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LA BOVEDA DE LA SACRISTIA DE LA CATEDRAL DE CALAHORRA Sibilas y Profetas, testigos de la cultura de una época* Elena CALATAYUD FERNANDEZ Antonino GONZALEZ BLANCO 1, EL TEMA DE LA «PRISCA SAPIENTIA», CLAVE PARA LA COMPRENSION DE LA CULTURA DE LA EDAD MODERNA El principio de que «lo mas antiguo tiene mds autoridad y mayor fuerza demostrativa» ha sido profesado por muchas culturas en diferentes momentos de su historia y ha sido usado siempre que en la polémica ha sido util. En el campo cristiano muchos de los primitivos Padres como Clemente de Alejandra, Lactancio y Eusebio de Cesarea, al escribir sus obras apologé- ticas contra los fildsofos paganos, se sirvieron de textos supuestamente muy antiguos para construir su argumento de autoridad: los escritos herméticos, las profecias sibilinas, los Carmina Aurea pitagéricos, etc. Se pensaba que tales textos hab{an sido escritos por antiguos tedlogos como Hermes Trisme- gistos, Orfeo y Pitdgoras y que contenfan vestigios de la verdadera religién en torno a temas como el monoteismo, la Trinidad, la creaci6n del mundo y otros muchos similares'. En la ultima confrontacién entre Paganismo y Cristianismo, dominé en algunos pensadores cristianos, como en el calagurritano Aurelio Prudencio Clemente, la idea de que el establecimiento del Cristianismo trafa consigo la liquidacién de la posesién demoniaca y el fin de los ordculos sibilinos?, pero * Este trabajo obtuvo el primer premio en el II] Concurso «CIUDAD DE CALAHORRA», convoeado por la Asociacién AMIGOS DE LA HISTORIA DE CALAHORRA, el afio 1981. 1. D. P. Walker, The ancient Theology. Studies in Christian Platonism fiom the Fifteenth to the Eighieenth Century, Londres, 1972, p. 1. Este autor, junto con F. A. Yates fueron los pioneros de un movimiento intelectual que hoy domina el planteamiento de la historia de la ciencia y desde el que habrd de surgir una més profunda comprensién y valoracién de los siglos de que aqui estamos tratando. 2. I. Fontaine, «Demons ct sibylles: La peinture des possédés dans la poésic de Prudence», Hommages 4 Jean Bayet (Latomus vol. LXX), Bruxelles, 1964, pp. 196-213, sobre todo pp. 211 y 212, Es dificil definir lo que pensaba Prudencio acerca de las Sibilas, pero, quiz por efecto de su postura apologética, parece claro que si les da alguna vigencia es en el campo de lo demonfa- £0. 33 CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. no prevalecié tal opinién, sino que la antigua tradicién apologética, cuyo representante quizd mas conspicuo habia sido Lactancio*, se mantiene viva aunque algo limitada en la obra de San Agustin‘ y en otros autores pasa a la teologia medieval a través de la obra de Rabano Mauro* y revive como fuerza estructurante de la nueva cultura en el Renacimiento. La magia que ejerce la cultura antigua en las mentes de los escritores y artistas es algo conocido pero merecedor de una nueva sintesis que recoja las falsificaciones de que la nueva versién hace objeto a la cosmovisién antigua. La cultura del Renacimiento no puede estudiarse si no es teniendo presentes todos los fenédmenos en los que se encuadra el movimiento del neoplatonismo que experimenta un fuerte florecimiento sobre todo en los siglos XV y XVI. Cultura y arte van de 4a mano, y el pensamiento catdlico® y el arte de las iglesias de la Contrarreforma acusan por igual el influjo de las ideas sobre el valor de la antigua sabiduria. Como testimonio del pensamiento de la época sobre el valor de la antigua sabiduria valgan las palabras que Baronius insertase en el prélogo de sus Annales Eclesiastici, obra de cuya difusién e influjo no es preciso hablar aqui’: «Por tanto, debiendo de ser enviado desde el cielo a Ja tierra el Hijo del Padre para la salvacién de ambos pueblos, hebreo y gentil, para que fuera recibido con consentimiento de todo el género humano, fue designio divino que, mucho antes de su venida, el misterio de un acontecimiento tan funda- mental se manifestara a judios y gentiles; a aquéllos, como dice Pablo, hablandoles muchas veces y de muchas maneras en la época de los Padres, por medio de los Profetas, prediciendo este acontecimiento ¢ iluminandolo con figuras. A los gentiles, empero, como estaban muy lejos de la verdad del culto auténtico, y no siéndoles facil prestar ofdos a hombres de otra religion, los quiso advertir, por medio de sus propios profetas, de las cosas que habian de venir. Eran estos Mercurio Trismegisto, Hydaspes y las Sibilas, asi lama- das, por su misién de notificar los designios de Dios, a modo de Theoboulai, diez en ntimero segtin dicen, todas virgenes, a las cuales por el mérito insigne de la virginidad, se les concedié el poder de adivinar, segtin opind San 3, Lactantius, Divinae Instizutiones, lib. 1, cap. 6. 4, 8. Agustin, De civitate Dei, lib. XVIII, cap. 23. 5. Hrabanus Maurus, De universo, lib. XV, cap. 3. Sobre todo el tema de la tradiciéi patristica referente a las Sibilas puede verse en la obra de L. Freund, Studien zur Bildgeschichte der Sybillen in der neweren Kunst, Hamburg, 1936, caps. | y 2. 6. El neoplatonismo se da igual en el campo catélico y en el protestante, pero muy pronto, en la apologética y en el arte, el tema de que nos ocupamos queda reducido al campo catélico. Sin duda por efecto de la controversia protestante-catdlica, aquéllos buscan argumentos de historicidad y éstos se afianzan mds en los de autoridad. Sea de ello lo que fuera, es también evidente que en la dimension artistica, mal podian las Sibilas desarrollarse en el campo protes- tante en un ambiente de iconoclastia. 7. Caesaris S.R.E. Card. Baronius, Od. Raynaldi et Jac. Laderchii Congregationis oratorit presbyterorum Annales Ecclesiastici denuo excusi et ad nostra usque tampora perducti ab ‘Augustino Theiner, eiusdem Congregationis Presbytero (Barri Ducis) 1866. La primera edicién es del afio 1593. 34 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA Jeronimo. Por esta causa los Padres solieron Iamarlas profetisas de los gentiles, y a las que tanto mérito atribuyé Herdclito que pensé que habian aparecido no por obra o designio humano sino por disposicién divina. Los Santos Padres se sirvieron frecuentemente de los ordculos de las Sibilas para convencer a los gentiles de sus errores, motivo por el cual, los paganos mismos en ocasiones Ilamaban a los cristianos «sibilistas», segtin nos cuenta Origenes...»*, 2. LAS SIBILAS EN EL ARTE DE LA EDAD MODERNA Reduciendo el tema de la antigua sabiduria, del que veniamos hablando, al tema concreto de las Sibilas que es el aspecto del mismo que aqui mas nos interesa, nos vamos a limitar a presentar el panorama en sintesis tal como nos lo describen los tratadistas. De las Sibilas representadas en Roma nos dice X. Barbier de Montault: «Una sola Sibila aparece en el siglo XII. Ninguna en el XIV. Su época de esplendor es el siglo XV, cuando Pinturicchio las pinta con tanto amor. La decadencia en el siglo XVIII es manifiesta; se las aisla para que entren en cuadros y se las transforma en vulgares cantantes, en musicos que tocan un instrumento, o en odaliscas tocadas por un turbante. La belleza artistica sigue existiendo en estas célebres telas, pero ya no se trata de un arte verdadera- mente cristiano que extasia el corazén y la mirada todo a la vez». «Miguel Angel y Rafael también pintaron Sibilas, famosas en el mundo entero; pero primeramente hacen una seleccidn en el mimero, de suerte que su tema iconografico es incompleto, ya que ellos las rebajaron, tanto si las pintan jévenes como viejas, al nivel de modelos de taller que posan para que se plasme su belleza o en una actitud de gusto muy contestable. No, el arte cristiano no esta ahi, donde sélo se ve una estructura anatémica bien conse- guida». «Tras de Pinturicchio, el Cristianismo est4 en desarrollo en el arte. Asi ya no se pintan coros abundantes de Sibilas, sino individualidades: se pintan dos o tres como por reminiscencia. Sirven para Ilenar un vacio, un lugar siempre estrecho y restringido. El tiempo de las amplias composiciones, concebidas a la luz de la antorcha de la Historia Sagrada, ha pasado radical- mente. No queda en el aire més que el eco de una inimitable armonia»’. 8. Todos los presupuesto que subyacen a estas concepciones sapienciales fueron desmonta- dos por Casaubon en 1614, cuando Ilamado a la corte de Inglaterra por Jaime I, precisamente para refutar los Annales de Baronio, pudo mostrar que los escritos herméticos eran obra ya de época cristina, con lo que se ve también la distinta postura de catélicos y protestantes al respecto. 9. X. Barbier de Montault, «lconographie des Sybilles», Revue de l'art chrét. XIII, 1869, pp. 241-257, 321-356, 456-507, 575-582; XIV, 1871, pp. 239-317, 326-341, 385-406. El texto citado es de XII, 1869, p. 322. G CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. En esta breve y antigua panordmica de las Sibilas romanas se pueden constatar los distintos periodos en los que podriamos dividir la historia del arte en el motivo concreto que nos ocupa y que son validos no sélo para Roma sino en general para toda Europa. Hay un primer momento y problema que es el del surgimiento de la representacién artistica de las Sibilas. Aceptada globalmente la cronologia de Barbier de Montault, el tema y momento ha sido objeto de un estudio mas reciente por obra de L. Freund!®. Un segundo momento lIlegaria hasta el final del siglo XV y su figura principal serfa Pinturicchio, segin el autor que acabamos de citar, Es la época de oro de la «antigua teologia» o «antigua sabiduria». Todavia no ha surgido la controversia protestante y Europa entera se goza en la contempla- cién de una historia de la salvacion superpuesta a la historia de la humanidad e identificada con ella. La teologia sibilina llega a sus grandes sintesis. Se crea el numero tipico y quasi-canénico de doce'' y se las representa en coro. Con el siglo XVI la apologética y las nuevas exigencias del arte llevan a las representaciones por otros derroteros. Hay mas atencién a lo individual en el arte y a la simbologia; pero el tema se mantiene y Ilena todo un mundo de fa cultura. La teologia del profetismo y las concepciones sobre evangelis- tas, doctores y profetas entran en una fase de profunda y amplia explicacién. Es la época de los grandes comentarios a la Biblia y dentro de ella a los Profetas. Es la época de mds amplio cultivo del motivo de las Sibilas en el arte. Y tal periodo dura los siglos XVI y XVII. En el siglo XVIII se siguen pintando y esculpiendo Sibilas, pero la conciencia europea ya ha entrado en otros derroteros. Las fuerzas que sopor- tan las representaciones sibilinas son o bien la inercia iconografica o el pietismo. La ideologia va por otros caminos. Y asi al faltar el vigor intelec- tual el arte o es fria repeticidn o es decadencia. 10. L. Freund, op. cit. en nota 5. 11. Son, efectivamente, los libros de rezos de fines del siglo XV los que mejor recogen este nuimero de doce, pero no hay unanimidad al respecto, ni estrictamente hablando hay argumentos decisivos para ello. X, Barbier de Montault, que todavia en el siglo XIX participaba de las ideas de la antigua teologfa», nos expresa, quiz4 sin pretenderlo conscientemente, la razén profunda de ese mimero doce: «Cuando las Sibilas estan todas, no se cuentan menos de doce, igual ntimero que el de los apéstoles ¢ igual ntimero que el de los profetas, ya que junto con ellos reinan cn la gloria, en el cielo y sobre las nubes...» op. cil, XIII, 1869, p.321. Es fa concepcién objetivante de la profecia, que habia de durar hasta el siglo XIX y la equiparacién entre estos tres drdenes, que muy frecuentemente suelen pintarse juntos, lo que motiva la canonicidad del niimero doce. 12, Son los mismos siglos en los que el pensamiento hermético y renacentista esta firme y boyante. La decadencia del tema de las Sibilas coincide con la llamada «crisis de la conciencia europea», que acaece al final del siglo XVII. En efecto, hasta mitad del siglo XVII se siguen produciendo obras de envergadura filoséfica y teolégica, que ya no volverdn a crearse con similares caracteristicas en los siglos siguientes. El problema se puede constatar en otros varios campos de la cultura con idénticas referencias cronolégicas. 36 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA 3, LAS SIBILAS DE LA SACRISTIA DE LA CATEDRAL DE CALAHORRA. 3.1. La obra de la sacristia La sacristia actual de la catedral de Calahorra se construye entre 1620 y 1629 por Domingo de Sarasola, Esteban de Arteaga y Juanes de Chazarreta"?, En la década de 1730 hay intentos por el arcediano de Berberiego, D, Juan Miguel de Mortela y Ciganda, de transformar el espacio longitudinal del siglo XVII en otro centralizado, elevar los muros, etc., antes de ornamentarla, ‘obras que no se Ilevaron a cabo, limitandose el arcediano de Berberiego, en mayo de 1735, en concertar sélo las pinturas de las bévedas"*, Si se cambid de lugar la entrada que estaba donde hoy se encuentra la capilla de la Concep- cién, la cual también se hizo bajo el patrocinio de D. Juan Miguel de Mortela'’, y que sefialamos por el tema iconografico que se relaciona con el que decora la sacristia. Esta estd situada al sur de la catedral, a la altura de la capilla mayor y girola. Es de planta longitudinal, en la que se inscriben un primer tramo rectangular, a modo de vestibulo, cubierto con béveda de cafién con lunetos, y otros dos tramos cuadrados iguales, cubiertos cada uno por ctipula semies- férica ciega sobre pechinas, ricamente decoradas con pinturas al temple que se contintian en pechinas y lunetos. Las cuipulas fingen arquitecturas, que prolongan el espacio real, «relieves decorativos» y suntuosas «ménsulas», que sostienen multitud de figuras monumentales que aparecen por todos los sitios, forjando un efecto brillante, ostentoso, que expresa la riqueza del comitente y la préspera situacién del catolicismo en este momento de la manifestacion barroca. A pesar de la variedad de las figuras y del numero se ha logrado un efecto de conjunto, siendo el elemento unificador la arquitectura. 13, Los tres «mancomunados» conciertan la obra el 11 de mayo de 1620 ante el padre fray Alonso de San José, carmelita descalzo, el! cual, el 23 de septiembre de 1619, habia dado un parecer al cabildo para aque se haga con mas comodidad» (A. Cat. Calahorra: Actas Capitulares 1618-1622, fol. 143 v.°), Rematan la obra en 1.423,5 ducados después de diversas posturas, segin el memorial dado por fray Alonso de San José (Ibid.: fol. 143 v.%; y papeles sueltos, cuaderno de 33 fols. sobre la sacristia, afio 1630, s/signt’, fols. 24 y 28). En 1628 se tasa la obra por Juan de Urruela (Ibid.: Libro de Fabrica 1592-1647, fol. 264 v.°), quedando todavia pendiente por dénde se habria de abrir la puerta aque esté mds'a propésito conforme arte» (Ibid.: Actas Capitulares 1626-1630, s/f (15 de julio y $ de agosto de 1628). En 1629 se tasa definitivamente la obra de la sacristia por ios oficiales Juan de Urruela, nombrado por parte de la iglesia, y Sim6n de Tejeria, nombrado por Juanes de Chazarreta y Esteban de Arteaga. Por un memorial consideran que «la ejecucién della esta bien estable y segura y conforme la trazay (Ibid.: Actas Capitulares 1626-1630, fols. 372 v.°, 384, 388 v.° y 390; y papeles sueltos, cuademo..., fols. 30-33 v.°). 14, Ismael Gutiérrez P., La actividad de Francisco del Plano y de Felipe del Plano en La Rioja, Comunicacién presentada al III Coloquio de Arte Aragonés. Huesca, 19, 20 y 21 de diciembre de 1983. 15. I. Carridn, Apuntes historico-descriptivas de la Catedral de Calahorra. Calahorra, 1883, pp. 53-56. 37 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA. Inmaculada Angel Ezequiel] Miqueas Ageo 4 é Zacarias SJuan S.Mateo Angetes | & 3 < < ‘S.Marcos “| SLucas Esperanza Fe Caridad San Pedro 1 Arbol 4 Sol 2 Puente 5 Luna 3 Pozo 7 Cedro 6 Estrella 8 Tapado por los angeles LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA Las pinturas han sido atribuidas a Felipe del Plano, quien las ejecuta al temple en 1735", 3.2. El conjunto iconogréfico Las representaciones contenidas en estas pinturas responden a un con- junto iconografico complejo. Desde un punto de vista de identificacién de cultura el elemento sin duda mas distintivo son las Sibilas y en ellas nos vamos a centrar principalmente. Forman parte de un programa iconografico que se desarrolla en la cuipula del primer tramo, junto con la Asuncién de la Virgen, simbolos de la Letania Lauretana, Padres de ja Iglesia (en pechinas) y los Evangelistas (en lunetos). Veamos primero la iconografia general de las Sibilas, para seguir a continuacién con las diferentes representaciones que decoran la Sacristia. 3.3. Las Sibilas Las Sibilas se encuentran en el anillo de la parte inferior de la cipula, en nichos fingidos, con ricas cortinas y suntuosos sillones en los que estan sentadas. La misma fluctuacién que aparece en la tradicién clasica referente a las Sibilas'” se manifiesta en su representacidn artistica tanto en el nimero como 16, Ismael Gutiérrez P., op. cit. 17. Historicamente la Sibila es una creacién griega. De ella no hay traza en la religién olimpica, sino que parece haberse desarrollado bajo la influencia del culto de Dionisos, caracteri- zado precisamente por la posesién demoniaca, esa misma posesién de la que surgié la Pitonisa en Deifos. Sibila y Pitonisa difieren entre si porque mientras que la Pitonisa tiene una manifesta- cién més determinada y mas controlada en el modo y en los efectos, la Sibila goza de una mayor libertad de inspiracin personal y no esté ligada necesariamente ni a un santuario ni a un sacerdocio, En cuanto a la calidad de sus oriculos, la Sibila es una profetisa de desgracias y bajo este aspecto la Casandra de Esquilo reproduce bastante bien el tipo. Los caracteres de la Sibila estan bien sintetizados en el fragmento de Herdclito (92 Diels): «La Sibila con Ia boca dominada por el espiritu pronuncia cosas tristes, sin adornos ni perfumes y con su voz atraviesa miles de afios por obra del espiritun. Aun siendo una en su concepcién, Ia Sibila ha tenido varias realizaciones locales, y ésta ¢s otra caracteristica que la distingue de la Pitonisa. Las apariciones de la Sibila estén casi siempre asociadas a una fuente sagrada o a un antro. Varrén fija en 10 el nuimero de las Sibilas y pretende disponerlas como sigue en orden cronolégico: Pérsica, Libica, Délfica, Cimmeria, Eritrea, Samia, Cumana, Helespéntica, Frigia y Tiburtina. Geogrificamente, con una distribucién que tenga en cuenta también cl lugar en el que, tradicionalmente, tuvieron lugar las primeras manifestaciones de la Sibila, se pueden clasificar en tres grupos: GRUPO GRECO-JONIO: 1. Sibila Eritrea, nacida en Eritre, donde se mostraba la gruta de su nacimiento. Contempo- ranea de la guerra de Troya, habfa vivido durante diez generaciones. Su nombre es Eréfile. 2. Sibila de Marpesso, que tiene muchos puntos de contacto con Ia primera tanto por el nombre (Eréfile), como ‘por el lugar de su manifestacién (Marpesso, cerca de Eritre) y por su biografia, También se la llama Gergitica, Troyana, Helespdntica, Frigia, 39 CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. en lo que se refiere a sus caracteristicas. Entre una que aparece en los mosaicos de Santa Maria la Mayor'® y las veinte que estan representadas en Bolonia en la Basilica de San Petronio, el numero varia de unas represen- taciones a otras. Ocho Sibilas aparecen en algunas representaciones, como son: a) La Biblioteca Vaticana'® b) La Catedral de Milan”? 3. Sibila de Samos, al principio identificada con Erdfile de Eritre, tuvo més tarde su propia personalided y nombre: Phyto. Habria vivido en la XXIX olimpiada, es decir, en los tiempos del rey Numa. 4, Sibila Frigia, originariamente idéntica con la de Eritrea y més tarde localizada en Ankara con el nombre de Taraxandra, 5. Sibila de Sardes, \lamada también Byesia, que cs un desdoblamiento de Eréfile, lo mismo que la siguiente. 6. Sibila Rodia. 7. Sibila Délfica, junto a una tradicién que hacia venir a Eréfile de Eritre hasta Delfos, en contraste con Apolo, se creé un Sibila indigena llamada Dafni, la cual habria asistido el ordculo antes de la Ilegada de Apolo (Diod. IV, 66). 8. Sibila Tesalia, es una especificacién de la Délfica. 9. Sibila de Tesprocia, tocalizada en el Epiro en el golfo de Ambracia, No hay mas especifica- ciones para su determinacién, GRUPO GRECO-ITALICO: 10. Sibila de Cumas. Es la mis conocida, gracias a Virgilio. En el fondo es la Sibila Eritrea lievada a Cumas por ios colones y convertida, gracias a circunstancias favorables y sobre todo a su relacién con Roma, en independiente hasta adquirir su propio nombre, Demo o Deméfila (en Virgilio, Deifobe). 11. Sibila Cimeria, que en esencia es la misma de Cumas, pero proyectada mucho més atras en el tiempo. 12. Sibila lélica, 13. Sibila Tiburtina, que como la anterior son especificaciones de la Sibita de Cumas. 14, Sibila Libica, que Pausanias da como la més antigua de todas y Varrén la pone Ja segunda en su lista; pero que en realidad la primera vez que aparece nombrada es en Euripides. GRUPO ORIENTAL: eeesrtrs————r.:—CizaCrsiSCSsiszaSsssSsts ‘aldaica, 16. Sibila Pérsica, No se tiene ninguna noticia especial de ella; es idéntica con la Caldaica, 17. Sibila Caldea 0 Caldaica 0 Babilonia. Desconocida para Varrén, Se puso en boga gracias al desarrollo de la astrologia caldea en el mundo helenistico. También se la lama hebrea; su nombre es Saba o Sambeta (cfr. Eciclopedia Italiana XXXI, p. 647 ss., Roma, 1936), Es claro que Ia realidad historica de tas Sibilas tiene mucho de leyenda y que su mimero es dificil y casi imposible de determinar, En cualquier caso histéricamente el mimero de doce es puramente convencional, 18, X. Barbier de Montault, op. cit, XIII, 1869, p. 323. 19. ibid., p. 344. 20. Ibid., p. 488. 40 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA c) La Iglesia de los Barnabitas en Pavia”! d) La Catedral de Pisa” ¢) Saint Maurille des Ponts-de-Cé f) El Museo de Reims” En relacién con las representadas en Calahorra he aqui las concordancias de estas representaciones: Calahorra: Phrig. Europa. Erithraea. Egyptia. Delfica. Cumana. Samia. — Helles- pontica. a): » » » » » by: » » » et » » » » > dy: On » » » > hs » No parece, pues, que en Calahorra tengamos la repeticién de otro ciclo iconografico, Veamos si conseguimos més luz siguiendo cada representacién en particular. 3.3.1. Sibila Frigia (Phrigia). En la sacristia de nuestra Catedral aparece joven?5, Lleva en la mano derecha una espada y en la izquierda una rama. La inscripcién en la filacteria es ANUNCIABITVR VIRGO™. 21. Ibid., p. 492. 22. Ibid., p. 504. 23. Ibid,, XIV, 1871, p. 301 24, Ibid., p, 305. 35. Barbieri, el autor que canonizé cl catdlogo de doce Sibilas, nos la presenta de edad media, con vestido y manto rojo a modo de una mujer casada, aunque sea virgen y su texto dice: FLAGELLABIT DOMINUS POTENTES TERRAE ET OLYMPO EXCELSO VENIET, ET FIRMABIT CONCILIUM IN COELO, ET ANNUNTIABITUR VIRGO IN VALLIBUS DE- SERTORUM. Ya se ve lo Iejana que queda esta inspiracién del autor que pinté nuestra sacristia, 26. El problema de las fuentes de las profecias sibilinas bien merece un estudio aparte, que esté hecho y no lo vamos a repetir aqui, Seguin la tradicién los libros sibilinos entran en Roma, merced al influjo helénico que viene de la Italia meridional y muy en particular de Cumas ~lugar célebre por el culto de Apolo y por la presencia de la Sibila~ gracias a la intromisién de los etruscos, cosa que también recuerda la tradicién, segin la cual habria sido un Tarquino (Prisco, segiin Varrén en Lactancio Instit, 1,6; Soberbio, segiin Plinio, Nat. Hist. XIII, 88) quien los adquirié de una vieja que se los ofrecid 'y que a cada negativa de adquisicién quemaba tres. El rey habria hecho colocar los tres uiltimas, comprados por él, en el templo capitolino, donde se dispuso una comisién de duumviros, més tarde de decemviros y luego de quidecimviros sacris faciundis los debia custodiar y consultar, si bien nunca de propia iniciativa, sino por invitacion lel Senado. Destruidos en el incendio del afio 83 a. C., el Senado quiso que fueran reconstruidos y a tal efecto envié una embajada a los lugares que habian sido célebres por haber vivido en ellos alguna Sibila (TAcito, Annales VI, 12). Esta comisién volvié con una recopilacién de versos que en el alio 76 a. C. fueron depositados en el templo capitolino reconstruido. Y como se habian infiltrado lalsificaciones de cardcter politico, Augusto los hizo revisar y los colocd en el nuevo templo que él construyé dedicado a Apolo en el Palatino (Suet. Aug. 31) mandando que las falsificaciones que circulaban en poder privado fueran denunciadas al pretor urbano, 41 CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. 10. Sibilia Frigia. 11, Sibilia Europa. LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA El sentido de Ia inscripcién se puede contemplar con el texto que lleva la misma Sibila Frigia en las cémaras Borgia del Vaticano: DE OLIMPO EXCELSUS VENIET ET ANUNCIABITUR VIRGO IN VALLIBUS DE- SERTORUM®”, O también con la inscripcién que lleva en la Iglesia de San Juan Evangelista de Tivoli, donde aparece con los cabellos revueltos y en actitud de anunciar el juicio: FLAGELLABIT DEVS POTENTES TE- RRAE EX OLIMPO SIC EXCELSUS VENIET ET FIRMABIT CONSI- LIUM INDE.. ET ANNVNTIABITVR VIRGO IN VALLIBUS DESER- TORUM, texto que se relaciona con el de Filippo Barbieri®. Hay, pues, una dulcificacién en la presentacién y al acortar el verso, la profetisa se convierte en una dulce joven que mira a Maria, De la idea del juicio no queda nada®, 3.3.2. Sibila Europa. En Calahorra se la representa joven, con una espa- da en la mano, que es su atributo y con el texto EGREDIETVR DE VTERO VIRGI. El sentido de la frase hay que verlo en el texto de Barbieri, autor que amplié el numero de Sibilas de 10 a 12 y que pone en boca de esta Sibila Europa la profecia: VENIET ILLE ET TRANSIBIT MONTES ET CO- LLES ET LATICES SYLVARUM OLYMPI; REGNABIT IN PAUPER- TATE ET DOMINABITUR IN SILENTIO ET EGREDIETUR DE UTE- RO VIRGINIS*', De esta profecia unas representaciones toman una parte y otras otra. Asi en las Cémaras Borgia del Vaticano aparece la Sibila Europa con [a inscripeién VENIET ILLE ET TRANSIBIT MONTES ET COLLES Los versos sibilinos tenfan Ia caracteristica de ser acrésticos por motivos mnemotécnicos y como garantia de inalterabilidad (Cicerén, De Divin. Il, 111); un ejemplo se puede ver en dos fragmentos conservados de Elegon de Tralles (Mirab. 10) relativos al nacimiento de dos herma- froditas, en el afio 217, durante la segunda guerra ptinica. El tenor era voluntariamente obscuro y genérico, de modo que pudiera ser adaptado a diversas circunstancias. Los libros sibilinos fueron consultados durante toda la Repiiblica y el Imperio hasta Juliano el Apéstata (Amm, Mare. XXIII, 17). Hacia el affo 400 Stilicén los hizo quemar. Los versos sibilinos puestos en boca de las Sibilas en época cristiana, en su mayoria o en su totalidad proceden del ambiente apocaliptico de los siglos en torno al comienzo de nuestra era y todos suelen indicar el tema del juicio de Dios, pero cada autor los puede modificar con el sencillo procedimiento de citarlos partidos y seleccionando la parte del texto que més le conviene a la finalidad que pretende. Esto lo vamos a ver en el comentario a cada una de nuestras ocho Sibilas. (oft. Enciclopedia Maliana, XXXI, Roma, 1936, p. 648). 27, X, Barbier de Montault, op. cit, XIII, 1869, p. 329. 28. Ibid., p. 477. 29. M. Beaulieu, op. cit, p. 219. 30. Cosa tanto mas chocante cuanto que esta Sibila parece ser la que se cita en Ia secuencia de la _ de difuntos, en el TESTE DAVID CUM SIBILA. (Cf. X. Barbier de Montault, op. cit. .466), 31. Citado por M. Beaulieu, «Un groupe de Sibylles Champenoises», Remue du Louvre 43 CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. ET REGNABIT IN PAUPERTATE ET DOMINABITUR IN SILEN- CIUM. mientras que en la iglesia de San Miguel de Pavia tenemos: REG- NABIT APVPER DOMINIBITVR IN SILENCIO ET EGREDIETVR DE VTERO VIRGINIS®. La tradicién iconogrdfica extraitaliana ha puesto a esta Sibila en relacién con la matanza de los inocentes™, con lo que sigue apareciendo la mas intima relacién de nuestra iconografia con las versiones de Italia. 3.3.3. Sibila Eritrea (Erithraea). En Calahorra lleva como atributos un corde- ro sobre el regazo y corona de espinas en la mano derecha. La inscrip- cin, perdida en parte, dice: [ACEBIT IN... Paralelos de esta profecia los tenemos en la tumba de Sixto IV donde la misma Sibila Eritrea dice: INVENIETUR HUMANITAS DIVINITAS IA- CEBIT IN FOENO / SIB. ER, En la Iglesia de San Marcelo de Roma donde lleva una tabla pequefia que predice el nacimiento en un establo: SYBILLA ER YTHRAEA IN VLTIMA AETATE VNIETVR HVMANITA- TI DIVINITAS IACEBIT IN FENO AGNVS*. En la iglesia de los Francis- canos de Subiaco, en el friso de la silleria del coro (1504), como elogio a la Virgen, Madre de Dios, que estd representada en las sillas, est la siguiente profecia: SIBILLA ERITHRAEA PROPHETAVIT IN VLTIMA ETATE HVMILIABITVR DEVS; HVMANABITVR PROLES DIVINA; UNIETVR HVMANITATI DEITAS; IACEBIT IN FENO AGNVS; ET PVELLARI OFFICIO EDVCABITVR DEVS ET HOMO; REATHINVS FECIT HOC OPVS: ANNO DOMINI M.CCCCC.HII”. La tradicion relativa a la Sibila Eritrea fluctia. Al parecer en el arte francés del siglo XI es la Sibila del juicio final**, luego se cambia en la Sibila de Ia Anunciacién, cambiando la espada por una flor como atributo, En Italia es mds bien la Sibila del nacimiento, aunque no falte algiin testimonio de anuncio de la muerte de Cristo, También aqui seguiriamos la tradicién italiana mas extendida. 3.3.4. Sibila Egipcia. En la catedral de Calahorra lleva una rosa en la mano como atributo y aparece cubierta por un velo. La inscripcién dice: DE MATRE DEVS. 951969, pp. 213-222, Be ie Montault, op. cit, p. 330, 34, Puede ‘cere en el libro de Horas de Ana de Francia (X, Barbier de Montault, op. cit, XIV, 1871, p. 308); en el Diurno de René d’Anjou (Ibid, p. 308); en el libro de Horas de 1496 id. pp. 311-312); en las Horas de Poitiers (ibid, p. 314); en las Horas de Orleans (Ihid., p. 5, X, Barbier de Montault, op. cit,, XII, 1869, p. 326. 36. Ibid, p. 343. 37. Ibid., p. 481 38. M. Beaulieu, op. cit, p. 215. LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE 4. Sibilia Eritrea, 5. Sibilia Egipeia. CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. La Sibila Egipcia no la cita Lactancio en sus Instituciones. Es una de las que afiade Filippo Barbieri, junto con Europa, a las 10 de Lactancio. Emile Mile cree que es la misma que la Sibila Agrippa; al explicar la rareza de este nombre supone que hay una falta tipografica en la obra de Filippo Barbieri, donde se pudo imprimir Acgyptia por Agrippa”. Sea de ello lo que fuera el caso es que es en la sacristia de Calahorra donde por primera y tmica vez en el atte vernos representada la Sibila Egipcia. No hay tampoco, que sepamos, un texto en el que aparezcan idénticas las palabras de la inscripcién. Quizd el mds aproximado es el que da Barbieri para la Sibila Aegyptia: INVISIBILE VERBUM PALPABITVR ET GER- MINABITUR UT RADIX ET SICCABITVR UT FOLIVS, ET NON AP- PAREBIT VENVSTAS EIVS ET CIRCVNDABIT EVM ALVUS MA- TERNVS ET FLEBIT. DEVS LAETITIA SEMPITERNA ET AB HOMI- NIBVS CONCVLVABITUR ET NASCETVR EX MATRE VT DEVS ET CONVERSABITVR VT PECCATOR®, pero tampoco es exactamente el mismo. Y aunque el pintor se haya inspirado en este texto debe haber sido en alguna cita secundaria. 3.3.5. Sibila Délfica. En Calahorra, a diferencia de otras representaciones de la misma que suelen presentarse con una corona de espinas, Hleva un libro abierto en la mano derecha y la izquierda est vacia, mostrando la palma de la mano, La inscripcién reza: FELIX ILLA MATER. En ninguna otra representacién de la Sibila Délfica aparece tal texto ni sélo ni como parte de un conjunto mds amplio. Pero sf que aparecen textos de este tenor en las representaciones de la Sibila Tiburtina. Asi p. ej. en Gori, delegacién de Velletri, en [a iglesia de los Agustinos, debajo de una virgen coronada aparecen diez Sibilas, de las que una, la Tiburtina, se expresa ast: VENTURVM CHRISTVM SIC TIBVRTINA PROFATA EST: FELIX ILLA PARENS, CVJVS BIBET VBERA CRISTVS". En Spello, en la capilla del Santisimo Sacramento de la Iglesia de Santa Maria la Mayor, la Sibila de Tivoli tiene la inscripcién: SIBJILLA TIBVRTINA. NASCETVR XRS IN BETHLEM ET ANNVNTIABITVR IN NAZARETH. REGNAN- TE TAVRO PAX... FVNDATO... QVIETIS. O FELIX ILLA MATER CVIVS VBERA ILLVM LACTABVNT”. En Pavia en la Iglesia de los Barnabitas, la Sibila Tiburtina lleva la inscripcién: SIB. TIBVRTINA. FE- LIX MATER CVIVS VBERA LACTABUNT ILLUM". En Ravenna, en la iglesia de Santa Maria la Mayor, lleva esta inscripcién: O NIMIVM FELIX COELO DIGNISSIMA MATER. SIBIL. TYBVRTINA*. Estamos, pues, de 39, L, Réau, leonographie de Ant Chrétien, vol. I, Paris 1955, p. 425. Beaulieu, op. cit, p.220. Xi Barbies de Montault, op, ciz,, XUL, 1869, pp. 477-478, 44, Tbid.) p. 502, off. etiam p. 495. 46 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA 6. Sibilia Délfica. 7, Sibilia Cumana. CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. nuevo ante un ejemplo de contaminacién, que habré que explicar por la obra o tema en el que se inspirara el pintor calagurritano. 3.3.6. Sibila Cumana. En la sacristia de nuestra catedral esta representada con un libro abierto en la mano derecha y en la izquierda un estandarte con Ja cruz, La inscripcién que tiene es: PARIET VIRGO. Famosa entre todas dentro del ambiente romano, también esta Sibila nos ofrece algunos problemas en cuanto a su interpretacién. En el libro de Horas de Louis de Laval, se representa de 18 afios, con una escudilla de oro, simbolo que no aparece muy claro, y con la inscripeién «VIDETUR VATICINARI DE NATIVITATE CHRISTI IN BETH- LEEM»**, que se relaciona con la de Barbieri’, Su iconografia es muy variada: sucle llevar un pesebre o cuna, que se explica por la inscripcién. Otras veces leva un barrefio dorado o una especie de pan redondo abierto por medio, cuyo significado no se sabe. También, raramente, Ileva el globo de la tierra, ya que anuncia el fin del mundo”, De las representaciones que conocemos se podrian hacer tres grupos. Una serie de ellas, mds bien francesas‘*, la hacen hablar del fin del mundo. Otras recogen a propésito de ella el célebre verso virgiliano: [AM REDIT ET VIRGO REDEUNT SATVRNIA REGNA. IAM NOVA PROGENIES CAELO DEMITTITUR ALTO“; en éstas podria verse implicita la inscrip- cin de Calahorra, pero sélo implicita y lejana. Finalmente hay otra serie de representaciones en las que se habla de la castidad de la madre de Cristo, como p. ej., en la vasta sala en la que se conservan los dones ofrecidos a la basilica de Loreto esta la inseripcién: SIB. CVMANA CASTAM PRO MATRE PVELLAM (deli) GET®. O también en Ravenna en Santa Maria la Mayor: CASTAM PRO MATRE PVELLAM DELIGET™'. Tampoco en esta serie tenemos literalmente el texto de Calahorra. Hay otras inscripciones atribuidas a algunas Sibilas que no se reconocen como la Sibila de Cumas, en las que aparece la palabra VIRGO, pero no la otra, como en la catedral de Spoletto® o en el libro de Horas de Poitiers**. Asi pues, otra Sibila cuya presentacién en Calahorra también supone un ciclo iconografico especial, no atestiguado hasta ahora en la investigacién. 45, S, Sebastiin, Arte y Humanismo, Madrid, 1978, p. 263. 46, M, Beaulieu, op. cit, p. 218, 47. Ibid. 48. P. e. en la catedral de Commigen (X. Barbier de Montault, op. cit,, XIV, 1871, p. 299), en Saint Maurille des Ponts-de-Ce (Ibid..p. 301). 49. Asi en las Camaras Borgia del Vaticano (X. Barbier de Montault, op. cit., XIII, 1869, p. 329); en Santa Maria Sopra Minerva (/bid., p. 335); en San Juan Degollado (Ibid,, p.399); en la catedral de Siena (Ibid, p. 467), etc. 50. X. Barbier de Montault, op. cit., XIN, 1869, p. 484. 51. Ibid., p. 502 52, Ibid., p. 498 (Sibila anénima). 53. Ibid., XIV, 1871, p. 314 (Sibila Sanne). 48 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA 8. Sibilia de Samos. ibilia Hellespéntica, CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO, A. 3.3.7. Sibila de Samos, En la catedral de Calahorra est representada con la corona de espinas en la mano derecha y en la izquierda un libro abierto. La inscripcién dice: NASCETVR DE PAVPERCVLA. Esta Sibila no presenta problema alguno. La iconografia calagurritana es la tradicional. Aparece en multiples representaciones de las que contienen el verso més completo la iglesia de San Juan Evangelista en Tivoli® y la capilla del Santisimo Sacramento de la iglesia de Santa Marfa la Mayor de Spello’’ y dice asi: ECCE VENIET DIES ET NASCETVR DE PAVPERCVLA ET BESTIE TERRARVM ADORABVNT EVM ET CLAMABVNT ET DI- CENT LAVDATE EVM IN ATRIUS CELORVM®. 3.3.8. Sibila Helespéntica. En la catedral de Calahorra lleva la inscripcién NASCETVR DE VIRGINE HEBREA. Tal representacién deriva directamente de la exposicién de Barbieri, quien la supone anciana y muy antigua, vestida con traje rural y con la inscripcién: DE EXCELSIS COELORVM HABITACVLO PROSPEXIT DEVS HVMILES SVOS. ET NASCETVR IN DIEBVS NOVISSIMIS DE VIRGINE HEBRAEA IN CUNABVLIS TERRAE". Tal concepcién se ex- tendié sobre todo en las representaciones italianas*, mientras que las france- sas muy frecuentemente han preferido relacionarla con la crucifixién®, La pintura de Calahorra, esta mds de acuerdo con la escuela o escuelas italianas que con las francesas. 4, LA APOTEOSIS DE LA VIRGEN. En el centro de la ctipula y sobre el anillo inferior donde se encuentran las Sibilas, se desarrolla el tema de la Asuncién de la Virgen en un espacio ilusorio, abierto en una audaz perspectiva de abajo a arriba, que deja ver un cielo con nubes mas alla de la estructura arquitecténica que rodea el éculo. La Virgen en actitud de Orante destaca, como figura mas importante que es, sobre la arquitectura y las demas figuras que la rodean, por su mayor tamajio, por ocupar el centro de la composicién, por su posicién de pie y por su movimiento ascensional, ayudada por angeles, hacia el cielo con nubes en las. $4, Ibid., XIII, 1869, p. 475. 55. Ibid., p. 480 (con algunas variantes ortogrificas). 56. El texto aparece en menor extensién y explicitez en la Tumba de Sixto IV (X. Barbier de Montault, op. cit., XIII, 1869, p. 326); en las cdmaras Borgia del Vaticano (/bid., p. 328); en el Libro de Horas de 1495 (Ibid, XIV, 1871, pp. 310-311). 57. M. Beaulieu, op. cit, p. 219. 58. Tumba de Sixto IV (X. Barbier de Montault, op. cit, XIIT, 1869, p, 326); iglesia de San Juan Evangelista en Tivoli (/bid,, p. 477); catedral de Genes (Ibid. p. 499). 59. Catedral de Beauvais (X. Barbier de Montault, op. cit. iv. 1871, p. 304); libro de Horas de Ana de Francia (Ibid, p. 307); libro de Horas de 1495 (Ibid., .312); Libro de Horas de Poitiers (/bid., p. 314); Libro de Horas de Orleans (Ibid. p. 316). 50 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA que se mezclan numerosas cabecillas de angeles, apenas esbozadas, como nebulosas. Los pies estén cubiertos por espesas nubes que acentuan ese movimiento hacia lo alto, a la vez que producen el efecto de estar flotando; bajo ellas dos Angeles portan una filacteria con inscripcién que dice: QUAE EST ISTA QUE ASCENDIT PER ...”, Asimismo contribuyen a ese movi- miento hacia lo alto los ojos elevados al ciclo y la linea helicoidal de su composicién. La Virgen va vestida con tunica roja y manto azul, como es costumbre en su iconografia®'. Lleva corona y resplandor como aureola. A derecha e izquierda, multitud de angeles la acompafian como a la Reina de los Angeles’, los cuales cumplen diferentes misiones: unos la elevan al cielo; otros portan filacterias; otros llevan simbolos de la Virgen segin la Letania Lauretana, y otros son musicos. Todos sobre nubes flotando, como sin peso, que se acenttia por la actitud de vuelo de algunos. Los Angeles muisicos de los extremos aparecen vestidos como corresponde a angeles adolescentes, con tunica recogida a la cintura: en dos grupos de a tres, los de la izquierda tienen arpa y dos violas y los de la derecha trompeta y érgano. Los portadores de los simbolos de la Letania Lauretana, que se verdn a continuacion, son Angeles nifios, desnudos, colocados a uno y otro lado de la figura de la Virgen. Continuando con los temas marianos, hay que sefialar los simbolos relativos a la Virgen segdn la Letanfa Lauretana®, unos levados por angeles y otros en los éculos sobre los pilares de la arquitectura ficticia que separan los nichos donde se encuentran las Sibilas, cuyo interior esta decorado con estos emblemas sobre un fondo azul de celaje: 60. En mal estado de conservacién. No se puede leer el resto. 61. L. Réau, op. cit, tomo I, p. 73. 62, Segtin la Letania Lauretana. 63. Los simbolos de las Letanias aparecen por primera vez con la iconografia de la Inmacu- lada Concepcién a finales del siglo XV, y se desarrollan en el XVI. En el siglo XV se rechaza la tipologia mariana medieval, sustituyéndose por otra que deriva de nuevas fuentes literarias que ponen de relieve signos y detalles que derivan del Antiguo Testamento: luna, sol, pozo, etc. (Manuel Trens, Maria, Iconograjia de la Virgen en el Arte Espafol, Madrid, 1946, p. 152). Los temas se retinen alrededor de la Virgen, originando Ia tipica composicién iconografica de la Virgen «tota pulera». Por los grabados en la época se propagd répidamente. La primera representacién, ya configurada, de la Virgen «Tota pulcra» la encontramos en una pintura de 1497 del retablo de Ia iglesia de Artajona (Navarra); en Valencia se conocen grabados de 1505-1518, etc. (Ibidem). Ya antes se habia conocido por la literatura y sobre todo por una vida de Cristo de Sor Isabel de Villena, que se edit6 por mandato de Isabel la Catélica en Valencia, en 1513 (Vita Christi de la Reverent abbadessa de la Trinitat). Siguiendo este texto se hicieron miniaturas de libros para los conventos, pero habré que esperar unos aflos hasta que Juan de Juanes pinte una Inmaculada para el convento de la Compafiia de Jestis, de Valencia, en 1578, rodeada de multitud de objetos, de sus atributos, que son sus armas (Arma Virginis) como jos de la Pasién son de Cristo (drma Christi} que proceden del Antiguo y Nuevo Testamento: del Cantar de los Cantares, del Apocalipsis, etc. Estos simbolos se popularizan por las letanias de la Virgen de Loretto, Ei nimero de simbolos varia de unas representaciones a otras. Los emblemas, desde la primera representacién en el retablo de Artajona (1497) y durante el siglo XVI (Juan de Juanes, Pedro de Campana, etc.), se representan a los lados de la Virgen. Pero poco a poco se fue perdiendo este esquema, distribuyéndose los simbolos segiin los diferen- tes esquemas compositivos. A veces disminuyen en niimero; otras, se afiaden simbolos nuevos, como la escala de Jacob, el ciprés, etc., en el s, XVII (M. Trens: op. cit., p. 160). Durante los siglos XVIII y XIX el grabado popular mantiene viva esta letania gréfica. 51 CALATAYUD FERNANDEZ, E. |ONZALEZ BLANCO, A. a) Hevados por angeles a los lados de la Virgen: — un espejo sin mancha (Speculum sine macula ‘espejo sin mancha’y*, ~ un lirio que florece entre espinos (Lilium inter spinas ‘como lirio entre enpinas’)®, una torre (Turis Davis cum propugnaculis ‘torre de David con baluartes')*, b) en Los éculos: ~ un olivo (Oliva speciosa ‘oliva vistosa’)”. ~ una fuente (Fons ortorum ‘fuente de huertos’)®*, = un pozo (Puteus aquarum viventium ‘pozo de aguas vivas’)”, = el Sol (Electa ut Sol ‘escogida como el sol’). la Luna (Pulchra ut Luna ‘hermosa como la luna’)"'. una estrella (Stella Maris ‘estrella de] mar’). un ciprés (Cipresus in Sion)”. - oculta. L 5. EL RESTO DE LA DECORACION DEL PRIMER TRAMO Continuando con el primer tramo de la sacristia, en las pechinas estan representados los Padres de la Iglesia, de los que sélo se conservan tres, y en los muros laterales los cuatro Evangelistas (en muy mal estado de conserva- cién): en el muro izquierdo San Marcos y San Juan, flanqueando un altar ficticio con cortinones y angelotes, algunos con filacterias con textos: JN REBUS DUBIIS QUERE MARIAM e IN PERICULIS VOCA MARIAM. En el lado opuesto, San Mateo y San Lucas a los lados de la ventana, Todos evan sus atributos caracteristicos. Ademds de la Asuncién, los simbolos de la Letania, las Sibilas, los Padres de la Iglesia y los Evangelistas, en los intradoses de los arcos aparecen angelotes volando entre la decoracién arquitecténica pintada, portando filac- terias con inscripciones: [STO ARDENS IN CHARITATE, DEO PARA ERGA INMACULATA, LAUDATE EVM OMNES VIRTVTES EIVS, LAVDATE EVM OMNES ANGELI EIVS, 64. Sap., VII, 26, 65. Cant. de los Cant., 11, 2 66. Cant. de los Cant., IV, 4. 67. Eccls., XXIV, 19, 68. Cant, de los Cant, IV, 15. . Ibid. 70. Cant. de los Cant., VI, 9. Ibid: 72, Himno liturgico. 73. Eecles., XXIV, 17, 52 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA, 2. Cipula del primer tramo: det, 53 CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ. BLANCO, A. 6. ICONOGRAFIA DEL SEGUNDO TRAMO DE LA SACRISTIA. Esta compuesta por la Apoteosis de Cristo, Profetas, un Rey de Juda y un Sumo Sacerdote, en la cuipula; y por Profetas en pechinas y lunetos laterales. Lo mismo que en el primer tramo, la Apoteosis de Cristo se desarrolla en un espacio ilusorio. La decoracién de la cipula, como la anterior, consta de un éculo en el centro (aqui mas pequefio), abierto al cielo con la misma perspectiva que alarga el espacio real en otro irreal. También aqui el éculo esta rodeado por arquitectura: arquerfas apuntadas que cobijan otros arcos de medio punto, en los que se abren grandes espacios arquitectonicos circulares en profundidad, Iuminosos, a diferencia de los nichos poco profundos que cobijaban las Sibilas. La arquitectura fingida con gruesos pilares que soportan las arquerias y pilastras adosadas que suben hasta lo alto, esta recubierta de motivos decorativos barrocos «en relieve», ordenados dentro de los elementos arquitecténicos, cuya estructura es clara. El efecto de la composicién es impresionante por la varicdad de puntos de mira y el movimiento que produce. Pero al primer golpe de vista destaca el dculo, acentuado por los ocho nervios que convergen en él —pasando de la multiplicidad a la unidad, de la complejidad de la arquitectura (lo terrenal) a la sencillez del circulo (lo celestial)~ y por el tema que se desarrolla: La Ascension. Sobre la arquitectu- ra flotan nubes espesas, entre las que se mezclan cabezas de angelitos que acompajian a Cristo. La figura de gran tamafio, que ocupa gran parte del éculo, y su movimiento ascensional, acentuado por la posicién de la mano, es lo que Ilama la atencién y hace que destaque a la primera mirada. Detras del Hijo se representa al Padre en forma de tridngulo con el vértice en posicién normal (simbolo del impulso ascendente de todo hacia la unidad superior) en el centro de la composicién y al Espiritu Santo en forma de paloma sobre las nubes, bajo la figura de Cristo. En los amplios espacios que se abren detrds de los arcos en el arranque de la ctpula, se encuentran personajes del Antiguo Testamento: Reyes de Juda, Sumo Sacerdote y Profe- tas, que veremos en conjunto con los que hay en, pechinas y lunetos. Las figuras son monumentales, claras, y estén concebidas para ser vistas desde abajo. Las de los Profetas son todas muy parecidas por sus amplias vestimen- tas, su posicién sentada y porque todos llevan filacterias con el texto de un pasaje de sus libros. Las otras figuras (David y Melquisedec) son diferentes, con sus atributos personales y vestidos de acuerdo con su rango y actividad. Lleyan también inscripcién de un texto suyo, pero en cartelas, en el pedestal en el que estdn sentados. En conjunto forman un programa iconogrdfico que, a su yez, sé asocia con los demés programas de la sacristfa, como veremos. La ordenacion es la siguiente: En la cupula: David, Melquisedec, Moisés, Jeremias, Malaquias, Oseas, 54 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA 3. Ctipula del primer tramo: det.; angeles miisicos. 12. Ciipula del segundo tramo: La Ascensién de Cristo y Profetas. 55 CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO. A. Amés y Daniel En pechinas: Joel, Isaias, Ezequiel y Baruch. En los lunetos: parte izquierda en mal estado de conservacion; parte derecha: Miqueas, Zacarias y Ageo. 7. LOS PERSONAJES DEL ANTIGUO TESTAMENTO 1. David, Segundo rey de Israel. Est representado como rey misi- co, viejo, barbudo, con la corona sobre la cabeza y con el arpa como atributo, con la que se acompafia en sus salmos. Leva inscripcién en cartela en el frente del podium: JV VOCE EXULTATIONIS SONVS EPVLANTIS (Ps, 41,5) («Los gritos de jiibilo entre el gentio festivo»). Melquisedec. Sacerdote de Salem, ante el que Abraham ofrece sacrificio de pan y vino. Est representado como sumo sacerdote y difiere de las demas figuras de la béveda que guardan gran similitud entre si. Lleva como atributos los objetos de la celebracién en ambas manos. Su gesto es de oracién, La inscripcién de su cartela reza: PANEM ET VINVM, OBTVLIT MELQUISEDEC (Gen. 14,18) («Melquisedec ofre- cid pan y vino»). 7.3. Moisés. La figura de Moisés es la de un legislador de avanzada edad. Lleva las tablas de la Ley y a ambos lados de la cabeza los dos rayos luminosos, sus atributos mds caracterfsticos. Su amplia barba es bifida, también tipica suya. La inscripcién de su cartela dice: CVSTODITE SACERDOTIVM VESTRVM (Num. 18,7) («Os ocuparéis de vuestro sacerdocio»). 7.4. Jeremias, Profeta ya entrado en afios, con barba, se representa en el momento en el que se lamenta por la ruina de Jerusalén. El texto de su filacteria dice: INEBRIABO ANIMAM SACERDOTVM PINGVEDINE (Jer. 31,14) («Llenaré el alma de los sacerdotes con abundancia»). 7.5. Malaquias, Leva en su filacteria la siguiente inscripcién: LABIA ENIM SACERDOTIS CVSTODIENT SCIENTIAM ET LEGEM (Mal. 2,7) («Los labios de los sacerdotes guardaran la ciencia y la Ley»). 7.6. Oseas. Que lleva el siguiente texto: ET ERIT SICVT POPVLVS. SIC SACERDOS (Os. 4,9) («El pueblo sera como el sacerdote»). Hay que adyertir que tanto aqui como en los demds textos proféticos uno puede ser el sentido originario del texto y otro el que le da el creador del ciclo iconografico, tema del que hablaremos mas adelante. 36 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA 14. Moisés y Jeremias. CALATAYUD FERNANDEZ, E, - GONZALEZ BLANCO, A. 1.7, Amds, Nos dice: SACRIFICATE DE FERMENTATO LAV- DEM (Amés 4,5) («Quemad levadura en accién de gracias»). 7.8. Daniel. Su tipo iconografico difiere del resto de los profetas. Estos, normalmente, aparecen representados en avanzada edad, con barba, con amplios mantos y filacterias. Daniel, por el contrario, aparece como joven imberbe. Lieva filacteria como los demds, en la que estd escrito: FIAT SACRIFICIVM NOSTRVM IN CONSPECTV TVO (Dan, 3,40) («Que nuestro sacrificio se realice en tu presencia»). 7.9. Joel. Profeta de Pentecostés y del Juicio Final para los telogos, nos dice en su filacteria: INTER VESTIBVLVM ET ALTARE PLO- RABVNT SACERDOTES (Joel 2,17) («Entre el vestibulo y el altar llora- ran los sacerdotes»). 7.10. Isaias. Tiene el siguiente texto: NE OFFERATIS VLTRA SA- CRIFICIVM FRVSTRA (Is. 1,13) («No sigdis ofreciendo sacrificios va- nos»). 7.11, Ezequiel. Nos dice: HAEC SVNT GAZOPHILACIA SANCTA IN QVIBVS VESCVNTVR SACERDOTES (Ez. 42,13) («Estas son las estancias del santuario donde los sacerdotes comen las ofrendas»). 7.12. Baruch. Su filacteria lleva el siguiente texto: RESPICE DE DOMO SANCTA TVA IN NOS (Baruch 2,16) («Mira, Sefior, desde tu casa santa y piensa en nosotros»). 7.13. Zacarias. Dice: QVI TETIGERIT VOS TANGIT PVPILAM OCVLI MEI (Zac. 2,12) («El que os toca, toca la nifia de mis ojos»). 7.14, Ageo: MAGNA ERIT GLORIA DOMVS ISTIVS NOVISSI- ME PLUS QVAM PRIMA (Ag. 2,9) («Grande serd la gloria de esta casa, la de la segunda mayor que la de la primera»). 7.15. Miqueas. Su filacteria contiene el siguiente texto: QVID DIGNVM OFFERAM DOMINO? OFFERAM EI HOLOCAUTOMATA? (Mich, 6,6) («cQué ofreceré al Sefior? {Ofreceré holocausto?»). 8, EL RESTO DE LA DECORACION Igual que en el primer tramo, aqui también tenemos angelotes en la decoracién del trasdés ¢ intradés de los arcos. Suspendidos en el aire, en actitud del vuelo, portan filacterias con las siguientes inscripciones, tomadas 58 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA en general de la Biblia, pero con ligeras modificaciones textuales y sobre todo contextuales que buscan dar sentido «sacerdotal» a toda la decoracién, como corresponde al lugar para el que estd concebida. La sacristia, en efecto, es el lugar donde los sacerdotes se preparan para la celebracién de los santos misterios y la decoracién busca el contribuir a tal preparacién. Vedmoslo en los textos’*. L. Myndamini qui offertis vasa domini El texto esta tomado de Is. 52,11b, con una ligera mutacion. Dice Isaias: mundamini qui fertis vasa Domini. Isaias habla en un contexto veterotesta- mentario, en el que el elemento ritual era algo esencial y el llevar los vasos sagrados podia ser suficiente para definir el sacerdocio levitico. Para el autor del Renacimiento el sacerdote cristiano no sélo lleva los vasos, tarea que es més bien propia de los ministros inferiores, sino que ofrece los vasos sagrados, y esto es lo propio suyo; por ello, el que ideé el ciclo iconografico tomé el texto de Isaias como fuente de inspiracién, pero lo metamorfosed mediante la simple afiadidura de una silaba, con lo que daba sentido total en el nuevo contexto, a la vez que mantenja el eco biblico y con ello la patina y autoridad del texto. 8.2. Sacrificivm laudis accepit No es una frase que se encuentre en la Biblia literalmente en parte alguna. Si que se habla en diversos pasajes del sacrificium laudis, pero no en un texto narrativo. Seguramente que el lugar biblico inspirador de nuestro texto ha sido el salmo 49. Alli se dice en el versiculo 14: Immola Deo sacrificium laudis; et redde Altissimo vota tua. Es, pues, una exhortacién puesta en boca del salmista y dirigida a los creyentes. Y en el versiculo 23 del mismo salmo se dice: Sacrificium laudis honorificabit me: et illic iter quo ostendam illi salutare Dei. Aqui es Dios quien habla de que se vera complaci- do en el sacrificio de alabanza. El tedlogo que seleccioné los textos para nuestras inscripciones recogié la idea, que también aparece en otros lugares biblicos (cfr. Ps. 106,22; I Macc. 4,56 e incluso la idea del IV Evangelio del culto a Dios en espiritu y en Verdad: 4,23.24) y recuerda a los sacerdotes que se revisten en la sacristia que Dios aceptd el sacrificio de alabanza 8.3. Ocvli nostri semper ad dominvm El texto se halla, aunque en singular, en el Ps. 24,15: Oculi mei semper ad Dominum: quoniam ipse evellet de laqueo pedes meos, El sentimiento de confianza en Dios que expresa el salmista, lo ha traspasado el tedlogo a los sacerdotes con el simple procedimiento de poner la frase en plural. En rigor, 74, Bonifatius Eischer O.S.B., Novae Concordantiae Bibliortim Sacrorum iuxta Vulgatam Versionem critica editam, Stuttgar-Bad Cannstadt, 1977, 5 vols. 59 CALATAYUD FERNANDEZ, E, - GONZALEZ BLANCO, A. 16. Oseas, LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA la idea es la misma que la que expresaba la frase inicial de Ia misa en el viejo rito latino: «Nuestro auxilio en el nombre del Sefior...». 8.4. Et myndus evm non cognovit El texto esta literalmente en el IV Evangelio 1,10: In mundo erat, el mundus per ipsum factus est, et mundus eum non cognovit. Probablemente este texto esta colocado para fomentar la conciencia de los sacerdotes de que son iniciados en un misterio ajeno al mundo y suscitar asi sus sentimientos de gratitud. 8.5. Gystate qvoniam svavis est El Ps. 33,9 dice: Gustate el videte quiniam suavis est Dominus: beatus vir qui sperat in eo. El tedlogo ha hecho una seleccién de las palabras, dejando el texto reducido a lo esencial, pero recogiendo todo su contenido: «saboread Jo suave que es el Sefior». Y con ello pretende, sin duda, fomentar la piedad de los sacerdotes. 8.6. Cogitate in praeceptis altissimi Es otra exhortacién a los sacerdotes que literalmente no se halla en ningiin pasaje biblico, pero que en cuanto al sentido si que aparece casi lite ralmente en varios lugares del texto sagrado. Asi en el Ecl. 6,37 se dict Cogitatum tuum habe in praeceptis Dei, et in mandatis illius maxime assi- duus esto: et ipse dabit tibi cor, et concupiscentia sapientiae dabitur tibi. La misma idea aparece en Ecl. 9,23 y parecida en el Nuevo Testamento en la II de Pedro 3,2. La idea, pues, es profundamente biblica y si es aplicable a todo cristiano, con mucha mayor razén a los sacerdotes. El tedlogo que ha hecho la seleccién de textos e ideas, pudo sin gran esfuerzo recoger el pensamiento y plasmarlo con frase casi biblica. Incluso el plural aparece en el pasaje citado de la II Pedro 3,2 aunque no los vocablos mismos. Dice alli: ut memores sitis eorum... praeceptorum Domini et Salvatoris. 8.7, Existimate labivm calicis quasi labivm maris El sentido del texto es menos preciso, o menos facilmente precisable. Su fuente de inspiracién debe ser el texto biblico que habla de la construccién del Mar de Bronce por Salomén. Dice I Reyes 7,23 ss: «Hizo el Mar de metal fundido que tenia diez codos de borde a borde; era enteramente redondo, y de cinco codos de altura; un cordén de treinta codos media su contorno, Debajo del borde habia calabazas todo en derredor; daban vuelta al Mar a lo largo de treinta codos; habfa dos filas de calabazas fundidas en una sola pieza. Se apoyaba sobre doce bueyes, tres mirando al Norte, tres mirando al Oeste, tres mirando al Sur y tres mirando al Este; el Mar estaba sobre ellos, quedando sus partes traseras hacia el interior, Su espesor era de un palmo y su borde era 61 CALATAYUD FERNANDEZ, &. - GONZALEZ BLANCO, A 18, Daniel. LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA como el borde del cdliz de la flor de la azucena» (labiumque eius quasi labium calicis), El texto se repite en el II Crénicas 4,2ss. Para saber cémo este texto ha podido inspirar a nuestro tedlogo, haria falta saber cual era la interpretacién que los escrituristas de nuestro Siglo de Oro daban al Mar de Bronce. Sin duda habia una exégesis alegdrica. O bien simplemente la idea sugerida, no contenida, en el texto latino. El pensador quiso hacer caer en la cuenta a los sacerdotes de la inmensidad del misterio contenido en el cAliz sagrado, para lo cual le fue suficiente hacer una metate- sis en los términos y crear uma frase que sonara a biblica y que fuera profundamente catélica. Que este texto es la fuente de inspiracién de nuestra inscripeién se ve por el que vamos a comentar acto seguido, del que también se puede deducir con mayor precisién el sentido que nuestro tedlogo da al presente. Si, en efecto, el Mar de Bronce de Salomén era para las abluciones de los sacerdotes, al trasladar aqui la funcién purificadora al céliz, se quiere indicar que del misterio de la sangre de Cristo se obtiene la purificacién de nuestros pecados, o més precisamente y en el contexto de la sacristia, de los pecados de los sacerdotes. 8.8. In mari sacerdotes lavabantyr El texto est literalmente en el I libro de las Crénicas 4,6. Al escribirlo sobre el techo de nuestra sacristia, el sentido es por una parte exhortar a los sacerdotes a la purificacién, y en segundo lugar, en conexidén con el texto anterior, recordarles que la purificacién se consigue en el céliz de Cristo. 8.9. Sacrificate sacrificium oboedientiae Habria que repetir, acomodéndolo, lo que hemos dicho arriba a propési- to del SACRIFICIVM LAUDIS ACCEPIT. El texto que aqui queremos comentar no esta literalmente en la Biblia, pero si que hay alli textos que contienen la misma idea. Asi, por ejemplo, en Ecl. 35,2 se dice: Sacrificium salutare est attendere mandatis. (cfr. | Sam. 15,22; Ecl. 17; Cor. 9,13). Pero el texto central esté en el Ps. 39,7 donde se dice: Sacrificium et oblationem noluisti; tune dixi ecce venio ut faciam Domine voluntatem tuam, texto que es aplicado a la encarnacién de Cristo por el autor de la carta a los Hebreos 10, 5-7, para designar asi un rango esencial de la postura de Cristo que, sin duda, para nuestro tedlogo, debe ser imitado por los sacerdotes. 8.10. Este mvndys ornamento Es de suponer que el texto esta imprecisamente o mal lefdo. Gramatical- mente parece que no tiene sentido. Si la lectura fuera ISTE MVNDVS ORNAMENTO podria entenderse como que este mundo sensible sélo debe servir para adornar algo més esen- 63 LATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO. A. 20. Baruch, LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA cial que es la gracia divina. Y esta idea si que es biblica. Asi, en Is. 49,18 se dice: vivo ego dicit Dominus quia omnibus hiis velut ornamento vestieris y lo mismo en otros textos. Y entendido asi, podria tener sentido dentro del contexto ideoldgico de nuestro ciclo iconografico. Seria una matizacién del texto del Evangelio segiin San Juan citado antes. Es cierto que el misterio de Cristo no lo conoce el mundo, pero el mundo es un ornamento de tal misterio. 8.11. Avdite sacerdotes cuanta fecit dominys vobiscvm No es frase biblica, pero en la Biblia esté la parabola de la vifia (Is. 5,4) que si es verdad referida al pueblo de Israel, es mucho mas verdad aplicada sdlo a los sacerdotes. Y ademds, p. ej., en Jer. 31,14 se dice: Et inebriabo animam sacerdotum pinguedine, que en algiin sentido también habia de lo mismo. De todas formas este texto sirve como conclusién a toda la teologia sacerdotal de las pinturas de la sacristia y no es tanto biblico cuanto teoldgico y conclusivo. 8.12. Las Virtudes Teologales estin representadas en el muro de los pies de la sacritia, estando oculta la Fe por el cuadro de los Santos Martires San Emeterio y San Celedonio. 9, LA IMAGEN DE LA INMACULADA CONCEPCION Para terminar la descripcién de la decoracién de la sacristia ocupémonos del lienzo de la Inmaculada Concepcién en el testero y que forma parte del conjunto pictérico. Estilfsticamente es la mejor realizacién, obra del pintor José Veiés, Su iconografia deriva de la mujer apocaliptica. Como ella, lleva corona o aureola de doce estrellas® y el resplandor de luz que se identifica como el sol (simbolo apocaliptico), que se oculta detras de la figura de la Virgen, Esté representada joven, con la tunica blanca y resplandeciente y el manto azul, como es habitual en su iconografia”, de pie, rodeada de angeles que la ayudan en su descenso, suspendidos en el aire sobre un fondo de nubes. Bajo sus pies la serpiente, simbolo preferido del demonio —bajo cuya 75. Apoc. XII, 1: «ln capite cius corona stellarum duodecim». 76. En 1730, Fray Juan Intaridn de Ayala, siguiendo los tratados anteriores, nos describe cémo ha de ser la representacién de la Inmaculada Concepcién. La relaciona con la mujer apocaliptica; dice que debe ser joven (10 6 12 aftos), y que «no debe ni puede pintarse segtin Ia fe de la historia, porque la sacratisima Virgen:en aquel primer instante en que fue animada y santificada plenisimamente, no fue vestida con alguna vestidura o adorno corporal, sino adoma- da con gracia y dones celestiales. Pintesela, pues, con una tunica blanca y resplandeciente, bordada, si as{ se quiere, con flores de oro y con un manto ceriileo (azul), ancho y brillante cuanto sea posible. Pues de esta manera (ademas de representarse mejor a la vista la admirable dignidad del hecho) se aparecié Ja purisima Seftora, como la noto al referido pintor (Pacheco), a la nobilisima virgen portuguesa Beatriz de Silva, fundadora de la Orden de la Purisima Concep- cién, que confirmé el Papa Julio II, el aio 151!» (M. Trens, op. cit, pp. 170-171). 65 CALATAYUD FERNANDEZ, E, - GONZALEZ BLANCO, A. forma sedujo a Eva en el Paraiso~ vencido por ella, que nos indica su victoria sobre el pecado y que caracteriza a la Nueva Eva’’, Aqui la serpiente no esta completamente bajo la Virgen; parece como si se reparara en poner a la Inmaculada en contacto con el monstruo infernal, y tampoco le pisa la cabeza, segtin la promesa de Dios. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho, gesto de recogimiento interior, y los ojos bajos hacia la tierra, actitudes que la diferencian de la Asuncién que tiene los brazos y los ojos elevados hacia el cielo, donde la espera su Hijo, como se ha visto. Sobre la Virgen esta la Trinidad que contempla y participa, junto con los angeles, de este aconteci- miento, dando a entender la idea eterna de la Concepcién de la Virgen”; el Padre, en lo alto y en el centro, esta representado como un anciano venera- ble, con argos cabellos y barba, entre nubes”; a la derecha, el Hijo con la apariencia que tuvo en la Tierra; y el Espiritu Santo, bajo el Padre y sobre la Virgen, en forma de paloma. A los lados de la Virgen se encuentra, a su derecha, el arcdngel San Miguel luchando contra el dragén y Satan, al que vence, y, a su izquierda, Angeles. El arcdngel San Miguel es el mas popular y el de personalidad mds definida de los siete conocidos. Es un guerrero (Princeps militiae angelorum), que dirige el combate contra los angeles rebeldes, a los cuales precipita en el abismo y que lucha contra el dragén para salvar a la mujer que acaba de dar a luz®, simbolo de la Virgen y la Iglesia. Estas dos iconografias son las que se representan en este lienzo. En su lucha contra el drag6n, que se desarrolla en el cielo, dirige la espada hacia la boca del monstruo. En la lucha contra el demonio, como en la anterior, va vestido de guerrero, pero con la espada en alto, victorioso, y bajo sus pies las llamas del infierno que envuelven a Satan derrotado y representado segiim una iconografia que deriva de la Antigiiedad, como satiro con sus cuernos, orejas velludas, nariz chata, alas de murciélago, etc. Es la representacién del infierno, de la derrota del angel rebelde ante la figura de la Virgen en la Gloria eterna. 10. SIBILAS Y PROFETAS La representacién de Sibilas y Profetas, juntos en unidad de significa- cién, es tan comin que se puede decir que es ia forma ordinaria de presentar el tema del profetismo durante toda la Edad Moderna. 77. En la iconografia de la Concepcién, es mds frecuente que aparezca a sus pies la media luna, segin el Apocalipsis, que la serpiente, la cual aparece menos veces. Desde el s. XVII, la iconografia de la Virgen va perdiendo su cardcter apocaliptico. A partir de ahora se va a. caracterizar mas el aspecto de la Nueva Eva, sustituyendo el dragén, que en las primitivas representaciones le servia de escabel, por la serpiente, tipica figuracidn del angel rebelde que tentd a los primeros Padres. 78. M. Trens, op. cit, p. 164. 79. La fuente de esa representacién es una visién del profeta Daniel (7,9), en L. Réau, op. cit, tL, 1, p. 8. 80. “Apoc., XII, 7. 66 LA BOVEDA DE LA SACRISTIA EN LA CATEDRAL DE CALAHORRA, Un catalizador de tal ideologia fue, sin duda, la obra Discordantiae nonnullae inter sanctum Hieronimum et Augustinum, publicada en 1481 por el dominico italiano Filippo Barbieri, inquisidor de Sicilia. Barbieri presenta una disertacién entre San Jerénimo y San Agustin, y unos pequefios tratados, de los cuales uno es el que habla de Sibilas y Profetas, Nombra por primera vez doce Sibilas, afiadiendo dos a las de Lactancio (Agrippa y Europa), y a las que caracteriza por su edad, aspecto, vestido, etc. Las profecias que pone en boca de cada una son distintas de las de Lactancio. Y aqui lo que nos interesa notar es que las pone en relacién con los profetas. La relacién que establece entre Sibilas y Profetas es la siguiente*'; Pérsica — Oseas Cumana - Daniel Libica — Jeremias Helespontica - Jonas Délfica — Jeremias Frigia - Malaquias Cimeria - Joel Europa — Zacarias Eritrea — Ezequiel Tiburtina - Miqueas Samia - David Agrippa — no lo dice En las representaciones iconograficas tal adecuacién probablemente no se da nunca®, entre otras razones porque la «teologia» de las Sibilas es algo que no tiene normas fijas, que pertenece a la pura especulacién de los humanistas y la postura de éstos ya la hemos visto en el ejemplo que constituye Baronio. Del mismo modo que no hay uniformidad en las profe- cias que se ponen en boca de cada Sibila, tampoco en la relacién entre unas Sibilas y otros determinados Profetas. Lo que si suele darse en la representacién de las Sibilas es el ponerlas en relacién principalmente con Profetas, pero a veces también con Evangelistas, Apéstoles y Doctores de la Iglesia. Y esto es lo propio de todo el pensamiento teolégico y cultural de la Edad Moderna. Lo que podriamos llamar «la estructura sapiencial del Universo y de su desarrollo» es algo que domina los siglos XV y XVI europeos y que en el mundo catélico, refractario a las lineas de revisién centroeuropeas, se mantiene més alla del final del siglo XVII hasta entrado el XIX®. En este sentido y tal como lo hemos indicado al comienzo de este trabajo, la decoracién de la sacristia de la catedral calagurritana es un docu- mento de primera categoria. 81, S, Sebastidn, Arte y Humanismo, Madrid, 1978, p. 262. 82. Baste recorrer los trabajos citados de X. Barbier de Montault para comprobar el aserto. 83. Hay un punto en el que es facil de comprobar esto: el tema de la comprensién del profetismo sobre lo que puede consultarse la obra editada por P.H.A. Neumann, Das Propheten- verstdndnis in der deutschesprachigen Forschung seit Heinrich Ewald, Darmetadt, 1979. 67 CALATAYUD FERNANDEZ, E. - GONZALEZ BLANCO. A. 11. EL «MENSAJE» DE LA DECORACION DE LA SACRISTIA Se ha dicho que en Francia las Sibilas estan mds en relacién con Cristo, mientras que en Italia, con mucha frecuencia se refieren a la Virgen‘. También en este aspecto la decoracién de nuestra sacristia esté mas en la linea del pensamiento italiano que del francés. Pero lo que interesa resaltar aqui es la orientacién de toda la composi- cién calagurritana, Hay en nuestro conjunto pictérico dos temas que tienen un particular relieve: LA DEVOCION A LA VIRGEN y el tema del SACERDOCIO. El primero [lena todo el primer tramo con ctipula de la sacristia, del que las Sibilas constituyen el elemento més abultado. Tal devocién a la Virgen viene caracterizada por una ideologia muy fuerte, como se ve por la ornamentacién del conjunto a base de Evangelistas y Padres de la Iglesia. Es la era de la Mariologia. Y también la era del pietismo mariano. El tema del SACERDOCIO llena todo el segundo tramo. Todos los testimonios proféticos que se aducen tienen que ver con el sacerdocio. Y no esta el hecho fuera de contexto, ya que de ornamentar una sacristia se trata. Ademas, en la entrada a la sacristia esté San Pedro, primer sacerdote de la iglesia cristiana, con la inscripcisn PETRE SEQVERE ME. VOLOTE FA- CERE PISCATOREM HOMINVM*. Pero hay en esta vision del profetismo una clara «interpretacién teolégica» propia del momento en el que se pinta la obra. Y en esta interpretacién teolégica se manifiesta también la inflaccion clerical en la visién del mensaje revelado. Nos movemos, de nuevo, dentro del pietismo eclesial. Se dirfa que cuanto se ha dicho del Barroco y de su afin ornamental de crear un Cielo en la Tierra y de insertar al creyente dentro de ese Cielo, se da en esta decoracién a pesar de que su realizacién es demasiado tardia para poder calificarla de barroca. Y es que, en realidad, la pérdida del vigor ideolégico que caracteriza a la tradicién en el siglo XVIII, que se bate en retirada frente a las nuevas corrientes racionalistas que han aparecido a lo largo del XVII, se manifiesta en una cierta desviacién pietista que pretende «emplear» los viejos logros para el mantenimiento de la antropologia religiosa recibida. En este sentido 84, M. Beaulieu, op. cit, p. 218; X, Barbier de Montault, op. cit, XIII, 1869, p. S01. 85. Ismael Gutiérrez (op. cit.) apunta que «casi con toda seguridad este programa iconografi- co tiene su apoyatura literaria en los escritos del obispo don Pedro de Lepe y Dorantes, cuyas Cartas Pastorales habian sido dadas a la imprenta por el candnigo de la catedral de Caiahorra don Andrés de Herrera, publicandose en Valladolid en 1721. Su mas extensa Carta estd precisa- mente dedicada a la Castidad sacerdotal y ditigida a todos los sacerdotes y ministros de altar de su obispado y algunas citas biblicas utilizadas por Lepe fueron copiadas en las filacterias de la 68

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