daniel 7:13s (con wna frase del Salmo 110:1). “Venfa con las nubes del cielo —habia es- crito Daniel— uno como hijo de hombre, que vino hasta el anciano de dias, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino.” Asi, pues, a pesar de la aparente banca- rrota de su causa, Jestis predice su victoria, Lo que aqui predice no es una segunda yenida a la tierra, sino vindicacién y entronizacién. Serd re- cibido en lo mas alto de los cielos, y ésta su exal- tacién y victoria la conocerdn los suyos. > En el Ultimo estudio, por lo tanto, dice Jesus: “El triunfo del Mesfas-Siervo esté asegurado.” 8 Sobre esto, véase el articulo de J. A. T. Robinson en The Expository Times, agosto de 1956 . ‘Bl Reino de Dios y el Ministerio de Jesus 31 ¢Fue reivindicado el Siervo? ¢Fue “la voluntad de JehovA prosperada en su mano’? Y ¢“vivird por largos dias”? Mas adelante discutiremos la Resurreccién. Por ahora veamos cémo aparece la historia de Jesus después de esta serie de estudios. Hemos tratado de rellenar el bosquejo con que habiamos empe- zado, deteniéndonos en “las sugestiones y sucesos Ilenos de profundo significado” e interpreténdolos con una “exégesis profunda”, Como resultado de ello, somos Ievados a hacer dos conclusiones muy importantes: 1) No podemos contar la historia de Jesus pres- cindiendo de la teologia —y especialmente de la escatologia. Sin la teologia, esa historia no tiene sentido. Y la clave para Ja mayor parte de Ja teo- logia est4 en el Antiguo Testamento, especialmen- te en los cantos del Siervo de Isafas y en el sép- timo capitulo de Daniel. 2) La segunda conclusién no es menos impor- tante. Nuestros estudios han puesto dos cosas en claro: a) Jestis tuvo el convencimiento de que el Rei- no de Dios estaba presente en su misma persona y en su ministerio —presente como un “misterio” (Mar. 4:11) es verdad, pero real y dindmicamente presente. b) Con no menor claridad percibid su ministe- rio mesidnico, desde el Jordin hasta el Gdlgota, como el cumplimiento de las profecias sobre el Siervo del Sefior. 32 EL HECHO DE CRISTO Colocando juntos a) y b) resulta una tremenda paradoja; paradoja que, como lo sabemos, dejé gra- vemente perplejos a los discipulos y que a la ver- dad sélo se aclaréd después de la, Resurreccién. Vez tras vez: Jestis traté de iniciar a sus discipu- los en su verdad, de una manera particular en el camino hacia. Jerusalén, tal como lo atestigua Mar- cos 10:42-45. Lo que trataba de. hacer era introdu- cirlos en el secreto. mesianico —no el secreto de quién era el Mesias (esto, ellos lo suponian), sino de qué debia hacer y sufrir el Mesias. . Pero el secreto, e] misterio, gqué es? En térmi- nos técnicos,. que la “escatologia realizada” y el ministerio mesidnico de Jesus significan lo mis- mo. En términos simples, que la carrera de Jesus como Mesias Siervo, desde el Jordin hasta el Calvario, es el Reino de Dids, Dios actuando en su poder de rey, Dios que visita y redime a su Pueblo. Porque el Reino de Dios no es un im- perio terreno a establecerse mediante un coup d@état politico. Es un Reino en el cual Dios go- bierna redentoramente a través del ministerio de Jestis: no algo que se afiada al ministerio, sino el ministerio mismo. Los sufrimientos y el sacrificio de Jesus, el Siervo Hijo del Hombre, lejos de ser un preludio al triunfo, son el triunfo mismo, un triunfo que la Resurreccién aclararé y revelara.* 9 Véase a T. W. Manson, “Realized Eschatology and the Messianic Secret” en Studies in the Gospels (ed. D. BE. Ni- neham), p. 209ss. 1 Reino de Dios y el Ministerio de Jesis 33 Dos generaciones mas tarde, S. Juan vera clara- mente esto cuando describa la Cruz como “la glo- .tia” de Jestis; pero los primeros heraldos del Evangelio no dejaban de percibirlo cuando en su predicacién decfan que en el ministerio, muerte y resurreccién de Jess, el Reino de Dios habia venido, 1¢ Los reinos de este mundo pasan entre purpura y oro. Surgen, prosperan y mueren y toda su historia esta dicha. Sélo un reino es divino, una bandera triunfa todavia; su Rey es un Siervo, y su signo una horca sobre una colina, 14 10 La proclamacién de los apéstoles era: 1) Las profecias se han cumplido. 2) La Nueva Era ha venido con el Hecho de Cristo. 8) Por tanto, arrepentios y creed. La proclamacién de Jests habia sido: 1) El tiempo se ha cumplido 2) El Reino de Dios ha venido. 3) Por tanto, arrepentios y creed. En ambas proclamaciones el 1) y el 3) son idénticos. {Qué del 2)? La proclamacién del ministerio, muerte y Resurrec- cién de Jestis el Mesias ha reemplazado a la proclamacién del Reino de Dios. {Qué otra cosa puede mostrar mds clara- mente la verdad de nuestra conclusién? 11° The Kingdoms of the world go by / In purple and in gold. / They rise, they flourish and they die / And all their tale is told) / One Kingdom only is Divine / One banner triumphs still, / Its King a Servant, and its sign / A gibbet on a hill. — De In hoe Sign en Through the Chris- tian Year (Bradby and Hunkin). EL EVANGELIO DEL REINO iZ DE DIOS ‘Hemos visto que el ministerio de Jestis es la inau- guracién del Reino. Nos proponemos ahora extraer las implicaciones de esta paradoja y apoyarlas me- diante evidencias, (1) El Reino de Dios estd presente en el Ministerio de Jesus Pocas frases‘ han sufrido tanto abuso como la frase “el Reino de Dios”. Por ello, debemos empezar por librar nuestra mente de todo fal- so concepto moderno. Es idea popular que esa expresién significa una especie de Utgpia_terre-~ wa que sera construida por los hombres sobre la base de la ensefianza de Jestis. Otros lo toman como una especie de equivalente biblico del pro- ~ ceso_evolutivo, sobre el principio que “algunos Ia- man Evolucién y otros, Dios”. Olvidan que, para el cumplimiento de Ia historia, los escritores bi- blicos esperan no tanto un proceso de evolucién desde adentro, sino una intervencién divina desde afuera. Una tercera tendencia, tan vieja como 35 36 EL HECHO DE CRISTO Agustin? —la tendencia de identificar al Reino \con Ja Iglesia— no es menos errénea, porque con- funde al gobierno divino con el pueblo que vive bajo él. En forma“semejante, el concepto liberal del Reino como el gobierno de Dios en los cora- zones de los hombres (y por consiguiente, la obe- diencia de los hombres a la voluntad de Dios) confunde la respuesta humana con la actividad di- vina. El _reinado de Dios existe, sea_cual sea la respuesta de’ los hombres. Por cierto que reclama la obediencia de los hombres, pero existe antes. que se hagan los requerimieritos y sigue existiendo aun- que los hombres lo rechacen, “~~ os Para entender la expresién dentro de los evan- gelios debemos recordar que, lingiifsticamente, sig- nifica, el gobierno de Dios en:su cardcter de. Rey, e implica la idea biblica de Dios, el Dios que ac- tua, cuyo taller_es la historia y que alli estd Ie- vando a cabo un gran propdésito de gracia hacia una meta sefialada. Por lo tanto, nuestro -primer pensamiento respecto del Reino de Dios abe ser el de su. cardcter_dindmico, en términos de: Ja-ac- cién de % ios en la historia. El segunda, :su .cardc- ter_escatoldgico, En lenguaje comun, Ja. palabra escatologia’ generalmente significa creer en las pe-~- xe 1 ‘Esta es la moderna. posicién catélico romana. -E] Reino de Dios debe ser identificado con la Iglesia, y no necesitamos preguntar con cudl. Asi, R. A. Knox en su New. Testament Commentary, Vol." 1, p. 58, escribe: “El reino de los‘ cielos, cominmente, la -iglesia”- ” % : noone a it ‘Evangelio del Reino de Dios 387 nas. 0 goces post-mortem. ‘Los: judios la entendian de otro modo. Para ellos, la escatologia significa- ba Ia doctrina del Fin —el_Fin concebido como el propésito eterno y final de Dios a realizarse en el futuro y dar significado a todo el des © la historia. : , Ahora bien, en-el_pensamiento judio el Reino de Dios, concebido. en esa forma, es_este Fin. Es la gran esperanza para. el futuro, por cuya realiza- cién Jos judios Pladosos oraban, y oran aun: “Es- tablezca Dios su gobierno real durante tu. vida y durante, tus, dias, y durante la vida de toda la casa de Israel” (La oracién de Kaddish). . | Asi -entendido, el Reino de Dios es otro’ nom- bre para designar la Era_Mesidnica (o la Era por venir) y connota Ja obra total de salyacién de vice De modo que, el Reino es primordialmente _“s milla de Dios” mas bien que “accién del hom, bre”. Es Dios reinando y redimiendo. Es su reina- do haciéndose manifiestamente efectivo en los asun- tos humanos. Es Dios que visita y redime a. su Pueblo, como Jo ha prometido de antiguo. Si esto sintetiza correctamente lo que significa el Reino dé Dios en los Evangelios, podemos dar- nos cuenta Jo extraordinaria qué era la noticia con’ que Jesus iniciéd su ministerio galileo. “El tiem- po establecido ha Iegado. El Reino de Dios ha venido’. Era, nada Menos. que la noticia de que habian orado, sé habia proyectado en_la_historia. Lo que antes era pura escatologia, ahora estaba a 38 EL HECHO DE CRISTO la vista.de los hombres, lo sobrenatural hecho visible. - ae A esto, hoy en dia lamamos “escatologia reali- jada”, -y ‘aunqué ‘“inaugurada” podria ser el me- jor epiteto, la frase contiene la verdad esencial: Desde que G. H. Dodd la acufié, arguyendo que el. verbo griego en: Marcos 1:15 .(engiken) tiene fuerza de “ha Iegado”,’se desaté una verdadera batalla lingiiistica, -sosteniendo los criticos de Dodd que la verdadera traduccién es, “se ha acer- cado”.y no “ha ltegado”..Creemos que Dodd tiene razén y. que engiken aqui tiene la misma fuerza que ephthasen en Lucas 11:20.? Aun los que .ob- jetan’ esta’ traduccién® por lo general admiten -él punto principal, esto. es, que Jestis concibid el Reino ‘como una realidad presente en su persona y en su ministerio. A la verdad, el testimonio. de jos Evangelios no nos deja otra opcién. : “Por de pronto, equé sentido tiene decir que “el tiempo _sefialado ha llegado” si de hecho el Reino -esta todavia a la vuelta de la esquina? Pero hay mucho mds que agregar. a En muchos pasajes Jestis declara que ¢l_Reino de “Dios Jha Hegado: 2 Véase a W. R. Hutton en su articulo en The Expository Times, dic. 1952, en el que sostiene convincentemente que de 32 ejemplos del verho engizo en Ios Sindpticos y Hechos, 28 pueden ttaducirse razonablemente “alcanzar” o “llegar”. 3 P. ej., Vincent Taylor, St. Mark, p. 167. El: Evangelio del Reino de Dios 39 "$i pox el dedo de Dios echo yo fuera ‘lds de- monios, ciertamente el reino de Dios ha Hegado a. vosotros’” (Luc, 11:20: Q). .“Desde los dias de Juan el Bautista hasta aho- ra, el -reino--de los cielos ejerce_su_potencia” + (Mat. 11:12, Cf. Luc. 16:16). s--“El Reino de Dios est4 entre vosotros’* (Lue. 17:21, L), : “Los publicanos y Jas rameras van delante_de yosotros al reino. de Dios” (Mat. 21:31 M). No sélo eso, sino que por doquiera Jesus: in- .equivocamente enuncia -el_cumplimiento: ~ = “Bienaventurados los ojos que ven lo que vos- otros veis; porque os digo que muchos profetas: y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no Io vieron; y oir lo,que ofs, y no lo oyeron” (hve. 10: 23s. Q). ' “La reina del Sur se levantara en el juicio con los hombres de esta generacién, y: los condenara; porque ella vino de los fines de la tierra para ofr la sabiduria de Salomén, y he_aqui-mds que Salo- mon _en_ este “lugar” (Lue. 11:31. Q). “Id, haced saber a Juan lo_que habéis visto y oido: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, y a los pobres es anunciado el 4 Segin la traduccién de Otto. (The. Kingdom of God and the Son of Man, p. 108ss,), que toma a biazetai por voz media y no pasiva (“sufre violencia”). Los papiros tie- nen muchos ‘ejemplos del uso absoluto de Siazomai en la voz media. 40, ‘.EL HECHO ‘DE GRISTO evangelio; -y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mi” (Luc. 7:22s, Q). : Teniendo presente esta-respuesta | de Jesus a Juan, podemos examinar: el lugar _dé_ 1 thinisterio_de Jestis, En. primer lugar, es digno dé notar que casi la tercera parte (209 versiculos en ‘un total.de 661) del. evangelio mds antiguo, Mar- cos, tiene que ver directa 0 indirectamente ‘con los ntilagros. Ademis,. tam atras como podamos remon- tarnos en la tradicién del Evangelio, encontramos registrado que Jestis obré milagros: ~sand_ las :al- mas y cuerpos de los hontbres, los levanté deen tre-los muertos y.en ocasiones demostré estar do- tado de un extraordinario. poder sobre Ja. natura- leza misma. Por-el lado humano,: Jestis hizo mu- cho énfasis en el poder de la fexy la oracién; por el lado divino, atribuyé sus poderosas obras al “dedo de Dios”, es decir, el Espiritu. diving. ac- tuando en toda su plenitud a través de 41 mismo (Luc. 11:20). Si desde el principio, pues, Ja histo- ria fue contada como la historia de Uno que obré milagros, gcémo debemos. considerarlos.a éstos y qué. lugar tienen en el ministerio de Jesus? En un tiempo: se sostenia que, siendo los mi- lagros. interrupciones del orden sacrosanto. de, la naturaleza, no podian haber acontecido. Hoy en dia, es hombre gsado_el que afirme que la _na- turaleza es. un “sistema cerrado”, y ningun eru- dito que se respete a s{ mismo se atreve a elimi- nar los milagros de la historia de Jess, Alguno podra vacilar antes de aceptarlos tal como se pre- Et -Evangelio del Reino de Dios 4b sentan,: Y asi podra explicar la. alimentacién de lds cinco mil en términos sacramentales, - desesti- mando el elemento. milagroso;'o podra decir, que Jamaldicién: sobre: la higuera es la escenificacién de, una parabola sobre el juicio, que la tradicién ha transformado en. un milagro, También tomara en.cuenta el hecho. de-que los judios no tienen ninguna doctrina sobre las “causas secundarias”; Pero ‘aun cuando sostenga que. tal o cual milagro en..los. Evangelios no" haya sido .tan milagroso como aparenta ser, encontrara dificil negar que la mayoria .de’ los milagros de curaciones (indepen: dientementede lo que haga con los milagros .de la: naturaleza)® son;-enteramente creibles; en..una historia que, segtin los relatos, termina. con -una tumba vacia. ..¢Por qué, pues, Jess “realiz6 milagros? ‘Sabemos que sé negé a “‘dar una sefial” (Mar. 8:12; cf. Mat. 4:5s, 26:53; Luc. 16:31), es decir, a apoyar sus pre- tensiones con algin acto poderoso de taumaturgia. No sobrevaloré lo milagroso ni ambiciond. desem- _5 HE. W. Turner, en Jesus, Master and Lord, p. 181, piensa que Jos milagros de la naturaleza deben ser colocados én un “suspenso” teolégico, vale decir, al presente ‘no tene- niés ‘los: medios de entenderlos’ (aunque en- cualquier ‘ mo- mento’ podamos -descubrirles) La pregunta que ‘nos forniula- riamos seria:: ZEs. Jesus el tipo de persona 2 la cual puede razonablemente atribuirsele ese dominio sobre la naturaleza? {Nos atréveremos’a ponerle limites ‘al control que“ El ptieda ejercer sobre esferas que trascienden to que conocenios de la naturaleza? . 42 EL HECHO DE) CRISTO pefiar el papel de un mero mago. Sin embargo, como Io demuestra su respuesta a la pregunta de Juanel Bautista, [ests claramente considers sus obras _poderosas- como sefiales para los que tuvie- ran ojos para ver. ¢Sefiales de qué? Dé-la_presen- cia_del_ Reino, La. curacién de Jos enfermos, el exorcismo- sobre Jos: espiritus malignos, la recupe- racién de los invalidos, de los sordos, de los: mu- dos y de los ciegos,:el perdén. de los pecados — todo. esto eran “obras” del Reino, No un agre- gado a.su mensaje, sino una parte integral. del mismo —“potentes manifestaciones del amor. que era el elemento basico en el Reino de Dios”. En pocas palabras, los milagros eran el Reino de Dios en_accién. Finalmente, la ardbolas, en una forma u otra tienen que anaatl o y lo presuponen como una realidad presente, Denotan “una escato- logia que esté en proceso de realizacién” (Jeremias). La parabola del sembrador, imaginando el campo ya pronto para la siega, expresa: “Dios ha dado comienzo; a pesar de muchos fracasos, el Reino de Dios finalmente viene.” La parabola de la simien- te que crece secretamente expresa: .“‘Preparad la hoz, que la _siega ha Megado.” La parabola de la levadura expresa: “Como la leyadura_en la masa, el Reino de Dios ‘estd obrando en medio de vos: otros.” La parabola de la red expresa: “Como una red_ barredera, “el gobierno de Dios reine _y exa- mina a hombres de todo tipo y condicién.” La ‘parabola de la gran cena expresa: ‘“Venid, porque El Evangelio del Reino de Dios 43 ya todo esta preparado.” La parabola del grano de mostaza profetiza: “El Reino de Dios, que aho- ra es como una pequefia -semilla_en medio de vosotros, un dia. seré como un 4rbol que cubra con-.su sombra toda la tierra.” os Obsérvese que todas estas_parabolas comparan al Reino no con algo muerto, estatico, sind con al- go_en movimiento,® con alguien que esta hacien- do algo; ‘y cada una de ellas dice a los ‘que tie- nen oidos para ofr: “Dios esta en medio de ‘vos- otros con su poder de rey. Hoy es el dia de sal- vacion.” (2) En el Reino, el Rey es un Padre Cuando decimos que el tema dominante de la pre- dicacién de Jestis era el Reino de Dios, facilmen- te olvidamos que en su Reino el Rey era un Padre. “Padre... venga tu Reino”, ensefiéd Jess a sus discipulos a orar (Luc. 11:2). “No temdis, manada pequefia —les dijo— porque a vuestto Padre le ha placido daros el reino” (Luc. 12:32). “Mi Padre me asigné un reino’, dijo en Ja ulti- 6 James Denney encontré una vez a John Hutton en Glas- gow cuando iba a predicar y Je pregunté sobre qué versaria * gu sermén. “Sobre la parabola de la Jevadura”. “ZY el tema ”, “Oh, Ja tranquila jafluencia_leudante del cristianismo”. “Hutton — dijo Denney — Zusted nunca observé una pizca de levadura con el microscopio?”. 44 “HE HECHO DE RISTO. ma: cena (Luci. 22:29). Si las. imagenes: estan: mez cladas, es porque sdlo mézclandolas ‘Jesus puede. re: velar la verdad. El gobierno de Dios que irrumpe es“un gobierno~ paternal,”.y la soberania que: se manifiesta es una soberania de gracia. . ', No. queremos con esto restaurar la vieja idea de que.el mensaje de -Jests fue ‘la paternidad de Dios, y Ja hermandad. -de: Jos: hombres”. Simple: mente: queremos destacar que los intérpretes: libe- rales .del Evangelio (como ‘Harnack). no-.erraron cuando descubrieron..que la paternidad divina -es- taba en:el centro del mismo. Pero no podemos ha- blar de esta paternidad en los términos en que ellos frecuentemente lo hicieron. Alguna vez ‘sé. sostuvo -giie “la -verdad nuéva .e importante que Jesus vino a declarar fue la pater- nidadde Dios. Cuando se descubridé queen el. An- tiguo Testamento, en algunas ocasiones se- desig: naba..a Dios como Padre de su -pueblo -y que los judfos ‘del primer siglo de la era, cristiana a veces se. dirigian a Dios con la expresién. “nuestro Padre”, aquella.posicién hubo de ser: modificada, para pasar a decir que lo que hizo Jess fue dar a la paternidad divina caracter de lugar comin en la teologia. Pero esto esta completamente fuera de lugar, porque: : _ 4), El-nombre que Jestis daba al Padre i invisible no :éra.el. mismo que utilizaban sus contempord- neos judios, EI llamé a Dios Abba (Mar. 14:36). (Es probable que este, término. aramaico subyazga El Evangelio del Reino de Dios 45 en otros pasajes donde Jestis habla de Dios como “Padre”,. “el Padre’ -y. “mi. Padre”’)...En las fuen- tes rabinicas no se halla ningun paralelo .a -este término.* Lo que muestran las investigaciones ® es que Abba era el nombre que los nifios: judios utilizaban al dirigirse.a sus padres humanos; pero ningin judio temeroso de Dias osaria aplicarlo al santo Dios..El primero que lo hizo fue Jesus, .y, si_faltara otra evidencia, esta sola palabra daria testimonio del cardcter wnico de su comunion filial con Dios. El hecho de. que los cristianos de habla griega introdujeran este término en su lenguaje li- turgico apunta en la misma direccién. b) Jesus no. hablo: a las multitudes de Dios como Padre..® En sus labios, la paternidad™ de’ Dios no era un lugar comin de la teologia. $6lo hablé de Dies como :Padre a sus discipulos, en_privado, 1° porque la experiencia de Dios como Padre era la suprema realidad de su propia vida y porque (co- mo dice Platén 24) “encontrar al Hacedor y Padre 4 Véase. “Strack Billerbeck, Kommentar L P. B86 il, p. 498." 8 Véase ‘la’ "axppoatetén de Kittel: Sobre al término Abba enel 7. W.N.T.,1,-p: 5: ® Por ejemplo, en el evangelio més antiguo —Marcos— Jestis habla de Dios como Padre sélo cuatro veces, siempre a; sus discipulos: y. siempre después dé la confesién de Pedro. EI testimonio de otras fuentes, QM y L es, similar. 10 T.-W. Manson, The Teaching: of Tesusy cap: 4 11 Timeo,: 28 C, at 46 EL HECHO DE CRISTO de este universo es una ardua tarea; y cuando se lo ha encontrado, es imposible hablar de él pu- blicamente”. c) Jesus. no. enseiid..la-paternidad universal de Dios.12 Hablé. de Dios como su propio Padre, y ensefié que otros, ademas de él, podrian llegar a ser hijos de Dios. Pero le deberian a 1 este alto privilegio. No siendo hijos, de Dios por naturaleza, pueden’ llegar a serlo por gracia. El dicho juanino, “nadie vierie al Padre, sino’ por’ mi” (Juan 14: 6) es confirmado por. los sindpticos: : “Nadie conoce al Padre, sino el Hijo Y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” (Mat. 11:27; Luc. 10:22). Podemos aqui tomar el dicho de Mateo 18:3: “Dé cierto os digo, que si no os volvéis y os ha- — céis como nifios, no entraréis en el reino de los cielos.” ‘Volver y hacerse’ significa ‘volver a ser’. “ Qué quiere decir Jesus al hablar de personas que ‘vuelven a ser nifios’? Puede querer decir. “ser otra vez pequefio”; pero la mds probable interpreta- cién #3 es: “Si no aprendéis a decir Abba, no po- dréis entrar en el Reino de Dios.” 2 Véase el ensayo de H. F, D. Sparks sobre el tema en Studies in the Gospels, p. 241-262, y. comparese Dodd, Ro- manos (Moffat New Testament Commentary), p. 130s. wy, Jeremfas, The Parables of Jesus, p: 1338, El. Evangelio del Reino de Dios 47° 4A qué conclusién nos: conduce esto? Middleton Murry dijo una vez: “EI secreto del Reino de. Dios era que alli no habia Rey —sdlo uri: Padre.” - Este epigrama contiene una verdad. El Rey en ei Reino de Jestis era un Padre —el Abba de su pro- pia vida devocional, el Padre al cual ensefié a sus © discipulos a orar por la venida del Reino, Pero el conocimiento de ‘este Padre no era una. verdad pata ser proclamada desde las azoteas, ni para, ser revelada en pardbolas,, salvo alguna alusidn: indi- recta como en la gran parabola del Padre miseri- cordioso que Mamamos “parabola. del Hijo Pré- digo”, Al igual que el cardcter mesidnico de Jests, la patérnidad de Dios era un secreto develado a los discipulos porque constituia la suprema reali- dad de la propia vida de Jess y algo dél cual él sabia era el unico mediador. ° : Sélo con la venida del Espiritu Santo, el secre- to. de Jesus acerca del Padre llega a ser un ‘se: creto abiertamente revelado. Entonces la palabra principal de su lenguaje esotérico legé a ser. la preciosa posesién de todos los hijos adoptivos de Dios (Rom. 8:15 y Gal. 4:6). Y desde que una cosa es ser teista y otra muy distinta ser hijo del “Abba, Padre”, esta palabra: sintetiza en .cuatro 14 The Life of Jesus, p. 37. 48 ‘EL HECHO DE CRISTO letras la grandeza del privilegio cristiano de los hijos de Dios. 8) EL Reino de. Dios ‘iniplica un nuevo Israel Cuando se dice (como:hasta no hace mucho tiem- po). que Jesus nunca, tuvo intencién de crear una, iglesia, se demuestra‘no haber entendido lo que el Reino dé Dios significa. La idea de Ecclesia esta hondamente arraigada en la intencidn ‘de Jesus. Esta implicita-en- su mensaje respecto del Reino-y en. su’ doctrina ‘sobre. el. mesianismo, A través de su ministerio, vemos a Jesus creando la Iglesia. 1. El estribillo en el mensaje de Jestis era que el reinado de Dios habia comenzado. {Pero es Dios un gobernante en el exilio? ¢Y.qué clase de ‘rey’ es que no tiéne stibditos? Al igual que-toda ac- cién de gobierno,el gobierno de Dios no puede verificarse en el vacio; riecesita una’ esfera donde ejercer -soberania, un dominio donde operar. Por esta razén, el Reino de Dios tiene a veces el, sen-: tido.de un ‘dominio’ (como en las Bienaventuran- zas), y ello explica que Jestis hable ‘de hombres que’ ‘entran’ “al Reino, o de “ser echado fuera”. En sintesis, el Pueblo de Dios es un corolatio ne- cesario del Reino dé-Dios. " vat Por. Jo tanto, no debe sorprender- que algunas de .sus pardbolas impliquen claramente: una‘ :co- munidad. Las pardbolas de la red barredera (Mat. 18:47s) y del trigo y la cizafia (Mat. 13:24ss), sugieren una El Evangelio del Reino de Dios 49 sociedad en proceso de creacién que comprende hombres de toda suerte y condicién. La parabola de los labradores malyados (Mar. 12:1-12) —basada en la vieja pardbola de Isafas de “la vifia de Jehova de los ejércitos que es la casa de Israel”— habla del viejo y del nuevo Israel. La pardbola de la semilla de mostaza (Mar. 4: 30-32), con su referencia a “las aves del cielo” que recuerda a Dan, 4:12 y Ezeq. 31:6, demuestra que Jesus tiene en vista reunir a una comunidad. Pero esto no es mds que el principio de pruebas. 2. Correlativo del Reino es el Mesias. Del con- cepto que Jestis tuvo de su mesianismo se des- prende claramente que él tenia en vista una comu- nidad, Interpreté su mesianismo en términos de dos famosas imagenes del Antiguo Testamento: el Hijo del Hombre de Daniel 7 y el Siervo del Sefior del Segundo Isafas. Las dos son imagenes de contenido social. Asi como el Hijo del Hombre en Daniel representa a “los santos dei Altisimo”, 6 el Siervo en Isaias implica una comunidad. Si Jests vio su destino en estos términos, concibié su tarea mesidnica como la creacién de un nuevo Israel. '¢ 15 La secta que produjo los rollos del Mar Muerto no sélo se consideré a sf misma como el verdadero Israel, sino que se llamaron a s{ mismos “los santos del Altisimo”. WCE Mar. 14:58 (Jn. 2:19) Este dicho tiene en vista un nuevo santuario “no hecho de mano” para Ja adoracién del “pequefio rebafio” de Cristo. 50 EL HECHO DE CRISTO Si quedan dudas todavia sobre este punto, note- mos por afiadidura que Jests hablé de si mismo y de sus discipulos en términos de un pastor y su rebafio (Mat. 10:46;~Mar..6:34, Luc. 12:32). Y esto no es simplemente una representacién de escena pastoril. No sdlo era comun en el Oriente aplicar el término Pastor a un libertador divino, sino que en dos famosos pasajes del Antiguo Testamento (Ezeq. 34 y Mig. 5:4 (cf. los Salmos de Salomén, cap. 17) se describe la obra del Mesias como apa- centar .la grey de Dios. Si Jesus se llamé a si mismo el Pastor, hemos de esperar que él retina el rebafio de su Padre. Y esto es precisamente lo que hace ‘en los Evangelios. 8. Hasta aqui nos hemos ocupado de la teoria teolégica del asunto. Volvamonos ahora al Minis- terio; veremos a Jestis traduciendo la teoria a la practica. En primer lugar, amd a doce hombres." Es el numero de las tribus de Israel. Para un judio ° de cierta penetracién espiritual esta parabola de la vida real debia decirle: ‘Este es el Mesias y el nuevo Israel’. En segundo lugar, Jesus instrwyd a esos hom- bres. Siglos antes, Isaias habia formado un circulo de discipulos a quienes les habia confiado su en- 17 La inquietud de los apéstoles (Hech. 1:15s8) por “lle- nar la vacante” creada por la defeccién de Judas indica que ellos consideraban significativo el numero doce, El Evangelio del Reino de Dios 51 sefianza (Isa. 8:16-18). “Esto —dice Robertson Smith 1* comentando el pasaje— es el nacimiento del concepto de Iglesia.” Asi acontece ahora en el ministerio de Jestis. Designando a doce hombres e instruyéndolos, Jestis da a conocer su intencién de crear un nuevo Pueblo de Dios. En tercer lugar, Jesus los envid en misién a pro- clamar el Reino. :Cudl era el objetivo de la mi- sién? Recordemos que el Reino de Dios es algo de cardcter dinamico. Crea un pueblo gobernado en dondequiera se siente su poder. E] propdsito que Jestis tiene se hace bien evidente. Es la re- unién del Pueblo de Dios. Hay suficiente evidencia en los Evangelios de que no dejé de hacerlo. Finalmente, en el Aposento Alto, mediante el pan roto y el vino derramado, Jesus dio a sus dis- cipulos una participacién en el Nuevo Pacto a ser inaugurado con su muerte. Mucho tiempo an- tes, en el Sinai, Dios habia constituido a los he- : breos en el Pueblo de Dios haciendo un Pacto * con ellos. E] Nuevo Pacto, proféticamente inaugu- rado en el Aposento Alto, implica la creacién de un nuevo Pueblo de Dios. En torno a la mesa de la cena, aquella noche los doce fueron constitui- dos en el nucleo del nuevo Israel. Si nada hemos dicho acerca de los dos pasajes en que se menciona Ecclesia en Mateo (16:18 y 18: 17), es porque la critica todavia tiene dudas sobre 18° The Prophets of Israel, p. 2748, 52 EL HECHO DE CRISTO ellos. Sin estos pasajes, nuestra conclusién se man- tiene firme. El Reino de Dios implica la creacién de un nuevo Israel. (4) El Reino de Dios implica un nuevo patron de vida Nuestra tesis aqui puede enunciarse simplemente asi: la ensefianza ética de Jesus, de la cual el Sermén sobre e] Monte nos proporciona un com- pendio, es el patrén que él provee para la vida ‘en el Reino de Dios. No debe sorprendernos el-hecho que Jesus, el heraldo del Nuevo Orden de Dios, aparezca tam- bién como un Maestro de justitia.1® La escatolo- gia tiene implicancias éticas, y en la Biblia el in- dicativo divino trae aparejado (consigo) un impe- rativo divino. “Yo soy Jehova tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto... Por tanto...”. Asi hablé Dios por medio de su siervo Moisés cuando establecié el Viejo Orden en el Sinai. Cuando a través de su mayor Siervo, Jesus, pro- nuncia el nuevo indicativo, “el Reino de Dios se ha acercado”, es de esperar un nuevo imperativo. La ética de Jestis es el imperativo del Reino de Dios. Proporciona un patrén de vida para todos 19 Cf, Zadokite Fragments, 8:10, “Hasta que surja el Maestro de Justicia en el fin de Jos tiempos”. El Evangelio del Reino de Dios 53 los que pertenecen al Reino que ha venido con la venida de Cristo. Albert Schweitzer, interpretando la escatologia en términos puramente de ‘futuro’ no logré dar sentido a la ética de Jesus, La Hamé “una ética de interin”. Pero no se puede considerar al Ser- mon sobre el Monte —estimado por el consenso general como la mas sublime expresién de la vida moral que se haya dado en la historia— meramen- te como un cédigo de reglas de emergencia va- lido s6lo para las pocas semanas'o meses que se- pararian la predicacién de Jesis del Dia del Jui- cio, Con todo, Ja frase de Schweitzer tiene su parte de verdad. Es una ética para el ,intervalo —largo 0 corto~ entre la venida de Dios en Uristo y la consumacién final de todas las cosas, Las bienaventuranzas, que estan al comienzo del Sermén y constituyen su misma alma, nos mues- tran cémo la escatologia puede ir de la mano con la ética. Son escatolégicas y mesidnicas, A través de ellas resuena la afirmacién de que “las profecias se han cumplido”, que el Reino de Dios ya esta aqui. Lo que Jestis hace en ellas es bosquejar, en ocho paradojas, el retrato espiritual de un hom- bre del Reino. Lo que frecuentemente no se toma en cuenta es que la ética de las bienaventuranzas es una ética de gracia. Fundadas sobre la gracia del Padre que da el Reino a los que son como nifios, prometen felicidad a todos los que, lejos de anteponer algtin mérito (como si les asistiera derecho) ante Dios, se contentan con ser mendi- 54 EL HECHO DE CRISTO gantes ante él y confiarse a él para que provea todas las cosas. Las seis antitesis que siguen en el Sermén expo- nen claramente él ideal moral del Reino. Siglos antes, Moisés habia entregado al viejo Israel la voluntad de Dios escrita en mandamientos. Aho- ra, al antiguo “fue dicho” Jesis opone su mesid- nico “Mas yo os digo”.-;Cudnto mas radicales son las demandas del Nuevo Orden! La voluntad de Dios para el- Nuevo Israel, tal como es interpre- tada por Jestis, exige la verdad en lo intimo, re- quiere una moralidad hasta la sangre y los huesos. Lagleyaydigua decia: nada de asesinatos. Yo digo: nada de iracunda pasién. La ley antigua decia: nada “de adulterios. Yo digo: ningtin pensamiento lujurioso. La ley antigua decia: divorcio bajo condicio- nes... Yo digo: No, al divorcio. La ley antigua decia: No,.al falso juramento. Yo digo: ningun juramento. La ley antigua decia: Ojo por ojo. Yo digo: nada de represalias. La ley antigua decia: Ama a tu prdjimo. Yo digo: ama a tu enemigo. Este es el ideal moral para los hombres del Reino, el patrén divino al cual deben propender. Nos hace estremecer, como lo habra hecho a los primeros discipulos de Jestis, por la aterradora al- tura de sus demandas. Si nuestra salvacién depen- El Evangelio del Reino de Dios 5D diera del vivir este ideal en nuestras vidas, bien podriamos decir con Pedro “zquién pues, podra salvarse?” Pero aunque es una pauta para la vida real29 y no un manual para alguna Utopia, no es un nuevo cédigo de leyes de cuya perfecta ob- servancia depende nuestra salvacién. Porque el Dios que lo dio no es un amo regateador con quien es dificil establecer un contrato legal, sino un Abba, Padre; y somos salvos no mediante la ley sino por gracia. Tal es, pues, el modelo para la vida en el Reino de Dios. 2Cudl es su punto central y distintivo? Fuera de toda discusién, es el mandamiento del amor. En éste, dice Jesus, todos los otros manda- _Mientos estan abarcados y tienen su cumplimien- to (Mar. 12:29-31), El amor es la lave maestra de la moral del Reino de Dios. Por amor no entien- de Jestis alguna especie de emocién sentimental, ni siquiera que debemos forzarnos a que ciertas personas nos gusten. (En ese sentido no podemos amar porque se nos ordene.) El amor, tal como Jesus lo define en dichos y pardbolas, significa ‘in- teresarse’. Interesarse prdcticamente y con persis- tencia por todos los que encontramos en nuestro camino de la vida, interesarse no sdlo por los dig- nos y los que se hacen merecedores de nuestra 20 La ensefianza de Jesiis, lejos de ser una legislacion para un mundo ideal, implica la continuacién de la sociedad tal como la conocemos — una sociedad en la cual uno puede recibir una bofetada en la mejilla o que le roben su manto. 56 EL HECHO DE CRISTO atencion, sino por todos los que necesitan nuestra ayuda, incluso los enemigos. Esta es la nueva “ley” del Reino, desde que el Rey en el Reino es un Padre que se interés aun’ de los que lo ofenden y los ingratos, y cuya intima naturaleza es el amor. (5) El Reino estd’ centiado en Gristo Cuando Marcién dijo: “En el Evangelio, el Reino de Dios es Cristo mismo”,.no estaba errado. Por- que, como hemos visto, el ministerio de Jesus —su carrera como Mesias Siervo— es en algun sentido el Reino, el poder y Ia gloria, Debemos ahora es- tudiar este punto con mayor detalle. Consideremos, en primer lugar,' lo que podemos Hamar la evidencia de los Evangelistas. Cuando S. Marcos escribe “el Reino de Dios venido con po- der” (Mar. 9:1), 8. Mateo lo cambia en “el Hijo del Hombre viniendo en su reino” (Mat. 16:28). Donde S. Marcos escribe “por causa de mi y del Evangelio” (Mar. 10:29), S. Lucas dice “por el Reino de Dios” (Luc. 18:29). Estos no son cambios caprichosos o inconscientes. Si los Evangelistas los hicieron es porque atribuyeron una equivalencia entre el Reino de Dios y Cristo. A esto podemos agregar la evidencia de las ex- presiones de Jests mismo. Es significativo que el Reino es prometido sdlo a los que se adhieran a la persona de Jestis, y que el ser discipulo de él El Evangelio del Reino de Dios 57 es equivalente a estar “en el Reino de Dios” (Véa- se Marcos 10:17-31 y Lucas 9:57-62). Obsérvese luego lo que se puede inferir de un dicho tal como el de Lucas 11:20: “Si por el dedo de Dios echo yo (ego, enfatico) fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha Iegado a vosotros.” Alli habla Uno que tiene conciencia de ser el go- bierno de Dios encarnado y en accién. Consideremos, finalmente, las parabolas y las bienaventuranzas de Jests. El Reino de Dios cons- tituye el tema de unas y otras; con todo, en al- gun sentido siempre esta envuelta la persona de Jesus. Si dice, “Bienaventurados los que Iloran, porque ellos recibiran consolacién” (Mat. 5:4), es como si dijera, “Si, y yo seré su Consolador” (El Consolador era uno de los nombres de] Mesias). 7! Si les relata-una parabola del Reino, como la de la oveja perdida (Luc. 15:4-7; Mat, 18:12-14), es como si dijera: “Si, y yo soy el Pastor de Dios ve- nido a buscar y a salvar Io que se habia perdi- do” (Cf. Luc. 19:10). Cuando una parabola habla del Reino, Jestis esta alli detrads de la palabra ‘Reino’ como su “contenido secreto”, En sintesis, 21 En tiempos de nuestro Sefior, las profecfas de. “‘con- solacién” de Isafas (40:1, 61:28) se referian ala era mesia- nica. Véase Eclesidstico 48:24, donde Ben Sira dice de Isafas: “Por una poderosa inspiracién previd las postrime- rias y consolé a los afligidos de Sién”. (Versién Bover- Cantera). 58 EL HECHO DE CRISTO las bienaventuranzas y las pardbolas estan cargadas no sdlo del secreto del Reino sino también del se- creto de Jestis, Y ambos secretos, en el fondo, no son. mds que uno. ¢Por qué, pues, esta conexién no se ha hecho mas explicita en los Evangelios sindpticos? La res- puesta esta en el “secreto mesidnico”, Durante su ministerio ptblico, Jesus rehusé proclamarse a si mismo como el Mesias y sdlo al final, en su pro- ceso, delante del Sumo Sacerdote, admitid ‘abierta- mente su cardcter mesidnico. Como ya lo sabemos, prefirid ser conocido bajo el misterioso titulo de “Hijo del Hombre”. ¢Inva- lida esto nuestra argumentacién? Por el contrario, este titulo es la clave de la relacién entre Cristo y el Reino. Los Evangelios sinépticos contienen cerca de tres docenas de ejemplos, textualmente bien autentica- dos, de este titulo en labios de Jess. Por lo gene- ral, es bien evidente que esta aludiendo a si mis- mo. Algunos de esos ejemplos son de cardcter ge- nérico, pero la mayor parte se agrupan alrededor de dos motivos profundamente contrastantes: el su- frimiento y la soberania. Qué es lo que Jestis sub- raya al utilizar ese titulo con referencia a estos dos motivos? Para responder a esta pregunta, de- bemos considerar el origen de esa expresién. Hoy en dia, la mayor parte de los eruditos con- cuerdan en que la fuente del titulo de Jestis es la vision de Daniel 7:13ss, probablemente con algu- na influencia de la interpretacién que se le da en El Evangelio del Reino de Dios 59 el libro de Enoc.** Ahora bien, en Daniel 7 es donde encontramos la clave de la conexién entre Cristo y el Reino: “He aqui, con las nubes del cielo venia uno como un hijo de hombre, que vino hasta el An- ciano de dias, y le hicieron acercarse delante de él, Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sir- vieran.” Luego, sabiendo que las cuatro bestias de la visidn representan a cuatro reyes, leemos: “Después recibirdn el reino los santos del Alti- simo, y poseerdn el reino hasta el siglo, eterna- mente y para siempre.” “Hijo de hombre... el reino... los santos del Altisimo.” En estos conceptos relacionados entre si, y en toda la teologia de la historia alli encerrada reside la solucién de nuestro problema. Dios da el Reino al Hijo del Hombre y los santos del Al- tisimo lo reciben. Si esto es asi, entonces el Hijo del Hombre en los Evangelios no es un mero circunloquio de hom- bre (como en Sal, 8:4), sino el titulo de una per- sona celestial que recibe la soberania de Dios mis- mo. Cuando Jestis se designa a si mismo de este modo, reclama ser el portador del Reino de Dios a los hombres, y en su ministerio vemos a este go- 22 En Enoc el Hijo del hombre es un individuo, preexis- tente en los cielos, y designado Cabeza del Pueblo de Dios. 60 EL HECHO DE CRISTO bierno encarnado y en accién. Pero esto no es todo. En Daniel 7, el Hijo del hombre representa a los “santos del Altisimo”. Es la Cabeza del Pue- blo de Dios, De este modo podemos comprender por qué Jestis promete el Reino a los que se adhiec- ren a su persona y por,qué se dedicd él mismo a crear un nuevo Pueblo de Dios, Pero, puede argumentarse que sea quien fuere el Hijo del hombre en Daniel (o en Enoc), en los Evangelios no es un personaje triunfante. Su soberania, si es que la tiene, estd velada, Antes bien, leemos que el Hijo del Hombre debe sufrir y morir antes de triunfar. ¢Por qué? Porque Dios ha determinado que Jests, el Hijo del hombre, debe cumplir el destino del Siervo sufriente del Sefior, El Hijo del hombre ha de arribar a su tro- no a través de la Via Dolorosa. : Si hay verdad en todo esto, la relacién entre Jess y el Reino estd establecida, y podemos apro- bar la sentencia de Marcién. Pero todavia no lo hemos hecho. Si pensamos en el Nuevo Orden de Dios solo como un Reino, su portador bien puede Iamar- se a s{ mismo “el Hijo del hombre”. Pero ha- biamos visto que para Jesus el Rey en el Reino era un Padre. Si el que reina en el Reino divino es un Padre, hay sdlo una palabra que puede de- signar al que lo trae a los hombres. Es la pala- bra “Hijo”. Por esto, los Evangelios registran que Jesus, en una pardbola del Reino (Mar. 12:1-9), habla de si mismo como del “hijo amado” del El Evangelio del Reino de Dios 61 sefior de la vifia, y es también por ello que, ha- blando con sus discipulos, puede hacer esta estu- penda declaracién: “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre, y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” (Mat. 11:27; Luc. 10:22, Q). “Un relampago procedente de la literatura jua- nina” dicen los criticos con incrédula sorpresa. Di- gamos mas bien: una palabra auténtica de labios de Uno que conocié al Padre como ningun otro lo conocié jamas. Una relacién filial con el Padre, que no tiene paralelo por ningun otro lado, es el secreto final de la obra y ministerio de Jesus. Aqui est4 la materia prima para la mds elevada cristologia. (6) El Reino implica una Cruz Jestis empezd su ministerio galileo con el anuncio, “el Reino de Dios ha comenzado”, Hacia su ter- minacién dijo: “el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida 23° Para una excelente discusién de la autenticidad de este dicho, véase a W. Manson, Jesiis the Messiah, p. T1ss. 62 EL HECHO DE CRISTO en rescate por muchos” (Mar. 10:45). Por cuanto Jestis es al mismo tiempo el mensajero del Reino y el Hijo del hombre que debe morir, él mismo plantea en su persona-el.‘problema del Reino y de la Cruz. Medio milenio antes de que él naciera, se ha- bia establecido una conexién (aunque adventicia) entre el Reino y la-Cruz..En los capitulos 52 y 53 de Isaias, el mensajero de las alegres nuevas acaba de anunciar “;Tu Dios reinal”, cuando lee- mos que el Siervo del Sefior debe sufrir y morird por los pecados de “muchos” antes de llegar a su resurreccién y recompensa. Es la misma carrera de Jestis expresada en profecia. A menudo se dice que Jestis,murid para “in- troducir” el Reino de Dios. Quienes sostienen este punto de vista declaran que asi debe ser si es que se ha de preservar el cardcter crucial de la Cruz; pero ya hemos reunido irrefutable evidencia de que Jesus entendid que el Reino de Dios estaba ya presente en su ministerio, gY entonces? La Cruz debe caer dentro del Reino; y desde que, segtm ya lo hemos. visto, todo el ministerio de Jesus, del Jorddn al Calvario, es el advenimiento del Reino, la Cruz debe ser el punto culminante de su carrera como Mesias-Siervo. Es el acto final —la ultima y la mds amarga batalla contra los po- deres del mal— que corona su obra como Siervo: la condicién, no de la venida del Reino, sino de su venida “con poder”. El Evangelio del Reino de Dios 63 Se ha especulado respecto de cuando Jesus pre- vid la Cruz como la inevitable consecuencia de su ministerio. Algunos sostienen que empezd su mi- nisterio con luminosas esperanzas de éxito y que sdlo mds tarde, cuando esas esperanzas se desvane. cieron y que él vio que sus enemigos lo matarian infaliblemente, se incliné a lo inevitable y lo trans- muté para su glorioso logro. No encontramos nin- guna prueba para sostener esto. Por el contrario, . los testimonios sugieren que desde que se sintié Iamado a ser el Mesias Siervo, es decir, desde su bautismo, supo que la Cruz formaba parte de su vocacién. Lo que nadie cuestiona es que desde la confesién de Pedro en adelante, la vio como cosa cierta, “Es necesario al Hijo del Hombre padecer mucho” (Mar. 8:31), habia dicho. Es el “es nece- sario” (dei) de la necesidad divina: Dios quiere la Cruz para él. Hasta ese momento no habia bus- cado explicar a sus discipulos el cardcter mesid- nico tal como él lo entendia; pero desde el mismo momento que empieza a hacerlo incluye la muer- te. “Jess —dice Goguel *4— no creyé ser el Mesias aunque tenia que sufrir. Creyd serlo porque te- nia que sufrir.” No hay necesidad de que discutamos aqui en de- talle las predicciones de Jestis sobre su Pasién. Lo que est4 mds alldi de toda duda es que siempre que habié de ella usd el lenguaje sombrio de 24 Life of Jesus, p. 392. 64 EL HECHO DE CRISTO Isafas 53, Hay cinco profecias de esa indole en Marcos (8:31, 9:12, 9:31, 10:38 y 10:45). En al- gunas de ellas puede que las expresiones hayan sufrido alguna precisi6n con: posterioridad al even- to; pero aun cuando eliminemos todo lo que muy razonablemente deba atribuirse a la influencia de la Iglesia primitiva, lo que queda de ello es muy significativo. Pénganse. todas Jas sentencias “expur- gadas” juntas, en una sola declaracién, y se ten- dra. una clara descripcién del sufrimiento del Siervo del Sefior. . : “[El Hijo del hombre] debe padecer mucho, ser deshechado y tenido en nada, serd entregado en manos de hombres, y le mataran, [Porque él vino] no para ser servido, sino para servir [i.e., para ser _ el Siervo del Sefior] y para dar'su vida en rescate por muchos.” 2 (Las ultimas palabras son una traduccién bastan- te clara del hebreo de Isa. 53:10), Aqui est4, pues, nuestro problema, El Reino de Dios, en algun sentido ha venido en el ministerio de Jestis. Con todo, Jestis debe morir como Siervo del Sefior para rescatar a “muchos”. La solucién parece clara si nos detenemos por un momento en dos dichos sobre el Reino en S, Marcos, En el primero (Mar. 4:11), Jests habla dei 25° Véase R. H: Fuller, The Mission and Achievement of Jesus, p. 56. : El Evangelio del Reino de Dios 65 Reino como de un “misterio”’,26 o secreto, dado a conocer a los discipulos. En el otro (Mar. 9:1), declara que no dentro de mucho tiempo los hom- bres verdn al Reino “venir con poder”. La expre- sidn “con poder” también aparece en Rom. 1:3, donde se hace referencia a la resurreccién de Jesus. Pero entre la venida del Reino como un “misterio” y su venida “con poder” esta la Cruz. No es dificil hacer la deduccién. La Cruz era in- evitable si el ‘misterio’’ habia de legar a ser un secreto develado. Jestis murié para que el Reino pudiera venir “con ler”. Si se necesitan mas pruebas, deben buscarse en el gran dicho sobre el “fuego” y el “bautismo” (Luc. 12:49s), de donde se saca la misma deduccidn. El Te Deum dice bien: fue cuando Jests “ven- cié la muerte” que “abrié el Reino de los cielos a‘ todos los creyentes’’, (7) Aunque ya ha venido, el Reino atin esté por ser consumado La frase “escatologia realizada” no expresa toda la verdad acerca del Reino de Dios. No es sufi- ciente decir “el Reino ha venido”, cuando la ora- cién del Sefior dice “Venga tu reino”. ¢Qué en- 36 Jeremfas define el secreto como “la irrupcién contem- pordnea de] Reino en la obra y las palabras de Jests” (The Parables of Jesus, p. 16). 66 EL HECHO: DE CRISTO sefié Jess acerca del futuro cumplimiento del Reino de Dios? Nuestra indagacién suscita una serie de pro- blemas que dan lugar, en un punto y otro, a di- versas opiniones. En primer lugar est4 el problema de Marcos 13. Este capitulo, tal como esta, ¢pro- porciona una verdadera imagen del pensamiento de Jesus acerca del futuro, o es un apocalipsis judeo-cristiano que contiene algunos dichos autén- ticos de Jesus? Una segunda dificultad, no des- vinculada de la primera, es que los dichos acerca del Dia del Hijo del Hombre estén mezclados en la tradicién (véase, por ejemplo, el apocalipsis de Q en Lucas 17:22-37) con los dichos en los cuales. Jesus predice la destruccién de Jerusalén. Y una tercera dificultad esté en el hecho de que las pa-' rabolas de la “hora cero”, como la de las Diez Virgenes, los siervos vigilantes, del ladrén y el duefio de casa, que los evangelistas las toman con referencia a la Parousia, en labios de Jesus pro- bablemente se refirieran a la gran crisis en los asuntos de los hombres inaugurada por su Mi- nisterio, 27 Todas estas cosas deben ser tenidas en cuenta cuando procuramos arribar a conclusiones. et 27 Jeremias, The Parables oj Jesus, p, 36-52. _ El Evangelio del Reino de Dios 67 Empecemos con los dichos de Jestis que se re- fieren no a un reino cualquiera a establecerse so- bre la tierra, sino al orden eterno de Dios en el que su gobierno no viene o se va, sino que estd siempre presente, (Nota: los judios de aquel tiem- po concebian la Era venidera,o sea el Reino de Dios, al mismo tiempo-como un orden eternamen- . De éstos, los dos mas importantes son: “Vendran muchos del oriente y del occidente, y sé sentarin con Abraham e Isaac y Jacob en el xei- no. de los cielos” (Mat. 8:11, Q. La referencia al “seno de Abraham” en Lucas 16:22 muestra que se. creia que los patriarcas ya estaban en el cielo.) “No beberé mds del fruto de la vid, hasta aquel dia en que lo beba nuevo (entendiéndose por kainos_el vino del Nuevo Orden) en el reino de Dios” (Marcos 14:25). Pero hay otros dichos que se refieren a una ye- nida del Reino o del Hijo del Hombre (y las dos no pueden estar separadas) en la_ historia. De ese modo, en una parte Jesus dice que el Hijo del hombre se levantard de los muertos “después de 28 Véase W. D. Davies, Paul and Rabbinic Judaism, p. 320. Dice que la evidencia que él ha aportade libera a C. H. Dodd de la acusacién de “platonizar” que Je ha hecho R. Newton Flew.

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