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🆃🅴🅼🅰 4.

- 𝐸𝓁 𝓃𝒾ñ𝑜 𝒹𝑒𝓈𝒸𝓊𝒷𝓇𝑒 𝒶 𝓁𝑜𝓈


𝑜𝓉𝓇𝑜𝓈. 𝒫𝓇𝑜𝒸𝑒𝓈𝑜 𝒹𝑒 𝒹𝑒𝓈𝒸𝓊𝒷𝓇𝒾𝓂𝒾𝑒𝓃𝓉𝑜, 𝒹𝑒
𝓋𝒾𝓃𝒸𝓊𝓁𝒶𝒸𝒾ó𝓃 𝓎 𝒶𝒸𝑒𝓅𝓉𝒶𝒸𝒾ó𝓃. 𝐿𝒶 𝑒𝓈𝒸𝓊𝑒𝓁𝒶
𝒸𝑜𝓂𝑜 𝒾𝓃𝓈𝓉𝒾𝓉𝓊𝒸𝒾ó𝓃 𝓈𝑜𝒸𝒾𝒶𝓁𝒾𝓏𝒶𝒹𝑜𝓇𝒶. 𝐸𝓁 𝓅𝒶𝓅𝑒𝓁
𝒹𝑒𝓁 𝒸𝑒𝓃𝓉𝓇𝑜 𝒹𝑒 𝐸𝒹𝓊𝒸𝒶𝒸𝒾ó𝓃 𝐼𝓃𝒻𝒶𝓃𝓉𝒾𝓁 𝑒𝓃 𝓁𝒶
𝓅𝓇𝑒𝓋𝑒𝓃𝒸𝒾ó𝓃 𝑒 𝒾𝓃𝓉𝑒𝓇𝓋𝑒𝓃𝒸𝒾ó𝓃 𝒸𝑜𝓃 𝓃𝒾ñ𝑜𝓈 𝓎
𝓃𝒾ñ𝒶𝓈 𝑒𝓃 𝓈𝒾𝓉𝓊𝒶𝒸𝒾ó𝓃 𝒹𝑒 𝓇𝒾𝑒𝓈𝑔𝑜 𝓈𝑜𝒸𝒾𝒶𝓁.
𝒫𝓇𝒾𝓃𝒸𝒾𝓅𝒶𝓁𝑒𝓈 𝒸𝑜𝓃𝒻𝓁𝒾𝒸𝓉𝑜𝓈 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 𝑒𝓃
𝑔𝓇𝓊𝓅𝑜.
ÍNDICE

1. Introducción

2. El niño descubre a los otros


2.1. Etapas en el desarrollo social de los niños
2.2. Los procesos de socialización
2.3. El desarrollo social en el currículo de Educación Infantil

3. Procesos de descubrimiento, de vinculación y


aceptación

4. La Escuela como Institución Socializadora


4.1. Socialización: concepto y finalidad
4.2. La Escuela Infantil en el proceso de socialización
4.3. El profesor como agente socializador

5. El papel del centro de Educación Infantil en la


prevención e intervención con niños y niñas en
situación de riesgo social

6. Principales conflictos de la vida en grupo


6.1. ¿Cómo surgen los conflictos en esta etapa educativa?
6.2. La problemática del acoso escolar en la actualidad
6.3. Papel del maestro/a en la resolución de conflictos en el
aula
6.4. Programa RETO de Eva Solaz

7. Conclusión

8. Bibliografía
1. Introducción

El desarrollo del niño durante los primeros años de vida es de suma importancia, ya que se ha Importancia del
demostrado que el mayor desarrollo del cerebro ocurre durante los tres primeros años. Es por tema
ello, que la atención, los cuidados y una educación de calidad son factores que van a determinar
que los procesos físicos, cognitivos, motores, emocionales y lingüísticos, se desenvuelvan
apropiadamente y contribuyan a la adquisición de capacidades y competencias por parte del
niño.
Esta receta de la “Tarta de niñez”, que les presento a continuación, reúne entre sus ingredientes Introducción
lo esencial en los niños y niñas de esta etapa educativa: fantasías, imaginación, curiosidad,
juegos, sonrisas…, en suma, la felicidad y la inocencia propia de la infancia.

Ingredientes:
Litros de espontaneidad y dulzura.
Muchas ganas de jugar.
Miles de fantasías que imaginar.
Sonrisas de ternura: sin medida.
12 kg de curiosidad.
Gotitas de inocencia de vainilla: a gusto.
Preparación:
A los ingredientes anteriores, agregar las miradas de dos ojitos
rellenos de picardías y alguna lagrimita.
Dejar reposar la mezcla sobre manitas tibias hasta que sea necesario.
Decorar con 1 kg de ocurrencias de colores, dulces comentarios y un montón de besos golosos.
Tiempo de cocción:
Varía según la maduración.
Sugerencia:
No comerla en seguida, darse tiempo para disfrutarla.

Pero, más allá de ser una simple aunque tierna receta, nos hace reflexionar como docentes
acerca de ese tiempo de cocción que varía según la maduración de cada uno de nuestros
alumnos y alumnas. Esta idea es quizás, la más importante que cada maestro y maestra debe
considerar a la hora de preparar y planificar los procesos de enseñanza-aprendizaje, puesto que
como bien dice la receta, cada niño/a es diferente, único e irrepetible, y por eso mismo, su ritmo
de maduración y de aprendizaje, también será diferente.
En este sentido, y para contribuir a la planificación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, Justificación del
la legislación educativa vigente hace hincapié en una serie de principios y fines, que sin duda tema
van a facilitar el correcto desarrollo de nuestros alumnos y alumnas.

Entre los principios educativos, la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE),
actualmente modificada por la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, propone en su
artículo 1:
“…la calidad de la educación para todo el alumnado, sin que exista discriminación, así como la
equidad, que garantice la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo de la personalidad
a través de la educación…”.

Así mismo, entre los fines del sistema educativo establecidos en su artículo 2, destacamos:
“El pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos, la educación en el
respeto a los derechos y libertades fundamentales, y la formación para la paz, el respeto a los
derechos humanos, la vida en común, la cohesión social, la cooperación y la solidaridad…”.

Por su parte, el Real Decreto 95/2022, de 1 de febrero, por el que se establece la ordenación y
las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil, en su artículo 4, señala como fines de la
Educación Infantil:
“…la contribución al desarrollo integral y armónico del alumnado en todas sus dimensiones;
potenciando la autonomía personal y la creación progresiva de una imagen positiva y
equilibrada de sí mismos…”.

Por todo ello, en este tema, explicaremos cómo el niño descubre a los otros y va conformando Exposición de
su desarrollo social. Además, conoceremos los procesos de descubrimiento, de vinculación y apartados
aceptación, así como el papel de la Escuela de Educación Infantil como institución
socializadora, haciendo especial hincapié en el papel de la misma en la prevención e
intervención con niños y niñas en situación de riesgo social. Finalizaremos el tema, abordando
los principales conflictos que aparecen de manera natural en esas primeras relaciones sociales
que van a forjar nuestros alumnos y alumnas, para ayudarles a adquirir las herramientas
necesarias que les permitan resolver dichos conflictos mediante el diálogo, de un manera
pacífica y reflexiva.
Como se puede observar, el tema que vamos a desarrollar a continuación, se encuentra Relación con el
relacionado con el bloque de temas del temario de Educación Infantil, que abarcan el desarrollo temario
psicoevolutivo del niño, como son el tema 1 (características psicoevolutivas) el tema 2
(dedicado al desarrollo psicomotor), el tema 3 (la personalidad), el tema 5 (el desarrollo
cognitivo), o el tema 18 (el desarrollo del lenguaje).
2. El niño descubre a los otros
2.1. Etapas en el desarrollo social de los niños
En este apartado vamos a ofrecer un panorama evolutivo básico de la sociabilidad según diversos
autores.

CHARLOTTE BÜHLER

Esta psicóloga del desarrollo, nacida en Alemania en 1893, nos ofrece las siguientes etapas en el
desarrollo social de los niños y niñas de 0 a 6 años:

• 5 meses: El niño busca entrar en contacto con todo lo que esté a su alrededor.
• 6-7 meses: Trata de hacer partícipes de su actividad a los que le rodean.
• 8 meses: Es capaz de interpretar y comprender las demandas de los que le rodean.
• 1 año: El niño huye y se defiende ante personas desconocidas.
• 2 años: Muestra simpatía o antipatía hacia personas concretas.
• 3 años: Se produce el negativismo y la reacción extremada de su “yo” e independencia.
• 4 años: Son propios los contactos sociales mínimos.
• 5 años: Aprende a acomodarse con su grupo.

R. S. NIELSEN

Nielsen continuó los estudios de Piaget, y presentó cuatro estadios o etapas:

• Estadio no social (0-4 años): en el que se produce una falta absoluta de diferenciación
entre los distintos componentes de la sociedad.
• Estadio egocéntrico o pre-social (4-7 años): se da el descubrimiento del otro y sus
semejantes. El niño se retrae, no obstante, para entrar en contacto con los otros niños.
• Exploración de los factores socializadores (7-13 años): aumenta el deseo de comunicarse
con los demás. Llegará a una mutua adaptación de la sociabilidad.
• Estadio de la organización consciente de las relaciones sociales (a partir de los 13 años).
PIERRE VAYER

La socialización del niño va ligada siempre al entorno. Para Vayer, existen tres aspectos básicos:

• El niño/a.
• El mundo de los objetos.
• El mundo de los demás.

Las interrelaciones o interacciones como dice, son constantes y los problemas en alguno de ellos,
ocasiona un desajuste. Por lo tanto, las manifestaciones sociales no deben ser desligadas de un
enfoque integrado.

2.2. Los procesos de socialización


El proceso de socialización es una interacción entre el niño y su entorno. Para F. López, la
socialización es el resultado de la interacción entre el niño y el grupo social donde vive, y supone la
adquisición por el niño de aquellas costumbres, roles sociales, normas, conocimientos, valores que
la sociedad le exige y le transmite a través de los agentes sociales.

La socialización en sí, es un proceso, pero en este se implican otros


tres que lo configuran:

• Procesos mentales: adquisición de conocimientos.


• Procesos conductuales: conformación social de la
conducta.
• Procesos afectivos: formación de vínculos.

Los tres están íntimamente relacionados entre sí. Dependiendo del tipo de actividad predominarán
unos u otros, pero esta distinción solo es didáctica.

PROCESOS MENTALES DE SOCIALIZACIÓN

Estos procesos son muy amplios y diversos: conocimiento de los valores, normas, costumbres,
personas, instituciones y símbolos sociales, así como el aprendizaje del lenguaje y la adquisición de
conocimientos transmitidos a través del sistema escolar y demás fuentes de información.

El proceso de socialización es, en gran medida, una transmisión de los conocimientos que la especie ha
acumulado a través de los años. Para Álvaro Marchesí, aborda 3 dimensiones del conocimiento
social:

• Conocimiento de sí mismo.
• Conocimiento de los otros.
• Conocimiento de la sociedad.
Desde el momento del nacimiento, los niños pequeños son capaces de percibir algunas expresiones
emocionales de los demás.

El reconocimiento de algunas emociones e indicios sociales se trata probablemente, en el caso de


las emociones, de un mero contagio emocional, y, en el caso del aprendizaje de indicios sociales,
del reconocimiento de la recurrencia de determinados estímulos que se repiten y no,
necesariamente, del reconocimiento de la persona como algo global.

El reconocimiento de las personas no se da hasta el 2º trimestre de vida. Es cuando los niños


reconocen perfectamente a determinadas personas que adquieren un gran significado conductual
para ellos. Ese reconocimiento exige que los niños tengan un rudimentario concepto de persona.

Durante el 2º semestre, se produce un cambio cualitativo en el conocimiento social de los


conocidos y extraños. Adoptan una posición de cautela, recelo o miedo ante los desconocidos. El
conocimiento social es de vital importancia, porque se ha comprobado que depende de la forma
de encuentro con el extraño, el que el niño manifieste menor o mayor cautela, recelo o miedo. Estas
reacciones se expresan en conductas visuales, sonoras y motoras que ponen de manifiesto que el
niño hace una valoración de la persona que se acerca a él y de la situación en la que el encuentro
tiene lugar.

PROCESOS CONDUCTUALES DE SOCIALIZACIÓN

La socialización implica también la adquisición de conductas consideradas socialmente deseables,


así como evitar aquellas que son juzgadas como antisociales.

Las motivaciones que favorecen la conducta pueden basarse en la moral, el razonamiento sobre la
utilidad social de determinados comportamientos, el miedo al castigo, o el miedo a perder el amor
o lo favores que recibe de los demás.

Suponen:

• El conocimiento de los valores, normas y hábitos sociales.


• El control sobre la propia conducta.

Incluyen:

• Aprendizaje de hábitos sociales: comer, etc.


• Aprendizaje de habilidades sociales.
• Conductas pro-sociales y evitar conductas consideradas indeseables.

¿Cómo aprenden los niños conductas sociales?

La mayoría de ellas, siguen los principios generales del aprendizaje, y encontramos conductas
aprendidas por imitación, por reforzamiento positivo, preparación y práctica, instrucción y práctica
de hábitos elementales de aseo, etc.
PROCESOS AFECTIVOS DE SOCIALIZACIÓN

Este componente resulta esencial, sobre todo en los primeros momentos de vida, por cuanto la
dependencia que se crea en un niño que es capaz de aprender y que está orientado a la búsqueda
de estímulos sociales va a condicionar la personalidad futura y las interacciones sociales del
individuo. Dos vínculos afectivos básicos son la conducta de apego y la amistad.

El apego infantil

Podemos entender el apego como un lazo afectivo consecuente con la búsqueda


continuada y estable de la proximidad, el cariño, la seguridad que le proporciona el
otro. Estos lazos no son establecidos de forma rutinaria, sino que son controlados por
factores y circunstancias ambientales.

López (1990) recoge de forma muy precisa esta relación como sistema didáctico
entre el niño y la madre, donde hay una correspondencia entre la actividad orientada
del niño hacia la figura de la madre y una actividad materna (o de quienes hagan sus
veces) expresada en códigos dirigidos hacia él.

Algunas manifestaciones de este código son:

• La conducta visual no es la que se emplea en las relaciones entre adultos.


Las madres mantienen una distancia perceptiva con el niño o la niña
óptima (20-25 cts.) mientras que le amamantan, asean, juegan con él o ella,
etc. Lo miran fijamente, siendo aproximadamente un 70% del tiempo que
le dedican a amamantarle. Establecen un repertorio visual con él o ella, de modo que
siguen con su mirada los mismos objetos que atraen la atención de la niña o el niño y lo
acompañan con comentarios sobre ellos (Schafter y Crook, 1978).
• Posee una tendencia a establecer un contacto directo con la niña o niño, conducta que no
es específica a la especie humana, pues otras especies inferiores la manifiestan a través
del cobijo en sus alas, atracción hacia sí, lamer a las crías, etc.
• En el contexto de la satisfacción de las necesidades biológicas primarias se establece un
repertorio amplio en conductas comunicativas a través de gestos, palabras, conductas de
contacto, caricias, etc.
• Mayor empleo del lenguaje gestual que en la comunicación con los adultos y utilización
de un lenguaje verbal simple y redundante (Slobin; citado por López, 1990, pocas
palabras y repetición de las mismas palabras y frases, cargadas de sentimientos y de
expresiones emocionales.

Podemos, finalmente, señalar que durante el primer ciclo de Educación Infantil (0 a 3 años) las
figuras de apego son capaces de proporcionar la estimulación adecuada en cantidad y calidad,
siendo difícilmente suplidas por personas que prestan una atención a necesidades primarias de
aseo o alimentación en tanto no ofrezcan relaciones afectivas y con continuidad al niño. El
establecimiento de estos vínculos afectivos, a través de la figura de apego, contribuirá
fundamentalmente a generar una seguridad y un autoconcepto positivo en el niño que haga posible
el posterior desarrollo de las relaciones sociales en el grupo de iguales.

La amistad

La capacidad de socialización con los iguales no es algo que aparezca automáticamente en el


proceso madurativo. No podemos fijas una edad determinada en la que podamos decir que el niño
tiene madurez para integrarse sin conflicto. Ello depende de una serie de variables como las
condiciones familiares o las expectativas habidas con otros niños. Pero lo que sí es obvio es que el
niño es un ser eminentemente social desde su nacimiento, que su conducta se orienta a los otros y
que su identidad se construye mediante las interacciones sociales establecidas.

Durante el primer año de vida los iguales tienen un rol poco significativo. Aunque los niños
pequeños muestran interés por otros niños pequeños, suelen mantener relaciones muy pobres con
ellos. Son los adultos los que cuidan y estructuran las relaciones de los niños con el entorno. Esto es
así incluso en aquellos niños que van a centros infantiles puesto que carecen de la movilidad y
lenguaje que les permitirá enriquecer los intercambios con otros niños.

La amistad, se suele manifestar desde que el niño y la niña son muy pequeños y tienen tratos con
otros niños. Generalmente los vínculos en que se apoya la amistad en estas edades son la
semejanza de estatura, habilidad en los juegos y progresos en las actividades escolares. Un factor
que también influye es la cercanía en el espacio, que permite a niños vecinos verse con frecuencia,
así como la ubicación de proximidad en el aula.

Mueller (1979) observa que las respuestas dirigidas al otro durante el primer año de vida se limitan
a “sonreír”, “vocalizar”, “ofrecer juguetes”, “acercarse”, conductas no muy diferentes de las que se
observan con los adultos. Sin embargo, estas respuestas tienden a ser breves, pasivas y aisladas,
reacciones fugaces hacia el otro niño cuyo objetivo es provocar una respuesta aunque raramente
la consigan.

A partir del segundo año de vida, las cosas cambian de forma


espectacular. El desarrollo de las capacidades motrices,
cognitivas y lingüísticas, les proporciona nuevas oportunidades
de interacción e intercambio. A partir de ese momento la
importancia de la relación con los iguales es creciente.

Más tarde, se observa que sigue aumentando la relación con los


iguales y, además, diferenciándose de la interacción con los
adultos.

A medida que crece, van apareciendo más comportamientos sociales, aumentan las actividades
que implican cooperación frente a aquellas que suponen una actividad paralela, acciones
relacionadas con algún tipo de norma como supone el juego reglado.
2.3. El desarrollo social en el currículo de Educación Infantil
Sin duda, la escuela, cumple hoy un papel fundamental en el desarrollo social del niño. Esta
importancia aparece reflejada en la Ley 4/2011, de 7 de marzo, de Educación de Extremadura, y en
el Decreto 98/2022, de 20 de julio, por el que se establecen la ordenación y el currículo de la
Educación Infantil para la Comunidad Autónoma de Extremadura.

En algunos de los objetivos generales de la etapa, podemos encontrar una clara alusión al desarrollo
social:

d) Desarrollar sus capacidades emocionales y afectivas.


e) Relacionarse con los demás en igualdad y adquirir progresivamente pautas elementales
de convivencia y relación social, así como ejercitarse en el uso de la empatía y la
resolución pacífica de conflictos, evitando cualquier tipo de violencia.
f) Promover, aplicar y desarrollar las normas sociales que fomentan la igualdad de género.

Así mismo, entre las competencias clave para esta etapa, destacamos la competencia personal,
social y de aprender a aprender, y la competencia ciudadana.

En referencia a las competencias específicas y saberes básicos, se puede destacar el área 1, referida
al crecimiento en armonía, ya que dicha área se centra en las dimensiones personal y social del niño
y la niña, entendidas como inseparables y complementarias, que se desarrollan y regulan de
manera progresiva, conjunta y armónica.

Entre las competencias específicas, el desarrollo social está visiblemente presente, entre otras:

2. Identificar, manifestar y regular sus emociones, de acuerdo con el nivel de desarrollo,


expresando necesidades y sentimientos como respuesta a situaciones relacionadas con
necesidades básicas y con la interacción con los demás, para lograr bienestar emocional y
seguridad afectiva.
4. Establecer interacciones sociales positivas, en condiciones de igualdad, valorando la
importancia de la amistad, el respeto, la confianza y la empatía, en la construcción de la
propia identidad.

Continuando con el área Crecimiento en armonía, nos encontramos varios bloques estrechamente
relacionados con el desarrollo social del niño/a, como son el Bloque B: Equilibrio y desarrollo de la
afectividad, y el Bloque D: Interacción socioemocional en el entorno. La vida junto a los demás.

Dentro de estos dos grandes bloques, se encuentran entre otros, los siguientes saberes básicos:

Bloque B

• B.1. Las emociones.


o B.1. 2. 1. Manejo de las emociones como herramienta básica para el desarrollo
progresivo de la autoestima.
o B. 1. 2. 2. Herramientas para la identificación, expresión, aceptación y control
progresivo de las propias emociones, sentimientos, vivencias, preferencias e
intereses.

Bloque D

• D.1. La familia y la escuela.


o D. 1. 2. 2. La familia y la incorporación a la escuela. Habilidades sociales de
convivencia: comunicación de sentimientos y emociones y pautas básicas de
convivencia, que incluyan el respeto a la igualdad de género.
• D.2. Nuevas relaciones: respeto y empatía.
o D. 2. 2. 2. Otros grupos sociales de pertenencias: características, funciones y
servicios.
o D. 2. 2. 3. Los amigos: nuevas relaciones sociales. La amistad como elemento
protector, de prevención de la violencia y desarrollo de la cultura de la paz.

Y, por último, en cuanto a los criterios de evaluación, podemos destacar:

Competencia específica 2

2.1. Identificar y expresar sus necesidades y sentimientos relacionados con las rutinas
diarias y con las nuevas situaciones, ajustando progresivamente el control de sus
emociones.
2.2. Ofrecer y pedir ayuda en situaciones cotidianas, valorando los beneficios del trabajo
en grupo, la ayuda entre iguales y respetando las decisiones propias y del resto de
nuestros compañeros y compañeras.
2.3. Expresar inquietudes, gustos y preferencias en un clima de afecto y respeto,
mostrando satisfacción y seguridad por cada logro conseguido.

Competencia específica 4

4.1. Participar con iniciativa en juegos y actividades colectivas relacionándose con otras
personas con actitudes de afecto y empatía, evitando cualquier tipo de
discriminación.
4.2. Reproducir conductas, acciones o situaciones a través del juego simbólico en
interacción con sus iguales, identificando y rechazando estereotipos de género.
4.3. Conocer y respetar la diversidad de estructuras familiares, valorando la familia como
un entorno de unión, cuidado, respeto, amor y cariño.
4.4. Participar activamente en actividades relacionadas con la reflexión sobre las normas
sociales que regulan la convivencia y promueven valores como el respeto a la
diversidad y la igualdad de género.
4.5. Proponer alternativas creativas para la resolución de conflictos en el contexto del
aula, teniendo en cuenta el pensar y sentir de otras personas.
4.6. Colaborar en la preparación de actividades relacionadas con costumbres y
tradiciones étnicas y culturales presentes en su entorno, mostrando interés por
descubrirlas y conocerlas.

3. Procesos de descubrimiento, de vinculación y


aceptación
Estos tres procesos están íntimamente relacionados entre sí, ya que ninguno de ellos puede
funcionar de forma separada.

Hay que destacar que va a primar uno sobre otro dependiendo de la actuación que se realice en ese
momento.

3.1. Proceso de descubrimiento


Si al final del primer año de vida dejamos a dos niños juntos, observaremos que comenzarán a
interactuar sincrónicamente. Superado el primer año de vida, cuando ya ha sido establecida una
vinculación afectiva fuerte, fundamentalmente con la madre, ha descubierto su propia imagen, y
reacciona de forma diferente ante conocidos y desconocidos, el niño va logrando independencia
en sus figuras de apego y descubriendo la existencia de los otros. Está iniciándose en el proceso de
descubrimiento.

Según Mueller, uno de los cambios más importantes que ocurren respecto a la interacción con
compañeros, a los dos años, es la aparición de contingencias complejas en conductas sociales que
están orientadas tangencialmente con los juguetes y objetos no sociales, haciéndose la imitación
más frecuente y repartiéndose las responsabilidades en el mantenimiento de los intercambios
sociales.

La interacción con materiales de juego es más frecuente entre los niños que en las relaciones con
sus propias madres. Esto nos lleva a concluir que las primeras etapas de relación con los
compañeros de juego están centradas en el objeto.

3.2. Proceso de vinculación


La interacción con otro niño comienza a diferenciarse también de la interacción con un extraño, a
lo largo del segundo año. En la interacción con un igual, se han encontrado escasas protestas y
llantos, un abundante uso del material de juego, actividades de dar y tomar materiales, imitación
regulada socialmente y el uso del material de juego con mayor frecuencia que en la interacción con
un adulto.

Durante este segundo año, la interacción entre compañeros se coordina progresivamente y se


estructura de forma diferente a la interacción con un adulto. Podemos considerar que los niños a
esta edad están estableciendo vínculos, procesos de vinculación, a través de los objetos, de la
imitación social, etc.

Los comportamientos encontrados entre niños de 3 y 4 años, nos indican que el trato que
mantienen con sus iguales no es una réplica del que dirigen los adultos. Por ejemplo, nunca llegan
a entrar en la interacción entre niños y comportamientos que permanecen en sus relaciones con
sus adultos (ciertas expresiones verbales de afecto, besos…),

Durante todo el segundo ciclo de la Educación Infantil, seguirá cambiando tanto la incidencia de
los encuentros sociales como su naturaleza.

3.3. Proceso de aceptación


Si comparamos niños de 2 años con niños de 5 años,
encontraremos diferencias importantes en su
desarrollo social. Se observa que, con mayor
frecuencia, los niños mayores hablan y juegan con
otros niños y manifiestan comportamientos sociales
como la sonrisa o el reírse. En niños menores, son
más frecuentes los comportamientos como llorar,
mirar a otros niños, dejarse coger los juguetes u
orientarse en general hacia el profesor.

En otras investigaciones, se han encontrado también


que al llegar al final de la edad preescolar aumenta el
prestar atención y el dar aprobación, el afecto y la
aceptación personal, la sumisión y el dar objetos
tangibles.

Conforme los niños y niñas crecen, aumentan su participación en actividades asociativas y de


colaboración, y disminuye el juego solitario y paralelo o sin interacción, la ociosidad y la observación
pasiva.

Estaremos hablando de procesos de aceptación en los últimos años de la Educación Infantil, donde
aparecerá el juego asociativo y de cooperación que requiere mayores destrezas cognitivas que
otros tipos de juego. Esta actividad asociativa representa una interacción entre compañeros más
madura que la actividad paralela.

A lo largo de estos años, se observan más acciones relacionadas con algún tipo de norma, como el
orden de sentarse, la posesión de los objetos, las ceremonias y rituales relacionados con los
juguetes… Quizás, una de las normas que comienzan a manifestarse más claramente son las
relacionadas con el sexo. Los niños con los niños y las niñas con las niñas.
En síntesis, podemos afirmar, que los compañeros como agentes socializadores, pueden también
inculcar comportamientos sociales constructivos y cooperativos como la simpatía o la ayuda.

El niño y la niña, pues, va descubriendo a sus compañeros poco a poco. Sus relaciones sociales se
irán enriqueciendo, lo que le permitirá establecer vínculos especiales con alguno de sus
compañeros, que aunque limitados al principio, irán aumentando al final del periodo de Educación
Infantil.

Utilizando básicamente el juego, para explicar estos procesos:

PROCESO DE SOCIALIZACIÓN
TIPO DE JUEGO EDAD
CON LOS OTROS
Juego solitario, individual 0-1 Apego. Procesos de
descubrimiento
Juego en paralelo 1-3 Procesos de vinculación
Juego asociativo 3-5/6 Procesos de vinculación
Juego colaborativo o cooperativo, 5-… Procesos de aceptación
de reglas

4. La Escuela como Institución Socializadora


4.1. Socialización: concepto y finalidad
Educar es socializar, y por socialización entendemos “como todos aquellos procesos que participan
en el desarrollo de determinadas capacidades y habilidades que ayuden a los niños y niñas a
incorporarse e integrarse en la sociedad de una manera activa y participativa”.

En la relación que mantiene la socialización con la educación, la primera es entendida como


proceso. Mientras que el niño se educa, se socializa. Este proceso mediante el cual el niño va
asimilando las formas de comportamiento, usos, costumbres, valores, etc., del grupo social de
pertenencia, es activo, debe implicar la actividad por parte del individuo que debe interrelacionarse
intensamente con el medio.

De todo esto se desprende, que uno de los objetivos fundamentales de la educación, es integrar al
niño socialmente.

4.2. La Escuela Infantil en el proceso de socialización


En la etapa de Educación Infantil, se produce el proceso de socialización del niño y de la niña, que
constituye toda una revolución en su forma de pensar y en el concepto que tiene sobre sí mismo,
obligándole a reubicarse en un mundo donde él ya no es el centro.
Este proceso, además condiciona la construcción de su autoconcepto, que se irá formando en gran
medida a partir de las valoraciones que los demás hagan de él, tanto sobre sus capacidades como
sobre su comportamiento.

Desde el punto de vista de las relaciones interpersonales y de la actuación e inserción social, la


escuela ha de contribuir con su acción educativa, al descubrimiento de la identidad de cada niño y,
al mismo tiempo, tiene que constituir un contexto propicio para el aprendizaje de las reglas que
rigen la vida en grupo, fomentando los comportamientos solidarios, de ayuda y cooperación,
promoviendo en los niños actitudes alejadas de los estereotipos relacionados con el sexo, las
diferencias de raza, origen, creencias, etc.

Las interacciones que se producen dentro del grupo de alumnos promueven el desarrollo de una
serie de componentes que facilitan el desarrollo social. Podemos destacar los siguientes:

• Se facilita la ruptura del egocentrismo, que suele ser una de las dificultades con las que
nos encontramos en el proceso de socialización.
• Se facilita la adaptación a un cambio de medio distinto a la familia y a un adulto también
distinto: el maestro o la maestra.
• Se facilita la heteronomía social. Se acepta a los otros como diferentes, pero como
miembros del grupo y como elementos de interacción.
• Se facilita la socialización sexual, haciendo posible el conocimiento del propio cuerpo y
respetando las diferencias con los demás.
• Se domina el impulso agresivo, facilitándoles modelos conductuales que respeten las
normas acordadas.
• Promueve hábitos de cooperación y solidaridad. Dentro de sus limitaciones impuestas
por su nivel de desarrollo, se inicia la adquisición de dichos hábitos, desarrollándose
actitudes de tolerancia y comprensión para los que no son como ellos.

La escuela constituye el primer núcleo social en el que el niño establece y mantiene sus primeros
contactos extra familiares.

En el centro escolar, el alumno es un miembro más de la comunidad educativa, en la que debe


participar en la medida de sus posibilidades, estableciendo contacto con profesores e iguales, con
los que debe mostrara actitudes positivas de convivencia.

Toda la acción educativa de la escuela infantil debe estar respaldada por un Proyecto Educativo,
orientado a optimizar el desarrollo, compensar posibles deficiencias y desarrollar integralmente
todas las capacidades del niño. En este Proyecto Educativo, debe estar claramente expuesto un
programa de desarrollo social cuyas líneas maestras podrían ser entre otras, las siguientes:

• Promoción de conocimientos sociales, elaborando diferentes unidades didácticas que


permitan a los niños ir adquiriendo de forma más sistemática los conocimientos sociales
referidos a las personas, las instituciones, las normas y la moral.
• Desarrollo de los procesos básicos que condicionan el desarrollo social, realizando tareas
que sirvan para aumentar la capacidad cognitiva (espacial y social) de ponerse en el lugar
del otro y la afectiva de desarrollar actitudes de empatía hacia los demás.
• Afianzamiento en la comunicación de emociones y contenidos personales y sociales,
tanto a través de gestos como de palabras.
• Aprendizaje de habilidades sociales básicas: pedir cosas, resolver un conflicto…
• Participación en actividades que favorezcan la valoración positiva de uno mismo,
involucrando a los niños y niñas en tareas en las que puedan tener éxito, y en juegos de
colaboración.
• Educación para la Salud, entendida como bienestar y referida a aspectos esenciales como
la alimentación, la higiene, el desarrollo, etc.
• Educación Ambiental, introduciendo temas ecológicos concretos que ayuden a tomar
conciencia de la importancia del respeto y conservación de la naturaleza.
• Educación para el Consumo.

Uso de estrategias didácticas favorecedoras de la sociabilidad como:

1. Ambiente cálido con posibilidades de interacción continua: rincones y talleres. Con


propuestas de gran grupo, de pequeño grupo, de pareja e individuales.
2. Asamblea como verdadera gestora de la vida en el aula: rutinas, encargados y
responsabilidades rotatorias, felicitaciones, quejas, acontecimientos personales, …
3. Trabajo por proyectos, que favorecen un trabajo en grupo y para el grupo. Donde se
argumenta, se convence, se consensua…
4. El juego como metodología por excelencia en nuestra etapa, ya que permite la
interacción continua, la verbalización de situaciones, la resolución de conflictos en el
grupo, etc.
5. Uso de material favorecedor de la socialización; en muchos casos, por ejemplo, material
de desecho (para reciclar), desestructurado, … ubicado en zonas o rincones concretos que
favorece la creatividad e interacción entre iguales.
6. Potenciación de la responsabilidad dentro del grupo. En nuestras aulas es fácil observar la
distribución de encargados rotatorios dentro de un proceso de hábitos y rutinas para
estimular esa responsabilidad: el primero/a en la fila, pasar lista, cuidado de plantas,
mascotas, el tiempo, poner el día de la semana en el calendario, biblioteca…

4.3. El profesor como agente socializador


La acción socializante del profesor se realiza básicamente a través de técnicas de modelado y de
refuerzo.

Algunas características de la personalidad del profesor influyen en la socialización del niño:


a) Los profesores rígidos, autoritarios e intolerantes,
tienden a promover sistemas de funcionamiento en el
aula con escasa participación de los niños y favorecen
poco la ayuda y la cooperación.
b) Los profesores que pueden ser descritos como flexibles
y tolerantes, determinan que sus alumnos se muestren
más integrados e implicados en la clase, se prestan más
frecuentemente como voluntarios y aparecen como
activos en la toma de decisiones, independientes y
libres.

5. El papel del centro de Educación Infantil en la


prevención e intervención con niños y niñas en
situación de riesgo social
Los niños en situación de riesgo social son lo que seguramente si no existe una prevención e
intervención, terminarán siendo los inadaptados sociales, cada vez más frecuentes en la sociedad
actual.

Se habla de inadaptación en general, a la falta de relaciones armónicas que impiden que una
persona se integra correctamente en un grupo. La inadaptación social lleva a la marginación,
término que hace referencia a la separación o exclusión de un grupo determinado respecto a la
sociedad.

Hay diferentes concepciones del “inadaptado social” o “marginado”:

• Niños desconectados del grupo, tímidos y retraídos.


• Niños con comportamientos antisociales o no socialmente aceptados.

El abanico de inadaptación social es muy amplio, por lo que el maestro debe saber detectar la
inadaptación, aunque hay que tener en cuenta que todos tendrán que superar dificultades en este
proceso de socialización.

5.1. Causas de la inadaptación social


Entre las posibles causas de inadaptación social, destacaremos las siguientes:

Causas sociales

Niños inadaptados los hay en todas las clases sociales y ambientes, pero destacan por número y
gravedad en las más bajas. Las carencias económicas, culturales, etc.… segregan socialmente y
favorecen la aparición de conductas marginales. El mismo barrio produce sus propios modelos
sociales (héroe) marcando un modelo de comportamiento marginal muy influyente en los niños de
esa comunidad.

Causas emocionales

Necesidad de llamar la atención. Estos niños manifiestan, aislamiento y estados depresivos,


regresión a conductas infantiles, pesadillas y terrores nocturnos o, incluso, conductas agresivas y
extremas como insultos, gritos pataletas, mordiscos, etc...

Causas raciales

El niño gitano (salvo excepciones) vive una marginación activa (defensa de su pueblo) y pasiva (no
aceptación de los payos). El lenguaje es también un impedimento para niños de otras culturas:
marroquís, chinos, etc...

Causas familiares y psico-afectivas

Madres muy protectoras, abandonos, violencia, pobreza, diferente valoración de los hijos... pueden
causar desajustes en el desarrollo del niño. A veces esto queda oculto y sin corrección hasta la
incorporación a la escuela

El propio Sistema Educativo

Que, si bien no causa directamente la marginación, suele agudizarla con su ambiente competitivo
e insolidario, “la ley del más fuerte”.

5.2. Intervención educativa


Podemos considerar dos tipos de intervención desde un punto de vista procesual, no gradual:

• Los niños de riesgo: hay que realizar una labor preventiva.


• Los niños inadaptados: labor de recuperación.

Pero en Educación Infantil, nos encontraremos fundamentalmente niños con riesgo social, por lo
que es fundamental la detección o prevención.

Para ello es importante que el docente conozca las posibles causas de inadaptación social y conocer
el entorno y contexto de sus alumnos.

-Características del centro de Educación Infantil para una buena prevención e intervención-

Equipo estable y reforzado de educadores

Los avances en campo de la inadaptación social son lentos y difíciles, por ello es necesario
continuidad y trabajo coordinado a largo plazo. Individualmente el profesor debe implicarse
personalmente y estar dispuesto a una decidida labor educativa (abierta a otros ambientes cultura,
personas...mostrando otras realidades).
Proyecto Educativo de Centro adaptado a la realidad

Enfatizará en la detección temprana de estos niños, dando pautas de actuación y seguimiento


tutorial. Debe ser flexible y con capacidad de adaptación para que se adapte a la realidad cambiante
de los alumnos.

Marco escolar participativo

Con normas adoptadas por todos y anime a tomar y asumir responsabilidades. Que busque la
autonomía y colaboración activa de los padres.

5.3. La prevención
El Sistema Escolar, si bien no suele ser el causante de la marginación y el riesgo social, en ocasiones
puede agudizarlo. Un ambiente competitivo e insolidario, donde impere la ley del más fuerte, una
actuación no sensible del maestro que fomente el individualismo, la discriminación o la
minusvaloración, contribuirá a agravar las situaciones.

Por el contrario, si la escuela, adopta una actitud de inserción en la problemática de su entorno,


detectando los problemas, proporcionando un ambiente solidario y participativo, y actúa con un
sentido de compensación de los desequilibrios existentes, se podrán abordar estos problemas de
manera adecuada.

La escuela puede adoptar dos tipos de estrategias ante estas realidades: de prevención y de intervención:

1. Prevención, normalmente, los niños con esas dificultades no hablan de su situación por
diversas razones, entre otras por la poca confianza con los adultos. Los profesores
pueden detectar, a través de diversos indicadores, la existencia de dificultades en sus
alumnos:
• Deterioro físico: suciedad, desnutrición.
• Cansancio permanente, tristeza
• Asistencia irregular.
• Etc...

Asumir que la escuela infantil tiene un carácter compensatorio e integrador supone:

• Respetar la individuad de cada niño


• Admitir la diversidad como algo consustancial a la escuela
• Flexibilidad en las actividades evitando la desintegración social y ayudando a
superar las dificultades de los aprendizajes, creando estímulos y
motivaciones tanto en la elaboración de conocimientos como en el desarrollo
de hábitos y actitudes para la adquisición de valores y normas de
comportamientos y conductas.
2. La intervención, estará basada en una investigación adecuada de las causas y el apoyo de
otros profesionales, procurando detectar los problemas y aportando planteamientos no
traumáticos, que dependerán de la mayor o menor gravedad de la situación.

Al margen de la intervención directa de los profesores y otros profesionales en la detección


e intervención respecto a los problemas, es importante considerar las relaciones con sus
compañeros, que en gran medida dependen a su vez de la actuación del profesor tutor.

5.4. Recursos compensatorios en Educación Infantil


La Escuela debe convertirse en un recurso o ayuda compensatoria hacia las familias que lo precisen.

La información que suministremos debe ser teniendo en cuenta al receptor y según como sea la
reacción daremos solamente aquella que ayude a los padres a mantener sentimientos
predominantemente positivos con respecto a su hijo/a.

Así mismo, habrá ocasiones que las situaciones de riesgo que se nos presenten escaparán de las
posibilidades preventivas y de acción que nosotros como educadores podamos llevar a cabo. En
esos casos, deberemos recurrir a otros medios como son el apoyo de los Equipos de Orientación,
profesor de Pedagogía Terapéutica, de Audición y Lenguaje, o a los Profesores Técnicos de
Servicios a la Comunidad.

En la Comunidad Autónoma de Extremadura, la Ley 4/1994, de 10 de noviembre, de protección y


atención a menores, proclama entre sus principios rectores, el derecho del menor a una formación
integral y a un entorno social no deteriorado. Tanto esta Ley como la Ley Orgánica 8/2015, de 22
de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, reconocen a los
niños/as como sujetos de derechos y a los que las autoridades deben procurar protección ante el
maltrato.

Con relación a la intervención en el ámbito escolar, la Ley 4/1994, en su artículo 7 nos especifica que
“cualquier persona o entidad que tuviera conocimiento de transgresiones de los derechos del
menor deberá de ponerlo en conocimiento del Ayuntamiento, Juzgado o Fuerzas de Seguridad del
Estado”. Así mismo, en la Ley Orgánica 8/2015, citada anteriormente, se indica que “toda persona
o autoridad y especialmente aquellos que, por su profesión o función, detecten una situación de
riesgo o posible desamparo de un menor, lo comunicarán a la autoridad o a sus agentes más
próximos, sin perjuicio de prestarle el auxilio inmediato que precise”.

Como educadores para prevenir debemos:

• Procurar que el alumno reciba una formación educativa integral; desarrollando los cinco
tipos de capacidades.
• Facilitar el acercamiento y la comunicación creando seguridad afectiva para que se sienta
bien en el centro y pueda hablar de sus problemas.
• Facilitarles experiencias de éxito.
• Hacerles ver, el aspecto positivo de la escuela y de la vida.
• Crear escuelas de padres (una vez a la semana durante un año académico se imparten
cursos para la mejora de la educación de los alumnos, en donde los padres pueden asistir
ya que es a quien van dirigidos dichos cursos).
• Observar a los niños si tienen señales de castigo físico.
• …

6. Principales conflictos de la vida en grupo


Antes de iniciar el desarrollo de este apartado es necesario conocer qué es o qué entendemos por
“conflicto”, para posteriormente, poder analizar las relaciones que mantiene el niño con su grupo
de iguales y cuáles son los conflictos y dificultades más comunes en esta etapa educativa.

Así pues, definiremos “conflicto” como “una situación de confrontación de dos o más protagonistas,
entre los cuales existe un antagonismo motivado por una confrontación de intereses” (Fernández,
1999).

6.1. ¿Cómo surgen los conflictos en esta etapa educativa?


El conflicto es inherente al ser humano. Constantemente estamos inmersos en diferentes
conflictos, no solo con otras personas, sino con nosotros mismos. La toma de decisiones o elegir la
mejor solución ante un problema determinado pueden suponer un conflicto para cualquier
persona.

Como seres sociales que somos, estamos continuamente relacionándonos con otras personas y a
partir de esa interacción, aparecen frecuentemente conflictos de mayor o menor gravedad.

Por ello, los conflictos no deben considerarse con connotaciones negativas sino como necesarios
para crecer, para integrar otras perspectivas diferentes, para tener en cuenta otros puntos de vista,
para desarrollar nuestras habilidades sociales, siempre y cuando se resuelvan adecuadamente.
Según Cornelius & Fire, “un conflicto está bien resuelto cuando todas las partes implicadas salen
ganando”.

LOS CONFLICTOS MÁS FRECUENTES

La integración del niño en el grupo de iguales viene precedida por una serie de conflictos que surgen
en el primer contacto que se establece con niños de edades similares.

Dichos conflictos se explican fundamentalmente por las peculiaridades individuales de cada uno de
sus componentes y están determinados tanto por rasgos de la personalidad como por experiencias
familiares previas:
• La superación del egocentrismo posibilitará una integración más objetiva con el grupo de
iguales.
• La ruptura con el mundo familiar y la entrada en el colegio puede ser interpretada por el
niño no como algo temporal y necesario, sino como algo traumático.

Entre los conflictos que se plantean entre niños de edades similares, podemos destacar los
siguientes:

• La agresividad. Es con frecuencia falta de seguridad, de


autoestima o de celos. Las causas más frecuentes son las
disputas sobre posesiones materiales. Esta se da en tres
modalidades:
o Agresión abierta. Se da en niños y niñas que se
manifiestan con hostilidad, saltando la autoridad y los
controles. Su postura es de evidente desafío hacia el
adulto y hacia otros niños y niñas, traducido en
palabras insultantes, rabietas, pataletas…
o Agresión encubierta. Se llama así porque sus manifestaciones no son
abiertamente hostiles. Son por ejemplo los celos y el odio.
o Agresión negativa. El niño y la niña hace casi sistemáticamente lo contrario de lo
que se espera de él o ella, como la reacción oposición, el negativismo o las
conductas resistentes.
• La competición. El individuo se opone a los otros para conseguir una ventaja jerárquica.
La verdadera competición aparece por primera vez entre los 3 o 4 años. A partir de
entonces los niños y niñas interiorizan gradualmente el deseo de sobresalir.
• El rechazo. Existen diferentes rasgos personales que presentan los niños y las niñas
rechazados:
o Los asociados al niño o niña agresivo.
o Niños o niñas apáticos.
o Niños o niñas tímidos o retraídos.

En líneas generales, las dificultades que encontramos para lograr la cooperación en el grupo son:

• La principal dificultad es el aislamiento.


• El egocentrismo del pensamiento infantil constituye otra dificultad para la formación
verdadera de grupo.

6.2. La problemática del acoso escolar en la actualidad


El fenómeno conocido como acoso escolar, frecuente desde hace algún tiempo, ha desbordado,
en general, las normas de convivencia de los centros y ha generado en la comunidad escolar
desconcierto y desorientación sobre la mejor manera de detectarlo y erradicarlo. Es un problema
que tiene lugar en el ámbito escolar, cuyas causas tienen muchas veces origen en otros ámbitos. La
presencia de violencia en distintos contextos, como el mundo de la comunicación, el uso de las
nuevas tecnologías o el creciente deterioro de los valores ciudadanos en la sociedad moderna, son
algunas que pueden señalarse para explicar este suceso que produce una especial sensibilidad
social y dificulta la convivencia en los centros escolares.

Las investigaciones más recientes coinciden en definir el acoso escolar como un conjunto de
acciones negativas que un alumno o alumna recibe de manera continua y deliberada, por parte de
uno o varios compañeros/as que se comportan con él o ella cruelmente con el objetivo de
someterlo/a, apocarlo/a, asustarlo/a y/o amenazarlo/a, atentado contra su dignidad.

Dado el creciente número de casos de abuso escolar en nuestro país, se


creó la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), cuya presidenta Carmen
Cabestany, defiende la erradicación del acoso escolar como un deber
moral, educativo y social. Así mismo, otros miembros del Equipo NACE,
como Ana Rosa Rodríguez (Vicepresidenta), Natalia Puyuelo (Secretaría),
y otros especialistas, han desarrollado en su página web
www.noalacoso.org, toda una organización sin ánimo de lucro, con el
objetivo de prevenir el acoso escolar y de ofrecer ayuda tanto a los niños y
jóvenes, como a sus familias, e incluso, ofrecen cursos de formación dirigidos a los docentes de
cualquier nivel educativo.

Sin duda, una gran labor social y educativa, que está suponiendo las bases para mejorar la actual
situación del acoso escolar en nuestros centros educativos.

Por otro parte, como docentes podemos ayudarnos de algunos cuentos infantiles que tratan el
tema de acoso escolar de una manera sencilla, pero sin disfrazar la problemática que conlleva para
aquellos niños y niñas que lo sufren en silencio, ayudando así a nuestros alumnos y alumnas, a tomar
conciencia de la importancia de erradicar estas conductas hacia personas que puedan ser un blanco
fácil para los agresores.

Algunos de estos cuentos son:

“¡Ponte mis gafas!”, de Aurora Soto Díaz y José


Losa Pérez.
Aborda la historia de Lucía, una niña que tiene
problemas de visión y necesita ponerse gafas,
mientras tendrá que aguantar que algunos de
sus compañeros se burlen de ella por este
motivo, y le insulten.
“El jardín de los abrazos”, de José Antonio Luengo.
En este cuento, su protagonista Tesa, observa como su amigo Víctor está triste y
solo durante el recreo. Tesa ha presenciado cómo algunos de sus compañeros de
clase se reían de él mientras le miraban de lejos y hacían algunos comentarios
despectivos…

“Lasaña, la araña”, de Raquel Sánchez Ortiz.


Lasaña es una araña muy feliz, hasta que un día empieza a ser el blanco de las
burlas de Ramón, el moscardón, y lo que es peor, de las risas de sus amigos…

6.3. Papel del maestro/a en la resolución de conflictos en el


aula
En el contexto escolar, el maestro o maestra orientará su acción hacia el niño o niña y el grupo y
hacia los familiares.

A. Hacia el niño/a y el grupo


• Animar al niño o niña a que se haga cada vez más independiente de los adultos.
Esto conlleva la creación de un ambiente escolar en el que el niño tenga la
oportunidad para escoger y decidir.
• Animar a los niños y niñas que se relacionen y resuelvan sus conflictos entre ellos.
El maestro o maestra debería facilitar un intercambio de puntos de vista, el que
se escuchen y respeten mutuamente. No se fomentará la competitividad.
• Animar al niño o la niña a que sea independiente con iniciativa y espíritu crítico. A
que tenga confianza para resolver las cosas por sí mismo o misma.
B. Papel de orientador hacia la familia
• El maestro o maestra debe orientar a los familiares sobre las necesidades de dar
mayor independencia y responsabilidad al niño o la niña, haciéndoles ver los
progresos que está consiguiendo. De esta manera, se conseguirá que los
familiares depositen más confianza en el niño o la niña y traten de reforzar sus
comportamientos de autonomía.

Para terminar este apartado, ofrecemos a continuación algunas actividades y recursos


pedagógicos que los docentes pueden utilizar para la resolución pacífica de conflictos:

Rincón de los amigos: cuando se produce un conflicto en el aula, podemos


proponer que los niños y niñas actúen como mediadores y sean ellos mismos los que
resuelvan los pequeños conflictos. Para ello, preparamos en el aula, un rincón con una
alfombra y algunos cojines, algunos juegos y juguetes que impliquen la participación de
más de un jugador…

El panel de las sonrisas: al final de la jornada escolar vamos a reunirnos en


asamblea para valorar como se ha desarrollado. Para ello, vamos a colocar un panel, en el
que tendremos una serie de ítems con comportamientos de los niños y niñas, que serán
valorados por ellos mismos con caritas rojas o verdes. Estos ítems estarán relacionados
con la recogida del material, compartir juguetes, las conductas pacíficas, el buen
diálogo… Al final de la semana se plasma en un papel el comportamiento de todos los
días para que las familias lo conozcan, y participen en el refuerzo de las conductas
positivas y en la mejora de aquellas otras, que aún no son socialmente aceptables.

6.4. Programa RETO de Eva Solaz


RETO es un programa de Educación Emocional creado por la maestra y psicóloga valenciana Eva
Solaz. Este programa surge de la necesidad de dotar a los alumnos de las competencias
emocionales necesarias para un correcto desarrollo integral, con el deseo de ayudarles a ser buenas
personas.

Se trata de un proyecto de centro que ofrece recursos gratuitos creados por el equipo RETO tanto
para el profesorado como para las familias y los alumnos, adaptados a cada curso y etapa
educativa, y que están basado en tres piezas angulares: el respeto a los demás, la empatía y la
tolerancia.

Este programa de Educación Emocional, se lleva a cabo, a través de:

• Sesiones semanales dedicadas al aprendizaje de la educación emocional.


• Siguiendo una programación trimestral con actividades, juegos y dinámicas adaptadas a
cada etapa educativa.
• Con la implicación de las familias a través de talleres RETO y diferentes jornadas de
convivencia.
• Mediante la creación de espacios de relajación y calma, tanto en las aulas como en las
instalaciones del centro.
• Realizando asambleas y tertulias emocionales con los alumnos y alumnas.
• Poniendo en funcionamiento espacios para la resolución pacífica de conflictos.
• Reflexionando sobre nuestra propia práctica educativa en las aulas.
• Y acompañando a las Escuelas RETO en la implementación del programa Escuelas RETO,
como una comunidad.

7. Conclusión
Para finalizar y a modo de conclusión, reflejo la idea general del tema: el niño/a va descubriendo a
los demás, pasando por unos procesos en los que la ayuda del adulto es de vital importancia.

Ser social o antisocial no es algo innato. El llegar a ser sociable constituye un APRENDIZAJE A
REALIZAR. Los factores que integran la sociabilidad serán más fáciles o más difíciles de aprender
para el niño, según hayan sido sus primeras experiencias sociales. En efecto, si ellas han sido
agradables, el niño tenderá a repetirlas; por el contrario, si han sido desagradables, procurará
inhibirse de todo lo que haga referencia a lo social, si no a adoptar posturas antisociales
abiertamente. Así, las primeras experiencias de un niño, dependen de:

− Las oportunidades que le hayan ofrecido para orientarse a la sociabilidad.


− Las motivaciones que se haya encontrado.
− La dirección de los adultos en su comportamiento social.

En el ámbito escolar, todos los aspectos relacionados con estos conceptos, deben de anotarse en
REGISTROS de conducta que permitan comprobar las actitudes manifestadas a través de su
evolución, para prevenir y evitar posibles conflictos posteriores.

Tiene pues, la escuela, la obligación de facilitar la adquisición de un conjunto de normas y principios


que más tarde la sociedad exige al individuo. Para aquellos niños y niñas que, por diferentes
razones, presentan carencias o corren el riesgo de convertirse en niños socialmente inadaptados,
la escuela asume un importante papel como institución capaz de realizar tareas preventivas que
eviten, en la medida de lo posible, llegar a dichas situaciones, por otra parte, y en casos puntuales,
pueden llegarse a una intervención educativa también de carácter preventivo.

Piaget dijo en la inauguración de la escuela de Ginebra “que crear individuos libres con capacidad de
decidir y pensar, ha de ser la meta de todo proceso de enseñanza-aprendizaje”.

8. Bibliografía
Para la elaboración de este tema, hemos consultado la siguiente bibliografía:

Referencias legislativas:
• A nivel nacional:
- Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. (BOE, 4/5/2006).
- Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a
la infancia y a la adolescencia. (BOE, 23/07/2015).
- Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica
2/2006, de 3 de mayo, de Educación. (BOE, 30/12/2020).
- Real Decreto 95/2022, de 1 de febrero, por el que se establece la ordenación y las
enseñanzas mínimas de la Educación Infantil. (BOE, 2/02/2022).
• A nivel autonómico:
- Ley 4/2011, de 7 de marzo, de educación de Extremadura. (BOE, 23/3/2011).
- Decreto 98/2022, de 20 de julio, por el que se establecen la ordenación y el
currículo de la Educación Infantil para la Comunidad Autónoma de Extremadura
(DOE, 26/07/2022).
- Orden de 3 de junio de 2020 por la que se regula el derecho al alumnado a una
evaluación objetiva y se establece el procedimiento de revisión y reclamación de
las calificaciones y de las decisiones de promoción, certificación u obtención del
título correspondiente. (DOE, 8/06/2020).

Textos de carácter específico:


▪ Piaget, J. (1985). Seis estudios de psicología. Editorial Planeta.
▪ López, F y otros. (1999). Desarrollo afectivo y social. Editorial Pirámide.
▪ Alonso Palacios, M. T. (2005). La afectividad en el niño. Manual de actividades preescolares.
Editorial Trillas Eduforma.
▪ Ibarrola, Begoña. (2013). Aprendizaje emocionante. Neurociencia para el aula. Editorial SM.
▪ Solaz, Eva. (2017). Programa RETO: Respeto, Empatía y Tolerancia: Actividades de Educación
Emocional para niños de 3 a 12 años. Editorial Desclée de Brouwer.

Webgrafía:
▪ Portal oficial de la Junta de Extremadura: www.juntaex.es
▪ Portal educativo gestionado por el Ministerio de Educación de Argentina. Es muy amplio
con numerosas noticias, documentos, debates y recursos educativos: www.educ.ar
▪ Portal para docentes creado por la Fundación Telefónica en colaboración con otras
asociaciones e instituciones de diverso tipo. Tiene diversas secciones y recursos. Ofrece
noticias, formación, acceso a una sección de profesores innovadores, comunicación con
escuelas latinoamericanas, materiales educativos, foros de debate…: www.educared.net

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