En memorla de dn Diego Cruz
MM, MEG MEDINA
llustraciones de Alejandra Estrada
MERCI SUAREZ
CAMBIA LA VELOCIDAD
‘Traduccién de Juana Inés Dehesa
‘Tee ate a eo nia
CEC Rr nun komo
eRe ae eet ee eas
Pie ee Cee asec
A la mitad de la leccién de Educacion Fisica y Salud, el
maestro se ajusta el cuello de la camisa y dice:
Pins
Me levanto y meto mi silla debajo de la banca, como se
Ree end cee eRe omy
temprano porque hoy nos tomamos las fotos. Por lo menos asi
ee ene Cece aere rnc)
de texto Tii estas bien y yo también: sobre las diferencias de nues-
Guacala,
PRONE Og RST eae ce Une eta
Pore aca
Entonces cuando me doy cuenta: soy la tinica que espera a
gue el maestro nos pida formarnos, pues el resto de mis com-
Pen Re owes Tae\|
Cursamos sexto grado, asies que no habré, como en otros
afios, una mamé de la junta de padres de familia que nos Ile-
‘ve con el fotégrafo. El afio pasado, nuestra acompaiiante ha-
bl6 todo el camino de lo apuestos y bellos que nos veiamos en
nuestro primer dia de escuela, lo cual era un poco exagerado
Porque varios tenian la boca Ilena de frenos o todos los dien-
tes frontales separados.
Pero eso se acabé porque aqui, en la Academia Seaward
Pines, los alumnos de sexto no tienen al mismo maestro todo
el dia, como en quinto, cuando teniamos a la sefiorita Miller.
Ahora tenemos un tutor por clase y casilleros para guardar
nuestras cosas. Cada periodo cambiamos de salén y, porfin, po-
demos ler pruebas para entrar a los equipos deportivos.
Somos perfectamente capaces de llegar hasta el fot6gra-
fo por nuestra cuenta. Bueno, los otros chicos de mi salén son
capaces. Yo tengo que recoger mi mochila nueva y salir co-
rriendo para alcanzar a los demas,
Afuera el calor impacta como una pared contra la que uno
choca. Con todo y que no hay que caminar mucho, el clima
de Florida en agosto es brutal; hace que en un instante mis
lentes se empaiien y los rizos en mis sienes se vuelvan como
resortes. Intento pegarme lo més posible al edificio para man-
tenerme en la sombra, pero es intl; el camino que lleva al
‘gimnasio atraviesa el patio central, donde no hay ni una tris-
te palmerita para hacer sombra. Me hace desear tener uno
de esos caminitos con techo de paja que construye mi abuelo
Lolo.
—eC6mo me veo? —escucho que me preguntan.
Limpio mis lentes con la punta de mi blusa y volteo. Todos
lenemos que usar el mismo uniforme, pero noto que algunas
icas se peinaron especialmente para la ocasion y otras has-
ta se alaciaron el pelo con una plancha, como lo demuestran
sus quemaduras en el cuello. Pobres de ellas, que no tienen,
s, Claro que no todo el mundo los aprecia: el afio pa-
sado, un chico llamado Dillon dijo que pareefa un le6n, lo cual
cesta bien, porque me encantan esos gatos gigantescos; Mami
is rin
siempre me molesta con que me quite el pelo de los ojos, pero
no entiende que la mejor parte de este cabello es que me per-
mite esconderme. Hoy en la mafana, ella me hizo usar una
cinta para el pelo de las del uniforme, y lo tinico que ha con-
seguido es hacer que me duela la cabeza y se me enchuequen
los lentes.
—0igan —digo—, hace calor como en un horno. Conozeo
un atajo.
Las chicas se detienen en bola y me miran, Les sefialo un
10 que est marcado muy claramente con un letrero que
Prowinibo nt
TE PARA EMPLEADOS DE MANTENINIENT
intcans
1980 A RSTDEANTES,
Anadic en el grupole gusta mucho romper las reglas, pe-
ro, como ya se les esté acumulando el sudor por encima del
brillo de los labios, puede que logre hacerlas entrar en raz6n.
‘Se miran entre ellas pero, sobre todo, miran a Edna Santos.
—Vamos, Edna —me dirijo directamente al mando—. Es
mis rapido y aqui nos estamos derritiendo.
Me mira con el cefio fruncido, pensando las opciones; cier-
to, es la consentida de todos los maestros, pero yo la he visto‘arse una o dos reglas, como hacer caras por la ventana
del sal6n cuando sale al bario o cambiar la respuesta en el exa-
men de una amiga si nos piden que revisemos nu
pios exaimenes. Qué tanto peor puede ser esto?
Me acerco a ella. 2A poco ya es mas alta que yo? Enderezo
los hombros y corrijo mi postura, por si las dudas. De alguna
stros pro-
‘manera se ve mas grande que en junio, cuando estabamos en
el mismo salén. ¢Seré porque trae puesto rubor o sera el rimel
Jo que la dej6 con aspecto de mapache? rato de no verla muy
fijamente y voy a lo seguro.
—2A poco quieres salir sudada en tu foto? —le pregunto,
iLoteria!
Enun instante, encabezo la
porel caminode grava, Cru-
‘vamos el estacionamiento de los empleados de mantenim!
to, esquivando basura. Aqui es donde Seaward esconde las
podadoras y el resto del equipo que no se ve bonito, pero es
indispensable para que el colegio se vea como luce en los fo-
lctos. Papi y yo nos esta
amos aqui en el verano, cuando
hhicimos unos trabajos de pintura a cambio de mis libros. Esas
cosas no se las cuento a nadie porque Mami dice que “son
asuntos privados”, pero, sobre todo, no digo nada porque es-
toy tratando de borrar ese recuerdo: el gimnasio de Seaward
¢s gigantesco y nos tomé tres dias enteros pintarlo. Ademas
los colores de la escuela son rojo bombero y gris, zsaben lo
‘que pasa cuando ves el rojo demasiado tiempo? Aparecen bo-
las verdes frente a tus ojos cada vez que desvias la mirada, Uf.
En esas condiciones, que alguien me explique como te puede
quedar un trabajo bien hecho. La escuela tuvo que habernos
dado, a mi y a mi hermano Roli, una biblioteca completa, no
sélo unos miseros libros de texto. Aunque Papi no comparte
mi opinién, por supuesto.
—Por favor, haz un buen trabajo —insistia.
+ para que
vean que somos gente seria.
eso. Acaso sino lo hacemos dla gente va a
co? Parece
Odio que diga
creer que somos payasos y trabajamos en un
que siempre tenemos que demostrar algo.
Elcaso es que llegamos al gimnasio en la mitad del tiempo.
ta, como sabia que iba a estar; el
puerta de atras est
Ja atora con una caja de leche para poder
jefe de intendenci
leer su periédico en pax cuando nadie lo ve.
—Por aqui —digo, con vorde mando. He estado tratando
de perfeccionarla, porque nunca es demasiado temprano para
comenzar a afinar tus dotes de liderazgo corporativo, segiin
dice el manual de la Camara de Comercio que le lleg6 a Papi
por correo, junto con la guia de qué hacer en caso de huracin.
Hasta ahora, esti funcionando. Las Hlevo por los salones
deatrasy hasta por enfrente de los vestidores de los nifios, que
huclen a cloro mezclado con calcetines cochinos. Cuando Ik
gamos a unas puertas dobles, las abro muy orgullosa: logré
salvarnos de la horrible caminata en medio del calor,
-iTardddn!
Por desgracia, en cuanto ponemos un pie dentro, es evi
dente que nos interné en territorio enemigo.
Los alumnos més grandes de la escuela estan de este la-
do del gimnasio esperando a que les tomen sus fotos; el ch
rrido de la puerta al abrirse hace que volteen a vernos. No lesuitos” traten de mezclarse entre ellos.
Siento la boca seca. De entrada, son mucho mas grandes que
nosotras: por lo menos, de tercero de secundaria. Busco a
mi hermano, con la esperanza de que me cubra, pero en ese
momento recuerdo que Roli se tomé sus fotos elegantes de
alumno del tiltimo aio en julio, en un estudio con aire acon-
dicionado en el centro comercial. Lo cual quiere decir que no
std aqui, sino ayudando en el Laboratorio de Cienci
de costumbre, y trabajando en sus solicitudes de admi
Ja universidad.
Osea que estamos aq
—Ay, miralas. Qué monada—dice una nifia alta, como si
Fuéramos yatitos o algo asf, Hasta me da una palmadita en la
- como
ma,
itrapadas, gracias a mi,
cabeza. Yo mantengo la mirada fija en mis zapatos, con la ca-
ra roja de vergiienza.
Edna me empuja como si no estuviéramos rodeadas. Una
sacudida a su pelo negro es suficiente para que vuelva a tomar
el mando, como siempre.
—Siganme —dice.
No es momento para ponerse dificil. Me mantengo cerca
de ella mientras nos conduce al otro lado del gimnasio,
Por suerte, la sefiorita McDaniels, la secretaria dela escue-
Ja, no se da cuenta de que entramos por la puerta equivoca-
dda; suele ser una fansitica de las reglas, pero esta demasiado
‘ocupada reuniendo los sobres de los pagos de los nifios de sex-
toy tratando de poner orden. Con todo, sf alcanza a darse
cuenta de que resoplamos y nos reimos como si acabéramos
de bajar de un juego mecénico de los que dan mucho miedo.
10
Silencio, niftas, por favor —nos lanza,
tadesu tabla de apuntes—. Las nias a la izquierda, los
de este lado, Camisas fajadas, por favor, y tengan a la mano sty
registro y su dinero,
Me formo detras de una nifta llamada Lena, que esta le-
‘endo mientras espera, y hago un esfuerzo para no ver a la
sefiorita McDaniels mientras revisa qué paquete eligi6 cada
‘uno, Mami pidis el paquete baisico baratén, pero yo sé de bue-
na fuente (porque lo decia en letras gigantes en la carta que
Hleg6 ala casa en el verano) que el dia de la foto es muy impor-
tante para Seaward para recaudar fondos. En teorfa uno de-
sin quitar la vis-
be comprar muchas fotos, como para mandarselo a su familia
en Ohio que apenas si te conoce y tal, pero mi familia vive to-
da basicamente en la misma cuadra, una casa junto a la otra.
Nos vemos todos los dias.
Ademis, mis fotos nunca salen tan bien. El problema es mi
ojo Izquierdo, que todavia se me va, como si él solito quisiera
ver algo que est muy lejos. Cuando era chica, usaba un par-
che de pirata en mi ojo bueno para obligar a los masculos del
ojo malo a fortalecerse y, cuando eso no sirvid de nada, me hi-
cieron una operacién para componerlo. Aunque todavia me
a problemas en los peores momentos, como cuando me to-
man la foto de la escuela.
Ojalé la seforita MeDaniels me dejara tomarme mi pro-
\demas, ba-
pia foto, La cémara de mi teléfono es incretbl
jé una aplicacién para editar muy divertida. Lo que més me
‘usta es convertir a las personas en su animal favorito: cacho-
ros, cocodrilos, patos, osos, lo que sea, mucho mejor que en
uSnapchat
por ejemplo, que estd detras de mi,
ta, seria un gran bho.
La fila avanza y puedo ver todo el equipo de la fotégrata:
tiene una pantalla de fondo, sébanas para el piso, y sombrillas
grandes que fltran la luz, Parece que no tiene muy buen ca-
acter, pero la comprend
‘as siserian buenas fotos para el anuario: Raquel,
‘on sus ojotes y su naricl-
todo el dia enfoca y dispara, enfo-
cay dispara, sin nada de diversion. Seguramente que cuando
sofiaba con ser fotdgrafa no imagin6 esto. Vamos, si yo fuera
fotdgrafa, estaria en algiin safari, montada en el techo de un
Jeep fotografiando rinocerontes para National Geographic, no
en el interior de un gimnasi
profesionales, eso si
que sigue —dice.
La senorita McDaniels le ha
instante se sienta en el banco y posa como si fuera una super-
modelo de k
ardiente, aunque pintado por
un gesto a Edna, que en un.
fotos de la escuela. Miro su orden, que esté encl-
ma de la mesa, y como suponia, su sobre dice “Paquete Dorado
upremo”. Suspiro y cambio el peso de un pie al otro: la fotd-
grafa va a tardar un buen rato en tomar cinco poses distin-
tas con cinco fondos diferentes. Edna va a terminar con fotos
de todos los tamaiios, incluyendo suficientes retratos tamaito
infantil como para darle una a cada persona en la escuela. En
serio, lo tnico que no incluye ese paquete es el anuncio espec-
tacular para poner en las carreteras y lo mas absurdo de todo
es que cuesta cien délares. Con ese dinero, yo podria pagar la
mitad del depésito para una bicicleta nueva,
—Te espero mariana por la maiiana, éverdad, Merci?
R
1 vor de la seforita McDaniels me hace dar un salto.
Volteo y veo que est parada junto a mi, también viendo a
Hdna, Se ve que esta satisfecha: Edna es la clienta ideal de es-
ta administracion.
Si, seftorita. Ahi voy a estar.
Siento un vacio en el estémago sélo de decirlo. Mahana
mn del Club de Amigos y yo de verdad no
de escuela, me
primera reuni
0 pal
a ser miembro. A los estudiantes de nuevo ingreso
lo, cuando me cambit
quiero ir. BI
obligaron
les asignan un Amigo (un amigo de mentiras) de agosto a di-
clembre, en lo que se acostumbran al sistema de Seaward. La
wehorita McDaniels, la encargada del club, espera que yo de-
vuelva el lavor y sea una amiga de alguien de nuevo ingreso
este aio, Puede que no esté tan mal si te toca un Amigo bue-
‘ho, pero quita muchisimo tiempo y quiero hacer pruebas para
‘ntrar al equipo de futbol. Tanta amistad me va a quitar tiem-
po para entrenar después de clases.
Llevo todo el dia pensando en una forma de zafarme y de
acorrakindome antes
pronto aquf esta la sefiorita MeDani
de que pueda pensar en una buena excusa.
A las siete cuarenta y cinco —me dice—. Y sé puntual.
Henemos muchos asuntos que cubrir,
senorita.
Siguiente —dice la fot6grafa.
dna se pone de pie, pero justo cuando esta a punto de sol-
tarel banco, voltea a ver a Hannah Kim y se detiene.
Dame un segundo —le dice a la fotdgrafa. Saca de su.
mochila una botellita de espray para peinar y lo rocfa en unpafiuelo, que luego usa para aplacar los pelitos que siempre se
Je paran a Hannah en medio de la cabeza, como antenas-
Asies como se controlan,
Hannah se deja peinar, con cara de agradecimiento.
Saco mi teléfono y tomo una foto de Hannah mientras la
fot6grafa la acomoda en su lugar. Con dos clics le estiro el cue-
llo y la convierto en una jirafa adorable, con todo y cuer-
nitos. Hannah hizo una investigacién sobre jirafas el afio
pasado, cuando estudiamos la sabana africana. Son gréciles
y gentiles, con las rodillas un poco abultadas. O sea, igualt-
tasa Hannah.
Le escribo al pie: “iSonrfe!", y se la mando a su teléfono.
Un segundo después, escucho una vibracion dentro de su
mochila.
—Merci Suarez
Escondo mi teléfono justo cuando la seiorita McDaniels
levanta la vista de su tabla. Tiene una coleccién entera de co-
sas que confisca y no quiero que mi teléfono pase a formar
parte de ella, Se me acelera el corazén y me salen manchas
rojas en los cachetes mientras doy un paso al frente. Por suer-
te, s6lo me avisa que es mi turno. Los nifios del salén empie-
van a hacer caras y ainflar las naric:
para tratarde hacerme
reir. Cualquier otro dia no me importaria, sobre todo porque
soy la mejor haciendo caras: el afio pasado, hicimos concur-
mpre ganaba, Mi cara favori-
taes cuando me empujo la nariz con los mefiques yal mismo
sos a la hora del almuerzo y
tiempo me jalo los parpados de abajo con los dedos indice: la
amo El Fantasma,
ry
Pero Jazmin, que esta detras de mi, los mira, sacude la ca-
bem y suspira.
Yarados —dice.
Los ignoro lo mejor que puedo y me preparo para la foto.
Me siento en el banco exactamente como me indica la fo-
{ograla: los tobillos cruzados, el torso girado a la izquierda ein-
clinado hacia delante. Las manos en el regazo y la cabeza
inclinada como perrito confundido. :Quién se sienta asi? Pa-
rece que me disec6 un taxidermista,
fe —dice la fot6grafa, sin una pizca de alegria en
Son
la vor.
Apenas estoy tratando de decidir si ensefiar 0 no los
tes cuando me ciega un flash gigante.
(Todavia no estaba listal —protesto.
a fot6grafa me ignora y revisa sus tomas. No le debe con-
venir nada mantener a toda la ila esperando. Cada repeticién
de las fotos toma tiempo y cualquier persona de negocios sabe
cl tiempo es dinero.
—Vamos a intentarlo de nuevo —dice, ajusténdome los
Jentes—. Esta vez, levanta la barbilla,
La barbilla? 2A quién quiere engaiiar? Ya sé que el proble-
ma no es mi barbilla; el ojo me tiembla y puedo sentir un leve
jaloncito hacia la izquierda.
—Mira hacia la cémara, corazon —dice la fot6grata.
Pestaiieo con fuerza y miro al lente, eso siempre me hace
ver enojada, pero no puedo hacer mas. Dispara una y otra vez,
en.una explosion de :. Me debo ver tan rara como me sien-
to: puedo escuchar las rsitas de los nifos.Cuando finalmente acaba, bajo del banco de un salto y me
dirjjoa las gradas, donde estén se
adios los demas, Meduete la
cabeza por culpa de la estiipida cinta del pelo. Me la quito y de-
jo que el pelo me caiga sobre la cara.
Edna se hace a un lado para que me siente en lo que espe-
ramos a que suene el timbre de la salida,
—Ya céillense —Ies dice con una sonrisa a los nifios que
estén detras de nosotros.
—Gracias —murmuro.
Me voltea a ver y encoge los hombros.
—No te preocupes por las fotos —dice—. De todas mane-
ras, seguro no compraste much:
Suena el timbre y salimos corriendo.
16
R., s6lo ha tenido su licencia unas pocas semanas y ya
perdimos un buz6n y dos botes de basura gracias a sus capa-
cidades al volante. Hasta Tuerto, el gato, se esconde cuando
escucha el tintineo de las Ilaves del coche. Con todo, Mami le
prometio a Koli dejario manejar de ida y vuelta de ta escuela
todos los dias para que practique; pero hoy, mientras Roli tra-
ta de esquivar los charcos del camino, alcanzo a ver que en ta
casa nos esperan problemas mas graves.
Hay una patrulla estacionada frente a la casa de Abuela.
—Detén el coche —ordena Mami.
Roli pisa el freno a fondo y asusta a los pajaros que buscan
lombrices en el pasto lodoso. Mami sale disparada a ver cual
cs el problema, sin siquiera cerrar la puerta,
Se me estruja el coraz6n. La tiltima vez que vinieron los
policfas a nuestra cuadra fue porque habia muerto dona Rosa,
la vecina de enfrente. Miro a mi alrededor, nerviosa, pero no
veo ninguna ambulancia.
{Qué pasa? —Ie pregunto a Roll
—Ciillate, amiba. Estoy tratando de oft —sefiala con la
barbilla a Abuela y a un policia, que estan hablando junto albaniano, Abuela tiene cara de preocupacién, aunque eso no
es tan raro: después de todo, es la directora en jefe del depar-
tamento de angustias y catdstrofes de la familia, y 6
cara habitual. Si uno quiere saber todas las maneras en que
podria herirse tragicamente en la vida cotidiana, es cosa de
hablar con ella. Tiene una lista larga y le encanta compartir-
la con detalle,
“iNo te acerques al canal”, grita cada vez que algtin nieto
se acerca demasiado a la barda trasera. */Te puede atrapar
un caiman entre sus mandibulas y arrastrarte al fondo!” o:
“*iNo camines sin zapatos!”, enfatiza cada vez que me ve des-
calza. “Te van a salir en la panza unas lombrices del tamaiio
de espaguetis’.
No puede ver a ni
essu
subirse a una escalera sin mencio-
nar caidas y cuellos rotos. 0 afilar cuchillos sin acordarse de
Fulana de Tal que se rebané un pulgar. Y ni hablar del pobre
Lolo pues todo el dia anda detras de él amenaziindolo con una
que otra cosa: caidas, golpe de calor, un patatiis, loque eso sea.
—dHlay algin problema, oficial? —pregunta Mami cuando
los aleanza, Pone una vor extra amable y se jalonea nervi
samente el borde de a piyama quirdrgica que usa para trabajar,
Roll y yo bajamos del coche y veo a Lolo sentado en la parte
de atras de la patrulla,
{Tenia raz6n Abuela? Le pas6 algo horrible? La idea hace
que se me acelere otra ver el corazén.
No, seftora. Sélo hubo un
de la salida det jardin de ni
na idea traer a sus hijos y a su abuelo ac
pequena confusion ala hora
os, nada m
18
—fse es mi hijo—dice mi mama, sefialando a Roli, que se
para un poco més erguido y saluda con la mano—. Sise refie-
rea los gemelos, son mis sobrinos.
“Buena maniobra, Mami”, pienso. Con todo y lo bonitos
on esos dos, mas vale no admitirlos como propios has-
ta no tener la informacién completa. Hasta los bibliotecarios
del centro, tan amables, les prohibieron la entrada durante la
hora del cuentacuentos sino van acompaiiados y con arne-
ses de seguridad.
Con todo, no veo cémo esto involucra a Lolo o por qué es-
laen la patrulla. Qué puede haber salido mal en el camino de
1 escuela a la casa? Son sélo cinco cuadras; site paras frente
‘a nuestra entrada, puedes ver la bandera del patio. Ademés,
desde que yo me acuerdo, Lolo se ha encargado de recoger-
nos de la escuela y acompaiiarnos a la casa; lo hacia con Roli
y conmigo. De hecho, era mi parte favorita del dia cuando iba
a la primaria Manatee: caminabamos con calma para que yo
le pudiera contar todo lo que me habia pasado, especialmente
las mejores partes del recreo, y luego nos deteniamos por algo
de comer, con todo y que Mami decia que me quitaba el ham-
bre. Me acompanié de la escuela a la casa hasta tercer aiio,
cuando todos los de mi salén empezaron a irse en bicicleta. Lo
de caminar ya era cosa de bebés.
—2Crees que Lolo se esta echando la culpa de algo que hi-
cieron los gemelos? —le pregunto a Roli en vor baja y estiro el
cuello para ver mejor. No es una idea tan descabellada: Lolo
hos adora a todos sus nietos; a mi me dice Preciosa y asegu-
1a que Roli y los gemelos son sus compadres del alma, Nunca
19permitiria que les pasara algo malo, Un dia completo en la es-
cuela es mais que suficiente para que mis primos se metan en
problemas, como sabemos todos en la casa. Tal vez Lolo est
intentando salvarlos de empezar tan temprano su carrera en
la penitenciarfa estatal.
—iShhh! —indica Roli y me lanza una mirada matadora
No me saben decir otra cosa cuando hago dema
unt
EI policia revisa su libreta y mira el camino de piedritas
‘que conecta las tres casas.
isladas pre~
como si fuera todavia una nifa chiqui
‘Sus sobrinos viven aqui, con ustedes? —pregunta,
Bueno, no—dice Mami,
Noes rar que a las personas les confunda como vivimos,
asi que Mami empieza st
explicacion de siempre. Nuestras
ssas de techo plano son trillizas rosas idénticas, una junto a la
otra en la Calle Sexta. La de la izquierda, donde esta estacio-
nada la camioneta de la tienda Pinturas Sol, es la nuestra: la
deen medio, de los macizos de flores, es donde viven Abuela y
Lolo, y la de la derecha, la del tiradero de juguetes en el lodo,
esde'
Ya Inés y los gemelos, Roli lama al conjunto la Comuna
‘Sudirez, pero Mami odia ese nombre; dice que suena como si
fada y
espera a que Ilegue el fin del mundo. Ella lo llama Las Casitas.
fuéramos el tipo de gente que colecciona comida enla
Para mi es nada més mi casa.
Mientras Mamiles explica, con cuidado de no hacer movi-
mientos bruscos, me acerco a la patrulla
muy al servicio de
. Los policias estaran
‘omunidad, pero sus pistolas y macanas
no se ven muy serviciales. Me dan bastantes nervios,
20
De todas maneras, el policia me descubre y me quedo pa-
ralizada; mis ojos voltean a ver a Lolo, quien sigue dentro de
la patrulla, No sé qué esté pasando, pero necesita mi ayuda,
Yodriamos hablar en privado? —le dice el policia a
Mami, y le hace un gesto para que se acerque a donde estan
ély Abuela, en la sombra. Me inclino hacia ellos, tratando de
escuchar, pero Mami voltea y me mira muy seria,
Merci, es una conversaci6n de adultos —dice-
\or, vigila a los gemelos. Estéin adentro. Voy en un momento.
Las mejillas se me ponen del color del saco. Ya estoy en
sexto, zno? Ya soy grande para cuidar a Jos gemelos, limpiar
el cuarto de costura de Abuela, empezar a preparar la cena
y ahorrar para comprarme cosas que quiero, re
Yo no quiero despertar sospechas, ast que abro mi carpeta y
ice Michael Clark | Ahora si estoy segura
de que la senorita McDaniels no tiene idea de lo que esti hi
ciendo:este nfo es un alumno nuevo cle Minnesota, un lugar
mniuy fro, yamino me gusta el frfo: leg usta pescar en hielo; no
iene un color favorito, lo que me parece muy sospechoso, y
s6lo tomamos juntos Ciencias Sociales: y Educacién Fisica. No
Jay nada en absoluto que lo vuelva una buena pareja para mi,
‘como no sea que nuestros nombres empiezan con M.
Una manu me guita el papel. Antes de que pueda detener-
lia, Edna esta leyendo mis cosas y sonr fe como idiota.
nuevos Amigos,
bbusco un nombre.
iDamela! —digo.
Levanta una ceja.
jQooooh! ;Te tocé Michael Clarky
Te tocé un chico? —pregunta Jazmin,
-No me lo tomes a mal —dice Ena, devolviéndome mi
Jhoja—, pero eso esta muy raro.
Podria decirle que probablemente nj siquiera llegue a co-
nocerlo, pero todavia estoy disfrutando mucho su shock de que
ine hayan escogido para el Club de Amigos,
—:Qué tiene? —digo—.
el recreo, {no?
dna me mira con pena.
iempre jugamos con chicos en
Estamos en sexto, Merci —me explica, como si no me
Inubiera dado cuenta—. No hay recreo como en atios pasados,
4aario. Si yo apenas estoy comoda en esta escuela,
miis? Pero no puedo evitar sentir
‘Morita McDaniels sabra lo que hace
con esto de emparej Para empezar, Edna va
a ser Amiga de alguien otra vez, que es como emparejar a un
ratoncito bebé con una boa constrictor. Y me consta, porque
clla fue mi Amiga el atio pasado.
‘Todavia me acuerdo del primer d
en el almuerzo, me conté del erucero que tomé con su fami-
lia a Newport, en Rhode Island, y cémo durmié en un faro de
verdad, donde contaron historias de terror y todo.
—tstedes a donde se van de vacaciones? —me pregun-
comun)
mo voy a ayudar a alg
curiosidad. sea, dla
alas pe
Mientras estabamos
t6—, gal norte o al sur?
Le pude haber dicho la verdad, que no vamos de vacaci
nes, Pero después de ver a Roli venir a esta escuela por un
tiempo, sabia que ésa no era la respuesta correcta, ni siquiera
para una alumna nueva, no en Seaward.
—Vamos al este —dije, adornando los dias que ibamos de
visita a la playa. Le conté de nuestro lugar de fogatas favorito
en Lake Worth, donde vamos las noches de primavera y ver
hho después de que Papi termina de trabajar.
—Ah, no —dijo—, Nosotros no vamos a esa playa,
Durante un tiempo comimos juntas y pusimos los cajo-
nes en que dejabamos nuestras cosas en el salén, donde esté
mente, nunca compartimos
mos piyamadas como sf hace con Jazmin, asi
bamos todo el dia. Pero, curios
secretos ni hi
‘Que me pregunto si esto del emparejamiento no sera una far-
sa. Debe ser como el servicio de citas a través del que Tia Inés
40
onocié al tipo ese que usaba anillos en los meftiques y pelu-
«quit; puede que sonara bien en teoria, pero ya de cerca, notanto.
/tdna y Jazmin se ponen a leer sobre sus nuevos Amigos.
ro despertar sospechas, asi que abro mi carpeta y
nombre. Dice Michael Clark. Ahora si estoy segura
le que la sefiorita MeDaniels no tiene idea de lo que esta ha-
Ciendo: este nifto es un alumno nuevo de Minnesota, un lugar
‘nuy tio, y a mfino me gusta el frio; le gusta pescar en hielo; no
ligne un color favorito, Io que me parece muy sospechoso, y
ales y Educacién Fisica, No
You
Wolo tomamos juntos Ciencias So
hay nada en absoluto que lo vuelva wna buena pareja para mi
‘vom no sea que nuestros nombres emplezan con M.
Una mano me quita el papel. Antes de que pueda detener-
Hana esté leyendo mis cosas y sonrie como idiota
—1Déimela! —digo.
Levanta una ceja.
—100000h! jTe tocé Michael Clarkt
fe toc6 un chico? —pregunta Jazmin,
—No me lo tomes a mal —dice Edna, devolviéndome mi
hoja—, pero eso esta muy raro.
Podria decirle que probablemente ni siquiera legue a co-
hocerlo, pero todavia estoy disfrutando mucho su shock de que
me hayan escogido para el Club de Amigos.
—2Qué tiene? —digo—. Siempre jugamos con chicos en
el recreo, gno?
Edna me mira con pena,
—Estamos en sexto, Merci —me explica, como si no me
hubiera dado cuenta—. No hay recreo como en aiios pasados,
4Bebé, quiso decir. Y eso es suliciente para que mi pérpado
empiece a sentirse pesado y creo que se me va el ojo.
La seftorita McDaniels cuelga el teléfono y voltea.
amos? éHay alguna pregunta 0
—Bueno, gen qué esti
preocupacién?
Nadie dice nada, pero puedo sentir a
como un reto no muy amistoso,
—Muy bien, sino hay nada més, pueden irse —Ia sefio
ta MeDaniels revisa su reloj—. Bl primer timbre suena exac-
tamente en tres minutos y no tengo ninguna intencién de
justificarles el retardo. Que tengan buen dia,
‘Todos se van corriendo, pero mis pies se sienten incref-
blemente pesados. Me quedo viendo las paredes y los zoclos
del piso: dentro de poco van a necesitar una manita de pin-
tura, sobre todo esa parte junto a la fotocopiadora. Mi servi-
clo comunitario podria ser pintar un sabado, cuando no haya
nadie
ina mirandome,
Espero a que se vayan todos antes de acercarme un po-
co miis al escritorio. Después de unos segundos, la sefiorita
McDai
da. Me mira por encima de sus lentes.
Merci? ¢Alguin problema?
Trato de no respirar por la nariz, Elolor de las flores mori-
Is levanta la cabeza de sus papeles y me ve ahi para-
bundas me revuelve el estmago y por mi cabeza dan vueltas
todas las formas en que podria responderle. Segtin Roli, uno
debe presentar su caso con cuidado, fria y légicamente, como
profundo y empiezo muy despa-
cio, como lo he estado practicando,
un Vulcano, asi que res
42
Hay tantos problemas, sefiorita McDaniels —digo, tra-
problemas de lenguaje, problemas
sociales, problemas econémicos.
undo de tomar vuelo-
Cruza los brazos y me mira muy seria. A la seftorita
in poquito. Nunca
Met
Hene tier
Is no le gustan las tonter
1po para tonterias,
cate los dedos de la nariz y dime por
quésigues aqui parada,
No tengo mas remedio que entrar de leno a las negocia-
‘clones duras: pongo la carpeta sobre la mesa.
Quiero otro servicio comunitario, por favor —
Ya veo.
‘Algo que me ocupe menos tiempo durante la tempora-
«lu de futbol. Tal vez algo de pintura o...
Mis ojos viajan hacia la canasta de a esquina. Elaiio pasado,
\wyudaba a limpiar la canasta de las cosas perdidas cada trimes:
lve, Rapido y ficil, Ast me gané varias plumas de gel que nadie
recogié y el collar que le dia Abuela el dia de su cumpleafos.
Merci Suarez,
igo.
Inclina la cabeza.
bres consciente de que es un honor que te elijan para
wer del Club de Amigos?
, y entonces no le va a costar trabajo encontrar a al-
‘que me sustituya —le sonrio—. Qué bueno,
Mueve la cabeza.
No cualquiera es tan afortunado de ser elegido para re-
presentar a la escuela de esta forma.
Siento que me pongo roja. 2Afortunada? zAsi deberia sen-
so en Edna, el dia que la conoci
lirme? Pie
43—Tienes suerte de estar aqui
ne dijo, mientras me mos-
traba la barra de en:
idas de la cafeteria. Al centro habia
varias sillas iguales acomodadas alrededor de mesas color
‘maple—. Podrias estar en una escuela de las que tienen pe-
ros que buscan droga y huelen a moo.
Hizo una cara y se rio.
‘Yera cierto, sipodria estar en una escuela asi, yes partede
Jo que siempre ha preocupado a Mami y a Papi, sobre todo des-
ués de lo que pas6 en la secundaria a la que me habria toca-
do ir, donde un chico llev6 un cuchillo porque a otro chico le
gustaba su novi
Jo acus6 antes de que pudiera lastimar, pero la historia s
cen las noticias de la tarde,
. Por suerte, alguien lo vio en su casillero y
De cualquier forma, seria mucho mis facil ir a la escucla
en Ta esquina de mi calle, ademas de que muchos de los nitios
de mi primaria van ahi y son buenas personas. Y el moho no
debe oler mucho peor que las flores podridas.
¥, sobre todo, nadie me molestaria para que fuera amiga
de un nino,
El primer timbre me asusta.
No tengo mucho tiempo.
—No es que no esté agradecida —empiezo-
: silo estoy,
Por todo,
La seftorita MeDaniels me
a muy pensativa,
—Asideberia de ser. Vamos a darle un par de dias al asun-
to. Ven a verme el viernes después de haber interactuado un
Poco con tu Amigo y podemos hacer los ajustes necesarios
después de eso,
44
Se sienta y vuelve a su trabajo para hacerme ver que se
abo la conversaeién, Cuando ve que no me muevo, apunta
\s ju reloj y Frunce el cefto,
do guardo mi carpeta en mi mochila y camino hacia
,nno me queda mais que un minuto y medio. Todos vo-
cuatro vientos, como dice Lolo. Mientras me apuro
lase de Literatura, voy leyendo los apellidos es-
as; no es que el
cu
laron
llegar a mic
erilos en los ladrillos, més alla del bao de
hombre de nuestra familia esté ahi, por supuesto; para que
pongan tu nombre en algo permanente tienes que dar mucho
dinero a la escuela,
Vrrato de pensar en alguna manera de presentarme con
Michael que no me haga ver como una tonta. Tal vez me to-
ie una foto y se la mande al ntimero de teléfono escrito en
me ocurren y apunto
\ carpeta. Pero algunas frases que
von; “HOLA: SOY TU FALSA AMIGA POR UN PAR DE SEMANAS”, “HOLA: ES
S PORQUE NADIE TR HABLA”
WHY AOU PARA ASEGURARMEDE QUE NO VOMITE
Hoa: 2VIENES DE UNA ESCUELA MOHOSA EN MINNESOTA?
suchar ri
Por desgracia, no llego muy lejos antes de e
detras de mi, Alguien acaba de salir del bario de nifias.
—Ay, Michael, zquieres ser mi... amigo?
No tengo que voltear para saber quién es.
45IV
L. Ientes nuevos de Lolo son redondos y enormes, pero pa-
rece que lo pusieron de buen humor. Los recogis esta mariana
con Tia Inés, que todavia esta enojada por haber tenido que
pedir permiso en el trabajo para levarlo porque, segin ella,
Je tocaba a Papi llevarlo a la cita, Es uno de sus eternos pleitos
iprovecharia cual-
uier oportunidad para estar con Lolo, pero ellos siempre dis-
cuten por eso.
de hermanos, No entiendo; si por:
Blcaso es que los lentes son tan gruesos que hacen que los,
ojos de Lolo, desde ciertos angulos, se vean enormes y verdes.
—¢Te gustan? —me pregunta.
Se escucha tan animado que no tengo cor:
cirlela verdad.
—Los circulos son mi figura favorita —Ie digo.
mn para de-
—Insistié en llevarse el par més grande de toda la tienda
—dice Tia, como si Lolo no estuviera sentado en la barra que
ella limpia con un trapo—. Tiene exactamente la misma gra-
duacién de la vez pasada, pero él jura que ve mejor.
—Si veo —dice Lolo—. Nada se me va a escapar ahora,
van aver.
46
Toma otro sorbo, muy ruidoso, de su licuado tropical. El
1a que adornaba el borde del vaso ya no es mas
pedazo de pi
que la cascara.
Siéntate y come algo, Merci —dice.
Me subo al banco junto a Lolo, que esta trepado en su lu-
ar de siempre en Ia esquina, ya mas o menos de vuelta a la
imalidad, por suerte.
En cuanto Hegué a casa de la escuela, me fuien bicicleta a
ibe, Estaba bastante en calma, nada que ver con las ma-
's de domingo, cuando hay una fila que sale por la puerta
y la gente le grita a Tia sus érdenes de café para llevar, paste-
litos y hogazas de pan caliente. Todo el mundo sabe que es la
mejor panaderia entre Miamt y Tampa, y es una locura.
‘Tia Inés esta ocupada rellenando los vasitos de palillos de-
corados con banderitas de Cuba
—No se puede estar aqui mucho tiempo, viejo —le dice a
Lolo—; Merci tiene que ayudar a Abuela con los nifios.
Los dos la miramos.
bles
—dice Lolo,
‘Ah, énecesita que la ayuden? De vera
Todavia esta molesto por los nuevos arreglos. Abuela también
viva llevar a los gemelos a la escuela y los va a recoger, para
lo cual se compré unos zapatos nuevos en Foot Locker, unos
tenis blancos que tal vez yo tome prestados alguna vez. cuan-
do se distraiga.
Pero Lolo no es el tinico que esta molesto.
Debo decir que, primero, nadie se molesta en preguntarme
siquiero cuidar a los gemelos; segundo, Roli casi siempre se li-
bra gracias su trabajo como tutor y sus formatos de admision
47para la universidad, y tres, me pagan exactamente nada por
jar que no se traguen las mor
sdas y que no se lancen a
correr en medio de los coches. :Como ereen que voy a poder
comprar una bicicleta s
‘adie me paga por hacer las cosas?
—Ojali encontraras a alguien mas,
escuela hay chicos que tomaron un curso en la Cruz Roja y
«ue si tienen ganas de cuidar niftos. Te puedo conseguir los
nombres y puedes contratar a uno. Yo no voy a poder cuidar-
los cuando empiece la temporada de futbol,
Me mira y frunce el ceo,
—Quién en su sano juicio contrataria a un extraio para
cuidar a sus hijos si tiene parientes que pueden hacerk
‘Suspiro. No tiene caso pelear. Cuando se trata de ayudar,
la consigna es “la familia o la muerte”.
Puedo comer algo antes de irme? Para que sepas, tuve
un dia muy dificil. Y necesito energia para los gemelos.
‘Se me queda viendo y me pasa, en un plato, un pastelito
de guayaba, todavia caliente.
—Diez minutos y te vas.
—Ponto en mi cuenta, Inés —e dice Lolo.
‘indole el vaso—. Junto
con los tres licuados. stds cuidando tu az
—Ya lo puse, Lolo —dice ella, q
icar como te dijo el
conmigo: coma diabético.
Lolo la ignora y se voltea hacia mi.
—Bueno, zy qué me dices? Qué cuenta el sexto grado?
—Pensé que nunca me lo preguntarias—le digo—. Puras
Ina Santos, :te acuerdas de ella? Esta en mu-
chas de mis clases y me reclutaron para uti club que odio.
doctor la tltima vez? Repit
48
—Ay, a mi también, El Club de los Viejos —se rie de su pro-
pio chiste.
Yo estoy en el Club de Amigos —digo, volteando los
ojos—, lo cual quiere decir que tengo que hacerme amiga de
un nifio nuevo en lugar de prepararme para las audiciones del
10 de futbol. Y adem: oy Edna piensa que eso
chistosisimo, Me va a molestar todos los dias, vas a ver,
Le doy una mordida salvaje a mi pastelito,
‘Tia Inés se detiene y me mira alzando las cejas. +
2Y eso qué tiene? :Siquiera el nifio estéi guapo?
ro muy seria. Tia es casi peor que Edna; le encanta
liidea del amor y el romance.
sta guapo si te gustan los gigantes —le digo—. No se
le puede perder; Michael Clark es casi tan alto como Papi.
—2Como de uno ochenta? —pregunta Lolo, y silba.
‘Alto, guapo y misterioso —dice ‘Tia—. Ese es mi tipo.
Con Ia mirada, le hago saber que no me hace gracia.
Luego busco entre mis fotos hasta que encuentro la que quie~
10, Mientras esperaba a que me recogieran a la salida de la
| estaba convirtiendo a mis compafieros en animales.
‘una foto de Michael y lo convert en un aleeen honor de
wesota, pero me arrepenti antes de mostrarsela. Qué tal
| pensaba que querfa decir que pareefa un alce?
Es el chico mas alto y mas blanco que he visto —Ies
‘nuestro la foto original de Michael como evidencia—. Una de
dos: 0 en Minnesota no hay sol este chico es vampiro.
Lolo entrecierra los ojos para ver la foto.
‘Todavia tienes tu azabache, verdad?
49—A veces los vampiros son buenos —dice Tia, moviendo
otra vez las cejas.
Pongo micelular sobre la barra.
—La solucién es salirme —digo,
De la escuela? —pregunta Lolo.
—Del Club de Amigos, decia yo, pero ahora que lo pienso,
épor qué no acabar con todo? De cualquier manera ya tengo
un plan para mi carrera.
—iSi! Directora General de Pintura Sol Inc. —dice Lolo,
dandome una palmada en la espalda,
—Ave Maria —Tia Inés cierra los ojos—. Otra vezcon eso,
La miro con odio, Pintura Sol es la compaiiia de Papi, pe-
irgo
de todo, Roli no va a tomar el lugar de Papi cuando se retire:
Para empezar, odia pintar y es un desastre resanando. El esté
hecho para cosas més sencillas, como volver a coserle los
ro sélo es cuestién de tiempo antes de que yu ime hag
miembros a la gente o inventar nuevas sustancias.
Un dia voy aser rica. Yo que
més amable si pretendes que un dia les pague la uni-
versidad a los gemelos.
Vasa ver —le digo aT
tui seri
—Pero qué tal que cambias de opinion? —pregunta
Lolo—. Todavi
—Ah, yo si sé —interrumpe Tia Inés—. Va a terminar de
‘mesera aqui en la panaderia.
Mueve los brazos para abarcar todo el mostrador.
—Mira tu imperio, lo que te espera. Limpiar migajas del
™mostrador mientras escuchas los mismos chistes malos de tus
clientes que no pagan,
eres joven, y luego asf pasa, ésabes?
50
Pues siempre han gustado mis chistes —dice Lolo.
Merci, esctichame: sé amable con el nifio nuevo y no le
hagas caso a Emma,
ina,
Voltea los ojos.
Como se lame. Y tti—le dice a Lolo—, deja de animar-
|i para que se salga de la escuela, Va a terminarla y a ira la
Universidad como su mamd. Todos iran, hasta los gemelos, si
1g0 que mandarlos al reformatorio antes, voltea a ver su
tuloj y me quita el plato—. Se acabé tu tiempo. Ya vete.
Me deslizo de mi astento, pero Lolo gira en su banco hacia
In{, Pone sus manotas, tibias y rasposas, sobre las mias. En un
e, recuerdo el dia en que me ensefié a amarrarme las
s:las dos orejasde conejo, la vuelta y el tir6n, con sus de-
dos pelados guiando los mios
“Te tengo una propuesta laboral que puede distraerte de
problemas. Implica dinero.
‘Te escucho.
‘Tu Papi consigui6 un trabajo muy grande que empie-
1 pronto y le van a pagar bien. :Por qué no vienes con noso-
{ros y nos ayudas?
Donde es el trabajo? —pregunto,
acomoda los lentes y se rie un poquito.
@Dénde quedamos que era, Inés?
el club de playa —Tia esta parada junto ala cafetera.
Habla quedito, pero Lolo la escucha de todas maneras.
Exacto, en el club de playa —repite Lolo—. Vamos a
pintar los baitos.
51~