Está en la página 1de 13

Valses originales

para piano acuatro manos


Edición: Mariantonia Palacios yJuan Francisco Sans

........ Fondo Editorial de Humanidades yEducadó


' Universidad Central de Venezuela
Clásicos de la literatura
pianística venezolana
Al cuidado de Juan Francisco Sans y Mariantonia Palacios

Vol. 1

Valses originales
para piano a cuatro manos
Edición: Mariantonia Palacios y Juan Francisco Sans

Fondo Editorial de Humanidades y Educación


Universidad Central de Venezuela
Yamaha Musical de Venezuela
Caracas - Venezuela
2001
FE
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

Decano
HUMANIDADES Y EOUCACION Benjamín Sánchez

Coordinador Académico
Vincenzo Piero Lo Mónaco

Coordinador Administrativo
Eduardo Santoro

Coordinadora de Extensión
Aura Marina Boadas

Coordinación de Postgrado
Ornar Astorga

VALSES ORIGINALES PARA PIANO A CUATRO MANOS

Diseño de portada y diagra:mación


Vicente E. Guevara T.

Caligrafía musical
Zuleyma Somaroo

Software musical
Finale

Depósito legal
lf 17520017001093

ISBN: 980-00-1833-6 (UCY)

© Juan Francisco Sans, 2001


Todos los derechos reservados
\..JUllL~lllUU

Clásicos de la literatura pianística venezolana .. .... ........ .... ...... ...... .. V

Nota de los editores............................................................................... VII

Descripción de las partituras .. .. .. ......... .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. XIII

Emilia. José Ángel Montero................................................................ 1

iQué nombre!. Federico S. Villena ..................................................... 4

Amor fraternal. Federico S. Villena ............................................. 7

Los misterios del corazón. Federico S. Villena .. .. .. .. .. .. .. ..... ... .. . 25

Francisco L. Alcántara. Heraclio Fernández ............................ 30

Happy New Year. Heraclio Fernández ......................................... 32

Geranio. Simón Wohnsiedler ......................................................... 34

Valse venezolano. Juan Vicente Lecuna ..................................... 48

Bucles de oro. Hermanos Marcano Centeno............................... 53


Clásicos de la literatura pianística venezolana

Clásicos de la literatura pianística ve- estudios preliminares de carácter histórico,


nezolana es una colección destinada a recu- biográfico y analítico de la música. Se preven
perar y difundir la música de los composito- además números monográficos y antológicos,
res autóctonos, a través de una política sis- dedicados a repertorios específicos, como es
temática de publicación de sus partituras el caso de este volumen que abre la colección,
para piano. El Fondo Editorial de la Facultad dedicado a los valses originales para un pia-
de Humanidades y Educación inicia así un no a cuatro manos.
programa de difusión del repertorio para este
instrumento tan popular en el país, con el fin Las publicaciones que se ofrecen son tipo
de llenar un vacío existente en esta área. Este Urtext, estableciendo un texto que revela el
proyecto está enmarcado dentro de las líneas pensamiento y las intenciones del autor de
de investigación desarrolladas por el Depar- la manera más exacta, auténtica y definitiva
tamento de Música de la Escuela de Artes y posible. Estas partituras están dirigidas fun-
la Maestría en Musicologia Latinoamericana damentalmente a los intérpretes del instru-
de la Universidad Central de Venezuela, di- mento, sin desdeñar otros usuarios
rigidas a producir materiales musicales que (musicólogos, investigadores, teóricos, etc.),
sirvan a una numerosa población de pianistas partiendo del cotejo de las diversas fuentes
en formación, aficionados y profesionales, así disponibles con manuscritos autógrafos y
como de estudiosos e investigadores interesa- ediciones príncipe, de manera de ofrecer ver-
dos en la música venezolana. A través de un siones lo más cercanas a lo que suponemos
proceso de recopilación, transcripción, análi- es la voluntad del compositor, sin aditamen-
sis y edición crítica del repertorio venezolano to alguno de los editores.
para piano, esta colección busca revalorizar
una serie de obras y compositores que no ha- El proyecto está a cargo de un equipo in-
bían tenido la oportunidad de ser divulgados tegrado por investigadores de pre y postgrado
adecuadamente hasta ahora. de la Escuela de Artes, coordinado por los
profesores Juan Francisco Sans y
Clásicos de la literatura pianística ve- Mariantonia Palacios, especializados todos
nezolana reúne a los autores más represen- en la edición e interpretación de esta músi-
tativos del género, con publicaciones de la ca, lo que asegura un producto final de la
integral de su obra para piano, incluyendo más alta calidad musical y académica.

V
Nota de los editores

Existe la falsa creencia de que el reperto- tas aparecidas en publicaciones periódicas


rio para un piano a cuatro manos no consis- del siglo XIX, como la siguiente: "En un con-
te más que de transcripciones de música cierto dado en Caracas en agosto de 1874,
sinfónica, de cámara o de ópera, e incluso, varios músicos venezolanos interpretaron 'a
de arreglos defectivos de música para dos toda orquesta y cuatro pianos a diez y seis
pianos. Nada más alejado de la verdad histó- manos', el Gran Vals El Perfume de las Flo-
rica. El piano a cuatro manos ha sido, a lo res, de José Angel Montero". 1
largo de la historia de la música de los últi-
mos tres siglos, un medio absolutamente au- También La Opinión Nacional del 16 de
tónomo y con personalidad propia. Si bien es agosto de 1883 da cuenta de un acontecimien-
cierto que fue el vehículo por excelencia para to similar:
la difusión de toda la música orquestal del
.. .las niñas Luisa Amalia y Dolores Delgado,
siglo diecinueve en reducciones para ese for- que son dos preciosidades de gracia y gentile-
mato, no cabe duda de que los compositores za, se apoderaron con donaire de uno de los pia-
más destacados tuvieron en muy alta estima nos en que debía tocarse la obertura de Zampa
las enormes posibilidades expresivas que a ocho manos; el otro piano fue tenido por otra
señorita, Sofía Delgado, de nobilísima figura, y
ofrecía este conjunto de cámara, y las apro-
por el talentoso señor Villena, quienes servían
vecharon al máximo. Desde Haydn hasta en tal ocasión de inteligentes y experimentados
Stravinsky; pasando por Mozart, von Weber, compañeros. Irreprochable fue la interpretación
Beethoven, Schubert, Schumann, Brahms, de la simpática obertura, y aplausos frenéticos
Moussorgsky; Mendelssohn, Chopin, Grieg, coronaron los esfuerzos de los ejecutantes ...
Bizet, Wagner, Busoni, Casella, Respighi,
Ravel, Schonberg, Debussy; y un largo etcé- El piano a cuatro manos fue también uno
tera, escribieron verdaderas obras maestras de los medios preferidos de los autores vene-
originales para el género. zolanos durante el siglo XIX, especialmente
en lo que se refiere a la composición de val-
En la Venezuela decimonónica, esta disci- ses. Así lo comenta en su crónica el médico
plina también tuvo muchos cultores. Así lo alemán Carl Sachs, al observar que este gé-
atestiguan las colecciones de reducciones nero emblemático de la música venezolana
para piano a cuatro manos de sinfonías y encuentra en esta combinación instrumental
oberturas de Mozart, Haydn, Beethoven, su más cara expresión:
Brahms o Schubert; de óperas de Rossini, En Angostura, donde tocan piano casi todas
Verdi, o Wagner; de transcripciones de músi- las personas de alta posición, yo oí a niños pe-
ca de cámara, de obras originales de autores queños acompañar de esta manera sus valses,
clásicos y románticos europeos, y de obras y creo ciertamente que el mejor pianista encon-
de compositores locales que encontramos en traría dificultad en hacer esto sin algún ejerci-
cio. Particularmente adecuada es esta músi-
los archivos de nuestros compositores e in- ca para la ejecución a cuatro manos en el
térpretes de los siglos XIX y XX, que reflejan piano.2
una amplia difusión de este repertorio en los
salones citadinos.
1
Alírio Díaz, Música en la Vida y Lucha del Pueblo Venezolano
(Ensayos), Ediciones del Consejo Nacional de la Cultura y del
Tal fue la resonancia que tuvo este con- Instituto Latinoamericano de Investigaciones y Estudios Musicales
junto camerístico entre los venezolanos, que "Vicente Emilio Sojo", Serie Investigaciones, No. 2, Caracas, 1980,
p. 27.
se llegaron a conformar verdaderas orques- 2 Elías Pino, Pedro Calzadilla y otros, La mi rada del otro,
tas de pianos. Así lo corroboran algunas no- Fundación Bigott, Caracas, p. 295.

VII
Allí donde faltaba una orquesta para bai- cantidad de música original de autores na-
lar, el piano a cuatro manos hacía sus veces. cionales encontrada en estos fondos es noto-
Mueble obligado de toda sala burguesa, el riamente exigua, si tomamos en considera-
piano fue durante todo este período el equi- ción lo arriba expuesto, aunque muy signifi-
valente de nuestro moderno equipo de soni- cativa en lo que a calidad musical se refiere,
do, con la ventaja de que era música en vivo. y absolutamente representativa del gentili-
cio musical venezolano. Adelantando una po-
Allí estaba presente, íntegro, el piano a cua- sible explicación para esta aparente parado-
tro manos, meta de toda reunión caraqueña,
mejor dicho de toda reunión social venezolana. ja, recurrimos a la opinión que compartimos
Era la maestría del ejecutante y su "mano de José Antonio Calcaño y Alirio Díaz, quie-
muerta"; era la destreza del acompañante en la nes sostienen la tesis de que gran parte del
precisión del "atravesado" y del "anticompás"; repertorio venezolano de salón no se anota-
era la perfecta coordinación de canto y acom- ba en pautas, sino que era improvisado so-
pañamiento.3
bre melodías por todos conocidas. Este he-
cho atentó evidentemente contra la futura
En este sentido, resulta paradigmática la
preservación del repertorio, pero lo proveyó
figura de Heraclio Fernández, autor del céle-
de una libertad creativa equiparable sólo a
bre vals-joropo El Diablo Suelto, quien hizo
la del Jazz. Usualmente, el primo ejecutaba
de esta práctica - al igual que otros de sus
la línea melódica en octavas o en terceras y
contemporáneos - su modus vivendi:
sextas paralelas con las dos manos, en tanto
A menudo se repetían sus ausencias para que el secando tenía la grave responsabili-
actuar en diversas ciudades y pueblos venezo- dad de acompañar la obra "de fantasía", vale
lanos, bien como solista o bien como acompa- decir, improvisando las armonías correspon-
ñante-improvisador de piezas para piano a cua-
dientes con su mano derecha, en tanto que
tro manos. Esta última cualidad le procuró mu-
chos éxitos, lo que induce a pensar que fue su izquierda llevaba el bajo en octavas, gene-
Fernández uno de los creadores o renovadores ralmente "atravesado" respecto a la melodía.
del gracioso estilo criollo de los acompañamien- Así, la ejecución de una misma pieza variaba
tos pianísticos de valses, danzas, merengues y en cada oportunidad que se tocaba, puesto
polkas, todos en boga en la segunda mitad del
que no había una versión única y fija de la
siglo pasado. 4
obra, sino que dependía del sentimiento de
Con la intención de revitalizar esta vigo- los intérpretes al momento.
rosa tradición de nuestra historia musical, Esta práctica quedó afortunadamente
hemos querido ofrecer en esta publicación lo sistematizada en tratados como el Método
más significativo del repertorio original ve- para aprender a acompañar piezas de
nezolano para un piano a cuatro manos, cons- baile/ al estilo venezolano/ sin necesidad
tituido fundamentalmente por valses que se de ningún otro estudio y á la altura de
encuentran dispersos en diferentes archivos todas las capacidades, que publica Heraclio
caraqueños: División de Música y Sonido de Fernández en 1876. Ampliamente difundido
la Biblioteca Nacional, Fundación Vicente en su época, como lo evidencian las numero-
Emilio Sojo, Fundación Boulton y Hemerote- sas referencias que encontramos en la pren-
ca de la Academia Nacional de la Historia de sa de su tiempo, se reeditó en 1883 con lige-
Caracas. Estas obras se gestaron en un pe- ras variantes. 5 Gracias a esta publicación, y
ríodo de aproximadamente cien años, que de otras similares como la Mecánica musi-
abarca desde la última mitad del siglo XIX, cal/Nuevo método para aprender a acom-
hasta la primera del siglo XX. No obstante, la pañar piezas de baile por medio de núme-
ros/Aprendizaje sin maestro (s/f) de Jesús
3
Contraportada del disco Piano a cuatro manos. Música
instrumental de finales de siglo. Dúo Rosita Montes- Luisa • Existe reimpresión facsimilar de esta edición - comentada por
AmeliaAzerm, Edición y texto de Freddy Reyna, 1956. Mariantonia Palacios - en la Revista Musical de Venezuela, No.
' Alírio Díaz, ibídem. 38, año XVIII, septiembre-diciembre de 1998, pp. 299-341.
• 1.a.J: 1a UUCU"C"L puuc-nl~ l ,:;\.."Vll;:) ll Ull u v .-., \:Vil vv::, ut: 1c.1,::, umc::u, ut: reuencu .:,. lllena-que
fidelidad uficiente. la inveterada tradición hemos incluido este libro -iQué nombre! y
improvisatoria de la música venezolana a L os Misterios del Corazón - constituyen a
cuatro manos, sustituida lamentablemente nuestro juicio el prototipo por antonomasia
por la irrupción de la música mecánica que del valse venezolano a cuatro manos, y un
trajeron consigo la pianola y el fonógrafo a modelo para los que quieran aprender a im-
los salones burgueses. 6 provisar acompañamientos en este estilo. La
primera fue editada por la Litografía de F.
Es sólo a partir de estos supuestos como Rasco en el álbum Lira Venezolana. La últi-
podemos explicar la austera simplicidad de ma pertenece al libro Valses Venezolanos,
una obra como Emilia, de José Angel antología publicada inicialmente por Salva-
Montero,7 incluida para abrir esta selección dor Narciso Llamozas en Caracas en 1894, y
de música venezolana para un piano a cua- reeditada numerosas veces durante el siglo
tro manos que aquí se edita. Dicha pieza pa- XX por Ediciones de la Agencia Musical. Esta
rece haber sido inicialmente compuesta con antología es hoy la fuente más conocida de
fines pedagógicos. Pero si asumimos que las valses venezolanos del siglo XIX, e incluye
notas escritas por Montero representan Los Misterios del Corazón como única mues-
sólo una suerte de "continuo", es decir, que tra del estilo de composición a cuatro manos.
funcionan como una sugerente guía para su En ambas se hace patente el uso arriba men-
posterior "realización", obtendremos resul- cionado de los patrones de melodías
tados verdaderamente sorprendentes. octavadas o en terceras y sextas paralelas
Como ejemplo demostrativo de lo aseverado para el primo; y acordes en la mano dere-
anteriormente, decidimos incluir en esta edi- cha (en bloque o quebrados) y bajos
ción - además de la obra en su versión origi- octavados en la mano izquierda para el
nal (editada por Aída Lagos y publicada por secando. Pero van a ser las combinaciones
la Fundación Vicente Emilio Sojo en 1997) rítmicas sesquiálteras que se producen en-
- una "transcripción" de la glosa que inter- tre todos estos elementos, lo que le confiere
preta el Dúo Sans Palacios, que pese a con- a estos valses su indiscutible dejo criollo. 9
servar íntegramente los rasgos melódicos
y armónicos del documento primigenio, re- Además de estas dos obras, incluimos de
curre a los clisés usuales de variación im- Villena Amor Fraternal, un "vals de concier-
provisada característicos del período. Este to", mote con el que se solían distinguir aque-
ejemplo, aunado a la lectura de los méto- llos de corte europeo de los que tenían un
dos anteriormente aludidos, y al análisis de sabor tropical. Amor Fraternal constituye
los procedimientos de acompañamiento em- una obra de virtuosismo para el género, de
pleados en el resto de las obras presenta- largo aliento, construida a partir de la adi-
das en esta colección, nos puede dar una ción de secciones formales en tonalidades
idea bastante cercana a lo que eventual- contrastantes, digna de figurar entre los gran-
mente fue esta práctica. des valses para piano de todos los tiempos.
Una verdadera obra maestra.

0
La Universidad Central de Venezuela, a través de su Consejo de
Desarrollo Cientüico y Humanístico, publicó en julio de 2000 el disco
compacto A bailar tocan/Géneros de pataleo en la Venezuela del • Federico Villena (1835-1899), fue uno de los pianistas que gozó de
siglo XIX, interpretado por el Dúo Sans Palacios, contentivo de mayor reconocimiento en Venezuela durante la segunda mitad del
prácticamente todo el repertorio aquí incluido, y con numerosas siglo XIX Fue además director de varias bandas marciales, entre
obras de otros autores "improvisadas" según los cánones de la ellas, la Banda Marcial Caracas. El catálogo de sus obras, uno de
época. los más copiosos entre los compositores decimonónicos venezolanos,
7 José Angel Montero (1832-1881), fue uno de los compositores más incluye música religiosa, zarzuela, música para banda seca, y
importantes de su época. Maestro de Capilla de la Catedral de música para piano.
Caracas desde 1873 hasta su muerte, director de la Banda Marcial • Para profundizar en este tópico, v. "Rasgos distintivos del valse
Caracas, destacado pedagogo, y compositor de la ópera Virgi nia, venezolano en el siglo XIX" de Mariantonia Palacios, publicado en
que por mucho tiempo se consideró la primera obra de este género la Revista Musical de Venezuela, No. 35, año XVII, septiembre-
escrita en Venezuela. diciembre de 1997, pp. 99-116.

IX
Acerca de la obra de Heraclio Fernández, 10 dieciséis compases más tarde en do mayor.
Alirio Díaz comenta que "no deja de ser signifi- Ninguna de las dos secciones formales finali-
cativo que sean 3 valses suyos para piano a za en la tónica fa, por lo que la obra ofrece
cuatro manos, entre los más antiguos de que una extraña impresión de estar inacabada, e
se tenga noticia, publicados como fueron en impide tomar una decisión definitiva acerca
los años 1877 y 1878" .11 De los tres valses su- de dónde debe concluir. Este manejo de la
puestamente originales para piano a cuatro armonía no es ad hoc: lo volvemos a encon-
manos que menciona Díaz en su texto -Ecos del trar en el valse dedicado Al General Fran-
Corazón, Happy New Year, y el popular El cisco L. Alcántara, quien para el momento
Diablo Suelto- sólo hemos encontrado se desempeñaba como Presidente de Vene-
Happy New Year, aparecido como obsequio zuela. De carácter mucho más meditativo,
en el último número del 31 de diciembre de esta obra ofrece tres secciones formales bien
1878 del semanario El Zancudo. De los otros diferenciadas entre sí por rudos contrastes
dos valses, únicamente conocemos las versio- tonales, al igual que en la pieza anterior: la
nes para piano a dos manos de la época, 12 y primera en re mayor, la segunda (c.17) en fa
hasta la fecha no hemos podido ubicar las de mayor, y la tercera (c. 33) en si bemol mayor.
piano a cuatro manos, al menos en fondos La inmensa distan_cia tonal entre la última
públicos. H appy New Year fue publicada por tonalidad y la primera (cuarto grado de ve-
la Imprenta de Vapor de "La Opinión Nacio- cindad) impide cualquier intento de da capo,
nal" de Caracas para despedir el año de 1878, tan usual en este tipo de obras cortas, por lo
y está dedicada al señor E. Heny, famoso que sugerimos la repetición inmediata de los
agente de la fábrica de máquinas de coser dieciséis primeros compases, seguidos de la
Singer y de la de pianos de Rachals y Cía.. Es repetición inmediata de los treintidós últimos.
una pieza de extrema concisión, economía de La sencillez de su acompañamiento invita al
recursos y máxima efectividad en su discur- secando, especialmente a partir de la segun-
so. Consta apenas de trentidós compases da y tercera sección, a aplicar las variacio-
pletóricos de hemiolas y sesquiálteros, que nes rítmicas características de lo$ acompa-
la acercan más a un joropo que a un valse. ñamientos del valse venezolano, recurso que
Detenciones repentinas y grandes pausas en el propio Fernández aconsejaba en estos ca-
sus dos partes causan un notable efecto rít- sos.
mico. Destaca un magistral manejo de lamo-
dulación a grados muy lejanos, de manera De toda la colección, es quizás Geranio
abrupta, pero fluida: va de fa mayor a la de Simón Wohnsiedler 13 la obra más conven-
mayor en los dieciséis compases de la prime- cional en cuanto al lenguaje se refiere. Publi-
ra parte, arrancando la segunda nuevamen- cada en 1893 en Barquisimeto, es un vals de
te en fa mayor sin que medie modulación al- concierto en sentido estricto, sin reminiscen-
guna con la tonalidad anterior, terminando cia alguna de aires nacionales. Esta partitu-
ra está plagada de los más trillados lugares
comunes de la literatura virtuosística para
10 Heraclio Fernández (Maracaibo 1851- La Guaira 1886), fue uno el instrumento propia del siglo XIX, que en
de los pianistas más populares y solicitados de su época, además muchos casos no pasan de ser efectos vacuos.
de editor de las publicaciones periódicas El Zancudo y El Museo,
en cuyas páginas, salpicadas de chispeante humor, se difundieron A pesar de este aparente defecto, este tipo
numerosas obras de compositores venezolanos. de composiciones gozaron del favor de los
11
Alirio Díaz, op. cit, p. 27.
12 Ecos del corazón apareció publicado en 1877 en El Zancudo intérpretes, quienes veían en ellas una opor-
en una versión a dos manos, y luego reproducida en Valses tunidad para lucir sus destrezas técnicas en
Venezolarws de Salvador Narciso Llamozas en 1894. En cuanto a
El Diablo Suelto, Díaz refiere que encontró la partitura original desmedro de la profundidad musical, por lo
de 1878 en un anticuario de libros, y en tanto afirma en varios que Geranio puede ser vista como un buen
lugares del texto que es una obra original para piano a cuatro
manos (op. cit. p. 27 y 33), se contradice abiertamente al describirla
como una obra a dos manos (p. 31-32), ofreciéndonos incluso su
reproducción facsimilar en los anexos que evidencian a todas luces
que se trata de una obra para dos manos, y no para piano a cuatro 13 Simón Wohnsiedler (1864-1925) , compositor popular, flau tista y

manos. clarinetista oriundo de Barquisimeto.


•--:r--- -------------- ---- -- - ---- ---- - - - - - - - - -- --- - - - - - - - - - - --- --e,
decimonónica. nos convencionales de repetición, para poder
así registrar las variaciones que Lecuna y su
Dos piezas cierran este comentario del partner introducen en las vueltas. La primera
repertorio seleccionado para esta publica- parte termina en el c. 32, y la repetición giosa-
ción, compuestas ambas en la primera mitad da continúa de seguido (ce. 33-64). Lo mismo
del siglo XX. En ellas se hace notar un cam- ocurre con la segunda parte (ce. 65 - 80) que se
bio en el lenguaje con respecto a las anterio- repite luego con variantes (ce. 81-96) muy fácil-
res obras. Bucles de Oro, firmada en la edi- mente constatables. En la tercera parte (c. 98 y
ción original como una obra colectiva de los ss.), no hubo giosa.
"Hermanos Marcano Centeno", parece más
bien ser obra de Benigno Marcano Centeno, A modo de información general, conven-
tal como se la atribuye la Enciclopedia de dría comentar la existencia de otras piezas
la Música en Venezuela. 14 Aquí se abando- del género, que por diversos motivos no he-
nan los patrones de acompañamiento obser- mos incluido en esta edición, de manera de
vados en las composiciones anteriores, para tener un panorama integral del repertorio
entrar en un discurso mucho más elaborado, compuesto durante el período en cuestión.
diríamos que contrapuntístico. A menudo
toma el canto el secando, manteniendo el Entre las piezas del siglo XIX existe un
primo un papel secundario que rara vez ve- manuscrito del conocido valse Sufrir y ca-
mos en otras obras. La estructura pregunta- llar de Rogerio Caraballo, 17 del cual se con-
respuesta, o los pasajes de comentario que servan apenas las páginas iniciales de una
realizan las partes acompañantes, destacan versión para piano a cuatro manos en la Di-
en esta pieza. Por su parte, el Valse Venezo- visión de Música y Sonido de la Biblioteca
lano de Juan Vicente Lecuna15 resulta una Nacional. Está escrito a la usanza moderna,
excepción dentro de esta colección, en el sen- esto es, con las dos partes (primo y secando)
tido de que no se conserva partitura de esta una encima de la otra, y no en el formato apai-
obra, sino una antigua y muy deficiente gra- sado con páginas independientes, como sue-
bación eff disco de pasta dura que realizara le ser lo usual para la época. Esto nos hace
el maestro Lecuna con otro pianista. 16 Nos he- pensar que pudiera tratarse de un arreglo
mos tomado el trabajo de reconstruir la par- tardío, y no de la mano del compositor. El
titura de esta obra a partir de la grabación, material conservado era insuficiente como
pareciéndonos de sumo interés hacerlo así, para intentar una reconstrucción.
ya que ello permitió plasmar con bastante cla-
Por otra parte, existe un arreglo para pia-
ridad el estilo improvisatorio característico de
no a cuatro manos, realizado por Richard
esta música tomado directamente de una eje-
Lage, del Kleiner Walzer de Teresa Carreño,
cución de dos pianistas partícipes de esta tra-
popularizado como Mi Teresita, editado en
dición. La versión presentada en esta publica-
Leipzigpor E. W. Fritzsch, 1898, y litografiado
por C.G. Roder. 18 Dos poderosas razones nos
inhibieron de publicarlo: en primer lugar, no
" Aunque en la partitura se señala como autores a los hermanos es una obra original, como el resto del reper-
Marcano Centeno, sólo hemos podido encontrar referencias
biográficas de Benigno (desconocemos incluso el nombre de su
"hermano"). Por otro lado, José Antonio Calcaño y Ernesto Magtiano
atribuyen el valse Bucles de oro sólo a Benigno Marcano, quien
fuera un destacado pianista y compositor cumanés, discípulo de 17
Rogerio Caraballo fue un flautista y violinista de destacada
Salvador N. Llamozas. trayectoria dentro de las Sociedades Filarmónicas y Orquestas
" Juan Vicente Lecuna Lander (Valencia, 1891· Roma, 1954). Los caraqueñas de las últimas décadas del siglo XIX, autor de
manuscritos de partituras de música "popular" que se conservan numerosas piezas de baile para piano. El valse al que hacemos
de este importante compositor y pianista venezolano estan firmadas referencia fue publicado como inédito, en una versión para dos
con el pseudónimo Vincent Lander, tal vez debido a que el autor no manos, en el ya mencionado Valses Venezolanos , de Salvador
deseaba que como creador se le vinculara con este tipo de música, Narciso Llamozas (v. supra) .
18 Agradecemos al profesor Héctor Pérez Marchelli por su interés
muy alejado de su lenguaje.
16 La grabación está disponible en la División de Música y Sonido en ubicar esta obra en archivos norteamericanos, y el habernos
de la Biblioteca Nacional facilitado fotocopia de la misma.

XI
torio que incluimos en esta edición; y en se- gunas piezas fáciles para piano a cuatro
gundo término, el arregio es espurio, y no tiene manos,Recreaciones, de corte definitivamen-
la calidad de las obras que aquí presentamos. te pedagógico, dirigido a un público infantil. 23
En la colección musical que conserva la En la segunda mitad del siglo XX observa-
División de Música y Sonido de la Biblioteca mos un resurgimiento de dúos pianísticos
Nacional está también El Pabellón cubano, estables en el país, así como de composito-
Op. 5, una marcha triunfal a cuatro manos res que escriben obras y arreglos especial-
dedicada al Ejército Libertador de Cuba, de mente para ellos, por lo que merecen un tra-
Jesús María Suárez, 19 publicada por Alfred tamiento especial y aparte, que escapa de las
Rothe en Caracas, y litografiado por H. Neun. dimensiones de este trabajo.
Esta es definitivamente una obra de ocasión,
débil desde el punto de vista musical, y por No quisiéramos terminar sin agradecer
no ser un vals, no lo consideramos para su especialmente a Carmen Torres Ellul (viuda
inclusión. de Juan Vicente Lecuna) por habernos dado
información muy importante sobre los dúos
Durante la primera mitad siglo XX encon- pianísticos de la Caracas de antaño, así
tramos otros autores que incursionaron en como proporcionado grabaciones y partitu-
el género de manera casual, y sin el sentido ras de su finado esposo; a los profesores
de tradición que el piano a cuatro manos traía Hugo Quintana, Aída Lagos, Eduardo Se-
como legado del siglo anterior. Manuel rrano y Héctor Pérez Marchelli por el
Leoncio Rodríguez 2º compuso algunas obras invalorable material documental y de refe-
originales para piano a cuatro manos, cuyos rencia que nos facilitaron; a Susana Plaza,
manuscritos se encuentran en la Fundación por las grabaciones de su madre Nolita y
Vicente Emilio Sojo. 21 Está asimismo la obra las obras del maestro Juan Bautista Plaza;
de Miguel Angel Calcaño, 22 quien también cul- a los amigos de la Biblioteca Nacional, Igna-
tivó el género dentro de un estilo de corte muy cio Barreto, Leonardo Castro, Henry
académico. Sus composiciones, dedicadas a Rodríguez y Carlos Navas, por su incondicio-
su esposa Senta Seligman, están reunidas en nal colaboración en esta investigación; y a
un cuaderno, el Sentas vierhiindiges Elena Becerra y Francisco Vera Izquierdo por
Klavieralbum (Álbum de piano a cuatro el valioso tiempo compartido con nosotros.
manos de Senta), que contiene piezas que También quisiéramos reconocer la labor de
parecen más ejercicios de composición, que las instituciones que ayudaron a preservar y
obras de un compositor en busca de un len- reproducir los materiales aquí incluidos: Di-
guaje personal: Andante, Preludio y visión de Música y Sonido de la Biblioteca
Fughetta, Canon y Trío, Binario, Ternario, Nacional, Fundación Vicente Emilio Sojo,
y Vivo, todas originales para dúo pianístico. Fundación Boulton, y Archivo Hemerográfico
José Angel Rodríguez compuso también al- de la Academia Nacional de la Historia.

10
Jesús María Suárez (1845-?), crítico mu·sical, pedagogo, pianista
Mariantonia Palacios
y compositor quien, junto a su hermano Cesáreo, editaba y distribuía y Juan Francisco Sans
partituras y libros de música en su almacén. Escribió además varios
libros teóricos que llegaron a convertirse en lectura obligada de
Caracas, septiembre de 2000.
todo estudiante de música.
20 .Manuel Leoncio Rodríguez (Valencia, 1870-Caracas, 1943) .

Compositor y violinista, miembro fundador de la Orquesta Sinfónica


Venezuela.
21 En el catálogo elaborado por Leonardo Rodríguez en su tesis

Manuel Leoncio Rodrí{}Uez, la leyenda de un romántico, (UCV-


Escuela de Artes, 1999), aparecen tres obras originales para un
23 José Angel Rodríguez López (El Tocuyo 1880-1966),Recreaciones,
piano a cuatro manos (dos marchas y un minué) y una obra para
voz y piano a cuatro manos. piezas fáciles para piano a cuatro manos, edición facsimilar de
22 Miguel Angel Calcaño Arcila (Caracas 1904 - 1958). Compositor, la CANTV que contiene ocho sencillas piezas originales para un
pianista destacado, y organista de la catedral de Caracas. piano a cuatro manos.
Descripción de las partituras
Obra Autor Varios y pie de Medidas Nº depp. Tonalidad Observaciones
imprenta

Emilia José A. Montero Para piano a 4 manos. 30,5 X 21,5 2 + la portada DoM Manuscrito, apaisado
Dedicado á su título

Amor Fraternal Federico S. Villena Vals de salón 21,5 X 27 20 + la portada MibM Manuscrito,
Recuerdo de amistad á mis apaisado.
buenas amigas Petra y Leo- Vals extenso al estilo
nor. europeo.

i0t,é nombre! Federico S. Villena Valse a cuatro manos 27,3 X 31,7 4 + la portada ReM Numerado 1 a 4 en 1
Caracas, Lito. de F. Rasco. al bum Lira Venezolmw
~
::::::1
Los misterios del corazón Federico S. Villena (inédito) 30,2 x23,2 4 MibM Numerado 42 a 45 en 1

Caracas, S. N. Llamozas album Valses venezolaru


Compañía Editores, 1895

Al Gral. Heraclio Fernández 20,5 x26 2 ReM Publicado en El Zarwud1


Francisco L. Alcántara Año II, mes III, No 9 del
de marzo de 1877.

Happy new year Heraclio Fernández Feliz año nuevo. 20,5 x29 2 + la portada FaM
Dedicado al Sr. E.Heny.
Agente de la Fábrica de
máquinas de coser Singer y
de la de pianos de M.F.
Rachals y Compañía
Imprenta de vapor de la
Opinión Nacional.
Por Fausto de Aldrey, 1878
View publication stats
Obra Autor Varios y pie de Medidas Nº depp. Tonalidad Observaciones
imprenta

Bucles de Oro Hnos. Centeno Valse a cuatro manos 31,5 X 20 4 ReM Numerado 32 a 35 en la
edición. Archivo de la Fun-
dación Vicente Emilio Sojo
'

Valse venezolano Juan V. Lecuna LaM Transcrito de una graba-


ción proporcionada por la
familia Lecuna interpreta-
do por Juan V. Lecuna y
Legorbouru

Vals Geranio Simón Wohnsiedler Barquisimeto. 12 + portada Re menor


Julio de 1893.
Litografiado por C.G.Roder,
Leipzig.

- •

También podría gustarte