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Errores más frecuentes que las personas cometen

al leer la Biblia.

1. Leer muy rápido.


La Biblia no es un libro para leer a la ligera porque no es un libro sobre asuntos ligeros. La Biblia es
la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17). No solo empezamos a vivir realmente por ella, sino que
también seguimos viviendo por ella (Mateo 4:4).
Si lees la Biblia muy rápido, te puedo asegurar que cuando empieces a leerla sin prisa verás cosas
que no veías antes, Verás más de la grandeza de nuestro majestuoso Dios y serás menos orgulloso.
Las personas que leen a la ligera la Biblia son personas que creen que saben mucho cuando en
realidad saben muy poco. Si en verdad leyeran bien la Palabra, serían más humildes y vivirían con
verdadero gozo al conocer a Dios en ella.

2. Leer capítulos y versículos fuera de contexto.

“Un texto sin contexto es un pretexto”. Sacar de contexto las palabras de otra persona es algo malo
y que nadie quiere que le hagan; Ahora imagina lo malo que es sacar de contexto la Palabra de
Dios. Lamentablemente, eso es algo que muchas personas han hecho y por lo cual Dios les juzgará.
Nada es más serio que la Palabra de Dios.
Es INMENSA la cantidad de herejías basadas en versículos sacados de contexto que muchas
personas que dicen ser cristianas creen.

3. Leer sin oración.


No es casualidad que Calvino haya escrito más sobre la importancia de la oración que sobre la
doctrina de la predestinación. Y es que nos hace daño tener conocimiento de Dios en la mente si no
bajamos ese mismo conocimiento al corazón por medio de la oración.
Paul Washer da en el blanco cuando dice:
Si solo estudias la Biblia y no oras, te convertirás en alguien con el corazón duro. Y si solo oras,
pero no estudias la Biblia, te convertirás en un sentimentalista que será arrastrado por cualquier
viento de doctrina.
La lectura de la Palabra debe ir de la mano con la oración. La lectura de la Palabra debe ir de la
mano con la oración. De hecho, una lectura correcta de la Biblia nos conducirá a ser personas de
oración porque en la Palabra conoceremos más a Dios, lo cual nos lleva a ver su grandeza,
postrarnos ante Él y confiar en Él.
Dios usa la oración fundamentada en su Palabra para cambiarnos, colocar en nuestro interior lo que
hemos leído, y además para hacernos entender mejor Su verdad cuando la leemos y meditamos.
4. Leer sin hacerte las preguntas necesarias.
Muchas personas no se hacen las preguntas apropiadas que deben hacerse cuando leen la Biblia,
sino que miran la Palabra en vez de leerla, usando lentes que les han dado en alguna congregación o
denominación.
Ejemplo:
A las personas en muchas “iglesias” se les enseña que Dios quiere que sean millonarios, saludables
y “exitosos”. Es lo que se conoce como el “evangelio de la prosperidad”. Me temo que la mayoría
de las personas a las que les enseñan eso, cuando leen la Biblia lo hacen a través del lente de las
falsas enseñanzas que les dieron, el lente del “evangelio de la prosperidad”, y por eso ven solo lo
que les enseñaron a ver. No están leyendo en realidad. De esa forma sacan versos de contexto y no
conocen realmente a Dios. Entonces tenemos a gente que aparentemente lee la Biblia y realmente
cree que el propósito de Dios es algo distinto a lo que Él quiere realmente para cada uno de
nosotros.
Necesitamos ser más enseñables por Dios y reflexivos a la hora de leer la Palabra. Esto se hace
cuando nos quitamos los lentes que hemos adoptado.
Principios para tener una buena Interpretación de la Biblia
La biblia se puede interpretar bien o mal, y para interpretarla bien, hay que conocer y
respetar una serie de principios. ¿Cuáles son esos principios? Pues, aquí van diez principios
básicos:

1. La interpretación de la Biblia es una tarea espiritual


Ya que la Biblia no es un libro cualquiera, sino la Palabra de Dios escrita, aunque hay que
usar la mente, la inteligencia, para interpretarla bien, no se trata de un ejercicio meramente
intelectual, sino también de una tarea espiritual. Conviene una actitud de reverencia,
humildad y fe. Y conviene orar antes, durante y después del trabajo de interpretar la Biblia.

2. Hay que empezar buscando el sentido más natural


Normalmente, la Biblia significa lo que parece significar, No hay que buscar otro
significado distinto del significado más natural, a no ser que exista alguna razón de peso
para hacerlo. Algunas de las excepciones a esta regla son:

1) Cuando lo que parece significar contradice el resto de la Biblia.


2) Cuando lo que parece significar no tiene ningún sentido.
3) Cuando el lenguaje no es literal, sino metafórico (etc.). Pero hay que empezar
buscando el sentido más natural de cada texto o pasaje.

3. Cada parte de la Biblia debe ser interpretada a la luz de toda la Biblia


Aunque los sesenta y seis libros que componen la Biblia fueron escritos por unas cuarenta
personas diferentes, en lugares diferentes, a lo largo del milenio y medio entre Moisés y el
apóstol Juan, en otro sentido hay un solo Autor divino de toda la Biblia. Por eso, y sin
negar las características propias de cada autor humano, hay en la Biblia una coherencia
interna que refleja la coherencia de Dios mismo. En la Biblia hay paradojas y aparentes
contradicciones, pero no puede haber contradicciones en el sentido de afirmaciones o
enseñanzas totalmente incompatibles entre sí, porque si las hubiera, serían contradicciones
dentro del ser de Dios. A la hora de interpretar cualquier parte de la Biblia, debemos tener
en cuenta la Biblia como un todo.

4. Hay que interpretar cada texto dentro de su contexto histórico


Cada libro de la Biblia fue escrito por un autor humano en particular o por más de uno,
como en el caso de Salmos y Proverbios, en un lugar en particular, en un momento de la
historia en particular y con un propósito en particular. Por lo tanto, sería irresponsable
pretender interpretar un pasaje bíblico sin tener en cuenta estos factores. Por eso tenemos
que hacernos preguntas como:

A. ¿Quién escribió esto?


B. ¿Cuándo lo escribió?
C. ¿Para quién(es) lo escribió
D. ¿En qué circunstancias lo escribió?
E. ¿Con qué intención o propósito lo escribió?
F. ¿Cómo lo entenderían aquellos primeros oyentes o lectores?

5. Hay que interpretar cada texto dentro de su contexto literario


Por ejemplo, si el texto fuese Juan 3:16, empezarías fijándote en el contexto
inmediato: Juan 3:16-21; luego te alejarías un poquito y mirarías Juan 3:16 como un
versículo clave en la sección de Juan 3:1-21; luego te fijarías en el capítulo entero, y
después en esa sección del Evangelio según Juan: Juan 2:12 – Juan 4:54; y así,
sucesivamente. ¿Ves la diferencia entre el contexto histórico y el contexto literario? Es
importante tener en cuenta ambos contextos.

6. Hay que tener en cuenta el tipo de lenguaje de cada texto


En la Biblia hay diferentes tipos de lenguaje. Por ejemplo, hay lenguaje narrativo,
metafórico, poético, profético y apocalíptico. Y hay todo tipo de figuras del lenguaje:

A. Símiles (comparaciones explícitas): “¿No es mi palabra como fuego –declara el


Señor– y como martillo que despedaza la roca?” (Jer. 23:29)
B. Metáforas  (comparaciones implícitas): “Lámpara es a mis pies tu palabra” (Sal.
119:105)
C. Parábolas (metáforas más extensas): El buen samaritano.
D. Alegorías (metáforas más extensas y más complejas): El Sembrador y las cuatro
tierras; etc. Son algunos ejemplos de los diferentes tipos de lenguaje que se
encuentran en la Biblia, y hay que reconocerlos para interpretarlos correctamente.

7. Hay que tener en cuenta las palabras de conexión


Me refiero a esas palabras, muchas veces pequeñas y aparentemente sin mucha
importancia, que hacen de puente entre dos frases, versículos, párrafos, secciones, etc. Con
respecto a las palabras de conexión, existen dos peligros opuestos:

A. Darles más importancia de la que tiene


B. Pasar por alto la importancia que sí pueden tener.

Entre las muchas palabras de conexión que encontramos en la Biblia están las siguientes:
“porque”, “por lo tanto”, “entonces”, “si”, “pues”, etc. En no pocas ocasiones estas palabras
son parte de la clave para la correcta interpretación del texto.

8. Hay que interpretar los textos menos claros a la luz de otros más claros
No toda la Biblia es igualmente clara al intérprete. Es verdad que la Biblia es clara en sí
misma, pero no siempre nos resulta tan clara a nosotros:

 Porque nuestras mentes están afectadas por las consecuencias de la Caída


 Por la distancia (histórica, geográfica, cultural, etc.) entre el texto y nosotros.
El apóstol Pedro habló de las cosas “difíciles de entender” en los escritos de Pablo (2 P.
3:15 y 16). (¡Gracias, Pedro!) Pues, debemos interpretar los textos más difíciles a la luz de
otros más fáciles de entender, y no al revés. Un ejemplo sería: Mateo 16:18. Otros textos
que arrojan luz sobre este texto muy discutido son: 1 Corintios 3:11; Efesios 2:20; Hebreos
6:1-2; 1 de Pedro 2:4-8. Estos textos aclaran el tema de sobre qué fundamento se edifica la
Iglesia.

9. Hay que tener en cuenta la versión original de cada texto


Las Biblias que usamos son traducciones de las lenguas originales, ¡y a veces son
traducciones de otras traducciones! Hay muchas versiones de la Biblia que son muy fiables,
pero creemos en la inspiración de los documentos originales. Y hay bastantes ocasiones
cuando el original nos puede ayudar a interpretar la Biblia correctamente. Pero hay dos
problemas:

 No tenemos acceso a los originales


 Hay pocos expertos en las lenguas originales.

Pero, por parte positiva:

 Existen versiones de la Biblia muy fieles a los originales


 Existen tantos manuscritos de la Biblia que podemos tener mucha confianza en las
Biblias que usamos
 Existen cada vez más ayudas –comentarios bíblicos, diccionarios bíblicos, Biblias
interlineales, etc.– que nos pueden acercar más al texto original.

10. Hay que tener en cuenta la dimensión cristológica


A pesar de las características concretas de cada libro, hay un solo mensaje principal a lo
largo de toda la Biblia: Cristo, el evangelio, la salvación El Antiguo Testamento apunta
hacia el Cristo que va a venir y el Nuevo Testamento apunta hacia el Cristo que ya vino. Y
hay que tener en cuenta esta dimensión cristológica a la hora de interpretar cualquier parte
de la Biblia. Hay que evitar dos peligros:

 El peligro de no ver a Cristo donde está.


 El peligro de creer ver a Cristo donde quizás no esté.
 ¿Cómo podemos evitar estos dos peligros?
 Aplicar los demás principios de interpretación.
 Ver cómo los escritores del Nuevo Testamento interpretan el Antiguo Testamento
 Evitar la alegorización gratuita, la que no tenga ninguna base sólida.
 Buscar paralelos verbales claros entre textos bíblicos y el Señor Jesucristo.
 Distinguir entre la intención del autor, el significado para los lectores originales y
una posible dimensión cristológica; etc.

Hay muchos paralelismos entre José y Cristo para que sea pura coincidencia. Pablo da una
interpretación cristológica a una serie de acontecimientos de tiempos de Moisés y los
israelitas (1 Co. 10).
Conclusión
Estos son algunos principios para que a la hora de leer la Biblia podamos dar una buena
interpretación.
El primer lugar para la mejor interpretación es buscar la dirección del Espíritu Santo, Jesús
nos prometió que nos dejó el Espíritu Santo para que sea nuestra ayuda, pues por esto
debemos considerar al Espíritu Santo al momento de interpretar las escrituras.
 El Espíritu Santo ayuda a los que son nacidos de nuevo a entender las Escrituras.
 El Espíritu Santo ayuda a los creyentes a estudiar las Escrituras.
 El espíritu Santo nos dirige para interpretar un versículo de modo que concuerde
con toda la Escritura.
Estas y muchas más son las cosas en las que el Espíritu Santo puede ayudarnos a la hora de
dar una recta interpretación a la Biblia.
Debemos orar al Señor y purificarnos para poder dar una buena interpretación, hemos visto
algunos principios que serían de gran ayuda a la hora de estudiar la palabra de Dios. Escrita
por muchos autores pero inspiradas por un solo.

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