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Axel Honneth Patologias de la razén Historia y actualidad de la Teorfa Critica ‘Traducido por Griselda Marsico e— Primera edicién, 2009, (OKste Bitores Charlone 216 1425-Buenos Aires Fernén Gonzilez, 89 Bajo A 728009 Madrid worm katzaditores.com ‘Titulo dela edicin original: Pathologien der Vernunt Geschichte und Gegeawart der Kritschen Theorie (© Suhrkamp Verlag Frankfurt am Main 2007 La traduccion de esta obra se reali con el apoyo de un subsidio de Instituto Goethe que es financiado por el Ministerio de Relaciones Extriores Alemén, ISBN Argentina: 978-987-1283-89-7 ISBN Espana: 978-84-96859-49-4 El contenido intelectual de esta obra se encuentra rotegido por diversas eyes y tratados internacionales «que prohben la reproduccin integra oextractada, realizada por cualquier procedimient, que no cuente ‘on la autrizacin expresa del editor. Diseto de colecién: tholén kunst Impreso en Espafia por Romanya Valls S.A. (08786 Capelades Depésito legal: B-S2:309-2008, indice 7 Nota preliminar 9 La ineludibitidad del progreso La definicin kantiana de la relacién entre moral e historia 27, Una patologia social dela razén Sobre el legado intelectual de la Teorfa Critica 53. Critica reconstructiva de la sociedad con salvedad geneal6gica Sobre la idea dela “critica” en la Escuela de Frankfurt 6 Una fisonomia de la forma de vida captalsta Bosquejo de la teoria social de Adorno 85 La justicia en ejecucion La“Introducci6n’” de Adorno a la Dialéctica negativa 101 El rescate de lo sagrado desde la filosofia dela historia Sobre la “Critica de la violencia” de Benjamin 139 La apropiacion de la libertad La concepcién freudiana de la relacion del individuo consigo mismo 159. “Angustia y politica” Puntos fuertes y puntos debiles del diagndstico de las patologias en Franz Neumann 171 Democracia y libertad interior Elaporte de Alexander Mitscherlich ala teora critica dela sociedad 179 Disonancias de la raz6n comunicativa Albrecht Wellmer y la Teoria Critica Apéndice 195. Laidiosincrasia como medio de conocimiento La critica de la sociedad en la era del intelectual normalizado 209. Referencias au Indice de nombres Una patologia social de la razén Sobre el legado intelectual de la Teorfa Critica Con el cambio de siglo, la Teoria Critica parece haberse convertido en tuna figura del pensamiento perteneciente al pasado. Es como sila cesura ‘meramente externa hubiera ampliado bastante mas la distancia intelectual que nos separa de los comienzos tedricos de la Escuela; suenan remotos a esta altura los nombres de los autores que para los fundadores de la Escuela todavia eran experiencia viva, amenaza con hundirse en el olvido cuéles, fueron los desafiostedricos de los que fueron sacando sus conocimientos. ‘Una nueva generacién contimtia hoy con la empresa de la critica social sin poder poseer més que un recuerdo puramente nostilgico de los aos heroi- os del marxismo occidental; desde el ultimo instante en que los escritos, de Marcuse o de Horkheimer se leyeron todavia con conciencia de con- temporaneidad han pasado ya mas de treintaafios. Las grandes ideas de la Teoria Critica sobre la filosofia de la historia tienen un aire anticuado y polvoriento, el aire de lo irremediablemente perdido, para lo que ya no parece haber caja de resonancia alguna en el mbito de experiencia de un presente cada vez mas veloz. Flabismo que nos separa de o viejo tiene que ser comparable con el que separé a la primera generacién del teléfono y ‘lcine de los ltimos representantes del idealism aleman; el mismo asom- ‘bro desconcertado con el que un Benjamin o un Kracauer tal vez hayan ‘contemplado la foto del wltimo Schelling invadiré hoy a una joven estu- diante que se topa en la computadora con una foto del joven Horkheimer en el interior burgués del imperio guillermino. ‘Asi como en la fisonomia de los rostros que se han vuelto extraiios se reflejan las huellas de experiencias perdidas, con mayor intensidad aun, se reflejan en ls premisas yas construcciones intelectuales los presupues- tos de la época pasada. La Teoria Critica, cuyo horizonte intelectual se formé especialmente en el procesamiento de la historia del pensamiento ceuropeo de Hegel a Freud, cuenta todavia con la posbilidad de conside- 28 | PaTowocins 0€ LA sazon rar la historia siguiendo el hilo conductor de la raz6n, Pero seguramente nada le resultaré més ajeno a la generaci6n actual, que creci6 con con- ciencia de la pluralidad cultural y del fin de los “grandes relatos’, que esa, fundamentacion de su critica de a sociedad en la filosofia de la historia Ja idea de una razén historicamente activa a la que se han atenido todos los representantes dela Escuela de Frankfurt, de Horkheimer a Habermas, tiene que resultar incomprensible donde ya no es posible conocer la uni- dad de una sola raz6n en la pluralidad de convicciones fundadas:y la idea ‘mis amplia de que el progreso de esa raz6n esta bloqueado o interrum- pido por la organizacién capitalista de la sociedad no despertard mas que puroasombro, porque ya no es posible ver elcapitalismo como un sistema unitario de racionalidad social. Aunque solo hace treinta y cinco attos «que Habermas, partiendo de un “interés emancipador’, fundament6 una vvez més en la historia del género la idea de una emancipacién del domi rio yla opresién, él mismo admite en la actualidad que“esa forma de argu- ‘mentar” indudablemente es parte del pasado. Los cambios politicos de las tiltimas décadas no han dejado de influir sobre el estatus dela critica de la sociedad. Con la conciencia de la plura- lidad cultural, con la experiencia de la disparidad de los movimientos de ‘emancipacién social, se han reducido bastante las expectativas respecto delo que debe y puede serla critica. En general prevalece un concepto libe- ral dela justcia a cuyos crterios e apela para identificar normativamente las injusticias sociales sin pretender explicar todavia su inserci6n institu- cional en un determinado tipo de sociedad; donde este procedimiento se percibe como insuficiente, se apela a modelos de critica social copiados del _método genealégico en el sentido de Michel Foucault o dela hermenéu- tica critica al estilo de Michael Walzer.* Pero en todos estos casosla critica yanosseconcibe como forma de reflexién de una racionalidad quea su ver 1 Jrgen Habermas, “Nach dei Jahren: Bemerkungen 2u Erkenatnis und TInteresse" en Stefan Maller-Doohm (ed), Das Ineresse der Vernunf, Frankfurt/M., 2000, pp. 12-20, agu: p12. 2 Respecto del critica de a sociedad en el sentido de Foucault cf. modo de «ejemplo James Tl, Political philosophy as critical activity’ en Political Theory, vol. 30, 8° 42002, pp. 533535; continuando con esa clase de motivos, Martin Saar ha presentado una monografa sumamenteconvincente en su Genealgie als Krii. Geschichte und Theorie des Subjelas nach Niet2che und Foucault, FrankfurtM/Nueva York, 2007. Sobre Michael Walzer, cf. su Kritik und Gemeinsin, Berlin, 3990 [trad esp. Iterpretacin ycitia social, Buenos Altes ‘Nueva Visi, 1993) En "La iiosincasia como medio de conocimiento. La critica dela sociedad en la era dl iteletual normalizado’ en el presente volurnen, he intentado desarrollar una ctitica de ese modelo de citica social UWA PATOLOGIA SOCIAL OF LA RAZON | 29 aforismo 16 (p. 2) lla citacorresponde ala edcién en espaol: Minima Moraia. Refleciones desde la vida daiade, Madrid, Taurus 2987, p29] 15 iden especial ls forismosn (pp. 40.15 (pp. 48 ys), 21 (Pp. 6a 38.) 10 (pp. 32 ys); sobre este motivo, cf Martin Seel,"Adornos konterplatve thik, Philosophie. Eine Kolumne’,en Merkur, Ne 63,2002, pp. 512518 36 | PaTOLOGIAS DE LA RAZON tica se ajustan por su misma definicin a acciones cuya ejecucién requiere tun grado de coincidencia intersubjetiva mayor que el que se admite en el liberalismo: para poder cooperaren pie de igualdad, para interactuaresté- ticamente, para poder ponerse de acuerdo lbremente, es necesario com- partirla conviccién de que la actividad en cuestin tiene un valor que puede llegar a justificar que se posterguen los intereses individuales. En ese sen- tido, en la Teoria Critica se presupone un ideal normativo de sociedad que es incompatible con las premisas individualistas dela tradici6n libe- ral; al contrario, tomar como orientacién la idea de una autorrealizacion cooperativa incluye que los sujetos no podtén alcanzar una vida lograda enla sociedad si no han reconocido detrs de sus respectivos interesesindi- viduales un ntcleo de convicciones de valor compartidas La idea de una “comunidad de seres libres’, que Horkheimer formula ya en su articulo sobre “Teoria tradicional y teoria critica’® constituye el leitmotiv norma- tivo dela Teoria Critica incluso en los casos en que se evita rigurosamente el concepto de “comunidad” por su abuso ideolégico. Sicontinuamos con este razonamiento, podria surgi ficilmente la impre. sin de que el interés normativo de la Teoria Critica coincide con el del “comunitarismo”.” Pero asi como se distingue del liberalismo por tomar ‘como orientaciOn un “universal” de autorrealizacién, de la idea comuni- taristala separa el hecho de que ese universal esté prendido ala raz6n. Nin guno de los autores que forman parte dela Teoria Critica abandoné jamés la idea hegeliana de que la praxis cooperativa, y con ella los valores com- partidos, deben poseer un cardcter racional la gracia del enfoque esta justamente en ver la autorrealizacién individuel ligada al presupuesto de tuna praxis comiin que s6lo puede ser el resultado de la realizacién de la raz6n. Lejos de entender el vinculo con valores generales como un fin en simismo, para los representantes della Teorfa Critica el establecer una rela- cién de cooperacién tiene lafuncin de incrementar la racionalidad social: de otro modo no se comprenderia por que cada forma de praxis ala que se apunta debe ser siempre el resultado de una racionalizacién social, ni se comprenderia por que el estado negativo del presente tiene que ser siem- pre expresion de una falta de razén. A diferencia del comunitarismo, la ‘Teoria Critica somete lo universal, quela cooperacién social encarna y rea liza al mismo tiempo, a las pautas de una fundamentacién racional; por- ‘que por diferentes que sean los conceptos de raz6n que se han utilizado de 16 Max Horkheimer,“Traditionelle und kritiche Theorie p. 91 17 Sobre el"comunitarisma'cf. Axel Honneth (ed), Kommunitarismus. Eine Debate tbe die moralschen Grundlagen moderner Gesellichafien, Frankfur/M., 1993. UNA PATOLOGIA SOCIALE (A RAZON | 37 Horkheimer a Habermas, todos ellos en definitiva culminan en la idea de {que la consagracion ala praxis liberadora de la cooperacién no se dard por el vinculo afectivo, por los sentimientos de pertenencia o de coincidencia, sino por una comprensiOn racional En consecuencia, la tradicin de la Teoria Critica se diferencia del libe- ralismo y del comunitarismo por un perfeccionismo ético de indole sin- gular: a diferencia de lo que ocurre en la tradici6n liberal, la meta norma- tiva dela sociedad tiene que consistir en posibilitarse mutuamente la autorrealizacion, pero encomendarseaesta meta se concibe como el resul- tado fundado de un andlisisespecifico del proceso de formacién del ser humano. Como sucede ya en Hegel, también aqui parecen confundirse los limites entre descripcion y prescripci6n, entre mera descripcién y fundamentacién normativa; la explicacién de las circunstancias que han ‘bloqueado o parcializado el proceso de realizacion de a razén deberd poser por si misma la fuerza racional para hacer que los sujetos se convenzan de ‘generar una praxis social de cooperacién. La perfeccién de la sociedad que tienen presente todos los miembros de la Teorfa Critica debe ser el resul- tado, segiin la concepcién que comparten, de una ilustracién por medio

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