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La Pascualita

CIUDAD DE MEXICO

Detrás del aparador de un local llamado La Popular, una tienda de


Chihuahua encargada de hacer los famosos vestidos de novia de la
zona, está la Pascualita. El maniquí permanece ahí desde 1930,
cuando la dueña la adquirió luego de llegar de Francia porque además
de ser sumamente bella y de aspecto realista, se parecía bastante a su
hermana y a ella.

Según se cuenta, "desde el primer día en que la novia de cera estuvo


en la La Popular tuvo mucho éxito entre los transeúntes puesto que
era distinta a los demás maniquís de la época: tenía un mejor acabado
en la cera, sus ojos eran de cristal, su pelo y sus pestañas eran
implantes de verdadero pelo, y su expresión, a diferencia de las de
tantos maniquís de mirada inerte, era viva y reflejaba emociones,
como si tuviera alma.

En la década de los 70, surgieron rumores de que la novia de cera


estaba viva y era capaz de moverse de noche cuando no había nadie
en el local, o que sonreía a las personas que pasaban por ahí. Los
rumores se hicieron más fuertes cuando la dueña falleció, las
personas dijeron que La Pascualita los seguía con la mirada o que por
breves segundos le aparecían venitas rojas en los ojos. Algunas
empleadas renunciaron a porque vieron llorar o moverse a La
Pascualita, y otras se negaban a vestirla porque, supuestamente, le
aparecían venas verdosas en las piernas, que posteriormente
desaparecían".

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