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Define el concepto de "unión dinástica" aplicado a Castilla y Aragón en

tiempos de los Reyes Católicos y describe las características del nuevo Estado

En el mismo año en que concluía la Guerra de Sucesión castellana (Tratado de


Alcáçovas-Toledo, 1479-1480) con el triunfo de Isabel y la renuncia de su contrincante,
su esposo accedía al trono aragonés como Fernando II. De ese modo las dos Coronas
quedaban unidas en las personas de los reyes. Era una unión dinástica que respetaba las
diferencias institucionales y políticas de los territorios de cada Corona.

El enlace de las dos dinastías -realmente dos ramas de la misma familia- no


significó la uniformidad política. Aunque, por la Concordia de Segovia, ambos reyes
habían acordado gobernar al unísono en todos sus territorios, en cada una de las Coronas
se mantuvieron sus propias lenguas, instituciones, leyes, monedas, etc. No hubo, pues,
una unificación política de los distintos territorios, pero sí una actuación conjunta de los
dos monarcas en el gobierno, una diplomacia, unas directrices de política exterior y un
ejército comunes.

Los dos miembros de la unión presentaban, además de las políticas o


institucionales, otras diferencias, pues Castilla era más extensa, tenía más población y
mayores recursos económicos -en parte gracias a la exportación de la lana-, por lo que
tuvo un mayor peso y fue el principal apoyo para la actuación de los monarcas.

Su política se caracterizó por un afianzamiento del poder real frente a nobles, alto
clero y ciudades, lo que suponía el asentamiento de una monarquía autoritaria -que sólo
triunfó plenamente en Castilla, pues en Aragón la vigencia del pactismo, con un
protagonismo destacado de las Cortes de cada uno de sus Estados, siguió limitando el
poder monárquico- y, con ella, el inicio del Estado Moderno; por el dominio de todo el
territorio hispánico (conquista del reino de Granada y, ya muerta Isabel, incorporación de
Navarra); por el deseo de lograr la unidad religiosa en sus Estados, y por una activa
política exterior que, entre otros objetivos, buscaba defender los intereses atlánticos de
Castilla y los de la Corona de Aragón en el Mediterráneo y aislar a Francia, y sirvió para
poner los fundamentos del futuro imperio hispánico en Europa.

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