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ESCATOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
Hoy más que nunca se escucha por todos los medios: “¡SE ACERCA EL FIN!”. Buen número de
escritores religiosos como no religiosos hablan del tema. La revista TIME de los Estados Unidos
dedicó todo un número de su revista a hablar sobre el tema de los tiempos finales. Esto es algo sin
precedentes.
SIN EMBARGO, también se ha abusado de este tema. El enemigo ha sabido sacar provecho de todo
esto y ha utilizado a personas, que con certidumbre dogmática, se han atrevido a decir que se puede
calcular y conocer el día y la hora del regreso de Cristo. Esto no es nada bíblico. Creemos que la Biblia
nos enseña con claridad que Jesucristo regresará por segunda vez y que este mundo llegará a su fin.
Y es vital que como hijos de Dios sepamos lo que la Palabra de Dios nos enseña acerca de este tema.
Se ha dicho que de cada 30 versículos de la Biblia uno habla acerca de los últimos tiempos. Por cada
vez que se menciona la primera venida de Cristo se menciona 8 veces la segunda venida. A este tema
se le han dedicado libros enteros de la Biblia (como 1 y 2 Tesalonicenses) y capítulos completos como
Mateo 24, Marcos 13 o Lucas 21.
El que este tema sea prominente en las Escrituras no ayuda a eliminar nuestra ignorancia relativa a
las Escrituras, protegiéndonos, además, de las herejías destructivas.
1 Jn. 2: 28 “Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en él para que, cuando se manifieste, podamos
presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida” (NVI). En otras
palabras ¿Cómo nos gustaría estar en nuestra vida cristiana al momento del regreso de nuestro
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Señor? ¿Santos? ¿En pecado? Pedro decía: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡Cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir…” (2 P. 3: 11).
A medida que estudiamos las grandes profecías acerca de la venida de nuestro Señor Jesucristo, ellas
nos incitan a actuar. Ayuda a mejorar nuestro servicio al Señor. El saber que Cristo va a volver y
pronto, nos motiva a compartir nuestra fe y ha trabajar para ver más creyentes maduros en la fe.
Que no nos pase lo que ocurrió a los tesalonicenses, quienes usaron el estudio de la profecía y la
venida de Cristo como una ocasión para no hacer nada, abandonaron sus trabajos y comenzaron a
vivir a costa de la iglesia. Esta actitud suscitó una fuerte reprensión por parte del apóstol Pablo,
diciendo que los que no trabajan tampoco debían comer. Pablo dijo: “Porque oímos que algunos de
entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo
ajeno” (2 Ts. 3: 11). Pero lo que se debe producir es lo contrario. Debe producir el estudio de la
profecía personas que trabajen dentro del cuerpo de Cristo. Pablo respaldó esta gran verdad cuando
escribe a la iglesia de Roma: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del
sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” (Ro. 13:
11).
2. ¿Qué es la ESCATOLOGÍA?
Es la doctrina que trata de las últimas cosas o de los últimos acontecimientos de la historia del
hombre y del mundo.
Se ha dicho de ella, que es “corona y remate de la Teología”. Sin ella la doctrina de Dios, del hombre,
de Cristo, de la Salvación, de la Iglesia, queda incompleta. Es la doctrina de la CONSUMACIÓN. Así, la
Escatología se emplea para designar el estudio de la profecía bíblica.
Uno de los rasgos singulares de la profecía bíblica es que ha sido interpretada por diferentes
métodos hermenéuticos. Y esto ha dado origen a una variedad de perspectivas:
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La perspectiva historicista sostiene que los acontecimientos proféticos han estado cumpliéndose
continuamente a lo largo de la historia de la iglesia. Algunos pueden acaecer en el futuro. Se
considera que Cristo está viniendo continuamente.
La perspectiva idealista sostiene que los acontecimientos proféticos no tienen ningún cumplimiento
específico en el pasado ni en el futuro, sino que se están cumpliendo en la actual experiencia de la
persona individual. Se considera que Cristo viene dentro de la experiencia personal individual.
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Pero también las diferencias de interpretación han dado lugar a diversas escuelas de pensamiento
alrededor del tema del MILENIO o del REINADO DE MIL AÑOS DE CRISTO.
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Esta escuela de pensamiento cree que el milenio (los mil años de Apocalipsis 20: 1 – 3) tiene que ser
interpretado simbólicamente como un sinónimo de la edad de la iglesia. Se considera que el poder
de Satanás está encadenado por el poder del Evangelio. Los post – milenaristas creen que durante
este “milenio” (edad de la iglesia) la iglesia está llamada a vencer la incredulidad, a convertir a las
masas y a gobernar la sociedad por el mandato de la ley bíblica. Sólo después que el cristianismo
triunfe en la tierra volverá Cristo y anunciará que su reino ha sido hecho realidad. Entre los
proponentes del post milenarismo ha habido católicos, puritanos, carismáticos, que apremian a los
creyentes a que asuman el dominio de la tierra y sus gobiernos políticos a fin de hacer realidad el
reino de Dios sobre la tierra.
Escuela Amilenarista:
Este enfoque no ve ninguna especie de milenio sobre la tierra. Más bien, los amilenaristas tienden a
contemplar el cumplimiento de las llamadas profecías milenarias en la eternidad. Las referencias a
los mil años se interpretan simbólicamente. En este esquema, la edad de la iglesia termina con el
regreso de Cristo para juzgar al mundo e introducir la eternidad. Las promesas de Dios a Israel son
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contempladas como cumplidas en la iglesia (El Nuevo Israel del Nuevo Pacto); por tanto, los
amilenaristas no ven ningún futuro específico para el Israel nacional. Contemplan la edad de la iglesia
como la era de conflicto entre las fuerzas del bien y del mal que culmina con el regreso de Cristo.
Escuela Premilenarista:
Esta perspectiva sostiene que Cristo volverá al final de la edad de la iglesia para establecer su reino
sobre la tierra durante mil años literales. La mayoría cree también que habrá un período de gran
tribulación sobre la tierra antes del regreso de Cristo.
Entre los premilenaristas los hay que creen que la iglesia pasará por la tribulación
(postribulacionistas) y los que creen que la iglesia será arrebatada antes de la tribulación
(pretribulacionistas) e incluso hay unos pocos que creen que la Iglesia será arrebatada a la mitad de
la tribulación (midtribulacionistas). A pesas de estas diferencias con respecto al arrebatamiento de la
iglesia, los premilenaristas creen en general en la futura restauración del estado de Israel y la final
conversión de los judíos al cristianismo.
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TEMA I:
LA MUERTE FÍSICA
La muerte física tiene que ver con lo que nos ocurrirá a nosotros en los últimos tiempos, porque la
muerte incluye la muerte física, espiritual pero también la eterna, de allí que tiene que ver con la
doctrina de los últimos tiempos.
1 ¿Qué es la muerte?
Dios nunca quiso la muerte para los hombres, lamentablemente el que el hombre haya transgredido
la voluntad de Dios y su ley trajo como consecuencia o penalidad la muerte. Dios fue muy enfático
con Adán: “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás” (Gn. 2: 17). El pecado o transgresión fue universal, por tanto, la
muerte también lo fue: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Ro. 5: 12).
Significa la separación que existe entre el pecador y Dios por consecuencia de sus propias
naturalezas. Es la condición de los que no son salvos. (Efesios 2: 1, 5, 12; 4: 18).
Pero debemos ser enfáticos en aclarar que la muerte física no es aniquilación, es decir, dejar de
existir. Como lo enseñan algunas sectas o teólogos. Lo que pasa con la muerte física es que la persona
deja, sencillamente, de tener contacto con la vida física, para pasar a formar parte de otra forma de
existencia. Como lo dice un escritor “La muerte no significa dejar de existir, sino separarse de las
relaciones naturales de la vida”.
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Cristo al someterse a la muerte triunfó sobre ella: “Pero que ahora ha sido manifestada por la
aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio” (2 Ti. 1: 10). Y el triunfo de Cristo será nuestro triunfo: “Mas nuestra
ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Fil. 3:
20).
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TEMA II:
LA INMORTALIDAD DEL ALMA
Dios. Pablo dijo: “El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible;…” (1 Timoteo 6:
16). Sólo Dios es en esencia inmortal, porque El no tiene principio ni tiene fin, ni está sujeto a cambio
ni a disminución.
La respuesta es no. El alma continúa viviendo aún después de la separación del cuerpo. Lo dice bien
claro Mateo 10: 28 “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temer
más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. El alma tiene la capacidad
de poder seguir existiendo aparte del cuerpo y esta existencia no está amenazada por ningún ser
humano. Pero debemos entender que el alma tuvo principio y su inmortalidad es derivada y espera
una resurrección.
Dice las Escrituras “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mt. 25: 46). Notemos
el adjetivo que acompaña a las palabras “castigo” y “vida”, en ambos casos se nos dice que ambos
serán “eternos”. Note que aquí se nos muestra que el alma está en capacidad de existir fuera del
cuerpo y que esta existencia será por toda la eternidad.
No. Recuerdas la historia del rico y Lázaro contada por Jesús: “Aconteció que murió el mendigo, y fue
llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades
alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él,
dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta
de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero
Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero
ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado” (Lc. 16: 22 – 25).
Tanto el rico como Lázaro vemos que están conscientes, aún, después de muertos. El rico estaba en
un lugar de tormento y Lázaro estaba en un lugar de dicha conocido como el Seno de Abraham. Es de
notar, también, que el rico tenía consciencia que el lugar donde estaba Lázaro era un lugar de
bendición y además, estaba consciente del mundo de los vivos, pues llega a decir: “Entonces le dijo:
Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que
les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento” (Lc. 16: 27 – 28).
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Pero algo más extraemos de esta historia y es que las almas no sólo existirán eternamente y que será
en un estado consciente, sino que además, estarán en un lugar. Las almas de los justos estarán en un
lugar de dicha y las almas de los injustos en un lugar de tormento de fuego. Como dice Apocalipsis
21: 8 los incrédulos estarán en el lago de fuego y azufre y los creyentes en el cielo como dice 1 Pedro
1: 3 – 4.
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TEMA III
PECADO Y CONDENACIÓN ETERNA
Cuando Dios creó a Adán y Eva, El los ubicó en un ambiente perfecto. Proveyó de todo aquello que
era necesario para una existencia maravillosamente feliz. El les dio una ocupación significativa, una
alimentación perfecta y una oportunidad incomparable de compañerismo con El.
Sin embargo, Dios deseo que Adán y Eva lo amen con libertad a través de su propia elección. Les dio
un simple mandato: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y
del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn. 2:16- 17).
Ellos habrían demostrado su amor hacia Dios al obedecer a su mandato. Pero, ellos tenían que elegir
libremente entre obedecer o desobedecer. La demostración de su amor hacia El sería revelada a
través de su decisión.
Lamentablemente ellos decidieron desobedecer. Y esta decisión fatal hizo que ellos adquirieran una
naturaleza de pecado (una naturaleza rebelde y que nos lleva a hacer las cosas a nuestra manera y no
a la manera de Dios) que los transformó en seres pecadores. Desde ese horrible día, todos los
hombres nacemos con la misma naturaleza pecaminosa, y ésa es la fuente de nuestros pecados y por
ende de nuestro dilema humano. Y la culpa no fue solo de Adán sino de todos. Pues dice la Biblia:
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro. 3: 23).
Todo hemos pecado y la consecuencia de la presencia del pecado en nuestras vidas es que pesa
sobre los hombres una sentencia de muerte. No sólo muerte física sino principalmente muerte
espiritual y eterna, es decir, la condición de eterna separación de Dios en el infierno (Ro. 5: 18).
Y la única manera para que ese no sea nuestro destino es que creamos y confiemos en Cristo: “El que
en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios” (Jn. 3: 18).
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TEMA IV:
LA MUERTE PARA LOS CREYENTES
1 ¿A dónde va el alma de un creyente cuando es separado de su cuerpo físico?
Cuando el cuerpo muere, lo cual inevitablemente pasará, el alma es separada del cuerpo y va a morar
en algún lugar. En el caso de aquellos que hemos creído en Cristo ese lugar es el cielo. De ahí que la
muerte no debe atemorizar a aquel que es hijo de Dios. El apóstol Pablo le dijo a la iglesia en Filipos:
“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Fil. 1: 21). Y el salmista decía: “Aunque
ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu
cayado me infundirán aliento” (Sal. 23: 4).
No, porque la muerte de los creyentes es cosa estimada para Dios: “Estimada es a los ojos de Jehová
la muerte de sus santos” (Sal. 116: 15). ¿Por qué? Porque para los que creemos en Cristo la muerte
no es el fin, sino el principio de una nueva vida (perfecta) por siempre con Dios. Será la reunión de un
hijo con su Padre Celestial.
Por ello, esto debe ser un motivo de alegría y aliento para aquellos que somos creyentes. La muerte,
que atemoriza a la gran mayoría de incrédulos nunca debiera ser para los hijos de Dios motivo de
pérdida de gozo ni de inseguridad.
En realidad, Pablo dijo que morir e ir con el Señor era “…muchísimo mejor;” (Fil. 1: 23) que cualquier
vida que podamos tener aquí en la tierra. Nada que pueda hacernos felices aquí se compara con el
gozo pleno que encontraremos allá. La muerte es para los creyentes la puerta inmediata a la
presencia de Cristo (Filipenses 1: 21 – 23).
3 ¿Con qué cuerpos entraremos a vivir con Dios por toda la eternidad?
Pablo dice que tendremos cuerpos físicos pero que no estarán afectados por la corrupción del
pecado. Pablo hablando de la resurrección de los creyentes dijo: “Así también es la resurrección de
los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción” (1 Co. 15: 42).
Es decir, tendremos nuevos cuerpos, similares a los que tuvimos en la tierra, pero con una diferencia
fundamental: no se verá afectado por el pecado ni por la muerte. Será un cuerpo inmortal,
incorruptible, perfecto y sin las limitaciones del cuerpo producido por la caída.
El morir es ganancia para los hijos de Dios. De ahí que Pablo dijera palabras alegres al final de sus
días: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí,
sino también a todos los que aman su venida” (2 Ti. 4: 7 – 8).
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TEMA V:
EL ESTADO INTERMEDIO
Al estado provisional del ser humano en ese período que va desde la muerte física hasta la
resurrección. Será una etapa de descanso y bendición. Mientras que la característica esencial,
mientras estábamos en esta tierra, era de lucha y batalla, en el estado intermedio será de alivio y
dicha. Ojo: no es un purgatorio o lugar de purificación. Las evidencias de la existencia de este estado
se hallan en los textos que se refieren a la resurrección como un acontecimiento futuro relacionado a
la Segunda Venida de Cristo (1 Ts. 4: 13 – 17; 1 Co. 15: 51 – 54).
a. SEOL:
Palabra hebrea que designa el lugar adonde van los muertos (Dt. 32: 22; Is. 14: 9, 11, 15). No es el
destino solamente de los perdidos, sino el estado intermedio de todos los muertos. La muerte en el
A. T. lleva consigo el sentido de entrar en un lugar de sombra (Job 38: 17), donde el hombre ya no
tiene fuerza (Sal. 88: 3 – 4) y donde está olvidado (Sal. 88:5). No obstante, los habitantes del Seol
tienen conciencia y reciben a los nuevos muertos que entran en el lugar (Is. 14: 9).
El equivalente griego es HADES, palabra con que se traduce Seol en la Septuaginta (Dt. 18: 11; 1 S. 28:
11 – 15; Is. 14: 9). Acontece 65 veces en el A. T. y representaba no solo un estado de existencia, sino
como un lugar de existencia consciente.
b. HADES:
Transcripción de una palabra griega empleada en la LXX para traducir el vocablo hebreo SEOL,
morada de los muertos, buenos y malos sin distinción. Al Hades se le conceptúa como debajo de la
tierra (Mt. 11: 23; Lc. 10: 15); se entra en él a través de puertas que simbolizan el poder de la muerte
(Mt. 16: 18). Se menciona en relación con la muerte de Jesucristo (Hch. 2: 27, 31, comp. Sal. 16: 10).
Como consecuencia del desarrollo doctrinal en los últimos libros del Antiguo Testamento, el concepto
del Seol se bifurcó y el Hades llegó a referirse al lugar de oscuridad y sufrimiento reservado para los
impíos (Hinom, infierno, Lc. 16: 23), mientras SENO DE ABRAHAM y PARAISO indicaban el destino de
los piadosos. Relacionado íntimamente con la muerte. El Hades casi se personifica en Ap. 1:18; 6:8;
20: 13; 1 Co. 15: 55.
c. GEHENNA:
Aparece unas doce veces en el N.T. Es la trascripción griega de HINNOM, adoptada por los judíos
después de la cautividad, y posteriormente por Jesús, para designar el lugar de tormento donde
serán arrojados las personas reprobadas y los espíritu malignos. El Señor habla del GEHENNA en
términos solemnes y terribles (Mt. 5:22; 29,30; 10: 28; 18: 9; 23: 15, 33; Mr. 9: 43-48; Lc. 12: 5; Stg.
3: 6. El Gehenna de los Evangelios y de Santiago se asemeja en mucho al Seol del Antiguo Testamento
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(Job 26: 6) y parece ser sinónimo del “horno de fuego” de Mt. 13: 42; del “lago de fuego” de Ap. 19:
20; 20: 10, 14, 15 y de la “perdición” de Ap. 17: 8, 11: 1 Se usa como termino geográfico y tiene en
cuenta el estado final de los no salvos.
2.2 Características:
1. Los términos Seol y Hades se usan para designar el lugar de los espíritus de los muertos y son de
idéntico significado. Compara Salmos 16: 10 con Hechos 2: 27, la única diferencia es que para los
griegos el Hades era gobernado por un dios independiente al de la tierra y el cielo y para los
hebreos era parte del reino de Jehová.
2. El Seol se asocia con la muerte pero no se identifica como la muerte, se distingue claramente
como un estado diferente (1 S. 2:6; Sal. 49: 14; 89: 48; Is. 28: 15, 18).
3. Seol no es sepulcro como afirman los Testigos de Jehová. La Biblia al mencionar la muerte de
alguno indica que su cuerpo va al sepulcro y su alma va al Seol o Hades determinando que son
dos lugares distintos (Gn. 25: 8; 37:35; Job 11: 8; Amos 9: 2; Sal. 16: 10).
4. Seol y Hades se refieren a un dominio o lugar al cual los malos y justos van después de la muerte
todos por igual:
4.1 Los malos: Sal. 9:17; 31:17; Pr. 9: 13 – 18; Is. 14: 13 – 15; Mt. 11: 21 – 24
4.2 Los justos: Gen.37:35; Job14:13; Isa.38:10; Sal.16.10; Jonás 2:2
5. Los dominios tenían lugares distintos y condiciones distintas para cada grupo de personas.
5.1 Para los malos era el lugar de castigo. Deut. 32:22; Prov. 9:18; Isa. 14:15
5.2 Para los justos era el lugar de consuelo y descanso. 1Sam. 28.15; Sal. 139:7-12; Dan.
12: 15; Lc. 23. 39 – 43 comparar con Hch. 2: 17
6.1 Paraíso: Que era huerto, parque o bosque: Lc. 23: 43 expresa la hermosura del lugar
6.2 Seno de Abraham: Lc. 16: 22 (o Seno del Padre). Expresa los aspectos espirituales.
7. El lugar de los malos era conocido como el Seol únicamente y traducido en algunos casos como
infierno como en Mt. 16: 18
8.1 Los justos son conscientes allí: Jon. 2: 2; Lc. 23: 42; Mt. 17: 3; 22:32; Ap. 6: 9-10
8.2 Los Malos son conscientes allí: Is. 14: 9 – 11; Lc. 16: 23; ve, habla, recuerda, oye.
9. La Biblia sugiere que el Seol o Hades tiene una ubicación definida y no es meramente una
condición o estado del ser: Gn. 37: 35; Is. 5: 15; Jonas 2: 2; Mt. 12: 38 – 40; Ef. 4: 9
10. El Seol es un lugar donde Dios está presente y mantiene su gobierno: Sal. 139: 8; Amós 9: 2
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11. Para los malos el Seol no ofrece esperanza: Sal. 49: 14 – 15; 31: 17; Ez. 32: 26-27; Lc. 16: 26.
12. Para los justos había esperanza de ser librados: Sal. 16: 10; 49: 15; Os. 13: 14; 1 Co. 15: 55.
13. Tenían una revelación más alta en cuanto al Seol pero no tan completa: Pr. 15: 24. Tenían una
borrosa noción de la resurrección cuando hablaban de una liberación desde el Seol.
2. Que fue allá a proclamar un mensaje de victoria: 1 P. 4: 6 usa la palabra griega “evangelidzo” que
significa proclamar las buenas nuevas y en 1 P. 3: 19 se usa la palabra griega “kerusso” que
significa proclamar el evangelio.
3. La proclamación era para anunciar la expiación de los pecados mas no para esperanza de los que
escuchan: Lc. 4: 18; Is. 42: 7; 61: 1; He. 9: 27.
1. Cristo liberó del Seol o Hades a los justos muertos del A.T. cuando ascendió a los cielos: Ef. 4: 8;
Ap. 1: 18
2. Después de la resurrección de Cristo el paraíso fue trasladado desde el Seol al Tercer Cielo: Ef. 4:
8; 2 Co. 12: 1 – 4
4. El Hades o el Seol no tiene poder sobre ningún miembro de la iglesia; no lo puede retener: Mt. 16:
19.
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1. La teoría del sueño del alma: el alma no puede existir aparte del cuerpo, no es conciente después
de la muerte hasta la resurrección, es la noción de los russelistas y de los adventistas
2. La teoría del purgatorio: un lugar donde los hombres se perfeccionan por sus propios
sufrimientos y padecimientos. Noción Católica Romana y Anglicana.
3. Teoría del Sopor: que el alma en el estado intermedio está en un sopor, es decir,
seminconsciente.
4. Teoría espiritista: que al salir el espíritu del cuerpo éste continua para siempre en espíritu y no
hay ninguna resurrección.
Conclusión:
Debemos remarcar que desde el momento que el creyente se separa del cuerpo, y va a esperar la
resurrección para recibir su cuerpo glorificado, entra a la presencia de Cristo. Pablo dijo que él
deseaba “…estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Co. 5: 8). A los filipenses les escribe
que él tiene “…deseo de partir y estar con Cristo,…” (Fil. 1: 23).
Y Jesús le dio al ladrón arrepentido la seguridad que al partir estaría con El “…hoy estarás conmigo
en el paraíso” (Luc. 23: 43). Y estar con Cristo es también estar en el cielo “Porque sabemos que si
nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no
hecha de manos, eterna, en los cielos” (2 Co. 5: 1).
Pero debemos darnos cuenta que aunque los creyentes ya están gozando de la presencia del Señor
desde el mismo momento que parten a la eternidad, su situación todavía no es final, sino que es una
situación momentánea. Por eso la teología lo llama “estado intermedio”.
Cuando uno va a 2 Corintios 5 encontramos que Pablo nos habla en el verso 1 del cuerpo como un
“tabernáculo” (tienda o carpa móvil que sirve como residencia temporal en algún lugar) que queda
destruido por la muerte física. En su reemplazo, el creyente espera la casa espiritual “eterna, en los
cielos” que Dios le ha preparado.
Pero en el verso 2 y 3 Pablo dice: “Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella
nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos”. Note que aquí el
deseo más profundo de Pablo es ser vestido con esa habituación celestial, o cuerpo glorificado, para
escapar de la “desnudez” del estado sin cuerpo luego de la muerte. Y sabe que esto sucederá en la
Segunda Venida de Cristo, cuando seamos transformados (1 Co. 15: 51).
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TEMA VI:
LA SEGUNDA VENIDA
El término “Segunda Venida” no se halla en el N.T. pero en sus páginas está repleta esta idea y hay
sugerencias sinónimas: Jn. 14: 3 y He. 9: 28.
Todos los términos se usan en un sentido general y no en un sentido técnico, y que son descriptivos
tanto del traslado de la Iglesia como del retorno glorioso de Cristo a la tierra. Las 3 palabras más
usadas y conocidas son:
PAROUSIA:
La palabra más frecuentemente usada en las Escrituras para describir el retorno de Cristo es
PAROUSIA. Ocurre 24 veces en el N.T. en una variedad de relaciones. Como lo indica su etimología, la
palabra significa ESTAR CERCA o AL LADO DE. Envuelve todo lo que connota nuestra palabra
PRESENCIA. Ha llegado a significar no simplemente PRESENCIA, sino el acto por el cual la PRESENCIA
SE HACE REALIDAD, esto es, por la venida del individuo.
Ejemplos generales: 1 Co. 16: 17; 2 Co. 7: 6-7; Fil. 1: 26; 2 Ts. 2: 9; 2 P. 3: 12. Estos son ejemplos
generales y no técnicos.
Que se usa frecuentemente para el traslado de la Iglesia es claro en las siguientes citas:
Sin embargo, la palabra también se usa para el retorno de Cristo a la tierra con la Iglesia en un
número de pasajes: Mt. 24: 3, 27, 37, 39; 1 Ts. 3: 13; 2 Ts. 2: 8; 2 P. 1: 16.
APOKALUPSIS:
La segunda palabra importante para indicar la venida de Cristo, APOKALUPSIS, ocurre 18 veces en
forma de sustantivo, 26 en forma de verbo. Se deriva de APO (descubrir o quitar el velo) y KALUPTO
(cubrir o velo), por lo tanto, significa REVELAR.
Un estudio de esos pasajes en los cuales la palabra se usa en relación con Cristo demuestra que en
varias ocasiones se usa para la segunda venida de Cristo (1 P. 4: 13; 2 Ts. 1: 7; Lc. 17: 30). Sin
embargo, en otros pasajes se usa claramente con referencia a la venida de Cristo en el aire por su
iglesia (1 Co. 1: 7; Col. 3: 4; 1 P. 1: 7, 13). La doctrina envuelta en el uso de la palabra en relación con
Cristo es un énfasis en la futura manifestación de la gloria de Cristo.
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EPIFANÍA:
La tercera palabra usada para hacer referencia al retorno de Cristo es EPIPHANÍA (EPI) y (PHANÍA). La
raíz significa TRAER A LA LUZ, HACER BRILLAR, MANIFESTAR. La colocación de la preposición le da un
significado intenso y es usada para referirse a la primera venida de Cristo a la tierra en su encarnación
(Lc. 1: 79; 1 Ti. 1: 10).
Cuando se usa para indicar el retorno del Señor, hay dos ocasiones en que se refiere al traslado de la
Iglesia y dos ocasiones en que parece referirse a la segunda venida de Cristo (1 Ti. 6: 14 y 2 Ti. 4: 8).
Una exégesis genuina nos indicaría que se trataría del traslado. En 2 Ti. 4: 1 y Ti. 2: 13, sin embargo,
parece haber una referencia a la segunda venida. Pero el énfasis dado a la verdad en el uso de
EPIPHANIA es asegurarnos que Cristo realmente aparecerá, que El será visto y se manifestará de una
manera visible.
Estas palabras, por lo tanto, enfatizan tres grandes hechos en relación con la segunda venida: Cristo
estará visiblemente presente, por consiguiente su gloria se revelará plenamente y el mismo se
manifestará plenamente.
3. Vendrá en gloria: Mt. 16: 27; Mt. 25: 31; Mt. 24: 30
4. Vendrá con gran poder, fuerza y potencia, no con autoridad solamente: Mt. 24: 30
5. Vendrá acompañado por los ángeles: Mt. 25: 31; Mt. 13: 41
6. Vendrá de repente: Ap. 22: 7, 12, 20; Mt. 28: 7 – 8; 1 Co. 15: 52
8. Su venida será un suceso muy complejo con dos fases cubriendo un periodo de tiempo e
incluyendo toda una serie de acontecimientos: El arrebatamiento de los santos (fase secreta):
1 Ts. 4: 15 – 18 y la revelación o manifestación de Cristo con la Iglesia (fase abierta) 2 Ts. 1: 7 –
10. Ambas fases se hallan en 2 Ts. 2: 1 con vs. 8.
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TEMA VII:
SEÑALES DE LA VENIDA DE CRISTO
INTRODUCCIÓN
¿Hay hoy sucesos en el horizonte que nos digan que el fin de esta era podría estar cerca?”
En nuestro intento por hallarles sentido a las noticias mundiales y a los sucesos de actualidad,
necesitamos evitar con mucho cuidado dos extremos:
(1) El sensacionalismo: A veces, en nuestra desesperación por comprender lo que está pasando en el
mundo, nos podemos volver excesivamente crédulos y pensar que todo lo que ocurre es señal de los
últimos tiempos. Corremos el riesgo de convertir cada terremoto, enfermedad, desastre o pelea en
una señal de la venida de Cristo. Hay quienes se van más lejos y ya han fijado fecha y hora del regreso
de Cristo.
(2) La burla: Me refiero al hecho de burlarnos de las señales de los tiempos. Hoy hay mucha gente
que reacciona de forma negativa ante toda conversación acerca de las señales de los últimos
tiempos. Dicen que es necio buscar señales que nos indiquen el escenario de los últimos tiempos.
Pero el Señor Jesús reprendió seriamente a los líderes religiosos de su tiempo por su ceguera ante las
señales de su primera venida. Les dijo: “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le
pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís:
Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene
arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas que sabéis distinguir el aspecto del cielo, más señales de los
tiempos no podéis!” (Mateo 16: 1 – 3).
El Señor Jesús estaba cumpliendo las profecías del A. T. pero ellos seguían ciegos a las claras señales
de su primera venida.
La primera etapa se llama: EL ARREBATAMIENTO (1 Ts. 4: 17) cuando Cristo viene por su Iglesia. Esto
se va a dar en cualquier momento y no es visible.
Y la segunda etapa es: LA VENIDA DE CRISTO en forma visible para gobernar y reinar (Mateo 24: 30 –
31).
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¿Las señales que están en la Biblia, por ejemplo Mateo 24 y todas las profecías sobre los últimos
tiempos, a cuál de las etapas de la venida de Cristo se relacionan? ¿Al arrebatamiento o a la Venida
visible de Cristo?
Otra pregunta:
¿Significa esto que ninguna de las profecías y señales se relacionan con el arrebatamiento?
La respuesta es: Sí
El arrebatamiento no tiene señal alguna que la preceda. Puede darse en cualquier momento. Es un
suceso INMINENTE y SIN SEÑALES.
Otra pregunta: “Lo que vemos que está ocurriendo en el mundo hoy ¿que es?” Los sucesos que
estamos viendo en el mundo hoy no son señales del arrebatamiento, sino la preparación de los
sucesos que se van a producir DESPUÉS DEL ARREBATAMIENTO como preparación a la Segunda
Venida Cristo en forma visible a la tierra para reinar. Son la antesala del período de la Tribulación.
Otra forma de ver las señales de los tiempos: es imaginarse que uno va a ver una obra teatral. Aún
no se ha abierto el telón para que comience el primer acto, pero usted desde su asiento siente que se
está colocando todo en el escenario para la obra: las sillas, las mesas, los adornos, las ventanas, el
vestuario, etc. Todo se está preparando para que empiece la obra teatral. Lo que está pasando no es
el drama en sí, sino la preparación para que en los próximos minutos empiece recién el drama.
De igual forma hermanos: Dios ya tiene escrito el guión de los últimos tiempos y está preparando la
escena del mundo para este drama de los siglos. El telón sigue cerrado, pero los sucesos mundiales se
están produciendo y los actores están asumiendo sus papeles para que comience el drama. Antes
que se levante la cortina, la Iglesia deberá ser arrebatada para reunirse con Cristo en el aire. Y
después de este suceso hace su aparición el Anticristo para comenzar el drama final de los tiempos
con la Tribulación.
Todas las profecías bíblicas se relacionan con el tiempo posterior al arrebatamiento (el período de 7
años de tribulación). Pero esto no significa que Dios no esté preparando el mundo (mientras la iglesia
todavía está presente) para este tiempo futuro. En realidad ya se está preparando todo, pero todavía
no es el cumplimiento de las profecías bíblicas.
Lo que vemos hoy son los preparativos para la Tribulación que vendrá. Y que más adelante
estudiaremos las profecías y lo que ocurrirá en este período cuando veamos el tema de la
Tribulación. Pero Dios ya se encuentra preparando al mundo para esa etapa. Lo que está pasando
hoy en el mundo nos proporcionan unas SEÑALES que nos permiten DISCERNIR los tiempos y que tal
vez no pase mucho tiempo para que se abra el telón.
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¿Qué de lo que está ocurriendo hoy en el mundo nos pueden servir como señales de que estamos
llegando al cumplimiento de los tiempos?”
¿Por qué Israel es la señal de Dios para los últimos tiempos? Por una sencilla razón: La Biblia predice
que al final de los tiempos, Israel sería reunido de nuevo en su tierra y que estaría en el centro de la
atención mundial.
La nación moderna de Israel ni siquiera existía hasta mayo de 1948. El país entero sólo tiene el
tamaño de la provincia de Lima, con una población de sólo 6 millones de habitantes
aproximadamente, de las cuales 5 millones son judíos. No es una gran nación productora de petróleo.
Sin embargo, no se puede leer un periódico o una revista ni escuchar un noticiero sin que se haga
alguna mención a este pequeño trozo de tierra. ¿Por qué tanta agitación por Israel?
La respuesta es sencilla: Israel es el reloj en los grandes sucesos del final de los tiempos. Se halla en
el centro mismo de la mayoría de las profecías bíblicas para los últimos tiempos. Ocupa el centro de
la escena en el drama divino de las edades. Mire las profecías relacionadas a Israel:
a. Israel va a ser reunido y convertido en nación: (Jeremías 30: 3; Isaías 43: 5 – 6; Ezequiel 34: 11 –
13 y 37: 1 – 14) Desde mayo de 1948 Israel se convirtió en el Estado de Israel y ya casi de la mitad
de los judíos del mundo se hallan ya de vuelta en su tierra.
b. El anticristo va a hacer un pacto de siete años de paz con Israel (Daniel 9: 27).
d. Una coalición de naciones va a invadir a Israel (se cree que serán naciones islámicas y Rusia)
(Ezequiel 38 – 39)
g. Durante la Tribulación las dos terceras partes de los judíos perecerán (Zacarías 13: 8)
h. Los ejércitos del mundo se reunirán en Megido, al norte de Israel (Apocalipsis 16: 12 – 16)
j. Jesucristo volverá de los cielos para derrotar a los ejércitos del mundo que se habrán reunido en
Israel (Apocalipsis 19: 19 – 21).
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Una de las principales profecías con respecto a Israel en los últimos tiempos es que las naciones de la
tierra los odiarán en extremo. La Biblia presenta la Tribulación como un tiempo de hostilidad hacia
Israel que culminará con el Armagedón.
Dice Zacarías 12: 2 – 3 “He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los
pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén
por piedra pesada a todos los pueblos…” Ya desde hoy se puede ver cómo crecen la frustración y el
odio hacia Israel.
¿Por qué desde que Israel nació como nación en 1948 ha esta estado en continuos ataques? La
Biblia dice que el verdadero enemigo de Israel es Satanás. Apocalipsis 12 descorre el velo para
mostrarnos el verdadero poder que hay detrás de todo el antisemitismo. La Biblia dice que Satanás es
el archienemigo del pueblo judío y de Jesús, su Mesías.
Desde que Dios le prometió a Abraham que el Mesías vendría de su linaje, Satanás se lanzó a la
misión de destruir a los descendientes de Abraham, el pueblo judío, para impedir que viniera el
Mesías. Satanás instigó varios intentos para erradicar al pueblo judío que resultaron infructuosos.
¿Recuerdas?:
En el año 480 a. C. Amán trató de acabar con los judíos en tiempos de Ester. En el año 165 a. C. el rey
griego - sirio Antíoco Epífanes trató de destruirlos. Cuando Satanás no pudo impedir que viniera el
Mesías (plan A) pasó al plan B, que consistía en matarlo después que naciera. Trató de destruirlo
inmediatamente después de nacido a través de la maldad del rey Herodes (Mateo 2: 13 - 18). Cuando
esto fracasó les inspiró a los líderes judíos y romanos que mataran al Hijo de Dios. Pero, no tuvo en
cuenta el factor de la RESURRECCIÓN DE CRISTO.
Ahora, Satanás está poniendo en acción el plan C. Ya que no pudo impedir que el Mesías viniera, ni
matarlo y mantenerlo muerto, su meta consiste en destruir al pueblo judío, sobre el cual ha de
gobernar el Mesías. Hizo su mayor intento de destruir al pueblo judío bajo el Tercer Reich. Hitler
mandó a la muerte a más de 6 millones de judíos durante su reinado de terror. Al final de los tiempos
el anticristo comenzará su carrera actuando primero como amigo de Israel pero en la Gran
Tribulación va a asesinar sin misericordia a los judíos (Daniel 7: 25; 8: 24; 11: 44). Satanás odia a
Israel.
Hoy se menciona a Israel en todas las noticias. Está de vuelta en su tierra, tal como lo predijo la Biblia.
Domina las noticias mundiales. Está en el centro mismo de la paz en el Oriente Medio. Está en centro
de la paz mundial. Y si Israel es el centro del plan profético de Dios quiere decir que la venida de
Cristo podría estar muy cerca.
Hace 30 años atrás cuando aún existía la Unión Soviética juntos a los Estados Unidos representaban
ambas naciones un peligro para el mundo. Todos temían una tercera guerra mundial. Pero en 1991 se
derrumbó la Unión Soviética y todo el mundo pensó que ahora estaríamos más seguros. Pero desde
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esa fecha hasta hoy, el mundo se ha convertido en un lugar cada vez más peligroso. Ya no existen dos
superpotencias sino que ahora hay más de dos superpotencias. El mundo de hoy es más riesgoso que
ayer.
Hoy se habla más de explosiones nucleares y de guerra biológica y química que nunca antes.
Paquistan e India tienes bombas atómicas. También la tienen China y Corea del Norte. Sólo es
cuestión de tiempo para que los terroristas y bandidos tengan esas bombas en sus manos. El mundo
clama por paz: en los Balcanes, en las naciones africanas, en países islámicos, en Irak, en Afganistán,
etc. Pero el grito mayor de paz es en el Medio Oriente: Israel, Los palestinos, Libia, Egipto, etc.
Agréguele a todo esto la intranquilidad ciudadana. Ninguna ciudad del mundo hoy podría decir que
es tranquila y que se puede vivir sin ningún riesgo. Hoy crecen las ciudades con delincuencia en
extremo, violaciones, secuestros, guerrillas, etc. México, Sau Paulo, Tokio, Nueva York, Roma, son
ciudades ultrapeligrosas.
El mundo se ha vuelto obsesivo por la seguridad. Queremos seguridad: para nosotros mismos, para
nuestros hijos, ante una pesadilla nuclear, ante ataque terrorista o ante un secuestro. Queremos
seguridad en el agua y en los alimentos. Queremos seguridad en nuestras casas.
Lo asombroso es que la Biblia predice que algún día, el mundo terminará alcanzando la paz y la
seguridad. Por difícil que nos sea imaginarlo, la Biblia dice que viene el día en que la gente dirá en
todas partes: “PAZ Y SEGURIDAD” (1 Tes. 5: 3). ¿Cómo se va a lograr esto? La Biblia dice que viene
un hombre que le va a dar al mundo aquello por lo que clama y va a convertirlo en realidad. Ese
hombre es el Anticristo.
Según Daniel 9: 27 hará un tratado de paz con Israel. Dice: “Y por otra semana (siete años)
confirmará el pacto con muchos (con Israel)” Es decir, la primera obra del anticristo será pacificar el
mundo. Será conocido como el hombre de paz del Medio Oriente. Será el hombre del año y hasta,
creemos, ganará el premio Nobel de la Paz.
A medida que el mundo se convierta en un lugar más peligroso, lleno de enemigos invisibles y sin
rostro, la gente va a clamar pidiendo alguien que pueda traerle paz y seguridad. Queremos paz.
Queremos seguridad. Queremos la paz en el medio Oriente. Queremos que acabe el terrorismo y la
delincuencia.
Pero viene un hombre que va a ser capaz de lograr que se hagan estas cosas y el mundo le dará la
bienvenida con los brazos abiertos. El mundo va a caer en sus pies y lo va a adorar como un dios.
Nuestro mundo de hoy mientras tanto tiene que experimentar falta de paz y falta de seguridad en
extremo. Y el anticristo debe estar esperando su entrada para dar lo que le falta al mundo. Tal vez ya
está esperando.
La Biblia dice que después del diluvio todos los seres humanos se congregaron en Babel en un lugar
bajo el liderazgo de un hombre llamado NIMROD con el fin de construir una gran torre que llegara
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hasta los cielos (Génesis 10: 8 – 10 y 11: 1 – 9). El mundo entero era una sola comunidad en rebeldía
global contra su Creador. Conociendo el peligro inherente al hecho de que todos los humanos
formaran un solo grupo, Dios confundió las lenguas del ser humano, dispersando así a la rebelde raza
por toda la faz de la tierra.
Desde entonces, Satanás ha tratado en vano de poner de nuevo al mundo bajo control de un solo
hombre, a través del cual él pueda dominar sobre todos. Lo trató con los faraones, con
Nabucodonosor, con Alejandro Magno, con los Césares, con Napoleón y con Adolfo Hitler.
La Biblia predice que en los últimos tiempos, el mundo se reunirá de nuevo bajo una sola economía
mundial, un solo gobierno y una sola religión y que la humanidad retará colectivamente al Creador
en su misma cara. El anticristo va a ser el líder de esta revolución mundial (Apocalipsis 13: 3 – 18).
Dice Apocalipsis 13: 7 “…También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación”.
Hasta hace poco tiempo, habría sido imposible gobernar el mundo entero y controlar la economía
mundial. Pero ahora todo esto ha cambiado. La década de los noventa ha sido llamada: LA DECADA
DE LA GLOBALIZACIÓN.
He aquí algunos de los elementos de este mundo globalizado: Final de la guerra fría, creación de la
Organización del Comercio Mundial, el avance del Internet y el Google Eart y el establecimiento de
agencias mundiales de noticias (CNN), la Unión Europea y su sola moneda: El Euro. Un mundo que
parecía tan grande y fragmentado ha dado paso a uno que parece pequeño y lleno de conexiones
internas.
La carrera del hacia el globalismo no es más que otra forma de montar el escenario para un hombre
que entrará en escena para gobernar el mundo entero durante la Tribulación. Todo esto nos muestra
que el fin está cerca.
Después del ataque del 11 de Septiembre a las Torres Gemelas de Nueva York se comenzó a hablar
en los Estados Unidos de la TARJETA NACIONAL DE IDENTIDAD. Sería una tarjeta con fotografía y
huella dactilar que estaría en una gigantesca base de datos que se podría utilizar en todo lugar. Todo
esto para “cuidarse de cualquier ataque terrorista”.
Hoy ya no solo se habla de una tarjeta de identidad sino de un chip electrónico o tarjeta inteligente
que se coloca en el brazo de algunas personas para que se las pueda ubicar. En algunos lugares se
está preparando para que no puedan comprar si no tienen este chip.
La Biblia predice que cuando entre el anticristo a la escena mundial, va a gobernar sobre una
economía global. Uno de los componentes claves de su control sobre el mundo va a ser la capacidad
para controlar el comercio mundial al exigir que todas las personas reciban la marca del anticristo en
la mano derecha o en la frente para poder comprar o vender.
Dice Apocalipsis 13: 17 – 18 “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y
esclavos se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese
comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia o el número de su
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nombre…y su número es seiscientos sesenta y seis” La palabra MARCA se refiere a una SEÑAL O
TATUAJE.
Ya en estos momentos hay toda una tecnología disponible para tatuar o poner un chip en la piel a fin
de regular el comercio y la seguridad en el mundo entero. Aún se habla que en los códigos de barra
de los productos que uno compra están ocultos tres números: 666. No sabemos con exactitud que va
a usar el anticristo para marcar a la gente, pero lo que ocurre hoy va preparando el escenario para su
entrada.
Pablo dijo en 2 Ti. 3: 1 “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos
peligrosos” Esto nos muestra que podemos esperar que la apostasía se difunda cada vez más a
medida que nos acerquemos a los días de la Tribulación. Dos características de esta apostasía:
1 Jn. 4: 3 “Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es
el espíritu del anticristo…”
En la época del apóstol Juan tomó la forma de negación de la verdadera y real humanidad de Cristo,
aunque también toma la forma de negar la verdadera deidad de Cristo. El rechazar la Encarnación
niega la existencia del Hombre – Dios la cual es esencial para nuestra salvación. Si Jesucristo no fuese
hombre no podría haber muerto; pero si no fuese también Dios, esa muerte no habría podido
efectuar el pago por los pecados.
Por eso en los últimos tiempos se va a hacer todo lo posible por denigrar a nuestro Señor Jesucristo y
hacerlo parecer como un simple hombre. (La tumba de Jesús, el evangelio de Judas, El código Da
Vinci, etc). Y las religiones comenzarán a abundar sin que la gente reflexione sobre ellas.
Si nos alejamos de Dios eso trae indefectiblemente declinación moral. Pablo enumera algunas
características de tal declinación en 2 Ti. 3: 1 – 5 “También debes saber esto: que en los postreros
días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros,
vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto
natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traídores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios….”
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Aún nuestro Señor Jesucristo mostró como sería el mundo durante la etapa de Tribulación, antes de
su regreso corporal en Lucas 17: 26 – 29 “Como fue en los días de Noé, así también será en los días
del Hijo del Hijo del hombre,….Asimismo como sucedió en los días de Lot; …”
Pero ¿Qué significa “como en los días de Noé”? Gn. 6: 11 “Y se corrompió la tierra delante de Dios, y
estaba la tierra llena de violencia”. Violencia en extremo, que lamentablemente ya ha comenzado.
Los crímenes y la delincuencia son el pan de cada día. Nuestro Señor Jesús dijo algo que caracterizará
esos tiempos en Mateo 24: 12 “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se
enfriará”. Que triste. Véalo todos los días.
Y ¿Qué significa “como sucedió en los días de Lot”? Los días de Lot se caracterizaron por Sodoma y
Gomorra: homosexualidad en extremo. En la última marcha del mayor número de homosexuales
frente al presidente Clinton, ellos gritaban: “¡Somos jóvenes! ¡somos extraños! ¡Dominaremos el
mundo!”.
(Vea a los artistas, políticos, deportistas que abiertamente declaran su homosexualidad y todo apunta
a que en todos los países del mundo ellos puedan contraer matrimonio). Esto ha comenzado ya.
Cuando veamos que todo esto comienza es que se acerca el fin de los tiempos.
Daniel tuvo la visión del tiempo de la Tribulación y vio: “…Muchos correrán de aquí para allá, y la
ciencia aumentará” (Daniel 12: 4).
Esto es algo que también se podrá ver, antes que la iglesia sea arrebatada, como preparación al
drama final. Se ha preguntado ¿porque en el espacio de solo 50 años la tecnología, en todas sus
ramas a aumentado, cosa que no ha ocurrido en los anteriores 2000 años? Bombas atómicas,
computadoras, el laser, pantallas plasma, viajes espaciales, Internet, Procesadores, celulares,
televisores, microondas, etc.
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TEMA 8
EL ARREBATAMIENTO
Si hay algo de lo cual debemos estar seguros es que nuestro Señor Jesucristo prometió volver otra
vez y llevar a sus hijos, (su Iglesia) a vivir con El por toda la eternidad.
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas
moradas hay; si así no fuera; yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si
me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis”
Nuestro Señor Jesucristo estaba hablando en serio. Y esta promesa ha dado esperanza y consuelo a
millones de cristianos durante toda la historia de la iglesia. 5 preguntas sobre este tema a fin de
entenderlo a cabalidad y nos ayude a vivir en espera de tan grande acontecimiento.
1. ¿Qué es el arrebatamiento?
El arrebatamiento es el suceso en el cual todos los que han confiado personalmente en Jesucristo
como su Salvador, tanto vivos como muertos, serán arrebatados a los aires para encontrarse con el
Señor e ir con El a los cielos. En pocas palabras: es el traslado de la Iglesia, de la tierra al cielo y lo
enseñan los pasajes de: 1 Ts. 4: 13 – 18; Jn. 14: 1 – 3; 1 Co. 15: 51–58.
Dice 1 Ts. 4: 16 – 17 “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros
los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos ARREBATADOS juntamente con ellos en las
nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
Esa palabra ARREBATAR viene de la palabra griega HARPAZÓ, que significa “TOMAR POR LA FUERZA”
y se emplea 14 veces en el N. T. Pero también se usaba para cuando el Espíritu Santo se llevaba a
alguien hacia otro lugar (2 Co. 12: 2 – 4; 1 Ts. 4: 17; Ap. 12: 5). Esta palabra aparece ilustrada en
Hechos 8: 39 donde Felipe, después de haber llevado a cabo el bautismo del eunuco etíope, es
“ARREBATADO” y transportado por Dios del desierto a la ciudad costera de Azoto en Cesarea.
La palabra RAPTO que no es tan familiar también, no aparece en el N.T. griego por cuanto es una
palabra del LATÍN. Quienes tradujeron el N. T. del griego al latín utilizaron la palabra RAPTURO para
describir el arrebatamiento y luego esta palabra: RAPTO se convirtió en el nombre de sinónimo de
este acontecimiento.
Hay que entender hermanos que el RAPTO o ARREBATAMIENTO no es algo nuevo. Esto ya había
ocurrido tres veces en la historia bíblica.
ENOC: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Gn. 5: 24).
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ELÍAS: “Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego
apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino” (2 R. 2: 11).
JESUCRISTO después de Su resurrección, El como “primicias de los que durmieron” (1 Co. 15: 20),
ascendió a los cielos: “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos fue alzado, y le recibió una nube
que le ocultó de sus ojos…” (Hch. 1: 9-11).
Los tres acontecimientos describen a un cuerpo natural de carne y hueso que es transformado y
trasladado a la presencia de Dios.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo;…” El Señor mismo vendrá por su pueblo, acompañado por toda la grandeza que
su presencia merece. Se oirá una voz de mando, tal como el oficial da a sus tropas. La trompeta de
Dios llamará a los muertos en Cristo a su resurrección, y a la vez dará el aviso a los que le rechazaron
que ya es demasiado tarde y no podrán participar del arrebatamiento. Es obvio que éste no será un
acto silencioso.
“…descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” Se refiere a todos los cristianos
verdaderos, que murieron “EN CRISTO” desde el día de Pentecostés cuando ocurrió, por primera vez,
el bautismo del Espíritu Santo (Hechos 2) hasta la venida de Cristo (en su primera etapa) en el cielo.
¿Están los santos del Antiguo Testamento resucitando aquí? La respuesta es NO. Ellos resucitan en
la segunda etapa de la venida de Cristo en forma visible, con los santos de la Tribulación (Ap. 20: 3 –
5). Por una sencilla razón: el plan de Dios para la Iglesia es una cosa y termina con el arrebatamiento.
Y plan de Dios para Israel es otro y ellos están ligados a ese plan (Daniel 12: 2; Isaías 26: 19). Tienen
que esperar el final de la Tribulación
Pero los muertos en Cristo quienes resucitarán (en el arrebatamiento de la iglesia) tendrán la
prioridad antes que los cristianos vivos seamos transformados. Pero ambos grupos experimentarán
un cambio. Dice 1 Co. 15: 52 - 53 “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta;
porque se tocara la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos
transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto moral se
vista de inmortalidad”. El proceso completo será instantáneo y no paulatino.
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“Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados…” Los creyentes
que están vivos serán llevados a la presencia del Señor sin pasar por muerte física. Por esta razón,
Pablo llamó a este traslado de vida en la tierra a vida en el cielo sin morir, un MISTERIO: “He aquí, os
digo un misterio: no todos dormiremos; pero todos seremos transformados” (1 Co. 15: 51).
Esto era algo nunca revelado en el A.T. La resurrección ya había sido revelada en el A. T. (Job 19: 25;
Isaías 26: 19; Daniel 12: 2) pero en ninguna parte Dios había revelado que un grupo grande de
personas no morirían y que estando en vida irían directamente a la presencia de Dios, como le pasó a
Enoc y a Elías. Pero fue el apóstol Pablo quien reveló este misterio.
“…seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire…”
Primero nos veremos con nuestros seres amados que murieron en el Señor y luego con el Señor
mismo. En el instante de la resurrección y traslado, habrá un sin fin de reuniones con nuestros
hermanos queridos. Pero, la emoción de ver a nuestros seres queridos se desvanecerá cuando
veamos al Señor.
“…para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor, por tanto, alentaos los unos
a los otros con estas palabras” Estaremos por siempre con nuestro Señor Jesucristo, ya nada ni
nadie podrá separarnos de Jesús. Estaremos con El en las mansiones celestiales que El preparó de
antemano para los suyos (Juan 14: 1 – 3). Esto debe ser un motivo de aliento, de consuelo. Porque la
enseñanza del arrebatamiento consuela a todos los que han perdido a sus seres queridos, porque
algún día los volveremos a ver y los que estemos vivos seremos transformados al venir el Señor.
Nosotros creemos que el arrebatamiento es un suceso que tendrá lugar antes del período de siete
años de Tribulación.
La interpretación literal consecuente es esencial para comprender de manera apropiada lo que Dios
está diciendo en la Biblia. Cuando hablamos de interpretación literal de la Biblia nos estamos
refiriendo a explicar el sentido original de la Biblia según los usos normales y usuales de su lenguaje.
¿Cómo se consigue esto? Sólo puede conseguirse mediante una interpretación del texto escrito que
incluya la consideración del:
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Escatología
Este método busca analizar correctamente las relaciones gramaticales que las palabras, frases y
oraciones tienen entre sí. Roy Zuck dice: “Cuando hablamos de interpretar la Biblia de manera
gramatical, nos referimos al proceso de tratar de determinar su significado dilucidando cuatro
puntos:
(a.1) El significado de las palabras (lexicología) como la etimología (como se derivan y desarrollan las
palabras), el uso (como son empleadas las palabras por el autor), sinónimos y antónimos y contexto
(como se emplean las palabras en diversos contextos),
(a.2) La forma de las palabras (morfología), es decir, como se estructuran las palabras y cómo esto
afecta a su significado,
(a.3) la función de las palabras (partes de la oración) sujetos, verbos, objetos, sustantivos y otros, y
(a.4) las relaciones de las palabras entre sí (sintaxis), es decir, la manera en que se yuxtaponen las
palabras para constituir frases, cláusulas y oraciones.
Este método considera el marco histórico y las circunstancias en que se escribieron los libros de la
Biblia. Es considerar las Escrituras como escritas durante unas determinadas edades y culturas. Por
ejemplo, la cuestión de los alimentos ofrecidos a ídolos sólo puede interpretarse en base al marco
histórico y cultural de los tiempos del Nuevo Testamento. Los principios a extraer son relevantes para
nosotros en la actualidad.
“Un pasaje sacado de su contexto sólo nos sirve para un pretexto”. El contexto incluye varios
componentes: Versículo o versículos inmediatamente anteriores o posteriores a un pasaje, el párrafo
y libro en el que aparecen los versículos, la dispensación en que fue escrito, el mensaje de la Biblia en
su totalidad, el medio histórico – cultural de la época en que se escribió.
La interpretación literal reconoce que una palabra o frase se pueden emplear bien en sentido llano
(denotativo), bien en sentido figurado (connotativo).
Lo mismo que en nuestras conversaciones en la actualidad, la Biblia puede emplear lenguaje llano,
como “MURIÓ AYER” (uso denotativo del lenguaje). O se puede decir lo mismo de una manera más
pintoresca: “EXHALO SU ÚLTIMO SUSPIRO AYER” (uso connotativo del lenguaje).
Un punto importante a observar es que aunque podamos emplear una figura de lenguaje para
referirnos a la muerte de alguien, empleamos aquella figura para referirnos a un acontecimiento que
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sucedió realmente. Algunos intérpretes creen erróneamente que porque se pueda estar empleando
una figura de lenguaje para describir un acontecimiento (por ejemplo, la experiencia de Jonás en el
vientre del gran pez en Jonás 2), que el acontecimiento mismo no fue real. No es éste el caso.
La palabra de Dios debe entenderse por medio de la interpretación literal. Eso es una importante
piedra fundamental que da sustento al arrebatamiento pre - tribulacional.
“Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira
venidera”. Los creyentes de Tesalónica creían en el arrebatamiento de la iglesia y Pablo para darles
tranquilidad les muestra que su expectativa no debe estar en el tiempo de la ira venidera (La
Tribulación) sino en la venida de Jesucristo en los cielos. Y esto habría de darse antes que la ira caiga
sobre la tierra.
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Escatología
“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo”. Este pasaje aclara que Dios no nos ha “DESTINADO PARA IRA” (no nos ha destinado para
el periodo de la Tribulación o el día del Señor que menciona el verso 2), sino para “OBTENER
SALVACIÓN” o “LIBERACIÓN DE ELLA”.
Nada semejante a esta frase aparece hasta el capítulo 13, el cual describe el inicio de la Gran
Tribulación, cuando el Anticristo comenzará a cumplir todas las profecías al buscar ser adorado como
Dios. De repente en Apocalipsis 13: 9 leemos: “Si alguno tiene oído, oiga” ¿Por qué no terminó el
Señor la frase agregando, tal como lo hizo en los capítulos 2 y 3: “lo que el Espíritu dice a las
iglesias”? La respuesta es obvia: ¡LA IGLESIA YA NO ESTÁ EN LA TIERRA!
Hay una realidad que no podemos pasar por alto y que nos ayuda a entender que la iglesia no pasará
por la Tribulación. Es la realidad de que Dios tiene dos pueblos: ISRAEL y la IGLESIA. Esto no implica
dos diferentes caminos de salvación, hay un solo camino de salvación tanto para judíos como para
gentiles: JESUCRISTO. ¿Cuál es la diferencia?
ISRAEL:
Son los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Son conocidos como judíos, el pueblo judío, israelitas o
hebreos. Fueron escogidos sobre la base del amor de Dios para ser un “un reino de sacerdotes y una nación
santa” (Ex. 19: 6) y Dios escogió a Israel para ser receptora de su revelación y que la escribiese y para ser de
testimonio ante las naciones: Dt. 4: 5 – 6 “Mirad, yo os enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios
me mandó….guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia
ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos…” Israel es una nación física y tiene su
propio plan establecido por Dios en el Antiguo Testamento. Y fue la nación de Israel quien rechazó al Mesías.
Dice Mt. 12: 23 – 24 “Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? Mas los
fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera a los demonios sino por Belcebú, príncipe de los demonios” y
como resultado de ello el plan de Dios para Israel se detuvo. Continuará ese plan en el período de la
Tribulación.
LA IGLESIA:
Es un misterio que no estuvo revelado en el A.T. Dice Pablo Ef. 3: 3 – 6 “Que por revelación me fue declarado
el misterio…misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora
es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del
mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”. La iglesia es una nación
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espiritual y no física; es un cuerpo compuesto de judíos y gentiles, por igual, que aceptaron a Jesús como su
Salvador. Se inició después del descenso del Espíritu Santo en Pentecostés (Hch. 2). Y Dios estableció un plan
para Su Iglesia que culminará con el arrebatamiento.
6 razones que apoyan el concepto de que la Iglesia es una obra distinta al pueblo de Israel:
(1) La primera evidencia es el hecho de que la Iglesia nació en Pentecostés, mientras que Israel hacia siglos que
existía. Eso, junto con el uso del tiempo futuro en Mateo 16: 18, muestra que no existía durante el tiempo
narrado en los evangelios. La Iglesia, nacida en Pentecostés, recibe el nombre de Cuerpo de Cristo (Col. 1: 18).
La entrada en el cuerpo es mediante el bautismo del Espíritu (1 Co. 12: 13), en el que son unidos judíos y
gentiles.
(2) La segunda evidencia es que ciertos acontecimientos en el ministerio del Mesías fueron esenciales para el
establecimiento de la iglesia: la iglesia no llega a la existencia hasta que han tenido lugar ciertos
acontecimientos. Esos acontecimientos incluyen la resurrección y ascensión de Jesús para llegar a ser cabeza
de la iglesia (Ef. 1: 20 – 23). La iglesia, con creyentes como el cuerpo y Cristo como la cabeza, no existió hasta
que Cristo ascendió para llegar a ser su cabeza.
Y no podía llegar a ser una entidad operativa hasta después que el Espíritu Santo proveyese los necesarios
dones espirituales (Ef. 4: 7 – 11).
(3) La tercera evidencia es el carácter de misterio de la iglesia. Un misterio en la Biblia es una verdad oculta no
manifestada hasta el N. T. (Ef. 3: 3 – 5, 9; Col. 1: 26, 27). 4 rasgos que se describen como misterios: A. El
concepto de cuerpo de creyentes judíos y gentiles unidos en un solo cuerpo es designado en Ef. 3: 1 – 12 como
un misterio. B. La doctrina de Cristo habitando en cada creyente, el concepto de Cristo en vosotros, es llamado
misterio en Colosenses 1: 24 – 27. C. La iglesia como Novia de Cristo es designada un misterio en Ef. 5: 22 – 32.
D. El arrebatamiento es designado un misterio en 1 Co. 15: 50 – 58. Estos rasgos distinguen a la iglesia e Israel.
(4) La cuarta evidencia de que la iglesia es distinta de Israel es la singular relación entre judíos y gentiles, que
en Ef. 2: 15 es llamada “un solo y nuevo hombre”. Durante la actual era de la iglesia Dios está salvando un
remanente de los dos anteriores grupos (Israel y los gentiles) y combinándolos en un tercer y nuevo objeto: LA
IGLESIA. Esta unidad de judíos y gentiles en un solo y nuevo hombre cubre sólo la era de la iglesia, desde
Pentecostés hasta el arrebatamiento, y después de este tiempo, Dios restaurará a Israel y completará su
destino (Hechos 15: 14 – 18). 1 Co. 10: 32 refleja precisamente esta división con estas palabras: “No seáis
tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios”.
(5) La quinta evidencia para la distinción entre Israel y la iglesia se encuentra en Gálatas 6: 16. Parece lógico
considerar al “Israel de Dios” (Gá. 6: 16) como judíos creyentes en contraste a los judíos incrédulos llamados
“Israel según la carne” (1 Co. 10: 18). Este pasaje no da apoyo a la falsa pretensión de los teólogos del
reemplazo que pretenden que Israel es suplantado por la iglesia. Más bien, la Biblia enseña que un remanente
de Israel es combinado con gentiles elegidos durante esta edad, para constituir una entidad totalmente nueva
que el N. T. llama la iglesia (Ef. 2).
La teoría del reemplazo trata de enseñar que por cuanto los gentiles son descritos como “descendencia de
Abraham” (Gá. 3: 29), eso es equivalente a decir que son Israel. Pero este no es desde luego el caso. La
descripción que da Pablo de los creyentes gentiles en Gálatas 3: 29 significa sencillamente que participan en
las bendiciones espirituales (esto es, salvación) que vienen por medio de Israel (Ro. 15: 27; 1 Co. 9: 11, 14). Los
que son la simiente espiritual son partícipes de las bendiciones espirituales judías, pero nunca se dice de ellos
que vengan a ser partícipes de las promesas físicas, materiales o nacionales. Por tanto, las promesas
nacionales de Israel quedan intactas y esperan su cumplimiento aún futuro.
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(6) En el libro de los Hechos, tanto Israel como la iglesia existen simultáneamente. El término Israel se emplea
20 veces y EKKLESI (Iglesia) 19 veces, pero ambos grupos son siempre considerados distintos.
Si se niega la distinción entre Israel y la Iglesia, entonces no hay base para contemplar un futuro para Israel ni
para la iglesia como un nuevo y singular pueblo de Dios. Si Israel y la Iglesia se refunden en un solo programa,
entonces las promesas del A. T. para Israel nunca se cumplirán y los teólogos del reemplazo generalmente las
consideran como espiritualmente cumplidas por la iglesia.
La fusión del destino de Israel en la Iglesia no sólo junta en uno lo que las Escrituras presentan como dos cosas
distintas, sino que también elimina la necesidad de la futura restauración del pueblo originalmente escogido
por Dios para que se cumpla literalmente Su promesa de que serán un día cabeza y no cola (Dt. 28: 13).
¿Qué significa esta diferencia entre Israel y la Iglesia? Significa que Dios tenía un plan para la nación
física de Israel que aún falta terminar. El programa de Dios para Israel continuará en el período de la
Tribulación. Mientras tanto, estamos en un paréntesis que se llama: LA IGLESIA. Dios debe concluir su
plan para con la Iglesia para que Su plan nacional para con Israel continúe. ¿Qué es necesario que
ocurra? El arrebatamiento, que la Iglesia se vaya a la presencia de Dios para que el programa nacional
de Dios para con Israel se cumpla literalmente, de acuerdo a lo profetizado en el Antiguo
Testamento. Los que funden ambos programas no pueden lógicamente sustentas los argumentos
bíblicos a favor del pretribulacionismo.
1 Ts. 5: 6 “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”
Tito 2: 13 “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo”
Fil. 3: 20 - 21 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador,
al Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea
semejante al cuerpo de la gloria suya,…”
Nos advierten que el creyente debe estar esperando al Señor mismo, no señales que precedan a su
venida. La enseñanza de la INMINENCIA prohíbe la participación de la iglesia en alguna parte de la
Tribulación.
De otro modo, la multitud de señales dadas a Israel para moverlo a expectativa, durante la
Tribulación, serían por lo tanto también para la Iglesia y la Iglesia no podría esperar a Cristo hasta que
estas señales se hayan cumplido. El hecho de que no se le hayan dado señales a la Iglesia, sino que
más bien se le ha ordenado esperar a Cristo, la excluye del período de la Tribulación.
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Un factor clave para comprender la enseñanza del Nuevo Testamento del arrebatamiento pre
tribulacional gira alrededor del hecho de que se presenten dos futuras venidas de Cristo. La primera
venida futura es el arrebatamiento de la iglesia en las nubes, antes de la tribulación de siete años; la
segunda venida futura tiene lugar al final de la tribulación cuando Cristo volverá a la tierra para
inaugurar su reinado de mil años.
Suele pensarse que si el arrebatamiento y la segunda venida son dos acontecimientos distintos,
separados por siete años, debería haber al menos un pasaje en las Escrituras que enseñase esto con
claridad. Sin embargo, la Biblia no siempre enseña la verdad de Dios siguiendo nuestros propios
planteamientos ni de manera que responda directamente a todas nuestras preguntas. Por ejemplo,
un unitario podría plantear una pregunta similar acerca de la Trinidad: “¿Dónde hay al menos un
pasaje en las Escrituras que diga claramente que las Personas de la Deidad son distintas?” Los que
creemos en la Trinidad contestamos que la Biblia enseña la Trinidad, pero de una manera diferente a
como él querría.
Muchas importantes doctrinas bíblicas no nos sondadas directamente en un solo versículo; a menudo
tenemos que armonizar pasajes para llegar a conclusiones sistemáticas. Algunas verdades son
directamente expuestas en la Biblia, como la deidad de Cristo (Juan 1: 1; Tito 2: 13). Pero doctrinas
como la Trinidad y la naturaleza encarnada de Cristo son producto de la armonización bíblica.
Tomando en cuenta todos los textos bíblicos, los teólogos ortodoxos llegaron a reconocer con el
tiempo que Dios es una Trinidad y que Cristo es el Dios – Hombre. De manera similar, una
consideración sistemática de todos los pasajes bíblicos nos revela que las Escrituras enseñan dos
venidas futuras.
El arrebatamiento es presentado con toda claridad en 1 Ts. 4: 13 – 18. Está caracterizado en la Biblia
como una “venida de traslación” (1 Co. 15: 51; 1 Ts. 4: 15 – 18), en la que Cristo viene a/por su Iglesia.
La segunda venida es el regreso de Cristo con sus santos, descendiendo del cielo para establecer su
reino terrenal (Zac. 14: 4, 5; Mateo 24: 27 – 31).
Las diferencias entre los dos acontecimientos son armonizados de manera natural por la postura pre
tribulacional, mientras que otras posturas no pueden explicar cómodamente esas distinciones.
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1 Tesalonicenses 5: 9 Hechos 1: 9 – 11
1 Tesalonicenses 5: 23 Hechos 3: 19 – 21
2 Tesalonicenses 2: 1 1 Tesalonicenses 3: 13
2 Tesalonicenses 2. 3 2 Tesalonicenses 1: 6 – 10
1 Timoteo 6: 14 2 Tesalonicenses 2: 8
2 Timoteo 4. 1 1 Pedro 4: 12 – 13
2 Timoteo 4: 8 2 Pedro 3: 1 – 14
Tito 2: 13 Judas 14 – 15
Hebreos 9: 28 Apocalipsis 1: 7
Santiago 5. 7 – 9 Apocalipsis 19: 11 – 20: 6
1 Pedro 1: 7, 13 Apocalipsis 22: 7, 12, 20
1 Pedro 5: 4
1 Juan 2: 28 al 3: 2
Judas 21
Apocalipsis 2: 25
Apocalipsis 3: 10
2 Co. 5: 10 enseña que todos los creyentes de esta edad han de comparecer ante el tribunal
de Cristo en el cielo. Este acontecimiento, a menudo conocido como el “juicio del bema” por
la palabra griega bema, es un acontecimiento que nunca se menciona en los detallados
relatos de la segunda venida de Cristo a la tierra. Por cuanto una evaluación así precisaría de
un cierto tiempo, el intervalo de siete años del pre tribulacionismo da suficiente cuenta de
este requisito.
Apocalipsis 19: 7 – 10 presenta a la iglesia como una novia que se ha dispuesto para la boda
(con lino fino que representa las acciones justas de los santos) con su novio (Cristo). La esposa
ya ha estado vestida en preparación para su regreso en la segunda venida con Cristo a la tierra
(Ap. 19: 11 – 18). De esto sigue que la iglesia ya tendría que estar completa y en el cielo
(debido al arrebatamiento pretribulacional) a fin de haber quedado preparada de la manera
que se describe en Ap. 19. Esto demanda un intervalo de tiempo.
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Sería imposible que tuviese lugar el juicio de los gentiles después de la segunda venida si el
arrebatamiento y la segunda venida no están separados por un intervalo de tiempo. ¿Cómo
podrían ser separados en juicio los salvos y los perdidos, aún en sus cuerpos naturales, si
todos los creyentes vivos son trasladados en la segunda venida? Esto sería imposible si la
traslación tiene lugar en el momento de la segunda venida, pero queda resuelto mediante un
intervalo de tiempo pretribulacional.
Si la traslación tuviese lugar en relación con la segunda venida a la tierra, no habría necesidad
de separar las ovejas de las cabras en el juicio subsiguiente, ya que la separación habría tenido
lugar en el mismo acto de la traslación de los creyentes antes que Cristo estableciese
realmente su trono en la tierra (Mateo 25: 31). Una vez más, un “problema” así queda
resuelto aceptando la posición pretribulacional con su intervalo de al menos siete años.
Se precisa de un intervalo de tiempo para que el programa de Dios para la iglesia, un tiempo
en el que judíos y gentiles se unen en un cuerpo (Ef. 2 y 3), no se entremezcle de ninguna
manera con su inacabado y futuro plan para Israel durante la tribulación. Todas las otras
posturas acerca del arrebatamiento sostienen que la iglesia pasa por al menos una parte de la
semana septuagésima, lo que significa que todas las otras posturas mezclan el programa de
Dios para Israel y Jerusalén de las 70 semanas con su programa para la iglesia. Se precisa de
un intervalo para que estos dos aspectos del programa de Dios armonicen sin que se
presenten conflictos internos.
El arrebatamiento no es para todo el mundo. En el arrebatamiento serán llevados todos “LOS QUE
ESTÁN EN CRISTO EN SU VENIDA” (1 Co. 15: 23) y todos “LOS MUERTOS EN CRISTO” (1 Ts. 4: 14 – 16).
El arrebatamiento es sólo para los creyentes. Para aquellos que le hayan recibido como su Señor y
Salvador personal de verdad. El no viene por iglesias, o por miembros de iglesias ni por gente buena
solamente. El viene por todos aquellos que le entregaron su vida y viven comprometidos con El.
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Sin embargo, tenemos que esperar a Cristo con lealtad y fidelidad, motivados por un vivo deseo de
que nos encuentre puros y sin mancha. Pedro dice: “Por lo cual, oh amados, estando en espera de
estas cosas procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 P. 3:
14).
Si todavía no viene el Señor es porque espera que las personas se arrepientan. Dice Pedro: “El Señor
no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 P. 3:
9). Es tiempo de predicar de Cristo.
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Escatología
TEMA IX:
EL TRIBUNAL DE CRISTO
2 Corintios 5: 10
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el Tribunal de Cristo, para que cada
uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”
1. La palabra TRIBUNAL:
La palabra “Tribunal” en el griego es la palabra BEMA, era el lugar donde se sentaba el juez en los
juegos griegos de Atenas, y desde allí recompensaba a todos los ganadores de las diferentes
competencias. Así vamos a ser recompensados.
Por la sencilla razón de que cuando el Señor regresa a la tierra con su esposa a reinar, se ve que la
esposa ya ha sido recompensada.
Esas “acciones justas de los santos” son las que han sobrevivido a la evaluación y han llegado a ser la
base de la recompensa.
RECUERDE:
Este no será un tiempo de juicio para condenación por nuestros pecados. Si no será un tiempo de
recompensa por nuestro servicio o por aquellas cosas que habremos hecho en el nombre de Cristo.
Aquí se probará la calidad y motivación de nuestras obras que hicimos por Cristo.
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Escatología
Pablo dice:
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre
este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra
de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la
obra de cada uno cuál sea, el fuego lal probará. Si permaneciere la obra de alguno que
sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él
mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Co. 3: 11 - 15).
Unas obras serán de oro o plata o piedras preciosas. Pero otras serán de madera o heno u hojarasca.
Y de acuerdo a ello recibiremos nuestras coronas o simplemente no seremos recompensados,
aunque seremos salvos. Al final esos premios o coronas no serán para nosotros sino serán para
Cristo.
Apocalipsis 4: 10
“Los veinticuatro ancianos se postraron delante del que está sentado en el trono, y adoran al que
vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono,…”
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TEMA X:
LAS BODAS DEL CORDERO
Apocalipsis 19: 7
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado”
Esa frase “HAN LLEGADO” en el griego está en tiempo AORISTO, es decir, significa un hecho ya
terminado, lo cual nos muestra que las bodas han sido consumadas. Y sigue al Tribunal de Cristo
porque ya la esposa aparece con las “acciones justas de los santos” (Ap. 19: 8). Este será un evento
que solo concierne a Cristo y a Su Iglesia. Pero noten como era la unión de una pareja en el Oriente.
El matrimonio se dividía en tres partes:
Los padres hacían un contrato y disponían la unión de los hijos. Era legal. Recuerdan a José y María.
Pablo, como un padre espiritual de los corintios les dijo en
2 Corintios 11: 2
“Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como
una virgen pura a Cristo”
Para Pablo los corintios eran sus hijos en la fe y Jesucristo era el novio, el futuro esposo.
Cuando ya la pareja tenía la edad suficiente para casarse. “Padre, ya hiciste todos los trámites legales,
ahora envía por mi prometida para que el contrato se cumpla”. Entonces se traía a la novia en
procesión. Y entonces el padre del novio ponía la mano de la novia en la de su hijo, para mostrar que
había cumplido su parte del contrato. En ese momento la pareja estaba legalmente casada. Eso es un
simbolismo de cómo la iglesia será tomada de este mundo por Dios y presentada al Novio (el Señor
Jesucristo), en el arrebatamiento y la presentará sin mancha alguna (Efesios 5: 27).
Conocido también como el banquete nupcial. Era la fiesta, donde el novio reunía a sus amigos y les
presentaba a su esposa en una gran Cena o Banquete. Ap. 19: 9 “Bienaventurados los que son
llamados a la cena de las bodas del Cordero”.
Aquí Cristo presentará a su esposa, la Iglesia. ¿Cuándo hará esto? Muchos creen que será después de
su Segunda Venida en forma visible a la tierra e instaure su reino milenial.
Ap. 19: 14 “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en
caballos blancos”.
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La fiesta de las Bodas al parecer es el nombre que da Dios al tiempo del milenio. Y en el Milenio
Cristo presentará su novia al mundo y reinará mil años en la tierra con su esposa LA IGLESIA para que
por medio de ella pueda ser honrado y glorificado durante todo este tiempo.
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TEMA XI:
LA TRIBULACIÓN
Ya la Iglesia ha sido arrebatada. No está en la tierra, ella está pasando el Tribunal de Cristo y
preparándose para la Cena de las Bodas. Mientras tanto:
La tierra estará viviendo una de sus peores agonías, conocido como: “LA TRIBULACIÓN”. Este tiempo
de agonía y terror vendrá después del arrebatamiento de la Iglesia y será el período de más intenso
sufrimiento que el mundo haya conocido. La Biblia nos habla mucho de ese período de 7 años de
Tribulación. No será nada conocido a lo que la Iglesia y el mundo hayan podido experimentar en
cuanto a pruebas y tribulaciones.
Al describir el período de Tribulación nuestro Señor Jesucristo dijo que será una Tribulación: “cual no
ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mt. 24: 21). Será un tiempo de
aflicción único en la historia de la humanidad.
“¿Acaso el mundo no ha pasado por tiempos de aflicción? ¿Acaso el Señor mismo no dijo: “En el
mundo tendréis aflicción” en Jn. 16:33? ¿Qué es pues lo que lo hace diferente a este período futuro?
Y no local. Ap. 3: 10 “…yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el
mundo entero,…” Todos los juicios de la Tribulación afectarán al mundo entero.
Cual no ha habido en otro tiempo. Será tal el dolor que los hombres se esconderán en los fosos y
cavernas de las montañas y dirán a los montes y a las peñas nos dice: Ap. 6: 16 “Caed sobre nosotros
y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” En el
terror que se producirá los hombres querrán morir antes que vivir, pero la muerte les será esquiva. Ni
suicidarse podrán. Se verán obligados a pasar por esa Tribulación.
La mayor parte de las dificultades que se han producido en el mundo hasta este punto son
consecuencia de la ira del hombre y la de Satanás. En cambio, en la Tribulación va a ser Dios mismo
quien derramará su ira sin mitigación alguna sobre un mundo rebelde y pecador. Is. 34: 2, 3 y 8
“Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas;
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las destruirá y las entregará al matadero. Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres
se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos…Porque es día de venganza de
Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sión”.
¿Qué nos enseña la Biblia acerca de este período futuro que se llama: La Tribulación?
En Is. 26: 20 – 21 muestra que la tribulación incluye el propósito de castigar a los moradores de la
tierra por sus pecados: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas;
escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que
Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra
descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos”.
Todo el libro de Joel es acerca de “el día de Jehová” que es sinónimo para “la tribulación”: En 1: 15
“¡Ay del día! Porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el
Todopoderoso”
En 2: 1 – 2 “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los
moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de
oscuridad, día de nube y de sombra, como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un
pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de
muchas generaciones”.
El primer pasaje extenso que trata acerca de la Tribulación en el Nuevo Testamento es Mateo 24: 4 –
28 y sus pasajes paralelos son: Marcos 13; Lucas 17: 22 – 37 y Lucas 21: 5 – 36. En el pasaje de
Mateo nuestro Señor describe el período de la tribulación a sus discípulos. Hasta el verso 14 se
refiere a la primera mitad de la tribulación y en los versículos 15 – 28 describe la segunda mitad que
conduce a la segunda venida de Cristo en forma visible.
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Las cartas de Pablo a los Tesalonicenses han sido designadas como el Apocalipsis de Pablo, por
cuanto tratan de modo extenso acerca de temas proféticos. Dos veces (En 1 Ts. 1: 10 y en 5: 9) se
refiere Pablo a la tribulación al hacer referencia a un tiempo futuro de ira: “…y esperar de los cielos a
su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera…porque no nos ha
puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Pero los escritos más extensos acerca de la Tribulación aparecen en el libro de Apocalipsis del apóstol
Juan. Los capítulos 6 al 19 dan una detallada exposición de los días de la Tribulación. Apocalipsis 7:
14 “Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran Tribulación, y
han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”
Pero noten algo, estos pasajes y muchos otros más que hay en la Biblia nos muestran que el carácter
o naturaleza de este tiempo será de:
No se puede encontrar ningún pasaje bíblico para aliviar en modo alguno la severidad de este
período que vendrá sobre la tierra.
Un paréntesis:
Y es que el discurso es para los hijos de Jerusalén que, en este caso son una representación de la
nación de Israel. Todo el discurso pronunciado directamente a sus discípulos, que todavía eran
clasificados como judíos y representaban a un pueblo que pasaría por las experiencias descritas en
este discurso, es dirigido a la nación entera y especialmente a aquellos que pasarán por las pruebas
descritas allí.
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La oración: “quise juntar a tus hijos”, no sólo revela que El habla de Israel, sino que se refiere al
cumplimiento de muchas profecías con respecto a la casa de Israel que estaba centrada en la línea
real de David. El término “desierta” es una de varias palabras usadas para describir la situación de
Israel en el mundo a través de esta era. “No me veréis” es una aseveración que predice su ausencia
total, respetando su relación peculiar con Israel “hasta” que El regrese, tiempo en el cual “todo ojo lo
verá” (Ap. 1: 7) “y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran
gloria” (Mt. 24: 30).
De esa manera el discurso es colocado contra el fondo mismo del rechazo del Mesías y la imposición
de una ceguera judicial a esa nación. En el capítulo 23 de Mateo el Señor ha anunciado juicio sobre
los fariseos y la ceguedad de la nación. Ahora en el capítulo 24, El anuncia la caída de Jerusalén (Mt.
24: 1 – 2). En la mente de los discípulos estos anuncios tenían una significación escatológica, por
cuanto su cumplimiento estaba asociado con la venida del Mesías y el fin del siglo.
Ellos preguntaron: “¿Cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo
(mundo)?” (Mt. 24: 3). Probablemente la promesa de su regreso (Mt. 23: 39) había dado a los
discípulos esta asociación escatológica.
La respuesta a la primera pregunta no la registra Mateo, sino que esta se da en Lucas 21: 20 – 24.
Esta porción del discurso tenía que ver con la destrucción de Jerusalén en el tiempo de Tito, en el año
70 d. C.
Con respecto a las otras dos preguntas: “¿Qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” Se puede
decir que, indudablemente en las mentes de los discípulos, esta pregunta era una sola. El había
hablado repetidamente acerca de su regreso. Como verdaderos judíos ellos esperaban, y con
perfecto derecho, el establecimiento del reino mesiánico por el Mesías. Ellos habían visto como El
había sido rechazado, ello cobra ánimo y le preguntan acerca de la señal de su venida, la venida que
El había mencionado antes. Esta venida es su regreso glorioso y visible a la tierra. Luego ellos
preguntaron acerca del fin o consumación del siglo, es decir, el fin de la era judía, que es aún futuro.
Todo el pasaje de Mateo 24 y 25 fue escrito para contestar esta pregunta con respecto a las señales
de la venida del Mesías, que pondría fin a esa era. El Señor está dando el curso del fin de la era antes
del establecimiento del reino en su relación con Israel y con el programa de Israel. Este programa se
desarrolla en estricto orden cronológico.
(Eventos del Porvenir – Pág. 213 – 220).
2. PROPÓSITOS DE LA TRIBULACIÓN:
El propósito básico de Dios para la Tribulación es que sea un tiempo de juicio, y al mismo tiempo de
ofrecimiento de la gracia del evangelio. Sin embargo, hay tres propósitos fundamentales de este
período:
Is. 13: 9 “He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la
tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores”. Es un castigo sobre el mundo entero por sus
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pecados contra Dios, como lo que ocurrió en el diluvio universal en tiempos de Noé (Mateo 24: 37 –
39).
Mt. 24: 14 “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces vendrá el fin” Durante la primera mitad de la tribulación, Dios evangelizará al
mundo por medio de los 144,000 judíos y cumplirá de esta manera la profecía de Mateo 24.
La tribulación será un tiempo en el que Dios prepara a Israel para la conversión y para el
reconocimiento de que Jesús es su Mesías y de esa manera Israel puede experimentar todos los
pactos. Mal. 4: 5 – 6 “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande
y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”.
3. EL TIEMPO DE LA TRIBULACIÓN:
Para poder saber el tiempo de la Tribulación es necesario ir a uno de los pasajes más importantes
sobre este periodo: DANIEL 9: 24 – 27. Daniel se encontraba leyendo al profeta Jeremías y se da
cuenta de que el fin de la cautividad de su pueblo en Babilonia estaba llegando a su fin. Pero él sabe
que la única manera de que Dios los devuelva a su tierra es el arrepentimiento. Así que Daniel
comienza a orar y a confesar los pecados de su nación y pide a Dios perdón y gracia. En respuesta a la
oración de Daniel, Dios le revela por medio del ángel Gabriel su plan para Israel por medio de la
profecía de las 70 semanas en Daniel 9: 24 – 27. Vemos:
El plan de Dios para Israel estaba especificado en un período de tiempo de 70 semanas. Las semanas
para los judíos estaban expresadas en años y no en días. En Levítico, al hablar del Año de Jubileo,
donde la tierra descansaba, las semanas estaban en años. Dice Levítico 25: 8 “Y contarás siete
semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años
vendrán a serte cuarenta y nueve años”. Cada semana equivalía a 7 años y si son 70 semanas de
Daniel entonces nos dan un período de 490 años.
Dice el verso 25: “Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la orden para restaurar y
edificar a Jerusalén…, habrá siete semanas…se volverá a edificar la plaza y el muro en
tiempos angustiosos.” Esas primeras 7 semanas o 49 años se cumplieron históricamente con
la orden dada por Artajerjes a Nehemías en el año 444 a.C. para reconstruir los muros de
Jerusalén hasta su culminación.
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Dice el verso 26: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas
no por sí…” Estas 62 semanas o 434 años tienen su cumplimiento histórico después de la
reconstrucción de la ciudad de Jerusalén hasta la muerte del Mesías, nuestro Señor
Jesucristo (año 30 d. C.). Todo esto ya está cumplido.
Dice el verso 26 b y 27: “…y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el
santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está
determinado se derrame sobre el desolador”.
Eso quiere decir que ese “príncipe de un pueblo que ha de venir” también se refiere a otra persona
en el futuro, una persona que los estudiosos creen que se refiere al ANTICRISTO, como príncipe de un
imperio romano revivificado que firmará un pacto de paz con Israel y que dará inicio al período de la
Tribulación de siete años. Porque dice el inicio del verso 27 “Y por otra semana confirmará el pacto
con muchos…”
Esta semana de 7 años que aún no se ha cumplido y que corresponde a un evento futuro que se
conoce como La Tribulación estará también dividido en dos mitades:
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a. En la primera mitad, es decir, los primeros 3 años y medio empieza con el pacto de paz
que hace el Anticristo con Israel. Algunos llaman esta primera mitad: LA TRIBULACIÓN.
b. En la segunda mitad, es decir, los segundos 3 años y medio (o 42 meses como está Ap.
11: 2; 13: 5 o como lo llama Daniel en 7: 25 “tiempo y tiempos y medio tiempo”)
empiezan cuando el Anticristo rompe ese pacto con Israel. Pues dice Dn. 9: 27 “… a la
mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda….” Otros llaman a esta
segunda mitad: LA GRAN TRIBULACIÓN como en Mateo 24.
Noten que es por esta profecía de Daniel 9: 24 – 27 que sabemos que la Tribulación tendrá una
duración de 7 años.
La Tribulación de 7 años estarán divididos en dos partes de 3 años y medio cada una.
La Tribulación no comienza cuando la iglesia es arrebatada sino cuando el Anticristo haga un pacto de
paz con Israel (Daniel 9: 26 y 27). Aquí el Anticristo será la cabeza de una confederación de 10
naciones (Daniel 7: 7 y 24; Ap. 12: 3; 13: 1; 17: 12, 16) que gobernará al mundo durante la
Tribulación.
Apocalipsis 6 bosqueja los siete juicios de los sellos que dan inicio a la Tribulación. Estos juicios son
los comienzos de la ira de Dios que se dirige sobre la tierra. Estos juicios se compara con los DOLORES
DE PARTO (Jer. 30: 4 – 7; Mateo 24: 8; 1 Ts. 5: 3) Como los dolores de parto, a medida que vaya
progresando la Tribulación, esto juicios se intensificarán de manera irreversible en su dolor y
frecuencia.
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c. El ministerio de Elías:
Malaquías 4: 5 – 6 “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y
terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” Muchos creen que este es un hombre
con el espíritu y poder que tuvo Elías a testificar de Dios a la nación de Israel.
Apocalipsis 8 y 9 nos hablan de los juicios de las Trompetas. Esto juicios surgen del séptimo sello y
son juicios en contra de la naturaleza.
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Así como los 144,000 están dedicados al evangelismo personal mundial, los dos testigos son sellados
por Dios (Apocalipsis 11: 3 – 6) para ser testigos especiales a Jerusalén e Israel y tendrán el poder de
hacer milagros.
g. La falsa iglesia:
También conocida como la Babilonia eclesiástica, tendrá un gran poder e influencia durante la
primera mitad de la Tribulación (Apocalipsis 17: 1 – 6). La falsa iglesia ayudará al Anticristo en su
engaño.
a. El librito:
El apóstol Juan recibe la orden de parte del ángel intérprete que coma el librito (o rollo) en
Apocalipsis 10: 9 – 11. El contenido del rollo es profecía acerca de la mitad de la Tribulación y de su
segunda parte. La profecía bíblica es considerada buena (o dulce) por muchas personas, pero el
mensaje de juicio (es amargo) es difícil de asimilar.
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b. El Anticristo es muerto:
Apocalipsis 13: 3 dice que la séptima cabeza (una referencia al Anticristo) es muerta. Pero todavía no
está acabado como vemos.
Apocalipsis 12: 7 – 9 revela que el mismo Satanás es echado del cielo a la tierra mediante la acción
angélica. Esto sirve de base para una intensificación de los acontecimientos sobre la tierra durante la
segunda mitad de la Tribulación.
Una de las primeras cosas que hace Satanás después de ser echado del cielo es resucitar al Anticristo.
Apocalipsis 13: 3 – 4 registra este episodio, al intentar el Anticristo falsificar la obra de Jesús el
Mesías.
Como ha sido frecuentemente el caso a lo largo de la historia, cuando un tirano alcanza su objetivo
de un control político total, destruye a aquellos que le han ayudado a llegar a este punto. El Anticristo
destruye ahora a la ramera, la Babilonia eclesiástica, como se observa en Apocalipsis 17: 16
Dios permite que el engaño temporal del Anticristo avance aún más con la muerte de los dos testigos.
Durante la primera mitad de la Tribulación, los dos testigos habrán sido milagrosamente protegidos
por Dios.
Dios permite ahora que el engaño del Anticristo se crezca cuando consigue asesinar a los dos testigos
en Jerusalén, y todo el mundo se regocija. Sin embargo, después de 3 días y medio los dos testigos
serán resucitados y llevados al cielo a la vista de todos. Entonces el temor comienza en aquellos que
habían ido en pos de la Bestia. Apocalipsis 11: 7 – 13.
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Por cuanto “los moradores de la tierra” prefieren lo falso a lo genuino, serán engañados a adorar al
Anticristo como Dios. En realidad, estarán adorando a Satanás. Apocalipsis 13: 3 – 4 y 8
i. El falso profeta:
Esta persona es una falsificación del ministerio del Espíritu Santo en cuanto a que es temporalmente
dotado para hacer falsas señales, maravillas y milagros que ayudan en gran manera a la elevación del
Anticristo al poder. La falsa religión es el vehículo del engaño para esta segunda bestia, el falso
profeta: Apocalipsis 13: 11 – 15
Otro “ministerio” del falso profeta será administrar la falsificación del sello del Espíritu Santo: la
famosa marca de la bestia, 666. Se precisará de la imposición de esta marca sobre la frente o la mano
derecha para llevar a cabo transacciones económica durante la segunda mitad de la tribulación. Se
deberá observar que todo el que reciba esta marca no puede ser salvo. Apocalipsis 13: 16 – 18.
No es absoluto sorprendente que el Anticristo rompa su pacto con Israel. Esta acción concuerda con
su carácter. Esta traición incluirá la invasión militar de Israel por parte del Anticristo: Daniel 11: 41;
Isaías 28: 18
l. La abominación desoladora:
El Anticristo no sólo romperá su pacto con Israel, sino que también en la mitad de la tribulación se
levantará como Dios para ser adorado en el templo judío reedificado. Esta profanación del tercer
templo se denomina: LA ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN. Esto será una señal para los judíos para
huir de Jerusalén: Dn. 9: 27 y Mateo 24: 15 -16 y 2 Ts. 2: 4.
La segunda mitad de la tribulación estará caracterizada por un intento extremo de borrar a los judíos
de la faz de la tierra. Esta persecución es presentada en Apocalipsis 12: 1 – 6. La mujer representa a
Israel y su hijo varón representa a Cristo.
Los juicios de las copas son la más severa serie de juicios de toda la tribulación. Devastan al Anticristo
y preparan el camino para la segunda venida de Cristo. Los juicios de las copas son el resultado de las
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oraciones de los santos para que Dios actúe en venganza por ellos (Apocalipsis 15: 1 – 8). Los juicios
de las copas están en Apocalipsis 16.
c. La conversión de Israel:
Justo antes de la segunda venida de Cristo, Israel se convertirá a Jesús como Mesías de ellos y serán
salvados de sus pecados. Esto los preparará para su papel en el reino milenario y la segunda venida:
Zacarías 12: 10; Romanos 11: 25 – 27.
En primer lugar:
La última expresión del amor de Dios. En medio de este tiempo espantoso de contienda física tendrá
lugar otra poderosa batalla entre las fuerzas de Satanás (en forma de demonios liberados del fondo
de abismo) y las fuerzas de Dios (en la persona de los testigos judíos del capítulo 7 de Apocalipsis, y
de los dos testigos con poderes sobrenaturales descritos en el capítulo 11 de Apocalipsis). La batalla
se librará por las almas de los hombres y las mujeres. Aunque la Tribulación es un tiempo catastrófico
de juicio, el amor y la compasión de Dios todavía se hacen evidentes.
En Apocalipsis 14: 6 – 7 “el ángel que tenía el evangelio eterno predicando a los moradores de la
tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”
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Noten que ya Dios les va a predicar por medio de los 144,000 judíos y por los dos Testigos, pero para
asegurarse de que todo el mundo oiga y tenga la oportunidad para responder, El enviará a la tierra un
ángel especial para predicar el mensaje del evangelio al oído de cada persona.
En segundo lugar:
Ahora que hemos visto todo lo que acontecerá durante la Tribulación, espero que se haya dado
cuenta de algo: La iglesia no está presente. Y es que la Tribulación no fue planeada para la Iglesia. Su
objetivo es Israel y todas las naciones gentiles. A Israel le faltan 7 años del plan que Dios tiene para
ellos.
El único momento que vamos a ver a la iglesia es cuando vengamos con Cristo a la tierra a vencer a
los enemigos de Dios.
Que a pesar de todo lo que ocurra en la tierra en aquel periodo todavía habrá gente que rechazará el
mensaje de Dios.
Dice Apocalipsis 9: 20 “Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se
arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de
oro, de planta, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se
arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos”
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TEMA XII:
EL ANTICRISTO Y EL FALSO PROFETA
Durante el período conocido como la Tribulación hará aparición un personaje con mucho carisma y
con el poder del mismo Satanás. Este personaje será lo que un teólogo lo ha llamado: EL DICTADOR
DEL FUTURO. Pero se le conoce más con el nombre de: EL ANTICRISTO.
¿Nos hemos dado cuenta de todos los adelantos que la humanidad ha experimentado en los últimos
50 años? Son, sin duda, sorprendentes. En la medicina, en las comunicaciones, en el transporte, en la
computación, son solo algunos ejemplos donde se han alcanzado niveles sorprendentes de avance y
sofisticación. Pero a pesar de todo esto nuestro mundo vive frustrado y desorientado.
Los problemas del hombre son cada vez más complejos y los expertos parecen carecer de respuestas
adecuadas para la crisis que estamos viviendo. Los problemas sociales, económicos, políticos y
morales se agolpan sobre las naciones, dejando heridas sangrantes para las cuales no parece haber
medicina eficaz. Entonces surgen preguntas como: ¿Hay, acaso, alguna solución para tantos
problemas? ¿Hasta cuándo estaremos viviendo de crisis en crisis? ¿Existe alguien que tenga solución
para tantos y tan complejos problemas?
Estas preguntas encuentran sus respuestas en las páginas de la Biblia. La Palabra de Dios nos dice que
la humanidad se dirige a la mayor crisis de su Historia. Y las profecías afirman que en medio de las
naciones surgirá un personaje que cautivará a la humanidad. Este superhombre ofrecerá a los
hombres soluciones a sus problemas y será aclamado y adorado por las masas. ¿Quién será ese
hombre? Será el ANTICRISTO.
Lo primero que hay que saber es que la Biblia no llama a este dictador del futuro ANTICRISTO. Son los
estudiosos de las profecías de la Biblia quienes por muchos siglos y años utilizaron este nombre para
este falso mesías. Pero ¿Por qué lo llaman así? Por una sencilla razón: esta persona reúne todas las
características de lo que significa el término anticristo.
¿Quién describe a un anticristo? El apóstol Juan en su primera carta cuando dice: “¿Quién es el
mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al
Hijo” (1 Jn. 2: 22).
b. Es alguien que se coloca en lugar de Cristo. Es alguien que pretende ser Cristo. Es
una falsificación de Cristo hecha por el diablo.
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Entonces frente a este segundo significado es que los estudiosos de las profecías le otorgan este
nombre al dictador del futuro. Porque aún cuando ya en tiempos del apóstol Juan había este tipo de
personas, sin embargo, habrá un anticristo (al final de los tiempos) que será la culminación de la
oposición satánica al CRISTO VERDADERO.
Y este dictador del futuro será una especie de seudo cristo que se opondrá a Jesucristo pero al mismo
tiempo se hará llamar el Cristo o el Mesías.
Sin embargo, la Biblia tiene varios nombres para este Anticristo del futuro:
“Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante
de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de
hombre, y una boca que hablaba grandes cosas” (Dn. 7: 8).
“Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de
rostro y entendido en enigmas” (Dn. 8: 23).
“…con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador…” (Dn. 9: 27). “Por tanto, cuando
veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel…” (Mt. 24: 15).
“Nadie os engañe en ninguna manera; porque vendrá sin que antes venga la apostasía, y se
manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición…” (2 Ts. 2: 3).
(6) El inicuo:
“Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá
con el resplandor de su venida” (2 Ts. 2: 8).
(7) La bestia:
“Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos y los
vencerá y los matará” (Ap. 11: 7)
“Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá
sin aviso y tomará el reino con halagos” (Dn. 11: 21)
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“Y el rey hará su voluntad y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de
dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se
cumplirá” (Dn. 11: 36).
Noten como todos estos nombres describen lo que será la personificación de la maldad humana y
satánica. Muchos han tratado de identificar al anticristo con personajes e instituciones de la historia:
Nerón, el Papa, el catolicismo romano, Hitler, Mussolini, Stalin, Gorbachov, Saddan Hussein y muchos
otros, pero por malignos o destructivos que hayan sido estos líderes ninguno de ellos ha sido o es el
enemigo final. Nada de lo ocurrido en el pasado se comparará al terror y la devastación que el
Anticristo causará en el tiempo de la Tribulación.
2 SU NACIONALIDAD:
A través de la historia muchos han creído que el Anticristo será de origen judío, por algunos
argumentos:
En primer lugar: los judíos nunca harían un pacto con alguien que no fuera de su propia gente.
En segundo lugar: dicen que sería de la tribu de Dan porque Gn. 49: 17 “Será Dan serpiente junto al
camino, víbora junto a la senda…” pero éste y otros textos han sido sacados de su contexto.
En tercer lugar por lo que dice Dn. 11: 37 “…del Dios de sus padres no hará caso…” y que indicaría
que será un hombre que hubiera dejado su fe judía.
Sin embargo, tiene mayor peso el creer que la nacionalidad del Anticristo será gentil, es decir, no
judío. Algunos argumentos para ello:
En Daniel 11 se nos habla de este rey sirio que hizo mucho daño a Israel y que los estudiosos creen
que también este rey representa o es un tipo del Anticristo futuro. Este rey era de origen gentil por lo
tanto también lo será el Anticristo.
Ap. 13: 1 “Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia…” En la literatura profética,
el mar es una imagen de las naciones gentiles. Por ello se considera que el Anticristo es de linaje
gentil.
Las naciones gentiles siempre buscaron hacer daño al pueblo de Israel. Dice Lc. 21: 24 “Y caerán a filo
de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada (humillada) por
los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”. Pero todo terminará cuando Cristo
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venga en forma visible y juzgue a todas las naciones después del Armagedón. El Anticristo será el
último gobernante de los Tiempos de los Gentiles, por lo tanto, es gentil.
En Dn. 7: 7 se identifica a la cuarta bestia con el Imperio Romano. Y nos dice Dn. 7: 8 “Mientras yo
contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos…”
El cuerno pequeño que aparece en la cabeza de esta cuarta bestia es el Anticristo que sale de uno de
los países que antiguamente pertenecieron al imperio romano. Por lo tanto, el Anticristo será de
origen gentil.
3. SU ASCENSO Y PODER:
¿Cuándo hará su aparición? El Anticristo hará su aparición después del arrebatamiento de la Iglesia y
al inicio de la última semana del plan de Dios para Israel que aprendimos de Daniel 9: 24 – 27.
Dn. 9: 27 “Y por otra semana (la última semana de 7 años – el Anticristo) confirmará el pacto con
muchos (hará un pacto de paz con Israel); a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la
ofrenda…” No bien empieza esta última semana de 7 años que es conocida como LA TRIBULACIÓN
que hace su aparición el Anticristo para hacer un pacto de paz con Israel.
Aunque el Anticristo hará su aparición durante la Tribulación, quiere decir que ya vivirá antes del
arrebatamiento, PERO, sólo podrá ser identificado como tal cuando comience el período de la
Tribulación y después del arrebatamiento de la iglesia. Tratar de identificarlo antes podría ser pura
especulación.
El Anticristo llegará al poder después del surgimiento de una Confederación de 10 naciones (Será un
reavivado imperio romano). Esta confederación se simboliza mediante una bestia de 10 cuernos y
representa una entidad política internacional. El Anticristo tomará el control por la fuerza de esta
confederación y someterá a 3 gobernantes de esas 10 naciones que quizás se hayan opuesto a él.
Dice Dn. 7: 24 “Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos
se levantará otro, el cual será diferente de los primeros y a tres reyes derribará”
Ap. 13: 1 “Me paré sobre la arena del mar y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y
diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo”
Noten que el Anticristo surge como una personalidad política que luego se irá transformando en un
líder también religioso. Porque 2 Ts. 2: 4 dice que el Anticristo es uno que “…se opone y se levanta
contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como
Dios, haciéndose pasar por Dios”
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Su poder procederá del mismo Satanás. Dice 2 Ts. 2: 9 “Inicuo cuyo advenimiento es por obra de
Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos”. Ap. 13: 2 “…Y el dragón le dio su poder
y su trono, y grande autoridad”. Este será el último esfuerzo de Satanás por lograr el control físico y
espiritual del mundo. Pero acabará todo en un fracaso.
4. SUS HECHOS:
El mundo en el que hará su aparición del Anticristo estará conmocionado por guerras y rumores de
guerras, hambre, pestilencias, confusión, catástrofes, temor, delincuencia, terremotos y frustración
general (2 Ti. 3; Ap. 6: 1 – 8; Mt. 24: 3 – 7). Ese caos va a facilitar la entrada del Anticristo. El
comenzará haciendo un tratado con Israel y logrará la paz en el Medio Oriente.
Ap. 6: 2 “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una
corona, y salió venciendo y para vencer”
Así presenta el ingreso del Anticristo en la escena mundial el apóstol Juan. En la antigüedad cuando
alguien venía en son de paz venía en caballo blanco y sólo con arco y sin flechas. El Anticristo vendrá
como pacificador y eso le ganará reconocimiento y popularidad.
Una de las formas que utilizará el Anticristo para consolidar su poder es hacer una especie de
acuerdo o alianza con la Iglesia apostata o falso cristianismo o falsa religión. Recibe el nombre de “La
Gran Ramera”. Dice
Ap. 17: 3 “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata
llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos”
La ramera cabalga sobre la bestia, indicando así su dependencia sobre ella para el ejercicio de sus
actividades. Más adelante la falsa religión va a ser destruida después de haber contribuido, mediante
la alianza con la bestia, a que la bestia haya ocupado un lugar de honor. Cuando la ramera sea
destruida entonces la religión del Anticristo será la única que se permitirá a los habitantes de la
Tierra.
“Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló
toda la tierra en pos de la bestia” (Ap. 13: 3).
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Muchos creen que el anticristo ha de morir fruto de una herida mortal y que luego ha de resucitar a
la luz de este texto. Sin embargo, como dicen algunos estudiosos, Satanás no tiene poder para dar
vida, sólo Cristo puede resucitar. Lo que al parecer va a ocurrir es que el anticristo va a sufrir algún
fracaso (militar o político) en su carrera hacia el poder, del cual, se volverá a levantar y esto
sorprenderá a muchos y hará que mucha gente se someta a su autoridad. La otra posibilidad es que
engañe a la gente diciendo que ha resucitado de una herida mortal y las personas le crean.
Recordemos que Satanás es el maestro de la mentira.
Y a la mitad de la Tribulación se levantará como Dios para ser adorado en el templo judío que fue
reedificado en los inicios de la Tribulación. Esta profanación del templo se llama: “LA ABOMINACIÓN
DESOLADORA”. Esto será una señal para que los judíos comiencen a huir de Jerusalén.
Dice Dn. 9: 27 “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará
cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el
desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el
desolador”.
Y Mt. 24: 15 – 16 “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la Abominación de la Desolación,
anunciada por medio del profeta Daniel (el que lea entienda), entonces los que estén en Judea,
huyan a los montes”.
Y 2 Ts. 2: 4 “….el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;
tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.
El Anticristo hará cesar los sacrificios y ofrendas que Israel venía celebrando durante los primeros 3
años y medio de Tribulación. Se presenta en templo, se autoproclama Dios y demanda que le adoren.
Y entonces comenzará toda una persecución al pueblo judío como a los creyentes gentiles (Ap. 12: 1
– 6 y Zac. 13: 8). Satanás cree que borrando al pueblo judío quedará también borrado el plan de Dios
para la historia.
(5) Tendrá su propio relacionista público: El falso profeta (Ap. 13: 11-15)
Con ayuda del falso profeta el Anticristo impondrá su famosa marca: el 666. La gente tendrá que
ponerse esa marca en la mano derecha o en la frente para poder comprar o vender. La marca servirá
para que el Anticristo se apodere de la economía mundial y servirá también para identificar a los que
le adoren. Para tener esa marca la gente tendrá que reconocer al Anticristo como Dios y a Satanás
como su deidad suprema. Miles rehusarán hacerlo pero según Ap. 20: 2 – 4 pero el castigo por ello
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será la decapitación. Estos serán los que resucitarán a la segunda venida de Cristo para reinar con
Cristo mil años.
Una de las verdades más obvias enseñadas por la Palabra de Dios es que el mal nunca triunfará.
Cuando la consumación de todas las cosas sea efectuada, toda rodilla tendrá que doblarse y toda
lengua tendrá que confesar que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios el Padre (Fil. 2: 10 – 11).
El sexto juicio de las Copas será dirigido hacia el Anticristo y su falso profeta (Ap. 16: 10 – 11) y todo
ser irá preparando para la batalla final: el Armagedón (Ap. 16: 16), donde Cristo y todo su ejército
derrotarán al Anticristo y al falso profeta y serán lanzados al lago de fuego. CRISTO SIEMPRE
TRIUNFARÁ. Así que nosotros los creyentes esperamos la venida de Cristo y no nos interesa el
Anticristo.
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TEMA XIII:
EL ARMAGEDÓN
Ahora veremos el golpe final, contra el Anticristo, dado por nuestro Señor Jesucristo en la Batalla del
ARMAGEDÓN.
No será la última de las Batallas, pero si una de las más terribles. Lo expresamos antes: Una de las
verdades más obvias enseñadas en la Palabra de Dios es que el mal no triunfará. Cuando la
consumación de todas las cosas sea efectuada, toda rodilla tendrá que doblarse y toda lengua tendrá
que confesar que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios el Padre (Filipenses 2: 10 – 11).
A pesar de todo lo horrendo que pueda ser el período de la Tribulación, con las acciones del
Anticristo y su falso profeta, no debemos olvidar una verdad ineludible y es que nuestro Dios estará
controlando absolutamente todo lo que esté ocurriendo y ha de ocurrir sobre esta tierra. Tan pronto
como la bestia surja en el escenario de la historia, comenzará sobre él el juicio de Dios. Y la Biblia nos
dice que ese juicio será fulminante.
Todo el esplendor y la hegemonía que mantendrá el Anticristo sobre el mundo se derrumbará ante la
autoridad de la voz de Dios. Todo plan maestro de Satanás durante la Tribulación terminará en
fracaso. Su propósito de regir al mundo mediante el Anticristo fracasará absolutamente. Todo intento
de los reyes y gobernantes del mundo por destruir al pueblo de Dios terminará en un desastre. Todo
esto en un lugar llamado por el apóstol Juan: EL ARMAGEDÓN. Nuestro Señor Jesucristo siempre será
el vencedor.
1. ¿QUÉ ES EL ARMAGEDÓN?
El Armagedón es la batalla decisiva entre nuestro Señor Jesucristo con sus huestes celestiales y los
ejércitos de este mundo. Esta batalla decisiva tendrá lugar en los días finales de la Tribulación y el
apóstol Juan nos dice en Apocalipsis que en la sexta copa los espíritus demoniacos: “…van a los reyes
de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios
Todopoderoso…y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón” (Ap. 16: 14 y 16).
Armagedón es el lugar donde los ejércitos del mundo se reunirán para esta batalla decisiva. Queda en
la llanura de ESDRAELÓN, alrededor del monte de MEGUIDO. Esto está al norte de Israel, cerca de
Nazaret. En esta llanura Israel llevó a cabo muchas de sus batallas. Allí Debora y Barac vencieron a los
cananeos (Jueces 4 y 5). Allí Gedeón triunfó sobre los madianitas (Jueces 7). Allí fue muerto Saúl en la
batalla contra los Filisteos (1 Samuel 31: 8). Allí Ocozías fue muerto por Jehú (2 Reyes 9: 27). Y allí
fue muerto el rey Josías en la invasión de los egipcios (2 Reyes 23).
Es interesante que el Armagedón no es una simple batalla. Más bien es la culminación de una serie de
batallas que Israel tendrá que soportar y en las que también están involucrados otros lugares aparte
del monte de Meguido. Porque la palabra BATALLA de Ap. 16: 14 viene de la palabra griega POLEMOS
que significa CAMPAÑA lo cual nos habla de la Campaña del Armagedón. Lo cual nos indica que es
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toda una guerra larga con diferentes batallas y en diferentes lugares y que culminará todo en el
monte de Meguido con la última de las batallas: la de Armagedón.
Dios le hizo promesas desde tiempos de Abraham a su pueblo y muchas de ellas aún no se han
cumplido. Si los gentiles, que durante la Tribulación odiarán a Israel, fueran capaces de exterminar a
los judíos por medio de las persecuciones, como ocurrirá según Mt. 24: 9 “Entonces os entregarán a
tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre” o si
Satanás, que mostrará su feroz ira contra Israel durante aquella época, tuviera éxito en su empeño de
borrarlo de la faz de la tierra (Ap. 12: 13 – 17), ya no quedarían judíos para que se cumplieran en
ellos las promesas divinas que están pendientes.
Dios prometió a los descendientes físicos de Abraham la tierra que fluye leche y miel desde el río de
Egipto hasta el Eufrates (Gn. 15: 18 – 21).
Esto es algo que jamás se ha cumplido literalmente. Una de las promesas que Dios le hizo al rey David
no se podría cumplir si Dios no protegiese y preservase a Israel. Dice 2 Samuel 7: 10 “Además, yo
fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más será
removido…” o también Joel 3: 20 “Pero Judá será habitada para siempre, y Jerusalén por
generación y generación” o Amós 9: 14 – 15 “Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel…Pues los
plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová
Dios tuyo”
Si Dios no evitara que el pueblo judío fuera aniquilado durante la Tribulación (o en cualquier otra
época), estas promesas o bien quedarían sin cumplimiento o se cumplirían en los gentiles que forman
la iglesia; pero esto contradice por completo las palabras de estos textos, que clara y específicamente
dicen que Israel las cumplirá. Por eso Dios protege y protegerá a su pueblo Israel y muchos de ellos al
final de la Tribulación se volverán a Dios arrepentidos y en busca de salvación.
Dice Zacarías 12: 10 “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén,
espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por
hijo unigénito…”
Desde que Adán y Eva pecaron por primera vez, la mayor parte de la humanidad ha manifestado una
serie ininterrumpida de rebeliones en contra de Dios. Esto ha sido así a pesar de todas las evidencias
que El ha ofrecido al mundo de querer reconciliarse con ellos y de querer darnos vida eterna por
medio de su Hijo Jesucristo.
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Pero todo esto se acabará en el momento de la Segunda Venida de Cristo en forma visible. Pues en el
Armagedón, Dios herirá a las naciones y las “regirá con vara de hierro” (Ap. 19: 15). En aquel
momento Dios dice que: “procuraré destruir a todas las naciones que vinieren a Jerusalén” (Zac.
12:9). Y estas serán las cosas que marcarán el inicio del glorioso reino de mil años de Cristo: los
enemigos derrotados, Israel exaltado, la tierra renovada, el Rey de reyes y Señor de señores reinando
en su absoluta justicia y nosotros los creyentes reinando con nuestro Señor Jesucristo.
Recordemos que la iglesia ha sido arrebatada. Entonces hace su aparición el Anticristo y encuentra un
mundo convulsionado en guerras y en falta de paz. Su primera medida: pacificar el Medio Oriente.
Daniel 9: 27 “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos;…” Hará un pacto de paz con Israel
por siete años. Este pacto de paz le permitirá a Israel vivir con libertad en su territorio. Podrá
reconstruir su templo de nuevo en Jerusalén. Y gozará de la “protección” de la Confederación de
Naciones presidido por el Anticristo.
Pero todo esto será sólo por tres años y medio. Pues a mitad de la Tribulación el Anticristo rompe su
pacto con Israel y comienza el período conocido como la Gran Tribulación. Dice Dn. 9: 27 “… a la
mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda…” y Mt. 24: 21 “Porque habrá entonces
gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”.
Satanás ha sido arrojado con todos sus demonios a la tierra. Dice Ap. 12: 9 y 12 “Y fue lanzado fuera
el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo
entero; fue arrojado a la tierra y su ángeles arrojados con él…porque el diablo ha descendido a
vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”
Satanás inicia todo una serie de ataques contra Israel y los santos de Dios. Ap. 12: 17 “…Y se fue a
hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios
y tienen el testimonio de Jesucristo”.
Satanás comienza a movilizar a las naciones para que destruyan al pueblo de Dios. Ap. 16: 13 – 14 “Y
vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus
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inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes
de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”.
Satanás comienza a movilizar los ejércitos del mundo que irán invadiendo Israel y que terminarán en
la batalla decisiva de Armagedón.
4. ¿QUÉ EJÉRCITOS INVADEN ISRAEL Y QUE DAN LUGAR A LA CAMPAÑA DEL ARMAGEDÓN?
El Anticristo ha roto su pacto de paz con Israel a mitad de semana de la Tribulación entonces la
Confederación del Norte y el rey del Sur aprovechan la situación para invadir Israel a causa que ha
quedado desprotegida. Dn. 11: 40 “Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey
del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas
naves; y entrará por las tierras…”
¿Quiénes son estos reyes? Se encuentran identificados en Ezequiel 38: 2 – 6 Gog y Magog: Rusia,
Ucrania y Kazajstán. Mesec y Tubal: La Turquía moderna. Persía: es el Irán de hoy. Cus: Etiopía. Fut:
Libia. Gomer: posiblemente del este de Turquía cerca de Siria y se cree que descendientes de Gomer
poblaron también parte de Alemania. Togarma: la actual Armenia. Y al rey del sur se le identifica con:
Egipto que se une a esta coalición. Si ustedes se dan cuenta todos estos países son en su mayoría
musulmanes hoy. Rusia y sus aliados islámicos serán destruidos por Dios quien les enviará:
“pestilencia y con sangre…impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre” (Ez. 38: 22).
Algunos piensan que son bombas atómicas que caen sobre ellos. Como resultado, Dios dice a ese
poderoso ejército: “Sobre los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos que fueren
contigo; aves de rapiña de toda especie, y las fieras del campo, te he dado por comida. Y enviaré
fuego sobre Magog…Yo daré a Gog lugar para sepultura allí en Israel…pues allí enterrarán a Gog y
a toda su multitud” (Ez. 39: 4, 6 , 11).
Ante la destrucción de los ejércitos de la Confederación del Norte y del Sur por parte de Dios, todos
los ejércitos de la bestia (que conforman el reavivado imperio romano) entran a Palestina y
conquistarán todo el territorio. Dice Dn. 11: 41- 43: “Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias
caerán; mas estas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón.
Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. Y se apoderará de los tesoros
de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán”
Escapan: Edom, Moab y Amón. Y mientras toma posesión el Anticristo de Israel se entera que otro
ejército numeroso viene de Oriente. Dice Dn. 11: 44 “Pero noticias del oriente y del norte le
atemorizan…”.
Ap. 16: 12 “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó,
para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente” El que el río Eufrates (el más largo
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de Asia oriental) se seque facilita el paso de los ejércitos de las potencias Asiáticas. Muchos creen que
estos orientales son los mismos 200 millones de jinetes que describe Ap. 9: 16 - 18 y que dan
muerte a la tercera parte de la humanidad en el juicio de la sexta trompeta. Algunos piensan que
estos ejércitos son los chinos.
Todo está listo para la batalla decisiva. Los ejércitos de la bestia y los ejércitos del Oriente están
frente a frente por la toma de Israel. Creemos que no sólo estarán ellos sino también ejércitos de
otras partes del mundo. Todos listos para destruir a Israel en Armagedón.
Es el último intento de Satanás de obstaculizar el plan de Dios de glorificar a su Hijo y colocarle como
el gobernante legítimo de este mundo. Satanás sabe que está pronto a llegar. Tiene que destruir
Israel.
Encontramos dos fuerzas opuestas en orden de batalla en Armagedón: los ejércitos de la bestia y los
ejércitos de los reyes del Oriente. Antes que esta batalla comience por el control de Israel, aparecerá
una señal en los cielos, la señal del Hijo del Hombre.
Dice Mateo 24: 30 “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del
cielo, con poder y gran gloria”
Entonces en ese momento los ejércitos de la bestia y los ejércitos del Oriente y del todo el mundo se
unen para pelear contra Cristo. Dice Ap. 19: 19 “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus
ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo y contra su ejército”
Y en ese momento nuestro Señor Jesucristo los destruirá a todos. Dice Ap. 19: 21 “Y los demás
fueron muertos con la espada que salía de su boca del que montaba el caballo y todas las aves se
saciaron de las carnes de ellos”.
Ap. 19: 20 “Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las
señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia y habían adorado
su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre”
Ap. 19: 21 “Y los demás fueron muertos con la espada que salía de su boca del que montaba el
caballo y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”.
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Zac. 12: 10 “Y derramaré sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de
gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron,…”
Ap. 20: 1 – 2 “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la
mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y
lo arrojó al abismo, y lo encerró,…”
Zac. 14: 9 – 10 “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su
nombre. Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta
será enaltecida,…”
Todo esto marcará el fin del período de la Tribulación y el inicio del glorioso reino milenario de
nuestro Señor Jesucristo. CRISTO SIEMPRE TRIUNFARÁ. Por eso no nos intranquilicemos por la
persona y la obra del Anticristo. DEBEMOS PONER SIEMPRE NUESTRA ESPERANZA EN EL SEÑOR
JESUCRISTO.
Debido a esta esperanza, nos hacemos eco cada día de las palabras del apóstol Juan y oremos: “VEN,
SEÑOR JESÚS” (Ap. 22: 20).
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TEMA XIV:
EL MILENIO
Por mucho tiempo los cristianos de todo el mundo y en incontables ocasiones han repetido la oración
del Padre Nuestro que nuestro Señor Jesucristo nos enseñara en Mateo 6: 9 - 13 y hemos pedido:
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”.
¿Y qué es lo que hemos estado pidiendo con estas palabras? Hemos estado pidiendo que nuestro
Dios haga realidad lo que Él ha prometido a lo largo de las Escrituras: Su reinado y gobierno, en la
Persona de Jesucristo, sobre la tierra por mil años.
A lo largo de su historia, el mundo ha conocido muchos reinos, dinastías e imperios. Algunos han sido
espectaculares y han sido adornados con esplendor; otros han esclavizado y asesinado a sus
poblaciones. Sea cual sea la manera en que los recordemos, todos comparten el mismo común
denominador: todo fueron dirigidos por seres humanos. Pero en el futuro habrá un glorioso reino,
diferente a todos los demás, donde nuestro mismo Dios, en la Persona de Jesucristo, reinará y
gobernará sobre la tierra durante mil años.
Hoy veremos el establecimiento del gobierno y el triunfo de Dios en la tierra por medio de Jesucristo
y Su pueblo. ¿Qué enseña la Biblia con respecto al milenio venidero?
1. ¿QUÉ ES EL MILENIO?
El Milenio es el período de mil años en el cual Cristo reinará y gobernará, en forma visible, este
mundo y que precederá a la eternidad. La palabra MILENIO viene del latín: MILLE, que significa MIL y
de ANNUM, que significa año.
En el griego se utiliza la palabra: CHILIAS que significa MIL y que aparece en el texto griego del
capítulo 20 de Apocalipsis para definir la duración del reino de Cristo en la tierra antes de la
destrucción de los viejos cielos y de la vieja tierra.
Es interesante que en la Biblia hay muchos pasajes que enseñan acerca del milenio aún cuando no se
menciona la palabra misma. Por ejemplo:
Zacarías 14: 9
“Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día será uno, y uno su nombre”
Isaías 2: 2 – 3
“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová
como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y
vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de
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Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y
de Jerusalén la palabra de Jehová”
Isaías 11: 6 – 9
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la
bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se
echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del
áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni
dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las
aguas cubren el mar”
En el Nuevo Testamento, el mismo Señor Jesucristo habló del reino milenario durante la comida de la
pascua antes de ser traicionado y crucificado:
Mateo 26: 27 – 29
“Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es
mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Y os digo
que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con
vosotros en el reino de mi Padre”
Pero el pasaje más extenso del Nuevo Testamento referido al milenio es Apocalipsis 20.
Apocalipsis 20: 4
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los
decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado
a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y
reinaron con Cristo mil años”
El milenio es una realidad bíblica que debe ser todavía llevada a cabo. Según la Biblia, la vida en la
tierra, en este período, va a mejorar.
En el milenio se harán realidad todos los pactos que Dios le hizo a su pueblo Israel. Dios hizo tres
pactos fundamentales con Israel:
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c. El nuevo Pacto:
“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la
casa de Judá…Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo:
Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más grande, dice Jehová; porque perdonaré
la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31: 31 – 34). Este pacto habla de que
la nación tendría un nuevo corazón, perdón de pecados y la nación toda se convertirá al Señor.
2.2 Que la gloria de Cristo brille con toda su fuerza en esta tierra:
Cristo tiene que brillar en el mismo lugar donde alguna vez fue rechazado. Pablo dice en
1Co. 2: 8 “Claro que este plan inteligente de Dios no lo entendió ninguno de los gobernantes del
mundo. Si lo hubieran entendido, no habrían matado en la cruz a nuestro Señor, quien es el dueño
de la vida” (Lenguaje Sencillo).
Lo gobernantes lo rechazaron en esta tierra, por lo tanto, su exaltación tiene que ser en esta misma
tierra. Cristo regresará para gobernar este mundo con justicia y recibirá el control total que un día
perdió Adán.
Salmos 2: 6 – 9 “Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte. Yo publicaré el decreto;
Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las
naciones, y como posesión los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como
vasija de alfarero los desmenuzarás”.
Daniel 12: 11 – 12
“Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá
mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco
días”
Daniel habla del tiempo de duración de la última mitad de la Tribulación: 1290 días o 3 años y medio.
Todo el tiempo de persecución del Anticristo contra Israel. Pero después habla de aquellos que
consiguiesen llegar al día 1335 que recibirían una gran bendición.
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De la gran bendición de llegar al reino Milenial de Cristo. Eso quiere decir que si restamos 1335 días
menos 1290 encontramos que hay 45 días donde ha de ocurrir algo.
¿Qué ocurre en esos 45 días entre el final de la Tribulación con el Armagedon (a los 1290 días) y el
inicio del reino milenial (a los 1335 días)?
Jesucristo lleva a cabo en el monte de los Olivos una serie de juicios a los que quedaron vivos después
de la Tribulación y que permite la entrada de quienes han de poblar la tierra en el milenio.
Cuando Cristo regrese a la tierra en forma visible juzgará a los judíos y aquellos que estén vivos y que
lo hayan aceptado como su Señor y Salvador personal entrarán en el reino milenial y los que no lo
aceptaron serán echados al lago de fuego. Ez. 20: 37 – 38 “Os haré pasar bajo la vara, y os haré
entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron
contra mí; de la tierra de sus peregrinos los sacaré,…”
Lo mismo ocurrirá con las naciones gentiles. Serán juzgadas por Cristo.
Mt. 25: 31 – 41 “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y
apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas
a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos
de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo…Entonces
dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos al fuego eterno preparado para el
diablo y sus ángeles”
Los gentiles justos (que hayan entregado su vida a Jesucristo durante la Tribulación) y que hayan
evidenciado su fe en Jesús protegiendo a los judíos, entonces entrarán al reino milenial a poblarlo.
Los gentiles que no creyeron en Cristo ni tampoco ayudaron a los judíos durante la persecución del
Anticristo entonces serán echados al lago de fuego.
También en el Milenio estarán aquellos que creyeron en Cristo pero que murieron decapitados en la
Tribulación por no haberse dejado poner la marca de la bestia, pero que al venir Cristo resucitaron.
Ap. 20: 4 “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron la facultad de juzgar; y vi las
almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no
habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”
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Daniel 12: 1 – 2 “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los
hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;
pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos
de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua”
Apocalipsis 20: 6 “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda
muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con
él mil años”
La iglesia es la nación santa, real sacerdocio.
Se han escrito muchas cosas acerca de las características y condiciones presentes del milenio. Es
importante tener en cuenta que la Biblia enseña que será una época de gobierno tanto político como
espiritual.
4.1 EN LO POLÍTICO:
El gobierno del reino milenial de Cristo será una TEOCRACIA. El mismo Señor Jesucristo reinará
personal y visiblemente sobre los asuntos de la humanidad. Dn. 7: 14 “Y le fue dado dominio, gloria
y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno,
que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
La ciudad de Jerusalén será la sede del gobierno. Is. 24: 23 “La luna se avergonzará, y el sol se
confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sión y en Jerusalén, y delante de
sus ancianos sea glorioso”.
Algunos creen que David, quien resucitará con todos los santos del Antiguo Testamento a la venida
de Cristo en forma visible, será una especie de Primer Ministro o un Príncipe de Cristo. Jer. 30: 9
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“Sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré”. Los doce apóstoles
estarán sobre las doce tribus de Israel. Mt. 19: 28 “Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la
regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis
seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel” La Iglesia
también tendrá parte en el gobierno. Ap. 5: 10 “Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
Serán los judíos y gentiles que sobrevivan a la Tribulación y que después de haber pasado el juicio de
Cristo entrarán en el reino con cuerpos terrenales. Todos ellos serán personas convertidas pero
conforme pasen los años irán teniendo hijos y cada uno de esos hijos tendrá que ir tomando su
decisión por Cristo. Algunos lo aceptarán como Rey pero no necesariamente como Salvador. Los
demás serán todos los creyentes que hayan resucitado (judíos y gentiles) pero con cuerpos
glorificados que estarán gobernando con Cristo.
4.2 EN LO ESPIRITUAL:
Algunos piensan que el reino milenial no puede ser espiritual si es terrenal. Pero ambas cosas no
tiene porque excluirse entre sí. Nosotros hoy vivimos vidas espirituales en cuerpos terrenales.
Durante el Milenio Dios unirá lo espiritual y lo terrenal en una plena demostración de Su gloria en
esta tierra.
Nuestro Señor Jesucristo reinará con justicia. Is. 32: 1 “He aquí que para justicia reinará un rey, y
príncipes presidirán en juicio”
El Milenio será una era de paz. Antiguos enemigos como Egipto, Israel y Asiria estarán en paz los unos
con los otros.
Is. 19: 23 – 25 “En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y
egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios a Jehová. En aquel tiempo Israel será
tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra”. No habrá guerras y todo el
presupuesto será sólo para ayudar.
La tierra será productiva durante el Milenio. Una cosecha será seguida por otra. Amós 9: 14 “Y traeré
del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán
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viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos” Las necesidades e
injusticias sociales serán eliminadas.
Conocimiento pleno del Señor cubrirá la tierra durante el Milenio. Is. 2: 2 - 3 “Acontecerá en lo
postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los
montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos
pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará
sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra
de Jehová”
Además, se volverán a ofrecer sacrificios en un templo que será construido y que estará en
funcionamiento en el Milenio. Estos sacrificios serán un medio para recordar la muerte de Cristo.
Ez. 37: 26 – 28 “Y haré con ellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y los
multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre. Estará en medio de ellos mi
tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y sabrán las naciones que yo
Jehová santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos para siempre”
También se manifestarán la plenitud del Espíritu y la santidad de Dios. Is. 11: 2 “Y reposará sobre él
el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu
de conocimiento y de temor de Jehová”
El reino milenario introducirá la armonía en toda la creación. En el medio ambiente: Is. 32: 1 “Se
alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa”. En la vida animal:
Is. 11: 6 – 7 “Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el
león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus
crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja” En la vida física de la gente: Is. 65: 20
“No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño
morirá de cien años…”
Pero muchos piensan que si hay justicia, no hay enfermedades, hay buen nivel económico, sin
guerras, como que todo nos irá bien y que podríamos construir el paraíso aquí nosotros por nuestros
propios esfuerzos y sin la ayuda de Dios. Pero nos equivocamos. El fin del Milenio lo que hará es
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revelar como los corazones no regenerados seguirán abiertos a escuchar las mentiras del diablo,
siguiéndole en su última revuelta contra Dios.
La gente a pesar de todo lo que había en el Milenio seguirá rebelándose, evidenciando que el
problema está en el corazón y no en las circunstancias. Con Satanás o sin Satanás el hombre
evidencia lo pecaminoso que es un corazón sin Cristo.
“Y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a
fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar” (Ap. 20: 8).
La revuelta final:
A menudo las personas se refieren a la batalla culminante del Armagedón que tendrá lugar al final del
período de la tribulación, como la “última batalla” entre Dios y su archienemigo, Satanás. Pero no lo
será. Habrá otra confrontación posterior que, en cierto sentido, superará a la batalla del Armagedón.
Y lo hará en relación con su alcance, a la completa irrevocabilidad del resultado, y ciertamente, por lo
que revelará sobre la humanidad y la condición humana. Esto se halla en Apocalipsis 20: 7 – 9.
La confrontación entre los elementos humanos llamados “Gog y Magog” y el Señor tendrá lugar al
final del Milenio. Durante la era milenaria, Cristo habrá regresado, habrá sometido a Satanás y
juzgado a las naciones. Su reinado de 1000 años sobre el trono de David en Jerusalén se habrá
extendido sobre todos los creyentes supervivientes a la tribulación. Pero éstos creyentes que estarán
con Cristo no serán susceptibles a la mentira que hará que millones de incrédulos tomen parte en la
última revuelta.
Algunos han identificado, erróneamente, la última gran batalla con la de Gog y Magog de la que se
habla en Ezequiel 38. Pero este no puede ser el caso por diversos motivos:
1. La invasión descrita en Ezequiel 38 vendrá del norte. Se nos describe a Rusia y a sus aliados
islámicos como los principales participantes del conflicto. En la última batalla, Satanás engañará
“a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” (Ap. 20: 8).
2. Las Escrituras nos dicen que habrá unas pocas naciones que se aliarán con los invasores “de los
confines de la tierra” (Ap. 38: 4 – 6). En Apocalipsis 20 se nos habla de un gran conjunto de
países que habrá existido durante la época milenaria.
3. Los ejércitos invasores de Ezequiel 38 serán exterminados en las colinas al norte de Israel, sobre
todo por medio de elementos naturales (Ez. 38: 22; 39: 4). En Apocalipsis 20, todo el ejército será
consumido por “fuego del cielo” enviado por Dios (Ap. 20: 9).
4. Tras la invasión procedente del norte, harán falta siete años para enterrar a los muertos y
despejar los escombros de la batalla (Ez. 39: 9 – 11). Apocalipsis 20 describe un fuego celestial
que los “consumió” (vs. 9).
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Pentecost dice:
“(La última revuelta) será necesaria para ofrecer una prueba final a la humanidad caída. El hombre
vivirá en medio de unas circunstancias ideales. Se habrán eliminado todas las fuentes externas de
tentación, Satanás estará atado y todas las necesidades estarán cubiertas, de modo que nadie pueda
desear lo que no tiene; sin embargo, aquellos que nazcan durante el milenio demostrarán, con su
naturaleza caída y pecaminosa, que el hombre es corrupto y digno de juicio. A pesar de la presencia
visible del Rey, y de todas las bendiciones que de El procedan, los hombres demostrarán que su
corazón es corrupto, y lo harán por medio de una rebelión a finales del milenio (Ap. 20: 7 – 9)”
La identidad de Gog y Magog en Apocalipsis 20 no está definida claramente. No se nos dan detalles
acerca de tales personajes; lo único que sabemos es que vendrán de “los cuatro ángulos de la tierra”
(Ap. 20: 8). Es posible que existan ciertas similitudes con episodios anteriores del juicio de Dios sobre
la humanidad, en momentos determinados de la historia. Por ejemplo, el juicio contra Rusia y las
naciones que se enfrentarán a Israel.
O la ira descargada contra Sodoma en Génesis 19, cuando hizo llover “fuego y azufre”. O la ira
derramada sobre los profetas de Baal en el monte Carmelo (1 R. 18: 20 – 40), donde se juzgo la
idolatría. O la destrucción del sistema babilónico que “será quemada con fuego, porque poderoso es
Dios el Señor, que la juzga” (Ap. 18: 8).
Quizá la consecuencia que podemos extraer de estos acontecimientos es que los Gog y Magog de
Apocalipsis 20 serán un representante colectivo de la ira de Dios derramada contra el libertinaje de la
humanidad en pleno.
El hombre nace bueno y la sociedad es quien lo corrompe. La revuelta final destruirá por completo
esta falacia. Satanás habrá de ser atado por mil años: “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la
llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el
diablo y Satanás, y lo ató por mil años” (Ap. 20: 1 – 2).
De este modo, Satanás estará encarcelado durante el milenio. Por consiguiente, las personas no
podrán justificarse recurriendo a esa excusa de “el diablo me hizo hacerlo”. Todo el mal que se
manifieste en aquella época nacerá de la propia naturaleza caída del hombre, no de influencias
externas, tales como la voz del diablo. Esto mostrará que todos hemos heredado una naturaleza
pecaminosa de Adán (excepto una, el Señor Jesús).
En el Milenio habrá ese estado de paz y justicia perfecta que por siglos hemos anhelado, pero ¿Será
suficiente para el hombre? Al parecer No. Los rebeldes de aquella última revuelta serán los más
privilegiados de todas las generaciones desde que Adán y Eva vivieron en el huerto del Edén. Esto se
deberá, sobre todo, al testimonio de la gracia divina que emanará de la ciudad de Jerusalén. La
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ciudad santa no solo será el lugar donde se asiente el trono del Mesías, sino también el centro de
toda adoración durante al menos mil años.
Zacarías 14 también nos ofrece un maravilloso esbozo de la fusión entre las antiguas fiestas israelitas
y la adoración propia de la era milenaria.
“Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año
para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. Y
acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey,
Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia” (Zac. 14: 16 – 17).
Este sistema de sacrificios tan debatido, centrado en el templo del milenio y que se decribe en
Ezequiel 40 – 44, tendrá dos aspectos esenciales. El primero será recordatorio, de un modo similar a
como, hoy día, nos acercamos a la mesa de la Cena del Señor para recordar el sacrificio de Cristo por
nosotros.
Pero debemos recordar que millones de personas que acudan a Jerusalén a adorar durante el milenio
serán los hijos de aquellos que fueron salvos y entraron al Milenio después de ser juzgados por Cristo
en el monte de los Olivos, pero estas no necesariamente serán salvos. Por este motivo, la adoración
en el templo tendrá un valor testimonial y será también una ocasión para adorar al Rey, recordando
todos los aspectos de su persona y obra. Para que aquellos que no son salvos tomen la decisión de
creer en Cristo y su obra.
Inexplicablemente, aún teniendo todo lo que cualquier persona pudiera necesitar o desear, habrá
millones de habitantes de este mundo que se unirán a la rebelión final. “Cuando los mil años se
cumplan, Satanás será suelto de su prisión” (Ap. 20: 7). Lo sorprendente es que millones de
personas, en todo el mundo, le tributarán una tumultuosa bienvenida. La Biblia nos dice que él saldrá
por el mundo: “a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar”
(Ap. 20: 8).
Todas esas personas serán descendientes de aquellos que entraron en el milenio siendo salvos. Sin
embargo, aun en medio de unas circunstancias perfectas que les ofrecerá el Creador y Sustentador
de toda la tierra, optarán por unirse a Satanás en su gran ofensiva para destronar a Dios y a su Cristo.
¿Por qué? Se puede decir:
La afluencia de bienes nunca ha contribuido a acercar a la humanidad a Dios. Más bien al contrario:
parece ser que, cuanto mejores son las circunstancias, más tienden las personas a alejarse de Él. Este
hecho ha quedado ilustrado, de una forma muy elocuente, en la historia de la nación de Israel. Por
consiguiente, cuando Satanás vuelva a entrar en escena tras pasar mil años en “el abismo”, el mundo
le recibirá con los brazos abiertos, aclamándole como el libertador; esto será así hasta tal punto que
será él quien dirija una confederación militar universal: “el número de los cuales es como la arena
del mar” (Ap. 20: 8).
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El milenio supone el último acto en el drama de la redención. Dios habrá probado a la humanidad
bajo todas las condiciones imaginables, por citar unas pocas, la inocencia, el gobierno humano, la ley,
la gracia y por último, el reino mesiánico. La humanidad ha fracasado en el examen de todas las
dispensaciones concebibles. La humanidad es plenamente corrupta.
Por esto, el libro sobre la historia de la naturaleza humana se cierra con una nota amarga: “Y
subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada;
y de Dios descendió fuego del cielo y los consumió” (Ap. 20: 9). Y al final se dará la derrota definitiva
de Satanás. Satanás y sus seguidores serán arrojados al lago de fuego.
Ap. 20: 10 “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la
bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”
Un pasaje muy importante y que tiene que ver con el milenio y el estado eterno: 1 Corintios 15: 24 –
28
“Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda
autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos
debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las
sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se
exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas el estén sujetas,
entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea
todo en todos”
El propósito original de Dios era el de manifestar su autoridad absoluta, y este es un objetivo que se
cumplirá cuando Cristo reúna la teocracia terrenal con el reino eterno de Dios. Así, si bien el reinado
terrenal y teocrático de Cristo está limitado a mil años, los cual es suficiente para manifestar la
perfecta teocracia divina en este mundo, su reinado es eterno.
El reino quedará completamente restaurado y le será devuelto a Dios, a quien pertenece. Pero esto
no conlleva el cese de la autoridad del Hijo, porque el reino milenario de Cristo servirá de
introducción para la manifestación eterna de la gloria del Cordero de Dios. Porque la imagen que
vemos en Apocalipsis 22: 3 es la de una nueva Jerusalén en los cielos, en un estado eterno, sobre la
que se declara que “el trono de Dios y del Cordero estará en ella”.
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TEMA XV:
EL JUICIO FINAL
Daniel Webster, el cual murió en 1852, fue un gran estadista y orador de los Estados Unidos. Una vez
cuando se le preguntó cuál era su pensamiento más profundo, contestó: “Mi responsabilidad
personal ante Dios”. De alguna u otra manera TODOS tenemos que ponernos a pensar sobre nuestra
responsabilidad ante el Señor. Por una sencilla razón: todos hemos pecado contra Dios y el pecado
tendrá que ser juzgado algún día por El.
Desde que Adán y Eva tomaron la triste decisión de revelarse contra Dios, el castigo vino de forma
inmediata: LA MUERTE. Dios les había hecho la advertencia en Gn. 2: 17 “Mas del árbol de la ciencia
del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. La muerte
conlleva una SEPARACIÓN. Ambos se separaron de su Creador. A tal punto que se escondieron de Él.
Dice Gn. 3: 8 “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto…y el hombre y su mujer
se escondieron de la presencia de Jehová…”
Esta SEPARACIÓN ESPIRITUAL de Dios quedó graficada mediante la muerte física. Y es que la muerte
no es sinónimo de ANIQUILACIÓN o CESACIÓN de todas las cosas. En lo ESPIRITUAL es separación de
Dios y en lo FÍSICO es separación del cuerpo terrenal. Cuando uno muere no dejamos de existir,
dejamos de estar en la tierra pero no dejamos de existir.
Pero a Dios gracias todo esto algún día va a acabar. El libro de Apocalipsis nos revela los últimos actos
de Dios en la historia del mundo, destinados a alcanzar una restauración de la raza humana,
llevándola a un estado superior al que experimentaron Adán y Eva en aquel huerto. Juan nos habla
de la Nueva Jerusalén, en la que existirá una perfecta comunión con Dios y donde ya no habrá la
posibilidad de pecar y por ende ya no habrá SEPARACIÓN.
Pero antes de que todo esto se dé, el pecado debe ser y será juzgado por Dios. Toda la historia del
Antiguo Testamento es el relato de esta realidad: el pecado conduce al juicio. Si el pecado no se
castigase, violaría el carácter de Dios, que exige dos cosas: JUSTICIA y SANTIDAD.
La Biblia comienza con el primer pecado que provocó el juicio de la muerte. Ahora la Biblia concluye
con el último pecado de la humanidad y Satanás al fin del Milenio. Ambos se unen para destruir los
planes de Dios, pero en lugar de conseguir su objetivo de destruir al pueblo de Dios y a su ciudad
amada, Satanás es derrotado y lanzado al lago de fuego.
Dice Ap. 20: 10 “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde
estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”.
Este acto se convierte en el telón de fondo para el JUICIO FINAL DEL GRAN TRONO BLANCO. Del
mismo modo que el primer pecado de la humanidad conllevó el primer juicio, esta rebelión final
provocará el juicio definitivo.
Apocalipsis 20: 11 – 15 nos dice 6 cosas acerca de este juicio del Gran Trono Blanco:
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Muchos creen, aunque no se lo menciona Apocalipsis, que quien estará sentado en el trono es
nuestro Señor Jesucristo. Por dos razones fundamentales:
“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo
como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envío…Porque como el
Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le
dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre” Dios ha encomendado todo juicio a
Jesucristo y le ha dado autoridad para concretarlo.
“Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de
fuego” Aquí hay una imagen que se relaciona con Jesucristo y que muchos asocian esto con el
TRONO BLANCO que ve Juan en el Juicio Final. Además, que la palabra BLANCO se asocia siempre
con Dios y con aquellos que tienen una buena relación con El.
Salvo Ap. 6: 2 donde se ve a un jinete venir, en forma engañosa, en caballo blanco y que se anuncian
como emisarios de Dios, pero que en realidad son agentes del diablo. Por estas razones se piensa que
el juez será nuestro Señor Jesucristo.
“Y vi un gran trono blanco…” Será una ocasión solemne. Ya nadie podrá excusarse allí por su
incredulidad ni se podrá reclamar misericordia.
“…un gran trono blanco…” Este color indica pureza y justicia. Dios siempre juzga en verdad. Los
hombres erramos por ser pecadores y estar prejuiciados y en algunos casos obrar con corrupción, y
condenar a gente que es inocente. Pero Dios nunca obrará así, pues es un Dios santo y justo.
“…trono blanco…” El trono habla de que habrá un VEREDICTO DIVINO. Por lo tanto, será definitivo,
irrefutable e inapelable. La autoridad de Cristo es completa y plena. Nadie podrá refutarla.
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“…y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo…” Será tan terrible
que el cielo y la tierra huirán delante del rostro de Dios. Algunos piensan la tierra para ese entonces
ya habrá sido destruida.
Este juicio final será realmente impresionante donde el pecador no tendrá lugar donde esconderse.
No podrá hacerlo entre los árboles como lo intentó hacer Adán. La humanidad entera deberá rendir
sus cuentas a Dios.
Ap. 20: 5 “Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años.” Esto nos
muestra que el juicio final del gran trono blanco será al finalizar el reino milenial. Tiene que acabar
todo el reinado de Cristo sobre la tierra y la última rebelión de la humanidad y Satanás, cuando sean
vencidos por Jesucristo y echado Satanás al lago de fuego entonces comenzará el Juicio del Gran
Trono Blanco.
Ap. 20: 11 “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la
tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos” Este juicio no ocurrirá ni en el cielo ni en la
tierra. Muchos piensan que será en alguna parte entre los dos, es decir, un lugar entre el cielo y la
tierra.
Dice: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios;…” Es evidente, según el texto, que
este juicio es un juicio de los llamados “MUERTOS”. Hemos visto que el programa de resurrección de
los salvos había terminado antes que comenzara el milenio. Los únicos que fueron dejados sin
resucitar fueron los muertos no salvos. A los muertos salvos se les llama los “muertos en Cristo”. A
estos simplemente “LOS MUERTOS”. Haciendo referencia a que no son salvos.
Todos los hombres y mujeres de todas las épocas que murieron sin entregar su vida a Jesucristo; que
vivieron lejos de su voluntad; son los que deberán comparecer ante el Juicio del Gran Trono Blanco.
Los salvos habremos rendido cuenta a Dios ante el Tribunal de Cristo. Dice 2 Co. 5: 10 “Porque es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el Tribunal de Cristo,…” Pero no será un juicio de
condenación sino de recompensas (BEMA). Pero los no cristianos tendrán que comparecer ante el
JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO (condenación)
Todos: “GRANDES Y PEQUEÑOS” dice el texto. Esto se refiere a aquellos que son importantes o no a
los ojos del mundo. No importa rango ni posición ni color de la piel. Todos, todos aquellos que no
quisieron vivir para Dios estarán allí. Serán los muertos que el mar, la muerte y el Hades habrán de
entregar para ser juzgados.
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No sólo serán todos los hombres y de todas las condiciones, sino que también será de todos los
lugares. Dice Ap. 20: 13 “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos…” La mención a “el mar entregó los muertos que había
en él” sugiere la amplitud del último juicio. Lo grande que será y que nadie escapará. Ni aún aquellos
que estuvieran en el fondo del mar.
Pero también aquellos que habrían estado en el HADES. En el Antiguo Testamento cuando uno moría
iba a un lugar llamado el SEOL. Era el lugar de los muertos, tanto de los no salvos como salvos. Esta
palabra SEOL viene del hebreo. Pero en el griego es la palabra HADES. Este lugar de los muertos tenía
dos ámbitos: El seno de Abraham o paraíso de los justos y el lugar de tormento para los injustos o no
salvos.
Jesús contó la historia de El rico y Lázaro en Lucas 16: 16 – 31. No era una parábola, no era un cuento
de ficción. Lázaro fue una persona concreta que tenía algún tipo de relación con cierto rico. El pobre
Lázaro al morir fue al seno de Abraham y el rico al lugar de tormento. Una gran sima los separaba.
Cuando Cristo resucitó de los muertos y volvió al cielo dice Efesios 4: 8 “Por lo cual dice: Subiendo a
lo alto, llevó cautiva la cautividad,…” Quiere decir, que en ese momento se llevó a todos los salvos al
paraíso a vivir con Él y a esperar la resurrección para tener sus cuerpos glorificados. ¿Recuerdan al
ladrón de la cruz? Este ya no tuvo necesidad de ir al Seno de Abraham. Sino que Cristo le dijo en Lc.
23: 43 “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. El paraíso es estar con Cristo según
Filipenses 1: 23.
Desde ese momento el HADES solo retiene a los incrédulos. A aquellos que no quisieron arrepentirse
de sus pecados ni vivir para Dios, aquellos que espiritualmente están muertos, aunque están vivos y
sufriendo. Los perdidos saldrán del Hades para enfrentar a Dios en el escenario del juicio final del
Gran Trono Blanco. Desde la mar, desde las tumbas, y desde el mundo subterráneo, todos los
perdidos llegarán para estar delante de Dios en ese futuro juicio.
El apóstol Juan ve algunos libros abiertos. Los muertos resucitados, presentes delante del trono,
fueron juzgados “por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (vs. 12 b). Eso
quiere decir, según todo lo que hubiesen hecho durante todo el tiempo hubieren estado vivos en la
tierra. Cada cosa que las personas hubieren llevado a cabo, cada cosa que hubieren dicho, cada cosa
que hubieren pensado, a escondidas o frente a otros, será sacada a la luz, creen algunos, como en
una pantalla gigante donde se verá toda nuestra vida, para que no haya ninguna excusa.
Sean malas palabras, ofensas, robos, pornografía, mentiras, etc. No hay nada oculto que no haya de
ser revelado ni nada escondido que no haya de ser conocido, dice el libro de Eclesiastés. Cuando el
ateo Tomás Paine estaba en su lecho de muerte y arrepentido por todo lo que hizo en su vida, gritó:
“DARÍA CON GUSTO MUNDOS ENTEROS, SI LOS TUVIERA, PARA QUE NO HUBIERA SIDO PUBLICADO
MI LIBRO: LA EDAD DE LA RAZÓN” porque con ese libro este hombre arrastró a miles de miles de
personas en su ateísmo y los alejó de Dios. Ya era tarde y el daño fue irreparable. El día del Juicio
Final será juzgado por tan terrible obra.
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Pero al parecer también cuando Juan expresa: “SEGÚN SUS OBRAS”: Sugiere que también en el día
del Juicio Final habrá determinados grados de juicio y castigos basados en la obra de cada uno.
Parece que esta misma verdad enseñó nuestro Señor Jesucristo cuando dijo en Mateo 11: 22 “Por
tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para
vosotras”
En otras palabras, en el juicio del Gran Trono Blanco se aplicará, al parecer, este principio: CUANTO
MAYOR CONOCIMIENTO O LUZ HAYA SIDO RECHAZADO, MÁS SEVERO SERÁ EL CASTIGO. En otras
palabras: el castigo será de acuerdo al delito. Y habrá mayor delito para aquellos que han recibido
más luz, mayor información de Dios, mayor conocimiento de la Biblia, y por lo tanto, mayor castigo,
porque conociendo todo lo que conocían rechazaron a Jesucristo como su Salvador y Señor personal.
¡Qué triste será aquel día!
“Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” El destino final será
el LAGO DE FUEGO. Esta es la MUERTE SEGUNDA. Será un lugar terrible de tormento eterno. Nuestro
Señor Jesucristo lo llamó en Mateo 25: 41 “…fuego eterno…”
La separación de Dios y el tormento en el fuego por toda la eternidad será el destino de todos
aquellos que no quisieron vivir para Jesucristo, será el destino de Satanás y de todos sus ángeles
caídos que fueron sacados del abismo, según Apocalipsis 20: 3 y el Tártaro (o infierno) según 2 Pedro
2: 4 y Judas 6, prisiones que terminarán con el lago de fuego.
¿Habrá alguna opción de salvación en este juicio? NO. Porque este juicio no será para salvación, sino
solamente para condenación. Los que lleguen a este juicio ya estarán condenados, lo que hará
simplemente este juicio es dar el fundamento o la base para ejecutar el castigo: las obras malas. Y
demostrar que no estaban inscritos en el libro de la vida.
Hoy ¿PODEMOS TODAVÍA ELUDIR ESTE JUICIO? La respuesta es un rotundo: SÍ. Por medio de nuestro
Señor Jesucristo. Si alguien se arrepiente de sus pecados y pone su fe y confianza en Jesucristo como
su Redentor y Señor, podrá escapar de ese terrible destino. EL CIELO PUEDE LLEGAR A SER NUESTRO
HOGAR.
El único camino para llegar a Dios es JESUCRISTO. El dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14: 6).
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TEMA XVI:
LA NUEVA JERUSALÉN Y LA GLORIA ETERNA
El último tema nos lleva ineludiblemente al Cielo o la Nueva Jerusalén y la Gloria Eterna. No cabe
duda de que, de todos los temas que aparecen en las profecías, el cielo es uno de los más apreciados.
Todo lo que sabemos sobre el cielo lo hallamos en la Palabra revelada de Dios, la Biblia. Lo que
leemos y aprendemos en ella nos anima y consuela. Cristo y los apóstoles predicaron y enseñaron
acerca del cielo como un lugar real: la residencia final de todos aquellos que aceptan a Cristo como su
Salvador.
D. L. Moody, el gran predicador, decía: “Me gustaría poder localizar el cielo, y descubrir todo lo que
pueda sobre él. Espero pasar en él toda la eternidad”. Al llegar a este último tema, las palabras de
Moody nos motivan a escudriñar lo que nos dice la Biblia acerca del cielo, nuestro futuro hogar.
Lamentablemente muchos de los escritores de himnos y dibujantes nos dejaron conceptos errados
acerca del cielo. Nos describían el cielo como un lugar donde los creyentes vamos a sentarnos debajo
de un árbol a disfrutar de la brisa fresca. Pero esto resulta en algo monótono. Los dibujantes, por otro
lado, presentaban a los creyentes sentados al borde de una nube, con los pies colgando de la nada y
a punto de deslizarse al espacio.
1. EL CIELO ES UN LUGAR:
NO. EL CIELO ES UN LUGAR. Un lugar preparado para nosotros. El Señor Jesús lo dijo bien claro en
Juan 14: 2 “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy,
pues, a preparar lugar para vosotros” El cielo es un lugar donde habita Dios. Cuando el Señor Jesús
nos enseñó a orar lo mencionó, en Mateo 6: 9 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás
en los cielos…”
El apóstol Pedro dijo que el cielo es un lugar real, donde se guarda cuidadosamente la herencia
preparada para los hijos de Dios. Pedro lo enfatizó así en 1 Pedro 1: 4 “…una herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”. El cielo es un lugar, una
morada, un espacio habitable.
El único que ha ido al cielo y regresó fue el apóstol Pablo. Pablo contó su experiencia de cómo fue
arrebatado para ir al tercer cielo. Dice en 2 Co. 12: 2 - 4 “Conozco a un hombre en Cristo, que hace
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catorce años (si en el cuerpo no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado al
tercer cielo…fue arrebatado al paraíso,…”
El primer cielo es la parte de la atmósfera, todo lo que rodea al planeta. Dice Isaías 55: 10 “Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace
germinar y producir… así será mi palabra que sale de mi boca…”.
El segundo cielo es donde está el sol, la luna, los planetas y las estrellas. Dice Génesis 1: 14 “Dijo
luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de
señales para las estaciones, para días y años”.
Y luego viene el tercer cielo, donde mora Dios. Isaías 57: 15 “Porque así dijo el Alto y Sublime, el
que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad,…” El cielo
es un lugar o un espacio habitable.
Posiblemente entre el final del reino milenial de Cristo y el Juicio del Gran Trono Blanco los cielos y la
tierra antigua habrían sido destruidos.
Apocalipsis 20: 11 “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo,…” Esto es algo que ya estaba profetizado. Dice Isaías 34: 4 “Y todo el
ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro…”
El apóstol Pedro dijo que la tierra habría de destruirse por fuego. Dice 2 Pedro 3: 10 “Pero el día del
Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los
elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.
Tras ocurrir todo esto entonces comenzará la eternidad. Y la eternidad comienza con una nueva
creación, la creación de los nuevos cielos y la nueva tierra. Dice Apocalipsis 21: 1 “Vi un cielo nuevo y
una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existirá más”.
No se nos dice cómo serán esta nueva tierra y nuevo cielo, lo único que se nos dice es que ya no
habrá MAR nunca más. ¿Por qué razón? Posiblemente creen algunos porque el mar es símbolo de
inseguridad, con sus tempestades y demás peligros que confronta el navegante. Y cómo que ello no
encaja en la morada celestial donde ya no “…habrá más llanto ni clamor…”
Y entonces a la nueva tierra le ha de llegar su nueva ciudad capital: LA NUEVA JERUSALÉN. Dice el
apóstol Juan en Apocalipsis 21: 2 “Y yo Juan vi la santa ciudad la nueva Jerusalén, descender del
cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”. Nuevamente lo recalcamos
será un lugar literal o específico. No es algo simbólico ni figurativo. Juan la describe como una ciudad
tridimensional que desciende de los cielos a la nueva tierra. Al parecer Dios desea preservar el amado
nombre de Jerusalén como el nombre asociado con su gloria y presencia.
¿Cuál será su tamaño? Dice Apocalipsis 21: 16 – 17 “La ciudad se halla establecida en cuadro, y su
longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la
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altura y la anchura son iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de
hombre…”
Todo esto indica que será una ciudad espaciosa. De planta cuadrangular, con una longitud idéntica a
su anchura. La medida de la ciudad será de 2400 kilómetros. Algunos la imaginan como un cubo de
cuatro dimensiones. Otros, como una pirámide tridimensional. Sea cual fuere su espacio, será
grande. Lo suficientemente grande como para acomodar a todos los redimidos de Dios en la
presencia del Padre.
El cielo será rico en amistad. Si alguna vez te has sentido solo, haya no más te sentirás solo.
Apocalipsis 21: 3 “…y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con
ellos como su Dios” Será un encuentro cara a cara con Dios.
Cristo dijo en Juan 14: 3 “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis” Donde esté Cristo estaremos nosotros.
Apocalipsis 21: 3 “…y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo…” Esos “ELLOS” somos
nosotros. Más todos los creyentes desde el día de Pentecostés hasta hoy. Más todos los
santos del Antiguo Testamento. ¿Imagino hablar con Noé algún día? O con Abraham, o con
David, o con Pablo, o con Juan Wesley, o con Spurgeon, o con D. L Moody, etc.
Estos serán incontables. Hebreos 12: 22 “Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles”
Muchos ángeles que no siguieron a Lucifer estarán allí con nosotros. Allí usted no se va a
aburrir.
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Tendrá las vacaciones eternas soñadas. Apocalipsis 14: 13 “Oí una voz que desde el cielo me decía:
Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el
Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”
No habrá posibilidad de pecar ni que esté ningún pecador. Apocalipsis 21: 27 “No entrará en ella
ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos
en el libro de la vida del Cordero”
Descanso no significa ociosidad. Dios ha de usarnos para sus propósitos por toda la eternidad.
Apocalipsis 22: 3 “Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella y sus
siervos le servirán” El servicio pleno será toda una bendición. No habrá cansancio.
Apocalipsis 21: 4 a “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos;…” Dios va a secar todas
nuestras lágrimas. Dios hará uso de un “pañuelo celestial” para secar las lágrimas de todos sus
hijos. La sonrisa reemplazará a las lágrimas.
No habrá motivo para el llanto o dolor. Apocalipsis 21: 4 c “…ni habrá más llanto, ni clamor,
ni dolor…” Más de una vez hemos podido experimentar fracasos o tragedias inevitables. Pues
todo eso acabará. No habrá motivos: problemas familiares, crisis económica, enfermedades,
tragedias, etc. En el cielo no habrá más motivos para llorar ni para experimentar dolor.
Celebraremos la victoria a causa de la presencia y el poder de Jesucristo. No habrá cáncer. No
habrá dolores de cabeza. El cielo será rico en victoria.
Col. 3: 4 “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria” La gloria de nuestra esperanza es que seremos transformados a su
semejanza, sin pecado, sin muerte, experimentaremos la perfección de la creación humana. Y
nuestra ocupación en ese estado de gloria será el de glorificar a Cristo. Proclamaremos: “al que está
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sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los
siglos” (Apocalipsis 5: 13).
Apocalipsis 21: 6 “…Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”
Tendremos la bendición de beber de la fuente del agua de vida. Esto habla de lo abundante que será
nuestra vida en Cristo. Será una vida de abundante gracia, poder y herencia. Todo lo que usted quiere
lo recibirá de Cristo. Todo aquello que contribuya a vivir una vida plena y con sentido. Aún
comeremos del árbol de la vida Apocalipsis 22: 2.
El cielo hace opacar cualquier ciudad del mundo que el hombre haya podido conocer. El apóstol Juan
la vio como una hermosa esposa. Se dice que es hermoso llegar de noche a ciudades como Los
Angeles, Tokio, Chicago, Londres o Río de Janeiro, por las luces interminables. Pero lo que vio Juan es
algo súper maravilloso.
Apocalipsis 19: 1 “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya!
Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro”
Viviremos adorando a Dios por toda la eternidad. Reconociendo su grandeza. Su majestad. Su poder.
Quién es El. Y con gratitud por todo lo que hizo por nosotros.
Es importante comprender que el cielo es un lugar preparado para un pueblo específico. Ese pueblo
es el pueblo que confía en Jesucristo. Sólo por medio de Cristo llegamos al cielo. Y nosotros vamos
camino al cielo por haber confiado en Cristo.
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