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STASIA BLACK
Copyright © 2017 por Stasia Black
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción, distribución y/o
transmisión total o parcial de la presente publicación por cualquier medio,
electrónico o mecánico, inclusive fotocopia y grabación, sin la autorización por
escrito del editor, salvo en caso de breves citas incorporadas en reseñas y algunos
otros usos no comerciales permitidos por la ley de derechos de autor.
Esta es una obra de ficción. Las similitudes con personas, lugares o eventos reales
son puramente coincidencia.
Traducido por Patricia Querales.
ÍNDICE
Boletín Digital
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Epílogo
Boletín Digital
También por Stasia Black
Sobre Stasia Black
BOLETÍN DIGITAL
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
ISOBEL
HUNTER
ISOBEL
ISOBEL
ISOBEL
HUNTER
HUNTER
ISOBEL
HUNTER
—¡TIENE pulso!
—Movió los ojos.
El camillero que retenía a Hunter lo soltó y este corrió
hacia la cama.
—¡Isobel! —gritó. Se quedó varios metros detrás del
médico y las enfermeras, pues no quería interponerse en su
camino.
Especialmente cuando vio que tenían razón. Isobel estaba
parpadeando, tosiendo y moviendo la cabeza como si estuviera
tratando de orientarse.
—¡Bel! —la llamó, riendo y llorando al mismo tiempo.
Una de las enfermeras se hizo a un lado y Hunter no pudo
detenerse. Se colocó en el lugar vacío al lado de Isobel y le
agarró la mano que no tenía la vía intravenosa.
—Estoy aquí —dijo, levantando su mano y besándola—.
Bel, estoy aquí.
Isobel habían estado parpadeando salvajemente, pero ante
su contacto y voz, se posaron en su rostro.
Abrió la boca y parecía que estaba tratando de decir algo.
Hizo una mueca y se llevó la mano a la garganta.
—Agua —gritó Hunter—. Necesitamos un poco de agua
por aquí.
Hunter no tenía idea de a quién le estaba ladrando órdenes
o si en cualquier momento iban a tratar de sacarlo de la
habitación nuevamente.
A la mierda. Su Isobel estaba viva y despierta y nada lo
separaría de ella, excepto la maldita Parca.
Al parecer, alguien lo había oído, porque al segundo
siguiente, le dieron un vaso de agua con una pajita.
Inmediatamente lo llevó a la boca de Isobel, colocando la paja
entre sus labios.
Ella tomó un sorbo, tosió un poco y tomó otro sorbo.
Trató de hablar de nuevo. Su voz todavía estaba ronca y
Hunter apenas podía distinguirla cuando ella dijo:
—Sí. Mi respuesta es sí.
—¿Qué? —preguntó Hunter, inclinándose para escucharla
mejor.
Tomó otro sorbo de agua y luego dijo más fuerte, aunque
parecía que le tomó toda su energía:
—Sí, me casaré contigo.
¿Realmente acababa de…?
Hunter dejó escapar un grito y casi tira el agua en su afán
de besarla. Luego se apartó y miró a los médicos y enfermeras
que todavía estaban en la habitación.
—¿Oyeron eso? ¡Esta mujer será mi esposa!
La risa exhausta de Isobel era el sonido más hermoso que
había escuchado en su vida.
EPÍLOGO
LIAM
La virgen y la bestia
Hunter
La virgen de al lado
A MOR O SCURO
Lastimada
Quebrada
LA BELLA Y LA ROSA
La bestia de la bella
La bella y las espinas
La bella y la rosa
O SCURO R OMANCE DE LA M AFIA
Inocencia
El despertar
Reina del Inframundo
SOBRE STASIA BLACK