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TORO CU seen) OW een at: Tre en eee ee ree enon caR co y Oe enn ee cre eC RO Sot Sa ene teGricas que fundamentan su fees ne me een tees Fert) oneness) Cer Uni arene) EU eee enero ea EEO ee Te) oem eeu earner ST oR nego rece y complementarias Paes a oat TD Ere ener em eS) Perera kee asco ESM ee Rn ae obliga a repensar; es nn aod Prete ty nacabamiento” se presenta como un desafio a retomar rer ren reece rts Pres ena ee CUT Pete cemeorectee eD i Cores Ree Meena eee Orne joWoronows Sa Graciela Jasiner Mario Woronowski , PENSAR 4 (@s(O)y ID LUGAR Eprroriat, 302 Jasiner, Graciela JAS Para pensar a Pichon / Graciela Jasiner y Mario Woronowski. 1* ed. 2+ reimp. - Buenos Aires: Lugar Editorial, 2003 144 p., 28x16 om. ISBN 950-9129-70-4 |. Woronowski, Mario Il, Titulo - Psicologia Social TERCERA EDICION Disefto de tapa: GUSTAVO COTTON Queda prohibida la reproduccién total o parcial de este libro, en forma idén ea 0 modificada y por cualquier medio o procedimiento, sea meesinico, informa tico, de grabacién o fotocopia, sin autorizacién de loa editores, ISBN: 950-9129-70-4 © 2008 Luger Editorial S. A. a a Castro Barros 1754 (1237) Buenos Aires ES UNDELITO. ‘Tel/Pax: 4921-5174 / 4924-1555, q e-mail: lugared@elsitiomet Queda hecho el depésita que marea la ley 11.728 Impreso en la Argentina ~ Printed in Argentina Prélogo Quien es invitado a prologar un libro, resulta de hecho convoca- do a tener palabra junto a la palabra de otros. Palabra que presen- ta, que comenta, que dice de la obra, los autores, del universo al que alude el texto. Palabra que se dirige a un lector, ante el cual se asume un compromiso. Esta sensaci6n de estar incluida en un didlogo miiltiple se hace mas intensa en mf ya que este libro se refiere a la psicologia social, disciplina que ¢s mi practica. Allf quedan implicados entonces in- contables interlocutores con los que esa practica se comparte y desarrolla. Pero Graciela y Mario proponen hipétesis, lugares, resquicios para pensar y descubrir a Enrique Pichon Riviere. Y desde alli acu- de Pichon, uno de los interlocutores ms significativos de mi vida. Aquel con quien comparti construcciones, apasionamientos y teo- ria. Que acompaiié mi crecimiento y me ayud6 a descubrir insospe- chados caminos de conocimiento. Con quien aprendi —en la bis- queda de respuestas— a transitar desde la inmovilidad, a veces fas- cinante, de las certezas del pensar metaffsico, con su absoluto sin relatividad y su relatividad sin absoluto, a la confusién de las con- tradicciones y de la inevitable complejidad de lo real. Aquello que descubre la dialéctica. Ese Pichon, ese maestro se hace presente y el prdlogo se escribe entonces desde un calidoscé- pico movimiento interno y grupal. Hubiera querido un prélogo dialogado con los autores. Por qué no, si este libro es dialogal, en el sentido del encuentro y el desen- cuentro, de lo que promueve como ideas y moviliza como pregun- tas y también como respuestas? No fue la oportunidad ni es el tiem- po para ese didlogo. Pero queda entre nosotros la promesa de ha- cerlo y publicarlo. Para pensar a Pichon.., quizds debiera lamarse “para pensar” y esto en mas de un sentido. En la busqueda de comprender y hacer comprender el pensa- miento de Pichon, Graciela y Mario, estudiosos, apasionadamente comprometidos con su trabajo terapéutico y docente, despliegan en estas paginas una insistente polémica con los saberes instituidos, aquellos que se imponen como ataduras del pensar. Al leerlos, se los escucha, en el reclamo del derecho de introdu- cir la duda, lo inacabado, lo provisorio y fragmentario en el camino Tarea, psicoandlisis y surrealismo* GRACIELA JASINER “Como un ultima cuestién, quienes hemos asumido ta res- ira ta Jormacion de psiquiatras, olvidar lo siguiente: identificar bdsicamente sefiar y aprender con el acto de inguiri, indagar o inves- tigar..." B, Prevow Rove (B1 proceso grupal} En el trabajo cotidiano con los grupos, cuando intentamos to- mar distancia del hecho grupal, y pensar este hecho convirtiéndolo en experiencia, una de las preguntas que surgen es: Cudl es la tarea de ese grupo? Qué ocurrié con la tarea? En un intento justamente de toma de distancia del hecho gru- pal, abandonando el nivel de lo empirico, 1o solamente descriptivo, el concepto de tarea pareciera ser un concepto fecundo. Un concepto mediatizador cuya articulacién con lo grupal exige justamente abandonar el nivel de lo solamente empirico, en tanto se trata de un organizador de lo grupal. Dar esta jerarquia de orga- nizador al concepto de tarea supone desde el vamos romper con un prejuicio teleolégico que opera en el discurso actual sobre lo gru- pal. Prejuicio que induce a pensar la tarea sdlo como un objetivo concreto, un logro, un fin ultimo. En los textos de Pichon Riviere, si bien hay momentos en que se podria pensar la tarea sélo como convocante, en tanto objetivo concreto para el que se retine el grupo, hay en general una ruptura con este sentido. En este trabajo realizaremos un recorrido por el concepto de tarea tal com es planteado por Pichon Riviére. Intentaré desarrollar dos aspectos que considero importantes en el concepto de tarea entendido como organizador grupal, que son sus fundamentos surrealistas y psicoanaliticos. El intento seria pensar cémo opera el fundamento surrealista en el ecao* de Pichon Riviére en cuanto a su concepcién de la ta- rea. Indagar a qué concepcién de la tarea grupal arribamos si nos dejamos conducir por el discurso surrealista, que atraves6 siempre Ia praxis de Pichon La otra linea es un intento de pensar un fundamento metapsi- colégico para el concepto de tarea. ‘Sabiendo como punto de partida que atin no han sido demasia- do trabajadas categorias grupales para este desarrollo metapsicolé- gico, correremos el riesgo de cometer trasgresiones epistemol6gi- cas, tal vez traspolaciones de conceptos pensados para el psicoa- nilisis individual, trasladdndolos a lo grupal. Desde la practica grupal el concepto de tarea vuelve a ser siem- pre interrogado. Qué es la tarea de un grupo? “Qué es esto de la tarea como organizador grupal? eCuél es la articulaci6n entre tarea-pretarea y proyecto? gCudl es la relacién entre tarea y creatividad? {Entre tarea y produccién? Estas y otras preguntas serdn trabajadas o simplemente formu- ladas en este texto. La idea seria no intentar producir necesariamente una respues- ta para cada pregunta, no llenar inmediatamente el hueco que abre una pregunta al ser planteada. Valorar la especificidad de la pregunta cn s{ misma, aprender a convivir con ella, permitiendo que la interrogacién a un concepto, a ‘una practica, produzca un encadenamiento de nuevas interrogacio- nes. Bsta propuesta tiene que ver con una concepcién de lo grupal. Entender a los grupos como productivos y a la produccion gru- pal como directamente relacionada con la po: id de tos grantes del grupo de abrir preguntas, de cuestionar-se lo obvi instituido 0, como dirfan los surrealistas, de “aventurarse en el mundo de 1o desconocido”. Si nos aventuramos en el mundo de lo desconocido, nos rela- cionamos con la complejidad de la vida, y deja de haber entre los hechos relaciones lineales y causales (a tal causa corresponde tal efecto). ‘Avanzar en el camino que conduce a lo desconocido, “No aban- donar lo incierto por lo seguro”,! resulta la tinica via posible aun- que je ser atravesada, que podriamos pensar, articulada ala cuestin de la tarea. *Bsquema Conceptual, Referencial y Operativo, 80 La tarea segdn Enrique Pichon Riviére Al hablar de tarea Pichon Riviére se refiere a tareas explicitas y tareas implicitas. ‘Tal vez. se podria pensar que un grupo se estructura en derre- dor de multiples tareas. iples definiciones de tarea a lo largo de un pensamiento, Multiples tareas en Ia vida de un grupo. les ("Técnica de los Grupos Operativos”) is sistemdtico de las contradicciones, producto de la coexistencia de ideologfas de signo contrario (“Técnica de los Gru- pos Operativo: —Elaboracién de la situacién patogenética y de la consecuente perturbacién de la lectura de la realidad con ("Grupos Operativos y Enfermedad Unica’). — Esclarecimiento de las fantasfas inconscientes. —Resolucién del dilema que dio origen al conflicto, inaugurén- dose entonces la posibilidad de creacién. — Enfrentamiento con la muerte, que implica una integracién y in de los integrantes del grupo al adquirir una iden- '8 propios. nes de tarea, que conducen a pensarla como . no como un logro ni un producto. Surge enton- ces la pregunta: ,La tarea es convocante o es estructurante? En- tiendo que es $610 convocante si por tarea aludimos a objetivo, pero no es solo de esto de lo que Pichon Riviere habla en sus textos. Como diria Ana Quiroga: “Tarea es proceso. Se plantea desde la ne- cesidad y es la trasformacién de una ausencia, de una carencia, en aquello que la satisface”. Proceso de busqueda de satisfaccion de las necesidades, estructurante de la interaccién. Tarea estructuran- te de lo grupal. A La tarea seria el proceso por el cual los integrantes de un grupo recorren un camino, superando el aislamiento individualista, cues- tionando las certezas, pudiendo integrar los aportes de otros, difi- cil camino que cuestiona el narcisismo de cada uno. Tarea supone trabaj Segiin Corominas: el sustantivo trabajo (1212) conserva en la Edad Media y aun hoy en dfa el sentido etimolégico de “sufrimien- 81 to, dolor"? Recuperando el sentido etimolégico del término, nos preguntamos, .qué es lo doloroso en la tarea grupal? Pareciera que ¢l sufrimiento, lo doloroso, tiene que ver con la presencia de los otros, que justamente cuestionan una imaginaria completud individual. ¥, justamente, desde Pichon Riviére s6lo habria tarea si cada uno esté dispuesto, tal como él lo expresaba en el Documento de Fundacion de 1a legendaria Escuela de Psiquiatria Social (1953), a “ponerlo todo en cuestién"? Tarea es esto, es dolor, es sufrimiento, pero también es algo més. Tarea es también placer; placer de la creacién. Siguiendo con la articulacién tarea-trabajo, en el discurso picho- niano, tarea también supone trabajo en el sentido sartreano. “Lo que cambia a los hombres no son las ideas; no basta conocer la causa de una pasién para suprimirla, hay que vivirla, hay que opo- nerle otras pasiones, hay que combatirla con tenacidad; en una palabra, hay que trabajarse."* También dice Sartre: “Marx pone en el centro de su investiga cidn al hombre concreto, ese hombre que se define por sus necesi- dades, por las condiciones materiales de su existencia y por la na- turaleza de su trabajo, es decir por su lucha contra ias cosas y contra los hombres”. Es de este hombre y de esta tarea, de las que habla Pichon Riviere. Plantea que los integrantes legan al grupo con una pieza de un rompecabezas que luego intentaran rearmar entre todos. En realidad podriamos pensar que cada integrante Mega con miilti- ples piezas de infinitos rompecabezas, que segtin cémo, de qué manera y con qué otras piezas se articulen, serdn las figuras que armaré. 'Y esto nos hace pensar en la multiplicacién de escenas y sentidos que va adquiriendo 1o de cada uno en el espacio gru- pal. Nos hace pensar en ¢l placer del trabajo con los otros, en las fisuras, las diferencias, que en ese entramado entre horizontalida- des y verticalidades permiten la creatividad, o sea la posibilidad de que alguna pieza de algiin rompecabezas se articule con otra de alguna manera nueva, de alguna forma diferente, que permita salir de la cadena letal y eterna de la repeticién. (Para profundizar este tema acerca de la repeticién y la diferen- cia deberiamos abordar la polémica de los institucionaiistas con el psicoandlisis, sobre si el inconsciente es repetitivo o productivo. Sobre si el inconsciente es repetitivo y si existe una pulsién de muerte 0 si, como sostienen los institucionalistas, el inconsciente 82 ¢s productivo y la pulsién de muerte y la repeticién encuentran su sentido en un preconsciente social.) La tarea es entonces este proceso creativo, cuya riqueza radica en el proceso mismo. Proceso en el cual lo importante no ¢s algo a descubrir, alguna verdad oculta a develar sino la constitucién de algo nuevo, el proceso mismo de constitucién de una nueva estruc- tura vincular. Como dice Castoriadis en La Institucién imaginaria de ta so- ciedad: “Io esencial de creacién no es ‘descubrimiento’, sino constitucién de lo nuevo; el arte no descubre, constituye”. Y este proceso de armado social de un rompecabezas es un pro- ceso para nada cordial, sino mds bien violento. Seré necesario des- armar, destruir el objeto de conocimiento, mi pieza, mis esquemas referenciales, mis prejuicios, para poder buscar una nueva unidad. La tarea de un grupo tiene que ver con un trabajo de desmenu- zamiento y con nuevas construcciones, en este sentido tiene que ver con la creacién. Poder a través de la creacién artistica recompo- ner lo castico. Desde este punto de vista la tarea es, entonces, un camino de biisqueda de la posibilidad dialéctica de lograr cierta unidad nueva, © sea una superacién dialéctica del caos. Podriamos pensar hasta aqui en una cierta articulacin salud/creacién. Justamente la enfermedad, el estereotipo, el no aprendizaje, seria una ruptura de esta posibilidad dialéctica. Dice Pichon Riviere: “Picasso es el pintor que pudo realizar la prucba més arriesgada, al enfrentarse con lo siniestro para recomponer la situaci6n, por me- dio de una armonia genial, logrando dar la vivencia de 1o maravillo- so a pesar de lo siniestro de sus imagenes. Bs cl investigador o el hombre que se ha atrevido més a frecuentar la muerte en la crea- cién artistica”.* Picasso frecuenté mucho la muerte pero pudo recomponer la ruptura cadtica. Poder conectarse con Jo siniestro,con lo fragmentario, con 1o que remite a los deseos infantiles, a la castracién, y produce an- gustia, y en una vuelta de espiral dar lugar a la emergencia de lo maravilloso, sentimiento propio ante la produccién del objeto esté- tico. La tarea es en si misma un acto creativo en tanto destruccién y biisqueda de nuevas unidades. Acto creativo que se realiza en una prictica cotidiana de cuestionamiento de lo obvio, de lo familiar, trabajando sobre la comunicacién, sobre los esquemas referencia- les, sobre las ideologfas, sobre las fantasfas, deseos, ansiedades, en un intento de pasaje de un pensamiento dilemético a un pensa- miento dialéctico.* Pasaje de una posicién en que imaginariamente se ha logrado una unidad que niega lo castico, lo desestructurado, lo diferente, a una unidad dialéctica que da cuenta de lo diferente, de lo caético, de la carencia y la finitud. ,Seria tarea, por ejemplo, el intento de Lautréamont, de elaborar lo siniestro a través de su obra? En el andlisis de la tarea grupal hay dos vectores que estin je- rarquizados: aprendizaje y comunicacién. La tarea implica atravesar obstdculos que generan un estanca- miento en el aprendizaje y un deterioro en la comunicacién. Es un camino que tiene que ver con la desalienacién, y, como dice Pichon Riviere en La nocién de tarea en psiquiatria: “En el pasaje de Pre- tarea a la Tarea... establece una relacién con el oo diferenciado”. Insistimos en este texto que en 1964 Pichon realiz6 en colabora- cién con Armando Bauleo, porque es aqui doiide aparecen diferencia- dos estos dos niveles: tarea como Noci6n y tarea como MONENTO. La tarea como nocidi incluye tres momentos: pretarea, tarea y proyecto. Pretarea: situacién de impostura, de disociacién, de sujecién y alienacién. Tarea como establecimiento de un vinculo con un otro diferenciado. Al hablar de tarea como nocién: “de lo que se trata es de ubicar una nocién que englobe, al mirar a un sujeto, su relacién con los otros y con la situacién” y a la vez. “elaborar con esquemas adecua- dos ciertas situaciones pricticas”. Ademds, hablar de tarea como nocidn implica cierta toma de posicin ante lo grupal y de Iineas con las cuales se pueda accionar. La tarea y el surrealismo Toda vez que intentamos realizar un estudio de los fundamen- tos del ecko de Pichon Riviere, entre el psicoandlisis y el materialis- mo dialéctico aparece cabalgando el surrealismo. Vital pasion la de Pichon por Lautréamont, el gran poeta admi- rado por Breton y uno de los padres del surrealismo. El movimiento surrealista corresponde a un perfodo entre dos guerras: 1918-1939.’ Es un movimiento artistico que surge en Francia y que se funda en la expresin de una concepcién artisti- 84 ca liberada de las trabas estéticas formales y de las restriccionss racionales. Rompe las barreras racionales del arte y es producido en una época en que las guerras dan cuenta de la demencia de un sistema, del fracaso de 1a ciencia, de la filosofia y del arte. Cuestiona a una civilizacién que se vuelve contra el homibre. Lautréamont, Breton, Eluard, Picasso, Naville pertenecen a este movimiento. _1920. Epoca de tratados de paz, de revoluciones en Europa, de ‘sobrevivientes de guerra, de huelgas, tiempo en que las masas ham- brientas se convierten en dvidos consumidores, ilusién de prosperi- dad. Tiempo de aviones, ferrocarriles, automéviles, mdquinas en se- rie. Afios en que Freud y Einstein cuestionan un saber instituido. La raz6n es cuestionada, entra a circular la idea de algin otro orden, de alguna otra fuerza des .onocida que no tiene que ver con la raz6n, que remite a mundos laberinticos y oscuros. Tlusién de liberar este otro orden que cuestiona la ldgica, a tra- vés del devenir automético de las palabras. La producci6n individual es cuestionada. a poesia debe ser hecha por todos y no por uno solo.” (Lau- tréamont.) Produccién colectiva, automatica, relacionda con el deseo, con Jo incoherente, con lo simple. Destruccién para volver a construir. Legitimacién del deseo y de su realizacién. Cuestionamiento de la familia, de la moral y la religién. Todo se cuestiona, pareciera que surge una biisqueda colectiva; que se confia en la produccién posible del grupo. El Grupo Littera- ture comienza a publicar sus escritos. Juegos Grupales. Textos automaticos, relatos de suefios, poe- mas colectivos, dibujos colectivos # 1924, Breton rompe con el dadaismo. Le critica su pesimismo, no acepta el “nada de nada” de Tristén Tzara. Breton propone un espiritu critico y constructivo. “Suelten todo, Suelten a Dada. Suelten a su mujer. Suelten a su amante. Suelten sus esperanzas y sus temores. Suelten lo seguro, por lo inseguro. Siembren hijos por todas partes..." Lautréamont es el gran poeta admirado por Breton. Freud y Einstein inauguran una nueva etapa en el pensamiento humano. La logica, el determinismo, son cuestionados, nace el relativis- mo. Una nueva légica, la del inconsciente, comienza a tomar la 85 palabra. En realidad, mas que un movimiento artistico el surrealis- mo es una manera de dar cauce a lo fantastico, lo maravilloso, lo inconsciente, la locura, el suciio. Comienzan a desparramarse los textos autométicos. Las image- nes onfricas, las palabras comienzan a convertirse en produccio- nes. Segiin Breton, el surrealismo no es un movimiento literario, no €s poesia, es un intento de operar cambios en el pensamicnto. En las revistas surrealistas no se publican trabajos que, aun tenien- do valor literario, no aportan nada nuevo al movimiento, Y, en el seno del movimiento surrealista, nace una nueva arti- culacién: surrealismo-revolucién. Algunos sutrealistas comienzan a engrosar las filas del Partido Comunista (Naville, Breton de algtin modo); y de aquf en mas Breton se debatird permanentemente en- tre un cambio de espiritu y un cambio social. Se excluye de las fi- las del movimiento a Artaud por permanecer focalizado en “la vani- dad de Ja literatura”. Nuevos dilemas marcan las rutas del surrealismo: éAccién conjunta-accién individual? gRevolucién-literatura? Breton se pregunta: “gBs el surrealismo una fuerza de oposicin absoluta, un con- junto de proposiciones puramente tedricas o la piedra fundamental de un nuevo edificio social?” 21929. Trotsky es despojado del poder por Stalin y condenado al destierro. Interminables polémicas se inauguran entre los surrea- listas ante este golpe a la esperanza cifrada en la propuesta sovié- tica. Polémicas que luego de algunos afios concluyen con el total alejamiento de Breton del Partido Comunista, ante la evidencia del fracaso de su propuesta de un Hombre Nuevo. ‘Temor, amor, produccién colectiva, revolucién. El deseo, fuerza poderosa del ser humano en su lucha por “tras- formar el mundo y cambiar ia vida”. Tal vez éstos sean los rieles por los que avanz6 definitivamente el movimiento surrealista. B1 surrealismo plantea entonces que lo irracional debe primar sobre lo racional; lo elemental sobre lo elaborado y lo espontaneo sobre lo razonado. Plantea una ruptura de las barreras entre lo consciente y lo inconsciente. Cuestiona las formas de vida que lle- van a la guerra y destruyen al ser humano, No acepta la guerra y muestra lo falso de la naturalizacidn de las relaciones sociales. En una palabra, cuestiona lo cotidiano, rescata la capacidad de asom- 86 bro y la necesidad de someter lo cotidiano a una critica. Propone la posibilidad de creatividad de las masas humanas. (,Cémo se arti- cula este discurso con el discurso psicoanalitico?, 1921, Psicolo- gta de ta masas.) La creatividad de la que habla el surrealismo tiene en su con- | cepeién cierta direccionalidad. Es creatividad articulada con un cambio, cambio del ser humano y del mundo. Es clocuente 1a conocida reflexién de Breton: “Trasformar el mundo, ha dicho Marx y cambiar la vida, ha di- cho Rimbaud, y de estas dos palabras de orden, nosotros no hace- mos mAs que una sola” Resulta casi evidente la marca surrealista en el ecko pichonia- no, pero gcémo pensar esta presencia habitualmente nombrada como “fundamento del ecxo” que no sea simplemente en términos de influencia? Tal vez la produccién de Lautréamont, més que una influencia sea un motor, un disparador del deseo y la pasion de investigacin y produccién de Pichon Riviére cuando plantea recuperar el asom- bro en el trabajo con los grupos, recuperar en ellos la posibilidad de la creatividad, creatividad entendida justamente como opuesta al estereotipo. Plantea al grupo como un “Ambito donde aprender a pensar, resolviendo miedos y superando obstdculos". En Conversaciones..., define la psicologfa social como “una de las formas que asume la critica de la vida cotidiana”, idea esta, la de critica de lo cotidiano, que tal vez. sea una de las marcas més importantes en la praxis de Pichon Riviére. (El surrealismo plantea la posibilidad de trasformar lo terrorifico en maravilloso, en una experiencia estética, a través de una actitud idica. Propone un proceso de liberacién de la imaginacién y de la creatividad. Aqui Pichon Rivitre toma decididamente el camino det surrealismo. Cree que los grupos humanos tienen capacidad creativa y, como los surrealistas,, se propone liberar la creatividad colectiva Teprimida por la onganizacién represiva de la vida cotidiana. En su concepeidn de tarea, también atravesado por el discurso surrealista, “rescata la utilizacién de la capacidad de asombro como punto de partida del conocimiento. Se trata de abordar el objeto cotidiano desde el descomponerlo, desde interpelar el corazén de lo real" La tarea de un grupo tiene que ver, entonces, con la ruptura de Ja familiaridad que encubre los objetos; critica de la vida cotidiana 87 que implica un meterse a trabajar con Io siniestro, con el asombro, con Io terrorifico, con Jo inesperado. La tarea implica una critica permanente, producto del asombro, una liberacién de las trabas que impone lo formal, un cuestionamiento de lo dado, un lanzarse a lo desconocido. Tiene que ver entonces con Ia fragmentacién y des- ‘composicién del objeto de conocimiento, con la posibilidad de “me- terse a fondo” con algin sentimiento, algiin aspecto, deformando Ja imagen “que como el caballo de Guernica es deformado hasta Megar al horror",*™* y buscar alguna nueva restructuracién en cl ‘campo grupal Al decir que la tarea supone una critica permanente de lo coti- diano, nos referimos a critica en el sentido en que Ia utiliza Michel Foucault, o sea una lectura de los acontecimientos, que dé cuenta de cémo se producen, o sea cudles son las condiciones de produe- cidn de un acontecimiento. Al hablar de tarea como fragmentacién y descomposicién pen- samos en “eso que apareciendo como ‘hecho’ deber4 ser ‘deshecho" para entender su irradiada composicién”, o sea una tarea decons- tructiva® La tarea y el psicoandlisis El concepto de tarea, por el lugar que ocupa en el ecko, requiere un desarrollo metapsicolégico. En el recorrido de ese camino que es la tarea grupal, puedo Ile- gar a colocarme en una posicién de intercambio con los otros si Tenuncio a una imagen narcisista total. Para intercambiar con el otro, para dejarlo penetrar en mi mundo interno, tengo que renun- ciar a una imagen completa de mi misma, del objeto de conocimien- to, del otro. éLa tarea funcionarfa como un tercero, referente simbélico en la relacién de los integrantes entre si y de los integrantes con el coordinador? Tiene que ver con un corte, con la ruptura de una ilusién de completud, que implica entonces la elaboracién de la castracién. Podrfamos ubicarla en el punto de conflicto entre el narcisismo y el deseo. Aparece aqui planteado el tema de las semejanzas y las diferen- cias. La tarea implica un referente simbélico, una toma de posicién que tiene que ver con el sentirse perteneciente y a la vez diferente. 88 Para que haya simbolizacién tiene que haber un corte, una ruptura en la fusién con el otro. Que se pueda, a pesar de tener cosas s¢- mejantes, ser diferentes.” ‘Ana Quiroga plantea, como ya citdramos: “Tarea es proceso. Se plantea desde la necesidad y es la trasformacién de una ausencia, de una carencia en aquello que la satisface”. Elaborar la castracién seria aceptar que hay un objeto que esta perdido y que si bien podran lograrse momentos de cierta plenitud, jamés se lograra un objeto que sature en forma total esta bisque- da. 0 sea, la elaboracién de la castracién que estaria en juego en la tarea de todo grupo tiene que ver con la aceptacién de una distan- cia entre el Yo y el Ideal, Si renuncio a la eternidad y completud del Yo Ideal, podré reci- bir piezas de un rompecabezas de otro, aunque no sean completas ni eternas, y aunque me dejen momenténeamente sumida en el desconcierto. Podré escuchar un tema te6rico a pesar de que venga a bombardear mi antigua y conservadora tranquilidad narcisista al respecto, a pesar de que produzca una fisura, un “no sé”, un “tal vez", que en una cadena meton{mica me introduzca en el camino de nuevas preguntas, de nuevas respuestas, que no necesariamen- te me brinden una sensacién de certeza, de completud y eternidad. Discurso de certeza éste, propio del Yo Ideal: “la realidad es asi”. gHablar de todo esto no es, acaso, hablar desde otra dptica, de la posibilidad de elaboracién de aquello que tanto le preocupé a Pichon Riviére: el famoso miedo al cambio? Miedo al cambio; cons- tituido desde su esquema referencial como el principal obstéculo para cualquier aprendizaje. Esta linea remite dircctamente al otro tan “divulgado” tema del ono que es el tema de las ansiedades (depresiva y paranoide-miedo alo nuevo, miedo a perder lo viejo). Sabemos que para el psicoand- lisis hay un afecto que tiene una jerarquia diferente del resto de Jos afectos: la angustia. Si pensamos la tarea en relacién con la ela- boracién de la castracién, con la aceptacién de las semejanzas y Jas diferencias, con la renuncia a una completud narcisistica, gcudl es el estatuto de la angustia en el trabajo con los grupos? 4Cémo pensarla en el contexto del grupo operativo? gAngustia ante la evi- dencia de la castracién? ,Angustia ante lo siniestro? ¢Angustia por la alienacién en el deseo del otro? Desde el ecko, hablar de tarea remite necesariamente a los con- ceptos de pretarea y proyecto; por lo planteado hasta aqui. la preta- rea tendria que ver con identificaciones primarias, no reciprocas, 89 referidas al Yo Ideal, en el que no existe la marca del tiempo. En la pretarea, en tanto instancia articulada con el Yo Ideal, no hay futu- To, no hay muerte, por lo tanto no hay proyecto. En tanto dimensién imaginaria que siempre tiende a la comple- tud, el Yo Ideal se articula con la pretarea. Segiin Hornstein, el Ideal del Yo tiene que ver con “no soy pero puedo llegar a serio”, “me voy pareciendo a eso que quiero ser pero nunca lego del todo”. sea, la tarea seria el recorrido desde un universo de identifi- caciones primarias, duales, imaginarias, hacia la constitucién de identificaciones secundarias, triangularizadas, simbélicas. Y en este recorrido, llamado tarea, se va disefiando un proyecto. Proyecto que da cuenta de la posibilidad de incluir en la tarea, el limite, la finitud, el tiempo, el futuro. La idea de proyecto, incluida como una cuiia en la trilogta pre- tarea-tarea-proyecto tal como la concibié Pichon Riviere, le da a este modelo una particular referencia a la elaboracién de 1a castracién, ala marca del tiempo y a ese sinuoso y laberintico camino a rec rrer para intentar acceder a los objetos, tinico destino del ser hu- mano. Referirse al proyecto sélo en un nivel concreto, como algtin plan concreto que surgié en el grupo; hablar de alguno de estos tres conceptos sin referirse a los otros dos, gno es empobrecer la teoria? Hay quienes plantean que la pretarea es una antitarea, lo cual eva implicito un peligro: pensar la pretarea como separada de los otros dos términos y en ese sentido tratar de evitarla, de “sacar al grupo de la pretarea” para “entrar en tarea”. Pichon Riviere dice en su trabajo con Bauleo (La nocién de tarea en psiquiatria): 1a no- cién de tarea abarca tres momentos: pretarea-tarea y proyecto. Mas que evitar la pretarea, més que escucharla como un diva- gue, como una resistencia, se tratarfa de co-pensar con el grupo Jos multiples sentidos que se plantean en este momento grupal, permitiendo la apertura y sin obturar la emergencia de estos senti- dos y trabajando con los integrantes este pasaje de posicién nece- sario, esta renuncia narcisista necesaria que implica la elaboracion de Ia castraci6n. Mas que preguntarse si un grupo est4 en tarea o no, se trataria de formularse preguntas més operativas, que a la vez disparen nue- vas preguntas: {Como es la tarea de este grupo? {Como se va cons- tituyendo la produccién grupal? Y desde una légica del inacaba- miento segiin la cual un grupo es una estructura-estructurando, nunca del todo acabada, la tarea es también no una totalidad sino 90 una totalizacién, en cuyo seno convive una tendencia a volver a la pretarea (al individualismo, a la soledad narcisista, donde la comu nicacién y el aprendizaje son imposibles y donde la castracién y la muerte no existen), con una tendencia contraria que tiene que ver con la posibilidad de estructurar un proyecto, o sea incluir la cas- tracién y el paso del tiempo. Desde esta perspectiva la tarea es ese proceso en cuyo seno se da esta lucha dialéctica entre pretarea y proyecto, entre negacién y aceptacién de 1a muerte, de la finitud. La tarea del coordinador “Et psleoanalista debe aceptar lo que el pactente propone. Debe seguir el camino, ta ruta por donde éste se propone ‘marchar. Uno no tiene que ser un reformador, sino un co- pensador. Es decir alguien que plensa Junto con otro.” Bamgue Prowox Riatar gCual es la tarea del coordinador de un grupo? No reformar sino co-pensar. Co-pensar pero desde una direccio- nalidad. Direccién de la cura. Interesante aporte psicoanalitico al trabajo con grupos. Desde aqui la tarea del coordinador quedaria definida como la de co-pensar pero desde una cierta direccionali- dad. La pregunta acerca de la tarea del coordinador es una pregun- ta sobre la tarea planteada como nocién. Las posibles respuestas a estas preguntas dan cuenta de una toma de posicién frente a lo grupal y de sus posibles lineas de abordaje. Co-pensar, aprender a pensar... pareceria evidente que hay algo que debe ser pensado. Pero, {qué es lo que se piensa? Castoriadis pensar Io que se hace y saber lo que se piensa’ Es la tarea del coordinador un trabajo permanente de elucida- cién en tanto pensar acesca de un quehacer propio y del grupo, y una biisqueda de saber acerca de lo que piensa? Saber lo que se piensa en el sentido de marco tedrico al cual pueda referir y desde el cual interrogar sus intervenciones y sus pensamientos acerca de las mismas, pero, ademds, saber en el sentido de desalienacién. 0 sea cuestionar/se, interrogar/se como sujeto de una praxis e ir construyendo un cierto saber sobre sf mismo como sujeto implica- do en ese hacer y pensar. zY acaso no es también este saber un saber acerca de Su no-saber? gSi el coordinador de un grupo no 91 Oe puede dar cuenta de su no-saber, puede acaso ayudar a otros a pen- sar? Hasta aqui la tarea del coordinador quedarfa definida como una tarea de elucidacién en el sentido que Castoriadis le da el término J.C. de Brasi define la elucidacién como una “tarea deconstructi- va", “un pensar sobre lo hecho mientras se buscar conocer con mayor precisién eso que como hecho deberé ser deshecho para entender su irradiada composicién”.? Desde esta otra perspectiva articulada obviamente con la ante- rior, en su trabajo de clucidacién, el coordinador esté también su- jeto como el grupo a desarmar lo aparente e ilusoriamente unifica- do, a deshacer lo cotidiano en su aparente obviedad y destruir el objeto buscando respuestas, fragmentarias, parciales. ¢Cémo ¢s esta tarea de elucidacidn, de deconstruccién en la practica cotidia- na con los grupos? Resulta tal vez mas operativo imaginar lo que no es tarea de elucidacién. impensable desde esta éptica que un coordinador le “muestre” al "grupo": “Io que a ustedes les suce- de es tal cosa”. El subrayado corresponde a diferentes mitos que requicren ser interrogados. Mostrarle al grupo algo supone, en primer lugar, la idea de un organismo; el grupo, homomérfico al ser humano, en tanto cuerpo también tendria capacidad de ver lo que se le mues- tra. Ya Anzieu nos advirtié sobre la ilusién de unificacién subya- cente en esta idea de grupo como cuerpo. gEs el grupo una unidad ala que se le podria mostrar algo acerca de lo que le sucede? Sdlo pensando al grupo como cuerpo biolégico es que existiria la posibi- lidad de mostrarle unificaciones acerca de su acontecer. ¥ ni ain asi. La anterior enunciacién supone también algo que estd escon- dido y que a través de la palabra del coordinador se haria evidente. Esto abre toda una discusién, seguramente indispensable acerca de “lo manifiesto y lo latent". El trabajo de elucidacién implica en cambio un trabajo de des- armado que dé cuenta de la complejidad de Io fragmentario mas que de ilusorias hipétesis que hablen sobre ilusorias unidades. Esta tarea del coordinador se articula por cierto con la tarea del grupo. Esa surrealista tarea de desarmar, deconstruir para sdlo luego arri- bar a nuevas unidades, que a la vez serdn unidades provisorias. Si para los integrantes de un grupo éste es un largo y sinuoso camino que cuestiona posiciones narcisistas, también ha de serlo para el coordinador y los observadores. O sea, si la tarea del grupo tiene que ver con el camino de fragmentar el objeto de conocimien- 92 to, destruirlo para luego recomponerlo, también la tarea del coordi- nador y el observador en sus respectivas escuchas y lecturas de lo grupal tendrd que ver con este fragmentar. Pero el coordinador y el observador atraviesan y son atravesa- dos por acontecimientos desordenados y caéticos. Transferencias miltiples que se articulan con sus propias transferencias rec(pro- cas. Juegos de identificaciones, de miradas que se cruzan. Escenas que se articulan con las escenas del coordinador y el observador. Angustia que no sdlo es un hito clave en el acontecer grupal sino en sus propias vivencias. Coordinador y observador implicados des- de sus propios deseos, desde sus propias imposibilidades. Muchas veces ante lo castico del acontecer grupal se intenta unificarlo sin atravesarlo, significar el acontecer grupal para evitar la angusti adjudicar rapidamente hipotesis a este acontecer. “El sentimiento del coordinador —dice Pavlovsky— correspon- del al mepo at vaclo. No hay sentido, es un momento de caos y sin sentido que el coordinador soto debe atravesar desde su maximo sentimiento de falta o de castracién. Es el momento de todo acto creativo, el momento de ambigiiedad que no se soporta. Hay que atravesar el caos sin exigirse el sentido soportando ansiedades con- fusionales, durante el proceso grupal.” “Es necesario hacer un due- Io, quedarse solo. Soledad del creador. Asesinato del padre. Desde la angustia de esta soledad el coordinador trata de entender cudn- do hay que abandonarse al flujo. E1 enfrentamiento con las faltas... El terapeuta que hace que entiende todo es un impostor. Si entendemos al grupo como complejo entramado de miiltiples inscripciones, tendremos que aceptar que en el grupo se estan pro- duciendo muchos mds acontecimientos que aquellos de los que podemos dar cuenta.” El coordinador y los observadores intentan muchas veces construir répidamente a partir de algiin elemento manifiesto hipétesis tinicas que dan cuenta de una verdad también iinica interrumpiéndose el proceso creativo en la coordinacién. ‘El grupo —segiin Anzieu— enfrenta la angustia de despedaza- miento, de vaciamiento instaurando una ilusién grupal. ,Cémo la enfrentan el observador y el cordinador? Pensamos que tal vez la enfrentan con una ilusién de unificar con la mirada. A veces tienen. la ilusin de aprehender la totalidad de este concreto que se pi tende abarcar. Husién que se convierte justamente en la tendencia a formular hipétesis unificadoras sobre un suceder “latente”, ilu- sidn de poder, ahora sf, encontrar esencias finales. Es importante el trabajo con el observador y el coordinador para que puedan ir privilegiando las modalidades, describiendo el ‘cémo’, més que con- testarse sobre el ‘qué’."" sea, si anteriormente decfamos que més que preguntarse si ‘un grupo est en tarea o no, podriamos pensar la tarea de la coor- dinacién como el describir los procesos en su “eémo” mas que en su esencia, privilegiar las modalidades sobre las esencialidades, vale decir, trabajar desde un abordaje antisustancialista. No se tra- taria de ir més alld para descubrir un mundo supuestamente o: nario sino entender las unidades como un efecto terminal de cau- sas fragmentadas. Lo anterior supone una lectura de lo grupal y una lectura de la “emergencia"; una critica de lo cotidiano, que dé cuenta de las con- nes de produccién de lo cotidiano. Nos acercamos en esta li- nea al concepto de genealogia de Michel Foucault: mas que el por qué, el cémo. Y¥ aqui, de golpe, irrumpe el concepto de emergente, concepto central en el ecro pichoniano, y cuyo peligro al usarlo seria el de tomarlo como una relacién lineal, en que emerge algo de una uni- dad oculta, Segiin Foucault: “la emergencia para la genealogia se produce siempre en un determinado estado de fuerzas". “El andlisis de la emergencia debe mostrar el juego, la manera como luchan unas cosas contra otras.”!* + Bste trabajo ha sido publicado en Ja Revista Temas de Psicologia Soctal, N’ 9, Ralciones Cinco, Bs. AS., 1988. Referencias bibliograficas . Brerox, Axoat: Antologia. Siglo XXI, México, 1979. ; Coaosans, Joax: Diccionario etimoldgico de la lengua castellana. Gredos, Madrid, 1983. 3. Qunoca, Axa: Historia de la primera escuela de Psicologta Social. Ed. 17 de 5. Proviow Reese, ENwvr: Bl proceso grupal. Nueva Visién. Bs. As.. 1978. Guiroas, Axa: "El concepto de grupo y los principios organtzadores de Ia es- truetura grupal, en el pensamiento de B. P. 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