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Alain Roger Breve tratado del paisaje Edicién de Javier Maderuelo mun Paisaje y Teoria BrptioTeca NUEVA 7] PREFACIO Este libro intenta paliar una laguna. A pesar de la proli- feracién —desde hace una veintena de aiios,— de obras, la mayoria de las veces colectivas, cuyo tema de estudio es el paisaje, en Francia carecemos de un verdadero tratado teé- rico y sistematico sobre la cuestiOn. Y esto es debido a dos razones, por otra parte, contrarias. La primera es una cier- ta carencia conceptual. Nadie, salvo quizd Augustin Berque, ha intentado elaborar una doctrina del paisaje. Nos atene- mos habitualmente a puntos de vista especializados —el del gedgrafo, el del historiador, el del paisajista, etc.—, con fre- cuencia estimulantes pero nunca decisivos. La segunda es la falta de informaciones histéricas, indispensables si no se quiere producir un discurso exangiie, arbitrario o frivolo. El paisaje, o mejor, los paisajes son adquisiciones culturales y no se entiende como podria tratarse sobre ellos sin conocer bien su génesis. Existen, desde luego, excelentes obras sobre ‘la invencién’ del campo (Piero Camporesi), de la montaiia (John Grand-Carteret) o del mar (Alain Courbin). Pero estos estudios nunca se han reunido, integrado ni —me atreveria a decir— digerido en un todo orgénico en el que la historia nutra a la teorfa y que ésta, por su parte, ilumine a aquélla. He intentado resistir a dos tentaciones. En primer lugar, a la del enciclopedismo. Es cierto que la brevedad impuesta IL BREVE TRATADO DEL PAISAJE a este Breve tratado me protegia de él i 2.Sn cuando publiqué, hace tiempo, i ya ced ty tain eaaiel pasaje en Francia. 1974-1994, que prace da las grandes correntes de la investigacién Frmnctgg PR Campo desde hace un cuarto de siglo. Por otra mann te falecricismo del manual de divulgacién, un eee deel campo editorial. No hay duda de que aoe wae dena rola honestided que alimenta alos aren oo ars ocala la auseacia de toda cxbicin rica. Breve tratado: no es cuesti6n simplement pais de vagarpor Ela azar—en una ee ieee {que exige una disposicién conceptual rigurosa. Por ello he propuesto de entrada la ‘doble artculacin’: por un zi Peta po cm, eimdlctar te sedate si, a, ejs de bloquea la teoria, permite, ‘por elcontraro, aban caren suis ampli exenstn el campo dl pie red eal seco (al menos eo epee las pretensions na z sas Eval de una wore mie ambien ors eapecidad de sus poénias. Secomprobard qu oes ning ey ues tee mn nunc Deep oly por ctr slo un cemplo. meee slag adr ry liga ls mates, he ‘ee emostracién no es un Iujo. Me gust conn abr por smpaoed Mele, Set sire sma ot aca gue, demasiado # arega Ia Universidad, eee eee dow tors, Ast pues agut nose en a7 oa hole eee contrard una historia ee Sse dea dels comienzos, deci el nacimi dew seas risjsicnen algunos lugares y tempos pivleea ¥ tiempos privilegia- ——— PREFACIO| encontrar ese muestrario de erudi- lector mas que informarlo. Las ricentran en las notas, a modo westigando. Cada jos. Por timo, 20 $6 Ba que pretende jntimidar all n atejasindispensables © Pritaciones para seguir in fe otras tantas i ay use segain su voluntad. eae in ee mg ea pretencioso o pesado» Mi Tee, Mo decadencia de a mentira (1890) nares la vida la. que imita al “copernicana de la estética- Con este mi ibido forzosamente recurrir alestilo austeros ‘como también al got ftosofico, incluso aun mnido que wer algunos neolozismos. fore oni para buscar una scree efcaz. saa te podido subritlar este erarados P70 tna metafi- sien el psa, pero ese subsea pode ilevar a confusion. sien dela del patsaje que YO PrOPONEO To ‘mecafisica’ en a eotjo que cominmente se le da. acts ST ‘que supo- guna instanca trascendente, Dios, 9S ne la creencia en ae eh Espiritu absolut, la Noosferae) ‘Alma del Mundo, Ideas Gui otra. Si, no obstantes ecurro So ‘vocablo, es ara subrayar que un paisaje nunca & reductible a su reali- ata fica los geosistemas de los geSerafos, fs ecosistemas de los ecdlogos, et cde un pais en paisaje supone siemy ‘una metafisica, pais ja en el sentido dinamico. En otros tering lp Saje nunca es nacural, sino siempre ‘sobrenatural’ en la aceP~ sa rie pandelaire daba a esta palabra cuando, ¢ El pin- Son eh, vida moderna, elogiaba el maquillie, ee hace ‘Tadgica y sobrenatural’ a la mujer, ments 7, dejandola mln fria ‘natural’, es deci ‘abominable’ (Mi corazon al desnudo). ‘a medio camino ‘Me sitio, pues, 1 paisaje existe en sf —un naturalismo inge entre los que creen que snuo que la his- 3 BREVE TRATADO DEL PAISAJE toria de las representaciones colectivas no deja de des tix,como tendré numerosas ocasiones de verificar— y Jog Seimaginan que «tantas bellezas sobre la tierra» no py g’® txplicarse mas que por alguna intervencién diving’ << ticjo argumento fisico-teoldgico desmantelado por K como todas las demas pruebas dela existencia de Digg pe sie paisaje noes inmanente, ni trascendente, zcudl es ar? gen? Humano y artstico, ésta es mi respuesta. El arte eon’ tuye el verdadero mediadoy, el ‘meta’ de la metamorfoss, el meta’ dela metafsica paisjistica. La percepcién, hi rica y ultra, de todos nuestros paisajes —campo, mon madsen no reiting intervencién mis (como si descendiera del cielo) o mistriosa ‘subiera )s ti a aaa lo seopera segiin eso que yo llamo, retomant ra de Montaigne, una ‘artealizacién’, : eno petende desmonar exe tino on euve ‘es mi metafisica, Se quiere ligera, si no hi , sino hidica, a ima- se de sumod le revouin wins, por camel. ila de ent los6fico-religioso que destila moralina 1 ca gue ns atormentan algunos. No tengo ninguna fe Groen Gaya inc ¥sicomigo demestar ‘que una teo- sap oa ‘con la eficaciay seguir siendo rigu- Fesinbacen bunds ewonces nda sensaion eal ste Breve tratado del paisaje. 4 1 NATURALEZA Y CULTURA La doble artealizacién Hace ya dos milenios que Occidente es vctima de unai- sion erigida en dogma: el arte es, debe ser, una imitacion per- fecta o acabada de la naturaleza. Esta seria su funcién su dig nidad, su razon de ser. No abordaré los avatares de semejante principio desde los griegos hasta finales de siglo x1x y me limitaré a recordar que este «desgastado concepto de la imi- tacién de la naturaleza™» se enuncia y se inscribe en una era yy1na érea por lo dems, limitadas. Las otras culturas lo igno ano lo desdefian, y precisamente el descubrimiento y la explo- taciGn de las sociedades prehelénicas, orientales, ‘arcaicas’ et» hos ha permitido revisitar nuestro propio pasado artistico y fevisar este prejuicio milenario, al mismo tempo que nos obl- gaa hacerlo. Incluso en Occidente, si exceptuamos la pintura y la escul- tura, las artes no fueron nunca imitativas, 2 ‘menos que 1 Heincch Wollin, Principesfondamentaux de Pstoire de 1915, tad, fe Pars, Gallimard 1952 pig. 18. Hay ein en espaol Heigich Wallin, Conceptos fundamentals en ls Historia del Are, ‘Optima, Barcelona, 2002. Traduocin: Jos Moreno Vill. 15 ue ARTEALS BREVE TRATADO DEL PAISAJE dian os ee00° menos ee sapongamos, conta toda evidencia, que el lengua foo no, es mimético; por no nombrar la arquitecye ogame pintura, por otra parte, desmiente gant designio incluso cuando se pretende ‘realist’ o ‘nary? ta Hegel comentaralosmaestosholandeses del silos en quienes la fguracia parece haber aleanzado su per? ibn mimética, seialaprecsamente que esta representacig, est trabajada po la negatvidad, aunque so sea por la sien Ticién dela tercera dimension y la transferencia del obje —naturaleza muerta o paisaje—a un elemento abstracto, I ‘ela, Elhecho mismo de re-presentares sufciente para arran, carl su naturaleza ala naturaleza. Tan fel como se quira, Ia imagen pictrica es «una especie de bura , si se quiere, deironia en detrimento del mundo exterior». Ya s6lo los pin. tores de los domingos y los amantes de cromos evalian sy cobra con el rasero del parecido, Bl artista, cualquiera que sea, no tiene por qué repeti la wolves 2 ¢3z ‘oa, pero Fe sta naturaleZ> liga” de es naturaleza —qué aburrimiento, qué engorro!—, su vocacin cs, epstemol es la de negara, la de neutealizarla con vistas a produeit los, rans, ais Pom 9+ ‘modelos que, a contrario, nos permitan modelarla, «Yo arti Eres nee AES TN og tacho lo vivo», escribia Valery’: se trata, en primer lugay, de or gn en ep Ceres CHAP A Sats tachar la naturaleza, de desnaturalizarla, para dominarla Se Gers Cb ac Iejor y convertimnos, por medio del proceso artistico y del de Fran _progreso cientfico, «en duciios y poseedores de la naturale- 2a». El arte, segin Lévi Strauss, «constituye, en el més alto Caliah, 964 ae dla natural i cul pg Le él de sce trae os de psein de atrters por medio | Oswald Spe soe emcee OSS wel decadencia de Occidente: bosquejo de wna mor ee Be et cate, Mai, 198,299: Tendon "Ger Wei dich Hel, Leroi, Lie di Beas ai Abies 20) pis 120-121. Hay ln en spa: Cone Win Fd Hegel Lccins sobre let, La ded Belly Maid, Aa, 199, Trance Rotors Mato 2 Fal ale, Monier Tse, Par Galan, 1947, [ te, Pt Gallimard, 947, pp 19. Hy ‘fin esa: Pal iy, Monsen Tee, Batson, Montesins, 19H. Tdasin: Sadr Eee. : 16 ae z s “Carl Gustav Jung, Problémes de "art moderne, Ginebra, Buchet-Chi whips aCe dao he hams delat at ae a ne Oita ea ain 7 BREVE TRATADO DEL PAISAJE hay que volver a trazar su historia esta gg soda dea naturaeasorprenderdsnicamente act ty sobstnan en creer ques regia po eyes estab ae raleza es en si misma un objeto inmutable, sin embantt bistriay la etloga nas muestran con toda evga ®™ & la mirada humana esl lugar y el medium de una ge fosisincesante: «Acaso esta indefnible‘naturalons modifica perpetuamente, no es diferente en el salén de 1899 y en los salones de hace treinta afos, y no ‘nate hay una leza’ de moda —fantasfa cambiante como idos y [og los vest ‘sombreros?9» Esta pregunta no es una sada de tono, no mas que el famo. $0 aforsmo,en forma de paradoja, que Oscar Wilde prope, en ese mismo aio 1890, a sus lectores, llevando a cabo jy «que yono dudo en denominar la revolucién copernicane de, {a estética: «La vida imita al arte mucho ‘mas de lo que el arte imita a la vida. ...] 2A quién sino a los impresionistas debe, ‘mos esas admirables neblinas leonadas que se deslizan en nes, ‘ras calles, difuminan las farolas de gas y transforman las casas en sombras monstruosas? :A quién sino también a ellos ya su maestro (Turner, afiadido por mi, debemos las exquisi- tas brumas de plata que se recrean en nuestras riberas y ‘mudan en débilessiluetas de gracia evanescente los puentes incurvados y las barcas bamboleantes? El prodigioso eam. bio que se ha producido en los iltimos diez afios en el lima de Londres se debe por entero aesta escuela de arte. Les hace Bracia? Consideren los hechos desde el punto de vista cien- ttfico 0 metafisco y estarén de acuerdo en que tengo 1476 Qué es, en efecto, la naturaleza? No es una madre fecunda "Robert Lenoble, Historie de ide de nature Estudio limitado al campo lierato. ° Mausie Denis, Pacis, Abia Michel, 1969. Thories, Paris, Hermann, 1964, pig. 35 nn | AY CULTURA. LA DOBLE ARTEALIZACION RALE nar 4s bien una creacin de nues- vida, sino més bien una creacién d ques ha dad a religencia fo que le dala vida ala gro cere TO: en porque nosotros ls vemos, yl recep aurea, LAs ema de nuestra visiOn dependen de las tividad 3 Jo en nosotros. Actualmente, la gent ve aque han i jue haya neblina, sino porque los pores Inneblina ne Po enseiado el encanto mistrioso tls y los poeta I en Londres ay neblina desde hace sgl efectos. Sit dada able pro nadie la vela, por lo ane no sini atenca. No xii mins eae no la sabernos CF {Goer luz blanca trepidante que ahora vos en invent Uo ingles manchas malay st movies om ace a ima fantasia del arte que a naar bras viol econocerl, reproduce de marvilla, Donde 2a, hay cova ydauvignys, ahora nos ofec a ee rradores pssarros+™©. Ble monet ene o dice nada distinc cuando Ent pein su conepcn delist oul za ¥ CULTURA. LA DOBLE ARTEALIZACI aTURALEZA ALIZACION a vontt ARTEALZACION 1 obsante, convene distngur dos modalidades de la nea" me ut ds i oman onal atural les Lalo", que él mismo debia a Montaigne, inal pacraieza. La primera es direct, i sit la por mediacién de la mirada. jndirecta, tt vist ‘ona analogéa a la que recutro a partir de Nus Septearé aut pear i romaros como ejemplo el cuerpo femei- ex Pst ay eetvaent, ds formas de convert 0a tg qu emia es Ruta, en obj execs we dem a Lees lnancon So ve chaes Lalo, Introduction &Pesthtigue, Paty Axmand Colin seth pg 31, a nralezy in a humana oi bel 10 cae (i 13) oa bells Inmates os pees Bs eps a raves dana que cs xe (612) So carrer cama qe exe mismo ao de 1912 fora xpuesa ona it ee oe Bead Croce en su Bove d atin, por Gea Sm arscn Philosophie di paysee. Hay edcion en espaol Gers Sin> vn El indivi yl libertad. Enazyos de cr tne, Fosota del paises ite, Bacelono, Penis, 1986, pis. 175-186 La ides de re caee eta po a mirada el ass 10 Por oF Pl tor neva, Hal, Voki, Diderot cl aad Dilley a halon seed. Hay ein en espa Benedeo Croc, Brevis de Et ‘Barcelona, Planeta De Agostini {3 Montagne, Essai lS, «Sur des ver de Viglen enum contento distinc, la expresion «narralera artelzad Srapapol Montaigne, Ensyos Madi inde, 1987.3 708 we aot Roger Nu et Paysoges, Essai srl fon eat, Pein Aubies, 1978, 20077, onde apres, Hay BREVE TRATADO DEL pars, AE individuo estipido’, Una consi il cia corporal el eiigoesttico, in na sen todas es ténicas, consideradas arcaiens, he” Y Se ten los emdlogos:pinturas facile, tarunes Onoda auc reendenrsfomar al mujer en obese nese ciel, esculpida, aa are ange wie a hte Se to ne stro maquillaj, eh te ds ane qe se inmediatamen neal esau baz sor naturale i Semidoproe iento es més econdmico, Pero, ta ie, Ganisten eaborar modelos audios: ne Salccos, fgafes, a, ques incayen fee a esnudo, por opos icin a de +H Sale se require un intermediary, de set inmregarede extos modelos eu Ebina Ys literalmente, embellecer por medi ue Musil lamaba la delgada bests Bae a blanc’ entel sentido corrien. 35, un lugar natural del Paisaje, que, ash de aneaacin fe eet pots lV pas pero un pa 0 yeh sear tees 5 una situacién elegids ee eee Imientost a UCi6nclegida ocreada por ty al, ero tambign hay a mbign hay pa Renée Champ Viton ines Von, 199g at El composition des Cusine de aunog Ae D*ABE Seysel, aronst#7A Y CULTURA. LA DOBLE ARTEALIZACION fomo hay desnudez y desnuds, La natualeza esinde- (lo el arte la determina: un pais no se convier- is que bajo la condicién de un paisaje, y esto, sce Fedo con at dos modalidades mi (nis y adhe de efi sit), del arelizacon. Eta iferenciaion xia seme no se remonta mas ald dl siglo x) se eneventra remand as lenguas occidental: land-landscae en oo and-Landschafen aleminandschap en nein, ingyen sco, ladkal en dants pays paysageenfran- eee puispasaie en espaol, Paese-pacsapgo ef italian, Sh pen en grego modernofopos-fpio, y también, pae- per aunque sn cadical comin, en arabe bilad-manda. El ee fren en cierto modo, cl grad cero del aise lo que pre tanto si ésta es directa (in situ) oindi- lo enseia Ia historia, pero nuestros sie Sinada ¥ 5 se pasae Fede a su artealiza fecta (in visu). Asi 08 jesse nos han vuelto tan familiares, tan ‘naturales’ que isa Paint nos habituado a creer que su belleza es evidente; y es fa los artistas, a los que corresponde recordamnos esta nos acllos aad primera, pero olvidada: que un pais no es, sin més, Ma paissje y que, entre el uno y el oto, estéroda la elabora- cin del arte. Fata cs, pues, la ‘doble artculaci6n’ Pais Paisaje, in sitlin visu, que quetria poner a prueba alo largo de todo este casa- jor la hipotess heurstica que me servira de hilo conductor ‘ialta de modelos y de palabras para decitlo, el pais se {queda en la indiferencia esttica 0, como mucho, en a apro- imacién ligifstica cuando la emocién, sometida ella misma alas condiciones culturales, empieza a balbucear. Nos lo onfiema de manera divertida la invencién de a Beauce por Gargantia: «Ast alegremente hicieron su camino, y siempre con grandes comilonas hasta que pasaron Orleans. En aquel lugar habia un bosque muy grande de teintay cinco leguas de argo y decisiete de ancho, mas o menos. Este bosque ert horriblemente fértil y abundante en moscas bovinas y abe- jones, de suerte que era un verdadero saqueo para los pobres 23

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