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RALPH ROEDER HACIA EL MEXICO MODERNO Porfirio Diaz I ao FONDO DE CULTURA ECONOMICA México Primera edict, 197 D. R © 1975, Foxvo pr CurTura EcoN6wice ‘Aw. de la Universidad 973, México 12, D. F. Impreso en México A dos presidentes eminentes que im: pulsaron el desarrollo del México moderno sin berir a su patria ‘Avouro Lérrz MATros z. Gustavo Diaz Oxpaz el autor se permite dedicar este frag- mento de la historia mexicana Con la muerte de Juitez se abrié otra etapa en el desarrollo de México, no menos duta que Ia conquista de las reformas de In independencia nacional, De esta nueva etapa tan dificil, dedicada al progreso ma- terial y a la modernizacién de México, que costa la nacién aque se estaba formando la suspensién y casi la pérdida de muchas de las conquistas mis trascendentales de ta época de Juicer, el héroe epinimo fue Porfirio Diaz. politicas y Ia rcivin RALPH Rorper americana pi (éxico, La Co después, pretendia si evista al pres 2, pero el reportaje pasd a la anes, En primer lugar, el presidente Diaz vex con franqueza a la prensa de su propio pais, y ‘rivilegio concedido al extranjero era uno mas de los muchos triunfos alcanzados ya por la iniciativa norteamericana en México. lo et grande hombre del mundo con toda finquezs por conduco de Par titod dearteglosprevios, Mr. J. Creelman foe a io en el Castillo de Chapultepec Taro especiales oportunidas de fn con el presidente Diaz y expesa con pean claridad el ‘imprsonante contrat te ever ¥ auCTtCO BO- biemo ys tito since al iden democrtcn, En segundo lugar, la entrevista dio a conocer en exclusiva la primera noticia de un suceso politico trascendental, y el reportero tecibié el crédito merecido. Por conducto de Mr. Creelman, el Presidente anuncia su invariable resolucién de retirarse del poder, y predice para México un fururo pacifico bajo El reportaje se revistié de valor historico, porque en el curso de paversacidn el general Diaz se dignd defender su dictadura y anticipar al periodista norteamericano su abdicacion a favor de la dlemocra que no carecian de cortelacion, ron a fundamentar en gran parte a la causa de la fevo- ue sobrevino dos afios mis tarde, Huelga decir que el origen de la revolucién se remontaba a una época muy anterior a la entrevista; pero la entrevista hizo época al Proporcionar al lector —entonces y ahora— un punto de vista pa- ‘norimico desde el cual resultaba posible entrever los motivos, apre- s consecuencias de Ia dictadura de 1 el general Diaz. Tocando todos R HACIA EL MEX! estos puntos, tador reconocido, ef general Di demécrata convencido; y no jugaba con paradojas. Es una equivocaci6n suponer que ef futuro de la democracia en Mé zxico haya peligrado por la permanencia en. funciones, de un presi dente durante un largo periodo de tiempo —dijo con ealma—, Puedo deci con toda sinceridad que el ejercicio del poder no ha corrompido mis ideales politicos y creo que fa democracia es el fnico principio iadero, sunque cn Ia prictca slo sea posible temente desarollados, que el mismo criterio no era aplicable a un pueblo tan desarrollado como teamericano yy tan atcasado como el suyo, el Presidente afia Puedo abandonar Ja presidencia de México sin el menor tenor; eto no dejaré de servir 4 mi pais mientras viva Creelman le invit6 a seguir sincerindose. <@Sabéis que en los Estados Unidos estamds agitados con In cesion de elegir al presidente para un tercer periodo? na de la reelecci6n de Teodoro Roosevtl 1 reelecto ya seis veces, Ia pregunta prover? ‘Sontié y poniéndose grave en seguida asintio cabeza y contesté frunciendo Jos labios. una reaceidn di lentamente cor 3€. Fs un sentimiento natural en pueblos demécratas que bemants se alternen con frecuencia, Estoy conforme con 68 imiento, Sorprendido, el periodista comunied su asombto ‘al lector. Pareciame dificil comprendet que’ estaba escuchando a. un miltat que ha gobersado a una replies sin intonapelén por mis €¢ 5% PORFIRIO DIAZ 3 cuasto de siglo con una autoridad personal desconocida aun para fos Imonatcas. Sin embargo, hablaba con ua ademin sencillo y convencido ‘como el del hombre que se siente grande y seguro sin necesidad de hipoceesas ‘Adivinando 1a duda ticita, el Presidente la desvanecié con la ‘misma sinceridad y franqueza Fs verdad que cuando un hombre nado el poder por largo tiempo, fo prot : ponga en ‘Sin embargo, hay que advert 4 lief i ¥ cambiando de tema, contest a la doble pregunta indirecta- mente. Ya no veo ninguna raz6n fundada por la que el presidente Roosevelt no pueda ser electo de nuevo, si una mayoria del pueblo americano desea que continée en el gobiemo, Creo que él ha pensado mis en su patria que en si mismo; ha hecho y esti haciendo una gran obra para los Estados Unidos, una obra que hari, ya sea que siga en el obierno 0 no, que sea cecordado en la historia como uno de los mis sgrandes presidentes. Considero a los “trusts” como un poder grande Y postivo en los Estados Unidos y el presidente Roosevelt ha tenido el valor y el pattiotismo de desafiarlos. La humanidad comprende la significacién de esta actitud y su influencia sobre el futuro. Roose- velt es considetado por el mundo como un estadista cuyas victorias han sido morales, la Tucha para rcstringie el poder de los sucblo de los Estados Unides, marca uno de los No cabe duda que Mr. ptsiota que ha comprendido y que ama a sa ‘ano por un tercer periodo me parece pot lo raza de ser. No puede haber cuestién de princ siuna mayoria del pueblo de los Estados Unidos apracba su politica y desea que continGe su obra. Esta es la cuestin real y vital: que una Imayoria del pucblo lo neceste y desee que continde en el gobiemo. que no tiene ‘esta materia, MEXICO loy de la nacién que me ha entregado su con- fianza. El hecho de que el precio de los valores mexicanos fonce puntos cuando estuve enfermo en Cuernavaca, indica adi a vencer mi inclinacién personal para retirarme a la vida privada e Homos conseevad hhemos adoptado una politica patriarcal en ta actual ae os negocios de Inc, ganda y resigieno as Populares, con una fe completa en que una paz forzada pei ceducacién y a la industria y al comercio desarrollar elementos de staid y widen un pueblo que ex por naturales its y sens if ober pacentemenie el dia en qu ef pusbo de IRE ica Mexicana estuviera preparado para escoger y cambiar sus 0% nantes en cada eleccién, sin peligro de revoluciones armadss Y s® davio para el crédito y el progreso nacionales. ;Creo que ese dis bt Iegado ya! Creelman lo miraba con atencién, “Claramente se veia que ¢ Presidente estaba profundamente conmovido, Su rostro energi® PORFIRIO DIAZ, » le como la cara de un nifio, sus ojos oscuros estaban .” Sin embargo, después de una pausa, el periodista se id poner algunos reparos, ‘Comiinmente se asegura que las verdaderas instituciones democriticas son imposibles en un pais que no tiene clase media —dijo. FI presidente Diaz se volvié hacia él dirigiéndole una penetran- te mirada ¢ inclind Ia cabeza. ¢ ahora una clase media; pero Jemento activo de la sociedad y-en todas partes. ‘Los ricos se preocupan demasiado en sus riquezas y sus dignidades al avance del bienestar general. Sus hijos no se jorar su educacién o su caricter. renesterosa es, por regla gencral, demasia ri, para su desarrollo, de los esfuerzos de Ia dase media activa, trabajadora, amante del adelanto, la cual pro- (¢ de la clase menesterosa y en menor escala sla clase media Ia que se ocupa de la y promucve ‘general, tiempos no tenfamos clase media en México porque la y energias del pueblo estaban completamente absorbidas cn Ia politica y en la guerra. La tirania y el desgobierno de Espafia hhabian desorganizado a Is sociedad. Las acti , tenido una expe: ‘iencia sin precedente en la historia de las repiblicas. Por treinta afios los destinos de esta nacién se han encontrado en vuestras manos para amoldarlos a vuestra voluntad; peto los hombres mucren mientras Las satisfecho de que su futuro esté asegu- ituciones libres? x como rep tado bajo las ACIA EL MEXICO: MODERNO sts pasiones ela base del gobierno demaceitico y es capaci es posible s6lo en aquellos que reconacen el derecho de los demis. . os indigenss, que forman mis de la mitad de nuestespoblacib, 1e0 firmemente que los principios de la democeacia ido y se desarrollatin mis aiin en México No obstante, Creelman puso otro reparo, Pero no tentis putido slguno de oposcién en la Repébli, soe Presidente, ;Cémo pueden florcee las inttuciones libres cuando 20 hhay oposicién que contrarie a la mayotia o al partido que gobiema? EL presidente Diaz no se inmut6. \tido de oposicién. Tengo ts is enemigos parecen no quer “Aprecio en Jo que vale cde mi pais; pero tan absolott aque cada dis me otro rumbo. PORFIRIO DIAZ ” Cruz6 sus brazos sobre su robusto pecho y agregé con gran énfasis. ido de oposiciéa en la Repiblica Me- ‘como una bendicién, no como un mal, y si puede desar ;, no para explota, sino para gobernar, 1o ayudaeé, lo aconsejaré y me olvidaré de mf mismo ‘Tomando la delantera, el blica con Veracniz, y ott taro. Ahora contamos con 19 entonces, tenfamos un costoso y lento servicio postal, que era con dducido en las zagas de los coches, y al hacer su trayecto entre Méxi- co y Puebla, era detenido en el camino dos y tres veces, con objeto de robar los salteadores a los pasaeros. En la actualidad, nuestro ser- vicio de correes es barato, ripido y extendido a través de todo el pais, contanda eon mis de dos mil doscientas administraciones y agencias. Los telégrafos eran en aquel tiempo deficientes; ahora tenemos en activo trabajo 45 000 millas de hilos telegrticos. ‘Comenzamos por hacer que los salteadores fuera condenados a muerte y que la ejecucia se llevara a cabo pocas horas después de ‘donde quiera de buenas vias. Por aque! Fuimos muy duros, algunas veces todo esto fue entonces necesario paral si bubo crueldades, Jos resultados las han 18 HACIA EL MEXICO MODERNO Creelman contemplaba su rostro duro, “Las ven nariz estaban dilatadas y temblorosas; 1a boca era u recta”. Fue mejor derramar sangre derramada era Teen, y piensin lo del mismo modo, Pero a Creelman se le ocurrié otra duda. 2¥ pensiis que la vasta poblacién indigena de México es capar de tun alto grado de desarrollo? La platica iba perdiendo brios y buscando otro tema pata reani- marlo, Creelman contemplaba el horizonte. Sobre Is ciudad flotaba a lo lejos el humo proveniente de vats fabccas, Es mejor que el humo del cafiéa —dijo Creelman seflindolo icd— y sin embargo, hay veces en que el humo del ex no es tan malo. Los proletarios de mi pais se levantaton pata ap ro n0 puedo olvidar lo que han hecho por mf mis camat= to, ¥ sus hij. ‘Los ojos del vetcrano estaban humedecidos por las lagrimas. PORFIRIO DIAZ » ‘otros temas mis 0 menos relacionados con el ano, Tlevado por sus reminiscencias senti- incipal y le ofrecié espontineamente la clave rice. ha Todo esto nos trae a un nto los pate li Caballeros dejindose gar las mis veces por el a También de lor indvidios ‘spera alguna recmpenst Zeémno puede un gobiemo hamano ttt de encontae cos Ui dads algo mis dsinteresdo? Bn mi juventud he tendo una dura experiencia que me ha nseiado mas coms, ei en aque tempo en 1s principios cs y cco ain on ellos, aungue lr condiciones me ban usa severas modides arn wonsrear Ia par y el des, ‘con demasiada viveza en peligro del bienestar genci 'Y asi termind, en lo esencial, la histérica entrevista. Antes de despedirse el periodista tocé algunos problemas que dieron a la conversacién el caricter y Ia calificacién de conferencia; pero para el historiador el tema principal y el tinico digno de perpetuarse, cen vista de sus consecuencias, era la defensa hecha por el anciano autécrata de su sistema de gobierno, legado a la posteridad como HACIA EL MEXICO MODERNO Pinidad- condlciones todavia prc creat, wz se encargé del gobierno y se eché a cues: tas la tarea de formar los requisitos previos en México, Desde entonces (1867) hasta la fecha, entregado a su misin hist6rica, trabajado sin descanso para labrar Ia base por medio de una a la contradiccién apares is que able para ciment ia, El resul- reciatse colocando 1a obra en stv contexto terna que provocaron Ia invasi6n norte: americana y 1a amputacién de mis de la mitad del territorio nacional (1847-1848); hasta la crisis culminante de la guerta de Reforma y la ocupacién francesa (1857-1867), la novel na- clin fue presa constante de guerras civiles y extranjeras, que dejaron empobrecidas, casi agotadas las fuerzas vivas del pucblo, cuando recupers la independencia y se restablecié la Repiiblica en 1867. Las necesidades de la posguerra, apremiaates, impror- gables —paz, prosperidad, progreso, seguridad— clamaban pot tun caudillo providencial capaz de satisfacerlas, y nueve afios més tarde se presenté el general Porfirio Diaz, al frente de wn ejército victorioso que, apoderindose del gobierno, se dedicé a sealizat {a ambicién nacional. En el transcurso de las tres décadas subst cuentes, entregado a la magna tarea de hacer patria, logré lent Y Pacientemente, la transformacién milagrosa del pueblo mexican? ganando de hecho y de derecho su confianza y gratitud, y conquit tando el reconocimiento y el crédito —financiero, politico ¥ ™ ral— del mundo contemporineo. Fl milagro era obra de una dit pero la dictadura, inspirada en el patriotismo, apoytt or el pucblo y ejercida con autoridad paternal, era un soi" que surgié de etapas anteriores y que ‘au ver, ante las subsecuentes. Nacida de la guerra, cre6 la seguci pprogreso; y siendo la conquista de de la nacién desde su génesis, aq} to de un pueblo. da, pues, a grandes rasgos, la dictadura transitoria de rogeé To tanto, que se k eran los frutos maduros, y asi lo proclamaba el consenso de la opinién contemporinea, éy quién podia disputar la grandeza obra? Por cierto que no fue Creelman quien, por el contrario, rindi6 tributo convencido y efusivo, al gobernante epénimo de su €poca. “No hay en todo el mundo una figura mis romintica, ni ‘ninguna tan intensamente observada, tanto por los amigos como pot los enemigos de Ia democracia, que el soldado estadista, cuya Juventud lena de aventuras hace palidecer las paginas de Dumas, ¥ euyo férreo gobierno ha transformado las masas guerreras, igno- antes, supersticiosas y empobrecidas de México, oprunidas durante siglos por la crueldad y la codicia de los espafioles, en una nacién Repiiblica Mexicana con un poder tal, que han venido a ser una meta formalidad, lo colocar una corona sobre su cabeza. Sin embargo, hoy, en la cispide de su carrera, este hombre asombroso —figura sobresaliente del hemisferio americano, misterio indes- cifrable para los estudiosos del gobierno humano— anuncia que insistird en retirarse al terminar su periodo actual, con el fin de instalado en el poder a su sucesor, y para que, Pueblo de la Repiblica Mexicana pueda demos- {rar al mundo que ya ha entrado serenamente y bien preparado en HACIA EI, MEXICO a catastrdfica que fue Ja. revolucibn; n porque la historia, hasta donde alcanzaba era verdad. |, provocando Jas mas encontradas reflexiones sobre las razones que motivaron el articulo: pero nadie supo captarlas a ciencia cierta. A. primera vis ta, parecia una defensa de la dict ero conocida ya de me moria en M donde se desde hacia mis de tun cuasto dé ‘que la apologia yen en el extranjero jpoyaba y aplaudia al gobierno que ofrecia paz y prosperidad al extranjero que col raba en la transformaci6 det pais, aportando cuantiosas inver de sus recursos naturales, y que tenit el mexicano en sostener el gobi i el progreso alcanzado. Conocida pues de sobra adores buscaban en balde 0, pero un punto no daba Ing iman lo sefial6 al poner su dedo en la Ilaga y & que mientras mueren los hombres, las naciones siguen idente septuagenario se acercaba al término de ¥ lo que habia de seguir a su retico definitivo ¢ ‘sumamente problemitico. Punto inquietante tanto para el mex ‘80 como para el extranjero, 1a duda formaba el nudo del enig™ 10 DIAZ 2 jobierno personal, constituia y siendo el punto eae la prueba de fuego de lo que el pais habia gat bierno. la urdimbre del por pronéstico obraban dos y complementarios: por una parte, cl ca~ prohombre que logré plasmar los destinos décadas y por la otra, el caracter y la ez, 1a conducta del gobernante permanecieron unidas, Pero apresurado jongada del pueb erp durante in hordscopo tan complejo, que Creelman y la simbiosis exigia ui el Iejano pasado, Para acertar, pt de Creelman con las cuentas de Clio y averiguar lo que hi cierto en ambas versiones. Creelman compendié la suya a la carre- ra y en pocas palabras pero, por parco que fuera su epitome, el petiodista recogi wwecho de aquel repor- iador de carrera. La un hombre y a una hombre y colocando al hombre en le correspondia, contra su trasfondo Desde las alturas del Cas epee, el presidente Di templaba la venerable capital de su pattia, extendida en anuca con un cerco de grandiosas montaias d dor; y yo Iéroe del México moderna, al ca corre mecclada la sangre de los vos mexicanos y la de los invasores espafioles, contemplaba la forma erguida poderosa cabeza, y el semblante autoritario pero sens terés indecible. illas para conocer al escrutable, en cuyas venas jioné desde Iuego la mezcla extraordin y sensibilidad en sus facciones. Una frente ancha y clevada, subiendo hacia el pelo blanco, erizado, ™ HACIA BL AIFXICO. MODERNO de América. Ese algo tan intenso dos, ascuros, bien abiertos, y la fin del impero basandoy i entrada thnfal de Diz l fete poboriento ejecta republican, entre mulstudes de peones Eos gue llorban envuetos esis sataes y cubits con ct tne sonbecros,ajadecides a Diaz. ‘Creelman acerté en evocar al héroe contra este Eee a pues fue en aquel lugar o im: wun gran cuadeo deer Pi ies, como y cuant tc tora ba la guerra de defen Con ral de 1857 y de la independencia del pals el general Diaz se habia distinguido por uns * 5 bla tie de campaiias que culminaron con la toma de Puet cuperacién de la capital en 1867. Incorporado al movimien beral que, después de derroc clases conservadoras, sobrevi en a get de Reforma, expulsé a los aliados euro tn tica contra la oampacién francesa, se cubrid de glocis pot Obligado por las peripecias de una ‘sus propias fuerzas y a contar con sus propios into los habitos de iniciativa, indepen- smo que inspiraron su filosofia de go- Creelman—, cuando mandaba dos compaaias po en que durante seis meses no recib in- ayuda de mi gobie obligado a pensar por mi y a converticme en tonces encontré 2 los hombres como hoy tod: EH individuo que ayuda a su gobierno en Ia paz o en la guetta, tic. fe siempre algin mévil personal. Puede set buena o mala su am- bicién, pero en ef fondo es ambicién personal. .. Aéin al rendir culto a Di: y ze6mo puede un gol sus componentes? De del gobernante, De su propio desinterés en aquellos dias lejanos en que, aban- donado a sus propios recursos, tuvo que ser él mismo el gobierno, Diaz dio un ejemplo memorable. Al conquistar la capital en 1867, entregé a su gobierno indigente sus fondos de campafia, renuncid espontineamente al mando de sus tropas y se retiré voluntaria- ‘mente a la vida privada sin logea que sus virtudes fue- ran reconocidas, La toma de Puebla a sangre y fuego fue un acto guerrero formidable, pero al recibie gobierno se dio Por enterado sin una sola palabra de fel Capital, puso fin a la década de guerra te divisionario se eclipss, sin pedir nad: iar se dio bres ‘igual que muchos otros patriotas ameri » de que con la abnegacién se gana la satisfaccién mo: haber cumplido con el deber. cl hombre espera alguna recompensa umano es mis elevado de periencia de la guerra salié la ciencia 26 HACIA EL MEXICO M a nas de la campafia, ba a la capital, se acercase al gen pas sitiaban a Querétaro, con una proposi ada a formar un partido politico-m tre tres ameritados generales, Porfitio ‘Mariano Escobedo y Ramén Corona, con el objeto de elevar a la Presidencia de la Repiiblica al favorecido por la fortuna, ya que no era ni justo ni ‘equitativo, segiin los delegados, que don Benito Juarez siguiese ocupando el poder y recogiese los frutos del triunfo alcanzado por los con el precio de su sangre y a base de sus sacrificios. Lo fue la respuesta del general Escobedo, quien dijo que n0 era p «o, sino soldado; que combatié por patriotismo, no por ambi y que, como el negado a reconocer al presidente Juarez, le parecié de toda justicia conservar a ese gran en él puesto que habia defendido denodadamente en los aciagos das de deserciones y derrotas. Por lo tanto, 1a proposicién confiden cial fue abandonada por lo pronto, en los archivos del general Escobedo. EI problema apasionante se resol la campafia electoral que siguid, al ret capital. Aniquilado el ejército regular del improvisado de los patriotas hered6 sus tendencias, formacién de sangre, el militarismo vino a ser una cuesti pero latente, en la campatia electoral. - La supremacia del poder civil —rafz y razin de la Guerra de Reforma— triunf; Juirez salid reelecto y Diaz, postulado por sus amigos para la presidencia de la Repiblica, se conformé 9 la decrota de su candidatura y dando prueba de ireprochable dis ciplina militar, se retird a una pequefia finca en Oaxaca que fue © galada pot la Legislatura del Estado a su hijo predilecto, con W decreto que Jo declaraba Benemérito de Ja Patria, en recone" miento a sus méritos, como acto reprobatorio a Ja ingatitud 44 gobierno, —provisionalmente— & del gobi PORFIRIO DIAZ 2 stergado perdié cuatro lo los problemas explo iticos, Sus amigos a del Siar determinacién fez reelecto por tercera la bandera de Sufragio te seis meses. Medio aiio m: cia y su sucesor legal, Sebas desercidn de sus vada; perdié paraba para las proximas elecciones. En 1876, cuando Lerdo preparaba su_ceeleccis postergado, se alzé nuevamente en armas, ba sma bandera Y casi con la misma mala suerte, derrotado en ya punto de sucumbir en el Sur, cuando la legada, a marchas forzadas de refuerzos bajo el mando de un compafero leal, cambi de una batalla indecisa, y una oportuna divisién entre to del gobiemo, precipit6 la caida de Lerdo, oblig abandonar el pais y a buscar asilo en los Estados Unidos. El 22 de noviembre de 1876, izo su segunda entrada triunfal en la capital de la Rep y no fue sino treinta y cuatro afios mis tarde cuando otra revuelta, que portaba la misma bandera de Sufragio Efectivo y No Reeleccién, sacudié al pai Siendo tan imptesionantes tales reveses en una carrera de fos, Creelman hizo caso omiso de ellos; pero los reveses inicial fueron el comienzo y Ia raz6n de la carrera futuca del probombre, que salié triunfante, como hijo de una revolucién y derrota como padre de Ia otra. Revolucién era una palabra y una pr. de las que se abusaba en México, donde se aplicaban indistin mente tanto a simples cuartelazos como a profundos movimientos sociales. Porfirio Diaz surgié de las dos. |, el caudillo HACIA EI. MEXICO MODERNO acid en Ounce el 5, nven ar sario de la Inde lencia le para conocer la ae ee ait nerbaoal iz estaba predest nado a participar en la segunda, porque crecié y se form mancipada en lo lad coloni a , fadicciones temperamentales de la raza cruzada. et el padre, dejé cinco vastagos a cargo de la viuda. Porfirio tenfa apenas tres afios, pero era el hijo ‘mayor y andando el tiempo, pidid la patria potestad y se mostré digno de ella, participando en el gobierno nacional, trabajando én cualquier menester a su alcance y ayudando a su madre a sos tener el mesén y mantener una casa pobre y humilde, pero limpia ¥y decente. A los quince afios, conocido por sus buenas costumbres, se le recibid, gracias a un tio clerical, en otra casa limpia y decen: Seminario Real y Pontificio de Oaxaca, con Ia promest neficio al terminar sus estudios; pero poco le apetecié la az6n, realizd $0 tuto de Ciencias flamant donde abrazé la carrera de leyes Y conocié a Juérez, a la sazén rector y maestro del plantel que ‘mucho le simpatiz6 por haber recorrido la misma ruta en sus 10: cedades. Trinstu io clerical para pasar al seminario naci6 el mest ; pero la la y perdida lentamente por Santa Anna eek norte, nunc! asta Oaxaca, y el joven pasé la guerra alejado en sus est rata to, empero, defendié la causa liberal —otra for a Pisoni mexicano— con bizarria, y en 1854, cuando ‘nna, en el auge de su éltima dictadura clerical, sometio PORFIRIO DIAZ 2» 56. El incipiente movimiento n la revolucién de Ayutla y que, mm de 1857 inicid la dio otto sesgo al liberal que derrocé al ideolégicamente cu! eral del 57 romy rando los grandes intereses ¢jército regular, las acién encadenada en su cuna, I, que comenz6 con Ia invasin francesa, mada Imperio de Maxi del grandioso proy. de Napoledn III de crear un protectorado mexicano para contener Ja expansi6n norteamericana, la resistencia indomable del gobier- dos revueltas que plantearon ubordinacién civil y recon- tegridad de la segunda revolucién me- asumié el poder por asalto en 1876. Los nueve ai trascidos ene ia pres un Japso sumamente de la nacién, Los Popular y Ievaban por bandera los nombres de las fincas en que ‘ellos habian trabajaco. El Plan de La Noria, redactado contra Juarez, protestaba contra sus constantes reelecciones, la violacién HACIA EL MEXICO MODERNO pod s ramas de la admi ada de los planes politicos la p> no queit reralidades, futuro mis que el futurismo en si. ¥ istema, Jo adopt6 en todas y cade ns sus partes. En los treinta y tantos aiios subsecuentes, se valid dé los mismos recursos que habia atacado en la conducta de ae decesores, para consolidarse en el poder, y hasta los pete apreciablemente: para 1908 se habia reelegido ses veces, My lacién del sufragio habia venido a ser una costumbre aceptable € Congreso integrado por sus adictos, 1a Suprema Corte pot sos Pir la lista civil por sus corifeos, el ejércit s Estados por gobemadores ti Epnttol de todos los resortes del engranaje gubernamental lo, © concentrado en sus manos; y si el ejtcito ya m0 ido, pero continuaba reprimiendo 1a inconformidad PS a porque ésta habia sido sofocada y 1a autoridad pr LSS tabla convertido en una dictadura sin diste#2. ya 1 inconsecuencia entre el rebelde y el gobernante dibt nnuncié el general Diaz proclamar pl ane ‘ores lanzados por Jos cuartelazos de! pass i ran mis que pretextos transparentes para escalar el pod ates a ser descartados y desechados fuego que uber cad tan vehortito. Pero eno habia otra explicacién? Lt i, in vehementemente denunciada y tan tamente Fr, Por Diaz, én0 fue tal vex un imperative impuesto por #5 PORFIRIO DIAZ, a ‘onturbadas del pais y una necesidad sociolgica reconocida poe ide bandon tn turno? Tal fue la apologia de sus partida- rios y la defensa no de fundamento ya que después de diez afios de guerra cont s condiciones del pais eran sumamente inestables y para dominarl: ja falta una autoridad indispu fensa daba Ia razén a sus predecesores, y Ia negaba |, Diaz era perfectamente consecuen- a de sus predecesores, hizo suyo hd los precedentes para resolver los pro- y que determinaron su icos los precedentes, la diferen- ismo sistema de gobi ia radicaba en las soluciones ad¢ 70 mas que una somera comparacién. El cargo de dictador lanzado contra Juarez fue una de las con- es y mas de una vez ar para salvar su autoridad, Al terminar |, mis que nunca, una autoridad absoluta para conservar los frutos de la lucha y asegurar la pa- Cificacién, la recuperacién, y la reconstruccién del pais. A Juarez le tocé Ja ingrata tarea de iniciar esta obra. La Constituciin, en ‘cya defensa el partido liberal habia librado una cruenta guerra civil y una desigual y desesperada guerra extranjera, que cost al una tremenda sangria, tuvo que pasar por una prucha a fase militar; la idoneidad de 1a la capacidad su Constitu- posto, expla nada que ganar con ¢ fesentaba a" in ‘modo las autoridades que no hay garant deseos de los votant ferencin 0 por ignorancia, sefalado por sus curas, que tuna influencia muy grande, pero los curas no ie abrigan, de que de nada les ifn que etin onl poder. La neral, por Ia misma razén, por fianza en el resultado cortecto de Ia votacién. En los dias deni estancia en Mésico, este alejamiento de las casilas era geneete ido por la prensa, La prensa independiente lo deplonbs; echaba la responsabilidad a lo que llamaba los actos i sales y las pricticas anbitrarias de la Administacién.” Pero Foster afiadié una observacién interesante: Estos comentarios sobre la franquicia electoral en México 0 aplicables a todas las elecciones; en las locales y municipults © ‘emprende con frecuencia tna campafa animada. Observacién interesante los agentes intermedia seleccionaban los su aquéllos, la designacién de lente de 1a Repibl de les reformadores enfocaban siempre sus esfuerzos hacia ls © lone, miciples, donde el contacto con el pueblo fans democracia efectiva o lograba la falsificacién de todo el ss jue de las elecciones I Pero —concluyé Foster no seri hasta que la educacin st bale ampliamente dfundida entre las masas euando raionalmet® Py ‘speratse que estos paises (los latinoamericanos) se gobiernen Dictica de Ia libertad electoral, PORFIRIO DIAZ * {greso, dominado por una mayoria leal Serevvreclcri6a, a mig, el-becho recnncido' ‘ain a ser una prictica aceptada: prueba de ello f alos y las protestas armadas provocados por su iltima recleccién; pero ya era tan previsible el desenlac en 1876 Diaz uw os. Por ser el voto una fun- ina democracia pero supri- remedio que apoderarse del gobierno a balaz ianzado en el poder, se con- formé a sus antecesores con una fidelidad igualmente compatible ‘con la razén socioligica que con la mis sencilla, y tan fructifero fue el precedente, que se repitié hasta una época muy reciente. 4 No obstante, el remedio era extemporineo, La toma del poder le costé a Diaz nueve afios y dos revueltas, y las revueltas suscitaron Problema mucho mis grave que el de Sufragio Efectivo y No Reeleccién, porque el lapso fue una década sumamente aztrosa ‘no s6lo en su propia carrera, sino en la de la nacié Al alzarse el {ls naci6n, solicitando su apoyo para salvar ei pri legalidad, conquistado a costa de catorce atios de uct respiro, se dirigié pio de la ra casi sin ¥ ‘esta conquista, la mis importante de todas, sin la cual las demis ‘erfan efimeras —dijo— es la que pretenden sacrficar los autores ie ls rebelién que hoy nos amenaza, De nuevo (con el tixime fImpetu de que es capaz), haciendo acopio de todas las fueraas del selicioso que ha roto la paz’ pabl tendencias todo el Ja condenarh como un crimen; pues, sien algo. ha procul € buen setido de Tos resicanos en sa ja larga y dolorossexprcnd, ¢s en comprender la referencia dels institutions y dels intr racionales sobre el mito de homes que ana ver es sii Sscitficar el orden y ls lees Hibementsadoptades a ox planes mi ‘© menes iusorios de un hombre, por may amesado que 3 spongy, seria. hundimos ea una’ anal aeunat pot completo los clementos de prosperidad en el pais, destuir gush ‘para siempre nuestra reputacién en el mundo, y comprometer e futuro nuestra misma independencia Solemne y nada exagerada surgié 1a advertencia: recact en ¢h pasado de ce6nicos cuartelazos, cuando el pals comenzaba ape a recuperarse de mas de una década obviamente suicida que el buen senti ‘exhortacién patridtica del Presidente sin vacilar: ningiin m: ia sin el sentido trigico de su historia, sexto sentido sano} ¥ el brote de su revolucin se vino abajo, porsee i6n de conservar la paz a toda costa prevalecta sobre 028 !as razones alegadas en su contra. Més eficaz habria sido la inh on de la Jegalidad, sin duda, de haber surgido de ¢ limpias ¢ intachables pero entre la violacién del voto y la be de la paz no cabia duda, del mal mayor, ¥y por desconcet Pitded llamada Juires, Diaz conocié el fracaso fulminante. 1 fue asi que el Diario Oficial, subrayando la admoniion del PORFIRIO DIAZ ” lew York Herald que, al enterarse Ia oportunidad perdida por el mo de Washington para aprovechar In anarquia incorregi- incapaz de al sublevarse el rebs mpatriotas no de su fuerza; por el cont habia acrecentado, ya que la paci- ficacién del pais progresaba, las heridas de la guerra de diez afios sanaban, la convalecencia iba acompafiada, si no de prosperidad generalmente en que su segunda rebelién hubiera fracasado co [a primera a no ser por la impopulari prensa, y la deslealtad del presidente de fema Corte quien, terciando en el conflicto, reunid parte del ejército en defensa de ia contienda en una pugna tripartita. De se encontraba ya arrinconado y acosado, ipida Megada de refuerzos logré la victoria en la a decisiva de Tecoac, pero por un margen tan estrecho que el triunfo se d le por la de un ganada en Ia ‘Bran guerra patridtica por la reproba causa de sus ‘motines irresponsables, y hasta su talento militar, tan brillante- mente demostrado al defender la causa nacional, le traicioné al luchar por una causa personalis isma desmoralizacién redobl6 su tenacidad. Una vez comprometida su integridad, una vez dado el. primer paso ‘que reincidi para salvar el lible. Contra Juarez fracas6 ganando, porque era Lerdo dad, y al superar al fin la desventurado, desconceptuado, imperiosos para ‘opinién. péblica Reconociendo francamente que la batalla de Tuxtepec era, se- los motivos mis Purgarse de sus revueltas y rchabilitarse ante la 46 HACIA EL MEXICO MODERNO sgiin st. propia frase, una eleccién armada, el patriota posergad toms sin tardanza la providencia de convocs del prs: s, quien se obstins 1a de Lerdo. Apenas ocupada lt a_vez en campafia para dirimit sw y en el campo de bat rida des pliegue de fuerzas, con un parlamento politico llevado a cabo por poderes, y con la ripida desercién de pas ee imo contrincante a que abandonsez de la Suprema Corte siguié «! de las casillas, para hacer frente a un contr formidable y a una lucha mucho més prolongada con Ia opiniin piblica, fuerza invocada una y otra vez para vencer a sus svales ¥ como esa fuerza imponderable era inmensa y se habia manifes tado ora en su favor, ora en su contra, le tocaba el turno de com quistarla a su vez. Contienda larga y politica comprendid los capit sevados vivos y pal historiadores de los proximos treinta afios fueron los pet ‘que compartieron las peripecias de la lucha, siendo actores y Stbitros en la pugna perpetua entre el pensamich accidn, y los cronistas Ievaban 1a ventaja perdurable 0%, hombres que s6lo hacen la historia de los pueblos, a dif de aquellos que la escriben. a Lerdo, y el Tuxtepec —todos periddicos de combate—, cottiente de opinién neutral, representada pot |: independiente, que se preciaba de ser imparci efecto en cuanto sostenia un criterio desint PORFIRIO DIAZ “ ituciones democriticas, la prensa indepen . eutidando celosamente una planta di constantes para arraigal motivo habia censurado severa- jén hecha o contemplada smpo los gérmenes de co- irpanos mayores de esta 7 Republicano, mente cada devaluacién de por Jusrez y Lerdo, srupciér icos mis respeta dos y de mayor circulac y ‘mis fidedignos del historiador por venir: papel rector que reclamaron consciente- mente como sw responsabilidad vocacional y ostentaban orgullo- ‘samente como su sagrada obligacién para con la posteridad. Du- rante la revuelta de Tuxtepec, ainbos guias, vacilando entre la conservacién de la paz y la condenacién de la revus Bit los errores de Lerdo, se encontraban ante un dilem: na independientemente por eesario y adoptaron una actitud expectante en espera de los dos del remedio. ‘México ha pasado por mil crisis mis © menos peligrosas; ninguna pei generac poem epee en pu’ cos arto srt en un Pls donde To prime cue hacen lor decoteton, e cnptse In anca 9 tneque, Segre ws ln y Hes Uy explitle os gue en medio de aa pe el horaonte se sombo, Is dames inguctor, ndo cl mundo desconfino yreclso, Fa Toque ene de slurmante la sitacn aca pra os qu stetamene pace bien yet low de peligro. Con eel : Pero con enemi Imisteros y enemigos tenebrosos, pueden fallar su 4 osx que tenga tambien I espa que deshace lo enantamntos La espada que llevaba desenvainada el caudillo de Tuxt ada i ‘uxtepec no poseia por cierto aquel temple fabuloso yel encanto de los planes HACIA EL MEXICO MODERNO cl primer desenca lebradas bajo el le ados de otra el Noes difialtad sett y no menor qu todas Is depp los gobiemnos no s6lo mucten por falta. de mayoria parlamenta, sino por exceso, de ella, por plétora de mayoria, Stbido:es que ‘uanto menor €s la, oposi tun Congreso, mayor y mis abe «la que se hace fuera de sus adversarios. Sin embargo, E/ Siglo estaba dispuesto a perdonar las eleciones parciales en bien de la paz. Organizadas en ausencia del caudilo, ‘ocupado en la campaiia contra el presidente de la Suprema Cot, sus consejeros dirigieron Ia campafia cleccio ‘convocadas con premura, se on con pr mente a causa de las condiciones conturbadas del tomé en cuenta como debia la situaci pues era mucho esperar que, se reformara un vi coger la palabr enteramente di dia siguiente de una guetta ado, pero no era temprand Pil EL poder y 1a autoridad son cos imero puede tener su origen 0 la voluntad de los ciudadanos eo bis resin gemuina del sentimiento poblico le diversas medidas que reclaman la sitad ; sin embargo, no ”Y EL Sigh, P? rado a ver des sit No s buena politica despreciac asi la vor del periodismo adic impurcl, Se engafan los goberantes si eeen, que a 4 sufren las misma exaccones, bajo las mismas bases qe I* PORFINIO DIAZ * (he una idea yb {Eloy peo wo un ide, conceta nesta y ta Hsin, enc, los arrebatay Tos hace eret dca predominate y aco Gna ley pars el untad 0 de Dudosamente ‘id la lucha por ambas partes. Las clecciones exclusivas eran un desacierto evidente; celebradas para ratificar un triunfo indiscu Epon pllocplahe mal sconscjado, que fnerecta Ia ayuda de con sejeros desinteresados y experimentados, prestos a darle la mano cuando tropezara, dirigiclo hacia el gobierno civil y suspender el fallo hasta verlo firmemente afianzado en el poder. No obs #1 Siglo estaba preocupado, porque habia confiado en el rebelde Y comenzaba a arrepentirse de su responsabilidad, y precisamente por tal motivo se vio obligado a mostrarse indulgeate. Del mismo parecer era EI Monitor Republicano, que bal febelde sin reservas, y ambos drbitros importunaron al principiante ‘on buenos consejos, que mucho les importaban para encul Propios errores; pero lo malo era que el general Diaz le la prensa independiente. Las elecciones irregulares sacudieron la confianza del piblico; eto si el rebelde habia faltado a una promesa cumplié con otca, Al inaugurar las sesiones de su flamante Congreso el 2 de abril de 3877, el Presidente clecto recomendé la incorpor Constitucién del precepto de No Reeleccién y dio lectura a una defensa razonada de su malentendida revuelta, La revolucin que felimente acaba de consumar el pueblo mexicano Tabs sido une iepuable degra pn Te Rephblies cece con toda franguezs— si, limitindose a destrair la administacién cstente entonces, hubiese descuidado los medios de reconstruir el édlifcio constitucional ....Vuestta reanidn, ciudadanes.dipatados, 6 un hecho fausto; ello pone los cimientos de Ia obra nueva que la acta BL MEXICO MODERNO client iad on a Ha es de ae Be, ema eee depen oe Fichando en el amo CTY aes se ban cometido por desgrac, oe ee es aid a el cin Si sn Pode ger rect Ia eedences de rain en nuestra costumbres poling a tena bre Pal Pe, lr 5 seit apliand oes ig een rand i no de Ia exactitud, de estas declaracions, De nein part con vars pian diy patjyo en vano pues compli con sy ie gy mo Ea a Pe ye grueso era del dominio Mio yresaba fora a testimonin FD arse con Ja promesa de elecciones im md eg de reforms, peat también mand Inuy en reve un progecto de ley destinado a con 1 po. : Phy soberanta de los Estados con Ta respon la independenct tidy seria el gobierno feel, y repitiendo ia mira desu gobiroo seria la misma que la de su rebel, bec por completo el inpero de la Const, afi pratgs tab ‘su benéfico influjo todos los intereses legitic Fez Huwolat os gands cements de rquea dlp Ianto y cera que rasta msi o impo, ‘jean delist is pone de a evolu y lear ¢ Mao pprdd gues dns Ia aman. de PORFIRIO DIAZ ” Al dia siguiente said el redactor de reconoc ‘expuso la politica del periédico fono defensivo del mensaje presidencial, Comprende perfectamente Ia pode conser fos elogios que a Is autoridad 0 causar su desprest irectamente para robustecerla. Jamis descenderd el érgano del gobierno al indigno terreno de las calumnias y de Log excitores que en él Y con este compromiso cumpli6 escrupulosamente el drgano del gobierno, mientras lo dirigié Juan Sinchez Azcona. | mensaje presidencial era obra de la pluma de Ignacio Vallar- ta, jurisperito eminente que conocié el caso judicial como presi dente de la Suprema Corte y ministro del gabinete, y su compo- sicién dejS una impresién bastante favorable cn la opiniGn ppiiblica, pero la prensa sensata, antes de opinar, juzes prudente esperar la demostracién fehaciente de las promesas cumplidas. Con la apologia de su rebeldia el caudillo de Tuxtepec puso de manifiesto que estaba a la defensiva y que se esforzaba para hhacer las paces con la opinién pbli I actitud era 1a mejor raz6n de creer en la sinceridad de sus promesas; pero su capacidad de cumplir con sus compromisos quedaba en la duda, porque aiin no habia logrado superar Las consecuencias politicas de la perturbacién de la paz. Si su aspiracién implacable del poder indicaba poco mas que Ia determinacién indomable de apoderarse del gobierno, por I levaba implicita cuando 2 menos la confianza redecesoress im; pero si yy nacia de insatisfecho de duda dela que ‘on fa fared ex del ede siempre, desde el oi iti ce nea ek ep habia conocido ni la wna nj Ha ‘eaependiente ¥ que habja spuradon ado, de su ambi Fepetidas catistoge sec Perla 58 YEE 10 SIO @ SS ate sino o todos sus precursores mu 1 sorta cares de Dacet pace Ios insurgentes sane nes prematucs Jos press Promo con las penalidades pt exvencién europea, 1a ocupacin crn norteamericans 1 int i ni cca demi de ed io de ud por ibrar oe de la guetta, naciendo y renacendy pore ea ein por precedente el crclo vichio. rque no habia prosperidad, de «que no hubo paz por Ferg a hao pe, yor consent a re Pana ran gobiemo tras oro en sv impotent rrrssscibn fatal; y por si eso fuera poco y fal cir o castgar su ambicibn, el incentivo st Sts propos ateedents al presumit de t ‘rut antecesoes e incurric en la culpa idencia que n0 le perdo nteaba, Pues, defecos de una PORFIRIO DIAZ ” 6 Eco es as ar ec i ty i wp ta yet gue Bags en seinen oc i epee Sates ey nel lero gastadk Siglo planteaba a cuestin; agticultura, no hay industria, no ies. No hay oot el tama na ge 49 fount ytemen pend los suftenprivacioncs ds sufen privacones; Jos proetarossufen hambre. Hablamos i eal que Ajo de belle peice carta 1pocos afios antes, con mano macstra por Ignacio Aqpeto lagars, , anions de i Apa nici, 3 ia 1e; aquellas calles no empedradas, donde srr tian raps els estes peeea eneen e Je esos barrios mucho peor itunes de eis ba invadilo bam = = os lo deben remediar tod, y ia peditslo. El actual gti tenemos aqui und i ms fra que la langesta Ya peste; ee aro 1 a ef. is lsimoso ain que el cuadro pintado por F! Siglo era fecal call icular, porque obec lecia al instinto de conservacin propi ico burgués, El Siglo olfa de cerca al A ant el peligro de la miseria popu ence a angusta que EI Monitor Republicano, wooo tan aes media, que pintaba el mismo especticulo reap eer en tons todavia is trices yalarmantes Hemos sabido csi con terror que en el mes anterior y parte de jnmedisto anterior, la policia ha aprehendido mis de seiscents PORFIRIO DIAZ ” ladon, eo en wos cada cape plain et relivamente pe wie. ed quo eno de mci, etn iid dc mendior, ene un ope dod, pero dejo dee cpt i gece, spe fe ctrl cn nudes; baad era ngend lg ota cl enemign del jones que opie cau eerie aman, hasta punto gm i ss ee a pnt que vive de taba 5 Ya e mcoaso de una vez en el den tue eae palo, yu butane ve evant ca mass, dense ente st com el dio amb sedestoe sox propiscaaesyprelae i, levantndo la negra banders de a evolu scl ite tan siniestro espectro palidecieron las pobres reformas hambre de millares de familias cercando a la ciudad, invadiendo el centro y palpando su pobre corazin, ya se vislum- braba el problema mis apremiante del gobierno, pero E/ Siglo t ‘poco, casi nada, podia hacer el gobierno en las ue se encontraba. Antes de abordar la cuestin jepec tenia que dar de comer, a toda costa, al ejército que Io Iev6 al poder. En los dias de Lerdo las fuerzas armadas nunca pasaron de dieciocho mil plazas y el costo de mantenerlas de once mil pesos, y Diaz tenia actualmente en pie de guerra cuarenta mil bocas, comprendidas las fuerzas derro- tadas de Lerdo y de Iglesias, incorporadas a sus filas para com servar Ja paz, y aumentando 1a némina hasta veinte mil pesos —més que el total de las rentas disponibles. EI problema era pasmoso— “la palabra ejército significa, en nuestra tradicién rolucionaria la absorcién de las dos terceras partes imposible, la segunda peligrosa, os y ore ekg, muse in embars? jo, destinado a desapare aparo pero etre tanto el gobens ia eta pobreza desde los mig ‘Si el mis formidable era |g era Ia plaga de la empleo. ino era el més formidable. tt Ps tnf, Dia debi pagar las cuentas de su 2 disputaba sobs i con qué cubritlas. La prensa disputaba sobre aaa {Tptlrn edeata con el enigma. ve hues isiones —insista El Siglo Ia stuacdi es eet Tinie tin obrexctados po ls pasionesy la mise api Lat unos tatan de conduc al gobierno hacia un pasado (qu ao pore ole; ls ots quieen levarlo a una pendiente que 1s nda enol scalismo mis inmundo, Estes pretenden conducilo al sndeo del lealidad para dare slido cimiento a su gobierno, spills fo Tsnjeany lo fascia para seattle en el sillin de un dicador eo nonine de lt monly Ia salud pliblica. Sus amigos eons invoci I festa tradiibn de Lerdo para que gobieme on ellos y pu els; st nuevos adios Je hablan para que seul ___ fe dl Estado, y no el candllo de un bando politico; i mi PORFIRIO DIAZ aio, le dicen, ha Los partidos todos di act luna ube de aspirantes rodea al ho jug de a patria, —entretanto aterrador— "la masa inerte € la paz que dé fin a 1a torménta revolucionat problema y resolverlo, ara consagrarse n glo, reiterando sus propios consejos, propuso que rectificara el error de las elecciones elu sivas, extendiendo Ia base de su gobietno para abrazat todos los colores del especteo pr tendencia natural de los gy accién tienden los que se de Ta adaxini 5 débiles; a fuertes; no is social; y EI Siglo volwié a subrayar de la pobreza perenne en medio de la riqueza Cuando el cuctpo socal se encuenita tan deblitado, ¢qué importa que en las entrafas de nuestro suelo se depositen tesoros inagota- dinero para explotatlos? De ‘no hay brazos bastan- la leva para matar a 18 por cientes, Las 0, los fletes ‘general Diaz hay valor egacién probada y confianza en escucha a los demis, no se encapti- ‘cha‘en su propio parecer y no es perseguidor ni exclusivista; goza de un prestgio inmenso entre los hombres de armas, y su probidad se lesha conguistado el aprecio de las altas cases sociales.

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