Está en la página 1de 7

Carl Rogers

Carl Rogers (1902 – 1987) fue un psicólogo estadounidense que pasó a la historia por
ser uno de los principales exponentes de la corriente humanista. Este terapeuta creó una
rama conocida como psicología no directiva, que ponía el énfasis en la relación entre el
terapeuta y el paciente en lugar de en dar una serie de pasos predeterminados para curar
las distintas enfermedades mentales.
El interés por la psicología de Carl Rogers comenzó a desarrollarse durante su tiempo
como estudiante en el Seminario de la Unión Teológica, en Nueva York. En 1931
obtuvo su doctorado por la Universidad de Columbia, y en los siguientes años ejerció
tanto como profesor como investigador para diferentes centros de enseñanza.

Al mismo tiempo, Carl Rogers practicó la psicoterapia con pacientes de todo tipo, desde
niños con problemas hasta adultos con diferentes patologías. A lo largo de su carrera,
Rogers publicó numerosas obras, entre las que destacan Tratamiento de los niños
problemáticos (1939) y Counseling y psicoterapia  (1942). En esta última obra sentó las
bases de su escuela terapéutica, la no directividad.
Mientras ejercía como profesor en la Universidad de Chicago, Rogers participó en
numerosos estudios con los que trató de comprobar la efectividad de sus métodos
terapéuticos frente a otros enfoques populares en la época. Hoy en día, es considerado
una de las figuras más influyentes de la psicología del siglo XX, y sus aportaciones
siguen teniendo una gran importancia en el campo de la salud mental.

Biografía de Carl Rogers


Primeros años
Carl Rogers nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park, Illinois, uno de los suburbios de
la ciudad de Chicago. Era hijo de Walter Rogers, quien se dedicaba a la ingeniería civil,
y Julia Cushing, que profesaba la fe baptista y se quedó toda la vida en casa para cuidar
a sus hijos. Carl era el cuarto de seis hermanos, y sus lazos familiares fueron muy
intensos durante su infancia.
Rogers destacó por su inteligencia ya desde sus primeros años de vida. Por ejemplo,
aprendió a leer por su cuenta antes de ingresar a la guardería. Por otro lado, debido a
que recibió una educación muy estricta y basada en la religión, se convirtió en una
persona muy disciplinada e independiente, aunque también algo aislada.
La educación que recibió Carl Rogers durante sus primeros años hizo que se interesase
por el método científico y los descubrimientos prácticos que este podía aportar. En un
principio comenzó a estudiar agricultura en la universidad de Wisconsin, aunque
también recibió cursos en religión e historia.
Sin embargo, poco después Rogers comenzó a dudar de sus convicciones religiosas, y
acabó abandonando la teología y declarándose ateo. En 1928 se graduó en un máster de
educación en la facultad de enseñanza de la universidad de Columbia; y en 1931 obtuvo
su doctorado en la misma escuela. Mientras obtenía este último título, empezó a realizar
estudios psicológicos con niños.

Vida profesional
En 1930 Carl Rogers trabajó como director de la Sociedad para la Prevención de la
Crueldad con los Niños en Rochester, Nueva York. Más tarde, entre 1935 y 1940
ejerció de profesor en la universidad local; y durante este tiempo escribió el libro El
tratamiento clínico de los niños problemáticos (1939), en base a su experiencia
trabajando con niños con distintos tipos de problemas.
A nivel de terapia, en un principio se basó en el enfoque post-freudiano que propuso por
primera vez Otto Rank, y que terminó de desarrollar su alumno Jessie Taft, quien era
muy famoso en su época debido a su trabajo clínico y como profesor. Una vez que
adquirió más experiencia, en 1940 Rogers ejerció como profesor de psicólogo clínico en
la universidad de Ohio, donde escribió el libro Counseling y psicoterapia (1942).
En esta obra, el psicólogo propuso la idea de que el cliente podría beneficiarse mucho
más de las terapias recibidas si estableciese una relación cordial y de respeto con su
terapeuta. De esta manera, mediante la aceptación y comprensión del profesional, el
paciente podría obtener los insights que necesita para cambiar su vida a mejor.
En 1945, Carl Rogers abrió un centro de consulta en la propia universidad de Chicago; y
en 1947, fue elegido presidente de la Asociación Americana de Psicología (APA).
Durante esta época, su mayor aportación fue la realización de varias investigaciones que
le permitieron demostrar la efectividad de sus métodos terapéuticos. También escribió
varias obras, entre las que destacó Terapia centrada en el cliente (1951).

Segunda mitad del siglo XX


Durante los siguientes años de su vida, Carl Rogers siguió impartiendo clases en
diferentes universidades y realizando procesos de terapia con numerosos pacientes.
Junto con Abraham Maslow, fundó lo que más adelante se conocería como “psicología
humanista”, que alcanzó una gran popularidad durante la década de 1960.
Rogers continuó dando clases en la universidad de Wisconsin hasta 1963. En ese
momento, entró a formar parte de la plantilla del Instituto Western de Ciencias del
Comportamiento (WBSI) en La Jolla, California. Allí permaneció durante el resto de su
vida, tanto impartiendo terapia como dando charlas y escribiendo numerosas obras.
En esta época de su vida, algunos de sus libros más importantes fueron Carl Rogers
sobre el Poder Personal  (1977) y Libertad para Aprender para los 80 (1983). En esta
última obra, el investigador exploró cómo se podían aplicar sus teorías a situaciones en
las que existiese opresión o conflicto social, un tema al que dedicó gran parte de los
últimos años.
En este sentido, Rogers actuó como diplomático en gran cantidad de conflictos
internacionales, viajando por todo el mundo para conseguirlo. Por ejemplo, ayudó a
cerrar la brecha entre los irlandeses católicos y protestantes; y en Sudáfrica jugó un
papel importante en el conflicto entre la población blanca y la de color.
Muerte
Carl Rogers murió en 1987, tras sufrir una caída en la que se fracturó la pelvis. A pesar
de que pudo ser trasladado a un hospital cercano y recibió una operación exitosa, al día
siguiente sufrió un fallo multiorgánico y perdió la vida. Sin embargo, hoy en día sigue
siendo considerado como una de las figuras más importantes de todo el campo de la
psicología clínica.

Teoría de la personalidad de Rogers


Una de las aportaciones más importantes de Carl Rogers en el mundo de la psicología
fue su teoría de la personalidad, que estaba basada en los principios del humanismo y
las ideas de Abraham Maslow. Este ámbito de su trabajo tuvo una gran importancia para
el propio Rogers, que escribió 16 libros tratando de explicar su teoría a la perfección.
Mientras trabajaba como profesor en la universidad de Wisconsin – Madison, Carl
Rogers escribió una de sus obras más conocidas: Sobre convertirse en persona. En este
libro, afirmó que todo el mundo tiene en su interior los recursos que necesita para
alcanzar un estado mental sano y crecer de manera individual. Según él, todos los
individuos pueden alcanzar la autoaceptación y la autoactualización.

Desarrollo de la personalidad
Para Rogers, una persona completamente funcional y que ha alcanzado estos dos
estados es aquella que tiene siete características fundamentales. Así, el desarrollo de la
personalidad tiene que ver con la creación de estos siete rasgos, que pueden adquirirse
en cualquier orden o no llegar a alcanzarse nunca.
Los siete rasgos descritos por Rogers son los siguientes:
– Una gran apertura a la experiencia, y una falta de necesidad de defenderse de ideas
extrañas o contrarias a las propias.
– Un estilo de vida que pone el énfasis en disfrutar del momento en lugar de intentar
manipularlo.
– La capacidad de confiar en uno mismo y las propias habilidades.
– La habilidad para tomar decisiones de manera libre, aceptar la responsabilidad sobre
las mismas, y dirigirse a sí misma.
– Altos niveles de creatividad y adaptación. Este rasgo también implica normalmente el
abandono de la conformidad y la obediencia a las tradiciones.
– La capacidad para actuar en base a las propias decisiones de manera constante.
– Una vida llena en la que está implicado todo el espectro de emociones que podemos
sentir los seres humanos.

Otras ideas sobre la personalidad


Además de estos siete rasgos compartidos por las personas con una personalidad
completamente desarrollada, Carl Rogers también creó una teoría sobre cómo se forma
la propia identidad, el autoconcepto y las formas propias de comportarse de cada
individuo. Esta quedó recogida en sus famosos “19 principios”, en los que resumió sus
ideas sobre la personalidad y su formación (se explican en un apartado posterior).
Entre las ideas más importantes descritas por Rogers en este sentido se encontraban, por
ejemplo, la propuesta de que la personalidad se forma en base a la relación de cada
individuo con su entorno. Cada persona percibe lo que ocurre a su alrededor de manera
subjetiva, y de esta manera internaliza unas ideas u otras sobre sí misma.
Además, para Carl Rogers el comportamiento de cada individuo se rige en función de
un objetivo básico: la necesidad de mejorar constantemente y tener una vida rica y llena
de experiencias. Todas las acciones de una persona se dirigirían a este objetivo, y las
emociones las acompañan para mejorar la eficacia del comportamiento de cada uno.
Por otro lado, Rogers explicaba la salud mental como la capacidad para ajustar todas las
experiencias vitales propias y las ideas sobre uno mismo al propio autoconcepto.
Cuando una persona era incapaz de asimilar algún elemento y encajarlo en lo que
pensaba sobre sí misma, podía acabar desarrollando una enfermedad psicológica más o
menos grave.
Por último, este terapeuta desarrolló el concepto del “yo real”. Según él, todos tenemos
una tendencia natural a convertirnos en una persona concreta, pero las presiones de
nuestro entorno pueden desviarnos de ese camino y hacer que acabemos siendo de una
forma completamente distinta. Cuanto más nos parezcamos a ese yo real, menores
tensiones tendremos y mejor será nuestra salud mental.

Las 19 proposiciones de Rogers


Rogers habló por primera vez sobre las 19 proposiciones en su libro Terapia centrada
en el cliente (1951). Según Rogers, estas proposiciones muestran una teoría del
comportamiento y de la personalidad, observada a partir su experiencia en terapia:

1. Los individuos y organismos se encuentran en un mundo continuamente cambiante lleno


de experiencia – campo fenomenológico – del que forman parte.
2. El organismo reacciona al campo fenomenológico, que es experimentado y percibido. Este
campo de percepción es la «realidad» para el individuo.
3. El organismo reacciona como un todo organizado para este ante su campo fenomenológico.
4. El organismo tiene una tendencia o impulso básico e instintivo a actualizarse
constantemente.
5. Como resultado de la interacción con el medio ambiente, y en particular como resultado de
la interacción con los demás, se produce un esfuerzo por satisfacer nuestras necesidades,
formándose de esta manera la conducta.
6. De esta forma, el organismo tiene una tendencia básica al esfuerzo. Para actualizarse,
mantenerse, buscar y mejorar, el organismo debe experimentar para preservar su desarrollo.
7. El mejor punto de vista para comprender el comportamiento es desde el marco de referencia
interno del individuo.
8. Una parte de este marco de referencia se diferencia construyendo el sí mismo o self.
9. Este self aparece como resultado de la interacción del individuo tanto con el ambiente como
con los demás. El self se define como la pauta conceptual organizada, fluida pero congruente
de percepciones de las características y las relaciones del yo o del mi conjuntamente con los
valores ligados a estos conceptos.  
10. Los valores relacionados con las experiencias y los valores que forman parte de la propia
estructura, en algunos casos, son valores experimentados directamente por el organismo, y
en algunos casos son valores introyectado o recibidos de otros, pero percibidos en forma
distorsionada, como si hubieran sido experimentado directamente.
11. A medida que las experiencias se producen en la vida del individuo son: a) Simbolizadas,
percibidas y organizadas en alguna relación con el mismo. b) Ignoradas porque no existe
ningún tipo de percepción con la relación estructura – self. c) Negadas la simbolización
porque la experiencia es incompatible con la estructura del self.
12. La mayoría de las formas de comportamiento son compatibles con el concepto de self.
13. En algunos casos, el comportamiento puede ser provocado por necesidades que no han sido
simbolizadas. Tal comportamiento puede ser incompatible con la estructura del self. En tales
casos el comportamiento no es «propiedad» de la persona.
14. La inadaptación psicológica se produce cuando el individuo rechaza las experiencias
significativas. Cuando se produce esta situación, se crea una situación de tensión básica o
potencial.
15. Por otra parte, la adaptación psicológica existe cuando el concepto de sí mismo asimila todas
las experiencias sensoriales y significativas.
16. Cualquier experiencia que es incompatible con el self, puede ser percibido como una
amenaza.
17. Bajo ciertas condiciones, que implican principalmente la ausencia completa de amenaza para
la estructura del sí mismo, las experiencias que sean incompatibles con ella pueden ser
percibidos y examinados para ser asimiladas.
18. Cuando el individuo percibe y acepta en un sistema compatible e todas sus experiencias
sensoriales y viscerales, puede llegar a comprender y aceptar más a los demás como
personas diferenciadas.
19. A medida que el individuo percibe y acepta más experiencias en su estructura del self,
reemplaza su sistema de valores por un proceso continuo de evaluación orgánica.

Teoría del aprendizaje


En el ámbito del aprendizaje, Carl Rogers distinguió entre dos formas distintas de
adquirir nuevos conocimientos: una cognitiva (que consideraba inútil y poco efectiva) y
una experiencial, mucho más significativa y que producía resultados a largo plazo. La
primera se referiría a los conocimientos académicos, mientras que la segunda tendría
que ver con los verdaderos deseos y necesidades del individuo.
Para Rogers, el único tipo de aprendizaje que realmente tenía sentido era el
experiencial. Entre sus características más importantes se encuentran la implicación
emocional de la persona, el hecho de que se da por iniciativa propia, la autoevaluación,
y la presencia de efectos duraderos sobre el aprendiz.
Para Rogers, el aprendizaje experiencial es un proceso que se da de manera natural si no
existe una interferencia externa; y en la mayoría de los casos se traduce en el
crecimiento personal. Por lo tanto, el papel del sistema educativo y de los profesores es
simplemente facilitar la aparición de este tipo de aprendizaje.
Para conseguirlo, el sistema educativo tiene que cumplir varias funciones vitales: crear
un entorno positivo para el aprendizaje, hacer explícitos los objetivos de adquisición del
conocimiento, organizar los recursos disponibles para conseguirlos, alcanzar un
equilibrio entre la razón y las emociones a nivel de enseñanza, y compartir ideas
y sentimientos con los alumnos sin llegar a imponérselos.

Aplicación de la teoría

Según el propio Rogers, su teoría del aprendizaje tuvo su origen en la psicoterapia y en


la corriente humanista de la psicología. Su principal aplicación se da en el caso de
adultos que quieren adquirir nuevos conocimientos, aunque también puede utilizarse
para trabajar con alumnos de corta edad.
Por otro lado, para conseguir los mejores resultados en sus procesos de enseñanza, Carl
Rogers desarrolló una serie de principios que es necesario tener en cuenta cuando se
está trabajando con individuos de cualquier edad. Los más importantes eran los
siguientes:
– El aprendizaje experiencial y significativo solo puede producirse cuando
la materia tiene una relevancia real para la persona y está relacionada con sus propios
intereses.
– Cualquier aprendizaje que suponga una amenaza para el propio autoconcepto (como
ocurre en el caso de nuevos puntos de vista sobre un tema importante para la persona)
solo puede llevarse a cabo correctamente cuando no existen peligros reales o percibidos
en el entorno.
– El aprendizaje se produce de manera más efectiva en ambientes relajados y en los que
no existan amenazas para la persona.
– Aunque es posible imponer un aprendizaje, aquellos que se producen por voluntad
propia del individuo son los más duraderos y los que más cambian a la persona en todos
los sentidos.

Otros aportes de Rogers

Carl Rogers
Además de sus ideas sobre la personalidad y el aprendizaje, Carl Rogers es muy
conocido dentro del mundo de la psicología debido a su particular enfoque terapéutico.
Sus sesiones clínicas se basaban en la idea de la “no directividad”, una técnica por la
cual el psicólogo ayuda a la persona a descubrir sus propios recursos en lugar de
proporcionarle las respuestas que busca.
La no directividad de Rogers estaba basada tanto en descubrimientos psicológicos
modernos (especialmente aquellos derivados de la teoría humanista) como de otras
corrientes de pensamiento mucho más antiguas, como por ejemplo la filosofía de
Sócrates y su método mayéutico. Este consistía en la realización de preguntas abiertas
hasta que la persona descubría sus propias respuestas.
Las sesiones de terapia no directiva de Rogers se centraban sobre todo en establecer una
relación de confianza entre el psicólogo y el paciente. Una vez que el cliente se sentía lo
suficientemente cómodo como para abrirse y hablar libremente sobre sus problemas
personales, el terapeuta tan solo tenía que ayudarle a indagar en sus pensamientos,
creencias e ideas mediante preguntas de todo tipo.
Durante la segunda mitad del siglo XX, Carl Rogers participó en numerosos estudios en
los que intentó demostrar la efectividad de su enfoque terapéutico. Uno de los más
famosos fue uno en el que tanto él como Abraham Maslow y Rollo May (dos de los
psicólogos más importantes de su época) grabaron varias sesiones de terapia y
compararon los resultados de sus procesos.

La terapia de Rogers en la actualidad


Con el auge de la psicología cognitivo – conductual, la terapia rogeriana quedó relegada
a un segundo plano durante muchos años. El auge de la aplicación del método científico
a la psicología hizo que se pusiera menos énfasis en elementos como la relación entre el
paciente y el terapeuta, y más en las técnicas concretas que se utilizaban en las sesiones.
Sin embargo, hoy en día las ideas de Rogers están volviendo a cobrar importancia de la
mano de sectores como el coaching no directivo y las terapias de nueva generación. En
la actualidad, la psicología humanista está volviendo a ganar la importancia que se
merece y a aplicarse junto a técnicas extraídas de otras ramas de la psicología más
recientes.

Obras
Además de su carrera como psicólogo clínico, Carl Rogers dedicó una gran parte de su
vida a escribir numerosos libros en los que iba compartiendo sus descubrimientos y
teorías. A continuación, veremos una lista de algunas de sus publicaciones más
importantes.

– El tratamiento clínico del niño problemático (1939).


– Counseling y psicoterapia: nuevos conceptos en la práctica (1942).
– Una investigación coordinada en psicoterapia (1949), junto NJ Raskin.
– Terapia centrada en el cliente: Su práctica actual, implicaciones y teoría (1951).
– Las condiciones necesarias y suficientes de la personalidad terapéutica
cambian (1957).
–  Una teoría de la terapia, la personalidad y las relaciones interpersonales
desarrolladas en el marco centrado en el cliente (1959).
– Sobre convertirse en persona: una visión de un terapeuta sobre la
psicoterapia (1961).
– De persona a persona: el problema de ser humano (1967).
– Libertad para aprender: una visión sobre lo que la educación puede llegar a
ser  (1969).
– Sobre grupos de encuentro (1970).
– Sobre el poder personal: la fortaleza interior y su revolucionario impacto  (1977).
– Carl Roger on power personal (1978).
– Una manera de ser (1980).

Referencias

Rodriguez Puerta, Alejandro. (18 de mayo de 2020). Carl Rogers: biografía, teorías,
aportes y obras. Lifeder.  https://www.lifeder.com/carl-rogers/.

También podría gustarte