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MANUAL DE PASTORAL VOCACIONAL

DE LA COMPAÑÍA DE JESUS

PARA AMÉRICA LATINA


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MANUAL DE

PASTORAL VOCACIONAL DE LA COMPAÑÍA DE JESUS

PARA AMÉRICA LATINA

Te invito a que reavives el don de Dios (2 Tim 1,6)


3

ÍNDICE

Abreviaturas …………………………………………………………………………..5

Presentación ………………………………………………………………….………..6

Introducción ……………………………………………………………………….…..7

1. Ministerio vocacional ………………………………………………………………9

2. Animación vocacional ……………………………………………………………...10

3. Promoción vocacional ……………………………………………………………...14


- Objetivo ………………………………………………………………………...14
- Metas ………………………………………………………………..………….15
- Perfil del promotor vocacional ……………………………………………..…..15
- ¿Dónde hacer la promoción vocacional? …………………………………….....15
- Recursos de la promoción vocacional …………………………………….........15
- Políticas de la promoción vocacional …………………………………………..16

4. Acompañamiento vocacional ………………………………………………………19


- Objetivos …………………………………………………………..……………19
- Funciones del acompañante ………………………………………………..…...19
- Actitudes del acompañante …………………………………………………..…19
- Procesos del acompañamiento …………………………………………..……...20
- Preguntas que debe hacerse el acompañante vocacional …………………….....20
- Gradualidad del acompañamiento vocacional ……………………………….....21
- Aspectos a tener en cuenta en el acompañamiento …………………………......22

5. Prenoviciado ………………………………………………………………………...23
- Objetivos ………………………………………………………………………..23
- Áreas de formación ……………………………………………………………..23
- Perfil de los candidatos …………………………………………………………23
- Modalidades del prenoviciado ……………………………………………….....26
- Experiencias del prenoviciado ……………………………………………….....27
- Consulta de admisión …………………………………………………………...28
- Preparación final para el ingreso al noviciado ………………………………….29

6. Unidos en la misión y en red …………………………………………………….….30


- En el ámbito regional ……………………………………………………………30
- En el ámbito continental ………………………………………………………...31

7. Lineamientos para un trabajo ignaciano con jóvenes ………………………….....32


- Antecedentes …………………………………………………………………….32
- Propuesta ………………………………………………………………………..32
- Objetivo del trabajo juvenil con inspiración ignaciana ………………………....33
4
- Dimensiones de esta inspiración ignaciana …………………………..….………33
- Sugerencias para inspirar nuestro trabajo con jóvenes ………………..………....34

8. Conclusión ……………………………………………………………………………35

9. Bibliografía consultada................................................................................................35

ANEXOS

1. Carta del Padre General Peter-Hans Kolvenbach sobre la Promoción de Vocaciones


a la Compañía …..………………………………………………………….……........37

2. Palabra del Presidente de la CPAL, P. Francisco Ivern:


Una amplia política vocacional ………………………………………………..…........39

3. Historia de los Encuentros de Coordinadores de PV de América Latina …............41

4. Reglamento de la Comisión Vocacional de América Latina (COMVOCAL) ……...45

5. Oración por las vocaciones a la Compañía de Jesús .………………........….……....47


1. Testigos de tu evangelio ……………………………………………………….........47
2. Oración del P. Jerónimo de Nadal …………………………………………..............47
3. Letanía de los Santos y Beatos de la Compañía de Jesús ………………..…….…....48
4. Oración Mariana ……………………………………………………………..……...51

6. Mitos de nuestra cultura que debilitan la opción por los valores cristianos ……....54

7. Algunas páginas web sobre Pastoral Vocacional .…………………………………...57

8. Bibliografía sugerida sobre Pastoral Vocacional …………………………………....58


5

ABREVIATURAS

AAA Asociación de Antiguos Alumnos


AL América Latina
CG Congregación General
CONPAV Comissão Nacional de Pastoral Vocacional (Brasil)
Const Constituciones de la Compañía de Jesús
COMVOCAL Comisión Vocacional de América Latina.
CPAL Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina
CVX Comunidades de Vida Cristiana
EE Ejercicios Espirituales
NC Normas Complementarias
PyH Principio y Horizonte de nuestra misión en América Latina
PN Prenoviciado
PV Pastoral Vocacional
RAI Red Apostólica Ignaciana
SJ Compañía de Jesús
6

PRESENTACIÓN

Una de nuestras principales preocupaciones en América Latina hoy, como también lo


es de la Compañía de Jesús en todo el mundo, es la de garantizar que tengamos sucesores,
jóvenes de cualidades y grandes deseos, que respondan al llamado de Dios, sigan el mismo
camino que nosotros hemos seguido, puedan continuar llevando adelante nuestra misión y
mantener vivo y actuante el carisma y espiritualidad que nos caracteriza y que, a través de
Ignacio, Dios concedió como un precioso don a su Iglesia.

Aunque las situaciones difieren de un país a otro, hoy día, en el mundo globalizado en
que vivimos, compartimos una cultura que nos marca profundamente y no puede dejar de
marcar todavía más a los jóvenes de hoy, expuestos como están a sus continuos estímulos y a
los valores o contravalores que esa cultura encarna y promueve. Por esos motivos, los
problemas y los desafíos que debemos enfrentar para promover vocaciones para la Compañía
de Jesús, y para acompañar, seleccionar y preparar para su incorporación en ella a los que se
sienten llamados a seguir nuestro camino, no difieren tanto de un país a otro, sino que, al
contrario, con frecuencia son muy parecidos.

El Manual de Pastoral Vocacional de la Compañía de Jesús para América Latina,


aprobado por la 11ª. Asamblea de la CPAL, realizada en Florianópolis del 26 al 30 de abril de
2005, refleja una realidad, en algunos aspectos tan diversa, pero en otros tan semejante. En él
hemos procurado recoger la experiencia acumulada a lo largo de estos últimos años, en el
campo de la Pastoral Vocacional, en las diversas Provincias y Regiones de América Latina en
las que trabajamos y, una vez recogida, compartirla con todos.

Es muy probable que en esta primera tentativa de sintetizar lo mejor de esa


experiencia, se hayan perdido aspectos o matices importantes y enriquecedores, que habrá que
ir incorporando en futuras ediciones de este Manual. Por eso lo llamamos de documento de
trabajo. No porque no haya sido cuidadosamente elaborado por jesuitas con larga experiencia
en la pastoral vocacional y no haya pasado por varias revisiones, sino simplemente porque es
importante, en un mundo que cambia tan rápidamente, mantenernos abiertos a nuevas
experiencias y nuevos aportes por parte de aquellos cuya misión es trabajar en ese campo.

Una parte importante del Manual es la que trata, no ya de la pastoral vocacional como
tal, sino del trabajo con jóvenes, a través de una pastoral juvenil bien elaborada y de una
amplia política vocacional que teniendo en cuenta “la cultura y valores de la juventud”
promueva vocaciones para la Compañía, el sacerdocio, la vida religiosa y el laicado
comprometido con el Reino” (PyH, n. 33, a). Es sobre todo en ese terreno bien cultivado de
una pastoral juvenil, inspirada y animada por la espiritualidad y el carisma ignacianos, que
nuestra pastoral vocacional podrá prosperar y dar fruto.

Francisco Ivern, S.J.


Presidente de la CPAL

Río de Janeiro, 5 de mayo de 2005.


7

INTRODUCCIÓN

1.En este mundo de relaciones interpersonales más o menos intensas, la “palabra” es de


capital importancia. La usamos de muchas formas: hablamos, orientamos, rezamos... Ella
puede ser “bendita”, bien dicha, o “maldita”, mal dicha. El mismo Ignacio de Loyola, después
de su conversión, notaba que las palabras que oía o decía tenían, muchas veces, una magia
intrigante, seductora y tocaban el corazón cuando era bien dichas. Él mismo pasó de una
“conversión” sentida a una “conversación” pensada y dirigida, mantenida hasta su muerte.
2.Vivimos inundados por las palabras. Muchas de ellas inútiles y vacías. No es fácil encontrar
palabras significativas que traigan sentido a la vida y calor al corazón. Nuestras palabras,
generalmente, hacen mucho ruido y producen poco fruto. Nos acostumbramos a
desconectarnos por dentro y no dejamos que nos impacten, tal vez porque ya no creemos en
ellas; son mentirosas o destructivas y no dicen nada. Las palabras humanas tienen la fuerza y
la debilidad de quien las pronuncia.
3.Dios también habla. La Biblia es testigo de esas palabras. La palabra de Dios tiene la fuerza
de Dios.
4.Palabras humanas, palabras divinas... Unas son viento, otras evento, pues siempre realizan
lo que dicen (cfr. Is 55, 10). Dios no habla en vano. Sus palabras son como semillas cargadas
de vida, por eso no sólo deben ser escuchadas, sino también acogidas y vividas. Quien así
vive, se transforma y crece. Dios continúa hablando, creando y llamando.
5.El candidato a la Compañía de Jesús es fundamentalmente un “oyente” de la palabra interior
de Dios, escuchada más con el corazón que con los oídos. Dios habla, inquieta, propone,
llama y espera de nosotros una respuesta.
6.Necesitamos educar a los jóvenes a tener esta sensibilidad para “oír” las palabras interiores
y “ver” las cosas de Dios. El discernimiento ignaciano se fundamenta en esas premisas. Quien
así vive abre sus horizontes, sale de sí mismo y se coloca en ruta. Sin oír ni entender esta
“palabra interior” de Dios, los jóvenes nunca se pondrán en camino ni tomarán decisiones
importantes y significativas en su vida.
7.La vocación presupone oír esta Palabra encantadora, dentro de un bullicio inmenso, para
responder con generosidad y libertad. La decisión (“elección” en los EE) es fundamental para
el quehacer humano.
8.Con este espíritu, las Provincias y Regiones de América Latina (AL) de la Compañía de
Jesús han avanzado en el trabajo de la Pastoral Vocacional (PV). En la mayoría de ellas hay
un Coordinador de PV, un equipo de reflexión y de trabajo y, en algunas, prenoviciado o
cualquier otra instancia de acompañamiento de los candidatos al noviciado. Todo eso es
necesario, pero aun falta un manual para orientar el ministerio de descubrir y acompañar
vocaciones en AL de acuerdo con el nuevo paradigma de actuación apostólica adoptado por la
CPAL.
9.Al preguntarnos ¿Qué tipo de vocaciones necesitamos hoy para nuestra misión? ¿Cómo
ayudar a nuestros compañeros en el ministerio vocacional? ¿Dónde y cómo contactar los
posibles candidatos para nuestra misión apostólica? ¿Cómo acompañarlos y seleccionarlos?
¿Cómo aumentar la colaboración inter y supra-Provincial en la PV? Nos pareció importante
ofrecer un manual de PV de la Compañía de Jesús en América Latina; un instrumento práctico
para todos los jesuitas, especialmente para los Coordinadores y para los colaboradores
comprometidos en la PV. Al mismo tiempo, el manual pretende ofrecer una visión articulada
8
entre todas las dimensiones de nuestro apostolado, superando sus propias fronteras.
10.El manual debe aportar a los nuevos Coordinadores ciertos criterios comunes que
garanticen la continuidad del proceso y eviten las improvisaciones en este ministerio tan
prioritario para San Ignacio y para la Compañía hoy.1
11.En la elaboración del manual, hemos tenido en cuenta las experiencias exitosas de nuestras
Provincias y Regiones, los encuentros realizados en AL por los Coordinadores de la PV y los
documentos que la Compañía y la Iglesia han publicado recientemente sobre este tema.2
12.Conscientes de las diferencias que existen en las Regiones de AL, trazamos un horizonte
común deseable para la PV, apostamos por una creciente colaboración interprovincial y
aspiramos a crear un programa articulado y progresivo, reuniendo los esfuerzos e iniciativas
más significativos de nuestras Provincias. Deseamos “superar los modos de pensar y de
actuar excesivamente condicionados por intereses menos universales o por las rígidas
fronteras de nuestras propias Provincias y Regiones”3 y abrirnos a las nuevas dimensiones de
la Iglesia y de la Compañía, sin descuidar la necesaria inserción en la realidad local, regional
y nacional.
13.Este manual trata sólo de las vocaciones a la Compañía de Jesús. Sin embargo, desde el
horizonte abierto del “nuevo sujeto apostólico” - formado por jesuitas, laicos (as) y religiosas,
según Principio y Horizonte (PyH), 21 – deseamos que todos, dentro de esta mutua
colaboración, participemos en el trabajo por descubrir y acompañar las vocaciones ignacianas.
1.El manual presenta las distintas áreas del ministerio de la PV e incluye como anexos los
documentos que la inspiran.
Estas áreas son:
1. Ministerio vocacional
2. Animación vocacional de nuestras comunidades apostólicas.
3. Promoción vocacional a la Compañía de Jesús
4. Acompañamiento vocacional.
5. Prenoviciado y sus distintas modalidades.
6. Unidos en la misión y en red.
7. Lineamientos para un trabajo ignaciano con jóvenes.
Con esta perspectiva les invitamos a leer y poner en práctica este documento.

1
Arrupe, Pedro: Carta sobre la promoción de vocaciones (02/02/73): “El problema de las vocaciones es un
problema vital para la Compañía de hoy y de siempre, pues del número de las vocaciones y de su calidad
depende en gran parte la supervivencia de la Compañía y la calidad del servicio que puede rendir a la Iglesia”.
2
CG 34, decr. 10; Carta del Padre General, Peter-Hans Kolvenbach, sobre la Promoción de Vocaciones a la
Compañía. Cfr. Anexo 1; P. Francisco Ivern: Una amplia política vocacional. Cfr. Anexo 2; Mensaje a los
Coordinadores Provinciales de la PV (12-16/05/04) y a los miembros de la 1a COMVOCAL (9-11/05/04).
3
Ivern, F. Entre el principio y el horizonte hay un camino a comprar (Palabra del Presidente: 01/09/02) en:
http://www.cpalsj.org/documentos/Iverncaminohorizonte.htm. También en:¡Viento en popa a toda vela!,
Colección CPAL, Río de Janeiro, 2000, p. 17.
9
1

MINISTERIO VOCACIONAL

2.Para llevar a cabo su misión, Jesús formó un grupo de discípulos a quienes invitó a
experimentar su vida y misión. Esta invitación, con sus palabras “Ven y lo verás” (Jn 1, 39),
ha sido la regla de oro de toda PV.
3.Ignacio de Loyola, a ejemplo de Jesús, tuvo interés por formar un grupo de compañeros.4
Durante sus estudios en París invitó a Fabro, Laynez, Salmerón, Javier, Rodrigues y Bobadilla
a hacer sus Ejercicios Espirituales (EE) para “escuchar el llamado de Cristo y cumplir su
santísima voluntad”5 y los acompañó en su proceso de discernimiento. Más tarde, siendo P.
General de la naciente Compañía, recomendó invitar “a los sujetos más aptos” a seguir a
Jesús realizando para ello los EE.
4.“Los jesuitas no esperaban pasivamente a que los jóvenes llamaran a sus puertas. Ya en
1562 Nadal contaba más bien con que cada comunidad tuviera un promotor encargado
especialmente de tener los ojos bien abiertos para posibles candidatos y guiar a aquellos que
se acercaban en actitud de búsqueda. Insistía en que cada jesuita tenía que comprometerse
para que ‘los más posibles entre los mejores’ entraran en la Compañía... Aunque los jesuitas
debían respetar la libertad del que pedía información, Nadal suministraba un programa de
oración, lectura, conversación y reflexión para usarlo como fomento de la vocación, si es que
ésta se daba”.6 Nuestro trabajo se inspira, entonces, en el modo de Ignacio de descubrir,
acompañar y convocar a los primeros compañeros de la naciente Compañía de Jesús.
5.No tengamos miedo de invitar, de llamar. Vayamos a los jóvenes, a su encuentro e invitemos
aquellos que juzgamos aptos para la misión evangelizadora. Dios generalmente no llama de
modo directo a las personas sino que se sirve de muchas mediaciones. El encuentro con
alguien que fue llamado puede transformarse en un nuevo llamado, como fue el caso de la
comunidad apostólica.7
6.Debemos reconocer y superar nuestras resistencias en la realización de este ministerio. El
pudor o recelo a llamar puede tener sus raíces en nuestra comodidad, en nuestra inseguridad o
en el falso planteamiento del respeto a la libertad ajena. En la actualidad el Padre General nos
invita a ejercer una promoción “agresiva”8, con un término que ha llegado a causar escozor;
sin embargo, las circunstancias nos están pidiendo una acción de este talante. Si creemos que
la Compañía de Jesús todavía tiene mucho que decir al mundo, tenemos que tomar el
ministerio de la PV como uno de los principales que podemos ejercer actualmente.

4
No hay duda de que Ignacio tenía una gran fuerza para congregar compañeros. Hizo tres tentativas: El primer
grupo nació en Barcelona en 1525 con Juan Arteaga, futuro obispo de Chiapas (México), Calixto de Sá,
portugués y López de Cáceres; Juan Reinaldo, francés, se unirá a ellos en Alcalá en 1526. El segundo grupo
surgió en Paris en 1529: Pedro de Peralta, que luego será canónigo en Toledo, Juan de Castro quien se hizo
cartujo y Amador de Elduayen. El tercero y definitivo grupo, formado también en Paris en 1534: Fabro, Laynez,
Salmerón, Javier, Rodríguez y Bobadilla del cual brotará la Compañía de Jesús.
5
EE., n. 91.
6
Cfr. John W. O´Malley, Los primeros jesuitas, Mensajero-Sal Terrae, pág. 77.
7
Cfr. Jn 1, 40-48: Andrés llama a Pedro y Felipe a Natanael.
8
Peter-Hans Kolvenbach: Carta sobre la promoción de vocaciones (29/09/1997). Cfr. Anexo 1.
10
2

ANIMACIÓN VOCACIONAL

20. La animación vocacional consiste en fomentar e inspirar la fecundidad vocacional del


cuerpo apostólico que nos hace a todos promotores de vocaciones.9 Es necesario pasar de
la responsabilidad asumida por un solo animador vocacional, a la responsabilidad asumida
por todos: la comunidad vocacional. Una comunidad identificada con su carisma y misión,
motivará vocacionalmente a aquellos que nos procuran.
21. Para que surjan vocaciones es fundamental el testimonio personal y comunitario al interior
de una propuesta religiosa y apostólica significativa.

1. A nivel personal:
22. Una profunda e integradora experiencia personal de Dios es el mayor aporte que cada
jesuita puede ofrecer a la promoción vocacional. Sin esa experiencia de Dios, nuestra
actividad apostólica se vuelve estéril y poco significativa. Cuando la vida espiritual,
apostólica y comunitaria andan por separado y no tienen incidencia, se empobrece
notablemente nuestra vocación religiosa, privándola de su capacidad de “encantar” a otros
y de su dimensión profética.10
23. La promoción vocacional no consiste solamente en hablar del fundador, de su carisma o
de la propia congregación, sino de compartir la experiencia del propio llamado. Quien
impulsa la animación vocacional habla de sí, de su camino vocacional, confiesa su fe y se
convierte en testigo de Jesús; es un mistagogo, que inicia pedagógicamente a otros en el
misterio de Dios.
24. La orientación espiritual y el contacto personal con los jóvenes deben ser cada vez más
valorados en nuestra pastoral pues “en el interior de las relaciones personales se pueden
decir las palabras con las que se suscita y se reconoce una vocación”.11 Hacen falta
sabiduría, sensibilidad y tacto para captar si existen las condiciones humanas y espirituales
para una vocación y saber invitar a tiempo.
2. A nivel comunitario:
25. Nuestro estilo de vida comunitario es también un gran apoyo para despertar y reforzar la
opción vocacional y la perseverancia. Para el PyH “nuestras comunidades apostólicas son
abiertas y de identidad bien definida, acogedoras y transparentes, entregadas y festivas,
solidarias y sencillas, profundamente orantes y fraternas” logrando convocar a otros a la
misión convocados por esta mística.12 Como nos lo recuerda el P. Nadal, el rol contagiante

9
“Nuestra misión y herencia espiritual nos hacen a todos promotores de vocaciones. La promoción de
vocaciones significa sencillamente ayudar a los jóvenes a escuchar y responder a los movimientos del Espíritu
en sus corazones. Naturalmente, la promoción de vocaciones no produce la vocación a la Compañía. Conduce
más bien a diversos tipos de vocación cristiana y a nosotros nos toca respetar con sumo cuidado la forma
concreta como el Espíritu llama a cada persona. Al mismo tiempo, la gente joven suele escoger lo que conoce y
ama. Todo jesuita y toda comunidad debe hacer todo lo posible por presentar a la Compañía de tal forma que
los que Dios llama puedan conocer y apreciar quiénes y qué somos” (CG 34, decreto 10,2).
10
F. Ivern: Vocación profética (Palabra del Presidente: 01/02/04), en
http://www.cpalsj.org/documentos/Ivernvocprofet.htm
11
Peter-Hans Kolvenbach: Carta sobre la promoción de vocaciones (29/09/1997). Cfr. Anexo 1.
11
13
de la comunidad es característica de la primera Compañía.
26. Estamos convencidos de que las vocaciones surgen en ambientes con una fuerte
experiencia de Dios, de la cual se deriva un amor y un servicio gratuitos a los más pobres.
El consagrado es, ante todo, un “hombre de Dios” y así debe mostrarse. Todos nos
tenemos que preguntar si nuestros ambientes reflejan y contagian a los jóvenes deseos de
entrega incondicional al Señor, gozo por vivir la radicalidad evangélica y esperanza en el
futuro, o por el contrario, cultivan vidas mediocres y apagadas que no suscitan el deseo de
ser compartidas. La vida evangélica contiene una gracia que siempre encanta.
27. El P. General dijo en su discurso a la Congregación de Procuradores: “La Compañía
entera está llamada a vivir más explícita y visiblemente nuestra misión ignaciana. De lo
contrario, corremos el riesgo de invitar a los candidatos a venir a ver, para descubrir que
en el fondo no hay nada que ver que les atraiga a la vida y al trabajo de la Compañía”.14
28. Para lograr que nuestras comunidades asuman este objetivo, proponemos los siguientes
medios:
• Orar de forma constante para que el Señor nos envíe muchas, buenas y santas
vocaciones.
• Reflexionar los compromisos concretos que se derivan de las orientaciones del P.
General sobre las vocaciones.
• Compartir en las conversaciones comunitarias lo que sentimos y vivimos en nuestro
trabajo pastoral y vocacional, lo que hacemos y sus resultados.
• Sensibilizarnos positivamente ante las preguntas que los jóvenes se plantean sobre
nosotros y sobre nuestro estilo de vida, tal como lo hizo la CG 34.15
• Crear las condiciones para que cada comunidad religiosa se abra a los jóvenes con
inquietud vocacional.
• Ayudarnos a superar nuestras resistencias ante las exigencias que implica una
adecuada animación vocacional.
3. A nivel apostólico:
29. La PV debe trabajar íntimamente relacionada con los diferentes Sectores y Comisiones
apostólicas de la Compañía en AL, al interior de un Plan apostólico articulado, haciendo
realidad el llamado que el P. General hizo a los Superiores Mayores para que “consideren
la promoción vocacional como una prioridad real, claramente expresada en los proyectos
apostólicos Provinciales”.16
30. Todas nuestras obras apostólicas deben tener una clara identidad evangelizadora y eclesial
que exprese los valores ignacianos.17 De ese modo, las personas que trabajan en ellas o se
benefician de sus acciones pueden percibir un eventual llamado del Señor y “que ese
12
PyH, 31b.
13
De un cuestionario realizado por Nadal para los jesuitas de España y Portugal en 1561-62 acerca de los
motivos para hacerse jesuitas: “…los jesuitas mencionaban que se sentían específicamente atraídos a la
Compañía antes que a otras órdenes por la alegría, refinamiento y afabilidad de los propios jesuitas... A veces
también expresaban que se sentían impresionados por el entusiasmo de la comunidad jesuítica y por el afecto
que los jesuitas se tenían mutuamente” (cfr. John W. O’Malley: Los primeros jesuitas, Mensajero-Sal Terrae, p.
78).
14
Peter-Hans Kolvenbach: 69ª. Congregación de Procuradores, Loyola/España, 18/09/2003.
15
CG 34, 10, 3.
16
Peter-Hans Kolvenbach. Cfr Anexo 1.
17
Kolvenbach, Peter-Hans : Orientaciones para las relaciones entre el superior y el director de obra (1998), 1.
12
llamado se puede realizar de un modo eminente en la vida consagrada y en particular, en
la Compañía de Jesús”.18
31. El horizonte de nuestra promoción vocacional es aumentar y fortalecer el cuerpo
apostólico para la misión del Reino de Dios; por eso, la necesaria interacción entre la PV y
la misión apostólica debe inyectar nuevas fuerzas, retos y sueños a los proyectos
apostólicos que estamos realizando. Dios trabaja, pero también desea ardientemente
nuestra colaboración creativa.
32. La experiencia de los últimos años nos dice que las siguientes decisiones han sido
positivas:
• Coordinadores Provinciales de PV sean nombrados a tiempo completo.
• Participación del Coordinador en las reuniones de los otros Sectores apostólicos.
• Participación del Coordinador de PV en la reunión de los Superiores y Directores de
obras de la Provincia.
• Participación de la Pastoral Vocacional en las reuniones sobre el proyecto apostólico
de la Provincia.
4. A nivel eclesial:
33. Toda vocación religiosa implica comunión y participación con toda la Iglesia. Por eso,
hemos de cultivar con mayor empeño, en los grupos donde trabajamos, un aprecio
explícito a los diversos modos de ser parte de ella. La descalificación de otras formas de
ser Iglesia no promueve vocaciones, más bien las ahuyenta.
34. Por ser una actividad de la Iglesia, el animador, el equipo vocacional, la comunidad
vocacional y toda la Provincia deben estar vinculados a la Iglesia local.19 Un carisma se
empobrece cuando se aísla de su referencia eclesial.
35. El “nuevo sujeto apostólico” tiene un rol particular en la visibilidad y animación de los
diversos modos de participar en la dimensión evangelizadora de la Iglesia: como laicos o
religiosos, como hermanos o sacerdotes. La diversidad enriquece si se vive desde una
identidad expresada con alegría, convicción y sin ambigüedad. Por eso mismo, el “nuevo
sujeto apostólico” es, al mismo tiempo, animador vocacional y destinatario de la
animación.
36. Hoy día no es extraño que nos vengan vocaciones que hayan pertenecido, de algún modo,
a otras confesiones cristianas. Salvando las necesarias implicaciones jurídicas para su
ingreso a la Compañía, creemos que estas vocaciones son un don de Dios y nos ayudan a
vivir el ecumenismo “como una nueva forma de ser cristiano”.20
5. El rol de la Pastoral Vocacional y de su equipo:
37. En el conjunto del cuerpo apostólico y eclesial, todo él animador vocacional, se inscribe el
trabajo específico de la pastoral vocacional y de su equipo. “El promotor debe fomentar y
animar el interés práctico por las vocaciones en todos los jesuitas y realizar un proyecto
que involucre de diversas formas, a las comunidades y obras apostólicas de la
Provincia”.21 De ese modo, el promotor (o, mejor, Coordinador de la pastoral vocacional)

18
F. Ivern: “Una amplia política vocacional” (Palabra del Presidente: 01/11/03), en
www.cpalsj.org/documentos/Ivernampliapolvoc.htm
19
PyH 21,1,c.
20
CG 34, decr. 12, 3.
21
Peter-Hans Kolvenbach: Carta sobre la promoción de vocaciones (27/09/97). Cfr. Anexo 1.
13
se dedica principalmente a la animación y programación de la PV, a la implementación del
plan vocacional dentro del plan orgánico de pastoral de la Provincia, y al acompañamiento
de los candidatos.
38. Estas funciones implican:
• Que exista un plan de PV, conocido y asumido por toda la Provincia, en el que cada
comunidad participe según sus posibilidades y capacidades.
• Que el equipo de PV organice y coordine los esfuerzos de las distintas obras,
ayudando a crear planes regionales que tengan objetivos y actividades concretas.
• Que el equipo de PV ofrezca materiales de promoción que faciliten la integración del
mayor número posible de jesuitas y laicos en el trabajo vocacional.
• Que se fomenten los espacios oportunos para informar a la Provincia sobre lo que se
hace en la promoción vocacional.
14
3

PROMOCIÓN VOCACIONAL

39. La promoción vocacional es el conjunto de actividades que presenta a los jóvenes lo que somos, lo
que hacemos y el por qué lo hacemos, para colaborar con Dios que hoy los sigue llamando, porque
“las vocaciones son un don de Dios, pero un don condicionado a nuestros esfuerzos por
suscitarlas y descubrirlas”.22
40. La promoción vocacional a la Compañía se fomenta sobre todo con la presentación e
invitación a “sentir y gustar” nuestra experiencia fundante y cómo la vivimos en las
comunidades apostólicas.
41. Una auténtica promoción vocacional ayuda a los jóvenes a descubrir su identidad
vocacional (e-voca), los reta a ir más allá de sí mismos, descubriendo la vida como don
(pro-voca) y los “con-voca” a formar comunidad para asumir juntos la misión.
42. Las vocaciones se promueven por medio de la oración; a través de una presentación clara
de nuestro carisma y misión; a través del contacto personal con los jóvenes en los distintos
campos apostólicos e invitándoles a participar en nuestras obras y ministerios, dando así a
conocer la Compañía, su misión y sus santos por medio de posters, libros, videos, radio,
televisión e Internet. Pero esos medios en sí mismos no bastan. Se requiere sobre todo la
relación personal donde se propone al joven la vocación a la Compañía como una
alternativa de realización personal y cristiana.
1. Objetivo
43. Dar a conocer a los jóvenes y niños, de forma motivadora y adaptada a su sensibilidad y
cultura, la vida y misión de los jesuitas para que puedan descubrir, como una posible
opción de vida, la vida religiosa a la Compañía de Jesús, en sus modalidades de sacerdote
y hermano, si así lo quiere Dios.
2. Metas
44. Las siguientes:
• Compartir con los destinatarios de la PV nuestro ser y misión, lo que nos da identidad
y es nuestro fundamento: el seguimiento de Jesús y su propuesta a la manera de
Ignacio.
• Ofrecer a los jóvenes la experiencia de los EE como instrumento privilegiado para su
discernimiento vocacional.
• Crear espacios de reflexión y de encuentro en que los participantes se abran a la
invitación personal de Dios.
• Invitar a los jóvenes a visitar nuestras comunidades y a participar en actividades
apostólicas donde puedan compartir nuestro modo de vida y también su experiencia
espiritual.
• Crear los materiales necesarios para ofrecerles una adecuada información vocacional.
• Dar a conocer, de forma motivadora, la vida y misión de nuestros santos y beatos.
• Invitar a los inquietos vocacionalmente a probar nuestro modo de proceder en alguna
comunidad vocacional o en alguna casa de formación durante cierto tiempo y al nivel
propio de los aspirantes.

22
Peter-Hans Kolvenbach: Cfr Anexo 1.
15
• Lograr que cada Provincia consolide una manera de proceder respecto de la
promoción vocacional.
3. Perfil del Promotor Vocacional
45. El P. General dice: “En cada Provincia o Región debe haber un promotor o animador
vocacional de tiempo completo, que cuente con el apoyo real de los superiores y sea
capaz de suscitar y descubrir las posibles vocaciones”.23
46. El promotor es un apóstol que:
• Transmite con su vida y en su trato con los jóvenes una visión motivadora de lo
que hoy significa ser jesuita.
• Establece con los jóvenes una relación cercana en la que expresa su vivencia de
Jesús, su carisma y su espiritualidad.
• Acompaña el proceso de discernimiento vocacional del joven y respeta las
decisiones que surjan de éste.
• Tiene movilidad y disponibilidad de tiempo para salir al encuentro de los jóvenes y
atenderlos.
• Convoca a los diversos delegados jesuitas regionales de la Provincia y a otros
colaboradores no jesuitas para animar el ministerio de la promoción vocacional.
4. ¿Dónde hacer promoción vocacional?
47. Es necesario preparar acciones pastorales y detectar los lugares que más preparen y
dispongan a los jóvenes para su cuestionamiento y respuesta vocacional. Es también
urgente hacernos presentes en los nuevos escenarios para hacer la pregunta vocacional en
el ambiente y la cultura actual. Necesitamos ser más agresivos y lanzar el desafío
oportuno en el ambiente correcto, donde el seguimiento de Jesús se vive con gozo,
credibilidad y sensibilidad social. Por eso la promoción vocacional debe hacerse:
• Donde trabajamos y vivimos.
• Donde están los jóvenes con cualidades y grandes deseos, capaces de hacer una
seria opción vocacional.24
• Donde haya jóvenes con estructura, con capacidad para las rupturas propias de
nuestro carisma y adaptables a otros ambientes y culturas.25
48. No nos resignamos a la esterilidad vocacional de algunas de nuestras obras. Creemos que
si consolidamos nuestra identidad religiosa y jesuítica resultaremos más significativos y
provocaremos vocacionalmente a nuestros destinatarios.
5. Recursos de la Promoción Vocacional
5.1 Humanos
49. Los siguientes:
• El Padre Provincial, pues es quien toma las decisiones pertinentes para hacer de este
ministerio una prioridad apostólica de todos los jesuitas.
• Los Coordinadores nacionales de PV de AL, que impulsan un proyecto vocacional de
la CPAL con lineamientos y criterios comunes.

23
Peter-Hans Kolvenbach: Cfr Anexo 1.
24
Const., n.147.
25
Const., n.603.
16
• El equipo de PV de la Provincia, que se reúne para planificar y evaluar la realización
del proyecto de pastoral vocacional, con la ayuda de hermanos y estudiantes jesuitas,
en cuanto sea posible.
• Las comunidades de jesuitas, que oran por las vocaciones y están disponibles para
identificar y recibir a jóvenes con inquietud vocacional.
• Los delegados zonales, que reciben y acompañan a los jóvenes con inquietud
vocacional.
• Todos los miembros del nuevo sujeto apostólico, que viven este ministerio como parte
de su misión eclesial.
• Los laicos, sobre todo de las CVX y de las Redes Apostólicas Ignacianas, en sintonía
con la espiritualidad ignaciana, que sean co-responsables en la promoción vocacional.
5.2 Pastorales
50. Los siguientes:
• El acompañamiento sistemático de los jóvenes que manifiestan inquietud vocacional.
• Los EE: fuente de nuestra espiritualidad y experiencia que ayuda a sentir y a
consolidar el llamado.
• Las convivencias vocacionales con los más interesados.
• La oración, liturgias y eucaristía por las vocaciones.
• La invitación a vivir un tiempo en alguna comunidad vocacional.
• Los campamentos de trabajo y misión.
• Las Pascuas juveniles, las vigilias de Pentecostés y demás celebraciones del calendario
litúrgico de la Iglesia.
• El mes ignaciano, para presentar el carisma, proyecto apostólico y estilo de vida de la
Compañía, por medio de liturgias y concursos, obras de teatro, canciones, carteleras,
convivencias, vídeos y foros.
5.3 Materiales
51. La dotación de suficientes recursos materiales y financieros.
6. Políticas de la promoción vocacional
52. Sugerencias de políticas y acciones a los Provinciales.26
• Que garanticen una mayor permanencia y continuidad de los Coordinadores de la PV.
• Que junto con los superiores locales impulsen el diseño de un trabajo juvenil con
inspiración ignaciana - adecuado a la nueva cultura, integral y progresivo - que
capacite para la elección de un estado de vida, “dentro de una amplia política
vocacional”.27 La fecundidad de la PV supone también la existencia de este trabajo
juvenil, aunque no le compete su diseño y puesta en práctica.
• Que impulsen la articulación de la PV con los distintos Sectores apostólicos, de modo
que, en los proyectos apostólicos de todas las obras de la Provincia se incluya la PV.
• Que se celebre el día 5 de noviembre, fiesta de todos los santos y beatos de la
Compañía de Jesús, como día de oración por las vocaciones a la Compañía.
6.1 En nuestros Colegios
53. Que los Provinciales y superiores locales animen a nuestros colegios y a la Asociación de

26
Propuestas del grupo de trabajo sobre la Promoción Vocacional (GT) a la CPAL. Río de Janeiro, 7-9/09/2003.
27
PyH, n. 31a.
17
Antiguos Alumnos (AAA) para que, en coordinación con el equipo de PV, impulsen:
• La oración por las vocaciones en sus distintos niveles.
• La información amplia y detallada sobre la Compañía de Jesús, mediante paneles o
mamparas, periódicos, revistas, charlas, vídeos, etc.
• La vinculación de la PV con las instancias y personas del colegio (jesuitas,
educadores, personal administrativo, empleados y familias) que nos permitan
contactar con posibles candidatos a la Compañía.
• La participación de los jóvenes inquietos vocacionalmente en las actividades de la PV.
• El acompañamiento espiritual por parte de algún jesuita, que ayude al discernimiento
vocacional de los jóvenes con inquietud por la vida sacerdotal y religiosa.
• La integración de estos jóvenes inquietos vocacionalmente en algún programa de
voluntariado o trabajo juvenil ignaciano.
• La realización de experiencias, especialmente con los más pobres.
6.2 En nuestras Universidades
54. La posibilidad de promover las vocaciones en las universidades se enfrenta a la etapa en
donde el joven ya ha tomado sus primeras decisiones importantes, tales como la elección
de carrera y la planeación de un trabajo y de su vida futura. El reto estriba en explicitar la
opción de la vocación, tal vez en los primeros años de carrera, para que sea considerada
como una posible opción de vida. De igual forma, el joven universitario ha tenido una
experiencia mayor de vida, lo cual le permite considerar esta opción como algo más
fundamental y duradero. Se puede entonces considerar la promoción como un elemento
que, incluyendo aspectos de mayor reto, le supongan un atractivo para considerarlo como
una posibilidad dentro de los diferentes estilos de vida.
55. Que los Provinciales y superiores locales animen a nuestras universidades para que, en
coordinación con el equipo de PV impulsen:
• La información suficiente sobre la vida y misión de la Compañía y sobre el reto de ser
jesuita hoy.
• La constitución de mecanismos institucionales que permitan promover la vocación y
misión de la Compañía en la Provincia y en el mundo.
• El diseño de programas y talleres de crecimiento espiritual y superación personal,
encaminados al descubrimiento de la vocación.
• El acompañamiento de los jóvenes que tengan alguna inquietud por nuestro estilo de
vida.
• El contacto de los jóvenes vocacionalmente inquietos con la PV.
• Acompañamiento espiritual que ayude al discernimiento vocacional de los jóvenes.
• Ofrecimiento de actividades extracurriculares: misiones, pascuas universitarias,
voluntariados, retiros, ejercicios, etc.
6.3 En nuestras Parroquias
56. Que los Provinciales y superiores locales animen a nuestras parroquias, en coordinación
con el equipo de PV, para que impulsen:
• La oración y misas por las vocaciones.
• Una catequesis en clave vocacional amplia.
• La información adecuada sobre la Compañía de Jesús mediante paneles, mamparas,
periódicos, revistas, charlas, vídeos, etc.
• El contacto con los jóvenes de la parroquia, especialmente con los que manifiestan
inquietud vocacional.
18
• La participación de los jóvenes con inquietud vocacional en las actividades propias de
la PV, como son EE, convivencias, misiones y otras.
• El acompañamiento vocacional de los jóvenes con inquietud por la vida sacerdotal y
religiosa.
• Las experiencias de vida cristiana comprometida.
• Las experiencias de contacto con los pobres.
6.4 En nuestros Centros de Espiritualidad
57. Que los Provinciales y superiores locales animen a nuestros centros de espiritualidad para
que, en coordinación con el equipo de PV impulsen:
• Una reflexión sobre el modo de dar los EE a los jóvenes hoy.
• Una oferta gradual de EE para jóvenes, especialmente universitarios, que culmine con
la elección de un estado de vida.
• Un plan de formación en EE y en acompañamiento espiritual para los estudiantes
jesuitas, en colaboración con las instancias de la formación de la Provincia.
• El envío de los jóvenes con inquietud a la PV.
58. De lo dicho anteriormente surge una nueva comprensión del trabajo vocacional y un modo
de proceder más sereno y auténtico que afecta profundamente a nuestra misión, identidad
y modo de actuar: “El servicio de promoción vocacional es decisivo e imperativo para el
futuro de la Compañía y para el servicio que ella está llamada a prestar en la Iglesia”.28

28
Peter-Hans Kolvenbach: Cfr Anexo 1.
19
4

ACOMPAÑAMIENTO VOCACIONAL

59. El acompañamiento vocacional es un ministerio de todo jesuita, asumido de forma más


directa por quienes tienen mayor vinculación con la PV.
60. El acompañamiento permite que el aspirante conozca la Compañía de Jesús y que el
acompañante evalúe la motivación, madurez y capacidad afectiva, intelectual, comunitaria
y apostólica del aspirante y lo prepare para su ingreso en el noviciado.
1. Objetivos
61. Los siguientes:
• Conocer al aspirante, especialmente en los aspectos que más afectan a su vida y
vocación.
• Ofrecer al aspirante las herramientas que le permitan discernir y elegir su vocación.
• Lograr que el aspirante, por medio de lecturas y contactos con jesuitas y obras,
adquiera un conocimiento realista de la Compañía de Jesús.
• Introducir al aspirante en nuestra espiritualidad y modo de proceder por medio de los
EE.
• Completar las carencias que presente el aspirante y prepararlo para su ingreso al
noviciado.
2. Funciones del acompañante
62. Las siguientes son necesarias:
• Orar por sus dirigidos y por las vocaciones.
• Testimoniar lo que es ser jesuita: un maestro de vida u hombre espiritual que vive
centrado en su misión, coherente con el modo nuestro de proceder y que transmite a
Jesús con su vida.
• Ser guía espiritual, motivando al aspirante para que se disponga a oír a Dios y
ofreciéndole herramientas para que pueda entender a dónde le conduce con sus
invitaciones.
• Dar a conocer la Compañía de Jesús, orientando al aspirante en el conocimiento de la
historia, opciones y proyectos de la Compañía de Jesús y lo inicia en la vida de
oración, apostolado y estilo propio de la Compañía.
3. Actitudes del acompañante
63. Creemos que estas son necesarias:
• Cercanía y cordialidad. Crear un tono de amistad que ayude al aspirante a mostrarse
con total libertad.
• Empatía. Contactar con la otra persona desde su interioridad y entender lo que quiere
expresar, más allá de sus palabras. Desde una aceptación de su realidad, sintonizar con
lo que es, siente y expresa. Esta libertad permite que el aspirante pueda expresar las
dimensiones más profundas de su vida.
• Respeto por el camino y ritmo del proceso vocacional, sin querer influir en la decisión
vocacional del joven.
• Esperanza. Confiar en que durante el proceso se irá aclarando la opción vocacional.
20
• Paciencia. Comenzar desde el punto donde se encuentra el aspirante y avanzar
conforme a su ritmo.
• Humildad. Saberse instrumento de Dios en el acompañamiento conlleva pedir luz para
saber orientar, no atribuirse los éxitos o fracasos, ni hacerse el protagonista. Vivir los
encuentros como una auténtica experiencia de fe.
• Honestidad. Reconocer las propias limitaciones y saber delegar a tiempo o interrumpir
el proceso cuando sea conveniente.
• Cuidado y reserva con la interioridad del joven asesorado.
4. Procesos del acompañamiento
64. Parecen ser necesarias las siguientes experiencias:
• Auto-conocimiento. Es importante que el aspirante conozca su historia personal y vaya
ejercitando sus aptitudes, logre una positiva valoración de sí y un equilibrio
emocional. La claridad sobre el grado de madurez afectivo-sexual del aspirante y su
capacidad para enfrentar los desafíos que supone la vida religiosa es fundamental.
• Reconciliación consigo, con los otros y con Dios para enfrentar y asumir las realidades
dolorosas de su historia, sus propios límites y fragilidades. Sólo quien ha sentido la
necesidad de pedir perdón y se ha sentido perdonado adquiere una actitud de
misericordia hacia los demás y la conciencia de que Dios sigue trabajando en su
fragilidad.
• Formación espiritual. El aspirante debe crecer en su capacidad de introspección y
discernimiento; identificarse con la persona de Cristo y su causa, enfrentando y
asumiendo desde ella sus propias inconsistencias, es decir la contradicción entre lo
que se desea y lo que se vive. Así ordena los afectos que están en la base del deseo de
ser jesuita, los fundamenta en una experiencia de Dios, de forma que su decisión sea
clara y recta y no sólo una huida de conflictos o una búsqueda de promoción personal.
• Iniciación al apostolado. Los jóvenes participan en actividades apostólicas que les
ayudan a descubrir la realidad social y eclesial, estando en sintonía con el modo de
proceder propio de la Compañía. El apostolado se realiza en coordinación con el
prenoviciado, para lograr criterios y métodos comunes.
• Capacidad para vivir y trabajar en equipo y en comunidad. No ser un constante
centro de atención; saber dialogar y colaborar; corregir y ser corregido. Ser amigo de
los compañeros de ruta, y también de los formadores.
• Conocimiento realista de la Compañía, a través de lecturas, contactos con jesuitas,
visitas a las casas de formación y a las comunidades apostólicas y obras de la
Provincia.
• Sensibilidad social. Adquirir conciencia de las necesidades del país por medio de
experiencias de inserción social.
• Capacidad intelectual y nivelación cultural. Disponerlo suficientemente para los
estudios prolongados y la formación compleja que los apostolados de la Compañía
exigen.
5. Preguntas que debe hacerse el acompañante vocacional
65. Las siguientes:
• ¿Hay “subiecto”? ¿Es un joven con “madera” para ser jesuita? ¿Tiene la base humana
para vivir con paz y fecundidad apostólica nuestro modo de vida?
• ¿Por qué quiere ser jesuita? ¿Expresa una motivación válida y libre? ¿Sus razones son
convincentes?
21
• En su planteamiento ¿Hay experiencia de Dios? ¿En su vida espiritual aparece Jesús y
su causa? ¿Busca ayudar a los demás? ¿Tiene sentido apostólico?
• ¿Hay sinceridad y transparencia en su comunicación? ¿Se muestra tal y como es? ¿Se
deja conocer o se sospecha que engaña y dice lo que el acompañante quiere oír?
• ¿Es responsable en su proceso vocacional? ¿Es puntual y responsable con las
entrevistas? ¿Se notan cambios en su vida desde que empezó el proceso vocacional?
• ¿Qué hay que hacer para que esté listo el día de su ingreso al noviciado y entre con la
mayor madurez posible? ¿Qué pasos hay que dar?
6. Gradualidad del acompañamiento vocacional
6.1 Niveles de la decisión vocacional
66. Distinguimos tres niveles de decisión vocacional en el joven acompañado:
• El inquieto (“tal vez sí, tal vez no…”): es un joven que tiene aún muchas dudas
respecto a su estado de vida; todavía no sabe claramente si lo suyo es el sacerdocio, la
vida religiosa o el laicado.
• El aspirante (“Sí, pero todavía no porque…”): es una vocación que tiene decidido
entrar a probación, pero quiere madurar algunos aspectos de su personalidad o
resolver algún asunto que podría perturbarle una vez ingresado al noviciado.
• El candidato (“Sí, estoy listo”): es una vocación que se encuentra muy decidida y
quiere corroborar por varios meses su decisión, antes de su próximo ingreso al
noviciado.
6.2 Actividades adaptadas al estado de la decisión
67. Con los inquietos se debe hacerse lo siguiente:
• Pedir el nombre, teléfono y dirección o correo electrónico de quien solicite
información sobre la Compañía.
• Entrevistarlo cara a cara: Brinda un conocimiento personal que no se logra en largas
conversaciones por teléfono o Internet.
• Tomar los datos generales en una hoja de vida o ficha vocacional.
• Brindar información suficiente de la Compañía por medio de folletos.
• Ofrecer elementos de oración y discernimiento.
• Invitar a celebraciones como ingresos al noviciado, votos, ordenaciones, cumpleaños y
jubileos y funerales de los nuestros y conmemoraciones, en los que puedan expresar y
reforzar su interés vocacional.
• Invitarlos a visitar algunas de nuestras comunidades y a participar en experiencias
vocacionales puntuales.
• Relacionarse con la familia para involucrarlos en el discernimiento.
• Expresar y comunicar al equipo vocacional su primera impresión.
• Fijar una próxima entrevista, si lo estima pertinente.
68. Con los aspirantes se debe hacer lo siguiente:
• Integrar al grupo de aspirantes para que mutuamente se fortifiquen en su búsqueda
vocacional.
• Tener encuentros con regularidad: Eucaristía, reuniones comunitarias, descansos con
la comunidad local, puesta en común del discernimiento, lecturas espirituales, charlas
sobre nuestro estilo de vida, la formación y la manera de vivir los votos en la
Compañía.
• Prepararlos para las rupturas que le exigirá la nueva etapa y estilo de vida del
22
noviciado: familia, novia, deudas, contextos no apropiados al desarrollo de la
vocación, tratamientos médicos u odontológicos, trabajo y demás.

69. Con los candidatos se debe hacer lo siguiente:


• Ponerse en contacto con los encargados del prenoviciado para entregarles al aspirante
con su respectivo proceso.
• Visitar la familia del candidato para conocer sus circunstancias, condicionamientos y
disposiciones para tener un hijo jesuita y presentarles personalmente la Compañía de
Jesús.
• Ofrecerle un acompañamiento espiritual que le ayude a confirmar su llamado.
• Acompañar con cercanía al candidato en las actividades que le proponga el
prenoviciado, manteniendo una sana distancia, que le permita tener la libertad
necesaria para tomar una decisión.
7. Aspectos a tener en cuenta en el acompañamiento
70. Conviene tener presente lo siguiente:
• Trabajar como acompañante su propia dimensión afectiva. Ser consciente de las
mutuas transferencias que surgen en el proceso de acompañamiento.
• Observar en el aspirante su capacidad para asimilar el modo nuestro de proceder.
• Observar la madurez de un aspirante en las entrevistas y en otros espacios y ambientes
de interacción como son el trabajo apostólico, la convivencia informal, la oración y el
descanso.
• Contar con la ayuda de un psicólogo que ilumine y brinde un diagnóstico profesional
en los casos más difíciles.
• Trabajar en equipo con otros compañeros jesuitas para lograr ser más objetivo en el
discernimiento.
• Presentar la vocación a la Compañía como un medio para responderle a Dios y no
como un absoluto. Ayudarle a tener otras alternativas de vida.
• Verificar el ambiente de la comunidad local antes de presentarle un joven
vocacionalmente inquieto.
• Dar por terminado el proceso de discernimiento a la Compañía cuando se tenga
claridad de ello.
23
5

PRENOVICIADO

71. El proceso de discernimiento a la Compañía de Jesús es progresivo. Para poder conocer al


candidato antes de su ingreso al noviciado, conviene que viva un tiempo de Prenoviciado
(PN).
72. El PN es una etapa de probación, preparación y selección del candidato para su ingreso en
el noviciado de la Compañía de Jesús. Supone un tiempo privilegiado para el mutuo
conocimiento entre la Compañía y el candidato antes de la consulta de admisión.
73. El candidato que es admitido para la experiencia del PN es un joven que quiere ser
ayudado en su discernimiento para verificar sus deseos y clarificar sus dudas
vocacionales.
74. Es conveniente que en el equipo del PN haya un hermano jesuita para que, en este período
de discernimiento y opción, los candidatos puedan confrontarse y convivir con la vida,
vocación y testimonio de los hermanos en la Compañía.
1. Objetivos
75. Favorecer una experiencia de vida humana, comunitaria, apostólica, espiritual y de
estudios que ayude a:
• Verificar si el candidato es apto para la vida religiosa como jesuita.
• Nivelar las carencias del candidato a fin de tener los requisitos necesarios para su
ingreso en el noviciado.
• Ayudarle a purificar en el Señor sus motivaciones vocacionales.
• Prepararle para las rupturas propias del noviciado.
2. Áreas de formación
76. Las siguientes nos parecen fundamentales:
• La humana: que busca el crecimiento integral de la persona, a través de su auto-
conocimiento, el desarrollo de sus aptitudes y la vida en comunidad.
• La cristiana: para profundizar en la experiencia de Dios que se revela en Jesucristo y
cómo la entiende la Iglesia.
• La apostólica: para comenzar una cierta introducción en el cuerpo apostólico de la
Compañía, para trabajar en equipo y para colaborar con otros en la construcción del
Reino de Dios.
• La vocacional: para que el candidato conozca el carisma de la Compañía, sus obras y
comunidades, las exigencias que plantea la consagración a Dios en la vida religiosa y
su aptitud para asimilar el modo nuestro de proceder, al menos en esperanza.
3. Perfil de los candidatos
77. Para entrar a la Compañía, como sacerdote o como hermano, es necesario quererlo, poder
realizarlo y tener recta intención. Estas tres características expresan el don de la vocación
y se convierten en su criterio de verificación.
78. El candidato que es admitido para la experiencia del prenoviciado es un joven que quiere
ser ayudado en su discernimiento para clarificar sus dudas y cuestionamientos
vocacionales.
24
79. “Sin una preocupación obsesiva por el número, el promotor vocacional debe buscar
candidatos de calidad apostólica, con fe profunda, sanos, equilibrados y de vida
sacramental; que hayan enfrentado y asumido los aspectos oscuros de su vida, su
sexualidad; jóvenes que amen a la Iglesia y crean en su renovación; con capacidad
intelectual para cumplir la formación académica exigida por nuestra misión
apostólica”.29
3.1 De la idoneidad de un candidato
80. Valorizamos los rasgos siguientes en el nivel humano:
• La salud y buenas costumbres.
• Las cualidades humanas notables para este género de vida.30
• La capacidad para conocerse a fondo, especialmente sus lados oscuros.
• La capacidad para crecer en madurez humana, incluyendo su sexualidad.
• El equilibrio emocional y la capacidad para soportar tensiones, la soledad y la posibles
frustraciónes.
• La capacidad para integrarse y pertenecer a un grupo y también para dejar y
“despedirse” de lo que ya queda atrás.
• La capacidad para vivir en la rutina.
81. Valorizamos los rasgos siguientes en el nivel religioso:
• El deseo constante de ser religioso en la Compañía de Jesús.
• La capacidad para cultivar la intimidad con el Señor en la oración.
• La inclinación para vivir la pobreza evangélica, la castidad y la obediencia.
• La capacidad para ir más allá de sí mismo y salir de su propio amor, querer e interés.
• La capacidad para vivir en comunidad.
• La transparencia y confianza con sus formadores y orientadores.
• La docilidad para dejarse formar y corregir.
• La coherencia de vida.
• La actitud del servicio humilde en el apostolado.
• La capacidad para los estudios que exige el apostolado de la Compañía.
• El conocimiento e identificación con el carisma de la Compañía de Jesús hoy.
• La solidaridad social y sensibilidad ante las injusticias, motivada por su experiencia de
Dios.
• La capacidad para hacer los Ejercicios de mes.
3.2 Antecedentes y situaciones que pueden dificultar y desaconsejar la admisión31
82. Se trata de circunstancias o realidades que no afectan la validez o licitud de la admisión,
pero que hacen al candidato menos apto para la vida y misión de la Compañía. Al
constatarse estas ocurrencias, quien tiene la facultad para admitir al noviciado deberá
considerar si tales limitaciones están compensadas por otras cualidades que recomiendan
la admisión del candidato.
83. Estas circunstancias, entre otras, son las siguientes:
• Escasa formación humana.

29
Peter-Hans Kolvenbach: Cfr Anexo 1.
30
Const. 147.
31
Peter-Hans Kolvenbach: La formación del jesuita, Curia General de la Compañía de Jesús, Roma, 2003, p. 34;
MAN 26, 1.
25
• Dificultad notable para asumir los estudios que propone la Compañía.
• Salud física o mental precaria, así como las deformaciones notables.
• Pasiones o afectos muy difíciles de dominar: indolencia, devociones indiscretas, apego
excesivo a la propia forma de pensar, caprichos, carencia notable de juicio y de sentido
común, consumo compulsivo, carácter conflictivo que dificulta la vida en comunidad,
ansiedad exagerada por entrar en el prenoviciado, incapacidad para soltarse de los
lazos familiares y del modo de vida anterior.
• Falta de perseverancia, inestabilidad e incapacidad para superar obstáculos y desafíos.
• Haber sido seminarista o haber pertenecido a una comunidad y mantener un estilo y
mentalidad que obstaculizan la asimilación del modo nuestro de proceder.
• Haber pasado por muchas carreras, sin concluir ninguna o por muchos procesos
vocacionales sin terminarlos.
• Tener una edad avanzada, sobre todo cuando no se ha concluido una carrera
profesional.
• Tener obligaciones civiles respecto a bienes o personas (deudas, manutención de
familiares, deberes judiciales, etc.).
• Haber tenido adicciones importantes a drogas, alcoholismo o promiscuidad sexual.
Incapacidad para vivir un tiempo prolongado de tranquila continencia.
• Ser un converso de otra religión o de la increencia absoluta si le hacen lastre y le
dificultan el asumir la nueva identidad corporativa de la Compañía.
3.3 Prohibiciones que afectan a la licitud de la admisión
84. Hay impedimentos que hacen ilícita la admisión y cuya dispensa está reservada al Papa o
al P. General:
• Haber hecho votos temporales en otro instituto religioso o la primera incorporación en
un instituto secular o en una sociedad de vida apostólica o de vida común, similar a la
de los religiosos.
• Ser sacerdote o diácono, admitido a la Compañía sin consulta previa del obispo.
• Haberse apartado públicamente de la Iglesia Católica, renegando en cualquier modo
de la fe, después de haber cumplido los dieciséis años.
• Haber cometido públicamente homicidio voluntario.
• Haber provocado efectivamente un aborto o haber colaborado activamente en él.
• Ser mayor de 50 años.
• Tener deudas que no pueda pagar.
• Haber perdido la buena fama por delitos o por malas costumbres.
• No haber pasado más de tres años desde su conversión a la fe cristiana o a la plena
comunión eclesial.
3.4 Impedimentos que afectan a la validez de la admisión
85. Hay impedimentos establecidos por el derecho común de la Iglesia y que sólo pueden ser
dispensados por la Santa Sede:
• No ser católico.
• Tener menos de diecisiete años.
• Estar casado en matrimonio válido, civil o religioso.
• Estar ligado con votos temporales o definitivos a un instituto de vida consagrada o
sociedad de vida apostólica.
• Entrar al noviciado inducido por violencia, miedo grave o engaño. Falta de la debida
26
libertad.
• Ocultar la incorporación pasada a un instituto de vida consagrada o sociedad de vida
apostólica.
4. Modalidades del Prenoviciado
86. Es deseable que cada Provincia o Región tenga su propio prenoviciado. Ahí se propone un
conjunto orgánico de experiencias de vida que son un primer ensayo del modo nuestro de
proceder. En AL se pueden clasificar en tres categorías existentes de prenoviciado: en una
comunidad vocacional, en nuestras comunidades apostólicas y en la propia casa del
aspirante.
4.1 En una comunidad vocacional
87. Esta modalidad se realiza o con un grupo estable, que ingresa en la misma fecha y con un
programa relativamente común; o con un grupo abierto, que ingresa en diversos
momentos del año y con programas diferenciados y personalizados.
88. El objetivo de esta modalidad es profundizar en el acompañamiento de un joven, ya
iniciado antes de su entrada al PN, para ayudarle a comprobar y purificar la consistencia
de su motivación vocacional y, al mismo tiempo, proporcionarle una formación humana,
académica, comunitaria y apostólica, tanto cristiana como jesuítica, que le disponga para
el noviciado.
89. Los criterios de admisión a esta modalidad son los siguientes:
• Haber tenido un tiempo suficiente de acompañamiento.
• Manifestar en su vida indicios y capacidades para ser jesuita.
• Desear ser jesuita con una motivación adecuada.
• Tener por lo menos 17 años cumplidos y menos de 30.
• Haber terminado la enseñanza media.
• Tener una afectividad equilibrada.
• Tener actividad pastoral o pertenecer a algún movimiento de la Iglesia.
• Tener buena salud.
• Ser apreciado y querido en su ambiente cotidiano, familiar, social y académico.
• Estar libre de vicios y adicciones.
4.2 En nuestras comunidades apostólicas
90. El objetivo es proporcionar al candidato una experiencia de vida en una comunidad
apostólica, para que pueda discernir y confirmar su opción vocacional a la Compañía y
ésta pueda conocerlo mejor.
91. Además de los criterios ya dichos en la modalidad anterior, podemos añadir los
siguientes:
• La experiencia se realizará en una comunidad que tenga un proyecto atractivo a los
jóvenes y ofrezca un ambiente adecuado para el acompañamiento vocacional.
• La comunidad apostólica debe estar de acuerdo en recibir al candidato.
• El candidato mantiene contacto con jesuitas, laicos y otras personas que le ayuden en
su discernimiento y debe asumir algún servicio comunitario y participar de alguna
actividad pastoral.
• El candidato debe elaborar un plan de vida a ser aprobado por el Coordinador de la
PV.
• El candidato debe participar de todas las actividades comunes del plan de candidatos.
27
• El candidato será destinado a esa comunidad por el Coordinador de la PV.
4.3 En su propia casa
92. El objetivo es proporcionar los medios que permitan a un joven discernir su vocación a la
Compañía y ser conocido por ésta en su vida cotidiana.
93. Se deben tener en cuenta los mismos criterios de admisión a la comunidad vocacional,
especialmente, lo siguiente:
• Haber vivido un tiempo de acompañamiento vocacional.
• Haber participado en alguna de las actividades de la PV.
• Haber participado en alguna obra de la Compañía, asumiendo un compromiso
apostólico serio.
• Haber sido presentado al Coordinador de la PV por su acompañante vocacional.

94. Percibir que tiene madurez vocacional para un próximo ingreso al noviciado.
5. Experiencias del Prenoviciado
95. Suponemos las siguientes áreas:
• Humana: para buscar el crecimiento integral de la persona, a través de su auto-
conocimiento, el desarrollo de sus aptitudes y de la vida en comunidad.
• Cristiana: para profundizar en la experiencia de Dios que se revela en Jesucristo y
como la entiende su Iglesia.
• Apostólica: para comenzar una cierta aproximación al cuerpo apostólico de la
Compañía, trabajar en equipo y colaborar con otros en la construcción del reino de
Dios.
• La vocacional: para que el candidato conozca el carisma de la Compañía, sus obras y
comunidades, las exigencias que plantea la consagración a Dios en la vida religiosa y
su aptitud para asimilar el modo nuestro de proceder, al menos en esperanza.32
5.1 Área humana:
96. Elaboración de su autobiografía. El candidato dedicará un tiempo, más o menos largo, a
escribir su historia, abordando de modo claro y objetivo su proceso de crecimiento
humano y su consistencia vocacional.
97. Evaluación psicológica. Confirmar la aptitud del candidato para la Compañía y diseñar un
plan de trabajo personalizado durante el PN. Es necesario también contar con un
conocimiento del candidato en otros espacios para tener mayor objetividad. El informe
psicológico es sólo una ayuda para la admisión y no determina la aptitud del candidato; es
preciso ver la totalidad de la vida y su proceso como candidato.
98. Estudios. Adquirir métodos y hábitos de estudio teniendo en cuenta la formación actual
del candidato, buscando una progresiva formación humanística y desarrollando una
conciencia crítica ante la realidad. En algunos casos es necesario subsanar las deficiencias
de preparación académica y evaluar la capacidad intelectual del candidato para asumir los
estudios que exigen los apostolados de la Compañía.
99. Experiencia de trabajo. Desarrollar las aptitudes del candidato, ganar en autoestima y

32
NC, n. 25, 2, 4: “En esta etapa déseles suficiente información sobre la Compañía, por medio de la
conversación directa y por el estudio de su historia y la lectura de sus documentos principales, tanto antiguos
(la Fórmula del Instituto, el Examen General y las Constituciones, o extractos de las mismas) como otros más
recientes”.
28
ayudar a pagar los costes de su proceso de formación.
5.2 Área cristiana:
100. Una instrucción catequética y teológica suficientes. Que el candidato conozca lo
fundamental de la fe y las costumbres de la Iglesia, porque antes que jesuita primero debe
ser cristiano.
101. Las celebraciones litúrgicas de la Iglesia. La introducción del joven en el ritmo anual de
las fiestas y expresiones de fe de la Iglesia.
5.3 Área apostólica:
102. Experiencias de apostolado. Buscan iniciar y fortalecer al candidato en la experiencia de
servicio a la fe y la promoción de la justicia, como aspectos de una misma opción
apostólica; en el trabajo en equipo; y en la aproximación paulatina al cuerpo apostólico de
la Provincia. El apostolado tiene dos dimensiones:
• El servicio social o voluntariado, que procura educar al candidato en la
responsabilidad, la disponibilidad y la gratuidad, a través de la colaboración y contacto
con obras populares.
• La evangelización: experiencias pastorales para fortalecer y confirmar el talante
cristiano del candidato, su sentir con la Iglesia y su deseo de servir al pueblo de Dios
con el anuncio explícito de Jesucristo.
5.4 Área vocacional:
103. La experiencia personal de oración. El candidato es convidado a exponer con realismo
su vida ante Dios siendo acompañado en el método ignaciano de orar. Participa en alguna
de las modalidades de Ejercicios Espirituales (fin de semana, ocho días, en la vida
corriente, etc.).
104. El acompañamiento espiritual. Ayuda a configurar en el candidato su llamado. Debe ser
frecuente (semanal o quincenal) y con un jesuita experimentado.
105. Los Ejercicios Espirituales. Ayudan a vivenciar una oración profunda según el método
ignaciano, a centrar su afectividad en la persona y propuesta de Jesucristo y a buscar la
libertad interior que posibilita la opción vocacional.
106. La instrucción ignaciana. El joven irá adquiriendo los elementos básicos de la
espiritualidad de la Compañía, facilitando su discernimiento.
107. El conocimiento práctico de la etapa del noviciado. Compartir por un breve periodo la
vida de los novicios ofrece al candidato elementos para confirmar su vocación y verificar
si es el momento oportuno para su ingreso al noviciado.
108. El conocimiento práctico de obras y comunidades jesuitas.
6. Consulta de admisión
109. El Padre Provincial se reúne con su consulta de admisión para discernir las razones a
favor y en contra y tomar una decisión final.
110. La consulta tiene en cuenta los siguientes datos sobre el candidato:
• Ficha de identificación.
• Autobiografía.
• Informe psicológico.
• Informe médico.
• Informe de tres entrevistadores jesuitas.
29
• Informe del seminario o de una comunidad religiosa, si es el caso.
• Informe de la comunidad apostólica en donde ha realizado su experiencia.
• Parecer del director de la comunidad vocacional y del Coordinador Provincial.
111. El Padre Provincial informa al candidato su decisión (admitido a la Compañía, no
admitido o no admitido por el momento) y delega en el equipo vocacional el proceso final
de esta decisión, con los pasos que deben todavía ser tomados.
7. Preparación final para el ingreso al Noviciado
112. Tener en cuenta lo siguiente:
• Advertencia sobre los desafíos y dificultades que surgen en este tiempo previo al
ingreso.
• Calidad y refuerzo de su vida espiritual: sacramentos, oración y acompañamiento.
• Clara información respecto a su ingreso al noviciado: fecha de entrada, lo que necesita
llevar y disposición interior positiva.
• Actitud de transparencia con el Padre Maestro.
• Preparación para las rupturas a las que se tendrá que enfrentar (familiares, estilo de
vida, relaciones afectivas y profesionales, etc.).
• Dedicación de tiempo a la convivencia familiar.
• Actividades pastorales que favorezcan la identidad e integración del grupo de los
admitidos (campamento, misión con jóvenes, experiencias sociales, etc.).
30
6

UNIDOS EN LA MISIÓN Y EN RED

113.La PV en AL valoriza las características propias de cada país contempladas en los


diversos Planos vocacionales de cada Provincia. Actualmente, con el nuevo paradigma de
“fomentar una mayor unidad, comunicación y visión común entre todos, fijar prioridades
apostólicas comunes que permitan acciones conjuntas y un empleo más racional y
efectivo de los recursos humanos e materiales”, fomentando mayor solidaridad y ayuda
mutua entre la Provincias y Regiones de AL y entre ellas y las de otros continentes”33,
existe un Coordinador de la CPAL para el Sector de Vocaciones y una Comisión
Vocacional (COMVOCAL).
114.Los Coordinadores de la PV de las Provincias y Regiones de AL, conscientes de que las
vocaciones son una prioridad de la CPAL y de la Compañía universal, están íntimamente
unidos entre sí por la misión recibida. Trabajamos para el cuerpo apostólico de la
Compañía que es uno. Esta conciencia de identidad y pertenencia, renovada por el nuevo
paradigma de la CPAL, nos anima a reforzar nuestros lazos de unión por medio de una red
solidaria y eficiente, en el ámbito regional y continental.
115.El concepto de red comienza a ser normal en nuestras propuestas, pues pensamos en
formas de trabajo interdependientes, globales y menos aisladas. De ese modo, aunque
cambien las personas y los contextos, siempre queda en pie la misión que hay que realizar.
La dualidad local - global forma parte de nuestra visión y misión.
116.Para vivir entre nosotros este espíritu de mayor comunión y comunicación, proponemos:
• Mantener actualizada una lista de los Coordinadores de PV y animadores vocacionales
en nuestro catálogo de direcciones.
• Mantener contactos frecuentes, no sólo con los compañeros de la propia Provincia
sino con el resto de los Coordinadores y con el Sector de vocaciones de la CPAL.
• Compartir nuestras experiencias exitosas.
• Compartir generosamente los materiales que usamos en nuestra práctica vocacional.
• Enviar a nuestras comunidades y obras las noticias de interés vocacional.
1. En el ámbito regional: Coordinadores de cada región
117. Reuniones de los Coordinadores de la PV de AL por Regiones geográficas en los años
impares. Estas son las Regiones geográficas de nuestro continente:
- Brasil: BAM, BRC, BMT, BNE y BRM, formando la CONPAV (Comisión Nacional
de Pastoral Vocacional del Brasil).
- Norte: ANT, CAM, COL, CUB, ECU, MEX, PRI y VEN.
- Sur: ARG, BOL, CHL, PAR, PER, URU y el Coordinador de la CONPAV.
118.Son reuniones breves y se centran en compartir la motivación, el estado de ánimo con que
vivimos nuestra misión, el intercambiar las experiencias exitosas y el material vocacional.
119.Proponemos, a modo de ejemplo, la siguiente dinámica de reunión:
• Dedicar un día o día y medio a realizar algo semejante a una “revisión de vida” entre
todos los integrantes del grupo (¿Cómo me encuentro? ¿Dificultades de mi trabajo?
Etc.)
• Dedicar los otros dos días a compartir, analizar y reformular experiencias que tengan

33
Cfr. Objetivos de la CPAL.
31
que ver con los cuatro niveles de animación, promoción, acompañamiento y
prenoviciado, favoreciendo un clima fraterno, de conocimiento mutuo y de amistad,
que permita conformar un verdadero equipo interprovincial; razón por la cual
conviene atender al descanso diario, al compartir informal y demás actividades que
ayuden a este propósito, sin que sean el objetivo central de la reunión.
120.Cada dos años y de forma rotativa, se realiza la reunión en una de las Provincias de esa
región, siendo el Coordinador de esa Provincia el responsable de la realización del
encuentro. Los resultados de cada reunión regional serán compartidos con todos los de las
otras Regiones y, evidentemente, con el Coordinador del Sector de vocaciones de la
CPAL.
2. En el ámbito continental: los Coordinadores de las tres Regiones
121.Se tendrán reuniones de todos los Coordinadores de la PV de AL en los años pares.
122.Es una reunión más larga y centrada en la formación. Busca transmitir aportes y
contenidos que refuercen la motivación y la calidad de nuestro trabajo.
123.Proponemos la siguiente dinámica:
• Se expone la marcha general de los grupos por Regiones y una síntesis de la reunión
tenida por los tres grupos regionales del año anterior.
• Se dedica un tiempo a escoger, en cada uno de los tres grupos, las experiencias más
interesantes para compartirlas y analizarlas en la plenaria.
• Se expone y trabaja, con la metodología adecuada, el tema de fondo de la reunión:
afectividad, discernimiento vocacional, métodos de promoción, juventud actual,
pastoral juvenil-vocacional, etc., recurriendo, si hace falta, a la ayuda de un experto en
el tema.
• Se sistematizan los aportes para unir los criterios y modos de trabajo y concretar la
puesta en práctica del manual de pastoral vocacional de América Latina.
• Al final de la reunión, se fija la Provincia que acogerá el próximo encuentro, buscando
que se alternen las tres Regiones.
124.El Coordinador del Sector de vocaciones de la CPAL con la ayuda de la COMVOCAL
asume la orientación y dirección de ese encuentro y la Provincia anfitriona facilita el
soporte logístico.
125.Parece enriquecedor que alguna vez sean invitados los Coordinadores de la PV de otras
asistencias de la Compañía: USA, Europa, África, etc.
32
7

LINEAMIENTOS PARA UN TRABAJO IGNACIANO


CON JÓVENES

126.Nuestra misión como Coordinadores de la PV consiste en presentar la Compañía de


Jesús, especialmente a los jóvenes (lo que somos, realizamos y soñamos realizar) y
acompañar el proceso de discernimiento de quienes se sienten llamados a seguir a Jesús al
estilo de San Ignacio.
127.Esta PV, hoy prioritaria, no podemos realizarla solos. Depende del testimonio que,
jesuitas y laicos, damos de la experiencia de Jesús que nos motiva a seguirlo y a realizar
nuestra misión, especialmente con jóvenes. Pero no de cualquier pastoral juvenil, sino de
un apostolado imbuido de la fuerza, visión e invitaciones que brotan de los EE y de todo
el patrimonio espiritual ignaciano.
128.Esta pastoral no substituye la pastoral vocacional jesuita ni se pone exclusivamente al
servicio de las vocaciones a la Compañía. No se trata de crear un movimiento juvenil, ni
una pastoral juvenil paralela, sino de potenciar el trabajo de los grupos y movimientos
existentes con los elementos que nos aporta la espiritualidad ignaciana y que brotan de los
EE.
129.No es tarea de la pastoral vocacional jesuita el diseño y la puesta en práctica de esta
pastoral juvenil pero sí ofrecer algunas aportaciones desde nuestra experiencia.
1. Antecedentes
130.Movidos por este deseo de corresponsabilidad compartimos, tanto con los jesuitas que
trabajan en la pastoral vocacional como con los compañeros que trabajan en las diversas
obras al servicio de los jóvenes, las siguientes constataciones:
• En una buena parte de nuestras Provincias de AL las vocaciones provienen
mayoritariamente de obras que no son de la Compañía. Esto nos lleva a reconocer y
agradecer el gran valor de estas vocaciones, pero no queremos descuidar la promoción
vocacional que también debemos hacer en nuestras instituciones.
• En ciertas Provincias constatamos la enorme cantidad de jóvenes que pasan por
nuestras obras (educativas, parroquiales, sociales, de espiritualidad, de movimientos y
voluntariados, etc.), y el gran esfuerzo que la Compañía invierte en ellas del que todos
esperaríamos una mayor fecundidad cristiana y vocacional.
• En nuestras obras de trabajo con jóvenes, de carácter social, educativo o pastoral,
encontramos un contexto natural privilegiado para descubrir y formar jóvenes
vocacionalmente aptos para compartir la misión de la Compañía en la Iglesia.
2. Propuesta
131.Conscientes de que:
• Muchos jóvenes de nuestras obras aspiran a vivir un cristianismo más exigente, se
identifican con el seguimiento de Jesús a la manera de Ignacio y desean compartir
nuestra misión y espiritualidad;
• La misión de Cristo necesita contar con compañeros religiosos y laicos para
enfrentar los retos de la fe y la justicia en AL;
33
• La pastoral juvenil y la PV son vasos comunicantes vinculados entre sí y que un
buen trabajo en pastoral juvenil es una plataforma para que surjan las vocaciones a
la vida consagrada.
132.Es importante que los Provinciales, nuestras comunidades y obras apostólicas:
• Impulsen la inspiración ignaciana de nuestro trabajo juvenil, como modo de
implementar una “amplia política vocacional que tenga en cuenta la cultura y los
valores de la juventud, promueva las vocaciones para la Compañía, el sacerdocio,
la vida religiosa y el laicado comprometido con el Reino”.34
3. Objetivo del trabajo juvenil con inspiración ignaciana
Sugerencias para inspirar nuestro trabajo con jóvenes
133.Ofrecer a todos los jóvenes de nuestras obras un proceso de acompañamiento,
enriquecido con los elementos de la espiritualidad ignaciana, que les ayude a elegir su
vocación, su misión dentro de la Iglesia, del país y del continente como el mejor modo de
invertir su vida al servicio de los demás, en respuesta al amor de Dios.35 Toda pastoral
ignaciana debe conducir a un encuentro personal, de llamada y respuesta, con el Señor. El
objetivo de toda evangelización está en que cada uno descubra dónde Dios le quiere y le
sueña.36
4. Dimensiones de esta inspiración ignaciana
134.Para que nuestro trabajo con jóvenes mantenga su inspiración ignaciana, como pide el
decreto 26 de la CG 34, debe:
• Fomentar el desarrollo de toda la persona, ofreciendo experiencias y formación
para que los jóvenes adquieran su plena madurez y realización en las diferentes
dimensiones de su persona.
• Fomentar el encuentro personal con Jesucristo, presentando a un Jesús en misión
que nos invita a ser sus compañeros. Este Jesús, como se experimenta en los EE, se
convierte en el modelo o ideal de nuestra vida.
• Promover la experiencia de oración personal y comunitaria. Esto fomenta que la
doctrina cristiana sea personalmente significativa mediante el silencio interior y el
“sentir y gustar de las cosas internamente”, e introduce al ser contemplativo en la
acción.
• Tener el discernimiento espiritual como el medio privilegiado para descubrir y
responder a las constantes invitaciones que Dios hace, para evitar las falsas
propuestas que ofrece la sociedad y para buscar a Dios en todas las cosas y a todas
las cosas en él.
• Ofrecer un acompañamiento espiritual para revisar la vida y concretar el mejor
modo de responder a las invitaciones de Dios.
• Preparar para el compromiso y solidaridad con los más necesitados. Formar para la
misión en la Iglesia. Ver la historia como el campo de nuestra misión y el lugar en
donde respondemos a Dios con nuestro trabajo por la fe, la justicia y el diálogo
intercultural e interreligioso.

34
PyH, n. 31 a.
35
Peter-Hans Kolvenbach: “No se puede considerar la pastoral juvenil como una mera estrategia para obtener
vocaciones; una pastoral juvenil renovada y bien planificada es el mejor contexto para suscitarlas y
descubrirlas” Cfr. Anexo 1.
36
Elías Royón en Un tesoro a desenterrar… Algunas sugerencias para la pastoral vocacional. Provincia de
España de la Compañía de Jesús. 2005.
34
• Abrirse a la pregunta vocacional pues estamos siempre en busca del “magis”. Esto
conduce también a la búsqueda, elección y realización de la propia vocación, sea
laical, religiosa o sacerdotal, como una llamada a la santidad.
5. Sugerencias para inspirar nuestro trabajo con jóvenes
135.Establecer en cada Provincia una instancia de coordinación e intercambio entre los
representantes, jesuitas y laicos, de las diversas obras que trabajan con jóvenes, en donde
se invite también al Coordinador Provincial de la PV.
136.Esta instancia debe ser convocada por un Coordinador Provincial de la pastoral juvenil,
donde lo hubiera, con el apoyo pleno del Padre Provincial.
137.La Coordinación debe procurar que:
• Se favorezca el intercambio de experiencias juveniles.
• Se estudien las nuevas culturas juveniles y familiares dejándose ayudar por
especialistas.
• Se definan los objetivos comunes.
• Se defina un perfil común del joven que se quiere formar en nuestros apostolados.
• Se definan los parámetros de evaluación con indicadores de logro, en las diversas
dimensiones de la pastoral juvenil.
35
8

CONCLUSIÓN

138. Resaltamos la importancia de este Manual de PV por su carácter inédito de querer ayudar
en el trabajo vocacional de todas las Provincias y Regiones de América Latina. Todos,
jesuitas y laicos, debemos ir más allá de lo que aquí apenas se dice para poder implantar
una cultura de corresponsabilidad vocacional.
139. Sobre vocaciones ya está dicho casi todo. Se han hecho multitud de planes y sugerido
infinitas iniciativas. A veces con tantas planificaciones parece que pretendemos
remplazar a Dios. ¡No es eso lo que se pretende! Para que todo esto no se quede en letra
muerta es necesario abrirnos y acoger con esperanza aquella “Palabra interior” del buen
Espíritu37, y ponerla en práctica con fe y generosidad. Es necesario confiar en Dios que
actúa suscitando vocaciones y personas inspiradas. Confiar también en tantas
posibilidades y capacidades que nos fueron dadas. Confiar, por fin, en el don de nuestro
carisma congregacional y en los jóvenes que se acercan de nosotros, en su capacidad de
entrega y de compromiso radical, cuando ven algo creíble y que vale la pena.
140. La aprobación de este Manual coincide, felizmente, con la canonización del P. Alberto
Hurtado que trabajó con entusiasmo, creatividad y perseverancia con tantos jóvenes,
despertando en ellos muchas vocaciones para el laicado, el clero, la vida religiosa y,
evidentemente, para la Compañía de Jesús. “Él nos marcó el camino. ¡Sigámoslo!”

141 Por último, ¿cómo implementar las líneas maestras de este Manual? Tocará a los
Coordinadores de PV de cada Provincia tomar el pulso evangelizador de las
Comunidades y Obras apostólicas, compartiendo con ellas las partes correspondientes, y
al Coordinador del Sector de Vocaciones de la CPAL encontrar nuevas estrategias para
que eso suceda.
Aprobado en la 11a. Asamblea de la CPAL, Florianópolis, Brasil, 30 de Abril de 2005

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

- Compañía de Jesús. Provincia de España: Un tesoro a desenterrar… Algunas sugerencias


para la pastoral vocacional, 2005.
- Congregación General 34.
- Constituciones de la Compañía de Jesús y Normas Complementarias.
- CPAL: Principio y Horizonte de nuestra misión en América Latina. Lima, 2002.
- Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
- Kolvenbach, Peter-Hans: La formación del jesuita, Curia General de la Compañía de
Jesús, Roma, 2003, p. 34.
- O’Malley, John W.: Los primeros jesuitas. Mensajero-Sal Terrae.

37
EE 32.
36

ANEXOS
37
ANEXO 1

CARTA DEL PADRE GENERAL, PETER-HANS KOLVENBACH SOBRE LA


PROMOCIÓN DE VOCACIONES A LA COMPAÑÍA DE JESÚS38
(Roma, 29 de septiembre de 1997)
Estimados Padres y Hermanos:
La Congregación General 34 me recomendó escribir una carta sobre los aspectos prácticos de
la Promoción Vocacional, después de estudiar las diversas experiencias en toda la Compañía
(CG34,10,4). El Encuentro que se realizó en Loyola, de 21 a 25 de julio de 1997, para
reflexionar sobre la Promoción Vocacional y discernir lo que nuestro Señor nos pide, fue muy
útil para adquirir mayor y mejor información sobre la situación actual de la Compañía en este
campo y para descubrir formas concretas con las que podamos y debamos colaborar con
nuestro Señor para suscitar vocaciones para la Compañía.
Según las informaciones de los Delegados presentes en el Encuentro de Loyola, existe hoy
más preocupación por la falta de vocaciones de que interés real en promoverlas. En este
momento, hay en la Compañía apenas 23 promotores en tiempo íntegro; pocas Provincias
cuentan con Equipos y/o Redes de apoyo; solamente en 9 Provincias existe un proyecto
formal de Promoción Vocacional, ejecutado por un Promotor con la ayuda de un Equipo y con
el apoyo del Provincial. Aunque en casi todas las Provincias existan actividades para
acompañar a los que se interesan por la Compañía, apenas 22 Provincias cuentan con un
prenoviciado más o menos institucionalizado. En algunos lugares, la tendencia es confundir o
identificar el acompañamiento a los candidatos con la Promoción Vocacional.
El servicio de Promoción Vocacional es decisivo e imperativo para el futuro de la Compañía y
para el servicio a que ella está llamada a prestar a la Iglesia. Las vocaciones son un don de
Dios; pero un don condicionado a nuestros esfuerzos en suscitarlas y descubrirlas. Estoy
persuadido de que nuestro Señor nos envía vocaciones, pues la iglesia continua expresando el
deseo de contar con la ayuda de la Compañía. Ciertamente existen factores "externos"
(adversos) que dificultan la Promoción Vocacional (culturales, familiares, sociales y
eclesiásticos) que no favorecen la valorización de la Vida Consagrada como una opción capaz
de realizar humana y cristianamente a los Jóvenes. Mas, debemos reconocer también que
nuestro Señor nos llama a ser más activos y "agresivos", a usar todos los medios y recursos
necesarios para colaborar con la gracia en el fomento de las vocaciones, a ejemplo de San
Ignacio y reasumiendo la tradición de la Compañía. Por eso, pido a los Superiores Mayores
que consideren la Promoción Vocacional como una prioridad apostólica real, claramente
expresada en los proyectos apostólicos Provinciales y que destinen los recursos personales y
materiales necesarios. A continuación les propongo algunas formas concretas para poner en
práctica esta prioridad.
Aunque no se pueda considerar como una mera estrategia para obtener vocaciones, una
pastoral juvenil renovada y bien planeada es el mejor contexto para despertarlas y
descubrirlas. Los Ejercicios Espirituales como experiencia de encuentro personal con Cristo
que llama y el contacto personal y acompañamiento espiritual tendrán que ser prioritarios en
nuestro ministerio con los Jóvenes. La vida y misión de la Compañía en el futuro depende de
los jóvenes de hoy.
Por eso, les pido que dediquemos lo mejor de nuestros recursos para mejorar el contacto con
ellos, donde lo hemos perdido, y a reforzarlo y organizarlo mejor, donde ya lo tenemos.

38
En: http://www.cpalsj.org/documentos/kolvcartavocac.htm
38
Pero no basta la pastoral juvenil. Es necesario un trabajo de Promoción Vocacional explícito,
diferente, también de los programas de prenoviciado o acompañamiento a los que están
interesados por la Compañía. En cada Provincia o Región debe haber un promotor o animador
vocacional de tiempo completo, que tenga el apoyo real de los Superiores y sea capaz de
suscitar y descubrir las posibles vocaciones. Y, ya que la responsabilidad por las vocaciones es
del Cuerpo Apostólico, el promotor debe fomentar y animar el interés práctico por las
vocaciones en todos los Jesuitas y realizar un proyecto de promoción vocacional adaptado a
cada situación concreta, que involucre de formas diferentes las comunidades y obras
apostólicas de la Provincia o Región y que no excluya "a priori" ningún grupo social, cultura,
región o forma de vivir y expresar la fe.
Debemos estar conscientes de la capacidad y responsabilidad que todos tenemos de promover
vocaciones, si vivimos de forma clara, visible y sin ambigüedades nuestra vocación y misión,
como cuerpo apostólico y no apenas como apóstoles individuales. La falta de simplicidad en
el estilo de vida, las incoherencias en nuestro modo de vivir los votos, algunas posturas de
desafecto para con la Jerarquía y de ambigüedades con relación al Magisterio de la Iglesia, el
poco celo y creatividad apostólicas y la falta de apertura y hospitalidad comunitaria están
influyendo, por cierto, en la dramática disminución de vocaciones en algunas partes de la
Compañía. Con seguridad, los candidatos no esperan encontrar formas de vida ideales y
hombres perfectos. Pero, por supuesto, desean y necesitan de un apoyo en el desarrollo de su
vocación religiosa para ser hombres de oración y de inclinación a la vida comunitaria, para
trabajar en la misión de la Iglesia y asumir y vivir con entusiasmo la espiritualidad ignaciana.
Por eso, invito a todos a continuar en el discernimiento sobre lo que nuestro Señor nos pide
para revitalizar nuestra vida comunitaria y apostólica y para ser señal transparente y visible de
hombres consagrados a Dios y a nuestra misión, como Cuerpo apostólico en la iglesia.
Las vocaciones se promueven por medio de la oración, a través de una presentación clara de
nuestro carisma y misión, del contacto personal con los jóvenes en los diversos campos
apostólicos e invitando, a los que se interesan por la Compañía, a participar en nuestras obras
y ministerios, dando a conocer la Compañía, su misión y sus santos por medio de posters,
libros, videos, radio, televisión e Internet. Pero estos medios en sí mismos no bastan. Se
requiere también la relación personal donde se invita y se propone al joven la vocación a la
Compañía como una alternativa de realización personal y cristiana.
Sin una preocupación obsesiva por el número, el promotor Vocacional debe procurar
candidatos de calidad apostólica, con fe profunda, sanos, equilibrados y de vida sacramental;
que tengan enfrentado y asumido los aspectos oscuros de su vida, su sexualidad; jóvenes que
amen la Iglesia y crean en su renovación; con capacidad intelectual para cumplir la formación
académica exigida por nuestra misión apostólica.
Ya que la vocación es, antes que nada, un don de nuestro Señor, los invito a orar, personal y
comunitariamente por las vocaciones, en forma constante y estable, conforme la tradición de
la Compañía.
Para dar curso a lo que fue establecido en esta carta, les pido a los Superiores Mayores que, en
sus Cartas "ex officio" me informen expresa y concretamente, sobre las decisiones que
tomaron y los pasos que dieron para promover las vocaciones en su Provincia o Región. Que
nuestro Señor nos ayude a descubrir lo que nos pide para colaborar con Él en conseguir
vocaciones, y nos conceda la voluntad eficaz para realizarlo. Fraternalmente, en el Seño.
P. Peter-Hans Kolvenbach, S.J.
39

ANEXO 2

UNA AMPLIA POLÍTICA VOCACIONAL39

P. Francisco Ivern, S.J.


La CPAL estableció que el día 5 de noviembre de cada año estuviera dedicado de un modo
especial a rezar por las vocaciones a la Compañía de Jesús en América Latina, como ya lo
hacen jesuitas de otras Regiones en ese mismo día. Me permito recordarlo. ¡Que Dios oiga
nuestras oraciones!
No podemos dejar de interesarnos y preocuparnos por un asunto que nos toca tan de cerca y
es de vital importancia para nosotros. Recientemente, convocado por la CPAL, se reunió en
Río de Janeiro un Grupo de Trabajo sobre la promoción de vocaciones en América Latina. Se
llegó a una serie de importantes conclusiones y recomendaciones que fueron presentadas y
discutidas en la 8ª Asamblea de la CPAL que tuvo lugar en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia,
de 21 a 25 del pasado mes de octubre, y serán debidamente divulgadas.
Se ha hablado y escrito mucho sobre el tema de las vocaciones a la vida religiosa. No
pretendo repetir ni resumir aquí lo que ya fue dicho por tantos otros que conocen a fondo esa
problemática y han trabajado durante años en el campo de la pastoral vocacional. Pero sí que
me gustaría subrayar algunos aspectos de esa pastoral que la CPAL considera esenciales.
El futuro de la Compañía de Jesús depende de aquellos que, movidos por el Espíritu, decidan
seguir el mismo camino que nosotros hemos seguido. La vocación es un don de Dios y
confiamos que Él lo concederá a muchos y nos permitirá así continuar sirviendo su Reino,
según el carisma que nos es propio. Por otro lado, sin embargo, no podemos dejar de cultivar
el terreno de donde generalmente surgen las vocaciones, preparándolo de ese modo para la
acción del Espíritu. Aunque Dios puede llamar a quien quiera, independientemente de la
edad, la juventud es el terreno vocacional más fértil que somos llamados a cultivar.
El documento de la CPAL Principio y Horizonte nos recuerda que, para poder alcanzar los
objetivos que nos proponemos para el futuro, es necesaria una amplia política vocacional,
que tenga en cuenta la cultura y los valores de la juventud y promueva vocaciones para la
Compañía, el sacerdocio, la vida religiosa y el laicado comprometido con el Reino (n. 31).
En otras palabras, si los jóvenes de hoy no están atentos y no se disponen a responder al
llamado que Dios hace a todos para que dediquen sus vidas a amar y servir, y contribuyan de
este modo para la construcción de su Reino, tampoco percibirán que ese llamado se puede
realizar de un modo eminente en la vida consagrada y, en particular, en la Compañía de Jesús.
Por otro lado, cuanto más y más jóvenes asuman seriamente las responsabilidades y
exigencias de la vocación cristiana, tanto más crecerá la esperanza de que Dios nos bendiga
con muchas y buenas vocaciones.
Eso significa que sin una amplia política vocacional en todas aquellas obras y ministerios
mediante los cuales entramos en contacto, directa o indirectamente, con los jóvenes, no
podemos presumir que Dios escuchará nuestras oraciones. Esa política es todavía más
necesaria en escuelas, colegios y universidades, instituciones que ofrecen un frente
privilegiado de contacto con adolescentes y jóvenes, no sólo por su número y tamaño, sino,
sobre todo, porque nos permiten acompañarlos, de cerca y durante largos años, en su proceso

39
Palabra del Presidente de la CPAL, P. Francisco Ivern. En:
http://www.cpalsj.org/documentos/Ivernampliapolvoc.htm.
40
de formación. No se justificaría la existencia de esas obras si, además de dar una educación
de calidad, no contribuyeran para fomentar la vocación cristiana en sus diversas modalidades:
laical, sacerdotal o religiosa. No podemos limitarnos a formar profesionales competentes, ni a
impartir una orientación vocacional simplemente centrada sobre las posibles profesiones que
un día nuestros alumnos podrán ejercer.
En muchas Provincias se trabaja con jóvenes, y no sólo en nuestras obras educativas, sino
también en centros de espiritualidad, parroquias, casas de juventud, movimientos laicales,
como las CVX, etc. En muy pocas de ellas, sin embargo, existe una pastoral juvenil
sistemática y bien definida, fruto de un estudio de la cultura, de los valores o contravalores
que marcan el mundo y los ambientes en que los jóvenes viven hoy submersos. Esa pastoral
constituye hoy una urgente necesidad, no sólo en el ámbito de cada país, sino también y
preferentemente de toda América Latina, ya que en esa área y en el mundo globalizado en
que vivimos, las tendencias también son globales y las diferencias entre uno y otro país son
cada vez menores.
Una política vocacional no puede ignorar que las opciones que hoy se le abren a un joven
que, movido por el Espíritu, considera la posibilidad de cruzar la frontera de la vocación
laical y aventurarse en el terreno fecundo, pero lleno de desafíos, de la vocación sacerdotal
y/o religiosa, son muchas y variadas. Además del testimonio personal y comunitario que le
podamos ofrecer, por muy atrayente e inspirador que sea, un joven de valor y de grandes
deseos, como los que quería Ignacio para la Compañía, no dejará también de preguntarse cuál
es la propuesta religiosa y apostólica que de hecho le presentamos y si ella responde, no sólo
a sus aspiraciones personales, sino también a las necesidades espirituales y religiosas del
mundo y de las personas con las que él se relaciona. Tampoco podemos limitarnos
simplemente a hablar y escribir sobre lo que somos, hacemos o pretendemos hacer, sino que
tenemos que aproximarnos y comunicarnos con los jóvenes empleando medios y lenguajes a
los que ellos están hoy acostumbrados y que valorizan y entienden más fácilmente que otros.
Conclusión: Tenemos que rezar, oportuna e importunamente, por las vocaciones. Pero eso no
nos exime de la responsabilidad de tener una clara y amplia política vocacional, fruto de un
profundo conocimiento del joven de hoy y también de un frecuente intercambio y estrecha
colaboración entre aquellos a quienes se les confía la tarea de promover y acompañar las
vocaciones y los que trabajan en obras y ejercen ministerios que les colocan en contacto
diario con jóvenes.
Río de Janeiro, 1º de Noviembre de 2003.
41
ANEXO 3

HISTORIA DE LOS ENCUENTROS DE COORDINADORES DE


PASTORAL VOCACIONAL DE AMÉRICA LATINA

1. A nivel universal: En este apartado recordamos los hitos principales de la Compañía


reciente sobre este tema:

1973 El P. Pedro Arrupe escribe su “Carta sobre la Promoción de Vocaciones”; en


Roma ella lanza un primer grito de alerta: “…la falta de vocaciones puede
comprometer nuestra misión”.
1995 La Congregación General 34 elabora un breve documento (decreto 10) sobre
Roma la Promoción Vocacional, haciendo un llamado a toda la Compañía sobre la
urgencia de esta cuestión.
1997 1º Congreso mundial sobre promoción de vocaciones a la Compañía, para
Loyola evaluar las experiencias más significativas. El grupo estuvo formado por tres
21-25 Jul promotores vocacionales de cada Asistencia, algunos miembros de la Curia
General - entre ellos el P. General -, y varios peritos que compartieron sus
intuiciones con los casi 50 participantes. En su comentario de apertura, el P.
General insistió en la importancia de la promoción vocacional como
responsabilidad de toda la Compañía en su servicio a la Iglesia. Expresó su
preocupación por la poca visibilidad de la Compañía y por la falta de
vocaciones de Hermanos. Nos urgió a ejercitar un auténtico discernimiento
ignaciano, buscando entender el trabajo de Dios en el interior de la Compañía,
de la Iglesia y del mundo, buscando con apertura y sensibilidad la condición
de la juventud en nuestro mundo y nos invitó a ser más agresivos en la
presentación de nuestra espiritualidad y carisma como instrumento para atraer
a jóvenes aptos para la Compañía.

29 Sept El P. Kolvenbach escribe a toda la Compañía su “Carta sobre la Promoción


Roma de Vocaciones”, resaltando su prioridad y animando a crear una pastoral
juvenil planificada y renovada (Cfr. Anexo 1). Esta carta motiva la
convocatoria del Primer Encuentro de los Coordinadores de PV de AL..

2. A nível Latinoamericano:

1998 1º Encuentro de Coordinadores de PV de ambas Asistencias de AL y de


1-9/10 directores de Comunidades Vocacionales respondiendo a la preocupación
México del P. General sobre la escasez de vocaciones. Compartimos el trabajo
vocacional de cada Provincia, para descubrir las orientaciones y criterios que
nos eran comunes. Se constata que hay pocos jesuitas liberados para este
ministerio. Distinguimos tres dimensiones en la PV: promoción,
acompañamiento y selección o admisión. El perfil del joven que se acerca a la
SJ: tiene unos 22 años, es de clase media baja y no procede generalmente de
nuestras obras.
42
2000
19-27/11 3º Encuentro de Coordinadores de PV de AL. Se trabajó en un taller la
Puerto afectividad y sexualidad. Surgieron algunos temas y propuestas: la PV es una
Rico tarea de todos los jesuitas y de todas las obras de la Compañía. Se vio, de
nuevo, la necesidad de tener una pastoral juvenil inspirada en la espiritualidad
ignaciana y articulada con la PV. Se sugirió nombrar un Coordinador de
Pastoral Juvenil en cada Provincia. Estuvo presente el P. Luis Orlando Torres,
coordinador de la CPAL para la formación.

2001
3-8/10 4º Encuentro de Coordinadores de PV de AL. Tema central: la relación
Calera de entre la PV y la pastoral juvenil. Se insistió en una pastoral juvenil en clave
Tango, vocacional, con énfasis en la espiritualidad ignaciana y articulada con la PV.
Chile Surgió también la idea de hacer un directorio vocacional, recogiendo las
experiencias, criterios y acuerdos de lo que se hace, para facilitar la
integración de los nuevos Coordinadores de PV. Se pidió a los Provinciales:
• Asumir e implementar la Pastoral Juvenil Ignaciana como una prioridad.
• Nombrar en cada Provincia un Coordinador de Pastoral juvenil.
• Crear una oficina de servicios de pastoral vocacional (SERVOC) ubicada en
la Ciudad de México.
Estuvo presente el P. José Morales, Consejero General y el P. Luis Orlando
Torres, coordinador de la CPAL para la formación.
2003
15/05 El P. Francisco Ivern, Presidente de la CPAL, nombra al P. J. Ramón F. de la
Rio Cigoña (BRC) como nuevo Coordinador del Sector de PV de la CPAL,
substituyendo al P. Luiz Fernando Klein.

7-9/09 El P. Ivern nombra el 1º GT (grupo de trabajo) sobre la Promoción de


Río Vocaciones en AL. Las diversas conclusiones del GT, contempladas en este
Manual, se hicieron llegar a la CPAL.

2004
9-11/05 1ª Reunión de la COMVOCAL, aprobando su Reglamento (Anexo 4) y
Bogotá preparando el Manual Vocacional de la Compañía de Jesús para AL.

12-16/05 V 5º Encuentro de Coordinadores de PV y directores de Comunidades


Bogotá Vocacionales de AL, contando con la presencia de O. Torres, Consejero del P.
General para Formación y Vocaciones. Confrontamos nuestro trabajo con la
propuesta del futuro Manual Vocacional para AL.

Por fin, la 11ª Asamblea de la CPAL40 aprobó el Manual de Pastoral Vocacional para
América Latina.

40
Florianópolis, Brasil, 26 al 30 de Abril de 2005.
2006 2ª Reunión de la COMVOCAL. Se refuerza la conciencia de grupo “pensante”43
8 y 9/05 y no sólo de realizaciones a nivel de AL. Se aprueba la presencia de un miembro
Perú del Brasil en la comisión. Se pide que sólo los Coordinadores de PV participen
de los encuentros, quedando fuera los directores de los prenoviciados.

10-14/05 6º Encuentro de Coordinadores de PV y directores de Comunidades


Perú Vocacionales de AL, en Andahuaylillas (Perú). Contamos con la presencia de
L. O. Torres, Consejero del P. General para Formación y de Ernesto Cavassa,
presidente de la CPAL. Revisamos la implementación del Manual de PV para
AL en las provincias y se constituyó, por primera vez, un grupo de trabajo de
Pastoral Juvenil en ámbito de AL.

2008 3ª Reunión de la COMVOCAL. Se aprueba el reglamento que estaba “ad


12-13/05 experimentum”. Se aprueba un GT para llevar adelante unas “líneas
generales” de nuestro trabajo “ignaciano” con jóvenes.

14 -18/05 7º Encuentro de Coordinadores de PV y directores de Comunidades


Venezuela Vocacionales de AL, en Los Teques (Venezuela). Contamos con la presencia
de L. O. Torres, Consejero del P. General para Formación y de Ernesto
Cavassa, presidente de la CPAL. Objetivos: evaluar los criterios de selección
en la admisión de los candidatos; Dar nuevos pasos para una mayor
articulación entre la PJ y PV; Recoger las orientaciones de la CG35.

Un grupo sin memoria está condenado a recomenzar siempre sus propuestas o a repetir
continuamente sus errores. El camino recorrido prueba hasta donde se ha llegado y hace
posible el poder avanzar más.
44
ANEXO 4

REGLAMENTO DE LA COMISIÓN VOCACIONAL


DE AMÉRICA LATINA (COMVOCAL)

1. La Comisión y su finalidad
La Comisión Vocacional de América Latina (COMVOCAL) es un órgano de reflexión,
asesoría y consulta de la CPAL sobre la animación, promoción, acompañamiento y selección
de los candidatos a la Compañía de Jesús en América Latina.
2. Constitución de la Comisión
2.1 La COMVOCAL fue aprobada en la 8ª Asamblea de la CPAL, en Santa Cruz de la
Sierra (22 a 25/10/03), y fue constituida oficialmente el día 1 de diciembre de 2003,
por el presidente de la CPAL.
2.2 La Comisión, además del Coordinador del Sector de Vocaciones de la CPAL que es
miembro ´ex officio´ de la Comisión y actúa como su Coordinador, está formada por
cinco jesuitas sugeridos por el Coordinador y nombrados por el presidente de la CPAL,
por un período renovable de 2 años, tras consultar a sus respectivos Provinciales.
2.3 Los componentes de la COMVOCAL no reciben remuneración fija por el ejercicio de
su misión, pero cuando no son Coordinadores Provinciales de la Pastoral Vocacional,
los viajes son financiados por la CPAL, conforme al presupuesto aprobado por su
Presidente.
3. Objetivos de la COMVOCAL:
3.1 Ser una consulta ampliada, un equipo de trabajo y apoyo al Coordinador del Sector de
Vocaciones de la CPAL, con intercambio virtual y reuniones cada dos años con motivo
de la reunión de Coordinadores Provinciales de la CPAL.
3.2 Ser una instancia interprovincial que reflexione sobre la temática vocacional y
proponga alternativas prácticas, inspiradas por las orientaciones de la CPAL y por
otros documentos de la Compañía sobre la pastoral vocacional.
3.3 Facilitar un trabajo interprovincial en lo referente a la Pastoral Vocacional:
implementación del “Manual de Pastoral Vocacional”, intercambio de experiencias,
creación de materiales comunes, etc.
3.4 Garantizar la comunión de criterios de la Pastoral Vocacional con el Plan de formación
de la Compañía.
3.5 Organizar los encuentros de los Coordinadores Provinciales de Pastoral Vocacional
cada dos años que también sirve de introducción y aprendizaje para los nuevos
Coordinadores.
4. Tareas de los miembros de la COMVOCAL
4.1 Asesorar a la CPAL en lo referente a la Pastoral Vocacional.
4.2 Promover una conciencia común de Pastoral Vocacional entre las diversas Provincias
y Regiones de América Latina por el intercambio de ideas y experiencias, buscando
criterios comunes y líneas de acción y ayuda mutua.
4.3 Ejecutar los proyectos propuestos por la CPAL.
45
4.4 Producir y divulgar materiales de apoyo de interés común a las diversas Provincias y
Regiones de AL.
4.5 Hacerse presente en los diversos encuentros de la CPAL, cuando tienen incidencia
vocacional y acontecen en una de sus Provincias.
4.6 Informarse sobre los documentos de la Iglesia y la Compañía sobre Pastoral
Vocacional y divulgarlos entre todos sus miembros.
5. Tareas del Coordinador de la Comisión
5.1 Dar a conocer la PV para inspirar las diversas instancias de la CPAL.
5.2 Mantener un contacto frecuente, por e-mail, con los miembros de la Comisión.
5.3 Convocar a los miembros de la COMVOCAL para las reuniones, comunicando con
anticipación la agenda, y facilitando los subsidios necesarios para el trabajo.
5.4 Presidir y coordinar los trabajos de las reuniones de la COMVOCAL.
5.5 Designar un secretario para registrar las reuniones.
5.6 Asegurar el acta de cada reunión y enviarla, con los documentos anexos, al Presidente
de la CPAL y a los miembros de la Comisión.
5.7 Delegar la Coordinación del Sector en su Asistente, cuando sea necesario.
5.8 Presentar el presupuesto y el balance de la Comisión al Presidente de la CPAL.
6. Reuniones de la Comisión
6.1 La COMVOCAL se reúne, ordinariamente, una vez cada dos años, con ocasión del
encuentro de los Coordinadores de Pastoral Vocacional de América Latina.
6.2 Corresponde al Coordinador convocar las reuniones y enviar la agenda a los miembros
de la Comisión con suficiente anticipación.
6.3 Los miembros de la Comisión que no puedan asistir a alguna reunión no enviarán
representantes, a no ser que les sea solicitado por el Coordinador.
6.4 El Coordinador de la Comisión puede invitar a otras personas para participar en sus
reuniones, después de consultar a la Comisión. Los gastos de esos invitados serán
pagados por la CPAL, si están aprobados en el presupuesto.
6.5 Los gastos de la estadía de las reuniones son asumidos por la Provincia o Región
anfitriona.
7. Votaciones
7.1 Las decisiones de la COMVOCAL en lo posible son tomadas por consenso y en caso
de necesidad, por mayoría simple. En caso de empate dirime el Coordinador.
8. Disposición general
8.1 Este Reglamento podrá ser alterado por la mayoría absoluta de sus miembros y con la
aprobación del Presidente de la CPAL.
Rio de Janeiro, 6/09/2004 (ad experimentum) y 12/05/2008
46

ANEXO 5

ORACIÓN POR LAS VOCACIONES


A LA COMPAÑÍA DE JESÚS

1. Testigos de tu Evangelio

Señor Jesús, al mirar esta tierra tuya


tan falta de obreros para recoger la cosecha,
te suplicamos humildemente
que suscites entre los jóvenes de América Latina:
Apóstoles para nuestra Iglesia,
Servidores alegres para nuestro Pueblo,
Testigos generosos de tu Evangelio.

Envía, Señor, a la Compañía de Jesús,


hombres acogedores y cercanos con los que sufren,
acompañantes lúcidos de los que buscan y caminan,
amigos de los que se sienten solos y desolados,
proclamadores proféticos – con su palabra y con su vida -
de la dignidad humana y del valor de la vida;
que irradien la fuerza de tu Espíritu,
que encaminen a todas las criaturas al encuentro con el Padre,
y que en una profunda identificación contigo,
y llenos de celo por tu mayor Gloria,
trabajen por la extensión de tu reinado desde la fe y la justicia.

Te lo pedimos por la intercesión de María, nuestra Madre,


y de todos nuestros hermanos jesuitas que gozan de tu presencia.
Amén.

2. Oración del P. Jerónimo Nadal, 1556

Señor Jesús, te pedimos que llames a los que has de llamar,


que envíes a los que has de enviar
para trabajar por la Iglesia en tu Compañía.
Nosotros somos inútiles,
más de lo que podemos imaginarnos.
Por eso, cumple, Señor Jesús, lo que tienes dispuesto,
a pesar de que nosotros podemos impedirlo y corromperlo, con nuestra debilidad
y nuestra ignorancia, con nuestra negligencia
y nuestro pecado.
47
3. LETANÍA DE LOS SANTOS Y BEATOS DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
“Felices los que han seguido las huellas de Cristo…”

- Señor, ten piedad... Señor, ten piedad


- Cristo, ten piedad... Cristo, ten piedad
- Señor, ten piedad... Señor, ten piedad
- Cristo, óyenos... Cristo, óyenos
- Cristo, escúchanos... Cristo, escúchanos

- Dios, Padre, Criador de todas las cosas Ten piedad


- Dios, Hijo, Redentor del mundo Ten piedad
- Dios, Espíritu Santo Ten piedad
- Santísima Trinidad, un solo Dios Ten piedad

- Por nuestro padre san Ignacio (+1556), fundador de la Compañía de Jesús. Gracias, Señor.
- Por san Francisco Javier (+1552), patrono de las misiones y apóstol de la India. Gracias,
Señor.
- Por san Francisco de Borja (+1572), 3º Superior General de la Compañía de Jesús.
Gracias, Señor.
- Por san Estanislao de Kostka (+1568), patrono de nuestros novicios. Gracias, Señor.
- Por los santos Luis Gonzaga (+1591) y Juan Berchmans (+1621), patronos de la juventud.
Gracias, Señor.
- Por los santos Edmundo Champion (+1581), Roberto Southwell (+1595), Nicolás Owen y
compañeros, mártires en Inglaterra y en el País de Gales. Gracias, Señor.
- Por los santos Pablo Miki (+1597), Santiago Kisai y Juan de Goto, crucificados por amor
a Cristo en el Japón. Gracias, Señor.
- Por los santos Pedro Canisio (+1597) y Roberto Bellarmino (+1621), doctores de la Santa
Iglesia. Gracias, Señor.
- Por san Juan Ogilvie (+1615), mártir de Cristo en Escocia. Gracias, Señor.
- Por los santos Bernardino Realino (+1616), Juan Francisco Regis (+1640) y Francisco de
Gerónimo (+1716), apóstoles de las misiones populares. Gracias, Señor.
- Por san Alfonso Rodríguez (+1617), patrono de los Hermanos. Gracias, Señor.
- Por los santos Juan de Brebeuf (+1649), Isaac Jogues (+1646), Renato Goupil (+1642),
Juan de la Lande (+1646) y otros 4 compañeros, mártires de Cristo en Canadá y en el
norte de los Estados Unidos. Gracias, Señor.
- Por san Pedro Claver (+1654), esclavo de los esclavos negros en Colombia. Gracias,
Señor.
- Por san Andrés Bobola (+1657), torturado por los cosacos en Polonia. Gracias, Señor.
- Por san Juan de Brito (+1693), mártir de Cristo en India. Gracias, Señor.
- Por san José Pignatelli (+1811), padre de los exiliados y fiel colaborador en la
restauración de la Compañía de Jesús. Gracias, Señor.
- Por los santos Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo (+1628), mártires
de las Reducciones indígenas en América Latina. Gracias, Señor.
- Por los santos Melchor Grodziecki y Esteban Pongrácz (+1619), mártires de Cristo en
Eslovaquia. Gracias, Señor.
- Por san Claudio de la Colombière (+1682), apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de
Jesús. Gracias, Señor.
- Por san José María Rubio (+1929), apóstol de la ciudad de Madrid. Gracias, Señor.
- Por san Alberto Hurtado (+1952), apóstol de los jóvenes y pobres en Chile. Gracias,
Señor.
48
- Por todos los Santos de la Compañía de Jesús. Gracias, Señor.
- Por el beato Pedro Fabro (+1546), primer compañero de San Ignacio. Gracias, Señor.
- Por el beato Ignacio de Azevedo y otros 39 compañeros (+1570), mártires al camino del
Brasil. Gracias, Señor.
- Por los beatos Thomas Woodhouse (+1573), Raúl Ashley y otros 14 compañeros, mártires
de Cristo en Inglaterra. Gracias, Señor.
- Por los beatos Rodolfo Acquaviva (+1583), Francisco Aranha y otros 3 compañeros,
mártires en la India. Gracias, Señor.
- Por los beatos Santiago Sales y Guillermo Saultemouche (+1593), mártires de la
Eucaristía en Francia. Gracias, Señor.
- Por el beato José de Anchieta (+1597), apóstol incansable del Brasil. Gracias, Señor.
- Por los beatos Roger Filcock (+1601) y Domingo Collins (+1602), mártires de la fe en
Inglaterra. Gracias, Señor.
- Por los beatos Sebastián Kimura (+1622), Carlos Spínola (+1626) y otros 7 compañeros,
mártires en Japón. Gracias, Señor.
- Por los beatos Francisco Pacheco (+1626) y otros 32 compañeros, mártires de Cristo en
Japón. Gracias, Señor.
- Por el beato Diego Luis de San Vitores (1672), mártir en Micronesia. Gracias, Señor.
- Por los beatos Julián Maunoir (+1683) y Antonio Baldinucci (+1717), apóstoles de las
misiones populares. Gracias, Señor.
- Por los beatos José Imbert y Juan-Nicolás Cordier (+1794), mártires de la Revolución
Francesa. Gracias, Señor.
- Por los beatos Santiago Bonnaud (+1792), y otros 22 compañeros mártires de Cristo en
Francia. Gracias, Señor.
- Por el beato Santiago Berthieu (+1896), mártir de Cristo en Madagascar. Gracias, Señor.
- Por los beatos León Mangin, Paul Denn, Modesto Andlauer e Remi Isoré (+1909),
mártires en China. Gracias, Señor.
- Por el beato Jan Beyzym (+1912), siervo de los leprosos de Madagascar. Gracias, Señor.
- Por el beato Miguel Agustín Pro (+1927), asesinado por amor a Cristo en México.
Gracias, Señor.
- Por el beato Francisco Gárate (+1929), portero afable de la Universidad de Deusto,
España. Gracias, Señor.
- Por el beato Tomás Sitjar Fortia (+1936) y otros 11 compañeros, mártires de la guerra civil
española. Gracias, Señor.
- Por el beato Rupert Mayer (+1945), apóstol de la ciudad de Munich, Alemania. Gracias,
Señor.
- Por todos los beatos de la Compañía de Jesús. Gracias, Señor.
- Por todos los Padres, Hermanos, Estudiantes y novicios de la Compañía de Jesús, que nos
precedieron en la fe con su testimonio de vida. Te agradecemos, Señor

- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor


- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Óyenos, Señor
- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Ten piedad de nosotros

OREMOS: Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que conoces nuestra flaqueza y, sin
embargo, nos has llamado al seguimiento de tu Hijo en la Compañía de Jesús, realiza en
nosotros lo que conseguiste en San Ignacio y en todos nuestros Santos y Beatos y ayúdanos a
trabajar generosamente bajo la bandera de la Cruz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo y
nuestro hermano, en la unidad del Espíritu Santo. Amén.
49
50
4. Oración Mariana

Santa Maria, Madre de Jesús y Madre nuestra, queremos invocarte en oración a través de tas
distintas advocaciones que se han ido multiplicando a través de los siglos en medio de los
pueblos. Tu acompañaste la oración de los apóstoles en la espera del Espíritu consolador;
acompaña también en este día nuestra oración.

VIRGEN DE LUJÁN, patrona de Argentina, señora de las pampas eternas, haz que
fructifiquen los campos y germinen los granos para sustento de los hombres, haciendo
desaparecer el fantasma del hambre al darnos el pan de cada día.

VIRGEN DE COPACABANA, patrona de Bolivia. A ti, soberana de las riquezas mineras


ocultas en el corazón de tu patria, te pedimos por los trabajadores que luchan para arrancar a
la tierra las materias primas que contribuyen al desarrollo de los pueblos, siendo tú luz en las
tinieblas de las minas, los pozos y las galerías.

VIRGEN DE LOS ANGELES, patrona de Costa Rica, protectora de un país que cuida con
especial esmero la cultura y el saber, da a todos los pueblos de Ibero-América el aliento de la
ciencia para mejorar la vida de todos los hombres y mujeres y no sólo para el crecimiento de
unos cuantos privilegiados

VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, patrona de Cuba, tú que reinas en la joven


nación que se ha caracterizado por su rebeldía y por la defensa de su dignidad, protege a los
jóvenes de nuestros países, para que sepan mantener la esperanza en medio de un mundo que
los amenaza y los sacrifica a través de los mecanismos del consumo y la alienación.

VIRGEN DE ALTAGRACIA, patrona de La República Dominicana, soberana del Caribe,


de los vientos y las tempestades, de volcanes y terremotos, extiende tus manos sobre el cielo y
la tierra y aparta de nosotros las catástrofes naturales que dejan una inmensa desolación a su
paso.

VIRGEN DEL CARMEN, patrona de Chile, señora de las alturas andinas donde el cóndor
vuela sobre majestuosas cordilleras, ampara a los hombres y mujeres que en la altura de la
vida llegan a la ancianidad y sé para ellos la esperanza de que aún hay un mañana en su
existencia.

VIRGEN DE LA PAZ, patrona de El Salvador, tú que has vivido muy cerca el dolor de la
guerra, danos una paz fundada en la justicia a todos los hombres y mujeres de buena voluntad,
como los has hecho con tu querida patria, por el sacrificio generoso de tantos mártires
valerosos.

VIRGEN DEL ROSARIO, patrona de Guatemala, de los mayas y de las tierras donde las
raíces indígenas siguen alimentando la vida de nuestros pueblos. Te pedimos por todas las
comunidades indígenas americanas, que siguen buscando sobrevivir en medio de un mundo
que los margina y los explota. Ayúdalos a seguir cuestionando, desde su silencio, las políticas
genocidas seculares.

NUESTRA SEÑORA APARECIDA, patrona del Brasil, tu que has mantenido la esperanza
y la alegría en medio de los dolores de la esclavitud y la pobreza, enséñanos a todos a vivir
alegremente el camino de la cruz que tu Hijo nos invitó a seguir.
51

VIRGEN DE SUYAPA, patrona de Honduras, madre de la nación donde el mestizaje


alcanza su mayor nivel, te rogamos por los matrimonios, para que tú, que supiste fusionar al
pueblo indio y español, protejas el lazo indisoluble del sacramento frente a los peligros que en
el mundo de hoy le acechan.

VIRGEN DE LA PURÍSlMA CONCEPCIÓN, patrona de Nicaragua, aliento y fortaleza de


un pueblo creyente y oprimido, alienta las luchas de liberación de todos los pueblos del
mundo, para que buscando ser fieles a la llamada de tu Hijo, sepamos vivir en la libertad de
los hijos de Dios.

VIRGEN DE LA INMACULADA, patrona de Panamá, vigilante de dos océanos que se


abrazan a través del Canal, guarda de todo peligro a los hombres del mar y dales travesías de
calma, vientos favorables y noches de estrellas serenas, en las que Tu, madre, eres el más
bello lucero.

VIRGEN DE CAACUPÉ, patrona de Paraguay, luz amorosa de la tierra que vio florecer las
misiones jesuíticas, acompaña con tu amor a tantos hombres y mujeres que dejan patria y
hogar para predicar el Evangelio con su vida y su palabra en tierras lejanas y en medio de
pueblos que llevan en su seno la semilla del Reino.

VIRGEN DE LAS MERCEDES, patrona del Perú, reina de las tierras que fueron antaño
símbolo de riqueza, haz que todos los países del mundo tengan el tesoro de la prosperidad con
su trabajo presente y el tesoro de tu amor que asegure el futuro.

VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES, patrona de Uruguay, soberana de las plácidas


llanuras y las suaves ondulaciones de las "cuchillas" uruguayas, sé el dulce consuelo que
alivie las penas y angustias de nuestros enfermos, poniendo paz en las almas y salud en los
cuerpos.

VIRGEN DE COROMOTO, patrona de Venezuela. A ti, protectora de la patria de Simón


Bolívar, te pedimos por los gobernantes de Ibero-América para que, con la ley y la justicia
como lema, lleven a buen puerto las legítimas aspiraciones de los pueblos que les han sido
encomendados.

VIRGEN DEL PILAR, patrona de la Hispanidad, que quisiste poner tu pie sagrado en la
columna aragonesa haciendo de España un pilar de fe, ayuda estrechar los lazos de la
solidaridad entre todos los pueblos del mundo, protegiendo de una manera especial los
intereses de los más pobres.

VIRGEN DEL QUINCHE, patrona de Ecuador, que asientas tu trono en la nación que
simboliza el cinturón tórrido de la esfera terrestre, presta el cálido soplo del verdadero amor a
un mundo que ha perdido el sentido real de esa palabra y sólo entiende de bajas pasiones y
odios.

VIRGEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN, patrona de los Estados Unidos, que


conoces nuestras debilidades y pobrezas, ayuda a los pueblos de América a vivir como
hermanos, siendo sondados unos con otros.
52
VIRGEN DE GUADALUPE, patrona de México y de América Latina, que quisiste
mostrarte al indio Juan Diego, haz que todas las razas del mundo estén siempre hermanadas,
sin que el odio y el racismo quepan en nuestros corazones.

VIRGEN DE LA PROVIDENCIA, patrona de Puerto Rico, tu que estás siempre atenta a


nuestros dolores y sufrimientos, como lo estuviste aquella tarde cálida de bodas en Caná de
Galilea, concédenos vivir siempre dispuestos a cumplir lo que tu Hijo Jesús nos mande.

VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ, patrona de Colombia, que vives de cerca la tragedia de la


violencia, haz que todos los pueblos aprendamos a respetarnos en nuestras diferencias y
sepamos respetar el don precioso de la vida que tu Hijo nos trajo en abundancia.
53
ANEXO 6

MITOS DE NUESTRA CULTURA QUE DEBILITAN LA OPCIÓN POR


LOS VALORES CRISTIANOS41

En este apartado presentamos algunos mitos que funcionan en el imaginario juvenil.


Los mitos son sólo mitos, pero gracias a los medios de comunicación se convierten en
realidades creíbles que debilitan la posible opción cristiana de los jóvenes. Además, estos
mitos inciden justamente sobre las necesidades psicológicas de su etapa evolutiva.

Nuestra tarea será de-construir (desmitificar) ese falso imaginario y reconstruir, desde
nuestra pastoral y desde su realidad evolutiva, una persona abierta al mundo y a la
trascendencia.

MITOS SOBRE LA VIDA

1. “Lo primero y exclusivo es la propia libertad y autonomía. Hago lo que me apetece, lo


que me pide el cuerpo. Hay que dar rienda suelta a los instintos. Mi único límite es mi cuerpo
y ahí se coloca la sexualidad”.

2. “El Yo es la única referencia válida, el ver si soy capaz o no”. La opción se centraliza en
el Yo, suprimiendo lo Otro y al otro. Se da una supremacía de la experiencia magnificando
lo sentido: vivir con emociones «fuertes», pero momentáneas. Exagerar lo sentido desde el
lenguaje (“¡Qué fuerte! ¡Fue divino! ¡Demasiado! ¡Guai!). La diversión, el placer es la parte
central (búsqueda) en sus vidas; la noche y la música se colocarían en este universo
simbólico.

3. “El riesgo deshumaniza. Nunca hay que saltar sin red. La decisión correcta es la que
proporciona el máximo de beneficio existencial con el mínimo de riesgo. No es posible
decidir sin haberlo probado antes todo y sin estar seguros de no fracasar”. Fórmulas del
consumismo encaminadas a vencer la angustia del comprador (“«Todo a cien», «pagar en
cómodos plazos», «compre hoy-pague mañana»”). Huida del conflicto, búsqueda del
consenso, de la paz a cualquier precio.

4. “La muerte es el final”. Miedo a vivir una sola vida: vacaciones a países exóticos; Veranos
de solidaridad, zapeo, TV satélite, Internet. Miedo a «terminar» el día. Los jóvenes cada vez
se acuestan mas tarde.

5. “El silencio es incomunicación, produce miedo”. Hay que huir del silencio: música
ambiental, teléfono móvil.

6. “Presentismo. La realidad es inmanente, no trascendente. Hay que vivir al máximo el


aquí y el ahora”. «Carpe diem»42 no evangélico. Es decir, incapaz de percibir la trascendencia
de lo pequeño, la divinidad de lo humano. Las utopías son irrealizables. Sólo de noche, en
las drogas, frente al televisor... los sueños pueden hacerse realidad! Primacía de lo cotidiano,
el pequeño relato.

41
Cfr. Compañía de Jesús. Retos y fines de la Pastoral Juvenil Ignaciana. Bilbao, Ed. Mensajero, 2003, p. 67.
42
¡Aproveche el día!
54

7. “Mi familia” está por encima de cualquier vinculación posterior” (amigos, matrimonio,
comunidad).

Hay una fragmentación ideológica que lleva a no poder tomar opciones por UNA realidad
concreta y definitiva. Relativismo (donde nada puede ser elegido como absoluto; mosaico
existencial) y pragmatismo (eficacia, tener resultados, buena imagen), eso es lo importante.

MITOS SOBRE EL CRISTIANISMO

1. “El Reino de Dios que anuncian los cristianos carece de signos visibles y además es
aburrido. Todo son bienes espirituales, invisibles, y, por tanto, inexistentes. ¿Dónde están la
alegría, la fraternidad?...”

2. “No existe el pecado”. Falta de conciencia de pecado. No hay necesidad de salvación. En el


fondo al cargarnos el infierno hemos acabado con el cielo. La poca confesión que se da, se
queda más en reconocer hechos erróneos que actitudes. No se piensan en los efectos
multiplicadores o perversos de la propia actuación.

3. “En la Iglesia coartan la libertad. Del mismo modo que en las ONG, los sindicatos o los
partidos”. Lo prioritario es el bien individual antes que del grupo.

4. “El cristianismo concibe a la mujer como inferior al hombre. Una mujer no llegará a
realizarse satisfactoriamente dentro de la Iglesia”.

5. “El mensaje cristiano reprime la sexualidad. Para la Iglesia sexualidad es lo mismo que
genitalidad. Por tanto, el sexo es exclusivamente para el matrimonio. El clero lo constituyen
personas que no saben qué hacer con su corporalidad y, por ello, desconocen e1 lenguaje de
la ternura que e1 cuerpo puede vehicular”.

6. “El lenguaje eclesial es esencialmente clerical, abstracto y conceptual. No se entiende,


habla de vaguedades y es incapaz de proporcionar experiencias sensibles, de transmitir
sentido, y no responde a las necesidades de los jóvenes; es irrelevante”.

7. “Hay formas de salvarse fuera del camino cristiano. Existen otras religiones (Islán,
budismo) y otros caminos (relajación Tai-Chi, yoga...). El cristianismo fundamente es hacer
cosas por los demás. Pero hoy día no hay que ser cura o monja para trabajar por los demás:
trabajadores sociales, psicólogos, psicoanalistas, médicos, voluntariado... Algunos de ellos
hacen más por el reino de Dios que la mayoría de los clérigos”.

8. “La jerarquía eclesiástica es una perversión del auténtico mensaje evangélico. Se puede
ser un buen cristiano en modo privado sin la necesidad eclesial. La Iglesia representa lo
institucional, lo tradicional y lo conservador, es una ideología. No es una vida alternativa,
de futuro, es cosa de curas y monjas. No una experiencia personal con Jesucristo Salvador.
Disentir es estar fuera de la comunión”.

9. “Vida religiosa es igual a soledad y sacrificio. Los religiosos no se dan del todo. Se
relacionan en vertical, no horizontalmente. No se conocen y la imagen que dan es de
perfección distante y no de cercanía”.
55
ANEXO 7

ALGUNAS PÁGINAS WEB SOBRE PASTORAL VOCACIONAL

Últimamente, un cambio significativo se produjo en el campo de las comunicaciones y


de la información mediante Internet. Esta red de comunicación inter-activa ofrece novedosas
y numerosas posibilidades pastorales también para el Sector vocacional de la CPAL.

Conectados en red no sólo nos podemos ayudar sino también compartir recursos e
intercambiar datos. Poco a poco iremos poniendo en común lo que somos y hacemos para que
otros puedan aprovecharse en sus vidas y trabajos.

Exponemos las páginas WEB que hasta ahora tenemos:

• Antillas www.jesuitasantillas.org
• Argentina www.jesuitas.org.ar
• Bolivia www.jesuitas.org.bo
• Brasil Centro-Leste www.jesuitasbrc.org.br
• Brasil Meridional www.jesuita.org.br
• Brasil Nordeste www.jesuitas.org.br
• Canadá Francés www.jesuites.org/provoc
• Centroamérica www.jesuitascam.org
• Chile www.jesuitas.cl y vocaciones.jesuitas.cl
• Colombia www.jesuitas.org.co
• CPAL www.cpalsj.org
• Curia General www.sjweb.info
• España www.jesuitas.es
• México www.sjmex.org
• Paraguay www.geocities.com/Athens/Parthenon/2297
• Perú www.jesuitasperu.org (link: ser jesuita)
• Secretariado vocacional BRC www.jesuitas.com.br
• Uruguay www.ucu.edu.uy/sj/
• Venezuela www.jesuitas.org.ve
56
ANEXO 8

BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA SOBRE PASTORAL VOCACIONAL

- AMADEO Cencini. La historia personal, cuna del misterio. Lima, Paulinas, 1997.
- AMADEO Cencini. Luz en mi Camino. Palabra de Dios e itinerario vacacional. Lima,
Paulinas, 2003.
- BALDISSERA, Deolino. Acompanhamento personalizado. Guia para formadores.
S.Paulo, Ed. Paulinas, 2002.
- BALDISSERA, Deolino. Sou o que faço de minha história: Guia para formandos
(Paulinas 2002).
- BARRY, William. Deus e você. A oração como relacionamento pessoal. S. Paulo, Ed.
Loyola, 1990.
- CABARRUS, Carlos R. Discernir na Igreja de hoje. S. Paulo, Ed. Loyola, 1998.
- Carta sobre la promoción de vocaciones, ARSI, vol. XXII, Fasciculus II, Roma 1997, pp.
158-161.
- CELAM, Departamento de vocaciones y ministerios, Pastoral vocacional en el continente
de la esperanza (Primer congreso continental latinoamericano de vocaciones), 23-27 de
Mayo de 1994, Itaici, São Paulo, Brasil. Centro de Publicaciones del CELAM, Bogotá,
1994.
- CENCINI, Amedeo. Vocações. Da nostalgia à profecia. Ed. Paulistas, 1992.
- CENCINI, Amedeo. Pastorale vocazionale. Roma, Università Pontificia Salesiana,
Facoltà de Teologia, 2002.
- CIGOÑA, J. Ramón F. de la. Acompanhamento vocacional. Um caminho. S. Paulo, Ed.
Loyola, 1994.
- CIGOÑA, J. Ramón F. de la. Ao encontro de Inácio de Loyola. S. Paulo, Ed. Loyola,
1983.
- CIGOÑA, J. Ramón F. de la. Oração e libertação. S.Paulo, Ed. Loyola. 1987.
- COMPAÑÍA DE JESÚS (España). Retos y fines de la pastoral juvenil ignaciana. Ed.
Mensajero, 2003.
- COMPAÑÍA DE JESÚS (España). Un tesoro a desenterrar. Algunas sugerencias para la
Pastoral Vocacional, 2005.
- CONFERÊNCIA NACIONAL DOS BISPOS DO BRASIL. Igreja Povo de Deus a
serviço da vida (Texto-base para o 2º Congresso Vocacional do Brasil). Brasília, 2004.
- CONPAV. Jesuítas do Brasil. Acompanhamento vocacional. S. Paulo, Ed. Loyola, 2001.
- CONPAV. Jesuítas do Brasil. Pré-Noviciado. S. Paulo, Ed. Loyola, 2002.
- CONPAV. Jesuítas do Brasil. Promoção vocacional. S. Paulo, Ed. Loyola, 2000.
- CPAL. Principio y Horizonte de nuestra misión en América Latina. Río de Janeiro, 2002.
- Curia general de la Compañía de Jesús. La formación del jesuita. Roma, 2003.
- ECHANIZ, Ignacio, Pasión y gloria. La historia de la Compañía de Jesús en sus
protagonistas, 2 vols., Bilbao, Mensajero, 1999.
- GONZALEZ BUELTA, Benjamín. Nueva cultura, mística y ascesis. En web-site CPAL:
http://www.cpalsj.org/documentos.
- HERNANDEZ MONTES, Benigno. Recuerdos ignacianos, “Memorial de Luis
Gonçalves da Câmara”. Versión y comentarios de Mensajero y Sal Terrae, Bilbao –
Santander, 1991.
- IGLESIAS, Manuel Eduardo. Um retiro com o peregrino. S. Paulo, Ed. Loyola, 1995.
- IVERN, Francisco. ¡Viento en popa a toda vela!, Colección CPAL, Río de Janeiro, 2000.
- LISBOA M. de Oliveira, J. Nossa resposta ao amor. Teologia das vocações específicas. S.
Paulo, Ed. Loyola. 2001.
57
- LISBOA M. de Oliveira, J. Pastoral vocacional y cultura urbana. S. Paulo, Ed. Loyola,
2000.
- LISBOA M. de Oliveira, J. Teologia da vocação. S. Paulo, Ed. Loyola, 1999.
- LONDOÑO, Alejandro. Acompanhamento vocacional. S. Paulo, Ed. Loyola, 1992.
- MELLO, Anthony de. Abandonar-se a Deus para ser Igreja. S. Paulo, Ed. Loyola, 1993.
- MUCHERY, Gérard. Vocações: um guia para escolher os caminhos do seguimento de
Cristo. S. Paulo, Ed. Paulinas, 1998.
- PIGHETTI, Adriano e PESSOA, Jaci Dutra. Curso para orientadores vocacionais. S.
Paulo, Ed. Loyola, 1993.
- PIGNA, Arnaldo. Vocação, teologia e discernimento. S. Paulo, Ed. Loyola, 1989.
- POWELL, John. Por que tenho medo de lhe dizer quem sou? B. Horizonte, Ed. Crescer,
1997.
- RUIZ JURADO. Manuel, Orígenes del noviciado de la Compañía de Jesús, IHSI, Roma,
1980.
- SALES, J. Acrizio e PIGHETTI, Adriano. Retiro de opção de vida. S. Paulo, Ed. Loyola,
1989.
- SÍVERES, Luiz (org.) e OUTROS. Discernimento vocacional. S. Paulo, Ed. Loyola,
1993.
- SOUBIAS, Hervé. Como discernir sua vocação. S. Paulo, Ed. Paulinas, 1999.
- URIBARRI, Gabino. “Reavivar el don de Dios” (2Tim 1,6), una propuesta de promoción
vocacional. Bilbao, Sal Terrae, 1997.
- VALLES, Carlos G. Saber escolher. A arte do discernimiento. S.Paulo, Ed. Loyola, 1992.
- VALLES, Carlos G. Viver em comunidade. Sonho e realidade na vida religiosa. S.Paulo,
Ed. Loyola, 1987.
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