Pasado y futuro del arte rupestre en México
Maria del Pilar Casado Lépez
Diteccién de Planeacin, BvaluaiGn y Coordinacién de Proyectos.
Coordinacién Nacional de Arqueologa, INAH, (Mexico)
Resumen
Las primeras referencias esc
mexicano son realmente antiguas, de momentos historicos posteriores a
la conquista, hechas por viajeros, cientificos y religiosos que recorrieron
's acerca del arte rupestre en territorio
el territorio e hicieron de ellas una resefia narrative y anecdética de lo
que veian representado, Durante (os inicios del siglo XX, la profusién y
majestuosidad de sitios monumentales mesoamericanos y la exuberancia
de los materiales arqueolgicos ensombrecieron y soslayaron el estudio
de algunos materiales como las manifestaciones rupestres. En la actuali-
dad se intensifican y diversifican los trabajos. El futuro de la investigacién
para resolver algunos de los problemas que plantea ha de pasar por la
intensificacién del registro de yacimientos; por atender los estudios regio-
nales; por la integracién del arte rupestre a la temnporalidad y contextos
culturales; por profundizar en los anilisis etnagréficos y continuar con la
atencién ala preservacién y conservacién del arte rupestre.
Palabras clave: México, Historia , Investigacin, rupestre
Abstract
The earliest written references to rock art in Mexican territory are really
ancient, made after the Spanish conquest by travelers, scientists and mis:
sionaries. They traveled all over the territory and narrated the drawings
that they saw. During the beginning of the XX century, because of the wealth
and magnificence of Mesoamerican monumental sites and the abundance
of archaeological materials, the study of some materials, such as the cave
manifestations, declined. In present day, scholars have again intensified and
diversified the study of rack art. The future of this research lies in trying to
solve some of the following problems: the intensification of the record of
deposits, the consideration of regional studies, the integration of rock art intoPasado y futuro del arte rupestre en México | Marla del Pilar Casado Lépez
temporal and cultural contexts, the deepening of ethnographic analysis and
the continuation of attention to the preservation and conservation of rock art.
Keywords: Mexico, History, Investigation, rock art
Laatracciény atencién hacia las pinturas y grabados depositados en las
rocas tanto al interior de cuevas como en oquedades o bloques pétreos
al aire libre ha sido un hecho constante desde la antigliedad, y con ello
me refiero a practicamente el momento de su realizacién, es decir, en la
Uinea del tiempo de su propia ejecucién. El testimonio y la crénica de la
gréfica rupestre es un hecho que tiene como punto de partida las figuras
repintadas en un mismo panel 0 cueva, una y otra vez como elemento
conocido al que se le ha otorgado determinada carga simbélica, y no solo
valido para ser reconstruido a través del tiempo, sino para ser usado y
recordado con (a misma afectacién de origen 0 dandole un nuevo trata-
miento para rituales y eventos especificos de una comunidad. Asimismo,
la narracién y memoria de sitios y figuras rupestres pasa por el uso y
retiso de los mismos lugares en los que se deposita la gréfica rupestre,
por la repetida eleccién de un sitio, panel o punto especial a través del
tiempo, posiblemente con alteraciones en la intencién o en la donacién
de la carga simbilica, pero, sin duda, especial para ser elegido una y
otra vez, desde los grupos cazadores recolectores hasta época colonial
y posteriores en el caso que nos acupa. De igual modo, una forma de
memoria histérica que hoy no conservamos y no pademios recomponer
en toda la extensién temporal, es la tradicién oral, desconocida para la
grafica més antigua, aungue si evocada y recuperada para los grupos
que tuvieron contacto con el mundo colonial
15as manifestaciones rupestres en W
ico. Teenica, iconografiay palsaje
‘ALigual que en el recuento histérico de hechos y acontecimientos,
de la humanidad, la resefia de los eventos rupestres tiene un caracter
subjetivo dificil de desentrafiar por la distancia temporal que nos sepa-
ray por el contenido; son figuras dispuestas y realizadas por grupos y
seres humanos distintos, por lo que la narracién que se hizo en tiempos
antiguos 0 que hagamos hoy no puede desprenderse de la carga sub-
jetiva, aunque su estudio desde la perspectiva del investigador quiera y
deba estar permeada de objetividad. Hacer un recuento historiografico
del acontecer en esta materia nos llevar a una comprensién mayor del
fenémeno arte rupestre e igualmente dard claridad para focalizar la
proyeccién de su estudio a futuro
Hemos manifestado en otros documentos que el arte rupestre
en cualquier punto del mundo donde existe, con sus formas de expre-
sin, modalidades espaciales y de medio ambiente, intencionalidades y
desarrollos distintos, es un fendmeno ligado al pensamiento yal proceso
mental humano, a la evolucién intelectiva, emocional y social del ser, y
1no salo como poblador de una regién aunque esto determine y sea factor
contingente para algunos aspectos de su expresin’.
La presencia de manifestaciones gréficas rupestres abarca los
cineo continentes, con nicleos especiales en Europay Asia, dande existen
numerosos yacimientos de arte parietal y mobiliar con una asignacién
paleolitica y concentraciones especificas en ciertas regiones francesas;
en la costa cantabrica espafola y puntos del centro y sur peninsular
ibérico, yen dreas de Europa centraly oriental. Las manifestaciones post
paleoliticas con grupos de sitios que forman el Arco Mediterraneo; las
asignadas a edad de los metales con formas y temporalidad del mundo
metalirgico [bronce 0 hierrol y epicentros practicamente a lo largo de
toda Europa, (os distribuides en la linea de la costa atlantica, en Italia, la
nutrida muestra de Valcaménica; y en buena parte de los paises europeos
con especificidad en yacimientos de la Europa nérdica. Es considerable
1. Comentarios en torno a la visién del arte rupestre por parte dela autora se han ver-
tido, entre otras, en los documentos: Casado Lopez, M.P. 2015. "E] arte rupestre en.
México", en Arqueologia Mexicana. Ed, Raices 61 especial, pp. 8-90. México. Casado
Lopez, M.P. 2005. "Una década en la investigacion del arte rupestre en México", pp.
25-72. Comp. Mirambel L. Coord. Arte Rupestre en Mético. Ensayos 1990-2004. Obra
diversa. Instituto Nacional de Antropologia e Historia, México y Casado Lipez, MP.
2015. “La diversidad de paisajs y las representaciones en el Arte Rupestre en Méxi-
0", Actas XIX International Rock Art Conference, IFRAO 2015, Caceres Extremadura,
Spain). Symbols inthe Landscape: Rock Art and its Context, Universidad de Extrema~
dura e Instituto de Estudios Prehistéricos (ACINEP). Sesién: Expresiones rupestres de
‘México: Ivestigacién, Conservacién y metodologias de registro, Caceres, Ed H.Collado
¥y J. Garefa (Arkeos 37), pp. 971-992. EspanaPasado y futuro del arte rupestre en México | Marla del Pilar Casado Lépez
el incremento de sitios con arte rupestre que, desde el siglo pasado,
se produjo en la extensa drea de Eurasia, algunos de los cuales por ta
magnitud del sitio y del contenido alcanzan el rango de patrimoniales
Las regiones meridionales asidticas estan proveyendo al contexto del
arte rupestre una serie de sitios con tipologias singulares ¢ incluso con
dataciones novedosas y sorprendentes para la regién. Asimismo, con
cronologia, expresién técnica y tematica diferentes son las muestras
grafico-rupestres en Africa, presentando nlicleos en el entorno del Atlas,
franja sahariana, los recientes repertorios del Africa subsahariana y el
rico contexto rupestre de Sudfrica,
El continente americano se ve salpicado de sitios con gréfi-
ca rupestre en practicamente toda su geografia, ntimero de sitios que
crece de forma rauda. La regién septentrional continental ofrece si-
tios dispersos en el centro y suroeste del territorio de Estados Unidos;
en practicamente toda la extensién de México, con mayor profusién en
el norte, destizandose hasta occidente, el Altiplano y el Sureste para
continuar por Centroamérica y las muy interesantes muestras de arte
rupestre de las islas caribefias, a destacar la riqueza de Cuba. Para el
territorio meridional, mencionamos especialmente el nutrido y fecundo
grupo de investigadores de Colombia, Pert [geoglifos, Nazcal, Brasil
(Parque Nacional de Sierra de Capibara, Piaui) y Chile (Atacama] con
sitios de gran interés y relevancia a los que se suman las dos grandes
concentraciones argentinas, al noroeste y la de Patagonia [Cueva de
las Manos, Rio Pinturasl, en el extremo austral del continente, entre
otras. En Australia el a
rupestre constituye un fendmeno especial,
consecuencia de la ocupacién de sitios desde (a antigliedad a tiempos
madernos, con vigencia en la actualidad. El fenameno rupestre refrenda
el hecho de que, en el desarrollo del hombre hay estructuras similares
y formas comunes de expresar la realidad, el pensamiento y la vivencia
sin que necesariamente haya conexién en el espacio ni en el tiempo.
La dispersién del arte rupestre en México muestra que fue un
elemento asociado al desarrollo de grupos cazadores recolectores a
grupos con caracteres de vida sedentaria, perviviendo en ciertas areas
hasta tiempos histéricos y en otros construyendo la base del desarrollo
mesoamericano con iconografia propia (Fig. 1)
La presencia de grupos cazadores recolectores, en la amplia
regidn septentrional del pais y zonas circunvecinas, pervive hasta aden-
trados los tiempos de la conquista; el contacto entre los grupos existentes
y los religiosos, viajeros, cientificos y naturalistas que recorrieron el te-Las manifestaciones rupestres en México. Técnica, iconografiay palsaje
Figura 1. Distribucién
cronolégica de conjuntos
rupestres en México
rritorio posibilité el conocimiento de modos de vida y costumbres vistas u
idas de primera mano pero también mediante la trasmisién de leyendas.
contadas en su momento, permeands, a través de ellas, los elementos,
vivenciales que sobrevivieron en momentos inmediatos.
La llegada de un cumulo importante de religiosos, en un primer
momento, descubrié y describié en las regiones recorridas las caracte-
risticas geogréficas, ambientales y de igual modo las de sus habitantes.
En las descripciones ya se mencianaban, de forma narrativa y anecdética,
la existencia de figuras dibujadas en las paredes que asociaban a los
pueblos que conacieron o referidos a los existentes con anterioridad;
de entre ellas destacamos, para algunas regiones, las narradas por los
jesuitas desde el siglo XVII
El siglo XX ofrecié un panorama, como punto de partida, que
mostraba interés por el quehacer de registro y la aplicacién de mode-Pasado y futuro del arte rupestre en México | Marla del Pilar Casado Lépez
los metodolégicos en el analisis del arte rupestre, todavia débil pero
significative, En 1939 se crea el Instituto Nacional de Antropologia e
Historia con la finalidad de atender la investigacién, conservacién y di-
fusién de (os vestigios arqueolégicos. La profusién y majestuosidad de
sitios monumentales mesoamericanos y la exuberancia de los materia~
les arquealégicos existentes soslayaron el estudio de otros materiales
como las manifestaciones rupestres. La dedicacién y el esfuerzo de los
investigadores se enfocaron especialmente a la investigacién de las
culturas mesoamericanas, iniciandase timidamente una loable labor
de documentacién y de andlisis del arte rupestre con frutos importantes.
hacia mediados de la centuria pasada; serd en el dltimo tercio del siglo
cuando se descubran sitios y se intensifiquen los estudios.
M. Messmacher en su tesis sobre la cueva La Pintada, Sonora,
analizé las manifestaciones con criterios y metodologia usados para el
estudio de arte prehistérico europea. En el mismo periodo se planted el
Proyecto Atlas de Pictografias y Petrograbados del Instituto Nacional de
Antropologia e Historia (19871, con el objetivo de cubrir una necesidad, la
de incrementar y sistematizar el registro de sitios y figuras de la grafica
rupestre, como aporte basico donde se asentaran trabajos y andlisis que
fomentaran el conocimiento y comprensién del tema. En el proyecto se
precisé la metodologia de trabajo y disefé la cédula de registro, con los
elementos imprescindibles para procurar un registro propia y definido
para la grafica rupestre, advirtiendo de la diversidad de tipos y modos de
representacién en un espectro espacial y una linea temporal tan amplias.
ELinicio lo constituyé el trabajo bibliagr&fico y el impulso de los recorridos
lo que permitié un importante incremento en el registro de sitios.
Es en estos momentos en los que se percibe un florecimiento y
aliciente hacia el tema, no solo de especialista sino de arquedlogos que
en el desempefio de su actividad investigadora cotidiana incluyeron el
registro y andlisis de las pinturas 0 grabado rupestres. En los noventa
5 protegié y alenté la investigacién para sitios emblematicos, especifi-
camente para las pinturas de la Sierra de San Francisco, Baja California
Sur, que concluyé con la declaratoria de la zona como Patrimonio de la
Huranidad (1993). En 2010, tas cuevas de Yagul y Mitla con muestras
de arte rupestre y con elementos arqueolégicos de primer orden para el
acontecimiento que rigié cambios en el devenir de los grupos humanos,
como fue la domesticacién de algunas plantas, ingresaron en la lista de
sitios Patrimonio de la Humanidad.20
Las manifestaciones rupestres en México. Técnica, iconografiay palsaje
Figura 2. Publicaciones
‘acerca de las manifestaciones
rupestres en México
Erbe reer ears
En el timite de la centuria se defienden tesis, se llevan a cabo
reuniones nacionales ¢ internacionales donde los investigadores plas-
man los avances de su trabajo, a las que se suman las publicaciones
monogriticas y sintesis bibliograficas que apoyan y sistematizan los
titulos editados sobre el tema. Todo este sustento hace que el tema arte
rupestre constituya un nicho importante en el desempeno arqueolégico
del pais* (Fig. 2).
Las definiciones dadas para la identificacién arqueolégica regio
nal de México, que han servido como marco referencial en la historiogratia
arqueolégica mexicana, son las mismas a utilizar para el estudio del
arte rupestre con ligeras variaciones de acuerdo con la singularidad de
‘su comportamiento. El norte, asociado al término de Aridoamérica y la
regién de occidente con limites de variabilidad sutil segin los autores,
mantienen cierto grado de singularidad; ponemos el acento en ta regién
2. Ademis de la bibliografia incluida en los textos fruto de la investigacién, existen
repertorios bibliograficos y sintesis sobre el arte rupestre en México, mismos que
brindan informacién compilada, Hasta 1987, afo de edicién, en Casado Lopez M.P.
1987, Proyecto Atlas de Pictografias y Ptrograbados. México. Departamento de Regis
‘to Piblico de Monumentos y Zonas Arqueol6gicos. Cuaderno de Trabajo 39. México.
Valencia, D. 1992, EI arte supestre en México. ENAH. México; en los articulos que
‘componen la obra de Casado Lépez y L. Mirambel Arte Rupestre en México, Ensayos
1990-2004. Obra Diversa, INAH. México 2005; y recientemente en Rodriguez Mota,
F. 2014, Bbliografia comentada sobre estudios de manifestaciones grficas rupestres en
‘México. El Colegio de Michoacén, México.Pasado y futuro del arte rupestre en México | Marla del Pilar Casado Lépez
limitrofe denominada centro-norte érea de contacto con el Altiplano
central y mundo mesoamericano; hacia el este y sur, las regiones de
la Costa del Golfo, Oaxaca y la regién maya, con comportamientos bien
diferenciados, La presencia de elementos mesoamericanos invade el
desempefio delarte rupesire desde el Altiplano central hasta las regiones
mas meridionales del pais.
El norte, bajo de la denaminacién de Aridoamérica, y las zonas
de confluencia con el area mesoamericana estén referidas a la amplia
franja relacionada con grupos de cazadores-recolectores-pescadores
previos a la agriculturay a grupos que mantienen la caza y la recoleccién
pero diversifican su modo de vida [cultivo, ceramica, sedentarismol y que
perviven en tiempos histéricos.
No podria e
ddiarse el arte rupestre del noroeste del pais sin
ponerlo en relacién con sitios existentes mas alla de la frontera, en es-
tados del suroeste de Estados Unidos (Arizona y Nuevo México, ademas
de los colindantes]. Las referencias a grupos pobladores de la regién
existen desde el siglo XVII, asi como las menciones a manifestaciones
rupestres, como las del jesuita Andrés Pérez de Rivas, con posterioridad
las de Jacobo Sedetmair y para finales del siglo XIX las del noruego C.
Lumboltz. A lo largo del siglo XX la investigacién y los trabajos de re-
gistro se prodigan alcanzando a sitios distantes en el extenso estado de
Sonora, os situados en la linea fronteriza: los grabados y geoglifos en la
regidn del Pinacate; se estudiaron los grabados de la Proveedora por 0.
Ballereau; el comparativo con elementos de la cultura Cerro Trincheras
elaborado por E. Villalpando; las pinturas de la cueva La Pintada sobre
la que Miguel Messmacher realizé su tesis, analiz6 superposiciones €
identificé periodos de ejecucién. Los paneles de este sitio sufrieron los
embates del vandalismo y se prevé que en breve culminen los trabajos
del Proyecto de Proteccién y Conservacién de Patrimonio Rupesire del
INAH, que sobre el sitio se realizan, Es destacado el trabajo de B. Brant,
C. Quijada, E, Contreras e investigadores del Centro INAH Sonora y re~
cientemente la atencién a sitios por el Proyecto Poblamiento Temprano
en el Noroeste de Sonora (PTNOS] e integrantes el Institut Catala de
Paleoecologia Humana i Evolucié Social (IPHES)
Areas de los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila fueron
recorridas por el jesuita Andrés Pérez Ribas dejando notas que definia el
cardcter “barbaro y fiero” de los habitantes. A principios de la centuria, el
trabajo de recorridos para Chihuahua fue protagonizado por D, Brand, E.
Sayles, y AT. Jackson. Se destacan dos investigadores de gran prestigioas manifestaciones rupestres en México. Técnica, iconografa y paisaje
Figura 3. Cueva de Los
Remetios,liménez Chihuahua
Foto: Luis Aveleyra Arroyo deen el estudio de los grupos cazadores recolectores y arte rupestre del
‘And3.territorio que nos ocupa; nos referimos a Pablo Martinez del Rioy a Luis
Aveleyra Arroyo de Anda que mediante impecables recorridos y registros
enriquecieron el conocimiento de los grupos cazadores recolectores y
del arte rupestre de la regién’, El acervo de publicaciones y estudios se
ve inerementado con la obra de A. Guevara, P. Schaafsma, F. Mendiola
Galvan y E. Gamboa,
3. Las mencioneshistéricas generals para los grupos que se incluyen, las hallamas en
el jesuite Pérez Ribas, Andrés. 194, Triunfos de nuestra santa fe entre las més birba-
ras, fieras del Nuevo Orbe. México. Se hicieron recoridos en el estado de Chihuahua
desi los aos 20 por D. Brand y B. Sayles, 1943 “The Chihuahua Culture Area",
New Mexico Anthropologist vol 6-7 pp. 115-158 y en Sayles E. 1986”An Archeolo-
gical Survey of Chihuahua, Mexico". Medallion Papers, XXII, Gilda Pueblo Az, en
Tackson, A:T. 1938 “Picture-Writing of Texas Indians", Anthropological Papers, Vo
27 The University of Texas, Austin. Martnex del Rio, P 1934 "La primera ascensién
al cero Blanco de Covadonga, estado de Durango", Boletin de a Sociedad Mexicana
de Geografia y Estadistca, 44. México y “Petroglfos y Pinturas rupestres", Revista
de Estos Universitaros, Instituto e Investigaciones Antropol6gicas México 1940
‘Aveleyra Arroyo de Anda, 1. 1981, Informe del Proyecto de arte rupesre ela Comarca
Lagunera, INAH, 88 pgs.Una recopilacién bibliagréfica de la arqueologia de Coahuila se
puede consultar en R.B. Brown y el estudio de los grabadas de la regién
seguirse a través de los articulos de L Gonzalez Arriata, a los que se su
man los praducidos por la labor incansable de otros investigadores de los
centros INAH Chihuahua, Coahuila y Durango [E. Chacén, ¥. de la Rosa, C.
Cardenas, C, Sandoval, S. Rincén, por mencianar algunos‘) (Fig. 3.
Desde el siglo XVI, las citas refieren la presencia de conquistado-
res en la zona noreste del pals en sucesivas expediciones que alcanzaron
4. La riqueza bibliogrifica para la zona es significativa,ineluimos solamente algunos
Uitulos. Como muestra de la extensa obra de Schaafsma, P. "The Paquime Rock Art
Style, Chihuahua Mexico” Rock Art ofthe Chihuahuan Desert Borderlands, Texas 1995,
1988, pp. 33. R. B. Brown 1987, Biblografiaselecta dela arqueologia antropologia ¢
historia del Estado de Coahuila. Cuaderno de‘Trabajo 37, INAH, México. Es importan-
te mencionar la obra bien conocida de A. Guevara y F. Mendiola para Chihuahua y
de L. Gonazlex para Coahuila Se atendieron sitios en el estado de Durango entre los
que destaco el de La Ferrerfa, recientemente estudiado por JL Punzo, con grabados
yen el que destaca ciertas caracteristicas que hacen de él un sitio de la fontera
norte mesoamericana
Figura 4. Boca de Potrerilos,
Mina, Nueva Leén. Foto: Javier
Sanchez G4
Las manifestaciones rupestres en México. Técnica, iconografiay palsaje
Figura 5, Mural de las Manos,
‘Tamaulipas. Foto: Ma, det Pilar
asada.
los estados de Nuevo Leén y Tamaulipas. Para el territorio tamaulipeco,
‘son ilustrativas las narraciones de Benito A. de Castafieda (1726) y Juan
Lozada [1729], pero no seria hasta 1744 que se consolidaria la conquis-
ta, con enfrentamientos y movimientos de resistencia por parte de los
pobladores. Las expediciones ofrecieron comentarios sobre aspectos
de los grupos humanos existentes que atendian a los modos de vida
y de conducta. Seré a mediados del siglo XX que florezca el registro y
conacimiento de sitios con arte rupestre, incrementado con las trabajosde W. B. Murray para los grabados de Nuevo Leén, de M. Valadez para
‘eLemblematico sitio de Boca de Potrerillos y S. Turpin sobre las figuras
‘enmarcadas en el estilo Chiquibuitllos (Fig. 4).
‘A mediados de los cincuenta, en que la obra de R. Mac Neish
aportara datos sobre el arte rupestre de sitios de la Sierra de Tamaulipas
yyaen los setenta sobre San Antonio de Nogalar por parte de G. Stresser
Pean, se estimulé el interés en el estado por este elemento arqueoldgico.
25as manifestaciones rupestres en
México. Técnica, iconografia y palsaje
Recientemente, han sido ide
extraordinarias pinturas en varios puntos de la Sierra de San Carlos
(Sierra de Tamaulipas} de dificil acceso, sobre los que existen registro
y trabajos de J.L. Lacaille, G, Ramirez, F. Mendoza y M. Garcia que han
dedicado parte de su investigacién a la imagineria rupestre local, que en
breve aportara datos de gran interés. (Fig. 5)
ificados numerosos sitios con
Elentorno, (os habitantes y las pinturas rupestres de la peninsula
de Baja California son conocidos por los escritos de Francisco X. Clavijero
(1789), y otros jesuitas que a lo largo del siglo XVIll recorrieron la penin-
sula. Hubo resefias singulares como las escritas por Miguel Barco en
las que sefialaba la gran talla de los habitantes que alcanzaban pintar
las partes altas de la cueva; 0 las de Joseph M, Rothea que también
mencionaba la existencia de las pinturas.
En el siglo XIX arribaron a a peninsula naturalistas y antropé-
logos como H. Ten Kate en 1864, L. Belding, E. Palmer o el francés L. 6
Diguet, quien en 1895 evocé y redescubrié lo que ya se habia mencio-
nado en el siglo anterior. Es notable la descripcién de las pinturas, no
sélo por el tratamiento que hace de ellas sino por el momento en que lo
hace, cuando en Europa se cuestionaba la autenticidad de las pinturas
paleoliticas, discusién a la que se afade la prestigiosa la revista que
publicé el trabajo de Diguet, la de mayor prestigio en este tiempo para
la materia, nos referimos a su articulo, “Note sur la pictographie de la
Basse-Californie” [1895] en la prestigiosa revista L “Anthropologie de
Paris.
Posteriormente, una pléyade de autores ha dedicado su investi-
gacién al denominado Estilo Mural: B. Dahlgren y J. Romero, H. Crosby,
W Massey, E. Stanley Gardner, R.Heizer y M, Baumhoff, K. Hedges, C. W.
Meighan o C. Grant. En los ochenta se efectuaron registros importantes
en la Sierra de San Francisco por un equipo que coordiné B, Garcia y
en los afios noventa el Proyecto de investigacién de la Universidad de
Barcelona registré y excavé algunos sitios que aportaron datos crono-
légicos de interés. En el diltimo cuarto del siglo pasado y principios del
presente, son numerosos los autores dedicados a la regién y amplia la
bibliografia E. Hambleton, M. L. Gutiérrez, R. Vifias, A. Rubio oT. Uriarte
que junto a un nutrido grupo de investigadores californianos han hecho
destacar de forma notable las pinturas del estilo Gran Mural. En 1993
la UNESCO otorgé la declaratoria para ser inscrito en la lista de sitios
Patrimonio de la Humanidad.Pasado y futuro del arte rupestre en México | Marla del Pilar Casado Lépez
No podemos obviar que ademas de este excepcional nucleo de
pinturas y grabados, alo largo de toda la peninsula existen otros con arte
rupestre, al norte, el conjunto de El Vallecito con pinturas interpretadas
en relacién con la arqueoastronomia o Cueva de Catavifa; los grupos de
pinturas y grabados a lo largo de las serranias circundantes al niicleo
de S, Francisco se alargan hasta la regidn de los Cabos,
La conexién del noroeste continental con el norte del estado
de Sinaloa y este a su vez inmerso en Occidente le dan una connotacién
especial, los sitios en los que predomina el grabado suelen asociarse a
grupos agricolas y la consecuente afinidad al sol, al agua, ala fertilidad de
latierra, al conocimiento de los ciclos naturales y del entorno ambiental
Riqueza bien reflejada desde el siglo XIX en escritos de O.H, Howarth en el
que se mencionan algunos de los enclaves mas importantes del estado,
como el sitio de Las Labradas. En el siglo XX las obras de G. Ortiz Zarate
YM, Bonilla sistematizan la informacién para posteriormente iniciar una
expansién en la investigacién y por ende en la presencia bibliografica
F. Mendiola trabaja sobre el arte rupestre del norte de Sinaloa; para el
sitio de Las Labradas, compuesto por mas de 200 bloques de grabados
ycon declaratoria de Zona Arqueolégica, existe una extensa bibliografia
fruto de la investigacién de V, J. Santos Ramirez y J. Vicente Lépez. La
amplia regidn occidental ha ofrecido y sigue aportando nucleaciones muy
numerosas, como los canjuntos estudiadas por J. Mountjoy, los grabados
de Nayarit 0 los de areas de contacto, es el caso de Michoacan, sobre
el que existen trabajos de investigadores del Centre Francais d'Etudes
Mexicaines et Centraméricaines. El comportamiento y tipologia dan a la
zona personalidad y conforman una modalidad representativa del area‘,
Las zonas meridionales de la gran regién norte, que hemos
denominado regién centro-norte, participan de las caracteristicas de
5. Hay referencia a las pinturas en menciones histéricas, Barco, M. Historia Natural
¥ Crénica de la Antigua California, y en Joseph M. Rothea J. M. (1759), algunas re~
membranaas de interés sobre la evocacién histériea en Uriarte, M. T, 2013. Historia
yAArte de ta baja California, Instituto de Investigaciones Histéricas, UNAM, México.
Son numerosos los autores que han trabajado sobre la regién generando un cGmulo,
considerable de bibliografia
6. Bonilla, M. De Atatlan a México. 1980 (1907), Col. Rescate 5, Universidad Auténo-
‘ma de Sinaloa, Culiaedn, México. Howarth O.H. 1894, “On the rock inscriptions of
Sinaloa (West Coast of Mexico)", Royal Anthropological Institute of Great Britain and
Ireland Journal, vol. 11 pp 225-232, London. Ortiz de Zérate, G. 1976, Petroglifos de
Sinaloa. Ed, Fomento Cultural Banamex, México. Una sintesis en Casado Lépez MJ
1991, "Presencia de arte rupestre en el Occidente de México" en Anales de la Real
Academia de Cultura Valenciana, Valencia pp. 30-60. Destacamos la tesis sobre el arte
rupestre en el norte de Sinaloa de F. Mendiola y la dilatada obra de Vietor J. Santos,
especialmente, sobre el sitio de Las Labradas.Figura 6. Cueva Los Machines,
Unidn Zapata, Oaxaca Foto:
Tania Escobar.
o. Técnica, iconografla y paisaje
Aridoamérica, mantiene relaciones con occidente y presentan elementos,
propios del entorno arqueolégico mesoamericano. Esta franja tiene un
soporte multiétnico que le da caracteres constitutivos. Hay referencias
histéricas sobre la existencia de grupos en relacién con el quehacer ru-
pestre del 4rea, que muestran una nucleacién importante en tornoa cier-
tos territorios de los estados de San Luis Potosi, Guanajuato y Querétaro,
La investigacién se ha centrado en el grupo de sitios de la cuenca det
rio Victoria, en el estado de Guanajuato, sobre los que el registro esta
avanzado y C. Viramontes y L.M, Flores intensifican los analisis de las
figuras en esta tan especifica regién y gréfica rupestre. Los recortidos
hechos en zonas circunvecinas hacen que se descubran nuevos sitios y
se fortalezca la investigacién como la que atiende el sitio de El Ocote en
Aguascalientes u otras en el estado de Zacatecas. Existen nicleos de
investigadores que desarrollan un trabajo decidido, como los del estado
de Hidalgo, Puebla-Tlaxcala y hacia el oriente el registro de sitios en
Veracruz. Las manifestaciones gréfico-rupestres hacia el sur y sureste
participan y se ven influidas por elementos propios de la iconogratia,
imagineria y cosmovisién mesoamericana, por lo que corresponderia a
Un rubro més complejo del estudio historiogréfico (Fig. 6)Pasado y futuro del arte rupestre en México | Marla del Pilar Casado Lépez
Ante el soporte histérico y contemporaneo mostrado en estas
\ineas, el cuestionamienta inmediato es claro, {cudles serian los retos
para enfrentar y rutas a sequir en el estudio del arte rupestre para un
futuro inmediato? Haciendo un anélisis del desernpefo de la investigacién
sobre el tema y sin ser pretenciosos en el sefialamiento, creo que es
ineludible atender carencias o insuficiencias del trabajo sobre la grafi-
ca rupestre, hoy evidentes, de modo que puedan darse pasos amplios
y seguros en el camino de acercarnos a decodificar las incégnitas que
todavia presenta el estudio de este elemento arqueolégico.
El primer ejercicio en el estudio del arte rupestre, una vez
conocidos los sitios y las figuras, es el registro, paso inicial atraido por
la percepcién del investigador, tomado como herramienta de conoci-
miento y documentacién de los sitios, mediante el que se preserva el
capital de la informacién, se identifican los sitios y se documentan. La
idea de registro como paso inicial del estudio del material y soporte de
las tareas de proteccién y conservacién se expone de forma precisa en
el Programa Nacional de Conservacién del Patrimonio Arqueolégico &
Histérico de 1984,
De la forma convencional, aun siendo basica e insustituible, el
registro ha sufrido una importante evolucién: del modo descriptive de
formas, técnicas y datos identificativos de localizacién del sitio y conte-
nido general que el investigador necesita para los anilisis de su trabajo
y para cumplir con la cédula del "Registro Publico de Monumentos y
Zonas Arqueolégicos”, se pasa a considerar aspectos que acentiéan otros
factores en funcidn y directriz del planteamiento tedrico general que el
investigador proyecta para el analisis del sitio o area.
El registro se completa con la introduccién de procesos técnicos
que aportan una visién mas cercana a la realidad de lo que encontramos
dibujado. Las nuevas tecnologias hacen que el registro sea efectivo sin
perder la objetividad del estudio, La aplicacién del programa ImageJ y
D-Stretch permite una vision mas definida y clara de las f
perando informacién perdida con el tiempo, pero existente y plasmada
por el hombre, Actualmente, también se utilizan para el analisis y re~
produccién de las figuras los barridos con microscopios sencillos o con
microscopios electrénicos, la reproduccién de las figuras con un alto
grado de resolucién y resalte de los colores que influye en el estudio
general, ademés de los modelos y reproducciones en 3D que permite
reproducir las figuras, el sitio y el entorno,
ras, recu-as manifestaciones rupestres en W
ico. Teenica, iconografiay palsaje
La aplicacién de Modelos de prediccién para registro de sitios con
arte rupestre, que se lleva a cabo en la Coordinacién Nacional de Arqueologia,
apoyay reduce el tiempo y los recursos del investigador en esta fase inicial
de trabajo. Se trata de un modelo de terreno generado mediante tecnologia
LIDAR y procesado a través de sistemas de informacién geagrafica aprove-
chando el material y os productos cartogréficos de INEGI disponibles a la
investigacién. El objetivo es la identificacién de sitios con manifestaciones
rupestres en un SIG por medio de factores geograficos (Fig. 71
El registro nos aporta el sujeto de estudio que nos lleva de for-
ma directa al segundo paso, la investigacién como base obligada para
cualquier otra accién o toma de decisidn en torno a la conservacién. La
investigacién sobre el arte rupestre atiende numerosas conceptualiza-
ciones, se analizan los patrones cromaticos, los tipos representados, su
relacién con el medio y con las necesidades fisicas y animicas del ser
humano, ta carga simbélica que el hombre de forma individual o colectiva
asigna a las figuras que no solo son el reflejo de una realidad sino la
percepcién de ideas que debemos desentrafiar,
De todos los enunciados en los que la investigacién puede incidir
hay dos que creo deben ser considerados prioritarios, el primero es el
relacionado con la asignacién temporal y el enmarque en el desarrollo
cultural de los pueblos que lo generaron. Las aplicaciones de técnicas
para la datacidn deben ser implementadas de forma usual, si se quiere it
tejiendo la urdimbre de la cronologia. Las fechas obtenidas de forma di-
recta sobre la pintura rupestre o la indirecta proveniente del trabajo sobre
la estratigrafia arqueolégica puesta en relacién con el hecho rupestre es
realmente escasa. El sequndo punto, es el relative a la intensificacién de
los estudios de cardcter etnalégico o etnohistérico que pueda llevarnos, a
través del conocimiento del patrimonio intangible y de cémo lo asumieron
los grupos sujetos de estudio, a establecer un nexo que presumiblemente
alcance cierto grado de comprensién de la mentalidad de los herederos
de aquellos que realizaron las manifestaciones rupestres.
De la investigacién emanarn las medidas de proteccién técnicay
legaly las acciones administrativas y de conservacién directa, intentando
equilibrar el imperativo de la conservacién y conocimiento con el derecho
al disfrute de este patrimonio.
Como parte del patrimonio arqueolégico de la nacién, los si-
tios y manifestaciones gréficas son protegidos por la Ley Federal de
Monumentos y Zonas Arqueolégicos en los diferentes drdenes y nivelesPasado y futuro del arte rupestre en México | Marla del Pilar Casado Lépez
PROPUESTA DE APLICACION DE MODELOS PREDICTIVOS EN ARQUEOLOGIA
Técnica de prediccién por localizacidn de sitios o
materiales arqueoldgicos en una region basados en el
patron observado en una muestra o en asunciones
acerca del conocimiento humano.
Ben Dy
PiSiariare\)
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Piette sae imica, litica, arquitectura etc.
Figura 7 Aplicacién de
5 modelos preditvos en
de autoridad. La declaratoria de zona arqueolégica canlleva atencién, raueotogia
mantenimiento y apoyo juridico alos sitios, (o que ha permitido abrir una
docena de sitios en los que hay presencia de pintura o grabado rupestres
en distintos estados del pats y con asignacidn temporal divers. Incluir
los sitios con arte rupestre en la Lista de Patrimonio de la Humanidad
de la UNESCO es garantia de interés y atencién de los organismos na~
cionales e internacionales implicados en la declaratoria. En México se
‘cuenta con dos sitios de estas caracteristicas, Las Pinturas de la Sierra de
San Francisco en Baja California, cuevas con pinturas caracteristicas del
estilo Gran Mural, inscrito en el afo de 1993 y Las Cuevas Prehistéricas
de Yagul y Mitla en el Valle de Oaxaca, bien patrimonial mixto, cuevas con
pinturas y grabados de cazadores recolectores que evolucionaron hasta
la primera agricultura con hallazgos de la domesticacién de plantas,
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31as manifestaciones rupestres en W
ico. Teenica, iconografiay palsaje
En el rubro de la proteccién y conservacién es urgente atender
los deterioros sufridos por este tan vulnerable elemento arquealégico.
Los factores de deterioro mas frecuentes son (os relacionados con la
afectacién natural [factores climaticos, geolégicosy biolégicos); en estos
casos se atenderé el origen del deterioro para aplicar, por especialistas,
las medidas puntuales a cada caso.
Entre las causas antrépicas sefialamos las derivadas de ac-
tructura y las
derivadas de acciones de vandalismo como los grafitis, (os impactos,
el expolio y saqueo debidos a diversas causas como, el abrumador cre-
tividades industriales, la realizacién de obras de infrae:
cimiento urbana, la ausencia de personal de custodia de los sitios o la
supuesta puesta en valor de los sitios que atrae un importante nmero
de visitantes sin control.
La apropiacién identitaria de los sitios y del patrimonio por las
comunidades circundantes es uno de los hechos mas fructiferos para
reservar y proteger los sitios. No se puede pensar en proteger o conservar
sino se establece una alianza entre la comunidad académica, la sociedad
en general y las fuerzas sociales locales.
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