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El gozo es un concepto muy confuso hoy en día y, por desgracia, soy la primera en haber contribuido a esa confusión.   En mis
inicios como astróloga (aún muy novata), escribí un texto que muchos han “fusilado” sin miramientos (y sin poner mi nombre,
gracias a Dios.  Por una vez los plagiarios han beneficiado al plagiado), repitiendo hasta la saciedad todos los errores de dicho
artículo.  Esto demuestra que las personas que plagian a los demás carecen no sólo de honestidad, sino también de espíritu
crítico, pues nunca se debe aceptar una información sin verificarla personalmente.  He encontrado el mismo artículo en internet
en tres direcciones distintas, sin citar el autor, pero sí con el nombre de la “repartidora” (Esther, un personaje funesto y
destructivo  de la astrología, que se dedica a piratear sin ton ni son).

El error del artículo era buscar una interpretación “psicológica” al gozo, explicando por qué tal o cual planeta está en su gozo en
una casa.  Cualquier persona con una cierta habilidad oratoria puede hacer lo mismo.  Pero la astrología no funciona así: no es
psicológica.  Un planeta nunca está domiciliado, o exaltado, o en su triplicidad, o en su término, o en su gozo en tal o cual signo
porque allí esté “más a gusto”.  Esto son estupideces New Age en las que caemos la mayoría (como yo misma en ese artículo),
hasta que empezamos a aprender de verdad astrología. La astrología es un sistema simbólico basado en simetrías y
paralelismos lógicos.  Sólo eso.  Es matemática espiritual. Es el orden en un caos aparente.  Por eso la verdadera explicación del
gozo es la que veremos ahora.

 Origen del gozo

 La distribución del gozo de los planetas depende de la diurnidad y nocturnidad.  Hay planetas diurnos (Sol, Júpiter, Saturno) y
planetas nocturnos (Luna, Marte y Venus) y hay una mitad del tema diurna de la carta (sobre el horizonte) y otra nocturna
(debajo del horizonte):

Esta mitad está sobre el eje I-VII, al que llamamos “horizonte”.  Lo que está encima del horizonte es lo que está sobr
poderoso.

Este es el eje I-VII, el eje del horizonte

Esta mitad está debajo del eje I-VII.  Lo que está debajo del horizonte es lo que hay bajo tierra, lo que no vemos.

Aparte de esto, recordemos que las casas forman aspectos al ascendente:

-Dos de ellas están en sextil al ascendente: la III y la XI

-Dos están en trígono: la IX y la V

-Dos están en cuadratura: la IV y la X

-Una está en oposición: la VII


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-Cuatro no aspectan al ascendente y por eso se consideran maléficas, pues peor que aspectar mal al ascendente (el nacimiento
de la vida) es no aspectarlo, pues eso es negarle la luz, la vida.

En cuanto a  los aspectos, ya sabemos que éstos son análogos a los planetas y por ello son benéficos (en el sentido de dadores
de vida) o no (en el sentido de negadores de vida):

-El trígono es análogo a Júpiter y es el aspecto mayor de vida.

-El sextil es análogo a Venus y es el aspecto menor de vida (un poco menos que el trígono).

-La cuadratura es análoga a Marte y la oposición a Saturno, y por eso dañan la vida.

-Las casas que no aspectan al ascendente hacen algo peor que dañar la vida: niegan la luz y, en consecuencia,  niegan la vida.

Puesto que lo que está sobre el horizonte es más visible y poderoso, es lo que da más vida ya que se asocia con la actividad.
Por lo tanto, se va a partir siempre de los planetas diurnos (Sol, Júpiter y Saturno) según su orden de importancia para la vida, y
se les dará una casa sobre el horizonte que esté en un aspecto equivalente a su calidad y preeminencia como fuentes de la
existencia.  Los planetas nocturnos tendrán su goce, por defecto, en la casa opuesta.  Son el espejo de los otros:

-El planeta más poderoso (el Sol) va a estar en su gozo en la casa que está sobre el horizonte haciendo el mejor aspecto al
ascendente, el aspecto más benéfico para la vida (el trígono jupiterino).  Esta es la IX.  El paredro del Sol (la Luna) tendrá su
gozo en la casa opuesta, la casa paralela debajo del horizonte: la III.

 -Después del Sol, Júpiter (planeta benéfico) está en su gozo en la otra casa diurna que hace un aspecto benéfico al Asc. (sextil):
la XI.  El planeta benéfico nocturno, Venus, tendrá su gozo en la casa opuesta: la V.

-Saturno (maléfico mayor) está en su gozo en una casa diurna que no aspecta al Asc: la XII.   Recuerda que es mejor un aspecto
malo que la falta de aspecto, porque no aspectar es negar la luz.  Y la luz es la vida.  El maléfico nocturno (Marte) tendrá su gozo
en la casa opuesta: la VI.  Para Saturno se eligió la XII y no la VIII (que también está sobre el horizonte), porque en la VIII ya no
existe la vida.  No se puede dañar algo que ya no existe.

 -Mercurio tiene su gozo en la I.  Como Mercurio es un planeta neutro “neutro” viene del latín “ne-uter”, “ni una cosa ni la otra”)
está en su gozo en la casa que no aspecta al ascendente ni deja de aspectarla: ES el ascendente.

 Como se puede ver en lo que acabo de contar, sólo son simetrías y analogías básicas.  No hay nada de psicológico en ese
reparto.

 ¿Cómo se usa el gozo?


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Un planeta en su gozo se encuentra en una casa afín a sus significados.  Esto no es ni bueno ni malo por sí mismo, ya que
dependerá de la naturaleza de ese mismo planeta.  Si su naturaleza es hacer feliz, hará feliz.  Si es hacer enfermar, hará
enfermar.

Si lo entendemos así, queda claro que un planeta dador de vida en una casa dadora de vida hace lo propio de esa casa a través
de sus analogías y desarrolla allí su potencial.  El que niega la vida lo hará mejor en una casa negadora de vida:

 El Sol en IX (la mente superior) desarrolla la vida a través de la inteligencia (la mejor baza del hombre).
 La Luna en la III (mente inferior) desarrolla la vida dándonos inteligencia emocional, lo cual nos permite conectar
con los demás y ayudarnos mutuamente.
 Júpiter en XI desarrolla la vida estableciendo relaciones libres con otros (amistad) basadas en la justicia y
generosidad.
 Venus en V desarrolla la vida a través del amor y la sexualidad, engendrando hijos.
 Marte en VI daña la vida a través de la enfermedad
 Saturno en XII daña la vida a través de las enfermedades incurables y crónicas.  Es la antesala de la muerte.

 Por lo tanto, el planeta en su gozo es fuerte para hacer lo que sabe hacer, para bien o para mal.

Los antiguos, por afán de paralelismo, hablaban también de la “tristeza” de los planetas, tomando como su tristeza la casa
contraria a la casa de su gozo.  Es decir: el Sol estaría en su tristeza en la III, la Luna en la IX etc. Es la tendencia al balanceo: si
allí se está “bien” (entre comillas, pues el “bien” de Saturno es más que dudoso), en el sitio contrario se estará mal.

 Es cierto que vivimos en el mundo de la dualidad, por lo cual, si hay blanco habrá negro; si hay luz, habrá oscuridad; si hay
calor, frío.  Pero, en este caso, la simetría ya existe entre los planetas diurnos y nocturnos: esos planetas están organizados
simétricamente y se reflejan los unos a los otros.  El Sol y la Luna (los luminares) se miran y reflejan entre ellos en las casas
mentales (IX y III); Los planetas benéficos se miran y reflejan entre ellos entre la XI y la V (casas de afectos); los planetas
maléficos en las casas de enfermedad, entre la VI y la XII.  No hay pues espacio para el concepto contrario de “tristeza”. 
Podemos decir que la balanza ya tiene sus dos platillos (diurno versus nocturno), por lo que no hace complicar más el esquema.

Aparte de que no tiene sentido buscar un contrario al concepto de “gozo”, ya que dicho concepto no es ni bueno ni malo.   Se
puede contraponer el blanco al negro, pero, ¿qué contrapones al gris?  El planeta en su gozo no es ni más benéfico ni más
maléfico: sólo hace lo que sabe hacer en las analogías más afines a él.

Por otro lado, un planeta benéfico siempre será un benéfico lo pongas donde lo pongas y, como los ejes funcionan siempre a la
par, cualquier planeta en una casa actúa también sobre la contraria.  Decir que uno tiene una mente superior porque su Sol está
en IX, y que ésta pasa a ser inferior si se halla en III, no es lógico: todo el eje está iluminado por el Sol, como demuestra
Krishnamurti (Sol en III).
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