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UNA REVOLUCIÓN EN LAS IDEAS ACERCA DEL LENGUAJE

Durante la segunda mitad del año xx cambió el panorama de las reflexiones científicas acerca del
lenguaje. El joven Noam Chomsky propone un cambio en el objeto de estudio y metodología.
Surgiendo así la lingüística chomskiana, cuyo objetivo general es la capacidad lingüística del ser
humano. Destacando que el lenguaje es una característica biológica propia de la especie
humana (todos los seres humanos, más allá de la cultura a la que pertenezcamos, disponemos de
un conjunto de condiciones biológicas que nos permite desarrollar una conducta lingüística) Y la
conducta lingüística que observamos es la manifestación del funcionamiento de un verdadero
órgano mental, semejante a otros sistemas biológicos, como el digestivo o el respiratorio.

La facultad del lenguaje tiene dos estados

- Estado inicial: inmaduro, de pura potencia, con el que nacemos.


- Estado final: estable, maduro, supone el dominio de una lengua.

Dos problemas para la teoría lingüística


Los identifica en el planteo de los pensadores Platón y Descartes. Este último sostiene que las
lenguas tienen un potencial creativo infinito (a partir de un conjunto finito de palabras y reglas
gramaticales se pueden producir infinitas oraciones). A eso se lo llama infinitud discreta, y a esta
propiedad se la considera el aspecto principal de la creatividad del lenguaje humano. Por lo que
Chomsky elije tomarla en cuenta.

- ¿cómo es posible que a partir de un número limitado de palabras y reglas gramaticales


seamos potencialmente capaces de producir infinitas oraciones de nuestra lengua?

Platón se preguntaba cómo los seres humanos somos capaces de alcanzar un conocimiento tan
extenso sobre la base de la experiencia limitada a la que estamos expuestos a lo largo de nuestras
vidas. Por ejemplo; cómo es posible que podamos saber lo que es un triángulo, teorizar sobre él,
describir sus propiedades universales y reconocer uno cada vez que lo vemos si nunca jamás
vimos ni vamos a ver todos los triángulos del mundo. El conocimiento no se agota (ni se basa)
en la experiencia sensible de las cosas. (no aprendemos que la suma de los ángulos interiores
de un triángulo suma 180º como resultado de medir triángulos). Saber que una figura determinada
es un triángulo es reconocer que esa figura participa de la idea de triángulo, y para Platón las ideas
son anteriores a la experiencia. Algo semejante plantea Chomsky para el lenguaje humano. Saber
una lengua es poseer un conocimiento tan vasto que, como observaba Descartes, permite producir
e interpretar un conjunto infinito de oraciones distintas de esa lengua. Pero este conocimiento se
incorpora sobre la base de una exposición a estímulos lingüísticos tan limitada, breve a
insuficiente, que resulta imposible entenderlo como el resultado de un aprendizaje a partir de la
experiencia. El dominio de la gramática no consiste en repetir por imitación las oraciones
escuchadas, sino que implica creatividad.

- ¿Cómo es posible incorporar un conocimiento tan vasto a partir de una experiencia tan pobre?

La reformulación del objeto de estudio


Las críticas al estructuralismo: El problema de la adquisición del lenguaje y el de la creatividad del
lenguaje no tenían lugar en las teorías lingüísticas de mediados de siglo.

Chomsky rechaza el concepto de lengua, lo considera un objeto irreal. Los lingüistas estructurales
cometían errores como confundirla cual corpus¹, un conjunto de enunciados, o sus
representaciones políticas², los idiomas.

1- La corriente estructuralista se centraba en la descripción de lenguas originarias de América del


Norte, y lo lograban por medio de la confección de un corpus (Conjunto lo más extenso y
ordenado posible de datos) de emisiones lingüísticas de los hablantes. Chomsky por su lado
siguiendo a Descartes, defiende que al estar presente la posibilidad de producir siempre una
oración nueva, distinta a las anteriormente escuchadas, es ineficaz basarse en un corpus. Por
vasto que fuera, todo corpus es una abstracción incompleta de una lengua y, por ende, un
objeto irreal.
2- La confusión de las lenguas con sus representaciones políticas, en alguna medida excede a la
lingüística. [Cuándo nos encontramos ante variantes de una misma lengua y cuándo no?]
siguiendo a Saussure, es natural que, aunque sean prácticamente idénticos el danés y el
noruego, pensemos que son lenguas distintas por hablarse en países distintos. Las lenguas
oficiales son dice Chomsky, dialectos con ejército.
En definitiva, esta concepción de las lenguas tampoco da cuenta de un objeto natural.

La competencia lingüística
Chomsky cambia el objeto de estudio de la lingüística, por la “lengua-i” que se define como el
conocimiento que tienen los hablantes acerca de su propia lengua. Conocimiento de la capacidad
de producir e interpretar infinitas oraciones gramaticales de esa lengua y ninguna agramatical (Que
no se ajusta a las reglas de la gramática). Conocimiento potencial, también llamado competencia
que NO debe ser confundido con la actuación lingüística. Por ejemplo:

Saber andar en bici: competencia // Llevarlo a cabo, andar en bici: actuación

podes saber perfectamente qué hacer para andar en bici, pero ese conocimiento aislado no es
suficiente, porque si tenes enyesadas las piernas no vas a lograr llevarlo a cabo.

- La competencia lingüística es un saber de carácter sintáctico


- En el uso real del lenguaje, la lengua-i es un factor central pero no exclusivo. Otros procesos
mentales funcionan en simultaneo (como la memoria o la atención). En la actuación el
potencial de la lengua-i se ve limitado, no por la misma, sino por otros procesos psicológicos
que nos limitan (ej: la memoria).

Propiedades de la lengua-i
- La “i” responde a que la competencia lingüística es un objeto interno al sujeto, una propiedad
de la mente-cerebro de cada persona.
- Individual, porque está completa en cada individuo.
- Intencional, porque somos capaces de producir e interpretar infinitas oraciones gramaticales,
pero no una lista completa de oraciones de una lengua. Es decir, nuestro conocimiento de las
lenguas no implica tener registradas en nuestra mente todas sus oraciones, sino dominar las
reglas mediante las cuales combinan sus palabras.

Principales diferencias
1) Tanto la lengua-e como la competencia lingüística son fenómenos de naturaleza mental, pero
el mentalismo chomskiano es mucho más radical que el de Saussure.
De hecho, no todas las escuelas estructuralistas (E) siguieron a Saussure en este punto: El
distribucionalismo norteamericano, lingüistas fuertemente marcados por el conductismo (una
corriente de la psicología), que negaba la existencia de la mente humana o al menos la
posibilidad de estudiarla, entendían el lenguaje como un hábito (un complejo sistema de
esquemas de estímulo y respuesta). Por esto resulta coherente que optaran por definir la
lengua a partir de un fenómeno concreto: un conjunto de enunciados producidos a partir de
ella. La posición de Chomsky (Ch), coherente con el desarrollo de la psicología cognitiva que
en la misma época reaccionaba también contra el conductismo, es opuesta a la del
distribucionalismo.
La competencia lingüística es un fenómeno de naturaleza mental y un elemento constitutivo de
la mente humana. Por lo que la posición de Ch sugiere un mentalismo más profundo que el de
los E.
2) La lengua para el E es un fenómeno social, un código compartido completo solo en la masa
hablante. Para Ch la lengua-i es individual, está completa en cada individuo. Y se concibe
como un proceso.
3) Para el E la lengua también es entendida como un producto dado socialmente y que el
individuo incorpora pasivamente. Para Ch la lengua-i se concibe como un proceso.
4) Ambos objetos de estudio son sistemáticos (manifiestan regularidades que se pueden observar
y formalizar) pero Ch señala que la lengua saussureana manifiesta esta propiedad como un
fenómeno derivado de la competencia lingüística.
5) Saussure oponía el carácter esencial de la lengua en la comunicación por oposición al carácter
accesorio del habla, la preocupación por la comunicación está ausente en la reflexión
chomskiana. Ch considera que la lengua-i no es, en esencia, una propiedad que la especie
humana haya desarrollado en función de ser utilizada con fines comunicativos.

La respuesta a los problemas de Platón y Descartes


Creatividad lingüística y sintaxis

La creatividad del lenguaje humano está relacionada con la naturaleza de las reglas con las que
trabaja la sintaxis (modo de combinarse y ordenarse las palabras y las expresiones dentro del
discurso) de las lenguas naturales. Para Ch estas obedecen a dos principios: la dependencia
estructural y el desplazamiento de constituyentes. Principios que multiplican la combinatoria de
palabras y aseguran la creatividad del lenguaje humano.

Las oraciones no son secuencias lineales, sino que las palabras que las componen forman
complejos de dependencia unas de otras. Ej: “el esbeltos lanzadora” es una secuencia agramatical,
lo correcto es que haya cierta concordancia entre género y numero plural o singular, por ejemplo,
“la esbelta lanzadora”. Esto mismo sucede con los verbos:

“La esbelta lanzadora de disco keniana rompió un record durante los juegos olímpicos” (1)
“La esbelta lanzadora de disco keniana rompiste un record durante los juegos olímpicos”

Estas palabras establecen una relación sintáctica directa con el nombre, esto quiere decir que
dependen de la palabra “lanzadora” (es su núcleo sintáctico) y que la secuencia forma una
estructura que, se relaciona en bloque con otras estructuras de la oración. Se produce una relación
de concordancia en la estructura completa (no las palabras que la componen por separado).

Y resulta evidente que la regla no depende de la linealidad, sino de condiciones de localidad, ya


que no todas estas palabras se encuentran una a continuación de la otra. Esto quiere decir que
han estado “cerca” estructuralmente en algún momento de la formación de la oración. Esta
“cercanía”, no obstante, no siempre se verifica en la forma final de la oración por obra de reglas
sintácticas que se desprenden del principio de desplazamiento de constituyentes.

Si en una conversación alguien pronunciara (1), y no escucháramos la información sobre el


momento en el que el evento en ella descrito sucedió. Podríamos formular preguntas como la
siguiente: ¿Cuándo rompió la esbelta lanzadora de disco keniana un record?

El pronombre interrogativo “cuándo” sustituye una estructura completa que es constituyente del
predicado oracional. Por lo que formular una interrogación implica más que reemplazar lo
interrogado por un pronombre. En las preguntas, los pronombres interrogativos aparecen al
comienzo de la oración, seguidos del verbo. Este orden se verifica como consecuencia de que
durante la formación de la oración esos elementos se han desplazado a la posición inicial, y por
eso quedan antepuestos al sujeto. El resto de los elementos mantiene su orden habitual.
La adquisición
Chomsky afirma que esos principios, lo mismo que la competencia lingüística en su conjunto, no se
aprenden. Y sostiene que los seres humanos venimos al mundo con un conocimiento acerca del
lenguaje que es propio de la especie (no implica saber utilizar ninguna lengua particular), no es que
nacemos sabiendo hablar, sino que nuestra mente contiene información sobre el lenguaje humano
que es común a todas las lenguas, y que el autor denomina gramática universal. Esta misma es
el estado inicial de nuestra facultad del lenguaje que debe “madurar” para llegar a un
funcionamiento estable.

Entre este estado inicial y el estado final que implica el dominio de una lengua determinada, se
produce un proceso que Ch denomina adquisición, y es independiente de los procesos de
aprendizaje general.

Durante la adquisición, la gramática universal toma la forma de la gramática particular de una


lengua a partir de la información lingüística que el niño recibe del ambiente.

- La competencia lingüística no guarda relación con el coeficiente intelectual.

En sus orígenes la lingüística fue concebida como una parte de la semiología, que a su vez sería
una rama de la psicología y una ciencia social, a partir del cambio de objeto de estudio y
metodología Chomsky no duda en inscribir su enfoque dentro de las ciencias naturales, ya que
concibe el lenguaje como una propiedad de la mente humana. Pero el lenguaje humano, junto con
los rudimentarios sistemas de comunicación de algunas especies animales, tal vez sea de los
pocos sistemas semiológicos naturales que existen. Por esta razón la biolingüística tiene pocos
puntos de contacto con la semiología.

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