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= =] ee) a Cal ¢ p=} Gs) =| 5 Bx) % a) ~ a= =| pias srubrunbiieih Consietlings kubynaer ia * Escuela y poesia éY qué hago con el poema? SERGIO ANDRICAIN ANTONIO ORLANDO RODRIGUEZ Coleccién Relecturas Lugar Editorial Escaneado con CamScanner La poesia en el aula La dificultad para el maestro amante d es el mantener esta actividad més alld de la poesta es el : la simple curiosidad, del interés, del compromiso de un i ae ¥ ello porque la actividad poética es una actividad duradera y la impregnacién poética exige cierta lentitud y mucho tiempo. Grorces Jpand7 Bence de la primera infancia como de una etapa poética por excelencia. Sin embargo, cuan- do el nifio crece se produce un fenémeno preocupante. Al transitar del jardin —que es una prolongacién, con fre- cuencia idilica, del hogar— hacia el aula, tiene lugar una ruptura con la poesia, un desapego que, en el peor de los casos, puede llegar a convertirse en un divorcio con to- das las de la ley. {Por qué? Tal vez la causa haya que buscarla en la carencia de estimulos poéticos en el seno del hogar y, también, en lo que se podria denominar es- colarizacién de la poesia. Hay maestros que piensan que la poesia tiene cabida en el aula siempre que se ponga en funcién de algun contenido curricular. Es decir, si se subordina al tema de alguna materia, si se escolariza. {Estamos estudiando los rios? Pues entonces, “ador- nemos” la clase con un poema que trate sobre los rios. Vamos a iniciar una unidad sobre la familia? Entonces, echemos mano a unos versos que se refieran a los pa- 57. Jean, Georges, La poesia en la escuela. Hacia una escuela de la poesia, Madrid, Ediciones de la Torre, 1996, p. 119. Escaneado con CamScanner 68 dres 0 a los abuelos. ;Tenemos que hablar te - tante que es respetar las sefiales del transito? Ae Mon. busquemos alguna poesia que aborde ese ie once Sin embargo, la poesia no es un adorno nj up, mienta. No negamos que, en determinadas cee - cias, puede convertirse en una excelente motivacign dactica: pero cuidado con el peligro de convertirla di. simple instrumento. La poesia tiene raz6n de ser. A un cho a ocupar un espacio en el sal6n de clases, por si i ma; sin necesidad de subrayar un contenido o de iets tirse en un elemento decorativo 0 accesorio. Al respecto sefala Maria Elena Walsh: Seria importante que el maestro desterrara de su mente el prejuicio de que la poesia es itil, aplica ble o alusiva a temas escolares. La poesia no alu- de més que a st misma, sopla donde quiere y es preferible que no forme parte del temario sino del recreo, que se integre mds en el juego que en la instruccton Otro medio “infalible” para separar al niiio de los tex- tos poéticos es utilizarlos para que el alumno localice en ellos, como si se tratara de mapas geograficos, sustanti- vos, adjetivos y verbos. E] poema, en esos casos, ve trai- cionada su esencia y muere sin remedio: se convierte en una estructura gramatical carente de emociones ¥ i nificados, en un arrume de palabras agrupadas en ren- glones cortos. Con la mejor de las intenciones, algunos maestros comparten versos con sus alumnos. Magnifico!, formida- ble eso de escuchar un poema en el aula asi, por puro pla- cer, sin afanes diddcticos, por el simple deseo de divertir 58. Walsh, Maria Elena, “La i ii ia”, en Desventuras e . “La poesia en la primera infancia’, en Destentiriogs ¢l pais Jardin de Infante, Buenos Aires, Espasa Calpe. Seix Baral. 129 Escaneado con CamScanner 69 ode conmover. Pero, jalertas!, si una vez leido el texto nos creemos en la obligacién de lograr que los nifios “produz- ean” algo —dibujar lo que les “inspiré” la poesia, escenifi- carla o escribir la suya propia—corremos el riesgo de in- currir en un estereotipo: el de pensar que la reaccién an- te la lectura de un poema debe materializarse haciendo algo que resulte visible o palpable. Y no es asi. Esa mania o creencia de que la experiencia de com- partir en el aula un texto literario debe estar seguida, obligatoriamente, por una actividad en la que el nifio evidencie su “creatividad”, se ha convertido en una fér- mula peligrosa. Y, ademas, en un ejercicio de poder, de violencia de los adultos hacia los nifios. Supongamos que nos encontramos en una clase, en el ambito universitario, y que un profesor diserta sobre de- terminado poeta. Nos lee, a modo de ilustracién, unos ver- sos de ese autor, versos que tienen el don de conmovernos, de aguijonear nuestra sensibilidad. Pero, acto seguido, el maestro rompe esa magia exigiéndonos que expresemos nuestra reaccién ante el texto haciendo un dibujo o repre- sentandolo teatralmente. {Cual seria nuestra actitud co- mo adultos ante esa “propuesta”? Es muy posible que nos rebel4ramos ante ese atropello a la poesia, ante ese afan pedestre de querer “evaluar” y “medir” nuestra reaccién ante el texto. O quizds, con resignada sumisién, tal como suele ocurrir con los nifios, cumpliriamos la encomienda para no ganarnos la mala voluntad del docente. La respuesta a un poema compartido en el aula no tie- ne que ser ni un dibujo ni una escenificacién, y muchisimo menos una redaccién en la que dejemos plasmada nuestra “nterpretacién’” del texto. La mejor respuesta puede ser una carcajada, 0 un suspiro, 0 una lagrima, 0 una mirada de intriga y desconcierto, 0 simplemente un silencio. Esa fertilizaci6n interior, ese estado de recogimiento en que nos Escaneado con CamScanner 4 =O a Sergio Andricain, Antonio 9, Rode ‘gtr, sume, a veces por UNOS instantes muy breves, el Contin, con la belleza, tiene que aprender a ser estimadg Como 1 7: 0 gil Meg respuesta pedagégica de gran valor. ” Si de forma espontanea y armoniosa surge en ¢l 9 de estudiantes el deseo de extender la experiencig en ca, de prolongar la vivencia del poema Tecredndolo on fe accion plastica, en una ronda © en un juego teaty, al, de acuerdo, puede ser una actividad valida y enri pero, por favor, que no se convierta en un clisé, en larazsp, de ser de la lectura de unos versos en la clase, pues con ello corremos el riesgo de fomentar el rechazo al texto Iitico, ‘qecedora, Por otra parte, todavia es comtin que se asocien en g| ambito escolar poesia y memorizacién. iAh, pobres alumnos, obligados a recitar de un tirén Poesias, casi siempre moralizantes, patridticas 0 civicas, alusivas a determinadas fechas que se celebran en la escuela! Sj alguna vez los autores de este libro hubieran sido obli- gados a pararse en un escenario y a declamar unos ver- sos, como loros amaestrados, ante decenas de sus con- discipulos, posiblemente no hubieran escrito nunca so- bre la importancia de la poesia. No confundir Poesia con retentiva y exhibicionismo podria ser, entonces, otra se- fial de atencién para los educadores, También es frecuente hallar una situacién mucho més grave que las antes comentadas: la de los maestros que consideran que la poesia es superflua, que esta de més en la escuela. {Para qué preocuparse por versitos, con tantas cosas importantes a las que debe hacer fren- te el profesor? {Con cientos de conocimientos cientificos y técnicos, de gran utilidad para la vida practica, que es necesario transmitir! La matematica y la ortografia ai merecen que se haga un gran esfuerzo para “meterlas en las cabezas de los niiios, eso nadie lo discute, porque Se trata de saberes concretos que son muy necesarios Escaneado con CamScanner para la vida cotidiana. Pero, gpara qué perder tiempo jntentando familiarizar a los alumnos con la poesia? Ante un caso semejante al descrito en el parrafo ante- rior, poco se puede hacer. Porque es imposible que un adul- to que no aprecie la poesia y no sepa valorarla, que no vi- bre con ella, sea capaz de comunicar a los nifios un amor que él es incapaz de experimentar. Tendria que proponer- se crear y descubrir, en si mismo, esa necesidad, Acerca de esa supuesta “competencia” entre ciencia y arte -sintetizando este ultimo en su expresién maxima: la poesia— comento el cineasta ruso Andrei Tarkovski: Por medio del arte, el hombre se posesiona de la realidad a través de una experiencia subjetiva. En Ia ciencia, el conocimiento humano del mundo as- ciende por una interminable éscalera y es sucesiva- mente reemplazado por un conocimiento nuevo, siendo, con bastante frecuencia, desaprobado un descubrimiento por el que le sigue en obediencia a una particular verdad objetiva. Un descubrimien- to artistico ocurre cada vez como imagen nueva y tunica del mundo, un jeroglifico de verdad absolu- ta. Aparece como una revelacién, como el deseo mo- mentdéneo y apasionado de aprehender intuitiva- mente y de golpe todas las leyes de este mundo. Su belleza y su fealdad, su compasién y su crueldad, su infinitud y sus limites.59 E] maestro leerd a los nifios textos significativos, de calidad -textos que lo hayan conmovido a él como lector; que lo hayan hecho reir 0 sonreir, que lo hayan sorpren- dido o entristecido, emocionado o intrigado. Si ha sido “tocado” por un poema, es probable que consiga entu- 59, Tarkovski, Andrei, “Poesia: gestar despiertos al mundo”, en: Unién, La Habana N° 22, enero-marzo, 1996, p. 25. Escaneado con CamScanner 72 ____Sergio Andricain, Antonio 0, p, “SMO O. Rodi "Wguey, ra otros con su lectura, contagiarl ~ siasma’ 6] ha experimentado. 0 siasmo que €! s del enty, El maestro es un agente fundamental ey so de iniciacién del nifio en el conocimient, vencia del lenguaje poético. Nadie como 61 par, lializarlo con la belleza de la palabra, con ne fami. de asociaciones y su musicalidad, para incita Tquezg alumno a que disfrute por si mismo, como Teetye luntario, de esa zona de la literatura. Esa a Or vo. cion —primero oral, mediante la presentacign Hae gos del folclore y la audicién de textos de oe a complejidad; mas tarde, a través de la lectura a dual y el fomento del intercambio de puntos de vies disimiles acerca de un mismo poema- sera aes de un proceso sistemAtico, estructurado por ae que respete tanto las demandas del colectivo espect. fico como la sensibilidad personal de cada estudiante. Su labor tendra como fin tltimo‘que el estudiante ac. ceda de forma auténoma a los territorios de la poesia y se sienta a gusto en ellos. el proce. Oy lay Algunas sugerencias Existen libros que brindan recomendaciones a los maestros acerca de cémo “usar” 0 “trabajar” la poesia en el salén de clases. En nuestro caso, preferimos sustituir dichos verbos, de marcada connotacién pragmatica y es- coldstica, por otros que nos parecen mas apropiados, co- mo son presentar e introducir. {Qué tacticas emplear para conseguir que la poesia resulte una presencia coti- diana y amable en el sal6n de clases? {a en la es lo ideal se- jmentara Posibilidades de hacer presente la poes! cuela hay muchas, son infinitas, y aunque ria que cada quien las descubriera y exper eh Escaneado con CamScanner 23 por si mismo, incluimos a continuacién algunas su; rencias que deben verse como tales, nunca como for. mulas ni recetas para ser reproducidas mecénica mente, al pie de la letra. Se trata de ideas de carée. ter muy general que tienen como propésito familiari- zar a los nifios con el lenguaje poético, acercarlos a los resortes de la creacién y del disfrute de las expre- siones liricas. Lectura compartida (Por qué no dedicar unos breves minutos, algunos dias de la semana, a compartir con los nifios la lectura de un poema que nos parece atractivo? No se trata de una actividad que sea necesario incluir en un cronogra- ma. Es apenas un pequeiio espacio recreativo, en el que se leen, por puro placer, textos hermosos, bien sean di- vertidos 0 melancélicos, transparentes 0 misteriosos. Al inicio pueden ser composiciones que el maestro ya conozca 0 localice expresamente para esta actividad; pe- ro, poco a poco, debe involucrarse a los nifios en la buis- queda y seleccién, invitandolos a traer sus aportes para esos minutos dedicados a la poesia. Las prolongaciones de esta motivacién pueden ser in- sospechadas. Tal vez la elaboracién de un periddico mu- ral donde se exhiban los poemas preferidos por el grupo ola grabacién de un casete en el que los nifios digan, de propia voz, los textos que més les hayan gustado... {Por qué no pensar en un 4lbum o un cuaderno en el que se vayan recogiendo los poemas descubiertos y que al co- lectivo le parecen dignos de figurar alli? Ese album pu- diera dejarse como “herencia poética” a los nuevos alumnos cuando finalice el curso y el grupo transite a un grado escolar superior. Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, Antonio O. Rodrigue, a Se - i eria disponer de una caja en | Otra eee guardando dentro de Eons los ose colores, atendiendo a un sistema de e6di. difer er yiamente determinado por los estudiantes “a Premplo: el sobre de color rojo, para los Poemas cevertidos; el blanco para los Coe que nos parecen, lindos, pero tristes; el azul para los textos que hablan sobre el mar y el verde, para los que tratan sobre r- boles...). Un mismo motivo, distintos tratamientos Es importante hacer conscientes a los nifios de que Jos caminos de la expresién poética son multiples y que un mismo motivo (la flor, el rio, el gato, la luna, el hogar, el amor, la amistad, etcétera) puede ser objeto de trata. mientos liricos muy diferentes segin la sensibilidad de] poeta que los aborde. Conviene, entonces, leerles 0 dar. les a leer textos que asuman, de modos distintos, un mismo tema 0 motivo. Veamos algunos posibles ejem- plos para desarrollar esta estrategia. La pdjara pinta es una de las rondas del folclore mas conocidas en la geografia latinoamericana. No resulta extrafio, pues, que diversos autores la hayan recreado en sus composiciones, desde perspectivas diferentes. Mirta Aguirre, en Juegos y otros poemas (1974), lo hace con el afan de divertir al nifio e invitarlo a transformar creativamente los vocablos. Su poema es un prodigio de eufonia y economia de recursos expresivos: ‘LA PAJARA PINTA Pdjara pinta, jarapintada, limoniverde, alimonada. Escaneado con CamScanner ESCUELA Y POFSIA _ 75 Ramiflorida, picoriflama, rama en el pico, flor en la rama. Péjara pinta, pintarapaja, baja del verde, del limén baja.° Por su parte, la escritora panamefia Esther Maria Ossés presenta una pajara pinta muy diferente, lirica, tocada por una leve melancolia: La PAJARA PINTA Donde estaba la pajara pinta que no vino esta tarde a jugar? Buscaremos su casa en el monte, en el monte, muy lejos del mar. Aqui estan sus sefiales escritas; cada nifio las debe saber: Tiene el pico dorado y pequenio, y una mancha de luz en la sien. Tienen pintas de verde las alas, las patitas de rojo clavel. Es su oficio mecerse en el aire y jugar a la ronda después. Sin nosotros se muere, se muere, sentadita en su verde limon. Se ha escondido jugando en lo verde, disfrazada de rama o de flor: — 60. Aguirre, Mirta, Juegos y otros poemas, La Habana, Editorial Gente Nue- va, 1974, p, 25. Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, ic 6 ndricain, Antonio O. Rodi aT guez esta sobre el drbol, intacta. i Alla No toquéis su plumaje de sol. Con el pico recoge la rama, con la rama recoge Ia flor.®+ Conducir al nifio para que aprecie los variados enfo de un mismo tema y sea capaz de disfrutar todos ee tamientos es hacerlo transitar hacia un plano superior " el conocimiento de la poesia, es enriquecer sus sentidos a sus posibilidades de aprehensién de la realidad. Cada wine de las versiones de la pajara pinta tiene un encanto propio, que el contraste valida y hace resaltar. Otro tanto ocurre con los textos que se reproducen de inmediato y que refle- jan lo que acontece después de la Iuvia. DrspuES DE LA LLUVIA Por las floridas barrancas pasd anoche el aguacero y amaneci6 el limonero Uorando estrellitas blancas. ‘Andan perdidos cencerros entre frescos yerbazales, y pasan las invernales neblinas, borrando cerros. ‘AuFReDO Espino 0 Alfredo Espino presenta en su libro paisaje campesino tras la Ilu- via, mediante redondillas octosilabas de rima consonan- te, por su parte el cubano Aramis Quintero refleja en smo motivo con una vision ur Si el salvadorefi Jicaras tristes (1936) el Maiz regado (1983) el tit bana, fragmentaria, con atractivos versos libres. 1e Sergio Andticatn, ora 61. Incluide en Versos para colorear, antolosi® a Marin de Sésd y Antonio Orlando Rodrigue, San José, Costa Ri a. cina Subregional de Educacién de la Unesco para Centroamérica ¥ cos Roxsil, m4, 1994, p. 101. 62, Bopino, Alfedo, Jicaras triste, San Salvador, Eéitorial Casi Escaneado con CamScanner SUELA ¥ POESIA FINAL Pasé la lluvia, Todo queds fresco y lavado. Todo nuevo: otras calles, otros Grboles. Patios que saborean el agua con un rumor de pdjaros. Gente nueva: paseantes contentos, descansados. Y un cielo tan distinto, tan extrano.53 Explorar el ritmo y la musica de cada poema Cada poema tiene su ritmo, su cadencia, su “tempo”, igual que una melodia. Esto resulté evidente con los ejemplos citados para ilustrar la sugerencia anterior. Pero, ademas, cada lector 0 grupo de lectores impregna a los poemas que lee con su ritmo propio. Al respecto se- fala el tedrico francés Abraham Moles: “aquél 0 aquélla que lee en su cuarto un libro de versos, evoca en sus me- canismos cerebrales los movimientos motores ritmados 0 precisos, que deben corresponder a un mensaje sonoro potencial”.64 Puede resultar muy enriquecedora una ex- ploracién, a titulo individual 0 grupal, del ritmo y la musicalidad de un mismo poema. Cantarlo, decirlo en —_____ 63. Quintero, Aramis, Maiz regado, La Haban p. 34, 64. Moles, Abraham, “El andl; los diferentes niveles de la s La Habana, Arte y Literatura, 1986, p. 116. Editorial Gente Nueva, 1983, sstructuras del mensaje pottico en in: Textos y contextos, Tomo I, Escaneado con CamScanner 73_____SeratoAnrieain, Antonio 0 SHO O. Rodrigue, alta voz al compas de palmadas o de otros corporales, convertirlo en juegos sonoros formas valiosas de “paladear” la poesia . estructuras composicionales. MOovimj lento, también BS exploray = Juegos de escritura El juego de escribir versos 0 reescribir los ya exi, tes es otra posibilidad de aproximacién gozosa a |, isten- sta. Hay muchos modos de hacerlo. Desde tomar on io ma breve, recortar las lineas de sus versos de nod ae que éstas queden en fragmentos diferentes y es citar a los nifios que reorganicen el texto a su libre es . tender, propiciando asi el surgimiento de un texto-otr, de una nueva propuesta lirica, como resultado de armar una suerte de rompecabezas; hasta entregarles un poe- ma incompleto pidiéndoles que describan un inicio, una parte central o un final. Otra propuesta puede ser la de sugerir el titulo de un poema como estimulo para la creacién de un nuevo texto; también Ja busqueda de un nombre para un poema ya escrito es una alternativa. Mezclar lineas de verso y titulos de poema de dife- rentes autores para crear una nueva produccién; escri- bir versos a partir de distintos estimulos: un sabor, un color, un sonido, una imagen grafica, un olor, una textu- ra, un sentimiento... Inventar metaforas (‘la luna es una arepa”, afirmé una nifia en un taller, entregando de forma espontanea y desenfadada un tropo de rara per- feccion), jugar con las rimas, son senderos posticos para | transitar junto a los nifios con imaginacién y espirit lidico. No para convertirlos en poetas, sino para perm tirles acceder al goce pleno de la poesia. Las anteriores son sugerencias de ¢ ral para introducir o presentar a Jos nit aula. No son estrategias para “trabajar” la P aula, porque a nuestro juicio, la poesia no el Escaneado con CamScanner bajada (en tanto dicho término, en el ambito escolar, ha ce pensar en un esfuerzo encaminado a lograr determi. nado propésito inmediato): la poesia debe llegar al salon de clases para ser compartida, apreciada y disfrutada. Fanny Abramovich, pedagoga y autora brasilefia de literatura infantil, hace algunas recomendaciones a los maestros preocupados por abrir las puertas de la escue- la a la poesia: ‘Sila profesora va a leer un poema a sus alumnos, que lo conozca bien, que lo haya letdo antes va- rias veces, que lo haya sentido, percibido, saborea- do. Para que transmita la emocidn verdadera, el ritmo y la cadencia pedidos, que subraye lo im- portante, que haga pausas para que cada oyente pueda descubrir -por st mismo- cada pasaje, ca- da estrofa, cada cambio. Que el nifio guste de leer, de sorber muy despacio, sin apuro, la poesia que encuentre... Que, al ho- jear un libro, sepa reparar en un pasaje bien es- crito y que saboree ese momento de belleza que el autor elabor6. O que, al encontrase con lo mal es- crito, con lo tonto, con lo desprovisto de emocion y sensaciones, con el texto apresurado, mal resuelto, que perciba y registre que aquello no quiere decir absolutamente nada... ¥ que comente, hable y lea en alta voz, para demostrar su espanto -no con lo bueno y lo nuevo, sino con lo mal hecho y lo tri- vial. Y, si fuera a seleccionar alguna poesia para ser leida por los nifios, que no sea una obra escrita por principiantes que todavia estén en busca de la forma. Es mejor recorrer aquellos autores que ya dominan el verbo, construyen el verso, controlan el ritmo, saben eliminar lo superfluo, J Escaneado con CamScanner | Sergio Andricain, Antonio o, Roc ROMO O. Roctrigne, "% para condensar -de modo exacto y bello~ J imagenes, y provocar hechizo, suspiros, arn nia, gusto, sonrisas, deseo de querer mds, de Me petir, de decir; “jAh, es esto!” o “7Oh, es aque- Ilo!”, de necesitar leer de nuevo para enterarse mejor, para comprender alld en el fondo o des- -en la primera o en la segunda cubrir algo que lectura- no fue percibid e incluso querer guardar ~de un modo especial- palabras que abrieron las puertas de la comprensién de un mundo magico y sabio (que no se intuia, imagi- naba o percibia que era asi...) Necesidad de la formacioén Es importante que Jos maestros se preparen para de- sarrollar una Jabor eficaz como promotores de la poesia entre sus estudiantes. Sisu formacién académica no tu- vo en cuenta esa necesidad de conocer a fondo la litera- tura para nifos, de tener una informacion amplia sobre sus géneros, tendencias y autores més representativos, se impone que tome medidas al respecto. arse con las herramientas nece- tre todo lo que se escribe y publica para el publico infantil, aquellos textos poéticos de verdadera calidad artistica, que merecen ser difundi- dos entre los nifios y conocidos por ellos. Porque como dice un viejo adagio, “de buenas intenciones esta empe- drado el camino hacia el infierno”: de nada valen los propésitos loables, el deseo del profesor de fomentar en lectura, si 20 sus discfpulos el gusto por la poesia y su puede distinguir entre un texto meritorio y un bodrio. Para reconocer qué es lo mejor, lo realmente valioso, Sao Paulo, El docente debe arm sarias para seleccionar, en! 65. Abramovich, Fanny, Lif a 5 y, Literatura infantil: gostosuras & bobices, Scipione, 1985, p.95. Traduccién libre de los autores. Escaneado con CamScanner dentro de las letras destinadas a la infancia, hay que es- tar “entrenados”. El gusto estético y el conocimiento li- terario no son innatos, se cultivan, se forman ~y el gus- to y Jas referencias literarias de los profesores de hoy gon, en buena medida, resultado de lo que sus maestros les dieron a conocer cuando ellos estudiaban en la es- cuela primaria. Sobre este punto escribid Maria Elena Walsh: El maestro, como todos, tiene que encontrar su cami- no, un poco a tientas, buscando materiales que le produzcan. placer, compardndolos con las grandes obras, formando su pequeria porcidn de cultura des- vinculada de utilitarismo diddctico. El maestro puede haber descuidado la formacién de su propio gusto estético, no tener nocion clara de los valores, cosa que no es pecado irreparable mientras se sien- tan realmente deseos de superarlo.66 El maestro debe proponerse conocer mejor la literatu- ra para poder actuar como mediador entre ella y sus alumnos. Si se siente preocupado por estas cuestiones es conveniente que asista a cursos y talleres, consulte re- vistas y libros especializados que le brinden orientacién, busque asesoria, acuda a las bibliotecas para leer aque- llas obras fundamentales que no se encuentren al alean- ce de su bolsillo. Y que cultive su propia sensibilidad. No es preciso que se transforme en un especialista en métrica y en tropologia. Bastard con que lea, pida orien- tacién en entidades competentes y se mantenga infor- mado acerca de los mejores titulos y autores de la lite- ratura infantil. Con el propésito de contribuir a ese pro- 86. Walsh, Maria Blena, “La poesia en la primera infancia’, en Desveniu/ en el pais Jardin de Infantes, Buenos Aires, Espasa Calpe, Seix Barral 995. Escaneado con CamScanner SSNON O. Rodrigue Rodrigue, ceso personal de formacién, hemos incluido en este Jumen dos anexos: una pequefia antologia con texto, Vo- mas de cuarenta autores representativos de Amoi? Latina y un “ment” de titulos de poesia infanti] quese presalen por sus valores estéticos. Citando de nuevo a Maria Elena Walsh, es importan- te reflexionar acerca de la funcién que le corresponde A la poesia en la formaci6n integral de las nuevas genera. ciones: “es el elemento mas importante que tenemos pa- ra hacer de nuestros nifios ni robots ni mufiecos confor. mistas) sino para ayudarlos a ser lo que deben ser: au- » 67 ténticos seres humanos Escaneado con CamScanner Caminos de la poesia Asi como cada hombre trae su fisonomia, cada inspiracion trae su lenguaye. Jose Marri! L expresién poética pucde transitar por milti- ples caminos: desde las composiciones donde lo fundamental es el juego silabico hasta las de intencion ancedétiea o narrativa; desde las expresiones que pro vienen del folelore hasta los poemas de autor de gran estilizacién, que exigen del lector un grado mayor de abstraccién y un entrenamiento para apropiar asociaciones que proponen sus imagenes e de las Hay distintos temas, distintas formas, capaces de sa- tisfacer las expectativas y las necesidades de distintos ninos, de distintas edades, de distintos temperamentos y distintos contextos socioculturales. E! éxito de la labor del mediador adulto radica justamente en ese rastreo, dentro de las multiples posibilidades que ofrece la poe- sia, para hallar el poema que puede deslumbrar a cada nino en particular. Hagamos un breve recuento de algunos de estos sen- deros a través de los cuales nos llega la poesia. Para comenzar, escindamos la poesia para nifios en dos grandes parcela: 1. La poesia de tradicién oral o folclérica. 2. La poesia de autor. 15. Marti, José, “Prélogo” de Versos libres, en Poe bana, Editorial Letras Cubanas, 1985, p. 57. fa completa, Tomo I, La Ha- Escaneado con CamScanner 26 Sergio Andricain, Antonio O, . Rodrigue, 1, La poesi La poetisa chilena Gabriela Mistral afirmab; folclore es la literatura infantil por excelencia: Poe el mucho folclore, todo el que se pucda, que sera el clore, quiera”. 16 La primera poesia con Ja que entra en a se to el nifio es la que proviene del legado folclorico desu pais, de la tradicin oral. su elacionamos, incluso, antes de aso. do, todavia en el interior del vien- ibraciones de la voz de nues- de cuna o un arrullo. ‘a de tradicién oral Con la poesia nos 1 marnos a Ja vida: cuan' tre materno, sentimos las Vv tra madre entonando una cancion jmigenio con la poesia se produce a ‘adre-hijo. Son las nanas con que E] encuentro pr ura o que le susurra para ha- relacién m través de la criati la madre duerme a su cerle sentir su carino: Este nino lindo que nacid de dia quiere que lo leven ala dulcerta. Este nino feo que nacid de noche quiere que lo dleven a pasear en coche. {Entiende el bebé el significado de estas palabras? Por supuesto que no; sin embargo, siente la musica que encierran, el ritmo y la ternura inmensa de que son por- ‘adoras. Pocas veces la poesia tendré tanta capacida de eo uunicacion como en esta experiencia profunda- e afectiva. , en: Poesia infantil, Santiago de Chile, 16. Mistral, Gabriela, “ Mistral, Gabricla, “Pasién de Editorial Andrés Bello, 1986, Escaneado con CamScanner ESCUELA Y POESIA Al respecto, ha escrito la autor: argentin: . ora T- ; gentina Elsa Bo: Las ondas sonoras de la voz materna @ través de las cuales se transmiten las nanas, Uegan a los oidos infantiles con los primeros versos ya sea para inducirlos al sueiio, para aliviarles af. gin dolor, como acomparamiento de algtin sim- ple juego de balanceo o simplemente para ale- grarlos con sus breves rimas a menudo despro- vistas de sentido, en alas de una melodia gracio- samente monotona. Los ofdos infantes las reci- ben con placer, fascinados por los sonidos, indu- dablemente mucho mds halagados que su enten- dimiento,17 Luego vendran los primeros juegos y con ellos el re- conocimiento del cuerpo como fuente de sentidos, como puerta de acceso a la plenitud del universo: Este perdié las laves, éste las encontro, éste abrid el armario, éste sacé el huevito yel picaro gordo se lo comié. En su primera infancia, la poesia es todavia algo fa- miliar, inherente al mundo del nifio. Vive la poesia cuando juega: La naranja se pasea de la sala al comedor. con cuchillo No me pinches pin-cha-me con te-ne-dor, esta infantil. Estudio y antologia, Buenos é Escaneado con CamScanner __ Sergio Andricain, Antonio O. Rog GUC? Vive la poesia cuando canta una ronda: Estaba la pdjara pinta sentada en el verde limon. Con el pico recoge la rama, con la rama recoge la flor. Con las rondas, la poesia se transformara en expre. sién de los primeros sentimientos de solidaridad, de in. con los demas nifos. En las ron. terrelacién arménica das, las palabras se vinculan con Ja musica y el movi- miento para acompanar los juegos donde el nino se pre- para para insertarse en el complicado —y a veces cues- tionable- mundo de los roles adultos. Arroz con leche me quiero casar con una viudita de la capital. Que sepa coser, que sepa bordar, que ponga la mesa en su santo lugar. Contigo si, contigo no, con esta ninita me caso yo. Vive la poesia cuando se divierte con una adivinanza que le fomulan los padres: Alto alto como un pino, esa menos que un camino. “[EL humo”, tamos Free ee tees gozoso. Y, sin percatarnos, es- olo no sélo en el conocimiento de dis- Escaneado con CamScanner meee) de los fendmenos de la naturaleza, sino tambien en el universo del lenguaje tropolégico. , Las adivinanzas se relacionan con un aspecto esen- cial de la naturaleza humana: la curiosidad. Son un re. to al desciframiento, un desafio a la inteligencia Y cat con frecuencia, metiiforas, puras, perfectas por su senci- Nez e ingenio: Dos nihas asomaditas cada una a su ventana, Jo ven y lo cuentan todo sin decir una palabra. (Los oj Flores de plata, Frutas de oro. (El naranjo) as) Una cajita chiquita blanca como la cal todos la saben abrir nadie la sabe cerrar. (El huevo) Soy un viejecito muy mal oliente, tengo la cabeza lena de dientes. (El ajo) Vive la poesia cuando intenta repetir un sonoro traba- Jenguas: En el monte hay una cobra ética, pelética, pelimpimpética, peluda, pelimpimpuda. Tiene siete hijos éticos, peléticos, pelimpimpéticos, Escaneado con CamScanner 30 ___ Sergio Andricain, Antonio O. Rodriguez peludos, pelimpimpudos. ‘Sila cabra no fuera ética, pelética, pelimpimpética, peluda, pelimpimpuda, no tendrta siete hijos é pelimpimpéticos, peludos, pelimpimpudos. cos, peléticos, Los trabalenguas le revelan al nifio las posibilida. des lidicas insospechadas que tienen los vocablos, son composiciones poéticas sonoras, a veces incohe. rentes, siempre enrevesadas, donde el juego silabico y el desafio a las dificultades de pronunciacién son lo fundamental. Dona iga, Dariga, Doriga, trompa pitariga, tiene unos guantes de pellejo de zariga, ziriga, zoriga, trompa pitariga. No desdefiemos estas formas poéticas. Apreciémos- las en todo su valor, que es inmenso, Para los nifios, el trabalenguas es un juego, si, pero un juego muy serio, como todo juego que pone en tensién sus capacidades. Como afirma la escritora chilena Maria de la Luz Uri- be: “Dominar la palabra es para el nino dominar el mundo y dominarse a s{ mismo. (...) Cuando un nino comienza a jugar con las palabras por cuenta propia gozando con los sonidos, las silabas, las onomatopeyas disparatadas, ha encontrado el camino de su propia li- bertad”.18 Si tu gusto gustara el gusto que gusta mi gusto 18. Uribe, Maria de la Luz, “La r 5 . “La magia s palabras”, en: Revista CLIJ. Bar celona, febrero de 1990, p 2 caicnnan Escaneado con CamScanner 31 Un inventario de las expresiones liricas de la tradi- por ex- I no puede excluir las retahilas: sintes' a concatenacién propia de los fenémenos de cion celencia d la naturaleza y de la vida. Ala una naci yo A las dos me bautizaron aron. A las tres me confi A las cuatro me casé A las cinco tuve un hijo. Alas seis se me ordend. A las siete canté misa. A las ocho se murié. A las nueve fue el entierro. A las diez lo supe yo. A las once subi al cielo ya las doce se acabé. Todo esto es parte de] cuerpo de la poesia, aunque a ve- ces no lo recordemos: parte esencial, estrechamente imbri- cada con los origenes de nuestra identidad cultural. “Para jugar con los trabalenguas, como con las adivi- nanzas y otras rimas infantiles, no se necesitan objetos ni instrumentos. Sdlo se necesita gracia e inteligencia, habi- lidad y destreza (...) Qué riqueza la del lenguaje! jCudnto juego hay en la enorme variedad de los vocablos, pareci- dos y diferentes a la vez, encadenados y desencadenados, segtin los vayamos diciendo versificados!”, escribié la in- vestigadora espafiola Carmen Bravo Villasante.19 Escaneado con CamScanner io Andricain. Antonio O. Rodrig Wo 0: Rodrigue en los primeros afios de vida, es au B, mun La poesia, ejercicio de libertad, parte del] intercambio ltdico con }, demas nifios y con los adultos. Es importante defende. Tr, como un elemento fundamental, la presencia de es: juegos posticos en el hogar y en el Jardin de glee Que en Jas edades mas tempranas la poesia se resid como parte de la atm! ‘era. como algo natural, poneuel tancial ala paturaleza del nino. Y también como una al. ternativa cultural: como una puesta inteligente al aluvién de Jingles publicitarios. de textos ramplones que recibe el nino a través de la radio y de la television ¥ que, sino sé Je brindan otras opciones, pueden conver- tirse en Ja unica “poesia” con la que se relacione. 2, La poesia de autor Esta segunda gran parcela incluye todas las composi- ie la creacion de un autor literario, tan- éllas concebidas de manera expresa para los lectores como otras que, sin haber sido escritas pensan- s como receptores, con e] devenir del tiempo do en patrimonio de ellos, bien por su libre diacion de adultos (padres, maestros, s, editores, etcétera). to aqui infantiles do en los nino: se han converti eleccion o por la met pibliotecarios, antélogo: diversos senderos tematicos n al nifio lector. A continua- de esos multiples caminos. Los poetas han transitado y formales en su aproximacié cién nos referiremos a algunos Poesia inspirada en estructuras y motivos de la tradicién oral tradicional o folclorica es una Que la poesia infantil gran eficacia vortiente viva, de renovada vigencia y de 19. Bravo Villasante, C : ra ne Carmen, El libro de los trabalenguas, Madrid. Monda- Escaneado con CamScanner ISCUELA Y POES! cl hecho de que muchos tas for- ni comunicativa, lo pone de reli autores contemporancos se hayan nutrido de mas pc as populares, recreandolas 0 inspirdndo ellas al componer sus ti 8 para nifios, Veamos varion ejemplos. Canciones de cuna Desde tiempos inmemoriales, las madres arrullan @ sus hijos para dormirlos, para tranquilizarlos 0 para transmitirles afe > trata de un ntal sonido no lingiiistico que se prolonga ad libitum; en otras ocasiones, son frases que improvigsan en el mo- mento 0 versos escuchados en boca de madres de gene- raciones anteriores y atesoradas en algén rinc6n de la memoria. La nana siempre con!leva un componente me: lédico acentuado por el ritmo interno y las rimas de las estrofas. El sentimiento maternal de las canciones de cuna o nanas esta reflejado en muchas de las mejores paginas de la poesia de autor para nifos. Una muestra es Ape- gado a mi, texto de Gabriela Mistral: APEGADO A Mi Velloncito de mi carne que en mi entraia yo lejt, velloncito friolento, -jduérmete apegado a mi La pordiz duerme en el trébol escuchdndole latir: no te turbes por mi aliento, jduérmete apegado a mil Escaneado con CamScanner 3a erylo AnHeai, Antonie O, KOU ay Mierdevita femblonose asumbnida de olen no te sueltes demi peeho, jdudemete apegado a tnt! Yo gue todo to he perdido ahora tiemblo hasta ef dormir No resbales de mi braze: idudrmete apesado a mil20 Otro ejemplo de nanas de andor conten contra 8 ciones de Natacha, de la eseritorn uruguay Tbarbourou, de la cual escoyemos una: POFANCO To ON. on las piozas que integran la suite L v8 CAN. Wa duana de Vu iPajarito chino de color aitil! Canta, que mi niio se quiere dormir, iPajarito chino de color punzé! Calla, que mi nino Ya se durmig.2t Pero las nanas no son patrimonio exclus mujer; también el padre arrulla y canta pa * su criatura, Aunque con me: ) lacién padre-hijo ha te ra para nifos, Bl libro El gallo pint na paternal: ivo de la n dormir nor frecuencia, esta r nido su reflejo en la lite argentino Jay 0 (1944), entre; ‘abu- ier Villafaie, en su 2 una hermosa na- 20. Mistral, Gabriel Bello, 1996, p. 98 21. Ibarbouron, dy Poesia Infantit, Santingo de Chile, Editorial Andrés de, Obras completas, Madris + Aguilar, 1968, _ Oss Escaneado con CamScanner SUELA Y POESL DUERMETE MI NINO Duérmete mi niio. Puiiadito de oro quédate dormido. Enlaza las manos, cierra los ojitos, que el Angel del suetio ya viene en camino. No verds al Angel si no estas dormido. Varita de nardo, duérmete mi nijio. El Angel del suefo a orillas del rio Junta arenas, piedras, luciérnagas, grillos, luna, caracoles, pdjaros y nidos, para hacer un pueblo con cuatro caminos, con Grboles altos, torres y molinos, plazas y faroles, puentes y navios. El vendré a llevarte cuando estés dormido. Enlaza las manos, cierra los ojitos. Silencio, silencio. El Angel y el nitio. Varita de nardo sobre el pecho mio.?2 22. Villafane, Javier, El gallo pinto, Buenos Aires, Hachette, 1978. pp. 61-63. Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, Antonio O. 36 Rondas El motivo de la ronda también es muy frecuente dentro de la poesia de autor para nifios. Un ejemplo clasico son las rondas de Gabriela Mistral incluidas en el libro Ternura (1945), como gn donde tejemos la ronda?, Los que no dan. zan, Todo es ronda, Invitacién, Ronda del fuego y Dame la mano. Reproducimos esta ultima a modo de ilustracién: DAME LA MANO Dame la mano y danzaremos; dame la mano y me amaras. Como una sola flor seremos, como una flor, y nada mas. El mismo verso cantaremos, al mismo paso bailarés. Como una espiga ondularemos, como una espiga, y nada mds. Te llamas Rosa y yo Esperanza; pero tu nombre olvidaras, porque seremos una danza en la colina, y nada més.?3 Otro escritor latinoamericano que ha dado a conocer numerosas rondas en sus libros es el cubano David Che- ricién. De su poemario Dindorindorolindo (1980) es Ronda la rueda, excelente aproximacion al caracter cir- cular y cinético de la ronda como juego de la infancia: RONDA LA RUEDA Rueda la ronda como la rueda Porque es redonda. tral, Gabriela . | Mo, 1988, aie Poesia Infantil, Santiago de Chile, Editorial Andris Be- a Escaneado con CamScanner ESCUELA Y PO! Como la rueda rueda la ronda. Como la ronda ronda la rueda. Ronde la rueda, ruede la ronda. Ronda redonda como la rueda rueda la ronda.24 Trabalenguas Son muchos los trabalenguas creados por autores de América Latina. Liberada de la tutela pedagégica y de Ja antigua seriedad académica, esta vertiente de la poe- sia infantil halla en la eufonia y en las combinaciones sildbicas su raz6n de ser. En el] libro Hl reino del revés (1963), Maria Elena Walsh incluye un sencillo trabalen- guas, concebido para nifios pequefios: CocopriLo Cocodrilo come coco, muy tranquilo poco a poco. Y ya separé un coquito para su cocodrilito.25 24. Cherician, David, Dindorindorolindo, La Habana, Editorial Gente Nue- va, 1980, p. 7. 25. Walsh, Maria Elena, Bl reino del revés, Buenos Aires, Editorial Sudame- ricana, 1985. Reeditada por Emecé, Planeta y actualmente por Alfagua- ra 2000, Escaneado con CamScanner 38 __ Sergio Andricain, Antonio La jerigonza es un caso particular de los trabalen. guas. Consiste en adicionar a cada silaba un prefijo 9 sufijo determinado para ocultar el sentido del texto y di- ficultar su pronunciacién. Estos cédigos son muy utili- zados por los nifios en sus juegos para construir lengua- jes cifrados con la esperanza de que sus compafieros 9 los adultos no los aleancen a comprender. Del libro Las torres de Nuremberg (1972), del argentino José Sebas- tian Tallon, es el poema en jerigonza Rapa tonpo cipi to- po, construido a partir de ese tipo de juego oral. Rodriguez, RAPA TONPO CIPI TOPO Sipi sepe duerpe mepe Gapa topo Lopo copo, Rapa tonpo cipi topo quepe sopo ropo epe. Pepe ropo tanpa topo quepe sopo ropo epe quepe sepe duerpe mepe Rapa tonpo cipi topo. jOpo japa lépa quepe Gapa topo Lopo copo duerpe mapa maspa quepe Rapa tonpo cipi topo!26 éTraducimos el poema a nuestro lenguaje comin y corriente? Hagamoslo, pero sélo para verificar que per- deria su elemento fundamental, el que le da razén de ser: la jerigonza, el caracter de trabalenguas. Si se duerme Gato loco, 26. Tall é i eae Sebastian, Las torres de Nuremberg, Buenos Aires, Colihue, Escaneado con CamScanner ESCUELA ¥ PCES Ratoncito queso roe. Pero tanto queso roe que se duerme Ratoncito. jOjalé que Gato loco duerma més que Ratoncito! Adivinanzas La estructura de la adivinanza ha sido retomada por numerosos autores. En su libro El grillo caminante Ja escritora cubana Dora Alo: acertijos poéticos. Cabe sefialar que, por cacia comunicativa, muchos de ell dentro del caudal del fc ‘olclore infantil y los han rial proveniente de la tradicién oral. creaciones de una voz If rar a un premio mayor quien compone adivinanzas' ezclads con €} a reparar en que son De nifio, verde. De joven, rojo. De viejo, negro. (El café) Una nifia muy lorosa moja la tierra vy abre la rosa. (La Huvia) Un arbolito de hierro que sembraron en el mar, Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, Antoni 7 Se a »finlonio O. Rodry WCeTIGUex los marineros lo arrancan para volverlo a plantar. (El ancla) Misico ambulante muy aventurero que suena su flauta en cualquier momento. (El viento)?? Pero la adivinanza también funciona, dentro de la li- teratura infantil del autor, como tema o motivo de la ex- presién poética. Tal es el caso del texto El adivinador, incluido en El reino del revés, de Maria Elena Walsh: 27. EL ADIVINADOR La seftora Nube Blanca se encontré con un senor. Le dijo: -Sos un cochino, vas todo sucio de carbon. Don Humo, muy ofendido, gsaben qué le contestd? Adivinador, adivina. Adivina, adivinador. La sefiora Doria Luna se encontré con un senor. Le dijo: -Andate viejito porque ya es tarde para vos. Don Sol, muy avergonzado, gsaben qué le contesté? Adivinador, adivina. Adivina, adivinador. Alonso, Dora, El grillo caminante, La Habana, Editorial Gente Nueva 1981. Escaneado con CamScanner AY POWSIA as La. setiora Dota Lluvia se enconird CON un Hetor. Le dijo: “No me despeines la peluquita, por favor: Don viento, muy prepotente, gsaben que le contests? Adivinador, adivina Adivina, adivinador, La seivora Dona Estrella se encontré con un. seiior. : Por pura envidia sarruinar el show, Don nubarrén, divertido, asaben que le contesté? Adivinador, adivina. Adivina, adivinador.28 Retahilas Los autores contempordneos no han podido sustraerse al encanto de las retahflas. Citemos, como muestra, el poe- ma Plenilunio del nicaragiiense José Coronel Urtecho: PLENILUNIO Una gallina en un arado puso un huevo colorado puso 1 puso 2 puso 3 puso 4 puso 5 puso 6 28, Walsh, Marfa Elena, El reino del revés, Buenos Aires, Editorial Sudamerica- na, 1985. Reeditado por Emecé, Planeta y actualmente por Alfaguara 2000, Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, Antoni puso 7 puso 8 puso 9 puso 10 puso jPuaff! La Luna.?9 Si el ejemplo anterior nos presenta una retahfla numeral creciente, en cambio la composicién Sinfin de la escritora cubana Mirta Aguirre, incluida en su obra Juegos y otros poemas (1974), es una retahila de encadenamiento de elementos que reproducen el ciclo de la vida: SINFIN De la semilla al naranjo del naranjo el azahar, del azahar la naranja. ¥ otra vez a comenzar: En semilla esté naranjo, en naranjo esté azahar, en azahar la naranja y en naranjo -jmaravilla!— la semilla de sembrar. 4Quieres que vuelva a empezar? Por Ultimo, una muestra de retahila acumulativa, es- crita por la mexicana Tere Remolina: 29. meee en Versos para colorear el mundo, antologia de Sergio Andrieain, Sones de Sina ¥ Antonio Orlando Rodriguez, San José, Costa Rica, regional de Educacié : érica y a Panama, vale ae ducacién de la Unesco para Centroamérica y . Aguirre, Mii Hi ieee va 1974, aor Juegos y otros poemas, La Habana, Editorial Gente Nue- Escaneado con CamScanner Y POESIA Es EL CIRCO QUE ViNO DE LA LUNA Este es el circo que vino de la luna Este es el pueblo donde vi el circo, que vino de la luna. Esta es la estreila, que se perdié en el pueblo, donde vi el circo, que vino de la luna. Este es Juanito, quien encontro la estrella, que se perdi en el pueblo, donde vi el circo, que vino de la luna. Esta es la casa, donde vive Juanito, quien encontré Ia estrella, que se perdié en el pueblo, donde vi el circo, que vino de la luna. Esta es la ventana, que estd en la casa, donde vive Juanito, quien encontré la estrella, que se perdié en el pueblo, donde vi el circo, que vino de la luna. Esta es la luna, que se asomé a la ventana, que esta en la casa, donde vive Juanito, Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, Antonio O. Rodrig, Guez ad quien encontrd la estrell que se perdid en el pueblo, donde vi el circo, que vino de ta luna. Pregones E] pregén es una forma de Ja tradicién oral que sirve para promulgar en voz alta y en sitios puiblicos algo que conviene que todos conozcan, Cantado 0 dicho ritmica- mente, el pregon ha sido el medio ideal utilizado por los vendedores callejeros para anunciar, de manera humo- ristica y original, las virtudes de sus productos 0 servi- cios y para invitar a su adquisicion (“Mani tostado y ca- liente/pa’ las viejas que no tienen dientes”, gritaba un pregonero ambulante cubano de! siglo XIX). Por lo ge- neral, no posee una estructura estrofica fija y su musi- ca es resultado de la creatividad del voceador. Dora Alonso incluyé en La flauta de chocolate (1980) un singular pregén: se trata de una enumera- cién de lograda musicalidad en la que, con la magia de los nombres de distintas variedades de limones, se recrean de manera magistral los cantos de los vende- dores ambulantes. FIESTA DEL LIMONERO iLimén, limén! Limon agrio, limén criollo, limon dulce, limén chino, limon persa, 31 i OP ei, Remalina, ere, El circo que vino de ta luna, México, Editorial Amaque- Escaneado con CamScanner IXSCUELA Y POESIA A a Limoncito colorado jlimon! y el limonero silue iLimon limont32 Un pregén de acentuado lirismo es el que aparece en Cantos para un mayito y una paloma (1984), libro de Ja au- tora cubana Excilia Saldai PREGON Flores, florero. Pregén y juego. Para la nifia juiciosa traigo una minima rosa. Para la nifia lucero, un girasol altanero. Para la nifia coqueta, una pequena violeta. Para la del pecho abierto le traigo un clavel despierto. Para la que no reposa le traigo una mariposa. Y para la que me espera consegui la primavera. Flores, florero. Pregon y juego.33 32. Alonso, Dora, La flauta de chocolate, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1980, p. 94. 33, Saldafia, Excilia, Cantos para un mayito y una paloma, La Habana, Unién, 1984, p. 29. ili Escaneado con CamScanner eomnio Andric i ' 46 Sergio Anc ricain, Antonio O. Rodriguez Villancicos Hl yillancico es una yariante de la cancidn tradicional e caracteriza por la presencia de Por lo general, son poemas i acristiana relaciona- de motivo navideiio, que se © un estribillo entre sus est rofa: que refieren. aspectos de la ha : i dos con el nacimiento del Nino Jestis: la Virgen Marfa y San José, la visita de los Reyes M 1a presencia de los pastores Y de los animales en el pesebre, la estrella de Be- Jén, etcétera. La rica tradicion de villancicos Hega a Amé- rica Latina como parte del legado cultural hispénico. Mu- chos autores Jatinoamericanos contemporaneos han eseri- to villancicos ©! jzandolos en un entorno nacional especifico. Muestra de ello son algunas de las composicio- nes reunidas en el libro Nanas (1945), de la escritora puer- torriquena Ester Feliciano Mendoza como Nana de los Re- yes Magos: NANA DE LOS REYES Macos Esta noche los Reyes vienen bajando por caminos de leche y coco rallado. jColorin! ;Colorado! Gaspar es caballero de potro blanco. Baltasar es jinete de potro zaino. jColorin! jColorado! Al balcén de mi pecho Escaneado con CamScanner ESCUBLA Y DOESIA. AT jColorin! ;Colorado! Que dejen ami nino los Reyes Magos, una eterna sonr del sc Vino Santo, jColorin! ;Colorado!4 La salvadorefia Claudia Lars también incluye va- rios villancicos en su libro Escuela de pdjaros (1955). En el titulado Rondela, recrea el espiritu de la fiesta familiar navidena, la alegria que rodea 5 preparativos, la atmésfera de paz y de afectividad tipi- ca de esos dias. RONDELA Lucila con su falda de rosas de percal, y entre brillos nocturnos su pelo de azafran. iAy, ay, Ulegé la Navidad! Amelia con guirnaldas de sonante coral; morena y nada mas. iAy, ay; corales a bailar! El tiempo en los tacones Ta estrella en el dedal, y en finas tarlatanas Escaneado con CamScanner a Sergio Andricain, Anton, n. Antonio o, 2 Rory, iAy, ay, le las horas que se van! Por cielos pequenitos, por cielos de humildad, pasmados querubines con la luna detras. iAy, ay, es noche de rezar! Violines de la ausencia, violines de verdad; campanas iniciales, campanas sin edad. iAy, ay, qué musica de paz!*> Otras estructuras provenientes de la tradicién oral han sido exploradas por los autores de poesia infantil: coplas, romances, fabulas, refranes, conjuros... Es posi- ble que algunas creaciones que retoman y actualizan formas y contenidos populares sean, con el transcurso del tiempo, asimiladas por la corriente folclérica. Pero eso esta por ver... La poesia como juguete Toda la poesia es juego, asi se encarga de explicar- lo el filésofo e historiador holandés Johan Huizing® ..en su ensayo Homo ludens cuando insiste en la nece- de liberarnos de la idea de que la poesia cumple a funcién estética. “La poesia —afirma— nace lego y como juego”. E incluso en sus origenes ‘este juego se mantiene constantemente en Ja de la alegria desatada, de la broma y de la di- laudia, Escuela de péjaros, San Salvador, RHD Editorial, 1987, PP. Escaneado con CamScanner ESCUELA Y POESIA version”. Y afiade: “Todo lo que es poesia surge en el juego: en el juego sagrado de la adoracién, en el juego festivo del cortejar, en el juego agonal de la fanfarro- neria, el insulto y la burla, en el juego de la agudeza y la destreza”, para preguntarse de inmediato: “En qué medida se conserva la cualidad lidica de la poe- sia al paso que la cultura se va desarrollando y com- plicando?” Su respuesta es la siguiente: “En la medi- da en que la cultura se desenvucive espiritualmente van ensanchandose los campos en los que apenas si se percibe el rasgo liidico, y ello a costa del campo en que el juego tiene espacio libre. La cultura, en total, se ha- ce mas seria, la ley y la guerra, la economia, la técni- ca y los conocimientos, parecen perder su contacto con el juego. Hasta el culto, que antes encontraba en la ac- cién sagrada un ancho campo para su expresién lid ca, parece tomar parte de este proceso. Y, entonces, s6- lo queda como baluarte del juego espléndido y noble la poesia”.36 Sila poesia es el reflejo del juego, como nos sugiere Hui- zinga, puede parecer redundante que hablemos de poe- mas-juguetes. Sin embargo, al emplear esa denominacién nos referimos especificamente a aquellos versos para nifios que proponen una clara invitacién al juego y ala diversion, un regocijo hidico manifiesto, por encima de cualquier otra funcién. La poesia puede ser puro divertimento cuando, como expresaba el escritor mexicano Alfonso Reyes, “no se diri- ge a la raz6n, sino mas bien a la sensacién y a la fanta- sia”37. Este juego sonoro alcanza su expresién mas totali- zadora en las composiciones para las que Reyes acuiié la 36. Huizinga, J., Homo ludens. El juego y la cultura, México, Fondo de Cultu- ra Economica, pp. 185-208. : 37. Reyes, Alfonso, “Las jitamjéforas”. En: La experiencia ‘Wari at F,, Fondo de Cultura Econémica, Coleccién Popular, 1993, P. literaria, México, D. Escaneado con CamScanner denominacion jifa! 2, utilizando una de las contenidas en un psema del cubano Mariano Brees Filiflama aiabe cundre ala alaltinea aitfera alveolea jitanjafora liris salumbra salifera. Olivia oleo olorife alalai cénfora sandra milingitara girdfara zumbra ulalindre calandra.°§ En las jitanjaforas no hay sentido, sino sélo misica, re- gocijo fénico; son versos que, retomando a Reyes, devuel- ven a Ja palabra “sus captaciones aldgicas y hasta su valor puramente acustico, todo lo cual estamos perdiendo, como quien pierde la sensacion fluida del agua tras mucho pisar en bloques de hielo”.39 Hay muchas maneras de jugar con las palabras. Poe- mas-juguetes hay muchos y los mejores son portadores de un ingenio y de una agudeza para interrelacionar concep- tos y palabras verdaderamente admirables. Asi lo confir- ma este texto del cubano David Cherician proveniente de su libro Rueda la ronda. RONDA DEL ENREDO El pez en el aire, el ave en el mar... Aqui hay algo raro, nO sé qué seré, -Citado ¢ 7 de Cute g ePeriencia L Hom Tage mntiten, Coleccion Pope tagee eee. Fone iT , p. 185. Escaneado con CamScanner El ave en el agua, el pez a volar... Esto no funciona, Aqui algo anda mal. Y creo que falta. équé me faltar No hay otro camino: volver a empezar. El ave en el aire, el pez en el mar— jahora st lo dije como es de verdad! ¥ lo que faltaba no puede faltar: la tierra -la tierra, que es otro lugar. Ahora esta todo -todo y algo mds: itt y yo por aire, la tierra y el mar!40 Dentro de esta categoria, consideramos ademas los poe- mas de cariz absurdo o disparatado, humoristicos 0 burles- cos, que tienen como propésito divertir a través de perso- najes o situaciones fantdsticas o sin sentido. Tal es el caso de muchas creaciones de Maria Elena Walsh, entre ellas los limericks reunidos en Zoo loco (1964): yqué sucede a esa Lombriz te infeliz, muy infeliz? s no le pasa nada, |, Rueda la ronda, La Habana, Editorial Gente Nueva, Escaneado con CamScanner Una senora de Samborombgn fe ensenaba a lad fas como en v decia miau, CPO Que no estudiaba Iq leceién At A poesia narrati a Existe la poesia que tiene el anécdota, de contar una hist esencialmente narratiy de poesia narrati versificado, Propésito de oria, cuyy a. Distinguimos dos : la poesia Mecdétieg Poesia anecdotica Anécdota —nos dice el diccionario~ es el rel lato breve ge un hecho curioso que se hace como ilustr: acién, ejemplo o CANCION DE La FLoR DE LA HARINA La gatica negra Se metis en la bolsa de harina » Salis convertidg fy ne blanca colombing, El gatico negro ons Aires, Editorial Sudamericant. ra 2000. “meee, Planeta y aetnalmente Por Alfaguara 20 Escaneado con CamScanner ELA Y POESL tambtin se mets, y salté convertido en un blanco pierre: Vino un y tocd su guitarra vino un pajarin y tocd su violin vinieron las flores YY repiquetearon todos sus tambores de colores. Y ahora bailan ala luz de la luna Pierrot y Colombina una danza muy fina ye zatuna, iViva la flor de la harina!*? O esta otra, de la escritora Dora Alonso, tomada de su libro Palomar (1979): TITIRITERA ‘n titere campesino sa sembro junto a su cd semillas de pino blanco, di framboyan y limon. Al llegar la primavera el pino dio, Juguete el framboyan cascabeles y pajaros ef limon y Manacenda d ti, Mabel, Antologfa y co- wenos Aires, Kapelusz, 1962, p. 296 g, La Habana, Editorial Gente Nueva, 198! Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, Antonio O. Rodri lez a No puede decirse que los textos citados de May, cau y de Dora Alonso sean cuentos en ae ‘itos para ser catalogados come n presentes elementos Propios Hortensia L: c so: no reinen los requis: tales; pero en ellos esta de la anécdota (personajes, escenarios, un acontecer mj. nimo en el tiempo y en el espacio) que permiten incluir. -o de esta vertiente de caracter narrativo, Jos dentr te, constituyen ejemplos de poemas anecdé- ticos El mundo al revés, de la chilena Marta Brunet, y Las memorias de Manuela, de Eliseo Diego, incluidos ae Ja breve antologia que pone fin a este libro. Igualmen Cuento versij ‘ficado En los poemas que forman parte de este segundo gru- po, la estructura propia del cuento (introduccion-udo-de- senlace) esta presente de manera mas explicita y clara, siempre enriquecida con los recursos propios del lenguaje poético: la métrica, Ja rima y los tropos. De esta manera, el autor construye un poema-cuento que describe personajes y ambientes, que en ocasiones da cabida al didlogo, expone voluntades encontradas que generan un conflicto y, como conclusién, lo resuelve. La variante del cuento versificado ha sido muy transitada, con resultados bien disimiles, en la poesia infantil. Se trata de un camino que conduce, con frecuencia, a versos ramplones, mal hilvanados, que refie- ren una historia, s{, pero en los que la poesia es la gran au- ie ou embargo, no faltan joyas que enaltecen esta mo- lalidad. : Ejemplos clasicos de cuentos en verso, dentro de la li- rica hispanoamericana para nifios del siglo XIX y pri- ita del XX, son Rinrin Renacuajo, del colombia- oa posetan auaece Los zapaticos de rosa, de José Marti, a ee rita ebayle, del nicaragiiense Rubén Dario: os paradigmaticos por su belleza y originalidad. Escaneado con CamScanner EESCURLA PORSIA 55 Otros buenos ejemplos, ya mas cercanos en el tiempo, son El pollo Chiras, de\ colombiano Victor Eduardo Ca- ro, y Mabula de la ratoncita presumida y Las lombrici- tas, del venezolano Aquiles Nazoa. Recordemos, a manera de ilustracién, dos de las com- posiciones mencionadas, La primera de ellas es un rela- to con final abierto sobre el ingenio con que un picaro se libra de la muerte; mientras que la segunda narra, de forma sintética, la “saga” de una familia de lombrices. EL POLLO CHIRAS Esto dijo el pollo Chiras cuando lo than a matar: “Dése breve, mi senora, ponga el ayua a calentar; Un carbon eche a la estufa y no deje de soplar, que nos va cogiendo el dia y el senor viene a almorzar.” “Pero escticheme una cosa que le quiero suplicar: El pescuezo no me tuerza como lo hace Trinidad.” Hay mil medios mas humanos de dormir a un animal y de hacer que el sueno dure por toda la eternidad. “Cumpla, pues, buena senora mt postrera voluntad y despdcheme prontico sin dolor y sin crueldad”. Escaneado con CamScanner argue, La seiora que era dama de extremada caridad se quedé muy confundida al oir lo dicho atras. Estudié el asunto a fondo, consulté una autoridad se leyé varios volimenes en inglés y en alemdn; compré frascos, ingredientes, un termémetro, un compas, dos jeringas hipodérmicas y no sé qué cosa mds. Y en ensayos y experiencias con tubitos de cristal, yen lecturas y consultas todo el tiempo se le va. Mientras tanto el pollo Chiras canta alegre en el corral: “Dese breve, mi seriora, ponga el agua a calentar...” Victor Epuarpo Caro# ‘Las LOMBRICITAS Mientras se ofa desde una rosa la deliciosa marcha nupcial que con sus notas creaba un ambiente lercedes, Poesia col Tot sia colombiana, Coleccién ICBF de litera Escaneado con CamScanner ESCUELA Y POESIA 57 completamente matrimonial dos lombricitas de edad temprana, cierta mahana del mes de abril solicitaron en la pradera al grillo, que era Jefe civil. Al punto, el grillo con dos plumazos até los lazos de aquel amor. Las lombricitas se apechugaron y se mudaron para una flor. Tras una vida dulce y risuefia, con la cigtiena las premis Dios. Y cuando abrieron las margaritas, las lombricitas ya no eran dos. La primorosa recién nacida pasé la vida sin novedad. Y al cuarto dia de primavera ya casi era mayor de edad. Escaneado con CamScanner Sergio Andricain, Antonio o. Rod, 58 rigue, Quiso ir entonces auna visita, y su mamita le dijo: -jNo! Mas de porfiada, galié a la esquina yuna gallina se la comid. Aquiles Nazoais Por estar tan proxima al universo de los cuentos, |g poesia narrativa (tanto la de caracter anecdoético como el relato yersificado) resulta familiar y de facil ganancia para los nifios. Debe ser presentada a ellos, entonces no sélo para disfrutarla “per se”, sino como un puente de transito hacia el conocimiento y disfrute de otras mani- festaciones liricas de mayor exigencia, complejidad y grado de abstraccion por los recursos composicionales y tropoldgicos utilizados. La poesia lirica Para hablar acerca de esta categoria, utilicemos a modo de introduccién un poema incluido por el autor ve- nezolano Manuel Felipe Rugeles en su obra /Canta, Pi- rulero! (1950): PRIMAVERA, Olor de la primavera en el huerto de mi casa. Olor de frutas maduras y olor de miel de la cafia, 45. Nazoa, Aquiles, Universidad Ce: Obras Comple: tral de Voreeie Valumen Il. Papeles iricos, Caracas Escaneado con CamScanner ESCUELA Y POESIA ‘9 Olor de la rosa nueva y olor del jazmin de plata Olor de tierra con Huvia y olor de brisa que pasa Todos los voy percibiendo en la luz de la matiana.“ A diferencia de las vertientes anteriores, en el texto de Rugeles no encontramos ni la voluntad lidics del rejuego sonoro ni un contenido ne rrativo. Se trata de una muestra de poesia subjetiva, alusiva, hecha de sensaciones y emocio. nes, de puras sugerencias. I] poeta percibe el mundo me. diante el sentido del olfato, pero, por una deliciosa sineste: sia, se apropia de los olores a través de la luz, de lo visual. Es en estos textos —que por lo general no cuentan ni explican, sino que insintan, testimonian, inquictan— donde, a juicio de Georges Jean, “lo poético resulta de una especie de fulguracién instanténea”. En su criterio, “ese tipo de poema condensa, en el tiempo de un relam- pago, un universo lentamente recorrido”.!7 A medida que el niio madura emocional y psicolégi- camente, a medida que desarrolla su capacidad intelec- tual, es recomendable propiciar su relacién con expre- siones liricas que amplien la nocién de poesia, con tex- tos no asociados al juego o a la narracién. Hay que en- frentar al nifio, de manera progresiva, con otras posibi- lidades: con creaciones que pueden, incluso, desechar la rima y explorar las posibilidades del verso libre. Compo- jones subjetivas, que no narran, sino que revelan o fanuel Felipe, ;Canta, Pirulero!, Care lvSRL, Caracas, 1998. senderos de la imaginacién infantil, México, D. F. ndmica, Breviarios, 1990, p. 98 , 1950. Reeditade por Fon- Escaneado con CamScanner 60 Sergio Andricain, Antonio O, Rodrigny (Juez stimonian impresiones, estados de ay animo, emociones 0 sentimientos. Piezas, pol ejemplo, come nino, del libro Dias de aire (1982), del poeta cubano A: ‘ i re nei : ra. mis Quintero, UD texto de gran senc illez formal, pero a + Pero rj coen sugerencia afectivas y plisticas: aluden; que t EL PINO un pino alla en la playa, Crecio y solo. finoy verde y alto Mas alld, pasan y pasa” barcos, aves, nubes de or Todo lo que suena UN Pino, y lo que soniamos todos.*® Lo anecdético en las composiciones citadas en este acapite es desplazado por la pintura de un instante, de una experiencia cotidiana (el disfrute de los olores del campo) 0 de un paisaje de gran sensorialidad (la imagen } de un pino solitario en una playa), que se comparten ge- nerosamente con el lector. 3. gPoemas claros y poemas oscuros? Un intento de agrupacién de los textos presentados al hablar de los caminos expresivos de la poesia infantil po- dria llevar a algunas personas a clasificarlos come poemas clares y como poemas oscuros, 0, para decirlo utilizando rE eres como poemas faciles y como ria de los ae a ceptdramos esa division, en Ja cates” dos los eT 0 faciles’ pudieran quedar inclui- plicitamente hidico y is tradicién oral, los de carécter narrativos. En el segundo conjun- 48: Quintero, Aram #6 Quintero, Aramis, Dias de aire, La Habana, Editorial Gente Nuev® 1982. Escaneado con CamScanner ESCUELA Y ! 61 to, el de los “oscuros dificiles” i te de la produccién de pots ae ans Pero, jcuidado!, una escisidn de esa clase resulta mt peligrosa pues al agrupar los poemas en uno u otro ando, se corre el riesgo de ser esquematico o de incurrir en este. reotipos y preconceptos. Una tipologia de esa naturaleza —fundamentada en algo tan subjetivo como la “facilidad” o “gificultad” de la posible recepcién del texto por los nifios-, ademas de ser riesgosa y facilista, carece de sentido. , La poesia no debe dividirse en clara u oscura, en facil o dificil. En caso de hacerlo, se estara conspirando contra el] encuentro de los jévenes lectores con las zonas mas li- ricas (y exigentes) de la poesia. E] hecho de que un texto literario sea retador, complejo, de que su desentrafia- miento y apropiacién exija una cuota mayor de creativi- dad, de sensibilidad y de esfuerzo intelectual por parte del receptor, no debe ser motivo para cuestionarlo y cen- surarlo. Para los nifios, todas las vertientes poéticas enu- meradas deben ser validas siempre que, en ultima ins- tancia, mas alla de sus peculiaridades tematicas o forma- les, se trate de verdadera y auténtica poesia. Con frecuencia se objeta que la poesia con mayor acen- to lirico, la de versos impresionistas y evocativos, no es “comprendida claramente” por los nifios. E] término com- render puede ser muy relativo y el de claridad, mucho alin. Pero, bueno, en el supuesto caso de que estimara- e determinado poema no es de “clara comprension” leterminado grupo de nifios, 4es ese UD impedimento someterlo a su consideracién? {Acaso la unica forma | de aproximarse a la poesia es Ja comprensiOn, la facién racional de sus contenidos, Ja via intelectual? sayista espafiol Juan Cervera co! menta al respecto: 3 nifios, Una mirada en- ntes indi- na leve sonrisa de lo I da son suficie rnecida o entusiasma Escaneado con CamScanner _Sergio Andricain, Antonio 0, p 7 id oo cios de una comprension cuyos limites no pog ~é mos establecer; pretenderlo podria ser ee nable intromisién ya que rozaria la intimidad del nitio. Ante la palabra creada, la ce insospechada, la expresion gratamente prendente, la llamada a la sugestién, el nifio experimenta sensaciones no por inefables me. nos reales y valiosas. Descubre ast el verdadero sentido creativo de la poesia.*9 A la poesia podemos acercarnos, también, por los cq. minos de los sentimientos, de las sensaciones, de lo que nos sugiere su atmosfera, de lo inquietante por oscuro 9 desconocido, y no exclusivamente por lo que entende- mos desde el punto de vista racional. Acerca de este t6. pico escribe George Jean: Es bueno conservar palabras, imdgenes, poemas breves, cerrados en si mismos como piedras, tesoro oscuro que puede, de pronto, un dia, abrirse, rajar- se y revelar sus estratificaciones semdntica: Y es que un poema habla no s6lo al intelecto, sino también alos sentidos y a la emotividad del nifio al apresar en el pa- pel un destello, un sentimiento, Ja vision de una figura, de un instante, de un paisaje o de una accién, tal como ocurre en es- te texto, prédigo en imagenes casi cinematograficas, prove- niente del libro El drbol que arrulla y otros poemas para ni- fios (1996), de la escritora colombiana Gloria Cecilia Diaz: AGosTo Agosto vuela con su camisa 49. Cerv , ream fa Mert infil on ta excueta, Maciid, Raitoial Cin 50. Jean, Georges, Lor sng oo P. 12H. 5, Los send / : do de Caltura Econimieg ee la ieee infantil Méxica, DF For Escaneado con CamScanner [ESCUELA Y POES de papel y su corazén de brisa. Agosto, cometa y canto, molinete, caracol de viento. Agosto, remolino de hojarasca, pluma, libro abierto. Agosto, arbol despeinado, silbo alado, quédate!51 4Es posible explicar el poema anterior? Pero, mas aun, {tiene sentido hacerlo? Si intentaramos una di- seccion racional, sus versos se nos escurririan entre los dedos; en cambio, si nos proponemos aprehenderlo con los sentidos, vivenciarlo, se convierte en una expe- riencia estética singular, unica. Ahi esta agosto, corpo- reizado en la estructura irregular de los versos; repre- sentado mediante asociaciones visuales, sonoras, tacti- les, que pueden hallar resonancia en un lector de cual- quier edad; el nifio podra sentirlo, intuirlo y, de cierto modo, comprenderlo, aunque tal vez, por ahora, no con- siga explicarlo. En la introduccién de su obra Escuela de pdjaros, la a Claudia Lars narré como, siendo nifia, tuvo su cuentro con el cuento La Sirenita, del danés , Cecilia, El dérbol que arrulla y otros poemas para niftos, Ar- bia, Conceptos Graficos, 1995, p. 31 Escaneado con CamScanner 64 Sergio Andricain, Antonio O, Roetri (...) no podia apreciarlo en su valor literam sie y riberas, de algo que era amor he gia, triunfo de la luz y vuelo hacia la bell ae quedo en el recuerdo como una imbo: rable "i cién. Para mi inteligencia de siete afles ol on mento resulta bastante confuse, pero la ies que corria por todo el relato fue como el Sésamg dbrete de una deslumbrant de mares ‘a, me e mina interia Sin embargo, esa experiencia personal determing s impronta como autora de versos para la infancia yee mas tarde, al escribir para los nifos, no tratcionariales, voz poética ni su credo artistico: aH Nadie me hallé buscando palabras que el nino en- tiende a la perfeccion, nt inventando imagenes achi- cadas al tamatio de su frente. Me hundi en la trans- en la célida humedad de los co- parencia del aire y lores terrestres; fui alegre y ¢ ycon mi alma; diye lo que sentic to y los poemas fueron brotando uno tras otro. radecida con mis ojos on cada arrobamien- 3 : “Jo oscuro” en materia de a Walsh, comenta- En relacién con “Io claro poesia infantil, la autora Maria Elena ba en una charla brindada a educadore: Otro problema que enfrentamos al referirnos ala os el de la claridad y la 0s- poesia apta para ninos zs no curidad. Estos valores debemos juzgarlos como adultos. Creo que el ntho ama especialmente lo que no entiende. Hace poco que aprendio a hablar, supone que no s6lo aprendi6 para expresar sentimicntos Y sobre todo son relativos y que san Salvador Ga uae cienne ott eaae es _ RED Eaunee at Escuela de pajaros, 53, Idem. Escaneado con CamScanner orporarla a tivo y who con- jos de ser exclu- Escaneado con CamScanner comunicacion En realida busca ble de a. guecerse; es deci visional y perfectible, nunca definitiva.>6 gran arte-no conoce y no prension suficiente, susce 2, profundizarse, afinarse, enri- ; una comprensién siempre pro- ‘A los nifios hay que facilitarles el acceso a toda bue- que para ellos ha sido concebida 0 selecciona- después —de acuerdo con us na poesia da. Ya cada quien se encargara su sensibilidad personal, con su grado de madurez 3 necesidades e inclinaciones naturales de gusto— de esco- ger esto 0 lo otro dentro de ese enorme surtido literario en el cual deben estar presentes lo pristino y lo velado, lo sencillo y lo complejo: el texto transparente, de inme- diata recepcidn, y aquél que pone en tension las capaci- dades de aprehensién, el que es portador de una belleza exigente y retadora. ee 56. Quintero, Ara: " Tatura par ainis, “La comunicacion de la experiencia estética en I lite- nitios”, En: : En julio como en enero, La Habana, N° 7, agosto Hojas de lectura, Bogota, N° 39, 1996, pp. 4-10. Escaneado con CamScanner

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