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CUENTO DE RUSTY

Había una vez un carro viejo llamado Rusty. Rusty era un carro de color rojo con un
motor rugiente y una suspensión que chirriaba cada vez que se movía. Había sido
el mejor carro de su dueño, pero con el tiempo, se había vuelto viejo y lento.

Un día, su dueño decidió que ya no quería tenerlo más y lo llevó al desguace. Rusty
estaba triste y asustado, no quería ser desechado como un juguete viejo. Pero
entonces, un mecánico llamado Juan lo vio y se dio cuenta de que Rusty todavía
tenía vida en él.

Juan compró Rusty y lo llevó a su taller. Trabajó duro para arreglar el motor y la
suspensión, y le dio un nuevo pintura. Rusty se veía como nuevo. Juan lo probó y
se sorprendió de lo rápido y potente que se había vuelto.

Rusty estaba tan agradecido con Juan por darle una segunda oportunidad, que se
convirtió en el carro más leal y confiable del taller. Juan y Rusty se convirtieron en
los mejores amigos y juntos, viajaron por toda la ciudad, ganando carreras y
compitiendo en competencias de carros.

Con el tiempo, Rusty se convirtió en una leyenda en la ciudad, y muchos jóvenes


querían ser como él. Rusty se había convertido en un símbolo de esperanza para
los carros viejos, mostrando que con un poco de amor y cuidado, cualquiera puede
volver a tener una segunda oportunidad en la vida.

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