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NOMBRE: ANTONIO MUÑOZ MORENO

MATRICULA: 18148
MATERIA: EPRESIÓN ORAL Y ESCRITA II
FECHA: 14/01/2023

©Nemak | Internal
Que tal estimados compañeros buen día, mi nombre Antonio Muñoz Moreno…escribo
esta carta a todos ustedes sobre lo que es hoy en día el BULLYNG.

Primero que nada, espero y se encuentren muy bien y que este inicio escolar sea de lo
mejor para todos.
A continuación, les hablo al respecto de lo que es El BULLYNG en la actualidad y como
afecta tanto a pequeños y grandes, así como en cualquier lugar, ya sea escuela o
trabajo.
¿Qué es el BULLYNG?
El bullying o acoso escolar se refiere a un tipo de comportamiento violento e
intimidatorio que se ejerce de manera verbal, física o psicológica entre niños y
adolescentes durante la etapa escolar.

Se trata de una serie de maltratos continuos que son llevados a cabo de manera
intencional por uno o varios agresores, con el propósito de agredir, generar inseguridad
o entorpecer su desenvolvimiento escolar de la víctima.

La palabra bullying deriva del inglés y se puede traducir al español como ‘acoso
escolar’ o ‘intimidación’.

El bullying suele ser practicado contra niños o jóvenes que se caracterizan por ser
sumisos, tener dificultades para defenderse, presentar baja autoestima, ser inseguros o
porque se diferencian de sus compañeros por diversos motivos.

Este tipo de maltrato puede ocurrir en diferentes lugares, como en espacios públicos o
parques, pero fundamentalmente está relacionado con el entorno escolar, por lo que
afecta a niños y adolescentes en sus relaciones con sus compañeros de estudios.

Generalmente, el bullying comienza con burlas que se van intensificando hasta que, en
muchas ocasiones, derivan en agresiones físicas o verbales que, como consecuencia
generan daños psicológicos y emocionales en el individuo afectado.

Asimismo, el bullying se relaciona con las dinámicas de abuso de poder, mediante las
cuales un individuo humilla a otro para sentirse superior, para ello se vale de todo tipo

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de agresiones como burlas, insultos o maltratos físicos. Como resultado la víctima se
siente temerosa de sus agresores y busca evitarlos.

Cabe destacar que las situaciones de acoso que tienen lugar fuera del entorno escolar,
como en el trabajo, espacios de desenvolvimiento humano o episodios aislados de
abuso, no se denominan bullying. En dichos casos, lo correcto sería hablar de
intimidación, acoso, abuso, vejación o violación.
Bullying en la Universidad
El bullying es el comportamiento negativo donde un individuo o grupo de personas
atenta verbal, psicológicamente o físicamente a otras personas dentro de la
universidad, donde los agresores y agredidos tienen poca madurez para darse cuenta
del bullying.
¿Qué es el bullying en la universidad?
El maltrato entre estudiantes o bullying se podría definir como la intimidación y la
violencia que se produce de manera repetitiva de un estudiante (agresor) a otro
(víctima) en un salón de clases y que es aceptada por el grupo.
La falta de empatía, altruismo, compasión y reconocimiento de las diferencias provoca
frecuentemente una conducta hostil y agresiva hacia el medio y los pares, lo que se
evidencia en el ejercicio del acoso psicológico (Hernández, Fernández y Baptista,
2010).

Actualmente, el acoso escolar ha sido investigado y medido en diversos estudios en


subgrupos específicos de diferentes edades y contextos (Adams y Lawrence, 2011). En
estas investigaciones se ha dejado fuera el ámbito universitario, a pesar de que este
determina en buena parte los estilos de convivencia que son fundamentales para el
individuo que se está formando profesionalmente. Es probable que la conducta hostil
en el contexto universitario desencadene conflictos en la convivencia que impidan el
desarrollo académico y profesional de los estudiantes.

Para Namie y Namie (2004) el acoso entre pares es diferente de la violencia juvenil,
aquella que ocurre entre niños y adolescentes en el contexto escolar y que diferencia la
posición entre ellos en un grupo, la que se define típicamente con los términos
“victimario” y “victima”. A partir de los estudios de Olweus (1978) (cf. también Olweus,
1993), a este fenómeno se le ha definido, de una forma cada vez más consensuada,
como el acoso ejercido sobre un compañero de aula mediante un conjunto de acciones,
incluido el daño físico, tendientes a amedrentar, extorsionar, excluir y debilitar a la
víctima en circunstancias grupales, esto es, con la presencia de los pares como

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testigos. Desde esta postura, Ortega (2010) considera que la violencia entre pares
resulta inaprensible dado que presume que el sujeto racional debe ajustarse a las
demandas de la normalidad; sitúa la violencia en un contexto de interacciones
conflictivas, sin reconocer las lógicas del poder, la construcción de sentido ni la
historicidad de lo social.

Por tanto, el acoso que ocurre entre pares consiste en el establecimiento de una
relación particular, producida y auspiciada socialmente por un régimen de inseguridad
que, como tal, opera sobre el miedo como vector de agenciamiento y tiende a la
instauración de la indefensión, en concordancia con la sociedad global contemporánea,
que le define al sujeto un modo de individualización autónomo en medio de un sistema
social y económico signado por el riesgo y la incertidumbre (Smith, 2011). El acoso
escolar, de manera similar, se define como el conjunto de comportamientos
intencionales, hostiles y poco éticos que de manera frecuente y prolongada se dirigen
hacia otra persona valiéndose de un poder real o ficticio con el fin de provocar daño
(Ortega, 2010). Además, el clima afectivo del grupo sufre una importante pérdida de
actitudes prosociales, favoreciendo la falta de consideración hacia los demás (Ortega,
Del Rey y Casas, 2013) y la consiguiente merma en la calidad del clima educativo. Se
trata, pues, de un fenómeno de amplia repercusión que afecta a toda la comunidad
educativa y quebranta la propia sensación de seguridad. Se podría suponer que, en
general, el acoso es una de las muchas actitudes del ser humano que genera conflicto
y enfrentamiento. Si bien en la educación superior es difícil detectar tales agresiones
debido probablemente a la aparente imagen de madurez que proyectan los estudiantes
universitarios, es posible que este tipo de acoso, denominado bullying, exista sin ser
evidente. Se explican a continuación ciertas formas de maltrato que ejemplifican
algunos tipos de agresión presentes en el acoso escolar mencionadas por Monks y
Smith (2010) y que pueden aparecer en las comunidades universitarias:

• Acoso directo e indirecto: Una de las principales formas de clasificar el maltrato o la


agresión es diferenciando la forma de atacar como directa o indirecta. En un ataque
directo, la victima identifica al agresor; en uno indirecto, la víctima es dañada, pero
ignora quien es el culpable.

• Acoso psicológico o verbal: A las personas no les agrada que les digan sus defectos;
así que esta es una forma de agresión masiva o conglomerada que comúnmente toma
la forma de expresiones sumamente agresivas y constantes, o como apodos
despectivos que aluden a los defectos de las víctimas. Es más común que el maltrato
físico, sobre todo entre los jóvenes. En la actualidad, entre mayor es la edad de los
mismos, más sutil es el tipo de agresión que llevan a cabo.

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•Acoso relacional: Muchos casos de maltrato son considerados como maltrato
“relacional” porque rompe las relaciones sociales entre las víctimas y sus pares.
Aunque desde el nivel preescolar puede aparecer este tipo de agresión (especialmente
entre las niñas), se hace más frecuente y dañino durante la pubertad, porque es
cuando los adolescentes adquieren la mayor parte de sus habilidades sociales y
cuando la aprobación de sus pares es esencial. Luego, en la adultez, la persona
buscara otras formas de aprobación y gratificación que lo harán sentirse aceptado y
útil. Conforme mayor es la indiferencia y la insensibilidad de un grupo o una
comunidad, mayor será el sentimiento de rechazo que experimente la persona. Sin
duda alguna, este tipo de agresión comunitaria tiene efectos más deletéreos por la
exclusión social y el aislamiento que implica.

El fenómeno del acoso escolar se evidencia en cada vez más comunidades y en


distintas edades. Según Adams y Lawrence (2011), conforme mayor es la edad, la
causa del acoso es más compleja y más llena de matices.

La definición del acoso se ha venido desarrollando durante los últimos treinta años para
incluir una gama crecientemente amplia de conductas de victimización, por lo que se
han variado las prácticas para medirlo. Una consecuencia de lo anterior es la
diversidad de estimaciones de su prevalencia, lo que ha hecho difícil evaluar la
naturaleza y el grado de la comparabilidad del fenómeno (Benites, 2012). En efecto, en
la actualidad las estadísticas relacionadas con el acoso generan preocupación respecto
a su exploración y medida. Los investigadores han luchado para medir este problema,
facilitar comparaciones y estimar exactamente su prevalencia; sin embargo, incluso los
más recientes esfuerzos han producido resultados ambiguos y mostrado diferencias
considerables de dicha prevalencia; así, los índices de acoso se diferencian
dramáticamente en diversas muestras, lo que refleja la imprecisión de las medidas
(Benites, 2012).

En las primeras investigaciones sobre el acoso se consideraba que disminuía


constantemente con la edad y que los varones eran más acosadores y más víctimas
que las mujeres (Prieto y Carrillo, 2009). Otras investigaciones confirmaron que el
maltrato físico disminuía con la edad, pero que otras formas de maltrato aumentaban,
con un considerable impacto entre las edades de 11 y 15 años (Salmivalli, 2010).
Finalmente, otro conjunto de trabajos mostraron que conforme mayor era la edad, el
acoso estaba más lleno de matices y complejidades que el observado en los niños y
adolescentes (Adams y Lawrence, 2011).

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Por otra parte, Namie y Namie (2004) afirman que la intimidación o acoso psicológico
puede considerarse como una incivilidad intensificada que tiene que ver con diversas
esferas, tales como la familia, el contexto social y escolar y la cultura. Este mismo autor
recomienda no adoptar la tendencia a explicar el acoso en función de aspectos de
personalidad, sino considerando el propio contexto, es decir, los factores sociales y
culturales en que se manifiesta.

Para Benites (2012) , la comprensión del acoso también depende de las condiciones
sociales, económicas y culturales de determinada población, ya que cada una
considera ciertos tipos de convivencia y genera un estándar de normalidad propio del
estilo de comunicación entre sus integrantes.

En fin, las causas del fenómeno de acoso o acoso escolar son múltiples y complejas,
de manera que su detección, diferenciación y análisis servirán en la presente
investigación para facilitar la identificación de los posibles motivos desencadenantes en
una comunidad universitaria mexicana. Como lo indican los estudios sobre el tema, es
probable que en esta comunidad priven ciertos factores, como la exclusión social o la
exposición al hostigamiento a través de los medios de comunicación (como las redes
sociales); sin embargo, es probable que en este medio también se carezca de ciertos
factores protectores y preventivos que podrían mitigar los efectos del acoso, como
grupos de ayuda o profesionales dispuestos a identificar un problema como este y a
disminuirlo en caso de que exista.

Más allá de lo normativo y pedagógico, una convivencia escolar sana implica la


capacidad para comprender el punto de vista del otro y considerar que este debe ser
respetado, logrando así solidaridad, tolerancia y comprensión entre los miembros que
componen ese ámbito (Sánchez y Cerezo, 2011). Asimismo, autores como Benites
(2012) consideran las actitudes como parte fundamental de la convivencia; cuando
estas existen, se crea una relación entre las palabras y los actos que genera un estilo
de comunicación entre las personas acorde a su entorno. Esas actitudes, de ser
negativas, se pueden convertir en prejuicios, es decir, en calificativos nocivos que se
formulan sin sustento alguno sobre un grupo o sus miembros. Las evaluaciones
negativas que distinguen a los prejuicios pueden surgir de asociaciones emocionales,
de la necesidad de justificar el comportamiento o de creencias dañinas llamadas
estereotipos (Benites, 2012), lo que deriva en la discriminación.

Las actitudes prejuiciosas son la fuente de la conducta discriminatoria. Los


sentimientos de superioridad moral van de la mano con la brutalidad hacia aquellos que
se perciben como inferiores (Carbajal, 2013). El acosar o agredir a una persona

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teniendo como base los prejuicios genera un tipo de violencia que ocurre
específicamente entre pares. La expresión “entre pares” permite suponer una variedad
importante de clases de pares, pero diversas perspectivas psicológicas, sociológicas y
de las ciencias de la educación le han dado un significado preciso en el desarrollo del
individuo. Así, se entiende la expresión “entre pares” como el conjunto de relaciones y
de interacciones entre sujetos pertenecientes a una misma categoría social, entre
quienes no existe una diferencia de posición estructural de poder; se trata, pues, de
relaciones simétricas horizontales (Ortega et al., 2013). El ejemplo más claro de esta
expresión son los compañeros de clase.

Al acto de agredir o ser agredido se le considera comúnmente como un “rito de paso”


que conduce a un acto violento que recibe poca atención de parte de los maestros y
demás integrantes de la sociedad (Prieto y Carrillo, 2009). Algunas investigaciones
sugieren que, como resultado de la experiencia de ser agredido, algunas víctimas
posteriormente se convierten en agresores, otras ven afectado su desempeño
académico y otras más responden de un modo dramático (Smith, 2011). Por el
contrario, en lo que se refiere al agresor, su rol afianza su conducta antisocial, cuyas
consecuencias suelen provocar la exclusión social de sus víctimas y el ingreso del
mismo en la delincuencia temprana, o por lo menos al acoso en otro nivel: el laboral
(mobbing), ejercido por el futuro profesionista (Ortega, 2010).

Monks y Smith (2010) identificaron varios tipos y grados de agresión, la que


examinaron en los varios niveles de edad, concluyendo que aparece en todas las
edades y en diversos grados. Esto justifica el porqué de la posible existencia del acoso
en las universidades. Salmivalli (2010) explica, de forma general, algunos probables
acontecimientos que accionan al acoso escolar:

• La victima puede haberse convertido en el foco de atención del grupo, acaparando


con ello el interés del posible agresor. Se considera que la mayoría de los agresores
son emocionalmente inmaduros y anhelan la atención de los demás.

• La victima recibe demostraciones de afecto, respeto y confianza por parte de sus


compañeros. En cuanto el agresor deja de ser el centro de atención y se percata de
esos reconocimientos, inmediatamente es invadido por los sentimientos de desagrado
y comienza el plan de sabotaje. Para el agresor, la victima está cayendo en una actitud
de incompetencia, negligencia o ilegalidad y hará todo lo posible para comprobarlo. La
mayoría de los agresores no aceptan la realidad de que otras personas haga el trabajo
mejor que ellos, así que piensan y opinan de un modo que alimenta su negación.

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• La victima obtiene reconocimientos oficiales por los logros alcanzados, lo que al
agresor le genera un sentimiento inicial de desagrado que pronto se convierte en odio,
por lo que la víctima se vuelve un enemigo que debe ser destruido.

En conclusión, las consecuencias de este fenómeno social llevan a experimentar


desprotección, mientras que en adolescentes y adultos llevan al desamparo, e incluso
en cualquier persona sin importar su edad pueden llegar a afecciones mentales y
psicosomáticas que son altamente graves. Sin duda alguna, es fundamental identificar
los elementos mencionados anteriormente, ya que posiblemente no solo son ignorados
por comunidades universitarias sino también por la sociedad en general. Por tanto, se
requiere conocer las características, composición y alcances de dicho fenómeno para
comprender a profundidad el comportamiento del acoso escolar en comunidades no
exploradas aun, como la universitaria.
La carencia de estudios sobre el acoso escolar en el contexto universitario motivo la
presente investigación, cuya finalidad consistió en explorar e indagar la existencia y las
razones de los comportamientos de agresión, violencia o acoso en el contexto
estudiantil, así como el comportamiento en grupo. Se exploró asimismo la posibilidad
de que dicho fenómeno sea un factor causante de bajo desempeño y poco aporte
intelectual de los estudiantes durante su formación profesional.

Tipos de BULLING más frecuentes


Bullying físico. Es uno de los tipos de bullying más comunes. ...
Cyber-bullying. ...
Bullying psicológico. ...
Bullying verbal. ...
Bullying sexual. ...
Bullying social. ...
Mobbing.
1. Bullying físico
Es uno de los tipos de bullying más comunes. El bullying físico directo engloba golpes,
empujones, patadas y todo tipo de agresiones físicas contra un niño o adolescente o un
colectivo de ellos.

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También se incluye el acoso físico indirecto, que se refiere al robo o daño intencionado
para sustraer las pertenencias de la persona que sufre el acoso.
2. Cyber-bullying
El cyber-bullying o bullying cibernético es el acoso que tiene lugar a través de Internet,
ya sea por redes sociales, correo electrónico, foros y otros espacios de la red.

En la mayoría de los casos, este tipo de acoso se basa en la publicación de fotos,


conversaciones, amenazas y difusión de informaciones sobre la víctima, sin su
consentimiento. El acosador cibernético emplea el medio digital para dañar a la víctima
con este tipo de acciones.
3. Bullying psicológico
En el contexto de acoso escolar, el bullying psicológico o acoso moral se basa en
conductas que atentan contra la dignidad y la integridad del niño o adolescente, lo cual
supone le supone un marcado desequilibrio psicológico que puede implicar
sentimientos de inferioridad, baja autoestima, ansiedad, depresión y, en algunos casos
suicidio.

Este tipo de maltrato puede darse por medio de palabras, difamaciones y mentiras
acerca de la víctima. En este caso también se incluyen las amenazas, la manipulación,
el chantaje emocional, la intimidación o la persecución.

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4. Bullying verbal
El bullying verbal se manifiesta por la divulgación de rumores, burlas, insultos, apodos y
otras acciones similares que buscan dañar a la víctima. Este es uno de los tipos de
acoso escolar más comunes en la adolescencia.

5. Bullying sexual
El bullying sexual se refiere al acoso que puede incluir tocamientos o acercamientos no
deseados, actos de violencia física, así como silbidos u otros gestos de naturaleza
sexual inadecuados. Igualmente, se incluyen aquí los comentarios relacionados con el
aspecto físico o vida íntima de la víctima.

También es acoso sexual el bullying homófobo, que es el maltrato a una persona por
su orientación sexual, ya sea real o por la percepción acerca de la misma.

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6. Bullying social
Hacer bullying social significa aislar a la víctima, y humillarle en público para reforzar
ese rechazo. Dicha exclusión puede darse por cuestiones socioeconómicas y
culturales, discapacidades físicas o mentales, entre otras circunstancias que se
señalan de forma negativa.

7. Mobbing
En el ámbito del trabajo, el bullying es conocido como mobbing o acoso laboral. Esta
forma de maltrato que se da en el campo profesional suele ser de tipo psicológico, con
mofas, amenazas o aislamiento, por ejemplo. En algunos casos, se dan también
conductas violentas que incluyen la agresión.

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Prevención e intervención en el acoso escolar
Es importante conocer los tipos de bullying para identificarlos y evitar este tipo de
situaciones en el aula o fuera de ella. Eso sí, también es fundamental saber cómo
prevenir el acoso escolar y cómo tratarlo en cada caso.

¿Cómo se puede prevenir el acoso escolar?


Tanto padres y madres, como educadores y niños, además del resto de la sociedad,
deben formar parte de la prevención del acoso escolar. Estas son las acciones que
pueden hacer para ello:

Informar a los niños sobre qué es el acoso, cómo identificarlo y actuar de forma segura.
Trabajar la temática en clase, por ejemplo, hace que los menores se conciencien más y
mejor sobre esta problemática.
Mantener una comunicación activa con los menores y observar su actitud para detectar
problemas si los hubiera.
No restar NUNCA importancia a un caso de posible acoso escolar. Escuchar y respetar
es clave para que los menores confíen en los profesores y los progenitores y puedan
recibir su ayuda.
Dar ejemplo como adultos en el trato respetuoso y amable con los demás.
Fomentar la coeducación en el aula como modelo educativo para inculcar
comportamientos y valores de respeto, equidad, empatía y buen trato.
En el caso de una situación de bullying escolar, padres y madres deben actuar en
equipo con los educadores para detener la situación y solucionar el problema.
¿Cómo intervenir en un caso de bullying?
Prevenir es tan importante como intervenir para evitar los diferentes tipos de bullying.
Siguiendo el protocolo de intervención en el acoso escolar publicado por UNICEF,

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podemos destacar 8 pasos fundamentales para llevar a cabo un programa de actuación
en situaciones de acoso escolar:

Detectar la situación de bullying.


Comunicar el problema a la dirección del centro educativo.
Dar una atención completa a la situación.
Llevar una comunicación continua con la familia sobre el caso.
Realizar un encuentro con todas las partes implicadas.
Definir las medidas a seguir con las diferentes partes.
Controlar si la implementación de las medidas está siendo efectiva.
Llevar a cabo las acciones necesarias para restablecer la convivencia en la escuela.

Conclusión
En la actualidad, las estadísticas relacionadas con el acoso escolar generan
preocupación respecto a su exploración y medición. Los esfuerzos para su
investigación han producido resultados ambiguos y diferencias en cuanto a la
prevalencia de este problema, que adopta diversas formas en todas las edades. Por tal
motivo, este estudio exploró la existencia del acoso escolar en la universidad y las
características que asume. Para ello, se llevaron a cabo cuatro grupos focales, en los
que participaron 28 estudiantes universitarios de entre 18 y 25 años, en su mayoría
mujeres. Los resultados, examinados a través de un análisis de contenido por
categorías, indican que el acoso escolar en las universidades puede llegar a ser una
agresión amenazante, pero es diferente de la que se vive en otros ambientes
escolares, ya que no expone o evidencia a la víctima, sino que la oculta para
desgastarla y menospreciarla de manera aparentemente desapercibida. Indicadores:
Acoso; Bullying; Agresión; Estudiantes universitarios; Exploración.

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El bullying es algo común en esta sociedad, es algo importante porque destruye la
autoestima, y la confianza de nuestros niños. Puede llegar a la depresión y la ansiedad.
Y le crearán dificultades más graves para adaptarse a la sociedad, comenzará a sacar
malas notas y, como mucho, puede llegar al suicidio.
El fenómeno del bullying es algo común en nuestras escuelas y que no diferencia de
etnias, zonas urbanas o rurales, escuelas privadas o públicas, chicos y chicas, etc. Es
responsabilidad de toda la comunidad educativa abordar este problema en su justo
término y sin minimizarlo un ápice. Además, corresponde a las Administraciones
Públicas dotar de recursos económicos, formativos y personales a los centros
educativos para que no se sientan desprotegidos y desorientados en su trabajo.
El bullying es consecuencia del poco afecto que recibe el agresor de parte de su familia
por lo tanto molesta y maltrata a los débiles. Sin importar que alguien sea víctima del
bullying debe encontrar suficiente fuerza interior, autoestima, autodeterminación y
valentía para lograr sus propósitos personales de la vida sin que las opiniones ajenas
se interpongan en ella.
Para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a
resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando.
Un posible método de resolución de conflictos se desarrolla en los siguientes pasos:
· Definir adecuadamente el conflicto
· Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia
· Diseñar las posibles soluciones al conflicto
· Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo
· Llevar a la práctica la solución elegida
· Valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el
procedimiento para tratar de mejorarlos
El bullying conforma el maltrato psicológico va en detrimento del desarrollo integral de
los individuos.
Ahora para todos nosotros, si queremos convivir de manera pacífica y llevarnos super
bien, debemos actuar con respeto hacia cada uno de nosotros y desde nuestra cada
inculcar valores como los siguientes…
1. Respetarse los unos a los otros. Para que tu hijo pueda tener consideración por
sus compañeros de escuela es importante que en el hogar haya respeto hacia cada
miembro de la familia. Enseñarle que debe respetarse a sí mismo y a los demás hará
que tenga una buena convivencia social.

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2. Cumplir con sus responsabilidades. Inculcarle a tu hijo que debe cumplir con sus
obligaciones lo hará consciente de que tiene un deber con su familia y a su vez, con la
sociedad. Aprenderá a que él es responsable de sus actos y de las consecuencias de
éstos.

3. Ser tolerantes. Va de la mano con el respeto, durante esta etapa tu hijo descubrirá
que las personas tienen distintos modos de pensar, es importante que él se mantenga
leal a sus creencias pero que respete las del resto.

4. Hablar con la verdad. Fomenta que dentro de tu hogar exista la sinceridad entre
todos, de esta forma tu hijo será honesto contigo y con los demás. Tendrá la confianza
suficiente para externar sus ideas y sentimientos de forma clara para evitar conflictos.

5. Ser leales. Demostrarle a tu hijo que su familia es primero le enseñará a ser un


joven leal que valorar los vínculos que tiene con sus seres queridos y será capaz de
crear relaciones interpersonales sólidas.

6. Practicar la humildad. Así como es importante que fomentes en tu hijo la seguridad


en sí mismo, también es primordial que le inculques el valor de la humildad, así
aprenderá a ser agradecido por lo que tiene. Como familia pueden ponerlo en práctica
a través de actividades filantrópicas y de ayuda a los demás.

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Bibliografía
Qué es el Bullying (definición y significado). (2013, agosto 27).
Significados. https://www.significados.com/bullying/
(S/f). Redalyc.org. 17 de enero de 2023, de
https://www.redalyc.org/journal/292/29242800003/html/
Varonil, P. (s/f). Bullying: 6 valores en casa que pueden prevenirlo.
Edu.mx. 17 de enero de 2023, de https://blog.up.edu.mx/prepaup/bullying-
valores-en-casa-pueden-prevenirlo

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