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Poesía latinoamericana del siglo XX
¿Qué es la poesía? ¿Se puede definir a la luz de estas poéticas del siglo XX?
1. Nombrar
Desde el principio de los tiempos o desde que está escrito que Adán nombraba en el jardín
del Edén todo cuanto Dios había puesto a su disposición, con el lenguaje la humanidad se
ha apropiado de la realidad para que deje de serle ajena. En el acto de nombrar el ser
humano deja entrever su capacidad para la violencia pues le impone al mundo unas
categorías asumiendo que las necesita y aún más, parece no importarle la cuestión de si ese
todo que le aparece ya no tiene en sí mismo un nombre; con lo que termina imponiendo a
diestra y siniestra su percepción del mundo.
No podemos desconocer que la forma en que vivimos el lenguaje es nuestra cualidad más
humana, pues va más allá de una mera función comunicativa, los seres humanos
inventamos y hacemos sensible la estructura del lenguaje que le da forma a nuestra
realidad. El problema está en el momento en que el mundo y todo lo que hay en él se debe
someter a esta estructura, nombramos y sometemos a la naturaleza, los animales y las
plantas se convierten en seres serviles y útiles al ser humano, de alguna forma en nuestra
actividad más propia imponemos además de nombres la muerte.
Escribe Eva Castañeda que “El lenguaje es un problema” y reza: “No es el silencio, ni la
gravedad. No la negación. Quizá la velocidad de una palabra en los labios. Cratilo dijo: el que
conoce los nombres, conoce también las cosas. Entonces miró la lengua hasta extenuarla. Su
esencia en sílabas y letras ” (Pag. 59, 2020)”, Con el lenguaje conocemos, nosotros y
nuestros niños el amor, el odio, el miedo, la felicidad; ¿Eficazmente nos alcanzan las
sílabas y las letras… la lengua para conocer las cosas? No olvidemos que cuando se ha
tenido que nombrar aquello que no comprendernos palabras como bruja, judío, comunista,
en diferentes momentos de la historia se convirtieron en una sentencia de muerte. Incluso
en nuestros días el impacto de nombrar a nuestros jóvenes, gordo, gay, machorra, nos está
costando sus vidas pues prefieren morir a cargar con el peso de la categoría que se le
impone violentamente.
Grandes pensadores han indagado a lo largo del tiempo por la relación que existe entre la
realidad y el leguaje con que la representamos, nos preguntamos si aquello que no ha sido
nombrado carece de existencia, el ejemplo común del árbol que cae en el bosque sin que
nadie pueda verlo o escucharlo, entonces, ¿el seceso tiene lugar en realidad? Que todo
cuanto hay en el mundo encuentre su existencia solo cuando es compresible para la mente
humana es un pensamiento egocéntrico que pone al hombre por encima de las demás
formas de la creación, nos hemos tomado muy en serio aquello de Adán ha nombrado todo
en el paraíso.
Por fortuna todo lo que tiene que ver con los seres humanos tiene dos caras, y al tiempo que
nombramos se develaba el carácter estético del lenguaje, decía el maestro Borges en su
conferencia Siete noches que el lenguaje es eso precisamente, “un fenómeno estético” y
teniendo en mente esto nos pide el maestro:
“Pensemos en una cosa amarilla, resplandeciente, cambiante; esa cosa es a veces en el
cielo, no sabremos nunca el nombre de ese alguien—, nuestro antepasado, nuestro común
antepasado, le dio a esa cosa el nombre de luna, distinto en distintos idiomas y
diversamente feliz. Yo diría que la voz griega Selene es demasiado compleja para la luna,
que la voz inglesa moon tiene algo pausado, algo que obliga a la voz a la lentitud que
conviene a la luna, que se parece a la luna, porque es casi circular, casi empieza con la
misma letra con que termina. En cuanto a la palabra luna, esa hermosa palabra que
hemos heredado del latín, esa hermosa palabra que es común al italiano consta de dos
sílabas, de dos piezas, lo cual, acaso, es demasiado. Tenemos lúa, en portugués, que
parece menos feliz; y lune, en francés, que tiene algo de misterioso.” (Pag. 36, 1980).
Elegir un nombre para la luna es también un acto poético, no consideremos a Adán, sino a
los primeros hombres y mujeres haciéndose conscientes de si mismos y del mundo que los
rodeaba, de la cúpula celeste, el sol, los millares de estrellas en la noche, el verde, el rojo,
su propia carne, entonces las palabras tan simples como luna y sol también son poesía. La
poesía es tan vieja como las palabras que nos legaron nuestros antepasados más antiguos
que con su sensibilidad nueva, recién aprendida buscaban imitar la belleza que los
estremecía. En la ilustración que se encuentra en esta pagina se lee una y otra vez la palabra
imitar: “La vida imita la poesía- imita la muerte- imita el parto- imita la poesía- imita la
vida…” El artista, el poeta conserva para sí la sensibilidad nuevísima de nuestros ancestros
y esta siempre ansioso de más, sabe que no alcanzan las sílabas y las palabras de cualquier
idioma para dar cuenta de todas las sensaciones que provoca en su humanidad y
espiritualidad las cosas que los rodean. La creación poética exige y demanda más, y
denuncia y reclama y es furiosa y enamorada, a es veces pausada y a es veces caótica
porque se sabe creación humana y en ese sentido se reconoce cambiante, la poesía no habla
de una realidad acabada y por completo construida.
Después de la lectura del poema no bastara nunca más la designación científica de los
hongos o fungi de organismos eucariotas, levaduras, setas, comestibles, venenosos. Se hace
imposible no recordar el tacto blando y suave, las tonalidades de su piel; son pues mi carne
y mi piel y también mi color, mis parientes cercanos y de todos a quienes amo, nuestra
propia raza, una caricia será de ahora en más el recuerdo y la huella de mi estrecho vinculo
con los hongos y a través de ellos con la naturaleza, con el mundo. Un vinculo que no es
vertical, ni horizontal porque no existen las direcciones a decir verdad solo puedo decir que
es mágico. Marosa como sus antepasados tiene el poder de nombrar creando y sin dominar,
a la vez su creación inspira a crear, bien sea poesía o diferentes formas de vincularnos con
lo que nos rodea.
Han pasado todas las vidas imaginables desde aquellos que designaron los primeros
nombres para las cosas, nos invitaban las palabras de Borges a pensar en el primer hombre
que nombro la luna, considero que es más adecuada la palabra recordar, tal vez no vimos
nunca su rostro y tampoco escuchamos la tonalidad de su voz pero aquí esta su legado y su
creación, a través de las dos sílabas que designan la cosa redonda en el cielo se manifiesta
su presencia incluso si no las pronunciamos como lo hizo él o ella por primera vez.
Pretendemos apresar las cosas con las palabras, conocerlas y administrarlas, explotarlas,
utilizarlas, pero hemos olvidado la condición transformadora de nuestra propia creación
camino a la conquista de la realidad.
3. La poesía es salvación
Volviendo sobre mis pasos recordaré la importancia que tiene para la humanidad darle
forma a las cosas a través del lenguaje y la ambigüedad que acompaña lo que el maestro
Borges reconoce como una creación estética y la contraposición de la poesía con el
nombrar con el fin de dominar. Para concluir retomaré las palabras de Veronica Zondek
acerca de lo que considera es la importancia de la poesía:
“Vuelvo a pensar sobre la importancia de la poesía en este mundo inmundo. ¿Será que la
poesía nos permite una sutil ilusión de manejo? ¿Será que nombrar lo que nos enoja,
perturba, despierta, apetece y tanto más, nos entrega ese poder que ya en Génesis dejó
huella? Es que nace una hija y la nombramos. Nace un hijo y lo nombramos. Nace un libro
y lo nombramos. Vemos por primera vez a una estrella y la nombramos. Abrimos una calle
y la nombramos. Estalla una guerra y la nombramos. Nombrar es humano.”(Pag. 45,
2020)
Nombrar es un poder, imaginar palabras para designar cosas que no existen es algo que solo
los seres humanos podemos hacer y estamos siempre en función de ello porque en
diferentes lugares y al mismo tiempo surgen por montones de nuevas cosas, desconocidas
cosas, por esto es que el acto de nombrar es poético, y por lo tanto también es “… es
conciencia. Nombrar es imaginar. Nombrar es despertar los corazones al conocimiento, al
horror, al hambre, a la belleza, al viaje. Nombrar es un intento por fijar la fragilidad, un
intento por tocar lo bello y lo amado; por tocar y denunciar lo oscuro, el abuso y la
maldad. Nombrar es descentrar. Nombrar es cruzar las fronteras, ver y amar lo distinto;
nombrar es ubicarnos en una realidad.” (Zodek. Pag 52, 2020)
Recogiendo a los grandes poetas que me han acompañado en este ejercicio de escritura me
atrevo a decir que la poesía para mí del laberinto que como humanidad hemos construido,
que nos atrapa y nos encadena, que empuja a muchos a la muerte y a otros los asfixia con
injusticias y miseria. Nos libera porque la poesía puede ser cualquier cosa porque es
creación pura, es un legado que por místico es común a todos nosotros y a su vez es
particularmente para cada individuo: Para el enamorado, el asustado, la indignada, la que
esta llena de ira y también para el que está enfermo de indiferencia.
- Estrategia del poema (2020) Zodek Veronica El ejercicio de escribir poesía pag. 45