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B.b; Salmos 100.

INTRODUCCIÓN: Es un salmo
que exhorta a todos los creyentes
para que levanten su voz y
glorifiquen el Nombre del Señor
en una jubilosa alabanza y
ferviente adoración. La alabanza a
Dios no es exclusiva de los que
saben cantar bien, tocan algún
instrumento musical o pertenecen
a algún grupo de adoración.
En el salmo 100 el llamado a la
adoración es universal. “Cantad
alegres a Dios, habitantes de
toda la tierra” (Salmo 100:1).
Jesús le dijo a la samaritana
que “los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores
busca que le adoren.” (Juan
4:23).
El Salmo 100 es una joya preciosa
de la poesía hebrea, donde el
salmista expone algunas razones
por las que el Dios de la biblia
merece toda nuestra adoración.

SE NOS DAN SIETE RAZONES


PARA ALABAR A DIOS
Primera razón: ÉL ES DIOS
“Reconoced que Jehová es
Dios” (Salmos 100:3).
El salmista les recuerda a los
adoradores que el Dios del pacto
de Israel, Jehová el SEÑOR, es el
Dios único y verdadero.[1]
Para que nuestra alabanza tenga
sentido y propósito, debemos
estar convencidos de que Jehová
el Señor es Dios; que es
merecedor de toda adoración por
lo que él es en sí mismo [sus
atributos], y por lo que significa
para nosotros.
El Dios que adoramos
es trascendente, está sobre el
hombre y todo lo que existe, y es
libre para actuar en y sobre su
creación sin ser
Pablo tenía la misma
convicción: “Porque hay un solo
Dios, y un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo
hombre, el cual se dio a sí mismo
en rescate por todos, de lo cual
se dio testimonio a su debido
tiempo.” (1 Timoteo 2:6).
El DIOS de la biblia es real y
merecedor de toda adoración.

Segunda razón: ÉL ES EL
CREADOR
“Él nos hizo, y no nosotros a
nosotros mismos” (Salmos
100:3b).
Para el salmista era sumamente
importante que el adorador
recordara que pertenecemos a
Dios. “él nos creó y le
pertenecemos”.
Dios tiene derecho de propiedad
sobre nosotros los cristianos por
partida doble. Por ser el creador
de todo cuanto existe, y por ser
nuestro redentor. Él pagó para
hacernos libre de la esclavitud del
pecado y nos compró por medio
del sacrificio de Jesucristo en la
cruz del calvario. Ahora Somos de
Cristo.
Es precisamente la majestad del
poder del Dios Creador, lo que
nos mueve a decir junto al rey
David: “Los cielos cuentan la
gloria de Dios, y el firmamento
declara lo que sus manos han
hecho.” (Salmos 19:1 PDT).

El canto de los veinticuatro


ancianos en el cielo afirma esta
verdad: “Señor, digno eres de
recibir la gloria y la honra y el
poder; porque tú creaste todas
las cosas, y por tu voluntad
existen y fueron
creadas.” (Apocalipsis 4:11).
Observemos como la adoración
celestial que vio Juan en el
apocalipsis, brota del
reconocimiento de que Dios es
completamente digno de
alabanza por Su gloria, honra y
poder incomparables, y Su obra
como Creador y Sustentador
de todas las cosas.
El DIOS de la biblia es real y
merecedor de toda adoración.

Tercera razón: ÉL ES
GOBERNANTE SUPREMO
“Pueblo suyo somos”. (Salmos
100:3c)
Esta expresión del salmista les
recuerda a los adoradores
israelitas que Moisés les dijo en
medio del éxodo: “Porque
ustedes son un pueblo
consagrado al Señor su Dios; él
los ha elegido entre todos los
pueblos de la tierra para que
sean el pueblo de su propiedad.”
(Deuteronomio 14:2 DHH). De ahí
que el salmista dice: nosotros
somos su pueblo. Él formó,
estableció y sustenta al pueblo de
Israel.
La adoración no tiene sentido si
los adoradores no reconocen que
el Dios que adoran gobierna
sobre su pueblo.

Cuarta razón: ÉL ES NUESTRO


PASTOR
“y ovejas de su prado”
(Salmos 100:3d).
El salmista quiere que los
adoradores reconozcan que
Jehová el Señor es su pastor. Esta
cualidad del carácter de Dios
como pastor que presenta el
salmista es un motivo más para
cantar y servir al Señor con
alegría y adorarle con todo el
corazón. (Cf. Salmo 23).
Porque al hacer esta
comparación, queda implícito que
Dios alimenta espiritualmente a
su pueblo por medio de su
Palabra; que el Señor cuida y
protege a sus ovejas, y que las
defiende de quienes quieren
hacerles daño.

“Yo soy el buen pastor; el buen


pastor su vida da por las
ovejas.” (Juan 10:11). Y esto
garantiza que Él vino a dar vida, y
vida en abundancia. Que en los
momentos de debilidad y tristeza,
Él nos sostendrá de su mano
derecha.

Quinta razón: ÉL ES BUENO


“Porque Jehová es bueno”
(Salmos 100:5a).
Para el salmista la bondad de Dios
es un motivo más que suficiente
para que su pueblo lo alabe y
bendiga su nombre.
El salmista revela la bondad de
Dios como uno de sus atributos
morales. Y su bondad está
estrechamente ligada con su
amor, su misericordia, su
paciencia y su gracia. Todo lo
justo, lo bello y valioso se
encuentra en Dios por naturaleza,
porque el SEÑOR es bueno.
El rey David nos anima al
decirnos: “Gustad, y ved que es
bueno Jehová; dichoso el hombre
que confía en él.” (Salmo 34:8).
La expresión de David: “Gustad
y ved”, es como si nos
dijera: “Prueben esto, sé que
les gustará”. A medida que
confiamos cada día en el Señor,
experimentamos cuán bueno es
Él.
En el Salmo 106:1, el salmista
declara: “Alabad a
Jehová, porque él es bueno;
porque para siempre es su
misericordia”. (Salmo 106:1).
El Señor Jesús le dijo al joven
rico “Ninguno hay bueno, sino
sólo Dios”  (Lucas 18:19).
Confirmando que el ser y las
acciones de Dios son
perfectamente dignos de su
propia aprobación, porque Él es la
norma suprema del bien.

Y este es un motivo más que


suficiente para alabar la bondad
de Dios.

Sexta razón: ÉL ES
MISERICORDIOSO
“para siempre es su
misericordia” (Salmos 100:5b).
Para el salmista es importante
que los adoradores recuerden que
el Dios que alaban y adoran,
además de ser bueno, es
misericordioso. Y su misericordia
se revela en su disposición de
socorrer al oprimido y perdonar al
culpable. [3]
De ahí que Dios en su
misericordia, no aniquila y
destruye a los seres humanos
como lo merecen a causa de sus
pecados, sino que les ofrece
perdón como un regalo gratuito
que se recibe por fe en
Jesucristo. “Pero Dios, que es rico
en misericordia, por su gran amor
por nosotros, nos dio vida con
Cristo, aun cuando estábamos
muertos en pecados. ¡Por gracia
ustedes han sido
salvados!” (Efesios 2:4, 5 NVI).
La biblia dice que la misericordia
del Dios que adoramos es
eterna. “Mas la misericordia de
Jehová es desde la eternidad y
hasta la eternidad sobre los que
le temen, y su justicia sobre los
hijos de los hijos.” (Salmos
103:17).

Séptima razón: ÉL NUNCA


CAMBIA
“Y su verdad por todas las
generaciones.” (Salmos
100:5c).
El tiempo hace que todo cambie
rápidamente. Aunque a veces
quisiéramos evitar que las cosas
cambiaran tan vertiginosamente.
El bebé que se convierte en joven
y el joven que se va a estudiar a
la universidad y que
posteriormente se casa.
Algunos cambios son bienvenidos,
otros no. El desarrollo de la
tecnología hace viejas las cosas
de la noche a la mañana. La
computación, la telefonía, la
televisión, el transporte, las
comunicaciones, entre otros
cambios.
Un gran consuelo para los
cristianos que vivimos en tiempos
turbulentos y de tantos cambios,
es la confianza que tenemos en
que la Palabra de Dios que es
verdad absoluta Dios no cambia.
Y eso apuntala nuestra confianza
en la fidelidad de Dios a su
Palabra.
CONCLUSIÓN: La Biblia nos
asegura…
“Mas tú, Jehová, permanecerás
para siempre, y tu memoria de
generación en generación”
(Salmo 102:12).
Las circunstancias pueden
cambiar, la gente puede cambiar
de criterio e incluso traicionarte,
los gobiernos y las políticas
cambian, pero Dios será el mismo
por los siglos.
“Jesucristo es el mismo ayer, y
hoy, y por los siglos” (Hebreos
13:8)
Y este es un motivo más para
adorar a Dios.
Te recuerdo que adoramos a Dios
porque:
1. Él es Dios.
2. Él es el Creador.
3. Él es Gobernante Supremo.
4. Él es nuestro Pastor.
5. Él es Bueno.
6. Él es Misericordioso.
7. Él nunca cambia.
¿Cuál es nuestra actitud hacia la
adoración? El Salmo 100 nos dice
que recordemos la bondad de
Dios y su fidelidad, ¡y luego lo
adoremos con acción de gracias y
alabanza!

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