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Dios los dotó a estos cuatro jóvenes de sabiduría e inteligencia para entender toda clase de
literatura y ciencia. Además, Daniel podía entender toda visión y todo sueño. Aspenaz, jefe
de los oficiales de la corte del rey, debía enseñarles la lengua y la literatura de los babilonios.
El rey les asignó raciones diarias de la comida y del vino que se servía en la mesa real, su
preparación duraría tres años. Después de la preparación entrarían al servicio del rey.
El jefe de oficiales les cambió el nombre: Daniel a Beltsasar, Ananías a Sadrac, Misael a
Mesac, Azarías a Abed-nego. Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el
vino del rey, así que le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse.
PERO aunque Dios había hecho que Daniel se ganara el afecto y la simpatía del jefe de
oficiales, éste se vio obligado a responderle [negativamente] a Daniel.
«Tengo miedo de mi señor el rey, pues fue él quien te asignó la comida y el vino. Si el rey
llega a verte más flaco y demacrado que los otros jóvenes de tu edad, por culpa tuya me
cortará la cabeza.»
Al cumplirse el plazo, estos jóvenes se veían más sanos y mejor alimentados que
cualquiera de los que participaban de la comida real. Así que el guardia les retiró la comida y
el vino del rey, y en su lugar siguió alimentándolos con verduras.
Cumplido el plazo fijado por el rey Nabucodonosor, y conforme a sus instrucciones, el jefe
de oficiales los llevó ante su presencia.
Luego de hablar con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, el rey no encontró a nadie que los
igualara. El rey los interrogó, y en todos los temas que requerían de sabiduría y
discernimiento, los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de
su reino, los cuatro jóvenes entraron al servicio del rey, Daniel se quedó en Babilonia hasta
el primer año del rey Ciro.
Daniel se hizo famoso porque Dios le había concedido un don especial para entender los
sueños, y Dios lo utilizó para interpretar los sueños de los reyes de Babilonia. Cada uno de
estos reyes recompensó a joven, y llegó un día en que Daniel se convirtió en una persona
muy importante de la corte del rey. Mas tarde, los persas conquistaron Babilonia. El nuevo
rey era Darío quien comenzó a llamar a Daniel siempre que necesitaba consejo. Daniel era
tan inteligente y tan sabio que el rey Darío decidió colocarlo al frente de todo su reino.
Cuando los demás consejeros del rey comprobaron que Darío favorecía tanto a Daniel, se
enfurecieron y sintieron celos. Estos hombres tramaron un plan para deshacerse de Daniel, le
tenderían una trampa. Daniel oraba tres veces al día, y lo hacía con la ventana de su
habitación abierta. Decidieron denunciar el comportamiento de Daniel, estaban seguros que
eliminarían a Daniel de su posición y que acabarían con su vida, para ello tramaron un gran
engaño.
Formaron una comisión para ir a hablar con el rey, y estando en su presencia le dijeron: ¡Que
viva para siempre Su Majestad, el rey Darío! Nosotros queremos honrarte. Su Majestad
debiera emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea
arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u hombre que no sea Su
Majestad.
Expida usted ahora ese decreto y póngalo por escrito, así no podrá ser revocado. Al rey le
pareció bien, pensó que eso lo haría como un Dios. El rey Darío expidió el decreto y lo puso
por escrito, pero no sabía que había sido utilizado por los enemigos de Daniel para hacerle
caer en una trampa. Al día siguiente Daniel oró a Dios como cada día lo hacía. Daniel sabía
que Dios es el único Dios verdadero. Pero los consejeros del rey vieron por la ventana como
Daniel se arrodillaba y oraba a Dios. Al verlo, fueron rápidamente a ver al rey Darío para
acusar a Daniel y recordarle el decreto.
El rey estaba muy triste. El no quería arrojar a Daniel a la fosa de leones. Pero había firmado
el decreto y no lo podía cambiar. El rey mando traer a Daniel a su presencia y le dijo con
profunda tristeza: ¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte! Daniel fue
arrojado a la fosa de leones. Llevaron una piedra, y con ella taparon la entrada al foso. Los
leones estaban hambrientos, pero Dios envió a su ángel y les cerró la boca.
Tan pronto como amaneció, el rey se levantó y fue al foso de los leones. Tenía la esperanza
de que Dios hubiera salvado a Daniel. Ya cerca, lleno de ansiedad gritó: Daniel, siervo del
Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien siempre sirves, salvarte de los leones?
¡Que viva Su Majestad por siempre! contestó Daniel desde el foso. Mi Dios envió a su ángel
y les cerró la boca a los leones. No me han hecho ningún daño, porque Dios bien sabe que
soy inocente. ¡Tampoco he cometido nada malo contra Su Majestad!
Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. El rey Darío publicó un
nuevo decreto —en todo lugar de mi reino la gente debe adorar y honrar al Dios de Daniel.
Dios salvó la vida de Daniel y todos supieron que Dios es el Dios verdadero.
Un día, Nehemías vino delante del rey con una cara muy triste. El rey quería saber qué le
pasaba. Oh rey, vive para siempre, dijo Nehemías. Estoy triste por que la ciudad donde están
enterrados mis padres está en ruinas y las puertas quemadas. Nehemías estaba hablando de
Jerusalén, que había sido destruida por guerra hacía muchos años.
El Rey Artajerjes le preguntó, Qué cosa pides? Déjame ir a Jerusalén para que la pueda
reedificar, rogó Nehemías. El Rey Artajerjes le dio permiso. También le dio a Nehemías
cartas oficiales para protegerle en el viaje. El rey ayudó aún más. Dio a Nehemías una carta
para Asaf, guarda del bosque del rey.
Asaf fue ordenado a proveer toda la madera que Nehemías pidiese para edificar el muro de la
ciudad. Cuando Nehemías llegó a Jerusalén, juntó a los oficiales de la ciudad y dijo,
Tenemos problemas aquí. La ciudad está en ruinas, y las puertas consumidas con fuego.
Empecemos a reedificar. Les dijo que el Rey Artajerjes aprobaba y, más importante aún, que
Dios estaba su lado.
Al progresar la obra, Sanbalat se enojó mucho. Él y sus amigos se burlaban de los Judíos.
Tobías dijo, Cuando terminan de edificar ese miserable muro, una zorrita la derribará.
Nehemías no contestó. Sino, oró que Dios se encargue de ellos. Cuando sus insultos
burladores no tuvieron efecto, maquinaron juntos pelear con Jerusalén y causar todos los
problemas posibles.
Nuevamente, Nehemías pidió la ayuda de Dios. También puso guarda de día y de noche para
que no los sorprendieran. Los Judíos trabajaron tan fuerte que se estaban cansando. Algunos
tuvieron miedo de que el enemigo los viniera a matar mientras trabajaban. Aún así,
Nehemías no abandonaría el proyecto.
Puso soldados alrededor de los trabajadores y les recordó que Dios estaba de su lado y que
Dios es más poderoso que cualquier enemigo! Nehemías trató de ser un buen ejemplo. El
Rey Artajerjes lo había hecho gobernador de Jerusalén con el... derecho de demandar comida
y dinero de la gente, pero no lo hizo.
Solamente trabajó fuerte al lado del pueblo mientras reedificaban el muro. Usó su propio
dinero para comprar comida. Por fin, el pueblo terminó el muro, y sólo faltaba colocar las
puertas de los portones principales. Cuando Sanbalat, Tobías, y Gesem
escucharonqueyanoibaahaber brechas en el muro, planearon dañar a Nehemías.
Mandaron mensajes para que Nehemías se encuentre con ellos en un lugar llamado Ono.
Pero Nehemías sabía que estaban tratando de sacarlo de la ciudad para hacerle daño. Les
contestó que no podía dejar la obra para visitar con ellos. El muro finalmente se terminó, y
Nehemías puso centinelas para protegerlo. También hizo una regla que las puertas no se
abran hasta después de subir el sol.
Durante la noche debían estar cerradas ytrancadas. Ahora que la ciudad estaba segura,
muchos Judíos exiliados de diferentes partes del mundo volvieron a Jerusalén. Nehemías
debía de haber estado muy contento que había terminado el trabajo que Dios le había dado
para hacer, a pesar de todos los obstáculos. Se quedó en Jerusalén y ayudó al pueblo a
siempre obedecer a Dios.