De: Comité Científico Nacional Ecuador <comitecientificoecuador@gmail.

com>

Cordial saludo colegas.

Deseo que se encuentren muy bien.

En primer lugar, extendemos nuestro agradecimiento a cada una de las personas del Comité Científico
Internacional de la Red Internacional de Estudios sobre Masculinidades (REMASC) que se involucraron
de una u otra manera en la realización del VIII Coloquio Internacional de Estudios sobre Varones y
Masculinidades. Interpelar las masculinidades en tiempos de Covid-19 y otras pandemias.
Ecuador, 25 a 28 de octubre de 2022.

A continuación, queremos compartirles la memoria digital de los diferentes eventos realizados:

1. Registros de las mesas temáticas y la presentación de libros. Pueden acceder a la totalidad

de las las grabaciones en nuestro canal oficial de YouTube "8 Coloquio Masculinidades
Ecuador": https://www.youtube.com/channel/UCSUgZRpcrKHN9v0mgkQBUpg
2. Eventos centrales del VIII Coloquio. Podrán encontrar los 4 eventos que fueron transmitidos
directamente a través de la página Facebook. A continuación encontrarán los enlaces:

 Acto de inauguración y conferencia

inaugural: https://www.facebook.com/coloquio.masculinidades/videos/550469673440857
 Debate Epistemológico: “Avances y resistencias en el campo de investigación y acción
política sobre masculinidades en
Brasil”.https://www.facebook.com/coloquio.masculinidades/videos/5994734530536651
 Debate Epistemológico: “Interpelaciones feministas a los estudios de varones y
masculinidades:https://www.facebook.com/coloquio.masculinidades/videos/1215270949052898

 Clausura y conferencias
magistrales: https://www.facebook.com/coloquio.masculinidades/videos/645663743737898

Adicionalmente, les compartimos el archivo con el pronunciamiento del Comité Científico

Internacional de la Red Internacional de Estudios sobre Masculinidades (REMASC).

Fraterno saludo y seguimos en contacto,

Leonardo García
Comité Científico Nacional Ecuador
--
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 VIII Coloquio internacional de estudios sobre varones y
masculinidades: Interpelar las masculinidades en
tiempos de Covid-19 y otras pandemias

Quito, 25 a 28 de octubre de 2022

Declaratoria

América Latina y varios países del mundo vivimos la implementación de un proyecto político y social
que se autodenomina “conservador” y “liberal”, cuya estética se basa en la valorización de un
modelo familiar único, en singular, desconociendo la diversidad de arreglos familiares y el grave
problema de la violencia doméstica y familiar que radica justamente en una visión patriarcal de la
familia, del género y la sexualidad. El lugar del padre como norma, regla, control y opresión,
previamente cuestionado, es reafirmado y ensalzado. Este proyecto político defiende un mercado y
una sociedad que se autodenomina “libre” y, para ello, se posiciona a favor del capital transnacional
y de las élites en el poder, y en contra de la libertad de expresión de género y de la sexualidad,
imponiendo un modelo cis heteronormativo, que busca regular, controlar y violentar a las personas
según su orientación sexual o su identidad de género. Se utilizan lecturas intencionalmente acríticas
y sesgadas del cristianismo para justificar la opresión. En medio de ello, los reclamos y las demandas
del movimiento feminista, del movimiento LGBTQIA+ y de los movimientos sociales en general son
tratados con represión y menosprecio.
La militarización de las masculinidades aparece como una de las principales líneas argumentales de
este proyecto, que refuerza un modelo de masculinidad basado en la violencia como respuesta a los
problemas sociales. Las armas se lanzan como símbolo de la libertad del pueblo y del fracaso del
Estado. Se aumenta el presupuesto en defensa y gasto militar, se apoya el porte de armas de parte
de la población civil, en lugar de aumentar el presupuesto para la salud y seguridad social, la
educación y la vivienda. En este proceso, el exterminio de la población negra, especialmente de los
hombres negros, acaba encontrando terreno fértil o abonado en la región.
La fragilidad, la debilidad, la precarización, la profundización de las inequidades, el hambre, el
sufrimiento, el padecimiento y la vulnerabilidad multiplicada quedaron en evidencia durante los
últimos dos años de pandemia con la llegada del Covid 19 y con las necesarias medidas de seguridad
sanitaria que redundaron en una mayor convivencia familiar. El cuidado se convirtió en una tarea
aún más agotadora para las mujeres y se hicieron aún más recurrentes las denuncias del aumento
de la violencia contra ellas, contra LGBTQIA+ y contra las poblaciones vulneradas debido al color,
raza o etnia. Algunos políticos europeos, pero también de la región como Brasil, Colombia, Chile, El
Salvador, Nicaragua entre otros: blancos, cisgénero, heterosexuales, han banalizado la gravedad del
problema y, sin ningún fundamento, han cuestionado el conocimiento científico, apostando por la
“inmunización de rebaño” como alternativa y con manejo errático de los tratamientos y las vacunas
cuya eficacia no estaba totalmente probada.
A nivel estatal, algunos gobernantes se han apoyado en discursos y prácticas racistas, sexistas y
misóginas para promover sus campañas electorales y justificar sus programas de gobierno y de
gestión pública. Expresamente opuestos a los derechos humanos y la igualdad de género, buscan, a
través de sofisticadas ingenierías de la comunicación y pedagogías de género, naturalizar la idea de
que somos fundamentalmente conservadores. ¡No lo somos! La historia de nuestros países
demuestra que somos pueblos progresistas, que creemos en un mundo libre de cualquier forma de
opresión o violencia.
Debe llamar nuestra atención, y convocarnos a investigar y producir conocimiento orientado a la
incidencia política y social que estas políticas reaccionarias están generando en nuestra región. Los
estudios sobre masculinidades tienen que esforzarse en comprender este fenómeno, analizando
cómo las imposibilidades de satisfacer los mandatos de la masculinidad hegemónica por parte de
los varones en la escena contemporánea, está siendo capitalizada por los negacionistas del
patriarcado y sus efectos nocivos en la trama social.
En este sentido, el campo de estudios y acciones políticas sobre las masculinidades, que ya tiene
más de cuatro décadas de producción sistemática, ha construido o ampliado una serie de estrategias
encaminadas a promover la igualdad de género, a partir de una crítica profunda a las formas en que
socializamos a las personas, en la forma como organizamos simbólicamente la vida, y como
orientamos nuestra economía y la vida pública. Para eso, como nos enseñan las feministas negras y
descoloniales, se necesita un movimiento sincrónico en el que, al mismo tiempo que el movimiento
antirracista, pueda incorporar discursos y prácticas antisexistas y antimisóginas, los movimientos
sociales puedan comprender, de una vez por todas, que la lucha antirracista no es una agenda
específica y que el racismo no debe entenderse como un objeto particular, sino que es estructural.
Es la base para una lectura profunda de las desigualdades sociales, especialmente en naciones
constituidas a partir de procesos de colonización y colonialidad, esclavización y exterminio expreso
o simulado.
Es necesario, por tanto, defender el pleno ejercicio de la democracia, desde una perspectiva
feminista y de género. Para ello, es preciso derribar barreras personales (subjetivas), pero también
relacionales, institucionales y culturales, desarrollando prácticas públicas y políticas de intimidad
que involucren a mujeres y a hombres, cisgénero y transgénero, lesbianas, gays, travestis y no
binaries, con miras a una sociedad más justa. A través de las formas políticas del amor, es posible
promover una revisión de los valores y las prácticas que cristalizan el machismo y el patriarcado en
nuestra sociedad, involucrando expresamente a los hombres, plurales, en los movimientos a favor
de la igualdad de género, al decir de bell hooks, como “camaradas de lucha”

Quio, octubre 28 de 2022