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1 pRUEBA MEDICA ph jn muerte de Jestis una farsa y su Fue esurreccion un engano? Jeer la placa colgada en la recepcién del consultorio gee @dico: «Que cese Ja conversacién. Que huya la risa. Este Mee un onde Ja muerte se deleita en ayudar a los vivos.» y}use Comente, no se trataba de wn médico comin. Estaba vis- sidentemente al Dr. Robert J. Stein, uno de los principales ita = forenses en el 4mbito mundial, un detective médico osten- std yor ronca que solfa relatarme historias acerca de indicios 1080 J rados que habfa encontrado al examinar cad4veres. Para él, jestetados of hablaban, de hecho, a menudo hablaban para traer isticia alos vivos- : Durante el largo perfodo que ocupé el cargo de médico forense en Cook County» Tlinois, Stein realiz6 mas de veinte mil autopsias, cada Vez buscando meticulosamente claves sobre las circunstancias en torno a la muerte de la victima. Vez tras vez, su vista aguda y detallista, su conocimiento enciclopédico sobre anatomfa humana y su intuici6n sobrenatural para la investigacion ayudaron a este detec- tive médico a reconstruir la muerte violenta de la victima. ‘A veces gente inocente era vindicada como resultado de sus averiguaciones. Sin embargo, més a menudo la obra de Stein era el Ultimo clavo en el féretro del acusado. Ese fue el caso de John Wayne Gacy, quien se enfrent6 al verdugo luego de que Stein ayudara a que lo condenaran por treinta y tres asesinatos espantosos. ‘Ast es como la evidencia médica puede ser crucial. Puede determinar si un nifio murié a causa de abuso fisico 0 por una cafda necidental. Puede establecer si una persona sucumbi6 por causes naturales o fue asesinada por alguien que salpicé su café con arsé- nico, Puede confirmar o destruir la coartada del acusado al sefialar la hora de la muerte de la victima utilizando un procedimiento inge- 221 Pu ee 222 EL CASO DE cristo nioso que mide la cantidad de potasio en los ojos a 1 i le fallecié. j oe Y sf, incluso en el caso de alguien ejecuta dos milenios atrés, la evidencia médica puede Teale 2 ronan tribucién crucial: puede destruir uno de los angen ar i nn tentes que utilizan aquellos que alegan que la OS Ms pen Ja vindicaci6n suprema de la alegacién de su que un engafio elaborado. Song que do en una ° Tesurreccign Bu TSig. divinidad, No fue Sts, Mas {RESURRECCION O RESUCITACION? La idea de que Jestis en verdad nunca murié en 1. encontrar en el Corén, ' el cual se escribié en el sigl los musulmanes ahmadiya afirman que Jestis huys li-dad. Hasta el dfa de hoy, hay un altar que supu: su tumba verdadera en Srinagar, Cachemira.? En los albores del siglo XIX, Karl Bahrdt, Karl Venturini y oim trataron de refutar la resurrecci6n sugiriendo que en la cruz Jenn solo se desmayé por el agotamiento o que se le habfa suministrado una droga que lo hacfa parecer que morfa y que luego revivié por el aire htimedo y frfo de la tumba. * Los te6ricos de la conspiracién reforzaron esta hipétesis sefia lando que a Jestis se le habfa dado un Ifquido en una esponja mientras estaba en la cruz (Marcos 15:36) y que Pilato parecié sorprenderse por lo rapido que Jestis habfa sucumbido (Marcos 15:44). «En con- secuencia», dijeron, «la reaparici6n de Jestis no fue una resurreccién milagrosa sino una mera resucitaci6n fortuita y su tumba qued6 vaela porque siguié viviendo. . Si bien eruditos respetables han repudiado esta teorfa conocida como la teorfa del desmayo, continda recurriendo en la literatura p> pular. En 1929 D.H. Lawrence entretejié este tema en cuento gotta en donde sugerfa que Jestis habfa huido a Egipto, donde se enamor de la sacerdotisa Isis. * Plot En 1965 el best seller de Hugh Schonfield, The Passo [El complot de la Pascua], afirmaba que solo el hecho ioe, i” de que el soldado romano clavara a Jestis con la lanza Ti admitis: Plan complejo para salir vivo de la cruz, aunque Schonfie To quee™ «De ninguna manera afirmamos... que [el libro] represeniais Teali-dad sucedié.» 5 4 CTUZ se pued, le lo VII; de hecha ala Indiaen rea. estamente mareg : La prucba médica 223 a, eattt 6 la hipstesis del desmayo en el libro de Dono- Ihe Jesus Seroll {El rollo de Jests], el cual «contiene oes THe Jrobabilidades mds inc sthles que el de Schonfield» we de ime en resurreccién Gary Habermas. * En 1982, Hol ; we cher ail [Santa Sangre, Santo Céliz], agregé el giro de que fy, He ‘o habfa recibido un soborno para permitir que quitaran rie cruz antes de que muriera. Aun asf, los autores confe- 5 i pudimos, ni todavfa podemos, comprobar la exactitud de a conclusion.” : forma més reciente, en 1992, una académica australiana poco Ene Barbara Thiering, caus6 conmocién al revivir la teorfa del _qnoel eet su libro Jesus and the Riddle of the Dead Sea Scrolls gesmay ‘el enigma de los Rollos del Mar Muerto], el cual fue presen- (les on mucha fanfarria por una editorial estadounidense respetada yee desechada categéricamente por el erudito de la Universidad i: Emory> Luke Timothy Johnson, por ser «el mas puro disparate, fi resultado de una imaginacién febril m4s que de un anflisis cui- | §ardoso”- Como un mito urbano, la teorfa del desmayo continda flore- ciendo. La escucho siempre que se trata la resurreccién con aquellos que estan en una busqueda espiritual. Sin embargo, qué es lo que establece la evidencia en realidad? ;Qué sucedi6 en realidad en la Gucifixin? ,Cuél fue la causa de la muerte de Jestis? {Hay alguna manera de que hubiera podido sobrevivir a esa prueba? Ese es el tipo de interrogantes que esperaba que la evidencia médica ayudara aresolver. ‘As{ que volé al sur de California y golpeé la puerta de un promi- nente médico que ha estudiado en detalle la informacién histérica, arqueolégica y médicas entorno a la muerte de Jestis de Nazaret, aunque parece que, debido a que el cuerpo desaparecié misteriosa- mente, nunca se pudo realizar una autopsia. LA DECIMA ENTREVISTA: DR. ALEXANDER METHERELL El ambiente lujoso era completamente incongruente con la cuesti6n que estébamos tratando. Allf estébamos, sentados en la sala de la c6moda casa de Metherell en el sur de California en una refrescante noche de primavera, con una célida brisa marina que soplaba suave- mente a través de la ventana, mientras hablabamos de un tema de una brutalidad inimaginable: una golpiza tan barbdrica que conmo- ~ 224 iL CASO DE CRISTO ciona Ia ieneia y un tipo de pena capital tan dey pe come un triste testimonio de la inhi idud de] f PTAVIY aig on Mhombe tye ol hombr a Habfa buscado a Methercll porque haba ofdo que Posefa | lenciales mdaiens y cienttfiens para explicur la crucitixign 8 también tenfa otra motivacion: me habfan dicho que Ung, cuestién en forma desapasionada y a la vez exacta, yo era it | ae pura mg porque querfa que Tos hechos hablaran por sta We iperbole ni cl Fengunje eargudo que de alguna manera part mmanipular las emociones. Como era de esperarse de una persona con un tttule de medi (University of Miami en Ia Florida) y un doctorado en ingen (University of Bristol en Inglaterra), Metherell habla con preeine ientifien, ‘Tiene In certifiencisn de diagnéstico otorguda mnt American Board of Radiology [Junta Estadounidense de Radiohegs y se ha desempeftade como consultor de National Heart, Linge Blood Institute [Instituto Cardiolégico, Pulmonar y Sangufneo Naci, nal] de National Institutes of Health [Institutos Nacionales de Salud on Bethesda, Maryland. Antiguo investigador cienttfi 1 es editor de ensefié en la Universidad de 08 y escribig ne [Medicina can [Cientffico Estadounidense} i6n mus que van desde Aerospace Medic para publicacione Acrocspacial] hasta Seicntifie Ame: | Su andli cular se publicé en The Physiologist [EI I Journal [Boletin de Biofisica}, Incluso su apariencia demuestra su papel de autoridad méd 1 cortés pero formal. Seré # interior de Metherell, Con reserva cic metédicamente, no mostr tras des ingenioso de Ja contrac sidlogo] y Biophysi ca dis- iguida; su figura ex imponente con cabello blanco y un semblante ero: por momentos me preguntaba qué ocurrfa en el itffiea, hablando pausada y un indicio de agitacién interna mien- bfa con calma los detalles espeluznantes de Ia muerte de Jestin, Cualquic :sucedfa por dentro, cualquiera que fuera el dolor que como cristiano le causara hablar acerea del destino cruel que Te ucaceié a cosa que tis, pudo cnmascararlo con el profesionalisme nacido de tantas décadas de investigacién de laboratorio, Solo me dio los hechos: al fin y al cabo, luego de atrayesar medio pafs, era exo lo que habfa venido a buscar, La prueba médica 225 ANTES DE LA CRUZ nfa obtener de Metherell una descripeién bésica de ‘apt 11 pn la muerte de Jesis. Asf que después En Pechos ds “Conversacién social, dejé mi vaso de té helado y me tos tic™P? C-J1a para quedar enfrente de él. dew" a sil i co’ Podrfa jlustrar lo que le ocurrié a Jestis? —le pedi. ® acon Po 7 oir la garganta. . J aclars le Bor eti¢s de la ultima cena —relaté—. Jestis fue con Comers ivfgnte de los Olivos, espectficamente al jardin del sles, si usted recuerda, or6 toda la noche. Ahora bien, - or oceso estaba anticipando los hechos del dia siguiente. {aa ee reco el sufrimiento que tendrfa que soportar, natural- are experimentando un gran estrés sicolégico. axle eis mano para detenerlo. Aja! Aquf es donde los escépticos se dan un banquete _interpuse—- Los Evangelios nos dicen que comenz6 a sudar san- en ese momento. Vamos, jacaso no es eso el resultado de una ‘on hiperactiva? ¢Acaso no pone en tela de juicio la pre- @ ign de los escritores de los Evangelios? Impertérrito, Metherell neg6 con la cabeza. __Para nada —respondi6—. Esa es una condicién médica cono- sida Hamada hematidrosis. No es muy comtin pero esté relacionada ton un alto grado de estrés sjcolégico. »Lo que sucede es que la ansiedad severa provoca la secre- cién de quimicos que rompen los vasos capilares en las glaéndulas sudorfparas. Como resultado, hay una pequefia cantidad de san- gado en esas gléndulas y el sudor emana mezclado con sangre. No estamos hablando de mucha sangre; es solo una cantidad muy, muy pequefia.» Aunque algo reprendido, insistf: @ —iTuvo algtin otro efecto en el cuerpo? —Esto provocé que la piel quedara extremadamente fragil de ae que cuando Jestis fue flagelado por el soldado romano al dfa iguiente, su piel ya estaba muy, muy sensible. reel bien —pensé—, aqu{ vamos. Me preparé para las imé- visto pear que sabfa que estaban por fluir en mi mente. Habfa weustantes eadéveres en mis afios de periodista: viotimas de nizado, —— lomovilfsticos, incendios y venganzas del crimen orga~ ’ ‘abfa algo que era en particular desconcertante acerca ee dl saeipio au eo inciP ge culminaro imaginac 226 EL CASO DE cristo ~ de una persona que en forma intencional ¢, ejecutores decididos a infligir el mayor sufrimi brutalizada —Digame, gedmo cra la flagelacion? —10 °° ae Mctherell no desvi6 su vista de mf; Pregunte, —Las flagelaciones romanas eran conocida, mente brutales. Generalmente consistfan de trein = pero con frecuencia eran mds, segtin el estado da que daba los golpes. »E] soldado usaba un létigo con tiras de cuero tre Pn eI nzado de metal entretejidas. Cuando el latigo golpeaba la cara ©on bo, provocaban moretones 0 contusiones, las cuales se thee bolas demas golpes. Y el latigo también tenfa pedazos de hu. fan con |, los cuales cortaban la carne severamente. SO afilados, »La espalda quedaba tan desgarrada que la espina dors, . al ay quedaba expuesta debido a los cortes tan profundos. Los lay iban desde los hombros pasando por la espalda, las nalgas, sf piernas. Era terrible. » ¥ las Metherell hizo una pausa. —Contintie —le dije. —Un médico que estudié las golpizas romanas observ: “Mien tras continuaba la flagelacién, las laceraciones rasgaban hasta los misculos y producfan jirones temblorosos de carne sangrante.” Un historiador del siglo III llamado Eusebio describié una flagelacién de la siguiente manera: “Las venas de la victima quedaban al des- cubierto y los mismos musculos, tendones y las entrafias quedaban abiertos y expuestos.” »Sabemos que muchas personas morfan a causa de este tipo de castigo incluso antes de que pudieran ser crucificadas. Por lo menos, la vfctima podfa experimentar un dolor tremendo y entrar en conn cién hipovolémica. Metherell habfa mencionado un término médico que y°™ conocfa. —iQué significa ‘conmocién hipovolémica? —le presume —Hipo significa “bajo”, vol se refiere a volumen ¥ coe nifica “sangre”, por lo tanto, conmocién hipovolémica quiere ‘i que la persona sufre los efectos de la pérdida de una gran oan de sangre —explicé el doctor—. Esto causa cuatro efectos. ise; el corazén se acelera para tratar de bombear sangre qué ¥# en des’ en segundo lugar, baja la presién sangufnea, lo cual prover? dt Buy Por sey teryj] tay nueve lati ible, © Animo de] soldaie NE bel colapso: en tercer lugar, los riftones dejan de eg rel volumen restante; y en cuarto lug el cucrpo ansf; Producir oring ar, la persona fluidos para may? jantenel : pat o za a sentirse sedienta porque comien?' yolumen de sangre perdido, pone’ encuentra evidencia de ello en los relatos de los Evangeli iti i ‘ ngclios? $f, definitivamente —respondis—, J Bclios? estis se encontraha en por el camino hacia ef el madero horizontal de ‘oldado romano le ordené epee sue Jestis dice: 0 de vinagre, “Tone ido a los terribles efectos de esa golpiza, no hay dda de ¢ Jestis se encontraba en estado critico incluso antes de que con aves traspasaran sus manos y sus pies. cou Ja ejecuci6n en el Calvario Hevando Inga “rinalmente Jestis se desplom6 y un s ere que levara la cruz por él. Luego Wy sed” y en ese momento se le ofrece LAAGONIA DE LA CRUZ Por lo desagradable que era la descripcién de lo que era una flage- laci6n, sabfa que un testimonio mucho més repugnante estaba a las puertas. Y es porque los historiadores concuerdan en forma unéni-me que Jestis sobrevivié al castigo de ese dfa y prosiguié a la cruz, donde se encuentra el verdadero quid de la cuestién. En la actualidad, cuando a un criminal condenado se sujeta y se Ie inyectan venenos, 0 se ata a una silla de madera y se somete a una descarga eléctrica, las circunstancias son altamente controladas. La muerte es répida y predecible. Los médicos forenses certifican me- ticulosamente el deceso de la vfctima. Desde un punto cercano, los testigos escudrifian todo de principio a fin. Sin embargo, {cudn cierta era la muerte mediante esta forma de ejecucién cruel, lenta y algo inexacta llamada crucifixi6n? En realidad, la mayorfa de las personas no estén seguras de cémo la cruz mataba a sus victimas. Y sin la presencia de un médico forense capacitado para declarar oficialmente que Jests habfa muerto, éacaso no hubiera podido escapar de esa experiencia torturado y ensangrentado pero de todos modos vivo? Comencé a presentar estas cuestiones. —éQué sucedié cuando Iegé al lugar de la crucifixi6 gunté, —Lo acostaron y clavaron sus manos en posicién abierta en el madero horizontal. Esta viga se llamaba patibulum y en ese momento —pre- Ree 228 EL CASO DE CRIsto separado del madero vertical, que ©staba ¢], permanente. “tAVadg aly oe eaee hacfa diffeil visualizarlo; necesitaba m4, 6] $e JClavado con qué? —pregunte—, gDengay” “lUlleg, —los romanas on de doce 1 ; das hi ar e} © ce, ros de largo amanecss —explicg Metherell ; aga i, Sproxi-madamente a dos centfmetros y medio por debajor ou nat ear momento —lo interrump{—. Peng, Pang habfan perforado sus palmas. Eso es lo que m turas. Es m4s, s€ ha convertido en el sfmbolo la crucifixi6n. 7 __A través de las mufiecas —repitié Metherel]__ osicién sélida que trabarfa la mano; si los clavos hubjert® Ua etrado las palmas, su peso hubiera causado que la piel se ae ben. s se hubiera cafdo de la cruz. Por lo tanto los claves tracpae’ mufiecas, aunque se consideraban parte de la mano en ¢] ae sus de esa época. Buaje »Y es importante entender que el clavo atravesaba el lu donde pasa el nervio mediano. Ese es el nervio mayor que s, al or tnano 3 quedaba triturado por el clavo que se martillaka, Dado que poseo un conocimiento rudimentario de humana, no estaba seguro de lo que eso significaba. —;Qué clase de dolor debe haber producido? —le pregunt —Permttame explicarselo de la siguiente manera —respondig_ gConoce el tipo de dolor que uno siente cuando se golpea el codo y se da en ese huesito. Se trata de otro nervio, Hamado ccbito. Es my doloroso cuando uno se lo golpea accidentalmente. Muy bien, ahora imagfnese tomar un par de pinzas y presionar hasta triturar ese nervio —dijo mientras hacfa énfasis en la palabra presionar mientras giraba un par de pinzas imaginarias—. Ese efecto serfa similar a lo que Jestis experimenté. Me sobresalté por esa imagen y ime retorcf en la silla. —] dolor era absolutamente insoportable —agreg6—. En reali dad, literalmente no existfan palabras para describirlo; se tuvo qe inventar una nueva palabra: excruciante*. . * (nota del T. este seria el equivalente castellano de acuerdo con la etimologia de la pulabrs or en inglés excruciating que también se halla en el portugués excruciante, del latin excruciatos PX" cipio de excruciare; atormentar torturar; ex + cruciare: atormentar; derivado de crux: cruz.) estaba bey 8 diccisig aba westran 1 lo8 el stran todag |o,°"% comtin qu; ie TePTesent, anatomia ae cruciante significa “de |, enle, la cruz”, Pig, «eralmer . Ténselo: fue Lier una palabra porque no habfa nada en el idioma qui fue joe ta intensa c: © pudicra 0 mustia intensa causada durante . est 1a angust ‘ante la cru fixién, ‘seri ‘ose UNIO, Jestis fue alzado para unir e} made) rE “Jucgo le pusicron los clavos en los pies. Nu yertic® to sus pies fueron triturados y eso de! ios d jos similar. Je dolor similar. 1 . tipo « ios triturados y cortados cicrtamente era mucho pero jervios ; ee qué efecto habfa tenido en Jests el que lo colgaran d, To con el polo levamente, los 2¢ haber causado un csi- ts lela nut. Qué presiones debe haber ejercido esto en su cuerpo? Metherell respondi6: : “En primer lugar, sus brazos debieron haberse estirado inme- - gamentes probablemente alrededor de quince centi ise hombros se deben haber dislocado, y ee con una simple ecuacién matematica. ase cumplié la profecfa del Antiguo Testamento en el Salmo gp, el cual predijo la crucifixién cientos de afios antes de que sucedi- ray dice: “dislocados est4n todos mis huesos”. LA CAUSA DE LA MUERTE Metherell habfa logrado explicar el punto gréficamente del dolor soportado en el principio del proceso de la crucifixién. Sin embargo, necesitaba llegar hasta lo que finalmente reclama la vida de la vic- tima de la crucifixién porque esa es la cuesti6n central para deter- minar si la muerte puede ser simulada o evitada. Por lo tanto, le formulé a Metherell en forma directa la pregunta acerca de la causa ® de la muerte. —Una vez que la persona est4 colgando en posicién vertical —respondié—, la crucifixién es en esencia una muerte lenta y ago- nizante por asfixia. »La raz6n es que la presi6n ejercida en los misculos y en el diafragma pone al pecho en la posici6n de inhalacién; basicamente, - Para poder exhalar, el individuo debe empujar hacia arriba con los Ples para que la tensién de los misculos se alivie por un momento. Al hacerlo, el clavo desgarrarfa el pie hasta quedar finalmente ncrustado en los huesos tarsianos. »Después de arreglérselas para exhalar, la persona podrfa rela- y descender para inhalar otra bocanada de aire. Nuevamente metros de largo lo cual se puede deter- Jars L eee 42) tendrfa que empujarse hacia arriba para e crangremada contra la madera dapera de 1 eeP ANS a ese modo hasta que cl agotamiento completo se wise Minuang lt persona ya no pudicra empujarse hacia arriba ., UeNara de ge »A medida que la persona reduce el ritmorec, Tespirar, la lo que se denomina acidosis respiratoria: el Tone aterio, cit cangre se disuclve como écido carbénico lo cual eee” 1 la acidez de la sangre. Finalmente eso lleva a « De hecho, al sentir que su coraz6n latfa en forma enue hubiera dado cuenta de que estaba a punto de ae eeeey Jestis se que pudo decir: “Padre, en tus manos encomiendo ™ ¥ €8 entonces luego muri de un paro cardfaco. mi espfritu.” y Fue la explicaci6n mds clara que jamés habfa escu, de la muerte por crucifixién pero Metherell no habfa t —Incluso antes de morir (y esto también es importa, i i i a inte) la mocién hipovolémica debe haber causado un ritmo cardf, con- rado sostenido que debe haber contribuide al paro cardiags 1 dio por resultado la acumulacién de fluido en la membrana que a al eoraz6n Hamada efusion pericérdica, al igual que alrededas 4” pulmones, llamada efusién pleural. le los — Por qué es significative? —Por lo que sucedié con el soldado romano que se aceres €1y estando casi seguro de que Jestis estaba muerto lo confitms clavando una lanza en su costado derecho. Probablemente era su costado derecho; no es seguro pero por la descripcién era probable- mente el lado derecho, entre las costillas. »Parece que la lanza atraves6 el pulm6n derecho y penetré el corazé6n, por lo tanto, cuando se sac6é la lanza, algo de fluido (la efusién pericérdica y la efusion pleural) salié. Tendrfa la apariencia de un fluido claro, como el agua, seguido de un gran volumen de sangre, tal como lo describe Juan, uno de los testigos oculares, en su Evangelio. Es probable que Juan no tuviera idea de por qué vio brotar san- gre y agua; por cierto que no es lo que pudiera haber anticipado una persona que no posee el conocimiento médico. Sin embargo, la descripcién de Juan concuerda con lo que la medicina moderna anticipa que puede haber sucedido. Al principio, eso parecfa darle credibilidad a Juan como testigo pero aparentemente habfa un gran error. : f usa que aum, m pulso in ereme Tegular | chado acereg ferminado, | La prucba médica 231 ; piblia yj pablia ¥" jamente lo que vio brotar “sangre y agua”; onal » orden, Sin embargo, seprin usted, el fuido habe primero. Por Jo tanto, aque hay una diserepancia sal ent point Tome! in a a ir 6 levemente. perto en gricgo —respondi6—, pero segin oy atin. ef onten de las palabras en el griego amtiguo we Free yor secucneia sino por preemineneia, Esto qui oy que aba mds sangre que agua, hubiera tenido sen- seit asian nencionara Ia sangre primero, punto pero me hice una nota mental de que debfa 1 a gon ‘oy un & és. nario punto, Zcudl debe haber sido el estado de Jests? ees ida de Metherell se fij6 en la mfa. Metherell respondis lam. a ae jugar a dudas de que Jestis estaba muerto. puEsTAS PARA LOS ESCEPTICOS veracién del Dr. Metherell pareefa bien respaldada por la evi- er, embargo, haba aun otros detalles que querfa tratar, al ncias on punto débil en su relato que bien podfa socavar la credi- i 4 aad del relato btblico. wide t Evangelios dicen que los soldados les quebraron las “amas a los dos criminales que fueron crucificados junto a Jests Prmencioné—- ¢Por qué harfan eso? —Si querfan acelerar la muerte; ademés con la legada del stbado y de la pascua, los Ifderes judfos ciertamente querfan que indo terminara antes de la cafda del sol, los romanos usaban el asta de acero de una lanza romana corta para despedazar los huesos de laparte inferior de las piernas. Eso evitaba que la persona empujara hacia arriba con las piernas para poder respirar asf que la muerte por asfixia sobrevenfa en cuestién de minutos. »Por supuesto que el Nuevo Testamento nos dice que los huesos de Jestis no fueron quebrados por que los soldados ya habfan deter- del minado que estaba muerto y solo utilizaron la lanza para confirmarlo. Eso cumplié otra profecfa del Antiguo Testamento acerca del Mesfas: {ue sus huesos no serfan quebrados. 232 iL CASO DE CRISTO o interrumpf. han tratado de arrojar una sombra de De nuevo | —Algunos loads daar vangelios atacando la historia de Ta crit ee los ay Por ejemplo, un artfeulo que aparecié en Harvard 7 no Review [Resefla Teolégica de Harvard] muchos anos ae Ogical conclusion de que habfa orprendentemente muy poca o, 864 de que los pies de una persona crucificada se traspasah, ene} vez con clavos”. En cambio, enunciaba el artfculo, las aa ‘lgung pie de la vfctima se ataban a la cruz con cuerdas, 9 aAcasn® Y log admitir que esto genera problemas de credibilidad para el © NO va Nuevo Testamento? Telato da] El Dr. Metherell se movié hacia delante hasta quedar el borde de su silla. entado en —No —dijo—, porque la arqueologfa ahora ha establecid, el uso de clavos era hist6rico, aunque, por cierto, admito qs B oe Ces se usaban cuerdas. —;Cudl es la evidencia? En 1968 arqueslogos encontraron en Jerusalén los rest unos treinta judfos que habfan muerto durante un levantamionte de vontra de Roma alrededor del afio 70 dC: Una victima, cuyo ny. bre parece que era Yohanan, habfa sido erucificado. Y por segure, encontraron un clavo de diecisiete centfmetros clavado en sus pies gue todavfa tenfan pegados pequefios trozos de madera de olive dels cruz. Eso constituye una excelente confirmaci6n arqueolégica de un Getalle clave de la descripcion de los Evangelios de la crucifixién, Touché, pensé. _Sin embargo, otro punto de contienda es la pericia de los romanos para determinar si Jestis estaba muerto —sefialé—. Esta gente era muy primitiva en cuanto a su comprensién de la medicina, anatomfa y demas; gc6mo sabemos que no se equivocaron cuando declararon que Jestis ya no vivfa? —Le acepto que estos soldados no habfan estudiado medicina. Sin embargo, recuerde que eran expertos en matar personas: ese er su trabajo y lo hacfan muy bien. Sabfan sin lugar a dudas cuando una persona estaba muerta y en realidad no es muy dificil darse cuenta de ello. »Ademas, si de alguna manera se escapaba un prisionero, soldados responsables eran ejecutados por lo tanto tenfan un gran los an La prucba médica 233 vara asegurarse completamente de que cada vfe jvo Pa ja quitaban de la cruz, tima estal eat jando mu of NTO FINAL a historia y ala medicina, a la arqucologfa e incluso a es romanas, Metherell habfa cubierto tod. lo haber bajado de la cruz con vida. GUME 6 Jas lagu- embargo, ‘ wrsistt: we, alguna posibilidad, alguna posibilidad, de que Jests haber sobrevivido a esto? pee erell negé con la cabeza y me sefial6é con el dedo para hacer enfs5)®" jygolutamente ninguna —respondié—. Recuerde que ya pa en una conmocién hipovolémica por la pérdida de sangre al a incluso antes de que comenzara la crucifixién. De ninguna i sudo haber fingido su muerte porque no se puede fingir la ra, 5 mane: jdad para respirar por mucho tiempo. Ademas, la espada que esl i Pee su corazén defini6 la cuestién de una ver por todas. Y los manos no iban a arriesgarse a su propia muerte permitiéndole que se escapara con vida. : ; “Entonces —observé—, cuando alguien sugiere que Jestis simplemente se desmay6 en la cruz... : —Le digo que es imposible. Es una teorfa imaginaria sin nin- guna base posible en los hechos. Yo no estaba completamente listo para concluir el asunto. A riesgo de frustrar al doctor, dije: e Especulemos que lo imposible sucedié y que de alguna mane-ra Jestis se las arregl6 para sobrevivir a la crucifixi6n. Digamos que pudo escapar de sus vendas de lino, correr la piedra inmensa que tapaba la entrada a la tumba y escapar de los soldados roma- nos que montaban guardia. En términos médicos, gen qué estado se encontrarfa después de haber localizado a sus discfpulos? Metherell se rehusaba a participar de ese juego. —Nuevamente —destacé mostréndose un poco mds enérgico—, no hay forma alguna de que pudiera haber sobrevivido a la cruz. »Sin embargo, si lo hubiera hecho, gc6mo podria haber caminado cuando le habfan traspasado los pies con clavos? ¢Cémo podria haber fBarecido en el camino a Ematis poco tiempo después caminando largas distancias? gCémo podrfa haber usado los brazos después que © 234 EL CASO DE CRISTO se los habfan estirado y dislocado de las articulacione, 8? Re jas severas en Ja espalda yy Reeu, na herig, Crd que también tenfa he de Tanza en el pecho. una paus Algo surgié en su mente 1 punto clavando una estaca en el coraz, z, por todas. Era un arg Larego hia ¥ estabe | lis umento que s Lan © nadi. primera vez que lo anticips el tedlog ie ha leman para rematar s del desmayo de una ve podido refutar desde la F David Strauss en 1835. —Escuche —dijo Metherell—, una persona en ese tipo de ¢ patético nunca hubiera inspirado a sus discfpulos a que fuerane proclamar que €s el Sefior de la vida que triunfé sobre la tumba Ma > Comprende lo que digo? Después de suftir ese abuso hom) con toda la catastréfica pérdida de sangre y el trauma, se habria vi ec co ementable que los discfpulos nunca lo hubieran exaltado a el conquistador victorioso de la muerte; hubieran tenido lastima de fa y hubieran tratado de cuidarlo hasta que recuperara la salud, »Por lo tanto es absurdo pensar que si se les hubiera aparecig, en ese estado desastroso, sus seguidores se hubieran visto impelic dos a iniciar un movimiento mundial basado en la esperanza de te algtin dfa ellos también tendrfan un cuerpo resucitado como el aa Simplemente no hay forma alguna. UNA PREGUNTA PARA EL CORAZON Metherell habfa establecido su caso en forma convincente, magis- tralmente més alla de la duda razonable. Lo habfa hecho centran- dose exclusivamente en la cuesti6n del “cémo”: {Cémo fue ejecutado Jestis de manera tal que se asegurara absolutamente su muerte? Sin ‘embargo, al terminar, percibf que faltaba algo. Habfa sondeado su conocimiento pero no habfa tocado su coraz6n. Asf que cuando nos paramos para estrecharnos las manos, me sentf impelido a formu- lar-le la pregunta del «por qué» que clamaba por salir. —Alex, antes de que me vaya, permitame preguntarle su opinién acerca de algo, no su opinién médica, ni su evaluacién cientffica, simplemente algo de su coraz6n. Percibf que bajé un poco la guardia. —Si —contest6—, lo intentaré. —Jestis, en forma intencional, se dejé caer en las manos del que lo traicioné, no se resistié al arresto, no se defendié en el juicio: resulta claro que estaba dispuesto a someterse a lo que uste ee emt La prueba médica 235 como una forma de tortura humillante Y agonizante, Y inte, ©. Y yo yer por quée éQué pucde haber motivado a ur yortar esc tipo de castigo? nd persona a @ isi qu pepte 8h 2 i acsgancer Metherell, esta vez el hombre, no el doctor, buscé ] \ Olas Mew stas- 5 justas jabra8/ mente no creo que una pers ti ; p Franca ia pe Si Persona comin pudicra hab- _respondié por fin—. Sin embargo, Jests sabfa } lo que ( Na y estuvo dispuesto a padecerlo porque esa era la nic de redimirnos: haciendo de sustituto nuestro y pagando la vena form que merecemos por nuestra rebelién contra Dios. E: arte mision al venir a la tierra. | endo dicho eso, aun podfa percibir que la mente de Mether- légicay organizada sin tregua continuaba desmenuzando i pre unta hasta llegar a la respuesta més bdsica e irreducible. mt -Por lo tanto, cuando usted me pregunta qué lo motivé —con- luo pien... supongo que la respuesta se puede resumir en una y esa serfa amor. ola palabra; Mientras regresaba en el auto esa noche, fue esa respuesta la que se repetfa una Y otra vez en mi mente. En resumen, mi viaje a California habfa sido de gran ayuda. Metherell habfa establecido persuasivamente que Jestis no pudo haber sobrevivido la tortura de la cruz una crueldad tan vil que los romanos exceptuaban a sus ciudadanos de ella, salvo en casos de alta traicion. Las conclusiones lazgos de otros médic Entre ellos se encuentra el Dr. de 1986 en el Journal of the Ameri dela Asociacién Médica Estadouni el peso de la evidencia histérica y médica indica que Jestis estaba muerto antes de que se le infligiera la herida en el costado derecho... Del mismo modo, las interpretaciones basadas en la premisa de que ests no murié en Ja cruz parecen estar en contraposicién con la _ evidencia médica moderna.” "° Aquellos que buscan desechar la resu HoH alguna manera habfa escapado de : i" Igota, deben ofrecer otra teorfa mas plausil s hechos. sun Habi aqhracional, de Metherell eran congruentes con los hal- os que estudiaron la cuestién detenidamente. William D. Edwards, cuyo artfculo can Medical Association [Resefia dense] conclufa: “Claramente, rreccién de Jests alegando las garras de la muerte en ble que encaje con 236 EL CASO DE CRISTO Y lucgo ellos también tienen que terminar reflexion anta inquictante que todos tenemos Que conside; haber motivado a Jestis a estar dispuesto a ser de, habe} tan brutalmente? ande ¢ Tar: ¢ - ny QUE Due, Bradadg y tra Moy Deliberaciones Preguntas para reflexién personal o para ITupo de estudiy 1. Después de considerar el relato de Metherell, éve la teorfa del desmayo? {Por qué 0 por qué no? 2. Durante dos milenios la cruz ha sido un sfmbolo Ahora que has lefdo el testimonio de Metherell a diferir tu opinién acerca de ese sfmbolo de aquf en adelante? 3. gEstarfas dispuesto a sufrir por amor a otra persona? ;Por quién y por qué? ZQué se necesitarfa para motivarte a soportar la tortura en el lugar de otro? ‘ 4. gC6mo reaccionarfas con los soldados si humillando y torturando como lo hicie era dar raz6n por la reaccién de Jesiis, de su agonfa: «Padre, perdénalos»? alguna validez en Para log Cristianos » éde qué manera va te estuvieran insul ron con Jestis? que fue expres, tando, Qué pudi- ‘ar en medio Mas evidencia Mas recursos sobre este tema Edwards, William D., y otros, «On the Physical Death of Jesus Christ» [De la muerte fisica de Jesucristo], Journal of the American Medi- cal Association [Resefia de la Asociacién Medien Estadounidense], 21 de marzo, 1986, pp. 1455-63. : Foreman, Dale, Crucify Him [Cruciffcalo], Zondervan, 1990. Hengel, M., Crucifixion in the Ancient World [La crucifixion en el mundo antiguo}, Fortress, Filadelfia, 1977, McDowell, Josh, The Resurrection Factor [El factor de la resurrec- cion], Here’s Life, San Bernardino, CA, 1981. Grand Rapids,

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