El abuso sexual es un tipo de actividad o contacto sexual en el que no das tu
consentimiento. Un atacante puede usar la fuerza física o amenazas, o darle drogas o alcohol a su víctima para abusarla sexualmente. El abuso sexual incluye violación y coerción sexual. En los Estados Unidos, una de cada tres mujeres sufrió algún tipo de violencia sexual.1 Si sufriste un ataque sexual, no es tu culpa, no importa en qué circunstancias haya ocurrido. ¿COMO EVITAR EL ABUSO SEXUAL? Denuncie. Si escucha que alguien le está restando importancia a la violencia sexual o la está tolerando, denúncielo. Si ve que alguien está siendo acosada a agredida, llame a la policía de inmediato. Ayude a crear un ambiente de trabajo o escolar seguro. Pregunte acerca de los programas escolares o del lugar de trabajo que aborden el maltrato o la agresión. Conozca a dónde ir para reportar el acoso o la violencia en contra de usted u otras personas. Ofrezca apoyo. Si usted sabe de alguna amiga o miembro de la familia que esté en una relación abusiva, ofrézcale su apoyo. Póngalos en contacto con una organización local que pueda ayudar. Eduque a sus hijos. Dígales a sus hijos que ellos pueden decidir quién puede tocarlos y en dónde, incluso los miembros de la familia. Déjeles saber que siempre pueden acudir a usted si alguien los toca inapropiadamente. Enséñeles a los niños a respetar a otros y a tratar a otras personas como les gustaría que los trataran. Enséñeles a los adolescentes acerca del consentimiento. Asegúrese de que todo adolescente comprenda que cualquier contacto o actividad sexual debe ser acordada libre, voluntaria y claramente por ambas partes. Hágalo antes de que empiecen a tener citas.
EVOLUCION DEL ABUSO SEXUAL
El abuso sexual como forma de maltrato infantil no es una práctica de los tiempos modernos, sino una constante a través de la historia de la humanidad; sin embargo el desarrollo intelectual de los dos últimos siglos ha permitido reconocer al niño como actor social con derechos propios y a la infancia como periodo determinante en el desarrollo de los ciudadanos. Este enfoque ha llevado a la identificación y penalización de las conductas lesivas por parte de los adultos para con los menores, siendo reconocida como la más grave de todas, el abuso sexual, por cuanto se asocia con muchos tipos de enfermedades mentales y comportamientos disfuncionales en quienes lo padecen, entre los que se pueden mencionar: depresión, baja autoestima, fracaso escolar, abuso de fármacos y alcohol, intento de suicidio, promiscuidad sexual, prostitución y conductas criminales. En las últimas décadas se han venido realizando estudios en diferentes regiones del mundo, que aún con diversos enfoques metodológicos, han contribuido a ampliar la visión que se tiene de este significativo problema social, aunque se reconoce que hay aspectos que requieren mayor investigación, como el contexto cultural y la etnicidad (5). Un estudio publicado en 2005 mostró una prevalencia de abuso sexual de 16 % en el Reino Unido, en una población de adultos jóvenes de 18 a 24 años (6). En 2004 se dió a conocer un estudio que indicó una prevalencia de abuso sexual de 13,6 % antes de los 16 años en estudiantes de los grados 11 y 12 de escuelas secundarias de cuatro provincias chinas (7). En el 2006 se publicó una investigación realizada en Estambul, y en las mujeres estudiantes de los grados 9 a 11 de secundaria, se encontró una prevalencia de abuso sexual del 13,4 % (8). En Estados Unidos se ha calculado que existe una tasa de abuso sexual de entre 2,1 y 6,3 por cada mil habitantes (3). En Latinoamérica también se han realizado estudios, como la encuesta de maltrato infantil y factores asociados, realizada a estudiantes de secundaria en cuatro estados mexicanos en 2006, en la que se encontró una prevalencia de abuso sexual de 11,9 % en Baja California, 7 % en Sonora, 5,8 % en Yucatán y 4,9 % en Tlaxcala. Los factores asociados al abuso sexual fueron bajo nivel socioeconómico, desempleo, discapacidad, menores horas de convivencia con la madre. Las principales consecuencias encontradas fueron estrés postraumático e ideación suicida (9). En Colombia, el Instituto Nacional de Medicina Legal en el año 2004 realizó 17.912 reconocimientos médico legales sobre las formas de violencia sexual tipificadas en el código penal, de las cuales 36 % correspondían a víctimas menores de 10 años de edad, 11,35 % menores de 5 años y 25 % entre 5 y 9 años. En el 90 % de los casos el agresor era un miembro de la familia (10). En nuestro medio las denuncias han venido en aumento y se están dando las condiciones para establecer reformas al código penal que castiguen con mayor severidad a los agresores, pero en realidad este problema permanece reducido al silencio; hacen falta investigaciones que permitan ampliar el campo del conocimiento sobre factores de riesgo culturales, económicos, políticos y sociales, así como sus consecuencias, lo que significa una ardua tarea, pero cuyo propósito debe ser enfocar las acciones hacia la promoción y prevención. Además, es necesario ampliar las fuentes de información incluyendo a las instituciones educativas en este proceso de vigilancia. POR QUE EXISTE La violencia sexual ocurre cuando alguien fuerza o manipula a otra persona a realizar una actividad sexual no deseada sin su consentimiento. Las razones por las cuales no hay consentimiento pueden ser el miedo, la edad, una enfermedad, una discapacidad y/o la influencia del alcohol u otras drogas. La violencia sexual le puede ocurrir a cualquiera, incluyendo: niñ@s, adolescentes, adult@s y personas mayores. Aquell@s que abusan sexualmente pueden ser personas conocidas, miembros de la familia, personas confiadas o desconocid@s. CONSECUENCIAS DEL ABUSO SEXUAL Las consecuencias dependen en gran medida del tipo de abuso y sus circunstancias. Estudios estiman que un alto porcentaje de las víctimas de Violencia o Abuso sexual presentan secuelas, dentro de las que están: desconfianza, miedo, hostilidad hacia el sexo de quien agredió o hacia la familia si se siente que no se protegió, vergüenza, ansiedad, culpa, huida de casa, fracaso escolar e ingestión de drogas, alta incidencia de insatisfacción y disfunciones sexuales, depresión, angustia, mayor incidencia de embarazos no deseados y embarazo temprano, inicio temprano de las relaciones sexuales e infecciones de transmisión sexual. Las consecuencias suelen ser mayores mientras más cercanas afectivamente sea quien agredió, mientras más violencia haya existido, mientras más tiempo haya sucedido y mientras menos se haya creído y/o apoyado a la víctima. En la adolescencia, es común ver a mujeres y hombres con una conducta sexual inadecuada, poco protegida, riesgosa, con un alto grado de seducción, con mayor infidelidad y parejas amorosas múltiples, como consecuencia del abuso o la violación vivida en la infancia aun sin darse cuenta de esta relación causa efecto. En lugar de juzgar a una persona por su conducta, es indispensable tratar de comprender qué le sucede. Es muy importante que también comprendamos que estos efectos se desvanecen o minimizan con una adecuada terapia sexual, y que las personas con abuso yviolación por supuesto podrán recuperar una vida sexual saludable, feliz y armónica, si reciben la ayuda adecuada. Tal como lo establece la Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, Decreto 9-2009 del Congreso de la República, en su artículo 13, toda denuncia sobre acciones que constituyan sospecha o confirmación de la amenaza, restricción o actos que constituyan Violencia Sexual debe ser comunicada o denunciada inmediatamente ante las autoridades administrativas y judiciales competentes, como Policía Nacional Civil, Ministerio Público, Procuraduría General de la Nación, Secretaría Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, Procuraduría de los Derechos Humanos, la denuncia podrá ser presentada bajo reserva de confidencialidad.