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El mayor aporte que los Jesuitas han de hacer

a la Nueva Humanidad que se está gestando en el


Siglo XXI, consiste en la entrega generosa, diáfana,
audaz, completa y permanente de su Pedagogía
Espiritual que brota, tanto de Las Constituciones de
la Compañía de Jesús, como de los Ejercicios
Espirituales.
Necesitamos, que nuestros Laicos y Laicas y
especialmente los Jóvenes, aprovechen de Las
Constituciones aquel modo tan certero de formar
Hombres y Mujeres del Evangelio; y que los
Ejercicios sean entregados y desarrollados como
una experiencia genuina y no como algo consabido,
de tal modo que contribuyan en el surgimiento de
los Místicos tan necesarios en nuestro tiempo.
Inventario de Ignacio de Loyola dedicado a
jesuitas e ignacianos del mundo actual.
Enero 2008
Con el deseo de responder a los
retos de hoy,
el Centro de Espiritualidad y Pastoral
(CEP)
quiere ofrecerte la riqueza espiritual
de San Ignacio de Loyola.
0° Paso: “Preparación de la Oración”. Prever lo que se crea
conveniente para la Oración, lo cual puede incluir la escogencia
de un pasaje bíblico, un acontecimiento vital, etc.
1° Paso: “A lo que vengo”. Se trata de aperturar el encuentro.
2° Paso: “Pacificación”. Es una metodología para lograr concentrarme-
descentrarme-centrarme.
3° Paso: “Oración Preparatoria”. Es una jaculatoria que ayuda a
centrar los afectos y razonamientos.
4° Paso: “Composición del Lugar”. Un modo de trabajar la imaginación
y los imaginarios.
5° Paso: “Petición”. Se trata de pedir lo que deseo.
6° Paso: “Contenido o Materia”. Es la temática o asunto sobre el que
se basa la oración.
7° Paso: “Coloquio”. Es un diálogo tierno y fecundo entre el Orante y
el Orado.
Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían
del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que
ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle».
Al oír esto el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los
sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde
había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito
por medio del profeta…» Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos
precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Los envió a Belén y les dijo: «Vayan e
indaguen cuidadosamente sobre ese niño; y cuando lo encuentren, comuníquenmelo,
para ir también yo a adorarle».
Los Magos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella
que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo encima del lugar
donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la
casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus
cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no
volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino. (Mateo 2, 1-5.7-12)
[ Comienza la oración ]
Inicio mi encuentro con el
Señor,
escogiendo un sitio apropiado
para mi oración.
Al llegar al sitio escogido,
me digo a mi mismo:

¿A QUÉ VENGO?:

VENGO A EXPERIMENTAR
LA EPIFANÍA DEL SEÑOR EN
MI VIDA

Al final, rezo el Padrenuestro,


saboreando cada palabra,
repitiendo la frase del
Padrenuestro
que más ha tenido resonancia.
[ Continúo la oración  ]
Ya sea sentado, paseando, acostado o reposado; tanto en casa,
como en el parque o la Iglesia
me sereno para que esta cita con Dios tenga lugar.
Me acomodo con una posición
que me ayude a concentrarme-descentrarme-centrarme,
implicando todo mi ser.
Por espacio de unos 10 minutos, al ritmo de la respiración, voy
saboreando aquella palabra
o aquella frase del Padrenuestro que se me quedó fija en la
apertura de este encuentro.
Una y otra vez repito este ejercicio.
NOTA: La oración preparatoria siguiente me ayuda a
experimentar libertad de apegos.
La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mi
mente y en mi corazón.

[ Sigo adelante con la oración ]


NOTA: Este paso es muy especial y merece realizarse con esmero. Le
dedico unos 10 minutos.

[ Continúo  ]
En forma sencilla
formulo mi petición.

Dejo que mi petición


salga de dentro.

Que nazca
de lo más hondo de mi
vida.
(Si me ayuda, puedo decir varias
veces la petición)
[ Continúo la oración ]
Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían
del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que
ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle». Al oír esto
el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos
sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había
de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por
medio del profeta … » Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos
precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Los envió a Belén y les dijo: «Vayan e
indaguen cuidadosamente sobre ese niño; y cuando lo encuentren, comuníquenmelo,
para ir también yo a adorarle». Los Magos, después de oír al rey, se pusieron en
camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos,
hasta que se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron
de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y,
postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro,
incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a
su país por otro camino. (Mateo 2, 1-5.7-12)
[ Y continúo la oración ]
(Reflexión basada en “Leer el Evangelio” de J.M. Rovira Belloso)

Los Magos venidos de oriente son símbolos del Itinerario hacia


Dios que implica abrir las propias posiciones, las propias posturas
y los propios ritmos a una nueva perspectiva más sencilla, más
nuclear y más gustosa: la divinidad de lo humano con gran
generosidad.

El primer Sabio (rey-mago: Melchor) al concluir la ruta de Belén,


discurrió: “Yo soy quien busca en todo momento una cosmovisión
que explique el enigma del mundo, pues represento el saber
humano, las ciencias y las teorías. Creí haberla hallado. Creí
poseer una ciencia total, coherente y grandiosa. Pero las
formulaciones más agudas del saber humano me han conducido a
una aldea llamada Belén y una luz pequeña como en forma de
estrella se ha incrustado en mi sistema de pensamiento. Esa luz
ha logrado abrir ventanas que ni siquiera sabía de su existencia.
Ahora, después de Belén puedo ver lo concreto de la vida a través
de esa estrella: veo a mis compañeros de ruta, veo al vecino
enfermo, veo al anciano que espera un poco de atención, veo al
niño de la calle indefenso, veo a mis seres queridos.
[ Y continúo He]
la oración
comenzado a ver que todo lo que me rodea (la realidad) no está al
El segundo Sabio (rey-mago Gaspar) al salir de Belén, exclamó: “Yo sólo sé que
nada sé. A mí me encanta el silencio, lo sublime. Soy de poco hablar y mi dinámica
es la introspección. Callo y observo con amor y tolerancia lo que pasa a mi
alrededor. Creí poseer en el silencio la mayor de las estrellas. Pero he sido
conducido a Belén y ando inquieto. No sé explicar esta alegría que llena todos mis
espacios. Es un cosquilleo que recorre todo mi ser, todos mis razonamientos y hace
que mi mutismo se desborde en palabra grata, palabra amable. Al ver al Niño Jesús
he descubierto el brillo y la profundidad de cada persona. Perdónenme mis
seguidores, pero no puedo callar esta alegría y este gozo que experimento. Ahora
sólo sé que tal gozo no surge de lo grandioso, sino que nace de la simplicidad y
calidez que irradia una criatura nacida en tanta pobreza y estrechez. Tanto
esplendor ha provocado en mí una imperiosa energía que se traduce en respeto a
mi pueblo pobre a quien nunca había dedicado ni un instante de mi silencio. He
comprendido que el amor al prójimo es más grande y más significativo que
andarse por las alturas espirituales. Es quizás la verdadera sabiduría.
El tercer Sabio (rey-mago Baltasar) al concluir su visita en Belén manifestó: Yo,
siendo el tercero de los magos, no soy tan sistemático, ni tan agudo como mis dos
compañeros, porque lo mío es captar la estrella de la vida en el colorido, en la
expresión, y en sus despliegues. A mí me quedan estrechas las palabras porque
me siento arrebatado por un ritmo de danza sobrehumano. Pero al llegar a Belén y
encontrarme con el recién nacido lleno de tanta frescura y gozo, he sentido mi
cuerpo envuelto en una paz que transforma mi frenesí en serenidad y quietud. He
aprendido que humana es mi medida y he aprendido que mi alegría y entusiasmo
cobran consistencia en aquel Niño que con su Luz plenifica todos los espacios,
todos los escenarios y todas las circunstancias.
Los tres sabios (reyes-magos) habían entado en belén y ante tal ternura, ante
tal fortaleza hecha fragilidad, por un instante se han quedado [ Y continúo la oración ]
sin palabras, sin
posturas y sin ritmos. Han contemplado que la humanidad del Dios encarnado-
El primer Sabio (rey-mago: Melchor) al concluir la ruta de
Belén, discurrió: “Yo soy quien busca en todo momento
una cosmovisión que explique el enigma del mundo, pues
represento el saber humano, las ciencias y las teorías. Creí
haberla hallado. Creí poseer una ciencia total, coherente y
grandiosa. Pero las formulaciones más agudas del saber
humano me han conducido a una aldea llamada Belén y
una luz pequeña como en forma de estrella se ha
incrustado en mi sistema de pensamiento. Esa luz ha
logrado abrir ventanas que ni siquiera sabía de su
existencia. Ahora, después de Belén puedo ver lo concreto
de la vida a través de esa estrella: veo a mis compañeros
de ruta, veo al vecino enfermo, veo al anciano que espera
un poco de atención, veo al niño de la calle indefenso, veo
a mis seres queridos. He comenzado a ver que todo lo que
me rodea (la realidad) no está al margen de[ Y mis
continúo la oración
ideas. Son]
El segundo Sabio (rey-mago Gaspar) al salir de Belén,
exclamó: “Yo sólo sé que nada sé. A mí me encanta el
silencio, lo sublime. Soy de poco hablar y mi dinámica es la
introspección. Callo y observo con amor y tolerancia lo que
pasa a mi alrededor. Creí poseer en el silencio la mayor de
las estrellas. Pero he sido conducido a Belén y ando
inquieto. No sé explicar esta alegría que llena todos mis
espacios. Es un cosquilleo que recorre todo mi ser, todos
mis razonamientos y hace que mi mutismo se desborde en
palabra grata, palabra amable. Al ver al Niño Jesús he
descubierto el brillo y la profundidad de cada persona.
Perdónenme mis seguidores, pero no puedo callar esta
alegría y este gozo que experimento. Ahora sólo sé que tal
gozo no surge de lo grandioso, sino que nace de la
simplicidad y calidez que irradia una criatura nacida en
tanta pobreza y estrechez. Tanto esplendor ha provocado en
mí una imperiosa energía que se traduce en respeto a mi
pueblo pobre a quien nunca había dedicado ni un instante
de mi silencio. He comprendido que el amor[ Yalcontinúo la oraciónes
prójimo ]

más grande y más significativo que andarse por las alturas


El tercer Sabio (rey-mago Baltasar) al concluir
su visita en Belén manifestó: Yo, siendo el
tercero de los magos, no soy tan sistemático, ni
tan agudo como mis dos compañeros, porque lo
mío es captar la estrella de la vida en el colorido,
en la expresión, y en sus despliegues. A mí me
quedan estrechas las palabras porque me siento
arrebatado por un ritmo de danza sobrehumano.
Pero al llegar a Belén y encontrarme con el recién
nacido lleno de tanta frescura y gozo, he sentido
mi cuerpo envuelto en una paz que transforma mi
frenesí en serenidad y quietud. He aprendido que
humana es mi medida y he aprendido que mi
alegría y entusiasmo cobran consistencia en
aquel Niño que con su Luz plenifica todos
[ Y continúo los
la oración ]
espacios, todos los escenarios y todas las
[ Comienza el Cierre de la Oración ]
Para centrar la experiencia vivida en la
Oración,
respondo en forma sencilla las
siguientes interrogantes:

[ Voy Cerrando la oración ]

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