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vw FUNCIONAMIENTOS TEXTUALES. Il: GENOTEXTO Y FENOTEXTOS Lo que antecede prucba, a mi juico, que el estudio del problema sélo se puede seriar para comodidad de la exposicién, af ser tan ev dente que el fendmeno textual es el producto de un haz de elemenios ‘que operan de forma simulténea Pero jcémo opera exactamente este haz de elementos, y 2 pant de qué lugar del texto? Usilizaré aqui una metéfora espacial, sugiriendo que se imagine punto de interseccion de dos ejs, un eje vertical y un eje horizontal. Situemos en el primero ef imerdscurso, que materiliza, repitémosl, ala ver estructuras mentales y las formactones ideolgcas producidas por una formacién social. En este eje se lee el discurso del tempo sobre el tiempo 0, dicho de otro modo, este interdiseurso traduce cn ‘operaciones semiGticas, através de multiples trazados ideoligicos, ls ‘ondlciones socibistricas en las que se halla inmers0 un locutor. De manera opuest, situaremos, en el ej horizontal, el interteto, el peas to, el preconstruido, la precoercin, es decir, todo el material de len ‘guaje destnado a materaizar el sentido y a informarlo. En este nuevo ‘ie, como en el primero, estin sefialadostrayector de sentido pret biecidos que van a ofrecer una mayor o menor resistencia a la mode! 2acién textual, en cuyo seno mantendrén islotes semidticos, microesp de Ietura susceptibles de engendrar, bajo el efecto del eventual ‘monosémico de la instancia narativa, 2onas conflictiva. En este punto de inteseccién debemos imaginar el proceso de trans: acién de la realidad observable bajo el efecto de los cSdigos de in: Ia complejidad de los elementos que estin en juego muestra claridad a la vez la necesaria polisemia del texto ficcional, Iai cia de su dstanciamiento con respecto a la realidad referencil, como la resistencia que presenta a la mirada erica. En est eisol, embargo, surgen lineas directrices, centros de sentido en torno a los se organizan nuevas operaciones semisticas, modelos semant- ‘8 decir, toda tna combinatoria de elementos que contienen en ia a textualidad; asi se sitda el dspostivo conceptual que asegu- a autonomia det texto / signo con respecto a la conciencia que que lo produce y con respecto ala realidad originariamente Fermaciones Wetgies ied ecturad mp = ‘Ceagos ge wanstormacion (0 de median) Intenextusiand 90 do simbolzacin Preconsuido — Pacoorsén Fomaré aqui un término de Kristeva para desceibir este lugar de instanes de su agonia. La ultima palabra que pronuncia remite, sabremos mis tarde, al rineo desu infancia,lamado ast, mien- ‘Que la cabafia nevada anuncia le evocacion de la mediocre casa aque Hevan sus padres en el momento en que Thatcher ‘a buscarlo para darle wna educacion digna de su nueva riqueza PT, times, Le scr tee ria, Par, Card, MO de Sess 1978 pe. m4 Literatura, ideologia_y sociedad ‘Una y otra imagen exteriorizan, pues, e dscursointeriorizado del ago nizante; en este contexto, el flash-back, que debe consierarse como tun elemento sintéctico de la pelicula en la medida en que organiza Ja composicion de los planos, entra como fenimeno consitutivo de ‘un discurso sobre la memoria y el tiempo. Pero un andliss més preciso 4e ta pelicula nos muestra que en ella estén incorporados los mitos el Genesis y de Ia Torre de Babel: con estos focos de semantizacion Inay que relacionar, en particular, los temas de la confusion y del caos, ‘que se perciben, entre otras cosas, através de estos painajes que prev dden a la construccién de Xanadu, y en los que se confunden el agua y la tiera, 0 también a través de la superposicign de las diferentes lenguas de los periédicos, ast como en el cardcer inacabado de las, ‘orgullosas consirucciones de este demiurgo. En la segunda parte de la pelicula, sin embargo [The news on the march, se impone, pr ‘mer plano, el concepto opuesto de la construccién, dl orden, dela clasficacion (de los objetos eulturales, de las especies animales) dela ‘organizacin capitalista. Result curios comprobat que otf08 tes pro cedimientos téenicos, que también hay que considerar como pertene cientes ala sintaxis de las imagenes, operan aqui de manera contradic {oria, El primero, el fundido-encadenado, en el que ya en ls primeras Secuencia se mezlan el paisaje y su refleo, y que genera as{ conju tos de signos superpuesos,indistinos y enredados, en cuyo seno los ‘objetos se hallan desprovistos de todo eontorno pretiso. A este missno efecto concurre el insert técnica de toma hiperaumentadora, que ds naturaliza la visién y no permite identificar los objetos filmados; el inserto opera en la presentacin del globo de cristal, donde a realidad ‘efetenciada no es inmediatamente perceptible, ya que Ia vision no se fija hasta que el objetivo retrocede y pasa a un. primer plano. Se en tiende entonees que et inseto y el Fundido-encadenado puedan tener tun mismo valor semdntico como elementos que convergen en un mi: ‘mo foco de sentido, que ellos mismos contribuyen a instituir en rea ‘idn con otros signos[paisaes del Genesis, confusion de los elementos, temiticas del inacabamiento, de la acumulaciga desordenada de la ma teria, de la primitvidad...J. Por el contrario, veremos operat en la ‘evocacin de la construccién del palacio una voluntad comprometida ‘en un esfuerzo de creacin que rene y ordena estas rquezas en una rauitectura de sintsis, separa unas especies animales de otras, las ct 10» fenotextos nas yy las hace revivir en el universo segundo de la cultura, euyos or otra pare, recventa, y con respecte al cual esta voluntad define (200, museo). Pero cuando se trata de esta sitima evocacién, amlento de las imagenes se hace por medio de cortiils, ‘© solian utlizar en los noticirios en la época de la produccién pelicula para seria los temas y puntuar de alguna manera la {e las informaciones. Las cortnillasinscriben en la suce- de las imagenes presentadas la categoria del orden y cierto tipo lad, en el sentido de que son la marca de la diferenciacién 4e Ia separacién de los planos y de las imagenes. Aparecen "en Cludadano Kane, como semaatizadas 8 ver por el texto se- el que dijimos antes que expresaba la construccida, e orden, ifieacién, la. organizacion capitalist, La pareja oposicional ‘vs. ereacin} se halla asi realizada a nivel dela sintaxs filma. sta, a primera vista, esté constiuida por elementos extrase- se nos muestra, de este modo, como semantizada por los focos de polarizacién de sentido que hemos cvidenciado. 105 oo ejemplo en las primeras imagenes de Scarface, or- en un plano secuencia, lo que no seria signifcativo en si plano secuencia no incluyera sucesivamente un exterior yun 7 sucesividad cuya expresion suele proceder de una operacion 5 pero aqul, sin que el motor se pare durante el rodaje, ave al principio se encuentra en la calle, franquea ostensi- a pared del cabaret para penetrar en él, mostrando a su paso de este muro, lo que equivale a decir que hace surgir un visual en et mismo momento en que, sin embargo, lo aravie- raspasa. La sintaxisflmica, es decir, repitimslo, el encadena- sintagmético de las imagenes y de los planos, se integra asi [esto semidtico que problematia los conceptos de transparencia I, texto que se prolonga, através de datos que se invier- Ia secuencia siguiente (interior del periédico) en la que, en toda de tabiques acristalados,facilmente perceptibles como indi- ide una expecie de continuum visual, estan incorporadas cera del espacio cerrado, presentado como tal por unas letras pinta- al revés, marcas que se pueden interpretar como designado- los lugares reservados o prohibidos al publico. 126 Literatura, ideology sociedad En lo que se refiere al texto literario, emit a la explicacion de tun texto comado del Buscin de Quevedo (infra, pig. 192), en que lis realizaciones gramaticales del aspecto (es decir, el empleo contrastivo el pretérito imperfecto y del pretérito perfecto simple, o también el el imperfecto y et pluscuamperfecto) obedecen a las leyes que risen las estucturas profundas del texto y resutan semantizadas por elas, integrindose asi como elementos consitutivos en un texto semidico ‘que reproduce In imagen de una sociedad de ordenes y de estado eh ln que el individuo se define en funcién de su origen socal y que pro: blematza las relaciones grupo /individuo en términos de excasin 0 de asimilacién sociales. De igual modo, veremos en el mismo pasaie del Buscdn como una sistemdticasintictica de la inversion (aunaue sino que, slo dic que.) se introduce, como elemento semantizad0 por el foco de sentido correspondiente, enna red semistica que baliza Jas modalidades de la incorporacidn de las précicas de lenguaje el CCarmaval en Ia trama textual ff. ina Pongamos como iltimo ejemplo La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes: aqui, la realidad que da origen a la ficcién es de una sencilez ejemplar: un anciano que agoniza rememora, frente 8 une peio, lo que ha sido su vida. Pero este elemento, el expejo, focalza ¥y semantiza toda la produccin de sentido: desdoblamiento del nar or, que se proyecta como el abjeto de su propia mirada, desdobl ‘mientos sistematicos de todos los personajes, difracién del tiempo en ‘un presente, un pasado, un futuro, jueeos corelativas de ls promo ‘res personales (Yo, Ti, Ei), imagenes dislocadas, contradictoras 0 complementarias de los hechos, ragmentacion del relato, modulaco nes de la tematica del refej, mediante otros espejos que son la grab ign en magnetéfono de la voz, Ia memoria o también la esriura misma... Todos estos dversos elementos pasan por un mismo punto —foco del espejo—, la concencia del narrador, en este tragico minio de la verdad en que el tiempo se inmoviizay, al inmovilizare, pier de su linealidad.. EL espejo es, en este conteto, el signo icdaico de Ia ‘concincia, pero tambien la metdforn del presente nrrativo, det com ‘epto de umbral del mas alla, de la inversion de un tiempo que sslo puede desarrollarse al revés. Aqui, efectivamente ls elementos extra ‘seminticos estin semantizados, no drectamente por el tema, sino por tratamiento figurativo de ée. Quiero decir con esto que n0 ela exto y fenotextos 12 4e Ia muerte la que impulsa la produccién textual (ni tampoco Iipotéico proyecto de estilo autobiogrfic}, sino una de sus repro- cs fcbnias.. La muerte vista desde una perspectiva de «Tran- dela muerte», rpresentacién mental que se materializa a su ver Ia imagen plistica del espejo como lugar poético del. paso haci ‘mas alla, Por consiguiente, todo fenémeno textual que, a cualquier crea efectos de difaccién reproduce a imagen icdnica de laa Observaremos de pasada que, de hecho, la realidad referencial ‘muerte de Artemio Cruz) entra en un proceso de transformacidn or estricturas de mediacén [literatura didctca; vision del mun- surrealsta, por medio de la uilizacion metaférca del expejo como textual) que codifican esta misma realidad con un lenguaje tivo en las estructuras textuals. ‘Con este rodeo abordaré el problema del establecimiento, por de la escritura ficional, del sistema que, segn los términos de Zima‘, «pone en suspenso el valor convencional (ocal) de los ‘verbales» y debilta Ia dimensién referencia del lenguaje. Aca- “de seguir uno de lor procesos que dan prueba de Ia agudeza ‘de Lotman al eicribir que «los signos en arte no tienen cardcter onal, como en el lenguae, sino un cardctericénico,figuat ®, Releamot desde este punto de visa el texto (comentado a inuacién) del Guzmén de Alfarache*. El tema del pasaje es e1 de la verdadera amistad, pero este tema se trata con un encade de alegorias aparentemente coherente; ahora bien, al lerlo manera més atenta, las cosas no son tan sencilla. Se ns dice pri Que la terra encarna la amistad, y luego se nos seala que, a ‘muerte, es Ia nica que acepta acoger en su seno nests ¢2- rnausesbundos «cuando no hay mujer, padre, hijo, pariente amigo que quiera surirnos». 2Es 0 no entonces la tierra una ami ss que una amiga? Seria un gran error clamar por la incon ‘la neglgencia del narrador; en realidad, el significado se esplazado durante el camino; la caracteristica comin a la tierra fla verdadera amistad, a saber, la establidad, se ha convertido en objeto del dscurso, nuevo significado, pues, que seleciona oro vector © Pour une slo tee. pot, na. 5 Lasmcren op a © Chin pa. 19 28 Literatura, ideologia_y sociedad significane, el dela Madre, cuyo rasgo dominant, la abnegacién, que dard a su ver metaforizado por la figura dela ovea, Este timo rodeo (or Ia figura de la oveja) precede a un retorno ala imagen matena, ‘en Ia que se inscribe el deseo del sujeto tentado por la regresin al sstado feta. So Amistad Se Tena” — So Exabied Se Mase —e So Mase Se Tera gual que en el caso de La muerte de Artemio Cruz, donde hab ‘mos visto que el espeo constituia Is imagen soporte del concepts alista del paso hacia el més all, lo figurative se hunde, por devrlo asi en la textualidad, donde desarollafocos de semantizaion. El des lizamiento de un significado a otro crea estrator de sigificaion que ‘se imbrican unos en otros y engendran zonas conflictvas. Detengémo ‘os en ellas. Si aceptamos interpretar esta nostalgia de un estado fetal portador, ademis, de un nuevo nacimiento [epara volvernos a dar en ida nueva y eterna»), como la expresién textual de un intratexto en ol que se insribera un profundo sentimiento de inseguridad, esto sy nificaria que el texto ade superficie» dice lo mismo de forma inverss ©, mejor, desplazada, ya que hemos visto situarse en primer plano cl valor de la Estabilidad. Asi la Tierra se opone a lo inestabe. Peo 1 Guzmén de Alfarache, como ditemos mas adelante, establece ua Felacién de identidad entre el dinero y la inestabilidad, que pueden ser, alternativamente, significado sigificante el uno del tao. La se ‘mantca textual nos dice que la Terra es al dinero como la estabilided la inestabilidad (Mia =v eto // Estabilidad =v. Itai No vaclaremos en ver en este lenguaje figurativo el significane 4e un significado socioecondmico, puesto que el texto comienza con ‘una apologia manifesta del mercantilismo. Dicho de otro modo, Io Figurativo se ordena segin un encadenamiento de significaciones ve 9 vo del comienzo[«(a tierra) nos Piedras de precio, el oro, la plata y més metales»]. De lo ante- se deduce, por una parte, que «el lenguaje del arte» —en lo que al texto ficcional por lo menos no es uniformemente fig 3, contrariamente a lo que dan a entender 1. Lotman y, en menor 3, P. Zima; por otra parte —y eta observacion nos parece mu- importante—, que, si es verdad que «los procedimientas con- vos de Ia literatura tienden a debiltar la dimensién concept ferencal) del lenguaje» ', no podrian ocasionar una autonomia a relativa con respecto a la estructura socoideoldgica que 1o el texto fiecional. Acabamos de ver, por el contrario, lo figurativo (0 simbélico en este caso concreto) se converte en fiante, el vector de trazados ideolésicos. Asi pues, diremos que lo que caractriea la semdntica textual es ‘no estéinscrita dentro de los signos, sino en las relaciones que signos mantienen entre si, fuera, mas allé © por encima de los entos sintagmaticos. Pero, sles certo que los elementos ios se semantizan en un segundo nivel, desempefan sin em ‘1 funcién convencional en et primero, de tal manera que esta ica textual refuerza la semiéntice convencional yen ningin caso abolirla. Al contrario, ste wentrcruzamiento complejo» es el permite que intervenga, como tel6n de fondo de la unicdad de su pluriacentuaciin (ef. supra). ‘ste modo, el texto fccional codifica una primera sintaxis de ‘en su sistema relacional: en este marco, el signo instiuye bliogr.) de los dos poemas Residencia de Neruda, donde hemos puesto de manifieto certo de series analopicas que se organizan luego en un sistema con- io: por un lado, signos que transcriben Ia vaiedad, pero tam- colores (el verde) para significar la muerte; por otro lado, el color In idea de plenitud, que, al invertise en el signo «ataidy, sub- a semantca convencional de éste le hace significar lo contra- e lo que significa en el Ienguaje, es decir, lo transforma en una Pour we soil. op et. 130 Literatura, ideologia_y socieded texto» fenotextos ry de las figuraciones de la vida. Leeremos también, sobre este punto, estudio consagrado a lo Continuo y a lo Discontinuo en Octavio Paz, observando, en este timo caso, que, una vez més, esta seméni ‘a textual, aunque esté fundada en procedimientos connotativos, no deja de dibujar los contornos de una realidad socioideoldgica(f. «So bre las realizacionestextuals de los enunciados latentes de una com: nidad semiol6pica en el Laberinto de la soledady). Asi puss, suscribimos plenamente la observacin de P. Zima que opone el discuro cieatfico, seque crea una convencién particular para evitar la polisemia del len suaje hablado, para monosemizar el dscurso», al texto de ficeién, en fl que «cada palabra puede adguirir un sentido diferente del que le atribuye Ia conveneién socialv * para Joprar, por el contrari, la. po lisemia. [AL SISTEMA SEMIOTICO TEXTUAL. LA ESTRUC dentficar el concepto de texto con el concepto de signo leva con sigo, en mi opinidn, una segunda consecuencia de igual importanca. Esta hipétesis nos conduce, efectivamente, a escindir el texto / sino ‘en un significante y un significado. No se tata de distinguir una forma ‘que modelizara un contenido y repetir el axioma seg el cual en toda ‘obra de arte la forma «sirve admirablemente al fondo». Al contravo, ya que consideraremos entonces que, como en el caso del lengua, €signiicanteseleccionado por el texto es desde cierto punto de visio. abitrario y que, en cierto mado, la signiicacién podria tener como Soporte un material de lenguaje totalmente distinto. Afadiemas a éta otra observacién, a saber, que, como apuntaba Tosti, citado por Lot ‘Seneceia gente que mace la aera el saved de pens top alados ew una bra ars y que gle sin cesar alos letores et Iabernto inf dels encaderamientor en lot gue eotsie In een ey sein las lees qe sven de fendaments eter encaderamieo (Cota . Pow ue scl. op sw. #8 » Lasmetne op etre 38 amos de demostrar, por lo dems, a propésito de la seméntica ‘que no hay sgnficacin que pueda revearse en «pensamientos 5 ¥ que fa estructura dela obra es la que semantiza el texto én convene precisar que, en los casos anteriores, nos ha intere- mds especialmente Ia estructura del significado, y la hemos re- ido sacando a Ia luz las cadenas de signifcaciones que organi- Deduciré de todo esto que existe una estructura del signifcante ‘om respecto a la primera y que es, a su ver, portadora signiicacién, Si admitimos, también de aeverdo con Lotman, que un mismo tex: ‘epuede loerse [..] como na sucesién de signos mis importantes la division en palabras, hasta la transformacion del texio en un signo», o bien como wna cadena de signos organizados segin reglas de Ia lengua natural, esto nos levard a suponer que el con- ide estos signos debe organizars, aun nivel dstnto dela sintag~ , de manera autGnoma a la vez con respecto a las convenciones Tespeco al significado, en forma de encadenamientos de signii- specifica. La metifora mis apta para dar cuenta del esttuto del funciona ‘el textos, por cpnsiguente, Ia del volumen. En la cara que ‘6 més accesible, situaremos el conjunto de los trayectos de senti- 3. este laberinto infinito de encadenamientos» que Tolstoi desea- "ver explorar en «la obra artstica» y que estan repos por a seman- textual, Pero, més alla y como transfondo de este significado, Wejan ver otra cadenas de significacion que se insttuyen en una 'y contraditoriarelacin de dependencia y de autonomia con (0 las primeras. Entre estos dos sistemas —es decir, por una entre el sistema del material de lenguaje que, entre otras cosas, l significado inmediatamente perceptible y, por otra parte, stoma de este mismo significado— se extiende toda Ia densidad Ja textualdad, cuya complejasignificancia procede de la interacion ‘estas dos caras y de un constante vaivén entre los dos conjuntos eaves. ‘Abora bien, para peribr lo que dice también el signifiante, fuera toda relacin con el enunciado, debemos obligaoriamente arrvinar emintica contextual, atomizar el texto / signo reduciéndolo a sus tes minimos, lo que implica que este texto /signo ya no se m2. Literatura, ideologia_y socieded percibe como una sucesién, sino como una yuxtaposicin de pal: ras /signos. Estos deben recobrar asi el conjunto de sus posibilidades expresivas, es deci, en primer lugar la totaldad de sus campos seman ticosrespectivos, que la seméntica contextual habia neutralizado prov sionalmente: En la logea de nuestro procedimiento, haremos avanzar cesta descomposicidn hasta que cada acepcion estalleen sus componen tes sémicos, para usar la terminologia de Bernard Potter. Sin embargo, el signo corresponde a una arbitrariedad codificade por una comunidad semiolgica, lo que justifica que, al emprender la reconstitucién de sus eapacidades expresivas, tomemos en events Jos multiples e6digos de representacién y de simbolizacin de los que proviene. ‘Para explorar esta cara oculta del texto, propongo, pues, que, ba séndonos en estos principios que he inferido del postulado propuesto por I. Lotman, utilicemos los conceptos de texto y sistema semiticos, ‘que constituyen a mi juicio las estructuras de comprensiOn més aptas pra dar cuenta a la vez de Ia autonomia del significant y de su de pendencia cultural. Pero, antes de preisar lo que entendemos por to, se imponen algunas observaciones complementaras. FRESUPUESTOS METODOLBOICOS I establecimiento del sistema semiotico pretend estabecer Ia rod 4e convergencias de Ios signos, no al nivel de lo que éstos express, sino al nivel de 1o que son; no le interes la partcipacén del signd en el enunciado sino lo que el signo significa, igado a otros signs, Independientemente de lo que dice el texto, ‘Asi pues, tene una finalidad en sf mismo, y su campo de aplicacisn «3 especifico; no tiende a dar una primera aproximacin del texto en ‘ue las frases ulteriores del andlsstendrian que profundizar; tampoco tiene que aportar la confirmacion de conclusiones anteriores. Resuelve provsionalmente la polivalencia semantica de los signos lmplicados. Esta reduceidn semantic no la opera el contenido del men sje, como en el caso del enunciado, ino la concordancia que estab cen enre silos diferentes signos. Toda confrontacién de un signo con ‘tro reactiva cirtos sentidos de uno y otro, pero neutraliza la mayor texto y fenotexios 13 de ellos. La multiplicacin de estas confrontaciones da al conjun- (el sstema una coberencia que no debe confundirse con la coheren de la significacion det enunciado. ‘Al examina esas confrontaciones, tendremos en cuenta la eventual 16m de los campos semantcosimplicados, y sélo consieraremos cepciones histricamentepertinente. Esta preocupacién exige que ‘de antemano las connotaciones histéricas —o puntos de je— del texto. Estas connotaciones son de diversos drdenes:refe- histéricas,socioeconémicas, sociopolitias,sosioculturales,ni- ‘de discus, ee... Se pueden percibir de manera mis © menos ‘en funcién de Io que sabe 0 n0 sabe el ecior, pero gobier- sempre el establecimiento de los cuadros de concordanca. En este je del Buse, la expresién crstiana vieja constituye uno de estos ‘de ancaje, que orienta la reduccién seméntica de signos como ‘© trabajos, por ejemplo. Estos dos casos permiten ver de ma partcularmente clara, ademds, cémo los cambios de las estructu- sociales repercuten en los campos seménticos y, a través de ellos, los ejes paradigméticos. Para Covarrubias, el caballo es esencial- el instramento de la nobleza,relacionado con el ejerccio de 8 diferencia del rocin «o cavallo viejo y cansado quales sue- ser los de los molineroty lox demés de servicio que no son para ‘de gente noble ni para Ia guerra». La definicién que da de es mas interesante atin; el término, evidentemente, no puede para él un producto, ni una operacin, ni el efuerzo humano Ta produccion de la riqueza en oposicién al capital (prime- sentidos aestiguados por el Diccionario de la R.A.E.), sino que ‘efine, por el contrario, como wel cuydado y diligencia que pone fen obrar alguna cosa»... donde se halla admirablementetranscri- concepsién del esfverzo humano orientado ala produccién del boasada en ef valor de uso. “La necesidad de destacar de antemano estas connotaciones puede “no aparezca de manera evidente en un texto firmado del Siglo "Oro donde las cosas son aparentemente claras: no se trata en reali de un problema de firma o de autentificacién de autor, sino mis ‘de saber si el texto semistico debe establecerse en la sincronia la diacronia, Este imperaivo se impone sobre todo al abordar 6a literaria contempordnea y, entre otra, la iteratura his- 134 Literatura, ideologia y sociedad ‘panoamericana, donde los problemas se complican mucho més, en la ‘medida en que a las nociones de épocas y de tiempos se afaden ls ‘que dependen de los sineretismos culturals. Pongamos algunos ej plos: en un poema de Ocuvio Paz como «Himno entre ruinasy (La ‘stacién violena), la aparicén de varios sistemas de connotaciones, l primero de los cuales me remite al Siglo de Oro por medio de refe ‘encas explicitas a Géngora, el segundo al contexto cultural preisps- nico, y el tercero al época contemporaine, exige que se establerca ‘el mapa lésico orientando de manera miltile las reducciones semani- ‘as; en el marco de estos contexts socioculturales diversas es donde tengo que descodificar una lexia como wagua de vida» (agua preciosa, ‘sangre del sacrificio, para el pensamiento azteca), que establee, por ‘comsiguicnte,concordancias diversas tanto en el plano de los rit 4e las creencias prehispanicas como en el plano de ls rtos y de ls

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