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Indice
De la programación a la desprogramación.
Vivir en el miedo,
La búsqueda externa, los gurúes, el ego espiritual, todo está en uno.
El perdón un paso para ser feliz.
Proceso de duelo y liberación.
Las crisis sirven para crecer.
Resumen
Me creía muy segura y personal. Hoy descubro que no lo era. Fui muy irritable y alterada.
Vivía en un estado de alerta. Un estado de supervivencia. Reacción –acción.
Años y años con ataque de ansiedad y de pánico. Eso me llevó que a la edad de 19 años
comenzara un camino, una búsqueda, pensando que “los otros” tenían la respuesta para lograr
paz. Tantas preguntas buscando respuestas. Esperando que la respuesta llegara de los otros.
Vivía en un estado primitivo de alerta generado desde el miedo.
Era necesario, desprenderme de aquellas “cosas” que pudieron o no haberme servido en cierto
momento, pero que definitivamente ya no me servían, excepto para mantenerme en un estado
de apego. El apego es igual a necesidad, que es igual a miedo.
Años de búsqueda, de no reconocer que ya poseía dentro de mí todo lo que estaba buscando
en las cosas exteriores. De reforzar la idea de que, por mí misma, no era suficiente. Siguiendo
lecciones, buscando en los libros espirituales conocimiento, confundiendo sabiduría con
saber, sin distinguir que los libros dan conocimiento espiritual pero no imparten sabiduría.
Y los años pasan…trabajando con meditación, respiración, atención en el momento presente,
se fue gestando en mí la dinámica del perdón, de observar y no juzgar. La autocompasión.
Aprendí a mirar lo esencial, a no juzgar y no juzgarme, entonces pude sentir: paz, plenitud,
felicidad que siempre estuvieron en mí esperando que despierte.
Al vivir en el ahora uno se libera de los tormentos del pasado y de los dilemas del futuro.
Todo ello creado desde el ego, que nos mantiene cautivos en una ola de emociones.
Pude observar que la vida es la suma de todos los “ahora”. El “ahora” es eterno, es eternidad.
Que el tiempo es la suma de momentos que se viven en el “aquí y ahora”.
Llega un momento en que es necesario olvidar los caminos que nos llevan siempre a los
mismos lugares.
El camino del perdón, total e incondicional, fue el medio que me liberó del peso de la culpa,
al perdonar me perdono y el velo que te mantiene cautivo de ti mismo se desvanece.
Ahora des-cubro, cómo sucedió lo que ahora me sucede y siento. Por eso manifiesto que todo
está en uno, pero con tantos programas y personas con egos espirituales, que hay en este
camino de re-encuentro, dándote la pauta de que todo está afuera de ti, o te dicen que
mediante su método llegarás. Te cuesta cambiar la mirada.
Cuando ya no hay referentes uno se vuelve referente de sí mismo, entonces uno des-aprende y
realiza el camino inverso. Te conectas con tu esencia que no se ha perdido, solamente duerme
hasta que tú decidas despertar.
Los “otros”, pueden ser un trampolín para tomar impulso y zambullirte en tu interior. En
cualquier “ahora-momento” te puedes conectar.
La búsqueda se transforma en camino, sólo cuando puedo observar que la divinidad es uno,
que todo está en uno, que no hay enseñanzas, gurúes, ni guías.
Que todo es y está en uno, desde siempre, para siempre. Sólo debes cambiar el chip y dejar de
referenciarte afuera, cambiar la mirada hacia ti.
Que aceptes y asumas tu posición de Ser.
Llega el momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de
nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan a los mismos lugares. Es el momento de
la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de
nosotros mismos.
Fernando Pessoa
Introducción
Desde que nacemos nos programan. Nuestros padres desde el amor nos programan, pero en
realidad es desde el miedo.
Luego, en la escuela nos programan desde la dualidad del miedo-culpa. Nos enseñan a
competir a disfrutar de un estado de ser especial, alimentando un ego con afán de ser el mejor,
sin importar en qué o para qué. La enseñanza es para la absorción de conocimientos, de
cultura y nada tiene que ver con la sabiduría.
Entonces en este camino, nuestra realidad, nuestra verdadera esencia que es AMOR, la vamos
olvidando. Comenzamos una búsqueda del amor, considerando al amor como posesión, objeto
de satisfacción para el ego. Nos confundimos con el ego el cual no es el original de uno
mismo. Consideramos que cuando todo esté en su lugar encontraremos la paz. Que por
supuesto nunca llega porque siempre falta algo para que todo esté en su lugar y la paz es un
anhelo que no se encuentra.
Todos los caminos, la búsqueda en otros, en el afuera. Podemos comenzar la búsqueda del
amor en prácticas meditativas, lecturas, mediante cursos, la satisfacción de creer que soy
espiritual desde la satisfacción egóica. Nada más incoherente que un ego espiritual.
Cuando uno cae, en mi caso el dolor, fue la piedra en el camino que me hizo tropezar, y al
tropezar uno PARA y observa y desde allí, elige seguir en el círculo infinito de acción-
reacción, miedo-culpa o dejar de caminar para bucear en uno y dejar de mirar con los ojos del
ego y comenzar a ver a sentir nuestra verdadera identidad desde el ser.
Si sufres es que estás dormido. Me dirás que el dolor existe. Sí, el dolor existe pero no el
sufrimiento.
ANTHONY de MELLO
Objetivo
Desearía que este trabajo hecho desde el amor, pudiera colaborar con el proceso de otr@s, me
llevó muchos años encontrarme.
Me gustaría, que en estas hojas encontraras, un atajo en el camino, para dejar de
conceptualizar y comenzar a sentir.
Que mediante cuatro palabras, cuatro acciones, transformaras tu sentir.
PARA-OBSERVA-SIENTE-SUELTA.
Ten presente que no busco tu aprobación ni influir sobre ti, me sentiré satisfecho si a partir
de ahora comienzas a investigar todo por ti mismo.
BRUCE LEE.
Metodología
Este trabajo se aborda desde mi experiencia, mi propio proceso de transformación del miedo
al amor.
Mediante la atención plena durante el curso, con sus meditaciones y ejercicios logre potenciar
y encuadrar…tantos años…tantos libros…tantos cursos…. Para llegar a MI.
De la programación a la desprogramación
Desde que nacemos creemos ser lo que no somos. Nuestros padres, la educación nos enseñan
a ser lo que ellos creen que debemos ser.
La creencia, ese programa social, basado en el miedo a lo original, miedo a que no funciones
mediante una programación.
La infelicidad, esas creencias, esos programas que te dicen que la felicidad es tal o cual cosa.
Muchos pasan la vida intentando ser feliz, mediante una búsqueda constante de satisfacciones
momentáneas. Luchar para conseguir lo que una vez conseguido se disipa en un “ya no vale”
y vuelta a la búsqueda de algo que nos haga feliz.
Generalmente, la felicidad está asociada con la posesión, el apego. La felicidad es un sentir,
sin necesidad de la posesión, ya que la posesión puede traducirse en placer, comodidad,
estabilidad, lujo, pero no por ello genera felicidad. La felicidad es un sentir independiente del
apego. Aceptar lo que es. Poder soltar. Vivir en desapego. Y sin la carga de la culpa del
pasado y sin las expectativas del futuro.
Nuestra estructura mental, ( programas ) nos marcan un patrón de conducta igual o idéntica
ante semejantes acontecimientos. Un acción-reacción, emoción-pensamiento-reacción. Donde
no hay conciencia de mí, es mi piloto automático que actúa. Un círculo constante de acción-
reacción.
Automáticamente la misma emoción, ante hechos similares independientemente de la
situación del “ahora”. Uno debe des-identificarse.
Hay que parar, observar y por más que sea parecido no es idéntico. Las situaciones, el
“ahora” cambia. Un hecho de ayer no es igual al hecho de hoy. No me identifico con un
patrón de conducta. Hay un desapego a la respuesta automática. No me identifico con ella.
Tomo conciencia del aquí y ahora. Y la respuesta –acción – emoción. Es mediante mí mismo.
Mi autentico yo real. Dejando de lado a todos mis “yoes”.
Debemos dejar a los personajes creados por el ego, con su afán de sobrevivir. Los cuales se
adaptan teniendo en cuenta sus propias necesidades, creadas desde él mismo para las
situaciones o contextos. Que no son nuestras necesidades. El ego se disipa si lo observamos
se disuelve una vez descubierto.
Pero tiene la habilidad de creerse el dueño de nosotros y por ello se puede reciclar, actuando
de diferente manera para alcanzar sus objetivos, que no son nuestros objetivos. Su naturaleza
es sobrevivir, por ello al estar atentos y actuar no desde la supervivencia sino desde la
intuición, lo dejamos al descubierto.
El ego quiere que no estemos en el presente, ya que estando en el ahora, sin juzgar, en forma
neutral como observadores, es una manera de conectarnos con nuestro Ser. Debemos dejar de
estar constantemente comparando en nuestra base de datos. En una constante dualidad.
El deseo de ser especial, es otro programa manipulador del ego. Mediante este sentido-
sensación “de ser especial “genera un deseo de reconocimiento, de tener la verdad, mi verdad
es la verdad ya que “soy especial”. Genera un espiral de ego, soy especial, me creo especial y
cualquier medio me resulta necesario para afirmarlo. Entonces, genero un personaje para tal
fin, el objetivo es mantener ese aspecto que me hace especial, sin importar absolutamente
nada. Todo medio para lograr y mantener ese fin, al ego le interesa mantenerte ocupado, en
ese personaje, para que estés constantemente en un estado de infelicidad, con esporádicos
momentos de felicidad, así de esta manera tu atención está hacia el afuera, en la búsqueda de
la concreción de esos objetivos y te olvidas de la mirada interna, tu ser, tu realidad, tu
plenitud.
Todo el tiempo nos conectamos desde el papel que representamos, al observar desde el aquí y
ahora, aparecen los actores representando personajes, existe una falta total de profundidad en
las relaciones. Nadie es lo que es. Muchas relaciones se basan en relaciones de personajes y
no relaciones de seres.
Debemos dejar de posicionarnos en el lado de la supervivencia en el lado del actor, del ego y
actuar del lado de la intuición. De nuestra verdadera voz.
El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en luchar contra lo viejo sino en
construir lo nuevo.
Sócrates
Vivir en el miedo
Cómo sería vivir mi vida sin miedo. Hasta resulta difícil pensarlo. Ya que nos han educado
desde el miedo y nos identificamos con el miedo y hasta sentimos la lógica del miedo, desde
nuestra dualidad.
El miedo no es supervivencia, en esta es necesario una reacción ante un hecho, si una presa
tendría miedo se quedaría inmovilizada sin capacidad de re-accionar. El miedo paraliza, en la
supervivencia se reacciona. Nacemos sin miedo, luego vamos creciendo con él. Todo está
montado desde el miedo, si uno observa en forma neutra un telediario, el centro de
transmisión es el miedo, entonces lo vemos, lo creemos y lo trasladamos.
Sentimos miedo a ser infelices, sentimos miedo cuando somos felices. Sentimos miedo
cuando alguien nace sentimos miedo cuando alguien muere. El miedo es la constante.
Sentimos apego y esta es la causa del miedo, cuando uno comienza en camino de des-apego,
el re-conocimiento de que todo es transitorio que nada es para siempre, que nada se mantiene
en forma rígida, que todo es igual pero distinto, se genera una relajación y disfrute de más
intensidad del momento presente, del aquí y ahora. En el lugar del ahora, se desarrolla el
momento.
El mejor gurú es su ser interior. Él es su maestro supremo. Sólo él puede llevarlo a la meta y
sólo él le recibe al final del camino.
Confie en él y no necesitará ningún gurú externo. Pero, de nuevo, debe tener un fuerte deseo
de hallarlo y no hacer nada que cree obstáculos o retrasos.
Sri Nisargadatta Maharaj
El perdón me produjo una sensación de liberación total. Ya que si recuerdo, la causa u origen
del hecho u acto que generó dicha emoción, hoy, no genera absolutamente nada, NADA.
Que placer y felicidad, es el perdón. El perdón no es olvido. El olvido es un mecanismo de
defensa. No te libera. Sólo hay liberación en el perdón. El perdón desarma al ego, lo deja
K.O. tonto, tarda en reaccionar.
Hay un antes y después del verdadero y no de un perdón dual. Ya nada es lo que era. El ego
ya no es igual, una parte del ego se pierde tras de sí. Como un puzzle que le falta una pieza ya
no se puede recomponer en tu totalidad.
Al descubrir que ya no hay nada que perdonar, y sentirse libre, uno siente que nada lo afecta
como antes. Nada es personal. Todo es igual pero distinto. Se inicia un cambio de
percepción. Sin saberlo uno se vuelve observador desde sí.
Pero el verdadero perdón es un proceso, que no puede adelantarse al momento del ahora en
que le toca soltarse. Como una fruta, cada una madura en su momento. Se puede acelerar o
retrasar el momento de maduración, pero el sabor ( resultado) sabe distinto.
Tantos años de búsqueda de paz, de plenitud, que intenté conseguir, como un objeto. Esta
búsqueda de caminos o medios para conseguir paz, esta paz y plenitud surgen cuando puedo
perdonar incondicionalmente.
Cuando uno suelta, y deja que todo sea, sin esperar absolutamente nada, sin expectativa,
siento que el universo conspira a tu favor.
Aquello que para la oruga se llama fin del mundo, para el resto del mundo se llama
mariposa.
Lao-Tse.
Siéntate cómodo en el estado de “ no saber “. Este estado te lleva más allá de la mente,
porque la mente siempre está intentado concluir e interpretar. Tiene miedo de no saber. Por
eso, cuando puedas sentirte cómodo en el no saber, ya has ido más allá de la mente. De ese
estado surge un conocimiento más profundo que es no-conceptual.
Eckhart Tolle El silencio habla.
Conclusión final
Soltar te libera del miedo el perdón te libera de la culpa.
Se pueden hacer todos los cursos espirituales y meditaciones, esto genera un estado de
relajación, pero no de paz ni de quietud.
La quietud es permitir que todo sea como es. Sin resistencia. No se encuentra ni se adquiere
mediante el control ni la manipulación. Es un estado natural donde el ego no controla. Cuando
uno permite que todo sea como es, esto se convierte en una forma de meditación profunda,
permitiendo que la calma sea el estado.
Esto sólo llega cuando puedas soltar y perdonar en forma total e incondicional. Deja de
caminar buscando en el afuera, en los otros un medio para ser feliz, para estar en paz, para
sentir. Referencia-te en ti.
Nada en tu interior y comienza el camino del re-encuentro de lo que inicialmente eras y te has
olvidado. Vuelve a conectarte a tu verdadera identidad. A tu ser real.
Vivimos en una sociedad programada desde el miedo, hasta las religiones utilizan el miedo y
la culpa. Están enfocadas desde el ego, ya que es este, al que le gusta tenerte preso de sus
propios pensamientos y sentimientos de culpa y miedo, que no son los tuyos.
Tu esencia no es dual, tu ego sí lo es.
Desprográmate, desprogramar es volver a amar. Desprograma-te , vuelve a amarte.
Es una decisión propia, nadie la puede tomar por ti.
Es un camino, me llevó 30 años re-encontrarme, es mi deseo que con este testimonio puedas
encontrar un atajo en tu búsqueda.
Aprende a dejar de sentir por tu ego, para el cual TODO es personal, todo se lo toma como
ofensa y te entretiene, te obnubila de tu real identidad.
Libérate. No hay que hacer un curso de meditación de años, escalar el Everest, ni enroscarte
en un ejercicio de yoga. Uno siente desde el ser, uno sufre desde el ego.
Referencia bibliográfica
Eckhart Tolle (2007) El poder del Ahora, Ed. Gaia
Eckhart Tolle (2010) Un nuevo mundo ahora, Ed. Grupo Editorial España
Flavio Cabobianco(1991) Vengo del Sol Ed. Eleven
Jean Klein(2005) La sencillez del Ser www.altaeducacion.org
Jiddu Krishnamurti (1971) La revolución Interior, Ed. Kairós
Apéndice
Comparto estos escritos, que encuentro entre papeles amarillos por el tiempo. Fueron escritos
en el ayer (1986) para hoy… Lo que está destinado a suceder sucederá.
Principio o final de una historia. Porque el final puede ser el principio de la vieja historia.
Todo principio se une a un final y todo final se une a un principio.
Entonces la nada no existe, no existen las zonas, los estados de nada.
El problema surge cuando el principio no se une a un final, ni el final a un principio, porque
en ese espacio, ya sea de tiempo de sensaciones, de sentimientos, de esperanzas, de
inquietudes, el estado de incertidumbre se apodera de nosotros, y nos hace creer que nada
pasa. Pero con el sólo pensar que nada pasa ya está pasando.
Alternativa de vivir cada uno su vida. Artífice de su propio tiempo. Universo que tengo, que
debo manejar, guiar, cuidar. Soy lo único que tengo. Todo empieza y termina en mí ser.
Cómo tengo que amarme, si la vida me ha dado este conjunto de huesos, arterias, músculos,
cual debo cuidar, soy mi propia esencia.
Pequeño universo que formo del todo. Qué rica que soy, cuánto poseo, la libertad, el albedrío
de mi ser.
Buscar el camino que lleve a mi interior. Por fuera me conozco, aspectos externos, como
dicen, tolo lo que tú y yo veo. Pero dentro de mí, toda esa maquinaria perfecta que hace que
día a día vuelva a empezar. Reloj biológico que tiene sus propios horarios, tiempos. Más todo
aquello que no puede ver y que está ahí, en estado latente esperando que lo encuentre. Difícil
diálogo que no necesita palabras. Mi interior, mi mismidad, mi esencia, es lo único que me
llevaré al partir, porque la materia se transforma, pero la energía perdura, no se pierde.
Viviana