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POEMA 2
Bien trenzados los cabellos
con cintas azul y grana,
y hasta el hombro los zarcillos
de perlas y filigrana.
El bolsicón de merino
que levantas al andar
a que la saya bordada
todos puedan admirar.
Lo blanco de tu sombrero
de fina paja toquilla,
hace a tu cara morena
flor de gracia y maravilla.
Al conocer la gloriosa jornada guayaquileña del 9 de octubre de 1820; cuencanos encabezados por
Tomás Ordóñez, José Sevilla y el clérigo Juan María Ormaza, el 3 de noviembre enfrentaron a las
autoridades españolas y proclamaron su libertad.
Los amotinados se replegaron a la Plaza de San Sebastián; el jefe militar leal a España, García
Trelles se atrincheró y aseguró la plaza principal de la ciudad; los patriotas y el pueblo, mal
armados flanquearon por el norte y se situaron en el punto de El Vecino, esperando recibir
refuerzos de otros pueblos.
El cura Javier Loyola, dirigiendo a los patriotas de su parroquia, ayudó en esta tarea, logrando aislar
la ciudad. García Trelles, presionado por los ciudadanos, rindió las armas. Lamentablemente, la
libertad para Cuenca duró muy poco, pues el 20 de diciembre de 1820, el Crnel. González, luego de
vencer a los patriotas guayaquileños en la primera Batalla de Huachi, venció también a los
cuencanos en Verdeloma.
Las autoridades sospechaban que algo iba a ocurrir, y no pusieron a toda la guarnición en la calle.
Mantuvieron a la mayor parte el personal militar con sus armas en el cuartel. De todas maneras los
jóvenes cumplieron lo planificado.
Pero los militares reaccionaron y los jóvenes tuvieron que replegarse hasta la plaza de San
Sebastián. Intentaron tomarse la plaza principal -no lo pudieron por la presencia militar- bajaron al
barrio del vecino, ahí en la tarde y en la noche hubo mucha tensión: los militares estaban
acosándoles.
Al día siguiente el 4 de noviembre las fuerzas estaban indecisas, hasta que llegó desde Chuquipata
el cura Francisco Javier Loyola, con un refuerzo popular armado de picas, palos, lanzas, piedras,
esto hace que los militares se rindan.
Es ahí cuando se produjo el repliegue de los dos españoles y se funda la República de Cuenca por
parte de los patriotas, que duraría solamente hasta el 20 de diciembre de 1820, fecha en la que se
diera la gran batalla entre patriotas y fuerzas españolas, a las órdenes de Aymerich y comandadas
por el coronel español Francisco González en la localidad de Verdeloma, cerca de Biblián. El ejército
de los patriotas comandado por Vázquez de Noboa es derrotado. Cuenca vuelve a caer en el poder
de los españoles.
Al enterarse Sucre de lo que sucedía, se dirige a la ciudad para rescatarla del poder español, y el 20
de febrero de 1822 se halla cerca a la entrada de la ciudad de Cuenca. Los españoles, temerosos
abandonan la ciudad después de saquearla, y es así que al día siguiente, el 21 de Febrero de 1822,
el General entra victorioso a la ciudad seguido de 22.000 personas que formaron su ejército,
logrando por segunda y definitiva ocasión la Independencia de Cuenca.
Luego de esta gesta heroica el ejército de Sucre parte de Cuenca hacia Quito, rumbo al Pichincha,
en donde el 24 de mayo alcanza la libertad para la Patria con la Batalla de Pichincha.