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380. Aivano vAzquez Manteo de recordar el pasado reciente."* Probal que el memorial se haya conformado no como tn espacio untvoco, sino como un relato en donde cabe lo polivalente y lo contradictorio, Es en ese sentido que cuesta trabajo concebirlo como un monumento tradicional de la historia de bronce. Al menos no aspira a convertitse en tna version ‘univoca de la historia (como los monumentos que tepresentan abstrac- ciones de la patria). Sila historia de bronce, como la concibio Luis Gonzt- leg, trata de un relato bipolar sobre la lucha entre buenos y malos, heroes y villanos, rudos y téenicos con la nacién cumpliendo las funciones de un ring de box, quiza alguien podria argumentar que el memorial ofrece una nueva visién en la que se invierten los valores, y los estudiantes dejan de ser “agitadores comunistas” para convertise en heroes que sostuvieron la antorcha de Ia democracia durante un régimen opresivo. Como parte del equipo que trabajé en la realizacién del Memotial, puedo asegurar que se quiso evitar caer en esquematismos y, por el contrario, se intento poner los elementos complejos de la historia sobre la mesa para que el publico visitante pudiera apreciar la complejidad de los procesos historicos, Pero la respuesta a ese dilema debiera estar en un estudio de recepcion. Algu- nos trabajos recientes apuntan hacia ese sentido." Lo cierto es que historia oficial ono, el Memorial del 68 representa los debates que implica la construcci6n de relatos sobte el pasado reciente. El proceso mismo por el cual se consigue que en el espacio mismo de la Plaza de las Tres Culturas existan marcadores sobre la matanza del 2 de octubre relleja las transformaciones politicas del México contemporiineo, asi como Ta aparicion de nuevos actores sociales que condicionan la transformacion del sentido de la historia. Hoy en dia Tlatelolco se ha convertido en un lugar de memoria,” cargado de significado, que solo puede ser visto como fruto de la accion humana. Una revision de los debates por la memoria reciente desde una perspectiva historiogrifica nos remite directamente a Ja consideracion de nuevas historias oficiales complejas y heterogéneas, de la misma manera que el escenario del poder politico de la aetualidad. ease Vi ° La bibliograiaacerea de la construcciom de la identidad mestiza, ss mltos y cone LANISTORIA LA HISTORIA PATEA VLA FORBACION DEN NUEVO CONSENSO NACIONAL 385 do Ja vigorosa cultura popular estadounidense, Recientemente, se ha planteado de nuevo la discusién a propésito de la continuidad de la identidad nacional dado el impacto de las demandas de recanoch to de minorias de distinta naturaleza, y la creciente integracion de México a Estados Unidos. La identidad nacional es hoy un conjunto frégil de actitudes, habitos y caracteristicas en el que convergen las creenicias, los mites, los habits y Jos estereotipos que compartent nillones cle mexicaros respecto de si mis- ‘mos y del mundo exterior" Esta identidad no se ha mantenido idéntica a si misma en el tiempo, sino que el cambio social la ha transformado; sin ‘embargo, el mito del pats mestizo es un dato permanente que sigue siendo capital para la diferenciacton d ram y para la definicion de la identidad nacional La creencia de que la singularicad de Mexico estriba en la mezela Ines un viejo y pode- en 1810, aunque en les mexicanos quisieron ver les de la definicién de la identidad nacional.’ En el siglo xt cial de la nacionalidad se estendio, y luego del triunfo de los liberales en 1867, fue ascendida a la categoria de mito oficial, y como tal, despues de 1910, qued6 tntegrada al legado revolucionario, Mas atin, la Revolucién renov6 las pretensiones integradoras del mestizaje el cual inspir® las politicas edueativas del Es- tado postevolucionario. La continuidad de este mito se mantuvo mis ‘menos intacta hasta que fue estrepitosamente desmentida por el levanta~ miento del Ejercito Zapatista de Liberacién Nacional, ex, que irrumpio en el escenario politico mexicano en enero de 1994. Esta protesta puso al descubierto la marginacion de las minorias indigenas y la realidad del racismo que enmascata el mito del pats mestizo.* como Andrés Molina Hentt= , Octavio Pazy Roger Barta. Vent iano y Rojas, con i colaboracibn de > Brading,"Patritismo y nacionalismo en la hi * Navarrete Linaes, “La construccign hstonea", pp. 237-382. 386 soxepap Loaeca A finales de la década de los setenta del siglo pasado, las reivi caciones de autcnomia de las minorfas indigenas desafiaron la funcion ado en 1989 en el Convenio 169 de Ia Organizacion Internacional rr. Esta disposicién rechaza las politicas asi de cultural, Mexico fu or pese a que repucd mmogeneizacién pritneros paises en ratficar el convenio de la 1 nacionalismo lupano. La adhesin ico la definictom racial de la identidad nacional mexicana, Esta provocd severas criticas por parte de quienes consideraban que el reconocimiento de derechos de las tinorias indigenas comprometia la integridad de la nacién, El segundo factor que es visto como una amenaza a la identidad na- sional es la creciente integracion de México a Estados Unidos. Emble- itico de est re comercio con ese pals, que entro en vigor en 1994. La ha extendido a los ambitos financiero, econémico y de seguridad, pero lo mas relevante en términos ut puso en 4 HISTORIA PATHUAY LA FORMACION DE UN NUEVO CONSEEO NACIONAL 387 del problema de la identidad es la omnipresencia de la cultura popular estadounidense en México, que es incluso anterior al Tratado de Libre 1s medios mi n particular afluencia que es palpable en los patrones de consumo, en incluso en las formas de relacién social. No obstante esta indudable preston, la desaparicion de Je cultura mexicana, que algunos temen, no es previsible, en buena da gracias a su densidad historica y a su probada capacidad para ‘arse con la incorporacién de las formas que adopta la sociedad." En Estados Unidos el tema de la identidad nacional tambien ha ad- quirido actualidad como reaccidn a un fendmeno migratorio de propor- ciones sin precedentes, y ha sido igualmente divisivo. una cortiente de opinién defiende la tradicién estadounidense de apertura ala inmigracion, otra la evaltia de manera negativa, y propone cerrar las en 2004, el distinguido politslogo Samuel P on publicd un libro titulado Who Are We? The Challen- {es to American National Iden cia con la siguiente declaracion: “Bscribo en tanto que patriotay en tanto que académico”, profundamente preocupado “por la unidad y por la fuerza” de su pais, y confiesa su “te- mor” de que el sentimiento patriotico esté en peligro. Por consiguiente, se slente obligado a dar la voz de alarma ante las amenazas que se ciernen fema dela dentidad nacional sha planteado en Europa en ocrs tsminos. Por una pavte el proceso de integracion econdmica ha aarreado la tansferencia de resp Ales que antes eran exclusives del Estado-nacion a los érganos supranacionales de la U Tropes. As ha ocurrido con decisiones que historcamente eran yen recon al cont ‘de inmnigrani -socieddes europeas, que yano pueden autodefinirse , denuncio a smo y sostavo que era preciso defender “os tra tradicion judeo-erstan 388. sournap oseza, sobre una identidad que, nos dice, est4 definida por la cultura de los colonizadores britdnicos que se establecieron en lo que es hoy Ia isla de Manhattan: el idioma inglés, los valores del protestantism, el individua- lismo, el compromiso religioso y el respeto a la ley: Esta deseripcion fue vigorosamente refutada por los historiadores que rechazati la idea de que Estados Unidos es una variante del mundo ingles, ¥ que apuntan hacia los cambios que ha experimentado la identidad es. tadounidense en mas de 200 anos, gracias a las aportaciones de catslicos, judios, africanos y asidticas.!* Elargumento de Huntington es una defensa del asimilacionismo y de la historia de los inmigrantes que estuvieron dispuestos a adoptar la cul- tura y los valores politicos de Ia sociedad que los acogia. Ast pues, insiste fn que a lo largo de mas de tres siglos a la cultura protestante-anglosajona se han incorporado “americanos” de todas las razas y etnias, De esta con- Wiecisn patte su critica feroz a la este autor, provoca aintegrarse a la cultura ayoria, porg 0 po bes, viven en barrios aislados y 1 rechos vinculos con su pals de otigen. Llega incluso a afirmar que la inmensa ola de mexico-americanos —magnificada por el crecimiento demogratfico de estos grupos— habra de desembocar en una reconquista de Nuevo Méxi- co, Arizona y Texas, No obstante, la principal abjecién de Huntington a estos migrantes esta dirigida a sus actitudes civieas, pues les repracha la deslealtad a las instinuciones polticas que, segitn él, revela su resistencia ala imegracion, Desde esta perspectiva, la icentidad nacional es un con- cepto integral que incorpora valores y actitudes politicas."* tigi rina np ve dace ac cl ee Ne SS) 11pm 20083 “enliven Unto re hare dealt Shes pone de certs eet Ener caaee Codesarollo. Su objetivo era la ura y als insiuciones francesa, propésito levoCONENSD NACIONAL, 389 La nocion predeterminada de la identidad nacional como la que de- fiende Huntington, evaca los riesgos de un concepto estético, ahistorico, que no admate cambios, Esta version ha sido Ia guia de polticas estatales que ten muchos casos ha desembocado en act racistas. No obstante, de procesos espontineos de escapan al control del Estado, y sélo ser autoritara si se convierte en una politica de gobierno. Seguin el antropologo Claude Lévi-Strauss, la identidad nacional no es un sistema cerrado, sino que se forja en una telacion de constante interlocu- ion y diferenciacién con los vecinos, ¢s una experiencia viva y dinamica ‘que se transforma dia a dfa en contacto con un mundo exterior en conti- rnuo proceso de cambio El historiador Mauricio Tenorio Trillo recoge esta propuesta con tna formula sugerente: pa identidad es preferible partir de la pregunta “zdonde interrogante “qué somos?” © BI donde estamos? expresa con mas precision el caraecter fundamental- identidad que esta en movimiento perpetuo, que tes que uno hace & los cambios nag ‘mente permeable de se construye todos los prod ‘ intema de esas sociedades o pueden ser indu- cidos desde el exterior. En contraste con esto, la pregunta "equé somos?” ne el inconveniente de referits stitico que traiciona la ductilidad de la cultura. El ejemplo mas patente de los riesgos de esta pregunta lo oftece el texto de Huntington antes citado Las preguntas jdonde estamos? y ;cqué somos? introducen distintos criterios de diferenciacién, pues para tesponder a la primera de ellas es necesario Tastrear una trayectoria, variaciones en el tiempo derivadas de encuentros y de contrastes; en cambio, la respuesta ala segunda pregunta nos remite a atributos fijos de los individuos, tales como la religion, o la ‘tna, que son hechos dacios, inmodificables. Silos mexicanos nos preguntaramos, “donde estamos?” nuestra res- puesta serfa mucho mas compleja que la del pasado, cuando a gqué somos? que implicaba una ceie de medidas sncorporicion, Asociadiones de derechos umatosy de chazaron esta medida y denurciaron el racismo que Jn asociacion de la "idercidad nacional con los mmigrsntes. La initacion que generaba el {queen noviembre de 2010 se anuncio su desapanicion, mp3. Ey 390, sotepaDtostza respondiamos: mestizos y guadalupanoscatlicos. En forma obligada el punto de partida seria la identificacion del origen cle esa comunidad que amamos “México”, o del conjunto que identificamos como “mexicanos” @De donde venimos? De una voluntad de pertenencia o de un origen mi- tico comin? 0 de un legado cultural? Para responder a esta pregunta te- ynemos que remontarnos al pasado y tomarlo como referente mis o menos car emo nos convertimos en una sociedad gue se reconoce pluricultrl que se mira mestiza pero se aclmite pluriéinica, que es tan moderna como puede, pero que se apoya en una amplia variedad de referencias a una cul- tura poblada de t 's y de novedades, ademas, Ia identificacion de donde estamos no se limita a referencias cronolégicas y onomésticas, sino que incluye habitos, conductas y nociones cle indole politica Desde la perspectiva de donde estamos? tendriamos que hablar de la integracion entre Estados Unidos y México que se inicid hace varias déca- bajo la presion de la geogratia, de la demogralia y de los mereados de trabajo. En tiempos recientes este proceso ha segui- do un ritmo mas aceletado dentro del marco de instituciones diseniadas para ordenar wna relacion bilateral crecientemente compleja y diversa. No obstante la racionalidlad que ahora lo dirige, este proceso podria estar en. el origen de la crisis de idemtidad que se registra en. ambos paises.” Visto ‘oe intenso intercambio entre estas sociedades deberfa contribuir a nutir a ambas y a afianzar sus caracteristicas res pectivas. Ast que, la mutua penetracion entre México y Estados Unidos no se resolverta en la temida absorcion del mas débil por el mas fuerte y, tampoco, en la rupture de la integridad nacional inducida por la insidia de minorlasinasimilables, sino que amas identidades resultavéan trans- formadas y fortalecidas. 7 Rivers, ambos pases estan en busca de una nueva ider= aunque no lo menciona, esta reflexiém podria conduct a preguntarse 5 ire México y Estados Unidos no es una de ls caisantes ce dint Ls tUsTORIA, LA HISTOR PATRiA VIA FORMAGION DEUNNUEVO CONSENSO NACIONAL 361 HISTORIA ZPARA QUE? Las grandes transformaciones que han puesto en tension a las identidades racionales conducen a la pregunta que se formula cada generacion: His- toria gpara qué? Sila globalizacién y el cambio tecnolégico han derribado las fronteras nacionales, y le han impuesto al futuro un sentido de urgen- cia gcual puede ser la uilidad de Ia historia més alld de satisfacer la curio- 1d de los inictados? Algunas de las funciones sociales que desempena el conocimiento histérico, por ejemplo, la diferenciacién de origenes, de experiencias, de trayectorias de individuos y de comunidades, parecerian innecesarias en el mundo hamogéneo de hoy. Peor todavia, para algunos comentaristas la historia no es el conocimiento disruptivo que destruye mites y estereotipos, sino un obsticulo al cambio, Apuntan, por ejem- plo, que en el caso de México la historia restringe nuestra creatividad y bbloquea nuestra capacidad para pensar el futuro, Si estas criticas fueran ciertas, entonces ta historia habria perdido uno de sus mas importantes para qués: la wtilidad para entender el presente Franeis Fukuyama, funcionario del Departamento de Estado de Es tados Unidos, publicé en 1989, despues de la caida del Muro de Bertin, tun ensayo titulado: “El fin de la historia", en el que sostiene que con el fin de la Guerra Fria y el triunfo del mundo occidental desapar ron las contradicciones que en el andlisis marxista etan el motor de la historia."* La proposicion central de su reflexién es que el derrumbe de los regimenes socialistas trajo la victoria absoluta de la idea liberal en la politica y en la economia, “Presenciamos el fin de la historia como tal esto es, el punto final de la evolucion ideologica de la humanidad y la universalizacion de la democracia’.” La culminacion de este proceso es el surgimiento de un “Estado universal homogéneo", Segrin Fukuyama, el liberalismo es el nuevo paradigma internacional que gobernaré el mun- do material en el largo plazo, en virtud del fracaso de las formulas riva- les del siglo xx, que fueron la fuente de contradiceiones y contlictos, el fascismo y el comunismo "EL ensayo fue 0 ‘ma5s20End 62001 iistorypal. Fecha de acceso 22/06/2011 ‘Tl ensayo fue originalmente pubticado en la revista The National courses,essex-co.uk/GV/GV9O5/IR%Media%202010-1 1/W4%20Readings/Fuluya rma¥e20End \2O0oP%Historypall Fecha de accesa 22/06/2011, pL 392 sovepanvoseza Por su parte, Jonge Castafieda y Héctor Aguilar Camin dieron a co- Docer un ao antes de las conmemoraciones de 2010, Un futuro para México. En este ttabajo describen la presencia de Ia historia como un Peso muerto que frena la modernizacion del pats: “México es preso de su historia Ideas, sentimientos e intereses heredades le impiden mover. se adénde anhelan sus ciudadanos. La historia acumulada en la cabeza ¥ en los sentimientos de la nacién —en sus leyes, en sus instituciones, en sus habitos y fantasias— obstruye su camino al futuro [...]"2° Su Conclusion es que a nuestro pais “le sobra pasado y le falta futuro"! En realidad el blanco de su eritica es mis el nacionalismo que la historia misma; pero la indisotuble asociacién entre ambos lleva a que la conde- nna de uno se extienda al otto. Si tomamos los textos arriba citados para responder a la pregunta de para qué de la historia, la conclusion es que en el siglo xxi no hay tal “para ue", y que en todo caso la historia es una fuerza negativa que es preciso combatir. Mauricio Tenorio rechaza estas hipstess y sostiene que. pese a todo —la globalidad, el multiculuralismo, el ascenso del liberalismo——, Ta historia no es solo ideologia; se sigue escribiendo porque esta estrecha mente vinculada a “tres importantes nociones modemnas: Estado, iden tidad y justicia’ Las tres siguen siendo de gran relevancia en México, donde se mantienen vigemtes dada la continuidad de la nacion que “existe y & posesion de mucha gente, inclusive mas alla del Estado y de los histoiadores”. Tenorio llama la atencion sobre los riesgos de la reflexion acaclemica y del ejercicio en los cubiculos y en las publicaciones académi ‘as, de “acabar con los mitos. Pero no se puede soberbiamente declarar a la nacion un suenio de ignorantes" ® Es decir, al descartar el nacionalismo con el argumento de que nos remite a propuestas y soluciones superadas, también hacemos a un lado el amplio y diverso mundo de los memoria, 0s, de quienes bus=an en el pasado los porqués de su presente, gutiados en primer lugar por la intuicion; pero también abandonamos un pode- oso recurso para la construccton de la relacién entre poder y sociedad Como sostienen Luis Villoro y Tenorio, la historia no sélo es obra de los historiadores, sino del ejercicio espontaneo de personas “que buscan Aguilar Canin y Castaneda, Un suo para México, . 13, ¥y Castaneda, Un futuro para Mexico, p19 0, History elebracin,p. 152. Tenorio, Historia ycelebracion, p, 155, /OCONSINSO NACIONAL 393; [AHISTORIA LA HSTORIA PATRIA YA PORVAC © a su comunidad” * Entender el comprender los lazos que [las] unen pasado forma parte de la toma de conciencia de uno mismo, Porgue ls creencias al respecto dan forma, asf sea de manera indirecta, a actitudes en relacion con el presente, y guian nuestros juictos a proposito de la realidad inmediata.”” Ast pues, y al igual que antes, a historia hoy nos sirve para enten- der dénde estamos: “Parecerta que, de no remitirnos sun pasado con el cual conectar nuestro presente, éste resultara incomprensible, gratuito, explica el presente”. En la compleja cransicion politica y social que vive Mexico desde principins del siglo a, cuya realidad es confusa y relati- vamente caética, la historia integra un marco de referencia coherente de principios y presupuestos sobre el mundo y sobre las cosas del mundo. Desde abt se organizan el pensamiento y la accion; y se contextualizan la decisién y la accién individual HISTORIA OFICIAL E HISTORIA PATRIA En el siglo xx mexicano la identidad nacional y el nacionalismo fueron en buena medida producto de la accién del Estado. Al igual que en muchos otros patses, ent México el Estado asumié muy temprano la res- ponsabilidad de un pasado e ie qued6 en el corazon de la identidad nacional, Pero a la historia también se le atribuy6 wn lugar Privilegiado en la justificacisn del sistema politico; de esta manera el autotitarisino mexicano de la segunda lo xx aparecia coma una formula particular, propia de lac al, y resultado de un proceso casi espontaneo, Ademis, la élite en el poder pretendia anclar Js legitimidad del sistema politico en sus arigenes —Ia Revolucion de 1910— antes que en las elecciones y el voto, De ahi la importancia que Je dio a la formulacién de una versién oficial. De todas formas, Ia cre- dibilidad de los procedimtientos electorales era casi nula por la préctica sistematica del fraud y la hegemonta del Partido Revolticionatio Insti- *Yilloro, "El sentido de la Historia", p43, Lessons of History, p13, oro, “El sentido del historia’, p. 37, °Un 304 u. Este, a stt vez, buscaba la justifieacion de su permanencia en el poder también en Ia historia y en su papel de supuesto guardian de las tradiciones revolucionarias. Este uso de la historia tuvo conse- ccuencias significativas para el conocimiento del pasado —que estuvo plagado de silencios—; pero, sobre todo, condujo a que el partido he. ara de la historia nacional, y propiciara Ia confusion entre Estado, partido Asi, la historia —al menos una version sanetonada por el Estado, mo- numentalizada y parcial— qued integrada al consenso autoritario. Esta asociaciém entre a € instituciones autoritarias explicaria en par nal, ean, en referir el otigen de su presencia en el poder sélo a los valores democriticos, y fin- car su legitimidad exclusivamente en la competencia electoral yen el voto ciudadano, haciendo a un lado ta historia, Esta estrategia contribuye al fortalecimiento de las identidades partidistas, a expensas de la identidad Laeducacion publica fue el principal instramento del Estado para le vara cabo su politica de integracién y formacién de la identidad nacional. En ese ambito se apoyo en la ensenanza de una historia patria que inte! taba ser también una pedagogia civica, Asi s gobiernos dle la pos- revolucign divulgaron activamente una version oficial de la historia, que repetian el presidente de la Reptiblica en discursos solenmes, declaracio- nes al vuelo y todo tipo de pronunciamientes, ast como los funcionarios los documentos oficiales, y los representantes de] Eleje central de esta narrativa era la construccion del Estado-na- la lucha contra los enemigos de la saberania nacional, entre los que se contaban, ademas de las potencias extranjeras que en algin momento quisieron dominar México, los adversarios del partido hegeménico, Entre la historia patria que es la historia de aula esencialmente di- rigida a los ninos.” y la historia oficial, cuyns destinatarios eran todos ¥Yo proposito fundamental era el mantenimiento y la is de fondo muy importantes ia ete en el poder hizo de la historia patria una hi no ocurre en los regimenes antidemoeréticos, traté alos ciudadanos como si fueran menores de edad y buses transmititles un pasado construido desde las necesidades polti- que expongo mas adel Te histona’,en Historia gpara qué? p67. i {A MISTORIA, LA HSTORABATRIA LATORMAGION DEN NUEVO CONSENSO NACIONAL 395) cas del presente.2* Dominada por esta intencién, la version oficial ineurria in silencios y omisiones, cuando no en tergiversaciones. Durante el régimen autoritario no habfa distincién entre Ta historia patria y la historia oficial o hegemonica, aunque la primera es una €s- pecialidad, un génevo legitimo. La fronteta entre ambas era muy tenue, casi inexistente, pese a que sus destinatarios y sus objetivos son distintos, El objetivo primordial de la historia patria es educar a los ninos en la conciencia de que pertenecen a una comunidad, con la que comparten objetivos, y a la que estan vinculados por teglas de relacion, Reglas y propésitos que “al ligar a los miembros de una comunidad, permiten su convivencia”.” Es decir, la ensefianza de la historta patria es un aspecto importante del proceso de socializacion de los ninos; su fin primero es eminentemente subjetiva, dado que se propone generar sentimientos y éemociones positivas en tomo a una comunidad preexistente.”® ‘La historia patria no es conocimiento, sino celebracion.”* Tampoco es una empresa académica, su intencion primordial es transmit image~ nes, leyendas y valores, pero es sobre todo un vehiculo pata introducit al individuo en su comunidad, lo contextualiza, le proporcionan marco de referencia coherente de principios y presupuestos a proposito del mundo y de lo que significa. Su objetivo primordial es fomentar actitudes civicas y valores sociales y politicos a partir de la experiencia de un pasa- do épico, y de los heroes canénicos de la defensa de la patria, Asi, hasta finales del siglo x los programas escolates buscaban ensenar historia y civismo a la vez. Por esa misma razén, las narraciones de estos libros de texto eran falbulas con moralejas; su proposito era presentar hechos herol- cos, casi siempre desligados de sus causas, exaltar figuras excepcionales que eran modelos edificantes para los ninios.* sasion sobre este ema, véase MacMillan, The Uses and Abuses of History, 396 soueDaDoneza, Lorenzo Meyer describio ast la experiencia placentera que habia sido para él el estudio de la historia patria. “Cuando yo era mito, esa histona patria me dio una enorme confianza en México, me dio mucho optimis- ada. La interpretacion mo la vision y sencilla, Haba algo bueno en la esencia de la vida, bras que se consideran tex- que en el largo plazo las cosas tban a estar istico de Elena Poniatowska La ego afadio: “El desencanto brutal vino al término | e ejemplifican las polémicas que repetidamente Luis Gonzalez de Alba con algunos de sus ores que defienden la del gobiemo, cuya version asentada en unas sim compatieros en la direce' desilusion de los mitos fundadores de la patria ala que alude Meyer es un version oficial, heroica y mi parecer. como aspecto de la incorporacion del individuo al mundo de los adultos, es parte | —_victimas de un poder 1 y sanguinario, Esta version atribuye una del proceso normal de aprendizaje.™ Pero estas enserianzas tam importancia secundaria a las estrategias y decisiones de la dirigencia estu- ‘on horizonte diantil. Cualquier je que rectbian los nitos era que, a pesar d | dion sera de marchaba con rumbo firme por el camino del progreso, a una meta Durante buena parte del siglo xx los sucesivas gobiernos difundieron predeterminada de paz y prosperidad. la version oficial de la historia de México, con el propésito de fomentar toria oficial es una "version autorizada’ que no admite cues- __-—_una identidad nacional vinculada con valores ce una ortodoxia, y cual es considerado una anomalfa, cuando no una traicion, tarismo del presente como hay muchas. Por ejemplo, El Colegio de México ha de construccién nacional. Lo mas notable de esta interpretacion era el acentuado determinismo histérico que, por ejemplo, Hevaba a explicar el presidencialismo lo como amecedente el poder del Tlatoani en rsiones oficiales | la organizacion p. iecas en el Mexico prehispanico. estan sancionadas por la autoridad, son canénicas ¢ intocables, en ellas el pasado es inmutable. Pensemos, por ejemplo, en la apostasia que comé Jose Revueltas cuando escribié su novela Los errores, que era un recuento de la vida 1 Partido Comunista Mexicano. Como su version de . que habia sido determinado por los Tevolu- no correspondia, sine que desmentfa la historia que | cionarios de 1910, Esta versién también enfatizaba la superioridad de la sostenfa la dirigencia del partido, Revueltas fue expulsado de sus filas, no homogeneidad frente a la diversi ica, Es decir, era una version sin antes verse obligado a renunciar a la publicacion del libro, Jean Meyer, “Visionesyrevisiones » Sega Howard, de fa pertenencia a una socied una sociedad oceident catlica stort La historia oficial que difundieron los gobiernos posrevolucionarios tomé como punto de partida la historia patria que habfan elaborado los ‘una politica los rasgos iculada por el Estado cn torno a luchas y a heroes que se identificaban con la defensa de la independencia y de la soberanta nacional: Miguel Hidalgo, José Maria ez. También buscaba oftecer una la Iglesia catstica porque su obj ron esta version a también prolon, \Snico que habia enfrentado a fs, como si éste hubiera quedado congelado en el fractura que provocd cacion violaba sus derechos, y en términos mas generales, por la exclu- sin de que hab 10 alo largo del siglo. Ast, en la ceremonia oficial de toma de bijas un erncifijo. {UARISTOA LA HSTORIA TRI LA FORBACION DEUN NUEVO CONSEANSO NACIONAL 399 {que provocé airadas reacciones, le siguieron otros incidentes en los que funcionarios panistas se ufanaron de colocar imagenes 05 en las ofieinas piblicas. Este revanchismo catélico fue una prueba de que la guerra cristera de 1926-1929 era parte importante de la biogra de laconciencia de muchos mexicanos, en particular en el centro del pats, la zona cristera; por ejemplo, el propio preside: de Leén, Guanajuato, ciudad conocida com del movimien- to sinargquista que naci6 despues de dle esta guerra era una “herida abierta” en el corazin del pueblo catdlico de laregion; y quienes se identificaban con la causa cristera vieron en la coyun- stas eran esperables, Hasta entonces muchos de ellos militantes catolicos, se veian a si mismos como pi ama nal que fue derrotada por la Revol la posrevolucion, y luego reprimida, No obstante, una vez en el poder no lograron dar la historia nacional distinta del terpretacion, rentado Ta hegemonia del x.” Pret ron concenitrar sus esfuerzos en la promocién del conservadurismo social beralismo expresan la continuidad de rales y conservadores en el xix. Una ficativa del mv se habia mantenido fiel al antiguo repudio a las ideas liberales con el argumento de que tenian un impacto desintegra- dor sobre las instituciones tradicionales, en primer lugat sobre la familia, Mientras que para los revolucionarios de 1910 y para sus herederos, el triunfo del liberalismo habia sido un gran paso hacia adelante y un fa victoria, para el ra el liberalismo era una fuerza musado grandes desastres nacionales, por ejempl ra que propiciaron las leyes de manos muertas. destructora que hal la concentracién de la ™Vease, por fica. > Jonge G. Castaneda, secrtari de Relaciones Exteriones de Fox, sostiene que los panis- ando, Batallas por la historia; Crespo, Contra la historia presente Fax dq 20 de noviembre oe natalico de Bento Jusrex e121 de marzo: “Adolfo Aguilar Zincery yo [1 le planteaos al presidente Fox: "Mia, esta fiestas de ellos, es del ra, noes Lo que te debe quedarclaro es que este ct 400 sovznap Loaeza De aht se detivaban otras diferencias: los héroes dle unos eran los villanos que estaban cargados de id Mientras, dentro de la tradi necesaria para asegurar nombre de los derechos de las “comunidades naturales 10 la historia oficial que promovian los gobiernos autoritarios como la historia patria que difmdia la escuela renuncian a la riqueza y complefidad de fa historia para construit una narrativa simplificada. Sin embargo, la historia patria parte de una intencion pedagégica que atiende Jas necesidades de los menores; la historia oficial, en cambio, busca esta- Dle ‘comiin denominador. Sin embargo, en los dos casos el pasado es inmutable —de ahi que Luis Gonzélez se refiriera con humor a la historia oficial como “historia de bronce"—. Esta calidad reniega de leza de la historia y del ejercicio profesional dora, que supone un constante sable en la historia patria, dado que su sino inspirar condtuctas y act Desde los anos sesenta aparecieron trabajos de investigacion y de reflexion historicas que cuestionaban algunos de los presupuestos fun- por ejemplo, el carécter unitario de la " Nuevas investigaciones pusieron fin silencios, por cristeros y de Estado de la revolucién.” Asi, y gracias a la labor de numerosos historia dores, la m de los grandes procesos nacionales derribs los dad y de la unicidad que sostenta la J queria destruir teabas para eld 1 del Estado, El otto partido, por el contra resplandecieran en su mayor pureza las nobles ra quetiendo que Mexico siguiera el derrotere que brillantemente habia tomado en la rile Gly, La rewlucn ntrrampa © Meyer, La cristinda. al. La historia critica conoci6 un notable auge en las décadas siguientes,” yy rompio el lazo de continuidad que vinculaba la historia oficial con la historia patria, Algunos 10 Hernan Cortés, Lucas Alamin, en siendo mate- Lazaro Card nto son vistos como jan la pluralidad de interpretaciones de la historia, y, por ende, amplian y flexibilizan nuestro conocimiento del pasado contribuyendo a renovar la identidad nacional EL NACIONALISMO COMO FUENTE DE CONSENSO El nacionalismo mexicano del siglo xx fue uno de los mas exitosos pro- ductos de la revolucién de 1910 y un factor capital en la construccion del in fue un proceso largo, asociado a la moder- una pablacion d cas" Esta experiencia pasa’ y por Brunschvigg, hay una storia ge 402. souspan En este proceso s rizacion del naci formula guen dos momentos: hasta 1940, la caracte- lismo atiznba disputas entre quienes proponian una no también era defensivo y que referencia a Estados Unidos. Los desacuerdos relleja- wrdos que se tenfan en relacion con el rambo que mo se volvio un instrumento de des- de la soberanta y de Ta autodeter- se inspitaba en los temas tradicionales de la 3s frente al exterior, ka exaltacién de las pari es y de la otiginalidad de la via mexicana, ccuyo éxito se media en términos de estabilidad politica y de altas tasas de que se gané el nacionalismo mexica- sa de modemizacion y de defensa frente a inca se desartollé como una doctrina o como una y rigurosamente articulada, como ocurrié es europeas o latinoamericanas, De hi acionalismo se sobtepuso a su potencial po- wertfan mas esfuerzos en la discusién filosdfica del que en la elaboracion de un cuerpo sistematizado hacia el poder, vinculadas con el mundo exterior, el jotidad intrinseca del mexicano.‘ Asi que, como se vio no como una f Estados U1 LAtISTORI, LA HISTORIA PATRIA VLA FORMACION DE UNNUEVO CONSENSO NACIONAL 403, antes, la historia y las diferenciaciones culturales de todo tipo, desde las rs educadas hasta las folcloricas, ocupaban wn lugar prominente en los contenidos del nacionalismo. Esta formula fue abandonada en los aos ochenta del siglo xx. La apertura del pais al exterior senté las bases de un contexto radicalmen- te distinto al que habia sustentado el nacionalismo revolucionario. Has- ta entonces el nacionalismo habla sido producto de una autodefinicion del Estado en una sociedad certada; sin embargo, la apertura propiciS ‘un cambio muy significativo, pues las demandas y las miradas del exte- ior intervinieron en las transformaciones del nacionalismo como nunca dad @ la influencia del exterior se explica tambien por un segundo cambio que fue igualmente significativo: a partir de los noventa la élite gobernante renunci6 al nacionalismo como fuente de legitimacion de sus decisiones, y como canal de comunicacién con la socie- dad, bajo la presion de la crisis interna y de las corrientes internacionales, y busco sin éxito, su mero, con el discurso de la modernidad, Este cambio en el Estado impuls6 la volucion del nacionalistio hacia la oposicisn al partido en el gobiemo, De suerte que hoy ha dejado de ser fuente de consenso pata convertirse en el ‘maginario de grupos sociales que se identifican como parte de una cornu. niidad que piensa que debe defendetse del mundo exterior, y que se opone al partido en el poder: Este nacionalismo arraiga en el temor y la debilidad Una de las premisas del ne a fines del siglo xx como el parac que superar Ia “ideologia” na a pata aprovechar los beneficios de la globalizacion y las reformas de libre merea- lo. En México, ls crisis y las reformas de los ochenta y noventa, asi como {a imtegracion a Estados Unidos, socavaron dos presupuestos bésicos de nnacionalismo: en primer lugar, que el mundo exterior era una amenaza y ‘ego la calidad de adversario de Estados Unidos, Los timos gobiernes pritstas del siglo —Carlos Salina, primero, y Er hhesto Zedillo, después— pusieron fin al nacionalismo econémico. Se trata- ba ahora de ver en el exterior un mundo de oportunidades, yen el poderoso vecino del norte a un socio con el que tenfamos mas intereses en comtin que diferencias. Este cambio fue visto como una adaptacién a las transfor: ™maciones de la economia mundial; no obstante, genet6 grandes contradic- ciones en la conciencia nactonalista mexicana, pues ésta se habia formado en buena meclida en oposicién al exterior y en particular a Estados Unidos 404 souDADLONEZA Sin embargo, ahora las consecuencias de las politicas neoliberales pueden medirse en wna acentuada concentracién de la riqueza y en gra- ves crisis Financieras, pero no hay indicios de la desaparicién del naciona- lismo. Por el contrario, tanto el neoliberalismo como el multiculturalism han provocado poderosas reacciones nacionalistas en América Lat Europa y en Estados Unidos. Més atm, gquién puede dudar de que el camportamiento de Estados Unidos, la potencia hegerasnica en Afganistan o en Irak esté movido por sus intereses nacionales? gO que el nacionalismo es uno de los motores de las transformaciones en China, Ja gran potencia del futuro? A ojos de muchos en todo el mundo, el na- un valor polt Estado y sociedad, y entre grupos sociales heterogéneos. No obstante, habria que considerar que la mayor fas en Europa 0 en Estados Unidos estan fincades en la debilidad y en los diferentes tipos de temores frente al futuro, La renuncia al nacionalismo tuvo un costo muy elevado para el Es- tado mexicano porque le arrebaté la red de relaciones que mantenta con la sociedad, que habta sido la base de su capacidad de movilizacion de apoyo y fundamento de cohesicn social.” De ahi que el propio Estado se viera debilitado por esta reorientacién del discurso y de la decision p tica, La transformacién se inicié con Carlos Salinas, que echaba mano de Jos simbolos historicos que eran utilizados por los gobiernos del ret para legitimarse en la “tradicién revolucionaria’, pero, en lugar de retomar el tema de la contimuidad, que habia sido el motivo principal de sus ante- cesores, oftecia una reinterpretacion que pretendia justificar la liberal cion econémica en esa misma tradicion, pese a que era una reorientacion Loaeza, "La metamorfosis del Estado’, pp. 54-55. mocrcla, hdc y patio patoviemo, Los iguel de la Madi, Car nacionalismo mexicano 15 y Ernesto Zedillo, Vizcaino, El los dempos dela globalization |AHISTORIA, LA HISTORLA PATRIA 1A FORMACION DE UN NUEVO CONSENSO NACIONAL 405 smo revolucionario del pasado.” Las referencias pricticamente desaparecieron del discurso de Emesto Ze >preferia apoyarse en las dudas que planteabart nuevas formas de le- gitimacion del poder en los siguientes términos: ermanecer sin que sil dad se derive de la invencién de redes me- diadoras que lo liguen c la sociedad de su entornol...|. Se trataria de un ‘mismo, auténomo y basaco en la rac Y la respuesta a estas preguntas es un rotundo No. Esta férmula que Bar- sma teenocratica results insuficiente, como lo prueba la incapacidad del presidente Fox de afianzar un nuevo consenso nacional que, segsn él, habria de apoyarse en los valores de la democracia y en la efciencia tipo empresarial del Estado. En el mismo tenor esta el fracaso de la reforma lento poner en gun 4), habian luchado lngje Se scogi el mismo: jardo Toledano, per tambien incluy al cand Colosio Anatomia del mexican, p. 14 Vease Looeza, “El estilo personal de Viente Fox’, pp. 243-278, 408. soLeDADLOsEEN el nacionalismo ha dejado de ofrecer una base de acuerdo ge- neral, Las posiciones al respecto provocan tensiones entre el Estado y le sociedad, y antagonismos en el interior de esta ultima, pues la defensa 0 lismo han impulsado la formacién de cortientes de Los primeros buscarian restablecer la presencia del Estado en la sociedad, vinculo entre ambos con base en la historia y en el rescate de les particularidades mexicanas que demandan soluciones también parti. clates, Esta tecuperacign impl no han tenido la capacidac De esta restriccién se derivan algu severos de los que adolece la democracia mexicana, como es, por acion del Estado, que repercute en la lentitud de los prox jeracciGn entre el Estado y la sociedad.” La historia ofrece mas de un ejemplo de como un Estado que no se vincula con la sociedad no logra desarrollat la identidad de tndole cultural que es crucial para la largo plazo. El Est re de lezos simbs lismo, para movil sus relaciones con el puede gobernar sin la sociedlad, sino que requie~ -omo los que ofrece el naciona- sma sociedad y para sustentar wn del nacionalismo y s criss como mecsnismo legtimador na propia, como reemplazo, un nuevo nacionalisma: es ms bien snsamos una época en que los fundamentos de la legsimidad no evalacionideologica de los valores nacionales". Batt, Anatomia del DRIA LA HISTORIA PATRIA YLA FORMACICN DE UN NUEVO CONSENSO NACIONAL 407 CONCLUSIONS: Dice Benedict Anderson que “la magia del nacionalismo consiste en que hhace del azar, destino”, Es decir, conjura la incertidumbre y responde a las preguntas que plantea la busqueda de los origenes. Su fuerza no ha sido derrotada por las tratisformaciones del Estado o por las potentes transfor- ‘maciones internacionales, La reunificacion alemana en 1989 se produjo, porencima de la voluntad de los Estados, al grito de los berlieses del este y del oeste que cantaban sobre el muro que dividia a su ciudad: ‘Somos tun pueblo”, Las leyes que han sido votadas en diferentes estados de la Union Americana para controlar la inmigracién indocumentada hablan 10 en ese pals, para no mencionar las reac- as ¥ decisiones de gobierno, Una de las consectiencias mas notables de la democratizacién mexi- cana fue que la defensa de la soberania y la promocién del interés nacio- nacién y democi un poderoso fenémeno cultural es “una creencia compartida, e incluso necesaria, para la convivencia justa y pacifica y partir de ahi". ‘Sin embargo, para que sea la piedra de toque de un nuevo consenso, tendria que fundarse en mucho mas que el reconocimiento de una iden- tidad propiamente mexicana de indole estrictamente cultural, porque se hha enriquecide con la experiencia democratica y pluralista de las iltimas dos décadas. La reconstruccién de la trayectoria reciente de la identidad nacional supone recuperar una historia de México no partidizada, que contenga el pasado comin a todos los mexicanos, uno de cuyos capitu- los tendria que ser el recuento de la transicion, que vendria a sumarse a la narrativa de la construccién del Estado nacional que dominé la de la historia en el siglo xx. Esta operacion supone nuevas lecturas del pasado y, sobre todo, distinguir el conocimiento historico de sus usos en la formacion de una con cuenta la obligada diferencia que separa ruptivo, de la historia patria, cuyos destinatarios son en primer lugar los escolates, aunque ambas dan contenido a I decir, un nuevo consenso nacional seria el resultado de un nacionalismo Teno ay celebracon,p. 158. 408 sotpanvoseza Sega David A. Vi que se desarrollo en forma conspicua en Estados constructores de ese racionalismo imaginaban a la nacion como una comunidad por inividuos igueles ante I ley, unidos por lazes de adhesin patritica aun conjunto e pricticas y valores polices compartidos. La comunidad police esta formada Individios sin distincion de rez, color o religion” Ctado en Aguilar Rivera, El sonido a Jura, pp. 88-89, ste eoncepto es similar al de patitismo constitucional, populetizado or gen Habermas despues de 1988, SIGLAS Y REFERENCIAS aauscm Archivo de la Antigua A fe San Carlos de Mexico, acy Archivo General de la Nacidn, Mexico, D. E BIBLIOGRAFIA GENERAL Abascal, Salvador Mis recuerdos, Méxic Acevedo, Esther 2001, pp. “De la Reconquista a la Intervencion”, en Los pinceles de ta historia 2000, pp. 188-203, ion alegorica y la nartativa factual”, en Lo la historta, Mexico, Museo Nacion: -123. “EL nperio efimero”, en Tes artistices de un episodio fugaz (1864-1867), México, Museo Nacional de Arte, 1995, pp. 19-193. Aguayo, Fernando y Lourdes Roca (coords) Imagenes e investigacion social, Mexico, Instituto de Investigaciones Dr, Jose Maria Luis Mora, 2005. Aguilar Camin, Héctor Saldos de ta evolucion: cultura y politica de Mexico, Nueva Imagen, 1982. Aguilar Camin, Héctor y Jorge G. C: Un futuro para México, México, Ed Aguilar Rivera, José Antonio Etsonidoy la furia. La persuasion multicultural en Mexico y Estados Uni- dos, México, Taurus, 2004. les de [09]

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