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is), So datos los pacientes que suften dela que antes lame dmaraivia. : Ta certs que surge de eto es que ls dyer oral para la identidad. Eakin cite conus de un ‘Cuda inédite de Young y Saber: “os indivdues que hin perdido la capacidad de consruirnaraciongs han perd- osu yo." La connruceiéa de la identidad parece, 29 pede avanaar in le capacidad de nav. "Una vez dotados con ex capacidad, podemos pro- asi una identdad que nos vineule con los dems, que fos permita volver recorerslectivamente nuestro pa Sado, mientas nos preparamos paralaposblidad de un fucuro imaginado, Pero las nartaciones que nos conta- ros 2 nosotror mismos, que construyen y reconsuyen fauesto Yo, abrevan en la culeua en que vivimos. Por ts que podem sigoas aun cerebro la carta de fine Cionar para conseguir nesta identidad, ya desde el pin- pio somos expresiones de a eulara que nos nutre. Pero Iacultara a su exes na dialéctic, ena de narraciones alternativasactea de qué es el Yoo qué podela se Y las historias que contammos paa crearnos 2 nosotros mismas reflejan es dalécticn, 2 Bain, How’ Our Live Become Seria: Making Seles, ob cit. ps 126. Eakin hace eferenca aun eno indo de Kay Yours y Jlley L Saben The nwelegy of narration, presenta en uns se sién sobre “Autabgrafiay nevoeencs” de laModem Languages Associaton Convention, Nueva York, 29 de dcembe de 1995 Le Gebria de Hitol’s | Jelome Dioner ay una verdad que aun sin mi lboriosa rcopiaetén de documentos es, sin mds, obvia. La naratva, si Hien c= un evident place es una cos seta, Enel bien ye el mal, es nue instrument profridoquiésintuiveoblgado para hablar dels sipiraciones humanas y de sus vicicudes, las uestasy as de los dems, Nuzeras historias no blo cuen- tan, sino qu imponen lo que experimentazps una e twucturay un realidad ivesisible;y adem pa acid ~flossca. De hecho, por su misma naturales, os scatos dan por descontado que nosatos, ss protagonists, somos Tbres a menos que etemos atrpades por las rcunstan- clas, Yasimismo dan por dewonrado que laspecspnss sven cebmo ese] mundo, quése puede esperar ded 25{como qué se espera de ellos, Con el empo le vida llega po tanto & imitaral arce como aaliarse con Es "gente habioual que hace las cones habirals en lugares habieuals gor razones fabinale”, Hace fala na apazenefacrura en ste een, dello habitual para hacer que eche a andar [aia ding mica de la narratv:cémo aftontal, doin, volver a evar as cosas por ls caries fans. vs ola nariatva es un atte profundamente popula, que ‘manipula creencias comunes zespecto dela naturaleza de agente y de su mundo, Esl especializadaen lo quees, 0 se supone que es, dentro de una stuaciéa de riesgo. Con- tar hisrorias es nuestro instrumenco parallegar2 un acuer- cdo con las sorpresas y lo extraho de la condicién hums: nna, Como también con nuestra imperfecta comprensin de esta condicién. Las historias hacen menos sorpren- dente, menos arcano, lo inesperado, le dan un aura ané- logaa lacotidianided. “Es extraa esta historia, pero tie- rnc un sentido, zno es certo?” ;Decimos estas cosas inclu- so cuando leemos el Frankenszin de Mary Shelley! El dominarla probablemente es un medio fundamen- tal para mantener la coherencia de una cultura A fin de ‘cuentas, la cultura prescribe nuestras ideas de lo Aabi- tual, Pero, dads la indocilidad humana y las imiperfec- ‘iones del control social, no siempre prevalece lo que se espera. Engaftamos, seducimos, no respetamos nuestros ‘compromisos. Las infracciones y la aberraciones no st- rin agradables, pero por cierto no son inesperadas, La condicién humana a pequefa escala-es demasiado ine ciecta,ylas ganas, demasiado impelentes en quellas horas de la siesta. Ast las historias se rfiecen a las casas en ‘pequefia escala. No sostienen ninguna moral general ex- plicit; se limican a implicarla; hasa que un abogedo mete sus manos en ella para demostrar que, basado sobre el precedente, éta viola el artculo iv, inciso 3 de algén es- ‘acuto codificado, Esta es acaso la razén por la que tantos clientes consideran que el procedimienco judicial estan insoportable. Las transgresiones de lo habitual, una ver dominadas narrativamente levattla impronta de la caltara, no una marca de calidad de las revstas para consumidors, sino «ana aprobacidn ena forma de “Ah, ac tenemosde nuevo laviejahstoxia’. Una vea ennoblecidas como génez0 0 como “erasto viej, devienen Jegitimadas e interpreta bles como tranegresiones 0 infortunios © ertores de jue cio humano: el hijo ingrato, el cényuge infiel, el sirvien- teladeén, Devienen lo imprevist del reprtorio|y noso- ‘tos nos hacemos consolar por la persuasién de que no hay nada nuevo bajo el sol. Asi, las infracciones devienen facciones, ls lista de pecados mortals y ve- niahes de calico, los mandates de la Corte Red paca el inglés, la prohibicign familie i Peto, como ya he observado, la cultura no sé da toda en una pieza, y tampoco su patrimonio de histrias, Si sitalidadceside en cu dialdsieaen su exgencialle llegar 4 un acuerdo con opiniones contratas, con natraciones de indole conficiva. Dames ofdo a muchas historias y Jas tomamos por usuales aun cuando estin en éonilicto entre st. Comprendemes la inexorable prohibicién for- rmulada por Creén que impide sepultar a Polinies, su bei irados pard bien Sota eoedae ActigOa? que desafla a Creén paca dar. sepuleura su hermano muerto, Es el conflicto entre el soberano venggtivo y la hermana fiel. ;Cémo resolverlo? Luego, una historia de ipeetorla paca’ siniar ends fdcfleienss" et feb Alen Aatigona y au hermano Polinices son el Fru de lati ca uniéa de Edipo con su madze, Yoeasta. ;Qué puede deriva de ello, més que lacatéstrofe? Antigoak es con- ead a mere por Cen el orden police debe pre- salecer ¥, en répida sucesi6n, la mujer el hijo de Creén, jprometido de Antgona, se dan muerte por el dolor y la ‘ergienca, El genio de Séfocles ha ransformado tina s- tuacién que hiel la sangre en una “inelucrabilidad com- prensible’. "A dos milenios de distancia todavia estamos fascina- dos por Antigonay ls actualizamos contiauamente, Jean ‘Anouilh dio una versién de ella que subié a escena en Paris durante el dltimo afo de la ocupacién alemana, con un Creén que era la caricatura de un dictador mo- demo y un Antigona que era un tansparente disfaz de MarianalJusna de Arco. Tan irresistible, tan antiguo excl dilema de Antigona que los ocupantes nazis no ossron. probibirla por temor al ridicule. Toda Parts rebar el tea- tro; no se encontraba ni siquiera entradas de pie. Una nota personal: los magus con los que estabamos en con- ‘acto en Parls nos enviaron irénicos mensajes landest nos a Londres respecto de los oficiales alemanes que llo- raban en la sala, Pero yo también loré durante la fun- cin algunos meses mis tarde, cuando nuestra unidad de “guerra psicolégica’ Finalmente legé a Pas iberada.;La cobca se representé un sf mds! El gran teatro, como los mitos de fundscién, no pre- Senta modelos a imicar, sino impresionantes transgretio~ ‘nes delo habitual que deben ser comprendidas, de algin ‘modo ‘dominadas, incorporadas una tradicién cultu- sale literal prence de Dinamarea, oa Agamenén, 0 al joven capitin de El budsped sereto de Conrad? ;Pobre ‘McCandless, que imixé Walden hasta morir en soledad! PORQUELANMMAIN, | BL gran cento, la gan narratva, en epost all puro cnttetenimiento, cUfmple una foncién peigros’, y noso- we avanzamos lo sufcente_ en nue andi como para consider este punto de cerca ‘La culeura humana, sin importar de qué tipo, es por naturale una solucién dada a la vida en cpmin no ‘menos que, de modo més oculto, una amenazy y un de- saffo a quienes viven en su dmbito, Para sobréivir, una cultura necesita medios para resolver los conflicos de interés inherentes ala vida en comin. Uno de estos me- dios son los sistemas de intercambio (para usar el viejo téemino de Lévi-Seraus): mis servicios pr cut bienes 0 Or tu respeto o alguna otra cosa. Distinto es{el “juego serio” (tomo prestada la feliz expresién de, Clifford Geerea): modos de representar y remover extermninadores onfictos de deseos en un elaborado ritual, como en la famosa rifia de gallos de Java, desrita con tala vivaci- dad por Geert O, a fla de ota on invertamos un sistema jutdicoy le damos presumiblemence alcada uno sida incu Hn linguna cultura humana puede actus sin lg ie ear degli poate: hee bles inherentes 2 la vida en comin. Aparte de todo lo demas, lo que una cultura debe hacer es escoger medios paramancenerendovinterens yepiconsieoae patible. Sus recursos narativos cuentos populates, his- toriasanticuadas, su literacura en evolucién, iqclaso sus tipos de chisme- sirven para, convencionalizar ls des- igualdades que aquélla genera, manteniendo rfienados sus desequilibrio y sus incomparibilidades. a Mediante la narrativa construimos, reconstruimos, en cierto sencido hasta reinventamos, nuestro ayer y nucs- trormafiana, La memoria y ls imaginacién se funden en cste proceso, Aun cuando creamos los mundos posibles de la fiction, no absndonamos lo familia, sino que lo subjuntivizamos, transformdndolo en lo que hubiera podido ser y en lo que podela sex. La mente det hombre, por mds ejercitada que esté su memoria o refinados sus sistemas de registro, nunca podrérecuperar por comple- to y:de modo fil el pasado, Pero tampoco puede escapar de dl, La memoria y a imaginacién sirven de proveedo- 1s y consumidores de sus reciprocas mercadefas, El derecho es fascinance porque aspira a buscar en el pasado y en la memoria para determinar si un caso pre- sente es 0 no un modelo, un recurso de lo que se prescri- bid en el pasado, Peto ususlmente su dialéctica en evolu ign impide que una cultura caiga victima de este impo- sible ideal mnemSnico. El sistema separados-pero-igusles de ayer se vuelve el selato de opresin de hoy. ¥ también cl pasado se redefine, como cuando en el cas0 Brown los juecescitan con aprobacién una decisién dela Corte Real de 1772 en el cato Somerset, donde se declara que un caclavo negro, exapado y después capturado y deportar do de los Estados Unidos a Inglaterra por su pattén, un hombre del Sur, no podia see vuelto a esclavizaren suelo inglés porque en ese pais no existian “estatutos munici- diciGn natural de ée hombre era a libertad. No se pue® de dejar de admirar esta citadel juee supremo Warren en Ia hiseécicaopinién que proaunci sobre el caso Brown: Pero admiro aun mdi'su fantasy su intuicidn al ver'la © afinidad de ese caso con la cuestién de decidir si las es- cueasseparadas pero igulesviolaban la cldusula de igual proteccién de la ConstinuciSn delos Estados Unidos, do- cumento redactado diecisiete afios después de que Lord Mansfield, el “Lord High Chancellor", hubieta vuelto a poner ea libertad a Somerset. La ficcién narrativa crea mundos positles, pero cRtrapolados del mundo que conocemos, pot mis alto que puedan elevarse por sobre aquél. El ate delo posi- ble es un artepeligroso. Debe tener en cuentalla vida tal ‘somo nosotros la conocemos y, sin embargo, alienartios de ella lo sufciente como para tentamnos cop. posibles alernativas que la ascienden, Es algo seconfaccante, ya ta vez un desaffo, Finalmente, tiene el podes de modifi «ar ausstros habitos al conczbir qué es real, qué es cand- aco, Hasta puede socava los dictimencs dé ld Tey 2208 de lo que constituye una realidad canéniea. La novela Furor modifi la legitimidad de una descuidada regiga semidesértica de los Estados Unidos, tanto como La ca~ bara dello Tom mins en sus bass la aceptabiidad de la csclavtud en la Norteamérica anterior la guscracivilsy 20 sélo suscicando la indignacién populat. Hl libro de Seeinbeck, como el de Harriet Beecher Stowe, hizo que ss empecara a discuir sila vida debla ser as. Y éste es cl sgermen de la subversiéa smotunme pales’ ceria nel Mt AY qué decir del equilibrio encre memoria y fantasia en la narraciones creadoras del Yor, tema sobre el que, en rigos deberiamos llegar a alguna conclusin final. Pero antes de proponer sna, debo examinas los orfgene, la prehistri de a narravva, para comprender mejor de qué modo sus clstntas formas entran en zelacién unas con otras. Ay de iit, tendré que hacerlo sobre la base de una documentae rias come ls llamé Lord en su farnoso libro deace una tgeneracisné La habilidad de conta es reconocida y hone ada también en las sociedades més simples. ¥ esta habili- ‘ad conlleva una estructura formal que va més all de la pura expresvidad, Lor escdios sobre falldore demuestran fufieientemente que las relatos de los naradores de histo- ras se compontan de cadenas de fragmentos modulares ‘que podlan ser descompuesasyteordenadas para generat disincosrelaos en dstintas ceasiones, Habrf hecho fala rucho tiempo para que nacieran los géneros narratives? AY para hacer que surgiean genios al componeslos? De- ‘plan existirno pocos incentivos para impulsara Homeroa cxhibie su ealento, ya que tos narradores de historias for- ‘man parte de los miembros mis honrados dela tibu. {No habri empezado muy temprano la vidas imitas el ane? ;Cudnto habrin podido resist los seres humancs la tentacién de emulas las acciones y las modalidades de los relatos presentados atisticamente por los narradores de historias? Los grepos crefaren susimitos, como preguntS clclacsista Paul Veyne?¥ bien sfy no, Sin embargo, como afirmé otro gran clacsira, Eric R. Dodds, seguramente tenian en cuenta esos mites en el modo en que vivian su vida y acumulaban experiencias de sa mundo? “Vase en eipecilAlbetB, Lord, The Singer ofl, Cambridge, Harvard Univertny Press 1981; pro cambign Prepp. ""Pael Veyne, Did the Gres Bev in Their Myths? Chicago, ‘Chicago Univeicy Press, 1988 (ua. espa ¢Creeron lr grigo en ‘smo? Barcelona juan Grnia, 1987} BAe. Dodds, The Grek ‘and the Irina, Beteley, University of California resi 1951 tea. esp: Lo gre yo ireconal, Mads, Aliana, 1980) ‘Ab, por desgracia nunca sabremos nada de la narra siva mas familiar se nuestros ancestos, en famille due rantelacaz ola recoleccién de plantas comestbles, en los momentos de ocio (y todas las sociedades|estudisdas hasta ahors disponen de una notable czntidad de tiem- polibre). Pero una vez mds podemos hacer alguna con jevura documentada. Las formula en trios que hizo familiares el gran psiedlogo ruso Lev Vigor. El usa lacxpresin “nteriorizaciGn” para deseribir el modo en que adquirimos ¢ imitamos modismos tadicionales, para después apropiarnos de ellos. Vigo y su bri- llante slumno Alexander Luria citan sorprendentes sjemplos de interiorizacin enere simples fampesinos de Kazajiscn que entraron en contacto coi, la agrieul- tura colectiva mecanizada durante los primdros aos de Ia evolucién russ. No sélo cambiaron susideas sobre el mundo dela nauraleza, sino ademés sole qué eso que hace que las nabes se musvan; también sobie ellos tlm, quidnes ean ysobre qu ean o nd eapaces de realizar, El mundo social habia cambiado para ellos, y asf también su Yo ieee Sev Vigouki, Though and Lenguage, Ca ar Press 1962 fund. exp: eames y lengua Terk del carroll ella: tale lt fancionesplguices, Boenoe Aires, Lato, 1964); vase ‘ambidn su Mind an Soin? The Develypmencof itr Pyebabogad Proce, Cambridge, Harvaed University Press 2004, ‘elvamos oral Yo como produto dela naraién de fo: Aqal estamos desde el inicio provistos, et cierto, de ee Aad bu neo primera de aden ppeto la creacién del Yo se produce en gran medida del txterior al interior tanto como en sentido contrari. El Gramético proceso de equilibrar auronom(s y conexién sleanea algunas culeinaciones provisorias ya en los ri- feo dot afin devia lors separte des ade controlar la atencién propia, reconocer el pensamiento sjen, fesslvercompleacionesaeetivs con los pais, darse cuenta de las limites del comportamiento propio “Tales cuestiones fueron tratadas profusamente por los cestudiosos de la infanela durante las dos dltimas déca- das” Y no es cosa sorprendente, pues nos hacen com- render que ya desde los primeros afios nosotros rene Thos los insrumentos para leaner el equlbo ent la autonomia y la conexién; fue el desequilibrio entre ras, lo que destruyé al pobre McCandless. Pero serfaun ervorver en esta lucha un combate decaba- lleafa perennemente incierto. Con el tiempo, ésta se hace mis parecida a una guerza de posicién, Creamos nusstos relies que definen el yo para hacer Ente a siuaciones 7 La nueva Tterstura acerca de fa ffana es quia. Una saguds rete general unto con una dt bibliografl) se encuentra ch Philippe Rochat, The Jyfantr World, Cambridge, Harvard Univesity Pest, 2001 won uta saan wel las que segultémgs viviendo: Pasamos a formar parte de f- ris, con historias familiares. Seguimos serdo estudian- tesde le promecién 1962 de Harvard o de nupsteadivisiéa delaescucla media, dice fos antes. Alimentammos auestas identidades con nuestrasconexionesy, sin efabargo, afi- ‘mamos que también somos otra cosa: nosotrgs mismos. Y cst icrepecibleidentidad devva en gran pare dels isto~ ris quenos contamos para juntaresos Fagmentos. As{ como los giegos escuchaban a su Homero, nosottes somos ara dos por los modelos micas de nuesta épocs. Tal vex no reemo# del todo en ellos, perolos tenemos en|cuentaaldar forma.a nuestra vida. ¥ cuando les euestaadgpeare a cir- ~cunstancias nuevas, dominamos la discrepsnaia con histo- Flas que hacen “razonable” ol firrago en que Credn y Aniigona ayeron respecto dela sepukura del pdbrePolinices Como.observa Claude Lévi-Strauss, nosotzos somos bricolears, improvisadores. Improvisames eal el modo en ‘queneshablamos de nosotrasmismos, improisames para aque lo invertido en nuestro equlibrio no ze legue a efa- mar. Y tambien en este punto nos beneficinmos con la incesance dialéctica de nuestra cultura. Pues fxiste un re- pertorio de historias, historias antiguas, del que podemos ‘omar para representar nuestros desequilibrics a nosotros tismos. Ante la duda, cambién podemos recur l viejo dicho: “todo en su sitio nada.en orden”. Del cismo modo que el pulgar prensil pone @ nuestra disposiclén muchos tenis, el talento-narrativo nes oftece un repertorio de natraciones.en.el que abrevat. Y si no logramos hacerlo [Por nosotros mismes, podemos acudir a recursos institu cionales como e cura, el psicoanalista, la gindola del su- permetcado: todos con alternativas para ofrecer. } 8 v Cuando era un joven psicélogo entusasta, impaciente por abrazar el mundo, escribf un libri llamado Cone- fer: Ensayos para la mano ixquierda, Tenia intencin de celebrar las ingeniosas intuiciones de la fantasia acerca dela condicién humana, que nos encarinaban ala com- prensign de esta misma eondicién humana de un modo mds equilibrado y “cientfico". La mano izquierda de la incuicién oftecta tesoros ala mano derecha de [a razén. Bilibroindagaba de qué modo ls narraciones produ- cidas por la fantasa se podian transformar er otras, sus- ceptibles de ser xsminadas, demostradas, corroboradas, eit la ciencia. El método cientiico, asf crela entonces, debta domefiar ls narrativa ordinaria, haciendo hipétsis cotroborables y poniéndolas a prueba. " Hoy considero que mi entusiasta persuasién juvenil de que exztlan dos mundos mentales taducibles uno al ‘otro, el paradigmétio y el narrativo, era profundamence cexrada, St, existe un pensamiento paredigmitico que se ‘ocupa de verifica las proposicionesbien formuladas acer cade cémo son las cosas, Si, existe uno narrativo,diigi-

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