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La fascinante historia de la "Epopeya

de Gilgamesh", la obra que contó el


Diluvio Universal antes que la Biblia
 Dalia Ventura
 BBC News Mundo

21 junio 2020

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Pie de foto,
Luchó contra la muerte hasta que aceptó lo inevitable y se volvió sabio. Detalle de
tableta decorativa mostrando a Gilgamesh, de la civilización asiria, siglo IX a.C.
Un día de noviembre de 1872, un joven salió de un cuarto trasero del
Museo Británico y, según uno de sus colegas, empezó a correr "por todos
lados". Paso seguido, "ante el asombro de todos los presentes, empezó a
desvestirse".
Se llamaba George Smith y nunca supimos por qué se desnudó, pero sí la
razón de su desbordada alegría.
Había leído un relato que hacía parte de una historia imaginada hacía unos
4.000 años, y que desapareció por dos milenios y medio.
Quedó sepultada con los restos de uno de los primeros grandes imperios de la
historia de la humanidad.
Gloria enterrada
En 612 a.C. Babilonia, decidida a terminar con el dominio asirio en
Mesopotamia, lideró una alianza en un ataque contra la última capital asiria,
Nínive.
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dictadura militar argentina
Final de Recomendamos
La ciudad fue saqueada por completo después de un asedio de tres meses, y
el rey asirio Sin-shar-ishkun fue asesinado.
Fue el principio del fin de un imperio que se había empezado a forjar alrededor
de 2025 a.C. y que en su apogeo gobernó sobre las "Cuatro esquinas del
mundo", los límites de lo entonces conocido, desde las costas del golfo
Pérsico hasta las montañas de Anatolia y las llanuras aluviales de Egipto.
Durante un período de unos 300 años (más o menos entre 900 y 600 a.C.) fue
la civilización más avanzada que se había visto jamás.
Los asirios fueron los primeros en desarrollar armas y elementos de protección
de hierro, un avance tecnológico que les dio una gran ventaja, así como la
creación de una unidad de ingeniería separada, que instalaba escaleras y
rampas, llenaba fosos y cavaba túneles para ayudar a los soldados a entrar en
las ciudades amuralladas.
También estuvieron entre los primeros en construir carruajes, que
proporcionaron una mayor protección en el campo de batalla.
Incluso después de su caída, el legado del imperio perduró en las tácticas y
tecnologías de guerra adoptadas por civilizaciones posteriores.

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Pie de foto,
Escultura en relieve de Nínive que representa a los pescadores que nadan para pescar
mientras otros hombres recogen la cosecha en el suelo.
Pero mucho se perdió durante su conquista, particularmente el tesoro de
ideas asirias que guardaba la biblioteca de Nínive, que había sido
concebida en el siglo VII a.C. para albergar la suma de todo el conocimiento
humano.
La rebelión liderada por los babilonios dejó a la ciudad más rica del mundo en
ruinas, con sus palacios ardiendo y sus habitantes muertos o esclavizados.
A la destruida biblioteca se la tragó la tierra.
2.465 años después...
Una noche de diciembre de 1853 en lo que hoy es Irak, un equipo de
excavadores dirigido por Hormuzd Rassam, el primer arqueólogo nacido y
criado en Medio Oriente, encontró el palacio del rey asirio Asurbanipal (quien
reinó de 668 a 627 a.C.).

 La fascinante historia de los hombres que desenterraron Asiria

Además de magníficas obras de arte talladas en piedra más de dos milenios y


medio atrás, los excavadores recogieron del piso miles de fragmentos de
tabletas de arcilla cubiertos con la intricada escritura cuneiforme.
No lo sabían, pero eran los restos de la biblioteca real.

FUENTE DE LA IMAGEN,THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM


Pie de foto,
A la luz de la Luna, Rassam y su equipo empezaron a desenterrar las placas de piedra
que habían sido talladas más de 2.500 años antes para las habitaciones del rey asirio
Asurbanipal.
Los empacaron en cajas que enviaron al Museo Británico, donde los
almacenaron pero no los clasificaron hasta que en 1861 contrataron a Smith
para limpiarlos y organizarlos.
Cautivado por las antigüedades que estaban llegando de Nimrud y Nínive,
llevaba años aprendiendo solo a entender tanto la escritura cuneiforme como el
idioma acadio.

 Asirio-Inglés: 90 años para hacer un diccionario

Una década más tarde, ese día en el que estalló de felicidad en el museo había
leído en sobre un mundo ahogado por un diluvio, un hombre que había
construido un bote y una paloma liberada para buscar tierra firme.
Era una versión del Arca de Noé. Pero el libro no era el Génesis.
Era parte de la cuidadosamente transcrita "Epopeya de Gilgamesh", el poema
épico inscrito por primera vez alrededor de 1800 a.C., unos mil años antes de
la composición de la Biblia judía (el Antiguo Testamento cristiano).
El resto de la historia
Un mes más tarde, Smith le leyó su traducción de la tableta a la Sociedad para
la Arqueología Bíblica en Londres.
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Pie de foto,
La historia quedó plasmada en páginas de arcilla húmeda, en el idioma acadio que se
habló en Mesopotamia y en escritura cuneiforme, una de las formas más antiguas de
expresión escrita.
Era la primera vez que una audiencia escuchaba parte del poema en más de
2.000 años.
Fue toda una sensación y desató debates en todo el mundo.
Para algunos, corroboraba la verdad esencial de la Biblia. En opinión de otros,
tras "El origen de las especies" (1859) de Charles Darwin, representaba otra
gran grieta en el edificio del cristianismo.
La que se llegó a conocer como la "Tableta del diluvio", o la Tablilla XI, fue la
primera de muchas más que, desde entonces, han ido apareciendo, algunas
hasta más antiguas.
Con ellas, los asiriólogos han ido resolviendo uno de los más grandiosos
rompecabezas de la historia, aquella que cuenta sobre un rey que vio,
experimentó y consideró todo, hasta lo oculto; que desveló lo velado, que
supo sobre el Diluvio, viajó a los confines del mundo y regresó, exhausto pero
entero, como prometen las primeras líneas del texto.
Aunque aún hay brechas, se piensa que ya tenemos 2/3 del relato.
¡Y qué relato!
Es una de esas obras de literatura antigua que nos hace mella pues su héroe,
a pesar de ser "dos tercios dios", es muy humano: siempre se está
equivocando, nunca alcanza su meta y, como todos, tiene que aceptar la
muerte, esa inevitabilidad con la que vivimos.
Una extraordinaria aventura
Cuando su historia empieza, los súbditos de Gilgamesh, el rey de Uruk, elevan
sus quejas a los dioses, pues abusa de su poder.
Las deidades crean su doble, Enkidu, para que compitan y "¡Luchen entre sí,
para que Uruk conozca la paz!".
Pero antes de que Enkidu pueda retar a Gilgamesh, tiene que ser
"humanizado" por Shamhat, una prostituta sagrada, quien lo seduce y pasa con
él seis días y siete noches, tras los cuales deja de ser el salvaje que era y "tiene
sabiduría, más amplia comprensión".
Del enfrentamiento entre Enkidu y Gilgamesh nace una profunda amistad y
parten juntos en busca de gloria, hacia el Bosque de los Cedros, un lugar
remoto del que, según la tradición babilonia, los reyes traían la madera para las
grandes construcciones.

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Pie de foto,
No había madera en Mesopotamia así que la tenían que traer de las montañas. Esta es
una máscara de arcilla con el rostro de Humbaba de la ciudad de Sippar, de la Baja
Mesopotamia, hoy en día Irak.
Pero, según una tablilla encontrada a finales del siglo XX, el bosque de los
cedros de este poema es distinto al concepto que se tenía de él en la
antigüedad.
En este caso es una selva animada con el canto de los pájaros, la cacofonía de
los insectos y los gritos de los monos en los árboles, todos entreteniendo a
Humbaba, un gigante, guardián y señor de esa jungla, en la que vivía como un
rey rodeado de sus músicos.
Enkidu y Gilgamesh van con la intención de matar a ese rey y talar sus árboles,
y lo logran.
Humbaba es inmovilizado por los 13 vientos enviados por el dios-sol Shamash
y ruega, en vano, por su vida; Enkidu y Gilgamesh le cortan el cuello, extraen
su corazón y pulmones y le sacan los dientes.
Pero se dan cuenta de que fueron en contra de la voluntad de los dioses.
De hecho, tras hacer lo que se propusieron, Enkidu mira el resultado y le dice a
Gilgamesh: hemos devastado esta tierra… ¿qué le diremos a los dioses
cuando regresemos?
"¿A cuál amante amaste siempre?"
Tras la batalla, cuando Gilgamesh se está lavando los rastros de la lucha, la
diosa Ishtar lo ve, lo desea y le pide que se case con ella, prometiéndole
riquezas y poder.
Pero Ishtar es la diosa de la guerra y el amor, del sexo y la violencia, y una
propuesta de matrimonio de ella es un asunto riesgoso -sus amantes previos
han tenido finales terribles- así que Gilgamesh la rechaza sin piedad.
"No eres más que un brasero que se apaga con el frío; una puerta trasera que no
detiene la ráfaga ni el huracán; (...) ¡Calzado que oprime el pie de su propietario! ¿A
cuál amante amaste siempre?".
Enfurecida, Ishtar le pide a su padre, el dios del cielo y rey de los dioses Anu
que envíe a un gran monstruo a la Tierra a matar a Gilgamesh y destruir a
Enkidu.
El monstruo es el Toro del Cielo, un animal feroz, que elimina todo a su paso.
No obstante, los amigos logran matarlo e Ishtar, furiosa, los maldice; Enkidu, al
escucharla, le arrancó una pierna al toro y se la lanzó.
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Pie de foto,
Al Toro del Cielo se le ha identificado como la constelación de Tauro, una de las
primeras en ser descritas. Y hay quienes especulan que la lucha con el toro corresponde
a lo que los babilonios estaban observando en el firmamento: las constelaciones
cambian lentamente su posición con referencia al Sol y cuando la historia de Gilgamesh
nació, Tauro estaba dejando de ser la constelación dominante.
Una vez más, con su victoria, los héroes ofenden a los dioses. A sus ojos, es
un acto de arrogancia suprema.
"Porque el Toro del Cielo mataron, y a Humbaba mataron; por consiguiente", dijo Anu,
"uno de ellos, aquel que taló los montes del cedro, debe morir".
Y así fue.
Devastado por la muerte de Enkidu, Gilgamesh se sume en un dolor sin límites:
no permite que lo entierren "hasta que un gusano caiga de su nariz".
Finalmente, se da cuenta que debe seguir adelante, le hace un grandioso
funeral y empieza a pensar en sí mismo y su mortalidad.
"El espanto ha entrado en mi vientre. Temeroso de la muerte, recorro sin tino el llano".
Es por eso que se embarca en un vasto viaje, siguiendo el sendero del Sol y
sobre las Aguas de la Muerte, en busca del hombre que sobrevivió el diluvio y
descubrió el secreto de la inmortalidad: Utnapishtim.
Cuando dejó de llover
La historia de Utnapishtim aparece en otras obras de literatura babilónica pero
el autor de Gilgamesh la usa como una historia dentro de su historia cuando
Gilgamesh le pregunta cómo se volvió inmortal.

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Pie de foto,
Gilgamesh llegó en busca de respuestas.
Es entonces que le cuenta que hacía mucho tiempo, los dioses le habían dicho
que iban a inundar el mundo y que debía construir una nave y embarcar en ella
todas las semillas de la vida.
Cuando la lluvia cesó, cuenta Utnapishtim, abrió una escotilla y solo vio agua.
Todos los humanos habían perecido: "Me arrodillé y lloré; las lágrimas se
deslizaron por mis mejillas".
Tras enviar una paloma y una golondrina, que regresaron al no encontrar
dónde posarse, soltó un cuervo y al ver que no regresaba, dejó salir a todos del
barco, e hizo una ofrenda a los dioses.
Al llegar Enlil, el señor de los cielos y la tierra, los otros dioses le reclamaron
haber causado el diluvio y antes de partir, tras reflexionar, volvió a Utnapishtim
y su esposa inmortales.
El propósito de Utnapishtim era hacerle entender que se volvió inmortal por un
evento único ocurrido hacía mucho tiempo y que nada parecido le iba a pasar a
él.
"¿Quién por ti convocará los dioses a la asamblea, para que encuentres la vida que
buscas?".
No había ningún secreto, ni nada más que pudiera decirle.
Gilgamesh hace un último intento: saca del fondo del mar una planta que
Utnapishtim le había revelado que le devolvería su juventud, pero antes de que
pudiera aprovecharla, una serpiente se la comió y se fue, no sin antes
deshacerse de su vieja piel.
Desilusionado, y consciente al fin de los límites de sus propias capacidades,
regresa a Uruk reconciliado con su suerte, y sabio.
GETTY
El que vio el abismo, la fundación del país, quién sabía ..., era
sabio en todos los asuntos ... y aprendió de todo la suma de la
sabiduría"
Prólogo de la "Epopeya de Gilgamesh"

Su lucha heroica contra la muerte, primero en pos del reconocimiento inmortal


a través de obras gloriosas y luego en busca de la vida eterna, lo lleva a
enfrentar el inevitable fracaso y a comprender que la única inmortalidad a la
que puede aspirar es la que da el dejar algún logro duradero.
Su viaje que termina donde empezó, y es el principio de la Epopeya la que nos
cuenta el final.
En palabras del prólogo: Llegó de un camino lejano, estaba cansado, encontró la
paz.
Finalmente sereno, acepta que si bien los individuos son mortales, la
humanidad es eterna, y ve la ciudad como una expresión de la humanidad y
la generaciones futuras: sus notables obras de construcción serían las que le
garantizarían que su fama sobreviviera su muerte.

Poema de Gilgamesh
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La tablilla sobre el diluvio de la epopeya de Gilgamesh, escrita en acadio (Museo Británico).

La Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh (2500-2000 a. C) es


una narración acadia en verso sobre las peripecias del
rey Gilgamesh (también transcripto como Gilgameš). Está basada en cinco
poemas independientes sumerios, que constituyen la obra épica más antigua
conocida.
Al comienzo del poema, Gilgamesh es el despótico rey de Uruk, cuyos súbditos
se quejan a los dioses, cansados de su lujuria desenfrenada, la cual lo lleva a
forzar a las mujeres de la ciudad. Los dioses atienden este reclamo creando
a Enkidu, un hombre salvaje destinado a enfrentarse a Gilgamesh. Pero
cuando ambos entraban en combate, en vez de darse muerte se hacen amigos
para siempre y emprenden peligrosas aventuras. Juntos dan muerte
al gigante Humbaba y al Toro del Cielo, y Gilgamesh rechaza el amor de la
diosa Inanna. Como castigo a estos actos de impiedad, los dioses hacen que
Enkidu muera en plena juventud. Impresionado por la desaparición de su
amigo, Gilgamesh emprende la búsqueda de la inmortalidad, la cual le lleva
hasta los confines del mundo, donde viven el sabio Utnapishtim y su mujer,
únicos supervivientes del Diluvio, a los que los dioses concedieron el don que
Gilgamesh pretende ahora. Sin embargo, el héroe no alcanza lo que pretende.
En el camino de vuelta, encuentra, siguiendo instrucciones de Utnapishtim, una
planta que devuelve la juventud a quien la toma; pero una serpiente se la roba
y Gilgamesh vuelve a Uruk con las manos vacías, convencido de que la
inmortalidad es patrimonio exclusivo de los dioses.
El núcleo sentimental del poema se encuentra en el duelo de Gilgamesh tras la
muerte de su amigo. Los críticos consideran que es la primera obra literaria que
hace énfasis en la mortalidad humana frente a la inmortalidad de los dioses. El
poema incluye una versión del relato del diluvio universal.

Índice

 1Historia
 2Composición y naturaleza del poema
 3La epopeya
 4Versión «estándar»
o 4.1Contenido de las tablillas
 4.1.1Búsqueda de la gloria
 4.1.2Búsqueda de la inmortalidad
 5Versión en babilónico antiguo
 6Poemas sumerios
 7Influencia en la literatura posterior
 8Véase también
 9Referencias
 10Bibliografía
o 10.1Directa. Ediciones del poema
 10.1.1En castellano
 10.1.2En inglés
 10.1.3En francés
o 10.2Indirecta. Otras obras sobre el tema
 11Enlaces externos
o 11.1Traducciones del poema

Historia[editar]
... este descubrimiento está destinado
evidentemente a suscitar una animada
controversia. Por el momento, las
mentes ortodoxas están encantadas y
muy predispuestas por la
corroboración que proporciona a la
historia bíblica. Sin embargo, es
posible, como se ha señalado, que la
inscripción caldea, si es genuina,
pueda considerarse como una
confirmación de la afirmación de que
hay varias tradiciones del diluvio
además de la bíblica, que tal vez sea
legendaria como el resto.

The New York Times, portada, 18721


Estatua antigua asiria actualmente en el Museo del Louvre, posiblemente representando a
Gilgamesh

Existen distintas fuentes que datan de más de 2000 años antes de Cristo. Los
primeros poemas sumerios actualmente se suelen considerar historias distintas
en lugar de partes de una sola epopeya.2 Se remontan a la tercera dinastía de
Ur, en la época del origen del renacimiento sumerio (c. 2100 a.C.).3 Las tablillas
de la antigua Babilonia (c. 1800 a.C.),2 son las más antiguas que se conservan
de un relato único de la "Épica de Gilgamesh".4
Las antiguas tablillas babilónicas y la versión posterior en acadio son fuentes
importantes para las traducciones modernas, y los primeros textos se utilizan
principalmente para completar en los textos posteriores las lagunas existentes.
Aunque se han publicado varias versiones revisadas basadas en nuevos
descubrimientos, la epopeya permanece incompleta.5 El análisis del texto
babilónico antiguo se ha utilizado para reconstruir posibles formas anteriores de
la epopeya.6 La versión acadia más reciente, también conocida como la versión
babilónica estándar, consta de doce tablillas, cuyo texto habría sido transcrito
por el asipu Sîn-lēqi-unninni,7 quien se cree que vivió en algún momento entre
el 1300 a. C. y el 1000 a. C.8

Figurilla de Enkidu, amigo de Gilgamesh. Procedente de Ur, Irak, 2027-1763 a. C. Museo de Irak
Unos 15.000 fragmentos de tabletas con escritura cuneiforme fueron
descubiertos en la Biblioteca de Asurbanipal en Nínive por Austen Henry
Layard, su asistente Hormuzd Rassam y W. K. Loftus a principios de la década
de 1850.9 A finales de la década siguiente, el Museo Británico contrató
a George Smith para estudiarlos; en 1872, Smith leyó fragmentos traducidos
ante la Sociedad de Arqueología Bíblica,10 y en 1875 y 1876 publicó
traducciones más completas,11 la última de las cuales se publicó como "The
Chaldaean Account of Genesis" (El relato caldeo del Génesis).9 El personaje
central de Gilgamesh fue inicialmente transcrito como "Izdubar", antes de que
los logogramas cuneiformes de su nombre pudieran pronunciarse con
precisión.9En 1891, Paul Haupt recopiló el texto cuneiforme y, nueve años más
tarde, el orientalista Peter Jensen proporcionó una edición completa; R.
Campbell Thompson actualizó ambos trabajos en 1930. Durante las siguientes
dos décadas, Samuel Noah Kramer reorganizó los poemas sumerios.11
En 1998, el asiriólogo estadounidense Theodore Kwasman descubrió en el
almacén del Museo Británico una pieza que se cree que contenía las primeras
líneas de la epopeya. El fragmento, encontrado en 1878 y fechado entre el
600 a. C. y el 100 a. C., no había sido examinado por expertos durante más de
un siglo desde su recuperación.12 El texto del fragmento dice "El que lo vio
todo, que fue el fundamento de la tierra, que supo (todo), fue sabio en todos los
asuntos: Gilgamesh".13El descubrimiento de objetos (c. 2600 BC) asociados
con Mebaragesi de Kish, mencionado en las leyendas como el padre de uno de
los adversarios de Gilgamesh, ha dado credibilidad a la existencia histórica de
Gilgamesh.14

Composición y naturaleza del poema[editar]


Originalmente, la obra se conocía con el título Aquel que vio las
profundidades (Sha naqba īmuru) o Por encima de todos los otros
reyes (Shūtur eli sharrī), versos tomados del arranque de la obra que aluden a
la naturaleza excepcional de Gilgamesh.
El poema se escribió en tablillas de arcilla utilizando la escritura
cuneiforme hacia los años 2500-2000 a. C. Además de esta versión en lengua
sumeria, que presenta muchas lagunas debidas a su deficiente conservación,
se conservan versiones posteriores, también fragmentarias, en lengua acadia e
hitita. Las ediciones y traducciones modernas de la obra incorporan este
material para complementar los huecos de la versión sumeria.
La versión más completa que se conserva aparece en un conjunto de doce
tabletas de arcilla pertenecientes a la biblioteca del siglo VII a. C. del
rey asirio Asurbanipal. Las once primeras tabletas narran la Epopeya de
Gilgamesh, y la duodécima contiene un poema independiente sobre la bajada
de Enkidu a los infiernos.
El texto no separa los versos, pero por el ritmo se calcula que puede tener unos
3500 versos.15
Los estudiosos consideran que el poema se originó en una serie de leyendas
sobre el legendario héroe-rey Gilgamesh, que probablemente vivió y reinó a
finales del Segundo Período Dinástico Inicial (aproximadamente en el
siglo XXVII a. C.). Algunas de estas leyendas fueron narradas en verso, y los
poemas resultantes se ensamblaron más tarde, dando lugar a un poema más
extenso ahora expuesto en museos.

La epopeya[editar]

Figura de Gilgamesh del palacio de Sargon II (Museo del Louvre).

El rey Asurbanipal de Nínive hizo transcribir la epopeya, dentro de su empeño


por copiar todos los documentos escritos del mundo conocido. Hacia el
año 612 a. C., Nínive fue destruida por invasores y no fue hasta 1845 que el
explorador británico Austen Henry Layard localizó sus restos, cerca de Mosul,
en Irak.
Del contenido de su biblioteca, actualmente se conserva una pequeña fracción,
compuesta por 25 000 tablillas, depositadas en el Museo Británico. George
Smith comenzó a traducirlas a partir de 1872.16 En 1984, se publicó una
traducción al inglés del poema, con la participación del escritor
estadounidense John Gardner (como editor) y de John
Maier (como traductor).17
El poema cuenta la historia de las aventuras del rey Gilgamesh de Uruk, que
debió de gobernar hacia el año 2500 a. C. La epopeya, muy posterior a su
reinado, recoge y elabora las leyendas que circulaban sobre él en la tradición
oral.
De las doce tablillas sobre Gilgamesh, once conforman el poema,
probablemente escrito en la primera mitad del II milenio a. C. La duodécima
posiblemente fue tallada (en el final del I milenio a. C.).

Versión «estándar»[editar]
La versión «estándar» se encontró en la biblioteca de Asurbanipal, fue escrita
en babilonio estándar, un dialecto del idioma acadio que solo se usaba con
fines literarios, y utiliza un tipo de métrica bastante parecido a la métrica
hebraica, fundada en el paralelismo semántico, aunque también posee
elementos de métrica cuantitativa. El verso está generalmente dividido en
dos hemistiquios que reiteran la misma idea expresada de dos formas
distintas.18
Esta versión fue estandarizada por Sin-Liqe-Unninni entre el 1300 a. C. y
el 1000 a. C. con base en una versión más antigua que la oficial. Esta
complementación mediante cambio o añadidura de fragmentos era un proceso
común en la época y el Poema de Gilgamesh no fue la excepción.19
La versión estándar y la acadia previa se diferencian en la introducción,
o íncipit. La versión más antigua comienza con las palabras: «Sobrepasando a
todos los demás reyes», mientras que en la estándar dice: «Él que veía lo
profundo» (ša nagbu amāru). La palabra acadia nagbu, ‘profundo’, en este caso
probablemente hace referencia a ciertos «misterios». No obstante, Andrew
George considera que se refiere a algún conocimiento específico que
Gilgamesh trajo de su reunión con Utnapishtim; él ganó el conocimiento en el
reino de Ea, cuyo reino cósmico es la fuente de la sabiduría.20 En general, se
cree que Gilgamesh adquirió el conocimiento para vivir una buena vida: cómo
adorar a los dioses, por qué es necesaria la muerte para los humanos, de lo
que hace bueno a un rey y de la naturaleza. La tablilla XI contiene el mito del
diluvio que fue copiado en su mayor parte de la épica de Atrahasis.21
La tablilla XII es un apéndice del poema épico, una secuela de la XI y
probablemente añadida en fecha posterior, por lo cual ha sido omitida hasta
años recientes. Tiene la inconsistencia narrativa de presentar a Enkidu vivo, y
tiene poca relación con la bien argumentada tablilla XI. De hecho, el poema
tiene una estructura circular en la cual las líneas iniciales se citan en la tablilla
XI para dar, junto con el final, la idea de un ciclo. La tablilla XII es más bien una
copia de un cuento anterior en el cual Gilgamesh envía a Enkidu a recuperar
algunos de sus bienes al inframundo, Enkidu muere y regresa como espíritu
para contarle al rey la naturaleza del inframundo. Este evento parece superfluo
dado que en la tablilla VII Enkidu tuvo ya un sueño en el que se le reveló cómo
es el inframundo.22
Contenido de las tablillas[editar]
La obra gira en torno a dos temáticas, las primeras seis tablillas describen la
búsqueda de la gloria y las restantes la búsqueda de la inmortalidad.
Búsqueda de la gloria[editar]

Si caigo, habré conquistado la fama.


La gente dirá: ¡Gilgamesh cayó
luchando contra el fiero Humbaba!...
Estoy decidido a penetrar en el bosque de los cedros.
—Tablilla III, columna 4

1. La historia comienza con la presentación de Gilgamesh de Uruk, el mayor rey


de la Tierra, dos terceras partes dios y una humano, el más fuerte rey-deidad
que jamás haya existido. La introducción describe su gloria y triunfos, así como
los muros de ladrillo de la ciudad. La gente en la época de Gilgamesh, sin
embargo, no era feliz. Se quejaban de que él era demasiado severo y abusaba
de su poder durmiendo con las mujeres antes que sus esposos (derecho de
pernada); entonces, la diosa de la creación, Ninhursag, creó al hombre semi
salvaje Enkidu, que comenzó a molestar a los pastores. Cuando uno de ellos
se quejó ante Gilgamesh, el rey le envió a la mujer llamada Shamhat, una
prostituta sagrada (nadītu en Sumeria o hieródula en Grecia). El contacto con
ella civiliza a Enkidu al grado de que tras varias noches, él ya no es una bestia
más entre los animales. Mientras tanto, Gilgamesh tiene extraños sueños que
su madre Ninsun le explica diciendo que vendrá a él un gran amigo.
2. Enkidu y Shamhat salen del yermo para casarse en Uruk. Cuando Gilgamesh
acude al festejo para dormir con Shamhat, encuentra sus intenciones
frustradas por Enkidu. Ellos luchan y, tras una gran batalla, Gilgamesh
presenta a Enkidu a su madre y le hace parte de su familia porque él no tiene
una propia. Entonces Gilgamesh le propone viajar al bosque para adquirir
gloria cortando algunos grandes árboles y matando al demonio Humbaba.
Enkidu no está de acuerdo, pero Gilgamesh logra convencerlo.
3. Gilgamesh y Enkidu se preparan para la aventura en el bosque. Gilgamesh
informa a su madre, que se queja, pero pide ayuda al dios-sol Shamash y le da
a Enkidu un consejo.
4. El viaje de los amigos al bosque. En el camino, Gilgamesh tuvo cinco
pesadillas, pero dadas las condiciones físicas de esta tablilla, su contenido es
difícil de reconstruir. Enkidu, cada vez le explica los sueños como un buen
presagio, pero cuando llegan al bosque está asustado otra vez y Gilgamesh
tiene que animarlo.
5. Cuando los héroes finalmente llegan ante Humbaba, el guarda de los árboles,
el monstruo comienza a ofenderlos. Esta vez, Gilgamesh es quien está
asustado, pero después de algunas palabras valientes de Enkidu la batalla
comienza. Su cólera separa las montañas Sirara
del Líbano.[cita requerida] Finalmente Shamash envía sus trece vientos para ayudar
a los dos héroes, Humbaba es vencido y le ruega a Gilgamesh por su vida. Él
se compadece, pero Enkidu se molesta y le pide que mate a la bestia.
Humbaba se vuelve a Gilgamesh y le pide que convenza a su amigo de
perdonarle la vida. Cuando Enkidu repite la petición a Gilgamesh, Humbaba
los maldice. Los héroes cortan un enorme árbol, Enkidu hace con él una gran
puerta para los dioses y la echa al río.
6. Gilgamesh rechaza las insinuaciones sexuales de la diosa Ishtar porque ella ha
tenido antes otros amantes, como Dumuzi. Ishtar le pide a su padre, Anu, que
le mande el "Toro del cielo" para vengar el rechazo. Cuando Anu rehúsa,
Ishtar amenaza con levantar a los muertos. Anu teme y cede. El toro del cielo
es una plaga para las tierras. Aparentemente la criatura tiene alguna relación
con la sequía, porque de acuerdo con la historia el agua desaparece y la
vegetación se seca. Como quiera que sea, Gilgamesh y Enkidu, esta vez sin
ayuda divina, derrotan a la bestia y le ofrecen su corazón a Shamash. Cuando
oyen a Ishtar llorar, Enkidu separa el cuarto trasero del toro y se lo arroja al
rostro para amedrentarla. La ciudad de Uruk celebra, pero Enkidu tiene una
pesadilla, que se describe en la tablilla siguiente.
Búsqueda de la inmortalidad[editar]

¿A dónde vas, Gilgamesh?


La vida que tú buscas
nunca la encontrarás.

—Tablilla X, columna 1

7. En el sueño de Enkidu, los dioses piensan que alguien debe ser castigado por
la muerte del "Toro del cielo" y de "Humbaba" y deciden hacer pagar a Enkidu.
Esto va contra el deseo de Shamash. Enkidu cuenta eso a Gilgamesh y
maldice la puerta que hizo para los dioses. Gilgamesh está consternado y va al
templo a rezarle a Shamash por la salud de su amigo. Enkidu comienza a
lamentarse de Shamash porque ahora se arrepiente del día en que se convirtió
en humano. Shamash les habla desde el cielo y les hace ver cuán injusto es
Enkidu, les dice que Gilgamesh se convertirá en una sombra de su antiguo ser
debido a su muerte. Enkidu se retracta de lo dicho y bendice a Shamhat. No
obstante, enferma cada vez más y, moribundo, describe el inframundo.
8. Gilgamesh se lamenta por Enkidu y ofrece regalos a los dioses para que
caminen al lado de Enkidu en el más allá.
9. Gilgamesh procura evitar el destino de Enkidu y emprende un peligroso viaje
para visitar a Utnapishtim y a su esposa, los únicos seres humanos que
sobrevivieron "la gran inundación" (el diluvio) y a quienes les fue concedida la
inmortalidad por los dioses, con la esperanza de obtenerla también. A lo largo
del camino, Gilgamesh pasa las dos montañas desde donde el Sol se levanta,
custodiadas por dos seres-escorpión que le permiten seguir. Viaja a través de
la oscuridad, por donde el Sol viaja cada noche y justo antes de que el Sol se
lo encuentre, llega al final. La tierra al final del túnel es un lugar maravilloso,
lleno de árboles cuyas hojas son joyas.
10.Gilgamesh se reúne con Siduri y le dice el propósito de su viaje. Siduri fracasa
al intentar disuadirlo, pero le envían a Urshanabi para ayudarle a cruzar el mar
a Utnapishtim. Urshanabi estaba en compañía de cierto tipo de gigantes de
piedra que Gilgamesh consideró hostiles y a los que mató. Cuando le narra su
historia a Urshanabi y le pide ayuda, le dicen que justamente ha matado a las
únicas criaturas capaces de cruzar las Aguas de la muerte. Esas aguas no
deben ser tocadas, por lo que Utshanabi le dice que corte 120 remos para
atravesar el agua. Finalmente llegan a la isla de Utnapishtim, quien nota algo
raro en el barco y pregunta a Gilgamesh al respecto. Gilgamesh le cuenta lo
ocurrido y le pide ayuda, pero Utnapishtim lo reprende porque combatir el
destino de los humanos es inútil y arruina la alegría de la vida.
11.Gilgamesh sostiene que Utnapishtim no es diferente de él y le pregunta por su
historia, por qué él tiene un destino diferente. Él le cuenta sobre «la gran
inundación»; su historia es un compendio de la historia de Atrahasis, salvo las
plagas enviadas por los dioses. Reticentemente, le ofrece a Gilgamesh una
oportunidad para la inmortalidad, pero pregunta por qué los dioses deberían
dar el mismo honor que a sí mismo, el héroe de la inundación, a Gilgamesh, y
lo reta a permanecer despierto por seis días y siete noches. En el momento
justo en que Utnapishtim termina de decirlo Gilgamesh se queda dormido.
Utnapishtim se burla del sueño de Gilgamesh ante su esposa y le dice que
hornee una barra de pan por cada día que duerma, para que Gilgamesh no
pueda negar su falla. Cuando Gilgamesh, después de seis días y siete noches
descubre su fracaso, Utnapishtim lo manda de regreso a Uruk con Urshanabi,
exiliado. En el momento en que se marchan, la esposa de Utnapishtim le pide
que tenga compasión de Gilgamesh por su largo viaje. Utnapishtim le
menciona a Gilgamesh cierta planta del fondo del océano que lo hará joven de
nuevo. Gilgamesh obtiene la planta atando rocas a sus pies, para poder
caminar en el fondo del mar, pero no confía en su efecto y decide probarla en
un hombre viejo en Uruk. Desafortunadamente, pone la planta en la orilla del
lago mientras se baña y es robada por una serpiente que pierde su vieja piel y
renace. Gilgamesh llora en presencia de Urshanabi, pero habiendo fallado en
ambas oportunidades, regresa a su ciudad, donde la contemplación de sus
grandes muros le hace alabar el trabajo duradero.
12.El contenido de la última tablilla no se conecta bien con lo anterior. Gilgamesh
se duele ante Enkidu de que su juego ha caído en el inframundo y él le ofrece
traerlo de vuelta. Encantado, Gilgamesh le dice a Enkidu lo que debe y lo que
no debe hacer en el inframundo para poder volver. Enkidu olvida el consejo y
hace todo lo que se le advirtió no hacer, por lo tanto, el inframundo lo retiene.
Gilgamesh pide a los dioses que le devuelvan a su amigo. Enlil y Sin no se
molestan en responderle, pero Enki y Shamash deciden ayudarle. Shamash
hace un hoyo en la Tierra y Enkidu sale por ahí. La tablilla termina con
Gilgamesh preguntándole a Enkidu sobre lo que ha visto en el inframundo. No
queda claro si Enkidu reaparece en la historia como espíritu o si vuelve a la
vida.

Versión en babilónico antiguo[editar]


Todas las tablillas, excepto la segunda y tercera, provienen de distintos
originales, por lo tanto, la síntesis argumental se hace con base en diferentes
versiones.

1. Tablilla perdida.
2. Gilgamesh le cuenta a su madre Ninsun dos pesadillas que tuvo. Ella le explica
que pueden significar que vendrá un amigo a Uruk. Mientras tanto, Enkidu y su
mujer (aquí llamada Shamshatum) se dedican a hacer el amor. Ella lo civiliza
también mediante el ofrecimiento de comida humana. Enkidu ayuda a los
pastores a cuidar de las ovejas. Viajan a Uruk para casarse, pero Gilgamesh
reclama el privilegio de dormir con Shamshatum antes. Enkidu y Gilgamesh
combaten hasta que Gilgamesh abandona la pelea. Enkidu alaba a Gilgamesh
como persona especial.
3. Gilgamesh ha propuesto ir al bosque para cortar árboles y matar a Humbaba.
Enkidu protesta porque conoce a Humbaba y es consciente de su poder.
Gilgamesh trata de dar valor a Enkidu con palabras valerosas. Comienza la
preparación del viaje y llaman a los mayores. Ellos protestan también, pero
después de escuchar a Gilgamesh les desean suerte.
4. 1(?) tablilla perdida.
5. Los fragmentos de tablillas de dos versiones distintas narran como Enkidu
anima a Gilgamesh para matar a Humbaba. Cuando Gilgamesh lo hace, cortan
árboles y encuentran la morada de Annunaki. Enkidu hace una puerta de
madera para Enlil y la deja flotar sobre el Éufrates.
6. Tablillas perdidas.
7. Gilgamesh discute con Shamash la inutilidad de la prueba. La tablilla está
dañada, luego aparece Gilgamesh hablando con Siduri sobre la prueba y
sobre su viaje para ver a Ut-Napishtim (aquí llamado Uta-na’ishtim). Siduri lo
interroga sobre sus propósitos. Otro hueco en el texto. Gilgamesh ha destruido
a las criaturas de piedra y habla con Urshanabi (aquí Sur-sunabu). Tras una
breve discusión Sur-sunabu le indica a Gilgamesh que corte 3000 remos para
cruzar las aguas sin las criaturas de piedra. El resto de la tablilla está dañada.
8. Tablilla(s) perdida(s).

Poemas sumerios[editar]
Hay cinco historias existentes de Gilgamesh en forma de poemas antiguos
en sumerio. Probablemente circulaban independientemente, en lugar de tener
la forma de una epopeya unificada. Algunos de los nombres de los personajes
principales en estos poemas difieren ligeramente de los nombres acadios
posteriores; por ejemplo, "Bilgamesh" está escrito en lugar de "Gilgamesh", y
hay algunas diferencias en las historias subyacentes, como el hecho de
que Enkidu es el sirviente de Gilgamesh en la versión sumeria: El Toro Celeste
llegó a la ciudad de Uruk, mató a muchos de sus guerreros y la devastó.
Gilgamesh y Enkidu mataron al toro y este hecho aumentó aún más la furia de
los dioses, ya contrariados por el orgullo de Gilgamesh y decidieron castigar a
Enkidu con una enfermedad que duró 12 días y que le ocasionó la muerte. El
señor de la Montaña del Viviente y Hey, ¡hurra! corresponden al episodio de
"Bosque de los Cedros" (que en la versión estándar se cuentan en las tabletas
II – V). Gilgamesh y Enkidu viajan con otros hombres al bosque de los cedros.
Allí, atrapado por Humbaba, Gilgamesh lo engaña (con la ayuda de Enkidu en
una de las versiones) para que abandone sus auras, perdiendo así su poder.
El Héroe en Batalla corresponde al episodio del "Toro en el Cielo" (en la
versión estándar se encuentra en la tableta VI) en la versión acadia. El apetito
voraz del toro causa sequía y dificultades en la tierra mientras Gilgamesh se da
un festín. Lugalbanda lo convence de enfrentarse a la bestia y lucha junto a
Enkidu. Los enviados de Akka no tienen un episodio correspondiente en la
epopeya, pero los temas de si mostrar misericordia a los cautivos y el consejo
de los ancianos de la ciudad también aparecen en la versión estándar de la
historia de Humbaba. En el poema, Uruk enfrenta el asedio de las tropas
de Kish dirigidas por su rey Agga, a quien Gilgamesh derrota y perdona.
En esos días, en esos días lejanos, también conocidos como Gilgamesh,
Enkidu y el Inframundo, es la fuente de la traducción acadiana incluida como
tableta XII en la versión estándar, que cuenta el viaje de Enkidu al Inframundo.
También es la principal fuente de información para el mito de la creación
sumeria y la historia de "Inanna y el árbol Huluppu".
El gran toro salvaje está acostado, un poema sobre la muerte, sepultura y
consagración de Gilgamesh como un semidiós, reinando y juzgando a los
muertos. Después de soñar con cómo los dioses deciden su destino después
de la muerte, Gilgamesh toma consejo, prepara su funeral y ofrece regalos a
los dioses. Una vez fallecido, lo entierran bajo el Éufrates, lo desvían y luego lo
devuelven.

Influencia en la literatura posterior[editar]


Según el investigador griego Ioannis Kordatos, la Odisea de Homero ha sido
influida por este poema, tanto en lo formal (sostiene que existe un gran número
de versos paralelos) como en temas y episodios.23
Otros autores también exponen que esta obra podría incidir en la narración de
la Biblia.24 Alexander Heidel plantea que el tema del Diluvio muestra una
influencia directa, en los dos relatos que lo componen, y también la concepción
de una planta que confiere la inmortalidad, la cual es hurtada por la
intervención de una serpiente. Otros temas como el rey héroe, la acción
justiciera de los dioses, la amistad entre los héroes y la importancia de los
sueños, si bien aparecen en ambas obras, forman parte de una matriz cultural
compartida.
Dado que el mito de Gilgamesh data de ca. 1300 a. C. (probablemente antes,
2500-2000 a. C., pues la fecha de 1300 a. C. corresponde a la compilación
acadia) se podría plantear que los relatos de la Biblia están inspirados en este
mito. Esta teoría fue debatida a comienzos del siglo XX y hasta el día de hoy se
pueden encontrar diversas investigaciones que abordan esta comparativa,
argumentando para ambas posiciones.

Poema de Gilgamesh
El Poema de Gilgamesh está compuesto por doce tablillas y en ella el
protagonista aparece como un héroe mítico alejado de la historicidad, a quien,
sin embargo, la tradición le atribuye la construcción de las murallas de Uruk. A
favor de la historicidad de este mítico rey testimonian las inscripciones de
Mebaragesi, rey de Kish, y su principal rival.

El autor del Poema de Gilgamesh


En el III milenio a. C. los escribas sumerios aglutinaron en torno a Gilgamesh
un conjunto de poemas épicos que agrandarían su figura. En un primer
momento estos textos que formarían la Epopeya de Gilgamesh se
transmitieron de forma oral y sin conexión unos con otros, pero pronto se
pondrían por escrito en las edubba o escuelas sumerias.

Pero, ¿quién escribió el Poema de Gilgamesh?

Los especialistas están de acuerdo en que la trama del Poema de Gilgamesh


es de creación sumeria, pero el problema de su autor no tiene solución, pues
las obras artísticas y literarias en el antiguo Oriente eran anónimas. Sin
embargo, Samuel Noah Kramer defiende que no hubo una única versión
original sumeria de la Epopeya mesopotámica por excelencia, sino que fueron
los acadios y los paleobabilonios quienes le dieron forma argumental y un
sentido coherente en cantos en los que se incluían nuevos episodios.

Existen diferentes versiones del Poema de Gilgamesh, aunque solo dos se han
reconstruido parcialmente, por lo que se consideran versiones principales:
 La versión babilonia estandar, compilada por un tal Sin-leqi-unninni alrededor
del 1200 a. C., y que es la versión encontrada en la Biblioteca de Assurbanipal
de Nínive.
 La versión babilonia antigua, anterior a la versión standar, redactada en torno al
1800 a. C. y que comienza con estas palabras: «Superar a todos los demás
reyes».

¿Cuándo se escribió el poema de Gilgamesh?


Es muy complicado saber en qué año se escribió este poema. Los relatos que lo
forman pudieron ser compuestos durante la III dinastía de Ur, quizás durante el
reinado de Shulgi, en el siglo XXI a. C., época en que se favoreció el culto a
Gilgamesh y en la que incluso el propio Shulgi se consideraba hermano del rey
de Uruk. En cualquier caso, los escribas de Ur III y los de época paleobabilónica,
gracias a la enorme evolución de una escritura que permitía expresar relaciones
sintácticas complejas, vieron en estos relatos modelos literarios a imitar y los
pusieron por escrito.

Composición de la Epopeya de Gilgamesh


En un primer momento los escribas se aprenderían el relato de memoria y
después lo pondrían por escrito, lo que explica que encontremos variantes
entre los manuscritos de una misma composición. Igualmente es prácticamente
seguro que no todos los relatos que circulaban sobre Gilgamesh se pusieron
por escrito, por lo que varias anécdotas o datos sobre el personaje se han
perdido. La parte que se puso por escrito sería la que las escuelas de escribas
consideraron conveniente por razones pedagógicas y políticas.

Leer el Poema de Gilgamesh completo en pdf


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también que puedas leerlo por ti mismo. Haz click en el siguiente enlace si
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versión muy cortita ideal para niños, si quieres que tus hijos se inicien en la
lectura de mitos antiguos.

Poema de Gilgamesh. Resumen por tablillas


El poema de Gilgamesh está estructurado en 12 tablillas. Ha continuación te
mostramos un resumen por tablillas del argumento del Poema de Gilgamesh.

 En la primera tablilla con encontramos con una especie de introducción en la


que se ofrece una descripción de Gilgamesh y cómo las gentes de Uruk se
quejan de él, a quien califican como un tirano. Es por ello que el dios Anu insta
a la diosa Aruru a crear un humano que le hiciese frente, Enkidu, quien acepta
medirse con el rey de Uruk.
 La segunda tablilla del Poema de Gilgamesh tiene algunas lagunas por lo que
algunos pasajes son confusos. En ella Enkidu pone rumbo a Uruk y cuando se
entera como es su monarca decide enfrentarse a él. En el enfrentamiento Enkidu
toma ventaja en un primer momento, pero en vez de aprovecharse de esto
expresa a su su rival la admiración que siente hacia él por el valor que ha tenido.
Desde entonces nacerá una amistad entre Enkidu y Gilgamesh.
 En la tercera tablilla Enkidu le confiesa sus penas a Gilgamesh y este le habla
de su intención de combatir a Khumbaba, un gigante que vomitaba fuego y
vivía en el País de los Cedros. En esta parte también se nos cuenta cómo se
solicita ayuda al dios Shamash, se hacen sacrificios y se celebra un consejo de
ancianos para que el proyecto salga bien.
 La cuarta tablilla tiene el texto muy mal conservado, pero a pesar de las
lagunas, en esta parte de la Epopeya de Gilgamesh se narran los cinco sueños
que tuvo el rey de Uruk en las jornadas de viaje camino del Bosque de los
Cedros y como los dos amigos convocan a Shamash para que les aconseje.

Tablilla del Poema de Gilgmesh

 En la quinta tablilla del mito los dos amigos se encuentran con Khumbaba, al
cual vencen y vencen victoriosos a Uruk.
 La sexta tablilla recoge como tras la victoria sobre Khumbaba, Ishtar se
enamora de Gilgamesh. En el poema la diosa le habla de los beneficios de
casarse con ella. Ante el rechazo del rey de Uruk, Istar convence a Anu, su
padre, para crear al Toro Celeste y que mate al héroe sumerio. Sin embargo,
Enkidu mata al Toro Celeste y tras esto se retira a descansar, momento en el
que le asalta un sueño.
 En la séptima tablilla Enkidu le cuenta su sueño a Gilgamesh. Esto es, que los
dioses habían decretado la muerte de ambos. La tablilla termina con una
descripción de los infiernos, donde Enkidu había viajado en su sueño.
 En la octava tablilla del Poema de Gilgamesh, Enkidu ha muerto y el rey de
Uruk lamenta su muerte y promete honrar a su amigo con una estatua funeraria
erigida en su honor. El final de la tablilla está muy deteriorado, aunque se
aprecia que el monarca realiza una libación a Shamash.
 La novena tablilla recoge el lamento de Gilgamesh por la muerte de Enkidu y
por la suerte que a él mismo le espera. Piensa como podría conseguir la
inmortalidad y entonces se acuerda de Utnapishtin, un anciano que había
sobrevivido al diluvio universal, y se pone en su busca. Pero la morada de
Utnapishtin se encontraba en un lugar de difícil acceso al que ningún mortal
había conseguido llegar. Si embargo esto no desanima a Gilgamesh, quien tras
caminar durante 12 días llega a un paraíso terrenal en donde abundaban
árboles que daban piedras preciosas.

El diluvio (Gustave Doré 1866). El tema del diluvio


es un mito universal presente en muchas culturas.

 En la décima tablilla Gilgamesh llega a la casa de Siduri, una tabernera que


aconseja al monarca de Uruk que que deje de lamentarse y disfrute de la vida
terrenal. Sin embargo, ante la insistencia de este en llegar hasta Utnapishtin, la
tabernera le aconseja que visite a Urshanabi, el barquero que le debía cruzar el
mar que le llevaría a Utnapishtin. Finalmente el barquero accede y una vez ante
el anciano, este le dice a Gilgamesh que su suerte ya esta decidida por los
dioses y nada se puede hacer para cambiar su situación.
 En la undécima tablilla Utnapishtin confiesa a Gilgamesh que pudo escapar del
diluvio gracias a la ayuda de Ea, aunque finalmente accede a contarle que existe
una planta en el fondo del mar que proporciona la juventud eterna. Gilgamesh
va a por ella y la encuentra, pero mientras se bañaba en una fuente una
serpiente se la arrebata y decide volverse a Uruk. En esta parte del Poema de
Gilgamesh vemos una clara relación con el diluvio universal y la Biblia.
 La duodécima tablilla es una copia acadia del Poema de Gilgamesh sumerio
que se añadió posteriormente. De hecho se trata de un pegote textual que no
sigue el desarrollo narrativo de las anteriores tablillas. En ella el rey de Uruk
derriba un árbol plantado por Inanna, cuya madera entrega a la diosa para que
se construya un trono, mientras que con las raíces y las ramas el soberano se
construyó dos instrumentos que desconocemos que serían: un pukku y
un mikku, que le servían para oprimir a los habitantes de Uruk. Sin saber por
qué, estos instrumentos cayeron al infierno, pero Enkidu (que en las tablillas
anteriores había muerto), se ofrece a bajar a buscarlos y al volver describe a su
amigo cómo es el mundo de los muertos.

En resumen, esta epopeya mesopotámica trata cuestiones como la relación


entre el hombre y la naturaleza, la amistad, la lucha, el amor, la aventura o el
miedo a la muerte.

Fragmento del Poema de Gilgamesh


A continuación te dejamos el fragmento inicial de la epopeya, sacado de la
edición del poema de Joaquín Sanmartín.

[El que vió lo más hondo],

los cimientos del País;

[el que conoció…],

sabio en todos los campos:

[Gilgamesh]

el que vio lo más hondo,

los cimientos del País

Personajes del Poema de Gilgamesh


 Adad: Dios del clima y la tormenta venerado muy especialmente entre los
semitas sirios y del norte de Mesopotamia.
 Allalu: Pájaro mítico multicolor que fue engañado por la diosa Inanna.
 Antu: Esposa del dios Anu.
 Anunnaki: En los orígenes se designaba con este término a todos los dios del
panteón mesopotámico, aunque posteriormente el término Anunnaki terminaría
haciendo referencia a los Igigi, los dioses del mundo infernal.
 Anzu: Ave mitológica con cabeza de león. Aparece caracterizado como un ave
malvada en el Poema del Anzu, del que se conservan varias versiones.
 Aruru: Diosa de la creación y madre de Gilgamesh.
 Asakku: Demonio que difunde enfermedades mortales.
 Atrahasis: Hombre muy sabio también conocido como Utnapishtim.
 Aya / Sherida: Diosa de la aurora y esposa de Shamash. A menudo aparece
intercediendo ante él.
 Belet-ili: Diosa madre también conocida como Aruru o Mammitu
 Belet-seri: Su nombre significa «escriba del desierto» y es la escriba del mundo
infernal y secretaria de Ereshkigal, la diosa de los infiernos.
 Bibbi / Bibbu: Sirviente en el mundo infernal ejerciendo funciones de verdugo,
carnicero, cocinero o balancero de Nergal.
 Dumuzi: También se le conoce como Ninazu y Tammuz. Es uno de los esposos
de la diosa Inanna. Aparece en varios mitos mesopotámicos de los que se extrae
que es un dios que ha muerto y resucitado, responsable de que florezcan los
árboles frutales, las palmeras y el grano y de hacer fermentar la cerveza.
 Enki: Dios de la sabiduría, la magia y los conjuros. Es el titular del abismo
subterráneo de agua dulce.
 Enkidu: Amigo y compañero de Gilgamesh
 Enlil: Dios del viento y el soberano de los dioses. De hecho era el dios principal
y su lugar de culto se encontraba en Nippur.
 Gilgamesh: Antiguo rey de Uruk y protagonista del poema.
 Humbaba: Monstruo guardián del Bosque de Cedro. En algunas tradiciones
antiguas y periféricas se le menciona como Huwawa o Huppipi.
 Inanna: Diosa del amor y de la guerra.
 Lugalbanda: Padre de Gilgamesh y antiguo rey de Uruk que terminaría siendo
divinizado.
 Ninsun: Madre de Gilgamesh y cuyo nombre etimológicamente significa
«Señora de las vacas».
 Shamash: Dios sol y de la justicia que en la epopeya aparece como protector de
Gilgamesh.
 Shamhat: Su nombre significa «la bien dotada» y se trata de una prostituta de
Uruk que, en algunas tradiciones, es mencionada como Shamkat.
 Siduri: Tabernera de los confines del mundo, cuyo nombre significa «Ella es mi
baluarte».
 Ur-shanabi: El barquero de Utnaphistim. La tradición babilónica antigua le
llama Sursunabu.

Además de estos personajes, también aparecen un pastor y su padre, la mujer


de Utnaphistim y el Hombre Escorpión y su mujer, pero de ninguno se da el
nombre. También aparecen personajes formando colectivos como mozos,
valientes, mujeres y los ancianos de Uruk.

Ediciones de la Epopeya de Gilgamesh


Si después de leer este artículo te has quedado con ganas de leer el Poema de
Gilgamesh debes saber que existen diferentes ediciones del mismo en
castellano. A nuestro juicio los 3 libros del poema más interesantes son los
siguientes.

 La edición de Federico Lara Peinado en la editorial Tecnos. Además del Poema


propiamente dicho cuenta con un estudio preliminar en el que se analiza el
contexto histórico y geográfico; la historicidad del personaje de Gilgamesh; el
descubrimiento, cronología y puesta por escrito de la Epopeya, la estructura y
diferentes aspectos literarios del cuento mítico; el trasfondo histórico de la obra
o el itinerario seguido por el rey por Gilgamesh en su intento de convertirse en
inmortal.
 La edición de Joaquín Sanmartín en la editorial Trota titulada Epopeya de
Gilgamesh, rey de Uruk en la que, además de un extenso comentario sobre el
poema épico, se incluyen otros mitos de Gilgamesh o un estudio de la figura del
rey en la antigua Mesopotamia.
 La más reciente de todas es una edición muy completa de Jean Bottéro del año
2015 en la editorial Akal, en la que el estudioso francés analiza la figura del
legendario rey de Uruk.

Descubrimiento del Poema de Gilgamesh


A mediados del siglo XIX A. H. Layard comenzó a excavar en la colina de
Kuyunjik, la antigua Nínive. Entre otros, allí descubrió la biblioteca de
Assurbanipal, en donde apareció una versión completa del Poema de
Gilgamesh. Por otro lado, los trabajo arqueológicos llevados a cabo en Nippur
entre los años 1889 y 1900 y a partir de 1945 sacaron a la luz casi 40.000
tablillas cuneiformes, entre ellas las versiones más antiguas conocidas en
sumerio del mito del famoso rey de Uruk, Gilgamesh.

Nuevas tablillas de la épica de Gilgamesh


Tras la invasión de Iraq en el 2003 los museos fueron saqueados y las
excavaciones ilegales en yacimientos arqueológicos estuvieron a la orden del
día. Para intentar recuperar los objetos robados el Museo de Sulaimaniya, en el
Kurdistán iraquí, se puso en contacto con contrabandistas para que consiguieras
objetos robados de Iraq a cambio de una suma de dinero y con la promesa de
no hacer preguntas sobre la procedencia o cómo habían obtenido los objetos.

En esta situación, el museo compró en 2011 una gran cantidad de tablillas entre
las que se encontraba una copia de la tablilla V del Poema de Gilgamesh.
Lógicamente no se sabe la procedencia de la tablilla, aunque es seguro que no
pertenece a ninguno de los objetos saqueados de los museos de Iraq, pues no
contenía ningún número identificativo. Los expertos piensan que es probable
que dicha tablilla proceda de excavaciones ilegales en la antigua ciudad sumeria
de Larsa.

De igual manera, mientras en el museo limpiaban los objetos comprados se


encontraron con un fragmento de la tablilla II de la Epopeya de Gilgamesh. Tras
estudiarlo, parece que el fragmento formaba parte de una tablilla más amplia en
la que estarían recogidos los textos de las tablillas I y II de la versión babilónica
estándar y se trataría de una versión escrita durante el reinado de Rim-Sin de
Larsa, esto es, en torno al 1800 a. C.
Trasfondo histórico del Poema de Gilgamesh
En la Epopeya de Gilgamesh es fácil adivinar un fondo histórico que pudo
servir de contexto para situar a los personajes. Cierto que hay elementos que se
mueven entre la leyenda y la historia, pero otros son totalmente históricos.

La ciudad

Uno de los hechos atestiguados arqueológicamente es la existencia de unas


murallas en Uruk, y que evidencian la existencia de un poder centralizado. El
Poema de Gilgamesh diferencia claramente entre dos realidades diferentes en el
mundo sumerio. Por un lado la vida civilizada de la ciudad. Esto es, la vida
urbana. Por el otro, la vida salvaje del bosque y la estepa donde habitan bestias
y personas incivilizadas.

Intercambios comerciales en el Poema de Gilgamesh

En cuanto a las relaciones con otras regiones y los intercambios comerciales,


el Poema de Gilgamesh nos habla de metales como el oro, la plata y el cobre;
piedras preciosas y semipreciosas como el lapislázuli y la cornalina o diferentes
tipos de madera como el cedro. Estos objetos procedían de zonas alejadas:
Armenia, el Tauro, Líbano, Nubia o Pakistán, a las que se llegaba por vía
marítima y terrestre.

Las instituciones según la Epopeya

El Poema de Gilgmesh también nos cuenta como en los templos se celebraban


distintas ceremonias religiosas, la más importante la fiesta del Akitu o Año
Nuevo. pero una de las cosas que más llama la atención del poema es cuando
refiere la existencia de una Asamblea de Ancianos que, en un pasaje de la
Epopeya de Gilgamesh, aconseja al rey de Uruk. Este tipo de órgano consultivo
será muy propio de las sociedades antigua y, tal vez, haya que que ver en ella el
origen de las instituciones democráticas.

Itinerario seguido por Gilgamesh según el Poema


El núcleo central del Poema de Gilgamesh se desarrolla en la ciudad de Uruk y
sus alrededores. Sin embargo, existen dos episodios que se desarrollan en otros
ambientes. Uno de ellos en el «Bosque de los Cedros», que debemos situar en
el Líbano. El otro, cuando el rey de Uruk marcha en busca de la inmortalidad. Y
aquí ya es más difícil saber la ubicación.
Aún así, podemos proponer el siguiente itinerario. Desde Uruk, Gilgamesh y
Enkidu parten hasta los montes del Líbano. Desde allí regresan a Uruk, pero
entonces muere Enkidu y Gilgamesh marcha por las estepas, llanuras y
desiertos y llega a una zona de la costa del mar Rojo. Acompañado de
Urshanabi se adentra en el golfo de Adén y el océano Índico, penetra en el
golfo de Omán y llega hasta Bahrein.

La zona de Bahrein era conocida por los sumerios como Dilmún. Un lugar de
especial significado para ellos, pues era una especie de paraíso. En Dilmún por
fin se encuentra con Utnapishtim y, tras hablar con él, regresa a su patria
remontando el golfo Pérsico y a través del río consigue llegar a Uruk.

Influencia del Poema de Gilgamesh


El Poema de Gilgamesh tuvo una alta repercusión en la antigüedad. La
epopeya fue narrada por diferentes civilizaciones, de ahí que existan diferentes
versiones de la misma. Las versiones encontradas en Hatti o Palestina nos
indicarían que el mito se extendió hacia el oeste. La aparición de algunos
fragmentos en Urartu nos hablan de un desplazamiento hacia el norte, aunque
su influencia cultural no ha sido evaluada.

Saliéndonos de la escritura cuneiforme también se recogió el Poema de


Gilgamesh en versiones arameas y mandeas, aunque los nombres de los
protagonistas del mito aparecen redactados de forma consonántica. De manera
muy deformada también fue recogido por autores griegos como Claudio Eliano,
quien en el año 200 escribió «Historia de los Animales«, en la que aparece un
personaje llamado Gilgamos que llegó a ser rey.

El Poema y el Diluvio Universal


El Diluvio Universal narrado en el Génesis tiene paralelos con otros mitos
antiguos y es que el mito del diluvio al que se hace referencia en la Epopeya de
Gilgamesh debió ser común entre sumerios, hurritas o hititas, incluso de
prácticamente todas las culturas de la antigüedad fuera del mundo
mesopotámico.

Como decimos, todas las culturas mencionan un cataclismo del que solo se
libran algunas personas. Ovidio cuenta la historia de Deucalión y Pirra, en la que
Zeus decide enviar un gran diluvio a la tierra del que solo se salvarán Deucalión
y Pirra gracias a que fueron aconsejados por Prometeo. Pero en cualquier caso
todas las historias del diluvio suelen tener unos puntos en común:

 Causas del diluvio.


 Decisión de los dioses.
 Comunicación entre la divinidad y el hombre antes del diluvio.
 Modo de sobrevivir a la catástrofe.
 Los supervivientes: hombres y animales.
 Prolegómenos del diluvio y su efectividad
 Fin del diluvio.

En El Poema de Gilgamesh el diluvio universal es un hecho pasado, sucedió


varios años atrás de la historia de Gilgamesh, por tanto debe tratarse de una
leyenda muy antigua y común en el mundo mesopotámico. Según los últimos
estudios, más que un diluvio debería hablarse de grandes inundaciones de
los ríos Tigris y Éufrates que inundarían ciudades, pero también posarían sus
limos y nutrientes en la tierra haciendo de Sumer un país extremadamente fértil.

Arqueología del diluvio universal


A finales de la década de los 20 del siglo XX, Leonard Woolley se encontraba
excavando en Ur cuando encontró un estrato de varios niveles de altura que
interpretó como la prueba de un gran diluvio que provocó una inundación de
casi 10 m. de altura. Woolley dató esta inundación en un momento
indeterminado anterior a los sumerios.

Posteriormente, se encontraron evidencias de inundaciones en yacimientos


mesopotámicos de distinta antigüedad, por lo que más que en un diluvio se
trataría de periódicas inundaciones que sucedían en primavera con el deshielo
de las nieves de las montañas de Armenia.

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Fuentes y referencias

 SANMARTÍN, J. (2010), Epopeya de Gilgames, rey de Uruk, Akal, Trotta,


Barcelona.
 LARA PEINADO, F. (2010), Poema de Gilgamesh, Tecnos, Madrid.
 https://www.britannica.com/topic/Epic-of-Gilgamesh
 https://www.ancient-origins.net/myths-legends/myth-gilgamesh-001927
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Poema de Gilgamesh

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El Poema de Gilgamesh es una epopeya mítica mesopotámica de origen sumerio. En él se narran las
aventuras de Gilgamesh, rey de Uruk, y su amigo Enkidu. El poema completa consta de doce tablillas y
existen diferentes versiones del mismo. ¡Entra y descubre más de la Epopeya de Gilgamesh!

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Gilgamesh, el héroe que
venció a la muerte
"La pena ha entrado en mi corazón. Temo a la muerte, y
por eso ando errante por la estepa". (Epopeya de
Gilgamesh IX.5)
1 abril, 2020 | Gustavo García Jiménez | Director de Arqueología e Historia
 0
“Oh hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu, derriba la casa y construye una barca. Abandona la riqueza
y busca la supervivencia. Desdeña la propiedad, salva la vida. Y lleva a bordo de la barca semillas de todas
las cosas vivas” (XI.25). Tablilla XI de la Epopeya de Gilgamesh en la que se relata el episodio del Diluvio.
British Museum. © Wikimedia Commons / CC-BY-SA-4.0 / Mike Peel
La Epopeya de Gilgamesh es indudablemente uno de los escritos más importantes de la
historia de la humanidad, el primero verdaderamente complejo y con una extensión
considerable. Pero es también, sobre todo, la primera gran historia que conocemos.
Seguramente antes que el bravo rey sumerio, hubo muchos otros héroes que realizaron
grandes proezas, reales o ficticias, sin duda exageradas y muchas veces aderezadas con
buenas dosis de imaginación y entusiasmo, porque es bien cierto que el ser humano precisa
de modelos de inspiración en los que ver reflejados sus propios logros y fracasos, pero estos,
desgraciadamente, han quedado en el olvido con el inexorable transcurrir del tiempo.
La Epopeya ha llevado de cabeza durante muchísimas décadas cientos de investigadores, y
en la actualidad sigue dando mucho de qué hablar. Tal como la conocemos a día de hoy, es
una obra incompleta; un puzle al que le faltan piezas porque las hemos perdido, aunque no
desistimos de buscarlas incansablemente. Pese a todo, son apenas unos pocos detalles
complementarios los que conforman las lagunas de ciertas partes del relato, y al estudiarlo
con detenimiento es fácil llegar a la conclusión de que su mensaje, su intención más primaria,
sí que está perfectamente perfilada, y es entonces cuando reluce la verdadera dimensión de
un relato épico, un viaje trascendental que sitúa al lector en el papel del protagonista; alguien
que, a través de su experiencia, nos enseña hasta dónde podemos llegar como seres humanos
y dónde están nuestros límites, nuestros mayores temores y nuestros más anhelados deseos.
Allá por el siglo XXII a. C., cuando circulaban los primeros poemas recitados o cánticos de
las proezas de Gilgamesh, todavía en su estadio primitivo, Mesopotamia era un
conglomerado de pujantes ciudades-Estado que se alternaban en el dominio del territorio. A
grandes rasgos y en sentido diacrónico, en la Mesopotamia anterior a la llegada de los persas
se destacaron asentamientos sumerios en el sur, acadios (babilónicos) en el centro
(véase Arqueología e Historia n.º 10: Babilonia y los Jardines Colgantes) y asirios en el
norte. Es bien sabido que una de las cunas de la civilización tiene su origen en la articulación
del poblamiento y la sociedad de los sumerios, que se asentaron en el territorio
mesopotámico en el IV milenio a. C. En torno a mediados del siguiente milenio, ya empleaban
la escritura y ordenaban sus textos y registros en bibliotecas. Por su parte, los acadios
conquistaron Sumer en torno al 2300 a. C. y crearon un gran imperio, a la vez que adoptaron
buena parte de las tradiciones de los primeros, entre ellas la escritura.
“Maté al oso, a la hiena, al león, a la pantera, al onza, al ciervo, a la cabra montés, a las bestias y animales
de caza de la estepa. Comí su carne, y sus pieles desollé” (X.258-261). Escultura colosal con la
representación de un héroe –acaso Gilgamesh–sosteniendo un arma ceremonial y sometiendo a un león.
La obra fue hallada en la sala del trono del palacio de Sargón II en la ciudad asiria de Dur-Sharrukin, por lo
que sabemos que está datada entre el 713 y el 706 a. C. Musée du Louvre. © Wikimedia Commons / CC-
BY-SA 3.0/ Darafsh
Uruk, una de las más importantes ciudades-Estado sumerias y uno de los primeros
asentamientos que podríamos calificar como ciudad, es en particular el lugar que desempeña
un papel más relevante en el relato del héroe. Gilgamesh es presentado en la Epopeya como
hijo de la diosa Ninsun y un mortal llamado Lugalbanda. En ella se menciona claramente que
era rey de Uruk, por lo que su existencia histórica –tan probable como la del rey Arturo
(véase Desperta Ferro Antigua y Medieval n.º 36: El rey Arturo)–, se encuadraría en el
período Dinástico Antiguo, en torno a 2800-2500 a. C. Entre sus hazañas más terrenales y
verosímiles, muy alejadas de inmortalidades e inframundos, figura que fue el responsable de
construir su impresionante muralla:
«Construyó la muralla de Uruk la Cercada, de la santa Eanna el almacén sagrado […] No
fueron sus ladrillos cocidos en un horno? ¿No pusieron los Siete Sabios sus cimientos?» (I.11-
21)
En cualquier caso, Gilgamesh aparece en las listas de reyes sumerios como el quinto
gobernante de la I Dinastía de Uruk, que habría reinado, de ser esto cierto, en torno al
2750 a. C. por un período de tiempo (126 años) tan longevo como improbable. No es un hecho
aislado que se escribiera una historia épica de un rey, y de hecho se conocen, aunque forma
fragmentaria, otros ejemplos como los de Sargón de Acad (ca. 2390 a. C.), Zimri-Lim de Mari
(ca. 1850 a. C.), Nabucodonosor I de Babilonia (ca. 1120 a. C.) o Nabopolasar (ca. 620 a. C.)
que dan buena fe de esta práctica en la Mesopotamia antigua. Por otra parte, en torno al 2150
a. C. ya existían algunas historias escritas en sumerio sobre los reyes de Uruk en las que se
incluyen las primeras copias de un poema dedicado a Gilgamesh. En la época, el interés por
estas narraciones desbordaba la propia ciudad, e incluso el rey Shulgui de Ur (ca. 2150-2103
a. C.) proclamaba ser hijo de Ninsun y por tanto hermano del célebre héroe sumerio.
Transcurridos por tanto unos seis siglos desde su supuesta existencia real, Gilgamesh ya se
había convertido en un personaje legendario, aunque su historia completa estaba todavía
lejos de articularse en la forma que la conocemos.

De viva voz (y de puño y letra)


«Mi amigo, a quien amaba, ha vuelto al barro». (X.68)
Al igual que ocurría con la génesis del propio género humano en el mito de la creación del
relato paleobabilónico del Diluvio (Atrahasis V), la historia de Gilgamesh fue modelada en la
arcilla, en este caso en la forma de cientos de tablillas escritas con signos
cuneiformes. No cabe aquí insistir en la cuestión de la importancia de la escritura como un
signo inequívoco de la introducción de la especie humana en la historia y como apoyo
fundamental para la comprensión de las culturas y sociedades del mundo antiguo. El
descubrimiento de un sinnúmero tabletas inscritas en cuneiforme desde el siglo XIX y su
posterior desciframiento ha arrojado tanta luz sobre las sociedades mesopotámicas que, de
otro modo, muchísimos aspectos relacionados con su comportamiento habrían resultado
imposible detallar de forma tan específica, aun aceptando las muchísimas lagunas que
todavía tenemos sobre incontables cuestiones que nos gustaría conocer mucho mejor. Pese a
todo, los abundantes hallazgos originales de tablillas cuneiformes se han ido viendo
incrementados por nuevos descubrimientos de textos, el perfeccionamiento en la traducción
y revisión de otros conocidos, o la recuperación y publicación de colecciones privadas. Es bien
sabido que los primeros escritos cuneiformes corresponden a inventarios, transacciones
comerciales y el registro de cuentas, de forma que, en primera instancia, la literatura no
formaba parte de las motivaciones iniciales de los escribas, y solo llegaría más tarde. El
cuneiforme se usó por lo menos desde el 3200/3000 a. C. hasta el 100 d. C. para expresar
distintas lenguas. Así, por ejemplo, desde el II milenio a. C., los aprendices de escriba
babilonios, que hablaban acadio, utilizaron los relatos del Bilgames sumerio para practicar y
aprender la escritura. En su aprendizaje, tenían que escribir al dictado y de memoria, y para
ello lógicamente debían dominar un cierto número de composiciones literarias sumerias,
entre las que se encontraban las historias del héroe de Uruk. Partiendo de este hecho, no es
raro el hallazgo de fragmentos incompletos de la Epopeya, que solo contemplan una parte
del relato completo.

Fragmento de una tablilla cuneiforme de hallazgo reciente (fue recuperada en 2011) en el que se refleja el
texto de la tablilla V de la versión estándar, y que incluye ciertos pasajes hasta entonces desconocidos que
describen detalles previos al combate con Humbaba, cuando los héroes Gilgamesh y Enkidu se adentran en
el bosque de cedros y son testigos de la presencia de animales exóticos que gritan ruidosamente.
Sulaymaniyah Museum, Irak. © Wikimedia Commons / CC BY-SA 4.0 / Osama Shukir Muhammed Amin
Pero en el registro material relacionado con la Epopeya de Gilgamesh, el hallazgo más
importante sin duda se produjo en 1850, cuando Austen Henry Layard y Hormuzd
Rassam descubrieron cerca de cien mil tablillas cuneiformes datadas en época de
Asurbanípal (668-627 a. C.) en las bibliotecas reales de Nínive, que fueron llevadas al British
Museum para su posterior estudio. Rassam regresó tres años más tarde y halló otro conjunto
notable en el palacio septentrional del rey asirio. Las magníficas colecciones incluían, sin
saberlo, el corpus principal de tablillas que conforman la versión estándar de la Epopeya,
que es hoy en día la más popular por ser la que enlaza los distintos relatos antiguos
independientes en una historia continua y organizada en torno al héroe sumerio. Cuando
Rassam y Layard realizaron aquellos descubrimientos, el cuneiforme estaba todavía en
proceso de descifrarse, pero los esfuerzos de varios investigadores finalmente dieron su fruto
y en 1872 el asiriólogo británico George Smith anunciaba ya que había encontrado entre
los restos de las tablillas de Gilgamesh el famoso relato del Diluvio, causando cierto revuelo
en una opinión pública todavía sumida en el debate entre el creacionismo y el evolucionismo.
La versión estándar de la Epopeya de Gilgamesh la conforman doce tablillas que no están
completas –la fragmentación de la arcilla es fácil y muy frecuente– y contienen multitud de
espacios en blanco, conformando un relato todavía parcial que en ocasiones se ha comparado
con un manuscrito roído por las ratas o consumido parcialmente por el fuego. En la
actualidad se conocen más de setenta copias o versiones con ligeras diferencias, en su mayor
parte de Nínive, pero también se conservan otras más tardías procedentes de Babilonia,
Uruk, Ashur, Kalah y Huzirina. Los huecos pueden a veces completarse con las narraciones
más antiguas que sí han conservado ciertas partes de la historia, pero poco a poco las lagunas
de la narración se van rellenando, y en setenta años se ha duplicado el material que tenemos.
Sin embargo, el origen remoto de la Epopeya de Gilgamesh hay que buscarlo no en la
escritura sino en la tradición oral. La mayoría de los expertos está de acuerdo en que las
formas más primitivas de las historias protagonizadas por el intrépido rey de Uruk fueron
seguramente recitados oralmente o bien cantados en forma de himnos por poetas, quizá ya
para la corte de los reyes de la III Dinasía de Ur. Por tanto, al igual que ocurriría en las
mejores historias épicas que configuran el pasado humano y que cantaron rapsodas griegos,
escenificaron dramaturgos y actores o corearon bardos y escaldos, el origen de la Epopeya se
forjó en las gargantas de los maestros sumerios de finales del III milenio a. C.
“Su voz es el Diluvio, su habla es fuego, su aliento es muerte. Oye el murmullo del bosque desde setenta
leguas de distancia. ¿Quién osaría entrar en su bosque?” (II.277-280). Placa de arcilla procedente de Susa
que representa a Humbaba, el temible guardián del bosque de cedros al que se enfrentaron Gilgamesh y
Enkidu. Comienzos del II milenio a. C. Musée du Louvre. © Wikimedia Commons / CC BY-SA 3.0 / Rama
La evolución de una serie de poemas sumerios independientes, puestos luego por escrito,
hasta la epopeya escrita en acadio de la versión estándar organizada en doce tablillas que
constituye la versión más completa, es una de las vías de estudio más complejas en torno a
esta obra, y en modo alguno puede pensarse en que las versiones tardías fueron traducciones
de las más antiguas, sino más bien que constituyeron adaptaciones en muchos casos
cambiantes. El acadio es una lengua de origen semítico que se había impuesto en la región
hacia finales del III milenio a. C. como lengua vehicular, y aunque la lengua de prestigio que
aprendían los escribas siguió siendo durante algún tiempo el sumerio, a la postre los acadios
terminarían empleando el cuneiforme sumerio para expresarse en su propia lengua. En el
camino de los siglos transcurridos hasta la creación de la versión estándar, amén de la
intervención de otras lenguas y culturas, se produjeron lógicamente algunos cambios; se
perdieron cosas, se inventaron otras, se cambiaron nombres y se transformó el estatus de
algunos personajes. Así, por ejemplo, en la épica sumeria nuestro héroe es Bilgames y no
Gilgamesh, y su buen amigo Enkidu es en realidad un criado de este, por mencionar tan solo
algunas de las transformaciones más llamativas.

La búsqueda
«Oh, Gilgamesh, ¿adónde vas errante? La vida que buscas, nunca la encontrarás». (tablilla
de Sippar, I.2’)
El responsable de reunir y adaptar las viejas historias sumerias a un relato épico continuo
debió de ser sin duda un experimentado escriba, aunque quién fue en particular este sabio es
otro de los grandes misterios que rodean a esta magistral obra. La tradición mesopotámica
contaba con su propio candidato, y atribuía la fijación de una narración completa,
llamada Sha naqba imuru, “El que ha visto lo Profundo” –sin duda un nombre dotado
de gran significado y que proviene de la frase que da inicio a la Epopeya– a un tal Sîn-leqi-
unninni, sacerdote, exorcista y escriba de Uruk en el período Babilónico Medio (ca. 1600-
1000 a. C.) que acaso vivió entre los siglos XIII y XI a. C. Aunque es tentador aceptar esta
idea, es algo improbable, dado que existen fragmentos del primer Gilgamesh acadio datados
en el Babilónico Antiguo (ca. 2000-1600 a. C.) –entre otras, las tablillas de Pensilvania, Yale
y Nippur con fechas en torno al 1700 a. C.–, aunque también es cierto que estas versiones
incompletas no cuentan con el prólogo y quizá tampoco con el relato del Diluvio, de modo
que no puede descartarse que el erudito de Uruk editara el texto paleobabilónico hasta darle
su forma definitiva
Génesis y evolución de la Epopeya de Gilgamesh, 2150-630 a. C. Pincha en la imagen para ampliar. ©
Desperta Ferro Ediciones
Los poemas de las versiones sumerias más antiguas relacionadas con el mito son
principalmente seis. Uno de ellos, la historia de Bilgames y Akka, cuenta la amenaza de
este último –rey de Kish– sobre Uruk y la respuesta heroica de Bilgames, aunque la historia
no tuvo continuidad en la composición acadia más tardía. Un segundo poema, Bilgames y
Huwawa, constituye el núcleo del posterior relato del bosque de cedros y el enfrentamiento
con su temible guardián, que se integraría en las tablillas III y IV de la versión estándar. Otro
poema, Bilgames y el Toro Celestial, conformó la base de la acción de la tablilla VI. Sin duda
uno de los más interesantes es el poema de Bilgames y el Inframundo, que explica cómo
Inanna (la correspondiente sumeria de la diosa Ishtar), encontró un árbol y lo plantó con la
intención de usarlo para fabricar mobiliario, pero pronto algunas criaturas que vivían en el
árbol comenzaron a atemorizarla hasta que llegó Bilgames y lo cortó. Innana utilizó su
madera como consideró oportuno, pero Bilgames se guardó un poco, y con ella fabricó dos
juguetes. Sin embargo, estos cayeron al Inframundo, y el bravo Enkidu se ofreció a irlos a
buscar pese a las advertencias de su amo, solo para terminar capturado allí para siempre,
aunque su sombra logró volver para explicar a Bilgames cómo era el mundo de ultratumba.
Otro poema, la Muerte de Bilgames, concibe la idea de que los dioses le otorgan al rey una
posición de autoridad en el Inframundo y cuenta cómo este, ya convencido de su muerte,
construye su propia tumba. Un último poema es el del Diluvio, Atrahasis, que no tiene a
Bilgames como protagonista y ni siquiera lo menciona, pero que luego alcanzaría una gran
trascendencia en la historia de la versión estándar.
La historia “definitiva” tomaría estos poemas como referencia y los ordenaría en una
secuencia en la que la transformación o evolución del héroe cobraría todo el sentido. Con
propiedad, tendríamos que hablar de once y no doce tablillas para la versión estándar, puesto
que la decimosegunda fue añadida posteriormente –quizá en fecha tan tardía como el siglo
VII a. C.–, y es en realidad la traducción de una parte del poema de Bilgames y el
Inframundo, que aquí funciona como una especie de apéndice o epílogo pero no formaba
parte de la versión estándar original.

“La Señora Ishtar miraba con deseo la belleza de Gilgamesh: ‘Ven, Gilgamesh, sé mi amado. Concédeme los
frutos de tu amor, oh concédeme. Sé tú mi esposo y yo tu esposa’” (VI.6-9). Impresión de un sello que
representa a Innanna/Ishtar, diosa del sexo y de la guerra, de pie sobre un león yacente y frente una
sirvienta o devota. Período acadio antiguo (ca. 2350-2150 a. C.). © Wikimedia Commons / CC BY-SA 3.0 /
Sailko
Al margen de este detalle, la Epopeya de Gilgamesh narra con brillantez un viaje hacia el
mundo interior de un personaje complejo que no por ser rey e hijo de una diosa dejó
de ser víctima de las incertidumbres y debilidades humanas. Su historia transcurre
generalmente en el espacio liminar que separa tres ámbitos bien diferenciados: la naturaleza,
encarnada por el salvaje Enkidu y Humbaba, el guardián del bosque de cedros; la civilización,
cuyo máximo exponente lo representan el propio Gilgamesh y la ciudad de Uruk; y lo
sobrenatural o divino, que viene personificado por los dioses y los temibles seres a los que se
enfrenta el héroe. La muerte de Enkidu en la tablilla VII, y con ella la toma de conciencia de
Gilgamesh de que él mismo no va a poder escapar a la parca, actúa de bisagra entre las dos
grandes búsquedas en espacios inhóspitos. Su segundo viaje, de hecho, terminará con la
aceptación de su destino.

Más allá de Mesopotamia


«Incluso los dioses se asustaron del Diluvio. Se marcharon y subieron al cielo de Anu.
Acurrucándose como perros, se agazaparon a la intemperie». (XI.112-113)
Antes de perderse en el olvido, la historia de Gilgamesh traspasó fronteras culturales y
temporales. Los ecos de algunos de sus pasajes en la Biblia son bien conocidos, en particular
en lo relativo al episodio del Diluvio, el famoso poema Atrahasis, que cuenta con un
paralelo casi idéntico en el Génesis (5-8), aunque este contiene lógicamente detalles propios,
como el hecho de que en el pasaje de Noé es la paloma la que regresa y no el cuervo el que
envía Uta-napishti el que no lo hace porque encuentra comida, y que en este caso trae de
vuelta una rama verde de olivo, un árbol que no crece en Mesopotamia y que indica que la
narración ha sido adaptada a la geografía palestina. En otros pasajes del Génesis se
encuentran otras muchas analogías, como el hecho de que Enkidu fuera creado por la diosa
Aruru con arcilla, como lo sería Adán por Yahvé según Génesis, II.7. Aparte del de Gilgamesh,
otros relatos de las épicas de los reyes mesopotámicos también tuvieron su particular
resonancia en la arquitectura de los relatos bíblicos, como por ejemplo en el caso del famoso
rey Sargón de Acad, quien, según la leyenda, era expósito y fue entregado al río en un cesto
de juncos, al igual que más tarde lo haría Moisés.
El dios Shamash cruza el océano en los confines del mundo en un barco de juncos. Detalle de la impresión
de un sello de Eshnunna datado en torno al 2350-2150 a. C. © Wikimedia Commons / CC BY-SA 3.0 /
Sailko
Aunque no se tiene constancia de la traducción o adaptación de la epopeya al griego o al latín
y sí a otras lenguas como el hitita o el hurrita, la tradición oral griega también debió de
empaparse de una historia épica tan popular como esta. Sin entrar en las analogías entre
Gilgamesh y Heracles (ambos luchadores, errantes, vestidos con una piel de león y
semidivinos), son muchos los autores que han insistido en las similitudes entre la estructura
y algunos pasajes de la Epopeya de Gilgamesh y la Odisea. Es muy posible que el relato
circulara por toda la geografía del Levante y Homero tomara prestados ciertos detalles, como
por ejemplo en el encuentro de Odiseo con Calipso (Odisea V) que es muy parecido al de
Gilgamesh con Siduri. La historia de Gilgamesh bien pudo haber llegado a Grecia tras las
conquistas asirias de Siria y Fenicia en el siglo IX a. C. (véase Desperta Ferro Antigua y
Medieval n.º 10: El imperio asirio) o quizá a partir de la tradición hitita, dado que se conoce
una copia autóctona de la Epopeya datada en la segunda mitad del siglo XIV a. C.
Todavía más allá pueden observarse otras esferas de influencia postreras que superan
fronteras culturales. Los especialistas han señalado la existencia de préstamos literarios de
Gilgamesh incluso en las Mil y una noches –cuyos relatos beben de la tradición persa
preislámica–, principalmente en la Historia de Buluqiya. Así mismo, las analogías han
querido verse también en la épica germánica, en el poema de Beowulf, quizá porque algunos
tópicos de la propia épica tienden a repetir los mismos esquemas y remarcar aspectos como
el enfrentamiento a la muerte, el compañerismo y la lucha contra monstruos sobrenaturales
que amenazan el statu quo.
La muerte llama a la puerta
«Allá en mi cámara la Muerte mora, y vaya donde vaya, allí también estará la Muerte».
(XI.243-245)
Pese a su carácter semidivino, Gilgamesh no gozaba del beneficio de la inmortalidad. Su
historia es una historia finita, y no un viaje imperecedero. El héroe de Uruk no quiso huir
de la muerte, sino vencerla, y el camino que emprendió fue a través de la sabiduría; una
sabiduría que solo podía ostentar un personaje tan longevo como Uta-napishti, único
superviviente del gran diluvio enviado por los dioses, inmortal por gracia de estos y por tanto
la viva personificación del conocimiento que se acumula capa a capa en el transcurrir de los
años. Para llegar hasta él, Gilgamesh hubo de superar pruebas a priori insalvables, y cuando
el ansiado encuentro se produjo, el sabio le advirtió de lo inútil de su objetivo:
«Nadie ve a la Muerte. Nadie ve su rostro. Nadie oye su voz. La muerte, tan despiadada, que
siega a los hombres». (X.310)
Gilgamesh temió irse con las manos vacías, pero Uta-napishti le habló de la remota
posibilidad de hallar una extraña y peligrosa planta acuática oculta en el fondo del océano
que tenía la propiedad de rejuvenecer a quien la consumiera. Como era de esperar, Gilgamesh
logró su objetivo y obtuvo dicha planta, pero sorprendentemente, en cuanto se relajó y quiso
bañarse en un estanque, una serpiente olió la planta y se la arrebató. Con aquel imprevisible
gesto, la eternidad se escurrió de entre las manos del héroe sumerio, y su viaje en pos de la
inmortalidad se convirtió así en un encuentro consigo mismo.
Fragmento de una estela de esteatita con la representación de la diosa Ninsun –según el mito, madre de
Gilgamesh– (ca. 2350-2000 a. C.; época neosumeria). Musée du Louvre. © Wikimedia Commons / CC BY-
SA 3.0 / Rama
Sin embargo, aquel encuentro, sin saberlo, ya se estaba produciendo casi desde el comienzo
de la Epopeya, en sus hazañas con compañero Enkidu, quien le introdujo en la senda de la
amistad, la lealtad y la piedad. En efecto, la Epopeya habla de las actitudes humanas
frente a la muerte, de la desesperación ante la fugacidad de la vida, pero sobre todo de un
viaje trascendente. Por miedo a la muerte, Gilgamesh emprendió el camino del conocimiento,
pero su trayecto fue largo: comenzó siendo un personaje despótico –“de día y de noche su
tiranía se hacía más severa” (I.69-70)–, pasó por una actitud temeraria, bordeando la muerte,
en su búsqueda de la fama eterna –otra forma de inmortalidad– y cuando falleció su querido
amigo Enkidu no supo sino marchar errante hasta los confines del mundo. Cuando regresó a
Uruk, lo hizo completamente transformado, como hombre y no como dios, y como rey sabio
en vez de como un caprichoso tirano:
«Vio lo que era secreto, descubrió aquello que estaba oculto, y volvió con un relato de antes
del Diluvio». (I.7-8)
La existencia del héroe quedó oculta durante milenios, enterrada en fragmentos de tablillas
de arcilla cuneiformes, por fortuna más perdurables que los escritos en otros soportes
perecederos. Gilgamesh, “el alto, magnífico y terrible, que abrió pasos en las montañas,
excavó pozos en las laderas de las tierras altas y cruzó el océano, el ancho mar hasta el
amanecer” (I.36-40), logró renacer tras un larguísimo letargo y, paradójicamente, al aceptar
su muerte se volvió inmortal. La lectura de la epopeya nos evoca las limitaciones y
capacidades de la humanidad, pero también el camino de la sabiduría. El hecho de que la
muerte llame a nuestra puerta no significa que no podamos soñar con la inmortalidad. De
este modo, ni siquiera la muerte puede con nosotros.

Bibliografía
 La epopeya de Gilgamesh (2004; versión de A. George, trad. F. Chueca). Barcelona: Penguin
Random House.
 Dalley, S. (2008) (ed.): Myths from Mesopotamia. Creation, the Flood, Gilgamesh and
Others. Oxford: Oxford University Press.
 Feldt, L.; Koch, S. (2011): “A life’s journey. Reflections on death in the Gilgamesh epic”, en
Barjamovic, G.; Dahl, J. L.; Koch, S.; Sommerfeld, W.; Westenholz, J. G. (eds.): Akkade is
king. Leiden, pp.111-126.
 North, R.; Worthington, M. (2012): “Gilgamesh and Beowulf. Foundations of a
comparison”, Kaskal, 9, pp. 177-217.
 Riley, J. M. (2013): “‘Love the child who holds you by the hand’. Intertextuality in
the Odissey and the Epic of Gilgamesh”, Studia Antiqua, 12.2, pp. 1-12.
Gustavo García Jiménez es doctor por la Universitat de Girona y licenciado en Historia
por la misma universidad. Su ámbito de especialidad es el estudio de las armas y las formas
de guerra de las sociedades protohistóricas hispánicas y europeas, y es autor de dos libros
sobre el armamento La Tène de la península ibérica además de un puñado de artículos de
temática similar. En la actualidad ejerce como director de Desperta Ferro Arqueología e
Historia.

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