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Too Late - CH
Too Late - CH
Fany Ivashkov
Lu
-val-
Vane v
astrea75
AmiNatera13
LiliAna
Lu
Sahara
Fany Ivashvok
Fany Ivashvok
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Capítulo 1 Capítulo 21 Capítulo 41
Capítulo 2 Capítulo 22 Capítulo 42
Capítulo 3 Capítulo 23 Capítulo 43
Capítulo 4 Capítulo 24 Capítulo 44
Capítulo 5 Capítulo 25 Capítulo 45
Capítulo 6 Capítulo 26 Epílogo
Capítulo 7 Capítulo 27 Epílogo del epílogo
Capítulo 8 Capítulo 28 Prólogo
Capítulo 9 Capítulo 29 Para concluir
Capítulo 10 Capítulo 30
Capítulo 11 Capítulo 31
Capítulo 12 Capítulo 32
Capítulo 13 Capítulo 33
Capítulo 14 Capítulo 34
Capítulo 15 Capítulo 35
Capítulo 16 Capítulo 36
Capítulo 17 Capítulo 37
Capítulo 18 Capítulo 38
Capítulo 19 Capítulo 39
Capítulo 20 Capítulo 40
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Sloan iría al infierno y de regreso por su hermano pequeño. Y ella lo hace,
todas las noches.
Obligada a permanecer en una relación con el peligroso y corrupto Asa
Jackson, Sloan hará todo lo que se necesario para asegurarse de que su
hermano tiene todo lo que necesita.
Nada se interpondrá en su camino.
Nada excepto Carter.
Sloan es lo único bueno que le ha pasado a Asa. Lo sabe y no se
encuentra en sus planes dejarla ir; incluso cuando ella no aprueba su estilo de
vida. Pero a pesar de la desaprobación de Sloan, Asa sabe que se necesita
para conseguir lo que quiere. Sabe lo que tiene que hacer para permanecer en
la cima.
Nada se interpondrá en su camino.
Nada excepto Carter.
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Página
Traducido por Lu
Corregido por Ami
Sloan
Cálidos dedos entrelazados con los míos, presionando mis manos más
profundamente en el colchón. Mis párpados están demasiado pesados para
abrirse por la falta de sueño que he tenido esta semana. La falta de sueño que
he tenido durante todo el mes, la verdad.
Infiernos, todo este maldito año.
Me quejo y trato de apretar mis piernas juntas, pero no puedo. Hay
presión por todas partes. En mi pecho, en mi mejilla, entre mis piernas. Me toma
unos segundos para alejar a mi mente fuera de su confusión de sueño, pero
estoy lo suficientemente despierta para saber lo que está haciendo.
—Asa —murmuro, irritada—. Suéltame.
Él empuja su peso contra mí de manera repetitiva, gimiendo contra mi
oído, su rastrojo de la mañana cortando en mi mejilla. —Casi he terminado,
nena. —Respira en mi cuello.
Intento sacar las manos de debajo de él, pero las aprieta con más fuerza,
recordándome que no soy nada más que una prisionera en mi propia cama, y
él es el guardián de la habitación. Asa siempre ha tenido una forma de
hacerme sentir como si mi cuerpo está a su disposición. Nunca ha sido malo o
forzado con ello; él es sólo necesitado, y lo encuentro muy incómodo.
Como ahora mismo.
A las seis en punto de la maldita mañana.
Puedo adivinar el tiempo por la luz del sol asomando a través de la grieta
debajo de la puerta, y el hecho de que Asa acaba llegar a la cama después
de la fiesta de anoche. Yo, sin embargo, tengo que estar en clase en menos de
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dos horas. Esta no es la forma que habría elegido para ser despertada después
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forma regular, sin embargo, siempre pasa con casi notas perfectas. Estoy
luchando para mantener mi cabeza fuera del agua, y no perdí ni un día del
último semestre.
Bueno, en forma física, de todos modos. Desafortunadamente vivimos
con otras tantas personas, así nunca hay un momento tranquilo en la casa. Me
sorprendo a mí misma quedándome dormida en clase a menudo; esta es la
única vez que tengo paz y tranquilidad. Las fiestas parecen ir en todas las horas
del día y de la noche, independientemente de quién tiene clases al día
siguiente. Los fines de semana no tienen rumbo sobre los días de la semana en
nuestra casa, y el alquiler no influye sobre quién vive aquí.
Ni siquiera sé quien vive aquí la mitad del tiempo. Asa es dueño de la
casa, pero le encanta estar rodeado de gente, por lo que a él le gusta la
puerta giratoria, libre para todos. Si tuviera los medios, me gustaría tener mi
propio lugar en un instante.
Pero no lo hago. Eso sólo significa un año más de puro infierno antes de
que me gradúe.
Un año más antes de que sea libre.
Saco mi camisa sobre mi cabeza y la dejo caer al suelo, para luego tirar
la cortina de la ducha de nuevo. Tan pronto como me agacho para la boquilla,
grito a todo pulmón. Desmayado en la bañera, con la ropa puesta, esta nuestro
nuevo compañero de habitación a tiempo completo, Dalton.
Se sacude al despertar y rompe su frente con el grifo por encima de la
cabeza, gritando en respuesta a mi grito. Me agacho y agarro mi camisa al
igual que la puerta se abre y Asa entra.
—Sloan, ¿estás bien? —dice frenéticamente, haciéndome girar para
comprobar si tengo lesiones. Asiento febril con la cabeza y apunto a la bañera.
—No estoy bien —gime Dalton, tocando en la frente recién herida.
Se endereza e intenta arrastrarse fuera de la bañera.
Asa me mira, hacia abajo a mi cuerpo desnudo cubierto por la camisa en
mis manos, y luego mira hacia atrás a Dalton. Me temo que está a punto de
hacerse una idea equivocada, por lo que me pongo a explicar, pero me
interrumpe con un fuerte estallido e inesperado de risas.
—¿Le hiciste eso a él? —dice, apuntando a la cabeza de Dalton, sin dejar
de reír.
Niego con la cabeza. —Se golpeó la cabeza en el grifo cuando grité.
Asa se ríe aún más duro y estira una mano hacia abajo para Dalton,
entonces, tira de él todo el camino para salir de la bañera.
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Dalton fuera del baño y sigue detrás de él, cerrando la puerta cuando sale.
Me quedo congelada, sin soltar mi camisa de mi pecho. La parte triste es
que esta es la tercera vez que esto ha sucedido. Un idiota diferente cada vez,
se desmaya en la bañera. Hago una nota mental para verificar la bañera de
ahora en adelante antes de desvestirme.
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Página
Traducido por Lu
Corregido por Ami
Carter
Saco el horario de mi bolsillo y lo despliego para buscar el número de la
habitación.
—Esto es una porquería —digo en el teléfono—. Me gradué de la
universidad hace tres años. No me enlisté para esta basura, así que podría
hacer la tarea.
Dalton se ríe en voz alta, obligándome a alejar el teléfono varias pulgadas
de distancia de mi oreja.
—Cuanta mierda hay en el menú —dice—. Tuve que dormir en una
maldita bañera anoche. Apesta, hombre. Actuar es parte del trabajo.
—Es fácil para ti decirlo, te anotaron en una clase por semana. Tengo tres.
¿Por qué Young sólo te dio una?
—Tal vez doy mejores mamadas —dice Dalton.
Miro mi horario y el número de la puerta delante de mí, encontrando una
coincidencia.
—Me tengo que ir. La clase de Español1.
—Carter, espera —llama, en un tono más serio. Dalton aclara su garganta
y se prepara para su “pequeña charla de socio”. He estado sufriendo a través
de ello sobre una base diaria desde que empezamos a trabajar juntos hace un
año—. Trata de hacerlo divertido. Estamos tan cerca de conseguir todo lo que
necesitamos... estarás aquí dos meses, como mucho. Encuentra un pedazo de
culo caliente para sentarte cerca. Va a hacer pasar los días más rápido.
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Página
1 En el español original.
Miro a través de la ventana de la puerta de la clase. Está prácticamente
a capacidad llena con sólo tres asientos vacíos. Mis ojos caen inmediatamente
en una muchacha en el fondo de la sala junto a una de las sillas vacías. Su
cabello oscuro se derrama sobre su cara mientras descansa su cabeza en sus
brazos, cruzados sobre su escritorio. Está dormida. Me puedo sentar cerca de los
durmientes; se trata de los conversadores incesantes que no puedo tolerar.
—Mira eso. Ya me encontré un pedazo de culo caliente para sentarme al
lado. Voy a reportarme contigo después de la comida.
—Adiós.
Termino la llamada y abro la puerta de la clase mientras apago el
volumen. Elevo la correa de la mochila más sobre mi hombro mientras hago mi
camino por las escaleras hasta el fondo de la sala. Aprieto más allá de ella al
asiento vacío, tirando mi mochila en el suelo y mi teléfono sobre la mesa. El
sonido de mi teléfono cuando se encuentra con la madera maciza sacude a la
chica de su sueño. Se sienta de inmediato, con los ojos abiertos. Mira a su
alrededor, frenética y confusa, luego hacia abajo en el bloc de notas en su
escritorio. Tiro de la silla y me siento a su lado. Mira a mi teléfono en la mesa
delante de nosotros, y luego me mira.
Su pelo es un desastre natural y hay un rastro de baba brillante que va
desde la esquina de su labio, por su barbilla. Está mirándome como si hubiera
interrumpido el único minuto de sueño que ha tenido.
—¿Trasnochada? —pregunto. Me agacho y abro mi mochila, sacando el
libro de texto de español que más que probablemente podría recitar de
memoria.
—¿La clase no ha terminado? —pregunta, sus ojos se estrecharon en el
libro que estoy poniendo sobre la mesa frente a mí.
—Depende —digo.
—¿De qué?
—De cuánto tiempo llevas sin conocimiento. No estoy seguro de qué
horario tienes para español, pero esta es la clase de las diez.
Lanza sus codos sobre la mesa delante de ella y gime, pasando sus
manos sobre su cara.
—¿He estado dormido durante cinco minutos? ¿Eso es todo? —Se inclina
hacia atrás en su asiento y se encorva hacia abajo, con la cabeza apoyada en
el respaldo de la silla—. Despiértame cuando se acabe, ¿de acuerdo?
Me está mirando, esperando que esté de acuerdo. Toco mi barbilla con
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mi dedo.
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nombre.
Página
Inmediatamente voltee el teléfono, con la esperanza de que ella no lo
haya leído. Lleva su mano su boca y se ríe en voz baja.
Ella lo leyó.
—Pieza caliente de culo, ¿eh? —dice.
Nota mental: Patear el culo de Dalton esta noche.
—Lo siento —le digo—. Mi amigo... cree que es gracioso. También le gusta
hacer mi vida un infierno.
Arquea una ceja y se vuelve hacia mí. —¿Así que no piensas que soy un
pedazo de culo caliente?
Con ella mirándome de frente, es la primera oportunidad que he tenido
en realidad para conseguir una buena mirada en ella. Digamos que estoy
oficialmente enamorado de esta clase ahora.
Me encojo de hombros. —Con el debido respeto, has estado sentada
desde que te conozco, así que ni siquiera te he visto el culo.
Se ríe de nuevo. —Sloan —dice, extendiendo la mano. Tomo su mano en
la mía, fallando al agitarla. La pura suavidad de su piel me toma por sorpresa y
miro hacia abajo, a su mano cerrada en la mía. Hay una pequeña cicatriz en
forma de media luna en su pulgar. Trazo mi dedo a través de ella y giro la mano
hacia atrás y hacia delante, inspeccionando la cicatriz.
—Sloan —repito, dejando que su nombre ruede en la punta de mi lengua.
—Este suele ser el punto durante las presentaciones en que uno podría
responder con su propio nombre —dice.
Miro de nuevo hacia ella y retira la mano, mirándome con curiosidad.
—Carter —le contesto, manteniéndome en el personaje que se supone
debo ser. Ha sido bastante difícil llamar a Ryan con el nombre de Dalton en las
últimas seis semanas, pero me he acostumbrado a ello. Llamándome a mí
mismo Carter es otra historia. Más de una vez he cometido un error refiriéndome
a mí por mi nombre real.
—Mucho gusto —dice con un acento casi perfecto, volviendo su
atención hacia la parte delantera de la habitación.
No, el placer es mío. Créeme.
El profesor da instrucciones a la clase de girar al compañero más cercano
y declarar tres hechos sobre la otra persona en español. Este es mi cuarto año
de español, por lo que decido dejar a Sloan ir primero, así no la intimido. Nos
dirigimos hacia el otro y yo asiento con la cabeza hacia ella.
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¿De dónde demonios salió esta chica? ¿Y dónde diablos ha estado toda
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mi vida? Maldigo el hecho de que todo lo que acaba de ocurrir entre nosotros
es todo lo que podría suceder jamás. Las relaciones nunca empiezan bien con
mentiras. Sobre todo como la mía.
Ella mira por encima del hombro antes de que salir por la puerta y llevo mi
mirada de nuevo hasta sus ojos. Le doy un pulgar hacia arriba. Se ríe y
desaparece por la puerta del aula.
Recojo mis cosas e intento sacarla de mi cabeza. Necesito estar en el
punto esta noche. Hay demasiado en juego en esto para estar distraído por un
hermoso, culo perfecto.
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Página
Traducido por -Val-
Corregido por Ami
Sloan
Termino las tareas del día en la biblioteca, sabiendo que no sería capaz
de concentrarme una vez que ponga un pie de nuevo en la casa. Cuando fui
por primera vez a vivir con Asa, una noche antes de ser desalojada... por no
hablar de todas los problemas financieros con los que tenía que lidiar. Sólo
habíamos estado saliendo dos meses, pero no tenía otro lugar a donde ir.
Eso fue hace más de dos años.
Yo sabía que él tenía dinero, basado en los coches que conducía y el
tamaño de su casa.
De lo que no estaba segura era si ese era dinero viejo o si estaba
involucrado en algo en lo que no debería estar involucrado. No tenía idea de
que era en ambos. Se ocultó bastante bien el primer par de meses, excusando
sus hábitos de consumo con el hecho de que tenía una gran herencia. Le creí
por un tiempo. No tenía más remedio que creerle.
Cuando gente que no conocía empezó a aparecer en las horas extrañas
de la noche y Asa hablaba con ellos a puerta cerrada, se hizo cada vez más
evidente. Trató de explicarme su razonamiento y juró que sólo vendía drogas
"inofensivas" a personas que las encontrarían en otro lugar de todos modos. Yo
no quiero ser parte de eso, así que cuando se negó a parar, me fui.
El único problema fue que no tenía a donde ir. Me quedé en los sofás de
unos amigos, pero ninguno de ellos tenía espacio ni dinero para apoyarme.
Habría recurrido a un refugio para los sin hogar antes de volver con él, pero no
era mi vida por la que estaba preocupada. Era la de mi pequeño hermano.
18
Carter
—Lo siento por ella —dice Asa, volviéndose hacia mí.
Aprieto los puños e intento borrar el evidente odio que tengo por él. Debo
que sacarlo de mi sistema. Lo conozco desde hace tres horas, y nunca he
despreciado más a alguien en toda mi vida.
—Está todo bien —le contesto. Me acerco a la barra y casualmente me
alivio en uno de los asientos en la mesa, a pesar del hecho de que quiero correr
escaleras arriba y asegurarme de Sloan está bien. Mi mente todavía se está
recuperando del hecho de que Sloan está involucrada en esto. Ella era la
última persona que esperaba encontrarme al venir aquí. Viendo a Asa besarla
como lo hizo, y observarla responder como lo hizo, me hizo oficialmente
lamentarme asumir esta asignación. Esto sólo se convirtió en un infierno mucho
más complicado—. ¿Ella vive contigo? —pregunto. Asa me entrega una
cerveza de la nevera y desenrosco la parte superior, luego la llevo a mi boca.
—Sip —dice—. Y voy a cortar tu puta polla si te atreves a mirarla de
manera equivocada.
Ruedo mis ojos, pero él no se salta un latido. Cierra la puerta de la nevera
y se pasea a su asiento en el otro lado de la barra como si la frase ni siquiera
salió de su boca. ¿Cómo puede lastimarla físicamente como acaba de hacer,
y luego actuar como si él da una mierda sobre ella? Me tiene desconcertado.
Quiero reventar la botella de cerveza de mierda contra su cabeza, pero en
lugar de eso, la agarro más fuerte, manteniendo mi temperamento bajo
control.
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TTPC abreviatura para “Trae Tu Propia Cerveza”, en el original BYOB: Bring Your Own Beer
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Página
Se refiere a la bebida Crown Royal, el cual es un whisky canadiense mezclado propiedad de Diageo, quien lo
compró cuando la cartera Seagram se disolvió en 2000. Es el whisky canadiense de mayor venta en los Estados
Unidos.
Dalton asiente y vuelve hacia la casa. —¿Invitaste a ese pedazo de culo
caliente de tu clase de español a la fiesta?
—Nop —le digo—. Este no es su estilo. —Por no mencionar el hecho de
que no necesita una invitación. Está justo en el medio de esta mierda.
Asiente con la cabeza, sabiendo que invitar a alguien en este estilo de
vida es algo que nunca haría. Dalton puede asumir y absorber su papel como
nada que haya visto. Ha tenido relaciones a largo plazo, mientras está
encubierto, incluso fue tan lejos como para proponer matrimonio una vez, para
cubrir las apariencias. Por supuesto, una vez el trabajo se acaba, no tiene
problemas desapareciendo.
Todavía hay una gran parte de mí que conoce a cada persona que
conozco mientras soy Carter, solo sigue siendo eso... una persona. No quiero
engañar a nadie innecesariamente, por lo que lo convierto en un punto para
estar en guardia y nunca dejar que estas cosas vayan demasiado lejos.
Cierra la puerta detrás de él y me deja solo en el patio delantero,
mirando a la casa que acaba de convertirse en mi tarea por lo menos durante
los próximos dos meses.
Trabajar encubierto no era realmente por lo que entré en la fuerza, pero
es lo que se me da bien. Por desgracia, tengo un mal presentimiento acerca de
esto... y sólo he estado aquí un día.
Me paso el próximo par de horas escoltando dentro y fuera de las
habitaciones por Asa, dando la mano a más personas de las que puedo contar.
Al principio intento mantener notas mentales de todos los que conozco y la
forma en que interactúan con Asa, pero para la cuarta cerveza que es
empujada en mis manos, dejo de intentar. Habrá un montón de tiempo para
llegar a conocer a todo el mundo, no necesito estar demasiado centrado en
este momento. Todavía soy muy nuevo para esta gente. No quiero dar a nadie
razón de sospechar.
Finalmente me escapo el tiempo suficiente para ir a buscar un baño.
Cuando encuentro uno, el chico que ahora conozco como Jon, y dos chicas
que no pueden ser mayores de diecinueve años, lo ocupan.
Cierro la puerta más rápido de lo que la abrí, y luego me dirijo arriba, con
la esperanza de encontrar uno que no esté siendo utilizado como burdel.
Me quedo en el baño durante unos diez minutos más de lo que necesito.
Vierto mi cerveza en el fregadero y lleno la botella con agua del grifo, después
de haber ido mucho más allá de mi cuota personal para la noche. Tengo que
pasar las próximas semanas completamente sobrio.
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esto adelante. No soy de esta zona, así que no estoy preocupado por ser
reconocido. Lo que me preocupa es el hecho de que no soy como Dalton. No
puedo encenderlo y apagarlo como él. Las cosas que veo aquí, son las cosas
que veo cuando cierro los ojos por la noche. Y basado en lo que vi entre Sloan y
Asa hoy, no voy a dormir mucho.
Llevo una toalla bajo el agua y mojo mi cara, obligándome a recuperar
la sobriedad antes de salir del baño. Tiro la toalla en el cesto de la ropa. Fijo la
mirada en el cesto, lleno hasta el borde de ropa sucia, y me pregunto si Sloan
es la única chica que vive aquí. Estoy asumiendo que ella es probablemente la
que se queda atascada con toda la ropa. Por no mencionar el resto de la casa.
Cuando Asa y yo entramos en su limpieza de la cocina de esta tarde, él
se detuvo en la puerta y la observó limpiar durante varios minutos. Me puse de
pie por encima de su hombro, sorprendido por el hecho de que era ella... pero
más aún por lo hermosa que era, moviéndose al compás de la música. La letra
de la canción icónica de Rick Springfield, Jessie’s girl, corrían por mi mente
mientras estaba de pie detrás de Asa, viéndolo observarla. Yo quería ser el que
la miraba de esa manera.
Como si ella fuese mía.
Aspiro una respiración profunda y abro la puerta del baño. Mis ojos son
empujados a la visión de pie en la puerta en el pasillo. Ella se da vuelta cuando
escucha la puerta del baño abierta y su vestido ceñido gira con ella. Cuando
llega a un punto muerto, no puedo sacar mis ojos del vestido. La abraza en
todos los lugares correctos, los tirantes sosteniendo vagamente la parte de
arriba que aprieta sus pechos juntos, sin dejar espacio para cualquier tipo de
sujetador. Me molesta que estoy mentalmente agradeciendo a Asa por decirle
que se pusiera este vestido.
Respira, Luke. Respira.
Finalmente llevo mis ojos para encontrarse con los suyos, y la expresión de
su cara no coincide con el atractivo atuendo confiado que se está usando en
absoluto. Ha estado llorando.
—¿Estás bien? —pregunto, dando un paso hacia ella. Observa la escalera
con una mirada de miedo en sus ojos, y luego de nuevo hacia mí. Asiente con
la cabeza. Comienza a dirigirse hacia las escaleras y yo extiendo y agarro su
mano, tirando de ella hacia atrás—. Sloan, espera.
Se da la vuelta y me enfrenta. La chica que estoy viendo en este
momento no es la chica que conocí en la clase de hoy. Esta chica es frágil.
Asustada. Rota.
Da un paso hacia mí, cruzando los brazos sobre su pecho. Mira hacia el
suelo entre nosotros, tirando de su labio con los dientes.
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Empiezo a bajar la mano cuando una voz detrás de nosotros nos causa
que ambos saltemos.
Página
Asa
Doblo mis brazos detrás de la cabeza y me recuesto sobre la almohada.
—Quítate las bragas.
Ella sonríe y se inclina hacia adelante, enganchando los pulgares en las
bragas mientras las desliza suavemente hacia abajo por sus caderas. Sus
pechos llenan muy bien un sujetador negro transparente. Creo que se lo dejare.
—Ven aquí.
Se inclina hacia abajo en la cama y se arrastra hacia mí, su largo cabello
rubio trazando mis piernas mientras se desliza suavemente por mi cuerpo. Se
posiciona sobre mí, a horcajadas. Esta chica sabe lo que está haciendo. Eso
puede ser bueno y malo a la vez.
Me gusta una chica que sabe cómo follar, pero también me hace
preguntarme a cuantos hombres habrá follado con el fin de ser tan buena. Me
acerco a la mesa de noche y agarro un condón, dándoselo a ella.
—Pónmelo —ordeno.
Mantiene sus ojos fijos en los míos mientras lo abre, luego lleva sus manos
a mi polla. Agarro sus muñecas y sacudo la cabeza.
—Con la boca.
Sonríe y comienza a bajar la cabeza cuando escucho los pasos. Luego el
pomo de la puerta del dormitorio hace un giro sin éxito. Mierda.
—¡Asa, abre la puerta! —grita Sloan desde fuera de la habitación.
¡Mierda! Empujo a la chica sobre su espalda. Me levanto y agarro mis
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pantalones, tirando de ellos, cuando la chica sobre la cama mira hacia atrás y
Página
adelante entre la puerta y yo. Levanto sus ropas del piso y las tiro hacia el
armario, señalando que vaya a esconderse.
Se levanta y se burla de mi demanda, sacudiendo la cabeza.
Si esta perra realmente cree que está a punto de salir de esta habitación
con Sloan del otro lado de la puerta, está delirando. La agarro de los hombros y
la empujo hacia el armario.
—Solo unos cuantos minutos —susurro. Comienza a objetar, así que cubro
su boca con la mía. Lo que sea necesario con tal de hacerla callar. Dejo caer
mis manos entre sus piernas para contar con su apoyo, mientras sus rodillas
empiezan a ceder bajo ella.
No es necesario decir que su rabia se disuelve con cada golpe. Gime en
mi boca y la empujo más dentro del armario, justo cuando Sloan golpea la
puerta por segunda vez.
—Dos minutos ―susurro—. Me desharé de ella.
La beso de nuevo, luego cierro la puerta del armario. Agarro una toalla y
limpio mis manos, luego camino a la puerta de la habitación y la abro.
—Son las cuatro de la tarde. ¿Por qué estas dormido? —dice Sloan,
entrando.
Se dirige hacia el armario, así que agarro su cintura y la empujo sobre la
cama.
—Tuve clases todo el día. Estoy cansado —dije, sabiendo que la mentira
ayudaría al propósito.
Lo hace.
Se relaja y se acurruca en mi pecho. —¿En verdad fuiste a clases hoy?
Asiento con la cabeza y llevo mis manos a su rostro, sacando un mechón
de cabello de sus ojos, luego lo meto detrás de su oreja.
La ruedo sobre su espalda y me cierno sobre ella. Los distintos moretones
sobre sus brazos llaman mi atención y me recuerdan que nunca me disculpe
por el incidente en la cocina.
—Tengo que ir a clases —miento, pasando mis dedos por su brazo sobre
las marcas que deje en ella—. Lo estoy tomando en serio, Sloan. Todo lo que te
he prometido. Quiero hacerlo mejor. —Me agacho y beso los cardenales y la
punta de sus dedos—. Te amo, nena —digo suavemente―. No fue mi intención
hacerte daño. A veces me olvido de lo frágil que es tu piel.
Presiona sus labios en una fina línea y traga. Puedo decir que está
tratando de no llorar. Esto va a tomar un poco más de trabajo de lo que
pensaba.
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para los dos, ¿de acuerdo? —Tomo ambas mejillas entre las palmas de mis
manos y la beso profundamente. Sé que a las chicas les gusta cuando los
chicos mantienen su cara mientras la besan, como si besar es su única
intención.
Es una mierda. Si los chicos se salieran con la suya, las manos nunca se
aventurarían por encima de las tetas.
—Te amo —le digo otra vez mientras deslizo la mano hasta la cintura. Mi
polla se hincha en mis pantalones, consiguiendo un infierno de mucho más dura
que la zorra del armario podría conseguir.
Con la cantidad de chicas con la que he estado, puedo decir
honestamente que Sloan me excita más que cualquiera. No sé qué hay en ella
que me resulta más atractivo que el resto. Sus tetas no son tan grandes y ni
siquiera es curvilínea.
Creo que es su inocencia. Me gusta saber que soy el primero y único
chico que alguna vez la follo. Me gusta saber que seré el único chico que
alguna vez la follara.
Deslizo mi mano debajo de su camisa y tiro su sostén de encaje hacia
abajo.
—Déjame hacer esto por ti —susurro. Presiono mi boca en la capa
delgada de camisa cubriendo su pezón y lo tomo entre mis dientes. Gime y
arquea la espalda, pero empuja contra mi pecho.
—Asa, acabo de salir del gimnasio. Estoy toda sudada. Déjame tomar
una ducha primero.
Libero su pezón de mi boca e intento que cambie de opinión corriendo
mi mano entre sus piernas, frotando en sus vaqueros.
—Eres perfecta —digo, lamiendo la dulce, sudorosa piel de su cuello. Se
pone rígida, así que aumentó la presión de mi mano—. Relájate ―susurro.
Lucha, pero puedo sentir la suave fusión contra mi mano. Dejo que el sutil
movimiento de sus caderas guíe mi mano al lugar correcto. La trabajo, más
duro y más duro, hasta que está a punto de desmoronarse bajo las puntas de
mis dedos.
Ella se da a mi coacción y relaja sus brazos por encima de la cabeza. Me
incorporo sobre mis rodillas y desabrocho sus pantalones, facilitando que bajen
por sus caderas lo suficiente para darme acceso. Deslizo mis dedos por debajo
del borde de sus bragas y pongo fácilmente dos en su interior. Ella gime y se
aferra a las sabanas, haciéndolas una bola entre sus puños de nudillos blancos.
Poco a poco alivio mis dedos dentro y fuera de ella, jugando con su clítoris con
la yema de mi pulgar. Barro con mis ojos su cuerpo mientras aumento la
velocidad con mi mano. Tan pronto como siento que los estremecimientos se
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elevan en ella, cubro su boca con la mía y la beso duro. Deja escapar un grito
Página
que está completamente amortiguado por mi boca. Dios, amo cuando grita en
mi boca. Su respiración se desliza por mi garganta en oleadas pesadas,
mezclándose con la mía. Continúo frotándola hasta que se endurece debajo
de mí y trate de alejar mi mano. Deslizo mi mano fuera de sus bragas,
poniéndolas de regreso a su posición.
—Puedes ir a la ducha ahora. —La beso otra vez y ella agarra mi rostro,
entonces me empuja sobre mi espalda y rueda encima de mí.
—¿Qué pasa contigo? —pregunta, llegando a abrir la cremallera de mis
pantalones.
Agarro su mano y la alejo. —Te debía una —digo—. Ahora ve a ducharte.
Vamos a salir esta noche.
Sonríe. —¿Cómo en una cita?
—No como una cita. Es una cita.
Sonríe y salta fuera de mí, dirigiéndose a la puerta.
—Cierra cuando salgas —le digo.
Se detiene y se da la vuelta. —¿Por qué?
Agarro el bulto en mis pantalones. —Necesito terminar lo que
comenzaste.
Arruga la nariz y rueda sus ojos, pero cierra la puerta detrás de ella. Salto y
compruebo el cerrojo. Doy la vuelta justo cuando como-se-llame está saliendo
del armario. Ella apunta su dedo hacia mí y prácticamente escupe veneno
cuando me habla.
—¡Jodido enfermo!
Agarro la mano que está apuntando a mi cara y la giro hacia atrás,
envolviendo su brazo detrás de su espalda. Me inclino hacia su oído y presiono
mi erección contra su estómago.
—Oye, oye —digo en voz baja, intentando calmarla. Paso mis dedos por
su mejilla y beso ligeramente sus labios—. Guarde la mejor parte para ti. —La
presiono hacia abajo sobre la cama, el trasero primero. Dejo caer mis
pantalones y los pateo fuera, entonces alcanzo el condón y lo deslizo. La chica
esta tumbada en la cama y extiende las piernas abiertas.
Maldita zorra.
Me arrodillo en la cama y me posiciono entre sus piernas. Deslizo mi mano
debajo de su espalda y la llevo por detrás, agarrando sus hombros en un agarre
firme. Espero silenciosamente y escucho que el agua comience a correr a
través del pasillo. Cuando la ducha se pone en marcha, la agarro con más
fuerza y golpeo dentro de ella muy duro. Grita. Inmediatamente pongo mi
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mano sobre su boca y continúo golpeando contra ella. No puedo decir si está
Página
gritando en mi mano porque le gusta o porque la estoy follando tan duro que
duele. El hecho que no pueda decir la diferencia me excita aún más. No me
lleva mucho tiempo. Sabiendo que acabo de hacer gritar a Sloan en este
mismo lugar hace menos de dos minutos es suficiente para hacerme acabar sin
siquiera tener mi polla profunda hasta las bolas en alguna zorra. Aprieto mis ojos
cerrados y golpeo contra ella una última vez, manteniendo mi posición por
varios segundos mientras sus gemidos están siendo suprimidos por mi mano. Me
dejo caer sobre los codos y tomo uno de sus pezones en mi boca, chupando y
tirando de él hasta que el ultimo pedazo de mi es liberado.
Me relajo contra el pecho de la chica y me salgo. Gime, apretando los
muslos contra mis caderas, queriendo más. La idea de hacer llegar a dos chicas
al clímax con mis dedos a solo minutos de diferencia es más de lo que nunca he
logrado.
Lanzo el condón en la basura luego me acuesto a su lado.
Empujo sus muslos y pongo dos dedos profundamente en su interior,
viendo como sus ojos ruedan hacia atrás de su cabeza. Presiono mi mejilla
contra la de ella y facilito mis dedos dentro y fuera.
—¿Te gusta esto? —susurro en su oído. Gime y respira un sí, así que fuerzo
un tercer dedo dentro de ella, sintiéndola apretada alrededor de mi mano.
Respira muchos sís, más fuertes esta vez.
Meto el cuarto dedo dentro de ella, viendo como hace una mueca de
dolor. Froto mi pulgar sobre su clítoris y pongo los dedos hacia arriba,
encontrando el punto exacto que la envía en picada.
—¿Te gusta cuando te follo con mi mano?
Se viene más fuerte, gimiendo y gruñendo y gritando mi nombre. Tengo
que cubrir su maldita boca de nuevo con mi mano libre.
Me empujó hacia atrás y la miro a los ojos. —¿Me viste follar a mi novia
con la mano? ¿Eso te excitó?
Sus ojos se agrandan y no responde, así que le pregunto de nuevo.
—¿Lo hiciste? —digo, deteniendo el movimiento de mi mano, causando
que gima. Sabía lo cerca que está de la liberación, así que utilizo su
desesperación a mi favor—. Dime que te gusto.
Ella gime, apretándose contra mi mano, silenciosamente rogándome
seguir adelante. Saco los dedos de ella y se los llevo a la boca.
—Pruébala —digo trazando mis húmedos dedos por el labio inferior.
Vuelve la cara hacia un lado, sin querer tomar mis dedos en su boca. Mi
polla esta dura de nuevo, así que me posiciono encima de ella. La necesidad
33
Sloan
Me deslizo en el baño antes de la clase para una comprobación rápida
del cabello y maquillaje. Nunca me ha importado antes si me miraba como si
acabara de salir fuera de la cama, pero a sabiendas de que Carter estaría
sentado a centímetros de distancia de mí durante la siguiente hora, me
encuentro más preocupada de lo habitual.
Las luces fluorescentes son implacables. Las bolsas bajo mis ojos cuentan
su propia verdad de lo de anoche. Con sólo mirar mi reflejo, todo lo que veo es
una chica que se quedó hasta muy tarde preocupándose por el tipo que le
prometió una cita, pero nunca apareció.
Asa se fue con su amigo Jon ayer mientras estaba en la ducha,
preparándome para que me llevara afuera por primera vez en más de cinco
meses.
A pesar del hecho de que ninguno de ellos estaba en casa, la casa
todavía estaba llena de gente. Me quedé preocupada por él hasta que no
pude mantener los ojos abiertos más.
Cuando por fin se metió en la cama, procedió a arrastrarse encima de
mí, me encontraba tan enojada que empecé a llorar.
Ni siquiera se dio cuenta. O no le importó.
Lloré todo el tiempo que estuvo encima de mí, follándome como si no le
importa una mierda quién estaba debajo de él, siempre y cuando alguien
estuviera debajo de él. Cuando terminó, se dio vuelta y se durmió sin una sola
palabra. Sin una disculpa, ni un gracias, sin un te quiero. Él sólo dio la vuelta y
35
cayó dormido sin una sola cosa de conciencia. Me di la vuelta y seguí llorando.
Lloraba por el hecho de que le permito hacer lo que me hace. Lloraba
Página
por el hecho de que me siento como si no tuviera otra opción. Lloraba por el
hecho de que todavía estoy con él, a pesar de la persona en que se ha
convertido. Lloraba por el hecho de que no tengo salida, no importa cuánto
me quiera ir. Lloraba por el hecho de que a pesar de estar muy mal por él,
todavía estaba muy preocupada cuando él no volvió a casa.
Lloraba porque me di cuenta de que no importa en que se ha
convertido, una parte de mí todavía está enamorada de él... porque no sé
cómo no hacerlo.
Me aparto de mi reflejo, porque me da vergüenza en quien me he
convertido.
***
Carter ya está sentado a su mesa cuando entro en la clase de español.
Veo que me observaba por el rabillo del ojo, pero me niego a mirarlo.
Después de pasar la hora de clase con él el otro día, creo que es seguro
decir que he desarrollado un ligero gusto por él. La idea de tener que pasar
tiempo con él, tres días a la semana, me tenía mareada; sensación que se
había convertido en algo muy extraño para mí. Pero al verlo en mi casa, con
Asa de todas las personas, aplastó cualquier fantasía que pude haber tenido.
Nunca tuve la intención de que pasara algo con él. ¿Cómo podría?
No hay manera de que pueda salir de la situación en la que estoy con
Asa, y no soy de las que engaña. Simplemente estaba deseando tener un
flechazo, mirar hacia adelante y coquetear un poco. Mirando hacia adelante,
sintiéndome deseada.
Sabiendo ahora que Carter es más como Asa de lo que podía haber
imaginado, no quiero ser parte de eso. Ninguna parte de él. El hecho de que es
ahora otro accesorio constante en nuestra casa lo hace aún más pasivo. Si Asa
incluso sospechaba que otro hombre me hablaba, ese tipo estaría muerto. Me
gustaría decir que no es una afirmación literal, pero lo es. En vista de que no
parece tener una conciencia, yo creo al cien por cien que es capaz de
asesinar.
Que es exactamente la razón por la que no estoy poniendo a Carter en
esta situación.
Me sigo diciendo a mí misma que Carter es sólo otro Asa, en diferente
ropa. No vale la pena el riesgo. Trato a esta situación con él tal y como es: otro
obstáculo a mi eventual fuga.
Echo un vistazo alrededor de la habitación por un asiento vacío que no
esté al lado de él. Debo haber pasado demasiado tiempo en el baño, ya que
36
Hay dos asientos en la segunda fila de la parte superior que están vacíos,
pero son directamente en frente del que él está ocupando. Evito su mirada y
camino hacia los asientos vacíos con la cabeza metida hacia abajo. No sé si
puedo seguir fingiendo que no lo había notado, pero estoy segura como el
infierno que trataré.
Tomé uno de los asientos y me siento. A continuación, tiré de mis libros y
los coloco sobre la mesa frente a mí. Oigo una conmoción repentina
procedente de la fila superior y no pude dejar de dar la vuelta. Carter se
deslizaba a otro lado de la mesa, detrás de mí, con su mochila en la mano.
Salta fuera de la mesa y tira de la silla vacía junto a mí, luego se deja caer en
ella.
—¿Qué es todo esto? —pregunta, retorciéndose en su silla frente a mí.
—¿Qué es lo que todo esto? —Me pregunto, abriendo el texto a donde lo
dejamos el lunes.
Puedo sentirlo mirándome fijamente, pero no dice nada. Sigo fingiendo
leer y sigue mirándome en silencio hasta que no puedo más. Me vuelvo hacia
él.
—¿Qué? —pregunto, irritada—. ¿Qué deseas?
Todavía no dice nada. Golpeo mi libro cerrado y giro mi cuerpo hacia el
suyo. El hecho de que nuestras rodillas se presionan entre sí no pasa
desapercibido. Mira hacia mis piernas y puedo ver un atisbo de una sonrisa
jugando en la comisura de la boca.
—Bueno —dice—. En cierto modo me ha gustado sentarme a tu lado el
otro día, así que pensé que lo haría de nuevo. Puedo entender si no es lo que
quieres, así que...
Comienza a recoger sus libros y una gran parte de mí quiere arrancarlos
de sus manos y hacer que se quede aquí, justo donde está, pero en una parte
aún más grande de mí está aliviada de que él está tomando la indirecta.
Mete su cuaderno en la mochila y me callo. Si digo algo, sé que va a ser
nada más que una patética súplica para que se quede quieto.
—Estás en mi asiento —dice una voz monótona y plana.
Carter y yo miramos hacia arriba para ver un tipo parado en frente de
nosotros, mirándolo hacia abajo con una expresión indiferente.
—Me estaba moviendo, hombre —dice Carter, tirando su mochila sobre
la mesa.
—Nunca debiste haberte sentado allí en el primer lugar —dice el chico—.
Me siento allí. —Se vuelve hacia mí y extiende su brazo hacia afuera,
37
hacer.
Página
Carter
Después que la clase ha terminado, camina junto a mí mientras la
conduzco hacia el aparcamiento. Puedo decir por el agarre que tiene en su
mochila y la forma en la que sigue mirando detrás de ella que está a punto de
retirarse. Cuando hace una pausa, volviéndose hacia mí en el pavimento, ni
siquiera le doy la oportunidad de hablar.
—Es la hora del almuerzo, Sloan. Necesitas comer. Te voy a llevar a comer
pizza. Deja de tratar de hacer que sea más de lo que es, ¿de acuerdo?
Sus ojos se abren en estado de shock. Sabía exactamente lo que estaba
pensando. Aprieta los labios y asiente.
—Es almuerzo —dice con un encogimiento de hombros, tratando
casualmente de convencerse de que esto es perfectamente aceptable—. Yo
almuerzo. Tú almuerzas. ¿Cuál es el problema si comemos el almuerzo al mismo
tiempo? ¿En el mismo restaurante?
—Exactamente —digo.
Hay sonrisas en nuestras caras, pero el miedo en sus ojos lo dice todo.
Estamos cruzando una línea, y los dos lo sabemos.
***
Cuando llegamos a mi coche, yo, naturalmente, me dirijo hacia su puerta
para abrirla por ella, pero cambio de opinión y voy directamente al lado del
conductor, en su lugar. Cuanto menos la trate como mi cita, menos se sentirá
como una cita. No quiero ponerla más nerviosa sobre nuestro "almuerzo
informal" de lo que ya está. La verdad es, que estoy bastante nervioso por los
41
dos. No sé qué demonios pienso que estoy haciendo, pero cuando estoy cerca
Página
de ella, todo lo que puedo pensar es en cuanto más cerca de ella quiero estar.
Los dos cerramos nuestras puertas y yo arranco el coche, a continuación,
salgo de la zona de aparcamiento. Alejándome de la universidad con ella a
solas en mi coche se siente casi como jugar a la ruleta rusa. Mi pulso se acelera
y mi boca se seca, a sabiendas de que estar con ella es un potencial suicidio
profesional. Por no hablar de lo que sucedería si Asa lo descubre.
Lo borro de mi mente y la miro. Decido que si este puede muy bien ser mi
último día en la tierra, me voy a centrar en ella y a disfrutarlo mucho.
—Tengo una confesión —dice, mirándome con vergüenza.
—¿Qué es?
Hace clic en el cinturón de seguridad en su lugar y pliega sus manos sobre
su regazo. —No tengo nada de dinero.
Quiero reírme de su confesión, pero con toda honestidad, eso me pone
triste por ella.
—Yo invito —le digo, porque lo habría hecho, indistintamente—. Pero si no
te hubiera llevado a almorzar hoy, ¿cómo habrías comido?
Se encoge de hombros. —Por lo general no almuerzo. El almuerzo cuesta
dinero, y el dinero es algo que no tengo en abundancia en este momento.
Estoy ahorrando para algo más importante.
Miró por la ventana, una clara señal de que no tiene intenciones de
entrar en detalles en lo que está ahorrando. No la presiono. Pero insisto por una
respuesta de por qué no tiene dinero para comer.
—¿Por qué no le pides a Asa dinero? Él lo tiene. Apuesto a que si sabía
que no estabas comiendo el almuerzo, se aseguraría de que tengas un poco.
Niega con la cabeza. —No quiero su dinero sucio —escupe—. Prefiero
morir de hambre.
No respondo. No quiero recordarle el hecho de que tiene la impresión de
que estoy trabajando para Asa, por lo que estaré pagando por nuestro
almuerzo con ese mismo dinero sucio. En cambio, giro la conversación hacia un
tema más ligero.
—Háblame de tu hermano —digo mientras dirijo el coche en la dirección
de la autopista.
—¿Mi hermano? —pregunta, interrogándome—. ¿Cuál?
—¿El que tiene Asperger? No sé mucho sobre ello. Tenía un vecino en
Sacramento que lo tenía. No sabía que era algo que se podía solucionar, pero
dijiste que tu hermano lo tenía... como en pasado.
42
Sus ojos se caen a su regazo y ella enlaza sus dedos juntos. —No es algo
Página
Asa
—¡Jon!
Estoy agarrando mi teléfono tan fuerte que no me sorprendería si se
rompiera en mi mano.
Respiro por mi nariz y boca, calmándome a mí mismo, tratando de darle
el beneficio de la duda antes de que pierda los estribos completamente.
—¡Jon!
Finalmente escucho sus pasos saltando por las escaleras. Mi puerta se
balancea abierta y entra en la habitación.
—¿Qué diablos es? Estaba cagando.
Miro hacia abajo al informe de GPS en mi teléfono. —¿Qué está en Ricker
Road 1262?
Mira hacia el techo, tamborileando con los dedos contra el marco de la
puerta.
—Ricker Road. —Se repite a sí mismo—. Restaurantes más que nada, creo.
—Mira a su teléfono y escribe la dirección—. ¿Por qué? ¿Tenemos una entrega?
Niego con la cabeza. —Nop. Sloan está en Ricker Road.
Jon ladea la cabeza.
—¿Su coche se descompuso? ¿Necesita ir a algún sitio?
Pongo los ojos. —Ella no necesita un puto aventón, idiota. Está en Ricker
44
Road cuando debería estar en el campus. Quiero saber que mierda está
Página
Sloan
Carter mantiene la puerta abierta para mí. Esta la primera vez que he
estado en el interior de un restaurante en meses; he olvidado lo bien que
huelen.
Pensamientos de Asa sabiendo que estoy aquí siguen intermitentes a
través de mi mente, a pesar de hacer todo lo posible para centrarme en el
hecho de que sólo estoy comiendo el almuerzo. Tan inocente como puedo
pretender que esto es, si él lo descubre...
No quiero ni pensar en lo que haría él.
La anfitriona nos sonríe, agarrando dos menús. —¿Mesa para dos?
—Sí, por favor —dice Carter—. Bananas con agua hervida en Reno —
añade con cara seria.
Se me escapa una risa. La anfitriona nos dispara una mirada un tanto
confusa, a continuación, mueve la cabeza.
—Síganme.
Se agacha y agarra mi mano, tirando de mí hacia adelante. No se limita
a agarrar mi mano para llevarme a nuestros asientos; sino que entrelaza sus
dedos con los míos y me sonríe, haciendo latir a mi corazón como un bombo.
Oh, Dios, esto está mal, mal, mal.
Cuando llegamos a nuestra mesa y saca su mano de la mía para tomar
su asiento, literalmente hace que duela mi corazón por tener que dejar ir de su
46
mano. Los dos nos deslizamos en la cabina y descansamos los codos sobre la
mesa entre nosotros. Miro hacia abajo a sus manos.... la que acababa de
Página
hambre.
Página
—No estoy cabreada —digo, rodeando su demanda de respuestas,
todavía. El problema que tuve con él sosteniendo mi mano fue que me gustó.
Mucho. Pero no le estoy diciendo eso.
Aparto mi mirada de él y tomo de nuevo el menú. No quiero ver su
reacción. He leído las opciones en el menú por un tiempo, muy consciente del
equilibrado silencio entre nosotros. El hecho de que él no está diciendo nada
me está volviendo loca. Lo siento mirándome; en silencio me desafío a mirarlo.
—¿Puedo pedir una pizza? —pregunto, rompiendo el silencio y
cambiando de tema.
—Pide lo que quieras —dice, finalmente, recogiendo su propio menú.
—Pepperoni y cebolla. —Dejo el menú de nuevo sobre la mesa—. Y agua
está bien. Voy a ir al baño.
Me muevo, deslizándome hacia fuera, pero sus pies todavía se apoyan
en la cabina junto a mí, bloqueando mi salida. Me veo obligada a mirar hacia
él, pero todavía está mirando hacia abajo a su menú. Saca lentamente un pie
fuera de la cabina, y luego el otro con una pequeña sonrisa en sus labios todo
el tiempo. Deslizándome fuera de la cabina, entro al cuarto de baño, cerrando
la puerta detrás de mí. Presiono mi espalda contra la puerta y cierro mis ojos,
dejando escapar un profundo suspiro reprimido.
Maldito.
Maldito por sentarse a mi lado en clase.
Maldito por presentarse en mi casa.
Maldito por estar involucrado con Asa.
Maldito por traerme aquí.
Maldito por sostener mi mano.
Maldito por ser tan agradable.
Maldito por ser todo lo que quisiera que Asa fuera y todo lo que desearía
tener.
Lavo mis manos no menos de diez veces, pero todavía lo puedo sentir,
todavía puedo sentir sus dedos entrelazados con los míos... la piel áspera de su
palma presionada contra mi mano... la forma en que me llevó detrás de él,
guiándome a través del restaurante... el cosquilleo en la palma de la mano que
no desaparecerá, no importa lo duro que la estriegue.
Chorreo más jabón en mis manos y las lavo por undécima vez. Luego de
tomar el valor suficiente para salir finalmente del cuarto de baño, regreso a
48
Carter
—¿Podemos tener esto para llevar? —pregunto, entregándole nuestras
bebidas a la mesera—. ¿Y la pizza?
—Dentro de poco —dice. Se aleja y me inclino hacia adelante, dejando
caer la cabeza en mis manos.
No tengo idea de lo que se ha apoderado de mí. Nunca he dejado que
una chica me llegue de esa manera.
Mucho menos una chica con la que no salgo.
¡Pero maldita sea ella! Es tan frustrante. No entiendo como ella puede ser
tan testaruda y segura cuando se encuentra a mí alrededor, pero en su propia
casa comportarse como el maldito tapete de Asa.
Luego, de la nada, ¿me acosa por ser amable con ella? ¿Qué demonios?
Me doy cuenta de que algunas mujeres se hallan atraídas hacia hombres como
Asa. He estado en esta carrera el tiempo suficiente como para saberlo. Pero
Sloan es diferente. Es más inteligente que eso. Es por eso que es tan
condenadamente doloroso tener que sentarse y observarla, porque no sé lo
que la mantiene allí. Incluso cuando no es mi lugar, no puedo estar solo con ella
de esta manera y no usarlo como una oportunidad para convencerla de que
es mejor que esto. A pesar de que llamarla tapete y decir la mierda que dije no
es la manera de convencerla de eso.
Soy un jodido idiota.
—Su orden se encuentra en el mostrador —dice la mesera,
entregándome la cuenta.
52
aleja.
Página
Asa
Después de todo lo que hecho por ella, después de todo lo que hago por
ella, más le vale tener una buena mierda de excusa por hacerme pasar por
esto.
Sería nada si no fuese por mí. La acogí cuando no tenía otro lugar a
donde ir. Si no fuera por mí, se hubiera arrastrado de nuevo hacia su puta
madre adicta a la heroína. Solo basado en las cosas que me dijo sobre su
niñez, está mucho mejor conmigo y ella lo sabe. ¿Una madre que trae a casa
un nuevo marido de mala calidad cada dos meses? Me gustaría verla volver a
esa mierda.
Pero si está jodiendo por ahí, ese será el primer lugar en donde la dejaré.
Seré el primero en empujarla a través de la puerta principal de su puta madre…
de regreso en un remolque lleno de padrastros rotantes que se excitan
escondiéndose en su armario mientras ella se cambia la ropa.
—¿Quieres que pruebe algo más? —dice Jess, volviendo mi atención al
momento. Se encuentra de rodillas al borde de la cama—. No se pone duro.
Alzo los codos y bajo la mirada hacia ella. —Si supiera como jodidamente
hacerlo —digo. Me levanto y la llevo a unos metros a través del suelo y apoyo
mis manos contra la pared. Cierro mis ojos y en cambio, me imagino que es
Sloan arrodillada frente a mí. Excepto que está llorando, rogándome por
mantenerla. Rogándome porque la salve otra vez, justo como lo hice la última
vez que hizo algo estúpido.
55
Carter
Asa sale por la puerta y agarro de nuevo la parte de atrás de mi cuello y
aprieto.
—¡Mierda!
—Lo sé —dice Dalton, sin tener ninguna idea real de lo que está pasando
a través de mi mente en este momento.
—Necesito hacer una llamada telefónica —le digo—. Espera aquí y
asegúrate de que no entre de nuevo —camino por la puerta principal y me
dirijo directamente a mi coche. Saco mi teléfono del bolsillo y me desplazo por
los números, busco el de Sloan.
Dalton dijo que ingresó el número de todos los que viven aquí en mi
teléfono una vez me asignaron este trabajo, me desplazo pero no veo su
nombre en la "S". Justo cuando estoy a punto de tirar mi teléfono debido a la
frustración, el contacto "chica de Asa" llama mi atención. Lo aprieto, presiono
una y otra vez, dispuesto a marcar más rápido.
Pongo el teléfono en mi oído y escucho como suena. Al cuarto tono,
finalmente responde.
—¿Hola?
—¡Sloan! —digo su nombre con desesperación.
—¿Quién es?
—Es Lu... Carter, es Carter.
58
a Asa?
Se mete en el paso detrás de mí. —Parece que fueras tú el que necesita
Página
calmarse —dice.
Empujo la puerta y Asa está sentado en una silla junto a la piscina,
tamborileando con los dedos sobre las rodillas, tomo asiento al lado de él y
pateo los pies hacia atrás, tratando de aparecer tan relajado como mis nervios
me lo permitan. No me importa si se entera de que era yo él estaba con ella en
el almuerzo, no me importa si sigue adelante con su amenaza. Todo lo que
importa es que él no ponga otro dedo en ella.
Dalton y yo mantenemos ocupado a Asa, charlando acerca del próximo
acuerdo que quiere hacer. Un rato después, oímos a Sloan entrar en la calzada.
Puedo verlo tensarse y cerrar su boca a la mitad de la frase. Empieza a ponerse
en pie, supongo que para ir a reunirse con ella en el patio delantero, hago lo
que sea necesario para distraerlo.
—Por lo tanto, esta chica ¿Jess? —digo.
Se vuelve hacia mí. —¿Qué hay de ella?
—Sólo por curiosidad. ¿Realmente puede tomar tan profundo en su
garganta? —incluso tratar de fingir que estoy interesado me hace sentir como
un idiota.
Sonríe y abre la boca para responder cuando se abre la puerta de atrás,
Sloan camina con una caja de pizza en su mano, puedo sentir la rabia filtrarse
fuera de él como bola hecha puños en sus manos.
—Hola chicos —dice ella, paseando hacia nosotros—. ¿Alguien con
hambre? Tengo sobras. —extiende la caja de pizza y mantiene una sonrisa
estampada en su rostro.
Dalton salta hacia arriba y se encuentra con ella, agarrando la caja de
sus manos. —Claro que sí —dice, tomando una rebanada. Me entrega la caja,
así que agarro una, también, le paso la caja a Asa, mientras ella toma asiento
en la silla de jardín con él. Se inclina para besarlo, pero él la tira hacia atrás.
—¿De dónde has sacado esto? —pregunta, cerrando la tapa para leer la
parte superior de la misma.
Se encoge de hombros, con cuidado de no mirarme en absoluto—. De
algún lugar italiano. Una de mis clases se canceló hoy y tenía hambre, así que
fui a almorzar.
—¿Sola? —pregunta él, dejando la caja en el piso al lado de él.
Ella sonríe. —Sí, estoy tan cansada de la comida de la escuela. —Llega
hasta la caja y coge un trozo—. Pruébala —dice, entregándosela—. Es muy
buena, la traje a casa para que puedas probarla.
Asa agarra la porción de pizza de sus manos y lo deja caer de nuevo en
60
él.
—Ven aquí —dice, tira de ella en su regazo, agarrando la parte posterior
de su cabeza y la besa.
Aparto la mirada, tengo que.
Se pone de pie con ella todavía envuelta alrededor de él, lo puedo ver
por el rabillo del ojo mientras la levanta por el culo, besándole el cuello. Camina
hacia la casa y miro hacia arriba, mientras ella me mira desde encima del
hombro, me mira con los ojos abiertos hasta que la lleva a través de la puerta
trasera a la casa; más probable todo el camino hasta su cama.
Me recuesto en la silla y dejó escapar un gran suspiro, pasando mis manos
por mi pelo. ¿Cómo espero sentarme aquí, sabiendo lo que está pasando en
esa casa?
—Me gustaría que pudiéramos arrestar su culo hoy —le digo a Dalton.
—No me gusta la forma en que ella te mira —dice con un bocado de
pizza, doy un vistazo hacia él y todavía está mirando la puerta de atrás—. Ella es
un problema.
Cojo la caja de pizza y agarro otra rebanada. —¿Celoso? —río, tratando
de parecer indiferente sobre su comentario—. Siempre puedes tener a Jess.
Escuché que Jon es mucho más generoso que Asa.
Se ríe y niega con la cabeza. —Estas personas están tan jodidas.
No todos.
—Creo que podríamos utilizarla —añade Dalton, lo miro y puedo ver sus
ruedas en movimiento.
—¿Usarla cómo?
—Está interesada en ti —dice, sentándose erguido en su asiento—.
Tenemos que usar eso a nuestra ventaja. Acércate a ella, probablemente sabe
más sobre la gente que trabaja con Asa de lo que podamos llegar a ser
capaces de averiguar a través de nuestras posiciones.
Mierda. La última cosa que quiero hacer es involucrarla. —No creo que
sea una buena idea.
Se pone de pie y dice—: Tonterías, esto es perfecto. Esa chica es el
quiebre que hemos estado esperando en este caso —empieza a marcar un
número en su teléfono, caminando hacia la puerta de atrás.
El uso de una mujer para acercarse al cierre de un caso no es nada para
él, lo ha hecho en casi todos los trabajos que hemos tenido juntos.
Es algo que no estoy dispuesto a hacer.
61
Sloan
—Tu corazón está latiendo muy rápido —dice Asa, dejándome sobre el colchón.
Por supuesto que lo está. Estos fueron probablemente los más temibles cinco
minutos de mi vida, sin saber si podía continuar con la mentira. Gracias a Carter,
funcionó.
—Me besaste todo el camino a través de la casa —le digo—. Por supuesto que
late rápido.
Asa se desliza encima de mí y presiona sus labios en los míos, besándome
suavemente. Pasa su mano por mi cabello, besando mi barbilla y el cuello, hasta que
llega a la base de mi garganta. Se detiene y me mira fijamente a los ojos.
—¿Me amas, Sloan? —dice, su pregunta sale directamente de la nada.
Trago y luego asiento.
Se empuja hacia arriba con las palmas de sus manos. —Entonces dilo.
Fuerzo una sonrisa al mirarlo. —Te amo, Asa.
Me mira por un momento como si tuviera un detector de mentiras interno y
esperara para ver si apruebo. Poco a poco se coloca sobre mí y entierra su cabeza en
mi cuello. —También te amo —dice. Rueda hacia un lado y me jala hacia a él. Me
sostiene, frotando su mano en círculos suaves sobre mi espalda. No recuerdo la última
62
vez que me haya tocado en esta cama sin que sea directamente relacionado con el
sexo.
Página
Carter
Hay pocas cosas peores que mi sentido del tiempo, tan pronto como
abro la puerta de atrás para caminar dentro de la casa, mis oídos se
encontraron con el sonido final de los gruñidos de Asa procedentes de arriba.
Me detengo en la cocina, ni siquiera sé por qué estoy escuchando lo que está
haciendo con ella, sólo la idea me revuelve el estómago, especialmente
después de saber lo que hizo con Jess hace dos horas.
Cuando escucho pasos arriba y cerrar la puerta del baño, salgo de mi
trance y camino hacia el refrigerador. Hay un pizarrón magnético, cubierto de
números de teléfono, pegado a la parte frontal de la nevera, agarro uno de los
marcadores, presiono la pizarra y escribo. Pasos descienden de las escaleras y
regreso el marcador de nuevo en su lugar, a continuación, doy la vuelta justo a
tiempo para ver a Asa dando vuelta en la esquina.
—Oye —dice. Está descalzo y lo único que está usando son sus vaqueros
azules desabrochados, su cabello está desordenado y tiene una sonrisa de
satisfacción en su rostro.
—¿Qué pasa? —apoyándome contra el mostrador, lo observo mientras
camina al armario y coge una bolsa de patatas fritas, la abre y se apoya en el
mostrador frente a mí.
—¿Cómo te fue anoche? —pregunta—. Ni siquiera tuve oportunidad de
preguntarte.
—Bien —digo—. Pero tenía curiosidad ¿Qué pasaría si llegáramos al
proveedor directamente? Realmente no hay necesidad de un intermediario
64
más, si la única razón por la que atraviesas por esto es por la traducción.
Página
Pone otro chip en su boca y lame sus dedos. —¿Por qué crees que te
traje? —Coloca la bolsa de papas hacia abajo y vuelve hacia el fregadero,
pasando las manos bajo el agua—. Mis manos saben jodidamente a coño —
dice, lavándose con jabón.
Este es uno de los pocos momentos en mi carrera en que me gustaría
haber elegido algo un poco más flojo, algo un poco menos emocionalmente
agotador. Debí haber sido un profesor de poesía.
—¿Cuánto tiempo has estado saliendo con esa chica? —pregunto, parte
de lo que estoy aquí es para curiosear, pero las únicas preguntas de las que
parece que quiero saber las respuestas son las preguntas relacionadas con
Sloan.
Se seca las manos con una toalla y agarra la bolsa de patatas fritas,
entonces, toma un asiento en el bar, me quedo donde estoy.
—Hace un tiempo. ¿Dos años tal vez? —mete un puñado de patatas fritas
en su boca y se limpia la palma de la mano por la pierna del pantalón.
—No parece como si aprueba lo que haces —digo, pisando la ligera—.
¿Crees que alguna vez te deje?
—Infiernos que no —responde rápidamente—. Soy todo lo que tiene. Ella
no tiene más remedio que aceptarlo.
Asiento con la cabeza y agarro el borde del mostrador detrás de mí, no
me fío de una palabra que sale de su boca, así que realmente estoy esperando
que el hecho de que él es todo lo que tiene sea solo otra de sus mentiras.
—Sólo me aseguraba —digo—. Es difícil para mí confiar en la gente, si
sabes lo que quiero decir.
Entorna los ojos y se inclina hacia adelante. —No vuelvas a confiar en
nadie, Carter, especialmente en las putas.
—Pensé que habías dicho que Sloan no era una puta —lo desafío.
Mantiene sus ojos fijos en los míos —inmóvil y enojado—. Por un momento,
me preocupa que pudiera hacerme lo que le hizo a Jon antes. En cambio, se
lleva la mano a la mandíbula y hace sonar su cuello, luego se inclina hacia
atrás en su asiento de nuevo, el destello de ira en sus ojos se disipa con el sonido
de los pasos de Sloan que desciendo de las escaleras, entra en la cocina y se
detiene cuando nos ve a los dos.
Asa me quita los ojos de encima y la mira a ella. Se ríe y se pone de pie,
acercándola contra él. —La gente se tiene que ganar mi confianza —dice,
mirándome por encima del hombro—. Sloan se ganó la de ella.
65
Ella pone sus manos en su pecho y empuja contra él, pero no la suelta. Se
Página
sienta de nuevo y tira de ella, para que esté de pie entre sus piernas, con la
espalda contra su pecho, frente a mí. Envuelve sus brazos alrededor de su
estómago y apoya su barbilla en su hombro, haciendo contacto visual conmigo
otra vez.
—Me gustas, Carter —dice Asa—. Eres todo negocios.
Fuerzo una media sonrisa, agarrando la barra con todas mis fuerzas,
intentando no mirar a los ojos de ella. No puedo con el temor que veo en ellos
cada vez que él tiene sus manos sobre ella.
—Hablando de negocios —digo—. Vuelvo en un par de horas, tengo un
par de cosas que hacer —me incorporo y camino pasándolos hacia la puerta
principal. Cuando lo hago, ella me mira con reconocimiento en sus ojos.
Él se inclina y la besa en el cuello, a continuación, levanta una mano a su
pecho. Ella aprieta sus ojos cerrados, haciendo muecas, a continuación, gira
lejos de mí.
Sigo caminando y me dirijo a la puerta, sintiéndome completamente
impotente. Tengo que recordarme a mí mismo que estoy aquí por una razón y
una razón solamente y ella no lo es.
***
Le escribo a Dalton antes de salir fuera de la calzada y le digo que voy a
la estación a hacer un par de notificaciones. En su lugar, solo empiezo a
conducir, sin tener la menor idea de a dónde voy, enciendo la radio y trato de
eliminar los pensamientos asesinos que estoy teniendo en contra de Asa, pero
mis otros pensamientos son de Sloan... y cada pensamiento que tengo de ella,
me lleva de nuevo a pensamientos asesinos de Asa.
Me doy cuenta de que tengo un deber, mi deber es completar el trabajo
por el que estoy siendo pagado por hacer... que es exponer la mayor red de
narcotráfico en la historia del campus universitario. El problema de las drogas en
la universidad local se ha multiplicado tres veces en los últimos tres años. Los
rumores dicen que Asa es la única razón para eso. Él y todas las personas en su
círculo, son la razón por la que Dalton y yo estamos aquí, para identificar a los
actores clave. Nosotros somos solo una pequeña parte de esta picadura; pero
son las pequeñas piezas que componen un todo enorme y cada una de
nuestras funciones son vitales.
Asa está arruinando muchas vidas y Sloan es una de ellas, no puedo
enfocarme en lo que estoy aquí para hacer y ayudar a derribar todos los
involucrados en toda su operación, que a su vez es salvar vidas... o puedo
salvar a una chica de su novio abusivo.
66
Página
Tener que separar por lo que es lo que estoy aquí y lo que quiero hacer
de esta situación me hace sentir como la teoría del General Patton 4; cómo a
veces es necesario sacrificar la vida de los pocos por el bien de la mayoría.
Se siente como que estoy sacrificando la vida de Sloan por el bien de
todos los otros que Asa está arruinando y ese pensamiento me mata.
Me encuentro dudando de si estoy o no hecho para esta profesión, esta
es la tercera vez en la última semana.
***
Después de una hora de conducir alrededor, decido regresar donde Asa,
Dalton se queda allí la mayor parte del tiempo, pero le dijo a él que vivo en el
campus durante una conversación que tuvieron hace un par de meses. Por lo
tanto, tenía que conseguir realmente un apartamento en el campus en caso
de que él alguna vez decida chequearme. Estoy donde él, la mayor parte de
las veces, sin embargo, porque ahí es donde voy a conseguir en última
instancia, la mayor parte de la información. Bueno... por estar cerca a su
"equipo" y posiblemente... Sloan.
Sé que Dalton está en lo correcto, necesito utilizarla para beneficio de la
investigación, pero eso significaría que tendría que permanecer en la situación
en la que se encuentra. Había pensado mucho en darle a escondidas algo de
dinero y obligarla a correr lo más lejos de él mientras pueda.
Cuando estoy cerca de la calle de él, noto a Sloan sentada en un banco
del parque a dos cuadras de su casa, está sentada sola con los libros
dispuestos, frente a ella sobre una mesa de picnic. Freno el coche y me hago a
un lado de la carretera, reviso el área, asegurándome que está sola.
Me siento en mi coche y la observo un rato, contemplando lo que
debería hacer, si fuera inteligente, me mantendría conduciendo y reorientaría
mi atención a donde tiene que estar. Si fuera inteligente, no estaría golpeando
la puerta de mi coche, preparándome para cruzar la calle.
Si fuera inteligente...
67
General Patton: uno de los principales líderes americanos durante la segunda guerra mundial,
4
Página
creo conflictos entre las tropas americanas y rusas. Por lo que fue asesinado en una especie de
accidente.
Traducido por -Val-
Corregido por LiliAna
Sloan
Nunca he visto estudiar a Asa ni un día en su vida, yo estudio todos los
días, independientemente de cómo de locas las cosas se ponen a mí
alrededor. Como ahora, tener que salir de la casa y caminar al parque sólo
para tener paz y tranquilidad.
¿Cómo demonios tiene un promedio general de 3.5? Yo no lo pasaría si
estuviera pagando a sus profesores.
—Oye.
Agarro las llaves en mis manos, completo con el spray de pimienta y poco
a poco me di vuelta.
Carter está caminando detrás de mí con las manos metidas en los bolsillos
de sus vaqueros. Su cabello oscuro está despeinado y cuelga por su frente,
precipitándose a sus ojos.
Se detiene a unos pies de mí, esperando a que le dé permiso para
acercarse. No está sonriéndome esta vez. Al menos pensó bien.
—Oye —digo rotundamente, dejando caer las llaves sobre la mesa—.
¿Asa te envió a llamarme?
Se acerca a la mesa de picnic y balancea su pierna sobre el banco,
extendiéndose a ambos lados de ella.
Me está mirando con las manos aún en los bolsillos. Miro hacia abajo a
mis libros de texto y me niego a mirarlo. La suavidad cruza desarrolle sobre él en
clase se convirtió en lo que podría ser una tormenta de mierda muy seria
después de tener el almuerzo con él. Tengo que mantener mi distancia y mirarlo
hace que no quiera mantener mi distancia.
—Estaba conduciendo por aquí. Te vi sentada aquí, pensé en ver como
68
estabas.
Página
sus ojos. Es una sensación extraña que confiar en alguien que apenas conoces,
más que con la persona que compartes tu propia cama.
Página
››Tuve dos hermanos más jóvenes mientras crecía. Nacieron cuando tenía
dos años. Gemelos. Mi madre era una adicta por lo que ambos nacieron con
complicaciones, Drew murió cuando tenía diez años. El otro —Stephen—
necesita de mucho cuidado. Cuidado que no puedo proporcionarle por mi
cuenta si quiero construir una buena vida para nosotros. Cuando cumplió
dieciséis, finalmente fue aprobado en una instalación grupal en la que sería
capaz de vivir y tener cuidados las veinticuatro horas. Y yo podría ir a la
universidad y hacer una vida mejor para nosotros. Las cosas estuvieron muy bien
hasta después de unas semanas de romper con Asa. La financiación de
Stephen fue retirada por el estado y no tenía lugar para vivir, ni lugar para
cuidar de él. Mi única otra opción era pagar la cuota de mi bolsillo, que son
miles de dólares al mes. No me lo podía permitir, pero lo último que quería era
que él se viera obligado a regresar a casa de mi madre. Allí no es seguro para
él. Cuando me di cuenta de la situación en la que nos había puesto a los dos,
no sabía a quién recurrir. Y cuando Asa apareció, pidiendo que regrese con él
con promesas de pago de la atención de Stephen, no pude decir que no. Me
mudé de nuevo con él. Ahora estoy obligada a fingir que es suficiente para mí.
Pretendo hacer la vista gorda a las cosas terribles que hace. Y a su vez, él envía
un cheque cada mes para pagar los gastos de Stephen. Y es por eso que
todavía estoy allí, Carter. Porque no tengo otra opción.
Carter me mira fijamente, completamente en silencio. Por un momento
casi me arrepiento de ser tan abierta con él. Nunca le había dicho eso a nadie.
Por mucho que Asa no me merece, todavía estoy avergonzada de que estoy
con él porque me ayuda. Es embarazoso admitir la verdad a alguien.
El almuerzo con él hoy parece como si fue a un mundo de distancia de
ahora. Tanto ha pasado entre esta mañana y este momento. Él se ve diferente
ahora. No es Carter juguetón que estaba en clases esta mañana. No es el
arrepentido Carter después de nuestro almuerzo de hoy.
Ahora mismo sólo se ve... no sé... como una persona totalmente diferente. Casi
como si hubiera estado fingiendo ser alguien que no es y esta es la primera vez
que me está mirando con la verdad detrás de sus ojos.
Me mira por un segundo y veo el lento bulto de su garganta mientras
traga y luego habla.
—Respeto lo que estás haciendo por tu hermano, Sloan —dice.
››¿Pero qué bien le harás si al final estás muerta? Esa casa no es segura
para ti, Asa no es seguro para ti.
Suspiro y seco una lágrima sin escrúpulos.
—Hago lo que soy capaz de hacer, Carter. No puedo permitirme
preocuparme por los ¿Qué tal y si?
70
Sus ojos siguen la lágrima por mi mejilla y luego levanta una mano hacia
Página
Carter
Cierro los ojos y continúo abrazándola mientras llora en silencio contra mi
pecho.
La abrazo hasta que el anochecer se convierte en oscuridad y lo que
quedaba de la luz está envuelto por un manto de estrellas.
La abrazo hasta que escucho un auto a punto de girar en la calle. Echo
un vistazo, pero gira en la dirección opuesta. Permanece presionada contra mi
camisa, pero la idea de Asa o incluso Dalton viéndome con ella en este
momento está en primer plano en mi mente.
No debería estar aquí consolándola. Eso solo puede causar más
problemas para ella.
Debido a que tiene razón. No puedo salvarla. Por mucho que yo quiera,
los dos estamos atascados. No puedo correr el riesgo de arruinar algo que es
mucho más grande que nosotros dos. No puedo sacrificar lo que estoy
haciendo aquí por el hecho de ayudarla a irse. Eso es algo que tendrá que
hacer por su cuenta y cuando ella sea capaz financieramente.
Y cada momento que la abrazo, cada vez que toco su cabello, cada vez
que tomo su mano, cada vez que me siento a su lado en clase, cada vez que
la pongo en más y más de estas situaciones inofensivas estoy empujándola más
cerca y más cerca del borde de un acantilado. Si no encuentro la manera de
alejarme de ella... voy a terminar viendo su caída.
Libero mi agarre alrededor de ella y retrocedo, pero ella sigue apretada
72
contra mi camisa. Agarro sus manos y las tiro lejos de mí. Levanta la cabeza y
me mira, con los ojos rojos e hinchados como deseo que estén sus labios.
Página
Trabajas rápido. Creo que ella sabe más de lo que pensamos que hace.
Página
Sloan
Me tomó media hora después de que Carter se alejó para recuperar
finalmente la compostura suficiente como para empacar mis cosas y caminar
de regreso a casa. Ya han pasado diez minutos desde que llegué al borde de la
oscura calzada. He estado mirando el pavimento, siguiendo el camino sinuoso
con mis ojos. Sería tan fácil de seguir caminando. No hay nada en esa casa que
quiero. Nada de lo que incluso necesito. Podría seguir caminando por la acera
hasta que sea demasiado para poder dar la vuelta.
Me gustaría que fuera tan fácil como suena, pero una vez más... No se
trata sólo de mí. Y nadie más que yo va a ser capaz de cambiar nada de esto.
Carter no me puede salvar. Asa de seguro que no me va a salvar. Solo
tengo que seguir guardando mi dinero hasta que tenga suficiente para hacerlo
por mi cuenta y llevar a mi hermano conmigo.
Doy un paso hacia la hierba, hacia la casa, pero no me atrevo. Es el
último lugar en donde quiero encontrarme en este momento. Quiero estar de
vuelta en el parque, de nuevo en el banco, de nuevo en los brazos de Carter.
Quiero esa sensación de nuevo, pero me da vergüenza admitir que quiero más
que eso, también. Quiero saber lo que se siente al ser besada por alguien que
me respete.
El solo hecho de tener ese pensamiento me hace sentir muy culpable.
Que yo sepa, Asa me es fiel. Me provee. Cuida de mi hermano
financieramente... una responsabilidad que no es ni siquiera suya. Hace esto
porque me ama y sabe que yo quiero ver feliz a mi hermano. No puedo
75
Asa
Mis manos están mojadas por el sudor. El aire acondicionado esta
arruinado de nuevo y hace demasiado calor para salir a la calle. Paso mi palma
sudorosa por el sofá de cuero, dejando una raya de sudor detrás del camino de
mi mano.
Me pregunto ¿De dónde proviene de sudor?
Me pregunto ¿De dónde proviene de cuero?
Mi madre me dijo que está hecho de vacas, pero sé que es una
mentirosa, por lo que no le creo. ¿Cómo podría hacerse de cuero de vaca? He
tocado una vaca antes y son como peludas. Ellas no se ven como de cuero
para mí. El cuero se ve más como si está hecho de dinosaurios que de vacas.
Apuesto a que el cuero realmente está hecho de dinosaurios. No sé por
qué mi madre siempre me miente. Ella le miente a mi papi, también. Yo sé que
ella le miente, porque ella se mete en muchos problemas por ello.
Papi siempre me dice que no confié en putas. No sé lo que es una puta,
pero sé que es algo que mi papi odia.
A veces, cuando se enoja con mamá, él la llama puta. Tal vez una puta
es otra palabra para mentirosa y es por eso que las odia tanto.
Me gustaría que mi madre no fuera una puta. Me gustaría que dejara de
mentir, para que no se meta tanto en problemas. No me gusta verla en
problemas. Papi dice que es bueno para mí, sin embargo. Él dice que si quiero
crecer y ser un hombre, tengo que ver como se ve una mujer cuando llora.
77
Papá dice que las lágrimas de una mujer hacen a los hombres débiles, y cuanto
Página
más vea sus lágrimas cuando soy joven, menos voy a creer sus mentiras cuando
sea mayor. A veces, cuando él empuja a mi madre por ser una puta, me hace
verla llorar por lo que voy a crecer sabiendo que todas las putas lloran y no me
debería molestar.
—No confíes en nadie, Asa, —me dice siempre—. Especialmente en las
putas.
***
Agarro la correa de cuero atada alrededor de mi brazo y tiro de ella con
más fuerza, dando palmadas en mi piel. Ahora me doy cuenta que el cuero no
está hecho de dinosaurios.
Mi madre no estaba mintiendo acerca de eso, al menos.
No recuerdo mucho de la pelea en su habitación esa noche. Los gritos se
habían convertido en un hecho cotidiano, por lo que no era nuevo para mí. Lo
que era tan diferente de aquella noche era el silencio. La casa nunca había
estado tan tranquila. Recuerdo estar tumbado en la cama, escuchándome
respirar porque era el único ruido en toda la casa. Odiaba el silencio. Odio el
silencio.
Nadie se enteró de lo que le hizo a ella durante unos días. Encontraron su
cuerpo envuelto en una sábana ensangrentada, metido debajo de la casa y
medio cubierto de tierra. Sé eso, porque me escabullí afuera y los vi sacarla de
debajo de la casa.
Después de que los policías arrestaron a mi padre, fui enviado a la casa
de mi tía, donde viví hasta que me escapé a los catorce años.
Sé que él está en la cárcel en algún lugar, pero nunca lo he buscado. No
he visto o escuchado de él desde esa noche.
Supongo que no se debe confiar en los hombres que se casan con las
putas, tampoco.
Presiono la punta de la aguja en el brazo y aplico un poco de presión.
Una vez que penetra a través de mi piel, demoro el proceso el mayor
tiempo posible. La inserción inicial y la picadura es la mejor parte para mí.
Empujo mi pulgar hacia abajo, sintiendo la cálida quemadura moverse
desde el punto de inserción, hasta mi muñeca y hacia arriba a través de mi
hombro.
Saco la aguja y la dejo caer al suelo, y luego desato la correa de cuero,
dejándola caer también. Doblo mi brazo hacia el pecho y lo sostengo con mi
otra mano mientras inclino mi cabeza hacia atrás contra la pared. Cierro los
ojos y sonrío, aliviado de que no terminé con una puta como mi madre.
78
Pensar en Sloan con otro individuo hoy dejó muy claro por qué mi padre
odiaba putas. No creo que realmente lo entendiera hasta ese momento,
Página
Carter
Ella regresó a casa hace unos diez minutos. Vi las luces encendidas en la
cocina.
Estoy sentado en la piscina con Jon, Dalton y un tipo llamado Kevin. Están
absortos en un torneo de póquer en vivo, viéndolo en un ordenador portátil que
Kevin ha apoyado en la mesa. Al parecer, ellos de alguna manera consiguieron
participar en eso.
Soy consciente que Dalton está tomando notas mentales, siguiendo las
conversaciones como un partido de ping-pong. Lo dejo. Mi mente está
demasiado agotada de este día para mantenerse al día, y no puedo dejar de
preocuparme sobre donde desapareció Asa, y qué está haciendo Sloan ahora
mismo.
Mi mirada fija en la casa. Miro las ventanas mientras ella se mueve
alrededor de la cocina, haciéndose algo de comer. Una vez que parece que
desaparece al piso de arriba, uso la oportunidad para tomar un respiro.
Necesito reagruparme —poner mi atención de nuevo en la conversación a mi
alrededor—. Sólo necesito unos minutos a solas con el fin de hacer eso. Algunas
personas se recargan teniendo la energía de otras personas a su alrededor.
No soy una de esas personas.
Una vez leí que la diferencia entre un extrovertido y un introvertido no es
la forma de actuar en un ambiente grupal. Se trata de si los ambientes grupales
te dan combustible o te drenan. Un introvertido puede exteriormente parecerles
a los demás a ser una persona extrovertida, y viceversa. Pero todo se reduce a
la forma como esas interacciones influyen interiormente.
Definitivamente soy una persona introvertida, porque la gente me drena.
80
—¿De nuevo?
Página
Ella suspira suavemente y estamos tan cerca que puedo sentir su aliento
en mis labios… tan cerca que puedo saborearla. Corro mi mano por su cabello
para tirar de ella hacia mí, pero en el segundo en que nuestros labios casi se
encuentran, la puerta trasera de la cocina empieza a abrirse. Los dos nos
separamos, mirando a direcciones opuestas. Abro la nevera mientras Jon
camina dentro de la cocina. Miro lejos de él, pero no antes de ver la mirada de
complicidad que me lanza. Lo sospecha.
Mierda.
Escucho a Sloan abrir un armario detrás de mí. Busco dentro de la nevera.
—¿Quieres una cerveza? —pregunto a Jon, sosteniéndola hacia él.
Toma dos pasos lentos deliberadamente hacia mí, mirándome con
fuerza, y toma la cerveza de mi mano. Mira detrás de mí a Sloan mientras
tuerce la tapa.
—¿Qué acabo de interrumpir?
Espero para ver si Sloan quiere responder, pero no lo hace. Sólo hay un
largo rato de silencio. Agarro otra cerveza de la nevera y luego cierro la puerta,
mirando en dirección de Sloan. Su espalda hacia ambos mientras ella misma se
sirve un vaso de agua del fregadero.
Podría actuar como si Jon está reaccionando de forma exagerada.
Podría fingir inocencia. Pero Jon lo sabría mejor. Sé lo que parecía cuando entró
aquí nosotros, dos girando en direcciones opuestas, separándonos, luciendo
culpables.
Jon no me conoce. Por todo lo que sabe, soy igual que él. Haciéndole
creer que no estoy preocupado por las repercusiones probablemente me gane
más su respeto que no.
Haciéndole creer que creo que Sloan es simplemente otra “puta” (como
diría Asa) sería mejor a sus ojos si de hecho pensará que ella era algo diferente.
Miro de regreso a Jon y sonrío mientras tomo un paso hacia él
—No te gustaría saber —Justo mientras lo paso, le guiño un ojo,
permitiéndole pensar en lo que sea que él quiera.
Camino con confianza afuera y tan pronto como la puerta se cierra
detrás de mí, presiono mi mano en la pared y dejó escapar una gran ráfaga de
aire.
Puedo sentir el tirón en cada parte de mí –la sangre corriendo a mi
cabeza mientras mis pulmones arrastran todas las respiraciones que Sloan tomó
de mí en esa cocina. O tomó de Luke, mejor dicho. Porque eso era todo yo
hace un momento, tirando de ella hacia mí, con ganas de poner mi boca
84
sobre la suya. Eso no tiene nada que ver con por qué estoy aquí.
Página
Y me dieron exactamente lo que merecía por permitir que sucediera. Jon
sabe que entro en algo y ahora tengo que encontrar la manera de arreglar eso
antes de Asa se entere.
La mierda acaba de ponerse real.
85
Página
Traducido por Vane v
Corregido por LiliAna
Sloan
Me tiemblan las manos mientras tomo un sorbo de agua. Sé que Jon se
encuentra todavía en la cocina, de pie en algún lugar detrás de mí, pero no
me quiero dar la vuelta. Me disgusta casi tanto como Asa, y sabiendo que él
cree haber visto algo entre Carter y yo le da una ventaja. Sé cómo trabaja. No
soy estúpida.
Dejó el vaso abajo y miro detrás de mí. Jon está de pie contra la nevera,
mirando a las palabras que escribí. Levanta la mano y traza su dedo índice en
torno a las palabras de la pizarra de borrado en seco, luego recorre con el
dedo a través de ellas, borrándolas.
—¿Qué demonios esto incluso significa? —dice, mirando hacia de regreso
a mí.
Me enfrento a él por completo, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
Odio cómo sus ojos se desplazan por mi cuerpo. Odio cómo me mira —como si
fuera la única cosa que no puede tener—. Sólo que ahora que piensa que
Carter casi me tenía, de alguna manera parezco más alcanzable para él.
Mi corazón se siente como si se deslizará por mi garganta. Puedo sentir el
latido de mi pulso en mi cuello mientras Jon comienza a dar unos pasos hacia
mí.
—¿Dónde está Asa? —pregunta, sus ojos vagando sobre mis pechos en
lugar de mi rostro.
—En nuestra habitación —digo, deseando que sepa que Asa está justo
aquí en la casa. No menciono que perdió el conocimiento y, probablemente,
no se despierte durante varias horas.
86
Es curioso cómo funcionan las cosas a veces. Temo a Asa más que nadie,
pero Asa es también mi única protección contra la gente en esta casa.
Página
garganta.
Página
La sala está oscura y vacía y trato de pelear para salir de su agarre, pero
estoy cada vez más débil por cada segundo con cada gota de aire que está
negándose a dejar que inhale. Puedo sentir el pánico fijándose, pero lo fuerzo
de nuevo hacia abajo. No puedo perder el control de mí misma en este
momento.
Me empuja en el sofá y en cuanto libera su agarre alrededor de mi
garganta, arrastro bocanada tras bocanada de aire, tosiendo y escupiendo
hasta que tengo suficiente aire en los pulmones para gritar. Pero antes de que
sea capaz de hacerlo, algo frío se coloca contra mi garganta. Algo afilado.
Oh Dios.
Aprieto los ojos cerrados, tan pronto como la otra mano de Jon comienza
a empujar mis rodillas separándolas. Nunca sentí terror como lo siento en este
momento. He estado en situaciones peligrosas antes –por lo general en manos
de Asa. Pero nunca he temido por mi vida a manos de Asa.
Jon es diferente. Jon me haría daño sólo para castigar a Asa.
Su mano se extiende hasta mi muslo y se instala entre mis piernas. Puedo
sentir mis piernas temblando de miedo que está superando todo mi cuerpo.
—Asa piensa que las chicas de todos los demás son presas fáciles, pero
¿Él es el único que consigue un pedazo de esto? —Baja la boca a mi oreja—.
Me debe algunos favores, Sloan. Y necesito que pagues uno en este momento.
—Jon —Me ahogo—. Por favor, para. Por favor.
Trae su boca a la mía.
—Di por favor, otra vez —susurra.
—Por favor —suplico una vez más.
—Me gusta cuando ruegas. —Su boca se estrella contra la mía y de
inmediato degusto la bilis mientras sube hasta mi garganta. No hay nada
amable sobre su boca mientras su lengua se abre camino más allá de mis
labios. Cuanto más trato de luchar para liberarme, más fuerte presiona la hoja
contra mi garganta.
A través de todo el miedo y toda la lucha, soy de alguna manera todavía
capaz de oír el silencioso clic de un arma.
Jon se congela encima de mí y cuando abro los ojos, veo la punta
metálica de una pistola presionada contra su sien.
—Apártate jodidamente de ella —dice Carter.
Oh Dios. Gracias, Carter. Gracias, gracias, gracias.
La mano de Jon deja lentamente mi garganta. La presiona contra el
88
Asiento con la cabeza. Tan pronto como comienzo a asentir, las lágrimas
vienen. Carter me tira hacia él y todo mi cuerpo empieza a temblar por los
Página
sollozos. Pasa su mano por la parte posterior de mi cabeza y presiona sus labios
contra mi oído.
—Sloan, odio tener que pedirte esto porque el último lugar donde quiero
que estés es con Asa en este momento. Pero estás más segura allí. Ve a tu
habitación y no salgas por el resto de la noche, ¿De acuerdo?
Asiento, porque sé que tiene razón. Asa es el mismo diablo a veces, pero
por lo menos él nunca permitiría que cualquier persona en la casa me lastimara.
Además, está fuera de combate. Al igual que Jon.
Carter me acompaña a la base de la escalera
—¿Tienes tu teléfono celular contigo?
—Sí.
—Llámame si me necesitas esta noche. De lo contrario, te veré en la
mañana —dice, pasándome una mano tranquilizadora sobre mi mejilla.
Me olvidé por completo de mañana. Tengo escuela mañana. Clase con
Carter. La idea de estar con él en la escuela –lejos de toda esta mierda– es la
única cosa que tengo que esperar en este momento.
—Está bien —digo, mi voz todavía temblando por el resultado de la última
media hora.
Se inclina y me besa en la frente, entonces me libera. Jon comienza a
moverse en el sofá, por lo que Carter asiente con la cabeza hacia las escaleras,
me quiere fuera de la habitación antes de que Jon se despierte. Vuelvo a subir
las escaleras, en estado de shock por lo diferente que es la vida dentro de esta
casa comparada con lo que es fuera de esta casa.
Normalmente, cuando alguien es atacado, se informa a la policía. Pero
dentro de esta casa, se maneja internamente. Se utiliza como una herramienta
de negociación. Y en lugar de ir a la policía, subo las escaleras hacia un tipo
que es diez veces más peligroso que la persona que casi me violó.
Pero esta casa no sigue las mismas reglas que el resto del mundo. Esta
casa es una prisión con su propio conjunto de reglas.
Y Asa es el guardián. Siempre lo ha sido.
Simplemente no creo que Asa se dé cuenta de que ahora que Carter
está aquí, podría fácilmente ser derrocado.
Espero que nunca se dé cuenta de ello. Porque no sería bueno para
ninguno de nosotros.
90
Página
Traducido por –Val- & Vane v
Corregido por LiliAna
Asa
Mi boca se halla jodidamente seca. Sabe como si hubiera estado
chupando una maldita toalla toda la noche.
Me doy la vuelta para llegar a una de las botellas de agua que Sloan
siempre mantiene al lado de nuestra cama.
No puedo abrir los ojos porque toda mi cabeza se siente como si estuviera
a punto de explotar, así que tanteo alrededor de la mesa de noche hasta que
encuentro una. Me tiemblan las manos. Ya quiero hacerlo otra vez. Esta vez seré
inteligente con ello. No lo haré cuando estoy tan cargado en whisky, me
desmayo y pierdo mi puta altura como lo hice la noche anterior.
Llevo la botella de agua a mi boca y bajo todo el contenido en dos
grandes tragos. Lanzo la botella vacía a través del cuarto y caigo de nuevo
sobre la almohada.
Todavía me encuentro sediento.
Extiendo mis brazos y golpeó accidentalmente a Sloan en el hombro.
Echo un vistazo a ella, pero mi cabeza está demasiado aturdida para enfocar.
Ella susurra un poco, pero no se despierta. Miro el reloj de alarma y entrecierro
los ojos. Son las 4:30 de la mañana. Ella todavía tiene dos horas antes de que
tenga que levantarse e ir a la escuela.
Me doy un minuto para acostumbrarme a la oscuridad hasta que puedo
verla muy bien.
Entonces ruedo a mi lado y la veo dormir.
91
automáticamente que eres un caballero. Cree que eres el tipo de persona que
trataría a su madre como una reina. Chicas ven a los chicos con modales y
piensan que no hay manera de que pudieran ser peligrosos.
Sostuve cada puta puerta abierta para Sloan que pude encontrar.
Incluso sostuve un paraguas para ella una vez.
Eso fue hace mucho tiempo, sin embargo. Eso fue antes cuando solía
dormir sobre su estómago. Desnuda.
A veces me pregunto si no es tan feliz como solía serlo. Me dejó una vez y
lo odié malditamente. Cada segundo que no estaba, me sentí como si me
hubiera convertido en cada cosa que mi padre temía que crecería para ser. Un
tonto enfermo de amor. Mierda por cerebros.
Pero la amo. Que se joda él y sus idiotas filosofías de mierda sobre el
amor. Ella es la mejor cosa que me ha pasado y cuando me dejó, lo supe.
Supe que si se iba para siempre, finalmente encontraría a alguien más. No
podía soportar la idea de la boca de otro hombre sobre la de ella. Sus manos
sobre ella. Su maldita repugnante polla dentro de ella, cuando sólo me ha
tenido a mi alguna vez me allí. Ella era mía.
E hice lo que tenía que hacer para traerla de vuelta –incluso si no se da
cuenta que nada tiene que ver conmigo. Lo hice para su beneficio– porque la
amo. Y sé que ella me ama. Cuando volvió a mí y me pidió ayuda, estaba lo
más orgulloso que he estado nunca de mí mismo. Porque sabía que en ese
momento era un hecho. Ella era mía para siempre.
Pero todavía hay que una pequeña falla en nuestra relación que me
hace preguntarme la permanencia de eso. Se niega a aceptar mi estilo de vida
–siempre me hace prometerle que me saldré algún día. Ambos sabemos que
nunca va a suceder, sin embargo. Soy bueno en lo que hago. Pero supongo
que tal vez tengo que demostrarle que puedo hacer las dos cosas. Ser lo que
ella necesita sin que comprometa mi estilo de vida.
Necesito asegurarme que nunca irá ninguna parte. Necesito hacerla
parte de mi vida de forma permanente.
Podría casarme con ella. Podría comprarle una casa –una donde sólo
nosotros dos vivamos. Por supuesto estaría en esta casa entre las horas de 8 am
a las 8 pm, ya que parece que soy el único que sabe cómo operar
adecuadamente las cosas por aquí.
Pero Sloan podría estar en la casa que compartiríamos juntos, bebés
creciendo. Cuando llegué a casa por la noche, podría darme de comer,
haríamos el amor, dormiría con ella a mi lado.
94
tal intensidad, que alivio mi agarre alrededor de su garganta para que pueda
hablar. Después inhalando un jadeo de aire, que deja escapar.
Página
—No he dicho Carter, maldito imbécil. He dicho más duro5. Estaba
despierta y podía sentir que me besabas. Quería que fueras más duro.
Fijo la mirada en ella.
Dejé que sus palabras se hundan.
Dejé a su explicación masajear el dolor en mi pecho hasta que pude
volver a respirar.
Poco a poco deslizo mi mano de su garganta, por su cuello.
Mierda.
Estoy siendo paranoico.
¿Por qué iba a pensar que alguna vez soñaría con otro hombre cuando
duerme conmigo?
Ella no me engañaría. No puede. No tiene a nadie más. Sería el peor error
que jamás haría y lo sabe.
Tengo que sacarla de esta casa. Lejos de todas estas personas. Estoy más
seguro ahora de lo que lo estaba hace diez minutos. Necesito hacerla una
madre, hacerla una esposa.
Darle un lugar propio donde otros hombres nunca estén a su alrededor
para no sentirme jodidamente paranoico.
Sloan se inclina hacia adelante y llega hasta el dobladillo de su camisa,
tirando de ella sobre su cabeza.
La tira al suelo y luego me empuja hacia atrás contra la cabecera,
deslizándose sobre mi regazo.
Y solo con eso, estoy duro otra vez.
Aprieta su pecho contra mi boca y se ofrece a mí. Tomo su pezón en mi
boca otra vez y le doy lo que quiere, lo succiono duro. Con tanta fuerza que le
hace daño. Quiero que sienta el dolor que deja mi boca en ella durante el resto
del jodido día.
Envuelve sus manos en mi cabello, tirando de mí contra ella mientras ella
gime y dice mi nombre. Ella dice.
—Asa.
Dice Asa tres veces.
Mi nombre.
Agarro sus caderas y las levanto un poco hasta que está situada justo
97
encima de mi polla. La traigo de vuelta hacia abajo hasta que estoy enterrado
Página
duele a veces. Es tan apretada y yo apenas cabía dentro de ella, teniendo que
forzarme a mí mismo contra ella con tanta fuerza que hace una mueca de
Página
conmigo.
Ni siquiera tuve que convencerla. Esto fue mucho más fácil de lo que
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¿Carter? ¿Luke?
—No lo diré otra vez. No la quiero involucrada.
Dalton-Ryan aprieta los puños y se inclina hacia atrás en la silla, frustrado
conmigo.
—Ya lo está, Luke. No la pones en peligro, vivía allí antes de que nos
involucráramos. —Se inclina hacia delante de nuevo—. Este no fue un problema
en el último trabajo. ¿Recuerdas a Carrie?
Recuerdo a Carrie. —Carrie era tu proyecto. No el mío. Nunca me he
liado con una chica en aras de una asignación, Ryan.
Ladea una ceja. —Pero vas a involucrarte con una mientras trabajas,
¿pero no para el trabajo? ¿Vas a permitir que tus sentimientos por ella nos
pongan a ambos en peligro?
Empujo mi silla hacia atrás y me levanto. —No nos pongo en peligro. No
pasa nada, no sé cuántas veces tengo que repetir eso.
No me gusta que él tenga razón, pero nunca voy a admitírselo. Me
enfrento al espejo unidireccional de la sala de interrogatorios y me miro a mí
mismo. Me miro cansado. Paso mano por mi cabello y cierro los ojos.
—¿De verdad crees que todo lo que pasa con ella es inocente? ¿Que no
nos está poniendo en riesgo de alguna manera? —dice Ryan—. ¿No atacaste a
John, el mejor amigo de Asa, porque estaba besando a Sloan anoche?
Encuentro su reflejo en el espejo y lo miro con fuerza. —¿Besarla? —Me
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giro y lo encaro—. ¡Estaba a punto de violarla, Ryan! ¿Qué querías que hiciera,
que diera la vuelta fuera y doblar en el puto juego de póquer?
Página
puerta para salir, hago una pausa. Poco a poco me vuelvo y me enfrento a él—
. ¿Cómo sabes que tengo clase con ella?
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Ryan sonríe. —Ella es el bombón de español, Luke. No soy un idiota. —
Toma su propia chaqueta y tira de ella—. ¿Por qué coño te crees que estas
registrado para esa clase?
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Traducido por Lu & -Val-
Corregido por Fany Ivashkov
Sloan
Todavía estoy temblando cuando entro en el edificio. Han sido horas
desde el incidente con Asa, pero todavía estoy enferma sobre ello. Nunca he
estado tan asustada. Ni siquiera la noche anterior cuando Jon estaba encima
de mí con un cuchillo en la garganta.
No puedo creer que haya dicho el nombre de Carter en voz alta mientras
dormía. No sólo podía haberme puesto en una situación grave con Asa, podría
haber sido responsable de lo que Asa le habría hecho a Carter.
No sé cómo me recuperé de eso, así como lo hice. Y gracias a la mierda
que el nombre de Carter rima con más duro.
Pero una cosa sobre la que no estoy aliviada es sobre lo que sucedió
después. Las cosas que Asa me dijo. Llevando matrimonio en ello.
Él no usando condón.
No sé lo que hace Asa cuando yo no estoy. Nunca me han dicho que me
pone los cuernos que no sea lo que Jon dijo anoche, pero yo no sé lo que
quería decir con eso. También nunca lo he cogido engañando, pero no confío
en él lo suficiente como para poner mi salud y mi vida en riesgo.
Pero eso sucedió esta mañana y está en la vanguardia de mi mente. En el
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segundo fueron las ocho de la mañana, llamé a mi médico e hice una cita
para la próxima semana para examinarme.
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Estoy tomando la píldora y la tomo religiosamente, así que no estoy en
absoluto preocupada por él embarazándome. Pero estoy preocupada por
todo lo que me podría dar.
Voy a tratar de no pensar en ello hasta la próxima semana. Y voy a hacer
todo lo que pueda para asegurarme de que no vuelva a suceder. Estaba
sinceramente demasiado asustada por mi vida para decir nada esta mañana.
Nunca lo he visto a él mirarme con tanto odio como lo hizo cuando le pareció
oírme gemir el nombre de Carter.
Cuando me escucho gemir el nombre de Carter.
Antes de caminar a clase para hacer frente a Carter, paro en el cuarto
de baño para tratar de calmarme. Ahora que no estoy en la misma casa con
Asa, puedo respirar con más facilidad. Pero no tengo idea de cómo garantizar
que no hable en mis sueños otra vez. Si eso significa simplemente nunca dormir
en presencia de Asa de nuevo, voy a encontrar una manera de hacer eso.
Cuando he terminado en el baño y camino hacia el pasillo, lo primero
que veo es a Carter, apoyado cerca de la puerta de nuestra clase.
Está esperando por mí.
Cuando me ve, se pone de pie y espera a que llegue a él.
—¿Estás bien? —dice, sus ojos inmediatamente caen a mi cuello. Hay
contusiones de lo que Jon me hizo la noche anterior, pero es probable que un
aspecto aún peor para el final del día de hoy, gracias a lo que hizo Asa esta
mañana.
Dios, ¿qué clase de puta vida estoy viviendo en este momento que fui
estrangulada por dos hombres diferentes en el lapso de doce horas?
—Estoy bien —digo, poco convincente.
Carter levanta la mano y toca con un dedo mi garganta. —Está
amoratado —dice—. Lo notó Asa.
Corre la parte posterior de uno de sus dedos a través de mi cuello. Sé que
es debido a la preocupación, pero cada vez que hace cualquier tipo de
contacto conmigo en absoluto, sin importar la razón, parezco olvidar lo capaz
que soy de sentir realmente las cosas. He aprendido a adormecerme en el
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último par de años con Asa y Carter niega todo ese esfuerzo.
—Se dio cuenta, pero no sospechoso. Pensó que lo hizo él mismo.
Página
Mis palabras causan que Carter se estremezca. Sus ojos giran de nuevo
los míos. —Sloan —susurra, sacudiendo la cabeza. Saca su mano de mi cuello y
lo pasa a través de su cabello.
Puedo ver el nudo en su garganta mientras traga de nuevo lo que parece
ser puro odio al pensar en las manos de Asa en mí. Esta obviamente
preocupado por mí, lo que entiendo completamente. Pero también sabe
porque me quedo y él no parece que me juzguen por ello. En realidad entiende
mi situación y está de acuerdo con ella. Me gusta eso de él, su empatía.
Algo que Asa probablemente nunca se ha sentido por cualquier persona
en toda su vida.
Carter pone una mano en mi codo. —Vamos. Vamos a nuestros asientos.
—Hace un intento de dirigirme hacia la puerta, pero me tiro hacia atrás.
—Carter, espera.
Se da la vuelta para mirarme de nuevo, haciéndose a un lado para
permitir que dos estudiantes entren. Echo un vistazo por el pasillo hacia la
izquierda y luego hacia la derecha. —Tengo que decirte algo.
Preocupación se apodera de la ira residual que sentía. Asiente con la
cabeza y me lleva por el pasillo, lejos de la puerta, en busca de un lugar más
privado. Pasamos a otra puerta y comprueba la ventana, entonces el pomo de
la puerta. Lo gira, por lo que abre la puerta y me lleva dentro.
Es una sala de música vacía, flanqueada con diversos instrumentos contra
una de las paredes y varias mesas dispuestas en un círculo en el centro de la
habitación. Cuando la puerta se cierra detrás de nosotros y por fin tenemos
privacidad, espero a que Carter me pregunte lo que tengo que decirle. En
cambio, en cuanto me doy la vuelta, me tira hacia él, envolviendo sus brazos
con fuerza alrededor de mí, sosteniendo mi cabeza en su hombro.
Me abraza.
Eso es todo lo que hace. Me abraza fuerte sin una palabra, sin embargo,
puedo sentir todo lo que está diciendo. Y me doy cuenta de que desde la
noche anterior, desde todo lo que pasó con Jon probablemente ha estado
muy preocupado por mí. Probablemente quería abrazarme y tranquilizarme
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anoche. Tan pronto como me vio esta mañana. Pero abrazos simples no son tan
simples en mi vida.
Página
Envuelvo mis brazos alrededor de él y entierro a mi cara en su camisa,
inhalando el sutil toque de su colonia. Huele a playa. Cierro los ojos y deseo que
estuviéramos allí.
Lejos de toda esta mierda.
Estamos en silencio durante varios minutos, ninguno de los dos se mueve.
Después de un rato, no puedo decir quién está abrazando a quien o quién está
sosteniendo a quien. Es como si los dos estamos apenas suspendidos,
aferrándonos el uno al otro, temerosos de que nos desplomemos si alguno de
nosotros se retira.
—Dije tu nombre en mi sueño —le susurro, cortando a través del silencio.
Carter se retira inmediatamente de nuevo y me mira. —¿Él te escuchó?
Asiento con la cabeza. —Sí. Pero creo que lo he cubierto bastante bien.
Le dije que me escucho mal que he dicho otra cosa. Pero estaba realmente
enojado justo después de que ocurriera, Carter. Más enojado de lo que jamás
lo había visto. Y es que... pensé que deberías saber. Creo que tenemos que
tener más cuidado. Quiero decir, sé que no hay nada realmente pasando entre
nosotros, pero-
Carter me interrumpe y dice—: ¿No hay, sin embargo? Sé que
técnicamente no hemos actuado, pero esto no es inocente, Sloan. Si Asa
siquiera supiera que tengo clase contigo...
—Exactamente —digo.
Carter asiente con la cabeza, sabiendo lo que esto significa. No puede
hablar conmigo en la casa. Demonios, ni siquiera debería mirar a mi dirección
más. Después de lo sucedido esta mañana temprano, Asa estará desconfiado,
a pesar de que me creyó. La última cosa que quiero hacer es causarle
problemas a Carter, pero parece que ya he hecho eso.
—Lo siento —le digo.
—¿Por qué te disculpas? ¿Debido a que tuviste un sueño acerca de mí?
Asiento con la cabeza.
Carter levanta una mano a mi mejilla y la comisura de su boca se levanta
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en una sonrisa. —Si estamos pidiendo disculpas por eso, entonces te debo una
docena de disculpas ya.
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Me muerdo mi mejilla para ocultar mi sonrisa. Deja caer su mano y la
presiona contra la parte baja de mi espalda. —Vamos a llegar tarde si no nos
damos prisa.
Me río un poco al pensar en llegar tarde. ¿Qué peso tiene estar tarde
para la clase contra el resto de mierda que está pasando en nuestras vidas?
Muy, muy poco. Pero tiene razón.
Lo sigo fuera de la puerta y de regreso al pasillo hacia el salón. Antes de
entrar se agacha y susurra. —Para que conste, te ves realmente hermosa hoy.
Casi no puedo respirar.
Sigue caminando, a pesar de que sus palabras acaban de congelar mis
pies en el suelo.
Eso fue todo lo que fueron. Palabras. Algunas palabras simples puestas
juntas, pero tuvieron la suficiente fuerza para detenerme físicamente.
Mi mano va a mi boca e inhalo silenciosamente. Me esfuerzo para evadir
la sonrisa que quiere salir y de alguna manera fuerzo a mis pies para caminar al
salón.
Levanto la mirada y veo a Carter jalando dos sillas en la fila principal.
Camino hacia él.
Siento como si mis rodillas estuviesen a punto de fallarme. Así es como
debería ser. Así es como los chicos deberían hacer sentir a las chicas.
¿Por qué demonios le di siquiera la hora a Asa?
Cuando llego a mi asiento, él aún está de pie, esperando a que me
siente primero.
Le doy una sonrisa rápida de agradecimiento y me siento. Saco mis libros
mientras él hace lo mismo. El profesor entra justo cuando estamos sentados. Se
voltea y escribe en la pizarra.
Grité más de lo debido en el juego de fútbol anoche. Perdí mi voz. Lean
los capítulos 8‐10 y nos pondremos al día en la clase la próxima semana.
Medio salón se ríe por la nota. La otra mitad se queja. Carter abre su libro
en la página correcta. Me acerco a abrir el mío para empezar a leer. No
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avanzo mucho antes de que Carter agarre un lapicero y empiece a escribir una
nota. Me mareo en anticipación, esperando que sea para mí y que no esté
realmente haciendo anotaciones para la clase.
Página
Ni siquiera me siento culpable. Debería sentirme culpable por eso.
Especialmente ahora que Asa hizo algo así como una propuesta de
matrimonio, y temiendo por mi vida, fui forzada a aceptar.
Esto está tan jodido. Iré al infierno.
En realidad... quizás ya esté en el infierno. La mayor parte del tiempo se
siente como un castigo por algo horrible que debo haber hecho en otra vida. Al
menos hasta que Carter llegó. No recuerdo muy bien nada que me haya
emocionado acerca de la vida hasta que él entrara en ella.
Carter me pasa la nota. Está doblada por la mitad, así que levanto el
papel y leo lo que escribió. Espero algo al azar, como el juego que hemos
jugado en clase antes. En lugar de eso, es una simple petición.
Pon tu mano bajo la mesa.
Lo leo dos veces antes de mirar mis manos. La nota es algo al azar, pero
no como el juego que le enseñé. Es solo al azar porque estoy confundida por
ello. Pongo la nota debajo de mi libro y bajo mi mano y espero para que me
alcance lo que sea que tiene.
Para mi sorpresa, no me alcanza nada. Coloca su palma cálida encima
de la mía y une nuestros dedos, descansando nuestras manos en mi pierna.
Y luego regresa a concentrarse en su libro, resumiendo su lectura como si
no acabara de intentar prenderme en fuego.
Así es como se siente exactamente, mi mano entrelazada con la suya, él
tocando mi pierna. Siento como si alguien necesitara arrojarme agua. Mi
corazón empieza a correr y siento todo mi cuerpo estremecerse.
Está sosteniendo mi mano.
Jesucristo de mierda.
No sabía que agarrarse de las manos podría sentirse mejor que un beso.
Mejor que el sexo. Que el sexo con Asa, por lo menos.
Cierro mis ojos y me concentro en el peso de su mano sobre la mía. El
ancho de sus dedos entre los míos. La manera en la que su pulgar
ocasionalmente pasa por mi mano.
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empieza a hacer círculos con sus dedos en mi palma. Traza cada parte de mi
mano, mi palma, mis dedos, entre mis dedos. Con cada minuto que pasa, mi
mente comienza a preguntarse cómo se sentirían esos dedos en mi pierna. Mi
cuello. Mi estómago.
Mi respiración se vuelve más pesada. Empiezo a tomar bocanadas de
aire más pequeñas con cada minuto que nos acercamos al final de la clase.
No quiero que esta clase acabe. No quiero que acabe nunca.
Cuando ha explorado cada parte de mi mano dos veces, sus dedos
pasan a mi pierna.
Comienza a tocar mi rodilla, cerca de tres centímetros dentro de mi
pierna y de regreso a mi rodilla. Mis ojos están cerrados y estoy apretando el
libro en mis manos. Lo hace por varios minutos más, volviéndome
completamente loca, casi al punto de quizás tener que pararme e ir al baño a
echarme agua helada en el rostro.
Pero no lo hago, porque de alguna manera los cincuenta minutos de
clase se acabaron y todos están guardando sus cosas para irse.
Encuentro la fuerza para abrir mis ojos y mirarlo. Está observándome, su
mirada estrecha, sus ojos calientes, labios mojados que al parecer no puedo
dejar de mirar. Sostiene mi mano y la aprieta. —Sé que no debería...
Sacudo mi cabeza. —No deberías.
Ni siquiera estoy segura de lo que iba a decir, pero tengo una idea de
dónde está su mente ahora, porque la mía está con él.
—Lo sé, —dice—. Yo solo... no puedo estar así de cerca de ti y no tocarte.
—Y yo no puedo no dejarte.
Inhala profundamente, luego exhala al mismo tiempo que suelta mi
mano. Se acerca a su libro y lo mete en su mochila. Se para y pone la mochila
en su hombro. Lo miro y me está observando. Espero que él diga adiós o se
aleje, pero no lo hace.
Nos miramos por unos segundos más antes que suelte su mochila y caiga
de nuevo en la silla. Aprieta su mano en mi cabello y presiona su frente en mi
mano. No tengo idea de lo que está haciendo, pero la desesperación en la
110
Asa
Nunca he sido el tipo de persona que se ocupa del exceso de basura.
Otra pieza de sabiduría que mi padre me enseñó.
“Si no te beneficia, no debería importarte una mierda."
Ese es probablemente el mejor consejo que llegó a dar, aplico esa
sabiduría en todos los aspectos de mi vida. Mis amistades, mis socios de
negocios, mi educación y mi imperio.
Sí, he dicho imperio. No estoy allí todavía, pero apoyo los pensamientos
positivos y toda esa mierda, ¿verdad?
Cuando empecé a traficar, era algo pequeño. Traficaba lo que podía,
cuando podía, a quien podía. Mayormente éxtasis a los estudiantes
universitarios, hierba a los desertores de la universidad. Una vez que me di
cuenta que no era donde estaba el dinero o el poder, empecé a estudiar.
Hubo un año completo en la época en que empecé la universidad, en
que estudié cada minuto de cada día y no hablo del libro de texto de estudio
de mierda que te lleva a un trabajo de oficina a tiempo completo ganando lo
suficiente del salario al año para comprar una casa, un auto y una esposa.
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solo para tener una idea de qué tipo de drogas se ajusta mejor a cual
demografía. Sabiendo cómo no volverse adicto a la mierda. Llegando a
conocer a tu distribuidor tan bien que te conviertas en su mejor amigo del
distribuidor de tu distribuidor. Construir confianza con quien tenga más poder
que tú, mintiendo lo suficientemente poco para que no se den cuenta cuando
de repente consigas más poder que ellos.
He aprendido mucho y he aprendido de la manera difícil. La manera
correcta, desde la parte inferior a la parte superior.
No trafico la pequeña mierda ahora, X, hierba, píldoras. En especial no
jodo con la hierba. Es un exceso. ¿Quieres hierba? Múdate al puto Colorado y
cómprate una tarjeta de regalo de la tienda de dulces. No gastes mi puto
tiempo.
Pero si quieres lo bueno... la mierda que te hace sentir como si estuvieras
besando la cara del propio maldito creador? Ahí es cuando vienes conmigo.
No te venderé una Ford, pero te voy a vender el más raro jodido Bugatti que
exista.
Todavía estoy creando, siempre estaré creando. En el segundo en el que
alguien en mi posición se siente como que si no tuviera nada más que aprender
es el mismo segundo en que van a ser superados por el tipo de al lado. En lo
que a mí respecta, no hay puntos más disponibles por encima de Asa Jackson
en esta ciudad. Tengo un buen equipo debajo de mí, los chicos conocen sus
lugares. Chicos que conozco, seré justo con ellos si son justos conmigo.
Todavía ando conociendo a mi nuevo chico, Carter. La mayoría de las
personas son transparentes, pero él es como un puto río fangoso, la mayoría de
la gente, especialmente los que trabajan para mí, besan mi culo porque saben
lo que es bueno ser capaz de encajar dentro de mi bolsillo trasero.
Carter es diferente, parece no preocuparse de una manera u otra. Es su
indiferencia la que me enerva, me recuerda un poco a mí mismo y no me
encuentro tan seguro de que es algo bueno. Solo hay espacio para uno de mí.
Mi chico mayor, Jon, empieza a ser descuidado, una vez fue mi mano
derecha, pero últimamente se ha convertido en mi jodido talón de Aquiles.
Lo que me lleva de nuevo a mi punto inicial.
Si no te beneficia, no debería importarte una mierda.
113
Lucho por ver cómo Jon me beneficia más, parece que despierta mierda
donde quiera que vaya. La semana pasada perdió a uno de mis mayores
Página
casa.
Mierda.
Página
¡Joder!
Se suponía que debía comprar el maldito anillo hoy, sabía que estaba
olvidando algo.
Voy a mi armario para vestirme, debatiendo si saco el Armani. Ya sabes,
día especial y toda esa mierda. En su lugar cierro un botón de arriba de la
camisa azul oscuro que sé que a ella le gusta y la combino con los pantalones.
Realmente no importa lo que yo escoja sacar del armario, todo es jodidamente
espectacular. Siempre me he vestido para el nivel de respeto que quiero recibir.
Y no, mi maldito padre no me enseñó eso, él probablemente hubiera
llegado más lejos en el mundo exterior si no se hubiese vestido como el jodido
vago que era.
Cuando llego a la parte inferior de las escaleras y miro en la cocina, veo
a Jon de pie en el fregadero, de espaldas a mí, con una bolsa de hielo en el
lado de su cabeza.
—¿Qué te pasó?
Se da la vuelta y todo el puto lado derecho de su cara es de color negro
y azul.
—Cristo, hombre. ¿Quién diablos te sacó la mierda de nuevo?
Deja caer la bolsa de hielo en el fregadero. —Nadie importante.
Entro en la cocina, su rostro es aún peor de cerca. Y si cree que no me
dirá quien lo jodió, está equivocado, si nos perdió otro trabajo, el lado izquierdo
de su cara se verá mucho peor que el derecho. Agarro las llaves del mostrador
y le pregunto de nuevo. —¿Quién carajo te hizo eso, Jon?
Aparta su mandíbula y se va lejos de mí. —Un idiota me atrapó con su
novia anoche. Me tomó por sorpresa, se ve peor de lo que es.
Idiota de mierda, me río. —No, estoy seguro de que se ve tan mal como
está. —camino a la despensa y compruebo el abastecimiento de alcohol, está
vacía, como de costumbre. Golpeo la puerta de la despensa. —Estamos
celebrando esta noche. Necesito que abastezcas hoy, tengo que hacer un
mandado.
Asiente con la cabeza. —¿Ocasión especial?
115
—Sí, compromiso. Que sea elegante. Ninguna mierda barata —me dirijo
hacia la puerta principal y escucho la risa de él. Cuando doy la vuelta, el hijo
de puta sigue sonriendo.
Página
—¿Algo gracioso? —pregunto, caminando de vuelta a la cocina.
Niega con la cabeza. —¿Hay algo no gracioso sobre que te casas, Asa?
Me río y luego cojo por el lado izquierdo de su cara.
Exceso de mierda.
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Página
Traducido por Lu
Corregido por Fany Ivashkov
Carter
Llego a mi carro en el estacionamiento. De algún modo. Aprieto el
volante y apoyo mi cabeza hacia atrás.
No tengo idea de dónde está la línea ahora, está malditamente borrosa.
Estoy tratando de hacer el trabajo por el que estoy aquí, pero al mismo tiempo
Sloan me hace cuestionarme si es realmente la vida que quiero. No tengo idea
si estaba siendo Carter ahora o si estaba siendo completamente Luke. Luke se
está convirtiendo en Carter.
Estoy poniendo mucho de mí mismo en este trabajo, pero no tengo idea
cómo no ser yo cuando estoy con ella. Todas las cosas que quiero decirle. Las
cosas que desearía hacerle. La verdad que desearía poder contarle.
Si le dijera la verdad sobre quién soy y la razón por la que me encuentro
aquí, estaría arriesgando todo. Mi vida. La vida de Ryan. Posiblemente su vida.
Mientras menos sepa, mejor.
Presiono mi frente en el volante y trato de prever la tormenta inevitable
que está por llegar.
Quiero estar con ella. Quiero estar con ella siendo Luke. Pero eso no
puede pasar hasta que tengamos suficiente para encerrar a Asa de una vez
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por todas. Y no seremos capaces encerrarlo hasta que cometa un error. Está
siendo cuidadoso ahora mismo. Es más inteligente de lo que pensé inicialmente.
Página
Pero mientras más tiempo tardemos en llegar a donde necesitamos estar
en esta investigación, más peligro correrá Sloan. Y sabiendo lo que ahora sé de
Asa, dejarlo sería lo peor que ella podría hacer. No hay forma de irse
pacíficamente. Le haría daño. Y no dudo que le haría daño a su hermano
también.
Está atrapada hasta que él ya no este, y para eso podrían pasar meses.
Me recuesto en mi asiento y levanto mi teléfono. Como si fuera una
broma, tengo dos mensajes de Asa.
Asa: ¿Dónde estás?
Asa: Reúnete conmigo a medio día para almorzar. En Peralta. Estoy
malditamente hambriento.
Me quedo mirando los mensajes por varios segundos. Esto es algo extraño
en él. Él no manda mensajes de su teléfono personal cuando es algo
relacionado al trabajo, así que... ¿literalmente solo quiere almorzar?
Yo: Estaré ahí en diez.
***
a aceptar esto. Tampoco conoce a Sloan como cree hacerlo, porque este
anillo no es nada como Sloan. Este anillo es llamativo y vistoso. Lo odiará
terriblemente.
—¿Le vas a proponer matrimonio? —Le doy de regreso el anillo y levanto
mi menú otra vez como si no estuviese realmente interesado.
—No, eso ya lo hice. Esta noche es la celebración.
Mis ojos se alejan rápidamente del menú y van directamente a los suyos.
—¿Aceptó? —No tenía idea que los asentimientos podían ser arrogantes hasta
ahora. Me fuerzo a sonreír—. Felicitaciones, hombre. Parece ser alguien que
vale la pena.
¿Por qué no me lo mencionó esta mañana?, ¿creyó que me enojaría?
Debería saber que entendería por qué aceptó. No puede simplemente decirle
no a Asa en la posición en la que está. Aceptar es lo mejor que pudo hacer
para su seguridad.
Solo no sé por qué no me advirtió.
Pone la caja en el bolsillo de su chaqueta. —Es alguien que vale la pena.
Es heroína.
Levanto una ceja. —¿Heroína?
Pasa de mi pregunta y llama al mesero. —Quiero una cerveza. Lo que sea
que tengas. Y una hamburguesa de queso, con todo.
El mesero me observa. —Lo mismo —digo.
Le alcanzamos los menú y siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo.
Probablemente es Dalton. Le mandé un mensaje cuando estaba en camino
para contarle que almorzaría con Asa. No tengo idea de la razón del almuerzo,
pero quiero asegurarme de que el equipo sepa donde estoy. Especialmente
luego de que Sloan dijera mi nombre en sueños. Casi esperé que aceptar este
almuerzo fuera una misión suicida.
Tomo un trago de agua. —Así que, ¿cuándo es el gran día?
Asa se encoje de hombros. —No tengo idea. Pronto. Quiero sacarla de
esa puta casa antes de que salga herida. No confío en ninguna puta persona a
su alrededor.
119
madre naturaleza.
Santa mierda. Gente como ésta realmente existe. Que Dios nos ayude.
Página
Sloan
Pierdo el tiempo tanto como pueda antes de volver a casa todos los días.
Cuanto menos estoy aquí, mejor. Después de que las clases se terminaron por
hoy, fui al gimnasio, luego a la biblioteca.
Eran más de las siete cuando finalmente entré por la puerta delantera.
Jon estaba sentado en el sofá, mirando hacia mí.
Corrí a la escalera y subí a mi habitación lo más rápido que pude, pero no
antes de darme cuenta de su rostro. No sé lo que sucedió después de que me
alejé de él y Carter anoche, pero es evidente Carter no había terminado con él,
debido a que ambos lados de la cara son de color negro y azul ahora.
Me aseguro y cierro la puerta de mi dormitorio. No sé si Asa esta aquí o
no, pero nunca voy a arriesgarme a estar a solas con Jon de nuevo.
En cuanto estoy segura en la habitación, tiro mi mochila en el suelo. Mis
ojos al instante caen sobre la cómoda. Específicamente en la caja de joyería
en el tocador.
Me compró un anillo. Él hace promesas casi a diario y nunca las
mantiene. La única vez que quiero que se olvide es la única vez que realmente
recuerda.
123
Sólo mi suerte.
Página
pasa las manos por el cabello. —¿Has pensado a quien le vas a pedir que sean
tus damas de honor? ¿En realidad, no tienes amigos, ¿verdad?
Página
***
A Asa le gusta mi pelo mejor cuando esta liso. Sé esto, porque ha habido
un par de veces que me he puesto un poco de rizos en él y me ha pedido
rehacerlo. La primera vez fue justo después de que empezamos a salir, cuando
me estaba presentando a Jon y Jess por primera vez. Y una vez en nuestro
primer aniversario, cuando fuimos a cenar a un restaurante que reserve yo
misma. La cena de aniversario que tuve que recordarle cerca de tres veces.
Dijo que su madre tenía el pelo rizado y que prefiere para mí que lo use
liso.
No sé nada acerca de su familia, aparte de que no tiene una. Y que una
frase sobre el cabello de su madre es la única vez que la mencionó en los años
que le conozco.
126
Sin embargo... aquí estoy, de pie delante del espejo con el rizador,
añadiendo rizos a mi cabello. Simplemente porque sé que a Carter le gustan. Lo
Página
atrapo mirando a mi pelo a veces cuando pongo rizos en él. Al igual que deseo
que él podría tocar-deslizar toda la mano por mi pelo y tirar de mi cara a la
suya. Y a pesar de que va a estar en el extremo opuesto de la habitación, sin ni
siquiera mirar en mi dirección esta noche, rizo el cabello. Para él.
No para mí prometido.
La música es fuerte, la casa está llena de gente, y he estado en mi cuarto
de baño durante una hora y media preparándome. Por supuesto, una hora de
esas la pase probablemente mirándome en el espejo, preguntándome cómo
demonios me puse en este punto de la vida. Pero tengo que dejar de pensar en
todas las malas decisiones que he tomado y averiguar cómo hacer mejores.
Voy a ir a ver a mi hermano el domingo. Ahora que su cuidado es de
pago privado, ya no me encuentro con la trabajadora social para firmar sus
formas anuales. Pero creo que voy a hacer una cita con ella mientras estoy allí
el domingo. Quiero averiguar qué puedo hacer para obtener sus beneficios de
vuelta sin que Asa se entere.
Alguien toca a la puerta del baño, así que dejó el rizador y lo apago. La
abro para encontrar a Asa agarrando del marco de la puerta. Sus ojos corren a
lo largo de mí y luego vuelven a subir. —Santa mierda —dice, dando un paso
dentro del baño. Envuelve su brazo alrededor de mi cintura y la otra mano cae
a mi muslo, arrastrando mi vestido hacia arriba con los dedos—. Estaba
pensando en esperar hasta que te tenga en la cama esta noche, pero no estoy
seguro de si puedo.
Su aliento huele a whisky. Dudo que sean incluso las nueve todavía y está
a medio camino de estar en estado de coma ya.
Empujo contra su pecho. —Bueno, tienes que esperar. Acabo de terminar
de arreglarme. Me gustaría ser capaz de torturarte con este atuendo durante
unas horas, por lo menos.
Se queja y me empuja sobre el mostrador, presionándose entre mis
piernas. —Sloan, ¿Cómo puede un hombre tener tanta puta suerte?
Cierro los ojos mientras él besa mi hombro. ¿Cómo puede una chica tener
tan mala suerte?
Agarra mi cintura y me quita de la encimera. No me pone sobre mis pies,
127
—Amor —dice Carter, con la voz un poco más arrastrada y un poco más
fuerte—. El amor no se encuentra. El amor te encuentra.
Página
Los ojos de Carter se mueven a través de la habitación hasta que se
establecen en los míos. —El amor te encuentra en el perdón en el extremo final
de una pelea. El amor te encuentra en la empatía que sientes por otra persona.
El amor te encuentra en el abrazo que sigue a una tragedia. El amor te
encuentra en la celebración después de la conquista de una enfermedad. El
amor te encuentra en la devastación después de la rendición de una
enfermedad.
Carter levanta su copa. —Por Asa y Sloan. Que el amor los encuentre en
cada tragedia que enfrenten.
La sala estalla en aplausos.
Mi corazón estalla en mi pecho.
La boca de Asa encuentra la mía y me besa, y luego se ha ido.
Desapareció en la multitud de personas que claman dándole palmaditas en la
espalda, felicitarle e inflar su ego.
Me quedo de pie en la escalera, mirando al chico que todavía está de
pie sobre su silla, mirando hacia mí.
Se queda durante varios segundos y no puede mirar hacia otro lado.
Entonces él se toma su cuarta copa de champán, limpia su boca y baja de la
silla, desapareciendo entre la multitud.
Pongo mi mano en el estómago y libero todo el aliento que he estado
aguantando desde que comenzó su discurso.
El amor te encuentra en las tragedias.
Eso es sin duda donde me encontró Carter. En medio de una serie de
tragedias...
Mis ojos escanean la multitud hasta que diviso a Asa en el otro lado de la
habitación, mirando directamente hacia mí. La sospecha ha sustituido a la
sonrisa que ha estado colocada en su cara toda la tarde. Sus ojos se centran en
los míos con la misma intensidad con la que los míos estaban enfocados en los
de Carter.
Ni siquiera puedo encontrar la fuerza para una sonrisa falsa.
131
Asa se toma un chupito y golpea sobre la mesa junto a él. Kevin lo vuelve
a llenar y él lo toma de una. Luego otro. Su mirada ni una sola vez titubea de la
mía.
Página
Traducido por Fany Ivashkov
Corregido por Lu
Asa
—Otro.
—Esos son cinco ya, Asa —dice Kevin—. Son a penas las nueve. Estarás
fuera ya para las diez si sigues así.
Saco mis ojos de Sloan y le lanzo una mirada feroz a Kevin. La reconoce,
vierte el sexto trago y lo bajo. Cuando miro otra vez a las escaleras, se ha ido.
Miro alrededor de la habitación, pero no la veo. Inmediatamente paso a
través de la multitud y hago mi camino escaleras arriba, hacia nuestra
habitación.
Cuando abro la puerta, la encuentro sentada en la cama, mirándose las
manos. Levanta la mirada hacia mí, y sonríe, pero parece forzada. Luce forzada
mucho últimamente.
—¿Por qué te encuentras aquí? —le pregunto.
Se encoge de hombros. —Sabes que no me gustan las fiestas.
Le solían gustar. Justo como solía dormir desnuda. Boca abajo.
Doy dos pasos hacia ella hasta que me encuentro frente a ella, con la
mirada baja hacia ella. —¿Qué pensaste del brindis de Carter?
132
Se lame los labios y se encoge de hombros otra vez. —Fue un poco difícil
de entender. Un poco confuso, en realidad.
Página
Asiento, observando su reacción cuidadosamente. —¿Lo fue? ¿Esa es la
razón de por qué te quedaste mirándolo después de que me fui?
Tilda su cabeza un poco, un movimiento que hacen las personas cuando
se hallan confundidas. O tal vez es un movimiento que hacen las personas
cuando pretenden encontrarse confundidas.
La única cosa de Sloan que no me gusta es que es inteligente. Mucho
más inteligente que otras chicas. Incluso más inteligente que muchos de los
hombres que conozco. Quizá sea incluso una buena mentirosa, pero aún no la
he atrapado con una. Bajo mi mano al lado de su rostro y llevo su mirada hacia
la mía. —Ya te he preguntado esto una vez. Esta es la última vez, Sloan.
Si no la conociera, diría que tiembla. Aunque podrían ser los seis tragos
deslizándose por mi torrente sanguíneo. Paso mis dedos por su pómulo. Me
detengo en sus labios y luego los trazo lentamente. —¿Quieres follarlo?
Su cuello se pone rígido y se aleja. —Asa, no seas ridículo —dice,
haciendo a un lado mi pregunta.
Niego con la cabeza. —No soy estúpido, Sloan, así que no me trates
como si lo fuera. Vi la forma en que lo mirabas abajo. Y todavía no me
encuentro convencido de que no fue su nombre el que gemías en tus sueños
anoche. Así que dime… ¿quieres follarlo? ¿Piensas en su boca en ti?
Niega. —No hagas esto otra vez, Asa. Estás borracho. Te vuelve
paranoico. —Se pone de pie cara a cara conmigo y mi mano se deslizo a su
cintura. Me mira con los ojos apagados—. No me importa Carter. Ni siquiera lo
conozco. No tengo idea de por qué sigues trayéndolo a colación, pero si te
molesta demasiado, despídelo. No le permitas que entre de nuevo a nuestra
casa. No me podría importar menos, Asa, y si te hallas tan amenazado por él,
haz algo al respecto. Si quisiera a alguien más, no llevaría este anillo.
Levanta su mano izquierda y sonríe. —Por cierto, es hermoso —dice,
admirando el anillo—. Me encontraba un poco, sin habla, antes, por lo que me
olvidé de decirte lo perfecto que es.
O me hallo jodidamente delirante o ella es la mejor maldita mentirosa
que he conocido. Me veo forzado a elegir entre uno de las dos, prefiero la
primera.
133
Envuelvo mis brazos en su cintura. —Ven abajo —le digo—. Quiero mis ojos
en ti toda la noche.
Página
Me da un beso en la mejilla. —Lo haré en media hora. Quiero mirar mi
anillo por un poco más antes de que todas las chicas abajo traten de
probárselo. —Gira el anillo en su dedo, admirándolo de nuevo.
Chicas. Son tan fáciles de complacer. Debería empezar a comprarle más
jodidas joyas.
La suelto y me dirijo a la puerta. —No esperes mucho, tienes muchos
tragos con los que ponerte al día. —Abro la puerta para salir, pero me detengo
cuando llama mi nombre. Me giro y se halla sentada de regreso en la cama.
—Te amo —dice, sus dulces labios envolviéndose alrededor de las
palabras. Me hace doler por estar dentro de ella.
Lo haré. Luego.
—Sé que lo haces, bebé. Serías estúpida de no hacerlo.
Cierro la puerta y bajo las escaleras. Probablemente no debí decirle eso,
pero sigo un poco amargado por la forma en que me hizo sentir cuando la
atrapé mirando a Carter. Cuando cruzo la habitación, Kevin se halla de pie en
la mesa con todo el licor. Le tomo un trago de las manos. —Uno más —digo,
apuntando a la botella y tragando el que tengo en mi mano. Necesito cerca
del doble de lo que aproximadamente he tomado para olvidarme de la
manera en que mi sangre hierve ante el pensamiento de Carter y Sloan.
Hablando de Carter…
Lo atrapo con el rabillo del ojo justo cuando se inclina a susurrarle algo a
una pequeña morena. Ella se ríe y lo golpea en el pecho. Mis ojos siguen sus
manos y se hallan sujetando su cintura, presionándola contra la pared detrás de
ella.
Sloan tiene razón. Soy paranoico. Si algo estuviera pasando entre Carter
y Sloan, estaría mirándome fijamente o buscándola. No pasando su lengua por
el cuello de otra mujer como lo hace ahora mismo.
Bien por él. Creo que es la primera vez que lo veo soltarse de esa manera.
Debió ser la mitad de la botella de champán que se bebió durante el brindis.
Tomo otro trago y paso junto a ellos haciendo mi camino hacia la puerta
trasera. Golpeé a Carter en la espalda, pero creo que no lo toca. Ahora la
134
Bastardo suertudo.
Paso mis dedos ligeramente por una de sus piernas mientras paso junto a
ellos. Carter aún tiene su boca enterrada en su cuello, pero la chica hace
contacto visual conmigo cuando me siente tocándola. Le guiño el ojo y luego
camino hacia la puerta trasera.
Le doy cinco minutos antes de que venga con una excusa para seguirme
afuera. Debería sentirme mal por esto —por robar a la chica de Carter justo en
sus narices.
Pero el hijo de puta se ha metido en mi cabeza más que suficiente en las
pasadas veinticuatro horas. En lo que a Sloan se trata. En todo caso, se merece
esto.
135
Página
Traducido por Vane v
Corregido por Lu
Carter
—¿Se ha ido? —le susurro al oído.
Tillie asiente y desenvuelve sus piernas de alrededor de mi cintura—. Sí —
dice ella, secándose el cuello—. Puedo entender que tenías que hacerlo
convincente pero por favor, no vuelvas a poner tu lengua en mi otra vez. Asco.
Me río. Ella se alisa el cabello corriendo sus dedos a través de él—. Ahora
desaparece. Tengo trabajo que hacer. Esto podría incluso ser más fácil de lo
que pensaba —Golpea su mano en mi pecho y me empuja a un lado, saliendo
por la puerta de atrás en busca de su nuevo proyecto. Asa.
Tille nos ha ayudado a salir con un par de trabajos en los que he
trabajado antes, pero ella es por lo general la compañera de Dalton. Supuse
que tenerla aquí esta noche no sólo sería muy útil para mi propio bien, sino para
la investigación también. Si alguien podía tener los ojos de Asa fuera de Sloan
por cualquier cantidad de tiempo, esa sería Tillie. No sólo por la forma en que
luce, sino que es como un camaleón. Puede llegar a ser quien quiera necesite
ser con el fin de abrirse camino en la psique de un hombre, y Asa Jackson es el
siguiente en su lista.
Cuando desaparece afuera, doy un vistazo alrededor de la habitación
136
Asiento. —Aparentemente.
Página
Ella se abraza con nerviosismo, mirando hacia mí. Mi corazón se siente
como si estuviera a punto de romper a través de mi pecho. Hace eso a veces
cuando hago cosas estúpidas como esta.
—¿Quieres que me vaya? —le pregunto.
Ella tira de su labio inferior y mastica en él durante un segundo. —Todavía
no —susurra.
Llego a ella y saco su brazo izquierdo fuera de su pecho. Deslizo mis
dedos alrededor de su anillo. —No puedo hacer esto mientras estás usando este
anillo —Deslizo el anillo de su mano y lo tiro en la cama.
—¿Hacer qué? —susurra, mirándome con una cantidad considerable de
anticipación.
Cierro la brecha entre nosotros. —Besarte —Levanto mis manos a su cara,
lentamente deslizándolas a través de su cabello a la altura de la nuca—. Voy a
besarte hasta que esté sobrio o nos atrapen. Lo que ocurra primero.
Su pecho se levanta con su jadeo. —Apúrate —dice ella, sin aliento.
Apurarme es lo último que voy a hacer cuando se trata de ella.
Inclino mi cabeza, sintiendo sus puños alrededor de la parte delantera de
mi camisa. Apenas toco mis labios con los labios, desvaneciendo mi boca
contra la de ella. Los dos liberamos respiraciones temblorosas al segundo que
hacemos contacto—alientos que hemos guardado desde ese primer día que
nos vimos en la clase.
Está ahora de puntillas, necesitando que la bese completamente, que le
dé finalmente lo que ambos queremos. En su lugar, me tiro hacia atrás y miro
abajo hacia ella. Cuando se da cuenta de que estoy haciendo exactamente lo
contrario de lo que quiere, abre los ojos.
Miro hacia abajo a su boca, con ganas de saborearla un segundo más
antes de devorarla. Muevo mi mano derecha de nuevo a su mejilla, frotando
lentamente la yema del pulgar por su labio inferior.
—¿Que te está tomando tanto tiempo? —susurra.
Fijo la mirada en su boca mientras trazo mi pulgar sobre su labio superior.
138
—Me preocupa que una vez que empecemos, no vamos a ser capaces de
parar.
Página
Desliza sus manos por mi cuello, enviando escalofríos por mi espalda. —
Creo que deberías haber pensado a través de eso antes de entrar en mi
habitación. Es un poco demasiado tarde para cambiar de opinión ahora.
Asiento, tirando de ella hacia mí. Envuelvo una mano alrededor de su
espalda y mantengo la otra envuelta en su cabello. —Sí. Definitivamente
demasiado tarde —Presiono mis labios a los de ella y mi pulso empieza a
enloquecer debajo de mi piel. Sus labios se abren para hacer espacio para mi
lengua y cuando finalmente la pruebo, ella es tan malditamente dulce, gimo.
Su boca es cálida, sus labios son fríos y la forma en que me devuelve el
beso hace que la habitación parezca más caliente. Trato de tirar de ella más
cerca, para darle un beso más profundo, pero no es suficiente. Estamos
agarrándonos el uno al otro, tratando de obtener más de este beso de lo que
es permitido. Sin embargo, sus labios, sus jadeos, sus gemidos... no puedo parar.
No puedo parar.
Terminamos con su espalda contra una pared y mis manos al lado de su
cabeza. Nuestro beso se ralentiza, acelera, ralentiza de nuevo.
Paramos.
Estamos prácticamente jadeando mientras miro hacia ella. Está
mirándome con la expresión más trágica. La beso suavemente en los labios, y
luego en la mejilla. Empujo hacia atrás y presiono mi frente con la suya mientras
recuperamos nuestro aliento.
—Debería volver a casa —susurro—. Tengo que irme antes de que mi
estupidez consiga hacer que te maten.
Asiente con la cabeza y luego agarra desesperadamente mis brazos—.
Llévame contigo.
No me muevo.
—Por favor —dice, con los ojos llenos de lágrimas—. Vámonos. Ahora,
antes de que cambie de opinión. Quiero salir de aquí y no quiero volver nunca.
Mierda.
¿Está realmente está diciendo esto?
139
Sloan
Nunca me he perdido un solo domingo visitando a mi hermano. Y a pesar
de que he estado en cama desde que Carter se fue la noche del viernes,
fingiendo estar enferma, de alguna manera me saqué de mi depresión hoy.
Asa y todos sus amigos fueron al casino. Es un viaje de tres horas al norte y
mi hermano está a una hora al sur. Es triste, pero siento que mientras más
distancia ponga entre Asa y yo hoy, mejor me sentiré. Más voy a ser capaz de
respirar.
Justo antes de salir de mi habitación, me detengo en la puerta. Llego a mi
mano izquierda y me saco el anillo, poniéndolo sobre la cómoda. Voy a estar
de vuelta a casa justo antes de que Asa vuelva, por lo que no se dará cuenta
que no lo uso hoy.
Pero mi mano se sentirá un millón de libras más ligera.
Me detengo en la cocina para hacerme una bebida para el camino.
Cuando alcanzo el congelador para agarrar el hielo, mi mano se estrecha
alrededor de la manija de la puerta. Mis ojos se posan en las nuevas palabras
escritas en la pizarra de borrado en seco.
141
Carter
—¿Cuándo fue la última vez que Asa lo visitó? —pregunté.
Apaga el coche y comienza a recoger sus cosas. —Hace dos años, solo
estuvo aquí una vez. Dijo que lo hacía sentirse incómodo.
Por supuesto que diría eso.
—¿Así que nadie pensará que es extraño verme caminar contigo?
Niega con la cabeza. —Creo que los empleados están tan
acostumbrados a verme sola. Estarían curiosos de que finalmente, me presente
con alguien. Pero ellos no sospecharían ni le dirían a Asa, porque ni siquiera lo
conocen. —deja caer sus llaves y su teléfono en su bolso, agarrando el volante.
Mira hacia fuera sobre el estacionamiento en frente de nosotros—. Eso es muy
triste, ¿verdad? No tener a nadie, literalmente nadie. Siempre hemos sido
Stephen y yo contra todo el maldito mundo.
Me acerco y meto un mechón de pelo detrás de la oreja, quiero
consolarla-para decirle que me tiene, pero está siendo tan honesta en este
momento, que no quiero alimentar otra mentira. Ni siquiera sabe mi nombre real
y mientras más mentiras diga en momentos como estos, más difícil será para
que me perdone cuando se entere de la verdad.
145
Lo que casi hizo antes, juro por Dios, a veces me pregunto cómo conseguí
este puesto, para empezar. Soy el peor detective encubierto que alguna vez
Página
existió.
En serio, deberían llamarme La Pantera Rosa.
A veces pienso que si le dijera la verdad, tal vez ella podría manejarlo.
Que tal vez sería capaz de ayudar de alguna manera, pero eso sólo la pondría
en mayor peligro y ya lo he hecho suficiente.
Quizá con el tiempo, puedo hacer que se gane la confianza de Ryan,
que vea el beneficio de dejarla entrar, pero por ahora, es mejor que no sepa.
Ella sigue mirando fijamente por la ventana, así que tiro de ella hacia mí y
la abrazo, envuelve sus brazos alrededor mío y suspira en mi cuello. Me gustaría
que Asa jodidamente se muera en el camino de vuelta desde el casino.
Mierda. Eso fue muy duro.
¿Pero él no puede ver lo mucho que mejoraría la vida de los que le
rodean sería si no existiera?
Por supuesto que no puede. No se ve nada fuera del dominio de sí mismo
cuando eres un narcisista sádico.
—Das muy buenos abrazos —dice.
La abrazo con más fuerza. —Creo que simplemente no te han dado
suficientes abrazos en tu vida.
—Eso también —dice con un suspiro.
Puedo mantener mi agarre sobre ella por un momento más, hasta que
susurra contra mi cuello.
—Cincuenta y seis cangrejos reales son acordonados para la cena de
Pascua y escupen Rainbow Brite6 a través de sus fosas nasales.
Me río y la beso en la parte superior de su cabeza. —No se puede
comprar mantequilla ilegal con una rueda de bicicleta o una cuerda tonta.
Puedo sentir su sonrisa cuando ella encuentra mi boca y me besa.
Eso es todo lo que quería antes de salir de este coche —para ella.
Devolverle su sonrisa.
***
146
Página
Stephen.
Cuando termina de despedirse, no estoy sinceramente seguro de qué
hacer. No quiero fingir que soy un experto en la interacción con las personas
como él, pero tampoco quiero hacer algo que no debería hacer.
—¿Da la mano? —le pregunto.
Niega con la cabeza. —En realidad no deja que nadie más que yo lo
toque. —desliza su mano en la mía.
—Fue un placer conocerte, Stephen —le digo. Ella agarra su bolso y
comenzamos a salir de la habitación para que la enfermera pueda hacer lo
que tiene que hacer para prepararlo para la terapia. Cuando estamos casi en
la puerta, siento un golpecito en el hombro. Me giro para encontrar Stephen de
pie delante de mí, con los ojos en el suelo, los pies balanceándose hacia
adelante y hacia atrás. Me da la pluma y una hoja de papel en blanco. Lo
tomo de él, sin saber muy bien cómo decirle que nos vamos y no podemos
seguir jugando.
Echo un vistazo a Sloan para ver lo que quiere que haga, y estoy
confundido por su expresión. Stephen vuelve a entrar en la sala de estar, lejos
de nosotros. Miro hacia abajo en la hoja de papel en blanco y un bolígrafo.
—Él quiere que vuelvas —susurra. Cuando Miro hacia ella otra vez, está
sonriendo, moviendo la cabeza hacia atrás y hacia adelante—. Nunca he visto
suceder esto antes, Carter. —Se cubre la boca con la mano y deja escapar una
mezcla de lo que podría ser tanto una risa y llanto—. Le gustas.
Miro hacia atrás hacia él y su espalda esta hacia nosotros ahora. Miro de
regreso hacia ella, se pone de puntillas y me besa, entonces me lleva fuera de
la habitación. Doblo el papel y lo meto y la pluma en el bolsillo de atrás.
No sé lo que me esperaba hoy, pero sin duda no era eso.
Me alegro de haber venido, pero ahora es no sólo debido a Sloan.
150
Página
Traducido por -Val-
Corregido por Lu
Asa
Recuerdo que esto fue infernalmente más divertido el mes pasado.
Doblo la apuesta y paso mi mano por mi cabello, apretando la parte de
atrás de mi cuello. Estoy hambriento, miro a Kevin y a Dalton, quienes están
sumergidos en una conversación con una bartender que luce más como una
chica a la que Jon tomaría detrás del edificio que como alguien que los
entretenga.
La única razón por la que Jon no está follándola detrás del edificio ahora
mismo es porque se fue con dos lagartonas de la paradas en la puerta de al
lado. Probablemente las llevó al baño de hombres. Lo que me sorprende es que
siquiera fue capaz de hacer eso con la manera en la que su cara está
hinchada como un maldito arándano.
Ya debería haber regresado, pienso, porque estoy bastante seguro que
no puede durar más de dos minutos con una chica. Fueron dos de ellas, son
solo cuatro minutos, pero no lo he visto en más de una hora.
¿Dónde diablos está?
Miro alrededor y cuando no lo veo cerca, cobro mis fichas. Grito más
fuerte al otro lado de la mesa, sobre las desagradables putas campanas de las
151
fuera por algunos pelos a los que se está aferrando patéticamente. Paso mi
mano por mi pelo, se siente tan grueso como siempre.
Página
Quizás perdió su cabello por estrés y eso no es hereditario. Dios espero
que nada sobre este hombre sea hereditario, se ve como un puto desperdicio
de espacio.
Recuerdo a mi padre mucho más alto, más grueso, mucho más
intimidante. Estoy un poco decepcionado.
De hecho, estoy muy decepcionado. Siempre he odiado al hijo de puta,
pero los recuerdos que tengo de él me hicieron pensar que era invencible. Lo
que me hizo sentir como que tal vez saqué algo de él, pero ver en lo que se ha
convertido realmente pone una puta arruga en mi orgullo.
—Oye, chico —dice, chasqueando sus dedos huesudos—. ¿Tienes un
cigarrillo?
Mis ojos se encuentran con los suyos y me está mirando, tratando de
obtener un cigarrillo de su puto único hijo y ni siquiera me reconoce. Ni siquiera
un poco.
—Yo no fumo, imbécil.
Se ríe y sostiene sus manos en alto, con las palmas fuera. —Tranquilo ahí,
amigo. ¿Una mala mañana?
¿El piensa que eso era yo teniendo una mala actitud? Paso una ficha por
mis dedos y la acerco. —Se podría decir eso
Sacude su cabeza y estamos en silencio por la siguiente ronda de
apuestas. Una chica mayor con las tetas más arrugadas que los nudillos de mi
viejo se acerca a él y pone su mano en su brazo. —Estoy lista para irme. —
gimotea.
Levanta su codo para alejarla y dice. —Yo no. Te dije que te buscaría
cuando estuviera listo.
Masculla algo más hasta que él saca veinte dólares de su bolsillo y le dice
que vaya a jugar al tragamonedas. Cuando se ha ido, volteo mi cabeza en su
dirección. —¿Esa es tu esposa?
Se ríe de nuevo. —No. Mierda, no.
Volteo mi primera carta. Es un diez de corazones. —¿Alguna vez estuviste
153
Carter
—¿De qué tienes hambre? —Le pregunto.
Ella quería que yo condujera de regreso, así que he estado buscando un
restaurante por las últimas cinco millas.
—No me importa —dice—. Cualquier cosa menos griega.
—¿No te gusta la comida griega?
Se encoge de hombros. —Está bien. Es sólo que no hay un restaurante
griego hasta el siguiente pueblo y tengo hambre. Si querías griega, tendría que
esperar demasiado tiempo para comer.
Me río. Ees tan malditamente adorable. Alcanzo a tomar su mano, pero
recibo un texto. Normalmente no suelo mensajear y manejar, especialmente
con Sloan en el coche, pero Dalton dijo que me avisará si decidieran regresar
antes.
Y, por supuesto, el texto es de Dalton.
Dalton: Es hora de que vuelvas. Asa no está en buen estado.
Oh, mierda. ¿Mi deseo de muerte lo maldijo temprano?
158
Sloan
Mi teléfono suena tan pronto como atravieso la puerta delantera, miro la
pantalla y es Asa.
Genial.
Paso mi dedo para contestar. —Hey.
—Hola, bebé, —dice. Suena como si se acabara de despertar, pero
puedo notar que sigue en el carro. —¿Estás en casa?
—Sip. Acabo de entrar. ¿Sigues en el casino?
—Nop —dice—. Estamos regresando.
Así escuché.
—Tenemos hambre. Queremos espagueti, ¿puedes preparar un poco?
—Tengo mucha tarea que hacer, no estaba planeando cocinar hoy.
Suspira y dice. —Sí, bueno, yo no estaba planeando antojarme de
espagueti.
—Suena como que tenemos un dilema —le digo desinteresada.
163
—No para mí. Prepara el puto espagueti, Sloan, por favor. Estoy teniendo
un mal día por aquí.
Página
Cierro mis ojos y caigo al sofá. Esta será una larga noche. Quizás debería
hacerlo lo más fácil posible para mí. —Está bien. Te haré espagueti. ¿Te gustaría
acompañarlos con albóndigas, querido?
—Me gustarían albóndigas. Queremos albóndigas, ¿no es cierto, chicos?
Escucho a un par de chicos hablar en el carro. —Seguro.
Coloco mis piernas en el brazo del sofá y pongo el teléfono en altavoz,
poniéndolo en mi pecho. —¿Por qué estás teniendo un mal día?
Está callado por un minuto y luego dice. —¿Alguna vez te he contado
sobre mi padre, Sloan?
—No,
Suspira. —Exactamente. No hay malditamente nada que decir.
Jesús. ¿Qué diablos le hizo el hombre? Paso mis dedos por mi sien. —
¿Cuándo regresarás?
Asa no responde mi pregunta. En lugar de eso dice, —¿Carter está ahí?
Inmediatamente me siento en el sofá. Culpen a la paranoia, pero mi voz
suena un poco más delicada. Trato de esconderla cuando digo, —No, Asa. Está
contigo.
Hay una corta pausa. —No, Sloan, no lo está.
El teléfono se hace más silencioso y cuando lo veo me doy cuenta que
colgó. Presiono el teléfono en mi frente. ¿Qué es lo que sabe?
***
Más o menos una hora más tarde, ellos entraron por la puerta. No he
terminado con el espagueti todavía porque tuve que ir a la tienda a conseguir
los malditos fideos. Asa entra a la cocina, y tomo aire cuando lo veo, su
camiseta está cubierta de sangre y su puño está irreconocible. Inmediatamente
cojo el botiquín de primeros auxilios. —Ven aquí —le digo, dirigiéndolo al
lavadero.
164
Trato de sacar mi mano, pero usa más fuerza para sujetarme. Saca la
tapa del pegamento y comienza a echarlo en mi dedo, pasándolo por debajo
de mi anillo.
Página
Las lágrimas comienzan a salir por mis ojos. Nunca lo he visto así y no
quiero presionar las cosas aún más. Dejo de pelear y permanezco tan quieta
como puedo, aparte de tener el corazón latiendo fuertemente. Carter no está
aquí y honestamente estoy demasiado asustada para pelear ahora mismo
porque no estoy segura si alguno de los chicos abajo vendría en mi defensa.
Tira el pegamento al vestidor y levanta mi mano, luego la mueve hasta
que el pegamento se seque, mirándome todo el tiempo que está moviendo mi
dedo. Sus ojos son negros. Grandes y negros y aterradores.
—¿Terminaste? —susurro. —No quiero re-cocinar tu espagueti.
Mueve mi mano por algunos segundos más y luego se acerca, besando
mi palma. —Listo. Ahora no lo olvidarás.
Está loco. Está jodidamente loco. Creo que siempre he sabido que no era
una buena persona, pero no tenía idea de lo loco que estaba hasta ver sus ojos
ahora.
Me sigue fuera de la habitación, por las escaleras. Dalton está parado en
la base y puedo ver la preocupación en sus ojos.
Aun así no confío en él.
Regreso a la cocina, directo a la estufa. Saco los fideos y comienzo a
colarlos en lo que llega un carro.
Carter.
Termino de colar los fideos, mirando mi anillo todo el tiempo.
Ni siquiera está derecho. Será una mierda quitarme el pegamento y
probablemente me tome días. Lo menos que pudo haber hecho el imbécil era
asegurarse de pegarlo derecho. Va a volverme loca.
Me aseguro de no voltear cuando la puerta se abre, regreso a la estufa y
comienzo a cocinar la salsa, luego chequeo las albóndigas en el horno. Asa
está lavándose la sangre en el lavadero cuando Carter entra a la cocina y abre
el refrigerador.
—¿Qué te pasó? —dice.
No puedo oír lo que dice Asa gracias al pulso aun golpeando mis oídos,
166
Carter
Enjuago el último de los cuencos y los coloco en el lavavajillas.
Asa nunca llegó a comer. Sloan nunca volvió a entrar. Le mandé un
mensaje a Dalton hace unos minutos y le pedí ir arriba y comprobar el estado
de Asa antes correr el riesgo de salir a la calle y hablar con Sloan.
Seco la encimera y activo el lavavajillas. Oigo a Dalton bajando las
escaleras al mismo tiempo, que recibo un mensaje de él.
Dalton: Él está desmayado desnudo en su cama. Parece que va a estar
así durante un tiempo, pero te mando un texto si él comienza a bajar. Asegúrate
de que tu teléfono está encendido.
Compruebo dos y tres veces los ajustes de sonido y vibración en mi
teléfono, luego, lo deslizo en mi bolsillo. Me dirijo afuera para suavizar las cosas
con Sloan.
Está en el medio de la piscina, flotando sobre su espalda, mirando a las
estrellas. No mira hacia mí cuando escucha la puerta trasera cerrarse.
Cuando estoy haciendo mi camino hacia ella, noto la camisa y los
pantalones vaqueros sobre una silla de salón.
170
Maldito infierno.
Está nadando en su ropa interior.
Página
Esa puede ser una práctica normal para ella por aquí, pero sólo se siente
como que voy a pisar una mina por estar aquí, mientras ella no está
técnicamente en un traje de baño.
Llego a la orilla de la piscina y miro hacia ella, pero todavía no me mira. El
agua está cubriendo la mayor parte de su cara, pero incluso con las luces
tenues de la casa, se puede ver el enrojecimiento de sus ojos.
Es una especie de mierda si se piensas en ello. Está molesta de que yo
podría estarme metiendo con otras personas, pero todo el tiempo ella está
durmiendo en la cama de otro hombre cada noche.
Demonios, jodidamente lo besó solo para fastidiarme antes.
Pero lo entiendo. Y no la culpo, porque sé lo mucho que le estaba
haciendo daño. De lo mucho que está sufriendo.
Y esa es la parte más difícil de esto. No es que estoy a punto de tener que
convencerla de que realmente tengo sentimientos por ella. La parte más difícil
es saber lo que se siente en este momento mientras ella los pone en duda.
Si tan sólo pudiera salir y decirle toda la verdad haría las cosas mucho
más fácil. Pero eso es una violación de mi trabajo. Sería desobedecer una
orden directa de Ryan. Y con tan inestable como es Asa es en este momento,
mientras menos sepa Sloan, mejor.
Cuando Asa mencionó a Tillie en la cocina, el color completamente se
drenó de la cara de Sloan. Podría haberlo matado en ese mismo momento.
Sloan da brazadas y patadas con sus piernas, y se da un empujón de
regreso hacia el centro de la piscina. —Él se olvidó de apagar el calentador de
la piscina este fin de semana —dice en voz baja—. Se siente muy bien. Creo
que sólo podría permanecer aquí para siempre.
Su voz es triste. Quiero quitarme los zapatos y meterme en el agua y
permanecer allí con ella para siempre. Pero no en esta piscina o en esta casa.
—¿Cual es su nombre? —pregunta, todavía tranquila y mirando al cielo
nocturno.
Aprieto la parte de atrás de mi cuello, preguntándome lo mucho que en
realidad debería revelar. —Tillie.
171
Lucho con mis propias manos mientras se deslizan hasta sus caderas. —En
realidad no —digo, mi voz áspera—. Estoy mucho más interesado en hacer el
Página
amor contigo.
Está respirando con dificultad, pero nada comparado a mí. Quiero
besarla tan malditamente, pero sin duda sería el beso de la muerte, porque
nunca se detendría.
Eso o ella me mataría si lo intentara. No puedo decir si todavía está
enojada conmigo o no. Actúa como si quiere que la toque, que la bese. Pero
me mira como si me quiere tirar a la piscina y mantener mi cabeza bajo el
agua.
Desliza su mano en su cadera, cubriendo mi mano con la suya. Envuelve
sus dedos alrededor de la mía y luego arrastra la mano lentamente a través de
su estómago y hasta su pecho.
Trago saliva y miro hacia la ventana de su dormitorio. —¿Qué haces,
Sloan?
Se inclina y se coloca de puntillas hasta que sus pechos se presionan
contra mí. Cierro los ojos y deslizo una de mis manos alrededor de su espalda.
Mis dedos se sumergen en la parte posterior de su ropa interior y tiro de ella
hacia mí.
Sus labios se encuentran en mi oído, y ella susurra—: ¿Consigues una
promoción si llegas a la tercera base con la prometida de tu sospechoso?
Mis ojos se abren.
Con cuidado enrosco mis dedos por su pelo, tirando de su cabeza hacia
atrás para que pueda mirar hacia abajo en ella. —No tienes ningún sentido,
Sloan.
Sonríe, pero la traición en sus ojos es el volumen más alto. —Yo sé lo que
eres —dice—. Sé lo que estás haciendo aquí. Y ahora todo tiene sentido por
qué estás tan interesado en mí.
Se aleja de mí, dando un paso atrás hasta que mis manos ya no están en
ella. Está lanzando dagas hacía mí con sus ojos. —No me hables mierda de
nuevo o les diré hasta al último de ellos que estás encubierto. Luke.
Trata de pasar por delante de mí, pero yo paso inmediatamente delante
de ella y cubro su boca con la mano. Trata de gritar y mis ojos giran a la puerta
trasera. Nadie nos ha visto todavía, pero necesito llegar a un lugar más privado
173
antes de que haga algo para que los dos seamos asesinados.
Trata de tirar de mi mano, arañando con sus uñas. Envuelvo mis brazos
Página
Sloan
No tenía idea que pudiera sentirme así.
Eso suena tan cliché, incluso cuando lo pienso. Pero sus manos, su boca,
la manera en que me toca—es como si mi respuesta es por lo que vive.
No sé cómo pasé de odiarlo hace dos horas en la cocina a sentir más por
él en este momento que en todos los días anteriores combinados.
Saber que no es como Asa... que es todo lo contrario a Asa... es tan...
atractivo.
Es bueno. Es un buen chico. Realmente existen.
Todo vino junto como una epifanía mientras estaba flotando en la piscina.
Él llamándose a sí mismo por el nombre equivocado. Tomando una clase de
español que está años debajo de su habilidad, solo para convenientemente
estar ahí conmigo. La manera en la que continuaba asegurándome que
necesitaba confiar en él, pero nunca diría por qué. Usar a otra chica como
señuelo.
Eso fue el disparador. Lo descubrí incluso antes que incluso viniera a la
177
piscina.
Cuando Dalton dijo Carter... o Luke... estaba diciendo la verdad, sabía
Página
***
abre sus ojos. Cuando me mira, la mirada aterradora que tenía en sus ojos se ha
ido, y ha sido reemplazada por una inocencia infantil. —Gracias, bebé. —
susurra.
Página
Pongo el basurero en el piso y luego pongo mi mano en un lado de su
cabeza. —Asa, necesito que trates de levantarte. Necesito sacar el
cubrecama.
Se voltea lejos del vómito y pone una almohada en su pecho,
durmiéndose otra vez inmediatamente.
—Asa. —Lo sacudo, pero está desmayado de nuevo.
Me paro y miro alrededor de la habitación, tratando de descubrir cómo
voy a hacer esto sin tener que ir abajo y pedir ayuda.
No hay forma que pueda hacer esto yo misma, y no voy a dormir abajo
en el sofá. No con Jon acá. Estoy rezando que Dalton y Carter sigan aquí,
porque dejar que Jon o Kevin sepan que Asa está desmayado no hará ningún
favor a mi seguridad.
Para mi alivio, Carter y Dalton están en la puerta preparándose para irse
cuando llego abajo. Carter se para en alerta cuando me ve.
—Necesito un poco de ayuda para levantar a Asa y cambiar el
cubrecama. Vomitó por todos lados.
Jon dice —Buena suerte con eso —desde el sofá.
Carter mira a Jon e inmediatamente empieza a subir las escaleras. Puedo
ver la desaprobación en los ojos de Dalton, pero empieza a seguir a Carter.
Cuando llegamos a la habitación, el olor es tan fuerte que estoy forzada
a cubrir mi nariz para evitar vomitar.
—Santa mierda, —dice Dalton. Camina directamente a la ventana y la
abre. Todos miramos a Asa y estoy un poco avergonzada por él porque está
desnudo. Pero conociendo a Asa, a él no le importaría. Y aunque le importara,
no es culpa de nadie más que de él mismo estar en esta posición.
Carter se agacha y trata de despertarlo. —Asa. Despierta.
Asa gime, pero no se despierta.
—¿Qué diablos tomó? —Pregunta Carter, volteando hacia a Dalton.
Dalton se encoje de hombros. —Al infierno si lo sé. Lo vi masticar unas
cuantas píldoras camino al casino. Heroína de regreso a casa.
182
Asa
Lo primero que veo cundo abro el refrigerador es un tazón con sobras de
espagueti. Gracias Dios.
—¿Ves, Papá? —susurro al vacío—. Ella es un maldito ángel enviado del
cielo.
Pongo el espagueti en el microondas y luego camino hacia el lavadero
para echarme agua en la cara. Siento como si hubiese dormido con la cabeza
en un puto baño toda la noche. Diablos, basado en el olor de la habitación
esta mañana, probablemente lo hice.
Me apoyo en el mostrador, esperando que el espagueti termine de
calentarse. Miro el tazón mientras se mueve en círculos dentro del microondas.
Me pregunto si lo maté.
Lo dudo. Ha pasado casi un día desde que dejamos el casino. Si hubiese
muerto, la policía ya estaría aquí. Y si vivió, estoy casi seguro que no me
denunciará. Sabe que merecía lo que le hice.
El microondas suena.
Saco el espagueti y agarro un tenedor, luego meto un poco en mi boca.
Apenas puedo pasarlo antes de tener que buscar un basurero. Vomito dos
veces, lavo mi boca y luego me fuerzo a comer un poco más de espagueti.
Paso por esta abstinecia como un hijo de puta, porque no me volveré en
ese hombre.
185
llenos de lágrimas.
Bueno, mierda. No quise hacerla llorar.
Página
—Por dos años pensé que estabas pagando por sus cuidados. Me
mostraste los papeles, Asa. Las cartas que el estado envió. Los comprobantes
de cheques. —Empieza a caminar de un lado a otro—. La trabajadora social
pensó que era una idiota hoy cuando le pregunté si sus beneficios podían ser
renovados alguna vez. ¿Sabes lo que me dijo, Asa? —Me da la cara otra vez.
Me encojo de hombros.
Da un paso hacia adelante, doblando sus brazos en su pecho. —Dijo: "Los
beneficios nunca fueron cancelados, Sloan. Los cuidados de Stephen nunca
han sido de pago privado."
Lágrimas están cayendo por sus mejillas ahora. Por primera vez desde que
entró, empiezo a sentirme un poco incómodo de quizás llevé demasiado lejos
esta mentira. Se halla más enojada que nunca.
No puede dejarme.
—Sloan. —Doy un paso hacia adelante y pongo mis manos en sus
hombros—. Bebé, escucha. Tuve que hacer lo que tenía que hacer para
tenerte de regreso. Me dejaste. Lamento que estés enojada. —Muevo mis
manos a sus mejillas—. Pero no deberías enojarte por eso. Tomó demasiado
esfuerzo y dinero de mi parte. En cualquier caso, deberías estar alagada de ser
tan importante para mí.
Levanta sus manos a las mías y me empuja lejos de ella. —¡Maldito
imbécil! —grita—. ¡Falsificaste una carpeta entera para respaldar tus mentiras,
Asa! ¡Cartas mensuales del gobierno! ¿Quién demonios hace eso?
No tiene idea de cuánto dinero tuve que pagar al hijo de puta que las
envía o estaría dándome las gracias ahora.
Me señala desde el otro lado de la cocina. —Me atrapaste. Todo este
tiempo me hiciste pensar que no había salida.
Trago el enojo. Doy un paso hacia adelante. ¿Acabo de escucharla
bien?
—¿Te atrapé?
Está tan enojada que toma respiraciones cortas. Se limpia enojadamente
las lágrimas y asiente, bajando la voz. —Sí, Asa. Me atrapaste. He sido tu puta
187
prisionera por los últimos dos años, pensando que mi hermano tenía que
regresar con mi inservible madre. Todo porque sabías que si no tenía eso en mi
Página
con sus piernas mientras hace lo mejor que puede por patearme y alejarse de
mí, pero tengo más fuerza en un dedo que la que ella tiene en todo su cuerpo.
Se siente más como si estuviese haciéndome cosquillas que intentando
Página
hacerme daño.
—Escucha, bebé. —susurro mirándola de frente—. Si tratas de insinuar que
no me amas, me enojaré demasiado. Jodidamente demasiado. Porque eso
significaría que estuviste fingiendo conmigo desde el día que regresaste por mi
puerta. Eso significaría que fingías cada orgasmo, cada beso, cada palabra
que me hayas dicho, simplemente por un cheque mensual. Y si eso fuera
verdad, eso te haría una puta, Sloan. ¿Sabes lo que los hombres como yo les
hacen a las putas?
Sus ojos se abren con miedo. Espero que eso signifique que me va
entendiendo. Ya no trata de alejarme, eso es una buena señal.
—Esa era una pregunta, bebé. ¿Sabes lo que los hombres como yo les
hacen a las putas?
Una lágrima sale de su ojo mientras sacude su cabeza. Puedo sentir el aire
salir de sus fosas nasales en mi mano; está luchando tan duro por más aire.
Bajo mi boca a su oído. —Por favor no me hagas enseñarte.
Estamos así por unos minutos más, asegurándome de que captó mis
palabras. Me alejo y la miro. Su expresión no ha cambiado, pero ahora llotra tan
fuerte en mi mano, que los mocos salen por su nariz. Y ahora se encuentran en
mi puta mano. Alejo mi mano de su boca y me limpio en la cama. Luego
agarro la manga de mi camiseta y limpio su cara.
Sus labios tiemblan. No sé por qué no me he dado cuenta de lo
malditamente atractivo que es eso. La beso delicadamente, cerrando mis ojos
mientras sus labios tiemblan contra los míos. —¿Me amas? —susurro
cuidadosamente esas palabras en su boca—. ¿O eres una puta?
Una respiración temblorosa sale de sus labios. —Te amo —susurra—. Lo
siento. Solamente estaba enojada, Asa. No me gusta cuando me mientes.
Presiono mi frente a un lado de su cabeza y exhalo. De alguna manera,
tiene razón. Probablemente nunca debí mentirle sobre su hermano. Pero si
estuviera en mis zapatos, habría hecho lo mismo.
—Nunca más te enojes así conmigo, Sloan. —Retrocedo y saco el cabello
de su rostro. Está sudoroso y se pega a mi mano. Paso mis dedos por él,
mezclándolo con el resto de su cabello.
189
Sloan
Cierro mis ojos y dejo que el agua caiga a mi cara.
¿En qué estaba pensando?
¿Confrontarlo sola? ¿No avisarle a Carter lo que iba a pasar? Eso fue
realmente estúpido.
Pero en mi defensa, es difícil pensar cuando la rabia te ciega.
Luego de salir de mi cita médica esta mañana, recibí una llamada
de la trabajadora social. Estaba manejando hacia la universidad, y
cuando me reveló que los cuidados de mi hermano no eran pagados, lo
perdí. Lo perdí completamente. Di la vuelta y manejé directamente a las
instalaciones donde está mi hermano para encontrarme con ella. Al
momento en que me fui, jamás había estado tan molesta.
Lo único en lo que podía pensar era en Asa y cómo quería matarlo.
La rabia realmente te ciega. Cuando entre en la cocina a confrontarlo, no
me importaba que pudiera herirme. Solo quería saber si era verdad, si de
alguna manera él me había estado mandando cartas falsificadas del
gobierno. No quería creerlo, porque creerlo significaría que está
completamente demente. Pero la única persona que podría inventar una
mentira como esa y mantenerla durante dos años tiene que estar
191
demente.
Recuerdo el día en el que me trajo mi correspondencia luego de
Página
romper por primera vez. La carta que hablaba sobre los beneficios estaba
encima. Luego de leer la carta estaba devastada. El bastardo me consoló,
me dijo que si alguna vez necesitaba algo, me ayudaría sin pensarlo. Dijo,
"Eso es lo que haces por la gente que amas, Sloan. Les ayudas."
Eso era antes cuando realmente creía que me amaba y sus
acciones eran cordiales. Ahora pienso que es más una obsesión psicótica.
No tenía a dónde más ir, y gracias a lo que pensé que le iba a pasar
a Stephen, fui forzada a pedirle ayuda a Asa. Era mi última opción, eso era
seguro. Diablos, incluso llamé al número que decía en la carta para ver si
había alguna otra opción. Ahora me doy cuenta que era obviamente un
número falso con alguno de los amigos de Asa al otro lado de la línea,
pero no me di cuenta de ello en ese momento.
El agua caliente se mezcla con las lágrimas que corren por mis
mejillas.
¿Cómo pude haber caído en ello por tanto tiempo? Todas las piezas
aún están encajándose, también el hecho de que solamente me deja usar
su carro para visitar a Stephen los domingos.
La trabajadora social no trabaja los domingos. No había razón para
encontrármela y conversar sobre sus beneficios.
Aún no puedo entenderlo y han pasado muchas horas desde que lo
descubrí. Trato de decirme a mí misma que me tomó tanto tiempo
descubrir la verdad porque no tenía razón para pensar que él haría algo
como eso. Pero tenía todas las razones.
Eso es lo que Asa hace.
Es un mentiroso. Un tramposo. Sabotea a la gente. Manipula a la
gente.
Estoy tan enojada conmigo misma ahora, me limpio el cuerpo aún
más fuerte, queriendo quitar su olor de mi cuerpo. Estoy frotando mi cuello
cuando la cortina de la ducha se abre. Jadeo y me muevo para que mi
espalda esté contra la pared y pueda dar una mejor pelea si viene para
eso.
Asa está parado enfrente de mí, completamente vestido. Pantalones
192
azules oscuros y una camisa blanca. Hace que los tatuajes de sus brazos se
vean más brillantes y enojados. Pero su expresión no es de enojo ahora
Página
mismo. Se ve confundido.
Y en realidad está mirando mi rostro y no a mis pechos.
—¿No crees que es raro que nadie realmente viene aquí más? —
pregunta.
Sus pensamientos se están convirtiendo en más y más impredecibles.
Suspiro y volteo hacia el agua, lavando el acondicionador de mi cabello.
—No estoy segura de a qué te refieres, Asa.
Cuando el acondicionador está completamente fuera de mi
cabello, lo observo. Está mirando a la bañera y al agua cayendo. —Solía
haber demasiada gente aquí, todo el día todos los días, toda la noche.
Ahora solamente son cuatro o cinco personas, a menos que tenga una
fiesta.
Es porque eres impredecible y asustas a la maldita gente, Asa.
—¿Quizás están todos ocupados?
Sus ojos se alzan hacia los míos. Aún están llenos de confusión. Un
poco decepcionados. No sé mucho sobre las drogas o cómo se siente
estar drogado, pero la paranoia puede ser un síntoma de abstinencia. Eso
espero, porque de otra manera, no estoy segura de qué pensar sobre esta
versión de Asa.
—Sí —dice—. Quizás solo están ocupados. O no lo están y solamente
quieren que yo piense que lo están. Porque jodidamente todos fingen por
aquí.
Sus palabras son duras, pero su voz es calmada, con un poco de
confusión. Estoy rezando que no se refiera a Carter cuando dice que todos
fingen.
O que se refiera a mí.
Necesito advertirle a Carter. Algo no está bien con él hoy. Nunca
había estado tan asustada por mi vida como cuando Asa me jaló de
regreso a la casa. Estoy tentada en no contarle a Carter acerca de lo que
pasó porque sé que se enojará porque lo enfrenté sola.
—Deberíamos invitar a algunas personas a cenar esta noche.
¿Cocinarías?
193
No, no, no. Por favor no me hagas tener sexo contigo otra vez.
Respiro calmadamente por la nariz, esperando que solamente esté
Página
Carter
No tengo ni idea de por qué Asa nos invitó a cenar. Hemos estado
en su casa casi todas las noches últimamente, esta noche no debería ser
diferente. Tenía la esperanza de que Sloan estuviera siendo paranoica en
su texto cuando dijo que está perdiendo su mente, pero estoy un poco
preocupado que está en lo correcto.
Puedo oler la comida antes de que abra la puerta delantera.
Cuando camino dentro y miro alrededor, Dalton es el único que no ha
llegado. Jon y Asa están ocupando ambos sillones reclinables y Kevin está
en el sofá.
Asa se inclina hacia delante con los codos en las rodillas, control
remoto en la mano, viendo los canales de noticias. Cuando oye la puerta
detrás de mí, se da la vuelta.
Asiento con la cabeza en su dirección y se da la vuelta a la TV. —
¿Ves las noticias, Carter?
Echo un vistazo a la cocina para ver a Sloan de pie en la barra,
limpiándola con un trapo. Puedo verla desde donde estoy parado, pero
Asa no puede.
—A veces —digo.
197
Sloan quita sus ojos de los míos y levanta un dedo a su cabello. Paso
mi pulgar por el labio inferior. Ella levanta su otra mano a la cabeza y gira
Página
tres de sus dedos en su pelo. Luego cinco. Después, los diez. Entonces ella
está revolviendo su pelo con las dos manos, haciéndolo girar en todas las
direcciones, dejándome saber que se está volviendo loca.
Quiero sonreírle, pero me obligo a entrar en la sala de estar y tomar
asiento junto a Kevin. —¿Por qué quieres saber si miro las noticias? —Le
pregunto a Asa.
Cambia a otro canal. —No he oído nada de mi padre. Sólo me
aseguraba que sobrevivió y no estoy a punto de ser arrestado por
asesinato.
Dice eso tan indiferente, como si la posibilidad de ser arrestado por
asesinato es una ocurrencia diaria. Asiento con la cabeza, pero no alcanzo
a decirle que su padre sobrevivió. Ni siquiera fue herido tan mal, en
realidad. El casino llamó a una ambulancia para él, pero aparte de una
fractura en la nariz y una mandíbula rota, no hay ningún daño serio. El tipo
ni siquiera quería presentar cargos. Dalton me dijo todo esto después de
que se reportó hoy.
También me dijo que el tipo era un adicto, que fue diagnosticado
como esquizofrénico paranoico, y él tenía un montón de otras cuestiones.
No me gusta decirlo, tengo un poco de simpatía por Asa en algún lugar
muy profundo. No se sabe lo que le pasó cuando niño con ese hombre
como padre. Pero la simpatía es como lo que pasa. Puedes simpatizar con
alguien y todavía desear que este muerto.
Me quedo con la información sobre la condición de su padre para
mí. Creo que es bueno que Asa este preocupado por las repercusiones. No
es algo que probablemente experimente muy a menudo.
Asa suspira después ojear en todos los canales de noticias dos veces
y salir con las manos vacías.
Se levanta y lanza el control remoto hacia Jon. —Asegúrense de
lavarse las manos. Mi novia trabajó duro para cocinar la cena y no quiero
a ninguno de ustedes cabrones sentados en mi mesa con las manos sucias.
—Se dirige a las escaleras y corre a su habitación. La puerta de su
habitación se cierra y doy un vistazo a Kevin, que está mirando a las
escaleras vacías.
198
acerca a la mesa.
Página
Los otros dos tipos deben escuchar a Asa bajar, también, porque
están en el fregadero ahora, preparándose para lavarse las manos como
él instruyó.
Ayudamos a Sloan llevar el resto de la comida a la mesa, justo
cuando Dalton camina a través de la puerta principal. Son sólo las 6:55,
pero ve a Asa saltando las miradas y se disculpa por llegar tarde.
—No estás tarde —dice Asa—. Llegas justo a tiempo.
Tomo asiento, y termino estando justo enfrente de Asa. Diagonal a
Sloan. Es extrañamente tranquilo, ya que todo el mundo pasa alrededor la
comida, repartiendo en sus platos. Luego que toda la comida se ha
pasado alrededor de la mesa, Asa toma su tenedor y le dice—: ¿Hay que
decir las gracias?
Nadie habla. Todos nos miramos fijamente, preguntándonos si él nos
está tomando el pelo o si alguien tiene que empezar a rezar antes de que
volteara su mierda.
Se ríe en voz alta y dice—: Estúpidos desgraciados. —Mete su
tenedor en su puré de patatas y se traga un bocado.
Jon dice—: Estas son dos veces seguidas que hemos tenido la cena
aquí. ¿Qué pasa? ¿Es esto lo que sucede cuando eres domesticado?
Asa entorna los ojos en la dirección de Jon, luego, se traga las
patatas trituradas con su cerveza. —¿Dónde está Jess esta noche?
Jon se encoge de hombros. —No la he visto en unos pocos días.
Creo que nos separamos.
Asa se ríe, entonces me mira. —¿Y Tillie?
Paso mi pulgar por mi labio inferior. —Trabajando. Podría pasar
mañana por la noche.
Asa se lame los labios, tomando otro sorbo de su cerveza. —Eso sería
bueno —dice.
Luego mira a Dalton. —¿Cómo es que nunca has traído a una
chica?
200
plato. Cuando se vuelve para entrar en la sala de estar, Sloan mira a través
de la mesa hacia mí. Se ve asustada, pero también aliviada de que su
Página
hombres me levantan de un tirón del suelo, por mis brazos. Están ladrando
órdenes, separando a todos nosotros en diferentes partes de la casa. Soy
metido en una habitación de invitados fuera de la cocina.
Todo lo que puedo pensar es en Sloan y cuan asustada este
probablemente en este momento.
La puerta se cierra detrás de mí y soy arrojado a una silla de
escritorio. Hay dos hombres en la habitación conmigo. Uno de ellos es más
alto que yo con el pelo rubio oscuro y una barba. El otro es más bajo, más
robusto. Pelo rojo y un bigote aún más rojo. El pelirrojo es quien habla
primero. Ambos tiran de sus insignias de los bolsillos de la chaqueta y las
enseñan para mí. —Soy el agente Bowers —dice—. Este es el agente
Thompson. Vamos a hacerle unas cuantas preguntas y le agradeceremos
su cooperación.
Asiento con la cabeza. Agente Bowers se acerca más a mí y dice—:
¿Usted vive aquí?
Niego con la cabeza. —No. —Comienzo a decirles lo que estoy
haciendo aquí y que están cometiendo un puto gran error, pero el alto me
interrumpe y dice—: ¿Cuál es su nombre?
—Carter —digo. No digo Luke todavía, porque todavía no estoy
seguro de si Asa aún está siendo detenido. Lo último que necesito es que al
puto FBI para volar mi cubierta.
—¿Carter? —dice el agente de Bowers—. ¿Usted sólo tiene un
nombre? ¿Así que es como Madonna? ¿Cher? —Se inclina hacia delante,
mirándome—. ¿Cuál es tu maldito apellido, listillo?
Retuerzo mis manos a la espalda, tratando de aliviar el corte a la
circulación en mis muñecas. Mi pulso late con fuerza en las sienes, en parte
debido completos últimos minutos y en parte porque estoy enojado de
que están a punto de terminar todo y conseguir todo el crédito. Claro, que
podrían estar aquí para detener a Asa. Y sí, estoy aliviado de que Sloan
está ahora a salvo. Sin embargo, a sabiendas de los últimos meses enteros
eran una mierda y que puse en peligro Sloan más de una vez realmente da
en un nervio.
Se hace el silencio y puedo escuchar a Asa gritar —¡Que te jodan! —
205
Asa
—¿Alguna vez has visto la película Point Break7? —le pregunto.
Luke me está mirando duramente, su pecho está pesado, sus fosas
nasales resoplando. Malditamente amo esto.
No me responde. Es gracioso cómo es tan rápido para abrir la boca
y presumir que es un maldito policía, pero cuando tiene que ver conmigo,
apenas hace un esfuerzo para conversar.
—No me refiero al nuevo remake de mierda, Luke. Estoy hablando
sobre la película original con Keanu Reeves y Patrick Swayze. Oh, y ¿quién
es el rostro de Red Hot Chili Peppers? ¿El cantante?
Miro a Luke para que me ayude con el nombre del tipo, pero no lo
hace. Solo me está mirando. No sé por qué sigo esperando que responda.
Me recuesto en la cama y sigo hablando. —Hay una parte en la película
en donde Keanu Reeves y su equipo entran en la casa de unos
vendedores de drogas. Pero lo que no saben es que uno de los chicos que
viven ahí es un policía encubierto. Y gracias a su impaciencia y falta de
planificación, arruinan la puta investigación para el pobre chico. Meses y
meses de trabajo duro. ¿Recuerdas esa parte?
208
7
Película de 1991, que habla de un agente del FBI encubierto para atrapar a una banda
de surfistas que pueden ser ladrones de bancos.
Página
Naturalmente, no responde. Sigue tratando de luchar con las
esposas en su espalda, tratando de liberarse.
››Probablemente tenía diez años cuando vi esa película por primera
vez, pero no pude parar de pensar en esa parte. Me obsesione sobre ella.
Siempre me pregunté qué pudo haber pasado si el equipo de Keanu solo
hubiese estado pretendiendo ser del FBI. Me pregunté cómo hubiese
resultado todo si ese policía se hubiese delatado, solo para descubrir que
Keanu no era del FBI. Que solo estaba pretendiendo serlo solamente para
descubrirlo. Hablamos de un giro doble al argumento.
Los ojos de Carter miran la puerta como si alguien fuera a entrar a
rescatarlo. Odio tener que quitarle las ilusiones, pero eso no va a pasar.
››De cualquier manera —digo, parándome—. Creí que valdría la
pena intentarlo. Ver si alguno de ustedes hijos de puta eran estúpidos para
tratar de traicionarme y si lo eran, quizás fueran lo suficientemente
estúpidos para caer por el giro inesperado. —Inclino mi cabeza y sonrío—.
Debes estar sintiéndote realmente estúpido en este momento.
Su mandíbula se tensa. La mía también, porque no tengo idea de
cómo referirme a él y me está molestando. ¿Carter?, ¿Luke?, ¿muerto?
Sí. Me referiré hacia él como muerto.
››Es decir, jodidamente estúpido. —digo riéndome—. ¿Por qué te
descubrirías tan pronto? No soy policía, pero asumo que romper la cubierta
no es algo que ustedes se toman a la ligera.
Me paseo por la habitación varias veces, tratando de entenderlo en
mi mente. Por qué alguien estaría tan apurado de salir de una situación. Es
como si fuera de vida o muerte para él. Como si no se apurara a ir por
alguien, sería demasiado tarde.
Lentamente me vuelvo a sentar en la cama. —A menos... —Lo miro—
. Al menos que arruinaras tu coartada porque eres el tipo de chico que
deja que sus emociones gobiernen sus acciones. ¿Cómo les llaman a ese
tipo de chicos? Estoy bastante seguro que tú y yo conversamos sobre esto
en el almuerzo recientemente. —Miro al techo—. Oh, sí —digo—.
Maricones.
209
No se ríe de mi broma.
Página
Eso es probablemente algo bueno, porque quizás me habría
enojado que se riera.
Miro hacia la puerta y no puedo recordar si la aseguré o no. Me paro
y voy a revisar, luego me enfrento a Luke de nuevo. —La verdadera
pregunta es, ¿por qué estarías tan emocional en una ocasión como esta?
¿Cuándo deberías estar en la cumbre de tu juego de agente encubierto?
¿Qué podría haber estado al frente de tu mente cuando el entrenamiento
y sentido común debió haber ganado?
Avanzo cinco pasos hacia él, hasta que no hay más pasos que
avanzar. Mantiene contacto visual conmigo todo el tiempo, levantando su
mentón para sostener su mirada. —Oh. Cierto. ¡Estabas demasiado
preocupado pensando en mi puta prometida como para hacer bien tu
maldito trabajo! —Golpeo mi pistola en un lado de su cara. Su cabeza se
mueve para un lado. Estoy muy seguro que ese golpe fue lo
suficientemente fuerte como para perder uno o dos dientes, pero él actúa
como si no le afectara. Hace contacto visual conmigo otra vez, viéndose
un poco más calmado que antes de golpearlo.
Hijo de puta.
Odio que todavía me guste este lado de él. El silencioso e
introspectivo lado de él que no se rompe por el miedo. Es impresionante.
Qué pena que lo único que lo hace romperse bajo presión es Sloan.
Me pregunto ¿por cuánto tiempo habrá estado lavándole el
cerebro? ¿Usándola para su investigación? Probablemente ha estado
lentamente poniéndola en mi contra desde el día en que se conocieron.
Y pensé que ayer fue malo. Pensé que al golpear a mi padre estaba
más enojado que nunca. Pero estaba equivocado. Chico, qué
equivocado estaba.
Ver a Sloan mirándolo por instrucciones hace un rato fue de lejos lo
más enojado que he estado. En la vida. Nunca he querido matar a alguien
como quiero matar a Carter en ese momento. Pero eso habría arruinado
mi sorpresa, así que tenía que permanecer tranquilo.
210
lo especial que era. Le dije que lo que estaba haciendo por su hermano
era la cosa más compasiva que había presenciado. Y todo el que tiempo
Página
momento. Y luego empecé a follarla. Fuerte. Tan fuerte, Luke. Nunca antes
me he sentido como que quisiera ser parte de alguien; dentro de alguien
con más que solo mi pene. Solo seguía empujando, porque por alguna
razón, no se sentía como si alguna vez pudiera estar lo suficientemente
dentro. Las marcas que dejamos en la pared con el cabecero siguen ahí,
de hecho. Quizás te las muestre antes de matarte.
Me paro y paso mi mano por mi rostro. —Han pasado dos años y aún
sigo pensando en esa noche. En lo que se sintió ser la primera persona
dentro de ella. La primera persona en hacerla venirse. La primera persona
en hacerla gritar un nombre. Y cada vez que la veo, amo un poco más el
saber que lo que pasó entre nosotros será siempre sagrado. En que tendré
todas esas primeras veces y todas las últimas. En que ella nunca permitirá
que otro hombre la bese. La toque. Deslice su pene dentro de ella y
malditamente arruinarla para mí.
Camino calmadamente cerca de Luke y me pongo en cuclillas
frente a él otra vez. —Si descubro que me quitaste eso, Luke, ella no valdrá
nada para mí. Discúlpame mientras voy a traerla. Creo que nosotros tres
necesitamos tener una conversación seria.
Mando a dos hijos de puta de regreso a la habitación para que
vigilen a Luke mientras subo por mi Sloan.
214
Página
Traducido por Lu
Corregido por Sahara
Sloan
Lo primero que hice después de correr arriba a mi habitación fue
dirigirme a mi mesa de noche por mi teléfono. No estaba allí. Miré en el
suelo, la cama, debajo de la cama.
Y entonces recuerdo a Asa corriendo hasta aquí justo antes de la
cena.
El bastardo ocultó mi teléfono.
Tan pronto como escuche los gritos de abajo, el forcejeo, las
caídas... corrí a mi armario para ocultarme. Menos de diez segundos
después, alguien llamó a la puerta.
Cuando oí las palabras—: ¡FBI, abre! —Estaba llena de alivio.
Salí del armario y abrí la puerta, pero inmediatamente supe que algo
no estaba bien. El agente me empujó hacia el dormitorio y cerró la puerta
detrás de mí, apuntando con un arma. Me ordenó que estuviera en la
cama y no me ha permitido moverme o hablar desde que entró.
Ha sido un tiempo ahora. Demasiado largo. A veces puedo distinguir
los sonidos de la voz de Dalton. A veces de Jon o Kevin.
Pero no de Asa. Y no de Luke.
215
Mi estómago se enrolla ante la idea de que Asa tiene algo que ver
con esto. Pero no sería la primera vez que ha inventado un esquema
Página
voz tensa al instante—. No, no, bebé. —Se tira hacia atrás y sus ojos están
llenos de dolor—. ¿Estaba dentro de ti? ¿Le dejaste entrar en ti?
Página
Estoy llorando demasiado duro para admitirlo. Estoy llorando
demasiado duro para negarlo.
Toda su cara se detiene en una mueca, como si él piensa que esto
es lo peor que pudiera estar sucediendo en este momento. Le acaba de
disparar un tipo de arriba, y ¿él está más molesto porque podría haberlo
engañado?
Giro la cabeza hacia un lado y aprieto los ojos.
Eso es todo. Así es como me voy a morir.
Asa entierra su cabeza en la grieta de mi cuello y hombro y
murmura—: No puedo recordar si cerré la puerta.
Cuando se arrastra fuera de mí, trato de procesar lo que acaba de
decir, pero era tan aleatorio y mi pulso está acelerado demasiado rápido
para procesar pensamientos, no sé ni qué pensar.
Cuando está caminando hacia la puerta, vuelvo la cabeza para
encontrar a Luke. Tiene las manos esposadas a la espalda alrededor de la
silla del escritorio. Pero él se para de forma rápida, deslizando sus brazos
hacia arriba y sobre el respaldo de la silla, y luego se sienta de nuevo, esta
vez con los brazos detrás de su espalda sin la barrera de la silla. Todo
sucede tan rápido, me toma un segundo para darme cuenta de que ni
siquiera está esposado a la silla.
Asa no debe darse cuenta de esto o nunca le dría la espalda a él.
Mis ojos giran a la puerta y Asa está bloqueándola. Mis ojos giran de
nuevo a Luke y él está sacudiendo la cabeza, advirtiéndome de mantener
la calma. No puede llevar su dedo pulgar a su labio, pero lo está
mordiendo, corriendo los dientes a través de él.
Tiro de un mechón de mi cabello, al igual que Asa apoya su espalda
contra la puerta de la habitación.
Pone su arma contra su mejilla y mira directamente a Luke. —Ya te
dije sobre la primera vez que me la tiré —dice—. Es tu turno.
220
Página
Hace algunos años
Traducido por Vane v
Corregido por Sahara
Asa
Mi papá se encuentra parado en la ventana, esperando que lleguen
los hombres.
Los espera todo el tiempo. Me dice que si descubren donde vivimos,
le dispararán. Después le dispararán a mi mamá y luego a mí. Dice que
luego de que nos disparen, los hombres probablemente no le dirán a la
policía. Nos dejarán a todos aquí y nuestros cuerpos se pudrirán dentro de
esta casa y los ratones y cucarachas nos comerán.
—¡Asa! —Grita desde la ventana, señalando la puerta delantera—.
¡Revisa la puerta otra vez!
Ya la he revisado por él dos veces, pero nunca me cree que esté
asegurada. Dice: —revisa la puerta otra vez— y cada vez mira por la
ventana.
No sé por qué algunos días piensa que los hombres vendrán por él y
otros días no le importa. Me levando del sofá para revisar la puerta. Mis
piernas funcionan, así que puedo caminar a la puerta muy bien, pero a
veces estoy tan asustado de que si los hombres aparecen, me van a
221
dijo. Me quedé aquí y no me voy a mover hasta que él venga por mí.
O hasta que los hombres se vayan.
***
Tengo mucho frío y hambre y lloré hasta que el sol volvió a
esconderse. Pero aún no me he movido. Mi papi dijo que no lo hiciera, así
que no lo hice. Pero mis piernas no se sienten como si fueran parte de mi
cuerpo. Mis ojos siguen cerrándose. Ya no estoy tan sediento porque hay
un poco de agua saliendo de un tubo a mi lado y puse mi boca ahí para
tomar un poco.
Creo que los hombres mataron a mi mamá y a mi papá, porque mi
casa está realmente silenciosa. No he escuchado caminar a los hombres
desde que el sol salió, así que quizás se fueron.
Sé que mi papá dijo que no me moviera, pero si mi papá siguiera
vivo, ya habría venido a recogerme.
Pero él nunca regresó.
Salgo gateando desde debajo de la casa. Está muy oscuro ahora,
así que eso significa que he estado debajo de la casa por más de un día
completo. No creo que los hombres mataran a mi mamá y a mi papá y
luego se quedaran en la casa por más de un día, así que creo que eso
significa que probablemente ya se fueron y es seguro para mí entrar.
Cuando trato de pararme, me caigo. Mis piernas están temblorosas y
me duelen los dedos. Gateo por las escaleras traseras y ahí es cuando me
doy cuenta que mi ropa está cubierta de barro. Tengo miedo de ensuciar
el piso. Trato de limpiarme un poco en la alfombra, pero solo me ensucio
más.
Agarro la manija de la puerta y me levanto. Todavía no puedo sentir
mis piernas muy bien, pero están funcionando ahora. Cuando abro la
puerta y entro a la casa, puedo ver el cadáver de mi padre. Está en el
sillón reclinable en la sala.
Contengo la respiración. Nunca he visto un cadáver y realmente no
quiero ver uno ahora, pero sé que tengo que asegurarme que es mi papá
y no uno de los hombres. Camino en las puntas de los pies hacia la sala y
estoy muy asustado, se siente como si mi corazón estuviese latiendo en mi
cuello.
Cuando llego a su silla, tomo una respiración profunda y me acerco
para mirarlo. Estoy un poco sorprendido de ver que los cadáveres no se
ven nada diferentes de las personas que aún están vivas.
223
Pensé que tendría sangre en él, o que estaría de otro color, como un
fantasma. Pero se ve completamente igual.
Página
Levanto mi dedo para tocar su mejilla. Escuché que los cadáveres
están más fríos que las personas que están vivas, así que presiono la punta
de mi dedo en su mejilla para ver cómo se siente su piel.
Su mano va alrededor de mi muñeca y la aprieta. Sus ojos se abren
de golpe y me asusta demasiado, grito.
Los ojos de mi papá están realmente enojados cuando mira mi ropa.
—¿En dónde diablos te metiste, niño? ¡Estás sucio!
Pensé que estaba muerto.
No está muerto.
—Debajo de la casa en donde me dijiste que fuera ayer. Dijiste que
irías a recogerme.
Aprieta mi muñeca muy fuerte, se acerca y dice. —¡No me vuelvas a
despertar de una siesta otra vez, pequeño bastardo!, ¡Ahora anda báñate,
hueles como una maldita alcantarilla!
Me empuja lejos de él. Retrocedo, aún confundido de cómo es que
está vivo.
Creí que los hombres vinieron. Creí que lo mataron.
Me aprieta la parte trasera del cuello y me empuja hasta que salgo
de la sala. Dijo que iría a recogerme, pero creo que ni siquiera recordó que
estaba debajo de la casa.
Puedo sentir que mis ojos empiezan a calentarse, por lo que salgo
corriendo de la sala. No puedo llorar delante de mi padre o se va a enojar
mucho.
Camino por el pasillo hasta el baño, pero realmente quiero comer
algo. Mi estómago nunca ha estado tan hambriento antes. Cuando paso
por la habitación en donde mi mamá se queda la mayor parte del día, su
puerta está abierta. Está dormida en su cama, así que entro a la
habitación para preguntarle si puedo comer algo. Sacudo mi cabeza y
trato de despertarla, pero solo se queja y se da la vuelta. —Déjame dormir,
Asa —dice.
No me gusta lo mucho que duerme. Dice que no puede dormir muy
bien por su cuenta, así que toma bastantes pastillas que la ayudan a
dormir mejor. Dice que las blancas son para la noche, pero las toma
cuando aún está el sol a veces. La he visto hacerlo.
Tiene algunas amarillas, pero dice que esas son sus pastillas
224
especiales. Dice que las guarda para los días en los que quiere ir a otro
lugar en su mente.
Página
Tomo la botella de pastillas y me pregunto si se dará cuenta si robo
una de las amarillas. Porque quiero ir a otro lugar en mi mente. No quiero
que mi mente esté dentro de esta casa.
Levanto la botella de pastillas amarillas y trato y trato, pero no puedo
abrirla. No soy muy bueno leyendo porque solo estoy en primer grado,
pero finalmente descubro lo que la etiqueta dice y tengo que presionarla y
luego voltearla para abrirla.
Cuando lo hago, se abre esta vez. Miro a mi mamá pero todavía
sigue de espaldas. Me apuro y tomo una de las pastillas amarillas y la
pongo en mi boca y la mastico. Mi rostro hace una mueca porque es la
cosa más asquerosa que he comido alguna vez. Está realmente amarga y
hace que mi boca se seque. Tomo un trago del agua de mi madre para
poder pasarla.
Espero que tenga razón. Espero que esta pastilla me lleve a algún
otro lugar en mi mente, porque realmente me estoy cansando de estar en
esta familia.
Le pongo la tapa de nuevo a la botella y salgo de la habitación de
mi mamá. Para el momento en el que llego el baño para bañarme, mis
piernas ya se sienten como si no fueran mías otra vez.
También mis brazos. Mis brazos se sienten como si estuvieran flotando
en el aire.
Miro en el espejo luego de abrir la llave del agua, porque se siente
como si mi cabello estuviera creciendo. Pero no se ve largo, de hecho. Se
ve igual. Pero puedo sentirlo creciendo.
Mis dedos del pie comienzan a hacerme cosquillas igual que mis
piernas. Siento como si estuviese a punto de caerme, así que me apuro y
me siento en la bañera. Me olvido de sacarme la ropa, pero está bien
porque mi ropa está sucia. Creo que mi ropa también necesita el agua.
Me pregunto por cuánto tiempo estuve debajo de la casa.
Probablemente he perdido un día de escuela. Realmente no me gusta
mucho la escuela, pero quería ir hoy para ver lo que la mamá de Brady le
mandó para el almuerzo.
Brady se siente a mi lado en el almuerzo y trae una lonchera todos
los días. Una vez su mamá le mandó una tajada de pastel de coco. A él no
le gusta el pastel de coco, así que me dijo que podía comerlo. Estaba
demasiado bueno. Regresé a casa y le dije a mi mamá lo bueno que
225
lonchera. Nos las lee todas y se ríe porque piensa que son tontas. Nunca
me río, sin embargo. No creo que las notas sean tontas.
Una vez vi una de las notas en el basurero y la levanté. Decía
"Querido Brady. ¡Te amo! ¡Que tengas un buen día en la escuela!"
Rompí la parte de arriba de la nota en donde estaba el nombre de
Brady y me la quedé. Pretendí que mi mamá me la escribió y a veces la
leo. Pero eso fue hace mucho tiempo y perdí la nota hace poco. Eso es
por lo que quería ir a la escuela hoy porque si Brady tenía otra nota de su
mamá, quería robarla y pretender que era para mí otra vez.
Me pregunto cómo se sentirá sentir que alguien te diga esas
palabras.
¡Te amo!
Nadie me ha dicho eso nunca.
Me siento mareado. Se siente como si mi cabeza estuviese flotando
en el techo y mis ojos están mirando mi cuerpo sentado en la bañera. Me
pregunto si esto es por lo que a mi mamá le gustan las pastillas amarillas.
¿Porque le hacen sentir como que las partes importantes de su cuerpo
están flotando en el aire donde nadie puede alcanzarla?
Cierro mis ojos y susurro —Te amo— a nadie mientras floto en el aire.
Algún día encontraré a alguien y haré le guste lo suficiente para querer
decirme esas palabras. Quiero que sea una chica. Una chica bonita. Una
que mi papá no piense que sea una puta.
Eso sería agradable. Quizás me ame lo suficiente para hacerme
pastel de coco. Realmente me gusta el pastel de coco.
Si alguna vez encuentro a una chica que me diga esas palabras y
que me haga pastel de coco, me quedaré con ella. No la tiraré de la
forma en la que Brady tira las notas de su mamá.
Me quedaré con ella para siempre y no le permitiré dejarme. Haré
que me diga que me ama todos los días.
"Te amo, Asa." Me prometerá. "Nunca te dejaré".
226
Página
Traducido por Fany Ivashkov
Corregido por Sahara
Asa
Nunca he matado a nadie antes. No hasta hace unos minutos
cuando le disparé al chico de arriba por tratar de tomar lo que no era
suyo.
Todavía no me encuentro seguro de cómo me siento.
Probablemente debería estar preocupado, porque el asesinato
viene con sus repercusiones. Debería también andar enojado, porque tan
pronto como le disparé al chico y halé a Sloan a esta habitación, el resto
de los hijos de puta que contraté se revolvieron como huevos.
Supongo que tiene miedo que les dispare también.
Supongo que me encuentro un poco preocupado por las
repercusiones y toda esa mierda.
Normalmente cuando una pistola es disparada, alguien llama a la
policía. Lo que significa que ellos probablemente ya se encuentren de
camino hacia acá, gracias a un maldito vecino entrometido.
Y me refiero a los policías de verdad. No a esta pobre excusa
sentado frente a mí en estos momentos.
Me hallo decepcionado que esto no va como lo planeé. ¿Le disparé
a un chico por defensa personal y el resto solo deja sus responsabilidades y
se escabullen?
227
como lo hice.
Lo que significa que ahora... estoy un poco en aprietos. Me voy
quedando sin opciones. Creo que la única opción que realmente tengo es
dispararle a Luke en su maldita cara presumida y sacar a Sloan de aquí
mientras pueda. Seguro, va a estar un poco traumatizada. Pero podemos ir
a terapia o algo cuando nos hayamos establecido otra vez. Va a
necesitarla luego de que le lavaran el cerebro.
Es un poco triste que solo me quede una opción y que solo tenga
poco más de un minuto para realizarla, porque realmente quería escuchar
a Luke cuando me dijera cómo fue cuando folló a Sloan.
No porque hubiese estado excitado por eso. No soy un jodido
morboso.
Quería escucharlo, porque necesito la visión. Necesito saber lo que le
dijo a ella para hacerla caer. Necesito saber si tuvo que convencerla
como yo lo hice. Necesito saber si hizo los mismos sonidos que a veces
hace cuando está conmigo. Quiero saber en qué posición la folló. ¿Estaba
él encima o lo estaba ella, estaba él detrás de ella?
Solo necesito saber para asegurarme de no hacer o decir ninguna
de las cosas que le dijo cuándo le haga el amor en el futuro. Necesito
asegurarme de nunca follarla en las mismas posiciones que él la folló.
Pero ahora me he quedado sin maldito tiempo, porque alguien está
golpeando la puerta y Luke todavía no ha abierto su boca.
—¡Asa!
Es Dalton.
Todavía no me hallo seguro de qué pensar sobre Dalton. De verdad
me gusta. Es la Coca, a todos les gusta la Coca. Pero todos saben que la
cocaína es la droga más falsificada. Todo un infierno de impostores.
Vendedores tratando de vender aspirina en polvo en las esquinas de las
calles a adictos del crack medio muertos que no pueden ver la diferencia.
Dalton quizás no es cocaína. Probablemente es una botella de putas
aspirinas, aplastadas y metidas en una bolsa.
—¡Asa, abre la puerta! —Grita Dalton.
Alcanzo la puerta detrás de mí y verifico que la puerta esté
asegurada. —¿A dónde se fueron todos? —le grito a Dalton—. ¡Todo se
encuentra tranquila!
—Abre la puerta para que podamos hablar. —Se encuentra justo en
228
cae en un lado.
—Oh. Mi error. Estaba equivocado.
Sloan grita. Grita su puto nombre, grita no, grita qué hiciste, grita su
nombre otra vez, grita, grita, grita.
Jodidamente gritando.
Tiene putas lágrimas.
Por él.
La agarro por el maldito brazo y la levanto, echándola en la cama.
Me monto a horcajadas sobre ella mientras cubre su cabeza y grita más
fuerte con las lágrimas en su rostro.
—¿Por qué jodidos gritas, Sloan?, ¡¿POR QUÉ?!
Puedo escuchar las palabras de mi padre repitiendo puta, puta,
puta. Golpeo mi frente para hacerla parar.
Para, para, para.
Ella no lo ama. Me ama. Para siempre.
—No lo amas, Sloan —digo con el rostro lleno de dolor—. No lo amas,
él te lavó el cerebro. —Agarro sus mejillas y presiono mis labios en los suyos.
Está tratando de alejarse de mí, tratando de pelear contra mí.
—¡Sí, lo hago! —grita—. ¡Lo amo, te odio, lo amo, te odio!
Va a arrepentirse de esto. Va a arrepentirse de esto más de lo
alguna vez se ha arrepentido de algo en su puta vida sin valor. Si piensa
que está triste ahora al ver a ese bastardo morir, espera hasta que me vea
morir.
Apenas conoce al tipo. ¡Me ha amado por dos putos años! Mi
muerte la devastará. Llorará tan fuerte, que no tendrá suficiente aire para
decir que odia a alguien.
Puta, puta, puta.
Golpeo mi mano en mi frente y luego presiono mi frente en la suya.
Ya no grita. Solo solloza incontrolablemente.
—Vas a arrepentirte de esto, Sloan. ¿Crees que ahora lloras mucho?
Cuando muera, te va a malditamente matar. Te. Matará.
Sacude su cabeza de adelante hacia atrás, llorando entre sus
palabras. —Es demasiado tarde para matarme, Asa. Me mataste hace
mucho puto tiempo.
233
Delira.
Jodidamente delira.
Página
Me río, sabiendo lo mucho que esto la va a enojar. Me río, sabiendo
lo mucho que va a arrepentirse de decirme todo lo que me ha dicho.
Desearía estar aquí para ver cuando finalmente se dé cuenta de lo mucho
que significo para ella. Lo mucho que he hecho por ella. Lo que será su
vida sin mí.
Presiono mi boca en sus labios temblorosos.
Presiono la pistola en un lado de mi cabeza y jalo el puto…
234
Página
Traducido por Lu
Corregido por Sahara
Luke
¿Ya sabes lo que dicen de cómo se siente la muerte?
No. No sabes lo que dicen, porque nadie lo dice. Las personas que
mueren no están alrededor diciéndonos lo que se siente cuando ocurre.
Las personas que vivieron nunca murieron, para empezar, por lo que son
incapaces de describirlo.
Pero yo estoy en ello. Así que déjeme decirte sobre ello mientras
pueda.
Hay un momento, una fracción de segundo antes de cerrar tus ojos
por última vez, cuando en realidad te puedes sentir abrazando la muerte.
Puedes sentir que tu corazón empieza a reducir la velocidad, que se
prepara para llegar a detenerse.
Puedes sentir el cerebro apagarse, los circuitos cerrándose de golpe
como puertas.
Puedes sentir tus ojos cerrarse, sin importar lo jodidamente difícil que
tratas de mantenerlos abiertos. Y te das cuenta de que todo lo que estás
viendo en el momento de cerrar los ojos, eso es lo último que jamás vas a
ver.
235
La veo gritar.
Veo Asa a recogerla y tirarla sobre la cama.
La veo tratando de luchar contra él.
La veo renunciar.
Por eso me niego a cerrar los ojos.
Miro hacia la sangre que brota de mi pecho: la vida filtrándose fuera
de mí y en el suelo. He cometido suficientes errores que causaron que
Sloan esté en la posición que está en este momento. Me niego a morir sin
corregir algunos de ellos.
Toma todo en mí, pero estiro mis brazos hasta que soy capaz de
alcanzar el arma en mi tobillo. Hay sangre en mis manos, por lo que lucho
para conseguir un control sobre ella, pero finalmente lo logro. Puede que
no sea el mejor en mi profesión en muchas áreas, pero tengo un infierno de
objetivo.
Justo cuando levanto mi arma, Asa apunta su arma a sí mismo.
De ninguna jodida manera se va a salir así de fácil.
Me niego a cerrar los ojos mientras envuelvo mi dedo en el gatillo y
apretó, viendo como la bala penetra en su muñeca, enviando su pistola a
varios pies a través del cuarto.
Me niego a cerrar los ojos cuando el sonido de tres disparos más
penetra en mis oídos, esta vez procedentes de la puerta de la habitación.
Me niego a cerrar los ojos a medida que veo a Ryan abrir la puerta
de una patada y correr a través de ella, seguido por varios hombres.
Me niego a cerrar los ojos hasta que Asa está en el piso a varios pies
de Sloan, siendo esposado.
Me niego a cerrar los ojos hasta que se encuentran con Sloan.
Ella está fuera de la cama, al otro lado de la habitación, de rodillas,
presionando sus manos contra mi pecho, haciendo todo lo posible para
evitar que el resto de la vida se filtre fuera de mí.
Ni siquiera tengo suficiente energía para decirle que es demasiado
tarde.
236
Sloan
Este sentimiento no es nada nuevo para mí. Me ha tocado vivir, la
muerte de una persona que he amado antes. Terrible, desgarradora, la
muerte del alma.
Fue un mes antes de cumplir los trece años.
Tenía dos hermanos gemelos, Stephen y Drew. Desde el principio,
básicamente, me convertí en su cuidadora. Mis dos hermanos tenían una
gran cantidad de problemas médicos, pero mi madre solía irse durante
todas las horas de la noche, sin tener en cuenta sus necesidades. Ella iría a
través de rachas en las que pudiera ser la madre que tenía que ser. Los
llevaba a las visitas de su médico por los medicamentos que necesitan con
el fin de convencer al Estado que era una madre decente. Pero luego
dejaría la mayoría de su cuidado de todos los días a mí mientras ella salía y
se enfiestaba o hacía lo que fuera que hacia las primeras horas de la
mañana.
La noche que Drew murió, mis hermanos estaban en mi cuidado. No
puedo recordar todos los detalles porque trato de no pensar en esa noche
demasiado, pero recuerdo oírlo caer en su dormitorio. Tenía convulsiones
con frecuencia, y yo sabía que lo más probable era que acaba de tener
239
una convulsión, por lo que corrí a su habitación para ver cómo estaba.
Cuando abrí la puerta, él estaba en el suelo, todo su cuerpo
Página
llegaran, Asa fue detrás de mí gritando: ¡Déjalo que muera, Sloan! ¡Él no te
quiere! ¡Yo te amo! ¡Lo hago!
Página
Nunca me di vuelta para reconocerlo a él o a sus palabras. Seguí
tratando de ayudar a Luke mientras sacaron a Asa fuera de la habitación.
Lo último que le oí decir fue—: ¡Es mi puto pastel! ¡Déjenme tener mi puto
pastel de coco!
No sé lo que va a ocurrir luego con Asa. Estoy segura de que habrá
algún tipo de juicio, pero, sinceramente, no quiero declarar. Me temo que
si doy testimonio, va a salir más fácil de lo que debería. Debido a que
tendría que ser honesta. Tendría que decirles sobre todas las cosas que he
visto en su comportamiento; específicamente los cambios drásticos en las
últimas semanas. Es obvio para todos los que lo conocen que él es más
que probable que haya desarrollado síntomas de esquizofrenia, la misma
enfermedad hereditaria que su padre tenía. Pero si ese es el caso, es más
que probable que sea condenado a un centro de salud mental de alta
seguridad que a una prisión.
Y a pesar de que quiero que reciba ayuda para lo que está pasando
con él, también quiero que pague. Quiero que pague por cada cosa que
haya hecho y quiero que pague siempre. En una prisión. Donde va a
pudrirse con hombres que son probablemente el doble de malvados de lo
que él jamás podría soñar ser.
Algunos podrían llamarlo amargo. Yo lo llamo karma.
Me agarro de los brazos de la silla y le susurro a nadie. —Ya he
terminado de pensar en ti, Asa Jackson.
Y lo estoy. Ha absorbido demasiado de mi vida y ahora sólo quiero
centrarme en el futuro. En Stephen. En Luke.
Hay tubos y cables e IV conectadas a él, pero soy de alguna manera
todavía capaz de encontrar un área en su lecho en el que puedo encajar
si me acurruco lo suficiente. Me meto en la cama con él y envuelvo mi
brazo por encima de él, pongo mi cabeza en su hombro, y cierro los ojos.
Varios minutos después, la voz de Ryan me saca de mi letargo.
—Café.
Abro los ojos y él está sentado en la silla junto a la cama, sosteniendo
243
despertó!
Hago. Lo beso suavemente en los labios de nuevo y no hay duda del
Página
de español.
Hace una mueca con su risa. —Esa no es una mala idea, Sloan.
Lucha por inclinarse hacia adelante con el fin de besarme, pero
toma todo en él.
Sólo seis centímetros de distancia.
A sólo seis centímetros entre la respiración y la vida.
Cuando cierro esa brecha de seis centímetros y lo beso, sé que estoy
cerrando un capítulo. Un capítulo muy oscuro que he estado esperando
más de dos años para terminar.
Y este beso es sólo el comienzo de un libro completamente nuevo.
Un libro en el que tal vez los milagros no son tan descabellados.
246
Página
Traducido por Lu
Corregido por Sahara
Sloan
Toco suavemente a la puerta de su habitación del hospital, pero
nadie responde. Cuando empujo para abrirla y mirar dentro, Luke está
dormido. El volumen del televisor es bajo, pero audible. Echo un vistazo al
sofá y Ryan está tumbado en su lado, una gorra de béisbol cubre sus ojos.
Está dormido, también.
Sostengo la puerta cuando se cierra, para no despertar a cualquiera
de ellos, pero Ryan me escucha y se sienta en el sofá. El extiende sus brazos
sobre su cabeza y bosteza, luego se pone de pie.
—Hey —dice—. ¿Vas a estar aquí un tiempo?
Asiento con la cabeza. —Probablemente me quede aquí esta noche
—le susurro—. Ve a descansar.
Él mira por encima a Luke de nuevo y dice—: El médico vino antes.
Dice que lo va a dejar ir a casa mañana, pero necesitará que alguien se
quede con él por un tiempo. Está en reposo absoluto. Me gustaría
ofrecerme, pero estoy seguro de que preferiría que tú lo hagas.
Pongo mi bolso en el sofá. —Está bien. Me puedo quedar con él si
está bien con ello.
—Estoy perfectamente bien con eso —dice Luke desde su cama.
Echo un vistazo en su dirección y está sonriendo perezosamente.
Ryan se ríe y dice—: Voy a pasar por la mañana después de mi
248
acá.
Camino hacia él cuando Ryan sale de la habitación. Al igual que
todas las otras veces que yo le visite, se hace a un lado y deja espacio
para que me quede con él.
Envuelvo mi pierna por encima de él y mi brazo sobre el pecho, la
cabeza apoyada en su hombro.
—¿Cómo está tu hermano? —pregunta.
—Bueno —le digo—. Muy bien. Vas a tener que ir conmigo pronto si
estás dispuesto. Sigue mirando hacia la puerta como si fueras a aparecer,
por lo que sé que estaba decepcionado de que no estabas conmigo.
Siento la risa leve en el pecho de Luke. —Traté de escaparme para ir
contigo hoy, pero alguien está siendo sobre protector.
Niego con la cabeza. —Te dispararon en el pecho, Luke. Casi
mueres. No estoy tomando ningún riesgo. —Levanto la cabeza de su
hombro y descanso mi cabeza en mi mano.
—Hablando de correr riesgos, ¿qué dijo el doctor acerca de darte
de alta mañana? ¿Reposo en cama? ¿No actividad extenuante?
Pasa la mano por mi pelo y me sonríe. —¿Qué si te digo que dijo que
un montón de reposo en cama y actividad extenuante?
—Te diría mentiroso.
Hace una mueca. —Cuatro a seis semanas —dice—. El doctor dice
que mi corazón necesita tomarlo con cuidado. ¿Sabes lo difícil que va a
ser contigo cuidando de mí?
Paso mis dedos sobre su pecho, sintiendo las vendas debajo de su
bata de hospital.
—De cuatro a seis semanas es nada cuando tenemos para siempre.
Se ríe un poco. —Es fácil para ti decirlo. Los chicos piensan en el sexo
cada siete segundos.
—Eso es un mito —le digo—. Aprendí en biológica que en realidad
son sólo 34 veces al día.
Luke me mira fijamente durante unos segundos tranquilos y luego
dice—: Eso sigue siendo casi 1.000 veces en las próximas cuatro semanas
voy a tener que contenerme.
Niego con la cabeza con una sonrisa. —Voy a tratar de hacer que
sea fácil para ti, entonces. No voy a ducharme o cepillarme el pelo o
249
ahí!
Ryan asiente suavemente. —No en defensa de sí mismo —dice
Ryan—. Afirma que se estaba defendiéndote. Que te escucho gritar para
pedir ayuda, y cuando entró en su habitación, el tipo te estaba atacando
y sostenía una pistola. Afirma que no tenía otra opción antes de que te
mataran.
Sloan está sacudiendo la cabeza. —No lo hizo... —ella me mira—.
Luke, que no tenía que matarlo.
Asa sabía que iba a tirar esta mierda. Envuelvo mi brazo alrededor
de Sloan y reenfoco la atención en Ryan. —¿Qué significa exactamente?
—Pregunto—. ¿Cuándo se vaya a juicio, su defensa no presentará el
testimonio de Sloan?
Ryan suelta una respiración rápida. —Eso es lo que estamos
esperando —dice—. Si va a juicio.
—¿Si? —dice Sloan, expresando mi pensamiento exacto.
Tillie habla más fuerte esta vez. —La cosa es... —dice—. Es un sólido
caso de autodefensa. El tipo estaba sosteniendo un arma no autorizada.
Sloan estaba gritando por ayuda. Él la estaba atacando. Incluso con su
testimonio, la defensa de Asa se sostiene. Y el arma que usó fue una pistola
fuego legal, registrada a su nombre. A diferencia de la víctima. Además,
Asa afirma no tener conocimiento de quienes eran los hombres que
irrumpieron en la casa. Y la policía no ha localizado a ninguno de los
hombres que huyeron. Sólo la víctima, que, hasta el momento, no tiene
vínculos con Asa que podamos probar.
Barro mis manos por mi cara. Puedo oír la respiración de Sloan
acelerarse mientras empieza a darse cuenta de lo que Ryan y Tillie nos
están diciendo.
—Pero ¿qué pasa con nosotros tres? —pregunto a Ryan—. Es nuestra
palabra contra la suya. Sabemos que orquestó toda la cosa. Lo admitió en
voz alta.
Ryan asiente. —Te lo admitió a ti, Luke —dice—. Nunca lo oí decirlo,
por lo que no voy a ser capaz de testificar en su contra. No estaba en la
habitación con ustedes dos. Y... —Ryan hace una pausa.
Tillie se inclina hacia adelante y dice. —Está alegando que ustedes
dos le tendieron una trampa.
Me siento con la espalda recta—. ¿Estás jodiéndome? ¿Qué jurado
va a creer esa mierda?
256
de ella.
—Sé que parece una locura —dice Ryan—. Todos sabemos lo
culpable que es. Pero para un jurado... ¿Cómo crees que se va a ver que
la prometida de Asa estaba conscientemente durmiendo con el policía
encubierto que estaba tratando de arrestarlo? ¿Cómo crees que se va a
ver para un jurado cuando es la prometida de Asa y el policía encubierto
declaren en su contra?
La mano de Sloan se desliza de la mía y se cubre la cara. Mi pecho
está empezando a doler con todo esto.
—Sabías que estaba persiguiéndola, Ryan. Si hubiera sabido que
pondría en peligro el caso... —Estaba a punto de decir que no lo habría
hecho, pero cerré la boca. Porque lo habría hecho. Lo hice. La perseguí,
sin importar las consecuencias, y ahora nos está poniendo en un gran
maldito lío.
—Dependiendo del juez —Tillie dice—. Podría arrojar el caso fuera
antes de que incluso llegue a juicio. La mayoría de los casos de
autodefensa están declarados como homicidio justificado si hay un testigo
para corroborar la historia de la parte demandada.
—No hay nadie para corroborar su historia, sin embargo —digo.
Tanto Ryan y Tillie miran a Sloan. Ryan dirige la cabeza hacia ella. —
La historia de Sloan más que probablemente corroborará su afirmación de
autodefensa.
—¿Cómo? —dice Sloan, asombrada.
Ryan se pone de pie y camina alrededor de la cama, apoyándose
contra la pared más cercana a Sloan.
—¿Estaba la víctima atacándote? —pregunta.
Sloan asiente.
—¿Estaba sosteniendo un arma?
Sloan asiente de nuevo.
—¿Estaba haciéndose pasar por un oficial?
Otro asentimiento.
—¿Gritaste por ayuda?
No asiente en esta ocasión. Una lágrima simplemente se derrama
por su mejilla. —Dos veces —susurra.
257
se negó?
Sloan hace una pausa reflexionando, y luego niega con la cabeza.
—No, estaba demasiado asustada para decir que no. Fingí que estaba
bien con ello cada vez.
Tillie inclina la cabeza en simpatía y aprieta la mano de Sloan. —Me
temo que eso no se puede sostener en la corte —dice—. Todo lo que tiene
que hacer es afirmar que no era consciente de que no querías tener
relaciones sexuales con él. Si al acusado no se le dice que no y asume que
estás dispuesta sobre la base de tus acciones...
La cabeza de Sloan vuelve a caer en sus manos. Entonces ella se
inclina hacia mí y se derrumba sobre mi pecho. Envuelvo mis brazos
alrededor de ella y presiono mis labios en su cabeza.
—Lo siento —dice Tillie—. Hay varias cosas que podrían haber sido
tratadas de forma diferente para preparar un caso sólido contra él. Hay
varias cosas que nos impiden perseguir Asa como nos hubiera gustado.
—¿Quieres decir varias cosas que eche a perder? —interrumpo.
Ryan se pone de pie. —No seas tan duro contigo, Luke. Te anime a
varios de esos errores. A veces los casos son pan comido. A veces tenemos
todo lo que necesitamos antes del final de la investigación. Pero por
desgracia, este no es uno de esos. Este era un desastre de principio a fin, y
no hay mucho que podamos hacer en este punto. No encontraron nada
en su casa después de que Jon y Kevin limpiaron con lo que sea que nos
permitiría presentar cargos. Todo lo que encontraron fue un poco de
dinero sin explicación y un alijo de pastillas con receta. No es suficiente
para ir tras él, no con la forma en que Asa y sus abogados van a
contraatacar contra nosotros. A veces simplemente no vale la pena la
lucha.
Siento que Sloan se tensa contra mí. Se levanta y mira a Ryan. —¿No
vale la pena la lucha? —dice ella—. ¡Asesinó a alguien! ¡Y habría matado
a Luke si no fuera por seis putos centímetros! ¿Ahora estás diciendo que
probablemente saldrá libre? ¿Va a ser capaz de encontrarme? ¿Encontrar
a Luke? ¡Porque no se va a rendir, Ryan! ¡No se dará por vencido hasta que
Luke esté muerto y lo sabes!
—Sloan —le digo, jalando su espalda hacia mí—. Detente. No
sabemos si no va a ser condenado por nada todavía. Trata de calmarte.
Llora en mi pecho y la sostengo mientras Ryan mira hacia ella, el
pesar y simpatía evidente en su expresión. Sólo asiente con la cabeza
ligeramente y dice—: Lo siento, Sloan. De verdad. —Me mira y sus ojos me
260
están diciendo lo mismo a mí. Asiento, haciéndole saber que entiendo. Esto
no es culpa de Ryan. Esto no es culpa de nadie, sino mía.
Página
Ryan y Tillie caminan hacia la puerta. Tiro de Sloan contra mí y la
abrazo, tratando de aliviar sus temores. Pero todo su cuerpo está
destrozado con temblores. Nunca supe lo asustada que estaba de Asa
hasta este momento.
Presiono un beso a un lado de su cabeza y le susurro—: Todo irá bien,
Sloan. No estás sola en esta ocasión. Estoy aquí y no voy a dejar que te
haga daño. Lo juro.
La abrazo hasta que se duerme en mis brazos de puro agotamiento.
261
Página
Asa
—¿Tienes alguna pregunta? —pregunta mi abogado.
Su nombre es Paul. Igual que mi padre. Casi lo rechace cuando me
enteré, pero tiene la mejor reputación en el estado. No le reprochare que
comparta nombre con la segunda persona que más odio en este mundo.
Luke es el primero.
—No —le digo—. Entramos en la sala, declaro auto-defensa y el juez
decide si va o no a juicio.
Paul asiente con la cabeza. —Es correcto.
Me pongo de pie, las esposas cavando en mis muñecas. Odio que
Sloan me vaya a ver con estas. Es un poco castrante y no me gusta que
me vea con ninguna otra luz de lo que siempre lo ha hecho. Al menos me
dejaron usar un traje hoy y no tengo que caminar con ese mono naranja
ridículo. El naranja no es mi color y sé que es un hecho que este traje es el
favorito de Sloan.
—Vamos a hacer esto —le digo a Paul—. Maldito pan comido.
Paul asiente rápidamente y se pone de pie. Puedo decir que no le
gusta mi confianza. No le ha gustado desde el momento en que nos
conocimos. Tampoco estoy seguro de que me agrade, pero me importa
una mierda lo que piensa de mí. Mientras me libere de estos cargos, va a
ser mi persona favorita en el mundo.
Bueno... segunda favorita. Hasta el momento, Sloan se encuentra
todavía en el primer lugar.
Claro, que ha hecho una gran cantidad de puta mierda para
molestarme, pero yo sé que todo es gracias a Luke y las mentiras que le
dijo. Estoy seguro de que ha pasado suficiente tiempo con él ahora y lo
bastante tiempo, alejada de mí para estar llegando a sus sentidos.
Sigo a Paul fuera de la habitación, flanqueado por cuatro guardias
rápidamente. Dos delante y dos detrás de mí. Un quinto guardia abre la
puerta de la sala y tan pronto como atravesamos la puerta, escaneo la
multitud por ella.
262
Él hace una cara como que se supone que debo mantener mi voz
baja. Mis ojos giran a la parte posterior de la habitación cuando escucho
el llanto de Sloan. Luke está ayudándola a ponerse de pie, pero sus brazos
están a su alrededor y ella está llorando. Sollozando.
Está enfadada. Eso no puede ser una buena noticia para mí. Esta
molesta por mí.
—¿Esto va a juicio? —le pregunto a Paul—. ¡Dijiste que esto no iba a
puto juicio!
Paul sacude su delgada cabeza. —El juez decidió no llevarlo a juicio
—dice Paul—. Lo que significa que tus reclamos de autodefensa fueron
confirmados. Vas a tener que volver a tu celda, pero sólo hasta que pueda
sacarte bajo fianza por los otros cargos pendientes en tu contra. Pueden
ser cuatro o cinco horas, pero vendré a buscarte una vez que tu fianza sea
publicada.
Echo un vistazo hacia atrás en Sloan, viendo como Luke la ayuda a
salir de la sala. ¿Por qué está llorando, entonces? Si se desestimaron los
cargos contra mí, ¿por qué está llorando?
—¿Cuánto tiempo crees que necesita alguien para recuperarse de
ser completamente lavado del cerebro de mierda? —pregunto a Paul.
Miro hacia atrás y él se encoge de hombros. —¿De qué estás
hablando, Asa?
—¿Como que cantidad de la terapia crees que una persona
necesita con el fin de recuperarse de un lavado de cerebro? ¿Unas
semanas? ¿Meses? ¿Más de un año?
Paul me mira un momento y luego sacude su cabeza. —Te veré en
unas pocas horas, Asa.
Se pone de pie, yo también. Los mismos cuatro guardias me escoltan
fuera de la sala.
Probablemente debería estar malditamente extasiado de que este
caso acaba de ser derribado. El siguiente debería ser aún más fácil,
porque Paul dice que el departamento de Luke no presentará cargos. Por
lo tanto, siempre y cuando pueda llegar a un acuerdo con la fiscalía,
someterme a un tratamiento psiquiátrico y darles la información que
desean sobre Jon y Kevin, es más que probable que no presentarán cargos
por dispararle a Luke en el puto pecho.
Eso dice mucho acerca de nuestro sistema judicial. Jodidamente
estuve a seis centímetros de matar a un hombre a sangre fría, y ¿camino
265
Sloan
Traigo la taza de café a la boca. Me tiemblan las manos tan mal,
hace que diminutas olas negras de café choquen contra los lados de la
taza.
Echo un vistazo al reloj de la pared del fondo. Las tres de la mañana.
Ya han pasado dos días desde que el caso de Asa fue expulsado. Él
fue sacado bajo fianza por la tarde. Luke y yo fuimos enviados a este
apartamento en la ciudad para la protección hasta la próxima audiencia.
Es un bonito apartamento, pero cuando estoy demasiado miedosa
para salir o incluso mirar por la ventana, se siente más como una prisión.
Luke me ha asegurado una y otra vez que no hay manera de que Asa nos
encuentre aquí. Pero lo que Luke probablemente no entiende es que
incluso si Asa está encerrado en prisión el resto de su vida, yo todavía voy a
estar buscando constantemente por encima de mi hombro. Si no es Asa
quien me hiera o a Luke, no me extrañaría que contratara a alguien más
para hacerlo.
Giro la cabeza cuando escucho la puerta de la habitación abierta.
Luke sale, frotándose el sueño de sus ojos. Está usando pantalones de
chándal negro que cuelgan de sus caderas y sin camisa. Los vendajes de
su herida cubren la mayor parte de su pecho. Este descalzo, arrastrando
los pies por el suelo de madera dura hacia mí.
Llega a la parte trasera del sofá e inclino la cabeza hacia atrás y
para mirar hacia él. Se inclina y besa mí frente al revés. —¿Estás bien?
Me encojo de hombros. —No puedo dormir. Una vez más.
267
luchando por mantener los ojos abiertos, pero le gusta el contacto con los
ojos.
Página
sin camisa?
Mueve la cabeza con una sonrisa. —Nah. La primera cosa que me
Página
puedo mirarlo a los ojos cuando estoy llena de tanto odio—. Quiero que
sufra de la peor manera posible. Y eso me hace sentir como una persona
tan terrible.
Sus labios se encuentran con mi frente, suaves y delicados. —Se
merece ir a la cárcel por el resto de su vida, Sloan. No debes sentirte
culpable por querer eso.
Me hago hacia atrás y hago contacto visual con él. —No, no ese
tipo de venganza. La prisión no le afectará como a la mayoría de la gente.
Lo quiero realmente herido. Quiero que vea cuánto te amo. Quiero que él
se vea obligado a darse cuenta de que te amo y que te escogería sobre
él. Eso lo cortaría hasta la médula.
Contemplación parpadea en los ojos de Luke mientras mira
fijamente hacia mí. —Si eso te convierte en una mala persona, entonces,
los dos estamos mal. Porque yo daría cualquier cosa para que él tenga
que sufrir de esa manera.
Es retorcido, pero sus palabras me hacen sonreír. Supongo que
cuando eres empujado lo suficiente, la venganza se convierte en la única
cosa que podría ayudarle a seguir adelante. Eso no es saludable. Lo sé y
estoy segura de que Luke lo sabe. Pero saber la diferencia entre el bien y el
mal no cambia la forma en que se siente. Sólo te hace sentir más culpable
que se sienta de esa manera.
Me acurruco junto a él y presiono mi cabeza contra su pecho. —A
veces —susurro—. Tengo estos pensamientos terribles...
Dejo de hablar, porque no estoy segura de que incluso debería
decirlo en voz alta.
Los labios de Luke besan la parte superior de mi cabeza, su mano se
envuelve alrededor de mi nuca y me dice—: Dime, Sloan.
—Pensarás mal de mí.
—Nunca podría.
Cierro mis ojos, sin saber lo que Luke va a pensar de mi confesión.
Pero se siente bien dejarlo salir dejar que alguien sepa cuánto odio estoy
albergando.
—A veces... Me gustaría que sólo por una vez, Asa tuviera que verte
follándome. Es la única cosa que mataría lo que queda de su alma. A
veces me gustaría que pudiera ser obligado a verte tomar lo que cree que
le pertenece...
271
tengo esta fantasía que implica a Asa mirándonos por placer. Es muy lejos
de eso. Con todo lo que Asa me ha hecho pasar, sé que esto le haría daño
más que nada. Eso es todo lo que la fantasía es, una forma para que
consiga la última venganza sobre él.
—Sloan —dice Luke finalmente—. Te hizo muchas cosas a ti que no
merecías. Mucho más de lo que cualquier persona debe soportar. Es
perfectamente normal que quieras que sufra. Nunca te sientas culpable
por eso. Nunca.
Suspiro de alivio con sus palabras. Me abraza con más fuerza. —
¿Cuál sería tu última venganza?
Se ríe un poco. —Mi única venganza sería verte conseguir tu última
venganza. Sólo quiero verte reivindicada. Justificada. Así que quiero lo que
sea que te conseguiría eso.
Lo amo. Realmente lo creo. Malditamente demasiado. Saco mi cara
lejos de su pecho y digo—: Te amo, Luke.
Ahueca mi cara y dice—: Te amo demasiado, bebé. —Y entonces
me besa.
Pero luego se detiene.
Golpes.
Golpes fuertes en el centro de la puerta del apartamento.
Inmediatamente siento el terror, los escalofríos por toda mi piel, el temblor
regresando a mis manos.
Luke está de pie ahora. Ni siquiera sé cuándo saltó del sofá. Me
arroja mi camiseta pidiéndome que me la ponga. Está al otro lado de la
sala de estar, agarrando el arma de la encimera.
Más golpes en la puerta.
Hace un gesto para que me levante y permanezca a su lado. Lo
hago.
—¿Quién sabe que estamos aquí? —Le pregunto.
—Sólo Ryan —dice él, caminando hacia la puerta principal. Lo sigo.
Se inclina hacia delante y mira a través de la mirilla. Se tira hacia atrás y
presiona su espalda contra la pared junto a la puerta.
—Es Ryan —susurra.
Dejo salir una profunda respiración reprimida. —Gracias a Dios —
susurro.
272
—La primera vez que la besé fue en tu dormitorio —le digo—. Justo al
lado de tu cama.
Página
—Cierra tu puta boca sucia, Luke —grita Asa—. Voy a volar tus sesos
por todo el apartamento.
Asiento con la cabeza. —Si lo haces, verás exactamente como Sloan
se ve en el interior.
Él hace una mueca. Estoy llegando a él.
—¿Crees que me importa si muere? —digo—. Hay un millón más
chicas como ella, Asa. No significa una mierda para mí. Me llevó más
cerca de ti y eso es todo lo que siempre me importaba. Es una puta basura
blanca que te utilizaba por tu dinero. ¿De verdad crees que me gustaría
llevar a una chica como ella a la casa de mi madre?
Asa baja la cabeza hasta que sus ojos se estrechan en dirección a
mí. —¿Crees que creo eso? Buen intento, Luke. Pero sé que quieres
mantenerla para ti o no estarías jodiendo aquí con ella. Ahora dime lo que
va a tomar para que me la des. Viva.
—No puedo hacer eso, sin embargo, Asa. Tienes razón, no quiero
renunciar a ella. Sólo he sido capaz de follarla una vez. Ella me debe una
buena follada o dos.
Asa hace crujir su cuello. Eso realmente llegó a él. Puedo ver su
cambio de enfoque más para mí y menos sobre Ryan. Lo empujo un poco
más lejos.
—¿Quieres saber cómo fue la primera vez que la folle?
Asa niega con la cabeza. —No particularmente. Lo que me gustaría
es no tener que matarte o a tu compañero. Lo que me gustaría es que me
entregues a Sloan para que podamos seguir adelante con nuestras vidas.
—Estabas desmayado en tu cama arriba —le digo. Presiono mi
mejilla contra Sloan, frotando la cara contra ella. Puedo sentir sus lágrimas
y mi puto corazón está lamentando cada segundo de hacerla pasar esto,
pero no tengo otra opción.
—Sloan acababa de salir de la piscina —le digo—. Su sujetador y
bragas estaban empapados. Sus pezones estaban duros como putas
piedras. ¿Sabes lo que hizo, Asa?
No responde, así que continúo.
—Se acercó hasta mí, apretó sus pezones duros contra mi pecho, y
entonces ella me saco de mi mentira. Dijo que sabía que estaba
encubierto. Amenazó con decirte. Así que hice lo que cualquier hombre
276
encantó, Asa. Gemía tan fuerte que tenía miedo de que podría
despertarte. Luego envolvió sus piernas alrededor de mí, dejándome saber
lo mucho que lo quería. La llevé a mi coche y a horcajadas sobre mi
regazo. Se deslizó justo por encima de mi polla y me folló en el asiento
trasero de mi coche mientras dormías arriba. Ella me folló, Asa. No folló a
Carter. Folló a Luke. El policía. Me folló, sabiendo que estaba allí para
atraparte. —Empujo a Sloan para que dé un paso, estando un poco más
cerca de Asa, cavando ese cuchillo en un poco más profundo—. ¿Cómo
te hace sentir eso? Sabiendo que la excitaba más el saber que yo era un
policía encubierto construyendo un caso en tu contra de lo que lo hizo
cuando ella pensó que era apenas otro distribuidor, ¿Como tú?
Las fosas nasales de Asa están resoplando. Está mirando a Sloan,
odio en sus ojos. —¿Es eso cierto, bebé? —dice él, su voz mezclada con
miedo por su respuesta. Sloan tiene razón. Ella es la única cosa que lo
puede romper—. ¿Sabías que era un policía cuando lo follaste?
Sloan está mirando a Asa, su miedo obligando a su pecho a
levantarse hacia arriba y abajo. Asiente con la cabeza.
—Es cierto, Asa —susurra—. Y fue el mejor puto orgasmo de mi vida.
Hay una fracción de segundo cuando realmente puedo ver sus
palabras romper su corazón.
Rompiendo toda su alma por la mitad. Sus cejas se apartan y saca
una rápida respiración, negándose a creer en las palabras que acabo de
decirle.
Esa fracción de segundo es todo lo que necesito para apuntar la
pistola en su dirección. Tiro del gatillo, golpeándolo en el brazo que está
sosteniendo el arma.
En el segundo que la bala entra en contacto, Ryan se libera y agarra
el arma de Asa, disparándole una vez en cada pierna y una vez en el otro
brazo.
Sloan se envuelve alrededor de mí, uno de mis brazos está
sosteniendo su cadera mientras que el otro está apuntando directamente
a la cabeza de Asa. Mi dedo está en el gatillo y está tomando todo en mí,
no para dispararle. Para poner fin a su puta vida sin valor para el bien.
Ryan puede verlo en mi cara. —No lo hagas, Luke —dice.
Asa cae al suelo y Ryan está encima de él, esposando sus brazos
detrás de su espalda.
—¿Dónde está Tillie? —exige Ryan.
277
Asa hace contacto visual con él. Tiene cuatro heridas de bala en su
cuerpo, ninguna de ellas necesariamente mortales, pero tiene una mirada
Página
—Te dije que no estaba lista —me dice—. Pero cuando me desperté,
te encontrabas encima de mí.
Niego con la cabeza. —Para, Sloan. No me hables así, bebé. No
quieres decirlo.
—Cada vez que pienso en esa noche, me sube la bilis —susurra—.
Malditamente quema mi garganta cada vez que pienso acerca de cómo
tomaste algo tan especial para mí y tratarlo como si fuera tuyo para hacer
lo que quisieras.
Mis ojos ven la mano de Luke, cuando desaparece en el interior de
las bragas de Sloan.
Siento cosas en mi cara. Mierda húmeda. Lágrimas. Voy a matarlo
poco a poco hasta que me pida que tome su vida.
—¿El día que descubrí que mentiste sobre el cuidado de Stephen? —
dice ella, gimiendo entre oraciones—. Tenía tanto miedo de ti, que te
permití tener relaciones sexuales conmigo esa noche. Y lloré todo el
tiempo, ya que era el último lugar donde quería estar. Eras la última
persona en el mundo que quería que me tocara.
Ella comienza a tensarse por debajo de la mano de Luke.
Su brazo sube detrás de ella y serpentea alrededor del cuello de él.
—Te odio, Asa. Te odio tan jodidamente mucho.
Ella se da vuelta y se apoya en el sofá, tirando de Luke hacia ella.
Deja que la bese, mientras que su mano todavía está dentro de ella.
No puedo jodidamente ver.
Giro la cabeza.
—Abre los ojos, Asa —dice Luke.
—Que te jodan.
Lo escucho marchar por el suelo y entonces lo siento agarrar mi pelo.
Golpea mi cabeza en la repisa detrás de mí y la mantiene allí hasta que
miro hacia él.
—Vas a jodidamente ver o voy a engrapar tus malditos ojos abiertos
—dice.
Él regresa a Sloan y tira de sus bragas hasta los tobillos. Ella las patea.
Me gustaría darme la vuelta, pero todavía no creo que lo hará. No
hay manera de mierda que me haga esto a mí. No lo tiene en ella.
Luke levanta su camisa hasta que expone su pecho, luego lo cubre
281
con su boca.
Oh Dios
Página
Ella no lo hará. No lo dejará estar en su interior. Nunca me haría eso a
mí.
Sloan toma su cabello con ambas manos y dice—: Fóllame, Luke.
Folla lo que es tuyo ahora.
No puedo respirar.
Ella llega en sus pantalones.
Lo pone dentro de ella.
Dios. No.
—Luke —respira ella.
No. Bebé, no.
Me duele el pecho.
Mierda. Mierda. No.
—Dios, Luke. Sí. Sí.
No, no, no.
Estoy arrastrando las respiraciones, tratando de encontrar lo
suficiente como para pedirle que se detenga, pero jodidamente no puedo
hablar.
Golpeo mi cabeza contra la repisa detrás de mí.
Una vez.
Haz que se detenga.
Dos veces.
Haz que se detenga.
—Oh, Dios —dice ella. Sus ojos se encuentran con los míos—. No
sabía que se podía sentir tan bien.
Tres veces. Cuatro veces.
El dolor físico ni siquiera se acerca a lo que me está haciendo.
Ella envuelve sus brazos alrededor de su cuello. —Te amo, Luke —le
miente.
Sus dientes encuentran su hombro cuando él dice—: Te amo
demasiado, bebé.
282
Fin.
Esto es un prólogo... pero está al final del libro. Lo sé. Esta al revés.
Hacemos nuestras propias reglas en la vida, ¿de acuerdo?
¡Disfruta!
285
Página
Traducido por Vane v, -Val- & Lu
Corregido por Fany Ivashkov
Sloan
Dos años antes...
se sintió como una carga para mí. Lo amo y haría cualquier cosa por él,
pero es bueno tener finalmente un poco de tiempo para mí. Sólo deseo
Página
saber qué hacer con él. Me siento perdida después de clase y paso la
mayor parte de mi tiempo en la biblioteca. Aplique para puestos de
trabajo estudiantiles en el campus y estoy en una lista de espera en dos de
ellos. También apliqué para trabajar en el McDonalds bajando la calle de
la universidad, pero al parecer todos los otros niños universitarios pobres
quieren trabajar allí, también.
Mientras tanto, hasta que pueda conseguir uno de esos puestos de
trabajo y comenzar a ahorrar para un lugar para mí y Stephen, sólo voy a
tratar de salir adelante. Y continuar con la esperanza de que la nueva
instalación de cuidado de Stephen sea algo que comience a amarlo. El
último sueño sería que la financiación que recibe nunca se corte, y que
comience a amarlo y cuiden bien de él. Debido a que no hay manera de
que yo pueda proporcionarle lo que necesita si viviera conmigo mientras
intento ir a la universidad y encontrar un trabajo.
Con todo, mi vida no es lo ideal en este momento, pero es cada vez
mejor. Lento pero seguro.
Y sentada cerca de este tipo que de vez en cuando aparece para
la clase de historia es uno de los pocos placeres que obtengo de la vida
en este momento.
Siempre estoy muy consciente cuando se presenta a clase, con la
esperanza de que nunca vea en mi dirección. En realidad nunca he tenido
el dinero para comprar ropa bonita o arreglarme el cabello o las uñas. No
soy como las chicas que coquetean con él en clase. Mi cabello es oscuro y
recto y ya que nunca me puedo permitir cortarlo con estilo, sólo lo dejo
crecer tanto como pueda hasta que sea fácil para mí para recortarme los
bordes yo misma.
A veces siento que sobresalgo en esta universidad, y no en el buen
sentido. Prefiero simplemente mezclarme. Desaparecer en la multitud.
Quiero ser exactamente lo contrario de este tipo. Asa, creo que es su
nombre. Es probablemente uno de los chicos más atractivos que he visto
en la vida real. Y ni siquiera es del todo por su aspecto—es por su
confianza. Nunca he visto nada igual. Camina en el aula con tal
confianza, cargando sus enormes hombros hacia atrás, con la cabeza
levantada, sus ojos escaneando la habitación como si desafiara a alguien
288
decir algo sobre la forma en que rara vez se presenta una vez por semana.
Incluso el profesor falla en reprenderlo y parece algo nervioso para
Página
hacerlo.
Cuando todos los demás estudiantes entran en el aula, sus cabezas
están abajo, ojos al suelo, pies corriendo a sus escritorios para que no se
den cuenta de que todos están mirándolo. Pero Asa casi parece que
quiere que todos lo miren. Como si se molestaría si no tiene la atención de
cada persona en el aula.
Por lo que yo puedo decir, no tiene nada de qué preocuparse.
Consigue la atención y algo más.
Lo estoy mirando, mientras que los aviones no tripulados del profesor
siguen y siguen sobre la guerra civil. Asa tiene realmente un buen cabello.
No puedo dejar de imaginar cómo se vería húmedo. Como se vería con
mis manos en el. Como se vería si estuviera frente a mí—mirándome como
si quisiera tocar mi cabello, también.
No estoy segura de que alguna vez incluso haya puesto sus ojos en
mí, pero me gusta imaginar que lo hace a veces. Me imagino lo que sería
como ser el foco de alguien, realmente. Nunca he tenido tiempo para
chicos debido al cuidado de Stephen. Quiero decir, es como un trabajo de
niñera que nunca termina—ni siquiera los fines de semana o días festivos.
Los chicos me pidieron salir en la escuela secundaria mucho, pero nunca
fui capaz de encontrar una manera de tener a Stephen cubierto. Yo quería
salir, sin embargo. Quería todas las cosas normales que las chicas de
instituto querían. Un novio, su primer beso, y todo lo que viene con eso.
Una vez, estaba tan desesperada para con suerte conseguir ese
primer beso, que cuando el chico con el que tenía un enamoramiento por
fin me invitó a salir, sugerí ir a mi casa en su lugar. De esa manera podría
llegar a conocer al tipo y mantener un ojo sobre Stephen al mismo tiempo.
Mi madre no estaba en casa esa noche, así que antes de que el chico se
presentara, me esforcé mucho en estar lista para él. Pero justo antes de
que el timbre sonara, Stephen comenzó a tener un colapso en la mesa.
Tomó todo lo que tenía para finalmente contenerlo, pero para el momento
en que lo tenía, los dos éramos un desastre. Comida toda sobre nosotros,
mi cabello cubierto de patatas dulces, mi camisa rasgada en la manga.
Abrí la puerta de esa manera—jadeando de agotamiento. El tipo me
echó una mirada y una mirada a Stephen y el desorden que había hecho
289
El tipo que nunca pensé que se daría cuenta de que existo se dio
cuenta y por alguna razón, quiere invitarme a salir. Pensé que me gustaría
Página
él. Y maldición. Tiene una boca sucia. ¿Por qué lo encuentro eso muy
excitante? Ese debe ser mi cuerpo y no mi conciencia.
Página
Pronuncia las palabras, —Por favor —mientras me mira con
desesperación. No sé por qué me encanta que pronunció esa palabra y
no las habló.
Me tomo un momento para pensar en todas las cosas que estaba
diciendo a mí misma justo en la clase anterior. Soy joven, es mi primera vez
para experimentar la vida, ahora que Stephan está en cuidado a tiempo
completo. Si no empiezo a experimentar cosas pronto, voy a estar
demasiado lejos para ponerme al día.
Soplo una respiración y asiento. —Está bien. Voy a dejar que me
mires mientras comes. Raro. Recógeme frente a la unión de estudiantes a
las siete.
Niega con la cabeza. —Te recogeré a las ocho y media. Estaré libre
entonces.
—Es una cita, realmente tarde. —digo.
Sonríe y dice —Entonces es una cita —se inclina hacia delante, con
sus labios acercándose a mi oído. —Usa el vestido que llevaste en clases el
martes pasado, por favor —susurra. —El que tiene las flores color amarillas.
Se sacude a mi lado y se aleja, ni siquiera pude ver su expresión
después de esas palabras. Siento como si esas palabras enviaron una
carga de electricidad que me recorre.
¿Se dio cuenta de lo que llevaba puesto la semana pasada?
Me tapo la sonrisa con la mano y camino a mi siguiente clase.
***
Me preparé en la lavandería.
¿Qué tan triste es eso?
El vestido que me pidió que usara estaba sucio y no tenía acceso a
una lavadora o secadora en mi casa o en la casa de la chica donde me
he alojado los últimos días. Así que cogí mi ropa sucia y fui a la lavandería.
294
—Sloan!
Puedo escuchar que viene corriendo hacia mí. Me alivia saber que
está aquí, significa que no me plantó, pero siguen siendo casi 45 minutos
de retraso.
Llego a una parada cuando aparece frente a mí.
—Hey —dice, con sus ojos desplazándose hacia abajo mi cuerpo
con una sonrisa—. ¿Estás lista?
Me río con incredulidad. ¿Habla en serio? ¿Ni siquiera pedirá
disculpas por llegar tarde?
—Esperé cuarenta minutos por ti —digo, irritada—. Tengo tanta
hambre que estoy más allá del punto de hambre y ahora estoy lista para la
cama. Buenas noches, Asa.
En sus ojos inmediatamente crece una disculpa y me agarra por los
hombros. —No, no digas eso. Lo siento, me he retrasado. Te habría
llamado, pero no tengo tu número.
—No tengo un teléfono —digo.
Levanta una ceja. —¿Por qué no? ¿Quién no tiene un teléfono
celular en estos días?
—La gente pobre, Asa. Las personas que no pueden permitirse los
lujos modernos. Las personas que gastan sus últimos tres dólares en la
lavandería, lavando el vestido pedido por el tipo que llegó tarde. Las
personas que no tienen tiempo para estar levantados a estas horas de la
noche, porque su único medio de transporte es el autobús, y el último sale
en diez minutos. Así que si me disculpas, tengo que llegar a la parada de
autobús.
Trato de empujar más allá de él, pero desliza sus manos en mi cara.
—Por favor, no te vayas. He estado esperando este día durante todo el
día. Hice todo lo que pude para llegar a tiempo y sé que llego tarde, pero
estoy aquí. Entonces, ¿podemos empezar de nuevo por favor? ¿Puedes
fingir que dije que la cita comenzaría a las 9:10 y estoy perfectamente a
tiempo y que estás muy emocionada de ver a dónde te llevaré?
Mira hacia atrás y hacia adelante entre mis ojos con desesperación.
296
Mierda.
Fuerzo una sonrisa. —¿A dónde me estás llevando?
Sonríe. —Gracias —dice, toda su cara estallando en una sonrisa—. Es
una sorpresa. Y caminaremos allí, ¿está eso bien?
Asiento y trato de pasar más allá del hecho de que está tan tarde.
Muchas cosas podrían haber ocurrido para hacerlo llegar media hora
tarde y tiene razón. Está aquí, por lo que obviamente no fue intencional.
Probablemente no debería ser tan dura con él.
Se inclina y entrelaza sus dedos con los míos. Para él, probablemente
sea un movimiento muy casual, que hace con cada chica que invita a
salir. Pero para mí, es mucho más que casual. Es monumental. Es la
segunda vez que he sostenido las manos de un chico. La primera fue
cuando tenía doce años, así que ni siquiera sé si eso cuenta.
—Te ves increíble —dice, cambiando de mano para poder caminar
hacia atrás unos pasos y admirar mi vestido. Sus ojos recorren mi cuerpo,
pausando en el dobladillo contra mis muslos, y luego se arrastran de nuevo
hasta que está mirándome a los ojos. Sonríe y luego cambia las manos de
nuevo, volviendo a caer en el paso conmigo.
—Cuando te vi con ese vestido por primera vez, no pude
jodidamente quedarme quieto en clase. Traté de alcanzarte cuando
terminó la clase, pero te perdí en el pasillo.
Sonrío. —No me di cuenta que me notabas.
Se ríe un poco. —No te das cuenta de muchas cosas, Sloan. Confía
en mí.
—¿Cómo qué?
Me da una mirada de soslayo. —Oh, sólo el hecho de que todos los
malditos hombres en clase de historia no pueden mantener sus putos ojos
lejos de ti. Yo incluido.
Sin duda alguna me daría cuenta de si alguna vez se me quedó
mirando. —Estás delirando.
Se encoge de hombros. —Prefiero estar delirando y en una cita
contigo que sano y con cualquier otra chica en el mundo.
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Eso estuvo bien. No fue ni cerca tan intimidante como pensé que
sería. Me siento tan confiada, no tengo ni idea de por qué suelto. —Ese fue
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mi primer beso —porque al instante lo siento tensarse contra mí y me
arrepiento de decirlo.
Se tira hacia atrás, con sus ojos oscuros aún más oscuro después de
nuestro beso. —¿Estás bromeando, verdad?
Debería reírme y decir, por supuesto. En lugar de ello, niego.
—¿Nunca has estado con un chico?
Niego de nuevo. —No.
Inclina su cabeza mientras mira hacia abajo a mí. —¿Es alguna cosa
religiosa rara?
Me río. —No, en absoluto. No soy una mojigata o me guardo para el
matrimonio por alguna razón en particular. He estado... ocupada. Toda mi
vida he estado ocupada desde la mañana hasta la noche. Nunca he
tenido un segundo libre para salir.
Me mira con incredulidad. Entonces, —Así que... ¿nunca has sido
tocada por un hombre? ¿O besada? ¿Cualquier chico?
Una vez más, niego con la cabeza. —Nunca. Esta fue la primera. Tú...
besándome. Esa es la mayor experiencia que he tenido. Así que no me
juzgues con demasiada dureza si apesto en ello.
Libera una respiración muy lenta y deliberada. —Santa mierda —
susurra. Luego, su boca está inmediatamente de regreso en la mía, mucho
más fuerte esta vez. Me pilla con la guardia baja por un momento, pero no
me toma mucho tiempo alcanzarlo.
Me está devorando ahora, besándome desesperadamente,
apretándose contra mí. Lanzo mis brazos alrededor de su cuello porque la
intensidad de este beso me hace sentir menos estable. Mi cuerpo está
poniéndose tan débil, que ya ni siquiera puedo recostarme en el para
sostenerme.
No puedo seguir su ritmo. Estoy sin aliento mientras me besa por mi
barbilla, bajando por mi cuello, de regreso a mi boca. Sus manos están en
mi cabello y luego las mías están en el suyo. Gruñe mientras libera mi
cabello y se inclina ligeramente hacia abajo, agarrando mis piernas y
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Me sonrojo.
Coge el tenedor y luego recojo el mío. Tomo un bocado y sonrío.
Me gusta él. Él me hace sentir... no sé. Bueno y peligroso. Puede que
no sea una buena combinación para un futuro, pero es bueno en este
momento. Aquí. Esta noche.
—Pasa la noche conmigo —dice, después de tragar un bocado.
No le contesto. Estoy pensando en su petición.
Realmente no tengo un lugar para dormir esta noche. Ya es
demasiado tarde para coger un autobús a casa y me siento mal de
presentarme en cualquiera de los lugares de mis amigos tan tarde.
—Con una condición —digo.
El asiente. —Te prometo que no voy a pedirle que hagas algo que no
quieres.
Ni siquiera tengo que nombrar la condición. La acaba de sacar para
mí. —Está bien —le digo.
Baja su tenedor y grita, —¡La cuenta, por favor!
***
Así que si estoy siendo demasiado duro o demasiado rápido, es por eso. No
tiene nada que ver con mis expectativas de esta noche. No tiene nada
que ver con tu falta de experiencia. No puedo mantener mis manos lejos
de ti porque me muero de miedo de que si me muevo demasiado lento...
si no me tomo las cosas demasiado rápido... Va a ser demasiado tarde.
No permito que el aire entre o salga de mis pulmones.
Debo esperar hasta que tenga tiempo de absorber cada palabra
que acaba de decirme. Antes de terminar de absorber todo, continúa
hablando. —Quédate en la noche conmigo. Por favor. Te puedes poner
tus bragas de nuevo, tu vestido. Infiernos, puedes tomar tu sostén y dormir
completamente desnuda. No me importa. Sólo te quiero en mi cama, eso
es todo. Lo juro, Sloan. Sólo necesito dormir a tu lado.
Su expresión es sincera. Sus palabras aún más. Es por eso que estoy
asintiendo... porque por alguna razón, confío en él en este momento. Y
nunca he confiado en la gente con facilidad.
—Está bien —le digo.
En lugar de encontrar mi vestido, alcanzo detrás de mí y desabrocho
el sujetador. Lo dejo caer al suelo. Sus ojos están sobre mí al estar frente a
él, completamente desnuda.
—Vamos a ir a dormir —susurra, con la voz ronca.
Camino a su cama y subo bajo las sábanas. Cuando miro hacia
atrás en él, su camisa está fuera y se desliza fuera de sus pantalones
vaqueros. Mantiene sus calzoncillos mientras se mete en la cama conmigo.
Se traslada a mi lado. —Rueda para que pueda hacer cuchara contigo.
Me río y doy la vuelta. No esperaba que esta noche terminara con
cucharear, pero me encanta que lo sea.
Envuelve sus brazos alrededor de mí apretado y presiona un beso en
la cabeza. —Dulces sueños —susurra.
—Igualmente.
***
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primera vez que he tenido más de una copa de vino en una sola noche.
Diablos, creo que tuve cinco copas solo en la cena. Creo que bebí tanto
porque calmó mis nervios-me hizo sentir más cómoda conmigo misma.
Demasiado cómoda, tal vez. Porque ahora estoy cabalgando entre la
línea de estar en un sueño muerto al estar demasiado borracha para en
realidad dormir.
Todo se siente más pesado cuando estás borracho. Tu cabeza pesa
más, tu cuerpo se pone demasiado pesado para controlar, de alguna
manera, incluso tus emociones se sienten más pesadas. Y ahora el aire se
siente más pesado como si todo el mundo está balanceándose en la parte
superior de mí mientras me esfuerzo por abrir los ojos.
Pero estar borracho también tiene sus ventajas. De alguna manera,
en medio de sentir todo el peso que hay una ligereza en el interior. Es una
reminiscencia de una pluma, haciendo cosquillas en el interior del
estómago. Cosquillas en los labios. Me hace anhelo presión... táctil. Se
sentía bien esta noche, cuando Asa me tocaba. El alcohol me hizo disfrutar
de ello, incluso cuando mi conciencia estaba luchando para avisarme que
no debería.
Incluso ahora... en plena fase de sueño... lo siento. El calor de él, la
fuerza de sus manos, el sonido de su voz.
Estoy suspendida entre la realidad y los sueños y no puedo averiguar
en cuál estoy todavía. Y la verdad es que no quiero despertar, pero se
siente tan real. Sus manos en mis pechos, su boca entre mis piernas. Se
siente tan real; Me estremezco con los rastrojos de la mandíbula cortando
en la suave carne de mis muslos.
Jadeo.
Mi corazón se retuerce en mi pecho. Mis manos están agarrando las
sábanas a mi lado.
No estoy soñando.
Esto se siente demasiado real.
Demasiado pronto.
Demasiado rápido.
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Y entonces sucede.
Lo siento tan profundo, me pregunto si estoy realmente despierta.
Tengo que estar soñando. Nada en la vida puede sentirse como esto.
Es tan intenso; Me congelo cuando el sentimiento se mueve a través
de mí. Dejo de gemir, dejo de agitación, dejo de respirar. Segundos pasan
cuando el sentimiento me sostiene apretada. Más segundos pasan,
cuando me libera, liberándome, enviándome en caída libre.
Estoy temblando de nuevo, jadeando. Su boca me deja y se arrastra
por mi cuerpo hasta que su boca está en la mía. Me saboreo a mí misma
en él... su lengua en mi boca, los labios húmedos contra la mía.
—Mierda —murmura en mi boca—. Me equivoqué. Este es mi nuevo
sabor favorito.
Su lengua se sumerge más profundamente en mi boca y traga su
gemido cuando se instala a sí mismo por encima de mí.
Estoy luchando por aire. He perdido toda el mío justo antes de que
me diera un beso, y ahora no puedo tomar un respiro porque él me besa
con tanta fuerza que no puedo respirar. Mi cabeza es pesada, pero mis
pensamientos son la luz, y quiero decirle que reduzca la velocidad. Quiero
decirle que me dé un segundo para respirar. Quiero decir tantas cosas,
pero la habitación da vueltas y me estoy ahogando en la culpa por
permitir que lo que acaba de pasar cuando no estoy segura de que
incluso quería.
Finalmente quita su boca de la mía y toma aire mientras presiona
nuestras mejillas juntas.
—Aguanta la respiración —susurra—. Esto puede doler.
Siento presionar su palma contra mi estómago y no tengo ni idea de
lo que está haciendo o lo que me va a hacer daño. —¿Qué podría
lastimar? —Me las arreglo para exhalar.
Oigo mi respuesta en mi propio grito.
Dolor me atraviesa de lleno cuando él fuerza dentro de mí con un
movimiento rápido, sin ser invitado.
Y luego otro.
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—¡Asa! —Grito.
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Su boca se encuentra la mía de nuevo, al igual que las lágrimas
hacen su manera de salir de mis ojos.
—Sloan —murmura, cerrando sus labios sobre los míos, empujando
contra mí por tercera vez. Una cuarta. Trato de apretar para cerrar mis
piernas, intento obligarlo a salir de mí y uso mis manos para empujar contra
sus hombros.
Sus manos encuentran las mías, una a la vez, y las lleva por encima
de mi cabeza, presionándolas en el colchón.
Esto no se siente bien. Tenerlo dentro de mí se siente tan diferente a
cuando su boca estaba sobre mí.
—Te sientes jodidamente increíble, Sloan —susurra—. Gracias.
Gracias tanto por darme esto.
¿Darme esto?
¿Yo le di esto? Ni siquiera me acuerdo de él preguntando si estaba
lista. Si quería esto. Sólo tomó.
Creo.
¿Quién haría eso? Todo lo que decía antes me hizo creer que estaba
dispuesto a esperar.
Aprieto mis ojos y trato de pensar. Todo lo que puedo sentir es la
presión dentro de mí. Mis muslos arden de ser forzadas a separarse mientras
los trato de apretar de nuevo juntos.
Me desperté a esto. Con él tocándome... besándome. Y yo no lo
detuve.
Dije sí.
Dije esa palabra en voz alta.
Dije no te detengas.
Me mal entendió que le estaba pidiendo. Lo que yo estaba
dispuesta a hacer.
Fui descuidada con mis palabras, y eso no es su culpa. Es culpa mía.
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—¿Duele? —susurra.
Asiento. —Sí.
Sonríe un poco, y siento que esa sonrisa me rasga. ¿Por qué sonríe?
—Va a doler peor si paro —dice—. No vas a sentirte así la próxima
vez. Lo prometo. Sólo respira a través de ello, ¿de acuerdo?
¿Dolerá peor si se detiene? Oh Dios. No sabía que las primeras veces
eran así.
¿Por qué alguna vez me sentí patética por esperar tanto tiempo?
Podría haber esperado toda una vida feliz si supiera que las primeras veces
eran tan dolorosas.
—Pon la otra pierna a mí alrededor —dice—. Se sentirá mejor si dejas
de resistir.
Hago lo que dice e intento relajarme. Cualquier cosa para hacer
que no duela tanto.
Sus labios bajan contra los míos, y luego sus dientes tiran suavemente
mi labio inferior. Cierro los ojos y hago lo que puedo para detener a mi
cuerpo de resistir. ¿Cómo podía quererlo tanto antes de que esto
comenzara y luego de repente se siente todo lo contrario?
Eso no es realmente justo para él. Tomar egoístamente lo que se
siente bien para mí y luego querer negar lo que se siente bien para él.
—Eres tan dulce, Sloan. Tan jodidamente dulce. —Sus embestidas se
aceleran. Más fuerte. Espero que eso signifique que casi ha terminado.
Una de sus manos se encuentra con el cabecero y se sostiene a sí
mismo. Su peso se presiona contra la cabecera haciendo que choque
contra la pared cada vez que empuja contra mí. Es casi como si estuviera
excitado por el sonido -por el hecho de las marcas que probable están
quedando en la pared, porque él empuja con más fuerza con cada
golpe.
—Joder —gruñe.
No puedo cerrar los ojos. Mirándolo por encima de mí, ver la forma
en que está enfrascado en la forma en que se siente estar dentro de mí-
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ahora.
Sonrío. Por lo menos, me ha convencido de que esto realmente
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tengo ni idea de por qué está diciendo esto y si está hablando sólo de
ahora, esta noche, o para siempre.
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