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Monogr. Jard. Bot. Cérdoba 1:5-64 (1994) PLANTAS EN AL-ANDALUS EN EL SIGLO XI Julia M® Carabaza Bravo Area de Estudios Arabes e Isiamicos. Facultad de Filologia Universidad de Sevili (Manuscrito recibido et 10.£n.89, aceptado ol 20.Abr.90) RESUMEN, Como queda indicado nel titulo, este articulo consta bésicamente de un clenco de plantas cuyo nombre ya aparece registrado, en nuestra Peninsula, en el siglo XI, Para la elaboracién de dicho clenco, hemos partido de un tratado de agricultura andaluslttulado al-Muga' fT -flaha (Conocimientos indispensables para la agricult- +), atribuido al geépono sevillano del siglo XI Ton Hajfaj. A cada Una de las plantas rmcacionadas le acompasa un breve estudio de carécterléxico-seméntico, por lo que s© ttatan fundamentalmente los siguientes puntos: origen y emigracién de Ia planta; co Troll vsibo rab, snes ts vlevants Sgaticade prope de al Anca ttolog del vocablo trabe;sindaimos mis relevantes; Ggaficado provide s-And {érminos romances espaicles correspondientes al apelativo arabe, y arabismos proce- ddentes de las distintas denominaciones de las plantas. Finalizamos el articulo con unas breves conclusiones, en las que se descata la importancia de las obras agron6micas hispano-érabes para la historia de la boténica espafiola, y la situacion actual de los estudios en torno a dichos tratados agricolas andaluses. SUMMARY. As tele indicat, his paper i ist of plants wich names were already regisiated, in out Peninsula, inthe cleventh century. For making this Est, we have started from onc Andalousian agricultural book ented al Muga f Lffaha(Ba- or the agriculture), ascribed tothe eleventh century Sevilian agrono mst tp Hoa. i ok an of i sw ncn rie eel and seman tie study taking into acount points: origen and emigration of each plan; the Greck and Latin names ofthese plants; etymology of the Arabic words; mon im partaat nonymous meanings of hee names in al-Andalus Spanish romance names for these Arable words, and Arabic expressions from these plants names, We finish this paper with a brief conclusions about the importance of the Hispano-Arabic agricultural books for the Spanish botany history, and the present situation about the studies of these Andalousian agricultural treatises INTRODUCCION El presente trabajo constituye una pequea aportacién al estudio hist6rico de la botdnica en nuestra Peninsula. En él, partimos de un siglo importante en la historia de Espafa, denomina- da al-Andalus durante la dominacién musulma- na; el siglo XI, época de los famosos Reinos de Taifas establecidos a lo largo y ancho de nuestra geografla, De todos es sabido que estos Reinos Vol.1 (1994) dieron lugar, con su divisién, a un debilitamien- to politico y social ante el avance de la Recon- quista cristiana, pero también es evidente que no se sumieron, en absoluto, en la ignorancia cultural. Totalmente al contrario, cada una de las Taifas luch6 por unir a su poder politico y socio-econémico una gran riqueza, en lo refe- ente al campo de las diversas humanidades, ciencias y artes. Es as{ como al-Andalus se con- vierte, en este siglo XI, en el centro de reunién J.M8 Carabaza de los més insignes maestros del mundo musul- min de forma que, como ya han dicho ilustres profesores, Oriente pasa de ser cuna cultural de Occidente a importar de éste sus conocimien- tos. En esta bisqueda constante de prestigio dividual, los gobernadores de las distintas Taifas acogen con magnanimidad a toda suerte de es- tudiosos, al tiempo que fomentan nuevas expe- riencias en las diversas 4reas del conocimiento, De esta forma, por ejemplo, surgen en diferen- tes puntos de al-Andalus jardines boténicos, en los que se aclimatan nuevos productos, al tiem- po que se desarrollan y varfan los ya conocidos. Dichos jardines, cuyo predecesor fue el instala- do en la Ruzafa de Cérdoba (siglo VIII), estén fntimamente unidos a un 4rea cultural que tam- bién alcanz6 su punto Algido en el siglo XI: la agricultura. En efecto, los estudios geopénicos conocen en la época de las Taifas su méximo esplendor, dando lugar a lo que se viene lamando la "es- cuela agronémica andalusf", cuyos repre- sentantes més destacados escriben sus tratados en este periodo, al tiempo que trabajan o reali- zan nuevas experiencias en los jardines boténi- cos aludidos. Asf, entre otros autores cuyas obras no han Hegado a nuestros dias, nos en- contramos en este siglo XI a los toledanos Ibn ‘Wafid e Tbn Bassal, a los sevillanos Ibn Hayyay y Abii LJayr, y al granadino al-Tignari. Todos ellos aportan en sus obras agricolas una valiosa informacién, concerniente a los cultivos presen- tes en nuestra tierra. El elenco de plantas que presentamos mAs adelante esta basado, precisa- mente, en la edicién realizada en Jordania, en 1982, de una de estas obras agronémicas titula- da al-Mugni ff I-filaha (Conocimientos indis- pensables para la agricultura), atribuida al ya mencionado Tbn Haffaj. Antes de pasar a ha- 6 blar del enfoque dado a nuestro trabajo, hemos de seftalar brevemente, puesto que el tema de la verdadera autorfa de dicho tratado agricola no es objeto de estas paginas, que el texto com- pleto de al-Mugni‘ no pertenece, en realidad, al sevillano Ibn Hayyaf sino s6lo una parte de és- te. La autorfa de la otra parte es afin de dudosa atribuci6n: bien puede provenir de manos de Ton Wafid, con lo que resultarfa més completa, si cabe, nuestra visin de las plantas existentes en la Peninsula Ibérica en el siglo XI (al cono- cerlas a través de dos obras realizadas en este periodo), o bien puede tratarse de una obra del médico cordobés del siglo X al-Zahrawi -el Abuleasis latino-, con lo cual tendrfamos la oca~ si6n de observar plantas conocidas en nuestro suelo, antes de la época de las Taifas. Espera- mos que la aparicién de nuevos textos puedan afirmarnos, con total seguridad, la veracidad de ‘una u otra atribucién, EI breve estudio que acompafia a cada una de las plantas que se mencionan en este articulo parte, fundamentalmente, de un punto de vista léxico-semantico, y es un resumen de! segundo volumen de nuestra Tesis Doctoral titulada Ah- mad b. Muhammad b. Haag al-ISbilt:al-Muq- nif Lfilaha. Introducci6n, estudio y traduccién, con glosario, Ei hecho de habernos cefiido, de forma bésica, al mencionado enfoque, conlleva el que las fuentes y bibliografia utilizadas para su elaboracién sean en su gran mayorfa, igual- mente, de indole lexicogréfica, si bien no faltan algunas de tema histérico, dietético y artistico. Son las obras léxico-boténicas hispano-6ra- bes, cuyas traducciones y comentarios han reali zado afamados orientalistas, las que han contri- buido en mayor medida a dar cuerpo a nuestro trabajo, Asf, entre otras, hallamos el tratado de un bot4nico anénimo andalusf, titulado Glosa- rio de voces romances registradas por un bot4- Monogr. Jard. Bot. Cérdoba nico anénimo hispanomusulmén (siglos XI-XII) y editado por Miguel Asin en 1943; el Kitab al- Adwiya al-mufrada o Libro de los medicamen- tos simples del médico, farmacélogo y boténico cordobés al-Gafigi (muerto a medidados del si- glo XII), obra comentada un siglo después por el médico Barhebraeus, y editada por M. Me- yerhof y G.P. Sobhy (1932-40), y el Sar asma’ aluggar 0 Explicaci6n de los nombres de las rogas del tedlogo y médico judio Maim6nides, nacido en Cérdoba en el afo 1135 y muerto en Egipto en 1204, obra editada por M. Meyerhof en 1940. En ellas, hallamos recogida informa- ci6n concerniente a fuentes clésicas griegas y la- tinas, ademés de toda una gama de descripcio- nes y sinénimos de cada una de las plantas en cuestién, que més tarde se comentan, A elas vienen a unirse, entre otras obras reflejadas en nuestra bibliografia final, el volu- minoso diccionario de Ibn Sida, fil6logo y lexi- c6logo andalust muerto en el afio 1066, titulado Kitab al-Mujassas y editado (de forma anéni- ma) el siglo pasado; el Libro de agricultura del ‘ge6pono sevillano (siglos XII-XIII) Ibn al-‘Aw- wim, editado por J.A. Banqueri en 1802, y el estudio de Diosc6rides realizado por Font Quer. Se aftaden igualmente tratados Iéxico-bo- tGnicos de origen oriental, como son los de Abi Hanifa al-Dinawari, poligrafo persa muerto en- tte los afios 894 y 903, cuyo Libro de las plantas ha sido editado por B. Lewin y M. Hamidullah, y de al-Biriini, considerado como uno de los mis grandes sabios del Islam medieval (muerto en el 1050), cuyo Kitab al-Saydana ff L-tibb, obra de tema farmacolégico y médico, fue edi- tado en 1973 por H.M. Said, R.E. Elahie y S. K. Hamarneh, y obras de origen magrebf, como es el caso del Mufid al-‘uliim wa-mubid al-humiim de Ton al-HaSa’ (autor del siglo XIII), editado por G.S. Colin y H.P.J. Renaud, y el anénimo Vol.1 (1994) Plantas en al-Andalus en el siglo XI muestrario de plantas titulado Tubfat al-ahbab, elaborado ya a finales del siglo XVIII o prime- ros del XIX, y editado igualmente por Renaud y Colin, Finalmente, también hemos examinado un repertorio de vocabularios y diccionarios espa- foles, que van desde el siglo XII hasta nuestros dias, de necesaria consulta para seguir la huella de los distintos apelativos de las plantas. Si- guiendo un orden cronolégico de elaboracién de cada uno de ellos, podemos enumerar los si- guientes: Ia obra anénima (aunque atribuida por algunos a Raimundo Mart) titulada Voca- bulista in arabico, realizada en los siglos XH- XIII y publicada por C. Schiaparelli en 1871; el Vocabulario de romance en latin de Antonio de Nebrija (siglo XV), cuya transcripci6n critica € introducci6n hizo G. J. Macdonald en 1981; el ‘Arte para ligera mente saber la lengua arauiga y Vocabulista arauigo en letra castellana de Pe- dro de Alcalé, autor de los siglos XV-XVI, edi- tada por P. de Lagarde en 1883; la obra titulada Tesoro de la Lengua Castellana o Espafiola, re- alizada por Sebastidn de Covarrubias en el siglo XVI, y de la cual manejamos una edicién he- cha en 1979, y el Diccionario de autoridades, elaborado en el siglo XVII y editado de forma facsimil en 1984 por la Real Academia Espaiio- Ja, El esquema que hemos seguido en el andli- sis de cada planta, més 0 menos completo de- pendiendo de la bibliograffa que hemos tenido a nuestra disposicin, consta esencialmente de los siguientes apartados: 1 Origen geografico y emigracién poste- ior de la planta. 2- Correspondencia del nombre Srabe de la planta con sus predecesores griego y latino (Dioscérides y Plinio fundamentalmente). M8 Carabaza 3. Etimologfa del término 4rabe. 4. Sin6nimos més importantes, principal- mente utilizados en el érea occidental del mun- do islémico (al-Andalus y el Magreb). 5. Significado propio de al-Andalus, en los casos en que éste es diferente del clésico orien- tal. 6.- Términos romances espafioles corres- pondientes al apelativo rabe. Queremos adver- tir, en este punto, que tres obras bésicas para conocer los distintos vocablos latinos vulgares, y ‘més antiguos romances de nuestra lengua, son el Glosario de voces romances registradas por un boténico anénimo hispano-musulmén (siglos XI-XID, el Vocabulista in arabico (siglos XII- ‘XID, y el Arte para ligera mente saber la len- gua arauiga de Pedro de Alcalé (siglos XV- XVI) ya mencionados anteriormente. Dada su casi constante presencia a lo largo de nuestro estudio, hemos considerado oportuno apuntar sus ediciones tan s6lo al comienzo del trabajo, con el objeto de no reiterar en exceso la misma informaci6n. 7.- Arabismos presentes hasta hoy en nues- tra lengua, procedentes de las denominaciones Srabes de las plantas. Si bien los nombres boténicos de los que hemos partido para nuestro estudio han sido los 4rabes, hemos preferido anteponer sus equiva- lentes espafoles en este trabajo, en un orden al- fabético también espafol, con el fin de dar ma- yor claridad al estudio que se presenta. Con es- te mismo objetivo, hemos afiadido al final del articulo un indice de nombres cientificos de ca- da una de las plantas examinadas. En los casos en que el apelativo Srabe puede corresponder a varias plantas diferentes, los nombres latinos de cada una de éstas se separan entre si por medio de una barra vertical (/). 8 A ‘ABROJO (Tribulus terrestris L.). Correspondiente al tribolos de Teofrasto (FONT QUER, 1983) y al tribulus de Plinio (se- gin RENAUD & COLIN, 1934), el nombre frabe hasak designa especificamente el abrojo, pero también varias especies de plantas espino- sas. Aunque Maiménides (fide MEYERHOF, 1940) ofrece como su sinénimo el nombre Sawk al-Simal (espina de los camellos), no cabe duda de que el denominativo més frecuente de esta planta, tanto en el Magreb como en al-Andalus, era himmas al-amir (garbanzo del emir), ta! co- mo vemos en Maiménides e Ibn al-Ha8&a’ (fide COLIN & RENAUD, 1941). En cuanto a su nombre romance, tanto el boténico anénimo del siglo XI-XII (fide ASIN, 1943:134) como Maiménides seftalan “gallo checo" o "gallu Siqu’ (gallo ciego). No sabemos si hasak continué muy en uso en nuestra Peninsula: ciertamente, el Vocabu- lista (fide SCHIAPARELLI, 1871) no lo regis- tra, y Pedro de Alcalé (fide LAGARDE, 1883) ofrece como equivalente del romance "abrojo" un nombre muy general: xetique, éxuq (espina). ‘ACEBUCHE (Elaeagnus angustifolia L.), Correspondiente al kétinon griego (ME- YERHOF, 1940:133), transerito en érabe como

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